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INTRODUCCION

Siendo una de las obras literarias más codiciadas de Honduras, y que en su tiempo sirvió como prueba para usar
en los juzgados porque relata todos los sufrimientos y las injusticias que ocurrieron en esa época, también
muestra la corrupción que había, tanto en las clases dominantes de la economía, así también en el gobierno,
quien estaba sumido por la dictadura de Tiburcio Carias Andino.
Pero lo más importante, el proceso que lleva a la formación de a conciencia de clase entre los trabajadores,
desde la resignación ante el poder, pasando por el estallido de corto alcance, hasta llegar a la propuesta de un
cambio radical en la sociedad haciendo de la clase obrera la clase gobernante, Desde Prisión Verde Amaya
Amador le habla a la Resistencia de nuestros días a través de Máximo Lujan: ¨En política necesitamos algo
distinto al caudillismo tradicional, al compadrazgo, al paternalismo de los ¨gorgueras¨. Necesitamos que
los anhelos de las masas trabajadoras se plasmen en un ideal político, y este ideal, en un verdadero
partido de trabajadores, partido revolucionario de verdad. Ya no debemos creer en hombres-ídolos: de
sus promesas está llena nuestra historia política¨.
BIOGRAFIA DE RAMÓN AMAYA AMADOR
Ramón Amaya Amador nació en Olanchito, el 29 de abril de 1916, sus padres: el cura Guillermo Amador y
María Isabel Amaya, educado en la ciudad de La Ceiba comenzó su obra y aprendizaje trabajando en unas
plantaciones bananeras ubicadas en La Ceiba.
En 1941 comenzó una etapa como periodista, empleándose en el periódico El Atlántico de La Ceiba,
comenzó como redactor escalando rápidamente hasta llegar a ser editor periodístico. En octubre de 1943 fundo
una revista semanaria en la ciudad de Olanchito, llamada Alerta.
En 1944, escapando de la persecución política huyó buscando exilio en Guatemala, país que lo acoge por los
siguientes diez años. Trabajó en el periódico Nuestro Diario y prestó colaboración en El Popular Progresista,
Mediodía y Diario Centroamérica. Tras el derrocamiento del presidente Jacobo Arbenz, buscó asilo en la
embajada de Argentina para posteriormente migrar hacia este país, donde se radicó en la ciudad de Córdova y
trabajó para la editorial Sarmiento, es en esta ciudad donde conoció a Regina Arminda Fúnez con quien se
casaría el 19 de enero de 1957.
En mayo de 1957 regresó a Honduras, donde comenzó a trabajar para el periódico El cronista y fundó la
revista Vistazo en Tegucigalpa. En abril de 1959 abandona de nuevo el país con su esposa y sus dos hijos:
Aixa Ixchel y Carlos Raúl, radicándose en Checoslovaquia. Tomó residencia en la ciudad de Praga, donde
trabajó para una revista llamada “Problem of Peace and Socialism”.
FALLECIMIENTO
Falleció durante un accidente de aviación en un vuelo TABSO LZ101 ocurrido el 24 de noviembre de
1966, acaecido en las cercanías de la ciudad de Bratislava, Eslovaquia.
En septiembre de 1977 los restos de Ramón Amaya Amador finalmente fueron repatriados y regresaron a la
ciudad de Tegucigalpa M. D. C. su viuda Regina Arminda Fúnez fallecería en la República de Argentina en el
2007. Amaya Amador fue cremado en el crematorio de Praga el 10 de diciembre de 1966 y posteriormente
trasladadas sus cenizas a España.
MARCO HISTÓRICO
El 8 de octubre de 1943 fundo Ramón Amaya Amador, con su amigo Dionisio Romero Narváez, el semanario
“ALERTA”, en el que se consagro a la defensa de los intereses de los trabajadores bananeros. Este
paso,  que puede considerarse significante en una época distinta a aquélla, constituye una muestra formidable de
la compatibilidad y la entrega incondicional de Ramón Amaya Amador  a las cosas de nuestro pueblo, pues
entonces vivíamos bajo en terror de la dictadura encabezada por Tiburcio Carias Andino, que se apoyaba
en el desenfreno de los famosos “comandantes de armas”, es decir, sus principales testaferros, que
contaba con autorizaciones en blanco para hacer su voluntad en cada pueblo.
