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Nicolás López Quiñones

Teoria sociología Durkheim

Poder y violencia simbólica

Se dice que para una nación sea denominada Estado debe tener 4 características puntuales:
población, fronteras definidas, monopolio de la fuerza e instituciones. En este sentido, las
lecturas de esta semana nos hablan de ese poder, pero no un poder directo, sino uno simbólico.
Ese que no se ve tan palpable, pero que, está ahí y es más eficaz de lo que se podría llegar a
creer.

Siempre al hablar de poder se tiene que llegar a una pregunta que puede poner a las personas a
pensar demasiado, ¿el poder se tiene o se ejerce?, en este sentido, una pregunta fácil, ya que se
puede ver desde el punto de vista que el poder se tiene, pero ¿para qué sirve el poder si no se
pone el practica? Este podría llegar a ser el punto central del tema y del escrito; poder entender
que el poder no es solo tener un arma, sino accionarla; no es solo poder tomar las decisiones en
la casa, sino realmente hacerlo.

En el libro, una invitación a una sociología reflexiva, nos hablan de ese control que se puede
llegar a tener sobre una persona o un grupo, esa forma no palpable y no directa, el lenguaje, las
expresiones, la raza o incluso la edad pueden determinar muchas situaciones, Bourdieu se refiere
a esto como “Todo poder de violencia simbólica, o sea, todo poder que logra imponer
significados e imponerlas como legítimas disimulando las relaciones de fuerza en que se funda
su propia fuerza, añade su fuerza propia, es decir, propiamente simbólica, a esas relaciones de
fuerza”1, en este sentido, esta explicación puede sustentarse sobre la idea que Foucault tenía que
“el poder está en todas partes”. Así podemos observar que la idea de poder no está solo en ser
más grande o tener más dinero, sino también en la vestimenta, en el lenguaje o forma de hablar;
ocultando las disputas en relaciones básicas y cotidianas que a veces se nos escapa porque no
vemos al “ejecutante” ni al destinatario de manera tan explicita, sino más bien, implícita.

Retomando un poco la cuestión de la formación y legitimización del Estado, podemos entrar en


la cuestión tanto de reconocimiento como de monopolio de la fuerza, en una de las lecturas
ahondan un poco en esta última, pero, en vez de quedarse en el típico debate del uso de la fuerza

1
Pierre Bourdieu. (1977). La reproducción. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza. Laia,
Barcelona. P. 44.
armada y del control directo, coerción; lo llevan a un apartado un poco más interesante que abre
la discusión un poco más, agregando el tema de las fuerzas profundas 2. En lo que Riley no solo
es constante, sino también crítico, es sobre la visión Estado-centrista de Bourdieu, habla y
aunque le falta un poco explica de una mejora forma esa relación de control que tienen los
mismos ciudadanos sobre otros y esto lo ahondan en otra lectura, pero a partir de ello, nos
permite dar un esbozo de las relaciones sociopolíticas que tiene el pueblo, todo en un marco de
leyes socioculturales no escritas en las cuales se demuestra ya sea el poder social, adquisitivo,
cultural o político de un grupo de personas.

Todas estas relaciones día a día las podemos ver, últimamente más que nada, y es con los debates
que se han generado en torno a los micromachismos, a la inclusión de “todes” en el lenguaje
cotidiano, en la forma de vestir o incluso, en las relaciones sociales y familiares. Las relaciones
con la vestimenta, los modales a la hora de la mesa o incluso algo tan mínimo como que celular
se posee, son formas subconscientes de control, pero que a la larga siempre son para beneficiar a
aquel grupo que tiene mayores recursos o acceso a una mejor educación. También se puede ver
con relaciones tan mínimas como en una relación sentimental, una disputa por el control remoto
a ver quien va a ver qué programa, que comida cenarán esa noche o incluso quien propone el
plan del fin de semana; pero la cuestión del poder simbólico no comienza solo en las relaciones,
sino en el momento del “levante”, quien escribe primero, quien pide perdón antes en una relación
o quien se demora más en escribir, son cuestiones que algunas personas ya lo han interiorizado
para justificarse de “no mostrar el hambre”.

