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NÉSTOR GARCÍA CANCL1N1

CULTURAS HÍBRIDAS
Estrategias para entrar
y salir de la modernidad

grijalbo
LOS NOVENTA
Consejo Nacional
para la
pone al alcance de los lectores una colección con los más variados Cultura y las- Arles
temas de las ciencias sociales. Mediante Ja publicación de un libro
semanal, esta serie proporciona un amplio espectro del pensamien- MÉXICO, D,F.
to crítico de nuestro tiempo.
CULTURAS HÍBRIDAS
Estrategias para entrar y salir de te modernidad
© 1989, Nésior Garda Candiní
Fotomontaje de la cubierta:
Fotografía de Lourdes Grobet {frontera médico-norteamericana)
y Estructura para un paisaje de Luis Felipe Noé
D.R, & 1990 por EDITORIAL GRJJALBO, S.A. de C.V.
Cate. San Bartolo Naucalpan núm. 282
Argentina Poniente I )230
Miguel Hidalgo, México, D.F.

Primera Edición en la colección Los Noventa

Coedición: Dirección General de Publicaciones del


Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/
Editorial Orijalbo, S.A. de C.V. -
La presentación y disposición en conjunto
y de cada pagina de CULTURAS HÍBRIDAS,
son propiedad del editor. Queda estrictamente
prohibida la reproducción parcial o total
de esta obra por cualquier sistema o método
electrónico, incluso el fotocopiado,
sin autorización escrita del editor.
ISBN 968-419-954-6

IMI»m.sni:N
ÍNDICE

Entrada . , , , . ,.,., ,.....,., J3


Ni exilio, ni popular, ni masivo , , 16
La modernidad después de la posmodernidad . . . , . , . , . , . , 19
Agradecimientos ..,.,..., 27
Capítulo 1. De las utopías al mercado 31
¿La imaginación emancipada? 32
Acabaron las vanguardias, quedan los rituales de innovación , . 42
Fascinados con lo primitivo y lo popular 50
El arte culto ya no es un comercio minorista . . . . , . , . , , , , 55
La estética moderna corno ideología para consumidores óJ
Capitulo 11. Contradicciones latinoamericanas: ¿modernismo
sin modernización? 65
Cómo interpretar una historia híbrida 69
Importar, traducir, construir lo propio . 73
Expansión del consumo y voluntarismo cultural 81
El Estado cuida el patrimonio, las empresas lo modernizan . . . 85
Capítulo 111, Artistas, intermediarios y público: ¿innovar
o democratizar? 95
De Paz a Borges: comportamientos ante el televisor 96
El laboratorio irónico 106
11
12 CULTURAS HÍBRJDAS

La modernidad de los receptores ,..., 129


¿Cultura para todos? , . . , , . , , . . . , , . . , , . . , , , 141
Capítulo IV, El porvenir del pasado , . , . , 149
Fundamentáoslas y modernizadores ante el patrimonio
histórico . , . , . . . . , , . . . . . . . > . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
La teatralización del poder . . , , , . , , , , . . , . . . . . , \$\n posibles los museos nacionales después
de la crisis del nacionalismo? , . » » . , , . , , , , . , , . , , , . , , . 158
Para qué sirven los ritos: identidad y discriminación . , , , , , , , 177
Hacia una teoría social del patrimonio . . , . , . . . , , , . . , . . 1§Q
Capitulo V. Lapuesla en esc0na tie lo popular . , . , , . , , 191
El folclor: invención melancólica de las tradiciones , . , , . , . , 193
Culturas populares prósperas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 200
Reconversión hegemóniea y reconversión popular . , , , . . , , . 221
Arte vs, artesanías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 224
Antropología vs, sociología , 228
Capítulo VI, Popular, popularidad," de la representación
política a te ímími , 237
Comunicaciones: la construcción del espectador 240
. Populismo: la simulación del actor . , , . . , . . . . . . . . , . . . , , 245
Hacia una investigación íransdísciplinaria . , . . . . . , . . . . , . . 232
¿Definición científica o teatral de lo popular? . . . . . . . . . . . . 259
Capítulo VIL Cultoras híbridas, poderes oblicuos . . . . . . . . . . . 263
Del espacio público a la teJeparíieipación , , . . . , . . . . . . . . . 264
. Memoria histórica y conflictos urbanos . . . . . . . ' . . . . . . , , . . 270
Descoleccionar . , , , . . . . . . . . , „ . . . . . , ', . . . . . . . . . . . . 281
, : . Destemtorializar . . . . . . ,,,.,.„, , . ^ , . . , .................. ... .288
Intersiecciones: de lo mpderao a Jo posniQclerao 305
Géneros impuros: grafitis e. historietas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 314
Poderes oblictios 322
Salida ,...........,'....'.,..,........ 329
Entrar o salir . ..,.,..,,,., 332
Dónde invertir . . . , , . . . . . . ' . . . . . . . . . . . , . . . . . . . , . 334
Cómo investir ,..,..'. 338
. Mediacione.s y democratización . ..,...,.- 344
Bibliografía . 349
índice analítico , ,.., 361
Capítulo 3
DE LAS UTOPÍAS AL MERCADO

¿Qué significa ser modernos? Es posible condensar las inter-


pretaciones actuales diciendo que constituyen la modernidad
cuatro movimientos básicos: un proyecto emancipador, un
proyecto expansivo, un proyecto renovador y un proyecto
democratizado?.
Por proyecto emancipador entendemos la secularización de
los campos culturales, la producción autoexpresiva y autorre-
gulada de ks prácticas simbólicas, su desenvolvimiento en
mercados autónomos, Forman parte de este movimiento eman-
cipador Ja racionalización de la vida social y el individualismo
creciente, sobre todo en las grandes ciudades.
Denominamos proyecto expansivo a la tendencia de la moder-
nidad que busca extender el conocimiento y la posesión de la
naturaleza, la producción, la circulación y el consumo de los
bienes. En el capitalismo, la expansión está motivada prefe-
rentemente por el incremento del lucro; pero en un sentido
más amplio se manifiesta en la promoción de los descubrimien-
tos científicos y el desarrollo industrial.
El proyecto renovador abarca dos aspectos, con frecuencia
complementarios: por una parte, la persecución de un mejo-
ramiento e innovación incesantes propios de una relación con
31
CULTURAS HÍBRIDAS DE LAS UTOPÍAS AL MERCADO 33
32
la naturaleza y la sociedad liberada de toda prescripción Habermas retoma la afirmación de Max Weber de que lo
sagrada sobre cómo debe ser el mundo; por la otra» la moderno se constituye al independizarse la cultura de la razón
necesidad de reformular una y otra vez los signos de distinción sustantiva consagrada por la religión y la metafísica, y cons-
que el consumo masiñcado desgasta, tituirse en tres esferas autónomas: la ciencia, la moralidad y
Llamamos proyecto üemocrttilzador al movimiento de la el arte. Cada una se organiza en un régimen estructurado por
modernidad que confía en la educación, la difusión del arte y sus cuestiones específicas —el conocimiento, la justicia, el
los saberes especializados» para lograr una evolución racional gusto— y regido por instancias propias de valoración, o sea,
y moral. Se extiende desde la ilustración hasta la UNESCO, la verdad, la rectitud normativa, la autenticidad y la belleza.
desde el positivismo hasta los programas educativos o de La autonomía de cada dominio va institucionalizándose, ge-
popularización de la ciencia y la cultura emprendidos por nera profesionales especializados que se convierten en autori-
gobiernos liberales, socialistas y agrupaciones alternativas e dades expertas de su área, Esta especialización aeentüa la
independientes. distancia entre la cultura profesional y la del público, entre
los campos científicos o artísticos y la vida cotidiana, Sin
embargo, los filósofos de la ilustración, protagonistas de esta
¿LA IMAGINACIÓN EMANCIPADA?
empresa, se propusieron al mismo tiempo extender los saberes
Estos cuatro proyectos,, al desarrollarse, entran en conflicto, especializados para enriquecer la vida diaria y organizar
En un primer acceso a este desenvolvimiento contradictorio, racionalmente la sociedad. El crecimiento de la ciencia y el
analizaremos una de las utopías más enérgicas y constantes de arte, liberados de la tutela religiosa, ayudaría a controlar las
la cultura moderna, desde Galileo a las universidades contem- fuerzas naturales, ampliar la comprensión del mundo, progre-
poráneas, de los artistas del renacimiento hasta las vanguar- sar moralmente, volver más justas las instituciones y las
dias; construir espacios en que el saber y la creación puedan relaciones sociales.
desplegarse con autonomía, Sin embargo, la modernización La extrema diferenciación contemporánea entre la moral, la
económica, política y tecnológica —nacida como parte de ese ciencia y el arte hégemónicos, y la desconexión de los tres con
proceso de secularización e independencia— fue configurando la vida cotidiana, desacreditaron la utopía iluminista, No han
un tejido social envolvente, que subordina las fuerzas renova- faltado intentos de conectar el conocimiento científico con las
doras y experimentales de la producción simbólica. prácticas ordinarias, el arte con la vida, las grandes doctrinas
Para captar el sentido de esta contradicción, no veo lugar éticas con la conducta corniín, pero los resultados de estos
más propicio que el deseneuentro ocurrido entre la estética movimientos han sido pobres, dice Habermas. ¿Es entonces la
moderna y la dinámica socioeconómica del desarrollo artísti- mor!einidad una causa perdida o un proyecto inconcluso?
co. Mientras los teóricos e historiadores enaltan la autonomía Respecto del arte, sostiene que debemos retomar y profundizar
el proyecto moderno de experimentación autónoma a fin de
del arte, las prácticas del mercado y de la comunicación masiva que su poder renovador no se seque. A la vez, sugiere hallar
•—Incluidos a vecea los museos— fomentan la dependencia de otras vías de inserción de la cultura especializada en la praxis
los bienes artísticos de procesos éxíraestéticos, diaria para que ésta no se empobrezca en la repetición de
Partamos de tres autores, Jürgen Haberrnas, Fierre Bour-
dieu y Howard S. Beeker, que estudiaron la autonomía cultural tradiciones, Quizá pueda lograrse con nuevas políticas de
como componente definidor de la modernidad en sus socieda- recepción y apropiación de los saberes profesionales, demo-
des: Alemania, Francia y los Estados Unidos. No obstante las cratizando la iniciativa social, de manera que la gente llegue
diversas historias nacionales y sus diferencias teóricas, desa- "a ser capaz de desarrollar instituciones propias que pongan
rrollan análisis complementarios sobre el sentido seeularáador límites a la dinámica interna y los imperativos de un sistema
que tiene la formación de los campos (Bourdíeu) o mundos económico casi autónomo y de sus complementos administra-
(Becker) del arte. Encuentran en la producción autoexpresiva tivos". 1
y autorregulada de las prácticas simbólicas el indicador distin- 1 Jürgen Habermas, "La modernidad, un proyecio incompleto", en Ha] Foster

