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La sugestión en el psicoanálisis

Eduardo A. Braier

Resumen 1. Introducción
Definida la sugestión, el autor revisa la evolución Me referiré a los fenómenos de sugestión y su
de su empleo y de las teorías acerca de la misma en presencia en el tratamiento psicoanalítico. Estimo
la obra de Freud, tema del que el creador del psico- que se trata de aspectos todavía insuficientemente
análisis se ocupó desde los comienzos hasta el final abordados y dilucidados, por lo que, para intentar
de su obra. además una mejor comprensión de los mecanismos
Sin una base en la sugestión, el tratamiento psi- terapéuticos, su inclusión se hace ya absolutamente
coanalítico sencillamente no es posible, constituyen- necesaria.
do ésta una condición necesaria para el estableci- La sugestión es una forma de influencia psíquica
miento y desarrollo de la relación analítica y del que una persona puede ejercer sobre otra.
proceso analítico. Es la sugestión psicoanalítica. Sintetizando la definición de Bibring (1954), se
A continuación, se encara el lugar de la sugestión trata de la inducción de diversos procesos mentales
en el tratamiento psicoanalítico actual a la luz de (ideas, emociones, acciones, etc.) por parte de un
las aportaciones más recientes, como las de sujeto situado en una posición de autoridad, en otro
Macalpine, Winnicott, Marucco y muy especialmente situado en una posición de dependencia, "al margen
las de Zak de Goldstein, Zukerfeld y las del propio o con exclusión del pensamiento racional crítico
autor, quien sostiene que parte del poder sugestivo (realista) del segundo".
del analista sobre el analizando reside en las pecu- El término sugestión admite una acepción más
liares condiciones espacio-temporales del encuadre restringida en tanto dicho (Freud, 1890; 1891.
psicoanalítico, aunque, añade, no cree que sean Sugestión verbal, si cabe. Ej.: una prohibición, una
muchos los dispuestos a reconocerlo, lo que resulta afirmación con el fin de suprimir padecimientos,
a esta altura sumamente necesario, así como una etcétera).
adecuada instrumentación del efecto sugestivo, que Se debe tener en cuenta que la sugestión puede
ha de incluir su análisis y elaboración por parte del estar presente en cualquier campo de las relaciones
analizando. Señala también los riesgos de la suges- humanas. Existe sugestión tanto en la curación den-
tión, conducente a veces a idealizaciones y regre- tro de las sociedades primitivas como en las curas
siones patógenas en el seno de la transferencia ana- milagrosas o en el acto médico, tal como lo señaló
lítica. Freud (1890).
Aquí me ocuparé de lo que se puede llamar
sugestión médica. La sugestión, en este caso, habrá
de ser empleada para obrar terapéuticamente, en el
intento de curar o aliviar padecimientos de diversa
"Un factor que depende de la disposición psíquica naturaleza. El campo más propicio para iniciar su
de los enfermos viene a influir, sin que nosotros lo estudio lo proporciona la relación dual integrada
busquemos, sobre el resultado de cualquier procedi- por un paciente y su médico, aunque, naturalmente,
miento terapéutico introducido por el médico. Casi el fenómeno concierne también a las relaciones del
siempre lo hace en sentido favorable, pero a menudo paciente con los distintos auxiliares de la medicina
también en sentido desfavorable. Hemos aprendido a y aun con las instituciones asistenciales (esto último
aplicar a este hecho la palabra sugestión". puede encararse siguiendo el camino abierto por el
concepto de transferencia institucional).
S. Freud. Sobre psicoterapia (1905) Pero lo que en este caso más nos interesa es el
papel de la sugestión en el seno de la relación
paciente-analista (ya sea éste médico, psicólogo,
etcétera).

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Es necesario también recordar que la sugestión bién prescindiendo de ésta. Por lo tanto, la etapa
surge del paciente, está en principio en él como una preanalítica, que se caracterizará por un uso activo
disposición (sugestionabilidad), que se traduce en y deliberado de la sugestión por parte de Freud,
una expectativa confiada, antes que el analista haga comprende un periodo inicial que podríamos llamar
cualquier cosa. Esto no significa que la actitud de de sugestión hipnótica, seguido de un periodo de
este último sea indiferente, es decir ajena al destino sugestión sin hipnosis.
de los fenómenos de sugestión que habrán de tener
lugar. Me refiero a una participación del analista, 2.1.1. Periodo de sugestión hipnótica
voluntaria o no, en el sentido de despertar efectos
sugestivos, mantener, aumentar o disminuir la inten- Arranca fundamentalmente de la experiencia de
sidad de dichos efectos y de tratarlos y encauzarlos, Freud en París, bajo la dirección de Charcot. Así,
ya sea coadyuvando al logro de los fines terapéuti- en Informe sobre mis estudios en París y Berlín
cos o, por el contrario, ejerciendo una influencia (1886), atribuye gran importancia al aprendizaje rea-
nociva o, en todo caso, contrapuesta a la naturaleza lizado con Charcot sobre histeria e hipnotismo, por
esencial de la acción terapéutica del psicoanálisis. el que virará desde la anatomía del sistema nervioso
Veremos todo esto con detalle a lo largo de numero- a estos temas. Fue a partir de su regreso a Viena
sos pasajes de este trabajo. cuando Freud estudió mucho y durante varios años
el hipnotismo y la sugestión.
