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Revista de P.imlogl. deEl S.lv.dor,1988, Vol.

vn,N'28,123-141
UCA, Ssn Salvador. El Salvador, CA.

LA. VIOLENCIA POLITICA y LA. GUERRA


COMO CAUSAS DEL TRAUMA
PSICOSOCIAL EN EL SALVADOR*
Ignacio Martín-Baró
Departamento de Psicología y Educación
Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
San Salvador,EI Salvador

RESUMEN

Frente a la imagen que de El Salvador ofrece el gobierno


norteamericano como "una incipiente democracia", varios hechos
cotidianos en las relaciones sociales más básicas muestran una
realidad muy distinta: la de un pats en guerra civil. Desde una
perspectiva psicosocial, la guerra salvadoreña se puede definir por
tres caractertsticas: (a) la polaruacwn social, intencionadamente
buscada por los grupos rivales; (b) la mentira institucionalizada,
que con el tiempo va alcanzando nuevos niveles; y (c) la violencia,
que ha pasado de ser preponderantemente represiva a ser mayorita-
riamente bélica, con la consiguiente militarizaci6n del pats. Esta
situacwn de guerra produce un trauma psicosocial, es decir, la
cristaluaci6n traumática en las personas y grupos de las relaciones
sociales deshumanizadas. La polarizaci6n tiende a somatizarse, la
mentira institucionalizada precipita graves problemas de identidad
y la violencia aboca a una militarizaci6n de la misma mente. De
aM la urgencia de emprender una tarea psicosocial de despo-
larización, desideologizacwn y desmilitarizaci6n del pats.

• Uaa ~l1Ii6n previa de e8te LrBbajo fue presentada en el "Simposio sobre


~te. y refugiadoB cenLroamericanos" celebrado en la Universidad estatal
• Saa Francisco, organizado por el Departamento de Estudios La Raza, ellO de
_ _ 0101988.

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1. Dos imágenes de El Salvador hay que achacarlos a la si-
tuación creada por los gru-
Según el gobierno norteame- pos marxistas-leninistas
ricano, El Salvador representa que practican el terrorismo
el mejor ejemplo de las "nuevas violento con el apoyo de
democracias" latinoamerica- Cuba y Nicaragua.
nas que habrían ido surgiendo
durante la última década, en Lamentablemente, esta ima-
particular en el área centro- gen del país constituye una ela-
americana, donde sólo Nica- boración ideológica muy propia
ragua constituiría la excepción. del gobierno de Reagan, pero
Este hecho reflejaría, además, que poco o nada refleja la si-
el éxito de la política exterior de tuación real de El Salvador. El
Reagan hacia América Latina. carácter democrático de un
Para probar su aserción sobre El gobierno no depende o, por lo
Salvador, se acude a los si- menos, no sólo, de la forma
guientes datos: como es elegido, sino de las fuer-
zas que día tras día determinan
(a) El gobierno salvadoreño fue su actuación. Y el hecho veri-
electo en unas elecciones ficable es que, a la hora de de-
libres, de acuerdo a una finir las políticas fundamen-
constitución democrática; tales de El Salvador, cuentan
más los fantasmas de la "se-
(b) Existe en el país un cre- guridad nacional" norteame-
ciente respeto a los derechos ricana que las necesidades más
humanos de la población. básicas del pueblo salvadoreño.
Según el gobierno norte- Que el gobierno de Duarte tenga
americano, el 80 % ·de las algún control significativo so-
violaciones a esos derechos bre la Fuerza Armada de El Sal-
que aún se producen sería vador es algo que a ningún sal-
causado por los rebeldes; vadoreño se le pasa por la ca-
beza, y ello sencillamente como
(c) El ejército salvadoreño se resultado de la experiencia co-
ha vuelto cada vez más tidiana sobre quién manda en
profesional, sometiéndose la vida real. Finalmente, atri-
al poder civil; buir las principales violaciones
a los derechos humanos a los
(d) Aunque todavía hay algu- rebeldes no exime al gobierno de
nos problemas, por ejemplo, lo que sería su parte de responsa-
respecto a la satisfacción de bilidad. Pero es que, además,
las necesidades básicas de ese juicio constituye una gro-
la población o con el fun- sera distorsión de los datos, más
cionamiento del sistema de propia de una campaña de "gue-
justicia, en buena medida rra psicológica" que de un aná-

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lisis objetivo sobre los aconteci- tado desde el comienzo de la
mientos. guerra por esconderse en un
"tatú" o refugio cada vez que
¿Cuál es, entonces, la rea- se produce un operativo o que
lidad de El Salvador? Exami- se acerca la Fuerza Armada
nemos una serie de hechos coti- al lugar. El resultado ha sido
dianos que conciernen directa- que el solo anuncio de un
mente al ámbito de la llamada operativo le produce al señor
salud mental, pero que en su lo que todo el pueblo conoce
concreción ponen de manifiesto como "el dolor": un violento
una realidad muy distinta a la retortijón intestinal, un
ofrecida por los voceros del abrumador dolor de cabeza y
gobierno de Reagan. una flojera generalizada que
no le permite ni caminar.
1. El Departamento de Cha-
latenango, al norte del país, En un pequeño estudio rea-
es una de las zonas más lizado recientemente en el re-
conflictivas, sobre la que los fugio de San José Calle Real,
insurgentes del FMLN ejer- situado en las afueras de San
cen control práctico buena Salvador, con 250 personas de
parte del ano. Una pequeña todas las edades (36 % de los
población de este Departa- refugiados allí), se encontró con
mento apenas está habitada que bastaba la presencia del
por unas decenas de familias ejército en las cercanías del re-
campesinas muy pobres, fugio para que 87 % experi-
compuestas de unos pocos mentaran temor, el 75 % sintie-
hombres adultos, ancianos, ra taquicardia y el 64 % se viera
mujeres y niños; no hay invadido por un temblor cor-
jóvenes. Periódicamente la poral generalizado (ACISAM,
Fuerza Armada lanza ope- 1988, págs. 12-13),
rativos militares que afectan
a este pobladito, y que incluye 2. Usulután es otra zona al sur-
bombardeos, mortereos, mi- este del país, con dos regiones
nados de campos, rastreos y distintas: una costera, rica
destrucción de viviendas y productora de algodón, y otra
cultivos. Cada vez que se más montañosa, con amplias
inicia un operativo, la po- fincas de café. También allí
blación se cobija en sus tiene presencia permanente
casitas, agarrotada por una el FMLN y la Fuerza Arma-
serie de síntomas psicoso- da realiza continuos opera-
máticos: temblor generali- tivos de contrainsurgencia.
zado del cuerpo, "flojera" En el desarrollo de una serie
muscular, diarrea... Un ma- de trabajos de encuestamien-
trimonio ya anciano ha op- to, se pudo comprobar que los