Aunque no todas las formas de poder simbólico son así de sencillas e incluso “inofensivas”, todo
depende de como se desenvuelva todo. Están también las cuestiones de violencia simbólica, esa
que no vemos pero que está ahí y justifica el machismo, la homofobia, la xenofobia, transfobia,
entre otras cuestiones discriminatorias. Un ejemplo de esto y que fue muy controversial más que
nada por redes, fueron las declaraciones de Claudia López sobre la seguridad en Bogotá y
también sobre temas de bioseguridad; la alcaldesa en algunas declaraciones públicas ha mostrado
una forma indirecta y directa, de estigmatizar a la población “revoltosa” o “problemática”, las
cuestiones de decir “no es por estigmatizar, pero…” refiriéndose a la población venezolana como
si esta tuviera la culpa entera de los índices de inseguridad en la ciudad; o “es más seguro viajar
2
Pereyra D, María Gisela. "El estudio de la Identidad en las Relaciones Internacionales: El
constructivismo como “solución” teórica temporal." (2015)
en Transmilenio que estar en la casa”, en temas de bioseguridad, y posteriormente estigmatizar a
la protesta y buscar que por “cuestiones de bioseguridad”, no se convocaran a marchas en la
capital del país. Estas son cuestiones mínimas pero importantes en los cuales un poder simbólico
de “moralismo” y “preocupación” se extiende sobre la alcaldía y buscan ejercer un poder de
manera implícita o como también se diría, ir por la tangente.

Ya para finalizar, no podía dejar por fuera las cuestiones más debatidas, pero aun así, más
desprestigiadas por aquellos en el poder social y estoy hablando de la violencia simbólica contra
las mujeres. El mansplaining, los colores “para niños y para niñas”, cuando van a un restaurante
que la cuenta sea directamente para el acompañante masculino o la temida “friendzone”; son
cosas que las mujeres viven todos los días y más que ser vivencias incomodas, promueven una
violencia que ya no es directa, sino bajo cuerda, que ya no ataca como golpe directo sino de
juego sucio. Estas son cuestiones simbólicas que buscan acentuar el control de una persona,
primordialmente un hombre que se ve en superioridad, hacia una mujer, como si este tuviera más
derechos que ella. Queria también dar menciones de “honor” al machismo a la inversa,
heterofobia (orgullo heterosexual), racismo a la inversa (All lives matter) y demás formas de
“violencia” que se “ejercen” contra los grupos sociales dominantes, hombres blancos, cis género,
heterosexuales.

Esto nos permite ver que la violencia y el poder simbólico o indirecto, como me referí a él, está
en todos lados, en todas las situaciones se ejerce desde una persona o grupo social que se siente
con más poder, sea físico, intelectual, sentimental, social o económico que los demás.
Normalmente se busca menospreciar y hacerla sentir como desprotegida ante el poder.

Con las lecturas, la situación contemporánea del país y el curso se generaron unas preguntas.

1. Me gustaría retomar la pregunta con la que inicio el texto ¿el poder de tiene o se ejerce?
2. Con la reciente muerte de Diego Maradona, la cuestión del debate si era o no valido llorar
su muerte por su pasado conflictivo, adicto y violento. ¿Qué tan prudente sería dividir a
la persona del jugador de fútbol? Esto bajo el entendido que como futbolista lo gano casi
todo y se convirtió en un ídolo para la historia del fútbol.
3. Quiero que, si es posible, puedan ver el capítulo Nosedive, sobre las redes sociales y
como todo lo que hacemos está vigilado. Con el poder simbólico que se representa muy
bien y muy explicito en el capítulo, ¿se podría decir que estamos en un panóptico social?
Es decir, en un sistema donde todos vigilemos a todos y todos podamos castigar a todos
según nuestro nivel en la “escala social”.
4. Y más personal ¿alguna vez se han dado cuenta de las relaciones de poder simbólico en
sus vidas? ¿Cómo creerían que en la clase o en sus vidas se representa ese poder social
simbólico?

Bibliografía.

Nosedive, Black Mirror, Joe Wright & Charlie Booker, Netflix, 2016. Netflix-Página web

Foucault, M. Vigilar y castigar. México: Siglo XXI Editores, 2009.

Bentham, J. El Panóptico, Ediciones de la Piqueta, Madrid. 1979

Bourdieu, P., & Wacquant, L. J. (1992). An invitation to reflexive sociology: University of Chicago press.
Pag: 140-174

Riley, D. (2015). The New Durkheim: Bourdieu and the State. Critical Historical Studies, 2(2), 261-279

Wacquant, L. (2002). Durkheim y Bourdieu. El zócalo común y sus fisuras. RUNA, archivo para las
ciencias del hombre, 23(1), 27-44. 

Bourdieu, P. (1979). Symbolic power. Critique of anthropology, 4(13-14), 77-85

Pereyra D, María Gisela. "El estudio de la Identidad en las Relaciones Internacionales: El constructivismo
como “solución” teórica temporal." (2015)

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