En su aplicación de la sugestión hipnótica cabe
2. Evolución del empleo distinguir dos modalidades: por un lado, recurre al
y de las teorías de la sugestión hipnotismo para, mediante la sugestión con hipnosis,
en la obra de Freud lograr de manera directa (a través de órdenes, prohi-
biciones, aseveraciones, introducción de representa-
Se hace imprescindible ante todo una revisión his- ciones contrarias, etcétera.) un resultado terapéutico
tórica del lugar que Freud dio a la sugestión en su determinado, combatiendo las representaciones pató-
actividad terapéutica y sus ideas acerca de este fenó- genas (Freud, 1895). Se trata en suma de sugestio-
meno a lo largo de su obra. Para ello distinguiremos nes terapéuticas directas en una psicoterapia hipnóti-
en esta última dos grandes épocas: la preanalítica, ca y supresora de síntomas; por otro lado, Freud uti-
que podríamos llamar también psicoterapéutica, y la liza la hipnosis tanto del modo que acabo de descri-
analítica propiamente dicha. Describiré pormenori- bir como también, tempranamente --y en mayor
zadamente sobre todo la primera de ellas, ya que la grado conforme avanza en su investigación de la
segunda fue objeto de una minuciosa revisión por génesis de los síntomas histéricos--, ya no con fines
parte de R. Zukerfeld (1988) en su trabajo acerca directamente terapéuticos sino para descubrir los
de la sugestión y su relación con la transferencia, al recuerdos patógenos en lo que llama el método de
cual remito al lector interesado. Breuer. El propio Freud lo señala con claridad en
1888, al referirse a la sugestión hipnótica: "Se instila
2. 1. Epoca preanalítica al enfermo en la hipnosis una sugestión cuyo conte-
nido es la eliminación de su padecimiento" (es el
El estudio de la sugestión parece haber recibido primero de los empleos, como “sugestión prohibido-
en Freud un gran impulso en sus investigaciones ra”, tal como dirá en 1890), agregando que también
sobre la hipnosis. Si analizamos la concepción que nos encontramos con el método de Breuer, "más efi-
incluye la hipnosis dentro de los fenómenos sugesti- caz todavía (...), que usa la hipnosis para (...) recon-
vos y/o el concepto de sugestión bajo hipnosis o ducir al enfermo (...) a la prehistoria psíquica del
sugestión hipnótica (en base a dichos formulados padecer" (como lo había hecho, antes que Freud, el
por el hipnotizador al hipnotizado), encontramos que propio Breuer).
la relación de Freud con la sugestión en el campo El mejor ejemplo de ambos empleos en un mismo
psicoterapéutico registra de modo muy destacado el tratamiento lo constituye el historial de Emmy Von
empleo de la hipnosis en los primeros tiempos de su N., probablemente de 1889, (Freud, 1895), quizá
práctica y a lo largo de unos diez años --aproxima- uno de los primeros a partir de los que Freud
damente desde 1886 hasta 1896--, según sus propios comenzó a utilizar la sugestión hipnótica de la
testimonios (Freud, 1904) y las apreciaciones de manera mencionada en segundo término. Su explica-
J. Strachey (1888-1892). Freud se mostraba por ción de cómo opera el método terapéutico pergeñado
entonces vivamente interesado por la sugestión, pri- en ese entonces (Freud,1895) incluye ambas alter-
mero vinculada con la hipnosis, pero después tam- nativas para cancelar la acción de la representación

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patógena: una conduce a la cancelación por suges- mos numerosas muestras de su interés y conoci-
tión médica y la otra, la más resaltada por Freud, miento sobre hipnotismo y sugestión.
por abreacción --habrá de recordarlas también en la Paulatinamente y por diversos motivos irá Freud
28ª Conferencia de 1916-17--. Observemos que en abandonando la hipnosis --porque no todos los
este último caso la hipnosis (en rigor, la sugestión pacientes eran susceptibles de ser hipnotizados
hipnótica) es ya un medio al que se recurre para (Freud, 1895; 1910a; 1916-17; 1925)--; porque él
lograr, indirectamente, un resultado terapéutico que mismo se consideraría un mal hipnotizador; porque
se funda en otro mecanismo: la abreacción. comprobará que las remisiones sintomáticas por
Entre 1888 y 1892, además de traducir al alemán sugestión hipnótica son transitorias (Freud, 1895;
y prologar libros de afamados profesionales de la 1916-17) y que la hipnosis no vence las resistencias
hipnosis, produce algunos trabajos sobre hipnosis y al recuerdo sino que simplemente las evita (Freud,
sugestión que los analistas hemos frecuentado poco 1904).
o nada. En 1889 traduce y prologa un libro de
Bernheim (De la suggestion. La sugestión y sus 2.1.2. Periodo de la sugestión sin hipnosis
aplicaciones terapéuticas) y reseña un libro sobre
hipnotismo de Forel (Freud, 1889a). Visita a En la práctica de Freud, el abandono de la hipno-
Bernheim y Liébeaut en Nancy para perfeccionar sis no significó necesariamente el de la sugestión.