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soldados gubernamentales tamente, si el miedo ha dis-
practican en forma sistemá- minuido los últimos años entre
tica el abuso sexual de la la población del área metro-
mujeres campesinas jóvenes politana de San Salvador, sigue
que pueblan la zOna. Como siendo una nota dominante
indicaba una de ellas, para entre el campesinado, incluso el
evitar las continuas vio- que vive en áreas menos con-
laciones masivas, las "más flictivas del país.
listas" (son sus términos)
tienen que recurrir a la 3. Cada vez se producen con
protección de algún soldado u más frecuencias matanzas
oficial, prostituyéndose con de civiles realizadas por sol·
ellos y pidiéndoles que las dados de permiso o exsol-
defiendan de los demás. Por dados que arrojan granadas
supuesto, este dato no entra en a una casa particular, en el
las estadísticas sobre dere- interior de un bus o en medio
chos humanos de la Emba- de un baile. No es raro que
jada norteamericana en San los ejecutores se encuentren
Salvador. Pero, según la in- ebrios al realizar el acto. Los
formación disponible, consti- motivos suelen ser celos o
tuye una práctica común de deseo de afirmar su poder o
los miembros de la Fuerza "autoridad". Tan sólo en la
Armada y no de los del ultima semana de febrero del
FMLN. presente año de 1988, la
prensa ha informado sobre
Cabe añadir, para com- no menos de cuatro casos de
plementar este dato, que, en una este tipo.
encuesta realizada el pasado
mes de febrero, al preguntar a 4. En una investigación rea-
los campesinos cuáles creían lizada entre abril y mayo de
ser las causas de la guerra, 59.1 1987, en la que se trataba de
% de los entrevistados, que se reproducir unos estudios rea-
habían expresado hasta ese lizados en Estados Unidos
momento con gran esponta- sobre la formación del cOn-
neidad, se mostraron atemori- cepto de clase social (ver
zados y respondieron que ellos Leahy, 1983), se entrevistó a
no sabían de eso (lUDOP, 1988). más de 200 niilos de diversas
Incluso cuando se les apuntaba a edades y pertenecientes a
las huellas evidentes de la distintos sectores sociales.
guerra --<:ultivos quemados, Una de las preguntas que se
casas con señales de balas o formulaban era la siguiente:
bombas-, insistían en su ig- "¿Qué tendría que pasar para
norancia y que eso ocurría que no hubiera pobres?" Va-
"cuando ellos no estaban". Cier- rios de los niilos entrevis-

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tados, pertenecientes a sec- (a) Se trata, ante todo, de una
tores socioeconómicos altos, sociedad más que pobre, em-
dieron la siguiente res- pobrecida, no sólo dividida, sino
puesta: "Matarlos a todos". violentamente desgarrada, en
Por supuesto, este puede ser la que los derechos humanos
interpretado de varias ma- más básicos de las mayorías
neras, y el estudio está to- son estructural y sistemá-
davía sin concluir. Pero en ticamente negados. No se alude
ninguno de los estudios de- aquí a derechos como el de la
sarrollados en los Estados libertad de prensa o el de la
Unidos se obtuvo este tipo de libertad de culto, que tan to
respuestas. No hay que ol- parecen preocupar al gobierno
vidar que algunos sectores de norteamericano en Cuba o
la sociedad salvadoreña to- Nicaragua; se alude al derecho
davía plantean como solu- mucho más fundamental a
ción a la guerra civil la conservar la vida, a comer lo
eliminación de "todos los suficiente, a contar con un techo
subversivos" a la manera de donde vivir, con un trabajo en el
1932, para "ganar de este que realizarse como ser hu-
modo" ---{l, al menos, así lo mano, con una escuela donde
afirman- "otros cincuenta educar a los hijos. ¿De qué le
ll
años de paz • sirve al campesino salvadoreño
que el gobierno no censure los pe-
riódicos, si ni él los puede leer,
Bastan estos cuatro hechos ya que es analfabeto, ni tiene
-los síntomas psicosomáticos dinero para comprarlos, ni so-
ante los operativos militares, la bre todo su hambre y dolor, sus
violación masiva de mujeres sufrimientos y anhelos en-
campesinas, el descontrol de la cuentran reflejo en ellos?
violencia criminal de soldados
u oficiales y la configuración (b) La Fuerza Armada gu-
casi asesina de la mente bernamental sigue represen-
infantil- para probar que la tando para la mayoría de los
realidad de El Salvador es muy salvadoreños un poder ate-
distinta a la ofrecida por los monzante y abusivo, la "au-
informes oficiales del gobierno toridad" arbitraria y omni-
norteamericano. Tres rasgos potente, expresión de un sistema
pueden ser de utilidad para organizado en función de las
definir esa realidad: su cre- necesidades minoritarias de un
ciente empobrecimiento, la vi· diez o quince por ciento de la
gencia de una autoridad por pobación. No se trata de negar
encima de la ley y la con- las mejorías parciales experi-
tinuidad de la guerra civil. mentadas por el ejército salva-

