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PROTECCIÓN

RADIOLÓGICA

Imagen para el diagnóstico


y medicina nuclear

Ilerna

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ediciones.

2ª edición: septiembre 2020


Protección radiológica

ÍNDICE
Introducción a la radiología. Magnitudes y unidades radiológicas
I.  Introducción a la radiología.........................................................................5
II.  ¿Qué son los rayos X?..................................................................................5
III.  Magnitudes y unidades radiológicas........................................................6

1. Estudio del efecto biológico de las radiaciones ionizantes.................10


1.1.  Partes y funciones de la célula.............................................................. 11
1.2.  Mecanismo de acción de las radiaciones ionizantes..................................13
1.3.  Interacción de la radiación a nivel molecular y celular....................... 18
1.4.  Lesiones a nivel celular......................................................................... 23
1.5.  Efectos biológicos radioinducidos. Efectos deterministas.................. 28
1.6.  Clasificación de los efectos biológicos de las radiaciones.................. 33
1.7.  Respuesta celular, sistémica y orgánica............................................... 34
1.8.  Efectos de la radiación ionizante sobre el embrión y el feto............... 38
1.9.  Síndrome de irradiación corporal total................................................ 39

2. Aplicación de protocolos de protección radiológica operacional........42


2.1.  Protección radiológica general............................................................. 43
2.2.  Organismos nacionales e internacionales con competencias en
materia de radioprotección.................................................................. 43
2.3.  Reglamento de protección sanitaria contra radiaciones ionizantes.. 45
2.4.  Tipo de exposición: ocupacional, médica y pública............................ 47
2.5.  Principios generales de protección radiológica: justificación,
optimización y limitación...................................................................... 48
2.6.  Medidas de protección radiológica: distancia, tiempo y blindaje...... 49
2.7.  Descripción de la protección radiológica operacional........................ 54
2.8.  Vigilancia del ambiente de trabajo...................................................... 63
2.9.  Normas de protección de personas en formación, de familiares
y del público........................................................................................... 63
2.10.  Vigilancia sanitaria de los trabajadores expuestos........................... 64

3. Detección de la radiación.....................................................................66
3.1.  Magnitudes y unidades radiológicas................................................... 67
3.2.  Detección y medida de la radiación..................................................... 75
3.3.  Dosimetría de la radiación.................................................................... 86

4. Caracterización de las instalaciones radiactivas...............................104


4.1.  Reglamentación sobre instalaciones radiactivas.............................. 106
4.2.  Análisis de los riesgos radiológicos asociados al uso de fuentes no
encapsuladas....................................................................................... 115

3
4.3.  Diseño de la instalación en medicina nuclear y radiofarmacia........ 120
4.4.  Riesgos radiológicos en las instalaciones de teleterapia y
braquiterapia....................................................................................... 126
4.5.  Diseño de las instalaciones de teleterapia y braquiterapia.............. 129
4.6.  Características técnicas de las instalaciones de radiodiagnóstico... 136
4.7.  Normativa y legislación aplicable a las instalaciones radiactivas
sanitarias.............................................................................................. 139

5. Gestión del material radiactivo..........................................................142


5.1.  Gestión de residuos radiactivos......................................................... 143
5.2.  Transporte de material radiactivo...................................................... 155
5.3.  Gestión de los residuos generados en un servicio de medicina
nuclear y radiofarmacia....................................................................... 162
5.4.  Gestión de los residuos generados en un servicio de radioterapia.. 165
5.5.  Aspectos particulares del diagnóstico in vitro e investigación....... 166
5.6.  Fuentes radiactivas fuera de uso........................................................ 167

6. Aplicación del plan de garantía de calidad en medicina nuclear,


radioterapia y radiodiagnóstico.........................................................168
6.1.  Protección radiológica del paciente: garantía y control de calidad.
Prevención de errores......................................................................... 170
6.2.  Garantía de calidad en medicina nuclear........................................... 174
6.3.  Garantía de calidad en radioterapia................................................... 179
6.4.  Garantía de calidad en radiodiagnóstico........................................... 184
6.5.  Normativa vigente sobre calidad....................................................... 189
6.6.  Elaboración de procedimientos.......................................................... 190
6.7.  Ciclo de mejora continua.................................................................... 191
6.8.  Registros dosimétricos relativos a trabajadores, áreas de
operación y equipos de trabajo.......................................................... 193
6.9.  Formación y entrenamiento en protección radiológica.................... 194

7. Aplicación de planes de emergencia en instalaciones radiactivas....198


7.1.  Funciones y obligaciones del servicio de protección radiológica.... 199
7.2.  Situaciones de emergencia: accidentes e incidentes. Línea de
autoridad............................................................................................. 202
7.3.  Accidentes y planes de emergencia en medicina nuclear................ 204
7.4.  Accidentes y planes de emergencia en radioterapia......................... 209
7.5.  Emergencias en radiodiagnóstico...................................................... 214
7.6.  Simulacros............................................................................................ 215
7.7.  Evaluación del plan de emergencia.................................................... 216
7.8.  Notificación de sucesos....................................................................... 216

Bibliografía / Webgrafía.........................................................................217

Solucionario............................................................................................219
Introducción a la radiología.
Magnitudes y unidades radiológicas

I. Introducción a la radiología
La radiología es la especialidad de la medicina que se
encarga de reproducir imágenes del interior del cuerpo
usando radiación y medios de contraste (como los rayos X) Naturaleza de la
radiación
para fines terapéuticos y diagnósticos.
youtu.be/ySdsEu8GrWg

II. ¿Qué son los rayos X?


Los rayos X son un tipo de radiación electromagnética
ionizante, similar a la luz visible. Sin embargo, los rayos X
tienen muchísima energía y pueden traspasar la mayoría
de los objetos.

CONCEPTO

Las radiaciones ionizantes son aquellas que poseen mayor energía dentro del
espectro electromagnético (conjunto de los tipos de luz y radiaciones electromag-
néticas). Tienen suficiente energía como para arrancar electrones de los átomos
con los que interaccionan y así producir ionizaciones.

ESPECTRO ELECTROMAGNÉTICO

Radiación ionizante Radiación no ionizante

Rayos Luz
Cósmicos Gamma Ultravioleta Infrarrojo Microondas Radio
X visible

Alta frecuencia Baja frecuencia

Los rayos X interactúan con las partículas que componen


los átomos:
• Neutrones: se encuentran dentro del núcleo, con masa
y sin carga.
• Protones: están dentro del núcleo, con masa y carga
positiva.
• Electrones: orbitan alrededor del núcleo, sin masa y
con carga negativa.
Electrón Neutrón
5
Núcleo Protón
Introducción a la radiología. Magnitudes y unidades radiológicas

Características de los rayos X

Son ondas electromagnéticas similares a la luz, pero con un poder de penetra-


ción y energía mucho mayor.

No son desviados por campos eléctricos ni magnéticos al no tener carga ni masa.

Viajan en línea recta.

Son invisibles.

Pueden atravesar algunos materiales.

Uso de los rayos X en sanidad

Como hemos comentado anteriormente, los rayos X pueden traspasar la mayoría de los
objetos, incluso el cuerpo. Una máquina de rayos X genera una pequeña cantidad de radia-
ción que se dirige a la parte del cuerpo que se quiera examinar, produciendo una imagen en
una película fotográfica o en un detector especial.

Los rayos X son absorbidos por las partes del cuerpo en variables grados, de ahí que las
imágenes obtenidas se muestren en diferentes tonos de blanco y negro. El calcio de los
huesos absorbe la mayoría de los rayos X y por ello se ven blancos. La grasa, los órganos y
otros tejidos blandos absorben menos, lo que se traduce en distintos matices de gris. El aire
se muestra en color negro.

III. Magnitudes y unidades radiológicas


Debido a que la radiación ionizante no puede ser detectada por ninguno de los sentidos
del ser humano, el hombre ha tenido que idear dispositivos que le permitan hallarla y
medirla. Para medir estas radiaciones ionizantes es también imprescindible disponer de unas
magnitudes radiológicas.

Magnitudes y unidades radiológicas


https://youtu.be/5dLA6AjkFx8

Las magnitudes que nos interesa medir en radiología son las siguientes:

Radiactividad
¡RECUERDA!

Dosis absorbida
Una radiación se conside-
ra ionizante cuando posee
la energía necesaria como Dosis equivalente
para arrancar electrones
de los átomos. Dosis efectiva

6
Protección radiológica

Radiactividad

Llamamos radiactividad a la propiedad que poseen ciertos átomos de generar radiaciones al


desintegrarse de forma espontánea.

Se mide en becquerels (Bq) y nos indica la actividad de un radionucleido.

1 Bq = 1 desintegración/segundo

CONCEPTO

Un radionucleido es un isótopo con un núcleo inestable que se desintegra espon-


táneamente emitiendo radiaciones alfa, beta, gamma o de neutrones.

La actividad radiactiva de un material indica que es inestable y que sus átomos se van a
desintegrar espontáneamente, liberando radiación. Dicha radiación puede ser de dos tipos:
• Electromagnética: son ondas de alta energía.
• Corpuscular: son partículas con masa del átomo que salen disparadas hacia el exterior.

Dosis absorbida

Cuando un material es expuesto a cualquier tipo de radiación adquiere una determinada


cantidad de energía. La energía cedida por la radiación ionizante al interaccionar con un
material se llama dosis absorbida.

El gray (Gy) es la unidad para medir la dosis de radiación que es absorbida por un tejido bioló-
gico atravesado por radiación.

Dosis equivalente

No todos los tipos de radiación tienen la misma efectividad sobre los tejidos vivos, por lo
que para medir su peligrosidad aplicamos un factor de ponderación que ha sido determinado
para cada tipo de radiación.
Dicha ponderación nos indica la dosis equivalente, la cual se mide en la unidad sievert (Sv).

Tabla 1. Factores de ponderación de radiación.

Tipo de radiación Factor wR

Fotones 1
Electrones y muones 1
Protones y piones cargados 2
Partículas alfa, fragmentos de
20
fisión, núcleos pesados
Curva continua en función de la
Neutrones
energía de los neutrones
Fuente: recomendaciones de la ICRP (2007). Publicación 103.
7
Introducción a la radiología. Magnitudes y unidades radiológicas

Dosis efectiva

La aparición de un efecto biológico no depende solo de la potencia y tipo de la radiación, sino


de la parte del cuerpo expuesta.

Hemos de aplicar un segundo valor de ponderación, que esta vez depende de la radiosensi-
bilidad del órgano o tejido afectado. Este valor que obtenemos se denomina dosis efectiva y
se sigue midiendo en sieverts (Sv).

Tabla 2. Factores de ponderación para diferentes partes del cuerpo humano.

Factor de ponderación
Órgano/tejido Contribución total ∑wT
de los tejidos wT
Pulmones, estómago, médula
0,12 0,72
ósea y mamas, entre otros

Gónadas 0,08 0,08

Tiroides, esófago,
0,04 0,16
vejiga e hígado
Superficie ósea, piel cerebro
0,01 0,04
y glándulas salivales
Fuente: Recomendaciones de la ICRP (2007). Publicación 103.

Medimos la
potencia de Becquerel (Bq)
la radiación
(radiactividad)

Medimos la
Magnitudes
potencia de la
y unidades
radiación que Gray (Gy)
radiológicas
llega al cuerpo
(dosis absorbida)

Medimos el efecto
que la radiación
puede tener sobre Sieverts (Sv)
el cuerpo (dosis
equivalente y
dosis efectiva)

8
Protección radiológica
Tema  1:  Estudio del efecto biológico de las radiaciones ionizantes

1 ESTUDIO DEL EFECTO BIOLÓGICO DE


ESTUDIO
LAS DEL EFECTO
RADIACIONES
CIONES IONIZANTES
BIOLÓGICO DE LAS RADIA-
IONIZANTES
Protección radiológica

La radiobiología estudia las consecuencias que las radiaciones ionizantes provocan en


los seres vivos, es decir, sus efectos biológicos. Su principal objetivo es la descripción de los
efectos que la radiación produce en los seres humanos. Juntamente con los avances físicos,
la radiobiología ha impulsado el perfeccionamiento de las especialidades en el campo de la
radiología, como son la radioterapia, le medicina nuclear o la protección radiológica.

Pocos años después de que Wilhelm Conrad


Röntgen descubriera los rayos X en 1895, ya ¡RECUERDA!
se empleaba la radiación ionizante con fines
Las radiaciones ionizantes
médicos y sus usos extenderían con el paso
son aquellas que poseen mayor
del tiempo. Los efectos biológicos que apare-
energía dentro del espectro elec-
cieron tras las primeras aplicaciones de las
tromagnético (conjunto de los
radiaciones ionizantes pusieron en marcha el
tipos de luz y radiaciones elec-
estudio de estos efectos.
tromagnéticas). Tienen suficien-
te energía como para arrancar
electrones de los átomos con los
1.1.  Partes y funciones de que interaccionan, es decir, para
producir ionizaciones.
la célula

1.1.1.  ¿Qué es una célula?


Una célula es la estructura simple, ordenada y
EUCARIOTA
biológica más pequeña que se conoce. Todas
las células realizan funciones de nutrición, rela- Nucleolo Mitocondria
ción y reproducción.
El descubrimiento de la célula se considera
Núcleo
el inicio del estudio moderno de la biología,
dado que permitió entender la complejidad
del cuerpo de los seres vivientes. Gracias a ello
surgieron numerosas disciplinas posteriores.

1.1.2.  Tipos de células Ribosomas


• Procariotas: son células unicelulares y des-
provistas de núcleo, cuyo material genético
se encuentra disperso en el interior de la
célula (citoplasma). Se reproducen asexual-
mente (mitosis) y son organismos mucho PROCARIOTA
más simples. Nucleoide
• Eucariotas: exhiben un núcleo definido don-
de se halla contenido su material genéti- Cápsula
co (ADN). Podemos distinguir dos tipos: las
células vegetales y las animales. Presentan
tanto reproducción asexual (mitosis u otros
procesos) como reproducción sexual (por ga- Pared celular
metos). Son más complejas que las procario-
tas y, en consecuencia, más grandes.
Flagelo
Ribosomas
Membrana
plasmática

11
Tema  1:  Estudio del efecto biológico de las radiaciones ionizantes

1.1.3.  Partes de una célula


Las células poseen diversos orgánulos y sectores delimitados:
• Membrana plasmática: frontera biológica que delimita la célula y distingue su interior del
exterior, separando sus actividades metabólicas de los sucesos del exterior, pero no aísla
el interior de la célula. Así, puede dejar entrar ciertos nutrientes y excretar sus desechos.
• Pared celular: solamente lo encontraremos en las células de plantas y de hongos. Es una pa-
red adicional a la membrana plasmática que les otorga cierta rigidez y resistencia.
• Núcleo: solo está presente en las células eucariotas. Es el mayor orgánulo de la célula y
contiene su ADN. Es el centro de control de la célula, contiene toda la información para que
las células vivan y puedan realizar sus funciones y reproducirse. Dentro del núcleo es otro
orgánulo denominado nucléolo.
• Citoplasma: se llama así al interior de la célula. Está formado por agua y otras sustancias y
da cabida a los distintos orgánulos.
• Orgánulos: son estructuras contenidas en el citoplasma que mantienen en funcionamien-
to diversas funciones bioquímicas necesarias para su supervivencia y funcionamiento. Los
más comunes son:
– M
 itocondrias: proveen de energía a la célula, guardando la energía de los nutrientes en
forma de trifosfato de adenosina (ATP). Cada tipo de célula tiene una cantidad diferente
de mitocondrias, pues en las células que tienen que llevar a cabo mucho trabajo hay más
mitocondrias que en aquellas que no realicen apenas.
– L
 isosomas: se ocupan de la digestión y el aprovechamiento de los nutrientes, reciclando
distintos materiales.
– Cloroplastos: solo se encuentran en las plantas, albergan la clorofila indispensable para
la fotosíntesis.
– Ribosomas: son los encargados de la síntesis de las proteínas, proceso necesario para el
crecimiento y la reproducción celular.
– Flagelos: ciertas células poseen estos orgánulos para impulsarse, típicos de seres unice-
lulares o células móviles, como los espermatozoides.
– R
 etículo endoplasmático (RE): red de membranas que se encuentran en el citoplasma
de la célula. Hay dos tipos de RE:
◦ RE rugoso: posee ribosomas adheridos. Es donde más se produce la síntesis de pro-
teínas en la célula, modificando las proteínas sintetizadas por los ribosomas que tiene
ligados.
◦ RE liso: carece de ribosomas. La función del retículo endoplásmico liso es sintetizar
los lípidos en la célula, descomponer carbohidratos y grasas, además de ayudar en la
detoxificación de las sustancias dañinas en la célula.

1.1.4.  Funciones de la célula


Las células pueden llegar a tener funciones muy diversas y complejas:
• Funciones estructurales: construyen tejidos, como la grasa, el músculo y los huesos, que
dan soporte al cuerpo y a sus órganos.
• Funciones secretoras: generan sustancias indispensables para la vida y la autorregulación
del organismo, como lo hacen las mucosas o las glándulas.
• Funciones metabólicas: administran la energía. Cumplen con el rol de descomponer los nu-
trientes o transportarlos a lo largo del cuerpo, como hacen las células hepáticas.

12
Protección radiológica

• Funciones defensivas: limpian el organismo y lo defienden de agentes externos o de en-


fermedades, como lo hacen los glóbulos blancos.
• Funciones de control: coordinan los diversos procesos del cuerpo, como las neuronas,
transportando información y generando reacciones específicas a estímulos determinados.
• Funciones reproductoras: producen una nueva célula o un nuevo individuo, ya sea combi-
nándose con otras provenientes de otro organismo de la misma especie (como los óvulos)
o por su propia cuenta (mitosis).

ponte a prueba

¿En qué lugar de la célula eucariota puede encontrarse el ADN?


a) En los lisosomas.
b) En el núcleo.
c) En el retículo endoplasmático.
d) En eucariotas el material genético se encuentra disperso por el citoplasma.

1.2.  Mecanismo de acción de las radiaciones ionizantes


La radiación es la emisión de energía o de partículas que producen determinados cuerpos sin
que se necesite un medio conductor. Podemos clasificar las radiaciones de la siguiente forma:

Según sus efectos


Según su naturaleza
sobre el medio

Corpusculares Ionizantes

Como las partículas atómicas Gran energía y baja


longitud de onda

Electromagnéticas No ionizantes

Como la radiación gamma Baja energía y alta


longitud de onda

En este tema nos centraremos en los efectos biológicos que causan las radiaciones ionizantes.

Cuando la radiación entra en contacto con algún elemento, transfiere parte de su energía a
los átomos de este mediante repetidas colisiones aleatorias e instantáneas. La energía que se
deposita tras estas colisiones en un ser vivo puede provocar multitud de lesiones a nivel bioló-
gico. Al ser al azar, puede producirse en cualquier zona. En el momento que se recibe la coli-
sión, el organismo empieza a prepararse para intentar compensar el daño, llevando a cabo los
mecanismos pertinentes. Por esto el efecto de la radiación siempre tarda un poco en aparecer.

13
Tema  1:  Estudio del efecto biológico de las radiaciones ionizantes

1.2.1.  Etapas de la interacción de la radiación sobre la materia viva

1.2.1.1.  Etapa física


Cuando la radiación en su recorrido se encuentra con un átomo puede provocar diversos
fenómenos, como la excitación y la ionización. Ambos se producen cuando un átomo recibe
un aporte energético y causa un efecto en los electrones. En el caso de la excitación, los elec-
trones pasan de una capa interna a otra más externa. En la ionización, al ser la energía mayor

e-
FOTOELÉCTRICO
que la fuerza de enlace, los electrones se separan de su átomo.

dispersado
La interacción de la radiación con la materia depende de su naturaleza y energía. En el caso

Fotón
EFECTO

de la radiación de carácter ondulatorio, según sea la energía incidente, se originan unos u


e-
otros efectos:

COMPTON
EFECTO

e-
Efecto fotoeléctrico

Fotón
Se produce para energías bajas del fotón incidente. Este fotón puede transferir toda su energía
a un electrón que pertenece a un átomo y provocar que quede desligado de este.

γ
Electrón
Fotón

e-

Efecto Compton
+
P NP P

Tiene lugar para energías superiores. Puede transferirse solo una parte de la energía del
γ

O
N
N N P N
+

fotón, pero es suficiente para que el electrón que la haya absorbido quede liberado del átomo
O
+

N
O

del que formaba parte. La energía sobrante ocasiona la formación de un nuevo fotón con
+
P
O

menos energía que el inicial.


+

+
ELECTRÓN-POSITRÓN

P
O

Produción de pares
CREACIÓN PAR

Cuando el fotón pasa próximo al núcleo, lo absorbe, formándose en su lugar dos partículas
nuevas: un positrón y un electrón, de cargas opuestas y en sentido contrario (par elec-
Fotón

trón-positrón). Este fenómeno solo puede ocurrir para energías del fotón incidente supe-
riores a 1,02 MeV, mínima energía que se requiere para crear un par electrón-positrón.
e-
γ

Positrón

γ
+

γ EFECTO
e
Electrón

Fotón Fotón FOTOELÉCTRICO


e-

Electrón e- e- e-
Efecto fotoeléctrico y e -
Electrón
CREACIÓN PAR
efecto Compton ELECTRÓN-POSITRÓN
P +

youtu.be/p5apQr3IywI e+ N O

N ON P N O
+
O

Positrón
P NP P + +
O +

P N
+
O

EFECTO
COMPTON

γ e- e-
Fotón

Fotón
dispersado

14
Protección radiológica

Si la radiación que interacciona es de tipo corpuscular, intervienen las fuerzas de carácter


electroestático. Para comprenderlo mejor, recurriremos a la ley de Coulomb, la cual establece
la relación entre las cargas eléctricas y la fuerza de interacción entre ellas.

CONCEPTO

La ley de Coulomb afirma que la fuerza electroestática entre dos cargas puntua-
les es proporcional al producto de las cargas e inversamente proporcional al cua-
drado de la distancia que las separa, y tiene la dirección de la línea que las une.

Dicha ley viene a decir que, si las cargas son de igual signo, la fuerza es de repulsión; y si son
de signo contrario, la fuerza es de atracción.

FUERZA DE ATRACCIÓN FUERZA DE REPULSIÓN

r r
F F F F
Q1 Q2 Q1 Q2

r r
F F F F
Q1 Q2 Q1 Q2

Es importante mencionar lo que ocurre cuando la radiación incidente está compuesta de


partículas cargadas. Si las partículas cargadas son de poco tamaño, como es el caso de los
electrones, la mayor parte de la transferencia de energía al entorno se lleva a cabo por radia-
ción de frenado. La pérdida de energía que se desencadena en el electrón se debe tanto a la
acción de frenado como al desvío que se origina sobre él un núcleo positivo de materia. De
esta forma funcionan los tubos de radiación que se aplican en radiología.

Si la partícula cargada tiene un mayor tamaño, como una partícula alfa, la posibilidad del
desvío por atracción o repulsión electroestática nuclear es escasa. No se crea apenas radia-
ción de frenado, con lo que toda la pérdida energética se producirá por ionización. Por esta
razón, cualquier partícula pesada cargada consigue una alta capacidad de ionización.

15
Tema  1:  Estudio del efecto biológico de las radiaciones ionizantes

1.2.1.2.  Etapa química


La acción de la radiación ionizante sobre las células puede incidir sobre la propia célula o en
el medio en el que se encuentran (principalmente agua). Además, si tenemos en cuenta que
la célula está compuesta en un 80% de agua, existe mucha más probabilidad de que cuando
la radiación colisione con un ser vivo lo haga con una molécula de agua.

Por esta razón, en esta etapa distinguiremos entre acción directa e indirecta, depen-
diendo de los mecanismos de acción de la radiación para provocar sus efectos sobre la célula
mediante ionizaciones y excitaciones.

Radiación
EFECTO
DIRECTO
e-
Radiación
EFECTO P +

INDIRECTO
e-
H2O
P +

·OH

eaq,H·,·OH

Acción directa

Se produce por ionizaciones y excitaciones sobre las macromoléculas celulares. También se


conoce como teoría del impacto o efecto bala. Esta teoría enuncia que en las células existen
moléculas de menor importancia, las cuales pueden sustituirse fácilmente, y moléculas
únicas e insustituibles. Estas últimas son los blancos más importantes y si se producen en
ellos los impactos pueden ocasionar las lesiones radioinducidas más graves.

Acción indirecta

Es el resultado de la ionización de la energía disipada en medios intracelulares, principal-


mente agua. Al absorber la energía de la radiación, pueden formarse radicales libres, que son
átomos o moléculas que contienen uno o más electrones desapareados. Los radicales libres
muestran una alta reactividad química debido a la tendencia que tiene el electrón libre de
unirse a otro electrón de un átomo de una molécula próxima.

16
Protección radiológica

Veamos como ejemplo la formación de radicales libres en la molécula de agua, pues es el


elemento más abundante en la célula. Este fenómeno se produce por ionizaciones y exci-
taciones sobre el agua y es conocido como radiólisis del agua. En este caso, el proceso de
absorción de la radiación por una molécula de agua termina con la creación tanto de iones
(H+ y OH-) como de radicales libres (H• y OH•). Los radicales libres que se forman pueden
producir una variedad de reacciones debido a su alta reactividad química, aunque preferente
se combinan de la siguiente manera:

H+ + HO- → H2O

Generalmente, no se producirán daños importantes con esta reacción. Sin embargo, pueden
formarse nuevos radicales libres cuando reaccionan con sustancias próximas:

o
H → Rà Ro

Los radicales libres pueden provocar una variedad de efectos y reacciones químicas cuando
se multiplican, pues causan lesiones en zonas dispersas de la célula. Pueden verse afectadas
distintas moléculas, aunque la interacción con los radicales les perjudica de forma diferente.
Si estos radicales alcanzan moléculas que no son fundamentales para la célula, como es el
caso de los carbohidratos, sufrirán algunas modificaciones o lesiones, pero los efectos serán
temporales. El metabolismo de la célula se encarga de sintetizar los elementos que han sido
deteriorados, sin que ningún efecto adverso importante aparezca. Por el contrario, en el caso
de que estos radicales interactúen con el ADN, surgirán diversos problemas significativos,
incluidas las mutaciones.

1.2.1.3.  Etapa biológica

Esta etapa comienza con la activación de los sistemas


de reparación del daño ocasionado por las radiaciones.
Algunas lesiones serán reparadas, por lo que no influirán
en la viabilidad celular. En cambio, otras no correrán esa
suerte y se producirá la muerte celular. Las secuelas bioló-
gicas de la radiación pueden aparecer a largo plazo. Interacción con
radiación ionizante:
fase biológica
youtu.be/9hlqhobKpEg

17
Tema  1:  Estudio del efecto biológico de las radiaciones ionizantes

1.3.  Interacción de la radiación


a nivel molecular y celular
Para que podamos comprender el alcance de la radiación
en los seres vivos, nos conviene recordar la constitución
del ADN.

1.3.1.  Estructura del ADN

¡RECUERDA!

El ADN contiene las ins-


trucciones genéticas y el
funcionamiento de los se-
res vivos. Tiene forma de
doble hélice y de cadenas
complementarias unidas por
enlaces de hidrógeno.

G C

PAR DE BASES A T
El ADN es un ácido nucleico formado por nucleótidos.
Cada nucleótido está constituido por:

G C Citosina
ESQUELETO Un azúcar unido a la base (desoxirribosa).
AZÚCAR FOSFATO C G Guanina

T A Adenina
Un grupo fosfato unido al azúcar
A T Timina

Una base nitrogenada púrica (adenina,


G C guanina) o pirimidínica (citosina, timina).

Los nucleótidos están unidos entre sí entre el


T A

BASE
NITROGENADA
G C
azúcar y el grupo fosfato por enlaces fosfodiéster.
A T

La molécula de ADN es una doble hélice dextrógira de


G C
cadenas complementarias y antiparalelas, las cuales se
C G mantienen unidas por enlaces de hidrógeno entre las
A T bases enfrentadas que se disponen perpendiculares al
A T
eje de la doble hélice hacia el interior. La parte exterior
la forman los enlaces entre el azúcar y los fosfatos, de
forma que enfrente de una base timina siempre existe una
G C adenina, y enfrente de una citosina, una guanina.
T A

18
Protección radiológica

1.3.1.1.  Los cromosomas


El ADN se encuentra organizado y almacenado de una
manera ordenada. Las moléculas de ADN suelen unirse a
proteínas básicas (histonas), ayudando a empaquetar el
ADN en un espacio reducido. Estas estructuras formadas
por largas moléculas de ADN asociadas a proteínas se deno-
minan cromosomas. El tamaño medio de un cromosoma
es de entre 50 a 250 millones de pares de nucleótidos.

CONCEPTO

Las histonas son proteínas asociadas al ADN que determinan su organización.

El ADN no se encuentra libre en el núcleo, sino que está


empaquetado en él y asociado a proteínas, como las
histonas, formando en conjunto la cromatina. A su vez,
la cromatina está formada por el nucleosoma, que es
la unidad básica del cromosoma. Los nucleosomas se
conectan entre sí con secuencias cortas de ADN, llamado
espaciador. La cromatina se sigue compactando con ayuda
de las proteínas hasta llegar a crear un cromosoma.

Los cromosomas están formados por dos cadenas de ADN


repetidas que se mantienen unidas y forman una espiral.
Así, en un cromosoma podemos distinguir dos partes idén-
ticas llamadas cromátidas, las cuales están unidas por el
centrómero. A su vez, este centrómero divide las cromá-
tidas en dos brazos. Finalmente, el contenido total de ADN
de una célula se llama genoma.

Telómeros

Brazo corto
Núcleo
Célula somatica Cromosoma
Molécula de ADN

Estructura Centrómero
cromosómica

Estructura Brazo largo


de ADN

ADN Cromátidas hermanas


Estructura
genética
19
Tema  1:  Estudio del efecto biológico de las radiaciones ionizantes

1.3.2.  Lesiones del ADN producidas por


radiaciones ionizantes

A continuación, veremos qué lesiones producen la radia-


ción ionizante en el ADN.

1.3.2.1.  Rotura de cadenas


En este apartado tendremos que diferenciar entre rotura
simple de cadena y rotura doble.

En la rotura simple de cadena, también llamada lesión


subletal, no llega a haber muerte celular, puesto que las
lesiones ocasionadas pueden corregirse. Solo resulta afec-
tada una de las cadenas de nucleótidos del ADN, quedando
la otra intacta. Sin embargo, lo que sí puede ocurrir es que
se acumulen dichas lesiones, lo que provoca que los meca-
nismos de reparación terminen agotados y no cumplan
correctamente con sus funciones. Este tipo de rotura se
produce frecuentemente entre el enlace de la base nitro-
genada y la pentosa, aunque también puede darse en el
enlace fosfodiéster, entre el fosfato y la desoxirribosa. Es
la lesión más común después de que tenga lugar la radia-
ción, pues se producen entre 500 y 1000 roturas simples de
cadena por Gy. Tras la rotura del enlace fosfodiéster, las dos
cadenas de ADN se separan, rompiéndose entre las bases
los puentes de hidrógeno.

A la rotura doble de cadena se le denomina también


lesión letal debido a su relación con la muerte celular. Esta
rotura es más compleja que la simple, pues en esta ocasión
la lesión provoca que se fragmenten las dos cadenas del
ADN. Puede tener lugar dos situaciones: que la lesión se
produzca en sitios muy cercanos tras una sola interacción,
o que una segunda partícula choque en una región del ADN
ya dañada antes de que esté reparada completamente,
acumulándose así dos roturas simples en cadenas comple-
mentarias. Cada Gy de radiación provoca unas 40 roturas
dobles de cadena por célula.

Rotura simple

Rotura doble

20
Protección radiológica

1.3.2.2.  Alteraciones de bases


Abarca la pérdida de una o más bases, la alteración química
de alguna de ellas y la ligadura de dos bases adyacentes.
Se originan entre 800 y 1000 alteraciones de bases por Gy,
donde la timina es la más afectada. Las bases pirimidínicas
son más sensibles que las púricas. Suelen reaccionar con
radicales libres OH-, formando hidroperóxidos en presencia
de O2. Son lesiones que pueden repararse.

1.3.2.3.  Destrucción de azúcares


Los azúcares son oxidados y luego hidrolizados con libera-
ción de la base, y se pueden acompañar de rupturas en el
enlace fosfodiéster. Estas anomalías son menos frecuentes
y poco conocidas.

1.3.2.4.  Formación de puentes y dímeros

Los puentes pueden ser intracadena, intercadena o


puentes de ADN con proteínas. Los dímeros se cons-
tituyen por dos bases contiguas en una misma cadena,
pudiéndose unir por covalencia y crear un ciclo butano.
Estos dímeros pueden provocar graves consecuencias en la
célula, pues pueden interrumpir la replicación del ADN. Los
dímeros de timina son los más frecuentes y estables.

1.3.2.5.  Daño múltiple localizado

Aparece con la creación de racimos de ionizaciones de


cierto tamaño cerca de la molécula de ADN. Al formarse
varias lesiones que no pueden repararse completamente,
todo ese daño conlleva a que se produzca la muerte celular.

1.3.3.  Sistemas de reparación del ADN


En el interior de las células se hallan unas proteínas,
enzimas moleculares, que se encargan de reparar las
lesiones causadas por la radiación para poder restaurar la
viabilidad celular. Lo que hacen estas proteínas es, básica-
mente, eliminar o reconstruir la estructura original del ADN.

Estos mecanismos suelen ser muy eficaces, pues son


corregidas casi todas las alteraciones que sufre el genoma
y no tiene mayores consecuencias para las células.
No obstante, hay veces que no se puede reparar estas
lesiones, lo que da lugar a la muerte celular. Los princi-
pales motivos que contribuyen a la aparición de la muerte
celular son los siguientes:

21
Tema  1:  Estudio del efecto biológico de las radiaciones ionizantes

• Cantidad de lesiones producidas, que puede llegar a sa-


turar los mecanismos de reparación, además de empeo-
rar su calidad.
• En el proceso de restauración de la estructura de doble
hélice del ADN no se llega a recuperar la información que
contenía anteriormente. Esto no supone grandes daños
para la célula, pero puede tener importantes repercusio-
nes para el organismo.

1.3.4.  Efectos de las radiaciones


ionizantes sobre los cromosomas

CONCEPTO

La mitosis es el proceso de reproducción de una célula que tiene como resul-


tado la formación de dos células hijas con el mismo número de cromosomas
que la célula madre.

Durante la mitosis, la gran condensación de los cromo-


somas permite que podamos observarlos con un micros-
copio óptico, por lo que también pueden advertirse los
efectos que ocasiona la radiación ionizante sobre los
cromosomas. Hay que decir que no todas las lesiones son
visibles, y no por esto serán menos importantes.

Estas alteraciones pueden ser:


• Anomalías en el número de cromosomas: son poco
frecuentes.
• Anomalías en la estructura de los cromosomas: tam-
bién llamadas aberraciones cromosómicas. Son más fre-
cuentes. Se destacan las siguientes:
– Deleciones: es la pérdida de un fragmento de un cro-
mosoma. Si la deleción es final, quedará un cromoso-
ma más corto; en la deleción intersticial se tiene lugar
una rotura y se unirán los extremos.
– Anillos: se produce a consecuencia de dos roturas
en los extremos de un cromosoma y la posterior fu-
sión de los extremos rotos. Producen alteraciones
importantes.
– Dicéntricos: se trata de un cromosoma que tiene dos
centrómeros y que surge de la rotura de dos cromoso-
mas. Luego tiene lugar la unión de los fragmentos del
centrómero.
– Translocaciones: consiste en la rotura de dos cro-
mosomas diferentes y del intercambio de segmentos
entre los mismos.

22
Protección radiológica

DELECIÓN ANILLO DICÉNTRICO TRANSLOCACIONES

1.4.  Lesiones a nivel celular


Como ya hemos visto anteriormente, la irradiación provoca lesiones en el ADN, lo que perju-
dica gravemente a las células, llegando a provocar la muerte celular o alterando las caracte-
rísticas de las células que sobrevivan. También hemos explicado la aleatoriedad de la radia-
ción y que las alteraciones más importantes se dan en el ADN. Además, a más dosis, habrá
más ionizaciones y excitaciones.

¡RECUERDA!

La radiación es un fenó-
meno no selectivo que se
produce al azar en cualquier
parte de la célula, siendo la
parte más dañada el ADN.

Otros constituyentes celulares también pueden ser dañados por las radiaciones ionizantes.
A nivel de estructuras y orgánulos celulares, la radiación ionizante puede provocar anorma-
lidades en la membrana celular. Puede ser una alteración importante, aunque es poco cono-
cida, pues afecta a la función de la contención de los orgánulos en el citoplasma y a la función
de permeabilidad y transporte.

1.4.1.  Clasificación de las lesiones celulares


Podemos clasificar las lesiones que se producen en la célula en lesiones subcelulares o
aberraciones cromosómicas. Se tratan de alteraciones que se originan en cualquier parte
de la célula, alargamiento del ciclo celular o retraso de la mitosis, aceleración de los procesos
de diferenciación celular, cambios de las funciones celulares e incluso la muerte celular.

23
Tema  1:  Estudio del efecto biológico de las radiaciones ionizantes

Pero ¿por qué se produce una alteración concreta y no otra?


Para poder explicar esto tenemos que recurrir a diversas
teorías, como la teoría de la diana. Esta teoría enuncia
que en la célula existen moléculas clave, las cuales son
muy importantes en el mantenimiento de la vida celular.
Eso quiere decir que las lesiones que se produzcan en estas
moléculas tendrán consecuencias más importantes que si
el daño se produjera en otras menos importantes. El resul-
tado de distintas comprobaciones y experimentos ha podido
demostrar que la muerte celular tiene muchas probabili-
dades de producirse cuando la diana principal de la radia-
ción ionizante es el ADN. Sin embargo, esto no quiere decir
que las lesiones producidas en otras estructuras celulares no
puedan ser críticas para la viabilidad celular.

Al estudiar los efectos que tiene la radiación sobre los distintos


orgánulos celulares, utilizando técnicas de microirradiación,
se ha comprobado que para inactivar una célula se debe
administrar al núcleo una dosis cien veces menor que la que
se tiene que aplicar al citoplasma. Igualmente, si una célula
recibe un número de lesiones suficientes morirá pronto. Los
mecanismos de muerte celular secundarios a la irradiación
son muerte inmediata y muerte diferida.

También se conoce como muerte en interfase. Aparece cuando la expo-


sición es global con dosis elevadas (10-100 Gy), produciéndose como
mediata consecuencia la eliminación de todas las funciones celulares (síndrome de
Muerte in irradiación corporal). Si observamos este fenómeno a traves de un micros-
copio nos encontraremos con tres sucesos: degradación del ADN en frag-
mentos iguales, pérdida de la integridad celular y detritus celulares. Por otro
lado, hay células muy radiosensibles que pueden presentar este mecanismo
de muerte celular a dosis bajas de irradiación.

También se conoce como muerte celular mitótica. Las células que tienen
la capacidad de dividirse pierden su proliferación celular tras recibir dosis
iferida
Muerte d bajas de irradiación. Esto se produce cuando las células han podido completar
uno o más ciclos de división tras la irradiación. Este mecanismo se emplea en
el tratamiento de los tumores (llamado muerte celular radiobiológica), pues
el objetivo principal de la radioterapia es poder controlar las células prolife-
rantes de los tumores.

24
Protección radiológica

1.4.2.  Radiosensibilidad
No todas las estructuras biológicas responden de la misma forma
ante las radiaciones ionizantes. La radiosensibilidad consiste en
la susceptibilidad o sensibilidad de dichas estructuras tras recibir
radiación. Cuando, ante una determinada dosis de radiación, un
elemento biológico produce una mayor respuesta y, por tanto, una
mayor alteración, decimos que es más radiosensible, pues requiere
menos dosis de radiación para que se logre el efecto deseado. Por
otra parte, también existe el concepto contrario a la radiosensi-
bilidad, la radiorresistencia. Esta consiste en la resistencia que
presenta un organismo ante la radiación, por lo que necesitará una
dosis mayor para alcanzar un efecto determinado. Cabe señalar
que no existe estructura biológica radiorresistente completa-
mente, pues siempre puede aumentarse la dosis recibida de radia-
ción hasta que responda a la misma.
Para entender este mecanismo, hemos de tener en cuenta la ley
de Bergonié y Tribondeau Está basada en la observación de los
experimentos de irradiaciones sobre los testículos de un ratón. Se
establece que una célula es más radiosensible: cuanto mayor sea
su actividad mitótica, cuanto menos diferenciada sea y las que
tienen por delante un ciclo vital con mayor número de divisiones.
Con esto llegamos a la conclusión de que la radiosensibilidad
celular es directamente proporcional a su índice mitótico e inver-
samente proporcional a su diferenciación.
Tras nuevas investigaciones, se publicó la ley de Ancel y Vitem-
berg, la cual introduce algunas modificaciones de la ley ante-
rior. La más significativa es que introduce el llamado periodo de
latencia, que hace referencia al tiempo que tardan en aparecer
las lesiones inducidas. Este tiempo varía dependiendo del tipo
de célula, aun siendo la sensibilidad a la irradiación de todas
las células la misma. Los factores que influyen en el periodo de
latencia son:
• El estrés biológico que actúa sobre la célula. Por ejemplo, la
actividad reproductiva representa bastante estrés biológico.
• Las condiciones en que se encuentra la célula en el periodo de
pre y posradiación.
• El ciclo celular en el que se halle la célula en el momento en
que se produce la irradiación. Así, por ejemplo, las células du-
rante la fase de mitosis son más radiosensibles que durante la
fase de síntesis.
• Radiosensibilidad hística: el funcionamiento de los tejidos es
un proceso complejo. Están formados, a su vez, por dos tipos de
tejidos: el parenquimal y el mesenquimal. El primero contiene
las células características del tejido, mientras que el segundo
lo forman vasos y tejido conjuntivo. Al estar formados por di-
ferentes elementos orgánicos, ambos tejidos poseen diferente
radiosensibilidad, pues siempre habrá células de diferentes cla-
ses, con diversas actividades mitóticas y oxigenación.

25
Tema  1:  Estudio del efecto biológico de las radiaciones ionizantes

1.4.2.1.  Escala de radiosensibilidad


Como hemos mencionado en epígrafes anteriores, las células responden de forma distinta a la
radiación, siendo unas más sensibles que otras. A continuación, veremos de forma esquemática
una clasificación de las células de mayor a menor sensibilidad, teniendo como referencia en
todos los casos la muerte celular.

Leucocitos
Mielocitos
Eritroblastos
Epidermis Endotelio
Espermatogonias Granulocitos
Células de criptas Osteoblastos
Linfocitos Osteocitos Fibrocitos
intestinales Condroblastos
Linfoblastos Eritrocitos Condrocitos
Espermatocitos
Espermatozoides Miocitos
Neuronas
Relativamente Radiosensibilidad Relativamente Muy
Muy radiosensibles
radiosensibles intermedia radiorresistentes radiorresistentes

1.4.2.2.  Muerte celular y curvas de


supervivencia
La muerte celular por exposición a dosis de radiación
muestra un comportamiento inicial en forma de curva.
Generalmente, las dosis bajas producen lesiones
subletales, que pueden ser reparadas. No obstante,
al incrementarse la dosis, el número de dosis letales
aumenta y el comportamiento de la curva aparece de
forma más lineal.

1.4.3.  Factores que influyen en la respuesta celular


Aunque los mismos tipos de células respondan de igual forma ante la radiación, no siempre
proporcionan la misma respuesta. Esto es debido a que existen diversos factores físicos,
químicos y biológicos que pueden minimizar o intensificar la muerte de las células.

1.4.3.1.  Factores físicos


• Tasa de dosis: se refiere a la dosis absorbida por unidad de masa de medio irradiado. Se
expresa en un punto del medio y se mide en gray (Gy), que es la relación entre julio/kg
(1 julio/kg es igual a 1 Gy). La tasa de dosis absorbida es la velocidad a la que se absorbe la
energía por unidad de masa y unidad de tiempo, expresándose en las unidades Gy/tiempo.
Si suministramos la misma cantidad de radiación a dos células en tiempos diferentes pro-
ducirá diferente cantidad de daño, pues será mayor en la célula que recibió la dosis en un
tiempo menor, ya que no tuvo tiempo de recuperarse del daño.
• LET: hace referencia al concepto de transferencia lineal de energía, el cual mide la ener-
gía de la radiación que se va perdiendo a medida que traspasan la materia. Se mide en
KeV/Micra. Si se irradia un mismo organismo biológico con radiaciones de LET diferentes,
obtendremos diversas respuestas biológicas. Las radiaciones de alta LET causarán un efec-
to superior a las de baja LET. Esto nos conduce al concepto de eficacia biológica relativa
(RBE), que es el parámetro que relaciona el daño producido por una radiación de una de-
terminada LET y los fotones.

26
Protección radiológica

1.4.3.2.  Factores químicos


L os factores químicos han de estar en el interior de la célula en el mismo momento en que se
produzca la radiación. Podemos distinguir:
• Radiosensibilizadores: consisten en sustancias que aumentan la potencia de los radicales
libres, provocando que el elemento biológico sea más sensible. De esta forma pueden au-
mentarse los efectos que produce la radiación. Se ha demostrado que el radiosensibilizador
más efectivo es el oxígeno, puesto que su efecto es más radical y universal. Sin embargo,
encontramos diferencias cuando interactúa con radiaciones con distinto LET, pues el oxíge-
no es más eficaz ante radiaciones de bajo LET, como rayos X y gamma; pero pierde eficacia
en las de alto LET, como las partículas alfa o los neutrones. El mecanismo del oxígeno es
poco conocido, aunque se cree que contribuye a la fijación de las radiolesiones.
• Radioprotectores: al contrario que los anteriores, disminuyen los efectos de la radiación
al reducir el potencial de los radicales libres. Los radioprotectores se dividen en tres tipos:
radioprotectores propiamente dichos (compuestos sulfhídricos y antioxidantes), los adaptó-
genos (estimulan la radiorresistencia) y los absorbentes (previenen la incorporación de yodo).
 A
 ctualmente se está buscando el radioprotector ideal que podrá preservar la eficacia anti-
tumoral, reducir la toxicidad y con una relación coste-efectividad aceptable.

1.4.3.3.  Factores biológicos


Como se ha visto anteriormente, la radiosensibilidad es la respuesta que emite una deter-
minada estructura biológica ante la radiación ionizante.

Los factores biológicos que influyen en la supervivencia celular son:


• Ciclo celular: dependiendo de la etapa del ciclo de división en el que se encuentre la célula
cuando es irradiada, presentará distintos grados de sensibilidad. De forma general, las fa-
ses más radiosensibles son G1 y M (mitosis). Por el contrario, la fase S (en la que se sintetiza
el ADN) se trata de una fase más radiorresistente.
• Mecanismos de reparación: las células cuentan con diversos mecanismos de reparación
para poder subsanar el daño que se producen en el ADN. La radiación puede provocar lesio-
nes de distintos grados en función de diversos factores, como hemos ido viendo anterior-
mente. Si estos mecanismos pueden reparar el daño considerable que la célula ha sufrido,
esta sobrevivirá. Cuando las células se encuentran en reposo proliferativo, es decir, cuando
no se está dividiendo, es el momento más eficaz para realizar las reparaciones. Por otro
lado, los daños menos severos, los subletales, pueden acumularse en las células, pero se re-
paran más frecuentemente que aquellos daños más letales. Debemos tener en cuenta que
lo que verdaderamente tiene consecuencias para la célula son aquellas lesiones que han
sido mal reparadas o no han podido subsanarse completamente, puesto que aparecerán
mutaciones u otras alteraciones o, si son más graves, la muerte celular.

27
Tema  1:  Estudio del efecto biológico de las radiaciones ionizantes

1.5.  Efectos biológicos radioinducidos.


Efectos deterministas
En este apartado veremos los efectos, ya sean morfológicos o funcionales, que aparecen tras
la radiación. Se clasifican en estocásticos y deterministas.

Efectos estocásticos Efectos deterministas

Lesión subletal
Mecanismos Lesión letal (muchas células)
(una o pocas células)

Naturaleza Somática o hereditaria Somática

Gravedad Independiente de dosis Dependiente de dosis

Dosis umbral No Sí

Relación
Lineal-cuadrática; lineal Lineal
dosis-efecto

Aparición Tardía Inmediata o a corto plazo

1.5.1.  Respuesta del organismo a la radiación: etapas


Una persona adulta tras la irradiación global presenta diversos efectos, los cuales pueden
agruparse en tres etapas diferenciadas:

Prodrómica
Esta etapa recoge aquellos síntomas que aparecen en las primeras 48 horas después de la
irradiación, que puede durar desde algunos minutos a varios días. Se ve afectado el sistema
nervioso autónomo. Algunos de los síntomas consisten en cefaleas, taquicardias, insomnio,
náuseas, vómitos, entre otros.

Latente
En esta etapa no aparecen síntomas y, dependiendo de la dosis recibida, variará la duración,
que puede consistir desde minutos hasta semanas.

Manifiesta
Finalmente, en esta etapa surgen los síntomas específicos de los órganos y tejidos que han
sido más afectados por la radiación.

28
Protección radiológica

1.5.2.  Efectos deterministas (no


estocásticos)

Los efectos deterministas surgen cuando ha habido una


exposición a dosis altas de irradiación. Aparecen inme-
ponte a prueba
diatamente tras la irradiación o tras un breve periodo de
tiempo. El resultado es que morirán un número elevado
de células. Para evitar esto, se elaboran dosis umbrales de La aparición de los efectos
radiación; así, si la dosis está por debajo de dicho umbral, biológicos deterministas
el número de células afectadas será pequeño. Podemos suele ser:
concluir que el número de células que se ven afectadas a) Inmediata o a corto plazo,
depende de la dosis de radiación a la que son expuestas. y dependiente de la dosis
recibida.
b) M
 uy tardía, y dependiente de
la dosis recibida.
c) Inmediata o a corto plazo,
pero independiente de la
Radiación ionizante dosis recibida.
d) M
 uy tardía, pero indepen-
diente de la dosis recibida.

Daño al ADN

Daño letal Daño subletal

Mecanismos
de reparación

Daño letal Célula


Muerte celular Célula normal
transformada

Efecto determinista Efecto estocástico

29
Tema  1:  Estudio del efecto biológico de las radiaciones ionizantes

1.5.3.  Efectos estocásticos


Al contrario que los efectos deterministas, estos tienen
lugar después de dosis de radiación bajas y moderadas,
llegando a aparecer en un plazo medio o largo. Las conse-
cuencias de estos efectos es que las células pueden sufrir
mutaciones. Sin embargo, la gravedad de estos efectos
Efectos biológicos no es proporcional a la dosis que se ha recibido. Es decir,
estocásticos y
si se aumenta la dosis de radiación, hay más probabilidad
deterministas
de que aparezcan los efectos estocásticos, pero no por ello
youtu.be/a3LKDMoRvrI serán más graves. La gravedad de las lesiones dependerá
de diversos factores, como, por ejemplo, el tipo de célula.

A su vez, los efectos estocásticos pueden ser somáticos


o hereditarios. El primer caso tiene lugar cuando ha sido
irradiada una célula somática, surgiendo el efecto en
el individuo que ha sido expuesto. Por el contrario, si la
célula afectada ha sido germinal, el efecto aparecerá en la
descendencia del individuo que ha sido expuesto.

1.5.3.1.  Efectos estocásticos somáticos:


desarrollo de cáncer
En 1902, al poco del descubrimiento de los rayos X por
Roentgen, apareció el primer cáncer provocado por la
radiación, consistente en áreas ulceradas de la piel. Pero
no fue un caso aislado. En pocos años surgió un número
considerable de personas con tumores en la piel. En 1911
apareció la primera leucemia, que se tomó como víctimas
a cinco trabajadores expuestos a radiación. Incluso se
llega a pensar que Marie Curie y su hija murieron por las
complicaciones derivadas de una leucemia provocada por
la radiación. Hoy día ya sabemos que el efecto estocástico
somático más grave después de haber recibido dosis bajas
de radiación es el cáncer. El proceso por el que pasa una
célula normal a una cancerígena es muy complejo, pues
se producirán multitud de cambios que dependerán de la
acción del carcinógeno, de la clase de célula o del tipo de
cáncer.

A pesar de la diversidad de cánceres que existen, se han


ido elaborando modelos que describen de forma general
el proceso carcinogénico. El modelo multietapa es el más
aceptado por ahora, el cual indica que el cáncer surge
como consecuencia de unos sucesos independientes, pero
a la vez relacionados entre sí. En este modelo se diferencian
cuatro etapas:

30
Protección radiológica

Iniciación Conversión Promoción Progresión

INICIACIÓN CONVERSIÓN PROMOCIÓN PROGRESIÓN

Metástasis

Daño en
DNA
Daño
Muerte celular Mutación cromos
Reparación

Célula Célula Célula


cepa iniciada convertida

Célula
normal

Expansión clonal

• Iniciación: en esta etapa se ocasionan las mutaciones en uno o más genes encargados de
la división y diferenciación celular, provocando que la célula iniciada prolifere o impidien-
do su diferenciación. No se sabe con certeza qué determina la aparición de esta etapa. No
existe una dosis umbral de referencia, incluso puede aparecer tras una sola exposición a la
radiación.
• Conversión: las células se van volviendo cada vez más malignas debido a la acumulación
de mutaciones en los cromosomas.
• Promoción: en esta fase, los promotores, que son los que controlan la transcripción de los
genes, incitan la proliferación de las células iniciadas y convertidas, lo que da lugar a que
aumente el número de células mutadas. Para que se dé esta fase tiene que haber una expo-
sición prolongada al promotor.
• Progresión: es la etapa más compleja, ya que intervienen una gran variedad de factores
celulares y ambientales. Los cambios celulares llegan a tal envergadura, que las células
preneoplásicas se vuelven más agresivas, invasivas y metastásicas.