su técnica de la hipnosis. Alexander (1946) llama a este periodo sugestión en
De 1890 es su muy interesante trabajo estado de vigilia. Podrá aún emplearla para anular
Tratamiento psíquico (tratamiento del alma). Allí los síntomas (sugestión directa), pero como mientras
describe las relaciones del sujeto con el hipnotiza- tanto la búsqueda de recuerdos patógenos se ha ido
dor. En torno a la relación del enfermo con el médi- convirtiendo en lo esencial de la cura, efectuará
co, señala que en el enfermo existe una "expectativa dicha búsqueda sin dormir al paciente y continuará
esperanzada y confiada", lo que otorga al médico un recurriendo a la sugestión, sustituyendo el dormir
poder en el cual ha de apoyarse para realizar su hipnótico por el "estado de concentración" --pacien-
labor. La expectativa confiada depende del afán de te acostado y con los ojos cerrados-- (Freud, 1895)
sanar, de la fe y el respeto al arte médico y del poder primero y la técnica de la "presión sobre la frente"
que el enfermo atribuye a la persona de su médico, poco después. Sugestiona entonces a sus pacientes
incluida la simpatía puramente humana. Volviendo en vigilia; los induce a la rememoración, conven-
a la relación hipnotizado-hipnotizador, describe el ciéndolos de que hay hechos que han sido olvidados
rapport, la obediencia y credulidad que caracterizan (reprimidos) y que podrán ser recordados Les asegu-
al primero y que --anticipando aquí lo que desarro- ra que bajo la presión de su mano acudirán los pen-
llaría en trabajos muy posteriores-- semejan la del samientos buscados, e investiga el nexo entre esce-
niño y la que se observa en las relaciones amorosas. nas patógenas y síntomas (Freud, 1895). La suges-
En la parte final del trabajo, refiriéndose a las debili- tión será, definitivamente en su práctica, un medio,
dades de la sugestión --que logra la supresión de un recurso subordinado a un mecanismo terapéutico
fenómenos patológicos, pero por poco tiempo, obli- distinto y aún muy opuesto, que irá, progresivamen-
gando a repetir la hipnosis, lo que a su vez promue- te, ganando terreno y perfeccionándose hasta llegar
ve la dependencia del enfermo-- advierte ya que es al método psicoanalítico. A pesar de haber perdido el
comprensible que se busquen efectos con otros pro- lugar que detentara en los estadios más primitivos de
cedimientos, más allá del tratamiento hipnótico. la era preanalítica, la sugestión seguirá teniendo de
En 1891, bajo el título de Hipnosis, escribe una todos modos un papel muy importante. En cuanto al
colaboración para un diccionario médico. Allí se interés de Freud por las teorías de la sugestión, éste
refiere también a la sugestión. habrá de mantenerse hasta el final de su vida.
Al año siguiente traduce un nuevo libro de
Bernheim (Hipnotismo, sugestión, psicoterapia: 2. 2. Epoca analítica
nuevos estudios).
De 1892-93 es Un caso de curación por hipnosis, En su obra podemos localizar también los
trabajo en el que se ocupa de manera directa del momentos de trancisión en los que Freud irá aban-
tema de la sugestión hipnótica. donando también el recurso de la sugestión bajo la
En 1893 escribe Charcot, y entre 1892 y 1894 un presión de la mano sobre la frente y en busca de
prólogo y notas de la traducción de J. M. Charcot, recuerdos mediante coerción asociativa. Se limitará
Lecciones Policlínicas, de 1887-88. luego a solicitar asociaciones libres, primero como
En sus Estudios sobre la histeria (1895) encontra- punto de partida de los síntomas padecidos por el

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paciente y luego de modo espontáneo y permanente, 1926. En los dos últimos alude expresamente a la
con lo que podemos considerar el inicio de la era sugestión hipnótica y a la sugestión psicoanalítica].
psicoanalítica propiamente dicha en los procedi- Otro aspecto, de especial interés dentro del campo
mientos terapéuticos freudianos. Habrá de incluirse de las psicoterapias, es la aleación que, para la crea-
el análisis de las resistencias: en vez de eludirlas, ción de una "psicoterapia para el pueblo", propone
será necesario hacerlas conscientes y vencerlas (tra- Freud en Nuevos caminos de la terapia psicoanalí-
bajo elaborativo). Todos estos pasos podrán apre- tica (1919) entre el "oro puro" del análisis y "el
ciarse en los cambios técnicos que van de un histo- cobre de la sugestión directa", dando incluso cabida
rial a otro en los Estudios sobre la histeria (1895). al influjo hipnótico.
Freud dejará la sugestión deliberada. Del periodo La relación entre la sugestión y la transferencia se
hipnótico quedará el uso del diván (de cuyas impli- encuentra en varios de sus escritos. Conviene incluir
cancias y efectos hablaremos después). Se irá con- como precedentes: en primer lugar, lo desarrollado
formando el método psicoanalítico, que ya no estará en Sobre psicoterapia (1905), trabajo en el que,
reducido a obtener la abreacción del afecto y que como una continuación de Tratamiento psíquico
habrá de enriquecerse con el empleo de la interpre- (1890), vuelve a interesarse por el origen de la auto-
tación en la búsqueda del "hacer consciente lo ridad sugestiva; en segundo lugar encontramos, a
inconsciente". propósito de la relación hipnotizando-hipnotizador,
Reitero: todo esto no echa por tierra la sugestión, en una llamada al pie de Tres ensayos de teoría
la que en su compleja relación con el análisis no sexual (1905), una explicación de dicha relación por
puede ser ubicada sola y meramente como su opues- fijación de la libido del primero sobre el segundo
to. Sucede que sin una base en ella, como se des- mediante la participación de componentes maso-
prende de las teorizaciones del propio Freud, el tra- quistas de la pulsión sexual (en Psicología de las
tamiento psicoanalítico no será posible. La para masas y análisis del yo, 1921, volverá sobre estos
muchos psicoanalistas indeseada y acientífica suges- aspectos). Por último, la relación que Ferenczi
tión no desaparece realmente del campo psicoanalí- (1909) establece entre la sugestionabilidad del
tico, mal que les pese. Si retomamos la historia en la paciente y su complejo parental y que Freud se
obra de Freud, observamos que ya no hay manio- encarga de citar en un agregado de 1910 a Tres
bras sugestivas en su técnica, pero éste sigue reco- ensayos de teoría sexual. Ese mismo año, en Cinco
nociendo la presencia e importancia de la sugestión conferencias sobre psicoanálisis(1910a), Freud
en la relación terapéutica. ¿Cuál es ahora su lugar? relaciona la sugestión hipnótica con la
Queda relegada a la influencia que la figura del ana- transferencia1.
lista ejerce sobre el paciente y que Freud ubicará en La vinculación de la sugestión con la transferencia
varios de sus escritos formando parte de la transfe- aparece luego en varias obras de suma importancia
rencia positiva. Existente en la disposición psíquica [1912a; 1913; 1915; 1916-17 (Conf. 27 y 28); 1925;
del paciente en su vínculo con el analista, la suges- 1940(1938)]. Cuando Freud diferencia los distintos
tión opera desde allí como elemento necesario, tipos de transferencia, la sugestión es referida a la
como condición para el establecimiento y desarrollo transferencia positiva del paciente (1912a).