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doreflo, tanto en su actuaci6n te infantil pasando por el des-
técnica como en sus relaciones quiciamiento de las relaciones
con la poblaci6n civil. Sin em- sociales, sometidas al abuso y la
bargo, la Fuerza Armada sigue violencia de quienes tienen en
siendo en El Salvador una sus manos el poder.
instituci6n por encima de la ley,
y el que respete o no los derechos No es casual que se ofrezca de
de las personas queda al arbitrio El Salvador una imagen de-
de sus intereses gremiales y, lo mocrática a pesar de que la rea-
que es peor, a la comprensi6n, lidad difiere drásticamente de
por lo general estrecha, que de esa imagen. El ocultamiento
cada situaci6n tenga el oficial ideol6gico es parte del problema,
local y aun el simple soldado, un elemento esencial para jus-
constituidos en "autoridad". tificar la prolongaci6n de lo que
para el gobierno de Reagan no
(c) La guerra que desde hace es más que un simple "conflicto
ocho años asola al país, y que los de baja intensidad", pero para el
asesores militares norteameri- pueblo salvadoreño constituye
canos calculan que puede ex- una guerra que, tras privarle de
tenderse todavía por seis aflos su soberanía nacional, ame-
más, está produciendo una sis- naza con destruir su identidad y
temática destrucci6n de la po- hasta su misma viabilidad his-
blaci6n salvadorefla. Obvia- t6rica. Por ello, conviene exa-
mente, parte muy fundamental minar en forma más detenida
de esta destrucci6n es el número al conflicto mismo.
de víctimas: se calcula que ya
son cerca de setenta mil los 2. La guerra salvadoreña
muertos en estos últimos aflos
por causa del conflicto. Es di- Toda guerra constituye una
ficil ofrecer un número preciso forma de resolver un conflicto
de heridos, aunque se sabe que, entre grupos que se caracteriza
en toda confrontaci6n bélica, por por el recurso a la violencia con
cada muerto suele haber no la que se pretende destruir o do-
menos de tres heridos. Pero lo minar al rival. Los estudios de
que aquí interesa subrayar no es la psicología sobre la guerra
tanto la destrucci6n corporal tienden a concentrarse predo-
cuanto la destrucci6n psico- minantemente en dos áreas:
social. Y, como se ha visto en los una de ellas busca la eficiencia
ejemplos presentados, el im- de las acciones militares, ya sea
pacto de la guerra salvadoreña estudiando las formas más
va desde el deterioro orgánico efectivas de organizarse y ac-
que aparece en los síntomas tuar, ya sea aportando ele-
psicosomáticos hasta la crimi- mentos propios que contribuyan
nalizaci6n aberrante en la men- al esfuerzo bélico (la llamada

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"guerra psicológica"); el otro En 1984, se pudo caracterizar
área se concentra en las se- la guerra civil salvadorei'la des-
cuelas psicológicas de la guerra de una perspectiva psicosocial
y se orienta hacia su prevención con tres notas fundamentales:
y tratamiento. (1) la violencia, que orienta los
mejores recursos de cada con-
Hay, sin embargo, un aspecto tendiente a la destrucción del
de la guerra de gran im- rival; (2) la polarización social,
portancia y que debe ser ana- es decir, el desplazamiento de
lizado por la psicología social: los grupos hacia extremos
su carácter definidor del todo opuestos, con el consiguiente en-
social. Por su propia dinámica, durecimiento de sus respectivas
una guerra tiende a convertirse posiciones ideológicas y la
en el fenómeno más englobante presión sobre las diversas ins-
de la realidad de un país, el tancias sociales para que se
proceso dominante al que tienen alineen con "nosotros" o con
que supeditarse los demás "ellos"; y (3) la mentira ins-
procesos sociales, económicos, titucional, que supone desde la
políticos y culturales, y que, de desnaturalización del objeto de
manera directa o indirecta, las instituciones hasta el ocul-
afecta a todos los miembros de tamiento ideológico de la rea-
una sociedad. lidad social (Martín-Baró,
1984).
Ese mismo carácter absor-
bente de la guerra puede llevar a En lo fundamental, esta
ignorar la manera diferencial caracterización psicosocial de
como afecta a los grupos y per- la guerra salvadoreña sigue
sonas: lo que para unos re- siendo válida en 1988, lo cual ya
presenta la ruina supone para es de por sí un hecho deplorable.
otros un gran negocio, y lo que a Con todo, conviene examinar
ciertos grupos pone al borde de la las modalidades que estas
muerte a otros abre la posi- características de la guerra
bilidad de una nueva vida. Una civil salvadorei'la han ido
es la guerra que tiene que sufrir adoptando como consecuencia
en carne propia el campesino y de la prolongación de la guerra
otra muy distinta la que en sus misma.
pantallas de televisión con-
templa el burgués industrial. 2.1. la polarización social
En El Salvador, quienes van al
campo de batalla son mayori- En el análisis de 1984 se in-
tariamente los pobres, los hijos dicaba que el grado de polari-
de los campesinos o de los mar- zación social de la población
ginados urbanos, no los hijos salvadorei'la había tocado techo
del patrón o del profesional. y que se observaban signos