tivo de su desenvolvimiento moderno. y oíros, La pos modernidad, Kairós, Barcelona, 1985.


34 CULTURAS HÍBRIDAS DE LAS UTOPÍAS AL MERCADO 35
La defensa habermasiana del proyecto moderno ha recibido significa que la modernidad traiga juntas la racionalidad y lo
críticas, como la de Andreas Huyssen, quien le objeta purifi- que la amenaza.
car fácilmente a la modernidad de sus impulsos nihilistas y La trayectoria de Habermas ejemplifica cómo el pensamien-
anarquistas, Atribuye ese recorte al propósito del filósofo de to sobre la modernidad se construye en diálogo con autores
rescatar el potencial emandpatorio del ilumlnismo frente a la premodernos y posmodernos, según la posiciones que los
tendencia cínica que confunde razón y dominación en Francia intérpretes adoptan en el campo artístico e intelectual. ¿No
y Alemania a principios de los años ochenta, cuando pronuncia seria consecuente con el propio reconocimiento que Habermas
la conferencia citada al recibir el Premio Adorno.2 En-ambos hace de la inserción de la teoría en Jas prácticas sociales e
países los artistas abandonan los compromisos políticos de la intelectuales, continuar la reflexión filosófica con investiga-
década previa, reemplazan los experimentos documentales en ciones empíricas?
narrativa y teatro por autobiografías, la teoría política y las Dos sociólogos, Bourdieu y Becker, revelan que la cultura
ciencias sociales por revelaciones míticas y esotéricas, Mien- moderna se diferencia de todo periodo anterior al constituirse
tras para los franceses la modernidad seria más que nada una en espacio autónomo dentro de k estructura social. Ninguno
cuestión estética, cuya fuente estaría en Nietzsche y Máteme, de los dos trata «tensamente la cuestión de la modernidad,
y para muchas jóvenes alemanes deshacerse del racionalismo pero de hecho sus estudios buscan explicar la dinámica de la
equivaldría a liberarse de la dominación, Haberrnas intenta cultura en sociedades secularizadas donde existe una avanzada
recuperar la versión liberadora del racionalismo que promovió división técnica y social del trabajo, y las instituciones están
la ilustración. organizadas según un modelo liberal,
Su lectura iluminista de la modernidad pareciera estar Para Bourdieu, en los siglos xvi y xvn se inicia un periodo
condicionada, agregamos nosotros, por dos riesgos que Ha- distinto en la historia de la cultura al integrarse con relativa
bermas detectó en las oscilaciones modernas. Al examinar a independencia los campos artísticos y científicos. A medida
Mareuse y Benjamín," anotó que la superación de la autonomía que se crean museos y galerías, las obras de arte son valoradas
del arte para cumplir fundones políticas podía ser nociva, sin las coacciones que les imponían el poder religioso al
como ocurrió en la crítica fascista al arte moderno y su encargarlas para iglesias o el poder político para los palacios.
reorganización al servicio de una estética de masas represora;3 En esas "instancias específicas de selección y consagración",
en la crítica reciente a los posmodernos, señala que el esteti- Jos artistas ya no compiten por la aprobación teológica o la
cismo en apariencia despolltizado de las últimas generaciones complicidad de los cortesanos, sino por "la legitimidad cultu-
tiene alianzas tácitas, y a veces explícitas, con la regresión ral". 3 Los salones literarios y las editoriales reordenarán en el
neoeonservadoráu4 Para refutarlos» Habermas ahonda esa lec- mismo sentido, a partir del siglo xix, la práctica literaria.
tura selectiva de la modernidad que inició en Conocimiento Cada campo artístico —lo mismo que los científicos con el
e interés con el fin de restringir la herencia iluminista a su desarrollo de universidades laicas— se convierte en un espacio
vocación emancipadora. Asi» coloca fuera del proyecto mo- formado por capitales simbólicos intrínsecos,
derno lo que tiene de opresor -y vuelve difícil pensar qué La independencia conquistada por el campo artístico justi-
fica Ja autonomía metodológica de su estudio. A diferencia de
3 Andreas Huyssen, "Gula del posmodernismo", Punió de visla, año x, núm.
gran parte de la sociología del arte y la literatura, que deducen
29, abríl-julio de 1987, sepárala, pp. xx-xxvo. el sentido de las obras del modo de producción o de la
3 Jürgen Habermas," Walíer Benjamín", en Perfiles fisolófico-poiñicoi!, Tanrus,
Madrid, 1973, pp, 302 ss. 5 Fierre Bourdieu, "Campo intelectual y proyecto creador", en Jean Pouillon,
4 Jtogen Maberrnas, El discufso filosófico de la moderntístl, diado. Véase Problemas dei sslructümlismo, Siglo XKJ, México, p. 135. Otros textos sobre la
también el prólogo de los traductores franceses cíe esta obra, Christian Bonchind- teoría bourdieana de los campos son Le marehti des biens simbolíques, Centre de
homme y Rainer Rochlilz, quienes señalan eómo se formó la obra haberasasJana de Sodoiogie Européene, Pnds, 1970, y "Quelques propriéiés des champs", Questions
la última década en polémica con los usos alemanes de IBS críticas al mundo moderno tíe sociologle, Minuit, París, 1980, La versión española de este último libro, titulada
hechas por Démela, Foucauli y Bamille (Le tüscourse philosopMom de la motfemité, Sociología y cultura (Orijalbo, México, 3990), incluye una introducción nuestra que
Gallimard, París, 1988). amplía el análisis que hacemos aquí de Bourdieu.
36 CULTURAS HÍBRIDAS DE LAS UTOPÍAS AL MERCADO 37
extracción de clase del autor, Bourdieu considera que cada separación del campo del arte sirve a la burguesía para simular
campo cultural se halla regido por leyes propias. Lo que el que sus privilegios se justifican por algo más que la acumula-
artista hace está condicionado, más que por la estructura ción económica. La diferencia entre forma y función, indis-
global de la sociedad» por el sistema de relaciones que estable- pensable para que el arte moderno haya podido avanzar en la
cen los agentes vinculados con la producción y circulación de experimentación del lenguaje y la renovación del gusto, se
las obras. La investigación sociológica del arte debe examinar duplica en la vida social en una diferencia entre los bienes
corno se ha constituido el capital cultural del respectivo campo {eficaces para la reproducción material) y los signos (útiles
y cómo se lucha por su apropiación. Quienes detenían el para organizar la distinción simbólica). Las sociedades moder-
capital y quienes aspiran a poseerlo despliegan batallas que nas necesitan a la vez la divulgación —ampliar el mercado y
son esenciales para entender el significado de lo que se el consumo de los bienes para acrecentar la tasa de ganancia—
produce; pero esa competencia tiene mucho de complicidad, y y la distinción —que, para enfrentar los efectos masíficadores
a través de ella también se afirma la creencia en la autonomía de la divulgación, recrea los signos que diferencian a los
del campo. Cuando en las sociedades modernas algün poder sectores hegemónieos,
extraño al campo —la iglesia o el gobierno— quiere intervenir La obra de Bourdieu, poco atraída por las industrias cultu-
en la dinámica interna del trabajo artístico mediante la censu- rales, no nos ayuda a entender qué pasa cuando hasta los
ra, los artistas suspenden sus enfrentarnientos para aliarse en signos y espacios de las élites se masifican y se mezclan con
la defensa de "la libertad expresiva", los populares. Tendremos que partir de Bourdieu, pero ir más
¿Cómo se concilla la tendencia capitalista a expandir el allá de él para explicar cómo se reorganiza la dialéctica entre
mercado, mediante el aumento de consumidores, con esta divulgación y distinción cuando los museos reciben a millones
tendencia a formar públicos especializados en ámbitos restrin- de visitantes, y las obras literarias clásicas o de vanguardia se
gidos? ¿No es contradictoria la multiplicación de productos venden en supermercados, o se convierten en videos.
para el incremento de las ganancias con la promoción de obras Pero antes completemos el análisis de la autonomía del campo
únicas en las estéticas modernas? Bourdieu da una respuesta artístico con Howard S. Becker. Por ser músico, además de
parcial a esta cuestión. Observa que la formación de campos científico social, es particularmente sensible al carácter colectivo
específicos del gusto y del saber, donde ciertos bienes son y cooperativo de la producción artística. A eso se debe que su
valorados por su escasez y limitados a consumos exclusivos, sociología del arte combine la afirmación de la autonomía
sirve para construir y renovar la distinción de las élites. En creadora con un sutil reconocimiento de los lazos sociales que
sociedades modernas y democráticas, donde no hay supe- la condicionan, A diferencia de la literatura y las artes plásticas,
rioridad de sangre ni títulos de nobleza, el consumo se vuelve en las que fue más fácil construir la ilusión del creador solitario,
un área fundamental para instaurar y comunicar las diferen- genial, cuya obra no debería nada a nadie más que a sí mismo,
cias, Ante la relativa democratización producida al rnasiñcarse la realización de un concierto por una orquesta requiere la colabo-
el acceso a los productos, la burguesía necesita ámbitos ración de un grupo numeroso. Implica también que los instru-
separados de las urgencias de la vida práctica, donde los mentos hayan sido fabricados y conservados, que los músicos
objetos se ordenen —como en los museos™ por sus afinidades los aprendieran a tocar en escuelas, que se haga publicidad al
estilísticas y no por su utilidad, concierto, que haya públicos formados a través de una historia
Para apreciar una obra de arte moderna hay que conocer la musical, con disponibilidad para asistir y entender. En ve.rdad,
historia del campo de producción de la obra, tener la compe- todo arte supone la confección de los artefactos físicos nece-
tencia suficiente para distinguir, por sus rasgos formales, un sarios, la creación de un lenguaje convencional compartido,
paisaje renacentista de otro impresionista o hiperrealista. Esa el entrenamiento de especialistas y espectadores en el uso de
"disposición estética", que se adquiere por la pertenencia a ese lenguaje, y la creación, experimentación o mezcla de esos
una clase social, o sea por poseer recursos económicos y elementos para construir obras particulares,
educativos que también son escasos» aparece como un "don", Podría argumentarse que en esta constelación de tareas hay
no como algo que se tiene sino que se es. De manera que la algunas excepcionales, sólo realizables por individuos pecu-
"38 CUITOTAS HÍBRIDAS DE LAS UTOPIAS AL MERCADO 39
Harmente dotados. Pero la historia del arte está repleta de y reduce a un mínimo las pretensiones de ser un individuo sin
ejemplos en los que es difícil establecer tal demarcación: los dependencias. No obstante, existen dos rasgos que diferencian
escultores y muralistas que encargan parte del trabajo a a este condicionamiento en las sociedades modernas. Por una
alumnos o ayudantes; casi todo el jazz en el que la composición parte, son restricciones convenidas dentro del mundo artístico,
es menos importante que la interpretación y la improvisación; no resultantes de prescripciones teológicas o políticas. En
obras como las de John Cage y Stoekhausen, que dejan partes segundo lugar, en los últimos siglos se abrieron cada vez más
para que el ejecutante las construya; Duchamp cuando le pone las posibilidades de elegir vias no convencionales de produc-
bigotes a la Mona Lisa y convierte a Leonardo en "personal ción, interpretación y comunicación del arte, por lo cual
de apoyo". Desde que tecnologías más avanzadas intervienen encontramos mayor diversidad de tendencias que en el pasado.
creativamente en el registro y reproducción del arte, la fron- Esta apertura y pluralidad es propia de la época moderna,
tera entre productores y colaboradores se vuelve más incierta; en que las libertades económicas y políticas, la mayor difusión
un ingeniero de aonido efectúa montajes de instrumentos de las técnicas artísticas, dice Becker, permiten que muchas
grabados en lugares separados» manipula y jerarquiía electró- personas actúen, juntas o separadas, para producir una varie-
nicamente sonidos producidos por músicos de diversa calidad, dad de hechos de manera recurrente. La organización social
Si bien Becker sostiene que puede definirse al artista como "la liberal (aunque Becker no la llama asi) dio al mundo artístico
persona que desempeña la actividad central sin la cual el su autonomía, está en la base de la manera moderna de hacer
trabajo no sería arte", 8 dedica el mayor espacio de su obra a arte: con una autonomía condicionada. Y a la vess el mundo
examinar cómo el sentido de los hechos artísticos se construye artístico sigue teniendo una relación interdependíente con la
en un "mundo de arte" relativamente autónomo, pero no por sociedad, como se ve cuando la modificación de las conven-
la singularidad de creadores excepcionales sino por los acuer- ciones artísticas repercute en la organización social. Cambiar
dos generados entre muchos participantes, las reglas del arte no es sólo un problema estético: cuestiona
A veces, los "grupos de apoyo" {intérpretes, actores, edito» las estructuras con que los miembros del mundo artístico están
res, camarógrafos) desenvuelven sus propios intereses y patro- habituados a relacionarse, y también las costumbres y creen-
nes de gusto, de modo que adquieren lugares protagónieos en cias de los receptores. Un escultor que decide hacer obras con
la realización y transmisión de las obras. De ahí que lo que tierra, al aire libre, no eoleceionables, está desafiando a
sucede en el mundo del arte sea producto de la cooperación quienes trabajan en Jos museos, a los artistas que aspiran a
pero también de la competencia. La competencia suele tener exponer en ellos y a los espectadores que ven en esas institu-
condicionamientos económicos, pero se organiza principal- ciones recintos supremos del espíritu.
mente dentro del "mundo del arte", según el grado de adhesión Las convenciones que hacen posible que el arte sea un hecho
o transgresión a las convenciones que reglan una práctica, social, en tanto establecen formas compartidas de cooperación
Estas convenciones (por ejemplo, el número de sonidos que y comprensión, también diferencian a los que se instalan en
deben utilizarse como recursos tonales,'los instrumentos ade- modos ya consagrados de hacer arte de quienes encuentran lo
cuados para tocarlos y las maneras en que se pueden combinar) artístico en la ruptura de lo convenido. En las sociedades
son homologarles a lo que la sociología y la antropología han modernas, esta divergencia produce dos maneras de integra-
estudiado como normas o costumbres, y se aproximan a lo que ción y discriminación respecto del público. Por una parte, el
Bounlieu llama capital cultural. trabajo artístico forma un "mundo" propio en torno de
Compartidas y respetadas por los músicos, las convenciones conocimientos y convenciones fijados por oposición al saber
hacen posible que una orquesta funcione con coherencia y se común, al que se juzga indigno para servir de base a una obra
comunique con el público. El sistema socioestético que rige el de arte, La mayor o menor competencia en la aprehensión de
inundo artístico impone fuertes restricciones a los " creadores" esos sentidos especializados distingue al público "asiduo y
advertido" del "ocasionar', por lo tanto al que puede "cola-
6 Howard S, Becker, An Worlds, Universidad de California Press, Berkeley-Los
Ángeles-Londres, 1982, cap. 1, pp. 24-25.
borar plenamente" o no con los artistas en la empresa común
CULTURAS HÍBRIDAS DE LAS UTOPÍAS AL MERCADO 4]
40

