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M. tuberculosis se transmite casi siempre desde un paciente con TB pulmonar contagiosa a otras
personas por medio de las gotitas respiratorias que la tos, el estornudo o la fonación convierten
en un aerosol. Estas gotas diminutas se secan pronto; las menores (<5 a 10 μm de diámetro)
pueden permanecer suspendidas en el aire durante horas y alcanzar las vías respiratorias
terminales al ser inhaladas. Con cada golpe de tos se pueden expulsar nada menos que 3 000
gotitas contagiosas. Las demás vías de contagio del bacilo tuberculoso, como la piel o la
placenta, son raras y no tienen significación epidemiológica.
En varios estudios sobre la intimidad de los contactos se ha demostrado claramente que los
pacientes tuberculosos cuyos esputos contienen AFB (acid fast bacilli) visibles con el
microscopio (casos positivos a la muestra de esputo) son los que más influyen en la propagación
de la infección. Estos pacientes suelen padecer una TB pulmonar cavitaria, o una TB laríngea
(con menor frecuencia) y eliminan esputos que contienen 105 a 107 AFB/mL. Los individuos
con resultado negativo del frotis de esputo y resultado positivo del cultivo son menos
infectantes, aunque de ellos haya provenido incluso 20% del contagio, según algunos estudios
de Estados Unidos, y son esencialmente no infectantes los que muestran TB pulmonar y TB
extra pulmonar con cultivos negativos.
Las personas con infección por VIH y TB tienen menos probabilidad de tener cavitaciones, y
por tanto pueden ser menos infectantes que las personas sin infección simultánea por VIH. Uno
de los factores más importantes para la transmisión de los bacilos tuberculosos es el
hacinamiento en espacios mal ventilados, porque se intensifica el contacto con el enfermo.
Los factores bacterianos también bloquean la defensa del hospedador mediante la autofagia, y
en la cual la célula secuestra al fagosoma dentro de una vesícula de doble membrana (auto
fagosoma), destinada a fusionarse con los lisosomas.
Si los bacilos logran detener la maduración del fagosoma, se comenzará la réplica y al final el
macrófago se romperá y liberará los bacilos de su interior. Como paso siguiente se agregan
otros fagocitos no infectados para perpetuar el ciclo de infección, al ingerir macrófagos en fase
terminal y su contenido bacilar, y así terminar por ser infectados con lo que se expandirá la
infección.
Los lípidos se han involucrado en la identifi cación micobacteriana por el sistema inmunitario
innato, y se ha demostrado que las lipoproteínas (como la lipoproteína 19 kDa) desencadenan
señales potentes a través de receptores tipo Toll (TLR) presentes en las células dendríticas
sanguíneas. M. tuberculosis posee varias proteínas antigénicas. Algunos se encuentran presentes
en el citoplasma y en la pared celular; otras se secretan.
MANIFESTACIONES CLINICAS
La tuberculosis suele dividirse en pulmonar, extrapulmonar o ambas. Según varios factores
vinculados con distintas poblaciones y cepas bacterianas, la TB extrapulmonar puede ocurrir en
10 a 40% de los pacientes. Más aún, hasta dos tercios de los pacientes infectados por el VIH y
que enferman de TB pueden padecer una enfermedad pulmonar y extrapulmonar, o sólo
extrapulmonar.
TUBERCULOSIS PULMONAR
Después de la infección inicial (foco de Ghon) suele presentarse una lesión periférica que
conlleva adenopatías hiliares o paratraqueales transitorias que pueden pasar inadvertidas en la
radiografía de tórax Algunos pacientes muestran eritema nudoso en las piernas o conjuntivitis
flictenular.
En la mayor parte de los casos, la lesión cura de manera espontánea y se manifiesta sólo en la
forma de un pequeño nódulo calcificado. También es frecuente la reacción de la pleura que
cubre a un foco subpleural. El foco de Gohn, con reacción pleural suprayacente o sin ella,
engrosamiento y linfadenopatía regional, es conocido como complejo de Ghon.
TUBERCULOSIS EXTRAPULMONAR
Fuera del pulmón, los sitios donde con mayor frecuencia se localiza la TB, por orden de
frecuencia incluyen ganglios linfáticos, pleura, aparato genitourinario, huesos y articulaciones,
meninges, peritoneo y pericardio. No obstante, prácticamente todos los órganos y aparatos
pueden resultar afectados.
El diagnóstico se confirma por una biopsia de aspiración con aguja fi na (que permite la
confirmación diagnóstica incluso en 80% de los casos), o de la biopsia por escisión quirúrgica.
La confirmación bacteriológica se logra en la mayor parte de los casos, y se identifican de
manera típica lesiones granulomatosas con bacilos acidorresistentes visibles o sin ellos y los
cultivos muestran positividad en 70 a 80% de los casos.
ISONIAZIDA
Como las cavidades tuberculosas pulmonares pueden contener hasta 107 a 109
microorganismos, puede anticiparse la resistencia preexistente en dichas cavidades de
los pacientes sin tratamiento. Estos mutantes espontáneos se seleccionan y amplifican
con la monoterapia. Por tanto, casi siempre se usan dos o más fármacos.
ETAMBUTOL
Cerca de 80% del etambutol no se metaboliza y se excreta por vía renal. Por tanto, en
caso de insuficiencia renal, la dosis debe ser de 15 a 25 mg/kg tres veces a la semana, no
todos los días. El resto del etambutol (~ 20%) se excreta como aldehído y derivados del
ácido dicarboxílico (producido por alcohol y aldehído deshidrogenasas).
ÁCIDO PARA-AMINOSALICÍLICO
El PAS se administra por vía oral en dosis diarias de 12 g dividida en tres partes iguales.
Los niños deben recibir 150 a 300 mg/kg al día divididos en tres o cuatro dosis. La
biodisponibilidad del PAS oral es > 90%. Más de 80% del fármaco se excreta en la
orina; > 50% se encuentra como el compuesto acetilado. La excreción de PAS
disminuye en presencia de disfunción renal, lo que amerita un decremento en la dosis.
CICLOSERINA
La dosis usual para adultos es 250 a 500 mg por vía oral dos veces al día. La cicloserina
oral se absorbe casi por completo. La Cmáx plasmática se alcanza en 45 min en
condiciones de ayuno, pero se retrasa hasta 3.5 h con una comida rica en grasa. El
cuadro 56-2 muestra los valores farmacocinéticos. La cicloserina se distribuye bien en
todo el cuerpo. Cerca de 50% del fármaco se excreta en la orina sin cambios en las
primeras 12 h; en total, 70% se recupera en la forma activa durante un periodo de 24 h.
El fármaco puede acumularse hasta concentraciones tóxicas en pacientes con
insuficiencia renal. Cerca de 60% del compuesto se elimina por hemodiálisis.
Los síntomas van desde cefalea y somnolencia hasta la psicosis grave, convulsiones e
ideas suicidas.
Las dosis elevadas de cicloserina o el consumo simultáneo de alcohol aumentan el
riesgo de convulsiones.