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significativos de despolariza- clon civil, a fin de constituirla
ción, es decir, esfuerzos cons· en el principal obstáculo frente a
cientes de algunos grupos y los rebeldes, presentados como
sectores por desindentificarse vulgares terroristas y enemigos
respecto a: ambos contendientes del pueblo.
(Martín-Baró, 1984, pág. 507).
Los procesos de polarización y De parte y parte se ha hecho
despolarización no son uni- un esfuerzo concertado y cons-
formes ni mecánicos, sino que ciente no sólo por mantener la
están muy relacionados con la polarización social, sino por
marcha de la actividad militar extenderla y profundizarla. A
así corno con la evolución de la fin de lograr este objetivo, am-
situación política misma. En bos contendientes han tratado de
este sentido, desde 1984 hasta enfatizar los elementos de an-
ahora se han podido observar tagonismo, en lugar de los
varios procesos importantes. elementos de posible acuerdo, y
Quizá el más significativo 10 han explotado cuanto han podido
constituya el resurgimiento del las fuentes del resentimiento y
movimiento de masas, con cIa- del odio intergrupal. Unos y
ras simpatías hacia la postura otros se han presentado mu-
del FMLN. Sin embargo, el tuamente como la encamación
esfuerzo consciente por pola- del mal, como "el enemigo" al
rizar y llevar a las organi- que hay que eliminar. Este
zaciones populares desde los apecto resulta más contra-
planteamientos laborales rei- dictorio en la propaganda gu-
vindicativos hacia posturas po- bernamental que en la del
líticas más conscientes e in- FMLN, tanto por su magnitud e
cluso radicales y hasta vio- intensidad, incomparablemente
lentas, ha producido una nueva mayor, cuanto por el violen-
reducción del movimiento, del tamiento que hace al lenguaje.
que se han separado quienes no Así, el mensaje transmitido
se sienten con fuerzas para bajo el lema de "unidos para
entrar en esa dinámica o temen reconstruir", nombre dado a la
una repetición del terrorismo campaña contrainsurgente más
represivo de 1981-1982. Desde el ambiciosa de la Fuerza Armada
lado gubernamental, la Fuerza en los dos últimos años, clara-
Armada ha puesto en marcha mente decía "desunidos para
varios planes de contrainsur- destruir", o bien, "unidos uno
gencia, uno de cuyos ingre- contra otros para que acabemos
dien tes esenciales lo constituye con ellos".
la llamada "guerra psico-
lógica". Estos planes han bus- El nivel de polarización
cado expresamente ganar "la social que se encuentra hoy en el
mente y corazón" de la pobla- país -más allá de momentos

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coyunturales, como lo son los la confrontación social y a ha-
períodos electorales- es menor cer muy difícil el estableci-
que el que se dió en los primeros miento de ámbitos para una
ailos de la guerra civil. Mal que interacción de los diversos gru-
bien, el cansacio y la razón, el pos sociales de cara a objetivos
desengailo con la solución mi- de interés común. Por eso el
litar y las exigencias de la gobierno de Duarte se encontrÓ
convivencia cotidiana, la pre- con un serio problema cuando se
sión internacional y la emer- vio obligado a cumplir los
gencia de opciones matizadas, acuerdos de Esquipulas II en
han ido abriendo unos espacios contra de su principal fuente de
políticos que algunos han in- poder, los Estados Unidos, y con
tentado aprovechar para cons- la abierta reticencia de la
truir puentes y trazar horizontes Fuerza Armada. De hecho, no le
nuevos. En todo caso, la can- quedó más recurso que acudir al
tidad de recursos dedicados a expediente de un cumplimiento
mantener viva la polarización formalista, que más sirvió de
social apunta a la creciente justificación para continuar con
resistencia del pueblo salva- la guerra que de peldaño para
doreilo a buscar la solución al acercarse a la paz.
conflicto por la vía militar, aun
cuando esta resistencia pueda 2.2. La mentira institucionali-
adoptar formas, como la in- zada
hibición o el escepticismo, no
siempre constructivas ni social El ocultamiento sistemático
ni personalmente. de la realidad sigue siendo una
de las características funda-
Pero, aun cuando el nivel de mentales de la guerra salvado-
polarización social ha tendido a reila. Este ocultamiento adopta
disminuir y se da una re- diversas modalidades:
sistencia popular sorda a todo
esfuerzo por radicalizar más el (a) Ante todo, se trata de crear
conflicto, las campañas por una versión oficial de los
polarizar mantienen al país en hechos, una ''historia ofi-
un ambiente de tensión que no cial", que ignora aspectos
sólo es bélica, sino también cruciales de la realidad,
psicosocial: se ideologizan los distorsiona otros e incluso
hechos, se demoniza a las falsea o inventa otros. Esta
personas, se criminaliza la historia oficial se impone a
utilización de aquellos mismos través de un despliegue
espacios políticos que la evo- propagandístico intenso y
lución del conflicto ha obligado muy agresivo, al que se
a abrir. Todo lo cual lleva a un respalda incluso poniendo
aparente empantanamiento de en juego todo el peso de los

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más altos cargos oficiales. nombrar la realidad o a
Así, por ejemplo, el pre- denunciar los atropellos se
sidente de la República se convierte por lo menos en
constituyó en garante pú- reo de la justicia. Lo que
blico de la versión que importa no es si los hechos
pretendió inculpar al referidos son o no ciertos, lo
FMLN por el asesinato del que siempre es negado a
presidente de la Comisión priori; lo que importa es que
no gubernamental de Dere- se nombren. No son las
chos Humanos, Herbert realidades las que cuentan,
Anaya Sanabria. sino las imágenes. Así, por
ejemplo, cuando el Obispo
(b) Cuando, por cualquier cir- auxiliar de San Salvador,
cunstancia, aparecen a la Monseñor Rcsa Chávez, de-
luz pública hechos que con- nunció a miembros de la
tradicen frontalmente la Primera Brigada de In-
"historia oficial", se tiende fantería como los autores de
alrededor de ellos un un triple asesinato, con
"cordón sanitario", un todas las características de
círculo de silencio que los un "escuadrón de la
relega a un rápido olvido O a muerte", fue inmediata-
un pasado, presuntamente mente criminalizado por
superado por la evolución de las máximas autoridades
los acontecimientos. Las civiles y militares; al
continuas violaciones a los Obispo le tocaba probar su
derechos humanos de los "inocencia", él era el reo,
miembros de la Fuerza sin que pareciera importar
Armada entran obviamente mucho que el hecho denun-
en este ámbito del silencio ciado fuera realmente cier-
encubridor. to ono.
(c) La expresión pública de la (d) Un elemento adicional de
realidad, la denuncia de mentira lo constituye el
las violaciones a los dere- grado de corrupción que ha
chos humanos y, sobre todo, permeado progresiva y ace-
el desenmascaramiento de leradamente a los diversos
la historia oficial, de la organismos estatales y a los
mentira institucionaliza- nuevos funcionarios demo-
da, son consideradas ac- cristianos. Por supuesto,
tividades "subversivas" ello no representa ninguna
-yen realidad lo son, ya novedad histórica en un go-
que subvierten el orden de bierno salvadoreño; lo que
mentira establecido. Se sí es nuevo es que la co-
llega a sí a la paradoja de rrupción haya invadido en
que quien se atreve a tal grado a los miembros de