de la relación analítica y el proceso psicoanalítico. En la 28ª de sus Conferencias de introducción al
Es la sugestión psicoanalítica (Freud, 1916-17; psicoanálisis (1916-17), retoma lo expuesto en
1926). Sobre psicoterapia [1905, (1904)] y agrega una
Sintetizaré a continuación las principales referen- diferencia fundamental entre los tratamientos suges-
cias al tema contenidas en las obras de esta fecunda tivos y el psicoanálisis: en los primeros la transfe-
época. rencia es respetada, mientras que en el tratamiento
En distintos artículos efectuará Freud una reseña psicoanalítico debe ser analizada y disuelta. En
de la evolución de sus procedimientos terapéuticos, 1913 aludirá a lo que conocemos como "curas trans-
hasta llegar al método psicoanalítico (1904; 1914a; ferenciales", de las que también hablará en Esquema
1925). En el primero de esta serie (El método psico- del psicoanálisis [(1940 (1938)], en el capítulo La
analítico de Freud, de 1904) habrá de explicitar cla- técnica psicoanalítica.
ramente que ya no pide a sus pacientes que cierren La relación entre sugestión y actitud neutral del
los ojos, que evita todo contacto con ellos y proce- analista es planteada ya en 1912, en Consejos al
dimiento alguno que recuerde a la hipnosis. médico en el tratamiento psicoanalítico; Freud
En otros trabajos precisará las diferencias entre vuelve a ocuparse de ella sobre el final de su obra
las técnicas sugestivas y la técnica psicoanalítica [1940(1938)], advirtiendo acerca de los abusos de la
[(1905; 1913; 1914; 1916-17(Conferencia 28ª); sugestión con relación al influjo transferencial. No

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me extenderé en este punto, ya que lo he tratado en ramente expuesto en 1914 (Recordar, repetir y ree-
un trabajo anterior (Braier, 1987). En Construccio- laborar); estudio sobre las resistencias que caracte-
nes en el análisis (1937) menciona Freud la posibi- riza al proceso psicoanalítico.
lidad de efectos por sugestión debidos a falsas En la 28ª de sus Conferencias de introducción al
construcciones. psicoanálisis (1916-17) reitera que la terapia psico-
Y está, claro, la presentación de una teoría dife- analítica se sirve de la sugestión --"que opera en el
rente de la que el creador del psicoanálisis venía sentido de una educación"-- para superar las resis-
desarrollando acerca de la sugestión, en tanto ésta tencias, lo cual, señala, "constituye el logro esencial
formaba parte hasta entonces de la transferencia. de la cura analítica".
Zukerfeld (1988) se encargó de discriminar y des- Una de las ocasiones en que a mi juicio define
tacar esta teorización distinta que efectúa Freud, más brillantemente el lugar final de la sugestión en
habiéndose aquél además referido a ella en forma el análisis (sugestión "psicoanalítica") es en su
exhaustiva, por lo que tampoco he de extenderme al autobiografía, años más tarde, cuando dice: “Es del
respecto. Aquí sólo recordaré algunos pensamientos todo correcto que también el psicoanálisis, como
freudianos presentes en Psicología de las masas otros métodos psicoterapéuticos, trabaja con el
y análisis del yo (1921), que es donde surge esta recurso de la sugestión”.
nueva teorización por la cual, de acuerdo a Zu- Pero la diferencia está en que no libra a la suges-
kerfeld, la sugestión no entraría dentro de los fenó- tión o la transferencia de la decisión sobre el éxito
menos de la transferencia en el sentido estrictamen- terapéutico. Antes bien, la emplea para mover al
te freudiano de este último término, sino que sería enfermo a rendir un trabajo psíquico --la superación
un fenómeno de orden narcisístico y que subyace a de sus resistencias transferenciales-- que significa
la transferencia. Freud trata en este trabajo las rela- una “alteración permanente de su economía aními-
ciones entre sugestión, libido, enamoramiento e ca” (1925)3.
hipnosis. El hipnotizador ocupa el lugar del ideal Entiendo, pues, por todo lo dicho aquí, que no es
del yo del hipnotizado y hay libido narcisista en posible un tratamiento psicoanalítico sin sugestión
juego. Vincula además, la sugestionabilidad de la de por medio. Para ello se supone que el analista no
masa con la regresión y alude al influjo sugestivo debe hacer nada en especial, es decir, que no realiza
de su conductor2. maniobra sugestiva alguna y se remite en cambio a
He dejado para el final de esta revisión de la la labor psicoanalítica, tratando asimismo de man-
obra freudiana mis comentarios de todo aquello que tener una actitud neutral en relación con los proble-
se refiere a la utilización adecuada del influjo mas y el material del analizando. La sugestión, alo-
sugestivo en la cura analítica, es decir, su lugar en jada en el vínculo terapéutico, operará igualmente
la misma, que he incluido en el apartado siguiente. sobre el analizando, dada la disposición psíquica de
éste, haciendo posible la marcha del tratamiento y
siendo además pasible de ser analizada y así neutra-
3. La sugestión en el tratamiento lizada en cuanto a sus efectos directos. Pero, en
psicoanalítico actual rigor, ¿no hacemos nada para promoverla? No
estoy seguro de ello, y es más, creo que parte de
nuestro poder sugestivo reside en las peculiares
Acerca de este punto específico es posible esta- condiciones espacio-temporales que plantea el
blecer un hilo conductor que recorre el pensamiento encuadre psicoanalítico que instauramos y que con-
freudiano respetando la cronología de su produc- diciona la también peculiar relación analítica: la
ción. Así, en 1905 Freud refiere a la sugestión actitud neutral del analista, el empleo del diván, la
[1905(1904)] a la disposición psíquica de los duración en principio indefinida del tratamiento,
pacientes, pero a la vez le parece lícito que el médi- etcétera, son factores, que de distintas maneras,
co pueda servirse de este factor a los fines de la otorgan al analista un mayor poder de sugestión
cura. sobre el analizando.