31
Tema  1:  Estudio del efecto biológico de las radiaciones ionizantes

1.5.3.2.  Efectos estocásticos hereditarios


La radiación ionizante puede provocar efectos hereditarios cuando las células germinales
sufren mutaciones en su ADN tras su exposición. Esto quiere decir que el individuo expuesto
no sufre las consecuencias de la radiación, sino que los desórdenes genéticos aparecen en su
descendencia.

Se ha demostrado en distintos estudios que la radiación induce efectos y enfermedades


genéticos en plantas y animales, aunque no ha podido demostrarse todavía que ocurra lo
mismo en los seres humanos. Por este motivo, solo podemos estimar los riesgos de este
tipo de efectos como resultado de la radiación basándonos en enfermedades genéticas que
aparecen naturalmente. Estas pueden clasificarse en:
• Mendelianas: son debidas a la mutación de
un único gen. El gen mutado puede encon-
trarse tanto en el cromosoma X como en los ¡RECUERDA!
autosomas. Así, dependiendo de dónde se
encuentre el gen y de sus efectos, nos en- El término heterocigoto
contraremos con diferentes enfermedades hace referencia a aquello que
mendelianas: procede de la unión de célu-
– Autosómicas dominantes: solo se nece- las sexuales con diferentes
sita una copia mutada del gen para que dotaciones genéticas, mien-
la persona resulte afectada. Si uno de los tras que en el homocigoto
progenitores tiene la enfermedad y es he- las células sexuales poseen la
terocigótico y el otro normal, la mitad de misma dotación genética.
sus hijos podrá estar afectados. Si es ho-
mocigótico, lo estarán todos.

– A
 utosómicas recesivas: para que se manifiesten se necesitan dos copias del gen muta-
do en el genoma de la persona afectada. Se transmiten por los autosomas (cromosomas
no sexuales). Si los padres no padecen el trastorno, es necesario que sean heterocigó-
ticos para que lo puedan transmitir a su descendencia. En este caso, la probabilidad de
que dos personas heterocigóticas tengan un hijo afectado es del 25%.
– L
 igadas al cromosoma X: son las enfermedades ligadas al sexo. A diferencia de los au-
tosomas, los cromosomas sexuales no tienen la misma información genética, salvo una
pequeña porción de estos que recombina en la meiosis. Estas enfermedades pueden
transmitirse a su vez de forma recesiva o dominante.
• Cromosómicas: se deben a alteraciones en los cromosomas.
• Multifactoriales: aparecen debido a multitud de factores ambientales y genéticos. Se in-
cluyen las enfermedades crónicas en adultos y las anomalías congénitas que aparecen en
el nacimiento.

32
Protección radiológica

Autosómicas
dominantes

Autosómicas
Mendelianas recesivas

Enfermedades Cromosómicas Ligadas al


genéticas cromosoma X

Multifactoriales

En la actualidad se ha demostrado que la pérdida de un fragmento grande de ADN de un


cromosoma es la mutación más común que tiene lugar tras la radiación. Al haber pérdida de
varios genes, es lógico pensar que el principal efecto genético esté relacionado con anoma-
lías que afecten a todo el sistema durante el desarrollo embrionario.

Por ello, el objetivo primordial a la hora de estimar el riesgo genético es predecir los efectos
que una pequeña dosis de radiación puede producir en cuanto a la incidencia de enferme-
dades en la población.

1.6.  Clasificación de los efectos biológicos de las


radiaciones
A lo largo de los años se han ido elaborando posibles clasificaciones que establecen y dife-
rencian los efectos que provocan las radiaciones ionizantes. Sin embargo, en este epígrafe
vamos a exponer aquella que más frecuentemente se utiliza.

Los efectos biológicos se clasifican en genéticos y somáticos. Los primeros aparecen cuando
las células afectadas son germinales, apareciendo los efectos genéticos en la descendencia
del individuo irradiado, mientras que los segundos, al ser dañadas las células somáticas, los
efectos se manifestarán a lo largo de la vida de la persona irradiada. A su vez, los efectos
somáticos se dividen en inmediatos y tardíos, dependiendo del tiempo que transcurre
desde la irradiación hasta que se revelan los síntomas. En función de la incidencia que tiene
la radiación sobre los efectos, estos se dividen en deterministas y estocásticos.

33
Tema  1:  Estudio del efecto biológico de las radiaciones ionizantes

1.7.  Respuesta celular, sistémica


y orgánica
Una vez que la lesión ha llegado a la célula y han dado
comienzo los mecanismos de reparación, los efectos
podrán o no aparecer. Esto es así porque las células de los
organismos pluricelulares se organizan en tejidos, estruc-
turas superiores que están capacitados para asumir caren-
cias celulares sin presentar deterioro alguno. Debido a la
complejidad de los tejidos, donde interactúan diferentes
tipos de células, la reparación tisular puede resultar muy
complicada, dependiendo del tipo de daño.

1.7.1.  Respuesta tisular


Las células que forman un tejido animal adulto no son
independientes, sino que forman una estructura en la que
existe un equilibrio entre nacimientos y muertes. De esto se
encargan los mecanismos reguladores, pues permiten que
se conserve el número de células y la organización celular.

Con el término tisular nos referimos a aquello que está


vinculado a un tejido. Por tanto, la respuesta tisular es
aquella que se lleva a cabo para subsanar el daño producido
en los tejidos. Podemos definir tejido como un conjunto
de células similares que suelen tener un origen común y
que funcionan conjuntamente para desarrollar actividades
especializadas. En el cuerpo humano adulto existen dos
tipos de tejidos.

1.7.1.1.  Tejido de organización jerárquica


Son aquellos que están formados por diversos comparti-
mentos celulares independientes, a saber:
• Compartimento de células madre: pequeño número de
células cuya proliferación es lenta y con capacidad de res-
ponder mediante feedback.
• Compartimento proliferativo: células con proliferación
rápida y diferenciación.
• Compartimento de células maduras o compartimento
funcional: no es proliferativo.

Dichos compartimentos no están separados, sino que


suelen estar entremezclados con los mecanismos de regu-
lación, los cuales se encargan de que la población celular
esté en equilibrio y de que el tiempo de recambio celular
sea rápido. La epidermis, por ejemplo, es un tejido de
organización jerárquica.

34
Protección radiológica

Cuando un tejido es irradiado, todos los compartimentos sufrirán las consecuencias de la


irradiación, pero con efectos diferentes en cada uno. En el compartimento de células madre
estas disminuirán, ya que son de proliferación lenta. En el compartimento proliferativo, la
irradiación provocará también muertes celulares, pero muchas de ellas se repondrán debido
a su alta proliferación. El mecanismo de interrelación provoca que dichas muertes provo-
quen una respuesta de las células madre, que aumentarán su proliferación para compensar
las pérdidas. En cambio, en el compartimento de las células maduras la vida de las células no
se ve alterada, puesto que no se dividen y son relativamente radiorresistentes.

1.7.1.2.  Tejido de organización no jerárquica


Son los constituidos por un solo compartimento celular, por lo que también se denominan no
compartimentales o monocompartimentales.

Las células de estos tejidos son maduras de proliferación lenta, pero poseen la posibilidad para
proliferar y, ante una demanda, crear por un tiempo limitado un compartimento rápidamente
proliferativo acompañado de unos mecanismos de regulación que provocan que la población
celular se encuentre en equilibrio. Los hepatocitos son un ejemplo de este tipo de tejido (son
las células del hígado y forman aproximadamente el 80% de este órgano).

Las dosis de radiación producirán lesiones solamente en las células que estén dividiéndose
en ese momento (muerte mitótica). Al ser lento el recambio celular, la depleción celular
será también lenta. Mientras aumentan las pérdidas celulares, los mecanismos de regu-
lación se encargarán de que se movilicen las células hacia una fase más proliferativa y así
compensar los déficits.

CONCEPTO

La depleción consiste en la pérdida de algún elemento imprescindible


para el buen funcionamiento de organismo.

Tejidos jerárquicos Tejidos no jerárquicos

Capacidad de proliferación de
Ninguna Infinita
células funcionales

Crecimiento fisiológico de las


Rápido Lento
células funcionales

Tiempo de expresión de los daños


Rápida Tardía
producidos por radiación

Tasa de depleción de las células Independiente de la Dosis


maduras dosis independiente

35
Tema  1:  Estudio del efecto biológico de las radiaciones ionizantes

1.7.1.3.  Reacciones
Los efectos que pueden aparecer tras la radiación en los tejidos se clasifican en función del
tiempo de aparición en agudos y tardíos.

Efectos agudos
Generalmente surgen durante la irradiación o al final
de la exposición, aunque en algunos casos se observan hasta seis meses
después. Aparecen como consecuencia de la depleción celular procedente
de los tejidos rápidamente proliferativos, como ocurre, por ejemplo, en la
médula ósea. Se suelen resolver de forma natural.

Efectos tardíos
Aparecen a partir de los seis meses de la irradiación.
Se desencadenan por la pérdida de un elemento celular importante de
los tejidos que son de división lenta o por la consecuencia de un efecto
vascular indirecto. Al no resolverse naturalmente, pueden causar altera-
ciones orgánicas importantes que causan toxicidad o incluso llegar a ser
letales. Estos efectos limitan las dosis usadas en radioterapia cínica, pues
provocan complicaciones en el tratamiento.

1.7.2.  Respuesta orgánica


En los órganos conviven los dos tipos de tejidos vistos anteriormente: los tejidos de organi-
zación jerárquica y los de organización no jerárquica. Como su estructura no es la misma, los
órganos responden de distintas formas frente a la irradiación. Esto es principalmente debido
a que los órganos están formados por estructuras elementales denominadas subunidades
funcionales. Estas subunidades desempeñan una función específica de cada órgano y están
ligadas con otras subunidades de dos formas:
• Órganos en serie: las subunidades están conectadas una detrás de otra. Por esto mismo,
si una de sus subunidades muere o queda inactiva, es más que suficiente para que el ór-
gano deje de funcionar correctamente. La médula espinal funciona de esta forma, pues si
aparece una lesión en la parte alta, la disfunción medular se da desde el comienzo del daño
hacia abajo.
• Órganos en paralelo: en este caso, si se produce una lesión en una subunidad, no aparece
fallo orgánico. Es decir, las subunidades son autosuficientes y pueden continuar con sus
funciones. Sin embargo, cuando muchas subunidades son dañadas y superan el valor críti-
co, el órgano empieza a fallar. El riñón es un órgano con esta estructura.

En oncología radioterápica encontraremos guías que nos ayudará a reducir los efectos que
puedan aparecer tardíamente, como la toxicidad u otras complicaciones. Para este fin debemos
tener en cuenta las dosis de tolerancia, que son aquellas que para un órgano concreto tienen
una probabilidad de mostrar toxicidad en un espacio de tiempo.

36
Protección radiológica

1.7.3.  Respuesta sistémica


Hace referencia a la respuesta en conjunto del organismo
ante la radiación, la cual viene establecida por la respuesta
de cada uno de los órganos y sistemas. Como hemos ido
explicado en los epígrafes anteriores, cada órgano posee
una radiosensibilidad diferente, así que la respuesta global
del organismo estará ligada a aquella que proporcione
el órgano o sistema más radiosensible. De esta forma,
surgirán unos efectos u otros según la radiosensibilidad
de las células de los órganos y sistemas. No obstante, el
tiempo en el que pueden aparecer los efectos estará deter-
minado por la vida media de las células de cada órgano y de
su tiempo de duplicación, aparte de su radiosensibilidad.

Pongamos un ejemplo para comprenderlo mejor. Si un


organismo con dos compartimentos celulares, uno muy
radiosensible y con un tiempo de vida celular largo, y el otro
menos radiosensible y con células de tiempo de vida corto,
al administrar una dosis alta de radiación para producir
daño en ambos compartimentos, observaremos que los
efectos se producirán en el compartimento menos sensible,
puesto que el tiempo de vida de sus células es menor. Por
el contrario, si administramos una dosis menor, el efecto
aparecerá en el compartimento más radiosensible.

Desde el punto de vista celular y de las radiaciones, en los


mamíferos hay que distinguir distintas etapas. En la fase
de desarrollo embrionario, como sabemos, a partir de
dos células se crea el embrión, que en su comienzo está
formado por células pluripotenciales muy indiferenciados,
por lo que son muy sensibles a la radiación. Mientras el
periodo de gestación en el útero de la madre va avan-
zando, estas células van perdiendo su pluripotencialidad y
se van diferenciando, lo que hace que se vayan volviendo
más radiorresistentes. Por otro lado, en esta fase es más
fácil sufrir una radiación corporal total, pues si una mujer
embarazada se realiza una radiografía en el abdomen, es
una irradiación global para el feto. Cuando el individuo ya
ha nacido es bastante más complicado que tenga lugar la
irradiación total.

37
Tema  1:  Estudio del efecto biológico de las radiaciones ionizantes

1.8.  Efectos de la radiación ionizante sobre el em-


brión y el feto
Los efectos se han estudiado mayoritariamente con experimentos en animales, por lo que
hay muy pocas evidencias en seres humanos, salvo los ocasionados por bombas atómicas
o exposiciones accidentales. Debido a esto, hoy en día todavía tenemos muy pocas conclu-
siones. Según la ley de Bergonié y Tribondeau, ya explicada anteriormente, la respuesta de
un tejido a la irradiación es mayor cuanto mayor es su indiferenciación y velocidad de proli-
feración de sus células, por lo que el periodo de mayor riesgo es el primer trimestre y se va
reduciendo progresivamente en los siguientes trimestres.

El desarrollo del embrión puede dividirse en tres fases. Veremos que en cada una de ellas
predomina una serie de alteraciones tras la irradiación.

• Fase de preimplantación (0-10 días): si hay irradiación en esta fase suele provocar la
muerte prenatal. Esto puede ocurrir a dosis muy bajas, por lo que la dosis umbral para
muerte prenatal se estima en 0,1-0,2 Gy, dosis que está muy por debajo de la recibida por
cualquier procedimiento radiológico. No obstante, al tratarse de células muy indiferencia-
das, puede darse el caso contrario; es decir, el organismo puede recuperarse totalmente sin
secuelas si el déficit celular que se produce tras la irradiación es muy bajo.
• Fase de organogénesis (10 días-6 semanas): el feto comienza a diferenciarse en esta
fase, por lo que tras la irradiación pueden aparecer malformaciones y carcinogénesis. Una
malformación es un efecto determinista, con una dosis umbral no conocida todavía con
exactitud. La gravedad de las malformaciones va disminuyendo según avanza la gestación.
De la semana 4 a la 20 son las más delicadas, pues pueden aparecer malformaciones so-
máticas graves, retraso de crecimiento o microcefalia. Por otro lado, también puede tener
lugar la carcinogénesis, un efecto estocástico, sin dosis umbral y que aumenta a medida
que se incrementa la dosis.
• Desarrollo fetal (6 semanas-9 meses): en esta fase el feto crece y sigue diferenciándose.
La irradiación puede provocar efectos de retraso de crecimiento y malformaciones, sobre
todo en el sistema nervioso central. Esta estructura es la que recibe más lesiones durante
las semanas 8 a 25 (la fase fetal precoz).

ponte a prueba

¿En qué etapa del desarrollo Durante la fase de desarrollo fetal


embrionario asociamos la exposi- precoz, ¿en qué estructura es más
ción a radiaciones ionizantes con común que se produzcan problemas
malformaciones y carcinogénesis? de malformación por irradiación?
a) En la fase de preimplantación a) En el sistema circulatorio.
(0 - 10 días). b) En el sistema musculoesquelético.
b) En la fase de organogénesis c) En el sistema digestivo.
(10 días - 6 semanas).
d) En el sistema nervioso central.
c) En la fase de desarrollo fetal
(6 semanas - 9 meses).
d) Ninguna respuesta es correcta.

38
Protección radiológica

1.9.  Síndrome de irradiación corporal total


Este síndrome comprende todos los signos clínicos que aparecen tras la exposición de todo
el organismo, o gran parte, a niveles altos de radiación durante un periodo corto de tiempo.
Después de la irradiación se producirá una fase prodrómica en la que se manifiestan algunos
signos y síntomas, posteriormente aparecerá un periodo de latencia en el que supuestamente
no ocurre nada y, por último, surge la enfermedad manifiesta en la que se desarrollan todos
los signos y síntomas típicos de la dosis recibida. En función de estas dosis podrán aparecer
tres grandes síndromes.

1.9.1.  Síndrome de médula ósea


Aparece cuando el individuo ha recibido una dosis de unos 10 Gy. La inmensa mayoría mueren
a causa de la destrucción o alteración de la médula ósea. Con un donante de médula ósea
puede haber posibilidades de supervivencia.

Fase prodrómica
Comienza pocas horas tras la exposición. Provoca náuseas y vómitos.

Periodo de latencia
Aproximadamente dura tres semanas, en las que el individuo parece sano. Las células de
la sangre no se modifican en número.

Enfermedad manifiesta
Según la dosis, puede aparecer hacia la segunda o tercera semana. Puede continuar hasta
la quinta semana. Los signos clínicos que aparecen son los derivados de la falta de glóbulos
rojos y blancos, y plaqueta, lo que provoca anemia, infecciones o hemorragias, entre otros.

39
Tema  1:  Estudio del efecto biológico de las radiaciones ionizantes

1.9.2.  Síndrome gastrointestinal


Acarrea la muerte del individuo debido a la destrucción o alteración de las células de la
mucosa gastrointestinal. Surge para dosis de entre 10 y 20 Gy. Algunas de las lesiones que
aparecen son infecciones, deshidratación, hemorragias, entre otras.

Fase prodrómica
Comienza pocas horas tras la exposición. Provoca náuseas y vómitos.

Periodo de latencia
Tiene lugar entre el segundo y quinto día después de la radiación.
El individuo no presenta síntomas.

Enfermedad manifiesta
Reaparecen las náuseas y vómitos acompañados de fiebre y diarreas. Todo esto impide que
las células de las criptas intestinales puedan absorber los alimentos. Además, se destruye
la barrera de la mucosa intestinal, lo que provoca infecciones y sepsis.

1.9.3.  Síndrome del sistema nervioso central


Tiene lugar tras dosis elevadas de irradiación, entre 100 y 150 Gy. Termina siempre con la
muerte del individuo, cuya causa es desconocida, pero se piensa que puede ser por la apari-
ción de edema cerebral y lesiones vasculares.

Fase prodrómica
Aparecen signos como confusión, náuseas, vómitos y desorientación.

Periodo de latencia
Dura unos minutos u horas.

Enfermedad manifiesta
Surgen desorientación, pérdida de coordinación, disnea, convulsiones y coma.

Síndromes de irradiación corporal


youtu.be/2bAToPpCQoc

40
Protección radiológica

41
Tema  2:  Aplicación de protocolos de protección radiológica operacional

2 APLICACIÓN DE PROTOCOLOS DE PROTECCIÓN


ARADIOLÓGICA
PLICACIÓN DEOPERACIONAL
PROTOCOLOS DE PROTECCIÓN
RADIOLÓGICA OPERACIONAL
Protección radiológica

Actualmente, se emplean las radiaciones ionizantes en diversos campos de la medicina


debido a sus ventajas. Sin embargo, también su uso conlleva riesgos, los cuales hay que mini-
mizar a toda costa. Por este motivo, la protección operacional persigue que se mantengan las
dosis de la radiación tan bajas como sea posible en el ser humano.

En este tema aprenderemos los principios generales que debemos tener en cuenta para
proteger a cualquier persona de las radiaciones ionizantes, ya sean trabajadores o no. Igual-
mente, conoceremos las medidas que se han de aplicar y las normas reglamentarias vigentes.

2.1.  Protección radiológica general


Con este término nos referimos a todas las medidas que van destinadas a proteger de los
efectos nocivos de las radiaciones ionizantes a los individuos, a sus descendientes y al medio
ambiente. Por esto mismo, su objetivo es prevenir la aparición de efectos biológicos deter-
ministas y limitar la probabilidad de incidencia de efectos biológicos probabilísticos hasta
valores aceptables.

2.2.  Organismos nacionales e internacionales con


competencias en materia de radioprotección
La protección radiológica no puede reducirse a formular buenos propósitos. La formación y el
entrenamiento de las personas implicadas es una condición esencial, pero no es suficiente.
Es necesario que en cada país funcione una organización independiente para supervisar el
cumplimiento de los principios y las normas específicas, es decir, una autoridad reguladora
en materia de protección radiológica. Su organización es responsabilidad de los Gobiernos y
los organismos internacionales especializados.

2.2.1.  Nacionales

2.2.1.1.  Administración del Estado


De los órganos de la Administración General del Estado en España, el Ministerio de Industria,
Energía y Turismo tiene especial participación en todo lo relacionado con el empleo de las
radiaciones ionizantes. Concretamente, la Dirección General de Política Energética y Minas
es la responsable de otorgar las autorizaciones de las instalaciones nucleares y radiactivas,
además de elaborar el Registro de Instalaciones de Rayos X con fines de diagnóstico médico.

Por otro lado, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente tiene competen-
cias en la evaluación del impacto radiológico ambiental; y el Ministerio de Sanidad, Servicios
Sociales e Igualdad tiene atribuciones en materia de protección radiológica de las personas
expuestas a radiaciones ionizantes por diagnóstico y tratamiento médico.

2.2.1.2.  El Consejo de Seguridad Nuclear


El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) es el único organismo competente en materia de
seguridad nuclear y protección radiológica en España. Se trata de un ente de derecho público
independiente de la Administración Central del Estado, que se rige por un estatuto propio
y que puede encomendar algunas de sus funciones a las Comunidades Autónomas. Debe
informar semestralmente al Congreso y al Senado sobre el desarrollo de sus actividades.

43
Tema  2:  Aplicación de protocolos de protección radiológica operacional

En definitiva, se encarga de velar por la seguridad nuclear


y la protección radiológica en España. Entre sus funciones
destacan:

Emitir informes preceptivos y vinculantes para la


emisión de autorizaciones.

Inspeccionar y controlar el funcionamiento


de las instalaciones nucleares y radiactivas.

Conceder licencias al personal de instalaciones radiac-


tivas y acreditar al personal de las instalaciones de
radiodiagnóstico médico.

Vigila los niveles de radiación dentro y fuera de las insta-


laciones (en aire, agua, suelo, alimentos…), evaluando el
impacto radiológico en las personas y el medio ambiente.

Todas las instalaciones nucleares y radiactivas deben


aplicar los principios de protección radiológica que exigen
las leyes y reglamentos, así como solicitar las autoriza-
ciones necesarias, las cuales incluirán los límites y condi-
ciones de protección radiológica.

2.2.2.  Internacionales

2.2.2.1.  Comisión Internacional de Protec-


ción Radiológica
La organización más veterana relacionada con la protec-
ción radiológica es la Comisión Internacional de Protección
ponte a prueba Radiológica (ICRP), creada en 1928. De ella dependen
cinco comités dedicados a:
El único organismo compe-
• Efectos de las radiaciones
tente en materia de seguridad
nuclear y protección radioló- • Definición de dosis de radiación
gica en España es: • Protección radiológica en medicina
a) El Ministerio de Sanidad • Aplicación de las recomendaciones que ella formula
b) El Congreso y el Senado • Protección del medio ambiente
c) El Consejo de Seguridad
Nuclear Los cinco comités están formados por expertos designados
d) El Grupo Euratom por sus méritos científicos en los distintos campos de la
radioprotección. Además, la comisión forma grupos de
tarea y grupos de trabajo que realizan informes o desarro-
llan ideas para los distintos comités.

44
Protección radiológica

2.2.2.2.  Comité Científico de las Naciones


Unidas para el Estudio de los
Efectos de las Radiaciones
Atómicas

En 1955, la Asamblea General de las Naciones Unidas


decidió crear el Comité Científico de las Naciones Unidas
para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas
(UNSCEAR). España es miembro desde principios de 2012.

Dicho comité elabora y presenta a la Asamblea General


un análisis detallado sobre su área de estudio, el cual está
respaldado por conclusiones y revisiones de organismos y
comités nacionales e internacionales. El análisis incluye las
relaciones existentes entre dosis y efecto, constituyendo la
base de la limitación de las dosis.

2.2.2.3.  Organismo Internacional de


Energía Atómica
La labor del Organismo Internacional de Energía Atómica
(OIEA) consiste en la elaboración y desarrollo de las normas
que han llegado a tener una aceptación internacional entre
países y entre organizaciones de las Naciones Unidas, como
la OMS. Estas normas incluyen las guías y recomendaciones
de la ICRP.

Por otra parte, la Unión Europea constituye en el tratado


Euratom toda la normativa referente sobre protección
radiológica, la cual se exige a todos los Estados miembros
de la UE. Posteriormente, son estos los que realizan la trans-
posición a sus respectivas legislaciones, proporcionando así
fuerza a la normativa aprobando medidas propias para cada
Estado miembro.

2.3.  Reglamento de protección


sanitaria contra radiaciones
ionizantes
El objetivo que persigue este reglamento, tal y como
afirma en su artículo 1, es detallar las normas referentes
a la protección de los trabajadores y de los miembros del
público contra los efectos de las radiaciones ionizantes.

45
Tema  2:  Aplicación de protocolos de protección radiológica operacional

Este reglamento se deberá aplicar cuando se lleven a cabo prácticas que impliquen un riesgo
provocado por las radiaciones ionizantes que procedan, bien de una fuente artificial, bien de
una fuente natural de radiación cuando los radionucleidos naturales son o han sido proce-
sados por sus propiedades radiactivas, fisionables o fértiles.

A continuación, veremos un esquema de dicho reglamento:

TÍTULO I • Capítulo I. Objeto y ámbito de aplicación


Disposiciones generales • Capítulo II. Autoridades y organismos
administrativos

TÍTULO II
• Capítulo I. Principios generales
Justificación, optimación y limi-
• Capítulo II. Limitación de dosis
tación de dosis para prácticas

TÍTULO III
• Capítulo único. Estimación de dosis efecti-
Dosis efectivas y equivalentes vas y equivalentes

TÍTULO IV • Capítulo I. Protección operacional de los tra-


bajadores expuestos
Principios fundamentales de • Capítulo II. Prevención de la exposición
protección operacional de • Capítulo III. Evaluación de la exposición
los trabajadores expuestos,
• Capítulo IV. Vigilancia sanitaria de los traba-
personas en formación y estu- jadores expuestos
diantes para la ejecución de las
• Capítulo V. Normas de protección para perso-
prácticas
nas en formación y estudiantes

TÍTULO V
• Capítulo único. Medidas fundamen-
Protección radiológica de la tales de vigilancia
población en circunstancias
normales

TÍTULO VI • Capítulo I. Principios generales


• Capítulo II. Intervención en caso de
Intervenciones
emergencia radiológica
• Capítulo III. Intervención en caso de
exposición perdurable

46
Protección radiológica

TÍTULO VII • Capítulo único. Incremento significativo de


la exposición debida a fuen-
Fuentes naturales de radiación
tes naturales de radiación

TÍTULO VIII
• Capítulo único. Régimen de inspección y
Inspección obligaciones del titular

TÍTULO IX

Régimen sancionador • Capítulo único. Régimen sancionador

2.4.  Tipo de exposición: ocupacional,


médica y pública
Las personas pueden exponerse a la radiación por diversos motivos, por lo que podemos
distinguir entre exposición ocupacional, médica y pública.

Exposición ocupacional

Es la exposición que tiene lugar mientras se realiza el trabajo


con fuentes radiactivas que hayan sido manipuladas por el
hombre, ya sean naturales o artificiales, o en zonas con altos
niveles de radiación.
Tipos de exposición
radiológica
Exposición médica
youtu.be/1vVyYcq2EPw

Es aquella a la que están sometidas las personas como conse-


cuencia de diversos procedimientos de diagnóstico o de trata-
miento.

Exposición pública

Comprende todas las demás exposiciones que no estén


incluidas en las dos anteriores, pero que, sin embargo, pueden
ser consecuencia de algunas actividades que den lugar a
estas. También se incluyen las radiaciones significativas que
provienen de fuentes naturales.

47
Tema  2:  Aplicación de protocolos de protección radiológica operacional

2.5.  Principios generales de protección radiológica:


justificación, optimización y limitación
La ICRP es la organización encargada de instaurar los principios de protección radiológica,
además de proporcionar recomendaciones para el empleo seguro de las radiaciones ionizantes.

Los principios generales son los siguientes:

Justificación: toda práctica con radia-


ciones ionizantes ha de estar justificada.

Optimización: el número de personas expuestas


y sus dosis individuales deberán mantenerse
tan bajos como sea posible, teniendo en cuenta
elementos económicos y sociales.

Limitación: las dosis recibidas de radiaciones ionizantes,


salvo en los casos de diagnóstico y del tratamiento médico,
no sobrepasarán los límites de dosis establecidos.

2.5.1.  Justificación
Una práctica con radiaciones ionizantes se considerará justificada si, tras sopesar los costes
y beneficios, termina proporcionando más beneficios que costes. Para ello hay que tener en
cuenta todos los costos, ya sean daños a la salud o al medioambiente. También hay que valorar
las ventajas que pueden proporcionar al individuo en concreto y a la sociedad en general.

2.5.2.  Optimización
Las prácticas con radiaciones ionizantes han de ser optimizadas. Es decir, hay que llevarlas
a cabo reduciendo el riesgo de las radiaciones tanto a los trabajadores como al resto de la
población. Las dosis individuales y el número de personas expuestas deberán ser tan bajas
como razonablemente sea posible, teniendo en cuenta factores económicos y sociales. La
práctica se considerará optimizada cuando se haya conseguido reducir la dosis a los indivi-
duos hasta valores tan pequeños que el despliegue de medios para bajarlas todavía sería más
desproporcionado.

48
Protección radiológica

2.6.  Medidas de protección radiológica: distancia,


tiempo y blindaje
Existen unos factores para que la dosis de radiación que reciben las personas se reduzca:
distancia, tiempo y blindaje. Si estamos más alejados de la fuente de radiación, si perma-
necemos menos tiempo y si ponemos más barreras, recibiremos menos dosis de irradiación.
Deberemos de usar estos tres métodos siempre que podamos, aunque en ocasiones bastará
solo con uno de ellos.

2.6.1.  Distancia
Al aumentar la distancia entre la fuente de las radiaciones ionizantes y el individuo, la expo-
sición disminuirá en igual proporción en que aumenta el cuadrado de la distancia. Queda
expresado en la siguiente ecuación:

d12
l2 = l1 ·
d22

En este caso, d1 y d2 hacen referencia a las distancias que separan cada uno de los puntos de
la fuente, mientras que l1 y l2 es la exposición en cada uno de los puntos. En algunas ocasiones
bastará con alejarse todo lo que podamos de la fuente de radiación.

2.6.2.  Tiempo
Si disminuimos el tiempo que tardamos en realizar la práctica, la dosis se reducirá, puesto
que la dosis total recibida es directamente proporcional al tiempo de irradiación, tal y como
vemos en la siguiente ecuación:

D=l·t

Aquí l es la intensidad de radiación (tasa de dosis o de exposición) y t es el tiempo que perma-


necemos en la zona con dicha tasa de dosis.

d12
ponte a prueba l2 = l1 ·
d22

Al situarnos a 12 metros de una fuente a) 25 mSv/h


radiactiva, nuestro detector muestra b) 28 mSv/h
una lectura de 50 mSv/h. ¿Qué lectura
mostrará si nos alejamos hasta los 15 c) 30 mSv/h
metros? d) 32 mSv/h

49
Tema  2:  Aplicación de protocolos de protección radiológica operacional

2.6.3.  Blindaje
Además del tiempo y la distancia, si no son suficientes,
tenemos la posibilidad de interponer una barrera o blindaje
entre la fuente de irradiación y las personas para poder
protegerlas de la radiación. Los blindajes están hechos de
diferentes materiales, por lo que para saber cuál escoger en
cada caso, debemos conocer su interacción con las distintas
radiaciones ionizantes. En el caso de los rayos X y gamma
rige la ley de atenuación.

2.6.3.1.  Ley de atenuación de fotones


Si un haz monoenergético de fotones incide perpendicular-
mente sobre un material de un espesor dado, se producirá
una atenuación progresiva a medida que el espesor inter-
puesto vaya aumentando.

l = l0 e -μ×

Donde:

l0 es la intensidad incidente, X es el espesor de material


atravesado y μ es el coeficiente de atenuación lineal, el cual
depende del tipo de material y de la energía de los fotones.
Representa la fracción de fotones que interaccionan por
unidad de espesor del material absorbente y, por tanto, la
probabilidad de interacción por unidad de recorrido.

Esta exposición nos indica que un haz de fotones monoe-


nergéticos se atenúa de forma exponencial al atravesar un
absorbente. Sin embargo, la validez de esta ecuación solo
se produce cuando:
• Los fotones son monoenergéticos (al integrar hemos
supuesto µ constante y µ es función de la energía de
los fotones).
• El haz es muy colimado, es decir, la superficie transversal
del haz es muy pequeña.
• El espesor del absorbente es muy delgado.

Los rayos X carecen de alcance definido debido a que la


ley de atenuación es exponencial. Para que l fuera igual a
cero, sería necesario un valor infinito de x. El coeficiente
de atenuación lineal se suele expresar en cm-1 y en este
caso, el espesor se expresará en centímetros. Se denomina
capa hemirreductora o espesor de semirreducción (d1/2)
al grosor de material que consigue atenuar el haz en un
cincuenta por ciento.

50
Protección radiológica

Podemos demostrar que:

d1/2 = ln2/μ

Pues de la propia definición de d1/2 sabemos que cuando


l = l0/2, entonces x = d1/2. Si lo sustituimos en la ecuación, el
resultado es el siguiente:

l0
l0e -μd1/2 ; e μd1/2 = 2
2

ln2
μd1/2 = ln2 ; 21/2 =
μ

Si representamos gráficamente la intensidad de radia-


ción en un punto, en función del espesor, obtendremos
esta gráfica:
Porcentaje de radiación transmitida

100%

50%

25%

12,5%
6,25%

1 2 3 4
Espesores de semirreducción

Cuando una radiación atraviesa n capas hemirreductoras,


la intensidad de radiación se reduce en:

l
l' =
2n

51
Tema  2:  Aplicación de protocolos de protección radiológica operacional

Debemos contar con que la eficiencia del blindaje no depende de su situación entre la fuente
y el individuo, por lo que es recomendable situarlo lo más cerca posible de la fuente.

2.6.3.2.  Interacción de las partículas


Las partículas β son electrones y positrones que se emiten de forma espontánea por algunos
radioisótopos. Las partículas β interactúan con la materia mediante colisiones a nivel atómico
(excitación e ionización) y la radiación de frenado, siendo el primero predominante para bajas
energías y el segundo para altas y materiales de número atómico alto. El alcance del haz de
electrones no es preciso, pues su interacción con la materia es dispersa. Por ende, podemos
afirmar que el alcance es muy inferior a la longitud de la trayectoria. Aproximadamente el
alcance en tejido blando o agua es:

Alcance en cm = E/2

Siendo E es la energía de los electrones expresada en MeV.

Si estamos ante energías bajas podremos emplear como blindaje espesores de agua o meta-
crilato, o bien espesores de aluminio de unos pocos centímetros.

2.6.3.3.  Barrera primaria y barrera secundaria


Llamamos barrera primaria a aquella que que se usa para reducir la exposición del haz
directo. En cambio, la barrera secundaria es la que reduce la exposición de la radiación
secundaria, ya sea radiación dispersa o radiación de fuga.

¡RECUERDA!

El haz que sale por el tubo de rayos X se deno-


mina radiación directa. Al interaccionar con
Efectos de distan-
el paciente, una parte de esta radiación directa
cia-tiempo-blindaje
es absorbida, otra lo atraviesa (haz primario)
youtu.be/1swKhyakFr0
y otra es dispersada en direcciones múltiples
(radiación dispersa). Una fracción significativa
de esta radiación dispersa atraviesa el espesor
total del paciente (haz disperso). Por otro lado,
la radiación de fuga es la que sale a través de
la coraza de plomo en la que está encapsulado
el tubo y que no forma parte del haz útil.

52
Protección radiológica

HAZ ÚTIL

BARRERA
PRIMARIA

BUCKY DE
CONSOLA DE PARED
CONTROL

TUBO DE RAYOS X

RADIACIÓN DE FUGA

RADIACIÓN DIRECTA

BARRERA RADIACIÓN DISPERSA


SECUNDARIA

CONSOLA DE
CONTROL

BARRERA
SECUNDARIA

BARRERA
PRIMARIA

BARRERA
SECUNDARIA

53
Tema  2:  Aplicación de protocolos de protección radiológica operacional

2.6.3.4.  Barrera estructural y no estructural


La barrera estructural hace referencia a cualquier barrera que está construida, como las
paredes de la sala de rayos X. Por el contrario, la barrera no estructural se puede poner y
quitar, como los delantales plomados.

2.7.  Descripción de la protección radiológica


operacional

2.7.1.  Clasificación de las personas en función de los riesgos a las


radiaciones ionizantes

El Reglamento sobre Protección Sanitaria contra las Radiaciones Ionizantes establece una clasi-
ficación de las personas expuestas a la radiación según los riesgos a los que están sometidas.

Trabajadores expuestos

Personas sometidas a una exposición a causa de su trabajo si las prácticas


entrañan dosis anuales superiores a alguno de los límites de dosis fijados
para los miembros del público.

Personas en formación

Son las personas que no son trabajadores expuestos, pero que reciben
formación para ejercer una profesión relacionada indirecta o indirecta-
mente con actividades que pudieran implicar exposición a las radia-
ciones ionizantes.

Miembros del público

Hace referencia a cualquier individuo de la población, exceptuando a


trabajadores expuestos, personas en formación y las personas sometidas a
tratamientos médicos y exposiciones voluntarias para ayudar a pacientes o
participar en programas de investigación médica o biomédica.

Población en su conjunto

Lo forman el total de los tres grupos anteriores.

54
Protección radiológica

2.7.2.  Límites de dosis


Para asegurar una protección adecuada a las radiaciones ionizantes se establecen unos límites
de dosis. Los valores de dosis efectiva y dosis equivalente no deberán sobrepasarse. Estos
límites son diferentes tanto para los trabajadores expuestos como para el resto de la población.
Sin embargo, estos límites no tienen en cuenta las dosis resultantes del fondo radiactivo natural
ni las debidas a exposiciones médicas.

En los anexos del Reglamento sobre Protección Sanitaria contra las Radiaciones Ionizantes,
mencionado anteriormente, están establecidos en distintas tablas los límites actualmente
vigentes en España.
Tabla 3. Límites de dosis (Real Decreto 783/2001)

Dosis equivalente
Personas Dosis efectiva1
Cristalino Piel y extremidades
50 mSv/año
Trabajadores
100 mSv en 5 años 150 mSv/año 500 mSv/año
expuestos
consecutivos

Personal en
formación entre 6 mSv/año 50 mSv/año 150 mSv/año
16 y 18 años

Embarazadas 1 mSv durante el embarazo2

Público y
trabajadores 1 mSv/año 15 mSv/año 50 mSv/año
no expuestos

Nota 1: La dosis efectiva para irradiación externa se estimará por la dosis equivalente a 10 mm de profundidad.
Nota 2: A partir de la declaración del embarazo, tomar las medidas de protección para no superar la dosis indicada en el feto.
Nota 3: En España se está a la espera de la implementación de los nuevos valores de dosis de la directiva Euratom (2013).

2.7.3.  Historial dosimétrico de los trabajadores


La legislación española en materia de protección radiológica exige que a cada trabajador
expuesto se le abra un historial dosimétrico en el que se registren las dosis recibidas durante su
vida laboral. Dicho historial se archivará por el titular del centro en el que el trabajador desa-
rrolla su actividad, hasta que el trabajador cumpla la edad de 75 años, y nunca por menos de
30 años desde el cese de la actividad laboral del trabajador.

Este último requisito puede resultar difícil de satisfacer y, por ello, para asegurar que los histo-
riales dosimétricos de los trabajadores expuestos están siempre disponibles, en 1985 el Consejo
de Seguridad Nuclear (CSN) decidió crear un Banco Dosimétrico Nacional (BDN) en el que se
centralizaron registros dosimétricos de todos los trabajadores expuestos de las instalaciones
nucleares y radiactivas españolas. Este archivo posibilita:
• 
La identificación de cualquier trabajador expuesto cuyas dosis excedan los límites
reglamentarios.
• La realización de estudios sobre las dosis resultantes del funcionamiento de cualquier ins-
talación nuclear o radiactiva.

55
Tema  2:  Aplicación de protocolos de protección radiológica operacional

• La obtención de datos de apoyo para la realización de es-


tudios sobre tendencias de exposición en distintos secto-
res para identificar áreas en las que pudiera ser necesario
establecer estrategias para reducir las dosis ocupacionales.
• La obtención de datos de apoyo para la realización de es-
tudios epidemiológicos en distintas poblaciones de tra-
bajadores expuestos.

El BDN es una herramienta básica para el CSN especialmente


en el ámbito del control regulador de la exposición ocupa-
cional, además de para la elaboración de los informes que
se requieren al CSN, tanto a nivel nacional (Congreso de
Diputados y Senado) como a nivel internacional (Naciones
Unidas, Unión Europea, etc.).

Con la aprobación de la Directiva 2013/59/Euratom, en la que


se establecen las normas básicas de protección radiológica
de la Unión Europea, todos sus Estados miembros quedan
obligados a implantar un sistema nacional de archivo de las
dosis ocupacionales similar al BDN.

El historial dosimétrico de todos los trabajadores de cate-


goría A figurará también en su historial médico. El histo-
rial dosimétrico de estos trabajadores contendrá las dosis
mensuales, las acumuladas en cada año oficial y las acumu-
ladas durante cada periodo de cinco años oficiales conse-
cutivos. Esto es diferente en el caso de trabajadores de la
categoría B, ya que se registrarán con un dosímetro las dosis
anuales que reciban, así como las dosis estimadas mediante
dosimetrías de área que se llevarán a cabo periódicamente
en la zona de trabajo.

2.7.4.  Prevención a la exposición


Quizá el aspecto más importante dentro de la protección
radiológica sea establecer mecanismos de prevención contra
la exposición de las radiaciones ionizantes. En ese sentido, el
artículo 19 del Real Decreto 1085/2009, de 3 de julio, esta-
blece las siguientes medidas básicas:
• Evaluación previa de las condiciones de trabajo para
determinar la naturaleza y magnitud del riesgo radiológi-
co asociado, tanto reales como potenciales, cuantificán-
dolos en términos de dosis asociados al funcionamiento
normal de la instalación y en caso de accidente.
• La clasificación, señalización, vigilancia, limitación de
accesos y condiciones de trabajo en función del riesgo de
exposición a las radiaciones ionizantes.
• Delimitación y señalización de las zonas de trabajo,
de modo que quede manifiesto el riesgo de exposición
existente en ellas.

56
Protección radiológica

• Establecimiento de los medios físicos y/o administrativos


necesarios para que el acceso a zona controlada, cuando los
equipos de rayos X estén en funcionamiento, quede restringi-
do a los trabajadores expuestos adscritos a la instalación.
• Clasificación radiológica de los trabajadores expuestos,
pues los trabajadores expuestos se clasifican en dos catego-
rías, A o B, en función de las condiciones en que se desarrolle
su trabajo y de la dosis que puedan recibir como consecuencia
de este.
• Establecimiento de normas y procedimientos de trabajo
adecuados a la clasificación radiológica de las distintas zonas
de trabajo y a la de los trabajadores que desarrollan en ellas su
actividad laboral. Estas normas deben estar escritas, ser cono-
cidas y cumplidas por todo el personal de la instalación.
• Formación e instrucción, inicial y periódica a los trabajado-
res expuestos en relación con los riesgos radiológicos asocia-
dos a su trabajo y con las normas y procedimientos a aplicar
para el adecuado desarrollo de este.

2.7.5.  Fuentes de radiación y riesgos radio-


lógicos en imagen para el diagnóstico
(ID), radioterapia (RT), medicina
nuclear (MN), radiofrecuencia (RF)
y laboratorio (LAB)

En las instalaciones sanitarias se pueden presentar riesgos


radiológicos de irradiación externa y contaminación radiactiva,
que puede ser interna o externa. A continuación, se detalla en
cada tipo de instalación los riesgos que se pueden presentar y
las fuentes de radiación más habituales.

2.7.5.1.  Radiodiagnóstico
Son aquellos servicios o unidades en los que se utilizan de forma
habitual equipos de rayos X para el diagnóstico por imagen. El
riesgo que podemos encontrarnos en este tipo de instalaciones
es el de irradiación externa que se produce cuando los equipos
dotados de tubos de rayos X están funcionando, como, por
ejemplo, los equipos de:
• Radiografía convencional
• Radiografía y fluoroscopia
• Radiología intervencionista
• TC
• Densitometría ósea
• Litotricia con localización por rayos X

57
Tema  2:  Aplicación de protocolos de protección radiológica operacional

2.7.5.2.  Radioterapia
El riesgo de irradiación externa es el más habitual en estas instalaciones, aunque en el caso
de radioterapia metabólica se añade el riesgo de contaminación. Las fuentes de radiación
más usadas son:
• Equipo de rayos X para terapia
• Equipo de rayos X para simulación de tratamiento
• Equipo de telecobaltoterapia
• Acelerador de electrones
• Emisores gamma usados en braquiterapia

2.7.5.3.  Medicina nuclear, radiofarmacia y laboratorios


Los posibles riesgos que podemos encontrarnos en las instalaciones de medicina nuclear y en
los laboratorios que utilicen fuentes no encapsuladas son los de irradiación externa, así como
el de contaminación interna y externa. En los laboratorios de radioinmunoanálisis, el riesgo de
irradiación externa es bajo y en aquellos donde solo se manipule tritio el peligro será de conta-
minación. Las fuentes de radiación consisten en los radionucleidos, emisores de radiación beta
y gamma que se hallan en ciertas áreas, como:
• Salas de preparación y administración de monodosis del radiofármaco
• Laboratorios en los que se usen fuentes de radiación
• Almacén de residuos
• Unidades de radiofarmacia
• Zonas de adquisición de imagen
• Sala de pacientes a los que se les haya administrado radiofármacos, así como los aseos
disponibles para ellos
• Habitaciones de hospitalización para pacientes sometidos a tratamiento de radioterapia
metabólica

58
Protección radiológica

Irradiación externa
Radiodiagnóstico
cuando funcionan rayos X
Riesgos radiológicos

Riesgo habitual Irradiación externa


Radioterapia
En radioterapia metabólica Irradiación externa
y contaminación

Medicina nuclear y labora- Irradiación externa


torios que usen fuentes no y/o contaminación
encapsuladas interna y externa

Medicina nuclear,
Laboratorios de Riesgo de irradia-
radiofarmacia y
radioinmunoanálisis ción externa bajo
laboratorios

Laboratorios donde Riesgo de


se manipule tritio contaminación

2.7.6.  Medidas a tomar en la protección operacional


Una adecuada prevención, vigilancia y control de las exposiciones son primordiales para
garantizar la protección operacional de los trabajadores expuestos a la radiación. Para poder
conseguir esto, hay que tomar las siguientes medidas:

Llevar a la práctica una evaluación inicial de la zona de trabajo. Así se estudiará


el riesgo radiológico que pueda haber.

Realizar una clasificación de los lugares de trabajo, teniendo en cuenta


las dosis anuales previstas y la naturaleza del riesgo.

Llevar a cabo una clasificación de los trabajadores expuestos en función de sus


condiciones de trabajo.

Cumplir las distintas normativas y medidas de vigilancia en las zonas de trabajo y en las
categorías de trabajadores (dosimetría de área y dosimetría individual, respectivamente).

Proceder con la vigilancia sanitaria de los trabajadores siguiendo las directrices de la legislación.

59
Tema  2:  Aplicación de protocolos de protección radiológica operacional

2.7.7.  Clasificación y señalización de


zonas

Cuando trabajamos con radiaciones ionizantes, los lugares


de trabajo se clasificarán dependiendo del riesgo de expo-
sición que se tenga en diferentes zonas. Dicha clasificación
deberá ser actualizada y estar correctamente señalizada.
Solo podrán acceder a estas zonas el personal autorizado.
Las zonas se clasifican en zona controlada y zona vigilada.

2.7.7.1.  Zona controlada


En esta zona cabe la posibilidad de recibir una dosis efec-
tiva superior a 6 mSv/año oficial o una dosis equivalente
superior a 3/10 de algunos de los límites para el cristalino,
la piel y las extremidades. A su vez, estas zonas se pueden
dividir en las siguientes:
• Zona controlada libre: corresponde con lo dicho
anteriormente.
• Zona controlada de permanencia limitada: existe el ries-
go de recibir una dosis superior a los límites de dosis fijados
para los trabajadores.
• Zona controlada de permanencia reglamentada: existe
el riesgo de, en breves periodos de tiempo, recibir dosis
superiores a los límites de dosis fijados para los trabaja-
dores, y que, por lo tanto, se necesitan prescripciones es-
peciales.
• Zona controlada de acceso prohibido: existe el riesgo de
en una sola exposición recibir dosis superiores a los límites
de dosis fijados para los trabajadores.

2.7.7.2.  Zona vigilada


En esta zona existe la posibilidad de recibir dosis efectivas
superiores a 1 mSv por año oficial o una dosis equiva-
lente superior a 1/10 de los límites de dosis equivalentes
para el cristalino, la piel y las extremidades.

1 mSv/a < dosis < 6 mSv/a


Zona vigilada
o 3/10 límite dosis TE

Dosis > 6 mSv/a o 3/10


Zona controlada
límite dosis TE

Zona controlada de perma-


Dosis anual > límite dosis TE
nencia limitada

Zona controlada de perma- Dosis periodos cortos >


nencia reglamentada límite dosis TE

Zona controlada de acceso Dosis única exposición >


prohibido límite dosis TE
60
Protección radiológica

2.7.7.3.  Señalización de las zonas


El riesgo de irradiación estará señalizado con el símbolo internacional: un trébol enmarcado
por una orla rectangular del mismo color que el símbolo y de idéntica anchura que el diámetro
del círculo interior del mismo. Los colores de los tréboles indicarán la clasificación de la zona.
En orden creciente al riesgo asociado, estos son:
• Gris azulado: zona vigilada
• Verde: zona controlada de permanencia libre
• Amarillo: zona controlada de permanencia limitada
• Naranja: zona controlada de permanencia reglamentada
• Rojo: zona de acceso prohibido

Zona vigilada Zona controlada

Zona de permanencia Zona de permanencia


limitada reglamentada

Zona de acceso
prohibido

Cuando exista solamente riesgo de radiación externa, el trébol vendrá rodeado de puntas
radiales. En cambio, si el riesgo es de contaminación, el trébol irá sobre campo punteado. Si
existen ambos riesgos irá rodeado de puntas radiales y sobre campo punteado.

Además, en la parte superior de la señal una leyenda nos indicará el tipo de zona, y en la infe-
rior otra el tipo de riesgo. Dichas señales se colocarán visiblemente en la entrada y en lugares
significativos de las zonas.

61
Tema  2:  Aplicación de protocolos de protección radiológica operacional

ZONA VIGILADA Gris


1 mSv/a < dosis < 6 mSv/a (o 3/10 lím. hetero. TE) azulado

ZONA CONTROLADA
Verde
Dosis < 6 mSv/a (o 3/10 lím. hetero. TPE)

PERMANENCIA LIMITADA
Dosis anual > límites TPE Amarillo

PERMANENCIA REGLAMENTADA
Naranja
Dosis periodos t > límites TPE

ACCESO PROHIBIDO
Rojo
Dosis única exposición > límites TPE

2.7.8.  Clasificación de los trabajadores expuestos


Por razones de vigilancia y control, los trabajadores expuestos a las radiaciones ionizantes
se clasifican en dos categorías. La pertenencia a una categoría u otra dependerá del riesgo
que corra mientras realiza su trabajo. No podrán asignarse a menores de 18 años tareas que
pudieran convertirlo en un trabajador expuesto.
• Categoría A: esta categoría incluye a aquellas personas que pueden recibir una dosis efec-
tiva superior a 6 mSv/año oficial o una dosis equivalente superior a 3/10 de alguno de los
límites de dosis equivalente fijados en el RPSRI para el cristalino, la piel o extremidades.
• Categoría B: a dicha categoría pertenecen las personas a las que es muy improbable que re-
ciban una dosis efectiva superior a 6 mSv/año oficial o una dosis equivalente superior a 3/10
de alguno de los límites de dosis fijados en el RPSRI para el cristalino, la piel o extremidades.