de puesta en escena y recepción que da vida a una obra. 7 artístico en la obra, o quedan como una tensión secundaria
Por otro lado, los innovadores erosionan esta complicidad respecto de los mecanismos de colaboración que solidarizan a
entre cierto desarrollo del arte y ciertos piiblicos: a veces, para los integrantes del mundo artístico. Para Bourdieu, cada
crear convenciones inesperadas que ahondan la distancia con campo cultural es esencialmente un espacio de lucha por la
los sectores no entrenados; en otros casos —Becker da muchos apropiación del capital simbólico» y en función de las posicio-
ejemplos, desde Rabelais a Phil Olass—, incorporando al nes que se tienen respecto de ese capital —posesores o preten-
lenguaje convencional del mundo artístico las maneras vulga- dientes— se organizan las tendencias —conservadoras o
res de representar lo real. En medio de estas tensiones se heréticas. El lugar que ocupan en Bourdieu el capital cultural
constituyen las relaciones complejas, nada esquemáticas, entre y la competencia por su apropiación lo desempeñan en Becker
lo hegemónico y lo subalterno, lo incluido y lo excluido. Ésta las convenciones y los acuerdos que permiten que los conten-
es una de las causas por las que la modernidad implica tanto dientes sigan su trabajo; "Las convenciones representan el
procesos de segregacidn como de hibridación entre los diversos ajuste continuo de las partes que cooperan respecto de las
sectores sociales y sus sistemas simbólicos. condiciones cambiantes en las que ellas practican."8
La ubicación de las prácticas artísticas en los procesos de
La perspectiva antropológica y relativista de Becker, que producción y reproducción social, de legitimación y distinción,
define lo artístico no segu*n valores estéticos a priori sino dio a Bourdieu la posibilidad de interpretar las diversas
identificando grupos de personas que cooperan en la produc- prácticas como parte de la lucha simbólica entrs las clases y
ción de bienes que al menos ellos llaman arte, abre el camino fracciones de clase. También estudió las manifestaciones ar-
para análisis no etnocéntricos ni socioeéntrieos de los campos tísticas que Becker llama "ingenuas" y "populares", como
en que se practican esas actividades. Su dedicación, más que expresión de los sectores medios y dominados con menor
a las obras, a los procesos de trabajo y agrupamientd, desplaza integración a la cultura "legítima", autónoma, de las élites.
la cuestión de las definiciones estéticas, que nunca se ponen de Al hablar de los sectores populares sostiene que se guían por
acuerdo sobre el repertorio de objetos que merece el nombre "una estética pragmática y funcionalista", impuesta "por una
de arte, a la caracterización social de los modos de producción necesidad económica que condena a las gentes 'simples' y
e interacción de los grupos artísticos, También permite rela- 'modestas' a gustos 'simples' y 'modestos'";9 el gusto popular
cionarlos comparativamente entre sí y con otras clases de se opondría al burgués y moderno por ser incapaz de inde-
productores. Como Becker dice, en la modernidad los mundos pendizar ciertas actividades de su sentido práctico y darles otro
del arte son mültiples, no se separan tajantemente entre ellos, sentido estético autónomo. Por eso, las prácticas populares
ni del resto de la vida social; cada uno comparte con otros son definidas, y desvalorizadas, aun por los mismos sectores
campos el suministro de personal, de recursos económicos e subalternos, al referirlas todo el tiempo a la estética dominan-
intelectuales, mecanismos de distribución de los bienes y los te, la de quienes sí sabrían cuál es el verdadero arte, el que se
públicos. puede admirar de acuerdo con la libertad y el desinterés de
Es curioso que su examen de lajs estructuras inlernas del "los gustos sublimes".
mundo artístico revele conexiones centrifugas con la sociedad, Bourdieu relaciona las diversas estéticas y prácticas artísti-
poco atendidas por el análisis sociológico, externo, de Bour- cas en un esquema estratificado por las desiguales apropiacio-
dieu sobre la autonomía de los campos culturales. A la inversa, nes del capital cultural. Si bien esto le da un poder explicativo
la obra de Becker es menos sólida cuando se ocupa de los en relación con la sociedad global que Becker no alcanza, cabe
conflictos entre los integrantes del mundo del arte y entre preguntarse si los hechos suceden hoy de este modo, Bourdieu
distintos mundos, ya que para él las disputas —entre artistas desconoce el desarrollo propio del arte popular, su capacidad
y personal de apoyo, por ejemplo— se resuelven fácilmente de desplegar formas autónomas, no utilitarias, de belleza,
mediante la cooperación y el deseo de culminar el trabajo
8 ídem, p. 58.
ídem, p. 71. 9 Fierre Bourdieu, La dislinciion, p. 441.
42 CULTURAS HlBRÍDAS DE LAS UTOPÍAS AL MERCADO 43