 La aparición del semanario “ALERTA” bajo aquellas condiciones, significaba un desafío temerario, que
solo al poder de un régimen abiertamente despótico, sino también a los medios represivos de las compañías
bananeras, las cuales disponían de sus propios recursos en tal sentido. Prueba de ello es que, poco tiempo
después de fundado el periódico, Amaya-Amador fue detenido y llevado a las cárceles de La Ceiba, donde el
comandante de Armas respectiva –el  famoso general Rufino Solís- ordeno darle una soberana  paliza
para obligarlo a retirarse de sus actividades revolucionarias. El parque central de la bella ciudad norteña
fue testigo de semejante barbarie.    
Prisión verde se escribió en la decadencia de cuarentena. Entonces los sectores democráticos y populares de
Honduras Vivian un proceso de acumulación de fuerzas muy importante, destinado a cambiar el clima de
brutalidad, de negociación de todo derecho, manteniendo bajo la dictadura terrateniente-burguesa de 1954, la
que, si bien no logro todos los propósitos de los trabajadores, produjo cambios sustanciales en la historia de
nuestro país.
 Los antecedentes preparativos de este hecho extraordinario fueron los esfuerzos organizados de los obreros del
banano en distintos puntos del vasto imperio, así como los conatos insurrecciones llevados a cabo durante la
década del cuarentena, e incluso antes.
Amaya Amador, sufriendo en carne propia la inhumanidad explotación de los monopolios yanquis y
protagonista el mismo de los esfuerzos reivindicativos de los “campeños”, creyó útil escribir la historia de
las tantas luchas frustradas que por entonces tuvieron lugar y que, como lo hemos dicho ya, no fueron
otra cosa que los elementos acumulativos de la gran explotación de 1954. Esta historia es “Prisión
Verde”. 
La mejor obra de Ramón Amaya Amador es, sin duda alguna, Prisión Verde, escrita inicialmente en verso, pero
después vaciada al sobrio lenguaje de la prosa, aunque con rastros indudables de la primera versión.
 Este libro recoge la experiencia, dolorosa y brutal, del novelista como trabajador bananero. Es, en cierto
sentido, una obra-testimonio, pues, como en todos los trabajos de Amaya Amador, en ella se cuenta fielmente la
historia cotidiana de nuestro pueblo. Por eso pudo también decir, siguiendo el hilo de Balzac: "la sociedad
hondureña es el historiador y yo no tengo más que ser su secretario".
CRONOLOGÍA
Prisión Verde fue publicada por primera vez en 1950, por la Editorial Latina en Guatemala. Escrita por
Ramón Amaya Amador.
Empieza con el ambiente que se vive en las oficinas de las Standard Fruit, específicamente en la oficina de
Mr. Still, quien intenta comprar a los terratenientes las pocas tierras que aún no posee la Bananera.
 Uno de los Terratenientes que vendió sus tierras a la Bananera (Martín Samayoa), he hizo mal uso del dinero,
solicitó ayuda de Mr. Still, para ser capataz, pero este lo desprecia y no le ayuda. Máximo Luján ¨Venenero
¨  ayuda a Martín Samayoa y se vuelve como él venero en el Valle del Aguán y específicamente en Culuco.
 Surgen acontecimientos que se desatan, debido al mal trato que los trabajadores reciben por parte de los
capataces de la finca, con el visto bueno de los Jefes ¨Los gringos¨. Tratan de Unirse, no solamente los
Veneneros de Culuco, pero los de la Capital, pero nunca logran comunicaciones efectivas. Máximo Lujan
los exhorta para darse cuenta en la miseria que viven y que algún día será todo diferente, con el derrocamiento
del régimen dictatorial de ese entonces, pero no están preparados aún.
Surge la Muerte de Don Braulio, enfermo de Tuberculosis, que muere trabajando, eso causa indignación en sus
compañeros, sirviendo a los amos extranjeros. Catuca hija de Lucio Pardo es violada por el Capataz
Encarnación Benítez y queda embarazada.
 Matan al Esposo de Juana de Ruíz, ya que uno de los Jefes Mr. Jones quiere quedarse con ella. Como
venganza Mr. Still y el Abogado Párraga le tienden una trampa al único Terrateniente que no quiso
vender sus tierras y esto lo lleva a la ruina y luego a su muerte.
Lucio Pardo, coludido con Marcos (quien al final los traicionó), comenzaron una reyerta, cansados del trato
que les dan a ellos y a los que han caído muertos en el deber. Todo sale mal, debido a que no se unieron
y  meten en la cárcel a los amigos de Máximo Luján y a él se lo llevan y lo matan.
