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HUMBOLDT, BOLIV AR y MARX.

ENCUENTROS
Y DESENCUENTROS NECESARIOS

Rodrigo Quesada Monge


Sur, aunque en los momentos en que ca-
"Si yo mientiese al igual que lurosamente se estrecharon las manos, en
todos los cronistas de viajes, ten- París o Roma, Humboldt siempre le expre-
dría que temer también el enredarme só su más honorables parabienes.
en esas mentiras".
Con relación a Marx, Humboldt
siempre hizo lo posible porque sus ideas
A. van Humboldt. no tuvieran la difusión que aquel buscaba,
y movió sus influencias para que lo expul-
saran de distintos países europeos, entre
REFLEXIÓN INICIAL ellos Francia. Ya veremos por qué. Entre
tanto, hablaremos de los tres tomándole el
pulso a sus distintos encuentros, cuando
éstos se dieron, y trataremos de sacar el
mayor provecho posible a las opiniones
Con este trabajo, pretendemos
expresadas por cada uno de ellos res-
motivar en el lector algunas consideracio-
pecto al otro, cuando esto también es fac-
nes sobre los encuentros y desencuentros
tible registrarlo. No perdamos de vista que
que pudieron haber tenido lugar en los
Bolívar nunca conoció o leyó a Marx, y
distintos segmentos en que el pensa-
Humboldt jamás lo conoció personalmente.
miento y el quehacer del Barón Alexander
Von Humboldt, Simón Bolívar y Karl Marx
Para este ensayo hemos utili-
se cruzaron, cuando así sucedió. Fre-
zado diversos tipos de fuentes, algunas en
cuentemente, dichos cruces estuvieron
lenguas extranjeras fácilmente ubicables
teñidos de amargura, malas interpretacio-
en la red de INTERNET, y otras en espa-
nes y severidad. Se trata de tres de las
ñol ya consideradas clásicas. Hoy dispo-
más grandes figuras políticas, científicas y
nemos de excelentes traducciones de las
académicas del siglo XIX, y éste, el siglo
obras de Humboldt y Marx, lo cual facilita
XX, no sería lo que es en lo que respecta
la labor del bibliógrafo interesado no sólo
a las cosas buenas que todavía le quedan,
en levantar listados de libros y artículos,
sin la impronta generosa y noble que estos
sino también en reflexionar acerca de lo
tres hombres dejaron sobre él.
que los mismos puedan contener.
En el momento en que se acer-
La bibliografía sobre Humboldt
ca la celebración del bicentenario de la
por ejemplo es descomunal, por lo que en
primera visita del Barón de Humboldt a
esta ocasión nos hemos servido sola-
nuestra América, es un expediente inelu-
mente de un aspecto en realidad modesto,
dible de nuestro compromiso moral, como
para entender la sólida y lúcida personali-
historiadores y como hombres de letras
dad del ilustre expedicionario alemán. Lo
recordar no sólo el impacto de su visita,
mismo puede decirse de Marx, a quien
sino también las lecciones que podemos
tantos desconocen y muchos ignoran. Tal
recibir de los encuentros que en diversas
vez un poco más de lectura de los trabajos
ocasiones tuvieron Humboldt y Bolívar,
de Humboldt, Bolívar y Marx, nos haría
pero también las desiguales opiniones que
más y mejores ciudadanos del siglo XXI.
el primero expresaría sobre el segundo.
Con frecuencia, como veremos, dudó de la Quisiéramos para terminar esta
capacidad de Bolívar para conducir la lu- introducción, proponerle al lector una tesis,
cha por la independencia en América del con la cual buscamos desplegar los contenidos

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de este artículo: nosotros creemos que Bolívar (1783-1830) Y el Barón de Hum-
estos tres hombres nos ofrecen un punto boldt'. En esa ocasión, el científico ale-
de confluencia, maravilloso para el análisis mán recién había vuelto de su célebre
de la génesis de las diferentes formas de viaje a la América del Sur (1799-1804), y
conocimiento, entre ciencia, política y re- estaba compartiendo algunas de sus ex-
volución. A la luz del concepto diecioches- periencias y anécdotas con los asistentes
co, ilustrado para ser más preciso, de que al salón de Fanny, cuando se le ocurrió
es científico todo aquel procedimiento que expresar que los pueblos de América es-
sigue, o responde, a la secuencia de taban preparados para recibir la indepen-
prueba y error, el barón de Humboldt apa- dencia, siempre y cuando apareciera lo
rece como el más científico de los tres. más pronto posible el hombre indicado,
Pero al mismo tiempo, dentro de la pesada que tuviera el coraje y la voluntad para
tradición alemana de describir, desmontar liderar el viaje hacia ahí. Era necesario
y evaluar, los procedimientos elaborados deshacerse del yugo y la opresión espa-
por Marx, no tienen nada que envidiarle. El ñolas para que estos pueblos florecieran
enfoque de lo particular a lo general, como como merecían, indicaba Humboldt". La
estrategia de explicación y exégesis, en respuesta de Bolívar fue afirmativa y nos-
manos de Marx deriva en análisis revolu- tálgica al mismo tiempo, pues en 1853
cionarios que remontan considerable- Humboldt anotaba que nunca lo había
mente la tradición ilustrada. Así, uno se creído capaz de conducir una lucha de
encuentra con que Marx tiene un pie en el tales proporciones, y que más bien lo sor-
Renacimiento y la Revolución científica del prendía el ascenso meteórico de sus éxi-
siglo XVII, y otro en la Ilustración, con toda tos en contra de la dominación española"
su fuerza materialista y su rigurosidad racional.
Afirmativa porque Bolívar, mientras
¿Dónde encaja Bolívar en todo llevaba una vida disipada y frívola en Pa-
este asunto? Porque Marx habló con fre- rís, dispendioso con la fortuna de su fami-
cuencia muy mal del Libertador. Lo mismo lia en las mesas de los casinos y las ta-
hizo Humboldt. Y éste a su vez, habló con bernas de las Galerías de Bois del Palais
dudas y suspicacia de Marx. Tales en- Royal, cuando escuchó a Humboldt hablar
cuentros y desencuentros serán la materia de Venezuela, se sintió conmovido y pro-
de este artículo, con el cual, en alguna vocado por el altivo comentario que hiciera
medida esperamos contribuir a la conme- el sabio alemán, respecto a que en Améri-
moración internacional de la primera visita ca no existían los hombres capaces de
de Humboldt a nuestra América. llevar a cabo la batalla por la independen-
cia hasta sus últimas consecuencias.