62
Protección radiológica

2.8.  Vigilancia del ambiente de


trabajo
Nos referimos al conjunto de medidas que deben estable-
cerse con objeto de comprobar con la periodicidad nece-
saria que tanto las dosis recibidas como los niveles de
riesgo existentes en las diferentes zonas de trabajo están
dentro de los límites correspondientes a cada zona. La vigi-
lancia radiológica del ambiente del trabajo comprenderá:
• La medición de las tasas de dosis externas, especificando
la naturaleza y calidad de las radiaciones.
• La mediación de concentraciones de actividad en el aire y
la contaminación superficial especificando la naturaleza
de las sustancias radiactivas contaminantes y sus estados
físicos y químicos.
Los documentos correspondientes al registro, evaluación
y resultado de dicha vigilancia deberán ser archivados
por el titular de la práctica, quien los tendrá a disposición
de la autoridad competente. Cuando sea adecuado estas
medidas se utilizarán para estimar las dosis individuales.

2.9.  Normas de protección de


personas en formación, de
familiares y del público

2.9.1.  Normas de protección para personas


en formación y estudiantes
Las condiciones de exposición y la protección operacional
de las personas en formación y de los estudiantes mayores
de 18 años serán equivalentes a las de los trabajadores
expuestos de categoría A o B. Para las personas en forma-
ción y de los estudiantes menores de 18 y mayores de 16,
años serán equivalentes a las de los trabajadores expuestos
de categoría B.

2.9.2.  Medidas de protección para fami-


liares los miembros del público

La protección para familiares y miembros del público se


realizará mediante una serie de medidas y controles para
que las prácticas se lleven a cabo de acuerdo con los prin-
cipios fundamentales de la protección radiológica de la
población. La contribución de las prácticas a la exposi-
ción de la población deberá mantenerse, por tanto, en el
valor más bajo que sea razonablemente posible, teniendo
en cuenta factores económicos y sociales. Asimismo, se
evitarán o reducirán al mínimo razonable la evacuación

63
Tema  2:  Aplicación de protocolos de protección radiológica operacional

al medio ambiente de efluentes radiac- 2.10.1.  Exámenes de salud


tivos, debiendo mantenerse por debajo
de los límites establecidos en el RPSRI. El Los trabajadores de la categoría A
titular de la práctica deberá realizar los tendrán que realizar un examen de salud
estudios oportunos que confirmen que previo antes de comenzar a trabajar con
el riesgo de exposición de la población radiaciones ionizantes. Por el contrario,
no es significativo. Será responsable de no es necesario que los trabajadores de
la evaluación, consecución, manteni- categoría B pasen tal examen.
miento, puesta en marcha de equipos
Además, los trabajadores de la cate-
y servicios, comprobación de estos y
goría A deberán someterse a exámenes
registro de las mediciones y estimación
de salud periódicos como mínimo cada
de dosis que pudieran ser recibidas en
doce meses y siempre que se considere
régimen de funcionamiento normal y en
necesario, ya sea por las condiciones de
caso de accidente, que estará adecuada
trabajo o por cualquier incidente.
al riesgo que impliquen las actividades.
Tras el reconocimiento médico, los
trabajadores se clasificarán en:
2.10.  Vigilancia • Aptos: pueden realizar cualquier tra-
sanitaria de los bajo con radiaciones ionizantes.
trabajadores • 
Aptos en determinadas condicio-
nes: el médico indicará los criterios a
expuestos los que deba someterse el trabajador
Esta vigilancia sanitaria está basada en para realizar determinadas tareas con
radiaciones ionizantes.
los Principios Generales de Medicina del
Trabajo y en la Ley sobre Prevención de • No aptos: no podrán trabajar con ra-
Riesgos Laborales. diaciones ionizantes.
Historial médico

A los trabajadores de la categoría A se les


abrirá un historial médico en el que apare-
cerán los resultados de los exámenes de
ponte a prueba salud y el historial dosimétrico. El historial
médico se archivará hasta que el traba-
El historial médico de un trabajador jador alcance los 75 años y nunca por
de categoría A se conservará: un periodo inferior a 30 años, contados
a partir de su cese como trabajador
a) H
 asta que el trabajador alcance los expuesto. Dicho historial estará a disposi-
65 años, y nunca por un periodo de
ción tanto del propio trabajador como de
tiempo inferior a 20 años.
la autoridad competente.
b) Hasta que el trabajador alcance los
65 años, y nunca por un periodo de Si en algún momento un trabajador
tiempo inferior a 30 años. supera alguno de los límites de dosis
c) Hasta que el trabajador alcance los establecidos, se llevará a cabo una vigi-
75 años, y nunca por un periodo de lancia médica especial. El Servicio de
tiempo inferior a 20 años. Prevención que se encargue de la vigi-
d) Hasta que el trabajador alcance los lancia establecerá las condiciones poste-
75 años, y nunca por un periodo de riores de exposición para el trabajador.
tiempo inferior a 30 años.

64
Protección radiológica

65
Tema  3:  Detección de la radiación

3 DETECCIÓN
DETECCIÓN DE LA RADIACIÓN
Protección radiológica

3.1.  Magnitudes y unidades radiológicas


Dependiendo del campo de radiología, se pueden clasificar las magnitudes radiológicas de
distinta manera.

En este tema veremos las magnitudes dosimétricas, que son las relacionadas con el depósito
energético de la radiación, y las magnitudes de radioprotección, las que se asocian al efecto
biológico producido.

3.1.1.  Magnitudes y unidades dosimétricas

3.1.1.1.  Exposición
Esta magnitud se emplea solamente para un haz o campo de fotones, radiación X o gamma,
en un medio concreto, el aire. Este concepto mide la capacidad que posee un haz de rayos X
para ionizar una masa de aire, es decir, la facultad de los fotones de ionizar de forma indirecta
la materia.

Con las técnicas de las que disponemos actualmente es complicado medir la exposición en
el caso de energías inferiores a unos pocos keV y las que estén por encima de algunos MeV.

Esta magnitud se representa con el símbolo X y se define como:

dQ
X =
dm

Siendo dQ el valor de la carga de todos los iones de igual signo que han originados en el aire,
cuando todos los electrones liberados por los fotones absorbidos en la masa dm sean dete-
nidos en el aire.
El valor de dQ no nos sirve para la ionización que se produzca tras la reabsorción de la radia-
ción de frenado y la que proviene de los fotones que se hallan diseminados. En el primer caso,
solo se da en el caso de energías altas, mientras que en el segundo se deben aplicar factores
de corrección.
Básicamente, esta magnitud se emplea para medir la radiación que recibe un chasis o la piel
de un paciente. Sin embargo, en el caso de los pacientes, no aporta demasiada información al
no tener en cuenta la radiosensibilidad de los tejidos y órganos que atraviesa el haz de rayos X.
La unidad de medición de la exposición es el culombio (C) por cada kg de aire (C/kg). No
obstante, anteriormente se usaba otra unidad de medida, ya obsoleta, el roentgen (R). Fue
en 1975 cuando la ICRU recomendó el empleo de las unidades del Sistema Internacional de
Unidades (SI) para esta magnitud. La equivalencia entre ambas unidades es la siguiente:

1 C/Kg = 3876 R
1 R = 2,58 · 10-4 C/kg

La magnitud de exposición cada vez se está usando menos, pues está perdiendo interés. Por
un lado, es compleja la relación que existe entre el roentgen y el culombio, lo que dificulta la
medición. Por otro lado, la exposición tiene la limitación de que solo sirve para los fotones en el
aire. En su defecto, se emplea el kerma para hallar los niveles de terapia y la dosis equivalente
en los niveles de protección.

67
Tema  3:  Detección de la radiación

En algunas ocasiones es preferible mejor la cantidad de


exposición en un punto durante un tiempo determinado.
Para ello se emplea la tasa de exposición:

dX
X=
dt

Se define como la variación de la exposición (dX) en un


intervalo de tiempo (dt). La unidad en el SI es el C/kg · s
para la tasa de exposición, y la unidad antigua el R/s. Depen-
diendo de los niveles de radiación se utilizan otras unidades
de tiempo como la hora (h) y el minuto (min).

3.1.1.2.  Kerma
El nombre de esta magnitud radiológica deriva de las
iniciales de la definición inglesa Kinetic Energy Released
per Unit Mass (energía cinética transferida por unidad de
masa), y se introdujo en 1962 ante las limitaciones de la
magnitud de exposición. El kerma se puede aplicar a las
radiaciones indirectamente ionizantes, es decir, sin carga
eléctrica, como los fotones y neutrones.

¡RECUERDA!

Un haz de fotones que interacciona


con un material pierde energía y la
transfiere a los electrones liberados
(partículas cargadas secundarias).

El kerma se define como el cociente entre la suma de todas


las energías cinéticas iniciales de todas las partículas ioni-
zantes cargadas (dEtr), liberadas por partículas ionizantes no
cargadas en un material de masa dm:

dEtr
K=
dm

68
Protección radiológica

Anteriormente se empleaba el rad, pero a partir de 1985


se emplea la unidad del SI, el gray (Gy). La relación de
ambas unidades es:

1 rad = 0,01 Gy
1 Gy = 100 rad

El kerma posee dos características que hacen que su uso sea


más atrayente en comparación con la magnitud de expo-
sición. Por un lado, se pueden emplear tanto en neutrones
como en fotones. Por otro lado, sus valores numéricos (al
estar expresados en gray) se parecen a los correspondientes
a la dosis absorbida en aire, en agua o en tejido biológico
blando con partículas cargadas en equilibrio.

La tasa de kerma se define como la variación del kerma (dK)


en un intervalo de tiempo (dt):

· dK
K =
dt

La unidad de la tasa de kerma en el SI es el Gy/s o cGy/s.

3.1.1.3.  Dosis absorbida


Expresa la cantidad de energía absorbida por unidad de
masa de un material. Es una magnitud genérica, definida
para cualquier tipo de radiación y material, que se utiliza en
radiobiología debido a que es una excelente magnitud para
estimar el daño producido por la radiación en un órgano
que ha sido irradiado por un tipo específico de radiación.

La dosis absorbida (D) en un material dado se define (ICRU,


1998) como:

d 3-
D=
dm

Donde d3- es la energía media impartida por la radiación a un


material de masa dm. Es decir, 3- representa la energía neta
que permanece en el volumen de materia considerado.

Igualmente, la tasa de dosis absorbida será:

· dD
D=
dt

69
Tema  3:  Detección de la radiación

3.1.1.4.  Relación entre kerma y dosis


absorbida

A continuación, vamos a explicar brevemente la relación


existente entre el kerma y la dosis absorbida en función de
la masa de la que dispongamos. Supongamos que la radia-
ción gamma ha irradiado una pequeña cantidad de materia
aislada (dm). El kerma consistirá en la suma de la energía
cinética de todas las partículas cargadas que han sido libe-
radas. De toda esta energía, solamente una fracción será
absorbida por la masa, la dosis absorbida. En circunstan-
cias similares, el kerma será siempre mayor.

Por otro lado, podemos encontrarnos el caso de que la


masa no está aislada, sino que está rodeada por una gran
cantidad de masa de la misma naturaleza. Tras la radiación,
la energía que se escapa de la dm se compensa por otras
partículas que proceden de la materia que la rodea, pene-
trando así en la dm. A esto se le conoce como equilibrio
electrónico, pues el kerma y la dosis absorbida son iguales.
Si no hay equilibrio, su relación resulta más complicada.

3.1.1.5.  Magnitudes de interés en dosime-


tría de pacientes de radiología
La oncología radioterápica, la medicina nuclear y la
radiología son las tres especialidades médicas en las que se
administra como fin terapéutico o diagnóstico radiación
a los pacientes. Los pacientes que reciben tratamientos
de medicina nuclear o radioterapia tienen que asistir al
módulo específico, mientras que en la radiología (ya sea
general o intervencionista) no es usual la dosimetría de
forma individual, salvo casos aislados.

A continuación, vamos a describir brevemente dos magni-


tudes dosimétricas empleadas para la estimación de dosis
en exploraciones de radiodiagnóstico.

Kerma en aire en la superficie de entrada (KASE)

El kerma en aire hace referencia a la dosis del haz de radia-


ción sobre el paciente a una distancia determinada (DFP)
del foco de radiación y sobre el eje de dicho haz, sin el
empleo de ningún elemento retrodispersor. En otras pala-
bras, solamente tendremos en cuenta la radiación inci-
dente y no la dispersada por el propio paciente.

¡RECUERDA!

Las unidades de kerma se


miden en Gy.

70
Protección radiológica

Dosis en aire de la superficie de entrada (DSE)

Es la dosis que se mide a través de la piel del paciente


teniendo en cuenta la radiación incidente y la retrodisper-
sada por dicho paciente. Esta magnitud está directamente
relacionada con el kerma en aire. De hecho, en condiciones
de equilibrio electrónico, podemos sacar la relación:

DSE (Gy) = F · KASE (Gy)

Con F nos referimos a un factor adimensional denominado


de retrodispersión. Su valor cambia en función del mate-
rial donde incide la radiación, de la calidad y energía de esta
y del tamaño del campo. Para las condiciones normales del
radiodiagnóstico (excepto en mamografía), un valor aproxi-
mado del factor de retrodispersión es 1,35, de manera que:

DSE (Gy) = 1,35 · KASE (Gy)

El Real Decreto 1976/1999 de 23 de diciembre, por el


que se establecen los criterios de calidad en radiodiag-
nóstico, especifica los valores de referencia en explora-
ciones para adultos en términos de la dosis en superfi-
cies de entrada (DSE).

Dosis superficie a la entrada


Tipo de exposición
(DSE) (mG )

Abdomen AP 10,0

Columna lumbar AP/PA 10,0

Columna lumbar L 30,0

Columna lumbosacra L 40,0

Cráneo AP 5,0

Cráneo L 3,0

Cráneo PA 5,0

Mamografía 10,0

Pelvis AP 10,0

Tórax L 1,5

Tórax PA 0,3

71
Tema  3:  Detección de la radiación

3.1.1.6.  Coeficientes de interacción

Están compuestos por una serie de coeficientes que nos dan información sobre la proporción
de energía que sufren los procesos de atenuación, absorción o dispersión, al recorrer cierta
longitud de grosor de un material.

Según el factor de interacción que valoremos (espesor, masa o densidad atómica o electró-
nica), se clasificarán como coeficiente lineal, másico, atómico o electrónico, respectivamente.

3.1.2.  Magnitudes y unidades utilizadas en radioprotección


Las magnitudes dosimétricas que hemos visto hasta ahora son magnitudes físicas que se
encargan de medir la cantidad de energía que se acumula en el medio irradiado, sin tener en
cuenta las consecuencias biológicas que provocan. Cuando la radiación incide en un orga-
nismo vivo, no siempre produce las mismas consecuencias o lesiones, pues influyen distintos
factores. En el proceso interviene la cantidad de dosis recibida, el tipo de radiación (si se trata
de partículas o fotones), la tasa de dosis (dosis por unidad de tiempo), incluso las condiciones
que haya en el momento de la irradiación, tales como temperatura interna o ciertos factores
biológicos. En suma, no siempre obtendremos el mismo efecto biológico con la misma dosis
absorbida. Por este motivo es necesario crear nuevas magnitudes que permitan evaluar la
calidad de las radiaciones en función del detrimento biológico que causen.

3.1.2.1.  Eficacia biológica relativa y factor de calidad


A la relación que existe entre la dosis necesaria de dos radiaciones distintas para producir un
mismo efecto biológico se denomina eficacia biológica relativa (EBR). Para conseguir los
valores de esta magnitud, hay que tomar como referencia una de las radiaciones, obteniendo
así el valor relativo de eficacia de la otra con respecto a esta. Por tanto:

dosis radiación de referencia


EBR =
dosis radiación a estudiar

ponte a prueba
Si obtenemos un valor de EBR mayor a 1,
La dosis efectiva... necesitaremos menos dosis de radiación a
estudiar para producir un mismo efecto que
a) Tiene en cuenta el tamaño del la de referencia, por lo que, por ende, su
tejido u órgano considerado, y su capacidad lesiva será mayor.
unidad es el gray.
b) Tiene en cuenta la densidad del Para poder usar este concepto adecuada-
tejido u órgano considerado, y su mente, tenemos que conocer la calidad
unidad es el sievert. de una radiación para valorar qué efectos
c) Tiene en cuenta la radiosensibi- biológicos puede llegar a producir. Por este
lidad del tejido u órgano conside- motivo, en la publicación n.o 60 de la ICPR se
rado, y su unidad es el sievert. introdujo el factor de calidad Q de la radia-
d) Tiene en cuenta el tipo de radia- ción, cuya finalidad era ponderar la eficacia
ción considerada, y su unidad es biológica de las partículas cargadas gene-
el gray. radas en el proceso de absorción de energía.

72
Protección radiológica

3.1.2.2.  Dosis equivalente en un punto (H) y


dosis equivalente en un órgano (HT)
Denominamos a la dosis equivalente en un punto (H) de un
órgano o de un tejido a la relación:

H=Q·D

Donde Q es el factor de calidad dependiente de la radiación


y D la dosis absorbida por el medio.

La unidad de dosis equivalente en el SI es el J/kg y se deno-


mina sievert (Sv). Anteriormente se empleaba la unidad
rem, ya en desuso:

1 Sv = 100 rem = 100 cSv

No obstante, el concepto realmente interesante a efectos


de protección radiológica no es el de dosis equivalente en
un punto, sino su valor promedio de un órgano o tejido. La
magnitud que representa este valor promedio es la dosis
equivalente en un órgano o tejido (HT), definiéndose como:

HT = ∑ WR · DT, R
R

Esta expresión supone un sumatorio para los distintos tipos


de radiación que puedan concurrir. Con DT∙R hacemos refe-
rencia al promedio de dosis absorbida de radiación del tipo R
en un tejido T. El factor de ponderación WR depende del tipo
de radiación R y su valor va en función de la eficacia biológica
que presente esta radiación. A mayor eficacia, mayor valor
de WR. Los valores de WR en vigor vienen especificados en la
tabla 4. La unidad de HT es también el sievert (Sv).

Tabla 4. Valores de WR en vigor.

Factor WR de ponderación
Tipo de radiación
de la radiación

Fotones (X o ) 1

Electrones o muones 1

Protones y piones cargados 2

Partículas alfa, fragmentos


20
de fisión y iones pesados

Curva continua función de la


Neutrones energía de los neutrones
73
Fuente: Recomendaciones de la ICRP (2007). Publicación 103.
Tema  3:  Detección de la radiación

Es lógico pensar que las partículas alfa y los iones pesados muestren valores más altos de
WR. Al ser partículas con una carga eléctrica elevada, poseen una mayor capacidad de inte-
raccionar con la materia y depositar la energía, por lo que disponen de una eficacia biológica
superior.

3.1.2.3.  Dosis efectiva (E)


Los límites de dosis que marca la legislación están establecidos con un motivo: asegurar que
haya poca probabilidad de que aparezcan efectos clínicos derivados de las radiaciones. Las
magnitudes que se emplean en radioprotección sirven para especificar dichos límites. La
aparición de un efecto biológico radioinducido no depende solo de la cantidad de radiación
absorbida y del tipo o calidad de la radiación, sino también del órgano o tejido del que se
trate. La radiosensibilidad de un tejido es una característica intrínseca del mismo.

Debido a todo esto, se creó en 1991 (publicación n.o 60 de la ICRP) una nueva magnitud
llamada dosis efectiva (E), que tuviera en cuenta la radiosensibilidad de cada uno de los
órganos en una irradiación de cuerpo entero. Esta magnitud se definió como:

En esta ecuación, WT es el factor de ponderación


E = ∑ WT · ∑ WR · DT, R = ∑ WT · HT tabulado para cada órgano o tejido. Los valores
T R T
en vigor de este factor se muestran en la tabla 5.

Tabla 5. Valores de WT en vigor.

Factor de ponderación de Contribución total


Órgano/tejido
los tejidos WT ∑ WT

Pulmones, estó-
mago, médula ósea y 0,12 0,72
mamas, entre otros

Gónadas 0,08 0,08

Tiroides, esófago, vejiga


0,04 0,16
e hígado

Superficie ósea, piel


0,01 0,04
cerebro y glándulas salivales

Fuente: Recomendaciones de la ICRP (2007). Publicación 103.

3.1.2.4.  Magnitudes operacionales

La dificultad para medir las magnitudes de la dosis efectiva y equivalente a nivel real ha
llevado al desarrollo de magnitudes medibles que sirven de estimación conservadora.
Estas mediciones reciben el nombre de magnitudes operacionales, y son las siguientes:

· Equivalente de dosis ambiental. El equivalente de dosis que se podría producir por una
exposición alineada a la esfera ICRU, a una profundidad determinada (desde 0,07 mm hasta
10 mm para radiaciones de alta penetración).
· Equivalente de dosis personal. El equivalente de dosis en tejido blando, por debajo de
un punto especificado para el cuerpo, con un nivel de profundidad que oscila entre 0,07
mm y 10 mm.
74
Protección radiológica

3.2.  Detección y medida de la radiación


Como se ha comentado anteriormente, el ser humano no puede detectar la radiación ioni-
zante, por lo que ha de valerse de dispositivos de medida que permitan detectarla y cuantifi-
carla. Hoy día podemos encontrar una gran diversidad de estos dispositivos, llamados detec-
tores. Se han desarrollado muchos tipos de detectores de radiación, pero todos cuentan con
una característica común: proporcionan una señal precisa e inequívoca a un estímulo externo,
como la radiación, que puede ser visual o un impulso eléctrico medible. Dependiendo de
esta respuesta, así se clasificarán los diversos tipos de detectores.

3.2.1.  Fundamentos físicos de la detección

3.2.1.1.  Eficiencia
La eficiencia de un detector se mide en eficiencia extrínseca e intrínseca.

Para que el detector pueda darnos una respuesta, es primordial que tenga contacto con la
radiación. Sin embargo, debemos tener en cuenta que no todas las partículas de radiación
emitidas por la fuente llegan al detector. Para obtener la eficiencia extrínseca:

n.o de partículas que llegan al detector


Eficiencia extrínseca (EE) =
n.o de partículas totales emitidas

Por otro lado, no todas las partículas que alcanzan el detector consiguen interaccionar con él y
provocar una señal, por lo que debemos calcular la eficiencia intrínseca de la siguiente forma:

n.o de partículas que interaccionan y dan señal


Eficiencia intrínseca (EI) =
n.o de partículas que llegan al detector

PARTÍCULAS
ALFA

FOCO DETECTOR

Eficiencia extrínseca. UMBRAL VALORES


DE ENERGÍA DE ENERGÍA

Eficiencia intrínseca.
75
Tema  3:  Detección de la radiación

3.2.1.2.  Tiempo muerto


Con tiempo muerto nos referimos al tiempo que necesita el dispositivo para registrar una
señal. Hasta que no la contabilice completamente, no puede detectar un nuevo impulso.

3.2.1.3.  Resolución en energía


Los detectores cuentan con diferencias entre sí, no todos son iguales. Algunos de ellos solo
son capaces de registrar la cantidad de radiación emitida. Otros, sin embargo, reconocen la
naturaleza y la energía de la radiación, además de la cantidad, clasificando las partículas
incidentes según su energía. A esta técnica para tasar la concentración o la cantidad de partí-
culas determinadas se le llama espectrometría y espectro energético característico al
gráfico de esa radiación concreta.

La resolución en energía es, entonces, la capacidad que posee un detector de diferenciar y


distinguir entre valores energéticos similares.

3.2.1.4.  Sensibilidad, precisión y exactitud


Estos términos hacen referencia a propiedades que poseen los detectores. Cada clase de
detector es sensible a cierto tipo de radiación y a cierto intervalo de energía. Como pueden
llegar a confundirse debido a su similitud, vamos a ver en qué consisten.

La sensibilidad de un detector es su capacidad para hallar emisiones de radiación poco


intensas. Sin embargo, que un detector sea sensible no quiere decir que sea preciso. Llamamos
precisión a la capacidad que tiene un detector de proporcionar un valor con la mínima ambi-
güedad posible. No obstante, existe la posibilidad de que nos encontremos con un detector
que sea sensible y preciso, pero no exacto. Por último, la exactitud está relacionada con el
rigor que proporcione el detector de una medida con respecto a su valor real.

Con estos datos podemos concluir que un detector preciso y exacto tendrá un óptimo
rendimiento.

3.2.2.  Detectores de ionización gaseosa


Estos detectores contienen un gas no conductor de electricidad almacenado en un recipiente
cuyas paredes han de ser tan delgadas como sea posible para no interferir con la radiación
que llega. Los iones positivos y negativos (electrones), producidos por la radiación dentro del
gas, se recogen directamente en un par de electrodos a los que se aplica un alto voltaje.

El principio de funcionamiento de un detector de este tipo se basa en la señal que se obtiene


cuando la radiación ioniza el gas almacenado dentro del dispositivo. En la cavidad interna
del detector, además del gas, se encuentran dos electrodos. Este dispositivo constituye un
condensador de capacidad C. Si empleamos una diferencia de potencial ∆V (tensión de pola-
rización), los dos electrodos adquirirán una carga eléctrica +Q y –Q, respectivamente, de
valor absoluto Q = C ∙ ∆V, la cual se mantendrá constante mientras el gas no sea conductor.

Cuando la radiación ioniza el gas, este deja de ser aislante, por lo que los electrones y los
iones positivos son atraídos hacia los dos electrodos cargados, almacenándose allí. Lógica-
mente, este aumento de la carga de signo contrario en los electrodos producirá una neutrali-
zación de la carga original y una disminución de su valor:

Q’ = Q – n ∙ e

Siendo n el número de electrones recolectados y e su carga eléctrica.


76
Protección radiológica

Esta disminución de carga dependerá siempre de la cantidad de radiación incidente que haya
originado el fenómeno. Por tanto, si se puede medir este descenso de carga, se podrá conocer
el volumen de ionizaciones que se han producido y, en consecuencia, correlacionarlo con la
cantidad de radiación incidente.

Si modificamos la tensión de polarización obtendremos una oscilación de la intensidad del


campo eléctrico interno. Dependiendo de cuáles sean los valores de dicho campo, reconoce-
remos los distintos tipos de detectores de ionización gaseosa. Si la tensión es baja, el campo
eléctrico será débil y tendrá lugar el fenómeno de recombinación de las cargas ionizadas por
la radiación, por lo que no hay flujo de iones hacia los electrodos ni se obtiene ningún tipo de
señal. Por tanto, para que un dispositivo de estas características pueda llegar a cumplir con su
función de detector, la tensión y el campo eléctrico han de sobrepasar unos valores mínimos.

Si la fuente que suministra la tensión de polarización es variable, se puede ajustar el campo


eléctrico. Así, según sea el rango de trabajo de la tensión, variará la amplitud de la señal
obtenida. Los valores de la tensión de polarización y, por tanto, del campo eléctrico interno
determinarán el tipo de detector de ionización gaseosa.

Cámara de Contador
ionización proporcional

Contador ¡RECUERDA!
Geiger
Los detectores de ionización
gaseosa miden la señal eléctrica
producida tras la ionización del
gas almacenado en su interior por
la radiación incidente.

Ejemplo de un detector radiológico


youtu.be/r8x9Uk9KaPs

77
Tema  3:  Detección de la radiación

3.2.2.1.  Cámaras de ionización (CI)


Las cámaras de ionización (CI) trabajan con tensiones
bajas, aunque los valores empleados han de estar por
encima del umbral requerido para evitar la recombinación
de las cargas. El campo eléctrico es el necesario para que
puedan recolectarse en los electrodos los pares ion-elec-
trón generados por las partículas incidentes.

Como la señal que se obtiene en las CI es muy tenue, pues


los impulsos son de poca amplitud o las corrientes eléc-
tricas son de baja intensidad, es irremediable el uso de
dispositivos electrónicos para amplificarla.

La amplitud de los pulsos en la zona de saturación es inde-


pendiente (se mantiene constante) de la tensión aplicada,
solo depende de la carga liberada por la partícula ionizante.

3.2.2.2.  Contadores proporcionales


A diferencia de las CI, los contadores proporcionales son
empleados para valores mayores de la tensión, en los que
la amplitud del pulso aumenta. Al incrementar la tensión
aparece el fenómeno de multiplicación de carga, que da
lugar a una intensidad mayor del campo eléctrico interno
y, en consecuencia, a una subida de la energía de los pares
ion-electrón liberados. Al ser más energéticos en su reco-
rrido hacia los electrodos, los iones y electrones producen
ionizaciones secundarias, pero proporcionales (de ahí
su nombre), que pueden llegar a multiplicar el número
de electrones por factores elevadísimos. Este fenómeno,
denominado también avalancha electrónica, da lugar
a pulsos de señal muy altos. El número de electrones que
llegan al ánodo se mantiene proporcional a la energía
inicial. La corriente eléctrica generada en el ánodo puede
medirse finalmente.

3.2.2.3.  Contadores Geiger


Son los detectores que trabajan con tensiones de polari-
zación más elevadas. Los Geiger son ideales para detectar
haces de radiación muy tenues, pero al mismo tiempo
impiden distinguir el origen de la energía. Por este último
motivo los detectores Geiger no son espectrómetros de
energía.

Debido a la intensidad de los campos eléctricos, se produce


una transitoria excitación atómica, la cual termina con
la emisión de un fotón de luz ultravioleta. Dicho fotón
genera nuevas avalanchas de ionización que se añaden a
las iniciales, de forma que el impulso de la señal obtenida
es muy alto.

78
Protección radiológica

Si aumentamos la tensión a valores superiores, tendrá lugar


el efecto de descarga continua. En estos casos la inten-
sidad del campo eléctrico es tal que se producen ioniza-
ciones incluso en ausencia de radiación incidente. Por tanto,
cuando un dispositivo opera en este rango de tensión de
polarización deja de funcionar como detector de radiación.

¡RECUERDA!

Para tensiones de polarización muy


bajas (efecto de recombinación) o
excesivamente altas (efecto de des-
carga continua) los dispositivos no
pueden funcionar como detectores.

3.2.3.  Detectores de semiconductores


Según la capacidad que posean de conducir la corriente los
sólidos cristalinos, diferenciamos tres categorías: conduc-
tores, aislantes y semiconductores. Vamos a exponer el
comportamiento de cada uno con ayuda de la teoría de
bandas energéticas, la cual permite explicar la conduc-
ción de electricidad en los metales.

Los electrones de un átomo aislado ocupan distintos niveles


energéticos. Cuando se unen para formar una estructura
cristalina, estos niveles se distorsionan provocando las
bandas energéticas. Una de ellas es la banda de conduc-
ción y la otra, banda de valencia. Se organizan en orden
creciente y están separadas por un espacio intermedio
llamado banda prohibida.

Banda de
conducción
Energía

Banda de
valencia
Conductor
Semiconductor Aislante

79
Tema  3:  Detección de la radiación

En un material conductor la mayoría de los electrones se


sitúa en la banda de conducción. Los electrones se mueven
libremente por esta banda y pueden provocar impulsos sin
que haya radiación. Por el contrario, en un material aislante
los electrones ocupan la banda de valencia. Al ser la banda
prohibida muy ancha e infranqueable energéticamente,
no podrán acceder a la de conducción. Por estos motivos
ninguno de estos dos tipos de materiales nos servirá para
detectar la radiación.

Sin embargo, nos quedan los materiales semiconductores.


En condiciones normales se comportan como aislantes,
pero como la banda prohibida es estrecha, la radiación
incidente puede provocar un depósito energético en los
electrones. De esta forma, estos podrán traspasar la barrera
energética, llegando por fin a la banda de conducción. En
estos materiales solo hay transferencia electrónica entre
bandas si aparece un estímulo externo. Por esto mismo son
unos estupendos detectores de radiación.

3.2.4.  Detectores de centelleo


Las sustancias luminiscentes son aquellas que ante un
estímulo exterior pueden liberar luz visible o ultravioleta.
Cuando la radiación, como estímulo externo, entra en
contacto con estas substancias, estas absorben la energía
y la transforman, emitiendo así luz visible o ultravioleta. La
energía restante se evapora en forma de calor.

Cabe destacar que podemos distinguir entre las sustan-


cias luminiscentes que emiten luz una vez acabado el estí-
mulo (fosforescencia) y las que solo emiten luz durante
la presencia del estímulo (fluorescencia). En la fluores-
cencia, la emisión de luz es instantánea, mientras que en la
fosforescencia la emisión de luz es retardada.

Prácticamente todos los detectores de centelleo poseen


una configuración similar. El centelleador emite una luz
que se envía al tubo fotomultiplicador, el cual se halla
acoplado al detector. La misión de este tubo es convertir
la luz emitida en impulsos eléctricos. A continuación,
los fotones inciden en el fotocátodo y, debido al efecto
fotoeléctrico, los electrones se desprenden y son enviados
a los dínodos, electrodos que sucesivamente aumentan
en potencia. Cuando los electrones liberados inciden en
el primer dínodo, generan electrones secundarios que son
atraídos hacia el segundo dínodo, y así sucesivamente.
Todo este proceso hace que, al final, se obtenga un impulso
eléctrico de tamaño significativo que sale del dispositivo
Los electrones aumentan de energía, dando lugar a ioni-
zaciones progresivamente más intensas hasta llegar a
producir una multiplicación de un orden de magnitud de
107 por cada electrón original.

80
Protección radiológica

Recipiente al vacío
Centelleador
Electrodo de
Fotón gamma focalización
incidente Fotoelectrón

Dínodos

Ánodo
Fotocátodo

Las características que comparten los detectores de cente-


lleo pueden resumirse de la siguiente forma:
• Proporcionan una respuesta rápida, reduciendo el tiem-
po muerto. Esto es muy útil cuando se necesita medir ta-
sas de llegada de impulsos muy altas.
• Linealidad en energías dentro de un intervalo amplio.
La luz que produce el detector es el resultado de la ener-
gía disipada por la radiación, siendo el fotomultiplicador
otro dispositivo lineal. Por este motivo, cuando ambas
energías se combinan, igualmente, el detector produce
una respuesta lineal en energías.
• Sensibilidad a la radiación. Los centelleadores están
fabricados con materiales centelleadores, los cuales po-
seen mayor densidad que otros detectores, como los de
ionización gaseosa. Esta densidad provoca que los detec-
tores de centelleo capten con más facilidad la radiación.
• Pobre resolución en energías. En los centelleadores el
rendimiento luminoso es bajo, lo que provoca que el nú-
mero de fotones producidos sea pequeño. Por otro lado,
el principio de funcionamiento del fotomultiplicador
contribuye a esta escasez de resolución.
• Capacidad de discriminación por forma de impulso.
Dependiendo del tipo de radiación que incida sobre la
materia, el centelleador proporcionará un impulso u otro,
variando así la forma de cada impulso.

3.2.5.  Tipos de centelleadores


Los centelleadores pueden ser de dos tipos: orgánicos o
inorgánicos. Dependiendo de la radiación que se pretenda
detectar tendrán unas características u otras:
• Si son fotones, el centelleador deberá estar construido
por un material que presente las siguientes característi-
cas: un número atómico (Z) alto, aumentando así la po-
sibilidad de detección, un gran volumen de detección y
una buena transparencia luminosa.

81
Tema  3:  Detección de la radiación

• Para las partículas beta los más apropiados son los cen-
telleadores orgánicos, ya que tiene un numero atómico
bajo, favoreciendo así la penetración de la partícula en
el detector.
• Para partículas alfa no se necesitan condiciones
especiales.

Centelleadores orgánicos

La característica principal de este tipo de centelleadores


es que sus tiempos de desexcitación son muy fugaces, con
una duración de pocos nanosegundos. Esto es debido a que
emiten fluorescencia. Además, producen poca luz y son
idóneos para espectrometría de partículas ß y detección
de neutrones. Estos centelleadores pueden ser líquidos o
plásticos. Destacan el NE104 (plástico) y NE224 (líquido).
• Centelleadores líquidos: son soluciones de material
centellador en un solvente líquido. Los solventes más
utilizados son xileno, tolueno, benceno, fenilciclohexano,
trietilbenceno y decalina. La concentración del material
centellador primario está entre dos y cuatro gramos por
litro de solvente. Estos centelleadores son de bajo coste,
por lo que son frecuentemente usados en aplicaciones
que requieren grandes volúmenes. Además, su carácter
líquido les otorga una gran ventaja: se les puede diluir en
volumen otra sustancia.
• Centelladores plásticos: corresponden a la categoría
más extendida de centelladores utilizados en física nu-
clear y de altas energías. Estos constan de una matriz po-
limérica (un plástico base) con un material centellador
disuelto. En su proceso de fabricación, el material cente-
llador primario se disuelve en el solvente precursor para
luego polimerizar la solución, dando lugar al plástico con
el centellador disperso en forma homogénea. Los plásti-
cos base más utilizados son el poliestireno, el polimetil-
metacrilato y poliviniltolueno. Los centelladores plásticos
son sencillos de fabricar y se les puede dotar de cualquier
apariencia. Comercialmente se pueden conseguir en di-
versas formas, barras de diversas secciones, cilindros,
prismas, finas láminas, etc. a un coste relativamente bajo.

Centelleadores inorgánicos

En cambio, los de tipo inorgánico son más lentos, pues


emiten fosforescencia, y producen más luz y respuesta
lineal. Son aptos para espectrometría de partículas . Se
emplean como material centelleador los cristales. Los más
usados son NaI(Tl), ZnS(Ag) y CsI(TI).

82
Protección radiológica

Más rápidos

Emiten fluorescencia

Orgánicos Producen poca luz

Espectroscopia β y
detección neutrones
Centelleadores

Pueden ser líquidos


o plásticos

Más lentos

Emiten fosforescencia

Inorgánicos Producen más luz y


respuesta lineal

Espectroscopia

Al comparar estos centelleadores, podemos sacar


El material es cristal
las siguientes conclusiones:
• Puesto que los mecanismos de interacción de
los fotones con la materia dependen de Z y de la
cantidad de átomos por unidad de volumen, los
centelleadores inorgánicos resultan adecuados
para la detección y espectrometría de fotones.
• Los centelleadores orgánicos tienen tiempos de respuesta y decaimiento menores que los
inorgánicos. La rápida respuesta permite obtener la diferencia temporal entre dos eventos
con gran precisión, y el tiempo de decaimiento se relaciona con la tasa de contaje máxima
del sistema. Por esta razón, los centelladores orgánicos resultan apropiados cuando se de-
sean obtener rápidas respuestas o altas tasas de contaje.
• Los centelladores orgánicos son más baratos.
• Con respecto a sus propiedades mecánicas, los plásticos resultan mucho más nobles que
los cristales inorgánicos, los cuales son frágiles y pesados.
• La radiación ionizante daña la materia y afecta el desempeño de los centelladores. El um-
bral de daño para los inorgánicos es más extendido.

83
Tema  3:  Detección de la radiación

3.2.6.  Detectores de termoluminiscencia


(TLD)
La termoluminiscencia es la emisión de luz que muestran
algunas sustancias al ser calentadas tras exponerse a la
radiación. Básicamente, cuando la radiación ionizante
atraviesa los materiales termoluminiscentes, cede parte de
su energía, provocando que la radiación ionizante llegue a
crear pares electrón-hueco, los cuales quedarán atrapados
en los defectos e irregularidades de una red cristalina.
Cuando pasa un tiempo, los materiales emiten esa energía
anteriormente absorbida.

En el anterior epígrafe vimos las sustancias centelleantes.


Es muy importante que no las confundamos con las termo-
luminiscentes. La diferencia básica está en que la respuesta
de los cristales de centelleo ante la radiación es instan-
tánea, emitiendo fotones de luz. En cambio, los materiales
TL van almacenando la energía hasta que con ayuda del
calor es liberada.

La termoluminiscencia consta de dos fases: excitación y


relajación. Vamos a explicar, básicamente, en qué consiste
dicho proceso físico ayudándonos de un modelo de
bandas energéticas. Como ya explicamos anteriormente,
la banda de conducción (BC) está separada de la banda de
valencia (BV) por la banda prohibida, la cual consiste en el
rango de energías no permitidas. En el sólido cristalino nos
encontraremos con impurezas y elementos dopantes en la
banda prohibida, a los que llamaremos trampas y centros
de recombinación. Los materiales termoluminiscentes son
aislantes eléctricos, por lo que en un rango de tempera-
turas de -10 a 60 ˚C, no habrá ningún portador de carga
libre en la BC.

Comencemos analizando la primera etapa, la de excita-


ción. La radiación se encarga de transferir energía a los
electrones que se hallan en la BV, por lo que desde ese
preciso momento se transforman en electrones libres
de la BC. La mayoría de estos electrones vuelven a la BV
mediante el proceso llamado recombinación directa. Sin
embargo, algunos van a quedar atrapados en las diversas
trampas e imperfecciones que se hallan en la banda prohi-
bida. Desde ese momento el detector permanece en un
estado metaestable, pues el número de electrones atra-
pados es proporcional a la dosis absorbida. Por otra parte,
en la BV ocurre un fenómeno similar, pues se crean también
huecos, pero su movilidad es bastante más reducida que
en el caso de los electrones de la BV. Poco a poco se irán
produciendo recombinaciones espontáneas que depen-
derán en su mayor medida de la temperatura ambiente. A
esta transformación se le conoce como fading o desvane-
cimiento, el cual es común en todos aquellos procesos que
se activan de forma térmica.
84
Protección radiológica

Tras la primera etapa, llega la segunda, la de relajación. En los materiales TL esta se alcanza
con la aplicación progresiva de calor, sin llegar a alcanzar valores que puedan dañarlos. De
esta forma, los electrones que quedaron atrapados en las impurezas e imperfecciones vuelven
a la BC tras recibir la energía térmica. Un gran número de electrones en la BC sucumbirán a la
relajación mediante la recombinación directa, pero un número menor se recombinará en los
centros de recombinación. Estos se hallan en la banda prohibida, pero muy próximos a la BV,
produciéndose así emisión de luz, La intensidad de esta luz dependerá de la dosis absorbida
en el detector.

La curva de TL se conoce como el gráfico que relaciona la intensidad de la luz que se emite
en función de la temperatura alcanzada durante la estimulación térmica. La forma y caracte-
rísticas que presente esta curva dependerá de los materiales termoluminiscentes empleados.
Un número elevado de materiales TL producen curvas con varios picos, incluso a veces se
superponen unos con otros, lo que nos indica que son complejas las estructuras trampas-cen-
tros. Se puede dar casos en los que tengamos que usar tratamientos térmicos determinados
para eliminar los picos menos estables.
Intensidad de la luz

Temperatura

Los detectores TL pueden reutilizarse tras su uso, aunque sí es cierto que, en algunos de ellos,
dependiendo de los materiales de los que estén fabricados, se recomienda usar tratamientos
adicionales para volver a usarlo. Se puede reutilizar tantas veces como se quiera, pero depen-
derá también del sistema dosimétrico del que disponga el aparato.

85
Tema  3:  Detección de la radiación

Los componentes que más se emplean en este tipo de detectores son materiales sintéticos,
a los cuales se les dota de pequeñas cantidades de impurezas, que son los que producen
las trampas y centros de recombinación en la banda prohibida. Podemos mencionar algunos
ejemplos:

Materiales sintéticos Sustancias de impurezas

Sulfato de calcio (CaSO4) Magnesio (Mg)

Fluoruro de calcio (CaF2) Disprosio (Dy)

Fluoruro de litio (LiF) Titanio (Ti)

CaF2 Dy
CaF2 : Mn CaSO4
CaSO4:Dy
Mn

3.2.7.  Detectores de película radiográfica


Existen detectores que basan su funcionamiento en los efectos de la cesión de energía de la
radiación. Al recibir energía, los compuestos químicos de la película que forma el detector se
disocian, experimentando un ennegrecimiento proporcional al grado de exposición.

3.3.  Dosimetría de la radiación


La dosimetría es una especialidad científica de la física médica que consiste en calcular la
dosis que puede absorber un tejido o material tras su exposición, ya sea de forma directa e
indirecta, a las radiaciones ionizantes. En este epígrafe veremos la dosimetría que se aplica
en la protección a los trabajadores que están expuestos a la radiación en su jornada laboral y
la que se aplica a los medios igualmente expuestos.

El objetivo principal de la dosimetría consiste en prevenir o reducir todo lo posible la apari-


ción de efectos nocivos producidos por la radiación ionizante. Según el método que usemos,
podemos distinguir:
• Dosimetría ambiental: es la que se emplea para conocer la dosis ambiental en las zonas
a las que el público puede acceder. Para cumplir con los planes de vigilancia radiológica
ambiental, se realiza este tipo de dosimetría para medir la dosis de radiación alrededor de
centrales nucleares o de instalaciones de alto impacto.

86
Protección radiológica

• Dosimetría de área: consiste en verificar


que la dosis ambiental en las zonas vigiladas
y controladas, es decir, las que están ocupa-
das por trabajadores expuestos, no supera ¡RECUERDA!
los límites estimados. Se emplea para la cla-
La dosis absorbida es la magnitud
sificación y control de las zonas radiológicas,
que mide la energía que ha sido
además de para la vigilancia dosimétrica de
trabajadores de categoría B. absorbida en un medio por unidad de
masa, cuya unidad de medida es el Gy.
• Dosimetría personal: la dosimetría perso- Esta dosis variará en función de las ca-
nal comprende dos modalidades: racterísticas del campo de radiación,
– D
 osimetría personal externa: considera del material que ha sido irradiado y
aquellas situaciones en las que la irradia- de los procesos de interacción entre la
ción se produce por fuentes externas al radiación y el material.
organismo. Se realiza mediante el uso de
dosímetros personales capaces de eva-
luar la dosis equivalente personal, Hp(d).
Sin embargo, solo es obligatoria para tra-
bajadores de categoría A, aunque también se está usando frecuentemente en la deter-
minación de las dosis recibidas por los trabajadores de categoría B.
– D
 osimetría personal interna: se da en situaciones que exigen la evaluación de la dosis
efectiva recibida por personas que han incorporado material radiactivo al organismo, ya
sea vía inhalación, ingestión, inyección, a través de heridas o de la piel. La medida de la
actividad incorporada se lleva a cabo mediante métodos directos (contador de radiacti-
vidad corporal) o indirectos (bioeliminación de excrementos).

3.3.1.  Dosimetría ambiental y personal


Los trabajadores expuestos a la radiación ionizante necesitan ser vigilados periódicamente
por si han sobrepasado los límites de dosis absorbida que la normativa estipula. Para ello, se
realizan dos tipos de controles:
• Vigilancia radiológica del ambiente de trabajo, que comprenderá:
– L a medida de las dosis externas, detallando asimismo todo lo necesario de las radiacio-
nes de las que se trate, como su naturaleza o calidad.
 medida de las concentraciones de radiación en el aire y la contaminación superfi-
– La
cial, especificando la naturaleza de las sustancias radiactivas contaminantes.
• Medida periódicamente de las dosis acumuladas por cada individuo durante su trabajo.

La dosimetría ambiental o de área, según se busque medir las dosis del público o de los
trabajadores expuestos, se encarga de llevar a cabo el primero de los controles mencio-
nados. Para conseguir este objetivo de vigilancia radiológica en el ambiente de trabajo, son
necesarios los monitores de radiación y de contaminación. Los primeros registran las dosis
en puntos clave de la instalación, mientras que los monitores de contaminación evalúan la
concentración y su actividad.

Por otro lado, la dosimetría personal es la encargada de medir las dosis que han absorbido
las personas. Los dosímetros personales son dispositivos que miden la dosimetría personal
externa, mostrando unas propiedades físicas distintas a las normales cuando es sometido a
radiación. Estos cambios pueden detectarse y, por lo tanto, contarse, por lo que son idóneos
para medir la dosis de radiación. Son dispositivos complejos, pues pueden estimar con poca

87
Tema  3:  Detección de la radiación

información los efectos que puede provocar la radiación en cada uno de los tejidos y órganos
del cuero. Estos dosímetros deben llevarse durante la jornada de trabajo y por ello es nece-
sario que sean de pequeño tamaño y cómodos.

Monitores de
radiación y
contaminación
Dosimetría Monitores de radiación
ambiental y contaminación Medidas de
concentraciones de
actividad en aire
Vigilancia radiológica:
dos tipos de controles

y contaminación
superficial

Dosímetros
Externa
personales
Dosimetría
Contador de
personal
radiactividad
corporal
Interna
Análisis de
excrementos

3.3.2.  Dosímetros personales


Los dosímetros personales son aquellos dispositivos que
se emplean en la vigilancia radiológica de las exposi-
ciones externas de forma individual. Estos aparatos deben
ser ligeros y de pequeño tamaño, pues han de ser llevados
durante la jornada laboral, sin que sea necesario renunciar a
la eficacia que poseen a la hora de detectar las radiaciones.

Los dosímetros pueden clasificarse en pasivos y activos.


Los pasivos van acumulando la información que recogen
sobre las radiaciones ionizantes y luego pasan a leer y
a evaluar las dosis. Eso lo hacen automáticamente, sin
requerir ninguna intervención por parte del usuario. Por
otra parte, no necesitan alimentación eléctrica para su
funcionamiento. Los más usados son los basados en detec-
tores termoluminiscentes y en las películas fotográficas.
Por el contrario, los dosímetros activos sí que necesitan
baterías para que puedan funcionar, lo que los convierte en

88
Protección radiológica

aparatos más grandes y pesados que los anteriores. Estos dosímetros ofrecen una lectura
inmediata de las dosis y las tasas de dosis, incorporando muchos la capacidad de emitir
alarmas. Estos detectores están basados en detectores de semiconductores y de ionización
gaseosa. Suelen utilizarse como dosímetros operacionales.

Aun así, los dosímetros personales deben cumplir con algunas exigencias:

Al tener que llevarlos durante la actividad laboral, es fundamental que sean


cómodos, por lo que mejor será cuanto más pequeños sean.

Su lectura debe ser inequívoca y sencilla.

Es básico que posean alta sensibilidad en un amplio rango de dosis.

Deben ser independientes de la energía de la radiación y de la tasa de dosis.

Es primordial que midan tanto radiación electromagnética (fotones)


como corpuscular (partículas).

Lo más conveniente es que sean de un material similar al tejido biológico.

En cuanto a la colocación de estos dosímetros, deberán estar a la altura del tórax para que
el aparato pueda medir correctamente la dosimetría de cuerpo entero. Si se usa un delantal
plomado, el dosímetro se colocará debajo de dicho delantal. No obstante, en algunas espe-
cialidades sanitarias existe más riesgo que en otras, por lo que es preciso realizar una vigi-
lancia dosimétrica adicional. Tanto los ojos como las manos del especialista pueden sufrir
dosis adicionales de radiación, por lo que es fundamental colocar dosímetros específicos en
las extremidades o cerca de los ojos para detectar dichas dosis.

A continuación, explicaremos brevemente el uso de los dos tipos de dosímetros personales


pasivos más frecuentes: termoluminiscentes y fotográficos.

89
Tema  3:  Detección de la radiación

3.3.2.1.  Dosímetros termoluminiscentes (TLD)


Para poder aplicarlos en la dosimetría personal, estos detectores TL se presentan en forma
de discos, cristales, polvo o polvo prensado, que son introducidos en portadosímetros para
protegerlos del exterior. Además, esto les proporcionan el espesor de pared necesario para
tener condiciones de equilibrio electrónico. En algunos diseños se añaden filtros de distintos
materiales y espesores, de modo que en un solo dosímetro se dispone de información sufi-
ciente para evaluar la dosis recibida, aplicando algoritmos basados en las funciones de
respuesta de cada detector TL y su filtración adicional. Los detectores TL son especialmente
adecuados para la dosimetría de extremidades y cristalino, pues son pequeños y pueden
configurarse dependiendo del órgano o tejido del que se necesite evaluar la dosis.

Ventajas Desventajas

La información almacenada
Son reutilizables.
se destruye en el proceso
de lectura, aunque la curva
Linealidad en un amplio de luz emitida puede
margen de energía. conservarse de forma
permanente.

Permiten la evaluación de dosis en


campos mixtos mediante la combi-
nación de distintos materiales y el Estructura compleja de
empleo de filtros adecuados. la curva de luz.

Son equivalentes a tejidos,


de fácil manejo y barato.
Desvanecimiento o fading
de la señal por estimulación
Bajo nivel intrínseco de óptica o térmica.
pérdida de información.

Bajo peso y tamaño reducido,


óptimos para dosimetría de
extremidades.
3.3.2.2.  Dosímetros
fotográficos
No necesitan baterías.
Los dosímetros fotográficos consisten en
una película fotográfica que se encuentra
Proceso de lectura fácil de dentro de una carcasa protectora que
informatizar. contiene los filtros apropiados según el
tipo de radiación que queramos detectar.

90
Protección radiológica

Las películas fotográficas que se emplean en dosimetría están compuestas por una emulsión
formada por cristales microscópicos de bromuro de plata que se hallan en un medio gelati-
noso. Se coloca una fina capa de esta emulsión sobre un soporte, que consiste en una base de
plástico muy fina. Posteriormente todo esto se envuelve en un sobre opaco para protegerlo
de la luz, calor y radiación, pues, sin quererlo, pueden producir una imagen latente al incidir
sobre los granos de la emulsión.