Lucio Pardo trata de buscarlo, pero no lo encuentra y consigue la forma de vengarse de su muerte ,
matando en forma de accidente a los jefes y capataces. Nunca encuentran el cuerpo de Máximo, ni a la mujer
que amó que se volvió loca de dolor al ver que lo habían matado. Lucio Pardo admitió ser el autor del atentado,
para que no pagaran inocentes, por lo que había hecho y lo mataron, debajo de una mata de plátano, murió
ahorcado.
Al final los únicos sobrevivientes Catuca y su hijo, Samayoa, Plácida y Tivicho, buscando nuevos horizontes,
lejos de la Prisión verde, siempre con la esperanza de que las nuevas generaciones podrán liberarse del
yugo de los opresores y recordando a Máximo Luján el revolucionario.
SINOPSIS
Ramón Amaya Amador relata su experiencia en los campos bananeros para elaborar su novela. El propósito del
autor —más que hacer un aporte literario— es crear una conciencia política que produzca un cambio social
que mejore las condiciones y la calidad de vida de los trabajadores hondureños.
Los campos bananeros son descritos en la novela como una “prisión verde”, por la misteriosa atracción que
ejercen sobre los trabajadores a pesar de ser explotados sienten el impulso a quedarse trabajando ahí  a
pesar de todas las dificultades. Amaya Amador empieza su relato en el ambiente de una de las oficinas de las
compañías, en la que un “jefe gringo” —Míster Still— intenta convencer al terrateniente Luncho López para
que le venda sus tierras a la compañía bananera.
Después de la reunión con los terratenientes, aparece en mala facha el señor Martín Samayoa, quien después
de haber derrochado el dinero que le dio la compañía por su terreno, buscaba la ayuda de Míster Still para que le
diera un trabajo de capataz, pero éste lo despreció y lo mandó a buscar trabajo de peón. Desalentado por el
desaire y sin dinero, Samayoa tuvo la suerte de conocer al campeño Máximo Luján, quien lo llevó a vivir a su
casa, un lugar miserable en el que vivía con otros trabajadores de la bananera y le consiguió trabajo como
regador de veneno.
 En cada episodio del libro siempre hay alguna injusticia de parte de la Compañía que provoca la
indignación de los trabajadores. Pero el grupo de Máximo Luján va adquiriendo cada vez más conciencia
social.
Sobre los partidos políticos tradicionales: el Partido Nacional y el Partido Liberal, Luján opina que
“tienen la misma esencia: oligarquía; y sirven al mismo patrón: las Compañías Bananeras”… “En política
necesitamos algo distinto”. Necesitamos que los anhelos de las masas trabajadoras se plasmen en un ideal
político, y este ideal, en un verdadero partido de los trabajadores, partido revolucionario de verdad. Ya no
debemos creer en los hombres-ídolos: de sus promesas está llena nuestra historia política”.
La situación de los trabajadores empeora cuando suben de precio los productos de los comisariatos, que
eran propiedad de la misma compañía. A los trabajadores el gobierno les cobra impuestos para crear escuelas y
hospitales, y sin embargo no reciben ninguno de esos servicios. Cuando muere un conductor de una grúa en
un accidente, un jefe gringo se enoja con el difunto por echar a perder la máquina con valor de miles de
dólares y grita encolerizado: “¡Mejor se hubieran matado cien desgraciados!”. Esto provoca una gran
indignación de los trabajadores que no soportan tantos maltratos y humillaciones, por lo que deciden ir a la
huelga. Y deciden nombrar a Máximo Luján como director de la misma.
El libro se cierra con los amigos recordando a Máximo Luján y su legado: “La prisión verde no es solo
oscuridad. Máximo encendió en ella el primer hachón revolucionario. Otros cientos de hermanos se encargarán
de mantenerlo enhiesto”.
ARGUMENTOS
Todo empieza con la compra y venta de parcelas de tierra, desembocando con partes accesibles a la venta
y con otra parte resistiéndose a la misma. Esto provocado por la mega compañía del cultivo del banano
incrustada en la costa norte de Honduras.
Esta compañía no se presentó con transparencia beneficiando a pocos y perjudicando a la gran mayoría, como
en todo en lo que está relacionado con grandes cantidades de personas la administración se torna compleja y
este caso no fue la excepción.
En este negocio se involucró personajes trabajadores del estado, los que se prestaron para dañar a los que más
de cerca trabajaban o a los que se relacionaban con la ejecución de los trabajos del campo.
 En el campo había distintas jerarquía entre los mismos trabajadores, los cuales eran tratados con la
menor delicadeza e incluso eran castigados físicamente si no cumplían con sus tareas a esto sumarle las
enfermedades a las que eran prisioneros provocados por el ambiente en el que vivían.