Nostálgica porque a partir de ahí su


relación con Humboldt y Aimé de
Bonpland, los dos grandes amigos, nunca
se salió de los límites establecidos por el
Un día de 1805, en el salón de
respeto y la consideración mutuas. La
Fanny de Villars en París, donde se daba
nostalgia de Bolívar al oír hablar de su
cita lo más granado y selecto de la socie-
tierra a un extranjero, fue la de quien reniega
dad francesa de la época, científicos, polí-
ticos, cortesanas, poetas, artistas y agita-
1 LIÉV ANO AGUIRRE, Indalecio. BOLÍVAR.l783·1983.
dores, fue posible que tuviera lugar el pri- (Bogotá, Colombia: Editorial Oveja Negra. 1987) pp.40·41.
mer encuentro importante entre Simón 2 Idem. Loc.Cit.
J Idem. Loc.Cit.

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del exilio voluntario sabedor al mismo época, y su visión un tanto mediatizada no
tiempo de los compromisos morales que la superó ni aún después de la redacción
tiene con su pueblo. Más adelante le ofre- de su monumental obra COSMOS (1848-
cería a Bonpland incluso la mitad de sus 1858).
ingresos para que se estableciera en Ve-
nezuela y dirigiera el instituto científico de Sin embargo, la extraordinaria
ese país". Pero Bonpland declinó la oferta. competencia científica de Humboldt lo
Aún así, la relación con él y con Humboldt preparó para ver más allá de lo que un
se mantuvo viva, y con regularidad Bolívar científico promedio podría haber visto en
recordaba sus experiencias en París y en su viaje al Nuevo Continente. Y ello le hizo
Roma, desde donde alguna vez acompañó posible establecer, entre otras luminosas
a Humboldt en una de sus expediciones al conclusiones que extrajo de su trabajo,
Vesubio 5, para soñar y desear también la que no existen "razas superiores" y "ra-
realización de la independencia de los zas inferiores" , con lo cual estaba dando
pueblos del Nuevo Mundo. un asombroso salto premonitorio hacia la
antropología del siglo XX7. Pues de ahí en
Ahora bien, de acuerdo con Masur, adelante le fue razonable concluir que el
uno de sus primeros biógrafos, para Bolí- proceso de independencia de los pueblos
var estos encuentros fueron decisivos en americanos, la naturaleza de ese proceso,
la constitución de su pensamiento anti- estaba llevando el curso correcto. Muchos
colonialista. Dice el historiador: "/ncuestio- de los prejuicios "prehumboldtianos" esta-
nablemente, el encuentro de Bolívar con blecían que estos "pueblos primitivos"
Humboldt señaló una etapa fundamental estaban destinados a ser conducidos por
de su vida; posiblemente fue incluso lo los así llamados "pueblos civilizados", y
que hizo que reconociera cuál era la meta que por ello, el desarrollo político de los
a la que quería llegar, y con ella su destino americanos era directamente proporcional
personet". Las dimensiones de una afir- a su desarrollo como "raza".
mación como ésta son en realidad impor-
tantes puesto que pone en el extranjero el Al lado de algunos prejuicios de la
acento de las ideas de Bolívar y apenas le época, que inevitablemente permearían
concede a éste, el derecho a la imagina- ciertas de las opiniones de Humboldt, uno
ción y a la libertad de creación. Aún así, no puede evitar apuntarle al científico ale-
nos resulta más atractiva la figura de Si- mán su talento visionario y sus maravillo-
món Rodríguez como mentor detonante de sas intuiciones ecologistas sobre el Nuevo
las ideas republicanas e independentistas Continente. En Humboldt confluyen la he-
de Bolívar, antes que las volátiles, azaro- rencia renacentista, los logros de la revo-
sas y poco articuladas opiniones políticas lución científica del siglo XVII, y los hallaz-
de Humboldt sobre la independencia de gos de la Ilustración, una síntesis que en
América del Sur. No perdamos de vista manos de Marx produciría resultados y
que el criterio antropológico del último so- conclusiones de naturaleza política de
bre muchos aspectos de las culturas ame- incalculables consecuencias sociales, pero
ricanas es el reflejo de los prejuicios de la que en Humboldt, a partir de su acendrado
empirismo generó una visión unitaria de la
cultura y la naturaleza (el Cosmos) para la
• MASUR, Gerhard. SIMÓN BOLÍV AR. (Caracas, Venezuela:
Grijalbo. 1987) P.52.
5 PANHORST, K.H. "Simún Bolívar und Alexander mn Hum-
boldt". En IBEROAMERIKANISHES ARCHIV (Berlín, 1930) 7 LABASTIDA, Jaime. "Alejandro de Humboldt y la Antropolo-
P.35. xía". En HUMBOLDT EN LA RED. (http://www.uni-post-
6 MASUR, Gerhard. Op. Cit. P. 44. dam.defufrornanistik/humboldtli52.htm. ).

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cual no era siempre necesario ponerse en íeónico", idea que tantos problemas le
el lugar de los "salvajes" para compren- ocasionó con los otros líderes del proceso
derlos, por ejemplo. de independencia.