Cuando tenemos la película fotográfica preparada, es el momento de exponerla a la radiación.


El siguiente paso es la revelación de la película. En este proceso los iones de plata se trans-
forman en plata metálica cuando se produce la imagen latente, ennegreciendo así la placa.
Con el fijado y el lavado se eliminarán las partículas de bromuro de plata que han permane-
cido intactas tras la radiación. A continuación, con ayuda de un densitómetro se mide el nivel
de ennegrecimiento que aparece en la película, consiguiendo así la magnitud relacionada
con la radiación mediante el calibrado. El ennegrecimiento de la película, también llamado
densidad óptica, depende del tipo de película, del proceso de revelado y del tipo de energía
que emite la radiación.

Todos estos procesos, desde la elaboración de la emulsión, pasando por el revelado, fijado
y lavado, hasta que se obtiene el resultado final, consisten en técnicas muy completas que
requieren de un lugar acondicionado para realizarlas, especialmente en lo relacionado con
la iluminación. Es necesario contar con un laboratorio dosimétrico que tenga una cámara
oscura, así como de implementar todas las medidas de seguridad necesarias para evitar
las imágenes latentes indeseadas. Por otra parte, las emulsiones fotográficas presentan
problemas de saturación cuando la dosis es mayor de 50 mSv, además de que es proceso muy
complicado de automatizar, por lo que se debe hacer manualmente. Los dosímetros foto-
gráficos principalmente se usan para medir la dosis personal que se recibe tras la radiación
gamma, beta y neutrónica en el rango térmico.

Desventajas
Ventajas

No son reutilizables.
Permiten una
evaluación selectiva. Los procesos que conllevan y la
evaluación de dosis son complejos
La película revelada informa del y difíciles de automatizar.
tipo y energía de la radiación.
El límite inferior de detección
La película revelada constituye es muy alto.
un registro permanente.
Existen problemas de satura-
ción a dosis altas.
Se puede reevaluar.

El revelado debe hacerse práctica-


Son de bajo peso. mente en oscuridad.

No emplean baterías.
El material fotográfico es inestable
frente a numerosos factores ambien-
tales, como la humedad o el calor. 91
Tema  3:  Detección de la radiación

3.3.3.  Dosímetros operacionales


En las instalaciones donde la tasa de dosis va variando, debemos asegurarnos de que estas
dosis no sean tan perjudiciales para la salud de las personas que se hallen en dicho lugar. Por
ello es necesario el empleo de monitores de vigilancia de área, además de los dosímetros
operacionales. Estos son dosímetros individuales, por lo general activos, que aportan infor-
mación adicional a los dosímetros personales pasivos.

Actualmente, podemos encontrarnos con una variedad de dosímetros activos que incluyen
mejoras electrónicas digitales que anteriormente no existían. De manera habitual, se emplean
los dosímetros operacionales en el acceso a las instalaciones nucleares y radiactivas. Suelen
ser dosímetros activos pequeños y ligeros.

Cuando se diseñan los dosímetros activos es importante el empleo de diversos detectores y


filtros de compensación para que podamos corregir la respuesta con la energía de los fotones.
La microelectrónica va desarrollando mejoras que va incluyendo a estos dispositivos, como
la lectura inmediata, posibilidad de establecer alarmas, el registro de dosis almacenadas,
etc. Todas estas aportaciones nos indican que poseen las ventajas de los instrumentos
activos y pasivos. Sin embargo, todavía persisten algunos aspectos operativos que deben
ser mejorados antes de poder ser considerados en España como dosímetros oficiales, tan
solo en algunos países como Eslovenia, Alemania o el Reino Unido son considerados como
tal. Algunas de las razones que se aluden en contra del uso de dosímetros electrónicos como
dosímetros oficiales son los fallos mecánicos, la duración de las baterías y su precio elevado.

Ventajas Desventajas

Estimación de dosis y tasa de


Necesidad de baterías.
dosis en tiempo real.

Emisión y programación de
alarmas sonoras y acústicas. Precio y peso elevado.

Fácil conexión a medios


Necesidad de calibra-
informáticos.
ción individual.

Incorporación de memo-
rias no volátiles.

92
Protección radiológica

3.3.4.  Monitores de tasa de exposición o


de dosis

La magnitud que indica la energía del campo de radiación


ionizante en un instante dado es la tasa de dosis. Por tanto,
proporciona la información dosimétrica rápidamente, lo
que es idóneo para la vigilancia instantánea y continuada
de campos de radiación ionizante que pueden variar con el
tiempo. De esta forma se evita que se alcancen niveles que
pueden resultar peligrosos para las personas expuestas.

Los monitores son los dispositivos que miden la tasa de


dosis. Su funcionamiento está basado en los distintos tipos
de detectores existentes, siendo más usados los de ioni-
zación gaseosa o de centelleo. Estos necesitan electricidad
para funcionar, motivo por el que también son denomi-
nados instrumentos activos, compartiendo los inconve-
nientes de estos, como el tamaño o el peso.

Cuando vemos un monitor externamente, no hay nada


que nos indique de qué tipo de detector se trata o cuáles
son sus características, así que debemos conocer la infor-
mación que nos aporta el fabricante antes de su uso. En
algunos monitores nos encontraremos con que el detector
y su electrónica están integrados en un solo dispositivo. En
cambio, en otros monitores ambos elementos constan de
dos partes diferenciadas que están unidas con un cable.

Los monitores se calibrarán según las magnitudes de dosis


equivalente ambiental H*(d) y dosis equivalente direc-
cional H'(d,Ω), ambas definidas para la vigilancia radioló-
gica de área o ambiental. Su unidad del SI es el sievert y sus
tasas suelen cuantificarse en horas, pero también pueden
referirse a minutos o segundos cuando sea necesario.

La calibración de los monitores de tasa de dosis se realiza


en aire, colocando el punto de referencia alejado de la
fuente de radiación. De este modo se obtienen las condi-
ciones que necesitan las magnitudes H*(d) y H’(d,Ω). Es
importante tener en cuenta que ciertas propiedades del
monitor, como su respuesta ante la energía de la radiación,
dependen de la calibración.

También es importante que se compruebe el estado de


las baterías antes de usar monitores activos, aunque el
propio dispositivo disponga de un indicador que informe
sobre ello. En algunos puede tratarse de indicación analó-
gica, en los cuales una aguja señalará un área sombreada,
indicando así el nivel de batería. En otros casos, cuando los
instrumentos sean digitales, aparecerá un número o icono.

93
Tema  3:  Detección de la radiación

Normalmente los monitores de tasa de dosis suelen incorporar dos modos de operación. Así,
el usuario puede escoger el que más le convenga en función de lo que necesite:

Modo instantáneo

En este modo se consigue información inmediata


de la intensidad del campo de radiación. El monitor
va obteniendo en cada instante las lecturas de la
tasa de dosis, es decir, segundo a segundo, sin
acumularlas.

Modo integrado

El monitor va acumulando las señales que capta de


la radiación ionizante durante un periodo de tiempo
escogido por el usuario. Cuando ha pasado dicho
periodo, el monitor indica la dosis acumulada en
total. Este modo resulta muy útil cuando se quiere
conocer la dosis que se acumula al realizar alguna
actividad. Además, los datos son más precisos
cuando se usa en zonas donde la tasa de dosis
es relativamente baja o presenta fluctuaciones
temporales.

Los monitores de tasa de dosis analógicos suelen disponer de varias escalas para que el
usuario pueda escoger. En cambio, en los monitores de tasa de dosis digitales poseen con
una escala automática, siendo el propio equipo el que selecciona la función o escala que
considere idónea en función de las medidas ya registradas.

Los monitores más recientes incorporan algunas medidas muy útiles, como la visualización y
registro de las medidas realizadas. Algunos modelos tienen la posibilidad de que el usuario
pueda configurar avisos acústicos o luminosos cuando se alcance un determinado valor de
tasa de dosis o dosis integrada.

94
Protección radiológica

3.3.4.1.  Monitores basados en detectores


de ionización gaseosa

Un número elevado de monitores de tasa de dosis que se


emplean en la vigilancia de área o ambiental están basados
en detectores de ionización gaseosa, pudiendo funcionar
en modo de cámara de ionización, contador proporcional
o contador Geiger-Müller. Estos monitores son eficaces
cuando se trata de detectar radiaciones alfa y beta, pero
pierden toda su efectividad cuando se trata de fotones.
Para remediar esto y aumentar así su eficiencia en estos
casos, se rellenan los detectores con gases a presión.

La respuesta que emiten estos monitores depende en gran


parte de la temperatura ambiente, pues si la temperatura
es alta, los valores que proporcione el monitor también lo
serán. Poco a poco los equipos actuales van compensando
este inconveniente, pero, aun así, es recomendable realizar
las mediciones con una temperatura entre 15 y 25 ˚C.

Para que la radiación de baja energía pueda atravesar la


pared de los detectores, estas han de ser finas y hechas
de un material ligero. En el caso de las radiaciones de
mayor energía, se deberá cubrir el detector con plástico
o aluminio para crear condiciones de equilibrio electró-
nico. Así, los electrones que se liberan por la radiación son
compensados por los liberados en las paredes. Este equili-
brio provoca que el kerma y la dosis absorbida en el mate-
rial que rellena el detector sean idénticas.

Estos monitores pueden funcionar en tres modos distintos:


modo de cámara de ionización, modo de contador propor-
cional y modo Geiger-Müller.

El modo de cámara de ionización mide la ionización


que se origina en el gas de relleno, ya que suman todas
las cargas eléctricas producidas por la radiación ionizante
incidente. Esto hace que se desencadene un pulso eléc-
trico de amplitud proporcional a la energía de las partí-
culas incidentes y, por tanto, llega a diferenciar cada una
de las energías de la radiación ionizante que generó cada
pulso. A esto se le denomina capacidad espectrométrica. Si
se incrementa la tensión entre los electrodos del detector,
tiene lugar el fenómeno de multiplicación gaseosa. Los
electrones que se liberaron en el gas por la radiación ioni-
zante poseen suficiente energía para que ellos también
produzcan ionizaciones en el gas. A partir de este instante
el detector entra en modo contador proporcional, en el
que se obtienen pulsos mayores, pero la amplitud sigue
siendo proporcional a la energía de la radiación ionizante. Si
se continúa aumentando la tensión entre los electrodos, se
alcanza el modo Geiger-Müller. En este modo la multipli-

95
Tema  3:  Detección de la radiación

cación gaseosa llega a formar un pulso de mayor magnitud


que los que se han generado anteriormente. Sin embargo,
este modo cuenta con la desventaja de que pierde la capa-
cidad espectrométrica porque la amplitud del pulso no es
proporcional a la radiación que lo causa.

Estos monitores son bastante más sensibles en el modo


Geiger-Müller en comparación con los otros dos modos.
Sería recomendable que en la práctica se pudiera cambiar
el tamaño de detector en función de la tasa de dosis que se
quiera medir. Así, se emplearían detectores más pequeños
cuanto mayor es la tasa de dosis y viceversa.

Una cuestión que debemos tener en cuenta es el tiempo


muerto del detector. En general, las cámaras de ionización y
los contadores proporcionales presentan tiempos muertos
inferiores a 10 ms. Esto quiere decir que no debemos tener
en cuenta este factor hasta tasas de dosis muy altas. Sin
embargo, en los Geiger-Müller el tiempo muerto puede ser
de 50-300 ms, lo que supone que cuando se trate de tasas
de dosis elevadas las lecturas pueden llegar a ser más bajas
de lo esperado. Esto ocurre porque el detector se satura
y no puede procesar toda la información radiactiva. Por
suerte algunos monitores tienen mandos u otras opciones
que permiten ajustar el tiempo muerto. Esta posibilidad
también será útil cuando se pretenda medir campos que
van cambiando cada poco tiempo.

¡RECUERDA!

El tiempo muerto es el tiempo que trans-


curre desde que se producen las ionizacio-
nes hasta que se obtiene el pulso que el
instrumento puede medir.

3.3.4.2.  Monitores basados en detectores


de centelleo
Los monitores que están basados en detectores de cente-
lleo aprovechan la luminiscencia que generan algunos
sólidos, ya sean orgánicos e inorgánicos, para poder medir
la dosis absorbida en el medio. Se trata de detectores muy
sensibles por varios motivos: la eficiencia luminiscente,
la densidad alta del centelleador y la amplificación que
aportan los tubos fotomultiplicadores. Se suelen emplear
fotomultiplicadores de bajo ruido que permitan seleccionar
la tensión de trabajo.

96
Protección radiológica

Los detectores de centelleo más empleados en monitores de radiación son los basados en
cristales inorgánicos de forma cilíndrica y de dimensiones de 1 a 8 cm. Uno de los más usados
es el NaI(Tl), el cual aporta una sobrerrespuesta a los fotones cuyas energías estén entre 30
KeV y 600 KeV. Esto ocurre porque su número atómico efectivo es mayor que el del aire o el
tejido. Cuando los valores de las energías sean más altos, la respuesta del detector se acer-
cará más a dichos materiales. Por este motivo, convertir a dosis la respuesta que proporciona
un centelleador de NaI(Tl) no es sencillo, requiere el uso de diversas funciones y de proto-
colos de calibración adecuados. Otra aplicación que podemos mencionar de los detectores
de NaI(Tl) es su uso como espectrómetro de fotones. El detector puede identificar los radio-
nucleidos que emiten radiación gamma, además de determinar la cantidad que contribuye
a la dosis.

En las últimas décadas han ido surgiendo sistemas portátiles con centelleadores que permiten
la cuantificación simultánea de ambos tipos de medida. Sin embargo, para interpretar correc-
tamente los datos que proporciona el monitor se requiere una preparación adecuada. En los
últimos años también se han desarrollado monitores activos basados en el material inorgá-
nico Br3La(Ce), los cuales presentan algunas mejoras en comparación con el NaI(Tl).

Por otro lado, podemos encontrar materiales plásticos de centelleo que conservan las propie-
dades que presentan los cristales inorgánicos, pero con algunas ventajas añadidas. La más
notable es que muestran equivalencias al aire o a tejidos, mejorando y facilitando su respuesta
como monitor de tasa de dosis. No obstante, también tienen desventajas, pues provocan que
el monitor no sirva como espectrómetro. A pesar de todo, los plásticos de centelleo son muy
prácticos porque presentan la ventaja de que se pueden fabricar en cualquier forma y tamaño.

En la actualidad podemos hallar detectores de centelleo de tamaño muy reducido, similares


al de los dosímetros personales, debido a la eficiencia y sensibilidad que presentan.

3.3.4.3.  Monitores basados en detectores de semiconductores


Existen también equipos para la medida de tasa de dosis que utilizan cristales semicon-
ductores como elemento detector. Cuando la radiación ionizante incide sobre un material
semiconductor genera pares electrón-hueco en la estructura del sólido, comportándose de
forma similar a los pares ion-electrón de los dispositivos de ionización en gases. Así, al aplicar
un campo eléctrico externo, se actúa sobre la movilidad de dichos portadores y se obtiene
una señal eléctrica debida a la ionización en el detector. Como en el caso de los detectores
de centelleo, la sensibilidad de los detectores semiconductores permite reducir bastante el
tamaño del monitor.

3.3.5.  Monitores de contaminación


En el área que nos ocupa, la contaminación superficial consiste en la presencia no deseada
de radionucleidos en una superficie determinada. Si llegamos a eliminar esta contaminación
con procesos sencillos como, por ejemplo, frotar, podemos decir que se trata de contamina-
ción removible. Si, por el contrario, estos métodos no son suficientes y hay que emplear otros
más drásticos, diremos que se trata de contaminación fija.

La contaminación superficial es un riesgo muy común en las instalaciones en las que se


manejan fuentes radiactivas no encapsuladas, pues pueden ser contaminados diversos
elementos como ropa laboral, instrumentos, mobiliario o cualquier otra superficie, incluido
el cuerpo humano.

97
Tema  3:  Detección de la radiación

Para saber si ha habido contaminación superficial, en primer lugar, eliminaremos la contami-


nación removible realizando un frotis en la zona afectada, especialmente si nos encontramos
con líquidos o sólidos separados. Luego, si se considera conveniente, el frotis será analizado
en un laboratorio especializado. Los monitores de contaminación superficial son instru-
mentos activos diseñados para medir directamente la contaminación superficial en estas
situaciones. Los resultados suelen expresarse en términos de actividad superficial, siendo la
unidad más empleada el Bq/cm2.

Estos monitores cuentan con una o varias sondas y un equipo de recuento de impulsos que les
suministra tensión a aquellas, las cuales pueden estar conectadas al equipo mediante cables
o ya incorporadas al equipo. Los resultados se visualizan en valores de tasa de recuento (cps
o cpm) o de actividad superficial (Bq/cm2). El usuario, antes de su uso, deberá seleccionar el
factor de calibración que desee, el cual deberá adecuarse al radionucleido detectado.

Al igual que los monitores vistos anteriormente, podemos encontrarnos con monitores de
contaminación basados en detectores de ionización gaseosa, de centelleo y semiconductores.

3.3.5.1.  Monitores basados en detectores de ionización gaseosa


Los detectores de ionización gaseosa son idóneos para medir contaminación superficial,
pues son muy eficaces para detectar las radiaciones alfa y beta. Por otra parte, disponen de la
ventaja de que se puede situar muy cerca de la superficie, incluso puede estar con contacto
con la misma. Las cámaras de ionización no suelen emplearse, debido a su baja sensibilidad,
por lo que hay que recurrir a contadores proporcionales y detectores Geiger-Müller.

Los contadores proporcionales pueden fabricarse de muy distintas formas, aunque suelen ser
más habituales las estructuras planas. En cuanto al gas de llenado, suelen usarse el xenón y el
butano, pues, al funcionar en modo de impulso, el aire terminaría limitando las prestaciones
del dispositivo. Dentro del contador la carga se recoge a través de hilos paralélelos, ya se use
el xenón o el butano.

98
Protección radiológica

Los contadores proporcionales tienen la posibilidad de dife-


renciar entre los impulsos originados por la radiación alfa
y beta al modificar la tensión aplicada. Para la tensión más
baja, el dispositivo obtendría el recuento correspondiente a
la radiación alfa, siendo al contrario para la radiación beta.

Los contadores proporcionales con gas butano de relleno se


utilizan normalmente cuando se necesita detectar contami-
nación que requiera de esa capacidad de discriminación, pues
su configuración permite una medida idónea de las partículas
alfa. Por el contrario, se recurre a los detectores que utilizan
xenón cuando interesa que se detecten emisores gamma de
poca energía.

Los detectores Geiger-Müller se utilizan igualmente como


sondas en los monitores de contaminación superficial. Sus
principales ventajas son su robustez y su poca dependencia
de la tensión suministrada, siendo su mayor inconveniente
la incapacidad de distinguir los tipos de radiación. Son muy
poco recomendables para medir contaminación provocada
por emisores alfa debido a que sus ventanas de entrada son
muy gruesas.

Los detectores Geiger-Müller se fabrican generalmente en


forma de sondas cilíndricas. Una de las caras planas será la
de entrada de la radiación. Podemos encontrarnos con detec-
tores de diversos tamaños, aunque lo habitual es que sean de
entre 6 y 10 cm2. Debido a su gran tamaño, estos detectores
pueden unirse al equipo de recuento con cables, los cuales
deberán ser bastante largos para facilitar el acceso y estudio
de las superficies deseadas.

3.3.5.2.  Monitores basados en detectores de


centelleo
Los monitores de contaminación superficial basados en
detectores de centelleo pueden utilizarse para la detección
de radiación de fotones o de partículas alfa y beta. Constan, al
igual que sus similares, de ionización gaseosa, de un detector
y un sistema de recuento de impulsos. Su mayor inconve-
niente es que requieren una alta tensión que sea estable en
el fotomultiplicador para evitar que se originen variaciones
significativas en las medidas. Como la cara expuesta a la
radiación debe evitar la luz, se suele colocar una lámina de
mylar metalizado de pocos mg/cm2. Además, para evitar el
contacto directo con la superficie que se desea examinar, se
usa una rejilla de protección.

Para medir la contaminación causada por nucleidos emisores


alfa, se utilizan detectores de ZnS(Ag) de bajo espesor
(10 mg/cm2). También existen modelos que utilizan cente-

99
Tema  3:  Detección de la radiación

lleadores plásticos. La sonda de medida consiste en un cristal o plástico recubierto con el


material centelleador por una cara, permitiendo el acoplamiento por la otra con el fotomul-
tiplicador. Las sondas de este tipo se fabrican en una gran variedad de formas y de tamaños,
entre 5 y 300 cm2.

Los detectores de plástico de centelleo son una alternativa a los contadores proporcionales
cuando se pretende detectar contaminaciones superficiales por radiación beta porque, aunque
son menos sensibles, llegan a ser más robustos y no necesitan recargas continuas de gas.

El uso de cristales de NaI(Tl) de bajo espesor como detector son los idóneos para la medida
de contaminación superficial por emisores gamma. Esto se debe a que poseen alta sensibi-
lidad y buena eficiencia de detección, además de que pueden medir emisiones gamma en
todo el rango de energía.

3.3.5.3.  Monitores basados en detectores de semiconductor

El detector de semiconductor más usado es la placa de silicio. Es necesario que tenga un


espesor entre 100 y 300 µm y superficies variables para medir la contaminación superfi-
cial de emisores alfa, para la que ofrece una gran eficiencia de detección. Además, también
posee capacidad espectrométrica, por lo que resulta posible realizar una evaluación del
espectro de energías de la radiación incidente. Para ello, se coloca un filtro que se encargue
de colimar la radiación, de manera que solo se miden las partículas alfa que inciden en direc-
ciones cercanas a la normal.

3.3.6.  Medida de la concentración de actividad en el aire


Normalmente, la contaminación radiactiva que se encuentra en el aire se minimiza o elimina
en las primeras fases de creación de instalaciones, es decir, en el diseño y en la planifica-
ción. Si hubiera algún tipo de riesgo, las áreas afectadas se clasificarán como zonas contro-
ladas para que se refuerce la protección radiológica. Estas medidas consisten en diversas
tareas de vigilancia por si aparecen contaminantes en el aire, además de controles de dosi-
metría interna periódicos siempre que se consideren necesarios.

Para medir la radiactividad en el aire se llevan a cabo dos fases. En la primera, se hace
circular un volumen de aire a través de un filtro, cuyas características dependerán de las
partículas radiactivas de interés. En la segunda fase se mide lo que ha podido recoger el
filtro. Los filtros más habituales son los fabricados en celulosa o fibra de vidrio, con diáme-
tros entre 50 y 100 mm. Una vez acabado el muestreo, los filtros se recogen y posteriormente
son enviados a un laboratorio especializado donde analizan la actividad retenida.

Por otra parte, demos encontrar diferentes muestreadores de aire que pueden ser adecuados
para detectar las partículas radiactivas. El aspecto que más importa es el caudal normal que
puede recoger, el cual puede variar en el rango 0,1-100 m3/h. Los equipos de muestreo se
completan con caudalímetros y totalizadores de volumen.

Hay también monitores de contaminación en aire capaces de estimar en tiempo real la acti-
vidad en el aire. Estos monitores son fundamentales en caso de algún incidente o accidente
que supongan la liberación de radionucleidos a la atmósfera. Emplean contadores proporcio-
nales, detectores de centelleo y detectores de semiconductor, y son suficientemente precisos
para poder asentar niveles de actuación.

100
Protección radiológica

3.3.7.  Detectores de neutrones


Los neutrones, al carecer de carga eléctrica, no ionizan
directamente con la materia, por lo que no interactúan
con los campos eléctricos de núcleos o electrones. Por otra
parte, son capaces de atravesar centímetros de materia sin
sufrir interacciones y son imperceptibles a los detectores
habituales.

Como la detección de los neutrones es más compleja, la


dosimetría de estas partículas se basa en el uso de detec-
tores de neutrones térmicos asociados a detectores de
ionización o de centelleo. Por este motivo, es imprescin-
dible el empleo de medios moderadores que disminuyan
la velocidad de los neutrones más energéticos. La energía
cedida por el neutrón al núcleo será mayor cuanto más
parecidas sean ambas partículas en masa, por lo que la
máxima transferencia de energía por colisión ocurrirá al
chocar un neutrón con un núcleo de H, que se transforma
en un protón de retroceso. Por este motivo los detectores se
rodean con capas de hasta 10 cm de espesor de materiales
hidrogenados, dando como resultado que los monitores de
neutrones para la dosimetría de área sean cilindros volu-
minosos y pesados, pero que mantienen la isotropía reque-
rida por las magnitudes H*(d) y H’(d).

Por otra parte, también existen dosímetros personales espe-


cíficamente elaborados para la detección de neutrones. Los
dosímetros pasivos emplean materiales TL que incorporan
el isótopo 6Li, sensible a los neutrones, conformando así
los llamados dosímetros albedos. Otro dosímetro pasivo
se fundamenta en materiales plásticos especiales, como
el CR-39, que pueden registrar las huellas producidas por
los neutrones. Los dosímetros activos emplean detectores
semiconductores, con presencia de medios ricos en H y en
10
B o 6Li, que provocan a las partículas cargadas, que son
las que pueden detectarse. Por último, se encuentran los
detectores de burbuja, que ofrecen sugestivas caracterís-
ticas de ambos tipos de dosímetros, pero su uso es más
complejo y susceptible.

3.3.8.  Interpretación de lecturas


dosimétricas

El Reglamento sobre Protección Sanitaria contra Radia-


ciones Ionizantes (RPSRI) establece las bases legales para
el ejercicio de la dosimetría personal en España. En él se
definen las magnitudes adecuadas para estimar la dosis por
exposición externa, se señalan los límites anuales de dosis
tanto para trabajadores expuestos como para personas en
formación, estudiantes y público en general, además de
establecer la sistemática aplicable a la vigilancia individual.

101
Tema  3:  Detección de la radiación

En relación con el historial dosimétrico, el RPSRI indica en


su artículo 34 la obligación de registrar todas las dosis reci-
bidas durante la vida laboral de los trabajadores expuestos
en un historial dosimétrico individual, el cual estará en
todo momento a disposición del propio trabajador.

Dicho historial deberá contener los siguientes datos:


• Dosis mensuales, tanto superficiales como profundas.
• Dosis acumuladas en cada año oficial, tanto superficiales
como profundas.
• Dosis profunda acumulada durante cinco años oficiales
consecutivos.
• Constancia de si se ha producido alguna irradiación pro-
ducto de una exposición autorizada .

En cuanto a las magnitudes evaluadas con el dosímetro


personal, la dosis profunda, la dosis superficial y la dosis
localizada se miden en milisievert (mSv). Los sievert no son
directamente medibles, así que los límites se consideran
respetados si:

En el caso de exposición externa

• La dosis equivalente profunda no sobrepa-


sa el límite de dosis fijado para la exposición
global.
• La dosis equivalente superficial no sobrepasa
el límite de dosis fijado para la piel.
• Se siguen los límites de dosis para cristalino,
manos y demás localizaciones.

En el caso de exposición interna

• Si la dosis efectiva comprometida no sobre-


pasa el límite de dosis fijado para la exposi-
ción total.

102
Protección radiológica

Actualmente, podemos encontrar diversos modelos de historial dosimétrico.

HISTORIAL DOSIMÉTRICO INDIVIDUAL


Empleador: .................................................................................................
Trabajador: .................................................................................................
Identificación: ............................................................................................

RESUMEN DE DOSIMETRÍA PERSONAL


Tejido profundo Cristalino Extremidades Incorporación por
Hp (10) del ojo o piel ingestión/inhalación
Hp (3) [1] Hp (0,07) [1] Hp (10) [2]
Dosis del mes (mSv)
Dosis 12 meses anteriores (mSv)
Dosis en cinco años (mSv)
Total dosis histórica (mSv)
[1]
En el caso de que estas cantidades dosimétricas sean medidas.
[2]
Cuando este tipo sea realizado.

Registro mensual de dosis: Dosis Hp (10) - mSv


Año ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC Acumulado
año

Registro de la exposición ocupacional histórica [Dosis Hp (10) - mSv]


Empleador Prestador Tecnología a) Fecha Fecha Dosis
inicio b) fin c) (mSv)

Es necesario que los trabajadores rellenen adecuadamente estos historiales. Asimismo,


deberán saber usar adecuadamente el dosímetro personal y ser responsables de este. Esto
quiere decir que no han de romperlo ni perderlo, además de que deben entregarlo mensual-
mente para su lectura. Por otro lado, si creen que ha podido haber una irradiación accidental
por parte del dosímetro, deben avisar a los responsables.

103
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

4 CARACTERIZACIÓN DE LAS INSTALACIONES


CARACTERIZACIÓN DE LAS INSTALACIONES RA-
RADIACTIVAS
DIACTIVAS
Protección radiológica

En las instalaciones radiactivas se emplean diversos


materiales radiactivos, los cuales pueden comportar
riesgos en la salud. Por este motivo es necesario que las
instalaciones estén diseñadas de tal manera que cumplan
con las normas de seguridad radiológica para minimizar los
riesgos que puedan provocarse en los trabajadores, en la
población y en el medio ambiente.

En este tema veremos cómo han de diseñarse las instala-


ciones radiactivas dependiendo de su función y del mate-
rial empleado, además de la normativa que deben seguir.

Para elaborar este material se han tomado como referencia


los siguientes documentos:
• CE (1997). Criterios para la aceptabilidad de instalacio-
nes radiológicas (incluyendo radioterapia) y medicina
nuclear. (Colección Protección Radiológica n.o 91).
• CSN (1998). Bases para el establecimiento de los Ser-
vicios o Unidades Técnicas de Protección Radiológica.
(Guía de Seguridad n.o 7.3).
• CSN (1998). Bases para la vigilancia médica de los traba-
jadores expuestos a las radiaciones ionizantes. (Guía de
Seguridad n.o 7.4).
• CSN (1987). Garantía de calidad en el diseño de instala-
ciones nucleares. (Rev. 1, 2002).
• Instituto Nacional de la Salud. Ministerio de Sanidad y
Consumo (1995). Manual General de Protección Radio-
lógica (n.o 1627).
• Real Decreto 413/1997, de 21 de marzo, sobre Protec-
ción Operacional de los trabajadores externos con riesgo
de exposición a radiaciones ionizantes por intervención
en zona controlada.
• Real Decreto 1841/1997, de 5 de diciembre, por el que se
establecen los criterios de calidad en medicina nuclear.
• Real Decreto 1836/1999, de 3 de diciembre, por el que
se aprueba el Reglamento sobre instalaciones nucleares
y radiactivas.

105
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

4.1.  Reglamentación sobre instalaciones radiactivas


4.1.1.  Marco legal de la protección radiológica
Como hemos mencionado anteriormente, uno de los objetivos de la protección radioló-
gica es que las dosis sean lo más bajas posible teniendo en cuenta factores económicos y
sociales. Para que pueda cumplirse dicho objetivo, las actividades que tengan relación con la
exposición a la radiación ionizante están reguladas por normativas legales a nivel nacional e
internacional.

En materia de protección radiológica se pueden distinguir tres niveles en el sistema legislativo:

Nivel 1

Tratados y conven
ios internacionale
s.

Nivel 2
os y órdenes ministeriales
Leyes, reales decretos, reglament
ido legal del nivel ante-
que especifican y adaptan el conten
yor profundidad.
rior, además de desarrollarlo en ma

Nivel 3
Guías y otros
documentos e
ciones técnicas laborados por
, como el CSN institu-
o el ICRP.

106
Protección radiológica

La normativa española está basada en distintas directivas europeas y convenios internacio-


nales, como el Tratado Euratom. Por otro lado, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) es el
único organismo regulador en materia de seguridad nuclear y radioprotección.

4.1.2.  Legislación española aplicable a instalaciones radiactivas


El Reglamento sobre Instalaciones Nucleares y Radiactivas regula las instalaciones en España
en lo referente a esta materia. Todas ellas deben cumplir dicho reglamento, el cual desarrolla
los requisitos y condiciones que han de tener. El CSN y el Ministerio de Energía, Industria y
Turismo estarán pendientes de que se cumpla correctamente, sin perjuicio de las competen-
cias que tengan las Comunidades Autónomas.

4.1.3.  Fuentes radiactivas encapsuladas y no encapsuladas

Fuente no encapsulada
Fuente encapsulada
Contiene sustancias
Todo material radiactivo herméticamente radiactivas que pueden ser
cerrado y sellado dentro de un contenedor no extraídas total o parcial-
radiactivo. No hay probabilidad de dispersión. mente, y manipuladas fuera
de sus contenedores. Existe
probabilidad de dispersión.

4.1.4.  Clasificación de las instalaciones


radiactivas y autorizaciones

4.1.4.1.  Clasificación de las instalaciones radiactivas

Según el CSN se entiende por instalación radiactiva aquella que contenga una fuente de radia-
ción ionizante, aparatos productores de radiaciones ionizantes que funcionen a una diferencia
de potencial superior a 5 kilovoltios, o los locales, laboratorios, fábricas e instalaciones donde
se produzcan, utilicen, posean, traten, manipulen o almacenen materiales radiactivos, excepto
el almacenamiento incidental durante su transporte.

Todas las instalaciones radiactivas requieren ser autorizadas por el ejecutivo correspondiente,
previo informe del CSN, y son objeto de inscripción en el Registro de Instalaciones Radiactivas
adscrito a la Dirección General de la Energía.

Las instalaciones radiactivas se clasifican en tres categorías en función del riesgo radiológico
asociado a los equipos o materiales radiactivos que utilizan o almacenan:

107
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

Pertenecen a la primera categoría las instalaciones


radiactivas del ciclo de combustible nuclear (por ejemplo,
las fábricas de producción de uranio y de producción de
elementos combustibles), y cualquier tipo de instalación que
maneje inventarios muy elevados de sustancias radiactivas
u opere con haces de radiación muy intensos.

Las instalaciones radiactivas de segunda y tercera cate-


goría son aquellas en las que se manipulan o almacenan
nucleidos radiactivos que puedan utilizarse con fines cien-
tíficos, médicos, agrícolas, comerciales o industriales, o las
instalaciones que utilicen aparatos generadores de rayos X.
La diferencia entre la segunda y la tercera categoría radica
en que en las instalaciones que pertenecen a la segunda
la actividad debe ser igual o superior a 1000 veces la de la
exención de los radioisótopos (definida en la IS-05 del CSN).
En el caso de las instalaciones de tercera categoría, dicha
cifra será inferior a 1000.

4.1.4.2.  Autorizaciones
El Reglamento sobre Instalaciones Nucleares y Radiactivas
especifica que las instalaciones nucleares solicitarán, según
el caso, las siguientes autorizaciones:

• Autorización previa o de emplazamiento: reconoci-


miento oficial del objetivo propuesto y de la idoneidad
del emplazamiento elegido. Permite que el titular pue-
da solicitar la autorización de construcción de la insta-
lación e iniciar las obras de infraestructura preliminares
que se autoricen.
• Autorización de construcción: faculta al titular para ini-
ciar la construcción de la instalación y para requerir la au-
torización de explotación.
• Autorización de explotación: concede al titular cargar el
combustible nuclear o introducir sustancias nucleares en
la instalación, realizar el programa de pruebas nucleares y
operar la instalación dentro de las condiciones estableci-
das en la autorización. Se otorgará con carácter provisional
hasta la finalización satisfactoria de las pruebas nucleares.
Asimismo, esta autorización faculta al titular, una vez ce-
sada la actividad para la que fue concebida la instalación
y en los términos que establezca la declaración de cese de
actividad, para realizar las operaciones que le imponga la
Administración previas a la obtención de la autorización
de desmantelamiento o y/o cierre en el caso de las instala-
ciones de almacenamiento definitivo de combustible nu-
clear gastado o de residuos radiactivos.

108
Protección radiológica

• Autorización de modificación: permite que el titular introduzca modificaciones en el di-


seño de la instalación o en sus condiciones de explotación en aquellos casos en que se
alteren los criterios, normas y condiciones en que se basa la autorización de explotación.
• Autorización de ejecución y montaje de la modificación: faculta al titular a iniciar la rea-
lización, ejecución y montaje de aquellas modificaciones que, por su gran alcance o porque
implique obras y montajes significativos, necesiten autorización expresa de la Dirección
General de Política Energética y Minas o del CSN.
• Autorización de desmantelamiento: una vez extinguida la autorización de explotación,
faculta al titular a iniciar las actividades de descontaminación, desmontaje de equipos, de-
molición de estructuras y retirada de materiales, para permitir la liberación total o restrin-
gida del emplazamiento. El proceso de desmantelamiento terminará en una declaración de
clausura, que liberará al titular de una instalación de su responsabilidad como explotador
de la misma y definirá, en el caso de la liberación restringida del emplazamiento, las limi-
taciones de uso que sean aplicables y el responsable de mantenerlas y vigilar su cumpli-
miento.
• Autorización de desmantelamiento y cierre: es necesaria en las instalaciones que alma-
cenen el combustible nuclear gastado y residuos radiactivos. Faculta al titular a iniciar los
trabajos finales de ingeniería y de otra índole que se requieran para garantizar la seguridad
a largo plazo del sistema de almacenamiento, así como las actividades de desmantela-
miento de las instalaciones auxiliares que así se determinen, permitiendo la delimitación
de las áreas que deban ser objeto del control y de la vigilancia radiológica, o de otro tipo,
durante un periodo de tiempo determinado, y la liberación del control de las restantes áreas
del emplazamiento.
 l proceso de desmantelamiento y cierre terminará en una declaración de cierre emitida por
E
el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, previo informe del CSN.

Adicionalmente, deberá ser autorizado:


• El almacenamiento temporal de sustancias nucleares en una instalación en fase de
construcción que no disponga de autorización de explotación.
• El cambio de titularidad de las instalaciones nucleares: el nuevo titular deberá acreditar
capacidad legal, técnica y económico-financiera suficiente para la realización de las activi-
dades objeto de la autorización.

109
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

Las autorizaciones previstas en los apartados anteriores


se concederán previo informe del CSN por el ministro de
Industria, Energía y Turismo. Excepto las de modificación,
ejecución y montaje de la modificación y almacenamiento
temporal de sustancias nucleares en una instalación en fase
de construcción que no disponga de autorización de explo-
tación, que corresponderán al director general de Política
Energética y Minas.

4.1.5.  Inspección de las instalaciones


La supervisión y el control del funcionamiento de las insta-
laciones nucleares se llevan a cabo a través de distintos
mecanismos. El más directo se basa en las inspecciones
que realiza el CSN, orientadas a comprobar el cumpli-
miento de los requisitos específicos de seguridad nuclear
y protección radiológica.

Anualmente se realizan, directamente por el personal del


CSN o bien por el de las comunidades autónomas, entre mil
quinientas y dos mil inspecciones a instalaciones radiactivas.

Las unidades técnicas de protección radiológica (UTPR), los


servicios de protección radiológica (SPR) y los servicios de
dosimetría personal (SDP) también son objeto de inspec-
ción y control por parte del CSN.

Las inspecciones permiten obtener la información nece-


saria para verificar la aplicación de la legislación vigente,
las instrucciones del CSN y las condiciones específicas
impuestas en las autorizaciones licencias o permisos regla-
mentarios. La actividad inspectora la realiza una persona
facultada y acreditada oficialmente por el CSN. En el acta
de inspección se reflejan los resultados de estas inspec-
ciones. Cada tipo de instalación radiactiva, ya sea del ciclo
del combustible o con fines médicos industriales o de inves-
tigación y docencia, tiene su correspondiente programa de
inspección para supervisar los aspectos relativos a la segu-
ridad y a la protección radiológica de las mismas.

Con el fin de realizar un seguimiento diario de la acti-


vidad en las centrales nucleares y supervisar el cumpli-
miento con los documentos oficiales de explotación, el
CSN mantiene una inspección residente en cada una de
las centrales nucleares.

En el caso de las centrales nucleares en funcionamiento, se


aplica el Sistema Integrado de Supervisión de las Centrales
(SISC) que incorpora las inspecciones contenidas en el
Programa Base de Inspección (PBI). Estas son inspecciones
de control sistemático, mientras que las inspecciones
suplementarias son de control eventual, pues se realizan
cuando se encuentran ciertos hallazgos. Para otras instala-

110
Protección radiológica

ciones nucleares se aplican sistemas integrados de super-


visión equivalentes pero adaptados a sus características
específicas.

Las inspecciones del PBI, de carácter bienal, versan sobre


aspectos tales como modificaciones de diseño, bases de
diseño de componentes, cumplimiento de requisitos de
vigilancia, experiencia operativa, protección frente a condi-
ciones meteorológicas severas e inundaciones, protección
contra incendios, sumidero final de calor, formación del
personal, inspección en servicio, gestión del manteni-
miento, programas de vigilancia radiológica ambiental,
gestión de residuos, planificación de recargas, vigilancia
radiológica de trabajadores, instrumentación de protec-
ción radiológica, respuesta a emergencias, inspecciones
relacionadas con la protección física de la instalación, etc.

Asimismo, forma parte del proceso de supervisión y


control efectuado por el CSN el seguimiento de los sucesos
ocurridos en las centrales nucleares a través del Panel de
Revisión de Incidentes (PRI), así como el seguimiento de la
experiencia operativa y la revisión de informes periódicos
remitidos por los titulares en cumplimiento de las condi-
ciones de su autorización, como documentos base para la
preparación de las inspecciones.

El CSN también supervisa las condiciones en que se realizan


los transportes de sustancias nucleares, así como los
propios contenedores de combustible que se utilizan tanto
para el transporte como para el almacenamiento temporal
individualizado de material nuclear.

4.1.5.1.  Inspectores y obligaciones del


titular
En el momento de inspeccionar una instalación, el personal
facultativo del Ministerio de Industria y Energía y del CSN
podrá ir acompañado de los expertos que considere nece-
sario, pudiendo acceder a las instalaciones a inspeccionar
sin previo aviso y tras identificarse. No obstante, ya sea
temporal o permanente, el CSN podrá señalar en las insta-
laciones nucleares a personal facultativo acreditado para
realizar misiones de inspección y control.

El titular de una instalación nuclear o radiactiva tendrá


obligación de:
• Posibilitar el acceso de los inspectores a las zonas de la
instalación que consideren necesarias.
• Facilitar la colocación del equipo e instrumentación que
se requiera para realizar las pruebas y comprobaciones
necesarias.

111
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

• Poner a disposición de los inspectores la información,


documentación y medios técnicos que sean precisos.
• Permitir a los inspectores las tomas de muestras suficien-
tes para realizar los análisis y comprobaciones pertinentes.
• Facilitar el acceso de los inspectores a los centros de tra-
bajo de los suministradores de equipos y servicios relacio-
nados con la seguridad de la instalación y el desarrollo de
sus actividades.

4.1.6.  Personal de las instalaciones y


obligaciones

4.1.6.1.  Licencias del personal


El personal que dirija la operación y el que opere los dispo-
sitivos de control y protección deberá estar provisto de una
licencia de supervisor y de operador, respectivamente,
concedida por el CSN. Con el término operación nos refe-
rimos a toda maniobra que afecte a la reactividad, al nivel
de potencia del reactor o a la integridad de las barreras
frente a liberación de material radiactivo. Dicha licencia
no será obligatoria para las personas que realicen prácticas
como parte de un programa de formación, siempre que
estén acompañados y bajo la dirección de un operador o
supervisor con licencia.

Las licencias de operador y de supervisor para estas instala-


ciones serán personales e intransferibles, tendrán un plazo
de validez máximo de seis años y serán específicas para la
instalación de que se trate, sin que puedan emplearse en
otra distinta, salvo autorización del CSN.

Adicionalmente, las instalaciones sanitarias que empleen


material radiactivo dispondrán de un Servicio de Protec-
ción Radiológica, del que será responsable una persona
acreditada con un diploma de jefe de Servicio de Protec-
ción Radiológica expedido por el CSN.

4.1.6.2.  Personal de operación


En toda instalación sanitaria sometida al proceso de auto-
rización deberá estar de servicio, como mínimo, el personal
con licencia que se establezca en la correspondiente auto-
rización. Se establecerá un equipo permanente compuesto,
como mínimo, de un supervisor y de un operador, desde el
instante que se comience la carga del material radiactivo,
independientemente de cuál sea el estado de funciona-
miento de la instalación.

112
Protección radiológica

En el personal de operación podemos distinguir dos cargos:

Supervisor
n
El supervisor debe dirigir la operació
cumpliendo las especificaciones técnicas de
funcionamiento, el reglamento de funcio-
r
namiento, el plan de emergencia y cualquie
otro documento al amparo del cual se haya
concedido la autorización de la instalación.
Asimismo, seguirá fielmente los procedi-
a
mientos de operación, de los que una copi
un luga r
actualizada deberá estar siempre en
fijado. Cuando no exista un procedimiento
para realizar una determinada operación que
-
aparece imprevista y que no puede retra
ctarlo
sarse, el supervisor procederá a reda
o
antes de su ejecución y lo incluirá en el diari
de operación. En caso de urgencia adop tará
las medidas que estime oportunas, dejando
constancia de ellas en dicho diario.
Operador
Bajo la dirección del supervisor, el operador se
encarga de operar los dispositivos de control
y protección, siguiendo fielmente los proce-
dimientos de operación, las especificaciones
técnicas de funcionamiento, el reglamento de
funcionamiento y cualquier otro documento
oficial de la instalación.

En cuanto a sus obligaciones, el supervisor de una instalación sanitaria tiene la obliga-


ción de detener en cualquier momento su funcionamiento si considera que se han reducido
las condiciones de seguridad de la instalación. El operador está autorizado a proceder del
mismo modo si, además de darse las circunstancias indicadas anteriormente, le es imposible
informar al supervisor con la prontitud requerida.

Los supervisores y operadores están obligados a poner en conocimiento del titular de la insta-
lación los defectos que, a su juicio, existan en los documentos oficiales de la autorización, en
los procedimientos de operación o cualquier otro que pueda afectar a la protección radiológica.

113
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

Por otro lado, es importante mencionar la figura del jefe de Servicio de Protección Radio-
lógica, pues es el responsable de velar por el cumplimiento de las normas oficialmente apro-
badas en relación con la protección radiológica, informando sobre su aplicación al supervisor
de servicio de lo procedente en cada momento. En el caso de que aquellas normas no fuesen
observadas, tendrá obligación de comunicarlo por escrito al titular de la instalación, mante-
niendo el correspondiente registro a disposición de la inspección.

4.1.7.  Diario de operación


El titular de la autorización debe reflejar clara y concretamente toda la información relacio-
nada con la operación de la instalación en un diario de operación. Este deberá estar autori-
zado, sellado y registrado por el CSN. El titular solicitará este trámite con antelación.

El diario de operación en uso deberá estar en lugar adecuado. Los ejemplares que se hayan
completado se archivarán y permanecerán bajo la custodia del titular de la autorización. Su
destrucción o pérdida se comunicará al CSN a la mayor brevedad.

El personal facultativo podrá revisar el diario si lo ven conveniente. Además, si lo creen nece-
sario, pueden anotar en el mismo las observaciones pertinentes.

El diario de operación deberá contener como mínimo una serie de datos en los que se especi-
ficará fecha y hora, siendo los más comunes: puesta en marcha, nivel de potencia y operación,
paradas, incidencias de cualquier tipo, comprobaciones, operaciones de mantenimiento,
modificaciones, niveles de actividad, descarga de efluentes radiactivos al exterior y almace-
namiento y evacuación de residuos radiactivos sólidos.

Deberá aparecer el nombre y firma del supervisor o, en su caso, operador de servicio, anotando
los correspondientes relevos o sustituciones.

Antes de iniciar una operación que pueda dejar fuera del servicio un equipo, instrumento o
sistema que afecte a la seguridad nuclear o protección radiológica, esta deberá ser autori-
zada por el supervisor de servicio, quien anotará en el diario la fecha y hora en que se inicia y
finaliza la operación y el nombre de la persona responsable de llevarla a cabo.

ponte a prueba

Dentro de los tres niveles de legislación que podemos encontrar en protec-


ción radiológica, las leyes y reales decretos pertenecen:
a) Al nivel 1
b) Al nivel 2
c) Al nivel 3
d) A cualquiera de ellos

114
Protección radiológica

4.2.  Análisis de los riesgos radiológicos asociados


al uso de fuentes no encapsuladas
La irradiación es el mayor riesgo que tienen las fuentes radiactivas. Sin embargo, si estas
fuentes, además, no están encapsuladas el riesgo tiene dos orígenes: irradiación externa y
contaminación. Por otro lado, debemos tener en cuenta que dichas prácticas conllevan no solo
la exposición de los pacientes, sino también de los trabajadores expuestos y en algunos casos
de los familiares y otros miembros del público, por lo que para justificar y minimizar dichos
riesgos es necesario establecer procedimientos específicos para cada grupo implicado.

4.2.1.  Principales fuentes de riesgo de irradiación o contaminación


Una fuente encapsulada, como hemos estudiado en capítulos anteriores, es aquella en la
que el radionucleido (átomo que se desintegra y que emite radiación) se encuentra envuelto
por una capa que lo encierra para evitar su contacto con el ambiente externo.

El riesgo de fallo en una fuente encapsulada es la posibilidad que existe de escape de radia-
ción emitida por el radionucleido si esta no está lo suficientemente ocluido por dicha fuente.

Por el contrario, en las fuentes no encapsuladas la radiación liberada por el radionucleido


puede ser fácilmente atravesada y, por tanto, tomar contacto con el exterior.

La irradiación supone someter a un paciente a fuentes ionizantes con un fin concreto a través
de equipos radionucleidos. Sin embargo, cuando hablamos de irradiación externa, el objeto
de estudio se encuentra alejado de la fuente que emite dicha energía y su dosis dependerá de
la cercanía o lejanía en la que se encuentre el paciente con respecto a la fuente de irradiación.
Por lo que se deberá tener en cuenta la distancia, el volumen de radiación relacionada con los
intervalos de tiempo en la que esta se emite y la protección.

Es habitual confundir el término irradiación con el de contaminación. Este último concepto


también hace referencia a una emisión ionizante en un cuerpo o bien orgánico (contamina-
ción personal), o bien inmaterial (contaminación superficial) l de manera no solicitada. De tal
manera que si la contaminación persiste puede resultar nociva.

Existen diversos elementos a tener en cuenta cuando se produce una contaminación: el


tipo de irradiación generada, así como su cantidad, el órgano u órganos sobre los cuales ha
actuado y el nivel de desintoxicación del organismo.

Al igual que la irradiación, la contaminación personal puede ser interna, que es aquella que
se produce en el interior del organismo y está originada por agentes gaseosos, aeorosoles o
heridas cutánea; y externa si la contaminación se produce en la dermis.

Por otro lado, y además de la contaminación interna, la irradiación también puede ser super-
ficial si el receptor de emisión ionizante es un objeto o un material por lo que si estos entran
en contacto con personas (a través de fluidos o gases) puede dar lugar a una contaminación
interna, en algunos casos.

La contaminación interna se someterá entonces a una eliminación del objeto intoxicado utili-
zando diferentes medidas de protección: ropa que salvaguarden la integridad de la persona
que esté manipulando la radiación, superficies lisas y cubiertas con papel de filtro (para
evitar que la contaminación se filtre o se expanda a otras partes), ensayos previos en frío
(para garantizar el control de riesgo de escape) y, por último, la utilización de detectores de
contaminación (que deben ser usados sobre pies, manos y el resto del cuerpo).

115
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

Este proceso de eliminación puede dar como resultado dos situaciones.


• Si los niveles siguen siendo los mismos tras la desintoxicación, hablaremos de contamina-
ción superficial fija.
• Si los niveles son eliminados por completo, se tratará entonces de una contaminación su-
perficial desprendible.
Fuentes no encapsuladas

Irradiación
Externa

Personal

Interna

Contaminación

Fija

Superficial

Desprendible

4.2.2.  Vías y fases de incorporación de radionucleidos en el


organismo

Cuando hablamos de incorporación nos estamos refiriendo al proceso de entrada de radio-


nucleidos en el organismo humano.

Podemos encontrarnos con distintas vías de incorporación:


• Directas: llegan directamente al órgano de transferencia por medio de la sangre a través de
heridas o lesiones importantes en la piel.
• Indirectas: llegan al órgano de transferencia a través de:
– Las vías respiratorias por medio de inhalación.
– El tracto gastrointestinal mediante la absorción de alimentos.

Las fases de contaminación son las siguientes:


• Incorporación: se produce la entrada del material radiactivo.
• Depósito: el material radiactivo se deposita en una vía de entrada.
• Absorción: es la difusión del material radiactivo desde las vías de entrada hacia los líquidos
extracelulares (sangre y linfa). El proceso de absorción puede ser muy rápido (como en el
caso del yodo) o muy lento.
• Distribución en el organismo: el radionucleido se distribuye por todo el cuerpo, pudiendo:
– F ijarse en un órgano o tejido por el que presenta afinidad, como el yodo en el tiroides, el
estroncio en los huesos o el plutonio en el hígado.
– Difundirse en los líquidos intra y extracelulares con una distribución uniforme.