En 1912 afirma que los resultados del psicoanáli- Considero que el encuadre analítico crea una
sis se basan en una sugestión --cuya importancia "atmósfera" ritualizada, de cierta ambigüedad y
remarcará también en 1926--, que corresponde a la misterio, no exenta de poder sugestivo, que puede
transferencia positiva del paciente y que Freud despertar en el analizando desde el respeto y la
(1912a) concibe como un medio para efectuar el confianza necesarias hasta, en otro extremo, la fas-
trabajo psicoanalítico. Este último implica esencial- cinación y la sumisión a las que alude Zukerfeld
mente el trabajo elaborativo, tal como quedará cla- (1988). Así en 1913 Freud se refiere a "cierto cere-

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monial de la situación en que se ejecuta la cura". se acueste sobre un diván mientras uno se sienta
Y antes, en 1910, se había lamentado de no haber detrás, de modo que él no lo vea. Esta escenografía
contado en los primeros tiempos del psicoanálisis tiene un sentido histórico: es el resto del tratamiento
con la ayuda del poder sugestivo que emana de la hipnótico a partir del cual se desarrolló el psicoaná-
autoridad, en los años en que ni él ni el procedi- lisis. Pero por varias razones merece ser conserva-
miento gozaban de suficiente prestigio. da". En su autobiografía vuelve Freud sobre este
"Simplemente no se me creía", dice allí Freud, para punto: "Abandoné, pues, la hipnosis, y sólo conservé
agregar poco después: "En tales condiciones, nume- de ella la indicación de acostarse sobre un diván,
rosas intervenciones por fuerza fracasaban". tras el cual me sentaba" (1925).
Enseguida señala (Freud, 1910b) que la confianza O sea, el empleo del diván es un remanente del
general en los psicoanalistas habrá de aumentar hipnotismo --que es decir sugestión-- y constituye
nuestras posibilidades terapéuticas4. ese "cierto ceremonial de la situación en que se eje-
Los fundamentos teórico-técnicos que hoy deter- cuta la cura" (Freud, 1913). Entre las "varias razo-
minan las características del encuadre analítico, tales nes" por las que la "escenografía" en cuestión
como favorecer el desarrollo de una transferencia "merece ser conservada", además de las por todos
libre de influencias distorsionantes y el de una regre- conocidas 5 (para comodidad del analizando y sobre
sión útil (Macalpine,1950; Winnicott, 1955), con- todo del analista, para favorecer la regresión y las
ducen también a reforzar el efecto sugestivo en el proyecciones transferenciales más espontáneas, etc.),
analizando. Con Freud (1890 y 1921) ya sabemos la acaso también podamos incluir el promover cierto
estrecha relación existente entre regresión y suges- influjo sugestivo, necesario para la creación y man-
tión. Ambos fenómenos van de la mano. Creo que el tenimiento de la relación analítica y el desarrollo del
importante trabajo de Macalpine está en esta línea, proceso psicoanalítico. Para mí --y no se me escapa
al hacer hincapié en la incidencia de factores extrín- lo polémico del tema-- no estaría tampoco mal que
secos en el desarrollo de la transferencia analítica. así sea, en tanto que se trata de una sugestión útil,
Habla, pues, de esta última, con la que la sugestión necesaria --al menos hasta cierto punto--, que es
está asociada, pero también se refiere en distintos aprovechable desde el analista a los fines de la cura
pasajes al concepto mismo de sugestión. En uno de [Freud, 1905(1904)]. Cura esta que, por lo intensi-
ellos señala precisamente la relación de ésta --más va, prolongada y no poco dolorosa, significa una
exactamente, de la sugestionabilidad del paciente-- dura prueba, un gran esfuerzo y compromiso para el
con la regresión, al encontrar que esta última apare- analizando, nada fáciles de mantener y para lo que el
ce como el factor común en los trabajos sobre suges- poder sugestivo cumple un papel de sostén de
tión de varios autores (Ferenczi, 1909; Mc Dougall, importancia fundamental. Los efectos favorables de
1920-21; Jones, 1923; Abraham, 1926). Al decir, la sugestión facilitan nuestra tarea, por lo que consi-
con Macalpine, que los factores extrínsecos, depen- dero razonable y válido que el analista tenga, incluso
dientes de lo que en su artículo llamó "el encuadre en un plano consciente, expectativas respecto a
infantil analítico", facilitan el desarrollo de la trans- ellos. Aunque, en verdad, no creo que sean muchos
ferencia analítica y de la regresión, entiendo que los colegas dispuestos a reconocer el poder sugesti-
decimos, implícitamente, que influyen sobre la vo que es generado desde el encuadre.