como veremos en un capítulo posterior al analizar las artesa- "comunidad de artífices sin la diferenciación de clases que
nías y fiestas populares. Tampoco examina la reestructuración levanta una barrera arrogante entre el artesano y el artista",
de las formas clásicas de lo culto (las bellas artes) y de los donde se trascendiera también la oposición entre el racionalis-
bienes populares al ser reubicados dentro de la lógica comu- mo frío del desarrollo tecnológico y la creatividad del arte.
nkacionaí establecida por las industrias culturales, Los constructivistas persiguieron todo eso, pero con mejores
oportunidades para insertarse en las transformaciones de la
Rusia posrevolucionaria: a Tallin y Malevitch les encargaron
ACABAKQN LAS VANGUARDIAS ARTÍSTICAS, que aplicaran sus innovaciones en monumentos, carteles y
QUEDAN LOS RITUALES DE INNOVACIÓN otras formas de arte público; Arvatov, Rodehenko y muchos
artistas fueron a las industrias para reforamlar el diseño,
Las vanguardias extremaron la búsqueda de autonomía en el promovieron cambios sustanciales en las escuelas de arte a fin
arte, y a veces intentaron combinarla con otros movimientos de desarrollar en los alumnos "una actitud industrial hacia la
de la modernidad —especialmente la renovación y la democra- forma" y hacerlos "ingenieros diseñadores", útiles en la
tización. Sus desgarramientos, sus conflictivas relaciones con planificación socialista,10 Todos pensaron que era posible
movimientos sociales y políticos, sus fracasos colectivos y profundizar la autonomía del arte y a la vez reinscribirlo en
personales, pueden ser leídos como manifestaciones exaspera- la vida, generalizar las experiencias cultas y convertirlas en
das de las contradicciones entre los proyectos modernos. hechos colectivos,
Aunque hoy son vistas como la forma paradigmática de la Conocemos los desenlaces. El surrealismo se dispersó y
modernidad, algunas vanguardias nacieron como intentos por diluyó en el vértigo de las luchas internas y las excomuniones.
dejar de ser cultos y ser modernos. Varios artistas y escritores La Bauhaus fue reprimida por el nazismo, pero antes de la
de los siglos KJX y xx rechazaron el patrimonio cultural de catástrofe ya empezaba a notarse su ingenua fusión entre el
Occidente y lo que la modernidad iba haciendo con él. Les racionalismo tecnológico y la intuición artística, las dificulta-
interesaban poco los avances de la racionalidad y el bienestar des estructurales que había para insertar su renovación fun-
burgueses; el desarrollo industrial y urbano Jes parecía deshu- cional de la producción urbana en medio de las relaciones de
manizante, Los rnás radicales convirtieron este rechazo en propiedad capitalista y de la especulación inmobiliaria que la
exilio, Rimbaud se fue al África, Gauguin a Tahití para República de Weimar dejaba intactas, El constructivismo
escapar de su sociedad "criminal", "gobernada por el oro"; logró influir en la modernización y socialización promovidas
Molde a los mares del sur y a Japón; Segall a Brasil. Quienes en la primera década revolucionaria soviética, pero finalmente
se quedaron, como Baudelaire, impugnaban la "degradación cayó bajo la buroeratización represiva del estalinismo y fue
mecánica" de la vida urbana. reemplazado por los pintores realistas que restauraban las
Hubo, por supuesto, quienes disfrutaron de la autonomía tradiciones iconográficas de la Rusia premoderna, adaptadas
del arte y se entusiasmaron con la libertad individual y al retratismo oficial.
experimental, El descompromiso con lo social se volvió para La frustración de estas vanguardias se produjo, en parte,
algunos síntomas de una vida estética. Téophile Gautier decía por el derrumbe de las condiciones sociales que atentaron su
que "todo artista que se propone otra cosa que no sea lo bello nacimiento. Sabemos también que sus experiencias se prolon-
no es, a nuestros ojos, un artista".,, "Nada es más bello que garon en Ja historia del arte y en la historia social como reserva
lo que no sirve para nada," utópica, en la que movimientos posteriores, sobre todo en la
Pero en varias tendencias la libertad estética se une a la década de los sesenta, encontraron estímulo para retornar los
responsabilidad ética, Más allá del nihilismo dadaísta, surge proyectos emancipadores, renovadores y democráticos de la
la esperanza del surrealismo por unir la revolución artística modernidad. Pero la situación actual del arte y su inserción
con la social, La Bauhaus quiso volcar la experimentación social exhibe una herencia lánguida de aquellos intentos de los
formal en un nuevo diseño industrial y urbano, y los avances
de las vanguardias en la cultura cotidiana; busco crear una 10 Boris Arvaiov, Arte y producción, Alberto Corazón, Madrid, 1973.
¿}4 CULTURAS HÍBRIDAS DE LAS UTOPÍAS AL MERCADO 45