116
Protección radiológica

• Retención: la retención en un órgano o tejido correspon-


de a la actividad que ha sido absorbida lo que provoca
que el individuo reciba dosis integradas durante el tiem-
po que dure esta retención.
• Excreción: consiste en la eliminación del radionuclei-
do, generalmente a través de orina o heces, aunque se
pueden eliminar pequeñas cantidades por sudoración o
exhalación.
Todo radionucleido que penetra en el organismo se
comporta dentro de él de manera análoga al elemento
estable (no radiactivo), si es que lo hubiera, como el yodo,
por ejemplo.

4.2.3.  Principales fuentes de riesgos


radiológicos en un servicio de
medicina nuclear

Un radionucleido es un átomo inestable y radiactivo. A


la hora de aplicar radionucleidos en medicina nuclear es
importante conocer que:
• Por muy pequeña que sea la cantidad de radionucleidos
aplicada en el organismo, si se hace correctamente, estos
puedan detectarse.
• 
Los radionucleidos se llaman también radioisótopos,
puesto que presentan una descripción química idéntica
a la de un isótopo. Así, es posible introducir un isótopo
estable en el cuerpo, determinar su recorrido y sustituirlo
por radionucleido.

Su condición radioactiva obliga a considerar los riesgos


que pude conllevar su aplicación en el organismo y a tomar
precauciones.

El lugar de almacenamiento, la zona donde se prepara la


dosis o los espacios de hospitalización de los pacientes que
se someten a radiación son los más expuestos.

El personal profesional deberá extremar las medidas de


precaución atendiendo a la normativa de vigente. Por
ejemplo, utilizar vestimenta adecuada (guantes y batas
de manga larga), evitar las cremas y los cosméticos, etc.
Asimismo, el trabajador profesionalmente expuesto ha de
emplear blindaje cuando fuera necesario, utilizando jerin-
guillas o guantes plomados.

Por otro lado, en el caso de terapia metabólica con I-131 la


atención al paciente se estima en varios días, puesto que se
pueden administrar dosis de 8000 MBq.

117
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

4.2.4.  La dispersión del material


radiactivo

Trabajar en un servicio de medicina nuclear lleva consigo


una dispersión del material radiactivo que a veces es difícil
de evitar (recepción del material radiactivo, pacientes
ingresados en dependencias que no están físicamente
dentro del propio servicio…). Sin embargo, es imprescin-
dible controlar la posible dispersión para poder establecer
el funcionamiento de la instalación con criterios de protec-
ción radiológica. La dispersión del material radiactivo se
puede dar en todas las fases de trabajo de la instalación,
desde el mismo momento de su recepción hasta su gestión
como residuo radiactivo.

En la mayoría de los casos el material radiactivo se recibe


directamente en la instalación, aunque hay ocasiones en
que se entrega en el almacén del hospital o en otros servi-
cios. La gran mayoría del material recibido son viales de los
radionucleidos utilizados en el servicio o cápsulas, como
en el caso de I-131, cuya actividad viene certificada por
la casa suministradora. Si el material no se recibe directa-
mente en el servicio, las personas involucradas en la recep-
ción deben estar informadas sobre las características de
dicho material, de forma que la distribución se realice de
forma rápida y segura con el fin de evitar confusiones. Una
vez que el material llega a la instalación, será necesario
realizar una comprobación fehaciente de que el material
suministrado es el que se había solicitado y un registro de
entrada de dicho material.

El material radiactivo permanecerá en la gammateca hasta


su administración a los pacientes. Tanto las eluciones de los
generadores como las preparaciones de las dosis a admi-
nistrar se realizarán siguiendo el reglamento de funciona-
miento de la instalación, de manera que se produzca una
dispersión mínima del material radiactivo. Además, todo
el material de desecho contaminado debe gestionarse
como residuo radiactivo siguiendo las normas propias de
la instalación.

Previamente a la administración del radionucleido, se


verificará mediante una medida en el activímetro que la
actividad es la indicada. En caso de pruebas diagnósticas,
el paciente debe permanecer en la sala de inyectados
y utilizar el aseo de pacientes, con el fin de evitar que se
produzcan contaminaciones en dependencias ajenas al
propio servicio. En caso de pacientes ingresados en otro
servicio, los cuales por su situación no puedan perma-
necer el tiempo de espera necesario hasta la realización de
la prueba en medicina nuclear, deberán existir protocolos
de actuación a seguir en otros servicios para que en todo

118
Protección radiológica

momento se cumplan las recomendaciones de protección


radiológica. En el caso de administración de radionucleidos
con fines de terapia, es imprescindible establecer las
normas de gestión para los residuos radiactivos generados.

En el caso de que se produzca un incidente o accidente


dentro de las vías establecidas, como derrame de material
radiactivo o de residuos radiactivos líquidos, fuego, etc., se
deben tener establecidos protocolos de actuación dentro
del plan de emergencia de la instalación.

El suceso más probable que puede darse, dada la alta


frecuencia de manipulación de material radiactivo no
encapsulado, es que se produzcan derrames de este. Dado
que la mayoría de los radionucleidos utilizados en medi-
cina nuclear son de vida corta y se utilizan en muy pocas
actividades, las normas de actuación son muy sencillas:
• Avisar al supervisor o, en su ausencia, al operador.
• Avisar a la Unidad de Protección Radiológica.
• Detener la ventilación si el radionucleido derramado es
volátil.
• Detener la actividad de la instalación si esta puede con-
tribuir a dispersar el material derramado.
• Evitar la presencia de toda persona no imprescindible
para llevar a cabo el plan de emergencia y acotar el área
contaminada.
• Si es probable que se haya producido la contaminación
de ropa o zapatos, se cambiará la ropa dejando la conta-
minada debidamente señalizada en la zona acotada.
• Se monitorizará a las personas para comprobar si es ne-
cesario establecer un proceso de descontaminación.
• Si existiese contaminación personal se evaluará la indica-
ción de realizar una dosimetría interna.
• Se estimarán las dosis de irradiación externa.
• 
Se evaluará si se pueden realizar los trabajos de
descontaminación.
• Si el nivel del suceso lo requiere se realizarán las notifica-
ciones a los organismos competentes.
• No se permitirá la utilización de la zona contaminada
mientras no se restablezcan los niveles de radiación y
contaminación habituales.

Por otra parte, también es posible que pueda produ-


cirse fuego y explosiones dentro del servicio de medicina
nuclear o en otras dependencias cercanas, por lo que es
una parte importante que debe incluirse dentro del plan
de seguridad. Las personas involucradas deberán conocer
cómo actuar en caso de que se produzca un suceso de este
tipo, además de que deben disponerse de elementos extin-

119
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

tores suficientes para controlar en primera instancia el suceso. Por otra parte, en el diseño de
la instalación se tendrá en cuenta la posibilidad de que un suceso de este tipo ocurra, por lo
que en las zonas de manipulación de material radiactivo se debe evitar o al menos limitar en
lo posible la utilización de materiales inflamables, así como controlar la ventilación.

4.3.  Diseño de la instalación en medicina nuclear y


radiofarmacia

4.3.1.  Consideraciones generales de diseño de las instalaciones de


medicina nuclear

A la hora de diseñar una instalación radiactiva, en primer lugar, debemos tener en cuenta la
ubicación que tendrá dentro del edificio. Tiene que ser una zona en la que se puedan mini-
mizar los riesgos de exposición a las radiaciones y los accidentes que pudieran producirse.

El CSN es la entidad encargada de aprobar el diseño de la instalación, por lo que deberá


cumplir con la legislación vigente. Algunas de estas condiciones son las siguientes:
• Lugar poco frecuentado.
• Facilidad en el control de acceso.
• El riesgo de incendio debe ser mínimo.
• El traslado del material radiactivo debe ser cómodo, seguro y fácil de llevar a cabo.

En medicina nuclear la seguridad es el factor más importante, por lo que en el diseño de las
instalaciones debe ser una prioridad. El principio general debería ser el de tener las fuentes
bajo control y minimizar las consecuencias de una dispersión de contaminación. Así, el
responsable de la instalación deberá desarrollar planes de contingencia para que se aprenda
a reaccionar adecuadamente a los sucesos que puedan ocurrir, además de dar publicidad a
estos procedimientos y realizar simulacros periódicos.

Por otra parte, hay que considerar distintas variables en la realización del proyecto. El
responsable debe tener en cuenta las actividades que se llevarán a cabo, los radioisótopos y
equipos que se quieren autorizar, el blindaje a emplear, el tipo y almacenaje de las fuentes de
radiación, etc. Cualquier factor que pueda afectar a la exposición ocupacional y del público
causadas por las fuentes, incluyendo ventilación, blindaje y distancia a las áreas ocupadas
debe estudiarse previamente. Además, no debemos olvidarnos de todo aquello que pueda
afectar la seguridad de las fuentes.

El CSN específica qué salas debe de tener como mínimo un centro de medicina nuclear:
• Áreas no activas de libre acceso: como serían los despachos, secretaría, descanso del
personal, laboratorios en los que no se maneja material radiactivo, salas de espera y lava-
bos de uso para pacientes antes de la administración de dosis, acompañantes o visitas.
• Áreas activas de acceso restringido, las cuales estarán adecuadamente señalizadas. Po-
demos señalar:
– S
 ala de administración de dosis. Se recomienda la construcción de cubículos indepen-
dientes en caso de administración simultánea a dos o más pacientes.
– S
 ala de espera para pacientes a los que se les ha administrado el radiofármaco con es-
pacio para encamados, distribuidos adecuadamente para evitar la excesiva proximidad
de un paciente a otro.

120
Protección radiológica

– Lavabos para pacientes inyectados.


– Salas de exploración.
• Laboratorios y salas de contaje de baja actividad,
protegidas o apartadas para evitar errores de recuento
por aumento de fondo debido a cualquier proximidad de
fuentes radiactivas.
• Área de recepción, almacenamiento y manipulación
de material radiactivo.
• Laboratorio de radiofarma con:
– Z onas de recepción y almacenamiento de material ra-
diactivo, con receptáculos diferentes según las carac-
terísticas de los radionucleidos.
– Z ona de elución de generadores de tecnecio y de pre-
paración de monodosis.
– Zona específica para residuos radiactivos.
– Z ona de preparación de radiofármacos, que debe ir
precedida por una esclusa.
– V
 estuario que asegure las condiciones de higiene y
protección.
– V
 itrinas correderas de trabajo con pantallas de vidrio
plomado.
• Almacén de residuos radiactivos.
• Sistema de vertido controlado para residuos radiactivos
líquidos.
• Zona de descontaminación de personas y objetos.
• Si la unidad incluye terapia metabólica, deberá dispo-
ner de:
– Á
rea de hospitalización adecuadamente blindada,
estando las habitaciones diseñadas de forma que la
puerta de acceso esté protegida por una pantalla plo-
mada o por un pequeño laberinto de acceso.
– S
 istema de vertido controlado conectado a los servi-
cios de las habitaciones. Es preferible que los WC reco-
jan orinas y heces de manera separada, de forma que a
los tanques de vertido solo vayan líquidos.

4.3.2.  Distribución de zonas y accesos


El CSN también nos indica cómo se deben distribuir las
zonas y los accesos. Por una parte, la distribución de la
instalación será de zonas de menor a mayor actividad con
acceso restringido, y provistas de vestuario, esclusas y
áreas de descontaminación.

121
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

Es muy importante prestar atención al diseño de estas


zonas, pues deben existir áreas de paso entre las que
presenten diferente riesgo radiológico. El tránsito entre
zonas debe ser menor en aquellas en las que exista mayor
actividad, que estarán cerradas con llave.

Las zonas radiológicas deben ser lugares poco frecuen-


tados, con control de acceso, mínimo riesgo de incendio e
inundación y facilidad para el traslado de material radiac-
tivo. No deben estar próximas a almacenes de productos
explosivos o fácilmente inflamables, ni en lugares donde se
puedan producir inundaciones.

4.3.3.  Materiales y superficies


Según el CSN, todos los materiales que se usen en la insta-
lación estarán homologados para garantizar que cumplan
una serie de requisitos, como el ser fácilmente descontami-
nables o tener una resistencia al fuego adecuada, además
de que dispondrán de certificados de descontaminación.

Las superficies serán de acabado liso, sin poros ni grietas


ni ranuras, repelentes de la humedad y sin ningún tipo de
discontinuidad. Los suelos serán pulidos, de baja adhe-
rencia y fácil de desmontar. Los techos serán estancos o
con losetas desmontables, antinflamables, sin poros y
resistentes a la humedad. Las paredes estarán recubiertas
con pinturas plásticas o resinas fácilmente descontamina-
bles, con esquinas redondeadas, sin salientes ni codos. Las
superficies de trabajo serán lisas, fácilmente descontami-
nables, y la manipulación se hará sobre materiales absor-
bentes fáciles de manejar y retirar.

4.3.4.  Instalaciones de ventilación y


climatización

Tanto las instalaciones de ventilación como las de clima-


tización han de asegurar la renovación del aire con unas
condiciones adecuadas de humedad y temperatura que
procuren la eliminación total de una posible contaminación
en el ambiente.

Según el CSN estos equipos deben cumplir una serie de


condiciones para asegurar un entorno salubre y seguro:
• Las zonas de entrada y de salida han de estar debidamen-
te separadas la una de la otra para permitir la circulación
apropiada del aire (si este está contaminado).
• Dicho aire debe moverse desde las zonas limpias a zonas
ya contaminadas.

122
Protección radiológica

• Se deberán usar filtros concretos para la extracción aérea como, por ejemplo, filtros de car-
bón activo, filtro HEPA (fabricado con fibra de vidrio) y, en la medida de lo posible, estos
deben tener un conducto distinto al general.
• La abertura o toma del aire (rejillas de ventilación) de los equipos ha de estar alejada de los
propios sistemas de ventilación y climatización.
• Los mecanismos que accionan el movimiento del aire y su salida (impulsores y extractores)
deben estar conectados a un sistema de electricidad de emergencia y estar compuestos por
dos motores que funcionen de manera alterna o combinada.
• El sistema de climatización, a su vez, debe tener su propio circuito, de manera autónoma al
resto del instalado en el edificio.
• Para mantener el gradiente de presión negativo debe revisarse el nivel de entrada y salida
de aire.
• Ante cualquier accidente es imperativo desconectar todos los equipos de aire del edificio.
• Se debe reestablecer el flujo de aire de 10 a 20 veces cada hora, como mínimo.
• El sistema impulsor y extractor de aire deben disponer de dobles motores alternativos y
estar conectados al sistema de electricidad de emergencia.

4.3.5.  Instalación eléctrica


La instalación eléctrica cumplirá los requisitos establecidos en el Reglamento Electro-
técnico de Baja Tensión. Básicamente, la iluminación deberá ser adecuada a cada zona y
tipo de trabajo, utilizándose tubos estancos y materiales antideflagrantes. Además, deberá
disponerse de un sistema de alumbrado de emergencia con pilotos repartidos por toda la
instalación radiactiva.

4.3.6.  Sistema de protección contra incendios


Según la Norma Básica de Edificación, deben instalarse sistemas de detección con alarma
centralizada y extinción, según sean el tipo de materiales que se encuentren en la zona y al
nivel de riesgo. El sistema contra incendios sigue los principios de:

Prevención Actuación Contención

123
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

En caso de que se produjera un incendio, hay que tener en


cuenta la posibilidad de deterioro de los blindajes y de la
estanqueidad de los recintos, de los contenedores de trans-
porte y almacenamiento de residuos, así como de los filtros de
los sistemas de ventilación y de la pérdida de estanqueidad de
fuentes encapsuladas.

Para contener el incendio, se utilizarán barreras resistentes a


altas temperaturas y que no dejen pasar los humos.

Es muy importante que se realicen simulacros periódicos que


aseguren el adiestramiento del personal. Es importante que
todos conozcan el funcionamiento de los extintores y qué deben
usar en cada lugar de la instalación. Además, se formalizará un
programa de mantenimiento.

4.3.7.  Recintos de trabajo y almacenamiento


de fuentes, equipos y sistemas de
protección radiológica

4.3.7.1.  Recintos de trabajo y almacenamiento


de fuentes
Cada recinto dispondrá de unas características propias depen-
diendo de los radionucleidos que se empleen y las actividades
y manipulaciones que se realicen.

Cuando se vaya a diseñar los recintos hay que recordar diversas


variables, entre las que podemos destacar: blindajes, facilidad
de manipulación, materiales, cables, equipos, acceso al mate-
rial radiactivo, sistemas de visión y manipulación, ilumina-
ción, ventilación, segregación de residuos, mantenimiento y
reparaciones, etc.

Las vitrinas de manipulación tendrán un cierre frontal mediante


guillotina, extracción de aire y su tratamiento con triple filtra-
ción: prefiltro, filtro de carbón y filtro HEPA. El habitáculo al
completo tendrá condiciones de facilidad de descontamina-
ción, por lo que es recomendable su fabricación de acero inoxi-
dable o PVC.

En las vitrinas que se usen para trabajar con emisores betas,


el blindaje frontal suele ser de metacrilato de 1 o 1,5 cm de
espesor. Las vitrinas para emisores gamma disponen de un
visor de vidrio plomado de espesor variable, con el resto de la
vitrina también blindada adecuadamente.

Dependiendo del riesgo radiológico se pueden usar vitrinas


de gases, a cajas blindadas o celdas con grandes espesores
de blindaje y sistema de manipulación. En casos especiales
se pueden necesitar cámaras calientes construidas con acero,
plomo u hormigón.

A la hora de realizar actividades con riesgo radiológico elevado


se trabajará con pinzas, telepinzas, viales blindados, y protec-
tores de jeringas. Las fuentes radiactivas se almacenarán en
armarios blindados.
124
Protección radiológica

4.3.7.2.  Equipos y sistemas de protección


radiológica
En la fase de diseño de la instalación debe tenerse en cuenta las
características y requisitos de los equipos fijos para la vigilancia
y control de las zonas de trabajo y de los trabajadores en función
de los riesgos radiológicos. Se dispondrá de un pequeño alma-
cenamiento para los equipos de protección individual.

Se habilitará una zona de descontaminación, la cual estará


provista de un sistema para la descontaminación de personas,
con un lavaojos, lavacabezas, lavabo que no se accione con la
mano, ducha y un armario en el que se encuentren los productos
de descontaminación.

4.3.8.  Almacén de residuos radiactivos y


sistema de evacuación de efluentes líquidos

4.3.8.1.  Almacén de residuos radiactivos


El servicio de medicina nuclear contará con un almacén
temporal de residuos de contenido radiactivo. Cuando se vaya
a diseñar un almacén centralizado, hay que tener en cuenta su
ubicación y la capacidad de almacenamiento.

En cuanto a su ubicación, un almacén centralizado favorece


los controles administrativos radiológicos y de seguridad. En
su diseño hay que contemplar la facilidad del traslado de los
residuos desde todas las instalaciones, así como la evacuación
de estos una vez caducados o decaídos, ya sea por vía conven-
cional o retirados por ENRESA. Esto implica que debe ser posible
el acceso a vehículos de transporte. En definitiva, el almacén
debe estar ubicado en un lugar seguro y aislado, controlado, sin
riesgo de humedad, inundaciones, etc. Asimismo, dispondrá de
ventilación adecuada y sistema de detección contra incendios.

Por otro lado, referente a la capacidad, es muy importante


conocer el volumen máximo de residuos que se pretenda alma-
cenar hasta su evacuación (ya sea por vía convencional o por
empresa autorizada), además de añadir un 20% más en previ-
sión de emergencias. El cálculo de las dimensiones del almacén
se hará teniendo en cuenta:
• El tipo de residuos (sólidos, líquidos o mixtos, tiempo de al-
macenamiento de cada grupo, etc.) y su forma de almace-
namiento.
• El mobiliario y el espacio destinado al mismo, pasillos entre
estanterías, blindajes y ubicación de congeladores.
• Previsión de una zona de bajo fondo donde poder realizar
medidas de chequeo.

125
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

4.3.8.2.  Sistema de evacuación de efluentes


líquidos
A la hora de diseñar este sistema, hay que tener en cuenta
ciertos aspectos básicos:
• Los materiales de conducción han de ser inertes a la co-
rrosión (habitualmente PVC) e independientes del resto
del edificio, en función del riesgo asociado a la instala-
ción radiactiva.
• Los sifones serán fácilmente desmontables y fabricados
de PVC.
• Se diferenciarán y señalizarán adecuadamente los puntos
de vertido activos (para evacuación de líquidos de conte-
nido radiactivo) y los no activos.
• Habrá una unión de puntos de vertido con desagüe co-
mún hacia sistemas de retención y vertido controlado.
• Debe proveerse de instalación de bombas de agua con
posibilidad de envío a contenedores de recogida si no se
dispone de tanques de vertido controlado.
Se facilitará una derivación para poder tomar muestras.

4.3.9.  Procedimientos operativos


En los servicios de Medicina Nuclear y Radiofarmacia se
administran radioisótopos no encapsulados a pacientes,
por lo que la unidad deberá estar capacitada para ser recep-
tora del radioisótopo y reflejar, en su diario de operaciones,
la entrada y la salida de las monodosis preparadas hacia los
servicios de Medicina Nuclear.

Por su parte, el servicio de Medicina Nuclear deberá contar


con sistemas de registro en su diario de operaciones para
reflejar las entradas y salidas de las dosis, así como su
administración a los pacientes.

En los diarios de operaciones deberá constar también la


gestión de los residuos generados, que podrán eliminarse
tras decaer su actividad en las cámaras calientes, o alma-
cenes temporales de residuos.

4.4.  Riesgos radiológicos en las


instalaciones de teleterapia
y braquiterapia
Puesto que se trabaja con fuentes encapsuladas o gene-
radores de radiación, el riesgo radiológico de estas insta-
laciones es de irradiación externa. Recordemos que para

126
Protección radiológica

prevenir los daños que puedan ocasionar estas irradia-


ciones debemos aplicar los principios básicos de protec-
ción radiológica: distancia, tiempo y blindaje.

Son innumerable los accidentes que pueden producirse en


una instalación de este tipo. En muchos de ellos suele haber
una combinación de causas: una deficiente formación de
los trabajadores junto con una falta de comprobaciones
independientes, fallos en los procedimientos y ausencia de
supervisión global.

Algunos accidentes se han producido por comprobaciones


mal realizadas y errores de mantenimiento de los paráme-
tros operacionales de los equipos de terapia, ordenadores
y accesorios. Esto podría haberse evitado siguiendo proce-
dimientos y protocolos aceptados. La falta de chequeos ha
producido condiciones en las que una situación de acci-
dente no se descubre hasta bastante después de haberse
producido. También ha habido confusión y aceptación de
fuentes de braquiterapia sin verificación de su actividad
que han causados accidentes.

Otros muchos accidentes se han debido a fuentes aban-


donadas. Incluso la deficiente comunicación e informa-
ción tras una reparación, así como en los cambios de turno
puede provocar multitud de problemas. En la prescrip-
ción del tratamiento e identificación del paciente también
pueden producirse errores.

Sin embargo, la deficiente formación, falta de atención y


falta de procedimientos adecuados ha sido la principal
causa de los accidentes ocurridos. En general, la forma-
ción de profesionales incluye solo situaciones a las que
podemos denominar normales, dejando de lado la instruc-
ción de procedimientos en situaciones inusuales, que al
presentarse pueden pasar desapercibidas y originar un
accidente.

Se han descrito más de quinientos accidentes en braqui-


terapia de alta tasa a lo largo de toda la cadena del proce-
dimiento, desde el embalaje de la fuente hasta la libera-
ción de dosis en el paciente. Muchos de los accidentes se
habrían evitado si se hubieran tenido monitores de radia-
ción funcionando y si se hubiera prestado atención a los
mismos.

Por último, conviene mencionar un peligro potencial


adicional y es el robo de fuentes para ser utilizadas como
bombas con fines terroristas.

Podemos resumir los riesgos más comunes que pueden


darse en este tipo de instalaciones al trabajar con fuentes
encapsuladas:

127
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

• Pérdida de la fuente radiactiva por desprendimiento del implante dentro de la habitación


del paciente.
• La fuente no retorna a su posición en el sistema de carga diferida automática.
• La fuente encapsulada pierde su hermeticidad, pues al riesgo de irradiación externa se le
suma el de contaminación radiactiva.
• Manejo y transporte de fuentes. El embalaje o colocación inadecuados, junto con una fal-
ta de control de la tasa de dosis alrededor de contenedor de transporte, pueden conducir a
accidentes y exposiciones de conductores, personal que maneje el contenedor y el público
en general. También se pueden producir accidentes ocasionados por actos intencionados,
como el robo del vehículo que transporta las fuentes o de parte de la carga.
• Incendio en el que se ve dañado el material radiactivo, lo que se suma el riesgo de in-
halación de dicho material si llega a volatilizarse.
• Blindaje inadecuado. Un blindaje inadecuado de la fuente o de la habitación puede con-
ducir a exposiciones innecesarias. Hay casos descritos de salas que no fueron adecuada-
mente blindadas por el constructor y cuyo blindaje no fue evaluado antes del uso, lo que
condujo a niveles de radiación en lugares ocupados por el público por encima de los niveles
permitidos.
• Tratamiento impartido a otro paciente. Errores en la identificación del paciente también
han conducido a accidentes. Hay regulaciones que exigen que todos los pacientes sean
identificados por al menos dos métodos antes del tratamiento.
• Incorrecta prescripción, impartición o tratamientos repetidos al mismo paciente. Hay
diversos ejemplos descritos de este tipo de accidentes. Se han descrito errores al impartir
el tratamiento por:
– U
 tilizar tiempos correspondientes a fuentes
que ya no están en uso.
– Errores en la prescripción del tratamiento.
– Errores en la colocación de los catéteres.
¡RECUERDA! – Catéteres dañados o doblados.
La teleterapia es la forma de ra- – E
rrores al introducir la posición de trata-
dioterapia que utiliza la radiación miento en los sistemas de cálculo o en el
procedente de un equipo genera- equipo automático de braquiterapia.
dor situado a cierta distancia de – Introducción de datos de forma inversa.
la zona a irradiar, mientras que la
braquiterapia es un tipo de radio- – I ntroducción de datos en distintas unidades
terapia donde la fuente de mate- (cm en vez de mm, confusión de diámetro y
radio, distintas unidades de actividad, etc.).
rial radioactivo se coloca dentro
del paciente para matar células – Introducción de fechas de calibración de la
cancerosas y achicar tumores. fuente en diferentes formatos.
– I ntroducción de datos con tiempo de parada
o posición inicial incorrectos, etc.
– L os dobles tratamientos a un mismo pacien-
te se han descrito habitualmente en HDR
debido, por ejemplo, a un deficiente sistema
de comunicación en el cambio de turno.

128
Protección radiológica

4.5.  Diseño de las instala-


ciones de teleterapia y
braquiterapia

4.5.1.  Aspectos generales del diseño de


instalaciones con aceleradores
lineales de electrones y unidades
de cobalto

Para asegurar la protección radiológica de los trabajadores


y del público en una instalación en la que se empleen acele-
radores lineales de electrones y unidades de cobalto es que
el diseño estructural de dicha unidad sea el adecuado. Por
este motivo, es obligatorio presentar un proyecto espe-
cificando las medidas y composición de los elementos que
formarán dicha instalación antes de la autorización de su
construcción, así como el cálculo de las dosis de radiación
que se estima en cada una de las zonas. Si este proyecto
demuestra que los niveles de radiación están por debajo
de los que indica la legislación en cada caso y que el peligro
de exposición por accidente es pequeño, entonces se auto-
rizará la instalación.

El diseño de la instalación debe contemplar una protección


radiológica mínima por si se llegan a producir accidente o
errores. Los sistemas más críticos deben duplicarse para
evitar percances; como, por ejemplo, los controles del
tiempo de irradiación, para así impedir que los pacientes
reciban dosis altas. Asimismo, la instalación debe contar
con sistemas de seguridad en toda la instalación por si
se produjera un accidente, como cortes de electricidad o
incendios, entre otros. Aparte de cumplir con todos estos
requisitos, es muy importante que el diseño de estas insta-
laciones sea práctico y sencillo para facilitar todo lo que
se pueda las funciones diarias. De esta forma, además, se
incrementará la seguridad y eficacia al evitar manipula-
ciones complejas. Otros elementos para tener en cuenta en
el diseño consisten en la distribución de salas y accesos, el
coste, el espacio disponible, etcétera.

Por norma general, las instalaciones de aceleradores


lineales de electrones y unidades de cobalto se ubican lejos
de las zonas de paso hacia otras dependencias, pues así se
evita irradiaciones innecesarias. Por otra parte, hay que
minimizar el número de salas adyacentes para ahorrar en
blindajes. Por estos dos motivos, un buen sitio para colocar
la unidad es el sótano. También hay que tener en cuenta
que la construcción debe soportar el peso de equipos y
blindajes, por lo que se elimina este elemento si se escoge
el sótano como ubicación.

129
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

4.5.2.  Aspectos generales del diseño de las instalaciones de


braquiterapia y teleterapia

Hay una gran variedad de técnicas de braquiterapia y teleterapia, y cada una de ellas tiene
requisitos distintos en cuanto al diseño de la instalación. Por ejemplo, las necesidades de
blindaje de una instalación en la que se emplea alta tasa de dosis son mucho mayores que las
de otra donde solo se aplican técnicas de baja tasa. En cambio, esta última necesita habita-
ciones de hospitalización donde los pacientes puedan permanecer varios días mientras dura
el tratamiento.

Sin embargo, podemos mencionar algunas reglas generales que se aplican a cualquier tipo
de instalación.

En primer lugar, un requisito común a las instalaciones de radioterapia externa es que no


debe ser lugar de paso hacia otras dependencias. Además, dentro de la instalación deben
colocarse las zonas con mayores niveles de radiación al fondo. De esta forma, solo accederá a
ellas el personal que tiene que utilizarlas y no el que trabaja en otras zonas donde la radiación
es menor.

Los recintos de almacenamiento de las fuentes deberán estar aislados y bien señalizados,
protegidos por blindajes adecuados y con las medidas de seguridad necesarias para evitar el
acceso de personas no autorizadas. Si va a ser necesario mover fuentes radiactivas durante la
preparación o la realización de los tratamientos, hay que procurar que estos desplazamientos
sean lo más cortos posible y que se realicen siempre por dentro de la propia instalación.

En cuanto a los blindajes, nos debemos asegurar de que la dosis anual que se recibe en una
zona no superará nunca el límite legal de dosis aplicable al personal que trabaja en ella.

El cálculo de los blindajes se abordará desde dos perspectivas:

- Conociendo la fuente radiactiva y un blindaje determinado, podremos calcular la tasa de


dosis que se absorbería fuera del blindaje.

- Partiendo de una fuente radiactiva conocida y de la tasa de absorción objetivo en un punto


determinado, se calculará el blindaje necesario para llegar al objetivo.

En ambos casos será necesario obtener información sobre aspectos como la emisión de la
fuente, el coeficiente másico de absorción, la energía de los fotones (o partículas), el factor
de acumulación y el coeficiente de atenuación lineal.

Todas estas magnitudes deben ser expresadas mediante unidades del Sistema Internacional.

130
Protección radiológica

Por último, se debe estudiar todo lo referente a la seguridad para tener en cuenta las conse-
cuencias radiológicas de los accidentes o fallos que pueden tener lugar durante el funcio-
namiento de la instalación. Deben existir sistemas que minimicen el riesgo de pérdida de
fuentes radiactivas en caso de incendio o inundación, así como que el diseño y la distribución
de las salas deben facilitar la localización de las fuentes en caso de caída accidental.

4.5.3.  Tipos de radiación presente y elementos de las instalaciones

4.5.3.1.  Tipos de radiación


Para poder entender los requisitos que debe tener el blindaje de una instalación, es necesario
conocer los distintos tipos de radiación que se produce. En función de su origen, distinguimos
los siguientes tipos:
• La radiación primaria o directa es la radiación más intensa. Se trata de la radiación que
va dirigida al tratamiento de los pacientes, colimada en un cono que puede dirigirse en
cualquier dirección dentro de un círculo vertical y perpendicular a la mesa. En las unidades
de cobalto la radiación es constante mientras que en los aceleradores lineales pueden em-
plearse distintas energías, además de elegir entre electrones y fotones. En los nuevos equi-
pos en los que el haz no es isocéntrico, y puede dirigirse a cualquier dirección, se requieren
medidas adicionales de blindaje.
• La radiación de fuga consiste en la radiación no deseada y emitida en cualquier dirección,
atravesando así los blindajes de la unidad. Su energía es considerada igual que la de la
radiación primaria. Se emite continuamente en las unidades de cobalto y solo durante la
irradiación en los aceleradores. Su magnitud depende del diseño de la unidad, dato que
debe proporcionar el fabricante.
• La radiación dispersa se compone de los fotones que se producen cuando el haz primario
choca con el paciente, la mesa o las paredes del búnker, así como por los generados en
choques subsiguientes. Aunque esta radiación tiene una intensidad bastante menor que en
el caso de la primaria, puede alcanzar zonas a las que no llega esta, por lo que se necesitan
medidas extras de protección.

Además de lo mencionado, en los aceleradores de alta energía tienen lugar algunos


procesos que suponen riesgos radiológicos añadidos. Si la energía es superior a 8 MeV, se
producen neutrones cuando los fotones colisionan con el material de la cabeza de la unidad.
Una parte de este material pasa a ser radiactiva, aunque, por suerte, posee un tiempo corto
de decaimiento. Los neutrones pueden rebotar en las paredes y llegar a lugares donde los
fotones no llegan prácticamente, lo que dificulta el diseño de las instalaciones, pues los blin-
dajes utilizados para los fotones no son muy eficaces contra los neutrones.

131
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

4.5.3.2.  Elementos de una instalación


A continuación, veremos brevemente las peculiaridades
más importantes en cuanto a seguridad radiológica en
cuanto al diseño de cada uno de los elementos.

La unidad productora de radiación es esencial para el


paciente, puesto que debe tener mecanismos que aseguren
que no reciba más dosis de la que se ha programado. Un
contador principal y otro secundario, ambos dependientes,
controlan el tiempo de irradiación. El principal es el encar-
gado de interrumpir la irradiación cuando se alcanza el
valor marcado, pero, si no lo hace, el secundario se encar-
gará de ello. Los aceleradores de electrones son dispo-
sitivos muy complejos y deben tener circuitos de control
que vayan comprobando que los parámetros de irradia-
ción se mantienen constantes. En caso de que detectaran
alguna anomalía, están programados para interrumpirla.
Las unidades de cobalto poseen un blindaje alrededor de
la fuente, así, cuando no hay irradiación, se minimiza la
dosis que puedan recibir las personas que trabajen habi-
tualmente en el búnker.

El búnker es el principal blindaje y rodea totalmente al


acelerador. Hay zonas que requieren un espesor de blin-
daje adicional, puesto que pueda llegar el haz directo de
radiación, a lo que se llama «anillo». Es importante tener
en cuenta que las dimensiones del búnker deben ser lo
suficientemente amplias, puesto que hay que montar y
desmontar la unidad, así como dejar paso para las camillas.
Para reducir la radiación dispersa, es recomendable que las
paredes y los muebles se mantengan alejados del foco de
radiación. Además, es necesario observar las juntas entre
paredes y los agujeros para cables o tuberías, pues el blin-
daje puede ser inferior al espesor de la pared. Las barreras
estructurales del búnker serán calculadas por especialistas
y pueden clasificarse en dos tipos: barreras primarias, en
las que el haz de emisión incide directamente sobre ellas; y
barreras secundarias, que reciben la radiación dispersa o
atenuada por la barrera primaria.

El laberinto, que conecta el búnker con la puerta, cons-


tituye un blindaje más al disminuir la radiación dispersa.
Si alguien se quedara dentro del búnker por accidente, el
laberinto actúa como una barrera protectora en caso de
irradiación. El laberinto debe permitir el paso de camillas,
por lo que debe ser lo suficientemente ancho. Además,
puede tener uno o varios tramos. En el caso de que solo
posea uno, a la hora de diseñarlo, desde la puerta no debe
verse ninguna pared que pueda ser irradiada.

La puerta de acceso suele tener menor blindaje que el


resto de los elementos y su diseño requiere de un estudio

132
Protección radiológica

especial, puesto que debe tener un peso máximo para


que se pueda abrir con relativa facilidad. Cuando los
aceleradores poseen energías superiores a 10 MeV se
necesitan puertas muy voluminosas, que deben abrirse
o cerrarse con un motor. Las puertas deben ser gruesas
puesto que el blindaje consiste en varios pares de láminas
de plomo (que absorbe la emisión gamma) y de un mate-
rial hidrogenado (que frena los neutrones), las cuales van
alternándose. En cambio, cuando los aceleradores son de
baja energía o de cobalto, no es necesario tanto blindaje,
y es suficiente con puertas revestidas de plomo o acero.
Incluso pueden contener ventanas de vidrio plomado.
Hay casos en los que el laberinto es tan largo que no es
preciso que la puerta lleve blindajes.

La sala de control es la zona donde los operadores super-


visan el procedimiento de irradiación, por lo que debe
contener todos los monitores que regulan los parámetros
de la unidad (energía, tiempo total, tamaño de campo,
etc.). También desde allí se controla el acceso al búnker,
de forma que los operadores saben quién entra y quién
sale, siendo imposible que alguien entre sin ser visto. Por
último, debe contar también con pantallas de televisión
de circuito cerrado para vigilar al paciente mientras es
irradiado, así como con sistemas de intercomunicación
para poder hablar con él.

4.5.4.  Sistemas de seguridad para la


protección contra la radiación

Además de los blindajes, toda instalación debe contar con


una serie de sistemas y mecanismos de seguridad para
proteger contra la radiación a los pacientes, al personal
de operación y al resto del público. Vamos a mencionar los
más importantes:
• Debe existir un monitor de radiación dentro del búnker
que mida continuamente la dosis en su interior y emita
una señal luminosa y/o acústica cuando se sobrepase un
determinado nivel. Estas señales deben ser visibles desde
el puesto de control y desde la puerta del búnker.
• Habrá botones de parada en lugares fácilmente accesi-
bles en el búnker y en la sala de control, que deben inte-
rrumpir la irradiación, el suministro eléctrico del equipo y
los movimientos del acelerador y la mesa. De esta forma,
los operadores pueden reaccionar ante emergencias que
supongan un riesgo de irradiación accidental, de elec-
trocución o de aplastamiento. Estos botones deben ser
muy visibles y todo el personal debe conocer su ubica-
ción. Como factor adicional de seguridad, si se aprieta un
botón se queda bloqueado y, tras comprobar que no hay
ningún peligro, hay que sacarlo antes de poder poner de
nuevo en marcha la unidad.

133
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

• La puerta debe disponer de un sistema de enclavamiento que impida que se produzca la
irradiación cuando no está cerrada; si la puerta se abre en el transcurso de la irradiación, el
sistema debe interrumpirla automáticamente. Si no hay puerta debe existir un sistema de
detección del paso de personas que realice la misma función.
• La consola de control de la unidad debe tener mecanismos de seguridad que impidan su
uso por personas no autorizadas: llaves, claves de acceso, etcétera.
• Las unidades de cobalto deben estar diseñadas de forma que, en el caso de que se inte-
rrumpa el suministro eléctrico (por ejemplo, durante un apagón), la pastilla radiactiva
vuelva automáticamente a su posición de almacenamiento blindada. Además, debe exis-
tir un sistema manual para empujar la fuente, por si fallara el sistema automático.

4.5.5.  Sistemas auxiliares


Hay varios sistemas auxiliares que aumentan la seguridad de la instalación. Describiremos
brevemente los más importantes.

El sistema de ventilación debe asegurar una renovación adecuada del aire, así como
mantener una temperatura que resulte cómoda para los pacientes. En las instalaciones
para tratamientos con baja tasa de dosis las habitaciones pueden tener ventanas (blin-
dadas adecuadamente) para hacer más agradable la estancia del paciente. Sin embargo, se
desaconseja que existan en las habitaciones de tratamiento con alta tasa de dosis. El confort
del paciente no es tan importante en este caso, pues el tiempo de permanencia en la habita-
ción es muy corto.

Debe existir un sistema de extinción contra incendios. También deben existir sistemas de
emergencia que permitan la evacuación de los pacientes en caso de siniestros incontrolados.
El almacén de fuentes radiactivas debe estar diseñado para resistir fuegos de intensidad
moderada, de esta forma se reduce la posibilidad de liberación incontrolada de sustancias
radiactivas.

En las instalaciones de alta tasa de dosis, la sala de irradiación debe tener un sistema de
circuito cerrado de televisión para que los operadores puedan vigilar al paciente. Debe
existir también un sistema de comunicación que permita hablar con él, de forma que se le
puedan dar instrucciones en caso de emergencia y escucharle si tiene algún problema.

4.5.6.  Procedimientos operativos y elementos en instalaciones de


braquiterapia de alta y baja tasa

Una instalación de braquiterapia de baja tasa de dosis estará preparada para el ingreso de
pacientes durante varios días y contará con los siguientes elementos:
• Un almacén dedicado exclusivamente a las fuentes radiactivas, equipado con cierres de
seguridad y contenedores blindados.
• Una sala de preparación de fuentes, que estará situada cerca del almacén. Debe estar pro-
vista de barreras blindadas que protejan al personal durante la manipulación de las fuentes.
• Un radioquirófano con equipamiento específico según la técnica de carga en el paciente.
• Habitaciones de hospitalización, equipadas con blindaje y señalizaciones que adviertan de
su ocupación.
• Una sala de control con sistemas de monitorización y comunicación con los pacientes.

134
Protección radiológica

Por su parte, las instalaciones de radioterapia de alta tasa contarán con:


• Un equipo de alta tasa y un contenedor para la fuente, con blindaje suficiente para prote-
ger a los trabajadores durante su uso, así como redundancias en los sistemas de control de
tiempo de exposición al paciente.
• Una sala de irradiación con blindajes e indicadores de uso.
• Una zona quirúrgica, sin necesidad de medidas de protección especiales, ya que la fuente
nunc deberá entrar en ella.
• Una sala de control equipada con consolas, monitores y equipos de comunicación que per-
mitan el seguimiento y vigilancia del procedimiento. Debe contar con sistemas de emer-
gencia para la interrupción de la irradiación.

ponte a prueba

Debido al peso y a la necesidad de blindaje de las instalaciones, los


aceleradores lineales y unidades de cobalto tienden a ser ubicados en:
a) El primer piso de la instalación para facilitar el acceso al equipo.
b) El último piso de la instalación para evitar riesgo por irradiación.
c) Las cercanías de los accesos de la instalación para facilitar el paso
de los pacientes.
d) El sótano de la instalación para, de paso, ahorrar en blindajes.

135
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

4.6.  Características técnicas de las instalaciones de


radiodiagnóstico
Con el fin de optimizar la dosis y limitar el riesgo radiológico tanto individual como colectivo,
los requisitos legales y las especificaciones técnicas de la instalación de radiodiagnóstico
están recogidas en:

/2009 por el
Real Decreto 1085
el Reglamento
que se aprueba
y utilización de
sobre instalación
X con fines de
equipos de rayos
o.
diagnóstico médic

Real Decreto 783/20


01, por el que se
aprueba el Reglament
o sobre Protección
Sanitaria contra las rad
iaciones ionizantes,
modificado por el RD 14
39/2010.

Deben considerarse los criterios de protección radiológica no solo aplicados en la instalación


en sí, pues también deben emplearse en el equipo. La prioridad será la de no sobrepasar los
límites de dosis de los trabajadores expuestos y de los miembros del público en las unidades
asistenciales de radiodiagnóstico.

136
Protección radiológica

Las dependencias que componen la instalación de radiodiagnóstico se clasifican en:


• Zonas con riesgo radiológico: el riesgo de irradiación externa solo existe mientras el equi-
po esté en funcionamiento. Es importante que deban estar debidamente señalizadas. Se
distinguen:
– S
 ala o salas de equipo, que, dependiendo del servicio que preste, serán adecuadas en
número y espacio. Contendrán el equipo de rayos X.
– Puesto de control del operador, donde se encontrará la consola de control.
• Zona sin riesgo radiológico: como los pasillos, despachos o sala de revelado.

Las instalaciones de radiodiagnóstico deben cumplir con algunos requisitos para minimizar
los riesgos y optimizar la dosis:
• El puesto de operador ha de estar blindado mediante una barrera estructural. Además, dis-
pondrá de intercomunicador y de una ventana con la debida protección para poder obser-
var al paciente durante la exploración.
• El haz directo nunca se dirigirá hacia zonas que no dispongan blindaje, como ventanas de
observación, puertas de acceso, etcétera.
• Las zonas estarán debidamente señalizadas con el símbolo del trébol radiactivo con las
puntas radiales (riesgo de irradiación externa). Se usará el código de colores indicado en
el Real Decreto 783/2001. Generalmente la clasificación recomendada es: zona controlada
para la sala de equipo, zona vigilada para el puesto del operador y zona de acceso libre en
despachos y pasillos.
• Las salas de exploración tendrán en la puerta de acceso señales luminosas y acústicas
para advertir de la emisión de rayos X.
• Tanto las salas que contengan los equipos de rayos X como los propios equipos deberán
disponer de pulsadores de emergencia para detener la irradiación en caso de colapso de la
consola de control.
• Debe existir accesos diferenciados para los operadores y para los pacientes.

Por otro lado, en estas instalaciones es obligatorio, como mínimo anualmente, y siempre
que se modifiquen las condiciones habituales de trabajo o se detecte alguna irregularidad

137
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

que afecte a la protección radiológica, realizar vigilancia de los niveles de radiación en los
puestos de trabajo y en las áreas colindantes. Lo realizará un servicio de protección radio-
lógica, emitiendo un certificado con los resultados.

Asimismo, se deberá implantar un programa de protección radiológica, el cual estará por escrito.
En suma, según el artículo 19 del Real Decreto 1085/2009, debe contemplar lo siguiente:

Medidas de prev
ención
• Evaluar el riesgo radiológico de las condiciones de trabajo.
• Clasificación y señalización de zonas.
• Formación del personal inicial y periódica.
• Clasificación de los trabajadores expuestos.
• Establecimiento de normas y procedimientos de trabajo adecuados a la clasificación
radiológica de las zonas de trabajo.

Medidas de cont
rol
• Control de calidad del equipamiento.
• Control del tiempo de funcionamiento.
• Control mediante la distancia a la fuente.
• Utilización de blindajes fijos o móviles.
• Utilización de equipos de protección personal.

Medidas d
e vigilancia
• Vigilancia radiológica de las zonas de trabajo.
• Vigilancia dosimétrica de los trabajadores expuestos.
• Vigilancia de la salud de los trabajadores expuestos.
• Medidas administrativas: registro adecuado de todo lo mencionado, así como esta-
blecer un protocolo de actuación ante la eventual superación de los límites de dosis
reglamentarios.

4.6.1.  Criterios específicos para salas de radiodiagnóstico

Las salas de radiodiagnóstico que utilicen técnicas especializadas deberán cumplir unos
requisitos específicos en función del tipo de equipamiento utilizado. Entre los principales
encontraremos:
• Radiología intervencionista. Los profesionales presentes deberán disponer de delantales
plomados y, en los casos que se estime necesario, deberán utilizar gafas protectoras y guantes

138
Protección radiológica

de protección radiológica. Cuando el procedimiento lo permita, se optará por el uso de mam-


paras de protección y mapas de exposición para optimizar la orientación del rayo.
• Radiología pediátrica. Se utilizarán elementos de inmovilización para asegurar colima-
ciones exactas y evitar irradiaciones innecesarias. No deben usarse rejillas antidifusoras, ya
que la radiación dispersa generada por el paciente será mucho menor que en los adultos.
• Equipos móviles. Al ser utilizados en salas ocupadas por terceros y carentes de blindajes
estructurales, debe prestarse especial atención al centrado de la película con el proyector.
Por su parte, el operador deberá respetar siempre una distancia mínima de 2 metros con el
tubo emisor de rayos X. Antes de cada proyección deberá valorarse el uso de protectores en
el paciente y en otras personas presentes en la sala.
• Salas de mamografía. Estas salas disponen de proyectores especiales que trabajan en ni-
veles de voltaje bajo y que se ayudan de compresores para reducir el espesor de la región
de estudio. Las películas utilizadas son generalmente de emulsión simple y tienen una sola
pantalla de refuerzo, aunque en los últimos tiempos estos receptores están siendo sustitui-
dos por sistemas digitales.

4.7.  Normativa y legislación aplicable a las instala-


ciones radiactivas sanitarias
El real decreto que existe hoy en día sobre la justificación de los exámenes médicos en lo
que se refiere a las instalaciones radiactivas sanitarias es el siguiente:
• Real Decreto 601/2019, de 18 de octubre, sobre justificación y optimización del uso de
las radiaciones ionizantes para la protección radiológica de las personas con ocasión de
exposiciones médicas.

4.7.1.  Ámbito general


De forma general, podemos mencionar el Real Decreto 783/2001 modificado por el Real
Decreto 1439/2010, Reglamento de Protección Sanitaria contra las radiaciones ionizantes.
Dicho reglamento se encarga de concretar las normas para minimizar y evitar los riesgos
que las radiaciones ionizantes provocan en trabajadores y los miembros del público. Para
concretar más, podemos citar los aspectos más significativos:
• Delimita los principios de justificación, optimización y limitación de las dosis.
• Desarrolla una estimación de las dosis efectivas y equivalentes.
• Establece los principios fundamentales de protección operacional para trabajadores y per-
sonas en formación.
• Determina las medidas de protección radiológica de la población en circunstancias normales.
• Explica cómo proceder en cualquier caso de emergencia radiológica o en caso de exposi-
ción perdurable, así como en caso de exposición a fuentes de radiación natural.
• Dispone las inspecciones que deben realizarse y las sanciones a cumplir.

4.7.2.  Calidad de rayos X


Si queremos conocer el reglamento que regule las actividades relacionadas con el uso de
equipos de rayos X con fines de diagnóstico médico, tenemos que acudir al Real Decreto
1085/2009. Este diagnóstico médico incluye seres humanos y animales.

139
Tema  4:  Caracterización de las instalaciones radiactivas

A continuación, resumiremos los puntos principales de este reglamento:


• Clasifica las instalaciones de rayos X con fines de diagnóstico médico.

Instalaciones con equipos de TC, radiología inter-


TIPO
vencionista, mamografía, equipos quirúrgicos y
1
equipos móviles.

TIPO Instalaciones con equipos de diagnostico general,


2 veterinario y dental no intraoral.

TIPO Instalaciones con equipos de diagnóstico dental


3 intraoral o podológico y de densitometría ósea.

• Fija los requisitos y obligaciones de las empresas encargadas del suministro y asistencia
técnica de estos equipos.
• Establece los procedimientos que se deben seguir para solicitar el alta, modificación y baja
de una instalación.
• Asienta las obligaciones y funciones del titular de la instalación, además de la acreditación
del personal que presta sus servicios en estas instalaciones.
• Detalla las medidas de prevención, vigilancia y control de la exposición en el programa de
protección radiológica.
• Especifica los servicios y certificaciones de características técnicas por parte de un servicio
de protección radiológica propio (SPR) o contratado (UTPR).
• Establece posibles infracciones y sanciones que impondrá el CSN en caso de incumplimien-
to de la normativa.
Por otro lado, también es importante mencionar el Real Decreto 1976/1999, que establece
los criterios de calidad en radiodiagnóstico para optimizar la obtención de las imágenes de
tal manera que las dosis recibidas sean tan bajas como se pueda.

140
Protección radiológica

4.7.3.  Control de calidad en medicina nuclear


El Real Decreto 1841/1997 establece los criterios de calidad que deben seguirse en medi-
cina nuclear, además de especificar las pruebas que deben realizarse al equipamiento.
Todos los controles que requieren estos equipos se realizarán periódicamente por parte de
personal cualificado. Este equipamiento y las pruebas que se deben realizar se especifican
a continuación:

Equipamiento Descripción/función Pruebas mínimas

Uniformidad extrínseca,
Proporcionan imágenes
sensibilidad, tamaño de
Gammacámaras mediante técnicas de medi-
píxel y resoluciones espa-
planares cina nuclear, morfológicas o
cial extrínseca, temporal y
funcionales.
energética.

Las indicadas para las


Gammacámaras gammacámaras planares,
Gammacámaras que realizan
tomográficas además del centro de rota-
estudios tipográficos.
ción y las uniformidades
planar y tomográfica.

Cámaras de ionización de
Activímetros tipo pozo que disponen de Control de la estabilidad, la
un hueco para introducir la exactitud y precisión.
fuente radiactiva.

Sistemas de contaje Deben cumplir la resolución


Están prácticamente en
in vivo energética, la eficiencia y la
desuso.
respuesta en actividad.

Equipos PET Realizan tomografías por Las que recomiende el


emisión de positrones. fabricante.

Cumplirán los controles


Equipos híbridos Se acoplan en un mismo
propios de los equipos de
SPECT/TC y PET/TC equipo componentes de
rayos X, aparte del registro de
medicina nuclear y radiología.
las imágenes.

Por otro lado, en las instalaciones de medicina nuclear se debe regular el empleo de los
medicamentos radiofármacos, por lo que se les aplica el Real Decreto 479/1993.

