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Veo este salón, os veo a vosotras y a vosotros y me acuerdo

de aquella frase de nuestro premio Nobel Santiago Ramón y


Cajal, que decía “O se tienen muchas ideas y pocos amigos, o
muchos amigos y pocas ideas”. Y os doy las gracias por
demostrar que esa frase es errónea, que se pueden tener
ambas cosas, muchas ideas y muchos amigos y amigas.
Porque aquí estamos, amigas y amigos, para hablar de ideas.
Una ciudad de las ideas es una ciudad de futuro e ilusión. Una
ciudad sin ideas sólo sirve para mirarse al ombligo del pasado.
Y el pasado, y vivir del pasado, es lo mismo que correr tras el
viento, sobre todo cuando ese pasado ha sido el causante de
los males del presente.
Durante años, la ciudad de Dos Hermanas se ha parecido
mucho a aquella ciudad de cartón piedra de la película El Show
de Truman; pero los ciudadanos y ciudadanas, como el
personaje de Jim Carrey, han acabado dándose cuenta de que
todo era un espejismo, un montaje cinematográfico, un
escaparate. Antes de la crisis, se miraba al interior de ese
escaparate y todo parecía atractivo e inagotable, pero ahora la
tienda está cerrada y la gente que mira sólo ve su imagen
reflejada en el cristal y siente que algo extraño está ocurriendo.
Lo mismo que le pasó a Truman en la película.
Por eso ahora es el momento de salir de la escena y cambiar el
guión; es el momento de reivindicar un modelo de convivencia
social verdaderamente humano, en el que la economía esté
para servir a las personas y no las personas para servir a la
economía; en el que tal vez dejemos de hablar de crecimiento,
pero nunca de desarrollo; en el que ninguna teoría económica
haga negocio prescindiendo de los ecosistemas y de nuestra
vida y la de generaciones futuras.
Es el momento de ser coherente y comportarnos según
creemos y deseamos. Es el momento de dejar de correr tras el
viento y empezar a caminar con paso firme.
Muchos de los que estáis aquí habréis leído El mundo de Sofía.
En esta preciosa obra aparece una cita del romántico Coleridge
que dice: “¿Y si durmieras? ¿Y si en tu sueño, soñaras? ¿Y si,
en tu sueño, fueras al cielo y allí cogieras una rara y hermosa
flor? ¿Y si cuando despertaras tuvieras la flor en tu mano?
Entonces ¿Qué?”
Tal vez sea una cita demasiado inocente e infantil. Pero habla
de que nada es imposible, de que lo último que puede hacer un
ser humano es someterse al sentimiento de renuncia. Lo
contrario al rosa no es el azul, sino una gama de colores rojo,
verde, violeta, blanco. No podemos darnos por vencidos,
porque es falsa esa idea de que no se pueden hacer las cosas
de otra manera.
¿O acaso no se pueden hacer de otra manera? Compañeros
Cayo Lara y Diego Valderas, vosotros fuísteis alcaldes, ¿qué
habríais hecho con 6.000 millones de pesetas?… Pues aquí se
hizo un hipódromo… Nos dicen: “qué pesaditos estáis siempre
con lo del hipódromo… ¡Pero es que son 6.000 millones!
¿Sabéis que con ese dinero se podrían haber construido 86,86
clubs sociales como los inaugurados en La Moneda o
Condequinto? ¿Sabéis que con ese dinero se podría pagar un
sueldo a todos los parados de Dos Hermanas durante dos
años? Pero es que no es sólo el hipódromo. ¿Queremos seguir
pagando 70 euros por persona en poner flores o preferimos
que se cuiden los parques y jardines decentemente sin abonar
casi 4 millones de euros anuales a la cuenta de resultados del
presidente del Real Madrid?
Son sólo dos preguntas, pero yo os voy a responder con una
¿Queremos decidir o queremos que decidan por nosotros?
¿Queremos ser intérpretes principales de lo que ocurra en Dos
Hermanas o queremos ser meros actores y actrices
secundarios, a quienes sólo se acude cuando hay que pedirles
el voto?
