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III CONGRESO NACIONAL DE DEPARTAMENTOS DE GEOGRAFÍA DE

UNIVERSIDADES PÚBLICAS

Santa Fe, 12 al 15 de octubre de 2011

ATUEL, UN RIO DE ARENA Y SAL. LA DESTERRITORIALIZACIÓN EN EL AREA


DE LOS HUMEDALES DEL OESTE PAMPEANO

Lic. Cardín, Daniel. Integrante del comité asesor de la Fundación Chadileuvú


(dcardin_geo@yahoo.com.ar)
Gugliara, Rosana. Docente de Enseñanza Primaria
(rosanagugliara@hotmail.com)
Acosta, Melina Ivana (meliacosta24@hotmail.com)
Alfayate, Emmanuel (alfayate_emmanuel@hotmail.com)
Cepeda, Agustín (agucepeda@hotmail.com)
Pérez, Gustavo Gastón (gustavoperez@cpenet.com.ar)
Schoenfeld, Federico Alberto (fedealpa@hotmail.com)
Estudiantes de Geografía
Facultad de Ciencias Humanas (FCH)
Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam)

Resumen
La depresión fluvial de La Pampa presenta una compleja problemática socio-ambiental y territorial
que afecta a toda la región oeste de la provincia, particularmente a los pobladores rurales, llamados
puesteros o crianceros, a partir de las sucesivas interrupciones de los brazos y arroyos del río Atuel
que tuvieron su génesis en las primeras décadas del siglo XX en la provincia de Mendoza y que aún
continúan. El escurrimiento permanente de las aguas en el sistema de los bañados otorgaba un
marco de sustentabilidad a través del cual se promovieron asentamientos, generando en torno a
ellos, núcleos productivos inicialmente de subsistencia o de incipiente economía comercial, para
luego convertirse en un área de estructura marginal. Las transformaciones espaciales modificaron las
relaciones sociales, las condiciones ambientales induciendo una adaptación forzada de los puesteros
a nuevos modos de vida y de producción. Tal proceso configuró una desterritorialización del espacio
pastoril, provocando despoblamiento, una progresiva disminución de la biodiversidad de los
humedales y un agravamiento de las condiciones económicas de subsistencia causando, en
consecuencia, un espacio frágil y vulnerable.
Los objetivos del trabajo son localizar y analizar el área de estudio mediante el uso del Sistema de
Información Geográfica e investigar las alteraciones que se produjeron en el ecosistema de los
humedales.
La metodología utilizada consistió en la comparación de capas temáticas para efectuar un estudio
espacio-temporal de la información relevada. Las entrevistas realizadas a diversos actores sociales,
imágenes satelitales, estadísticas y artículos periodísticos se constituyeron en las fuentes
fundamentales para la gestión del proyecto.

Comisión 3: Procesos económicos, políticos y demográficos en las redefiniciones territoriales.

1
Introducción
La unidad de estudio de la presente investigación se encuentra localizada en la
región del oeste pampeano y delimitada por el denominado “espacio pastoril”, en
particular, el subespacio de la “depresión fluvial” del sistema Atuel-Salado, según la
clasificación socio-económica desarrollada por Covas en 1998, que abarca los cinco
departamentos occidentales: Chalileo, Curacó, Limay Mahuida, Chicalcó y Puelén.
En el oeste provincial se han producido procesos de desterritorialización-
reterritorialización a partir de una serie de problemáticas suscitadas desde hace ya
más de un siglo. La intervención de diversos actores sociales, tanto locales como
extra-pampeanos, con intencionalidades contrapuestas e intereses en juego, han
configurado múltiples territorialidades en el espacio geográfico que ameritan su
análisis en pos de una interpretación integral del área en disputa y las
consecuencias derivadas de las acciones sobre ese mismo territorio.
La transformación del espacio indígena preexistente en un territorio nacional hacia
fines del siglo XIX y los sucesivos cortes de los brazos del río Atuel por parte de
Mendoza durante todo el siglo XX, llegando incluso al día de hoy, y que tantos
perjuicios le han provocado a La Pampa, hasta los actuales conflictos por la tenencia
de la tierra, han incidido en la conformación de diversos territorios donde se
manifiestan las luchas de poder.
En el presente trabajo se intentará dilucidar esta problemática compleja que afecta a
la región y, en particular, a los pobladores rurales, llamados crianceros o puesteros,
del área de los humedales del Atuel. Desde el abordaje teórico-metodológico
elaborado por diversos autores acerca de los procesos de territorialización,
desterritorialización, reterritorialización (TDR) se procurarán analizar la
manifestación de multiterritorialidades y las transformaciones socio-económicas en
un espacio en permanente tensión, históricamente cargado de conflictos, luchas y
resistencias entre los diversos actores involucrados.
La zona del oeste pampeano se incorpora al sistema de producción como un área
marginal, por su baja productividad y por la lejanía de los mercados. Como sostiene
Alejandro Rofman, el grado de penetración del estilo de desarrollo predominante en
este tipo de regiones del país se produjo de manera débil, rezagado e incluso,
inexistente en algunos espacios (Rofman, 1981). Solo de manera subsidiaria,
cuando se desarrolló una numerosa producción ovina y la presencia de agua era
importante, la región adquirió cierta importancia relativa.
Luego, la imposibilidad de introducir tecnologías por la escasa capacidad financiera
y económica, contribuyó a que las explotaciones tengan como limitante la
disponibilidad natural del medio. Este ofrece pocas alternativas, ya que la agricultura
es casi imposible en forma extensiva por la carencia de recursos hídricos y por la
baja productividad de los suelos. Como consecuencia, las actividades económicas
se limitan en la actualidad a la cría extensiva de chivas y, en menor medida,
vacunos.
Esta situación de los puesteros y de los habitantes del oeste pampeano, se ve
agravada por un modelo que en las últimas décadas, no ha conducido,
2
preferentemente, a la integración de estas regiones postergadas y vulnerables. Con
el advenimiento del proceso de globalización, que afectó varios aspectos de la vida
social, y sobre todo en el plano económico, se consolidó un modelo de desarrollo
basado en la apertura externa a los mercados y capitales internacionales, que
restringieron la presencia del Estado en la vida socio-económica, incidieron
negativamente en vastos sectores de la población argentina, que quedaron
excluidos de los diversos circuitos económicos. Este marco consolidó un proceso de
concentración, que en el caso agrícola benefició a las grandes empresas del sector
agroindustrial y de agronegocios, en detrimento de pequeños productores, basados
en el trabajo familiar, y de otros actores sociales que desplegaban estrategias
orientadas hacia el mercado interno.