sugestionabilidad (factor intrínseco) del analizando, Sin embargo, en medio del mutismo sobre el tema
confiriendo al analista mayor autoridad en el mundo de la sugestión en psicoanálisis, surgió, aislado en el
de fantasía del analizando y promoviendo un efecto medio psicoanalítico argentino, un excelente trabajo
sugestivo que podrá ser instrumentado al servicio de de R. Zak de Goldstein (1973), que encara el estu-
la labor terapéutica. La atmósfera psicoanalítica, al dio de las particulares circunstancias creadas por las
ser regresiva es también, por ende, sugestiva o condiciones del encuadre analítico, al menos parcial-
sugestionante. Tomemos, por ejemplo, el anonimato mente bajo esta óptica y arriba a conclusiones con
del analista y lo que podemos sintetizar como su las que me he encontrado en una coincidencia casi
actitud neutral, que deviene en esa conducta cordial, absoluta. Partiendo de conceptos sobre encuadre
pero necesariamente algo distante, en la relación con analítico de E. Rodrigué (1966), J. Bleger (1967)
el analizando. ¿No producen a menudo un misterio y J.Zac (1968), la autora intenta demostrar que el
que es sugestivo? O remitámonos a otro elemento: la encuadre es el continente de un "vínculo mágico pri-
posición acostada del analizando. Al respecto señaló mario" del analizando con el analista. Dicho vínculo
Freud en 1913: "Diré unas palabras todavía sobre se caracteriza por la existencia en el primero de
cierto ceremonial de la situación en que se ejecuta la "fantasías de curación de carácter mágico y omnipo-
cura5. Mantengo el consejo de hacer que el enfermo tente" y, según Zak de Goldstein, se halla siempre,

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cualquiera que sea la patología del analizando. Esto que forman parte del encuadre y que "condicionan la
indicaría precisamente, agrega,"que tales fantasías proyección de estos contenidos idealizados", la auto-
de curación pueden corresponderse con elementos ra distingue acciones, roles y circunstancias. Entre
objetivos y conductas concretas del vínculo analista- las primeras menciona el "asociar", el "interpretar",
analizando, que las sustentan inevitablemente". Esto el "ser interpretado" y el "intercambiar palabras",
conduce al encuadre, en el cual, señala, "se alojan que desde una visión de raíz kleiniana relaciona con
(...) múltiples fantasías idealizadas, narcisistas, de la fantasía del pecho inagotable. Entre los roles des-
curación, apoyadas en sus características específi- taca la función de continente de parte del analista,
cas". A continuación desarrolla este tema, recordan- que "tiende a crear-agrega- un campo sumamente
do la posición de Winnicott (1955) acerca de que el propicio a la sugestión". Encontramos a partir de
encuadre brinda un marco clínico confiable al anali- aquí, la referencia directa al concepto de sugestión.
zando que, además, posibilita su regresión. Y añade: De inmediato Zak de Goldstein citará a Pontalis,
"Es cierto que la estabilidad, la tranquilidad, la inti- quien menciona la presencia de la sugestión en el
midad, etcétera, del encuadre analítico favorecen el análisis, definiendo la autora con toda claridad su
proceso curativo porque sustentan las esperanzas opinión al respecto: "No creo que sea éste --sostie-
realistas del paciente de encontrar en el analista una ne-- un problema que abarque todo el tratamiento
persona que lo comprenda y lo ayude". analítico: el analista con su encuadre como el sha-
Señalemos que estas "esperanzas realistas" no mán prometiendo una cura mágica y promoviendo
son, a mi entender, otra cosa que el grado de suges- cierto grado de sugestión (la técnica del encuadre
tionabilidad necesario en el paciente para que la cura como mito y como ritual mágico)". Entre las cir-
analítica tenga lugar. Prosigue Zak de Goldstein: cunstancias espacio-temporales, la autora se refiere
"Sin embargo, al mismo tiempo el encuadre es visto a la posición espacial de analizando y analista y a la
por un yo más regresivo, que aloja fantasías ideali- duración en principio indeterminada del tratamiento.
zadas en relación con lo que le ofrece el analista". Y En la última parte de su trabajo se ocupa explícita-
éste representa ya, en mi criterio, otro nivel dentro mente del papel de la sugestión en la cura analítica,
de los fenómenos sugestivos, más ligado al concepto en relación con la transferencia en el analista de
de sugestión propuesto por Zukerfeld, en relación objetos idealizados por parte del analizando en los
con fantasías narcisistas del analizando en el vínculo inicios del tratamiento. "Sin este suceso --señala--
con el analista y que --de acuerdo con Zak de no hay un vínculo analítico y no puede persistir el
Goldstein en el mismo trabajo desde la vertiente proceso terapéutico. Sin esta proyección en el tera-
kleiniana y Marucco (1980) desde la freudiana--, peuta es imposible que se establezca el vínculo psi-
podríamos referir también a la idealización en la coanalítico, el cual sucumbiría ante las primeras
transferencia analítica. intensificaciones de las ansiedades persecutorias".
Más que el terreno de la simpatía, la confianza y Esto da lugar al amor de transferencia y a la conoci-
las "esperanzas realistas", me parece que es éste ya, da " luna de miel" del analizando con su analista,
siguiendo la descripción de Zukerfeld, aquel terreno "que hace a aquél --el analizando- fácilmente suges-
en el que se desencadenan la fe, la fascinación y la tionable”. “La sugestión --prosigue-- aparece así
sumisión. Zak de Goldstein vincula, además, la como consecuencia del establecimiento de este
figura del analista para el analizando con la del baluarte". Enseguida ligará también la sugestión con
hechizero de las tribus primitivas, y la regresión que la proyección del yo ideal en el terapeuta. Poco más
corresponde a la enfermedad, con el desarrollo de adelante plantea que con la sugestión podría suceder
"fantasías de curación pasiva por métodos mágicos". como con la transferencia y la contratransferencia,
Enfatiza la incidencia de la regresión en estos fenó- que inicialmente fueron consideradas sólo como
menos, conducente a la aparición de fantasías arcai- obstáculos para la cura analítica y luego se recono-
cas y tempranas por las que la figura del analista es ció su valor como instrumentos para la misma, en
revestida de omnipotencia. A continuación dirá que tanto la sugestión contribuye a establecer y mantener
parte de estas fantasías es elaborada en el proceso un vínculo productivo del analizando con el analista.