Por eso cuando Bolívar sostenía Los viajes de Humboldt a México,


que el verdadero descubridor de América Cuba y varios países de América del Sur
era Humboldt, su afirmación no era ideoló- constituyen el registro más preciso jamás
gicamente inocente, porque el enfoque levantado de los aspectos etnográficos,
bolivariano, con claroscuros napoleónicos, biológicos, sociales, políticos y culturales
reposaba sobre la creencia, ya de curso de regiones más allá de las esferas de
corriente por entonces, de que la América acción establecidas por la dominación eu-
anglosajona era más próspera que la ropea. La dinámica de ésta reposó durante
América latina, en gran parte debido a siglos en el criterio de que las nociones de
razones diferenciales de orden cultural y tiempo y espacio elaboradas por los euro-
económico, irreconocibles en la conquista peos eran las únicas, y las más válidas y
y la colonización españolas. legítimas para establecer cualquier tipo de
clasificación taxonómica de los pueblos
El gran respeto que Humboldt sen- conquistados. Humboldt fue el primero en
tía por la obra de Cristóbal Colón, por querer superar dicho esquema, y sus cla-
ejemplo, evocaba la grandeza de la em- sificaciones y análisis se sostienen sobre
presa de descubrimiento, los matices de la el esfuerzo constante por entender a los
expedición y el impacto civilizatorio de la pueblos que estudia, y sus niveles de in-
textura de sus distintas aristas históricas. serción en la naturaleza que los rodea.
De tal manera que uno puede fácilmente
establecer relaciones genéticas entre ex- Las verdaderas proporciones y
pedicionarios como Colón y Lawrence de profundidad de la influencia de Humboldt
Arabia, pasando por la figura de Humboldt sobre Bolívar no son mensurables a partir
sin que el cuadro analítico resulte forzado, de la simple especulación que la calidad
a la luz de la enorme capacidad de sínte- moral del científico pudiera producir. El
sis explicativa que el último fue capaz de calibre de su personalidad no está en
desplegar. cuestión aquí, pero sí nos impresiona la
facilidad con que algunos autores tienden
Para Bolívar entonces, sostener a sostener con argumentos diversos y bien
que Humboldt había hecho más por Amé- sopesados, que sin la influencia de Hum-
rica que todos los conquistadores espa- boldt, Bolívar jamás hubiera emprendido el
ñoles juntos, implicaba sostener, como proyecto que le costó la vida. En el cuadro
muchos lo hacían en aquella época, que que Humboldt tiene del Universo, la me-
el poder de la civilización nor-atlántica y diocridad no es reconocible. La unidad
centro-europea era mayor y más efectivo perfecta del Cosmos , sus dimensiones y
que el de las civilizaciones mediterráneas. su armonía infalible no permiten que los
No en vano el grueso de los asesores mi- cambios, si son requeridos, urgentes, no
litares de Bolívar fueron ingleses y france- se den. Por eso, cuando Humboldt duda
ses. y no en vano también, Bolívar fue de la capacidad de Bolívar para dirigir la
siempre acusado de querer establecer en lucha por la independencia de América del
América Latina un imperio al estilo napo- Sur, esta no es una duda gratuita, o

• CARRERA DAMAS, Germán. EL CULTO A BOLÍVAR


(Caracas, Venezuela: Grijalbo. 1989) pp. 175-216.

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caprichosa. Está perfectamente articula- todos los conquistadores juntos, forma
da a la creencia liberal burguesa del sabio parte también del buen decir de algunos
alemán, de que cuando los cambios deben cubanos, cuando sostienen que Cuba tuvo
darse la naturaleza encuentra el instru- tres grandes descubridores: Colón, Hum-
mento para ello. El problema es que Hum- boldt, y Fernando Ortíz, el gran antropólo-
boldt dudaba de Bolívar como instrumento go cubano 11.
para llevar a cabo tales cambios", Y en
esa duda radica todo el problema. Porque La frase de Bolívar es de una im-
las colosales dimensiones de la empresa portancia política mayor de lo que hasta
independentista no podían ser atendidas ahora se ha creído. Porque detrás de ella
por un "jovenzuelo frívolo, inconsciente e se encuentran todos los afanes progre-
inmaduro" como era Bolívar, según Hum- sistas y modernos del Libertador. La lige-
boldt, cuando se conocieron". reza con que Humboldt lo juzgó, como
hombre y como dirigente no le hizo ningún
Como hemos indicado, muchos honor, pero es el fiel reflejo de la escasa
años después de la muerte de Bolívar, comprensión que tenía el científico de las
Humboldt expresaría su sorpresa de que verdaderas cualidades del hombre que
éste hubiera podido relativamente concluir tuvo al frente.
el proyecto de lucha por la independencia
de América del Sur. Y en esta ocasión otra No es extraño por lo tanto, que
vez, la sorpresa adquiere un contenido Humboldt se haya sentido tan bien con un
que también la duda humboldtiana tuviera político como Thomas Jefferson. En las
en su momento: no existían hombres con distintas ocasiones que tuvieron la oportu-
suficiencia capacitados en el Nuevo Conti- nidad de hablar, las pláticas siempre estu-
nente para enfrentar al omnímodo poder vieron matizadas con la constante preocu-
español. El pragmatismo político de Hum- pación de Jefferson por adquirir la mayor
boldt en este episodio resulta más que cantidad posible de datos sobre México. Y
soberbio. Pero olvidaba que estaba tra- Humboldt siempre estuvo dispuesto a faci-
tando con un soñador. Y para ellos todo es litar dicha información, con una generosi-
posible. dad que, a veces, resulta sospechosa,
pues uno no sabe si hablar de ingenuidad
En el proyecto cosmológico de científica o de impericia política por parte
Humboldt los sueños apenas tienen cabi- del alemán 12 .
da. Aunque en su vida personal y privada
el hombre era un poeta, un idealista de Las obsesiones ideológicas de
muchos kilates. El encuentro con Bolívar Humboldt con el sistema político nortea-
de esta manera, debe ser comprendido mericano y su ciega creencia en la infalibi-
como el primer intento de un acercamiento lidad democrática de ese gobierno, lo hi-
entre dos mundos que tenían rato de es- cieron afirmar en distintas oportunidades,
tarse combatiendo, y que por primera vez como también lo hiciera el mismo Goethe
ahora pretendían conocerse en realidad. en algún momento, que los Estados Uni-
La profundidad de la frase de Bolívar, so- dos eran un ejemplo a seguir, y que se
bre que Humboldt había hecho más por el
verdadero conocimiento de América, que
" ORTlZ, Fernando. ETNIA Y SOCIEDAD (La Habana: Ed.
Ciencias Sociales. 1993) Varias páginas.
• HUMBOLDT, Alexander Von. CARTAS AMERICANAS 11 ORTEGA Y MEDINA, Juan A. "Eswdio Preliminar". En
(Caracas, Venezuela: Editorial Ayacucho. 1980). Pp.32,4S,67 y HUMBOLDT, Alexander von. ENSAYO POLÍTICO SOBRE
89. EL REINO DE LA NUEVA ESPAÑA (México: PoITÚa. 1973)
111 Idem. Loc.Cit. Pp.I-53.