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un partido que, hasta ese lados a ellos que ofrecen al pú-
momento, había tenido un blico una información mucho
comportamiento relativa- más cercanas a los hechos que
mente honesto y cuyo dis- la de la "historia oficial", así
curso moralizante y pre- como la oportunidad de conocer
suntamente de inspiración opiniones y juicios de todo tipo
cristiana es lo más opuesto de personas, sin excluir las más
al aprovechamiento privado críticas sobre el proceso. Cómo y
de los recursos públicos. El por qué esto ha sido posible,
abrumador contraste entre cuando hasta hace poco se dina-
el discurso político y el pro- mitaban radios y periódicos opo-
ceder real de los miembros sitores, y cuando aún se sigue
de la Democracia Cristiana interfiriendo sistemáticamente
en el poder establece un a las emisoras del FMLN, no es
nuevo nivel de engaño y del caso analizarlo aquí. Esto
mentira, tanto más hiriente no quiere decir que no existan
cuan to que se produce en presiones oficiales o para-
circunstancias de extrema- oficiales sobre estos programas,
da pobreza y dificultad para o que no se haga esfuerzos
la mayoría del pueblo sal- concertados por asimilarlos (co-
vadoreño. El juicio más optarlos) en beneficio del sis-
favorable que hoy se oye tema establecido. De hecho,
sobre la corrupción de los jun to a la aparición de estos
gobernantes democristia- programas se ha dado también
nos es que en nada difiere el establecimiento del Minis-
de la de gobiernos anterio- terio de Cultura y Comunica-
res a 1979 -precisamente ciones, claramente orientado a
aquellos gobiernos cuyo pro- la "guerra psicológica" y a con-
ceder contribuyó a precipi- trarrestar toda posible brecha a
tar la guerra civil. la "historia oficial".

Como una contradicción sig- 2.3. La violencia


nificatica que se produce en el
marco de este ambiente de men- Como se sabe, la violencia
tira institucionalizada surgen bélica en la guerra salvadoreña
en El Salvador una serie de tiene dos vertientes: por un lado,
programas noticiosos de TV que el de la confrontación militar
disfrutan y hacen uso efectivo de abierta, independientemente del
una notable libertad. Hay actual- mayor o menor convenciona-
mente en El Salvador no menos lismo que tenga; por otro lado, el
de cúatro telenoticieros ("Al de la represión paramilitar en-
día", "Teleprensa". "El noti.cie- cubierta, dirigida no ya contra
ro" y "TCS noticias") así como combatientes, sino contra todos
una serie de programas vincu- aquellos sectores o grupos de la

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población que apoyan o sim- el número de víctimas, muertos
patizan con los insurgentes, o de y heridos, en la confrontación
quienes se sospecha que pueden militar es actualmente mucho
apoyar o simpatizar con ellos. más elevado que el de víctimas
de la represión; (b) el número de
En un primer momento, la víctimas de la represión se ha
guerra salvadoreña se carac- reducido, pero todavía es incluso
terizó por un mínimo de ac- más elevado del que se daba con
ciones militares abiertas y un anterioridad a la guerra y que
máximo de acciones paramili- fue condenado como inaceptable
tares encubiertas. Los "escua- por diversos organismos inter-
drones de la muerte" y no los nacionales.
batallones fueron los princi-
pales instrumentos bélicos del Este cambio en la dirección
gobierno para mantenerse en el de la guerra ha arrastrado un
poder frente al acoso popular y fenómeno paralelo en el orden
revolucionario. Sin embargo, social: se ha pasado de un orden
con la prolongación de la guerra mantenido por el terrorismo de
y las exigencias propias del pro- estado a un on:len militarizado.
yecto contrainsurgente promo- En El Salvador se ha producido
vido por Estados Unidos para El una militarización de la so-
Salvador, esta relación se ha ido ciedad y de la vida colectiva, y
invirtiendo y, mientras las ello tanto en las zonas con-
confrontaciones militares han troladas por el gobierno como en
ido adquiriendo una impor- aquellas controladas por el
tancia primordial, la represión FMLN -sin que con esto se
ha sido relegada a un plano pretenda soslayar las claras
menos relevante. Es un hecho, diferencias que hay entre ambos
continuamente aireado por el casos.
gobierno norteamericano, que
se ha producido una significa- La militarización del orden
tiva reducción en el número de social significa, por lo menos,
personas torturadas, asesinadas dos cosas: (a) los oficiales mili-
o "desaparecidas" atribuibles a tares tienden a ocupar la mayor
las fuerzas gubernamentales; parte de los puestos claves del
mucho más cuestionable es la ordenamiento institucional; (b)
afirmación de que las viola- la instancia militar se con·
ciones del FMLN a los derechos vierte en el criterio de validez y
humanos han ido en aumento y aun de posibilidad de cualquier
de que la mayoría de las vio- actividad. Dicho en otros tér-
laciones que hoy ocurren en El minos, difícilmente se puede
Salvador son causadas por desarrollar alguna actividad o
ellos. En todo caso, cabe hacer empresa de cierta importancia
dos afirmaciones factual es: (a) en el país que no cuente primero