Mapa de la Provincia de La Pampa. Localización del área de estudio.

Fuente: Elaboración propia.

Breves consideraciones teóricas y metodológicas


Para analizar los procesos de desterritorialización y reterritorialización que se
producen en el oeste de la provincia de La Pampa es indispensable conceptualizar
la idea espacio y de territorio.
Estos conceptos básicos de la disciplina geográfica son analizados por Milton
Santos en sus diversas obras. El espacio geográfico en la perspectiva del geógrafo
brasileño es concebido como un conjunto indisociable de sistemas de objetos y de
sistemas de acciones, ambos cada vez más artificializados. Consecuentemente, el
espacio es una construcción histórica y socio-cultural, en donde se expresan las
3
intencionalidades materiales y simbólicas de los distintos agentes sociales (Santos,
2000).
“El espacio, por lo tanto, forma parte de la realidad multidimensional […] El espacio
geográfico está formado por los elementos de la naturaleza y por las dimensiones
sociales, producidas por las relaciones entre las personas, como la cultura, la
política y la economía. Las personas producen espacios al relacionarse en forma
diversa y son frutos de esa multidimensionalidad” (Fernandes, 2005: 2).
Como afirma Fernandes, el territorio es una fracción del espacio geográfico
apropiado por determinadas relaciones sociales que lo producen y lo mantienen a
partir de una forma de poder. El territorio es, precisamente, un espacio de
confrontación. “Se puede afirmar, sin dudas, que todo territorio es un espacio (no
siempre geográfico, puede ser social, político, cultural, cibernético, etc.). Por otro
lado, es evidente que no siempre y no todo espacio es un territorio. Los territorios se
mueven y se fijan sobre el espacio geográfico” (Fernandes, 2005: 4).
El análisis del territorio es imprescindible para comprender la dinámica actual de los
procesos de cambios, fragmentación, resistencias y conflictualidad socio-espaciales.
En el territorio se pone de manifiesto la materialidad de las relaciones sociales
construyendo, de ese modo, territorialidades, acciones inherentes de poder que
posibilitan la capacidad de usar, gestionar y apropiarse del territorio, a partir del rol
activo de los sujetos que se expresa en el contexto de una realidad en permanente
recreación.
Distintas perspectivas indagan sobre la diversidad territorial; en términos de
Haesbaert (2004), es concebida como una producción de multiterritorialidades en el
marco del espacio geográfico, es decir, múltiples territorios al interior de ese espacio.
Territorialidades que se expresan en diferentes escalas (locales, regionales,
nacionales, mundiales) con diferentes intereses, percepciones, que manifiestan
conflictos y modificaciones en el contexto, como afirma Ortiz, de la globalización de
las relaciones económicas y la mundialización de la cultura, que excluye y desplaza
formas no capitalistas de producción, como por ejemplo, acciones campesinas o
comunitarias como modos de vida. En este sentido, el sistema capitalista con sus
relaciones de producción presupone una desterritorialización, destruyendo en
determinados grupos sociales sus “tradiciones regionales geográficamente
enraizadas” (Ortiz, 2004: 53).
Los movimientos intrínsecos en el seno de los espacios y territorios son la
“expansión, flujo, reflujo, multidimensionamiento, creación y destrucción. La
expansión y/o creación de territorios son acciones representadas por la
desterritorialización. Ese movimiento explicita la conflictualidad y las contradicciones
de las relaciones socio-espaciales y socio-territoriales. Debido a esas
características, ocurre al mismo tiempo la expansión y la destrucción; la creación y el
reflujo. Ese es el movimiento del proceso geográfico conocido como TDR, o
territorialización – desterritorialización – reterritorialización” (Fernandes, 2005: 5).
Consideramos que estos procesos mencionados se plasman de manera
concomitante y simultánea en el espacio, ya que todo proceso de
4
desterritorialización implica nuevas dinámicas de reterritorialización, como así
también múltiples territorios o multiterritorialidades. En los territorios, por lo tanto, se
manifiestan conflictos y enfrentamientos entre los diversos actores sociales que
forjan sus intereses e identidades construyendo, de ese modo, las múltiples
territorialidades, tanto materiales como simbólicas.
“El territorio […] es sinónimo de apropiación, de subjetivación […] y puede
desterritorializarse, esto es, abrirse y emprender líneas de fuga e incluso
desmoronarse y destruirse. La desterritorialización consistirá en un intento de
recomposición de un territorio empeñado en un proceso de reterritorialización”
(Guattari y Rolnik, 2006: 372). El proceso de reterritorialización no debe ser
entendido entonces como una restitución de una territorialidad primitiva, o anterior.
Sus elementos constitutivos sirven de territorialidad en un proceso constante de
creación y recreación de nuevas territorialidades horizontales y complementarias
(Deleuze y Guattari, 2002). “El capitalismo es un buen ejemplo de sistema
permanente de desterritorialización: las clases capitalistas intentan constantemente
«recuperar» los procesos de desterritorialización en el orden de la producción y de
las relaciones sociales” (Guattari y Rolnik, 2006: 373).
Con respecto a la metodología cuantitativa utilizada para el abordaje del presente
trabajo la misma consistió en el análisis de los datos estadísticos proporcionados por
los censos nacionales de población y vivienda, censos nacionales agropecuarios y
dirección de estadísticas provincial con el fin de cuantificar la evolución de la
población y de la producción ganadera de los departamentos estudiados del oeste
pampeano.
En cuanto a la metodología cualitativa se efectuaron viajes al área de estudio con el
objeto de realizar entrevistas en profundidad a los puesteros y sus familias e indagar
acerca de los modos de vida, percepciones, costumbres, tradiciones, cultura, formas
de producción y cómo interactúan creando territorialidades y dotando de
significación a dicho espacio. Además, se efectuó el análisis de bibliografía
específica de los conceptos estructurantes del trabajo de investigación.
Asimismo, se estableció la comparación de diferentes capas temáticas a partir de la
utilización del Sistema de Información Geográfica (SIG) para desarrollar un estudio
espacio-temporal de la información relevada. Del mismo modo, imágenes satelitales,
estadísticas y artículos periodísticos constituyeron también fuentes para la gestión
del proyecto.