Los representantes del gobierno, deben preocuparse por el bienestar de cada individuo, asegurándose que no se
violen sus derechos (salud, educación, alimentación, etc.), independientemente de con quien estén negociando y
lo que esto implique ya sea para crecimiento personal o del mismo estado, ya que no se debe ganar lo poco
perdiendo lo mucho y este caso en particular la salud e incluso la vida de los trabajadores.
Se permitió que grandes masas de personas se movilizaran bajo una ilusión que los terminó atrapando, y
no permitiéndoles poder desistir de dicho embrujo, motivados con la idea de una vida mejor, apantallados y
más temprano que tarde se dieron cuenta que incluso con su escases en sus lugares de origen vivían mejor.
En este punto, y desde el inicio y/o ingreso de estas compañías se debe plantear y/o analizar los beneficios y los
contras de dichos acuerdos, donde ninguna de las partes salga menos beneficiada que la otra.
 Lo mejor es socializar la idea o negociación o por lo menos asignar un representante de cada una de las partes
(representante compañía extranjera, representante del estado y representante de los campesinos) estos deben
estar de acuerdo para poder tomar una decisión de que hacer y cómo hacer, de lo contrario no alterar la
actividad de la gran mayoría, bajo ningún argumento que no plantee claramente la razón de dicha acción.
Personajes
Personajes principales:    Máximo Lujan:
Un hombre afectado por el paludismo provocado por la vida en la plantación (se dedican a la irrigación de
veneno), procedente de Santa Rita, quien siendo muy joven perdió a su mama por esta misma enfermedad y a su
papa envuelto en la mala vida alcohol, juegos quien fue asesinado. Máximo Lujan es buscado por Camilo.
·         Lucio Pardo:
Un hombre mayor, esposo de Placida y padre de Catuca. Es un obrero en la plantación desempeñando
diferentes actividades, este es de carácter brusco, violento, soberbio quien ha vivido por muchos años en los
campos bananeros, y conocía la historia sangrienta y tremenda del trabajador de la costa norte.
Personajes Secundarios:
·         Míster Still:
Dueño y/o representante de la compañía extranjera quien se encargó de comprar las tierras a los
campesinos, poner la plata para la siembra de la planta del banano, etc. Un hombre de energía ilimitada, severo
y autoritario.
·         Parraga:
 Un abogado sin muchos escrúpulos que se encargaba de la parte legal de los negocios de Míster Still.
Diputado del Congreso nacional.
·         Lucho López:
Un personaje aferrado a sus pertenencias presentes en su familia de generación en generación, negándose
rotundamente al desprendimiento de las mismas.
·         Cantillano y Cierra:
Personajes embelesados por la palabrería y aparentemente buenas ofertas de parte de Míster Still
cedieron a la venta de sus pertenencias.
·         Tiburcio Carias Andino:
Presidente de la república y que se encargó de implantar medidas o castigos extremos para los supuestos
culpables de alguna acusación.
·         Martin Samayoa:
Ex propietario de una pequeña parcela, la que fue vendida a Míster Still, quien en su momento se le dijo que
contara con el apoyo de parte de los nuevos dueños si algo llegara a necesitar, pero después de cinco años esta
necesidad llego y Míster Still, lo había olvidado y Samayoa fue tratado con indiferencia.
·         Catuca Pardo:
Mujer joven, de muy bonita sonrisa, de silueta muy parecida y que tenía a Máximo embelesado.
·         Placida:
Una mujer sumisa y sometida.
·         Camilo:
Encargado de los contratos y quien está recibiendo una propuesta de negociación de parte de Míster Foxer,
sobre ventajas que implica los nuevos contratos.
Temas
·         Injusticia ·         Hambre
·         Pobreza ·         Violaciones
·         Esclavitud ·         Corrupción
PROBLEMÁTICA
El autor quiso dar a conocer todo lo que sucedía en los campos bananeros y todo lo que sufrían por la
presencia de la empresa Standar Fruit Company. El señor Martin Samayoa quien después de haber
derrochado el dinero que le dio la compañía por el terreno él les había vendido, busco la ayuda de Míster Still
para que le diera un trabajo de capataz, pero Míster Still lo menosprecio y lo mando a buscar trabajo de peón.
El señor Samayoa, desalentado por el desaire y sin dinero tuvo la suerte de conocer a un campesino, Máximo
Lujan quien lo llevo a vivir a su casa, un lugar miserable que vivía hacinando con otros trabajadores de
la bananera y le consiguió trabajo como regador de veneno, por lo cual ellos eran llamados veneneros.