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con el aval institucional de la liza el término de trauma es por-
Fuerza Armada o con el patro- que se entiende que este residuo
cinio personal de algún militar. es negativo, que se trata de una
La vigilancia que abiertamente herida, es decir, de una huella
los militares ejercen alrededor desfavorable para la vida de la
de los centros de producción o el persona.
control que establecen sobre los
diversos sistemas de comuni- Por lo general se califica
cación no es sino la expresión como trauma pstquico la par-
más visible de su creciente ticular herida que una expe-
poder sobre el funcionamiento riencia difícil o excepcional
de la sociedad salvadoreña. -la muerte de un ser querido,
una situación de particular
3. El trauma psicosooial tensión o sufrimiento, algún
hecho dolorosamente frustran-
Si los seres humanos somos te- deja en una persona con-
productos históricos, es obvio creta. Así, por ejemplo, un niño
pensar que esta particular his· que ve morir a sus padres en un
toria de guerra de El Salvador accidente o en un incendio. A
tendrá que repercutir de alguna veces, y en sentido ya más
manera en sus habitantes. No es análogo, se utiliza el término
necesario asumir alguna de las trauma social para referirse a
visiones psicológicas tradicio- cómo algún proceso histórico
nales sobre la personalidad bá- puede haber dejado afectada a
sica para comprender que algún toda una población. Este sería el
impacto importante tiene que caso, por ejemplo, del pueblo
tener la prolongación de la alemán y del pueblo judío tras la
guerra civil en la manera de ser experiencia de la "solución
y de actuar de los salvadoreños. final".
Es este impacto el que aquí se
caracteriza como trauma psico- Aquí se utiliza el término
social. nada usual de trauma psico-
social para enfatizar el carácter
3.1. Carácter del trauma psi· esencialmente dialéctico de la
cosocial de la llUerrB herida causada por la vivencia
prolongada de una guerra como
Etimológicamente, trauma la que se da en El Salvador. Con
significa herida. En psicología, ello no se quiere decir que se
se suele hablar de trauma para produzca algún efecto uniforme
referirse a una vivencia o expe- o común a toda la población o
riencia que afecta de tal manera que de la experiencia de la
a la persona que la deja mar- guerra pueda presumirse algún
cada, es decir, deja en ella un impacto mecánico en las per-
residuo permanente. Si se uti- sonas; precisamente si se habla

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del carácter dialéctico del trau- mediaciones institucionales,
ma psicosocial es para subrayar grupales e incluso individua-
que la herida o afectación de- les. Lo cual tiene obvias e im-
penderá de la peculiar vivencia portantes consecuencias a la
de cada individuo, vivencia hora de determinar qué debe
condicionada por su extracción hacerse para superar estos trau-
social, por su grado de parti- mas.
cipación en el conflicto así como
por otras características de su 3.2. El trauma psisocial como
personalidad y experiencia (ver deshumanización
Martín-Baró, 1984, págs. 509-
511). El sufrimiento que acarrea Joaquín Samayoa (1987, pág.
la guerra ofrece incluso a al- 215) mantiene que los cambios
gunas personas la oportunidad cognoscitivos y comportamenta-
de crecer humanamente. El de- les ocasionados por la guerra
sempeño público de alguien co- acarrean un proceso de deshu-
mo el Arzobispo mártir de San manización, entendido como el
Salvador, Monseñor Osear Ar- empobrecimiento de cuatro im-
nulfo Romero, muestra paradig- portantes capacidades del ser
máticamente el crecimiento de humano: (a) su capacidad de
una persona a medida que arre- pensar lúcidamente, (b) su
ciaban las persecuciones y los capacidad de comunicarse con
ataques contra él. Msr. Romero veracidad, (c) su sensibilidad
no es más que el caso mejor co- frente al sufrimiento ajeno, y
nocido de otros muchos salva- (d) su esperanza.
doreños a los que la guerra les
ha dado la oportunidad de de- ¿Cuáles son esos cambios
sarrollar excepcionales virtu- cognoscitivos y comportamenta-
des humanas de limpio altruis- les ocasionados por la necesidad
mo y amor solidario. de adaptarse a la guerra y que
precipitarían la deshumaniza-
Pero al hablar de trauma psi- ción de las personas? Samayoa
cosocial se quiere subrayar tam- menciona cinco: (1) la desaten-
bién otros dos aspectos, que con ción selectiva y el aferramiento
frecuencia tienden a olvidarse: a prejuicios, (2) la absolu-
(a) que la herida que afecta a las tización, idealización y rigidez
personas ha sido producida ideológica, (3) el escepticismo
socialmente, es decir que sus evasivo, (4) la defensa para-
raíces no se encuentran en el noide, y (5) el odio y deseo de
individuo sino en su sociedad, y venganza. Ahora bien, a la hora
(b) que su misma naturaleza se de examinar cómo surgen y se
alimenta y mantiene en la re- van configurando estos esque-
lación entre el individuo y la mas cognoscitivos y comporta-
sociedad, a través de diversas mentales, Samayoa señala tres