Atuel, un río de arena y sal


El proceso de ocupación y colonización del espacio del oeste pampeano a principios
del siglo XX se vio afectado por los sucesivos cortes de los distintos brazos del río
Atuel, afluente principal del río Salado en La Pampa. En el año 1947 se produjo la
inauguración de un embalse sobre el Atuel, en la provincia de Mendoza, hecho que
marcó la continuación de una serie de profundas transformaciones sobre el territorio
visibles hasta el día de hoy. La posterior construcción del sistema de represas del
complejo hidroeléctrico de Los Nihuiles, autorizado por el Gobierno Nacional, quien,
5
es dable destacar, no contempló ni defendió los derechos del entonces Territorio
Nacional de La Pampa (se constituiría en provincia en 1952) en la preservación de
sus recursos hídricos superficiales, no hizo más que desconocer los legítimos
reclamos pampeanos sobre los usos unilaterales del agua del río por parte de
Mendoza. Las consecuencias para La Pampa fueron el progresivo despoblamiento
de la región, un descenso de la producción ganadera, la imposibilidad de desarrollar
polos de actividad agrícola intensiva, la pérdida de biodiversidad en la zona de los
bañados o humedales y un estancamiento socio-económico de las familias que
permanecieron, lo cual repercutió en su forma de vida y de vinculación con su propio
territorio.
El descenso de la población sobre los departamentos por donde atraviesa el sistema
de los ríos Atuel-Salado se puede advertir en el siguiente cuadro.

Cuadro: Evolución de la población de los departamentos Curacó, Chalileo, Chicalcó


y Limay Mahuida entre 1920 y 2010.

Dptos./Años 1920 1935 1942 1947 1960 1970 1980 1991 2001 2010
Curacó 1.120 1.644 1.259 1.504 887 834 995 878 886 1.039
Chalileo 1.750 1.888 2.102 2.420 1.838 1.443 1.737 2.093 2.517 2.999
Chicalcó 769 1.198 1.037 1.189 1.102 920 1.199 1.212 1.595 1.502
Limay 1.165 1.474 1.596 1.663 949 772 836 586 475 506
Mahuida
Fuente: elaboración propia en base a datos de Censos Nacionales de Población y
Viviendas (1947-2010) y Censos del Territorio Nacional de La Pampa (1920, 1935 y
1942).