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tenían bien ganadas sus eventuales aspi- ciedades mexicana, cubana y venezolana 13.
raciones expansionistas. El modelo pro- Y nuestra gratitud con su férrea defensa
gresista norteamericano, era para Hum- de los indios y los trabajadores america-
boldt, el mejor marco de referencia posi- nos, no debe obstaculizar tampoco nues-
ble, cuando de instituciones democráticas tra obligada clarificación de sus equivoca-
se trataba. Detrás de dicha creencia esta- ciones, las cuales, en gran medida, pare-
ban los fisiócratas franceses y una figura cen sustentarse en una apreciación apu-
como Adam Smith, a quienes Humboldt rada y ligera de los mecanismos por los
adoraba. De esta manera uno se ve tenta- cuales el mal llamado imperio español
do a lanzar la tesis de que los hombres de funcionaba. Esa superficialidad es preci-
ciencia y los políticos surgidos en la Euro- samente el motivo principal de su frívola
pa anglosajona y nórdica, y todos lo here- opinión sobre Bolívar. Consideraba al
deros de tales enseñanzas, para Hum- hombre un resultado del imperio que lo
boldt, estaban destinados a cristalizar la había visto nacer.
idea del progreso en sus países. Los lo-
gros de la democracia norteamericana
eran la lógica consecuencia del progreso LOS DESENCUENTROS
que los británicos habían traído consigo a
esa parte de las Américas. Como discí-
pulo de Smith, Jefferson entonces no tenía En esta parte de nuestro ensayo, la
derecho a equivocarse, y había que ayu- labor es más ingrata, porque se trata aho-
darlo en todo lo que se pudiera con tal de ra de apuntar aquello que no se dijo. Los
que los logros de su sociedad alcanzaran silencios son a veces más significativos
a la mayor cantidad de gente que fuera que las quejas y las afirmaciones a viva
posible. En ese vasto proyecto de armo- voz. Los méritos de la labor de Humboldt
nía y perfección, al que Humboldt llamó pueden ser ponderados desde muy diver-
Cosmos, en el que la naturaleza y la so- sas ópticas. Pero si en algo no hay duda
ciedad se regirían por los mismos princi- es en que, muchas de sus indagaciones, y
pios, era también perfectamente válido de los resultados de las mismas, le permi-
integrar al resto de la humanidad según tieron a los países capitalistas más pode-
unos patrones de tolerancia, disciplina y rosos del momento, tener una visión más
libertad que vendrían a estar diseñados clara de las potencias que eran capaces
según los pasos inspirados en el modelo de desarrollar los pueblos del Nuevo Con-
norteamericano. Es evidente que la racio- tinente. Sin Humboldt la labor de Darwin,
nalidad atribuida por Humboldt a la demo- por ejemplo, se hubiera vuelto más com-
cracia estadounidense incluía también la pleja y alambicada. Sin Humboldt, la gue-
racionalidad del expansionismo, que luego rra que sostuvieron los Estados Unidos
se transformaría en el más sofisticado y contra México, entre 1812 y 1848, se hu-
eficaz sistema imperialista de la historia. biera prolongado por más tiempo, y la im-
portancia militar de la misma, para aque-
Con este trasfondo resultan tal
llos, hubiera adquirido proporciones no
vez un poco más digestibles las ambigüe-
previstas. Lo que implicaba que el expan-
dades de distintos tonos y colores que
sionismo norteamericano hubiera tenido
pudieran haber influenciado las opiniones
de Humboldt sobre Bolívar. Así como tam-
bién los variopintos errores de apreciación
n HUMBOLDT. Alexander Von. Op.Cit. En varias páginas de
que cometiera cuando se refirió a las so- esta obra. el autor manifiesta su ignorancia sobre el sistema de
cabildos establecido por los españoles en América.

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que posponer su vocación a engullírselo Para Humboldt el marxismo es simplemente
todo. .una propuesta política totalitaria más, entre
muchas otras de las que recorren Europa
Resulta que, entre los muchos por esos años, y no es posible permitir
enemigos que tuviera Karl Marx alguna
que este tipo de agitadores anden sacu-
vez, no podía faltar Alexander Von Hum- diendo y socavando las instituciones de-
boldt. Con todos los méritos indiscutibles,
mocráticas que tanto esfuerzo y dedica-
desde la perspectiva eminentemente cien- ción le ha costado a la burguesía construir.
tífica que pudiera haber tenido la obra de
Humboldt; es decir, desde el tratamiento Es decir que, en el contexto revolu-
de raíz empirista que hiciera en obras co- cionario de los años que median entre
mo VIAJE A LAS REGIONES EQUINO- 1848 y 1871, el romanticismo burgués de
CCIALES DEL NUEVO CONTINENTE14, Humboldt terminó oponiéndose de una
de la naturaleza y de la sociedad ameri- manera feroz al romanticismo marxista,
canas, le cabe el mérito también de haber para dar la justa medida a un conjunto de
perseguido y complotado con el gobierno elementos en realidad contradictorios que
prusiano y el francés para expulsar al líder definían el teatro de operaciones en el que
revolucionario de Francia 15. se estaba desenvolviendo la herencia
ilustrada, cuando las condiciones ideológi-
El asunto realmente en discusión cas de la cultura política europea no esta-
aquí, y que tendría alguna significación ban dadas para recibir la instrumentaliza-
para los hombres y mujeres del presente, ción revolucionaria del marxismo. Hasta la
es el hecho de que, en ciertos momentos, revolución bolchevique se darían los pri-
hasta el ilustre Barón de Humboldt era
meros pasos en esa dirección.
víctima de serias contradicciones, en lo
que respecta a su inveterada tolerancia. Con un cuadro ideológico de estas
características no resulta sorprendente
Sabemos que Humboldt hizo lo po- que, al mismo tiempo que Humboldt está
sible para evitar que las ideas radicales del haciendo todo lo posible por deshacerse
revolucionario alemán tuvieran alguna di-
del pensamiento marxista y de su influen-
fusión. El bien elaborado sistema de pen- cia en ciertos sectores de la intelectualidad
samiento que respalda las ideas de Hum- y de la cultura política europeas, Marx esté
boldt, un andamiaje teórico e instrumental también muy ocupado denostando y des-
que le debe mucho a los enciclopedistas truyendo la figura de Simón Bolívar y de
del siglo XVIII y a las visiones totalizadoras todo el movimiento revolucionario contra el
del método de la razón pura (Kant), según imperio español en América".
las interpretaciones de Schiller y Goethe,
resultaría totalmente incompatible con el El odio que había acarreado sobre
materialismo todo comprensivo de Marx. sí la figura del Emperador Napoleón 111 lo
convirtió en algo proverbial, tanto así que,
Junto a ello no debemos olvidar las cuando en el análisis político se buscó
cimentadas preocupaciones de Humboldt hablar de las expresiones más férreas del
con relación al papel de la democracia, de la centralismo burocrático, la imagen de Napoleón
libertad de pensamiento y de la tolerancia.