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dinamismos adaptativos o de complementarios: mientras en
supervivencia: (a) la insegu- un caso se subraya el papel de
ridad frente al propio destino, los aspectos cognoscitivos y com-
(b) la carencia de propósito y portamentales, en el otro se
aun de sentido en lo que se tiene enfatiza la mediación de un
que hacer, y (c) la necesidad de elemento afectivo, el miedo. Nos
vinculación o pertenencia per- encontramos así con los tres
sonal a algún grupo. constitutivos clásicos del aná-
lisis psicológico: el conoci-
Una línea distinta de pen- miento, el afecto y el como
samiento ha sido desarrollada portamiento --<lue algunos sus-
desde su experiencia psicotera· tituyen por la volición.
péutica en Chile por el grupo
encabezado por Elizabeth Lira Conviene, sin embargo, se-
(1985-1986). Según ese grupo, ñalar las limitaciones de ambos
una situación de terrorismo modelos. En el caso de los chi-
estatal como la que se vive en el lenos, es claro que su análisis se
Chile de Pinoch~t provoca en las reduce a aquellos sectores de la
personas un estado de miedo y, población que han constituido el
aunque el miedo es una vi- blanco de la represión pino-
vencia subjetiva y hasta cierto chetista; quedarían, por tanto,
punto privada, "al producirse excluidos los sectores de la
simultáneamente en miles de población favorables a Pinochet,
personas en una sociedad, ad- quienes más que miedo habrían
quiere una relevancia insospe- experimentado frecuentemente
chada en la conducta social y satisfacción y seguridad con
política" (pág. 51). Cuatro se· una política que garantizaba su
rían según este grupo de psi- dominio de clase.
cólogos las principales carac·
terísticas psicológicas de los El enfoque de Samayoa es
procesos desencacienados por el más amplio y, en principio, pue-
miedo: (1) la sensación de de aplicarse a todos los sectores
vulnerabilidad, (2) un estado de la población, ya que todos
exacerbado de alerta, (3) el sen- tienen que adaptarse a las nue-
timiento de impotencia o pérdi- vas circunstancias históricas.
da de control sobre la propia Pero es precisamente ese papel
vida, y (4) una alteración del tan nuclear atribuido a la adap-
sentido de realidad, al volverse tación lo que encuentro insa-
imposible validar objetivamen- tisfactorio de este enfoque. Pa-
te las propias experiencias y recería que los grupos y per-
conocimientos. sonas son extamos a la situa·
ción de guerra, a la que se ve-
Los planteamientos de Sa- rían obligados a adaptarse. Se
mayoa y del grupo chileno son tratarla, entonces, de una

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concepción fundamentalmente pasiva. Se sigue de ahí que el
respondiente y aun pasiva de carácter de las principales
las personas frente a las reali- relaciones sociales irá tomando
dades históricas. Por el contra- cuerpo en las personas. Qué
rio, los datos llevan a afirmar el papel jueguen cada uno de los
papel esencial y activo que de- elementos psíquicos -conoci-
sempeñan los grupos y personas mientos, afectos, voliciones-
como sujetos de la historia, por habrá que examinarlo en cada
más alienadamente que la situación, pero en principio es el
vivan. Sin duda, para muchos todo de las personas lo que va
salvadoreños la guerra es algo siendo afectado por la vivencia
que se les impone; pero para no de unas relaciones de guerra.
pocos la guerra es algo que ellos De ahí mismo se sigue que cada
mismos contribuyen a propiciar persona será afectada de acuer-
y desarrollar y, por consi- do a su particular ubicación
guiente, mal se entiende su social y a su concreta manera de
participación en esos procesos si participar en los procesos de la
se la mira desde una perspectiva guerra.
simplemente adaptacionista.
Probablemente, Samayoa no El trauma psicosocial expe-
pretende negar esto, pero su rimentado por las personas
modelo arrastra esa limitación denota entonces unas relaciones
o, por lo menos, deja abierta esa sociales enajenantes, que nie-
ambigüedad. gan el carácter humano del
"enemigo" al que se rechaza
3.3. Cristalización de relacio· como interlocutor en cuanto tal y
nes sociales al que incluso se busca destruir.
La afirmación de la propia
Desde nuestra perspectiva, personalidad es afectada por la
creemos que la mejor manera deshumanización del otro frente
de comprender el trauma psico- al que dialécticamente se cons-
social que experimentan hoy los truye.
habitantes de El Salvador es con-
cebirlo como la cristalización o Si la guerra de El Salvador se
materialización en las personas caracteriza por la polarización
de las relaciones sociales de social, la mentira institucio-
guerra que se viven en el país. nalizada y la militarización de
No se oculta que subyace a este la vida social, hay que exa-
planteamiento la comprensión minar cómo estos tres aspectos
del ser humano como producto sobresalientes de las relaciones
de una historia peculiar, que en sociales van cristalizando en
cada caso se concreta en las las personas. No se trata de
relaciones sociales de las que el buscar una correspondencia me-
individuo es parte activa y cánica que cosificaría lo que no

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son sino aspectos analíticos de favor de su grupo. Al des-
una realidad histérica; pero sí quiciamiento social corres-
de ver cómo la especificidad de ponde el desquiciamiento per-
la guerra salvadoreña va mar- sonal y aun somático, hasta lle-
cando a los grupos y personas, es gar a formas complejas de alie-
decir, cómo va cristalizando en nación psicótica observadas en
un trauma psicosocial. Lo que algunos jóvenes de poblaciones
siguen son unas hipótesis que conflictivas.
intentan dar razón de los
trastornos ya encontrado pero En segundo lugar, el clima
que, como hipótesis de trabajo, imperante de mentira permea
deberán ser sometidas a ve- negativamente los fundamentos
rificación empírica de la identidad de las personas,
y ello de diversos modos. Ante
En primer lugar, creemos todo, porque la obnubilación de
que las diversas formas de so- la realidad genera un descon-
matización constituyen el en- yuntamiento esquizoide entre
raizamiento corporal de la pola- las vivencias subjetivas y la
rización Bocial. No Be afirma vida social, que no ofrece un
que todo proceso de polarización campo para la formalización
acabe echando raíces en el or- validadora del propio cono-
gánismo ni que todo trastorno cimiento o, en el mejor de los
psicosomático deba atribuirse a casos, lo refiere a un círculo
la vivencia de la polarización social excesivamente restrin-
bélica; lo que se dice es que la gido. A esta dificultad de for-
experiencia aguda de la pola- malización validante corres-
rización puede enraizarse y con ponde tanto el sentimiento de
frecuencia lo hace en el propio inseguridad sobre lo que se pien-
cuerpo. No eB de extrañar, enton- sa como el escepticismo frente a
ces, que los grupos y personas las diversas opciones sociales y
más propensas a experimentar políticas. Cuando la mentira
este tipo de trastornos sean aque- tiene que ser asumida como
llos que son atenazados por el forma de vida y las personas se
desgarrón de la polarización: ven forzadas a llevar una doble
los habitantes de lugares que existencia ~l caso de todos los
pasan continuamente del con- que trabajan en la clandes-
trol de un bando al de otro, O tinidad- el problema se agra-
aquellos que son sometidos a un va, no tanto porque no se en-
intenso bombardeo ideológico cuentre manera de formalizar y
por una u otra parle sin poder validar la propia experiencia,
afirmar la propia opción, e cuanto porque la necesidad de
incluso aquellos que tienen que actuar en dos planos termina
forzarse a sí mismos a asumir por ocasionar una confusión
posturas extremas y rígidas en ética y vivencial. No pocos ter-