psicoanalítico, pero otra permanece en el encuadre y Dejo por un momento de comentar aquí las apor-
condiciona además la creación de una organización taciones de Zak de Goldstein. Restarían dos aspec-
defensiva que la autora llama "baluarte en el encua- tos en torno al tema de la sugestión en psicoanálisis
dre". (Hacer disquisiciones acerca de este último sobre los que no es ocioso insistir: lo que concierne
concepto, importante en el artículo de Zak de a la necesidad del reconocimiento de los efectos
Goldstein, escapa a los límites de este trabajo). sugestivos del encuadre analítico y su instrumenta-
Volviendo a las características del vínculo analítico ción por parte del analista; y los riesgos de la suges-

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tión, entre los que se cuentan los que provienen de tema). Tales problemas y errores, lamentablemente,
un abuso del poder del analista en relación con lo no son tan infrecuentes. Como es de suponer, nos
que podríamos sintetizar llamándolo su narcisismo encontramos entonces con un analista que no está en
patológico. condiciones de integrar en el proceso terapéutico el
Respecto al primer aspecto, ya he mencionado que análisis de los aspectos idealizados de su figura. Una
tengo la impresión de que no son muchos los analis- expresión de esta actitud patológica del analista
tas que reconocen y reflexionan acerca de la inci- puede estar dada por la excesiva ritualización de
dencia del factor sugestión en el proceso analítico, algunos aspectos del encuadre analítico, conducente,
y menos aún en su relación con el encuadre analíti- iatrogénicamente, a idealizaciones y regresiones
co. De ahí mi especial interés por traer a la conside- patógenas en el seno de la transferencia analítica. El
ración el valioso trabajo de Zak de Goldstein y de análisis personal y, en particular, el de la contra-
comentarlo con detenimiento. (La autora alude allí transferencia, puede permitirle al analista preservar
también a que el analista puede emplear "inadverti- la neutralidad y evitar fomentar dicha idealización
damente o no" esta influencia sugestiva, a la que y, con ella, la narcisista y pigmaliónica inducción a
menciona como un "acompañante ineludible e indis- la identificación en el analizando con algunos de sus
pensable” del analista). Considero que un reconoci- rasgos. Esto es: evitar incurrir en los peligros de los
miento consciente y la convicción acerca de la inci- abusos de su influencia sugestiva sobre el analizan-
dencia de la sugestión no son para nada indiferentes do, abusos que tan acerbas críticas han despertado
a los fines de la técnica psicoanalítica. Significan, a veces, en especial de parte de algunos detractores
por el contrario y precisamente, el punto de partida del tratamiento psicoanalítico (Haley, 1958).
para una instrumentación a lo largo del proceso ana- A todo esto no olvidemos que, en definitiva, el tra-
lítico que, más allá de la contribución decisiva que tamiento psicoanalítico, como ninguna otra expe-
de por sí los fenómenos sugestivos efectúan al vín- riencia terapéutica, ofrece la posibilidad de la eluci-
culo analítico, consiste en la inclusión de tales fenó- dación y modificación de los fenómenos sugestivos
menos en determinados momentos del proceso como mediante la labor interpretativa. Es más, coadyuva
aspectos de dicho vínculo que deberán ser analiza- así al crecimiento y enriquecimiento psicológicos
dos y elaborados por el analizando; tarea que puede del sujeto, al revertir --haciendo consciente lo
ser fecunda, que resulta absolutamente necesaria inconsciente-- la regresión en progresión y la ideali-
(a la cual también se refirió Zak de Goldstein en su zación en desidealización. Con esto último, siguien-
citado trabajo) y que habrá de derivar en una deside- do a Freud, se puede encontrar una definición teóri-
alización de la figura del analista 6. Lo óptimo, co-técnica satisfactoria del delicado problema de la
(quizá inalcanzable de un modo total) será que al presencia de los fenómenos de sugestión en el
final sólo persistan en el analizando los efectos pro- campo psicoanalítico: "Para la finalización de una
venientes del insight y la elaboración. cura analítica, la transferencia misma tiene que ser
En cuanto a los riesgos de la sugestión, amén de lo desmontada; y si entonces sobreviene o se mantiene
que resultaría de no analizar las fantasías pasivas y el éxito, no se basa en la sugestión, sino en la supe-
mágicas de curación del analizando en relación con ración de resistencias ejecutadas con su ayuda y en
la figura de un terapeuta omnipotente (Zak de la transformación interior promovida por el enfer-
Goldstein, 1973) por pasar éstas inadvertidas para el mo" (Freud, 1916-17).
analista --y los posibles efectos de la "gran suges-
tión" están "ahí no más"--, nos encontramos, desde
ya, con los dependientes del factor personal en la Eduardo A. Braier
práctica del método psicoanalítico. Éstos devienen Salvador Espriu, 27 6º 2ª
de un abuso del poder que las condiciones del 08005 Barcelona
encuadre y por ende, la transferencia analítica, con- Tel-fax: 93.221.30.94
fieren a la persona del analista, problema que a su
vez podrá o no ser percibido como tal, y al cual se
refirió Freud en varias ocasiones, advirtiendo, entre Notas
otras cosas, sobre el furor curandis y el furor peda-
gógico del analista, que lo llevan a inducir ideas y 1. Posteriormente Rado (1925) intentará avanzar en la investi-
acciones en el analizando, apartándose de una acti- gación de esta misma relación.
tud neutral y, en definitiva, de la función analítica. 2. Respecto a las teorías de Freud sobre la sugestión, cabe
(Una vez más se debe citar el trabajo de Zak de precisar que cuatro años más tarde, en su Presentación autobio-
Goldstein, que tampoco deja de mencionar este gráfica, éste reitera la relación entre "sugestionabilidad" y trans-

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ferencia, más allá de lo expuesto en Psicología de las masas y Bibliografía
análisis del yo (1921), ocasión esta última en la que práctica-
mente no había recurrido al empleo del término transferencia Abraham, K. (1926), Psychoanalytic Notes on
(en rigor, lo hizo allí en una sola oportunidad, al decir en el Coué's Method of Self-Mastery, Int. J. Psa., VII,
capítulo X que el sujeto “se entrega a la actitud del rapport, de 1926.