Del análisis del cuadro se destaca 1947, año del corte del río, y los datos de los
censos inmediatos posteriores de los años 1960 y 1970, estadísticas que reflejan el
despoblamiento sufrido por los departamentos consignados. Precisamente allí fue la
zona más afectada por el corte del río, en este sector se encuentran actualmente las
localidades que surgieron configurándose a la vera de los bañados del Atuel-Salado:
Santa Isabel, Limay Mahuida, Algarrobo del Águila y los parajes Paso de los
Algarrobos y Árbol de la Esperanza.
Es importante destacar que se excluye el departamento Puelén, pues el auge
poblacional de la localidad de 25 de Mayo, debido al aprovechamiento del río
Colorado y la explotación petrolera, provoca una distorsión de las estadísticas.
Asimismo, es el único de los cinco departamentos occidentales por el cual no
atraviesa el mencionado sistema hídrico.
En este sentido, es coincidente el análisis de investigadores pampeanos sobre la
incidencia del corte del río en la dinámica demográfica regional. “Es evidente el
impacto negativo que causó la interrupción de los escurrimientos del río Atuel y la
disminución del Salado sobre la población como consecuencia de la degradación
ambiental consecuente […] En líneas generales se observa un incremento
6
poblacional entre 1920 y 1947, año éste en que se inicia una tendencia descendente
que, en líneas generales comienza a revertirse en la década de 1980 aunque
algunos departamentos prolongan su crisis como es el caso de Limay Mahuida […]
Es oportuno recordar aquí que 1947 es el año de finalización de la construcción de
“El Nihuil” y que coincide con uno de los mejores momentos en cuanto a
poblamiento regional. A posteriori, se inicia una diáspora poblacional que duró
décadas y que aún se mantiene en algunos departamentos” (González y Hernández,
2010: 343).
Debe esclarecerse que el incremento demográfico demostrado por los
departamentos Chicalcó y Chalileo, se debe al aumento de la población urbana de
las localidades de La Humada y Santa Isabel, respectivamente. Los autores citados
afirman que ambos departamentos se vieron beneficiados por “el reingreso de las
aguas del río Atuel a través del arroyo de la Barda luego de un cuarto de siglo sin
correr y un incremento de las precipitaciones pluviales por el ingreso a un ciclo
húmedo. Esto mejoró las condiciones ambientales y favoreció la actividad ganadera
de secano lo que devino, junto a la intervención del Estado a través de distintas
acciones, en mejorar las condiciones de vida de los pobladores. Esto a su vez
impulsó la emigración de pobladores de áreas rurales a los núcleos poblados lo que
incidió en la distribución de la población” (González y Hernández, 2010: 346).
Además, se manifiesta una clara disminución de la población joven en los puestos
que se emplea de forma asalariada en los pueblos cercanos o ciudades en trabajos
domésticos, de albañilería o como empleados públicos en las comunas cercanas.
Igualmente, se puede realizar un análisis cuantitativo de los puestos o casas
existentes en los espacios rurales de los ejidos de Santa Isabel (Departamento
Chalileo), Algarrobo del Águila (Dpto. Chicalcó) y Limay Mahuida (Dpto. homónimo),
principales afectados por los cortes de los brazos atuelinos. De la comparación de
los puestos georreferenciados por el Ministerio de la Producción de La Pampa, en
2001, y un mapa inédito hallado en los archivos de la Dirección de Catastro
provincial, correspondiente al IV Censo General de la Nación de 1947 y firmado por
el técnico-cartógrafo Carmelo Valente, cuyo contenido era no solo demográfico sino
también agropecuario e industrial, se puede establecer que los puestos o casas en
dichos ejidos eran: Santa Isabel, 281; Algarrobo del Águila, 75, y Limay Mahuida, 81,
en 1947. Por otro parte, los puestos georreferenciados en la actualidad son, en
dichos ejidos, 166, 62 y 80, respectivamente. Es decir, que entre 1947 y 2001,
desaparecieron 115 puestos en Santa Isabel, 13 en Algarrobo y solo 1 en Limay.
Más allá de los números, se puede inferir un descenso de los puestos rurales en
este espacio de la depresión fluvial. La carencia de datos, correspondientes a los
años intermedios, dificulta aventurar definitivas conclusiones. De todas maneras, son
significativos si se considera que 1947 fue el año cúlmine de un momento de auge
en la región luego de la grave sequía de los años ’30 que afectó a toda la provincia.