Las mujeres también eran víctimas de la opresión capitalista de las bananeras. Por la miseria, muchas
campesinas se vieron obligadas a dedicarse a la prostitución. Estanio Parraga era el abogado que había
engañado a Lucho López. Sierra y Cantillano se vieron obligados a pedir trabajo de peones en la compañía,
como a Martin Samayoa le había tocado. 
En un accidente un conductor de una gran grúa muere, y un jefe gringo se enoja con el difunto por echar
a perder una maquina con valor de miles de dólares y grita encolerizado: “¡Mejor se hubieran matado
cien desgraciados!”, frase que dio a conocer la importancia que le daban a la vida de los trabajadores que
por cierto al fin y al cabo los trataban como esclavos. Esto mismo provoca la reacción y una gran
indignación en los trabajadores y se dan cuenta que ya no pueden soportar tantos maltratos, por lo tanto, deciden
ir a huelga.
Decidieron nombrar a Máximo Lujan como director de la huelga, quien acepta el cargo a pesar de que la
huelga se realizó de manera prematura. Y lo que sucede a corto plazo le da la razón a Lujan, huelga que le
costó la vida. La huelga rápidamente fue reprimida por los militares, los cuales recibían órdenes de los
altos mandos los cuales estaban a favor de la compañía bananera. A los huelguistas los llevan presos y al
director de la huelga, Máximo Lujan lo matan y lo entierran debajo de una mata de plátano . De este
modo, desbarataron el frente que se había formado contra la compañía bananera.
El viejo Lucio Pardo, para tomar venganza de la muerte de Lujan, a quien consideraba como su propio hijo y
le tenía aprecio, hace volcar el motocarro en el cual se conducían un jefe gringo Míster Foxer y dos
capataces, Encarnación Benítez y Carlos Palomo y el coronel que mato a Lujan. Todos ellos mueren en el
accidente excepto Lucio Pardo, para el cual los problemas apenas comienzan. Los jefes gringos quieren
demostrar quién manda y dar un castigo ejemplar, y por medio de torturas pretenden hacer que Lucio
Pardo y sus amigos confiesen, pero es en vano todos sus esfuerzos. Pero los ex terratenientes Sierra y
Cantillano, Lucio Pardo, con el fin de liberar a los inocentes, decide confesar ante los verdugos el
atentado.
 Lucio Pardo muere ahorcado a mano de los militares. Pero a pesar de las tragedias y las perdidas vividas de
algo podían estar seguros que la muerte de Máximo Lujan, no había sido en vano. Porque lo mataron no solo
por ser huelguista, sino por llevar la verdad y la luz al cerebro y corazón de los proletarios, que por su sacrificio
y muchos otros después, no lograron mantener en ignorancia y sumisión perpetuas a los trabajadores de la
empresa bananera.
Tiempo
Prisión Verde se escribió en la década del cuarenta. Entonces los sectores democráticos y populares de
Honduras vivían un proceso de acumulación de fuerzas muy importante, destinado a cambiar el clima de
brutalidad, de negación de todo derecho, mantenido bajo la dictadura terrateniente-burguesa de Tiburcio Carías
Andino.
 Ese proceso culminó con la gran huelga bananera de 1954, la que, si bien no logró todos los propósitos de
los trabajadores, produjo cambios sustanciales en la historia de nuestro país. Los antecedentes
preparatorios de este hecho extraordinario fueron los esfuerzos organizativos de los obreros del banano en
distintos puntos del vasto imperio, así como los conatos insurreccionales llevados a cabo durante la década del
cuarenta, e incluso antes. Amaya Amador, sufriendo en carne propia la inhumana explotación de los
monopolios yanquis y protagonista él mismo de los esfuerzos reivindicativos de los "campeños", creyó útil
escribir la historia de una de las tantas luchas frustradas que por entonces tuvieron lugar y que, como lo hemos
dicho ya, no fueron otra cosa que los elementos acumulativos de la gran explosión de 1954.
Esa historia es Prisión Verde.
Espacio
Prisión Verde “ha sido el libro más perseguido del país. Los campos bananeros son descritos en la novela
como una “prisión verde”, por la misteriosa atracción que ejercen sobre los trabajadores que viven ahí,
quienes, a pesar de ser explotados y vejados en ellos, sienten el impulso a quedarse trabajando ahí a pesar
de todas las dificultades.

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