años veinte y sesenta por convertir las innovaciones de las van- excelencia", que busca poner orden en el mundo, fija en qué
guardias en fuente de creatividad colectiva. condiciones son lícitas "transgresiones necesarias e inevitables
Una bibliografía incontable viene examinando las razones de los límites". Los cambios históricos que amenazan el orden
sociales y estéticas de esta frustración insistente. Queremos natural y social generan oposiciones, enfrentamientos, que
proponer aquí una vía antropológica, construida a partir del pueden disolver a una comunidad. El rito es capaz de operar
saber que esta disciplina desarrolló sobre el ritual, para entonces no como simple reacción conservadora y autoritaria
repensar —desde el fracaso del arte de vanguardia— Ja decli- de defensa del orden viejo, según se verá más adelante a
nación del proyecto moderno. propósito de la ceremonialidad tradicionalista, sino como
Hay un momento en que los gestos de ruptura de los artistas, movimiento a través del cual la sociedad controla el riesgo del
que no logran convertirse en actos (intervenciones eficaces en cambio. Las acciones rituales básicas son, de hecho, transgre-
procesos sociales), se vuelven ritos, El impulso originario de siones denegadas. El rito debe resolver, mediante una opera-
las vanguardias llevó a asociarlas con el proyecto secularizador ción soclalmente aprobada y colectivamente asumida, "la
de la modernidad: sus irrupciones buscaban desencantar el contradicción que se establece" al construir "como separados
mundo y desacralizar los modos convencionales, bellos, com- y antagonistas principios que deben ser reunidos para asegurar
placientes, con que la cultura burguesa lo representaba, Pero la reproducción del grupo", 52
la incorporación progresiva de las insolencias a los museos, su A la luz de esíe análisis podemos interrogar el tipo peculiar
digestión razonada en los catálogos y en la enseñanza oficial de rituales que las vanguardias instauran. La literatura sobre
del arte, hicieron de las rupturas una convención. Establecie- ritualidad se ocupa preferentemente de los rituales de Ingreso
ron, dice Octavio Paz, "la tradición de la ruptura". 11 No es o de pasaje" quién puede entrar, y con qué requisitos, a una
extraño, entonces, que la producción artística de las vanguar- casa o una iglesia; qué pasos deben cumplirse para pasar de
dias sea sometida a las formas más frivolas de la ritualidad: un estado civil a otro, asumir un cargo o un honor. Los aportes
los vernismges, las entregas de premios y las consagraciones antropológicos sobre estos procesos se han usado para enten-
académicas. der las operaciones discriminatorias en las instituciones cultu-
Pero el arte de vanguardia se convirtió en ritual también en rales. Se describe la riíualización que la arquitectura de los
otro sentido. Para explicarlo, debemos introducir un cambio museos impone ai publico: itinerarios rígidos, códigos de
en la teoría generalizada sobre los ritos, Suele estudiárselos acción para ser representados y actuados estrictamente. Son
como prácticas de reproducción social, Se supone que son corno templos laicos que, igual que los religiosos, convierten
lugares donde la sociedad reafirma lo que es, defiende su orden a los objetos de la historia y del arte en monumentos ceremo-
y su homogeneidad. En parte, es cierto. Pero los rituales niales,
pueden ser también movimientos hacia un orden distinto, que Cuando CaroJ Duncan y Alan Wallach'estudian el Museo
la sociedad aún resiste o proscribe. Hay rituales para confir- del Louvre, observan que el edificio majestuoso, los pasillos
mar las relaciones sociales y darles continuidad {las fiestas y escaleras monumentales, la ornamentación de los techos, la
ligadas a los hechos "naturales":-nacimiento, matrimonio, acumulación de obras de diversas épocas y culturas, subordi-
muerte), y existen otros destinados a efectuar en escenarios nadas a la historia de Francia, componen un programa icono-
simbólicos, ocasionales, transgresiones impracticables en for- gráfico que dramatiza ritualmente el triunfo de la civilización
ma real o permanente, francesa, la consagra como heredera cíe los valores de la
Bourdieu anota en sus estudios antropológicos sobre los humanidad, En cambio, el Museo de Arte Moderno de Nueva
kabyla que muchos ritos no tienen por función únicamente York se aloja en un edificio frío, de hierro y vidrio, con pocas
establecer las maneras correctas de actuación, y por tanto ventanas, como si la desconexión del mundo exterior y Ja
separar lo permitido de lo prohibido, sino también incorporar pluralidad de recorridos dieran la sensación de poder ir a
ciertas transgresiones limitándolas. El rito, "acto cultural por
11 Octavio Paz, Los hijos del limo, Joaquín Morliz, México, p. 19. 12 Fierre Bourdieu, Le sens pralique, Minuit, París, 1980, p. 381.
46 CULTURAS HÍBRIDAS DE LAS UTOPÍAS AL MERCADO 47

donde se quiere, de libre opción individual, Corno si el Rauschenberg, Tudor, Richards y Olsen, en el Black Mountain
visitante pudiera homologar la libertad creadora que distingue College:
a los artistas contemporáneos: "Se está en 'ninguna parte', en
una nada original, una matriz, una tumba, blanca pero sin sol, ... puesto que no existe idea matriz de la acción, esta acumulación de
que parece situada fuera del tiempo y de la historia," A medida materiales tiende a liberar los diferentes lenguajes de su condición
que se avanza del cubismo al surrealismo, al expresionismo recíproca de dependencia, y tiende también a mostrar un "diálogo"
posible entre ellos como entidades autónomas y autosigniflcanies.14
abstracto, las formas cada vez más desmaten alizadas, "así
corno el acento sobre temas tales como la luz y el aire,
proclaman la superioridad de lo espiritual y lo trascendente" Al carecer de relatos totalizadores que organicen la historia,
sobre las necesidades cotidianas y terrestres." En suma, la la sucesión de cuerpos, acciones, gestos se vuelve una rituali-
ritualidad del museo histórico de una forma, la del museo de dad distinta de la de cualquier comunidad antigua o sociedad
arte moderno de otra, al sacralizar el espacio y los objetos, e moderna. Este nuevo tipo de ceremonialidad no representa un
imponer un orden de comprensión, organizan también las mito que integre a una colectividad, ni la narración autónoma
diferencias entre los grupos sociales: los que entran y los que de la historia del arte. No representa nada, salvo el "narcisis-
quedan fuera; los que son capaces de entender la ceremonia y mo orgánico" de cada participante.
"Nosotros estarnos en tren de vivir cada momento por su
los que no pueden llegar a actuar significativamente. calidad única, La improvisación no es histórica", declara
Las tendencias posmodernas de las artes plásticas} del hap- Paxton, uno dé los mayores practicantes de performances,
pening a los performances y el arte corporal, corno también Pero ¿cómo pasar entonces de cada explosión íntima e instan-
en el teatro y la danza, acentúan este sentido ritual y hermé- tánea al espectáculo, que supone algún tipo de duración
tico. Reducen lo que consideran comunicación racional (ver- ordenada de las imágenes y diálogo con los receptores? ¿Cómo
balkaciones, referencias visuales precisas) y persiguen formas ir de los enunciados sueltos al discurso, de los enunciados
subjetivas inéditas para expresar emociones primarias ahoga- solitarios a la comunicación? Desde la perspectiva del artista,
das por las convenciones dominantes (fuerza, erotismo, asom- los performances disuelven la búsqueda de autonomía del
bro). Cortan las alusiones codificadas al mundo diario en campo artístico en la búsqueda de emancipación expresiva de
busea de la manifestación original de cada sujeto y de reen- los sujetos, y, como generalmente los sujetos quieren compar-
cuentros mágicos con energías perdidas, La forma cool de esta tir sus experiencias, oscilan entre la creación para sí mismos
comunicación autocentrada que propone el arte, al reinstalar y el espectáculo: a menudo, esa tensión es la base de la
el rito como núcleo de la experiencia estética, son los perfor- seducción estética,
mances mostrados en video: al ensimismamiento en la ceremo- Esta exacerbación narcisista de la discontinuidad genera un
nia con el propio cuerpo, con el código íntimo, se agrega la nuevo tipo de ritual, que en verdad es una consecuencia
relación semihipnótica y pasiva con la pantalla, La contem- extrema de lo que venían haciendo las vanguardias, Los
plación regresa y sugiere que la máxima emancipación del llamaremos ritos tfa egreso. Dado que el máximo valor estético
lenguaje artístico sea el estasis inmóvil. Emancipación anti- es la renovación incesante, para pertenecer al mundo del arte
moderna, puesto que elimina la secularización de la práctica no se puede repetir lo ya hecho, lo legítimo, lo compartido.
y de la imagen, Hay que iniciar formas de representación no codificadas
Una de las crisis más severas de lo moderno se produce por (desde el impresionismo al siirrealismo), inventar estructuras
esta restitución del rito sin mitos. Germano Celant comenta imprevisibles (desde el arte fantástico al geométrico), relacio-
un "acontecimiento" que presentó John Cage, junto con nar imágenes que en la realidad pertenecen a cadenas semán-
13 Cf, los artículos de Caro) Duncan y Alan Wallaeh, "The Universal Survey
Museum", Art Historyt vol, 3, núm. 4, diciembre de 1980, y "Le musée d'an w Germano Celant, intervención en"" El arte de la performance", Teoría y m'iica,
moderne de New York: un rite tlu capitalism tardif', Hisloire el critique des orís, 2, Asociación Internacional de Críticos de Arte, Buenos Aires, diciembre de J979,
núm. 7-8, diciembre de 1978. p. 32.
48 CULTURAS HÍBRIDAS 0B LAS UTOPÍAS AL MERCADO 49