Gráficos comparativos de los departamentos de Chalileo, Chicalcó y Limay Mahuida,


sobre existencias ganaderas bovinas, ovinas y caprinas, (1906-2007).
7
19 19 19
06 06 06
(D (D (D
e e e
Fo Fo

50000
100000
150000
200000
250000

0
ug Fo

0
10000
20000
30000
40000
50000
60000
70000
ug

100000
120000
140000
160000

20000
40000
60000
80000

0
ér ug
es ér ér
) es es
)
)
19 19 19
30 30 30

19 19 19
34 34
34

19 19
19 19 38
38 38 47
19 19 (C
47 47 N
(C (C A
N N )
A) A)
19
52
19 19
52 52
19
60
19 19 19
60 60 61
(E
19 19 P )
61 61
(E 19
(E 66
P) P) /6
19
19 7
19 69
66 66 (C

8
/6 /6 N
7 19 7 A
19 69 )
69
(C (C
N
CHICAL - CO
N A) A)
19
74 19
CHALILEO

72
(E

LIMAY MAHUIDA
N
19 A
19 19 /C
19 72 74 72 G
74 19 )
(E 88
(E N (C
N A/ N
A/ C A
CG G 20 )
) 19 ) 02
19 88
88 (C
(C N
(C N A
N A) 20
A) 20
07 )
20 02 (C
02 (C N
(C N A
N A) )
A) 20
20 07
07 (C
(C N
N A)
A)
OVINOS
BOVINOS

CAPRINOS

OVINOS

OVINOS
BOVINOS

BOVINOS
CAPRINOS

CAPRINOS
Fuente: elaboración propia, en base a datos proporcionados por la Dirección
General de Estadísticas y Censos de la Provincia de La Pampa.

Asimismo, en los gráficos comparativos precedentes, sobre las existencias


ganaderas de vacunos, ovinos y caprinos en los departamentos de Chicalcó,
Chalileo y Limay Mahuida, se pueden establecer algunas consideraciones. Por un
lado, mencionar que las interrupciones en la cuantificación del ganado caprino en
algunos periodos impiden establecer conclusiones decisivas sobre su
comportamiento. Acerca de los bovinos, se puede aseverar que el descenso en el
número de cabezas, comienza a manifestarse antes del corte del río, ya en la
década del ’30, quizá como efecto de la grave sequía, que golpeó con mayor dureza
a este tipo de ganado, menos resistente a las condiciones que le impartía el medio
respecto de los caprinos. De todas maneras, es sensible la disminución en los
departamentos de Chicalcó y Limay Mahuida tras 1947 y hasta la década del ’60
cuando vuelve a incrementarse. Las mejores condiciones climáticas y la presencia
de mayores precipitaciones hacia fines de los ’90 y principios de la década del 2000,
beneficiaron la actividad vacuna y el aumento del número de cabezas, lo cual se ve
reflejado en los gráficos.
Donde sí se puede destacar una significativa merma es respecto del ganado ovino.
En los tres departamentos, se puede señalar, de manera coincidente, que 1947 fue
un año de gran esplendor desde el punto de vista cuantitativo. A partir del
mencionado periodo, comienza un descenso de las existencias lanares, que
acompaña el comportamiento nacional, pero que resulta más evidente en los
departamentos occidentales, con pérdidas ciertamente relevantes. Por ejemplo,
durante el intervalo 1947-1952, en Limay Mahuida el quebranto fue de 68.104
lanares (116.116 frente a 48.012), en Chalileo de 41.162 (142.782-101.620), y en
Chicalcó de 40.831 (57.645-16.814).

Los puesteros, una forma de vida en el oeste pampeano


La población rural que habita en los departamentos del oeste pampeano, conocidos
regionalmente con el nombre de puesteros o crianceros, posee ciertas
características que nos permite particularizar aspectos distintivos que los identifican
como el trabajo familiar, la práctica de la ganadería extensiva (caprina y bovina), la
escasez de medios técnicos y financieros que posibiliten su desarrollo, dificultades
en su capitalización y en el acceso a necesidades básicas como a una vivienda
adecuada, servicios de salud y educación, satisfechos parcialmente y, además,
precariedad en lo relativo al régimen de propiedad de la tierra (Comerci, 2005).
Los puesteros o paisanos son en algunos casos descendientes de grupos
originarios, y en otros se constituyeron como poblaciones mestizas debido a la
interrelación ocurrida entre las diferentes comunidades y pueblos tanto indígenas
como criollos de la región.
Los puesteros se han instalado en áreas donde fuera posible la obtención de
recursos, como el agua proveniente del río, manantiales, lagunas, para su
9
subsistencia y la de su ganado. “Los puestos son una zona que incluyen el espacio
doméstico, peri-doméstico, y un área para pastaje de animales. Constituye el
espacio de producción y consumo” (Salomón Tarquini, 2008: 106).
Las actividades productivas principales son la cría de chivas y, en menor medida,
dependiendo de los vaivenes climáticos y de los precios, los vacunos. Según los
testimonios recogidos en el área de estudio, los puesteros manifestaron que dejaron
de criar ovejas hace muchos años debido a que las chivas son un tipo de ganado
que se adapta mejor a las características ambientales del lugar, siendo un animal
más rústico que la oveja, llegando, incluso, a comer en épocas de sequía, zampa y
jarilla, mientras que el ganado ovino es muy dependiente de las hierbas y los pastos
más tiernos, exigiendo mayor cuidado por parte de los puesteros. Asimismo, su
escaso valor en el mercado es otro condicionante para desarrollar este tipo de
producción, al cual también se le añade los ataques de predadores como los pumas
y zorros.
La producción de chivas y vacas se comercializa en el mercado informal, donde solo
media un arreglo particular entre los puesteros y los compradores. En alguna
medida, los vacunos también se destinan a ferias nodales que nuclean la producción
de la región.