4.7.4.  Control de calidad en radioterapia


El Real Decreto 1566/1998 es el que establece los criterios de calidad en radioterapia
para así asegurar la optimización del tratamiento de radioterapia y la protección radioló-
gica del paciente. Podemos destacar de este reglamento las funciones del especialista en
radiofísica hospitalaria, así como las pruebas, tolerancias y periodicidades a las que deberán
ajustarse los sistemas de planificación y cálculo y los equipos de irradiación.

141
Tema  5:  Gestión del material radiactivo

5 GESTIÓN
GESTIÓN DEL MATERIAL RADIACTIVO
Protección radiológica

En determinadas instalaciones hospitalarias, como hemos visto, se emplean materiales y


fuentes radiactivas, por lo que es de vital importancia conocer cómo se gestionan los resi-
duos que dejan estos materiales. Veremos su clasificación, pues no se eliminan de la misma
forma todos los residuos, así como las diferencias entre la gestión de residuos sólidos y
líquidos. También hablaremos de la empresa nacional de residuos radiactivos: Enresa.

Para elaborar el material de este tema, se ha recurrido a los siguientes documentos:


• CSN (2015). El transporte de los materiales radiactivos.
• CSN (2002). Gestión de materiales residuales sólidos con contenido radiactivo generados
en instalaciones radiactivas. (Guía de Seguridad 9.2).
• CSN (1991). Control del proceso de solidificación de residuos radiactivos de media y baja
actividad.
• CSN (2001). Gestión de materiales residuales sólidos con contenido radiactivo generados
en instalaciones radiactivas.
• CSN (2008). Contenido y criterios para la elaboración de los planes de gestión de residuos
radiactivos de las instalaciones nucleares.
• CSN (2013). Evaluación de seguridad a largo plazo de los almacenamientos superficiales
definitivos de residuos radiactivos de media y baja actividad.

5.1.  Gestión de residuos


radiactivos
Cuando hablamos de gestión de residuos radiactivos, nos
referimos a cualquier operación que llevemos a cabo para
garantizar que dichos residuos no supongan peligro alguno
para el ser humano y el medio ambiente. Esta gestión se
basa en un sistema de protección radiológica donde se lleva
al mínimo todo riesgo nocivo de los residuos radiactivos. Eliminación de
residuos radiactivos
Los objetos que terminan gestionándose como residuos
youtu.be/CQ6a9KPynhg
radiactivos se pueden clasificar de la siguiente forma:
• Fuentes radiactivas que han padecido decaimiento. No
pueden emplearse para aquello por lo que se crearon
concretamente.
• Fuentes radiactivas que, tras sufrir un leve decaimiento,
deben ser sustituidas por otras técnicas de menor riesgo.
• Equipos y herramientas que todavía pueden funcionar,
pero no se recomienda su uso puesto que existe riesgo
por estar presente material radiactivo.
• Cualquier otro material que esté contaminado por isóto-
pos radiactivos.

Una característica notable de los radionucleidos es que a


medida que se desintegra, su radiactividad va disminu-
yendo con el tiempo. En cambio, esto no ocurre con gran
cantidad de tóxicos químicos, puesto que sus componentes
permanecen invariables.

Las instalaciones, como las médicas, agrícolas, industriales


y de investigación, emplean una gran variedad de radio-
143
Tema  5:  Gestión del material radiactivo

nucleidos. Por esto es lógico que generen residuos radiactivos que requieren una gestión
compleja especialmente por su heterogeneidad.

Por otra parte, nos encontramos con los residuos mixtos, que son aquellos que, además del
contenido radiactivo, pueden conllevar otro tipo de riesgo o peligro. Es el caso, por ejemplo,
de productos químicos que pueden contener algunos residuos hospitalarios.

A lo largo del tema se repetirán algunos conceptos muy importantes con los que debemos
familiarizarnos:

Exención: se confirma que la actividad del residuo es inferior a un umbral


de peligro, por lo que no suponen riesgo radiológico y son tratados como
residuos convencionales.

Valores de referencia para la exención: tienen en cuenta la concentra-


ción de actividad radiológica. Así, por debajo de estos valores los residuos
pueden ser gestionados de forma convencional. Dichos valores son dife-
rentes para cada radioisótopo, y debe considerarse todos ellos si el residuo
es una mezcla de varios.

Desclasificación: en la práctica puede ocurrir que haya sustancias que inicial-


mente fueron clasificadas como residuos, pero que, tras un tiempo de alma-
cenamiento, la actividad va decayendo y algunos residuos quedan exentos.

Exclusión: son residuos que no podemos controlar,


como el 226Ra que existe en el aire. Como no podemos
demostrar que sean nocivos, se excluyen del sistema
de protección radiológica.

144
Protección radiológica

Por otra parte, la gestión de los residuos se puede llevar a cabo de dos formas:

Gestión convencional Gestión por empresa autorizada

El hospital puede encargarse de Son gestionados por Enresa, una


eliminar los residuos al no existir empresa especializada en mani-
riesgo radiológico. pulación y tratamiento de los
residuos.

5.1.1.  Definición de residuos radiactivos


Cualquier actividad humana, ya sea directa o indirectamente, origina desperdicios, residuos
que pueden afectar al medio ambiente si se liberan de forma inadecuada.

Sin embargo, de forma internacional y siguiendo las directrices del artículo 2 de la ley
25/1964, podemos definir los residuos radiactivos como cualquier material para el que no se
tiene previsto ningún uso y que contiene o está contaminado con nucleidos radiactivos por
encima de los niveles establecidos por las autoridades.

5.1.2.  Clasificación de los residuos


No hay una sola forma de catalogar los residuos, pues podemos encontrar clasificaciones
relacionadas con las propiedades de los radionucleidos, con el material en los que estos se
almacenan, con el tratamiento que reciben, etc. Veamos las clasificaciones más comunes.

Según el periodo de semidesintegración del contenido radiactivo:


• Residuos de vida muy corta: son aquellos residuos radiactivos cuya concentración de ra-
dionucleidos es muy baja, siendo el periodo de semidesintegración de alrededor de 90 días.
• Residuos de vida corta: los radionucleidos de estos residuos poseen una concentración
superior a los anteriores, pero sin llegar a niveles radiactivos significativos. En este caso se
aumenta el periodo de semidesintegración en unos 30 años.
• Residuos de vida larga: la concentración de los radionucleidos es muy alta, por lo que su
decaimiento requiere periodos muy largos de tiempo, los cuales son mayores a 30 años. No
se garantiza el mantenimiento de estos residuos a tan largo plazo.

Por su actividad específica, los residuos líquidos, sólidos o gaseosos se dividen en:
• Residuos de baja actividad: el elemento radiactivo tiene actividad específica baja, por lo
que normalmente no requieren blindaje para su manipulación y transporte. Aun así, debe
evitarse su dispersión, lo que se conseguirá con ciertos sistemas de confinamiento.
• Residuos de media actividad: la potencia y actividad de estos residuos es superior a los
anteriores, lo que se hace necesario blindaje para su manipulación y transporte.
• Residuos de alta actividad: generan calor debido a su concentración de radiactividad, por
lo que hay que mantenerlos refrigerados para que no aumente la temperatura.

145
Tema  5:  Gestión del material radiactivo

En función del tipo de evacuación:


• Residuos que pueden ser evacuados por vía convencional: son los que en el momento
de su generación no superan los límites establecidos de actividad.
• Residuos que potencialmente pueden ser evacuados por vía convencional: inicialmen-
te superan los límites legales de evacuación, pero tras la correspondiente gestión pueden
ser evacuados por vía convencional.
• Residuos no gestionables: no podrán ser tratados ni evacuados por vía convencional por
las limitaciones del centro.
• Fuentes encapsuladas y sólidos radiactivos: se podrán evacuar por vía convencional si
la actividad inicial está exenta. Si no es así, se debe intentar devolver los residuos a la casa
comercial. Si no fuera posible, se almacenarán hasta que estén exentos. Se solicitará una
autorización para una evacuación por vía convencional o la retirada por Enresa o por la
empresa suministradora.

Residuos de vida
muy corta

Período de semidesintegración
Residuos de vida corta

Residuos de vida larga

Residuos de baja
actividad

Actividad específica Residuos de media


actividad

Residuos de alta
actividad

Pueden ser evacuados por vía convencional

Potencialmente pueden ser evacuados


por vía convencional
Tipo de evacuación

Fuentes encapsuladas y sólidos radiactivos

Fuentes encapsuladas y sólidos radiactivos

146
Protección radiológica

5.1.3.  Opciones en la gestión de los residuos


Como ya hemos indicado, debemos gestionar adecuadamente los residuos radiactivos para
evitar que lleguen al medio ambiente cantidades que puedan ser peligrosas. La estrategia
para lograr este objetivo admite dos alternativas:
• Disolución del material radiactivo y posterior dispersión de tal forma que los niveles de
radiactividad sean admisibles en el medio ambiente.
• Aislamiento del material radiactivo en un espacio limitado y controlado.

Para que se pueda realizar la descarga de material radiactivo al medio ambiente es necesario
que el residuo sea de muy baja actividad, ya sea de origen o por el decaimiento sufrido.
Además, podemos emplear un medio dispersor que garantice una homogeneidad rápida en
la dispersión. Esto es posible en el caso de residuos líquidos si se dispone de una masa de
agua (río, lago, mar). En cuanto a los gaseosos, deben darse las condiciones adecuadas de
situación del punto de descarga y estabilidad atmosférica (velocidad y dirección del viento).

Eso sí, cualquier descarga o evacuación de residuos radiactivos requiere la autorización de la


autoridad competente.

5.1.4.  Fases de la gestión de residuos


El almacenamiento o aislamiento de los residuos debe planificarse con anterioridad en todas
sus fases. El objetivo es conseguir un residuo acondicionado, que es aquel que cumple con
las especificaciones mínimas de inmovilización y envasado que se requieren en cada caso.

Para la gestión de los residuos radiactivos, se deben llevar a cabo una serie de operaciones
distribuidas en varias fases:

Segregación y Caracterización Transporte interno


recepción

Almacenamiento Evacuación

147
Tema  5:  Gestión del material radiactivo

Generación del residuo

Segregación del residuo

Caracterización del residuo

Señalización del residuo

Transporte interno del residuo

Almacenamiento del residuo

Registro del residuo

Residuos Fuentes
Residuos
potenciales encapsuladas Residuos
evacuación
de evacuación y sólidos radiactivos
convencional
convencional radiactivos

Almacenamiento
Evacuación ¿Está exento?
temporal
convencional
Registro
Sí No

Registro Retorno al
Retorno
suministrador
Registro
No

Almacenamiento
y autorización de No Enresa
evacuación al llegar Registro
a la extención

Dependiendo de las características del residuo, procederemos de una forma u otra en lo que
respecta a su gestión. Debemos tener en cuenta que podemos encontrarnos con residuos
sólidos (como jeringas, viales o guantes), líquidos (soluciones acuosas o líquido de cente-
lleo) o mixtos (frascos o viales que contienen líquido). Por otro lado, también están los resi-
duos biológicos, como fluidos corporales, muestras biológicas o cadáveres de animales.

A continuación, veremos brevemente en qué consiste cada una de las fases.

148
Protección radiológica

149
Tema  5:  Gestión del material radiactivo

5.1.4.1.  Segregación
Esta fase consiste en la segregación de las partes de los
residuos, separando así los residuos convencionales de
los radiactivos. Así mejorará la eficacia de las fases poste-
riores, además de que se mermará la producción de resi-
duos radiactivos.

A la hora de segregar tendremos en cuenta tanto las


propiedades de radiación del residuo como su estado
físico. Esto quiere decir que, por ejemplo, separaremos
los sólidos de los líquidos, o los residuos cuya actividad
radiactiva sea diferente, pues varía demasiado su periodo
de decaimiento.

Igualmente es importante en esta fase el empleo de los


recipientes apropiados para cada residuo, pues esto faci-
litará enormemente las fases siguientes.

5.1.4.2.  Caracterización
En esta etapa se valora el isótopo y la actividad del
residuo. Dependiendo del resultado, se seguirá un procedi-
miento de evacuación u otro. Para evitar errores, se deben
señalizar adecuadamente empleando un código que sea
fácil de identificar, único y que especifique las caracterís-
ticas propias del residuo. En esta caracterización, deberán
indicarse siempre los valores de actividad original y de
periodo de semidesintegración del residuo.

5.1.4.3.  Transporte interno


Para el transporte, es necesario el uso de métodos de
contención blindados. Además, es importante minimizar
todo lo posible el transporte de residuos y señalizar debi-
damente el sistema de transporte.

5.1.4.4.  Almacenamiento
El personal autorizado recogerá y depositará el residuo ya
caracterizado en un almacén acondicionado. Los conte-
nedores, bolsas y otros recipientes que contienen los resi-
duos estarán etiquetados con la cantidad de actividad
original y el periodo de semidesintegración. Asimismo, en
el almacén tendrá que quedar identificado cada residuo
con la fecha, radioisótopos principales, instalación de
procedencia, la persona que los recibe y cualquier otro
dato de identificación de los residuos que sea necesario.
Es muy importante llevar al día los registros de todos los
residuos, por lo que es conveniente llevar un registro de
almacenamiento y otro de evacuación.

150
Protección radiológica

• Tipo de residuo
Registro de • Concentración de actividad en Bq/g o Bq/l
almacenamiento • Número de contenedor
• Número de referencia del contenedor de resi-
duos líquidos
• Identificación del laboratorio productor
• Fecha de entrega en el almacén
• Fecha y modo de evacuación
• Ubicación en el almacén
• Tasa de dosis máxima en contacto y a un metro
• Riesgos adicionales

Registro de evacuación
• Cantidad de material evacuado en el caso
de residuos sólidos, mixtos o cadáveres de
animales
• Volumen de residuos líquidos evacuados
• Medida de tasa de dosis previa a la
evacuación
• Fecha de evacuación o transferencia a Enresa
• Identificación del responsable que se en-
carga de la evacuación

Por otra parte, el almacén destinado a acumular los residuos debe estar situado en un lugar
que impida el acceso de personal no autorizado y que sea seguro frente a cualquier catás-
trofe que pueda producirse. Además, el almacén deberá cumplir con otras condiciones de
seguridad, como, por ejemplo, debe tener buena ventilación, las paredes y suelos serán de
un material fácil de descontaminar o estará a desnivel respecto al exterior por si se produjera
algún derrame.
En cuanto a la capacidad, dependerá de la gestión de los residuos. Se debe calcular el espacio
que se necesitará para su almacenamiento, teniendo en cuenta los tiempos de decaimiento
de los residuos o la frecuencia con la que Enresa realizará su evacuación. Aun así, a pesar de
los cálculos aproximados, es importante que siempre se incremente el espacio un poco más
por si en algún momento hiciera falta almacenar más de la cuenta.

151
Tema  5:  Gestión del material radiactivo

5.1.4.5.  Control de calidad


Debemos asegurarnos de que todo este proceso se lleva a
cabo eficazmente. Para ello se realizarán periódicamente
controles de calidad y de nivel de radiación a cada una
de las fases ya descritas.

5.1.5.  Gestión y almacenamiento de los


residuos de baja y media actividad
en España

Los residuos de baja y media actividad que sean de vida


corta pueden almacenarse en edificaciones construidas
en la superficie terrestre o a poca profundidad. Debemos
tener en cuenta que su periodo de decaimiento es de
máximo unos 300 años, tiempo suficiente en el que las
instituciones deberán ser capaces de mantener y controlar
estos emplazamientos. Es excesivo el coste de un almace-
namiento geológico profundo para el riesgo que suponen
estos residuos. El empleo de minas abandonadas o cavi-
dades naturales es también muy costoso, salvo que reúnan
las condiciones técnicas necesarias y puedan albergar
todos los residuos.

El almacenamiento en la superficie puede tratarse de una


losa de hormigón sobre la que se apilan los bultos con
residuos. También está la opción de construir celdas de
hormigón enterradas o semienterradas en las que se intro-
ducen los bultos con residuos de baja y media actividad,
o en fosas de seguridad para los de muy baja actividad.
En ambos casos, cuando ya se han colocado los bultos, se
rellenan todos los huecos existentes, se recubre la zona con
tierra, arcilla y capas impermeabilizantes. A continuación,
se pone otra de tierra vegetal, que se planta con vegetación
de raíz corta. Durante la realización de las obras se toman
medidas para controlar las aguas de lluvia, freáticas y las
que pudiesen aparecer.

En el caso de los residuos de vida larga, deben almacenarse


en lugares y sistemas que ofrezcan mayor durabilidad, como
son los almacenamientos para residuos de alta actividad.

Los residuos de baja y media actividad que se producen


en las instalaciones radiactivas de España que no pueden
ser evacuados por vía convencional son gestionados por
Enresa. Las fases que se siguen en este proceso son:

Tratamiento y Almacenamiento
Retirada Transporte
acondicionamiento definitivo

152
Protección radiológica

5.1.5.1.  Retirada
Enresa utiliza un contrato tipo en sus relaciones con los
productores de residuos, cuyo texto es aprobado por el
Ministerio de Industria. En dicho contrato se establecen
las obligaciones que deben asumir los productores de
residuos en cuanto a la preparación de estos, de acuerdo
con las especificaciones que se desarrollan en el propio
contrato. Además, se fijan las tarifas establecidas que
conllevan la retirada de los residuos. Por otra parte, como
obligaciones de Enresa figura la de ocuparse de la respon-
sabilidad civil y nuclear de los residuos desde el momento
de la retirada. El contrato se establece a iniciativa de la
instalación radiactiva que lo solicite y es firmado por
Enresa y el titular de la instalación.

Podemos hablar de dos condiciones básicas en la presenta-


ción de los residuos:
• Segregación del residuo según las categorías establecidas.
• Identificación de las características físicas, químicas y ra-
diológicas de los residuos a evacuar.
Por otro lado, para cada tipo de residuo se requieren unos
criterios de aceptación específicos, los cuales están reco-
gidos en el contrato. La operación de retirada de los resi-
duos se planifica previamente y se comunica a la instalación
para que tomen las medidas oportunas. La transferencia
de titularidad implica que el responsable civil y nuclear
del material radiactivo es el receptor del mismo desde que
es entregado y aceptado para proceder a su retirada. Este
proceso se justifica con el albarán de entrega, en el que se
recogen todos los datos de los residuos. El documento es
firmado por el supervisor de la instalación y por el técnico
de la empresa que se encarga de la recogida. La operación
de retirada deberá quedar registrada en el diario de opera-
ciones de la instalación, anotando todo lo relacionado con
el proceso, incluida la fecha de entrega de los residuos,
archivándose el albarán de entrega.

5.1.5.2.  Transporte de residuos


Aparte del peligro que conlleva todo transporte habitual,
en el transporte de residuos radiactivos contamos con
un factor adicional: la peligrosidad de los materiales que
se transportan. No nos podemos olvidar de que se trata
de materiales que contienen radionucleidos, los cuales
pueden producir radiaciones ionizantes, además de que
algunos de ellos tienen otras características, como la infla-
mabilidad de los líquidos de centelleo. El transporte de
los materiales radiactivos viene regulado por el Acuerdo
Europeo para el Transporte de Mercancías Peligrosas por

153
Tema  5:  Gestión del material radiactivo

Carretera (ADR). Es importante conocer los volúmenes


de residuos radiactivos que generan las instalaciones, así
como su situación geográfica, a fin de elaborar sistemas
de seguridad. Los contenedores que se emplean para
albergar material radiactivo han soportado los ensayos
que requiere la legislación.

5.1.5.3.  Tratamiento y almacenamiento de


residuos
Generalmente, las instalaciones que generan residuos
radiactivos no disponen de los medios necesarios para que
todos los productos que entregan a Enresa estén en estado
sólido. Por este motivo, en el Centro de Almacenamiento
de El Cabril se construyeron diversas instalaciones de acon-
dicionamiento que permitieran que la forma final de los
residuos fuera sólida, además de poder reducir el volumen
de los residuos.

Por otro lado, los objetivos de seguridad fijados son los


siguientes:
• Asegurar tanto la protección inmediata como a largo pla-
zo de las personas y del medio ambiente.
• Permitir la libre utilización del emplazamiento tras un
periodo de duración máxima de 300 años.

Para conseguir estos propósitos es importante que se


aíslen los residuos del agua, además de limitar su actividad
y garantizar su integridad. Cada tipo de residuo requiere
un tratamiento diferente antes de proceder a su almacena-
miento final:
• Supercompactación: se emplea en los residuos que
pueden compactarse para poder reducir el volumen del
producto final hasta cinco veces. El producto final es in-
troducido en contenedores de hormigón, inmovilizados
con mortero.
ponte a prueba • Incineración: suele ir destinada a los residuos orgánicos.
Las cenizas que quedan se inmovilizan en contenedores
metálicos con pared interna de hormigón, los cuales se
Cuando se genera un residuo
introducen en contenedores de hormigón e inmovilizan
radiactivo, el primer paso
para que sea gestionado con mortero.
correctamente será: • Formación de mortero de relleno: se usa en los residuos
líquidos acuosos. Una vez filtrado, el residuo se integra
a) Su almacenamiento
con al agente hidráulico con el que se forma el mortero
b) Su evacuación de inmovilización de otros residuos.
c) Su transporte interno • Inmovilización directa: se lleva a cabo en los residuos
d) Su segregación que no pueden compactarse y en las fuentes encapsu-
ladas. Estos se meten en contenedores metálicos y son
inmovilizados en su interior con mortero, que a su vez
154 se introducen en contenedores de hormigón donde se
Protección radiológica

inmovilizan. Una vez llenos, los contenedores de hormi-


gón se sellan con mortero y se trasladan a las celdas exis-
tentes en las plataformas de almacenamiento, donde se
depositan en una zona claramente definida y registrada
documentalmente. Las celdas ya rellenas se sellan con
mortero y diversas capas impermeabilizantes. Finalmen-
te, se cubrirá todo con diversas capas impermeabilizan-
tes y de tierra vegetal.

5.2.  Transporte de material


radiactivo
Los reglamentos de obligado cumplimiento en España
sobre el transporte de mercancías peligrosas utilizan una
terminología propia. Por ello es conveniente estar familia-
rizado con los siguientes términos:
• Expedidor: hace referencia al remitente. Es la persona
natural o jurídica por cuya orden y cuenta se realiza el en-
vío. Deberá figurar como tal en los documentos de trans-
porte y poseer conocimientos técnicos suficientes para
firmar las certificaciones.
• Uso exclusivo: es la modalidad de transporte en la que
un contenedor o un medio de transporte es utilizado ex-
clusivamente para las mercancías de un único expedidor.
• Embalaje: se refiere al conjunto de elementos necesarios
para transportar con seguridad el material radiactivo.
Puede estar formado por uno o más recipientes, materia-
les de blindaje, materiales absorbentes, estructuras me-
cánicas, aislantes térmicos, refrigerantes, etc.
• Bulto: es el embalaje con el contenido radiactivo a trans-
portar, que deberá cumplir con unas normas de resistencia
más o menos rigurosas, según sea el material transportado.
• Contenedor: alude al elemento de transporte para faci-
litar el acarreo por una o más modalidades de transporte
sin realizar recargas intermedias. Debe ser cerrado y dise-
ñado para usar repetidas veces.
• Sobreembalaje: hace referencia a todo aquello que pue-
de emplear el remitente, como cajas o sacos, para agru-
par en una sola unidad de manipulación un envío de dos o
más bultos para facilitar su expedición. Este sobreemba-
laje no tiene que cumplir los requisitos de un contenedor.
• Índice de transporte: es un concepto que se emplea
para cuantificar el riesgo del material radiactivo en las
condiciones de transporte respecto a la criticidad y a la
exposición a las radiaciones. Sirve para limitar el conteni-
do de material radiactivo de algunos bultos, sobreemba-
lajes, cisternas y contenedores, así como para establecer
sus categorías y para determinar si será necesario o no
recurrir a la modalidad de uso exclusivo.

155
Tema  5:  Gestión del material radiactivo

• Índice de Seguridad con respecto a la Criticidad (ISC): es


un número que se utiliza para controlar la acumulación de
bultos con sustancias fisionables.

5.2.1.  Reglamento para el transporte seguro


de material radiactivo

Es muy importante que el transporte de material radiactivo se


realice cumpliendo unas condiciones de seguridad y blindaje
óptimas, especialmente si llega a producirse algún accidente.
Por esto mismo el transporte de mercancías peligrosas, lo que
incluye las radiactivas, sigue una normativa tanto nacional
como internacional.

El Reglamento para el transporte seguro de material radiac-


tivo creado por el Organismo Internacional de Energía Atómica
(OIEA) es la base sobre la que se establecen la mayoría de los
reglamentos internacionales de transporte de mercancías peli-
grosas. El Reglamento prácticamente ha sido adoptado por
todas las organizaciones internacionales con competencias
en el transporte. España aceptó implícitamente el reglamento
al haberse adherido a convenios internacionales que lo incor-
poran, como, por ejemplo, al Acuerdo Europeo sobre Transporte
Internacional de Mercancías Peligrosas por Carretera (ADR),
que se actualiza y se publica periódicamente en el BOE.

El Reglamento del OIEA es aplicable a los diversos medios de


transporte por vía terrestre, aérea o marítima y contempla
normas específicas complementarias para cada uno de ellos.
Incluye como clase 7 las materias radiactivas. También menciona
que no es aplicable a los materiales radiactivos que formen parte
del propio medio de transporte, ni a las personas tratadas con
radiofármacos o que lleven implantados dispositivos radiactivos.
Asimismo, tampoco es aplicable a los movimientos de mate-
rial radiactivo en el interior de las propias instalaciones, que se
realizarán de conformidad con los procedimientos de seguridad
aprobados por la autoridad competente.

5.2.2.  Clasificación de los materiales


radiactivos

En la instrucción IS-34 del CSN, además de en otras norma-


tivas sobre transporte, consideran como materiales radiactivos
aquellos que contengan radionucleidos en los cuales tanto la
concentración de actividad como la actividad total de la remesa
excedan los valores especificados en el reglamento. La peli-
grosidad potencial de los materiales radiactivos a transportar
dependerá de:
• Los radionucleidos que contiene.
• La actividad específica del material.

156
Protección radiológica

• La cantidad de material (actividad total).


• La naturaleza química del material.
• El estado físico del material.

Cuanto más peligroso sea el material que se transporta, los requi-


sitos técnicos y administrativos, así como los controles de calidad
deberán de ser más más extremos.

5.2.3.  Tipos de embalajes


Los tipos y la calidad de los embalajes van a depender especial-
mente del riesgo que suponga el material que queramos trans-
portar, así como las condiciones del propio transporte. Si tenemos
en cuenta esto último, podemos considerar tres situaciones:
• Las normales de un transporte rutinario: se aplica en las si-
tuaciones en las que se transportan bultos que tienen muy baja
actividad. Así, en caso de producirse un accidente, no habría
riesgo radiológico.
• Incidentes de poca importancia: son aquellos casos en los que
durante el transporte tenga lugar algún golpe en los bultos o
que empiece a llover. En estos casos no habría riesgo biológico
significativo en caso de rotura.
• Situaciones de accidente: es muy importante que se tomen to-
das las precauciones necesarias, pues, de lo contrario, en caso de
accidente podría dar lugar a problemas radiológicos relevantes.

5.2.4.  Categorías de los bultos y etiquetado


Los bultos que transportan los materiales radiactivos tendrán unas
características propias en función de lo que contengan, que mini-
mizarán la posibilidad de dispersión o ruptura.

Es importante que el expedidor se encargue de preparar correc-


tamente el producto a fin de menguar cualquier riesgo. Además,
deberá preparar la documentación necesaria y señalizar correcta-
mente los bultos siguiendo las directrices de la normativa. Si fuera
necesario, también deberá conseguir el certificado de aprobación.

5.2.4.1.  Tipos de bultos para el transporte

Bultos exceptuados

Estos bultos de transporte no necesitan cumplir con muchos


requisitos para poder almacenar materiales radiactivos, pues
están pensados únicamente para pequeñas cantidades. Las
condiciones más importantes en ellos es que sean resistentes a
las condiciones naturales del transporte y que se puedan mani-
pular y descontaminar fácilmente. Llevan señalizado el número de
Naciones Unidas y la palabra radiactivo.

157
Tema  5:  Gestión del material radiactivo

Bultos industriales

Se utilizan para cargar materiales de radioactividad limitada (Baja Actividad Específica, BAE)
o que tienen radioactividad en la superficie. Estos bultos deben cumplir con los requisitos
de los anteriores, además de otros relacionados con la documentación de expedición y el
etiquetado exterior. Se pueden considerar tres tipos, que se diferencian según los requisitos
de trasporte:
• Tipo 1 (BI-1): cumplen las condiciones estándar de documentación y señalización con con-
tenido mineral, uranio natural y materiales con poca radiación.
• Tipo 2 (BI-2): además de los requisitos del tipo 1, debe probarse su resistencia mediante
ensayos que los posibiliten para poder ser apilados y soportar caídas.
• Tipo 3 (BI-3): también deben cumplir obligaciones anteriores, además de pasar pruebas de
penetración y aspersión de agua. Para comprobar su resistencia ante posible lluvia.
Están dentro de un contenido hermetizado e inactivo para prevenir condiciones de accidente,
aunque esto no suele ser lo normal.

Bultos tipo A

Se trata de bultos que trasportan muy pequeñas cantidades de material radiactivo, puesto
que su contenido puede ser frágil. Por ello, deben superar una serie de condiciones de segu-
ridad y contención para evitar roturas o derramamientos. Estas son las incluidas en los bultos
industriales tipo 3 y algunos otras para casos en los que los bultos en cuestión comprendan
agentes gaseosos o líquidos.

Puesto que el contenido de los bultos de tipo A pueden sufrir accidentes de diversa índole,
la actividad de este no puede superar la contención de estos bultos. Es por ello por lo que
existen dos tipos de factores que condicionan los materiales:
• A1: el material se protege de manera especial y hermética (encapsulado) para evitar posi-
bles desprendimientos radiactivos.
• A2: el material no necesita ser protegido de manera específica.

Bultos tipo B

Se emplean para contener y cargar materiales con mayor actividad radiactiva que los del tipo
A. A diferencia de estos, pasan una serie de pruebas para comprobar su resistencia al agua,
a la temperatura y de carácter mecánico puesto que puede sufrir accidentes más severos. En
este grupo se incluyen los materiales para tratamiento de cáncer, la desinfección de material
usado en quirófanos y equipos que utilizan los rayos gamma.

El material se inserta en un recipiente blindado con plomo. Este primer contenedor se guar-
dará en uno de acero que en ocasiones puede estar reforzado con láminas de madera. Todas
estas capas de contención poseen diferente espesor y cierres especiales para evitar posibles
contratiempos.

Existe dos tipos:


• B(U): necesitan una aprobación unilateral. Es decir, es suficiente con la autorización del país
en el que se han fabricado.

158
Protección radiológica

• B(M): necesitan una aprobación multilateral. Además de


la autorización del país de origen, también es obligatoria
la del resto de países por los que van a ser transportados.

Bultos tipo C

Los materiales que transportan este tipo de bultos son


altamente radiactivos y están preparados para circular por
medio aéreo. El sistema de seguridad para el contenido es
todavía que en los bultos de tipo B. Sobre todo en lo refe-
rente al cierre y a la resistencia mecánica.

Bultos especiales

Existen otros bultos especiales con requisitos específicos y


condicionados por algunos ya explicados:

Bultos para sustancias fisionables (F)

Son bultos específicos para sustancias que pueden


provocar criticidad. Es decir, una radiación en secuencia.
Se rigen bajo las prevenciones que se toman con los bultos
industriales. También necesitan una autorización como la
de los tipo B(M).

Sustancias fisionables son, por ejemplo, el óxido de uranio


concentrado, la materia prima de fuentes combustibles y
elementos tanto irradiados hacia las centrales y sin irradiar
hacia instalaciones de almacenamiento o tratamiento.

Bultos que contienen combustible irradiado

Dependiendo del material combustible irradiado que se


transporte y de sus características radiactivas, el bulto en
el que se cargue será de un tipo u otro. Según sea el tipo de
bulto tendrá unos requisitos mínimos de seguridad.

El combustible irradiado es también sustancia fisionable,


pero a diferencia de los anteriores, necesitan una aproba-
ción unilateral. Es por ello por lo que el bulto es de tipo B(U)
F. El certificado de aprobación que se le exige se apoya en
el Estudio de Seguridad por el cual se garantiza la protec-
ción tanto del operario como del medio exterior.

Elementos de seguridad para el transporte de material


irradiado:
• Sistema de contención: el cual se compone de varios cie-
rres para asegurar su hermetismo.

159
Tema  5:  Gestión del material radiactivo

• Cápsula: también llamada bastidor, es indispensable puesto que es el recipiente que evita
la criticidad del combustible.
• Contenedor: en cuyo interior se aloja la cápsula. La protege de los cambios de temperatura
(ante la probabilidad de incendios) y de posibles roturas. Este, además, su estructura se
compone de un material que actúa como blindaje.
• Limitadores de impacto: que minimizan el daño provocado por accidentes, en caso de que
estos ocurran.

Bultos con hexafluoruro de uranio

La mezcla de agua y vapor con hexafluoruro de uranio da como resultado una sustancia cáus-
tica y dañina. Es por ello por lo que debe cumplir con las características de los bultos de tipo
A, B o C, además de seguir la norma ISO 7195. Por otro lado, si el hexafluoruro de uranio
es fisionable el bulto que lo transporte también tiene que cumplir con las características de
protección comunes a estos materiales.

5.2.4.2.  Etiquetado
Los bultos y sobreembalajes asignados en un transporte se incluirán en una de las siguientes
categorías: I-BLANCA, II-AMARILLA o III-AMARILLA, en función de los niveles de radiación
en su exterior. La utilización de una u otra etiqueta depende de la intensidad de radiación en
la superficie externa y del índice de transporte para determinar la categoría del bulto y solo
el índice de transporte para determinar la categoría del embalaje.

I-BLANCA: el nivel máximo de radiación en la super-


RADIOACTIVO ficie es inferior a 0,005 mSv/h.

II-AMARILLA: el nivel máximo de radiación en la


superficie externa es superior a 0,005 mSv/h, pero
RADIOACTIVO no supera los 0,5 mSv/h y el índice de transporte no
es mayor a 1.

III-AMARILLA: el nivel máximo de radiación en la


superficie externa es mayor de 0,5 mSv/h, pero menor
de 2 mSv/h o el índice de transporte se encuentra
RADIOACTIVO
entre 1 y 10. Esta categoría se asignará a cualquier
bulto que se transporte mediante acuerdo especial.

160
Protección radiológica

También se clasificará como III-AMARILLA en los casos


en los que el nivel de radiación superase los 2 mSv/h o
el índice de transporte fuera superior a 10. Sin embargo,
además de esto, el transporte se realizará bajo la moda-
lidad de uso exclusivo, en la que se aplicarán los siguientes
límites al vehículo:
• 2 mSv/h en superficie externa del vehículo.
• 0,1 mSv/h a 2 m de la superficie del vehículo.
• 0,02 mSv/h en los lugares del vehículo normalmente ocu-
pados por personas, salvo que se controle su dosis.

Las etiquetas de cada bulto, sobreembalaje y contenedor


que contenga material radiactivo se colocarán en el exte-
rior, en los lados que sean necesarios para que las etiquetas
sean perfectamente visibles. Además, si contiene materias
fisionables que no estén exceptuadas, llevará una etiqueta
justo al lado de la de materia radiactiva. Cada etiqueta
llevará impreso el trébol y el número 7 como identifica-
dores de las materias radiactivas, además de indicar su
contenido, la actividad máxima contenida y el índice de
transporte. Las etiquetas deben ser colocadas y cumpli-
mentadas por el expedidor, que, además, deberá cumplir
con lo siguiente en cada bulto:
• Indicar su masa bruta admisible si sobrepasa los 50 kg.
• Anotar si el bulto es tipo A, tipo B (U) o tipo B(M) cuan-
do sea así.
• Si el bulto es de tipo B, anotar la identificación estableci-
da por la autoridad competente y el número de serie de
fabricación. Además, se deberá marcar, estampar o gra-
bar el trébol característico.

5.2.5.  Documentación de transporte


La DGT es actualmente en España la autoridad compe-
tente para este cometido, aunque se requiere la apreciación
favorable del CSN. Sin embargo, el principal responsable de
que el transporte se realice acorde a lo legislado es el expe-
didor, que debe proporcionar toda la información necesaria
para un transporte seguro. El transporte de carretera es la
vía de transporte más habitual, y la documentación básica
y obligatoria consiste en dos documentos:
• La carta de porte, que debe describir adecuadamente el
material y embalaje o bulto objeto de transporte y que
constituye el soporte contractual entre el expedidor, el
cargador, el transportista y el receptor. El remitente debe
declarar que la descripción es adecuada y que está con-
forme con los reglamentos pertinentes.

161
Tema  5:  Gestión del material radiactivo

• La ficha de seguridad, donde el expedidor está obligado


a facilitar a los conductores instrucciones sobre las reco-
mendaciones de seguridad para la prevención de riesgos
en caso de accidente.

5.3.  Gestión de los residuos


generados en un servi-
cio de medicina nuclear y
radiofarmacia

5.3.1.  Laboratorios
Los laboratorios que emplean fuentes radiactivas no encap-
suladas son los de análisis clínicos para el diagnóstico in
vitro, y los de medicina nuclear para el diagnóstico in vivo.

Con estas técnicas se pretende cuantificar la concentra-


ción de parámetros biológicos en un fluido extraído del
paciente empleando el marcaje con un producto radiac-
tivo. Podemos mencionar, por ejemplo, las técnicas de
radioinmunoanálisis, en las que se suele utilizar el isótopo
125I en forma líquida, con una actividad baja de alrededor
de los 50 MBq. En estas técnicas lo residuos que se crean
proceden de los viales que han contenido el isótopo o los
tubos de ensayo, así como líquidos una vez realizados los
análisis. Como ya vimos en epígrafes anteriores, deben
separarse los residuos líquidos de los sólidos, y se alma-
cenarán el tiempo necesario hasta que puedan evacuarse
como residuos convencionales.

5.3.2.  Medicina nuclear


En medicina nuclear se usan radiofármacos formados por
un isótopo radiactivo y un fármaco transportador. Suelen
aplicarse por vía intravenosa y se distribuyen por el cuerpo
humano en función de la ruta metabólica del fármaco. La
gammacámara es el aparato que detecta la radiación y su
distribución, datos que posteriormente almacena.

Los radioisótopos empleados se crean en generadores


nucleares, ciclotrones y en generadores isotópicos, como,
por ejemplo, 99Mo/99mTc, que procura el 99mTc, el radioi-
sótopo más empleado en esta rama. Los isótopos usados
en medicina nuclear para el diagnóstico tienen un periodo
de semidesintegración corto, emisores gamma y con una
energía sobre los 150 KeV. En el PET se usa el 18F, emisor de
positrones que también genera fotones cuya energía es de
alrededor 511 KeV. En el caso de los tratamientos y tera-
pias, se usan emisores beta, como el 131I, que se usa para
tratar el cáncer de tiroides.

162
Protección radiológica

Como vemos, existe una gran variedad de radioisótopos, por lo que se generan residuos que
deben ser tratados. En el caso de la medicina nuclear, los residuos se crean tanto en la prepa-
ración del radiofármaco como en la administración de este al paciente. Hay que gestionar
las jeringas, viales, agujas, vías de administración y otros materiales auxiliares, como gasas,
guantes, algodones, etc.

También es importante tener en cuenta que cuando se administra el radiofármaco al paciente,


este genera también residuos radiactivos, pues se convierte en emisor de radiación. Depen-
diendo del radiofármaco y de su periodo de semidesintegración, así como la cantidad de
dosis suministrada, nos encontramos con tres opciones: el paciente podrá salir de la instala-
ción, permanecer en la misma durante algunas horas, o permanecer hospitalizado un tiempo
con la radioprotección que necesite. Sea cual sea el caso, los servicios de medicina nuclear
deben informar sobre normas y recomendaciones a los pacientes y familiares.

5.3.2.1.  Residuos sólidos


El personal de la instalación se encargará de segregar los residuos radiactivos inmediata-
mente tras su producción, siguiendo las normas y protocolos que se exijan en la instalación.
Después, dependiendo del funcionamiento interno, los encargados de transportar los resi-
duos sólidos desde los contenedores hasta el almacén serán los operadores o supervisores, el
personal autorizado de instalación o el de una empresa autorizada.

Ya segregado el material, debe caracterizarse para así establecer el tiempo que debe estar
almacenado cada residuo. La forma de determinar esto es realizando estimaciones de la acti-
vidad residual, o bien a partir de medidas experimentales de muestras representativas, o a
partir de estimaciones teóricas de publicaciones, como la Guía técnica de gestión de mate-
riales residuales con contenido radiactivo procedentes de instalaciones del ámbito sanitario.

Para mayor seguridad, se podrá comprobar antes de la desclasificación, con un monitor de


radiación ambiental, que los niveles de radiación de la bolsa o bulto no sean superiores al
fondo ambiental.

¡RECUERDA!

Un residuo radiactivo
puede ser desclasificado
cuando el radioisótopo que
lo compone presenta una
actividad por debajo de la
especificada.

163
Tema  5:  Gestión del material radiactivo

Dependiendo del periodo de semidesintegración del isótopo radiactivo, los residuos mixtos y
sólidos se clasifican en varios grupos, los cuales deben ser determinados por cada instalación
a la hora de realizar el protocolo. Esto se hará según sean los isótopos con los que trabajen y
la cantidad de actividad. Una de las clasificaciones podría ser la siguiente:

Grupos Vida media (T1/2) Residuos Observaciones

En pocos días
Muy corto, alrededor se convierten
Grupo I F, 99mTc, 123I
18
de horas en residuos
convencionales.

Se almacenan entre
tres y seis meses
Corto, inferior a cien
Grupo II Ga, 111In, 131I
67
en contenedores
días
plomados hasta su
desclasificación.

Siempre que haya


Medio, igual y supe- espacio el decai-
Grupo III rior a cien días e infe- miento puede
rior a cinco años realizarse en la
instalación.

Se guardan en alma-
Largo, superior a cenes de residuos
Grupo IV
cinco años radiactivos hasta que
Enresa los retire.

Por otra parte, están los generadores de 99Mo/99mTc, los cuales tienen una media de vida
útil de una semana. Por norma general, muchas de las empresas suministradoras retiran los
generadores en desuso. Si no fuera posible, la instalación es la que se encargaría de gestionar
el residuo. Tras almacenar el generador unas diez semanas, se deberá separar la columna
del resto del generador, pues en esta es la que contiene el material radiactivo. La columna
no puede desclasificarse porque su vida media es muy larga, así que se almacena hasta que
Enresa recoja los residuos.

5.3.2.2.  Residuos líquidos


Los residuos líquidos que generan los servicios de medicina nuclear consisten básicamente en
restos de radiofármacos en viales o jeringas, así como muestras de fluidos de pacientes que
han sido tratados con estos radiofármacos. La gestión puede llevarse a cabo de las siguientes
formas:
• Si las actividades son muy pequeñas, se evacuan directamente a la red de alcantarillado.
• Se almacenan en contenedores de plástico. Cuando su actividad decae y cumplen todos los
requerimientos necesarios, se evacuan a la red de alcantarillado.
• El líquido se almacena en pozos de vertido controlado.

164
Protección radiológica

En la evacuación de líquidos se han de cumplir con dos


condiciones. Por un lado, la concentración de la actividad
de los residuos no debe superar en la red de alcantarillado
los niveles de concentración máxima permitidos en cada
descarga. Por otro lado, las actividades de todos los radioi-
sótopos evacuados no deberán sumar más de 1 GBq.

A su vez, los residuos líquidos generados en instalaciones


de medicina nuclear pueden clasificarse en biológicos y
acuosos.

Los líquidos biológicos consisten en muestras de sangre


y plasma en tubos. Suelen ser cantidades pequeñas, por
lo que pueden verterse en la red de alcantarillado. Para
diluir la concentración se dejará el grifo abierto. En el
caso de que los residuos presenten cantidades mayores
de actividad, se almacenarán en contenedores de plás-
tico. Cada vez que se llene uno, se cierra y se coloca una
etiqueta con la fecha del cierre.

Los líquidos acuosos se tratan de viales, jeringas con


dosis y restos de radiofármacos. Estos líquidos se alma-
cenarán en pozos de vertido controlado. Generalmente hay
dos pozos, uno activo y otro pasivo. Cuando se llena el pozo
activo, se cierra y se deja decaer el tiempo que sea nece-
sario, según el resultado de los cálculos realizados con los
datos del registro. En el caso de la orina de los pacientes
tratados con radiofármacos, las habitaciones deben tener
lavabos preparados para la recogida selectiva de la orina,
la cual va a unos depósitos especiales para que pueda
verterse, siguiendo los criterios ya mencionados.

En cualquier caso, es importante seguir un registro en el


que se describa el radioisótopo almacenado, la actividad
de este y la fecha de vertido.

5.4.  Gestión de los residuos ge-


nerados en un servicio de
radioterapia
Las fuentes radiactivas que se usan en los servicios de radio-
terapia se encuentran encapsuladas, por lo que el material
que contienen no se dispersa. En este sentido, los residuos
que se forman en los servicios de radioterapia proceden de
estas fuentes encapsuladas, así como de sólidos radiac-
tivos empleados tanto en teleterapia como braquiterapia.

Sin embargo, actualmente las unidades de teleterapia que


empleaban 60Co, principal tratamiento de radioterapia
externa, se hallan en desuso, pero en braquiterapia sí se
siguen usando para el tratamiento de pacientes determi-
nadas fuentes radiactivas.

165
Tema  5:  Gestión del material radiactivo

Cuando las fuentes ya no sirven debido a su decaimiento, pasan a ser residuos radiactivos. La
empresa suministradora es la que tiene que hacerse cargo de estos residuos de alta actividad,
retirando la fuente que ya no es útil por otra nueva. Para controlar todos estos movimientos
de adquisición o retirada de fuentes de alta actividad, debe completarse la ficha de registro
de fuentes de alta actividad, enviando una copia de la misma al CSN.

Por otro lado, también se forman residuos de baja actividad, como las semillas de 125I o
103
Pd, considerados como sólidos radiactivos que generan como residuos las semillas que
no se llegan a usar. Este tipo de residuos será almacenado durante varios años en contene-
dores apropiados y etiquetados correctamente. Cuando ya ha pasado el tiempo de alma-
cenamiento, estos desechos podrán retirarse como residuo convencional siempre que la
instalación consiga autorización.

ponte a prueba

Los residuos de baja actividad generados en un servicio de radioterapia


podrán retirarse como residuo convencional:
a) Inmediatamente.
b) Tras su almacenamiento temporal, sin necesidad de autorización.
c) Tras su almacenamiento temporal, con las autorizaciones pertinentes.
d) Nunca, en ningún caso podrán retirarse como residuo convencional.

5.5.  Aspectos particulares del diagnóstico in vitro e


investigación
El Real Decreto 1662/2000 establece las condiciones que deben reunir los productos sani-
tarios para diagnóstico in vitro y sus accesorios para su comercialización, puesta en servicio y
utilización, así como los procedimientos de evaluación de su conformidad.

Los productos (referidos tanto a los sanitarios para diagnóstico in vitro como los accesorios)
deberán diseñarse de tal forma que no comprometan el estado clínico o la seguridad de los
pacientes, así como la seguridad o la salud de otras personas. Cualquier riesgo que pueda
asociarse con su uso deberá ser aceptable en relación con los beneficios que puedan obtenerse.

Por otra parte, los productos deberán diseñarse, fabricarse, envasarse y acondicionarse de tal
forma que se eliminen o reduzcan:
• Cualquier riesgo derivado de posibles fugas, contaminantes y residuos para las personas
que se encargan del transporte, almacenamiento y uso de estos productos.
• El peligro de infección de las personas que los manipulen. El diseño de los productos deberá
permitir una manipulación fácil, así como reducir al mínimo la contaminación y las fugas
procedentes del producto durante el uso.

166
Protección radiológica

• La exposición de los usuarios y otras personas a las emisiones de radiación, en el caso de
que se traten de productos destinados a emitir radiaciones peligrosas. Para ello, deberán:
◦ D
 iseñarse de forma que sus características y la cantidad de las radiaciones puedan
controlarse o, en su defecto, regularse.
◦ Incorporar indicadores visuales o sonoros cuando se produzcan tales emisiones.

Las instrucciones de uso deberán detallar la naturaleza de la radiación emitida, medios de


protección, maneras de evitar manipulaciones incorrectas, además de cómo eliminar los
riesgos derivados de la instalación.

Cada producto deberá ir acompañado de la información necesaria para su uso correcto y


seguro. La información que deba facilitarse se expresará con los símbolos y colores de identi-
ficación que indica la normativa. En aquellos sectores en los que no existan normas, se descri-
birán los símbolos y colores utilizados en la documentación proporcionada con el producto.

Si los productos contienen una sustancia o un preparado que pueda considerarse peligroso,
se aplicarán los requisitos sobre materia de símbolos de peligro y de etiquetado de los Reales
Decretos 2216/1985 y 1078/1993. Cuando no se tenga espacio suficiente para señalar
toda la información en el producto o en su etiqueta, los símbolos de peligro se colocarán
en la etiqueta y se recogerá en las instrucciones de uso el resto de la información que deba
aparecer según las mencionadas disposiciones.

5.6.  Fuentes radiactivas fuera de uso


Las fuentes utilizadas en medicina nuclear se convierten en residuos radiactivos cuando no
resultan ya aptas para el uso clínico, ya sea debido al descenso de su actividad o por alguna
otra causa. En ocasiones, la actividad y características de estas fuentes precisan medidas
relativamente complejas para su gestión, por lo que se deben reducir al mínimo las opera-
ciones que se lleven a cabo.

5.6.1.  Retirada de fuentes por el suministrador


Cuando llega el momento de eliminar las fuentes agotadas o fuera de uso, el procedimiento
que se emplea normalmente consiste en que la empresa que suministró dichas fuentes sea
la encargada de retirarlas En el caso de fuentes radiactivas que tengan un periodo de semi-
desintegración medio o largo, los contratos entre la empresa suministradora y la instalación
deberá incluir una cláusula que comprometa a los suministradores a su retirada posterior.
Dicha cláusula se referirá tanto si la fuente ha de ser sustituida por otra como si no es el
caso. Por otro lado, se tomarán las medidas necesarias para minimizar el tiempo que trans-
curre desde que la fuente afectada queda fuera de uso y su retirada. Durante ese periodo la
fuente se mantendrá en un contenedor con el blindaje y dispositivos necesarios para reducir
al mínimo las posibilidades de dispersión del material o de contaminación.

5.6.2.  Retirada de fuentes por una empresa autorizada


Cuando el procedimiento previsto en el apartado anterior no sea posible, habrá que concertar
con una empresa autorizada (normalmente Enresa) la retirada de las fuentes en desuso. Para
ello, el centro sanitario deberá mantener en vigor el correspondiente contrato.

167
Tema  6:  Aplicación del plan de garantía de calidad en medicina nuclear, radioterapia y radiodiagnóstico

6 APLICACIÓN DEL PLAN DE GARANTÍA DE CALIDAD


EN MEDICINA NUCLEAR, RADIOTERAPIA Y RADIO-
DIAGNÓSTICO
APLICACIÓN DEL PLAN DE GARANTÍA DE CALIDAD
EN MEDICINA NUCLEAR, RADIOTERAPIA Y RADIODIAG-
Protección radiológica

En medicina nuclear, radioterapia y radiodiagnóstico se llevan a cabo numerosos métodos


y actividades en los que intervienen diferentes procesos físicos, equipos y especialistas. Si
hubiera un fallo en cualquiera de estos elementos, terminará repercutiendo en los procesos
posteriores y el resultado podrá conllevar a un detrimento en la calidad de la imagen final o
a un aumento de la dosis de radiación, entre otros. Por este motivo, se elaboran los llamados
programas de garantía de calidad, los cuales tienen como objetivo asegurar que todos los
procesos se llevan a cabo adecuadamente para que el resultado sea de la calidad esperada.
En el caso de la instalación de diagnóstico por imagen, el programa deberá asegurar que las
imágenes producidas posean una calidad lo suficientemente alta como para que el paciente
obtenga un diagnóstico adecuado, con el menor coste posible y con la mínima exposición a
la radiación.

Es imprescindible llevar un registro por escrito de todos los controles realizados, así como
tener un manual en el que se especifiquen todos los procedimientos de los mismos. Además,
deberá evaluarse la eficacia del propio programa de garantía de calidad.

Por otra parte, también nos encontramos con el término garantía de calidad, que abarca
todas aquellas acciones que son precisas para que el producto, servicio o instalación satisfaga
las exigencias de calidad que se han indicado y así proporcionar la confianza en el usuario.
Igualmente, el sistema de garantía de calidad debe evaluarse continuamente para que se
pueda comprobar su efectividad y corregir aquellas medidas que sean necesarias.