'" MARX, Karl y ENGESL, Friedrich. MATERIALES PARA


,. (Caracas, Venezuela: Monte Avila Editores. 2'. Edición. 199 1) LA HISTORIA DE AMÉRICA LATINA. (Buenos Aires: Pasado
5 vols. y Presente. 1972) Véase particularmente el artículo titulado
'5 ORTEGA Y MEDINA, Juan. Op.Loc.cit. "Bolívar y Ponte". Pp.76-93.

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fue siempre la silueta que se utilizó como marxismo soviético de algunas épocas ya
referencia. Y uno de los hombres que idas, a contra pelo de las realidades
más odio sintió alguna vez por Napo- específicas que configuran el desarrollo
león fue precisamente Marx. De tal mane- histórico de estos países.
ra que la parafernalia política, a veces cir-
cense, a veces auténtica, de un Simón El gran problema que plantean es-
Bolívar por ejemplo, provocaba en Marx tos desencuentros no está en nuestra muy
reacciones de sorprendente virulencia, por pobre o muy rica comprensión de la reali-
los ecos que traían consigo ese tipo de dad latinoamericana, y de la forma que
desplantes de fuerte sabor monárquico. cierto marxismo quiso acercarse a ella
Así sucedió con su famoso artículo de para aprehenderla a la luz de esquemas
enero de 1858, un año antes de la muerte diseñados con la intención de trabajar la
de Humboldt". particular situación europea. El problema
real asoma sus orejas cuando asumimos
En dicho artículo Marx pudo reco- como totalmente válido, incluso hoy, el
ger una buena dosis de los prejuicios me- tratamiento que la antropología estructural
todológicos y hermenéuticos heredados por ejemplo, quiso hacer de las definitivas
por Hegel, respecto al análisis que podía articulaciones culturales de los pueblos de
hacerse entonces sobre la realidad de los América. En efecto, de ahí a sostener que
pueblos latinoamericanos, llamados con el estructuralismo tenía razón cuando ana-
insolencia "pueblos sin historia ,,18. Los lizaba las relaciones de parentesco como
desencuentros fundacionales, en este ca- definitorias de muchas de las formas de
so, y motivo del título de este artículo, ha- expresión mítica en los pueblos de Me-
rían que Humboldt, Bolívar y Marx, fueran soamérica, era cuestión de un tris".
abordados como entelequias teóricas, con
un telón de fondo fáctico que explicaría Algo similar sucedía con Humboldt
muy poco sobre el verdadero papel de los cuando en sus afanes clasificatorios olvi-
desencuentros como tales. daba con mucha frecuencia que los pue-
blos de indios en el Caribe o México esta-
Argumentar que Humboldt es prác- ban compuestos por personas, seres hu-
ticamente el padre de la antropología ame- manos pensantes, con una enorme y de-
ricana 19 nos parece una afirmación irres- sarrollada capacidad para organizar sus
petuosa si reparamos en pensadores del propias estructuras sociales, políticas,
calibre del padre Las Casas, quienes sor- económicas y culturales.
prendieron a la realidad americana, con
una sistematización de los desencuentros Sus comentarios displicentes y su-
entre mundos de civilización tan distintos y perficiales sobre Bolívar, tienen un raro
sin embargo tan iguales, que la teoría se parecido con los que hacía también Marx.
queda corta para poder formularlos políti- En este último caso, sus ataques contra lo
camente'", como hubiera querido cierto que concebía como una caricatura del
bonapartismo, jamás podrá ser identificado
como un mero problema de "eurocen tris-
17 ARICÓ, José. MARX Y AMERICA LATINA. (México:
Alianza Editorial. 2'.edición 1982). Léase el capítulo titulado El mo" o de ignorancia sobre la realidad lati-
Bolívar de Marx. Pp. 116-143. noamericana. Con Humboldt una afirmación
IX HEGEL, G.W.F. LECCIONES SOBRE LA FILOSOFÍA DE
LA HISTORIA UNIVERSAL (Madrid: Revista de Occidente.
1974) Pp.175-190.
l. LABASTIDA, Jaime. Op.Loc.Cit. 21LEVY-STRAUSS, Claude. LAS ESTRUCTURAS
!tI BATAILLION, M. y SAINT-LU,A. EL PADRE LAS CASAS ELEMENTALES DEL PARENTESCO (Barcelona: Planeta
Y LA DEFENSA DE LOS INDIOS (Barcelona: Ariel. 1974). 1993) Vol.Il. Varias páginas.