“-¿A dónde vende las vacas que produce?


- A la feria de Fuentes, en General Acha, o a otros tipos de Santa Rosa.”
(E. R., 78 años, puestero)

Con respecto a la comercialización de los caprinos es generalizada la decisión de


los puesteros de vender los chivitos a particulares y las “chivatas” (chivas viejas), al
frigorífico del gobierno pampeano de Santa Isabel:

“Sí a particulares… sí… el chivo sí… vienen a comprarlo acá… sí… el que está interesado por ahí
viene a buscar chivo, es así, si viene con la plata ahí nomás… vienen casi siempre los mismos, si”
(M. Q. de M., 38 años, puestera)

“…El frigorífico nos paga la mitad de lo que nos paga cualquier particular, es lo que digo yo siempre,
si es algo del gobierno cómo no les dan una mano al puestero, al contrario, nos quieren terminar,
porque una chiva, ellos compran chivas viejas en la temporada $40, y que hacemos con $40, nos
conviene vender a particular porque sacamos la mitad que no nos paga el frigorífico… Las chivas
viejas las compra el frigorífico, casi nadie las compra, esas van al frigorífico pero pagan muy
poquito…” (O.T., 61 años, puestero)

En tiempos donde la existencia del recurso hídrico era mayor y de mejor calidad, se
solían instalar huertas en el predio del puesto. Desde que comenzaron los cortes y
las progresivas disminuciones de caudales, la cantidad y las cualidades del agua fue
fluctuando hasta alcanzar periodos en los que el río dejó de escurrir por suelo
pampeano.
Los primeros pasos del proceso de degradación socio-ambiental comenzaban a
manifestarse, sobre áreas otrora productivas por la vital existencia de recursos
10
hídricos de calidad, dejando como legado el gradual deterioro de los suelos, su
salinización, la pérdida de productividad, la degradación del ambiente de los
humedales, la disminución de la biodiversidad (vegetación y fauna) y el paulatino
éxodo poblacional.
Estas vicisitudes que se señalan desde hace más de medio siglo en La Pampa
vienen siendo estudiadas desde hace muchas décadas en la provincia sin que se
pueda encontrar aún una solución consensuada sobre los usos racionales del
recurso: “El corte del sistema del Desaguadero y luego del Atuel, por
aprovechamientos de aguas arriba, produjo la involución económica de todo el
Oeste de La Pampa, fenómeno muy acusado a partir de 1947 y generador del éxodo
de la población. No menos de 20.000 km 2 sufren el proceso de desertización
completa […] El problema fundamental de esta población no es solamente la falta de
agua potable para el consumo humano y de los animales, sino también la escasez
de pastos para la alimentación del ganado (ovejas y cabras), única y exclusiva
fuente de recursos de los pobladores” (Aráoz, 1988: 139).
Crianceros de la región de los humedales testimonian dramáticamente sobre las
consecuencias que ocasiona la pérdida del recurso hídrico superficial y, de manera
conexa, la calidad de las aguas subterráneas:

“…Porque cuántos años hace que no llueve no se puede hacer huerta… el calor y el mismo salitre…
es perder tiempo… más el trabajo que lleva dar vuelta la tierra y regarlo, y un ventarrón de estos lleva
todo y quema todo el salitre… así que…”
(M. Q. de M., 38 años, puestera)

“…Sí, antes sí. Cuando venía el agua del Atuel, yo tuve allí un huerto, por ahí. Tenía así las plantas
de tomate (señala). Tengo fotos por ahí, pero ahora, guardadas por ahí. Tenía tomates, todo tenía…”
(R. de F., 69 años, puestera)

“…Sí… montón nos afecta… está seco… por ahí dicen… por ahí puede ser que no venga porque
hace playa… pero es una gran ventaja… sí… suben las vertientes pa’ riba, cambia… es importante
para el ganado igual que la lluvia, el río y la lluvia… No sé… ahora cuando llovió 100 vino pero de
lluvia debe haber sido que llegó hasta las playas… montón hace que no viene agua… se junta tierra
sale yuyo, sino se va a perder con el tiempo el cauce…”
(M. Q. de M., 38 años, puestera)

Actualmente, en muchos de los puestos del oeste pampeano localizados sobre la


depresión fluvial, el agua de los pozos es salada para el consumo humano y apenas
apta para los animales. Por ello, se abastecen del recurso por medio de camiones
cisterna que la trasportan desde las comunas vecinas. También recolectan agua de
lluvia en los aljibes, o de pozos de gran profundidad o jagüeles “de donde se
sacaban con baldes o uncas (recipientes hechos con cueros), y eran transportadas
hasta el puesto en estos recipientes o en barriles, a caballo” (Salomón Tarquini,
2008: 108).
Los testimonios de los puesteros expresan esta situación:

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“Está cerquita [el agua]… debe estar a 4 metros… si está cerquita, pero no la pases porque se pone
muy salado… Los pozos estaban, lo único que como no viene agua en el río ahora se ha puesto
media saladona, se ha ido mucho por debajo de las vertientes… poca lluvia… pero vamos tirando
dijo, son pocos los animales y pa’ colmo ya se está poniendo fea en todos lados el agua, se pone
salada y amarga, se ha puesto feo, feo, y los animales la toman porque no hay más… así que hay
que hacer pozos por todos lados.
… Sí… con una cisterna, camión… si llenamos todo… ahora sí porque antes teníamos un sufrir con
el agua… sabíamos pedir a La Reforma que nos traían con el tractor. Ahora con el camión llenamos
todo y por un tiempo nos quedamos tranquilos”.
(M. Q. de M., 38 años, puestera)

También las localidades vinculadas con la cuenca “deben importar agua por medio
de acueductos o camiones para abastecer a sus habitantes. Así Santa Isabel y
Algarrobo del Águila reciben agua desde Punta de Agua (Mendoza); La Reforma y
Puelches lo hacen por medio del acueducto que une Puelén con Chacharramendi;
Limay Mahuida lo hace por medio de camiones que se abastecen en la toma de La
Reforma; Puelches, además, recibe agua desde Casa de Piedra” (González y
Hernández, 2010: 346).

La lucha por la tierra

“Han venido unos… dicen que son los dueños… Yo digo, si yo me pongo no me van a sacar… pero
yo no quiero lío…Claro porque me vengan a decir que salga yo no voy a salir… Porque yo les
decía… hay otra persona a la que han amenazado… que les van a pasar la máquina por sobre las
casas, que les van a demoler las casas…”
(R. de F., 69 años, puestera)

Los distintos modelos socioeconómicos implementados y la desigual valoración y


utilización de los recursos definieron la diferenciación espacial e influyeron en las
características demográficas y productivas de los distintos espacios.
La introducción de lógicas territoriales capitalistas manifiesta claramente el proceso de
apropiación de la tierra. Históricamente, los puesteros poseyeron las tierras para el
pastoreo de los animales, pero sin que se configurara un proceso de propiedad privada
de la tierra, sino que prácticamente no existían alambradas, y tanto el ganado como los
mismos puestos tenían una cierta movilidad sobre el espacio derivado de las
posibilidades y limitaciones que condicionaba el medio natural, caracterizado por las
escasas precipitaciones y la significativa carencia de buenos pastos producto de los
sucesivos cortes de los brazos del Atuel.
Cada familia “poseía” de manera comunitaria su espacio y en ese marco transcurrió la
vida de muchos de ellos, por ejemplo, sin la necesidad imperante de escriturar las
tierras, pues sus lógicas socio-productivas y sus tradiciones, de transmisión padre a
hijos, no lo ameritaba. Sin embargo, a los términos legales, y por su permanencia
pacífica y continua a lo largo del tiempo, se convertían en poseedores con el
transcurso de las décadas.

