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Luego de la Guerra de los Mil Días (1899 -1902) que fue una guerra civil entre
liberales y conservadores, el país quedó devastado, su infraestructura reducida
y con problemas macroeconómicos como la hiperinflación. Asimismo, la poca
industrialización lograda en el siglo XIX se vio afectada por la guerra civil. Bajo
este panorama, el triunfo conservador tuvo como objetivo principal la reconstrucción
de la infraestructura del país y su capacidad productiva. Para el presidente Rafael
Reyes (1904- 1909), el origen de los problemas económicos, políticos y fiscales era
el desequilibrio de la balanza comercial. Las medidas proteccionistas que se tomaron
durante el periodo analizado. Comenzó con un fuerte incremento en las tarifas
arancelarias con el propósito de obtener recursos para reconstruir los daños de la guerra de
los 1000 días. Sin embargo, el recaudo se desgastaba como consecuencia de las variaciones
en la tasa de cambio. Por esta razón entre 1904 y 1928 se llevaron a cabo múltiples
reformas arancelarias.
La caída consiguiente en las reservas internacionales del país llevo a Colombia a suspender
el patrón oro. A partir de 1934, aunque se mantuvieron los controles de cambios, su
aplicación fue flexibilizada. En 1940, sin embargo se empezaron a sentir los estragos de la
II Guerra Mundial. Se puede intuir que la falta de liquidez y dinero en la economía
colombiana evitó que en este periodo se diera la misma coordinación entre el
arancel y el subsidio que sí se presentó durante la hegemonía conservadora y la
coyuntura internacional también hizo menos viable un modelo exportador y por ende
la industrialización colombiana se frenó de forma temporal.
En 1953 y 1954 se presentó un aumento muy importante de los precios del café y la
flexibilización de los controles cambiarios y las importaciones se hizo más amplia. La
segunda mitad de los años 30 se caracterizó por la flexibilización de los
controles cambiarios característicos de la gran depresión, sin embargo, a partir de los
40, el comercio internacional se paralizó por efectos de la guerra en Europa y el
Pacífico lo que frenó el proceso de liberalización relativa que tenía la economía en
la segunda mitad de los años 30. A finales de los años 30, el arancel promedio
se encontraba alrededor de 22.5% (1935), nivel inferior a principios de la
década y el gobierno comenzó a utilizar un nuevo instrumento de política
comercial: el control directo a las importaciones. Al terminar este periodo se
presentó una bonanza cafetera (1953 y 1954) la cual permitió la flexibilización de
muchos controles comerciales del gobierno. Vale la pena mencionar que los
niveles arancelarios bajaron de forma cuantiosa en este periodo ubicándose en
16.8% (1940-1944) y en 11.1%(1945-1949) y no existieron controles de cuotas de
importación para estos periodos mencionados.
1956-1966: Grandes restricciones.
A partir de 1968, Colombia tuvo una postura más liberal frente al comercio
internacional al crear, un año antes, el Fondo de Promoción de Exportaciones
(Proexpo), orientado a crear nuevos mercados para los exportadores colombianos.
A parte de usar los aranceles cero, estipulados en el Plan Vallejo, Colombia impuso
un sistema de minidevaluaciones conocido como “Crawling Peg” (Devaluación
Gota a Gota) para darle impulso al sector exportador colombiano. Vale la p ena
mencionar que este sistema de devaluaciones trajo consigo serios problemas
inflacionarios.
1985-2004: La apertura.
A mediados de la década de los ochenta, las inversiones que se habían realizado los
sectores del petróleo y el carbón permitieron incrementar los ingresos de divisas. La
apertura económica se dio por tres reformas: el desmonte del control de cambios, la
eliminación de normas que evitaban la inversión extranjera y la apertura comercial. En
1989, el gobierno implementó una apertura económica unilateral, pero gradual.
Esto quiere decir que el país reduciría sus niveles arancelarios de forma paulatina sin
esperar que socios comerciales hicieran lo mismo. El paso inicial de la apertura no
trajo consigo problemas, sin embargo en 1990, el gobierno del presidente Gaviria
abandonó la gradualidad argumentando que las empresas estaban dilatando sus
decisiones de modernización y de importación hasta que los aranceles se
redujeran plenamente al cabo de los cuatro años. En efecto, el arancel promedio se
llegó a ubicar en 11.7% luego de estar en 43.7% (1989) a finales de la
década anterior. Evidentemente, se observa un nivel arancelario muy por
debajo de los otros periodos analizados hasta ahora.