Es importante definir indicadores de calidad para así establecer métodos de medida de


análisis que permitan evaluar las etapas del proceso, detectar deficiencias y proponer
acciones que ayuden a mejorar el resultado final. Los valores de los indicadores de calidad
con el de las auditorías nos ayudarán a saber si los procesos del programa de garantía de
calidad cumplen con sus objetivos. En el caso de que no se cumplieran, se definirán medidas
correctivas para subsanar las desviaciones detectadas y acciones preventivas de lo que pueda
pasar en el futuro.

Básicamente, todo lo referente a planes de garantía de calidad en instalaciones médicas,


podemos encontrarlo en los siguientes documentos:
• SEFM-SEPR-SERAM (Rev. 2011). Protocolo español de calidad en radiodiagnóstico.
• Real Decreto 1841/1997, de 19 de diciembre de 1997, por el que se establecen los criterios
de calidad en medicina nuclear.
• Real Decreto 1566/1998, de 28 de agosto de 1998, por el que se establecen los criterios de
calidad en radioterapia.
• Real Decreto 1976/1999, de 29 de diciembre de 1999, por el que se establecen los criterios
de calidad en radiodiagnóstico.

169
Tema  6:  Aplicación del plan de garantía de calidad en medicina nuclear, radioterapia y radiodiagnóstico

6.1.  Protección radiológica del paciente: garantía y


control de calidad. Prevención de errores

6.1.1.  Factores de calidad del proceso


Los factores clínicos que de forma general afectan al control de calidad de un servicio de
diagnóstico por imagen son los siguientes:

El diagnóstico útil

La calidad de imagen

El tiempo de respuesta

La satisfacción del usuario

La seguridad del paciente

6.1.1.1.  El diagnóstico útil


Constituye lo más importante en el control de calidad en un servicio de diagnóstico por
imagen. Las pruebas deberán estar justificadas siempre, es decir, cualquier exploración solo
estará indicada cuando sirva para cambiar el diagnóstico, pronóstico, el tratamiento o la
técnica terapéutica hacia el paciente. Además del daño que puedan ocasionar las radiaciones
a las que sometemos al paciente, debemos pensar en el coste que supone la realización de
un estudio innecesario. En otras palabras, aunque algunas pruebas, como los ultrasonidos, se
consideran no lesivas para el paciente, la realización de un estudio innecesario puede condi-
cionar una limitación de los recursos. Con eso podemos privar de este servicio a otro paciente
que sí requiera la prueba y de esta forma causar un detrimento sobre este individuo. Además,
no hay que olvidar el aspecto económico de las pruebas de imagen, por lo que deberemos
tener muy en cuenta las indicaciones de estas pruebas según la perspectiva coste/beneficio.
Las medidas de control que podemos llevar a cabo sobre el diagnóstico útil son:
• Control de las solicitudes: es la medida más propugnada en el control de calidad. Actúa de
manera preventiva, tratando de evitar exploraciones innecesarias. Se fundamenta también
en el cumplimiento de las directrices que se señalan en el Real Decreto 601/2019.
• Sesiones hospitalarias: en estas sesiones se ajustan las solicitudes a los casos concretos y
se evalúa el cumplimiento de los protocolos.
• Tasa de aciertos diagnósticos: se han propuesto muchas formas de verificación de
aciertos de diagnósticos. La finalidad de esta medida es conocer si desde el servicio de
diagnóstico por imagen se están emitiendo juicios correctos. Este análisis debería reali-
zarse siempre de manera impersonal para no comprometer la profesionalidad del médico
que realiza el informe.
• Otras tasas: la tasa de exploraciones innecesarias y la tasa de controles innecesarios eva-
lúan el diagnóstico útil y se determinan de manera similar a la de aciertos diagnósticos.

170
Protección radiológica

6.1.1.2.  La calidad de imagen


Lo más importante en este aspecto es que la información necesaria
para realizar un diagnóstico esté recogida en la imagen y pueda
ser interpretada por el médico. En este sentido no importa si su
apariencia es estéticamente agradable. Los parámetros que deter-
minen la calidad de imagen deberán valorar la eficacia de esta con
relación al propósito para el que ha sido realizada. Por tanto, estos
parámetros deberán hacer referencia a la capacidad de la imagen
para demostrar la presencia o no de patología y para identificar
estructuras anatómicas que sean relevantes para su detección,
localización y diagnóstico diferencial.

Para mantener la adecuada calidad de imagen a lo largo del tiempo


no solo deberán realizarse estos controles con una determinada
periodicidad, sino que es imprescindible una adecuada colabora-
ción entre el radiólogo que informa de las radiografías y el técnico
que las realiza para detectar en seguida las posibles anomalías en
la calidad de la imagen.

6.1.1.3.  El tiempo de respuesta


El estudio de la patología del paciente solo será útil si el médico
prescriptor recibe el informe a tiempo para tomar decisiones que
condicionen un cambio en el diagnóstico, pronóstico y tratamiento.
Para tratar de controlar este parámetro se debe establecer un límite
máximo de tiempo desde que se realiza una prueba hasta que el
médico recibe el informe. Este suele ser motivo de acuerdos entre la
dirección del centro y el servicio de diagnóstico por imagen y cada
vez más constituye uno de los objetivos prioritarios de un servicio.

El tiempo límite de respuesta deberá quedar establecido de la


siguiente forma: no debería exceder las tres horas en el caso de
pacientes urgentes, 24 horas en el paciente ingresado y siete días
en pacientes ambulatorios. Es importante resaltar que estos pará-
metros solo determinan el tiempo de informe (tiempo que trans-
curre desde la realización de la prueba hasta que el médico puede
tener acceso al informe), sin tener en cuenta las temidas listas de
espera, ya que en la mayor parte de los casos no dependerán del
servicio de diagnóstico por imagen, sino de los médicos peticio-
narios que la generan.

6.1.1.4.  Satisfacción del usuario


Cada vez el usuario está adquiriendo más importancia en los
programas de gestión hospitalaria, por lo que es importante conocer
la satisfacción del mismo en los programas de garantía de calidad
de los servicios de diagnóstico por imagen. Esta evaluación podrá
llevarse a cabo a través de mediciones objetivas, como el tiempo
de cola en la recepción de pacientes, el tiempo de espera en cada
sala antes de entrar a la prueba, o bien a través de encuestas de
satisfacción que evalúen aspectos como el nivel de conocimiento

171
Tema  6:  Aplicación del plan de garantía de calidad en medicina nuclear, radioterapia y radiodiagnóstico

del paciente sobre la prueba a la que va a ser sometido, la


adecuación y el confort de las salas de espera, valoración
de los carteles informativos, grado de intimidad, etc.

No debemos olvidar que los radiólogos forman parte de


un servicio que asiste a los médicos peticionarios, por
tanto, dentro de los usuarios se debe incluir su nivel de
satisfacción, que podrá determinarse también a través de
encuestas que evaluarán su percepción y evaluación sobre
los otros tres pilares de la calidad ya citados: el diagnos-
tico útil, la calidad de imagen y el tiempo de respuesta. La
función del radiólogo no es solo interpretar las imágenes
médicas y generar los respectivos informes, sino que debe
resolver problemas a los clínicos, suministrándoles infor-
mación diagnóstica relevante y garantizando la accesibi-
lidad, seguridad y comodidad a los enfermos.

6.1.1.5.  La seguridad del paciente


Debido al perjuicio directo que puede ocasionar el uso de
rayos X con fines de diagnóstico médico, la justificación
en este ámbito constituye un reto y a la vez una obliga-
ción. Tanto la Unión Europea como España han promovido
acciones para ajustar el uso de las exploraciones con radia-
ciones ionizantes. Tal y como se indica en el artículo 3 del
Real Decreto 601/2019, todas las exposiciones médicas
deberán justificarse previamente, teniendo en cuenta los
objetivos específicos de la exposición y las características
de cada persona afectada. Para reducir el riesgo de inducir
efectos nocivos por el uso de radiaciones ionizantes, este
Real Decreto intenta limitar su uso indiscriminado en la
práctica médica diaria reforzando la obligatoriedad de la
justificación de las pruebas con base en las indicaciones.

En un servicio de diagnóstico por imagen muchas de


las exploraciones conllevan el uso de radiaciones ioni-
zantes que, como ya hemos visto, implican un riesgo
para el paciente que solo debe ser asumible si el bene-
ficio esperado de la prueba es superior a este. La apari-
ción de nuevas técnicas de imagen que proporcionan
mayor capacidad diagnóstica ha provocado un aumento
de hasta un 50% de la dosis absorbida poblacional debida
al diagnóstico médico.

Para facilitar las mejoras propuestas tras el control de


calidad, es necesario implantar o reforzar acciones de
divulgación de los principios de protección radiológica y del
Real Decreto 601/2019 a los médicos peticionarios, coor-
dinadas con acciones de formación en términos de protec-
ción radiológica. Así, tendrán el conocimiento adecuado y
actualizado de las indicaciones y del uso de las guías de
indicaciones, así como la revisión de los protocolos consen-
suados con el resto de los servicios implicados.

172
Protección radiológica

Todas estas medidas de control de calidad que evalúan el


aspecto clínico de un servicio de diagnóstico por imagen
deberán constar por escrito en el programa de garantía
de calidad y ser sometidas a actualizaciones con periodi-
cidad anual.

6.1.2.  Prevención de errores


Los errores que pueden darse se incluyen en dos grandes
bloques:
– E
 rrores de logística: son todos aquellos cometidos en
el proceso radiológico, como fallos de trascripción o
de marcación, pérdida de exámenes o informes, equi-
vocaciones en la entrega o confusión de placas, etc.
– E
 rrores en el proceso diagnóstico: corresponden a
aquellos casos en que el radiólogo no ve o no informa
sobre los hallazgos de la imagen. Existen varias formas
en que este tipo de error se manifiesta.
– E
 rror de percepción: constituye aproximadamente el
60%. En este caso, el radiólogo sigue todos los proce-
dimientos y normas adecuadas, fallando en reconocer
una anomalía que en retrospectiva es aparente.
– E
 rror aliterativo: consiste en repetir el mismo error
diagnóstico en varias ocasiones.
– E
 rror por falta de conocimiento o especializa-
ción: suele producirse en las áreas de diagnóstico
más especializadas como en neuroradiología o ra-
diología pediátrica.
– N
 o revisar las placas con el clínico cuando este las
va a retirar: en estos casos hay un porcentaje de mo-
dificación de los informes de hasta un 20% a la luz de
los antecedentes que aporta el clínico.

Lo primero que debemos hacer para prevenir un error es


conocerlo y analizarlo. Después, ya podremos tomar las
medidas correctoras. Esto debe ser un proceso continuo de
medición y corrección. Necesitamos analizar los sistemas
buscando la raíz del problema para elaborar un plan de
acción para cambiar los sistemas que fuerzan o permiten
el error. Es importante que seamos capaces de reconocer el
error, informar de ello y buscar cómo prevenirlo.

En diversas publicaciones comentan que el error promedio


de un radiólogo alcanza en total un 25-30% de los informes,
incluyendo errores pequeños e importantes. Estas cifras no
han variado en los últimos cincuenta años.

En general, no existe una cultura de comunicar y difundir


el error propio para que otros aprendan de él. Sin embargo,
creemos que más que ocuparnos todavía más con inda-
gaciones que describan la magnitud del problema debe-

173
Tema  6:  Aplicación del plan de garantía de calidad en medicina nuclear, radioterapia y radiodiagnóstico

ríamos diseñar y evaluar intervenciones para reducir estos


errores en el mejor de los casos, o para evitar que sigan
aumentando.

6.1.2.1.  Sugerencias y consejos para prevenir


los errores
• Dedicar un tiempo razonable a cada examen, no con-
formarse con encontrar solo un hallazgo, tener los ante-
cedentes clínicos e imágenes previas.
• El control de los factores técnicos es de vital importancia;
esto significa tener estándares adecuados que deben
cumplirse.
• El error aliterativo se puede manejar revisando las imá-
genes anteriores antes que el informe escrito, con
evaluación objetiva de la placa actual antes de comparar
o leer el informe previo.
• La falta de conocimientos o de especialización se puede
abordar desde dos perspectivas. Una es la formación y
capacitación continua para estar al día, pues no se pue-
de informar sobre algo que no se conoce, así como pro-
fundizar en algún área específica de la especialidad. El
otro aspecto es la revisión y consulta de los exámenes
ponte a prueba con los subespecialistas, ya que su opinión es más ca-
lificada. En la medida de lo posible es adecuado diseñar
Las pruebas diagnósticas: un sistema de trabajo con la participación de varios es-
pecialistas.
a) D
 eberán justificarse cuando
• Revisar los exámenes con el clínico, pues es la última
puedan ocasionar un daño al
paciente. oportunidad de modificar el informe con los datos clíni-
cos relevantes.
b) Deberán justificarse cuando
puedan presentar un coste de • Otra medida propuesta de prevención de errores ha sido
recursos importante. la doble lectura de los exámenes. Sin embargo, en algu-
nas áreas los resultados no han sido concluyentes y se ha
c) Deberán justificarse cuando
visto afectada la relación coste y efectividad.
no ofrezcan información rele-
vante para el seguimiento del
paciente.
d) Deberán justificarse siempre. 6.2.  Garantía de calidad en me-
dicina nuclear
En los servicios de medicina nuclear se trabajan con
equipos de alta tecnología y se llevan a cabo diariamente
multitud de tareas. Por esta misma razón, es necesario
crear un programa de garantía de calidad para lograr exce-
lentes estándares de eficiencia y confianza.

6.2.1.  Normativa vigente


El Real Decreto 1841/1997 regula la garantía de calidad
en los servicios de medicina nuclear. Su objetivo es esta-

174
Protección radiológica

blecer los criterios de calidad en medicina nuclear para asegurar la optimización de la admi-
nistración de radiofármacos y de la protección radiológica del paciente.

6.2.2.  Programa de garantía de calidad


El Real Decreto mencionado indica que será obligatorio implantar en todas las unidades asis-
tenciales de medicina nuclear un programa de garantía de calidad, elaborado de acuerdo con
normas nacionales o internacionales actualizadas. Dicho programa incluirá procedimientos
sobre la buena práctica clínica; medidas de control de calidad de los radiofármacos, de la
instrumentación y de los sistemas de tratamiento de datos; relación de dosis efectiva por
unidad de actividad administrada de los radiofármacos utilizados, y parámetros relacio-
nados con la estimación de la dosis absorbida en pacientes. Asimismo, describirá los recursos
mínimos humanos y materiales necesarios para realizar dichos procedimientos y establecerá
las responsabilidades y obligaciones de las personas que trabajan en la unidad.

El programa de garantía de calidad constará por escrito y estará siempre a disposición de la


autoridad sanitaria competente, a los efectos tanto de auditoría como de vigilancia.

A continuación, expondremos los aspectos más relevantes que aparecen en el Real Decreto
mencionado.

6.2.2.1.  Obligaciones del titular


El titular del centro sanitario estará obligado a:
• Nombrar al médico responsable de la unidad asistencial de medicina nuclear, que deberá
ser un médico especialista esta rama.
• Implantar el programa de garantía de calidad y nombrar al responsable para su confección,
desarrollo y ejecución.
• Remitir un ejemplar del programa de garantía de calidad a la autoridad sanitaria compe-
tente antes de comenzar la actividad.
• Dejar constancia documental anualmente de los resultados obtenidos en el desarrollo del
programa de garantía de calidad.
Sin embargo, el titular del centro sanitario podrá encomendar la realización de las tres últimas
obligaciones a una o más personas.

6.2.2.2.  Procedimientos en medicina nuclear


Las unidades asistenciales de medicina nuclear dispondrán de procedimientos escritos elabo-
rados para optimizar la dosis absorbida recibida por los pacientes. Dichos procedimientos
se actualizarán habitualmente y se revisarán siempre que se introduzcan modificaciones o
nuevas técnicas clínicas. Para la estimación de las dosis absorbidas se utilizarán los paráme-
tros incluidos en el programa de garantía de calidad.

Las intervenciones que se realicen a mujeres con capacidad de procrear, gestantes o en


periodo de lactancia contendrán las medidas necesarias para reducir los riesgos.

Los procesos correspondientes a estos procedimientos deberán ser llevados a cabo por
personal sanitario debidamente cualificado.

175
Tema  6:  Aplicación del plan de garantía de calidad en medicina nuclear, radioterapia y radiodiagnóstico

6.2.2.3.  Administración de radiofármacos


La administración de radiofármacos con fines de diagnós-
tico o terapia se realizará bajo la responsabilidad de un
médico especialista en medicina nuclear.

En las aplicaciones de radiofármacos con fines diagnós-


ticos, el médico especialista se responsabilizará de que
la exposición de los pacientes sea la mínima compatible
con el diagnóstico que se persigue y de que se pongan los
medios necesarios para evitar la repetición de la adminis-
tración de radiofármacos. El especialista designado a estos
efectos deberá evaluar la dosis absorbida cuando las carac-
terísticas del paciente, la naturaleza del radiofármaco y la
importancia de la actividad administrada así lo requieran.

En cuanto a la administración de radiofármacos con fines


terapéuticos, el especialista designado será responsable de
la estimación de la dosis absorbida recibida por los órganos
de especial interés, de acuerdo con la cinética y biodistri-
bución del radiofármaco.

En el caso de una administración inadecuada de radio-


fármacos, el especialista designado realizará una esti-
mación de la dosis absorbida recibida por el paciente a la
mayor brevedad.

El médico especialista prestará especial atención al


paciente poniendo en marcha los mecanismos necesa-
rios para reducir en lo posible la dosis absorbida y emitirá
un informe escrito en el que constarán las dosis absor-
bidas estimadas y los resultados de las investigaciones y
acciones llevadas a cabo para reducirlas. Si la gravedad del
caso lo requiere, remitirá el mencionado informe al titular
del centro sanitario y a la autoridad sanitaria competente.

6.2.2.4.  Especialista en radiofísica


hospitalaria
Los centros sanitarios dispondrán de un especialista en
radiofísica hospitalaria. La autoridad sanitaria compe-
tente decidirá los casos en que dicho especialista debe ser
propio del centro sanitario o si se puede recurrir a servi-
cios externos.

Sus funciones abarcan la participación en la confección,


optimización y control de calidad del tratamiento de
imágenes y datos, en el control de calidad de la instrumen-
tación de medicina nuclear, y en los aspectos técnicos y
físicos de la dosimetría de la radiación.

176
Protección radiológica

6.2.2.5.  Pruebas de aceptación del


equipamiento
Los equipos de medicina nuclear serán sometidos a una
prueba previa a su uso clínico, determinando así su
aceptación.

Las pruebas de aceptación tendrán que estar detalladas


en las especificaciones de compra y deberá realizarlas el
suministrador del equipamiento en presencia de un repre-
sentante del comprador técnicamente cualificado. Los
resultados obtenidos deberán constar en un informe, los
cuales servirán de referencia para los siguientes controles
de calidad.

Deberá demostrarse que el equipo cumple con las caracte-


rísticas técnicas expresadas en la oferta del suministrador y
que los resultados de las pruebas se adecuan a los niveles y
tolerancias previstos en los documentos de normalización
nacionales o internacionales.

6.2.2.6.  Programa de control de calidad


Las unidades asistenciales de medicina nuclear serán
sometidas a un control de calidad para garantizar que la
administración de radiofármacos con fines de diagnóstico
o terapia se realiza de manera adecuada.

El programa de control de calidad de los radiofármacos


se ajustará a las normas contenidas en el Real Decreto
479/1993.

Los programas de control de calidad del equipamiento


utilizado en medicina nuclear se ajustarán a protocolos
nacionales e internacionales, y contendrán como mínimo
las pruebas relacionadas en el anexo II.

Los resultados y metodología del control de calidad del


equipamiento serán evaluados por el especialista en radio-
física hospitalaria, que emitirá un informe escrito sobre el
estado del equipamiento y de las anomalías encontradas.

Por su parte, el médico especialista será el responsable de


evaluar si la imagen obtenida es apta o no para el diagnóstico.

6.2.2.7.  Programa de mantenimiento


Cada unidad asistencial de medicina nuclear deberá
disponer de un programa de mantenimiento tanto
preventivo como correctivo. Dicho mantenimiento puede
ser llevado a cabo por parte del proveedor, del propio centro
sanitario o de una empresa de asistencia técnica.

177
Tema  6:  Aplicación del plan de garantía de calidad en medicina nuclear, radioterapia y radiodiagnóstico

Cualquier reparación o intervención en los equipos que


pueda repercutir en los procedimientos de obtención de la
imagen deberá verificarse. La entidad que realice la repara-
ción o intervención dejará constancia escrita de la restitución
del funcionamiento del equipo a las condiciones previas a la
avería y de la verificación de su correcto funcionamiento.

Si la importancia de la avería o intervención lo requiere, el


especialista en radiofísica hospitalaria comprobará que el
equipo se encuentra en condiciones de uso e informará al
médico responsable de la unidad asistencial de medicina
nuclear, quien autorizará o no la reanudación del funciona-
miento del mismo.

El responsable de la unidad asistencial archivará los


informes de las reparaciones o modificaciones efectuadas
y de los resultados de los controles subsiguientes demos-
trativos de la corrección.

6.2.3.  Mantenimiento y calibración de


los diferentes tipos de detectores

Para el diagnóstico y tratamiento de los pacientes, en medi-


cina nuclear se emplean isótopos radiactivos no encap-
sulados. Desde el momento en que los isótopos llegan a
la instalación hasta su almacenamiento como residuos
radiactivos es necesario monitorizar el nivel de radiación
de la instalación. Las fuentes radiactivas se encuentran
en estado sólido, líquido y gaseoso, por lo que necesi-
tamos diferentes equipos para medir la radiación. Los más
comunes son:
• Dosímetros personales de lectura en diferido.
• Dosímetros personales de lectura directa.
• Monitores de radiación ambiental.
• Detectores de contaminación.

En cuanto los monitores de contaminación pueden detectar


tanto la contaminación del personal de la instalación como
cualquier derrame de radiactividad, incluso localizar
fuentes perdidas.

Por otra parte, todos los detectores de radiación deben


tener su mantenimiento para que funcionen correcta-
mente en todo momento. Para ello hablaremos de cali-
bración y prueba de constancia. La calibración consiste
en un proceso mediante el cual nos aseguramos de que la
lectura es lo más exacta posible. Por otra parte, la prueba
de constancia nos permite comprobar que el equipo se

178
Protección radiológica

comporta de forma estable a lo largo del tiempo desde el momento de su adquisición, o si,
por el contrario, presenta derivas. Dicha prueba se comparará con sus valores de referencia,
establecidos en las pruebas iniciales.

Por último, mencionaremos algunas recomendaciones sobre el mantenimiento de los


detectores:
• Seguiremos las recomendaciones del fabricante.
• Verificaremos la integridad del detector de forma visual.
• Limpiaremos el polvo y repararemos los daños menores, como apretar tornillos.
• Revisar interruptores, conexiones y cables. El mal estado de conectores o cables provoca
lecturas equivocadas.
• Comprobar que tiene suficiente batería.
• Almacenaremos el detector en lugares limpios y secos, donde la temperatura sea estable y
normalizada.
• Inspeccionaremos las ventanas de entrada de algunos detectores, pues pueden dañarse si
no se tiene cuidado.

6.2.4.  Atención e información a los pacientes, familiares y


personal asistencial

Según el artículo 10 del Real Decreto 1841/1997, con anterioridad a la realización de un


procedimiento terapéutico con radiofármacos, el médico especialista informará al paciente
sobre los posibles riesgos asociados al mismo y sobre las medidas que debe tomar para
reducirlos. Asimismo, le presentará un documento de consentimiento informado que tendrá
que ser firmado por el propio paciente o por su representante legal. Igualmente, el paciente
deberá recibir instrucciones por escrito sobre las precauciones que debe tomar para reducir
la dosis absorbida por las personas de su entorno.

Se proporcionará la misma información a los pacientes a los que se vaya a administrar radio-
fármacos con fines diagnósticos, cuando la naturaleza de los mismos y la actividad adminis-
trada así lo requieran, y a los voluntarios que participen en programas de investigación.

El titular del centro sanitario adoptará medidas de información dirigidas a las mujeres para
indicar que deben comunicar al médico especialista si están embarazadas o si amamantan
antes de someterse a una administración de radiofármaco.

6.3.  Garantía de calidad en radioterapia


6.3.1.  Normativa vigente
El Real Decreto 1566/1998 es el que establece las bases de los criterios de calidad en radio-
terapia para asegurar la optimización del tratamiento y la protección radiológica del paciente.

179
Tema  6:  Aplicación del plan de garantía de calidad en medicina nuclear, radioterapia y radiodiagnóstico

6.3.2.  Comisión de garantía de calidad y


control en radioterapia

El artículo 4 de este real decreto especifica que habrá una


comisión encargada de organizar el sistema de gestión
de calidad, así como realizar el seguimiento del mismo.

La comisión deberá estar formada por representantes de la


administración del centro, especialistas y técnicos, tanto de
la unidad asistencial de radioterapia como de la unidad de
radiofísica hospitalaria. También podrán participar otros
profesionales cuando se les asignen funciones específicas.

Los responsables de las distintas etapas y aspectos del


programa de garantía de calidad podrán solicitar la convo-
catoria de la comisión en reunión extraordinaria y consul-
tarla antes de emitir sus informes.

Además de las funciones de planificación y organización


del sistema de gestión de calidad, la comisión deberá
enviar un informe al titular del centro sanitario y a la auto-
ridad sanitaria competente en el caso de que se provoquen
irradiaciones distintas a las prescritas que supongan un
riesgo para la salud del paciente, cuando crea que no se
cumple el programa de garantía de calidad y siempre que
lo estime oportuno.

6.3.3.  Programa de garantía de calidad


en instalaciones de cobaltoterapia,
aceleradores lineales y equipos de
braquiterapia

El programa de garantía de calidad se implantará en todas


las instalaciones sanitarias que cuenten con unidades
asistenciales de radioterapia, y se aplicará a cada una de
las etapas del proceso radioterápico. El programa figurará
por escrito y estará siempre a disposición de la autoridad
sanitaria competente, a los efectos tanto de auditoría
como de vigilancia.

El artículo 2 del Real Decreto 1566/1998 especifica los


apartados mínimos que deberá tener el sistema de gestión
de calidad:
• Descripción de objetivos.
• Exposición detallada de los procedimientos que se va-
yan a utilizar, de los programas de control asociados, de
los mínimos materiales y recursos humanos, así como
de los responsables de cada decisión, precisando su ni-
vel de autoridad.
• Relación de las etapas del proceso radioterapéutico y de
las pruebas de control de calidad previstas para dichas
etapas y para los dispositivos asociados a cada una de
ellas, incluyendo el estado de referencia inicial.

180
Protección radiológica

• Descripción del sistema de evaluación y análisis de resul-


tados del proceso radioterapéutico.

Se puede añadir a estos epígrafes las normas de calidad


que se exija el mismo hospital o servicio de radioterapia,
como la norma ISO 9001 de la Organización Internacional
para la Estandarización.

6.3.4.  Procedimientos
Periódicamente se actualizarán los procedimientos
empleados en la unidad asistencial de radioterapia y se
llevará a cabo una revisión siempre que se establezcan
modificaciones terapéuticas o técnicas nuevas.

6.3.5.  Recursos humanos y materiales


El personal sanitario debidamente cualificado será quien
lleve a cabo los procedimientos radiológicos, empleando
el equipamiento de la unidad asistencial de radioterapia
y aplicando las normas correspondientes de protección
radiológica, todo ello de acuerdo con la normativa vigente.

El real decreto también menciona que los tratamientos que


impliquen radiaciones se realizarán bajo la supervisión de
un médico especialista en oncología radioterápica, que
será quien decidirá la dosis que debe administrarse, esta-
blecerá los parámetros clínicos de la irradiación, además de
que deberá señalar los órganos críticos y la dosis máxima
que pueden tolerar. Tendrá que entregar siempre por
escrito al especialista en radiofísica hospitalaria todos los
datos que se precisen para elaborar la dosimetría clínica
del paciente.

Por su parte, el especialista en radiofísica hospitalaria


será responsable de:
• La aceptación y determinación del estado de referencia
inicial de los equipos generadores de radiaciones con fines
terapéuticos y de los sistemas de planificación y cálculo.
• Establecimiento y ejecución de los programas de control
de calidad de los equipos y sistemas.
• Los aspectos técnicos y físicos de la dosimetría de la
radiación.

Todas estas funciones las ejercerá sin perjuicio de la


responsabilidad de los servicios de mantenimiento y
de otros profesionales especificados en el programa de
garantía de calidad del centro. Por otra parte, deberá emitir
un informe dosimétrico correspondiente a la dosimetría
clínica, haciendo referencia explícita a la prescripción del
tratamiento.

181
Tema  6:  Aplicación del plan de garantía de calidad en medicina nuclear, radioterapia y radiodiagnóstico

En cuanto a la cantidad mínima de personal, quedará


definida en el programa de garantía de calidad específico
de cada servicio asistencial. Esta cantidad dependerá de
las funciones y la carga asistencial que requiera el centro.

6.3.6.  Control de calidad


Tal y como especifica el artículo 13 del Real Decreto
1566/1998, las unidades asistenciales de radioterapia y de
radiofísica hospitalaria tendrán que someterse a un control
de calidad para verificar que garantizan que las carac-
terísticas físicas de los haces de radiación disponibles, la
dosis absorbida programada y la dosis absorbida por los
pacientes son las adecuadas a cada situación clínica, así
como que se correspondan con la prescripción y planifi-
cación del tratamiento, y que la exposición a la radiación
de los tejidos normales es tan baja como razonablemente
pueda conseguirse. Dicho control de calidad afecta tanto a
las decisiones de naturaleza clínica como al equipamiento.

A continuación, el artículo 14 establece que el programa


de control de calidad del proceso radioterapéutico se apli-
cará en cada una de las etapas clínicas, ajustándose a los
protocolos ya establecidos y aceptados. Dicho programa
incluirá las tolerancias en la delimitación de los volúmenes
y de los datos anatómicos del paciente, en la prescripción
de la dosis absorbida y en el posicionamiento del paciente
durante la aplicación del tratamiento. El anexo III del real
decreto contiene las etapas clínicas del proceso radiote-
rapéutico, las actuaciones, valoraciones y decisiones en
las mismas, y las periodicidades en los controles a las que
deberá ajustarse el procedimiento radioterapéutico.

Un médico especialista se encargará de evaluar los resul-


tados del programa de calidad del proceso radioterapéu-
tico y emitirá un informe sobre los mismos, así como de las
posibles anomalías encontradas. En este último supuesto,
remitirá el informe al responsable de la unidad asistencial
de radioterapia.

Por otra parte, los equipos de irradiación de localización


y de simulación, los sistemas de cálculo dosimétrico y los
equipos de medida deben someterse a una prueba de
aceptación, como expone el artículo 11. Para la aceptación
de los equipos, la empresa suministradora realizará, en
presencia del especialista en radiofísica y del responsable
del programa de garantía de calidad, las pruebas necesa-
rias para comprobar el cumplimiento de las características
y normas de funcionamiento expresadas en las especifica-
ciones de compra, las características técnicas ofertadas por
el suministrador y las normas legales vigentes al respecto. El

182
Protección radiológica

responsable de la unidad de radiofísica hospitalaria emitirá un informe con los resultados de


la prueba de aceptación, que remitirá al responsable de la unidad asistencial de radioterapia.

Una vez aceptados los equipos, se establecerá el estado de referencia inicial para compa-
rarlos con los posteriores controles que se realicen. En el anexo II del Real Decreto 1566/1998
se especifican las tolerancias de la aceptación y de los posteriores controles de calidad del
equipamiento, además de un listado de las pruebas que se deben llevar a cabo.

Sin embargo, es necesario complementar los datos del anexo II con nuevas pruebas, pues,
desde que entró en vigor este real decreto en 1998, la tecnología ha evolucionado, implan-
tándose en las unidades asistencias nuevos equipos y tratamientos.

6.3.7.  Responsabilidades en el control de calidad, equipamiento y


mantenimiento

El responsable del programa de control de calidad del equipamiento es el especialista de


radiofísica hospitalaria. Se encargará de emitir los informes de estado de los equipos de irra-
diación y de los sistemas de planificación y cálculo, además de los resultados del control de
calidad. Estos informes se los hará llegar al responsable de la unidad asistencial de oncología
radioterápica.

Se informará inmediatamente al especialista en radiofísica hospitalaria de cualquier


anomalía, o sospecha, en el funcionamiento de los equipos de tratamiento y de cualquier
reacción no esperada en los pacientes tratados. Ante una de estas situaciones o en el caso de
anomalías en los controles periódicos, el especialista en radiofísica hospitalaria decidirá si
se debe suspender el funcionamiento del equipo afectado, o detallará en qué casos y en qué
condiciones puede seguirse utilizando.

El responsable de la unidad asistencial de radioterapia, a la vista de los informes remitidos


por los distintos especialistas, decidirá el equipamiento que puede utilizarse, incluyendo sus
posibles restricciones, y el que debe dejarse fuera de uso, así como los tipos de tratamientos
que se podrán realizar. Todas las decisiones que adopte deberán constar por escrito y serán
comunicadas al titular de la instalación.

Por otra parte, las unidades asistenciales de radioterapia deberán disponer de un adecuado
programa de mantenimiento de los equipos de irradiación, tanto preventivo y correctivo,
como detalla el artículo 16. Será un especialista en radiofísica hospitalaria quien autorizará
toda reparación o intervención en los equipos de irradiación. La entidad que realice la repara-
ción o intervención responderá del funcionamiento del equipo y emitirá un informe en el que
constarán: la causa de la reparación, el personal que ha participado, la actuación realizada y
las posibles alteraciones de funcionamiento por dicha reparación.

Posteriormente, el especialista en radiofísica hospitalaria comprobará que el equipo reparado


se encuentra en condiciones de uso clínico y realizará las medidas necesarias para verificar
que se cumplen los niveles de referencia con las tolerancias previstas de aquellos parámetros
que se hayan podido alterar. Cuando no sea posible volver al estado de referencia inicial, bien
por una reparación, o bien por una modificación que deliberadamente altere el estado de
funcionamiento, se establecerá un nuevo nivel de referencia y se harán las modificaciones
necesarias en el sistema de dosimetría clínica y en toda la cadena radioterapéutica.

183
Tema  6:  Aplicación del plan de garantía de calidad en medicina nuclear, radioterapia y radiodiagnóstico

6.3.8.  Gestión documental del programa de garantía de calidad


El artículo 17 especifica que el titular del centro sanitario en el que esté ubicada la unidad
asistencial de radioterapia deberá archivar durante un periodo de treinta años todos los
informes que se mencionan en el real decreto. Estos informes estarán a disposición de la
autoridad sanitaria competente.

6.3.9.  Auditorías
La autoridad sanitaria competente establecerá un sistema de auditoría que permitirá deter-
minar si el programa de garantía de calidad se adecua a los objetivos previstos, cumple con
las disposiciones reglamentarias y está implantado de forma efectiva.

6.4.  Garantía de calidad en radiodiagnóstico


Cuando hablamos de calidad en radiodiagnóstico, nos referimos a los cinco pilares básicos:

Diagnóstico útil Una prueba está indicada solo si sirve para modi-
ficar el diagnóstico, pronóstico, tratamiento o
técnica terapéutica. Debe valorarse si la informa-
ción clínica es mayor que los costes y riesgos.

Calidad de imagen
La imagen obtenida debe suministrar toda la infor-
mación necesaria y acorde con el propósito para el
que ha sido realizada.

Tiempo de respuesta
El estudio radiológico solo servirá si la información
llega a tiempo al médico para que tome las deci-
siones correspondientes.

Seguridad al paciente
El riesgo que conllevan las radiaciones ionizantes
solo debe ser asumido por el paciente si el bene-
ficio que aporta la prueba es mayor al riesgo.

Este punto puede ayudar a identificar los puntos fuertes y


Satisfacción del usuario débiles del proceso, tanto como parte del médico como del
paciente y familiares. El médico debe conseguir todos los
datos necesarios para resolver el problema clínico, así como
que el paciente y sus familiares se encuentren satisfechos
durante el proceso diagnóstico.
184
Protección radiológica

6.4.1.  Normativa vigente e indicadores de


calidad

El Real Decreto 1976/1999 es el que establece los crite-


rios de calidad en radiodiagnóstico, cuyo objetivo radica en
la protección radiológica del paciente, así como en asegurar
que las dosis que reciben trabajadores y el público sean lo
más bajas como razonablemente se pueda.
Ejemplo de diseño de
El programa de garantía de calidad debe analizar los procesos una sala de radiodiag-
fundamentales a través de indicadores de calidad medibles, nóstico
los cuales se definen en función de la política de calidad que youtu.be/pdJO4PGCABI
tenga la unidad asistencial de radiodiagnóstico. Los indica-
dores básicos de calidad en radiodiagnóstico son:
• Indicadores de la dosis a los pacientes: procuran op-
timizar las dosis de radiación que reciben los pacientes,
evitando su exposición a dosis más altas de las necesa-
rias. Los niveles de referencia en diagnóstico (NRD)
son los niveles de dosis que se establecen para la reali-
zación de exámenes tipo de grupos de paciente de talla
normal. Si se lleva a cabo una buena práctica, estos nive-
les no deben sobrepasarse. En caso de que esto ocurra,
habrá que revisar el procedimiento y el equipo utilizado.
• Indicadores de calidad de imagen: estos parámetros
tratan de proporcionar datos con los que se pueda estu-
diar objetivamente la calidad de la imagen, aunque esta
varíe con la técnica. Puede tratarse de definir ciertos cri-
terios anatómicos o medir objetos que nos proporcionen
las medidas físicas que se requieran, como, por ejemplo,
la resolución espacial.
• Indicador de la tasa de rechazo de imágenes: nos per-
miten averiguar cuáles son las causas inmediatas que
provocan que una imagen de radiodiagnóstico no sea la
idónea. Si la imagen no es adecuada, hay que repetirla,
lo que es contraproducente. Entre las principales causas
podemos mencionar: errores de colimación o colocación,
posición errónea, selección incorrecta de parámetros, fa-
llos en el equipo, entre otras.

185
Tema  6:  Aplicación del plan de garantía de calidad en medicina nuclear, radioterapia y radiodiagnóstico

6.4.2.  Programa de garantía de


calidad en instalaciones de
radiodiagnóstico

El artículo 2 del Real Decreto 1976/1999 especifica que es


obligatorio implantar el programa de garantía de calidad
en todas las unidades asistenciales de radiodiagnóstico, el
cual debe contener como mínimo:
• Aspectos de justificación y optimización de las explora-
ciones radiológicas.
• Medidas de control de calidad del equipamiento radioló-
gico, de los receptores de imagen, del sistema de registro
de datos, de los sistemas de procesado, de los sistemas
de visualización de imagen y de los equipos de medida.
• Con una periodicidad mínima anual, los procedimientos
para la evaluación de los indicadores de dosis en pacien-
tes en las prácticas más frecuentes, y la evaluación de la
calidad de la imagen clínica obtenida.
• Tasa de rechazo o repetición de imágenes.
• Descripción de los recursos humanos y materiales nece-
sarios para realizar los procedimientos.
• Responsabilidades y obligaciones de las personas que
trabajan en la unidad o con equipos adscritos a la misma,
especificando su nivel de responsabilidad y autoridad.
• Programa de formación para la utilización del equipo de
rayos X, así como para la protección radiológica, entrena-
miento continuado y para el caso especial del uso clínico
de nuevas técnicas.
• Verificación de los niveles de radiación, con periodicidad
anual, en los puestos de trabajo y en aquellos lugares ac-
cesibles al público.
• Procedimientos para el registro de incidentes o acciden-
tes que puedan ocurrir en las unidades asistenciales de
radiodiagnóstico con especial atención en las de radio-
logía intervencionista, los resultados de la investigación
realizada y las medidas correctoras aplicadas.

6.4.3.  Control de calidad de la imagen


radiográfica y relación con la
dosis

El artículo 7 del Real Decreto fija las bases sobre las dosis
impartidas y los niveles de radiación.

El médico especialista se responsabiliza de que la exposi-


ción de los pacientes sea la mínima compatible con el fin
que se persigue, y de que se pongan los medios necesarios
para evitar la repetición de la exposición. La verificación
de las dosis impartidas a los pacientes se llevará a cabo por

186
Protección radiológica

los especialistas en radiofísica hospitalaria con arreglo a las indicaciones y métodos que se
detallan en el anexo I.

Cuando el tipo de exploración o las características del paciente así lo requieran, se deberá
evaluar con carácter individual los indicadores de dosis pertinentes. En el caso de las mujeres
gestantes será preceptivo la estimación de la dosis recibida en el útero.

Asimismo, el anexo II establece indicaciones para la verificación de los niveles de radiación


en los puestos de trabajo y en aquellos lugares accesibles al público.

Como mencionábamos antes, el objetivo principal del programa de garantía de calidad es


optimizar la protección radiológica del paciente, por lo que es muy importante homoge-
neizar el modo de trabajar. Es muy importante que los procedimientos que se lleven a cabo
en cada práctica radiológica estándar estén basados en guías nacionales e internacionales y
que queden por escrito. En el caso de los niños, la dosis administrada debe ser menor que la
de un adulto, pues son más radiosensibles.

Por otro lado, es importante que el personal que utiliza rayos X posea formación en protección
radiológica, así como una cualificación sobre la materia dependiendo de su nivel de respon-
sabilidad. Para los especialistas que llevan a cabo prácticas intervencionistas se requiere el
segundo nivel de formación.

6.4.4.  Mantenimiento y calibración de los diferentes tipos de


detectores

Es necesario que conozcamos las características y propiedades de los detectores para saber
las condiciones en que deben realizarse las medidas, así como las características de la infor-
mación que nos suministran. Todo esto conduce a una necesidad de calibración en las condi-
ciones habituales de medida.

6.4.4.1.  Calibración en energía


Una de las propiedades de los detectores es que proporciona una respuesta para la misma
intensidad de radiación en función de la energía.

El tamaño del impulso producido por una partícula está relacionado con su energía, por lo
que es posible que podamos realizar una calibración en energía del sistema de medida al
obtener la función que relaciona a los números de canal con las energías atribuidas.

Podemos obtener la ecuación de calibración de distintas formas, siempre y cuando dispon-


gamos de la energía y el número de canal. Estos datos podemos conseguirlos del propio
espectro. Si por cualquier motivo no fuera posible obtenerlos de esta forma, recurriremos a
fuentes radiactivas ya preparadas o medios electrónicos que simulen el impulso producido
por un suceso de energía conocido. Si la relación entre energía y el número de canal es similar,
podemos concluir que:

Energía = P1 · número de canal + P2

P1 simboliza la anchura del canal en términos de energía. Dicho factor no depende de la


muestra radiactiva ni del detector, sino que está determinado por los dispositivos de ampli-
ficación y clasificación de impulsos.

187
Tema  6:  Aplicación del plan de garantía de calidad en medicina nuclear, radioterapia y radiodiagnóstico

6.4.4.2.  Calibración en eficiencia


Antes de utilizar cualquier detector se debe realizar una
calibración en eficiencia. Lo que pretendemos conseguir
con este proceso es obtener una relación que permita
pasar de la tasa de recuento de una muestra establecida a
la actividad que se espera. No es posible describir de forma
generalizada su comportamiento porque la curva de cali-
bración depende del detector, la fuente y la geometría.

Para calibrar el detector, comenzaremos midiendo diferentes


muestras de actividad ya conocida para luego determinar
sus eficiencias de recuento. De esta forma, el detector solo
se calibrará para las energías de las fuentes que hayamos
medido. A continuación, necesitamos que se extienda el
rango de calibración a todo el espectro útil de energías, así
que ajustaremos de forma analítica los datos que hayamos
obtenido. Así, se podrán predecir los valores de eficiencia en
los puntos en los que no tengamos referencias.

Dependiendo del intervalo de energías y del detector,


variarán la forma analítica que empleemos y el número
de fuentes radiactivas. Necesitaremos más fuentes y más
complicadas serán las funciones analíticas cuanto mayor
diferencia haya entre eficiencia y energía.

6.4.5.  Atención e información a los


pacientes, familiares y personal
asistencial

Sobre la información que deben aportar en el caso de


ponte a prueba mujeres con capacidad de procrear que vayan a ser some-
tidas a una prueba diagnóstica con rayos X, el titular de la
unidad asistencial de radiodiagnóstico o el médico espe-
En radiodiagnóstico, consi-
cialista responsable adoptará las medidas de información
deraremos que el tiempo de
necesarias, tales como carteles en lugares adecuados u
respuesta es correcto cuando:
otras dirigidas a mujeres para advertirles que, antes de
a) L a información llega al facul- someterse al procedimiento con rayos X, deben comu-
tativo en menos de 3 horas. nicar al médico prescriptor y al médico especialista si
b) La información llega al facul- están embarazadas o creen estarlo. Aun así, es obligación
tativo sin intermediarios. del médico prescriptor y del especialista preguntarles si
c) La información llega al se da el caso.
facultativo dentro del tiempo
en que debe tomar las deci- Por otra parte, antes de someter a un paciente a explora-
siones correspondientes. ciones que impliquen altas dosis de radiación, el médico
especialista le informará de los posibles riesgos y le mostrará
d) La información llega al facul-
un protocolo de consentimiento informado que tendrá que
tativo dentro del mismo día
en que fue obtenida. ser firmado por el propio paciente o por su representante
legal, en caso de incapacidad, y por el médico que informa.

La satisfacción del paciente es una cuestión muy impor-


tante en cuanto a la gestión de calidad. En el caso de los
servicios de radiodiagnóstico, esta satisfacción va vincu-
lada enormemente al nivel de información que recibe.

188
Protección radiológica

Se deben tener procedimientos de control de calidad del equipamiento para garantizar


la seguridad del paciente y la calidad de las imágenes. En el anexo III del Real Decreto
1976/1999 figuran los criterios de aceptabilidad que tienen que cumplir los equipos de la
unidad de radiodiagnóstico. Como mínimo los procedimientos deben abarcar las pruebas que
el Protocolo Español de Control de Calidad en Radiodiagnóstico considera como esenciales.

6.5.  Normativa vigente sobre calidad

Real Decreto 1841/1997, de 5 de diciembre, por el que se establecen los


criterios de calidad en medicina nuclear.

Real Decreto 1976/1999, de 23 de diciembre, por el que se establecen los


criterios de calidad en radiodiagnóstico.

Real Decreto 1566/1998, de 17 de julio, por el que se establecen los criterios


de calidad en radioterapia.

Real Decreto 601/2019 sobre Justificación del uso de radiaciones ionizantes


para la protección de las personas con ocasión de exposiciones médicas.

Real Decreto 1085/2009, de 3 de julio, por el que se aprueba el Reglamento


sobre instalación y utilización de aparatos de rayos X con fines de diagnóstico.

189
Tema  6:  Aplicación del plan de garantía de calidad en medicina nuclear, radioterapia y radiodiagnóstico

6.6.  Elaboración de procedimientos


Para que se pueda garantizar la calidad en todos los procedimientos que se lleven a cabo, es
necesario que se defina un sistema con el que se puedan evaluar habitualmente, además
de que se pueda verificar que se realizan tal y como se definieron en su momento. Por
otra parte, es importante que se establezca un sistema ágil de reacción por si surgiera algún
incumplimiento o incidente fortuito.

No se puede implantar un sistema de calidad sin antes acatar las siguientes condiciones:
• Organizar las responsabilidades que vayan a acatar los miembros del servicio.
• Asegurarse de que todos los componentes del sistema están controlados.
• Elaborar procedimientos para garantizar que se cumplen con los requisitos de calidad.
• Consolidar que el servicio debe estar orientado de tal manera que garantice la mayor efec-
tividad y eficiencia.
• Garantizar que los métodos están diseñados de tal forma que permitan registrar los datos
relacionados con la calidad y las acciones correctivas que se lleven a cabo.
• Implantar revisiones periódicas y auditorias, ya sea para comprobar la eficacia del sistema
de calidad o su ejecución.
• Confirmar que el sistema puede adaptarse, permitiendo introducir cualquier información
que surja.

Teniendo claras las anteriores premisas, llega el momento de la elaboración de procedi-


mientos, los cuales deben posibilitar:
• Su compresión sencilla, especialmente para aquellos que vayan a comenzar su jornada la-
boral en el servicio.
• Su entrenamiento constante, así como las distintas actuaciones de las personas implicadas
en realizarlos.
• Su utilidad y aplicación en el servicio.
• La implantación de indicadores de calidad.
• Su actualización y revisión asidua.

Todos los procedimiento deberán contener, como mínimo, los siguientes apartados:

Objetivo y ámbito Responsabilidades Documentación


de aplicación

Método de trabajo Sistema de


evaluación

190
Protección radiológica

Para su identificación constará de:

Logotipo del Nombre del Código de


Fecha de edición
centro sanitario procedimiento identificación

Lugar de archivo Autor Responsable

6.7.  Ciclo de mejora continua


Existen muchas propuestas metodológicas para poner en marcha las actividades de evalua-
ción y mejora de la calidad. Aunque existen algunas variaciones, el esquema común que
surge es:

Analizar
Medir
Mejorar

Lo ideal es que haya una continuidad cíclica de acciones. Como componentes fundamentales
de ese ciclo estarían:
• Identificar problemas u oportunidades de mejora: es la fase inicial del ciclo consistente
en detectar los principales problemas existentes en un determinado ámbito de la organiza-
ción referida a la atención sanitaria.
• Seleccionar y priorizar las situaciones mejorables: una vez identificados los problemas,
el siguiente paso consiste en saber elegir por cuál de ellos hay que empezar, pues los sis-
temas de identificación nos arrojarán muchos problemas al mismo tiempo y no todos ellos
son igual de importantes.
• Análisis causal: cuando ya tenemos identificado el problema, hay que realizar un análisis
inicial para averiguar las posibles causas. La mayoría de las veces los problemas de calidad
tienen un origen múltiple y nos veremos obligados a corregir solo aquellas causas que tie-
nen una contribución más importante ante la imposibilidad de dar solución a todas a la vez.

191
Tema  6:  Aplicación del plan de garantía de calidad en medicina nuclear, radioterapia y radiodiagnóstico

• Medición de la situación actual: a estas alturas debemos plantearnos cuatro objetivos


fundamentales: determinar cuál es la situación real de partida, comprobar las hipótesis
generadas en la fase de análisis, identificar nuevas causas que hasta entonces permanecían
ocultas y servir de referencia para poder evidenciar las mejoras que se logren. En esta fase
podemos diferenciar dos grandes apartados:
– F
 ijación de criterios: los problemas que afectan a un determinado proceso o servicio
suelen estar definidos de forma genérica y hay que concretarlos para poder abordarlos y
analizarlos con mayor precisión. En el ámbito de la asistencia sanitaria suelen utilizarse
los criterios de práctica, los cuales son juicios sobre lo que constituye el patrón correcto
de una buena práctica, determinando así el parámetro de medida de lo que queremos
estudiar.
– D
 iseño de estudios de evaluación: cuando tengamos definidos los criterios de buena
práctica, hay que planificar y llevar a cabo estudios de evaluación para medir su grado de
cumplimiento en nuestro medio y con ello averiguar el nivel de calidad en que nos encon-
tramos.
• Proposición e implantación de acciones de mejora: tras estudiar y conocer el problema
debemos proponer, seleccionar e implantar las medidas más apropiadas para corregirlo
o, al menos, mejorar su situación. En la mayoría de las ocasiones nos encontraremos con
problemas, algunos previsibles, cuando se pongan en marcha las nuevas medidas, como la
resistencia al cambio. Por ello, conviene estudiar de antemano en qué van a consistir estas
dificultades y cuál es la mejor forma de prevenirlas y vencerlas para tener preparados me-
canismos de contrapeso que faciliten el logro de lo que queremos poner en marcha.
• Reevaluación: pasado algún tiempo desde que se implantaron las acciones de mejora, tene-
mos que volver a evaluar la situación para comprobar si realmente hemos conseguido cam-
biar algo. En este proceso de reevaluación es posible descubrir que algo no está funcionando
como habíamos previsto inicialmente y podemos corregirlo para tratar de conseguir lo que
nos habíamos propuesto.

Tras esta fase de reevaluación el círculo se cerraría. Si no hemos podido conseguir neutralizar
el problema tras las acciones de mejores, este vuelve a encontrarse de nuevo en la fase de
selección con el resto de los problemas que hemos ido detectando.