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Pero estos espacios, han revelado en las últimas décadas, el corrimiento de la frontera
agrícola en el centro-este provincial y, como consecuencia, de los límites ganaderos
sobre el oeste pampeano, lo cual contribuye a la revalorización de tierras antes
consideradas marginales. La aparición de nuevos actores, han provocado la
acentuación de los procesos de presión sobre los pequeños productores crianceros
con el fin de delimitar y apropiar espacios. En algunos casos vieron achicados sus
campos por alambradas, en otros, han sufrido desalojos forzados, debido a la
presencia de “compradores” que aprovechan la precaria situación legal en la
tenencia de las tierras de los puesteros.
Emerge, por lo tanto, una compleja situación por la cual, los antiguos “propietarios
legales” de dichas tierras, producto entre otras cosas de herencias, y nuevos
“compradores”, tanto locales como regionales, se presentan a reclamar la propiedad de
los campos del oeste, a partir de un conocimiento previo de la situación y engaños o
artilugios legales que les permite apropiarse de dichas parcelas, con el fin de realizar,
en muchas casos, solo una mera inversión especulativa.
En este punto, se produce la parte más inextricable de la problemática pues colisionan
los intereses de los crianceros que desde hace décadas habitan esas tierras y los
supuestos propietarios, que poseerían los títulos de propiedad de las mismas. Incluso,
se han producido graves conflictos por despojos violentos de puesteros y sus familias.
En este contexto, se manifiestan, entonces, diferentes territorialidades, acciones de
nuevos actores, en permanente tensión, que están provocando sustantivas
transformaciones en las relaciones sociales y los tradicionales modos de actuación de
los sujetos.
Muchos puesteros han iniciado sus reclamos por la tenencia de los campos en los
cuales habitan desde tiempos territorianos, iniciando los trámites posesorios. Las
intencionalidades contrapuestas de los grupos involucrados, suscitaron la intervención
del gobierno provincial, que respecto a la problemática global no ha tomado decisiones
de fondo aunque sí alguna medida precautoria. Por un lado, se ha prorrogado el
periodo por el cual se suspenden los desalojos de puesteros del oeste pampeano
mediante la ley Nº 2405, sancionada el 6 de marzo de 2008 y ampliada en septiembre
de 2009 por dos años. De todas maneras, no soluciona la problemática de los
despojos forzados en el oeste, ya que en septiembre de este año vencerá dicha
prórroga y la Cámara de Diputados provincial deberá analizar los proyectos de ley para
abordar la problemática de forma integral o decidir prorrogar nuevamente la ley que
suspende los remates y desalojos judiciales. Por otro lado, el gobierno provincial por
intermedio de una fundación, y en el marco del plan de erradicación de ranchos,
construyó viviendas de material en muchos puestos, lo cual, implícitamente, reconoce
el derecho de los puesteros de permanecer en sus tierras. Por último, destacar las
gestiones y reclamos que, no solo el estamento gubernamental, sino también la
sociedad civil y diversos actores provinciales, como la Fundación Chadileuvú o la
Asociación Alihuén, están efectuando en el marco del conflicto con la provincia de
Mendoza por el corte del río Atuel, que tantos efectos negativos les están provocando
desde hace décadas a los puesteros y a toda la provincia de La Pampa.
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De este modo, podemos percibir la dinámica del espacio pampeano occidental donde
se expresan lógicas contradictorias, propias de la oposición entre un avance
desmesurado del sistema capitalista sin control y formas comunitarias de vida y
producción, o con desarrollo de un mercado regional, sin dudas, más solidario y
participativo. Estos nuevos espacios de conflictividad, configuran nuevas estructuras
de control y poder sobre los territorios, estableciendo relaciones sociales
enfrentadas, antagónicas, entre los distintos agentes sociales. La territorialidad
configurada por las formas de vida de los puesteros constituye su propia vivencia
social y la conciencia del territorio, como experiencia colectiva, interiorizada en la
conciencia de la comunidad. La territorialidad interioriza, entonces, el territorio y de
esta manera le otorga un carácter simbólico.
Como afirma Fernandes, en su análisis sobre estas expresiones territoriales, la
expansión del capitalismo desterritorializa otras relaciones sociales y necesita cada
vez menos recrear las relaciones no capitalistas, caracterizadas por la destrucción
de puestos de trabajo, la precariedad de las relaciones laborales y la destrucción de
los territorios campesinos. El desplazamiento de este sector se ve incrementado
obligándolos, de esta forma, a insertarse definitivamente en el sistema o a quedar
absolutamente excluidos. El despojo significa una intensificación de la destrucción
de los territorios no subalternos generando a su vez formas de resistencias
emergentes por parte de la población de los territorios rurales (Fernandes, 2005).

A modo de cierre: un espacio donde se expresan multiterritorialidades


El oeste pampeano es un espacio con características propias que le otorgan una
identidad territorial, construido por relaciones sociales que involucran a diversos
actores. De este modo, se convierte en un espacio de libertad y dominación, de
apropiación y de resistencia, donde se manifiestan intereses enfrentados que
producen y recrean múltiples territorialidades.
Las intencionalidades opuestas que se plasman en el territorio reflejan la
conflictualidad de las relaciones de poder con respecto a la tenencia de la tierra y al
manejo de los recursos hídricos, que modifican la biodiversidad y las formas de
producción. Asimismo, el proceso de despoblamiento progresivo de los puestos
localizados en la región de los humedales es una expresión de esa misma
conflictualidad.
Las lógicas capitalistas no conciben las formas participativas y solidarias de
producción de las pequeñas comunidades rurales como así tampoco la transmisión
hereditaria de las tierras de una generación a otra. Estos antagonismos implican
procesos geográficos espaciales de desterritorialización y, sucesivamente, de
reterritorialización que cargan consigo diferentes identidades que configuran
multiterritorialidades, como resultado de las luchas y resistencias de cada grupo
social, en la búsqueda de la resignificación de sus propias territorialidades.
El fenómeno de la desterritorialización, como afirman diversos autores, implica
desprendimiento e, incluso, desarraigo. Consecuentemente, conlleva una

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reformulación de las subjetividades generando nuevas dinámicas de
reterritorialización.
En este contexto complejo y heterogéneo se despliegan las acciones materiales y
simbólicas de los actores. La problemática hídrica y medioambiental de la región,
que se suma de manera complementaria a la situación social de los puesteros
requiere, no solo de la intervención de los estamentos gubernamentales nacional y
provincial, sino de la concientización y participación de toda la sociedad pampeana,
con el propósito de hallar una solución integral, comprometida y equitativa para
estas problemáticas.

Bibliografía

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