Decía Albert Camus lo siguiente: “No camines delante de mí,
puede que no te siga. No camines detrás de mí, puede que no
te guíe. Camina junto a mí y sé mi amigo”. Amigas y amigos,
caminar juntos significa decidir juntos. Decidir todos los días.
Caminar juntos en la política cotidiana no es ninguna utopía.
Las personas que componemos la candidatura de Izquierda
Unida a las próximas elecciones municipales somos un grupo
preparado para caminar. Tenemos propuestas, tenemos ideas,
y queremos compartirlas a la hora de tomar decisiones.
Mirad: ¿cuáles son nuestras ideas? ¿Qué queremos para Dos
Hermanas? Os doy unas cuantas. Algunas son históricas, otras
caminan con los nuevos tiempos.
Queremos que el ferrocarril vaya soterrado. Es la única gran
obra que os proponemos, pero es una obra mucho más útil que
la del hipódromo y no más costosa. Gracias al soterramiento,
tendremos una ciudad integrada, sin pasos subterráneos, sin
barrios divididos, sin problemas de tráfico o inundaciones.
Donde hoy está la vía del tren podría haber un gran bulevar,
que solucionaría el problema de los atascos, que permitiría
mejorar el problema de los aparcamientos del centro, que
permitiría peatonalizar el casco histórico y crear una red de
carriles bici tan útil como la que tantos buenos resultados está
dando en Sevilla capital.
Queremos que la Dos Hermanas del futuro camine hacia el
futuro. Que el empleo no esté basado exclusivamente en el
ladrillo, sino en las nuevas tecnologías, en la atención a las
personas mayores, en la Ley de Dependencia, en las escuelas
de infancia, en la gestión medioambiental, en las energías
alternativas, en la rehabilitación de viviendas, en la
agroecología, en el empleo verde y el de las empresas de
economía social…
Si esto ya se hubiera puesto en marcha, si Toscano no se
empecinase en decir que el ordenador es la segunda caja
tonta, en vez de reconocer que todos los gobiernos de todos
los países avanzados del mundo están diciendo que hay que
invertir en las Tecnologías de la Información y la Comunicación
y que hay 2 millones de puestos de trabajo esperando en
España para los nuevos yacimientos de empleo, hoy no
estaríamos hablando de 21.000 desempleados y
desempleadas en Dos Hermanas. La crisis es la crisis en todas
partes, pero aquí, además, le pusimos la zancadilla a quienes
se estaban tambaleando y esos, como siempre, son los
trabajadores y trabajadoras, los únicos que no tenían culpa de
nada.
Porque aquí, en el gobierno local, también ha habido una crisis
de ideas. Y las ideas no perdonan. O vivimos con ellas, o ellas
vivirán contra nosotros si no las respetamos.
¿Sabéis qué ha pasado en Dos Hermanas? Que ha habido
años en los que en el ayuntamiento han entrado más euros de
los que podíamos gastar; que hemos vivido cantando como
cigarras y ahora no sabemos qué hacer con las hormigas. Que
Toscano soñó con una ciudad de 200.000 habitantes, llena de
chalés y campos de golf y se ha despertado con la pesadilla de
no poder construir ni una sola vivienda de protección oficial.
Queremos que se construyan viviendas protegidas, pero las
suficientes para que se garantice el derecho a una vivienda
digna y, a partir de ahí, a crear planes de viviendas necesarios
y no proyectos faraónicos que luego no se puedan poner en
marcha.
Por cierto ¿sabéis por qué no se ha puesto ni un ladrillo del III
Plan Municipal y en Sevilla se están entregando en los últimos
años de crisis más de 5.500 viviendas protegidas? Porque aquí
la financiación se ha pedido para pequeñas empresas
constructoras y en Sevilla existe una Empresa Municipal de la
Vivienda, que sí obtiene financiación.
¿Crearía empleo la puesta en marcha de una red wifi municipal
que no discrimine a barrios ricos de barrios pobres? ¿Crearía
empleo hacer una ciudad con movilidad urbana sostenible y
accesible para personas con discapacidad? ¿Crearíamos
empleo si se potenciara la cultura, el turismo de calidad, si
tuviéramos una televisión municipal comunitaria que, además,
sirviese de escaparate para promocionar el comercio local?
