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Integrantes: Valentina Celis, Yudy E.

Mendoza, Valentina Otero Rojas

¿Es efectivo el debido proceso penal en la ley 906 de 2004?

La ley 906 de 2004 introdujo un cambio de paradigma respecto a diferentes aspectos y


funciones dentro del proceso penal, el cual permite un desarrollo con mayor garantía del
debido proceso, esto se refleja en la armonía con la constitución y los tratados
internacionales ratificados por colombia, que a su vez se materializa en el código como
normas rectoras incluidas en el título preliminar que explican su razón de ser desde una
perspectiva esencialmente constitucional, enmarcando los derroteros filosóficos como
parámetros esenciales en la interpretación y aplicación de sus normas. Tal ha sido la
importancia de poner en práctica este sistema acusatorio, oral y público que el I Título del
código contiene todos aquellos principios y normas rectoras que orientan y garantizan un
procedimiento ajustado a las normas internacionales, a la Constitución Política y a las
garantías procesales de las partes involucradas.

Es primordial destacar el papel de la Fiscalía General de la Nación ya que dejó de ser juez
y parte a ser una parte procesal, limitando sus funciones a investigar e imputar los hechos
punitivos, teniendo que remitir sus actuaciones fundamentadas en los principios y el debido
proceso ante el juez competente. Es por ello cuando entra la figura procesal del juez de
garantías como una protección del debido proceso penal ya que se encarga de velar por
garantizar los derechos fundamentales del indiciado y advertir los momentos en que tales
actuaciones no están ajustadas al debido proceso.

Sin embargo, como se presenta reiteradamente, la legislación no ha tenido la capacidad de


regular y contemplar de forma completa todas las situaciones que se presentan en la
sociedad y que se resuelven bajo el derecho penal, es por esto que aquellos vacíos que se
han ido presentando, como con la doble instancia, se han ido surtiendo
jurisprudencialmente. Esto se evidencia en sentencias como la C-792/14 en la cual se
determina que el derecho de impugnación resulta vulnerado en los procesos de única
instancia y cuando en sede de apelación se dicta por primera vez sentencia condenatoria,
frente a este caso la Corte Constitucional tiene que entrar a solicitarle al congreso que en un
tiempo determinado se legisle en referencia a esta contradicción entre la norma acusada y
la constitución, ahora frente a la omisión parlamentaria se determina que procede la
impugnación de todas las sentencias condenatorias ante el superior jerárquico; sin embargo
como en esta sentencia no se determinó un trámite de procedencia para cumplir esta
garantía, en 2016 la Corte Suprema de Justicia emitió un comunicado donde lo considera
irrealizable, por lo que es acá donde el acto legislativo 01 de 2018 entra a regular la
competencias de unas salas dentro de la Corte Suprema de Justicia para garantizar el
derecho a impugnar.
Por otro lado, es común ver en noticias y medios de comunicación casos y situaciones en
donde se atropella y se viola el principio del debido proceso y junto a este las demás
garantías y derechos fundamentales como la libertad, la dignidad humana, entre otros, un
caso particular que hace poco se dio a conocer sobre un campesino de San Pedro de Urabá
que fue condenado a 40 años de cárcel de las cuales cumplió 6 años por un delito que no
cometió, esto fue debido a la mediocre investigación y a la falta de elementos materiales
probatorios por parte de Fiscalía para imputar a aquel ciudadano.

En conclusión, consideramos que los cambios en el nuevo Código Penal han sido
trascendentales, sobre todo para la parte acusada, en el sentido de que se busca durante
todas las etapas del proceso que no se atropellen o transgredan las garantías del debido
proceso y junto a este los demás derechos fundamentales. ya que se han limitado funciones
que de cierta manera podían ser reprochables y se han creado figuras procesales, como la
del juez de garantías, que velan y protegen el procedimiento penal y se encargan de
discernir las actuaciones ajustadas a Derecho y aquellas actuaciones que quebrantan las
garantías procesales. Sin embargo, no se puede desconocer que el derecho penal es
dinámico y está atado a la realidad social por lo cual hay muchas situaciones y casos
particulares que se escapan del ámbito de la ley y resultan totalmente inconstitucionales,
ilegales y vulneratorios del debido proceso y a pesar de que aquellos vacíos o situaciones
pueden ser complementados jurisprudencialmente, no siempre se cumple con la función
garantista del Estado social de derecho.

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