la transferencia con el hipnotizador"). Sobre el final de su vida Alexander, F. (1946), La evolución de la terapéu-
[en Esquema del psicoanálisis, en el capítulo titulado "La técni- tica psicoanalítica. En F. Alexander y T. French,
ca psicoanalítica", 1940 (1938)], observamos que retoma una Terapéutica psicoanalítica, Paidós, Buenos Aires,
vez más la teoría de la sugestión, vinculada ésta con su concepto 1965.
de transferencia, sin acudir a las ideas expuestas en 1921. Por Bibring, E. (1954), El psicoanálisis y las psicote-
eso, esta cuestión, al igual que sucede con otras, en las que tam- rapias dinámicas, Psicología Médica, Buenos Aires,
bién hallamos contradicciones de Freud, nunca quedó del todo vol. 1, Nro. 2, 1974.
zanjada en su obra. En mi impresión valen las dos teorizaciones Bleger, J. (1967), Psicoanálisis del encuadre psi-
para explicar los fenómenos sugestivos. Trataré de aclararlo coanalítico, Revista de Psicoanálisis, Buenos Aires,
mejor: parte del efecto sugestivo, sobre todo en lo que se refiere vol. XXIV, Nro 2, 1967.
a la confianza del analizando, podría entenderse satisfactoria- Braier, E. (1990), Sobre la neutralidad técnica.
mente desde lo que implica una relación transferencial positiva, En E. Braier, Psicoanálisis.Tabúes en teoría de la
sublimada y moderada, que significa la presencia de libido obje- técnica. Metapsicología de la cura, Nueva Visión,
tal en el seno de la reedición de las relaciones del complejo de Buenos Aires, 1990.
Edipo, mientras que en otros niveles de la sugestión, que van Ferenczi, S. (1909), Introyection and transference.
desde la fe a la fascinación y la sumisión, habría un predominio En First Contributions to Psycho-Analysis, Nueva
de libido narcisista, con proyección del yo ideal en el analista, York, Brunner/ Mazel, 1980.
en relación con etapas primitivas del narcisismo, que para algu- Freud, S. (1886), Informe sobre mis estudios en
nos autores postfreudianos entraría en el concepto de transferen- París y Berlín, O.C., A.E., 1.
cia narcisista. Marucco (1980) se refiere específicamente en -(1888), Histeria, O.C., A.E., 1.
estos casos a la transferencia idealizada, tantas veces confundi- -(1889), Prólogo a la traducción de H. Bernheim,
da, según nos lo recuerda este autor, con la transferencia positi- De la suggestion (1888), O. C., A. E., 1.
va sublimada. -(1889a), Reseña de August Forel, Der
3. La frase resulta, sin duda, elocuente y definitoria, con la Hypnotismus (1889), O.C., A. E.,1.
sola objeción de que a Freud le faltó hacer referencia a las -(1890), Tratamiento psíquico (tratamiento del
demás formas de resistencia, que él mismo describiera poco alma), O.C., A. E., 1
tiempo después en Inhibición, síntoma y angustia [1926(1925)]. -(1891), Hipnosis, O.C., A.E., 1.
Si como Freud sostuvo, la elaboración de las resistencias es -(1892-93), Un caso de curación por hipnosis,
lo que distingue el análisis del influjo sugestivo (1914), ello nos O.C.,A. E., 1.
lleva a ubicar a la sugestión directa como lo opuesto a la elabo- -(1893), Charcot, O.C., A. E., 3.
ración. Así, mientras la primera elude y no permite superar las -(1892-94), Prólogo y notas de la traducción de J.
resistencias, el trabajo elaborativo las enfrenta y procura vencer- M. Charcot, Le cons du mardi de la Salpêtrière
las. Pero --he aquí la paradoja-- el vencimiento de las resisten- (1887-88), O.C., A.E.,1.
cias se realiza bajo el imprescindible auxilio de la sugestión, que -(1895), Estudios sobre la histeria (en colabora-
es inherente a la relación del paciente con su analista. ción con J. Breuer), O.C., A.E., 2.
4. Zukerfeld (1988) se ha referido a la influencia del sobreen- -[(1904(1903)], El método psicoanalítico de
tendido de filiación, en virtud del cual el analista alcanza un Freud, O.C., A.E., 7.
cierto prestigio para el analizando y que hace que sus interpreta- -[1905(1904)], Sobre psicoterapia, O.C., A.E., 7.
ciones sean resignificadas por este último. Entiendo que en este -(1905), Tres ensayos de teoría sexual,
caso, junto a la transferencia analítica, está operando una trans- O.C., A.E., 7.
ferencia institucional (en relación con la institución o grupo -(1910), Agregado a Tres ensayos de teoría sexual,
social con los que el analizando vincula a su analista), conver- O.C., A.E., 7.
gente y reforzadora de la transferencia positiva con el analista. -(1910a), Cinco conferencias sobre psicoanálisis,
5. Algunas de esas razones son mencionadas por Freud inme- O.C., A.E., 11.
diatamente a continuación en su trabajo de 1913. -(1910b), Las perspectivas futuras de la terapia
6. Está claro que a la vez se trata de no fomentar innecesaria e psicoanalítica, O.C., A.E.,11.
indebidamente la idealización que se genera en la situación ana- -(1912), Consejos al médico sobre el tratamiento
lítica. No obstante, esta idealización puede crecer en demasía psicoanalítico, O.C., A.E., 12.
con los fenómenos regresivos experimentados por el analizando.

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O. C., A.E., 12. metapsicológicos de la regresión dentro del marco
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O.C., A.E., 12. encuadre y acting out, Rev. de Psicoanálisis, Buenos
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to psicoanalítico, O.C., A.E., 14. Zak de Goldstein, R.(1973), La función clave del
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análisis, O.C., A.E., 16. Psicoanálisis, Buenos Aires,vol. XXX, Nro. 1, 1973.
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