ticas diversas y nadie habia asociado (desde los coliages a los tiende a cuestionar el código de la comunicación"."
performances). No hay peor acusación contra un artista mo- ¿Realmente se aseguran los artistas el dominio de su canipo?
derno que señalar repeticiones en su obra, Según este sentido ¿Quién queda corno propietario de sus transgresiones? Al
de fuga permanente, para estar en la historia del arte hay que haber aceptado el mercado artístico y los museos los ritos de
estar saliendo constantemente de ella. egreso, Ja fuga incesante como la manera moderna de hacer
En este punto, veo una continuidad sociológica entre las arte legítimo, ¿no someten los cambios a un encuadre que los
vanguardias modernas y el arte posmoderno que las rechaza, limita y controla? ¿Cuál es entonces la función social de las
Aunque los posmodernos abandonen la noción de ruptura prácticas artísticas? ¿No se les ha asignado —con éxito— la
—clave en las estéticas modernas— y usen en su discurso tarea d® representar las transformaciones sociales, ser el
artístico imágenes de otras épocas, su modo de fragmentarlas y escenario simbólico-en que se cumplen las transgresiones, pero
dislocarlas, las lecturas desplazadas o paródicas de las tradi- dentro de instituciones que demarcan su acción y eficacia para
ciones, restablecen el carácter insular y autorreferido del mundo que-no 1 perturben el orden general de la sociedad?
del arte, La cultura moderna se reáli?ó negando las tradiciones Hay que «pensar Ja eficacia de ks ianovacioaes y las
y los territorios. Todavía su impulso rige en los museos que irreverencias artísticas, los limítei de sus sacrilegios rituales,
buscan nuevos públicos, en las experiencias itinerantes, en los Los intentos de quebrar la ilusión'en la superioridad y lo
artistas que usan espacios urbanos no connotados culturalmen- sublime del arte (insolencias, autodestrucelones de obras, la
te, producen fuera de sus países y deseontexíualizan los mierda del artista dentro del museo) son al fin de cuentas»
objetos. El arte posmoderno sigue practicando esas operacio- según Bourdieu, desacralizaeiones sacralizantes "que no escan-
nes sin la pretensión de ofrecer algo radicalmente innovador, dalizan nunca más que a los creyentes", Nada exhibe mejor la
incorporando el pasado, pero de un modo no convencional, tendencia al funcionamiento ensimismado del canipo artístico
con lo cual renueva la capacidad del campo artístico de que el destino de estas tentativas de subversión» en apariencia
representar la última diferencia "legítima", radicales, que "los guardianes más heterodoxos de la ortodoxia
Tales experimentaciones transciilturales engendraron reno- artística" finalmente devoran.16
vaciones en el lenguaje, el diseño, las formas de urbanidad y ¿Bs posible seguir afirmando con Haberrnas que la moder-
las prácticas juveniles, Pero el destino principal de los gestos nidad es un proyecto inconcluso pero realiiabíe, o debimos
heroicos de las vanguardias y cíe los ritos desencantados de los admitir —con los artistas y teóricos desencantados— que la
posmodernos ha sido la ritualizaeión de los museos y del experimentación autónoma y la inserción democratizado» en
mercado. Pese a la desacralizacidn clel arte y. del mundo el tejido social son tareas inconciliables?
artístico» a los nuevos canales abiertos hacia otros piíblicos, Sí queremos entender Jas contradicciones entre estos proyec-
los experlmentalistas acentúan su insularidad. El primado cíe tos modernos, hay que analizar cómo se reformulan los
la forma sobre la función, de la forma de decir -sobre Jo que vínculos'entre autonomía y dependencia del arte en las condi-
ss dice, exige del espectador una disposición cada vez más ciones actuales de producción y circulación cultural. Tomare-
cultivada para comprender el sentido, Los artistas que inscri- mos cuatro interacciones de las prácticas cultas modernas y
ben en la obra misma la interrogación sobre lo que la obra "autónomas" con esferas "ajenas", como son el arte premo-
debe ser, que no sólo eliminan la ilusión naturalista de Jo real cierno, el arte ingenuo y/o popular, el mercado internacional
y el hedonismo perceptivo, sino que hacen de la destrucción del arte y las industrias culturales,
de las convenciones, aun las del año pasado, su modo de
enunciación plástica, se aseguran por una parte, dice Bour-
dieu, él dominio de su campo, pero, por otra, excluyen al ss Fierre Bourdieu, "Disposiíion ssthllique et compéleme artistiqw", Les Temps
espectador que no se disponga a hacer de su participación en Modernas, núm. 293, febrero de 1971, p, 1352,
el arte una experiencia igualmente innovadora. Las arles 16 Pier/e Bourdieu, "Ln producíJOB de la croyaftee: contribution a una ¿conomie
modernas y posmodernas proponen una "lectura paradojal", des biena symboliques", Acles de la Rstherche en Seientíes Suélales, 13, febrero áe
pues suponen "el dominio clel código de una comunicación que 1977, p, 8.
50 CULTURAS HÍBRIDAS DE LAS UTOPÍAS AL MEHCADO 51

FASCINADOS CON LO PRIMITIVO Y LO POPULAR


¿Por qué los promotores de la modernidad, que la anuncian
como superación de lo antiguo y lo tradicional, sienten cada
vez más atracción por referencias del pasado? No es posible
dar la respuesta sólo en este capítulo, Habrá que explorar las
necesidades culturales de conferir un significado más denso al
presente y las necesidades políticas de legitimar mediante el
prestigio del patrimonio histórico la hegemonía actual. Ten-
dremos que indagar, por ejemplo, por qué el folclor encuentra
eco en los gustos musicales de los jóvenes y en los medios
electrónicos.
Aquí nos ocuparemos de la importancia ascendente que los
críticos y museógrafos contemporáneos dan al arte premoder-
no y al popular. El auge que los pintores latinoamericanos
hallan a fines de los ochenta y principios de los noventa en los
museos y mercados de Estados Unidos y Europa, no se
entiende sino corno parte de la apertura a lo no moderno
iniciada algunos años antes,"

Un modo de averiguar qué buscan los protagonistas del arte


contemporáneo en lo primitivo y lo popular, es examinar cómo
17 Varios críticos atribuyen esta efervescencia del arte latinoamericano también lo ponen en escena los museos y qué dicen para justificarlo en
a la expansión de la clientela "hispana" en los Eslados Unidos, a la mayor
disponibilidad de inversiones en el mercado artístico y la proximidad del V
los catálogos. Una exposición sintomática fue la realizada en
Centenario. Cf. Eclward Sullivan, "Mito y realidad. Arte latinoamericano en Estados 1984 por el Museo de Arte Moderno de Nueva York sobre El
Unidos", y Shifra Goldman, "El espíritu latinoamericano. La perspectiva desde los primitivismo en el arte del siglo XX. La institución que en las
Estados Unidos", Arte en Colombia, 41, septiembre de 1989. dos últimas décadas fue la instancia máxima de legitimación
52 CULTURAS HÍBRIDAS DE LAS UTOPIAS AL MERCADO 53
de Max Ernst, en una máscara tusyan. La exhibición revelaba
que las dependencias de los modernos hacia lo arcaico abarcan
desde los fauves hasta los expresionistas, desde Brancusi hasta
los artistas de la tierra y los que desarrollan performances
inspirados en rituales "primitivos",
Es de lamentar que las preocupaciones explicativas del
libro-caíálogo se hayan concentrado en interpretaciones detec-
tivescas: establecer si Picasso compró máscaras del Congo en
el mercado de pulgas de París, o si Klee visitaba los museos
etnológicos de Berlín y Basilea, El descentramiento del arte
occidental y moderno queda a mitad de camino al preocuparse
sólo por reconstruir los procedimientos a través de los cuales
objetos de África, Asia y Oceanía llegaron a Europa y los
Estados Unidos, y de qué modo los asumieron artistas occi-
dentales, sin comparar los usos y significados originarios con
los que les dio la modernidad. Pero nos interesa, sobre todo,
registrar que este tipo de muestras de gran resonancia relati-
vizan la autonomía del campo cultural de la modernidad.
Otro caso destacable fue la exposición de 1978 en el Museo
de Arte Moderno de París que reunid a artistas llamados
ingenuos o populares. Paisajistas, constructores de capillas y
castillos personales, decoradores barrocos de sus cuartos coti-
dianos, pintores y escultores autodidactas, fabricantes de
muñecos insólitos y máquinas inútiles. Algunos, como Ferdi-
nand Cheval, eran conocidos por la difusión de historiadores
y artistas que supieron valorar obras extrañas al mundo del
arte. Pero la mayor parte carecía de toda formación y recono-
cimiento institucional. Produjeron sin preocupaciones publi-
citarias, lucrativas o estéticas —en el sentido de las bellas artes
o las vanguardias— trabajos en los que aparecen una origina-
lidad o una novedad, Dieron tratamientos no convencionales
a materiales, formas y colores, que los especialistas organiza-
dores de esta exposición juzgaron presentables en un museo.
El libro-catálogo preparado para la muestra tiene cinco pró-
logos, como si el Museo hubiera sentido mayor necesidad que
en otras exhibiciones de explicar y prevenir. Cuatro de ellos, en
y consagración de las nuevas tendencias, propuso una lectura vez de buscar lo específico de los artistas expuestos, quieren enten-
de los artistas de la modernidad que marcaba, en vez de la derlos relacionándolos con tendencias del arte moderno. A
autonomía y la innovación, las semejanzas formales de sus Michael Ragon le recuerdan a los expresionistas y surrealistas
obras con piezas antiguas. Una mujer de Picasso encontraba por su "imaginación delirante", a Van Gogh por su "anorma-
su espejo en una máscara kwaldutl; las figuras alargadas de lidad", y los declara artistas porque son "individuos solitarios
Giacometti en otras de Tanzania; la Máscara del temor de e inadaptados", "dos características de todo artista verdade-
Klee, en un dios guerrero de los zuni; una cabeza de pájaro
54 CULTURAS HÍBRIDAS DE LAS UTOPÍAS AL MERCADO 55