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así, podría encontrarse con serias dificul- siquiera entonces al peso específico que
tades para sostenerse. Porque Humboldt tiene la afirmación de Marx de que la llegada
manejó con solvencia una información del capitalismo inglés a la India cumpliría
descomunal sobre América. Pero resulta un rol transformador ineludible. Siempre y
que algunos investigadores muy serios, ya cuando demoliera a palos la herencia pre-
probaron igualmente que Marx disponía capitalista hindú.
una información a todas luces notable. Al
menos muy útil y crítica, en lo que res- La dificultad que tuvieron los hom-
pecta a las valoraciones que pudieran ha- bres y mujeres de ciencias europeos du-
berse hecho sobre Bolívar en la Europa rante la segunda parte del siglo pasado,
conternporánea'". para encontrarle una definición óptima a la
realidad múltiple que suponía el conoci-
Desde la segunda parte del siglo miento de América, está muy bien retrata-
XVIII el conocimiento sobre América ya da en la siguiente cita de Humboldt:
había remontado sin lugar a dudas el nivel
de los mitos y las leyendas. La labor de "Para evitar circunloquios fasti-
Humboldt, en esa dirección, empujó muy diosos, continúo escribiendo en esta obra,
hacia delante el conocimiento acumulado no obstante los cambios políticos sobre-
y añadió enfoques y texturas por completo venidos en el estado de las colonias, a los
novedosos y clarificadores. Sin embargo, países habitados por los españoles-ameri-
esto es más notable y sobresaliente cuan- canos bajo la denominación de América
do se trata del mundo físico. Con relación española. Designo Estados Unidos, sin
al mundo social y humano a secas, las agregar de América septentrional, a los
valoraciones y análisis de Humboldt no países angloamericanos, aunque se hayan
siempre son acertadas, o al menos, res- formado otros Estados Unidos en la Améri-
petuosas de los perfiles históricos particu- ca meridional. Es embarazoso, hablar de
lares y específicos que hicieran muy sen- pueblos que desempeñan un gran papel en
sible la utilización del conocimiento deriva- el escenario mundial y que no tienen nom-
do con el estudio del mundo físico. bres colectivos. La palabra americano no
puede ser aplicada solamente a los ciuda-
Con Marx sucede algo similar. El danos de los Estados Unidos de la América
hombre generaliza su visión de la materia del Norte, y sería deseable que esta no-
política y de los acontecimientos que están menclatura de las naciones independientes
teniendo lugar en Europa, y contando a su del Nuevo Continente pueda ser fijada de
disposición una masa de datos considera- una manera a la vez cómoda, armoniosa y
ble insiste en ponderar la figura de Bolívar precisa" 23.
a la luz de las carencias revolucionarias de
América. Es decir, como algo similar a El haz de dificultades que presentó
1789 no se produjo en esta parte del mun- la sencilla búsqueda de un nombre colec-
do, entonces el movimiento por la inde- tivo, como decía Humboldt, para estos
pendencia y sus hombres deben ser des- países, no es sólo consecuencia de falta
carnadamente analizados como oportu- de imaginación lingüística o filológica, co-
nistas e históricamente inconsecuentes. mo apuntarían también los falsos puristas
Si algo similar a la burguesía europea no del empirismo humboldtiano, sino la más
aparece en el horizonte, entonces no es clara evidencia de un problema mayor,
posible hablar de "revolución". Ni referirse
11HUMBOLDT, Alexander Von. SUPPLEMENT A L'ESSAI
~ ARICO. José. Op.Loc.Cit. POLlTIQUE SUR L'ILE DE CUBA <París, 1862) I Vol. P.50.

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que ni aún el poderoso cerebro de Marx que no se resolvería con un debate sobre
pudo percibir: el problema nacional" . el estado y su procedencia hegeliana o no,
como parecía haberlo abordado Marx.
La escasa comprensión por parte
de Marx y Engels de las distintas fuerzas Pero a Humboldt, además, le falló
sociales y políticas que estuvieran detrás la intuición y la vista para darse cuenta de
de y contra Bolívar, les impidieron tam- la belleza del arte colonial en América his-
bién tener una visión más generosa del pana. Decía el padre Mateos al respecto:
hombre. Preocupados por señalar los
desmanes dictatoriales del Libertador per- "Pasó Humboldt por el maravilloso
dieron de vista la perspectiva de que, arte barroco hispano-colonial, y parece no
quienes estuvieron más interesados en haberlo visto. ¿Insensibilidad del sabio
pintarlo como un dictadorsuelo de baja naturalista sólo atento al fenómeno cientí-
estopa fueron precisamente las fuerzas fico? ¿Incomprensión del barroco? ¿Com-
más colonialistas de la Europa del mo- plejo fundado en motivos religiosos? Lo
mento. Al fin y al cabo las manías anti- cierto es que, como acabo de referir, llama
bonapartistas de Marx resultaron armonio- gótica a la catedral de México y apenas
sas con los gestos palaciegos de Bolívar. admira en ella más que las torres adorna-
Pero preguntas vertebrales como el simple das de estatuas y columnas; pasó por Bo-
nombre colectivo de América quedaron a gotá y no le llamó la atención más que el
la larga para ser contestadas por el empi- salto de Tequendama; estuvo en Quito,
rismo de un Humboldt por ejemplo. relicario del arte como pocos, con sus igle-
sias de San Francisco o la Compañía, y no
El cambio de textura de tales pre- se dio por enterado. Menciona sí, las vaji-
guntas nos lleva a reflexionar también so- llas de plata labradas en México, pero
bre afirmaciones como la de José Carlos ¿dónde quedan las maravillosas custo-
Mariátegui, cuando sostenía que "no hay dias, los repujados de los altares, las ta-
salvación para Indo-América sin la ciencia llas, las filigranas de púlpitos y retablos, o
y el pensamiento europeos y occidentales" de las balconerías de Torre Tagle en Uma?,26.
25. La imagen opaca que América pro-
yectaba entonces resultaba distorsionada Lo que Humboldt no vio por su es-
aún más cuando el asunto de la nacionali- quemático neoclasicismo, Marx no lo hizo
dad no estaba completamente dilucidado. por su obsesivo hegelianismo. A fin de
y todavía en nuestros días sigue siendo cuentas, la idea que nos queda de todo
motivo de controversia y enconadas discu- este ir y venir por el pensamiento de dos
siones. La intuición de Humboldt por esta grandes científicos europeos y de la forma
razón resultó más empírica es cierto, pero en que se aproximaron a la América his-
más efectiva para advertirnos al menos de pana, es que su comprensión de nuestros
que había un asunto pendiente, uno que la asuntos pareciera haber estado seria-
invasión de Francia a México pondría en mente obnubilada por la enorme carga de
evidencia de manera brutal: América pre- prejuicios con que lo hicieron. Prejuicios
sentaba serias limitaciones para estable- fundados en las fuerzas detonadas por
cer su identidad nacional, una cuestión una revolución (la francesa) que partió de
la base de que toda institucionalidad heredada
2' ROJAS MIX, Miguel. TODOS LOS NOMBRES DE
AMÉRICA (San José, Costa Rica: EUCR. 1989).
25 MARIA TEGUI, José Carlos. 7 ENSAYOS DE 2'MATEOS, F. "Viaje de Humboldt a la América Española", en
INTERPRETACIÓN DE LA REALIDAD PERUANA (Lima, RAZÓN y FE (Madrid: Tomos 160-161. 1959) P. 301. Citado
Perú: Ediciones Amauta. 1996) Tomo 2 P.152. por ORTEGA Y MEDINA, Juan. Op. Cit. P. XLII.