¿Sería un empleo sostenible y sostenido en el tiempo, porque
estamos hablando de unas infraestructuras sociales que hay
que mantener permanentemente actualizadas?
Hasta ahora he hablado de hacer cosas que cuestan dinero; os
diréis: ese dinero hay que sacarlo de algún sitio. Claro que sí.
¿De dónde creéis que ha salido lo que se ha hecho hasta
ahora? Para poner en marcha todas nuestras propuestas habrá
que gastar 1.300 euros por habitante, que pagaremos
ahorrando de algunas partidas, acudiendo a inversiones de la
Unión Europea que tiene programas de ayuda para innovación
y desarrollo y también poniendo en marcha impuestos
progresivos, para que paguen más quienes más tienen y
menos quienes tengan menos.
Os preguntaréis: ¿Por qué no se ha hecho hasta ahora? Pues
qué queréis que os diga: a mí también me gustaría saberlo.
Dijo el entrenador Menotti que "El jugador de fútbol debe
entender algo que es básico para su vida: para qué juega y
para quién juega. Para qué juega y para quién juega es lo que
debe preguntarse y responderse siempre". Preguntadle para
qué juega y para quién a quienes confunden el color rosa con
el azul más veces de las que serían deseables.
Pero hay cosas que no cuestan dinero. Caminar no cuesta
dinero, y es sano. La democracia participativa no cuesta dinero,
ni decidir las inversiones de los presupuestos municipales de
forma colectiva. Tener asambleas de barrio no cuesta dinero.
Que los vecinos y vecinas de un barrio sean los que decidan
qué se hace, cuánto se puede gastar y a quién se contrata una
obra determinada, y esa decisión no se tome dentro de las
cuatro paredes de un despacho, eso tampoco cuesta ni un
céntimo. Reunir a los vecinos y vecinas de Vistazul aquí
mismo, en este salón, para decidir las necesidades de este
barrio que se tienen que cubrir no cuesta dinero.
Decidir colectivamente es gratis, pero que una persona decida
desde su atalaya de Gran Hermano qué es lo que conviene a
los demás puede salirnos muy caro.
Insisto: caminar juntos no cuesta nada y genera compromiso,
ilusión y, lo que es más importante, genera futuro y nos permite
decir, a boca llena, que somos parte de todo aquello que
hemos encontrado en el camino.
Amigas y amigos, se suele decir que el mayor castigo para
quienes no se interesan por la política es que serán
gobernados por personas que sí se interesan. Para evitar eso,
os proponemos elaborar un código ético que obligue a rendir
cuentas sobre el trabajo de cada concejalía con capacidad de
gobierno en el Ayuntamiento de Dos Hermanas. Mirad: La falta
de ética tiene un precio que va mucho más allá de lo
económico. La falta de ética, en política, es la culpable de la
involución democrática. Y me gustaría decir algo bien alto y
bien claro: Me rebelo y no acepto que digan que todos somos
iguales, me niego a sentirme salpicado por la corrupción ética
de quienes no tienen escrúpulos. Que nadie nos señale con el
dedo: Me niego a aceptar que mis compañeras y compañeros
sean comparados con quienes llevan años enchufando a hijos,
sobrinas, esposas, primos, yernos y metiendo a gente a
trabajar en el ayuntamiento por la puerta trasera.
Porque: ¿qué decir del acceso al empleo público en esta
ciudad? ¿Por qué siempre trabajan las mismas personas, salvo
honrosas excepciones? ¿Por qué hace falta tener un cuñado
en el ayuntamiento? ¿Por qué no se convocan oposiciones
anuales para cubrir los puestos que se necesitan, en vez de
convertir el ayuntamiento en un catálogo de árboles
genealógicos de apellidos ilustres? Hacer oposiciones limpias y
transparentes, y política de enchufes cero, tampoco tiene coste
alguno. Ni la transparencia en las contrataciones eventuales y
las sustituciones, mediante la creación de bolsas públicas de
trabajo definidas por criterios que todo el mundo conozca.
Y no quiero que se me escape otra cosa sobre este tema. Me
preguntaron hace poco qué haría mi primer día como alcalde.