ro". 18 El prólogo más sabroso es el de la directora del Museo,


Suzanne Page, quien explica haber denominado la exposición EL ARTE CULTO YA NO ES UN COMERCIO MINORISTA
Lessinguiiers de i'art porque los participantes son "individuos
libremente propietarios de sus deseos, de sus extravagancias, La autonomía del campo artístico, basada en criterios estéticos
que imponen sobre el mundo el sello vital de su irreductible fijados por artistas y críticos, es disminuida por las nuevas
unicidad", Asegura que el Museo no hace esta muestra por determinaciones que el arte sufre de un mercado en rápida
buscar una alternativa a "una vanguardia fatigada", sino para expansión, donde son decisivas fuerzas extraculturales. Si bien
"renovar la mirada y reencontrar lo que hay de salvaje en este la influencia en el juicio estético de demandas ajenas al campo
arte cultural". es visible a lo largo de la modernidad, desde mediados de este
¿A qué se debe esta insistencia en la unicidad, lo puro, lo siglo los agentes encargados de administrar la calificación de
inocente, lo salvaje, al mismo tiempo que reconocen que estos lo que es artístico —museos, bienales, revistas, grandes pre-
hombres y mujeres producen mezclando lo que aprendieron en mios internacionales— se reorganizan en relación con las
las páginas rosas del Peíií Laromse, París Match, La Tour nuevas tecnologías de promoción mercantil y consumo.
Etffel, la iconografía religiosa, los diarios y revistas de su La extensión del mercado artístico de un pequeño círculo de
época? ¿Por qué el museo que intenta deshacerse de las "amateurs" y coleccionistas a un público amplio, a menudo
parcialidades ya insostenibles de "lo moderno" necesita clasi- más interesado en el valor económico de la inversión que en
ficar lo que se le escapa, no sólo en relación con las tendencias los valores estéticos, altera las formas de estimar el arte, Las
legitimadas del arte sino con los casilleros creados para nom- revistas que indican las cotizaciones de las obras presentan su
brar lo heterodoxo? El prólogo de Raymonde Moulin da varias información junto a la publicidad de compañías de aviación,
claves, Después de señalar que desde el comienzo del siglo xx autos, antigüedades, inmuebles y productos de lujo, Una
la definición social del arte se extiende en forma incesante y investigación de Annie Verger sobre los cambios de los proce-
que la incertidurnbre asi generada llevó a etiquetar también dimientos de consagración artística, siguiendo los índices
incesantemente las manifestaciones extrañas, propone consi- publicados por Connaissance des arts,19 observa que para el
derar a estas obras "inclasificables", y se pregunta por las primero de ellos, difundido en 1955, la revista consultó a un
razones por Jas que fueron elegidas, Ante todo, porque para centenar de personalidades, seleccionadas entre artistas, críti-
la mirada culta estos artistas ingenuos "logran su salvación cos, historiadores de arte» directores de galerías y conservado-
artística" en tanto "transgreden parcialmente las normas de res de museos. Para las listas siguientes, que se hacen cada
su clase"; luego, porque cinco años, cambia el grupo de informantes: incluye a no
franceses (asumiendo 3a creciente intsrnacionalízación del jui-
.,,redescubren en el uso creador del tiempo libre —el del ocio, o, más cio estético) y van desapareciendo los artistas (de 25 por ciento
a menudo, de la jubilación— el saber perdido, del trabajo indiviso. en 1955 a 9,25 por ciento en J96J, y ninguno en 1971). Son
Aislados, protegidos de todo contacto y de todo compromiso con los incorporados más coleccionistas, conservadores de museos
circuitos culturales o comerciales, no son sospechosos de haber obede-
cido a otra necesidad que la interior: ni magníficos, ni malditos, sino tradicionales y marchands. Los cambios en la nómina de
inocentes [...], En sus obras, la mirada cultivada de una sociedad consultados, que expresan las modificaciones en la lucha por
desencantada cree percibir la reconciliación del principio cié placer y del la consagración artística, generan otros criterios de selección.
principio de realidad. Se reduce el porcentaje de artistas de vanguardia y resurgen
los "grandes ancestros", puesto que la modernidad y la
innovación dejan de ser los valores supremos.

18 Miehael Ragon, "l.'art en pluriel", Les singuliers de l'an, Museo cíe Arte ''•'Annie Verger, "L'art d'estiraer I'art. Cornmenl classer 1 'incomparable? ", Aties
Moderno, París, 1978. de la Recherche en Sciences Sociales, 66/67, marro de 1987, pp. 105-121.
56 CULTURAS HÍBRIDAS DE LAS UTOPÍAS AL MERCADO 57

SPOTLIGHT ON THE CÍA


Its Part in the Irán Deal

los récords en las subastas de arte, y el scholar que logra vender más de cinco millo-
nes de ejemplares de su novela "semiótica" en 25 lenguas. ¿Destrucción de los códi-
¿Fin de la separación entre lo culto y lo masivo? Picasso y Umberto Eco, temas de gos de) saber culto o estetización del mercado?
portadas en semanarios Internacionales. El artista que lleva a rebasar una y otra vez
58 CULTURAS HÍBRIDAS DE LAS UTOPÍAS AL MERCADO 59