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por los individuos puede ser revisada y ricanos han hecho sobre sucesos y figu-
sustituida por los grupos humanos en aras ras de América Latina.
de esas mismas fuerzas revolucionarias. En-
tre tanto, la figura enorme de Simón Bol ívar Nuestras conclusiones, de esta
espera que los hombres de esta Nuestra manera, parecieran reunirse en tres blo-
América le renueven su generosidad y ques de contenidos diversos, muy relacio-
tolerancia. Porque nuestros pueblos, su- nados entre sí, y que nos obligan a refle-
jetos a la opresión y a la sustitución de la xionar simultáneamente sobre aspectos
imagen por aquella que quiere imponer el colaterales que tienen mucho que ver con
extranjero, curioso muchas veces pero la situación presente de América Latina.
insensible las más de las especificidades
de nuestra historia, no son conscientes del 1. Antes que nada es importante
peso abrumador que tiene ésta en la vida recordar, resumiendo, las tres etapas del
cotidiana de la América hispana. viaje de Humboldt por América. Dice Adolf
Meyer-Abich, su biógrafo alemán, que "el
Bien podría decirse, para concluir, primer período podríamos llamarlo de ex-
que una de las más serias deficiencias con ploración del Orinoco y abarca la estancia
que europeos y norteamericanos se han de Humboldt en Venezuela desde su lle-
acercado a la historia de América es en gada a Cumaná (16 de julio de 1799)
realidad esa carencia de mentalidad histó- hasta su partida de Nueva Barcelona ha-
rica. La perentoriedad del cientifismo empi- cia La Habana (24 de noviembre de 1800).
rista de Humboldt al final de la jornada La expedición por Venezuela duró, pues,
termina pareciéndose a los apresura- un año y cuatro meses. (...) El segundo
mientos revolucionarios del joven Marx período cabría denominarlo viaje interme-
dio. Su objetivo era reunirse en El Callao
con la expedición francesa comandada por
SALIR DEL LABERINTO Baudin para regresar a Europa haciendo
escalas previas en Filipinas y en la India.
(...) El tercer y último período del viaje se
CONCLUSIÓN desarrolló casi exclusivamente por tierras
mexicanas y se extiende desde su partida
de El Callao hasta su llegada a Filadelfia
Nos quedan unas cuantas páginas (19 de mayo de 1804). (...) En conjunto, la
para proponer algunas conclusiones so- exploración arroja una duración total de
bre lo que nos ha enseñado la redacción unos cinco años" 27.
de este ensayo. Aquí hablamos de salir
del laberinto porque es barroca la riqueza A todo lo largo de su viaje, el expe-
de enfoques, fuentes y tratamientos que dicionario estudió, describió y analizó
se pueden hallar sobre la figura del barón hasta donde pudo la naturaleza, la socie-
de Humboldt. En este trabajo nuestro sólo dad y las gentes de los países que visitó.
hemos querido intentar una salutación Estos encuentros, puramente taxonómi-
reflexiva sobre un gran hombre y un cien- cos, fueron, o quisieron ser, un intento por
tífico colosal, pero también hemos querido someter a prueba las pre-concepciones
ser críticos y llamar la atención sobre culturales y las enseñanzas científico-
ciertos aspectos que parecieran haber sido técnicas que Humboldt había recibido de
descuidados cuando se trata de opiniones su contacto con el ambiente y las mentes
y retratos que algunos analistas, historia-
dores y periodistas europeos y norteame- 17 HUMBOLDT. (Barcelona: Salvat. 1985) P. 88.

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creadoras más brillantes de la época. muerte de Marx en 1883. De ser un fiero
Junto a su gran preocupación por medirlo defensor del librecambismo, Marx pasa a
y describirlo todo, las obras suyas posiciones más internacionalistas, y termina
mencionadas en este ensayo son valio- apoyando la causa irlandesa por ejemplo.
sos depósitos de información, sobre todo
por los atlas que construyó, y por la fre- d. El cuarto y último período, nos
cuencia con que los prejuicios culturales y dice Sacron, sería aquel que va de 1883 a
políticos del autor se escurren. Mucha de la muerte de Engels, en 1895. Este es un
la cartografía que el autor preparó, como período confuso, donde la característica
ya vimos, fue utilizada con propósitos de principal resulta ser el descuido de Engels
otra índole por el gobierno de los Estados por el mundo que está fuera del circulo
Unidos, cuando lo consideró necesario en comprendido por la economía Europea y
su guerra contra México, en los años que norteamericana.
van de 1812 a 1848.
El elemento más llamativo de estos
Para bien o para mal, y esto es encuentros y desencuentros de Marx y
algo que hay que plantear con toda clari- Engels con relación a la América Latina,
dad, la contribución directa o indirecta, viene definido por su valoración de las
consciente o inconsciente, de Humboldt en luchas políticas e ideológicas que están
el expansionismo norteamericano es in- teniendo lugar, a principios del siglo XIX,
cuestionable. contra el imperio español. El problema
nacional, en un primer momento, parece
2. Dice Pedro Sacron28 en la haber sido desprendido de su matriz origi-
introducción que preparó para la colección naria, que es la comprensión del abanico
de materiales sobre América Latina de de fuerzas y contra pesos que definen la
Marx y Engels, que el tratamiento de los lucha que está liderando un militar y políti-
asuntos latinoamericanos hecho por estos co de la talla de Simón Bolívar. El escaso
autores, puede agruparse en cuatro mo- entendimiento que Marx y Engels tuvieron
mentos diferentes. de este componente, impidió, al menos en
su etapa de formación, precisar un con-
a. Una primera, de fecha impreci- junto de herramientas que les permitiera
sa, pero localizable en 1847, se cierra con diseñar un esquema de análisis, más acá
el término de la guerra de Crimea (1856). del concepto de modo de producción
Aquí se mezclan los juicios morales contra asiático.
el colonialismo y su justificación teórica.
Las obsesiones antimonárqui-
b. Hacia 1856 se abre una etapa cas y anti-bonapartistas de Marx, no le
de transición, en la que las posiciones de facilitaron la comprensión del perfil político
Marx y Engels sobre la cuestión colonial y de Simón Bolívar, y mucho menos del mo-
nacional se van aclarando un poco más. vimiento al frente del cual estuvo. Marx se
Esta etapa se prolonga hasta la fundación limitó a ridiculizarlo y a compararlo con el
de la Primera Internacional, en 1864. dictador haitiano de aquel momento (Sou-
loque), y terminó por acusarlo de tiranuelo
c. Los límites de este tercer pe- oportunista y arrogante. Su juicio, distor-
ríodo se pueden fijar entre 1864 y la sionado por razones políticas, fue más allá
de la veracidad o validez de las fuentes
1M"A modo de introducciún". MARX Y ENGELS. MATERIALES que utilizara para escribir su célebre artí-
PARA LA HISTORIA DE AMÉRICA l.ATINA (Buenos Aires:
Pasado y Presente. 1972) Pp. 5·19. culo de 1858 sobre Bolívar. Porque no se