Identificar problemas u
oportunidades de mejora

Seleccionar y priorizar las


Reevaluación situaciones mejorables

Proposición e implantación
Análisis causal
de acciones de mejora

Medición de la
situación actual

192
Protección radiológica

6.8.  Registros dosimétricos relativos a trabajado-


res, áreas de operación y equipos de trabajo

6.8.1.  Normativa que regula los archivos en radioterapia


El Consejo de Seguridad Nuclear, en el BOE de 12 de febrero de 2008, regula el periodo
temporal en la que los archivos relacionados con instalaciones radiactivas deben quedar
guardados. En la normativa se recoge los siguientes tiempos según el tipo de archivo:
• Hasta el cierre de la instalación radiactiva: diarios de operaciones de los últimos cinco
años del empleo la instalación, registros de los datos del personal implicado durante los
dos últimos años y copia de autorización para el funcionamiento de la aplicación.
• Dos años desde la fecha de la creación de los archivos: sobre el inventario, controles
de nivel de radiación y contaminación (con fecha, resultado, datos del personal y el equipo
usado), controles de seguridad, planificación del personal y dosimetría, inspecciones, etc.
• Dos años a partir de la transferencia del material, los equipos o los residuos radiactivos.
• Un año desde la elaboración de los archivos relacionados con equipos radiactivos mó-
viles (ubicación, personal a cargo, identificación, etc.).
• Cinco años a partir de la elaboración para registros de importación, suministro, recambio
de fuentes, etc. Así como aquellos relacionados con la formación de los ETS.
• Hasta que el certificado que los avala sea intercambiado por otro.
• Hasta la transferencia de la fuente radiactiva.
• Treinta años para los documentos relacionados con mantenimiento, prevención y co-
rrección de los equipos.

PARA + INFO

Si deseas acceder al archivo original que se recoge ponte a prueba


en el BOE puede consultar este enlace:
piramidenormativa.sne.es/Repositorio/CSN/Ins- Según lo publicado en el BOE
truccion%20IS-16,%20sobre%20periodos%20 de 12 de febrero de 2008, los
de%20archivo%20de%20documentos%20y%20 documentos relacionados con
registros%20de%20las%20instalaciones%20ra- el mantenimiento, prevención
y corrección de equipos de
diactivas.pdf
radioterapia se conservarán
durante:
a) 10 años
b) 15 años
c) 25 años
d) 30 años

193
Tema  6:  Aplicación del plan de garantía de calidad en medicina nuclear, radioterapia y radiodiagnóstico

6.9.  Formación y entrenamiento


en protección radiológica
La formación en protección radiológica constituye uno
de factores más importantes para la seguridad. Por este
motivo, el director del centro, en su condición de titular,
debe impulsar la organización de programas de forma-
ción y actualización profesional en protección radiológica,
además de facilitar a las personas implicadas la asistencia
a las actividades formativas que se programen.

6.9.1.  Formación de los trabajadores


expuestos

6.9.1.1.  Personas en formación, estudiantes


y trabajadores expuestos antes de
iniciar su actividad
Se debe informar adecuadamente, en función de su respon-
sabilidad y del riesgo de exposición a la radiación, a personas
en formación, estudiantes y trabajadores expuesto antes de
que inicien su actividad laboral sobre lo siguiente:
• Las normas y procedimientos de protección radiológica y
precauciones que deben adoptar.
• Los riesgos radiológicos asociados y la importancia del
cumplimiento de los requisitos técnicos, médicos y ad-
ministrativos.
• En el caso de las mujeres, la necesidad de efectuar la de-
claración de embarazo y de lactancia, así como el riesgo
de contaminación del lactante en caso de contaminación
radiactiva corporal.

6.9.1.2.  Personal de instalaciones


radiactivas
El personal de operación y supervisión de las instalaciones
radiactivas deberá tener una formación continuada que
incluya un repaso de las normas contenidas en el manual
de funcionamiento de la correspondiente instalación y
simulacros de actuación frente a incidentes y accidentes.
Por otra parte, el personal que trabaje en una instalación
radiactiva que no necesiten licencia, con el objetivo de
conocer las normas de protección contra las radiaciones
ionizantes y su actuación en caso de emergencia, actuarán
bajo la responsabilidad específica del titular y bajo la
supervisión del personal con licencia.

194
Protección radiológica

Todo el personal que se encuentre adscrito a las unidades asistenciales de radioterapia,


medicina nuclear o cualquier otra que emplee radiaciones ionizantes deberá participar en
actividades de formación continuada en protección radiológica, según su nivel de responsa-
bilidad, para actualizar sus conocimientos.

Los programas de formación del personal habrán de cumplir los criterios previamente apro-
bados por el CSN. Asimismo, cuando se instale un nuevo equipo o se implante una nueva
técnica, se deberá dar una formación adicional previa a su uso clínico. Los programas corres-
pondientes a los cursos de formación continuada deberán ser acreditados por la autoridad
sanitaria competente.

6.9.1.3.  Personal de las unidades asistenciales de radiodiagnóstico y


radiología intervencionista
El personal de estas unidades deberá tener conocimientos, así como actualizarlos partici-
pando en programas de formación, que incluyan la protección radiológica del paciente, la
correcta utilización de los equipos de rayos X desde el punto de vista de la protección radio-
lógica, el programa de garantía de calidad y el entrenamiento con nuevos equipos o nuevas
técnicas previo a su uso clínico. Estos conocimientos se deberán impartir sin ocasionar irra-
diaciones adicionales a los pacientes.

Los especialistas que realicen procedimientos intervencionistas requerirán un segundo nivel


de formación en protección radiológica orientado a esta práctica.

La institución que imparta el programa de formación emitirá un certificado en el que cons-


tarán como mínimo el número de horas lectivas y el director del curso.

Es necesario que todo el personal que realice tareas en unidades asistenciales de radiodiag-
nóstico y radiología intervencionista actualice sus conocimientos. Para ello, según sea su
nivel de responsabilidad, deberá participar en actividades de formación sobre protección
radiológica. Todos estos programas deberán ser aprobados por el CSN.

6.9.1.4.  Residentes de especialidades médicas


En los programas para los trabajadores que ejerzan sus tareas en sectores de especialidades
médicas, como oncología radioterápica, radiodiagnóstico, medicina nuclear o en cualquier
otra en la que se empleen radiaciones ionizantes, se incluirán objetivos y contenido especí-
ficos de protección radiológica.

6.9.1.5.  Trabajadores externos


Se deberá comprobar que todos los trabajadores externos que vayan a someterse a expo-
siciones han recibido la formación sobre protección radiológica que se describe en el Real
Decreto 413/1997.

6.9.1.6.  Personal del servicio de protección radiológica


La Dirección del centro facilitará al personal adscrito a este servicio su formación continuada
en protección radiológica.

195
Tema  6:  Aplicación del plan de garantía de calidad en medicina nuclear, radioterapia y radiodiagnóstico

6.9.2.  Organización de las actividades


docentes

Periódicamente el SPR impartirá cursos de formación conti-


nuada en protección radiológica. También enviará a los
diferentes servicios, a la dirección Médica y a la de Enfer-
mería del centro toda la información relevante, que incluirá
el programa del curso, la fecha y el aula donde tendrá
lugar. Aquellos cursos que se realicen para que el personal
conozca el adecuado funcionamiento de alguna instala-
ción deberán especificar la organización y las funciones
del personal adscrito a ella, tanto en condiciones normales
como de emergencia. Además, se definirán los programas
básicos de formación y entrenamiento para el personal,
diferenciando para aquellos que tengan licencia y los que
no. Por otro lado, se establecerá la competencia técnica
para cada cometido específico, así como los programas de
actualización que se consideren adecuados.

Todas las actividades docentes contarán con el apoyo técnico


del SPR, que desarrollará los puntos del temario en función
de su criterio, siendo responsabilidad de la organización de
los mismos de la dirección médica y la de enfermería.

196
Protección radiológica

197
Tema  7:  Aplicación de planes de emergencia en instalaciones radiactivas

7 APLICACIÓN DE PLANES DE EMERGENCIA


AEN
PLICACIÓN DE PLANES
INSTALACIONES
TALACIONES RADIACTIVAS
DE EMERGENCIA EN INS-
RADIACTIVAS
Protección radiológica

La protección radiológica persigue que tanto el hombre como el medio ambiente queden
resguardados de las radiaciones. Para poder alcanzar este objetivo, es necesario establecer
unas normas que se ha de seguir en cada una de las instalaciones radiactivas, las cuales se
recogen en los planes de emergencia.

7.1.  Funciones y obligaciones del servicio de


protección radiológica
El CSN publicó en 1998 un documento titulado Bases para el establecimiento de los servicios
y unidades técnicas de protección radiológica, donde viene recogido todo lo relacionado con
las funciones y obligaciones del SPR. Sin embargo, cada instalación puede adaptarlas como
considere.

El servicio de protección radiológica (SPR) es un servicio autorizado por el CSN, el cual se


encarga de establecer las normas de protección radiológica y de vigilar que se cumplen.

Dependiendo de las características del centro y del riesgo radiológico, el CSN podrá pedir al
titular para que, o bien disponga de un SPR propio, o de una unidad técnica de protección
radiológica contratada (UTPR).

7.1.1.  Organización
El CSN dispone que el SPR tiene que estar constituido y organizado jerárquicamente por:
• El jefe de SPR, quien deberá estar en posesión del diploma otorgado por el CSN.
• Especialistas en radiofísica hospitalaria.
• Técnicos superiores en radioterapia o en diagnóstico por imagen, que colaborarán activa-
mente con los facultativos en el desempeño de sus funciones.
• Personal administrativo.
El SPR se restringirá a intervenir en aquello para lo que el CSN le haya autorizado. Aun así,
podrá intervenir en otros centros, siempre que posea permiso del titular y en los que no
pueden llevarse a cabo las funciones encomendadas por la legislación. Se deberá considerar
que la jefatura en el servicio dependerá directamente de la gerencia del área, que lo coordi-
nará junto a otros servicios.

Adicionalmente, el SPR se deberá organizar de manera independiente al resto de unidades


funcionales, aunque en su actuación se deberá tener en cuenta la coordinación mencionada.

7.1.2.  Funciones y obligaciones


Las funciones del SPR están enfocadas a que se cumpla con la normativa aprobada hasta el
momento, siendo más concretos: en el RPSRI, en el Real Decreto 1085/2009, en las publica-
ciones y guías de seguridad del CSN, además de tener en cuenta todas las consideraciones de
la CIPR y las de otras organizaciones reconocidas en el campo de la protección radiológica.

A continuación, veremos las principales funciones del SPR.

199
Tema  7:  Aplicación de planes de emergencia en instalaciones radiactivas

Evaluación y emisión de informes en materia


de protección radiológica

• Participar en los procesos de adquisición del equipa-


miento radiológico.
• Colaborar en la preparación de los planes de emergencia
de las instalaciones.
• Comprobar periódicamente la eficacia de los dispositivos
y procedimientos de protección.
• Estudiar los riesgos radiológicos derivados del funcio-
namiento de las instalaciones y de las actividades allí
desarrolladas.
• Establecer normas, instrucciones y procedimientos espe-
cíficos sobre protección radiológica.
• Colaborar con los responsables de las instalaciones en el
establecimiento de procedimientos y en el desarrollo de
programas de control y garantía de calidad en materia de
protección radiológica.
• Asesorar a los jefes de servicio y a los supervisores de las
instalaciones que utilizan radiaciones ionizantes.
• Informar sobre optimización, de técnicas nuevas o de los
proyectos de investigación que impliquen el uso de ra-
diaciones ionizantes.
• Investigar las causas de las anomalías, incidencias y acci-
dentes que pudieran producirse en las instalaciones.

Vigilancia operacional

• Vigilar los niveles de exposición radiológica de los tra-


bajadores expuestos y determinar las técnicas y sistemas
que se utilizarán para reducirla.
• Controlar, a nivel radiológico, las instalaciones y las acti-
vidades que se desarrollen en ellas y determinar la perio-
dicidad de las pruebas que se llevarán a cabo.
• Calibrar y comprobar periódicamente el correcto funcio-
namiento del instrumental de medida.
• Vigilar las actuaciones de los trabajadores externos al
servicio cuando actúen en el interior de la instalación ra-
diactiva.
• Determinar los niveles de referencia de los parámetros que
se deben medir en cada tarea de vigilancia radiológica.
• E
 stablecer la clasificación y señalización de las áreas con
riesgo radiológico del interior de la instalación. De igual
manera, se deberán determinar los niveles de riesgo ra-
diológico de cada trabajador expuesto.
• Realizar los controles de calidad pertinentes en el equi-
pamiento en las instalaciones de medicina nuclear, ra-
diodiagnóstico y radioterapia.

200
Protección radiológica

• Establecer las circunstancias en las que se ha de decla-


rar el cese de la operación de una instalación o desarrollo
de una práctica ya sea porque se han incumplido algunas
normas de protección radiológica o por la aparición de
riesgos radiológicos.

Documentación, registros y controles administrativos

• Elaborar los procedimientos específicos aplicables a las


actividades del SPR.
• Registrar los datos recogidos en los programas de vigi-
lancia radiológica del personal, de las instalaciones, de
las operaciones y de los materiales radiactivos.
• Controlar la aptitud médica de los trabajadores expuestos
y los cambios que pueda producirse como consecuencia
de los reconocimientos médicos realizados por el SPRL.
• Archivar los historiales dosimétricos individuales de los
trabajadores expuestos.
• Disponer del historial dosimétrico previo de los trabaja-
dores expuestos que se incorporen a las instalaciones.
• Entregar una copia de su historial dosimétrico al trabaja-
dor cuando se produzca un cese de empleo.
• Tener el inventario de las fuentes radiactivas de las insta-
laciones permanentemente actualizado.
• Conocer en cada instalación qué fuentes radiactivas se,
así como su actividad.

Formación en materia de protección radiológica

• Comprobar que los profesionales que se incorporen a una


instalación radiactiva tienen la formación adecuada, así
como que poseen la correspondiente acreditación.
• Organizar y participar en diferentes cursos y seminarios
relacionados con la protección radiológica.
• Colaborar en la formación, información e instrucción de
los trabajadores expuestos, en un nivel adecuado a su
responsabilidad y al riesgo de exposición a las radiacio-
nes ionizantes en su puesto de trabajo a los estudiantes,
de acuerdo con lo establecido en los Programas de Garan-
tía de Calidad de cada una de las unidades asistenciales.
• Establecer la formación continuada de programas de ga-
rantía de calidad en cada una de las unidades asistenciales.

7.1.3.  Funciones del jefe del SPR


• Asesorar al director del centro en materia de protección
radiológica y mantenerle informado de sus obligaciones
respecto a la normativa legal vigente, poniendo en su co-

201
Tema  7:  Aplicación de planes de emergencia en instalaciones radiactivas

nocimiento todas las deficiencias que puedan incidir en la seguridad de las instalaciones y en
la protección de los trabajadores expuestos, miembros del público y pacientes.
• Establecer las actividades del SPR y supervisar el cumplimiento de los procedimientos es-
pecíficos que regulan el funcionamiento del mismo y su cumplimiento.
• Aprobar dictámenes, evaluaciones e informes emitidos en relación con los cometidos del SPR.
• Certificar los historiales dosimétricos de los trabajadores expuestos.
• Comunicar por escrito a los responsables jerárquicos de las instalaciones y prácticas de las
circunstancias que aconsejan o exigen la paralización de las mismas por incumplimiento
de las normas de protección radiológica o la existencia de riesgos radiológicos indebidos,
dando cuenta a la dirección del centro, si es el caso.
• Establecer una vía de comunicación fluida para la transmisión de información y documen-
tación necesaria para el cumplimiento de las misiones del SPR con los distintos servicios y
direcciones del centro.
• Tener conocimiento y estar presente durante las inspecciones del CSN, así como tener cons-
tancia y conocimiento de los informes y comunicaciones que remita dicho organismo.
• Informar sobre las medidas de protección radiológica a los trabajadores que, sin necesitar
licencia, operen en una instalación con riesgo radiológico, ya que están obligados a conocer
y cumplir las normas de protección contra las radiaciones ionizantes.

7.2.  Situaciones de emergencia: accidentes e inciden-


tes. Línea de autoridad
Aunque accidente e incidente parezcan similares, no lo son, y debemos aprender a dife-
renciarlos. No obstante, tienen un punto en común: ninguno está planificado. Por un lado,
en el incidente hay probabilidad de que se superen las dosis recibidas normalmente; en
cambio, durante el accidente hay probabilidad de que se superen los límites de dosis regu-
lados por la normativa.

Ningún acontecimiento de esta envergadura debe ignorarse o desconocerse, pues las conse-
cuencias podrían ser nefastas en lo que a seguridad y protección se refiere.

Incidente: suceso no planificado en Accidente: suceso no planificado en


el que es posible que se superen las el que es posible que se superen los
dosis recibidas normalmente. límites de dosis regulados.

7.2.1.  Identificación de los posibles incidentes y accidentes


De forma genérica, vamos a mencionar los posibles incidentes o accidentes con los que nos
podemos encontrar:

Con carácter general se adoptarán, entre otras, las siguientes medidas de descontaminación:
• De equipos y materiales
• De superficies y pavimentos
• De personas

202
Protección radiológica

Incidente

• Derrames pequeños de fuentes abiertas.


• Contaminaciones personales y de área producidas por salpicaduras, roturas de
viales y manejo inadecuado de las fuentes no encapsuladas (abiertas).
• Errores en la administración de radiofármacos.
• Indisposición, fallecimiento de pacientes con terapias metabólicas con fuentes
abiertas y radiofármacos recientemente incorporados.

Accidente

• Escape de gases radiactivos.


• Derrame de actividades importantes de líquidos radiactivos.
• Incendio de la instalación con escape de gases radiactivos.
• Robo o pérdida de sustancias radiactivas.
• Inundación.
• Destrucción de la instalación por movimientos sísmicos, explosiones, etcétera.

7.2.2.  Línea de autoridad


Ante cualquier incidencia que afecte a las condiciones de seguridad radiológica de la insta-
lación, el operador o profesional que la detectase estará obligado a ponerlo en conocimiento
del supervisor que hará una primera valoración de la que se derivarán las actuaciones inme-
diatas a seguir. Se informará al SPR y, en función del grado de afectación de la seguridad
radiológica con mayor o menor urgencia, al titular y al CSN. En todo caso se registrará en el
diario de operaciones y en la memoria anual que se ha de remitir al CSN.

ponte a prueba

Ante cualquier incidencia que afecte a las condiciones de seguridad radio-


lógica, el responsable de la primera valoración sobre las actuaciones inme-
diatas será:

a) El personal del SPR. c) El supervisor de la instalación.


b) El CSN. d) La persona más cercana al suceso.

203
Tema  7:  Aplicación de planes de emergencia en instalaciones radiactivas

7.3.  Accidentes y planes de emergencia en medicina


nuclear
La obligatoriedad de la elaboración de un plan de emergencia está fijada en el Regla-
mento sobre Instalaciones Nucleares y Radiactivas (RINR), aprobado por el Real Decreto
1836/1999 y modificado por el Real Decreto 35/2008. El plan de emergencia debe deta-
llar las situaciones de emergencia previsibles y las actuaciones a realizar en caso de que
tengan lugar, así como la estimación de las consecuencias que podrían darse. Debe hacerse
un resumen con las explicaciones básicas, incluyendo las actuaciones y normas en caso de
emergencia, y colocarse en un lugar visible de la instalación.

7.3.1.  Plan de emergencia y pautas de actuación


El RINR especifica que el plan de emergencia interior detallará las medidas previstas por
el titular y la asignación de responsabilidades para hacer frente a las condiciones de acci-
dente con objeto de mitigar sus consecuencias, proteger al personal y notificar su ocurrencia
a los órganos competentes, incluyendo la evaluación inicial de las circunstancias y de las
consecuencias de la situación. Además, establecerá las actuaciones previstas por el titular
para prestar su ayuda en las intervenciones de protección en el exterior de la instalación, de
acuerdo con los planes de emergencia exterior que establezcan los órganos competentes,
cuando así lo determine el CSN.

El mayor riesgo que podemos encontrar en los servicios de medicina nuclear es la disper-
sión del material radiactivo que contienen las fuentes no encapsuladas. Por este motivo
es importante conocer los riesgos, los accidentes más probables, además de saber el proce-
dimiento para evitarlos.

Los accidentes previsibles son los siguientes:

Contaminación radiactiva

Ingestión de productos radiactivos

Incendio

Inundación

Robo de material radiactivo

Fallecimiento del paciente sometido a terapia metabólica

Administraciones erróneas

204
Protección radiológica

7.3.1.1.  Contaminación radiactiva


Cuando hablamos de contaminación radiactiva nos referimos a toda presencia no deseada
de material radiactivo en una persona, superficie, material o en cualquier medio.

Constantemente se manipulan fuentes no encapsuladas en los servicios de medicina nuclear,


por lo que el riesgo de contaminación es muy alto. Es muy importante que en las normas que
se fijan en el reglamento de funcionamiento se indiquen pautas correctas de trabajo para así
minimizar en todo lo posible el riesgo de contaminación radiactiva. Sin embargo, es cierto que,
aunque se sigan correctamente todas las normas, estos sucesos suelen presentarse a menudo.

PARA + INFO

Como pauta correcta de manipulación podemos señalar el uso de guantes por parte
del personal, quienes deberán llevarlos siempre y cambiarlos frecuentemente para
evitar que se contaminen elementos u objetos de uso diario, como bolígrafos, pape-
les, pomos de puerta, etcétera.

Estas pautas de trabajo no solo deben contemplar las contaminaciones como consecuencia
de la manipulación, también pueden darse durante la administración y preparación del radio-
fármaco que se administra al paciente. Las probabilidades de contaminación aumentan si se
presentan vómitos, incontinencia urinaria o extravasaciones.

Para evitar que una contaminación pase inadvertida, es imprescindible llevar a cabo
controles de ausencia de contaminación. Dichos controles se realizarán siempre que se
crea que se puede haber producido alguna contaminación, así como diariamente en las zonas
susceptibles al finalizar la jornada de trabajo. Los lugares más habituales donde puede darse
la contaminación son:
• En las cabinas de preparación de radiofármacos.
• En reposabrazos y suelos en las salas de administración de radiofármacos.
• En el suelo de los baños de los pacientes.
• En los suelos y superficies de trabajo de la cámara caliente.

Medidas de actuación

Siempre que se detecte una contaminación radiactiva, hay que comenzar con la descon-
taminación inmediatamente. Lo primero que se debe hacer es que la persona que vaya
a proceder se proteja adecuadamente, como mínimo con bata y guantes. A continuación,
deberá seguir los siguientes pasos:

1. Controlar con un monitor de contaminación la superficie para asegurarse de que la


cantidad de radioisótopo presente está por encima de lo que marca la normativa vigente.

2. Utilizar un papel absorbente para retirar la mayor parte en caso de que haya resto líquido.

3. Proceder a limpiar la superficie con papel absorbente y detergente adecuado con movi-
mientos circulares y de los bordes hacia dentro.

205
Tema  7:  Aplicación de planes de emergencia en instalaciones radiactivas

4. Monitorizar otra vez la superficie para comprobar los


límites. Si el nivel de contaminación está por debajo, la
superficie se ha descontaminado; si, por el contrario,
los niveles siguen por encima, hay que repetir el paso
número tres.

5. Si una vez realizados todos estos pasos no bajan los


niveles de contaminación, se señalizará la zona afec-
tada a la espera de que baje la actividad o, si es posible,
sustituirla por una nueva.

6. Todos los materiales que se hayan usado durante este


procedimiento deberán gestionarse como residuos
radiactivos.

Contaminación externa del personal

Si se da el caso, se lavará con agua tibia y jabón la zona


afectada. El lavado se hará con cuidado para que no se
extienda a otras áreas del cuerpo. Puede usarse un cepillo
para frotar la zona. Luego se comprobarán los niveles con
un monitor de contaminación.

En el caso de que la contaminación sea en nariz, boca u


orejas, hay que evitar que el agua entre al tubo digestivo,
conducto auditivo o cornetes. Si tuviera lugar en los ojos,
el lavado será con agua a presión, con los párpados bien
abiertos para reducir los pliegues.

7.3.1.2.  Ingestión de productos radiactivos


Aunque es poco probable, se debe contemplar esta situa-
ción en los planes de emergencia. Es importante llevar a
cabo medidas como:
• Señalar adecuadamente el material radiactivo para evitar
Protocolos de descon- su ingesta accidental.
taminación radiactiva
• Usar guantes y reemplazarlos a menudo.
youtu.be/gfo65EkB7EY
• No comer, beber, fumar y maquillarse en zonas donde
haya riesgo de contaminación.

Sin embargo, en caso de que se dé la situación, hay que


medir posteriormente los niveles del radioisótopo inge-
rido. En el caso de que sea superior a 5 mSv se avisará
a los servicios médicos con urgencia. Estos son los que
estudiarán el caso y decidirán si realizar un lavado de estó-
mago, así como el control de heces, orina y sangre de la
persona afectada.

206
Protección radiológica

7.3.1.3.  Incendio
Todas las instalaciones radiactivas tendrán un sistema de
actuación en caso de incendio. Es necesario que no haya
materiales inflamables en los servicios de medicina
nuclear para reducir el riesgo. Aun así, en caso de que se
produzca, se deben seguir las siguientes pautas:
• Pedir ayuda rápidamente.
• Avisar al supervisor y al servicio público contra incendios.
• Impedir el paso a las persona ajenas.
• Evitar que el fuego se propague siempre que se pueda,
cerrando puertas y reduciendo corrientes de aire.
• Retirar el material radiactivo a un lugar seguro en caso de
que se prevea que el incendio puede afectarle. En ningún
caso se pondrá en peligro la seguridad personal.

El personal del servicio público contra incendios tiene la


formación necesaria para realizar su labor en las estaciones
radiactivas que trabajan con fuentes no encapsuladas. Aun
así, el supervisor, o cualquier otro miembro del personal en
caso de no ser posible, les informará sobre la situación en
la que se encuentra la instalación, especialmente la locali-
zación de los radioisótopos y su actividad radiactiva.

Las consecuencias que pueden derivar de un incendio


son múltiples, pues dependen del nivel de afectación
del material radiactivo, su volatilización o el tiempo que
hayan permanecido las personas respirando la atmósfera
contaminada. Cuando ya se haya extinguido el incendio, es
imprescindible controlar la posible contaminación de las
personas que han intervenido de un modo u otro.

7.3.1.4.  Inundación
Debemos estar atentos ante el riesgo de inundación, pues
las instalaciones radiactivas suelen situarse en sótanos,
lugar propenso a sucesos de este tipo. Puede darse inun-
dación por rotura de tuberías y como consecuencia de
algunos fenómenos atmosféricos, como lluvia o desborda-
miento de ríos.

El material radiactivo debe colocarse un poco elevado


del suelo para minimizar el riesgo de dispersión debido
a inundaciones. Es decir, no hay que dejarlo al nivel del
suelo. Aun así, en caso de inundación debe procederse de
la siguiente forma:
• Pedir ayuda.
• Avisar al supervisor y al servicio público contra incendios.
• Impedir el paso a las persona ajenas.

207
Tema  7:  Aplicación de planes de emergencia en instalaciones radiactivas

• Frenar todo lo que se pueda la inundación.


• Si la inundación puede llegar al material radiactivo, llevarlo a un lugar seguro y elevado.

En caso de que el material radiactivo se viera afectado, deben tomarse muestras del líquido
que inundó la instalación para su análisis. Si los resultados indican que hubo dispersión
del material radiactivo, el material afectado se aislaría y todo el instrumental empleado
se gestionaría como residuo. Por otra parte, deben descontaminarse las superficies que
hubieran resultado afectadas, así como controlar la posible contaminación de todo aquel
que hubiera intervenido.

7.3.1.5.  Robo o pérdida del material radiactivo


Para evitar que ocurran estos sucesos, se debe controlar el acceso a la instalación y todo
el material radiactivo que se encuentre en esta. Sin embargo, en el caso de que ocurra, el
supervisor se encargará de difundir el suceso para evitar la posible manipulación por personal
sin formación, pero sin llegar a alarmar en exceso. Cuando se recupere el material, se propor-
cionarán las instrucciones para su correcta manipulación.

La principal consecuencia que puede desencadenar este suceso es la irradiación accidental


de todo aquello que entre en contacto con la fuente. No obstante, dependiendo de su natura-
leza o de su actividad pueden aparecer otros riesgos, como el de contaminación.

7.3.1.6.  Fallecimiento del paciente sometido a terapia metabólica


Este es el único accidente previsible que no puede prevenirse de ninguna forma. Cuando un
paciente sometido a terapia en medicina nuclear fallece, se tomarán unas medidas u otras
dependiendo del tipo de tratamiento que se le administraba. La terapia más habitual es con
131
I, radioisótopo con actividad de más de 3,7 GBq con emisión gamma y con un periodo de
semidesintegración de ocho días. Cuando el paciente fallece, solo se deben tomar medidas
adicionales tras las primeras 48 horas después del tratamiento. En caso de que la terapia
sea con otros isótopos (como 90Y o 223Ra, entre otros), las medidas a tomar dependerán del
tiempo de decaimiento y la vía de eliminación de cada radiofármaco.

Cuando fallezca el paciente, debe avisarse al CSN. Luego se medirán los niveles de radiación
en los alrededores del paciente para estimar las dosis que pueden recibirse durante las tareas
a realizar posteriormente, las cuales son:
• Realización de la autopsia en caso de que se considere necesario.
• Ubicación en el frigorífico de la sala de autopsias.
• Permanencia en la sala del tanatorio.
• Entierro o incineración.

Mientras se llevan a cabo estos cometidos pueden verse afectados los trabajadores, otros
pacientes o el público en general. Si las dosis fueran altas, se valorará si es necesario cubrir el
cadáver con material plomado o si se debe esperar para enterrarlo o incinerarlo.

7.3.1.7.  Administraciones erróneas


La administración errónea puede darse por equivocaciones o descuidos en las dosis o en el
radiofármaco que se tiene que administrar. Incluso puede ocurrir que se administre a pacientes
que no lo requieran. En estos casos debe valorarse cada caso por separado, pues depen-
derá del radioisótopo como de la dosis. En cualquier caso, se avisará al servicio de protección

208
Protección radiológica

radiológica para que estime la dosis comprometida que ha


recibido el paciente, la cual, asimismo, deberá aparecer en
el historial médico del paciente.

7.3.2.  Prevención de incidentes y de


accidentes

Las medidas de prevención se basan en la buena práctica,


conocimiento y adiestramiento del personal de la insta-
lación y en un diseño adecuado de la misma. Podemos
mencionar las más importantes:
• Diferenciar y distribuir las áreas activas y no activas.
• Contar con las superficies de trabajo adecuadas.
• Seguir las normas de protección.
• Instalar un sistema de extracción de aire de formación
teórica.
• Elaborar de un plan de emergencia.
• Realizar prácticas de adiestramiento del personal.
• Fijar códigos de buena práctica.
• Confeccionar una adecuada preparación teórica de los
fundamentos de la radiación.
• Conocer el reglamento de funcionamiento y del progra-
ma de garantía de calidad.
• Llevar a cabo simulacros de emergencias que han de rea-
lizarse, al menos, una vez al año.

7.4.  Accidentes y planes de emer-


gencia en radioterapia
Se conocen multitud de accidentes producidos por la radio-
terapia, pues se trata de una técnica bastante compleja, con
muchos pasos a realizar, lo que aumenta la probabilidad
de errores. Por otro lado, en la radioterapia se imparten
altas dosis de radiación en una zona del cuerpo humano de
los pacientes sin blindaje estructural, por lo que también
es una técnica en la que la seguridad radiológica se ve
bastante comprometida.

Por estos motivos, las consecuencias de los accidentes en


radioterapia pueden tener consecuencias nefastas, por lo
que a través de su estudio podemos conocer y prevenir
muchos de los accidentes. Es necesario que los trabaja-
dores conozcan cómo realizar adecuadamente las opera-
ciones para evitar todo lo posible cualquier error humano.
Asimismo, se deberán realizar anualmente, como mínimo,
simulacros de emergencia.

209
Tema  7:  Aplicación de planes de emergencia en instalaciones radiactivas

Entre los accidentes que pueden darse, destacan los siguientes:


• Pérdida de control de los parámetros que caracterizan los haces generados en aceleradores.
• Errores significativos en alguno de los parámetros críticos en la planificación o en la apli-
cación del tratamiento (por ejemplo, cálculo de dosis incorrectas o errores en la calibración
del haz de radiación).
• Funcionamiento anómalo de los equipos o mantenimiento incorrecto.
• Tratamiento realizado en un emplazamiento inadecuado.
• Presencia inadvertida de personas dentro del búnker durante la irradiación.
• Disminución de estanqueidad de fuentes encapsuladas.
• Pérdida de fuentes radiactivas.
• Incendio, inundación u otra catástrofe.

7.4.1.  Plan de emergencia en teleterapia


Los sucesos más previsibles que pueden ocurrir en una instalación de teleterapia son: irra-
diación accidental, emergencia durante una irradiación y fallo del sistema de retirada de una
fuente.

7.4.1.1.  Irradiación accidental


La irradiación accidental puede darse cuando se encuentra personal distinto al paciente
dentro de la sala o cuando el paciente se somete a un proceso diferente al prescrito. En cuanto
se detecte la situación, debe interrumpirse desde la zona de control.

Los pasos que hay que seguir en caso de irradiación accidental son los siguientes:
• Avisar al supervisor responsable y activar el plan de emergencia.
• Atender a los accidentados.
• Reunir todos los datos posibles para estimar la dosis de radiación que pueden haber recibido.
• Si se cree que han podido superarse los límites de dosis anuales, se avisará al servicio de
prevención para que controle la salud de todas las personas afectadas.

Para evitar que suceda esto, la instalación debe disponer de controles y elementos de segu-
ridad para asegurarse de que no hay nadie más en la sala.

ergen-
Cuando hay una parada de em
equipo
cia, antes de volver a poner el
ser vicio
en marcha, el personal del
na
tiene que comprobar que funcio
correctamente.

A V I S O

210
Protección radiológica

7.4.1.2.  Emergencia durante una irradiación


Son diversos los motivos por los que una irradiación debe
interrumpirse. Entre otros, podemos citar:
• Presencia de personal dentro de la sala mientras tiene lu-
gar la irradiación.
• El paciente sufre alguna emergencia médica.
• Fallos en el sistema de seguridad de finalización de la
irradiación.
• Aparición de humo, fuego o emanación de gas.
• Fallos eléctricos.

Cuando aparezca cualquier emergencia, lo primero es inte-


rrumpir el haz usando la consola de control del equipo. Si
todavía el haz sigue funcionando o se requiera interrumpir
la emisión de la radiación, habrá que apretar el botón de
parada de emergencia más próximo, desactivando así la
electricidad en todos los componentes, salvo el sistema de
vídeo y el ordenador de la consola. Si esto tampoco funciona,
deberá desactivarse el disyuntor principal de la instalación.

Posteriormente, debe avisarse al supervisor respon-


sable, activar el plan de emergencia y atender al acciden-
tado. Las consecuencias para el paciente dependerán de
los órganos irradiados, la dosis recibida, del tiempo de
exposición, de si el tratamiento ha sido impartido en un
periodo diferente, etcétera.

7.4.1.3.  Fallo del sistema de retirada de una


fuente
Estos sucesos se dan cuando se emplean equipos de
cobaltoterapia, los cuales cada vez son menos frecuentes.
Durante el tratamiento, estos equipos tienen una fuente
que se desplaza de la posición de almacenamiento a la de
irradiación. Si la fuente no vuelve a la posición de alma-
cenamiento cuando ha terminado el tratamiento o si se
desea interrumpir por cualquier motivo, entonces estamos
ante una situación de emergencia.

Para resolver esta circunstancia, debe elaborarse un proce-


dimiento específico y colocarlo en un lugar visible. Lo
primero que se debe hacer es utilizar el sistema que posee
el equipo para desplazar la fuente. Si no funcionase, el
paciente debe apartarse del campo de radiación, así como
impedir que entren más personas, hasta que llegue el
personal del servicio de protección radiológica y tome el
control. Las consecuencias de este accidente consisten en
la irradiación accidental, especialmente del paciente y de
aquellos que activen el mecanismo de desplazamiento del
equipo. Se estimará la dosis recibida tras conocer el tiempo
de exposición y la distancia del haz.

211
7.4.2.  Plan de emergencia en
braquiterapia

En las instalaciones de braquiterapia pueden darse los


siguientes accidentes:
• Irradiación accidental.
• Fallo en el sistema de retracción de las fuentes.
• Pérdida de hermeticidad de la fuente.
• Pérdida o robo de una fuente encapsulada.
• Fallecimiento del paciente con implantes permanentes.

7.4.2.1.  Irradiación accidental


Se procederá igual que en el apartado 7.4.1.1.

7.4.2.2.  Fallo en el sistema de retracción de


las fuentes
En las instalaciones de braquiterapia nos podemos encon-
trar con equipos que funcionan con control a distancia, que
posibilitan la introducción y extracción de las fuentes del
interior del paciente. Al ser automáticos estos sistemas,
pueden fallar cuando las fuentes están expuestas.

Si ocurre esta situación, debemos de tomar medidas de


actuación. En primer lugar, se intentará emplear el sistema
de desplazamiento de fuentes para devolverla a su posi-
ción de almacenamiento. Esto se realizará siguiendo las
instrucciones del protocolo de actuación, el cual deberá
estar visible. Si no es posible retraer las fuentes, el paciente
y cualquiera que esté en la sala deben alejarse del campo
de radiación, y esperar a que el servicio de protección
radiológica tome el control.

La sala dispondrá de contenedores de emergencia apro-


piados, así como de un equipo de emergencia, que contendrá
fórceps, tenacillas o pinzas, entre otros, para mover el catéter
con las fuentes al contenedor de emergencias.

En cuanto a las consecuencias radiológicas, tanto el


paciente como el personal encargado de activar el meca-
nismo de desplazamiento sufrirán irradiación accidental.
Se estimará la dosis recibida de los afectados en función de
la distancia de la fuente y del tiempo de exposición.

212
Protección radiológica

7.4.2.3.  Pérdida de hermeticidad de la


fuente
A pesar de que las cápsulas donde se guarda el mate-
rial radiactivo están construidas para que soporten altas
temperaturas, golpes u otras condiciones desfavorables, sí
es cierto que pueden llegar a perder hermeticidad. El paso
del tiempo, un incendio o un derrumbamiento pueden
estropear la cápsula.

Cuando se detecte la pérdida de hermeticidad, o se tenga la


sospecha, lo primero que se debe hacer es evitar la disper-
sión del material radiactivo. Para ello, se controlará la zona
para que nadie se acerque a los alrededores, se cerrarán las
ventanas y se parará el sistema de ventilación o climatiza-
ción. Además, se procederá a descontaminar a las personas
que hayan sido contaminadas. El servicio de protección
radiológica se encargará de tomar las decisiones opor-
tunas, dependiendo de la gravedad de la situación.

Aparte del riesgo de contaminación, una persona que haya


estado en contacto con la fuente cuando ha perdido su
hermeticidad, también puede sufrir exposición externa.

7.4.2.4.  Pérdida o robo de una fuente


encapsulada
Para evitar que esto ocurra, es necesario realizar todos
los procedimientos siguiendo las pautas establecidas para
mantener el control de las fuentes. Por ejemplo, a la hora
de recepcionar las fuentes y almacenarlas, para que así
puedan identificarse fácilmente y sin equivocaciones. El
inventario tiene que estar siempre actualizado y revisarse
periódicamente para asegurarse de que las fuentes están
ubicadas en sus respectivos lugares. Por otra parte, se
comprobará en el caso de los implantes temporales de los
pacientes, que se han retirado todas las fuentes antes de
que abandone la instalación.

Incluso tomando todas estas medidas, a veces puede


faltar alguna fuente. Lo primero que debe hacerse es
comprobar cuándo y dónde fue inventariada por última
vez y quién realizó tal comprobación. Debe descartarse
que se encuentre en el paciente en ese momento. Si no se
encuentra donde debería estar, se realizará un control de
área con un monitor de radiación por los alrededores de
la zona. Si es necesario, también puede usarse fluoros-
copia de rayos X. Si después de todas las verificaciones
pertinentes no se encuentra la fuente, debe notificarse el
suceso, señalando todas las medidas de protección radio-
lógica en cuanto se localice la fuente. El riesgo principal que
conlleva este suceso es el de exposición externa a fuentes
de actividad elevada.

213
Tema  7:  Aplicación de planes de emergencia en instalaciones radiactivas

7.4.2.5.  Fallecimiento de paciente con


implantes permanentes
Cuando fallece un paciente al que se le implantó de forma
permanente fuentes encapsuladas, deben extremarse las
precauciones para que las personas que estén en contacto
con el fallecido ya sean familiares, servicio forense o fune-
rarios, no se expongan al material radiactivo.

Si ha pasado menos de un año desde que se colocó el


implante, es recomendable extraer el órgano y las fuentes
para gestionarlos como residuos. En caso de no seguir esta
recomendación, se deben tomar las siguientes precauciones:
• Si no ha pasado un año desde que se realizó el implante,
los restos del paciente deben permanecer en un contene-
dor metálico sellado hasta esa fecha.
• Se le facilitarán unas normas al personal de los servi-
cios funerarios para reducir el riesgo de exposición y
contaminación.
• No es necesario tomar precauciones especiales cuando
se incinere el cuerpo mientras que hayan pasado un año
para implantes de 125I y tres meses para los de 103 Pd.
Si no se espera este periodo de tiempo, la actividad re-
manente en las cenizas puede ser significativa.
• Para dispersar las cenizas en el entorno debe esperarse
un mínimo de diez periodos de semidesintegración des-
de que se efectuó el implante.

7.5.  Emergencias en
radiodiagnóstico
Entre las circunstancias que pueden quebrantar la segu-
ridad radiológica de una instalación de radiodiagnóstico se
encuentran:
• Error de funcionamiento en modo fluoroscopia, como fa-
Actuaciones de emer-
llos en el circuito de fluoroscopia, los que pueden supo-
gencia en una sala de
radiodiagnóstico
ner irradiación no deseada.

youtu.be/QX0Te6ukRGI • Error de funcionamiento en el modo grafía, como fallos


del disparador.
• Fallo en el sistema de alimentación del tubo o indicador
de exposición que dé lugar a dobles disparos.
• Fallo en el dispositivo que carga los chasis con películas
vírgenes, provocando la exposición del paciente sin que
el chasis llegue a registrar la imagen por falta de película.
• Falta de coincidencia inadmisible entre los campos lumi-
noso, de radiación y de registro, provocando la falta de
colimación sistemática del haz de radiación.

214
Protección radiológica

• Falta de mantenimiento en las procesadoras.


• Falta de correspondencia entre películas y hojas de refuerzo, o mal estado de conservación
de ambas o de alguna de ellas.
• Falta de formación e información de los operadores, que puede redundar en la utilización
de técnicas radiográficas inapropiadas y excesiva irradiación al paciente.

7.6.  Simulacros
Periódicamente es necesario llevar a cabo simulacros de situaciones de emergencia para
que el personal que trabaja en las instalaciones ensaye la respuesta en estas situaciones para
evitar fallos y reducir en lo posible las riesgos y errores potenciales que se darían en cada uno
de los casos vistos anteriormente. De esta forma el personal se familiarizaría con los proce-
dimientos de actuación, evitará posibles dudas que puedan surgir en dichos procedimientos
o sobre la secuencia a seguir, los dispositivos de seguridad que posee la instalación y los
equipos, así como preverá posibles contratiempos. Las secuencias de actuación en casos
de emergencia deben estar escritas, colocadas en lugar visible y ser conocidas por todo el
personal que trabaje en la instalación.

Los simulacros de emergencia deben ser lo más realista posible, pero no es necesario que
los trabajadores sufran irradiaciones innecesarias. También son útiles los ejercicios teóricos
y escritos, pero es más efectivo realizar simulacros realistas con el propio equipo y sala de
tratamiento.

Para cada situación de emergencia se simulará la forma de actuar, se medirá el tiempo de


respuesta, además de la eficacia de la misma, y se insistirá en los errores de actuación que
se detecten. Por otro lado, se podrá realizar una estimación de las dosis de radiación recibida
según las formas de actuar, tanto para el paciente como para el personal. De esta manera,
se sabrá cómo se ha de actuar para minimizar el riesgo radiológico. Esta estimación de dosis
debe realizarse de forma específica para cada instalación, pues la configuración de las salas
de tratamiento, los equipos y sus seguridades, así como el tiempo necesario para una deter-
minada actuación, varían de una instalación a otra.

Todos los ejercicios deben ser dirigidos por el SPR, debiendo quedar registrado en el diario
de operación.

ponte a prueba

Indica si el siguiente enunciado es verdadero o falso:

Las secuencias de actuación durante emergencias o simulacros deben


estar escritas y ser conservadas en un lugar seguro, y solo ser accesibles al
supervisor de la instalación.
a) Verdadero
b) Falso

215
Tema  7:  Aplicación de planes de emergencia en instalaciones radiactivas

7.7.  Notificación de sucesos


Según el Real Decreto 1836/1999, el titular de la instalación está obligado a informar a la
Dirección General de Política Energética y Minas y al CSN de cualquier anomalía sobre la
ocurrencia de accidentes. Por este motivo, el CSN elaboró una guía de notificación de acci-
dentes ocurridos en instalaciones radiactivas, llamada IS-18. Dicha guía divide los sucesos
que se han de notificar en dos categorías:
• Sucesos notificables con carácter inmediato (1 hora): dentro de esta categoría se in-
cluyen aquellas situaciones que pueden necesitar de intervención exterior, como bom-
beros o policías.
• Sucesos notificables en 24 horas: son los sucesos que no requieren intervención inmedia-
ta de personal externo, aunque se haya producido consecuencias radiológicas.
En la IS-18 podemos encontrar una lista de los sucesos incluidos en cada una de las categorías.

Habrá que informar de estos sucesos a la Sala de Emergencias del Consejo de Seguridad
Nuclear (SALEM) y a la autoridad competente de la Comunidad Autónoma, información que
el CSN facilitará a los usuarios.

Por otra parte, además de informar de los sucesos, el titular de la instalación dispone de
30 días para enviar un informe detallado sobre dicho suceso, pudiendo utilizar el modelo que
propone el CSN. En dicho informe debe aparecer toda la información posible, como:
• Fecha y hora.
• Descripción del tipo de accidente.
• Personas que han intervenido.
• Informe médico sobre análisis, reconocimientos y posibles lesiones.
• Dosis individualizadas, ya sean estimadas o medidas.
• Duración aproximada de la exposición.
• Nivel de contaminación.
• Listado de las medidas realizadas.
• Material empleado durante el suceso.
• Identificación y control de los residuos radiactivos, así como su tratamiento.

7.8.  Evaluación del plan de emergencia


En una instalación radiológica, se podrá designar un coordinador del plan de emergencia,
que se encargará de comprobar la operatividad del plan y de que se subsanen las deficiencias
que puedan detectarse en sus revisiones.
Dichas revisiones incluirán:
• Pruebas e inspecciones periódicas sobre los equipos de uso en caso de emergencia.
• Supervisión de la formación correcta del personal en actuaciones de emergencias.
• Realización de simulacros.
Asimismo, la evaluación del plan de emergencia contemplará mecanismos para su actualiza-
ción y mejora en el tiempo.

216
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„ Real Decreto 1439/2010, de 5 de noviembre, por el que se modifica el Reglamento


de Protección Sanitaria contra las radiaciones ionizantes. Boletín Oficial del Estado,
279, de 18 de noviembre de 2010, 96395 a 96398. <https://www.boe.es/buscar/doc.
php?id=BOE-A-2010-17709>

„ Real Decreto 1566/1998, que establece los criterios de calidad en radioterapia para
así asegurar la optimización del tratamiento de radioterapia y la protección radioló­gica
del paciente. Boletín Oficial del Estado, 206, de 28 de agosto de 1998, 29383 a 29394.
<https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1998-20644>

217
„ Real Decreto 1836/1999, de 3 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento
sobre instalaciones nucleares y radiactivas. Boletín Oficial del Estado, 313, de
31 de diciembre de 1999, 46463 a 46482. <https://www.boe.es/buscar/doc.
php?id=BOE-A-1999-24924>

„ Real Decreto 1841/1997, de 5 de diciembre, por el que se establecen los


criterios de calidad en medicina nuclear. Boletín Oficial del Estado, 303, de 19
de diciembre de 1997, 37137 a 37143. <https://www.boe.es/diario_boe/txt.
php?id=BOE-A-1997-27260>

„ Real Decreto 1976/1999, que establece los criterios de calidad en radiodiagnóstico


para optimizar la obtención de las imágenes de tal manera que las dosis recibidas sean
tan bajas como se pueda. Boletín Oficial del Estado, 311, de 29 de diciembre de 1999,
45891 a 45900. <https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1999-24717>

„ Real Decreto 2216/1985, de 23 de octubre, por el que se aprueba el Reglamento sobre


Declaración de Sustancias Nuevas y Clasificación, Envasado y Etiquetado de Sustancias
Peligrosas. Boletín Oficial del Estado, 284, de 27 de noviembre de 1985, 37478 a
37527. <https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1985-24649>

„ Real Decreto 413/1997, de 21 de marzo, sobre Protec­ción Operacional de los


trabajadores externos con riesgo de exposición a radiaciones ionizantes por
intervención en zona controlada. Boletín Oficial del Estado, 91, de 16 de abril de 1997,
11957 a 11959. <https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1997-8070>

„ Real Decreto 601/2019, de 18 de octubre, sobre justificación y optimización del uso de


las radiaciones ionizantes para la protección radiológica de las personas con ocasión de
exposiciones médicas. Boletín Oficial del Estado, núm. 262, de 31 de octubre de 2019,
120840 a 120856. <https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2019-15604>

218
solucionario
1.1. Partes y funciones de la célula 2.10. Vigilancia sanitaria de los trabajadores
expuestos
¿En qué lugar de la célula eucariota puede
encontrarse el ADN? El historial médico de un trabajador de
b) En el núcleo. categoría A se conservará:
d) H
 asta que el trabajador alcance los 75 años,
y nunca por un periodo de tiempo inferior a
1.5. Efectos biológicos radioinducidos.
30 años.
Efectos deterministas
La aparición de los efectos biológicos
3.1. Magnitudes y unidades radiológicas
deterministas suele ser:
a) Inmediata o a corto plazo, y dependiente de La dosis efectiva…
la dosis recibida. c) Tiene en cuenta la radiosensibilidad del
tejido u órgano considerado, y su unidad es
el sievert.
1.8. Efectos de la radiación ionizante sobre el
embrión y el feto
4.1. Reglamentación sobre instalaciones
¿En qué etapa del desarrollo embrionario
radiactivas
asociamos la exposición a radiaciones
ionizantes con malformaciones y Dentro de los tres niveles de legislación que
carcinogénesis? podemos encontrar en protección radiológica,
b) En la fase de organogénesis (10 días - 6 las leyes y reales decretos pertenecen:
semanas). b) Al nivel 2.

Durante la fase de desarrollo fetal precoz, ¿en 4.5. Diseño de las instalaciones de
qué estructura es más común que se produzcan teleterapia y braquiterapia
problemas de malformación por irradiación? Debido al peso y a la necesidad de blindaje de
d) En el sistema nervioso central. las instalaciones, los aceleradores lineales y
unidades de cobalto tienden a ser ubicados en:
2.2. Organismos nacionales e internacionales d) E
 l sótano de la instalación para, de paso,
con competencias en materia de ahorrar en blindajes.
radioprotección
El único organismo competente en materia de 5.1. Gestión de residuos radiactivos
seguridad nuclear y protección radiológica en Cuando se genera un residuo radiactivo,
España es: el primer paso para que sea gestionado
c) El Consejo de Seguridad Nuclear. correctamente será:
d) Su segregación.
2.6. Medidas de protección radiológica:
distancia, tiempo y blindaje 5.4. Gestión de los residuos generados en un
Al situarnos a 12 metros de una fuente servicio de radioterapia
radiactiva, nuestro detector muestra una lectura Los residuos de baja actividad generados en un
de 50 mSv/h. ¿Qué lectura mostrará si nos servicio de radioterapia podrán retirarse como
alejamos hasta los 15 metros? residuo convencional:
d) 32 mSv/h. c) Tras su almacenamiento temporal, con las
autorizaciones pertinentes.

219
solucionario
6.1. Protección radiológica del paciente:
garantía y control de calidad. Prevención
de errores
Las pruebas diagnósticas:
d) Deberán justificarse siempre.

6.4. Garantía de calidad en radiodiagnóstico


En radiodiagnóstico, consideraremos que el
tiempo de respuesta es correcto cuando:
c) La información llega al facultativo dentro del
tiempo en que debe tomar las decisiones
correspondientes.

6.8. Registros dosimétricos relativos a


trabajadores, áreas de operación y
equipos de trabajo
Según lo publicado en el BOE de 12 de febrero
de 2008, los documentos relacionados con el
mantenimiento, prevención y corrección de
equipos de radioterapia se conservarán durante:
d) 30 años.

7.2. Situaciones de emergencia: accidentes e


incidentes. Línea de autoridad
Ante cualquier incidencia que afecte a las
condiciones de seguridad radiológica, el
responsable de la primera valoración sobre las
actuaciones inmediatas será:
c) El supervisor de la instalación.

7.6. Simulacros
Indica si el siguiente enunciado es verdadero
o falso:
Las secuencias de actuación durante
emergencias o simulacros deben estar escritas
y ser conservadas en un lugar seguro, y solo ser
accesibles al supervisor de la instalación.
b) Falso.

Recuerda que las secuencias de actuación


en casos de emergencia deben estar escritas,
colocadas en un lugar visible y ser conocidas por
todo el personal que trabaje en la instalación.

220

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