Las manifestaciones más agresivas de estos condicionamien- compró en 5.83 millones de dólares en 1981 y lo vendió en
tos extraestéticos sobre el campo artístico se hallan en Alema- 1989 en 47.85, puede dar una ganancia de 19.6 por ciento
nia, los Estados Unidos y Japón. Willi Bongard, periodista de anual, el arte se vuelve, antes que nada, un área privilegiada
una revista financiera, publicó en 1967 la obra Kumí and de inversiones. O como dice Roben Hughes, en el artículo
Kommen, donde critica las tácticas de "comercio minorista donde da este ciato, "a full-management art industry". 21
mal administrado" de las galerías que carecen de vitrinas, se En una sociedad como la norteamericana, donde la evasión
ubican en un piso alto y buscan relaciones confidenciales con de impuestos y la publicidad se eufemizan como parte de las
sil clientela, muestran los productos jsólo dos o tres semanas tradiciones nacionales de filantropía y caridad, sigue siendo
y consideran la publicidad un lujo» Él aconseja usar técnicas posible que las donaciones a los museos "preserven" la espi-
avanzadas de distribución y comercialización, que de hecho ritualidad del arte,22 Pero hasta esos simulacros comienzan a
adoptó a partir d@ 1970 estableciendo nóminas de los artistas caer: en 1986 el gobierno de Reagan modificó la legislación
más prestigiosos en la revista económica Kapíial) y publicando que permitía deducir impuestos con donaciones, recurso clave
una revista propia» Art aktml> que comunica las últimas para el crecimiento, espectacular de los museos de ese país. Si
tendencias del mercado artístico y sugiere la mejor manera de obras de Picasso y Van Gogh llegan a 40 o 50 millones de
administrar la propia colección, dólares, como se vendieron en Sotheby a fines de J989» los
"Tanto {por el] gusto", dice la empresa o el inculto millo- museos norteamericanos —cuyos presupuestos más altos osci-
nario ansioso de prestigio. "El gusto es mío",, responde el lan entre dos y cinco millones anuales— deben ceder las piezas
crítico o el conservador del museo, ¿Es así la conversación? más cotizadas a coleccionistas privados. Como este disparo de
"Decididamente no", concluye el historiador Juan Antonio los precios eleva los seguros, al punto de que una exposición
Ramírez al comprobar que los precios más elevados que se de Van Gogh, planeada por el Metropolitan Museum en 1981,
pagan en las subastas no corresponden a las obras que los costaría ahora 5 billones de dólares, sólo para asegurar las
expertos juzgan mejores o más significativas.20 En ningún país obras, ni ese Museo puede lograr que los cuadros pasen de las
es tan ©vidente la fuerza de los empresarios, y por tanto de los colecciones íntimas al conocimiento publico. Unas cuantas
"administradores del arte", como en los Estados Unidos, utopías de la modernidad, que estuvieron en el fundamento de
donde'ésta es una próspera carrera que puede estudiarse en estas instituciones —expandir y democratizar las grandes crea-
varias universidades» Sus egresados, instruidos en arte y en ciones culturales, valoradas como propiedad común de la
estrategias de inversión, ocupan puestos especiales, junto al humanidad— pasan a ser, en el sentido más maligno, piezas
director artístico, en los grandes museos norteamericanos. de museo,
Cuando planifican su programación anual, hacen presente que Si ésta es la situación en las metrópolis, ¿qué queda del arte
el tipo de arte que se promueve influye en las políticas de y sus utopías modernas en América Latina? Mari-Carmen
financiamiento y en el número de emplees, no sólo de las Ramírez, curadora de arte latinoamericano de la Galería
instituciones culturales sino en el comercio, los hoteles y los Huntington, en la Universidad de Texas, me explica lo difícil
restaurantes. Esta repercusión múltiple de las exposiciones que es para los museos estadunidenses ampliar sus colecciones
atrae a corporaciones, interesadas en financiar las muestras incorporando obras clásicas y nuevas tendencias de América
prestigiosas y usarlas como publicidad. Sometido el campo Latina23 cuando los cuadros de Tarsila, Botero y Taniayo valen
artístico a estos juegos entre el comercio, la publicidad y el
turismo, ¿a dónde fue a parar su autonomía, la renovación 2! Roben Hughes, "Art and money", Time, 27 de noviembre de 1989, pp, 60-68.
intrínseca de las búsquedas estéticas, la comunicación "espiri- 12 Es comprensible que los 80 billones de dólares anuales "donados" por los
tual" con el público? Si el autorretrato Jo, Picasso, corno le estadunidenses a actividades religiosas (47.2%), educativas (13.8%), artes y huma-
nidades (S.4%) ayuden a creer que el desinterés y la gratuidad siguen siendo núcíeos
ocurrió a Wendell Cherry, presidente de Humana Inc., que lo ideológicos orientadores del arte (cf, el excelente número 116 de Daedalus, dedicado
a "Philnntropy, patronage, politics", especialmente los textos de Stephen R.
20 Juan Antonio Ramírez, "Una lalación impúdica", Lápiz, núm, 3?, Madrid, Oraubard y Alan Pifer, que ofrecen estos datos).
marzo de 1989. 23 Entrevista realizada en Austin en noviembre de 1989.
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entre 300 000 y 750 000 dólares,24 Mucho más lejano, obvia- la difusión masiva y la reelaboración que ios nuevos medios
mente, es cualquier programa de actualización en los museos hacen de obras literarias, musicales y plásticas que antes eran
de los países latinoamericanos desamparados por presupuestos patrimonio distintivo de las élites. La interacción de lo culto
oficiales '"austeros" y burguesías poso habituadas a las dona- con los gustos populares, con la estructura industrial de la
ciones artísticas, La consecuencia es que en los próximos aflos producción y circulación de casi todos los bienes simbólicos,
lo mejor, o al menos lo más cotizado del arte latinoamericano, con los patrones empresariales de costos y eficacia, está
no se verá en nuestros países; los museos se volverán más cambiando velozmente los dispositivos organizadores de lo que
pobres y rutinarios, porque no tendrán con qué pagar ni el ahora se entiende por "ser culto" en la modernidad.
seguro para que los coleccionistas privados les presten las En el cine, los diseos, la «adío, la televisión y el video las
obras de los mayores artistas deí propio país. relaciones entre artistas, intermediarios y publico implican una
Anriie Yerger habla de una reorganización del campo artís- estética lejana de la que sostuvo a las bellas artes: los artistas
tico y de los patrones de legitimación y consagración, debido no conocen al piiblico, ni pueden recibir directamente sus
al avance de nuevos agentes en la competencia por el monopo- juicios sobre las obras; los empresarios adquieren un papel
lio de la estimación estética, A nuestro modo de ver, estamos más decisivo que cualquier otro mediador estéticamente espe-
también ante un nuevo sistema de vínculos entre las institu- cializado (crítico, historiador del arte) y toman decisiones
ciones culturales y las estrategias de inversión y valoración del claves sobre lo que debe o no debe producirse y comunicarse;
mundo comercial y financiero. La evidencia más rotunda es el las posiciones de estos intermediarios privilegiados se adoptan
modo en que en los ochenta perdieron importancia los museos, dando el mayor peso al beneficio económico y subordinando
los críticos, las bienales y aun las ferias internacionales de arte los valores estéticos a lo que ellos interpretan como tendencias
eomo gestores universales de las innovaciones artísticas para del mercado; la información para tomar estas decisiones se
convertirse en seguidores de las galerías líderes de Estados obtiene cada vez menos a través de relaciones personalizadas
Unidos, Alemania, Japón y Francia» unificadas en una red co« (del tipo del galerisía con sus clientes) y más por los procedi-
msrdal "que presenta, en el conjunto de los países occidentales mientos electrónicos de sondeo de mercado y contabilizaddn
y en el misino orden de aparición, los mismos movimientos del raíing", la "estandarización" de los formatos y los cambios
artísticos", usando a la vez los recursos de legitimación permitidos se hacen de acuerdo con la dinámica mercantil del
simbólica de esas instituciones culturales y las técnicas de sistema, con lo que a éste le resulta manejable o redituable y
mwkiting y publicidad masiva,2* La internadonalhaeión del no por elecciones independientes de los artistas.
mercado artístico está cada vez más asociada a la transnacio- Uno puede preguntarse qué harían hoy dentro de este
nalkaeión y concentración general del capital. La autonomía sistema Leonardo, Mozart o Baudelaire, La respuesta es la que
de los campos culturales no se disuelve en las leyes globales daba un critico: "Nada, a menos que se hubierata adaptado a
del capitalismo, pero sí se subordina a ellas con lazos inéditos, las reglas,"28
Al centrar nuestro análisis en la cultura visual, especialmen-
te en las artes plásticas, estamos . queriendo demostrar la
pérdida de autonomía simbólica de las élites en un campo que, LA ESTÉTICA MODERNA COMO IDEOLOGÍA PARA CONSUMIDORES
junto con la literatura, constituye el núcleo más resistente a
las transformaciones contemporáneas , Pero lo culto moderno Como estos cambios todavía son poco conocidos o asumidos
incluye, desde el comienzo de este siglo, buena parte de los por los públicos rnayoritarios, la ideología de lo culto moderno
productos que circulan por las industrias culturales, así como —autonomía y desinterés práctico del arte, creatividad singu-
lar y atormentada de individuos aislados— subsiste más en las
24 Para más datos, véase el articulo de Helen-Louise Seggerman, " Latín American
Art", An tmd Auction, sepilembre de 1989, pp, J64-J63,
29 Raymoade Moulin, "Le ma/ché et le musée. La eonstitulion des valeurs 2& C. Ralcliff, "Could Leonardo da Vinci make it in New York today? Not,
artistiques eontemporaines" , Revue Fran^aise de Sociologis, xxvji, 1985, p. 313. unless he played by Ihe rules", New YorkMagazine, noviembre de 1978.
62 CULTURAS HÍBRIDAS DE LAS UTOPÍAS AL MERCADO 63
audiencias masivas que en las élites que originaron estas las artes contemporáneas ya no generan tendencias, grandes
creencias. figuras ni sorpresas estilísticas como en la primera mitad del
Paradójica situación: en el momento en que los artistas y siglo. No queremos dejar esta observación con el simple sabor
los espectadores "cultos" abandonan la estética de las bellas crítico que así tiene. Pensamos que el impulso innovador y
artes y de las vanguardias porque saben que la realidad expansivo de la modernidad está tocando su techo, pero tal vez
funciona de otro modo, las industrias culturales, las mismas esto permite pensar en otros modos de innovación que no sean
que clausuraron esas ilusiones en la producción artística, las la evolución incesante hacia lo desconocido. Coincidimos con
rehabilitan en un sistema paralelo de publicidad y difusión. A Huyssen cuando afirma que la cultura que viene desde los
través de entrevistas biográficas a artistas, invenciones sobre setenta es "más amorfa y difusa, más rica en diversidad y
su vida personal o sobre el "angustioso" trabajo de prepara- variedad que la de los 60, en la que las tendencias y los
ción de una película o una obra teatral, mantienen vigentes movimientos evolucionaron con una secuencia más o menos
los argumentos románticos del artista solo e «comprendido, ordenada" ,27
de la obra que exalta los valores del espíritu en oposición al Por último, debemos decir que las cuatro aperturas del
materialismo generalizado. De manera que el discurso estético campo artístico culto descritas muestran corno relativízan su
ha dejado de ser la representación del proceso creador para autonomía, su confianza en el evolucionismo cultural, los agentes
convertirse en un recurso complementario destinado a "garan- de la modernidad. Pero hay que distinguir entre las formas en
tizar" la verosimilitud de la experiencia artística en el momen- que las artes modernas interactúan con lo ajeno en los dos
to del consumo, primeros casos y en los dos últimos.
El recorrido hecho en este capitulo muestra otro desencuen- Respecto del arte antiguo o primitivo, y respecto del arte
tro paradójico, el que se da entre la sociología de la cultura ingenuo o popular, cuando el historiador o el museo se
moderna y las prácticas artísticas de los últimos veinte años. apoderan de ellos, el sujeto de la enunciación y la apropiación
Mientras filósofos y sociólogos como Haberrnas, Bourdieu y es un sujeto culto y moderno. William Rubín, director de la
Becker ven en el desarrollo autónomo de los campos artísticos exhibición sobre El primitivismo en el arte del siglo XX, dice
y científicos la clave explicativa de su estructura contemporá- en su extensa introducción a la muestra que no le preocupa
nea, e influyen en la investigación con esta pista metodológica, entender la función y el significado originarios de cada uno
los practicantes del arta basan la reflexión sobre su trabajo en de los objetos tribales o étnicos, sino "en términos del con-
el descentramiento de los campos, en las dependencias ines- texto occidental en el cual los artistas 'modernos' los descu-
quivables del mercado y las industrias culturales, Así aparece brieron" , 28 Vimos en la muestra Les singuliers de Van la misma
no sólo en las obras, sino en el trabajo de museógrafos, dificultad de historiadores y críticos para dejar de hablar en
organizadores de exposiciones internacionales y bienales, di- forma elitista de la cultura moderna cuando topan con la
rectores de revistas, que hallan en las interacciones de lo artís- diferencia de lo ingenuo b lo popular.
tico con lo extra-artístico un núcleo fundamental de lo que hay En cambio, el arte de Occidente, confrontado con las fuerzas
que pensar y exhibir. del mercado y de la industria cultural, no logra sostener su
¿A qué se debe esta discrepancia? Además de las obvias independencia. Lo otro del mismo sistema es más poderoso
diferencias de enfoque entre una disciplina y otra, vemos una que la otredad de culturas lejanas, ya sometidas económica y
clave en la disminución de la creatividad y la fuerza innova- políticamente, y también más fuerte que la diferencia de los
dora del arte de fin de siglo. Que las obras plásticas, teatrales subalternos o marginales en la propia sociedad.
y cinematográficas sean cada vez más collages de citas de obras
pasadas no se explica sólo por ciertos principios posmodernos. 27 Andreas Huyssen, "En busca de la tradición: vanguardia y posmodernismo en
Si los directores de museos hacen de las retrospectivas un los años 70" , en Josep Picó, Modernidad y posmotlernídad, Alianza, Madrid, 1988,
recurso frecuente para armar exposiciones, si los museos p. 154,
buscan seducir al público a través de la renovación arquitec- 28 William Rubin (ed.), "Primilivism" in 20th. Cetitury An, Museo de Arte

tónica y los artificios escenográficos, es —también— porque Moderno. Nueva York, 1984, vol, i, pp, 1-79

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