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minan por abandonar ese estilo ra acabar con la pobreza hay que
de vida tan desgarrador, lo que matar a todos los pobres.
a menudo produce una deva-
1uación de la propia imagen y 4. Conclusión: la tarea psi.
un sentimiento de culpabilidad cosocial
frente a las propias convic-
ciones y frente a los antiguos La prolongación indefinida
compañeros de lucha. Lira y sus de la guelTa supone la nor-
colegas han analizado con malización de este tipo de re-
claridad los problemas de iden- laciones sociales deshumani-
tidad derivados de la imposi- zantes cuyo impacto en las
bilidad de organizar la vida de personas va desde el desga-
acuerdo con los propios valores rramiento somático hasta la
políticos cuando estos valores estructuración mental, pasando
son contrarios al régimen esta- por el debilitamiento de la per-
blecido (Lira y otros, 1985-1986; sonalidad que no encuentra la
Weinstein, 1987l. posibilidad de afirmar con
autenticidad su propia iden-
Finalmente, la militariza- tidad. No se puede entender en-
ción de la vida social puede oca- tonces las crisis orgánicas sin
sionar una progresiva mili- su referente de tensión poIa-
tarización de la mente. Una vez rizadora, como no se comprende
más, no se trata de un efecto la inhibición sociopolítica sino
simple ni mecánico; pero no frente al clima de mentira
parece haber muchas dudas que institucionalizada o el estereo-
la violencia casi compulsiva tipamiento ideológico frente a la
que se apodera de las relaciones militarización de la vida so-
interpersonales, incluso las cial. Pero, 8 su vez, las personas
más íntimas, así como la des- que se van fonnando en este
tructividad sociópata que ponen contexto, van 8 asumir como con-
de manifiesto algunos miem- natural el desprecio por la vida
bros O ex-miembros de las fuer- humana, la ley del más fuerte
zas militares, están instrinse- como criterio social y la corrup-
camente relacionadas con la pre- ción como estilo de vida, preci-
ponderancia creciente de las pitando así un grave círculo
formas de pensar, sentir y ac- vicioso que tiende a perpetuar la
tuar militares en la vida social. guerra tanto objetiva como sub-
El aspecto más grave de esta jetivamente.
militarización psicosocial se da
cuando se convierte en fonna No es el objetivo del presente
nonnal de ser, transmitida por trabajo examinar las fonnas
los procesos de socialización, como debe enfrentarse este pro-
como OCurre en los niños que blema. Pero a todas luces apa-
ingenuamente afirman que pa- rece la insuficiencia de la

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psicoterapia, individual o gru- bajar por un sinceramientc
pal, entendida como un proceso social, .que lleve a conocer las
de intervenci6n psicol6gica. Por realidades antes de definirlas,
supuestc, no se trata de aban- a aceptar los hechos antes de
donar a su suerte a aquellas interpretarlos; hay, finalmente,
personas que sufren ya en carne que esforzarse por educar en la
propia el estrago alienador de la razón y no en la fuerza, de
guerra. Lo que se afirma es que manera que la convivencia se
este esfuerzo es insuficiente, funde en la complementariedad
incluso en el caso de los mismos mutua para resolver los pro-
individuos involucrados. Mien- blemas y no en la violencia para
tras no se produzca un signi- imponer la propia alternativa.
ficativo cambio en las rela-
ciones sociales (estructurales, REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
grupales e interpersonales) tal
como hoy se dan en el país, el ACISAM. (1988). Presencia del ején:ito
tratamiento particular de sus en el refugio de San José Calle Real:
Una vivencia amedrentadora. Auan-
consecuencias será cuando ce (San Salvador), enero de 1988.
mucho incompletc. nmop (Instituto Universitario de
Opinión Pública). (1988). Las con·
diciones de vida del campesino 80100-
En El Salvador es necesario doreilo desde su propia perspectiva.
iniciar un intenso trabajo de Serie Infonnes NO 13. Sao Salvador;
despolarizaci6n, desideologiza- Universidad Centroamericana José
Sime6n Cail.as.
ci6n y desmilitarizaci6n que Leahy, Robert L. (1983). (Ed.) The
sanee las relaciones sociales y child's construction al sPcial lne-
permita a las personas elaborar quality. New York; Academic Presa.
Lira, Elizabeth, Weinslein, Eugenia y
su historia en un contexto in- Salamovich, Sona. (1985-1986). El
terpersonal diferente al actual. miedo: un enfoque psico8ocial. Re·
Dicho en términos positivos, es vista chilena de psicologta, VIII. 51-
56.
necesario trabajar por esta- Martín-BalÓ. Ignacio. (1984). Guerra y
blecer un nuevo marco para la ,alud mental. ECA, 429·430, 503-514.
convivencia, un nuevo "con- Samayoa, Joaquín. (1987). Guerra y des-
humanización: una perspectiva psi·
trato social" en el mejor de los coaocial. ECA, 461, 213-225.
sentidos que permita la in- Weinstein, Eugenia. (1987). Proble-
teracci6n colectiva sin que la mática psicológica del exilio en
Chile. Algunas orientaciones psico·
discrepancia se convierta en tera~tica8. Boleten de Psicologta
negaci6n mutua; hay que tra- ((JCA, San Salvador),23, 21-38.

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