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puede argumentar ignorancia o mala in- de Ortíz es de mayor arraigo y reciedum-
formación en defensa de los prejuicios bre en lo que se refiere, no sólo al análisis
políticos que Marx sistematiza contra el de la naturaleza y la sociedad cubanas,
Libertador. sino en los caminos y las pistas abiertos
para el estudio (no necesariamente cos-
3. El culto a Bolívar, como lo mológico o empirista) de la realidad del
llama un historiador venezolano de nues- resto del Nuevo Continente como diría
tros días'", es en gran parte motivo históri- Humboldt.
co de toda la polémica de Marx y Engels
contra el estatismo bolivariano. Sin em- Si Colón, Humboldt y Ortíz son los
bargo, las aristas premonitorias de tal de- tres grandes descubridores de Cuba, tam-
sacuerdo resultan sorprendentes cuando bién debemos agregar que los pueblos del
el culto al héroe, que no idéntico al culto resto de Nuestra América, demandarían
de la personalidad, nos permite hoy día una mayor justicia en esa apreciación para
entender mucha de la política latinoameri- incluir a figuras como el Padre Las Casas,
cana. Si la acusación de Marx y Engels es y a todo lo largo de los herederos de su
extemporánea, cuando comparar a Bolívar línea de pensamiento, a otros nombres
con Napoleón 111podría resultar más bien directamente vinculados con el más rancio
una caricatura, hoy día ya no lo es, cuan- pensamiento anti-imperialista, es decir
do la larga historia de dictadores y dictadu- José Martí, Betances o Sandino.
ras en nuestros países parecieran darles
razón a unos críticos que jamás imagina- Carecería de sentido rememorar a
ron que el anti-colonialismo bolivariano, Humboldt sin parar mientes en que su he-
evolucionaría inevitablemente hacia el rencia llega hasta nuestros días por su
anti-imperialismo de Fidel Castro. En este enorme poder testimonial. Pero al mismo
caso, sin ironía alguna, Bolívar termina tiempo, sería iluso no ligarlo con el expan-
siendo más marxista de lo que uno pudiera sionismo norteamericano, que viene pre-
imaginar. ¿O es Marx, quien termina boli- parado y justificado por el colonialismo
variano? europeo. De esta manera uno se da
cuenta que el supuesto empirismo de
Recordar la figura del Barón de Humboldt no es inocente. Y si a contra
Humboldt hoy día, no tiene un propósito pelo de las creencias predominantes en la
modestamente conmemorativo. Las efe- época, para Marx, Bolívar es un simple
mérides tienen sentido cuando el historia- dictador de opereta, se debe llamar la
dor es con suficiencia responsable, tanto atención de que el anti-imperialismo ha
como para describir y evaluar el contexto alcanzado niveles de desarrollo excepcio-
que las posibilita. Es obligatorio recordar a nales en América Latina, para bien o para
Humboldt porque, a pesar de la posible mal del desarrollo del mismo marxismo. En
verdad o falsedad que haya en el dictum Nuestra América la tradición anti-
de que es el segundo descubridor de imperialista es primero bolivariana, y lue-
América, uno debe detenerse a evaluar go, sólo muy luego, deriva en marxista.
qué le debe un etnólogo de la envergadura
de Fernando Ortíz. Para quienes siguen Finalmente, los necesarios en-
creyendo que todo lo extranjero es lo único cuentros y desencuentros entre Humboldt,
válido y merecedor de respeto, nos teme- Bolívar y Marx, nos dejan abierto el debate
mos que la vastedad y lucidez de la obra sobre la forma, los contenidos y las estrategias
que la historia ha dictado en busca del mutuo
2" CARRERA DAMAS, Germán. op. Loc.cil. entendimiento entre el mundo europeo y el

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mundo no europeo, para utilizar lenguaje Sus consideraciones y recomenda-
humboldtiano. Si la labor de Humboldt se ciones sobre la administración institucional
hubiera reducido a la simple tarea del en Nueva España o Cuba, seguirán siendo
naturalista, muchas de las consideraciones lecciones sobre las cuales habrá que estar
que aquí hemos hecho carecerían total- volviendo. Repletos de errores y subesti-
mente de sentido. Pero resulta que Hum- maciones en otras ocasiones, sus juicios
boldt fue más ambicioso, o más genial si también seguirán siendo de gran utilidad
se quiere, y se atrevió a evaluar, a descri- para que hombres del calibre de Fernando
bir y criticar al imperio español por ejemplo. Ortíz nos digan cómo se puede superar la
maestría de un científico del nivel del Ba-
rón Alexander Von Humboldt.

San José, 20 de marzo de 1999.

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