Dije algo distinto a lo primero que se me ocurrió. Lo primero
que se me ocurrió fue que, nada más llegar al ayuntamiento,
abriría puertas y ventanas para que se ventilara la casa y
entrase aire fresco, y que, inmediatamente después,
convocaría a los trabajadores y trabajadoras como hizo Manuel
Benítez Rufo cuando llegó a la alcaldía. Y es que siempre que
se habla de empleados públicos se dice lo malo, pero alguien
tendrá que decir lo otro, lo que nadie sabe o no se atreve a
decirlo porque es políticamente incorrecto, pero hay que decirlo
también: en su inmensa mayoría, tenemos a excelentes
trabajadores y trabajadoras en el ayuntamiento; y también
habrá que decir que si comparamos con otras ciudades de
población similar a la de Dos Hermanas, son los peor pagados
de España.
Tenemos un Programa de Gobierno, aquí lo veis. Tal vez otros
enseñarán sus programas electorales como quien enseña un
jarrón chino, pero no es nuestro caso: Son más de 200 páginas
con propuestas que invitan a la puesta en práctica de un
modelo de ciudad sostenible, que rompa con las
desigualdades, que sea amable, justa y solidaria. Hasta ahora,
la política ha sido el arte de impedir a la gente meterse en lo
que le importaba. En este programa de gobierno queremos
convertir a la política en el arte de comprometer a la gente a
imaginar esa ciudad que nos gustaría tener.
Durante estos años, he podido comprobar que muchas veces
son más interesantes las preguntas que nos hacen los
ciudadanos y ciudadanas que las respuestas que han recibido
de nuestros gobernantes. En Izquierda Unida también nos
hacemos preguntas y compartimos las respuestas: por eso este
Programa de Gobierno se ha hecho con una enorme
participación ciudadana. Y ha sido la ciudadanía la que ha
incluído en este Programa propuestas que van desde la
potenciación de las Asociaciones de Madres y Padres de
Alumnos a la puesta en marcha de un Conservatorio de Música
de grado medio o la implantación de caminos escolares
seguros. Propuestas como la creación de una Oficina de
Defensa de la Mujer, de Escuelas infantiles públicas para niñas
y niños de 0/3 años; propuestas como el fomento de la
agricultura ecológica y los huertos urbanos, o la aprobación de
una Ordenanza de protección del patrimonio, o la recuperación
de la Escuela Municipal de Jardinería, …etc.
Muchas de estas propuestas sólo requieren de la voluntad
política para ponerlas en marcha, y otras requerirán una
planificación en el tiempo para irlas desarrollando en los
próximos años, pero todas exigirán la participación ciudadana,
incluso, para el control de cada céntimo que se invierta en
ellas.
Nuestra candidatura es un compromiso con esa voluntad
política. Siempre que se presenta una candidatura se suele
decir que se apuesta por la renovación y experiencia, por gente
joven y personas con muchas tablas, por mujeres en igualdad
con hombres, etc. Pues bien: en esta candidatura no sólo lo
decimos, sino que lo podemos ver. Tenemos un grupo de
jóvenes que ya no necesitamos conjugarlos en futuro, sino en
presente. Tenemos un grupo de mujeres que no son la cuota
femenina, sino la columna vertebral de nuestro modelo de
ciudad. Tenemos una candidatura que representa las
inquietudes de los barrios, desde Montequinto hasta la Zona
Sur, desde Vistazul hasta Fuente del Rey, desde Cantely hasta
Los Potros.
Termino como empecé: hablando de caminar. Ya sabéis que a
Izquierda Unida se nos suele etiquetar de utópicos. Y puede
ser cierto y a mí, personalmente, no me duelen prendas
reconocer la ayuda que cada día nos ofrece creer en la utilidad
de andar permanentemente buscando e intentando alcanzar la
utopía. Decía Eduardo Galeano: “La utopía está en el
horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el
horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces ¿para qué
sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”. Amigas y
amigos, de eso se trata, de que caminemos juntos y hagamos
camino al andar, y eso no lo podemos hacer sólos: tenemos
que hacerlo entre todas y todos, desde hoy hasta el 22 de
mayo y, sobre todo, a partir del 22 de mayo. Muchas gracias.

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