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el desarrollo socioemocional y las teorías de los enfoques psicodinámico( freud,

erikson) cognitivo(piaget, bandura) la teoría de karen horney y de apego(bowlby)

EL DESARROLLO EMOCIONAL
EN LA INFANCIA
En los primeros años de vida el niño manifiesta sus propio temperamento, recibe
impresiones del mundo tanto si es hostil como si es amistoso. Responde a el y
capta las respuestas de las personas que le rodean. La forma en como nos
desarrollamos emocionalmente depende de lo que aportamos a este mundo y de
lo que encontramos en él. Influimos a la vez a los demás y construimos nuestro
propio desarrollo emocional futuro.
ERIKSON. TEORIA DEL DESARROLLO PSICOSOCIA L. Fue
psicoanalista y aunque fue discípulo de Freud discrepó de él, no obstante, en dos
aspectos básicos:
1. Que las personas son seres activos buscando adaptarse a su ambiente, más que pasivos
esclavos de impulsos
2. En otorgar mayor importancia que Freud a las influencias culturales
Erikson presentó la única teoría importante del desarrollo de los seres
humanos que cubre todo el proceso de vida. Trabajó sobre el concepto
freudiano del yo para considerar la influencia de la sociedad en el desarrollo de la
personalidad. Consideró 8 etapas del desarrollo de la vida, cada una en función
de la resolución con éxito de una crisis o punto de giro. Cada Crisis en un hecho
que necesita ser resuleto en un momento del desarrollo y su objetivo es el
equilibrio entre dos alternativas. El que se llegue o no a la solución tendrá un
impacto en el desarrollo de la personalidad.
Las criticas de esta teoria es su punto de vista machista al aceptar modelos
culturales dominantes asi como la imprecisa definición de sus conceptos. La
ventaja es que considera todo el proceso de vida. Veámos de que nos habla esta
teoría:

CRISIS 1. CONFIANZA BASICA FRENTE A DESCONFIANZA


BÁSICA.DEL NACIMIENTO A LOS 12-18 MESES:
Los niños basan sus conclusiones sobre la forma en que son cuidados
principalmente en la satisfacción de sus necesidades alimenticias, en cómo son
cogidos, protegidos y cuidados. Si el nino confia en su madre permite que se
aleje de su campo de visión ya que sabrá que volverá. Esto determinará en quién
puede confiar y en quién no.

CRISIS 2: AUTONOMIA FRENTE A VERGUENZA Y DUDA.  DE


LOS 18 MESES A LOS 3 AñOS.
Exploran el entorno aprendiendo cuales son sus limitaciones. Un fuerte sentido
de la duda les ayuda a conocer sus propios limites y el desarrollo de la verguenza
les indica que es lo correcto de lo indicado.un padre con control excesivo inhibira
la autonomia del nino, mientras que un control escaso puede hacerlo impulsivo.

CRISIS 3: INCIATIVA FRENTE A CULPA. DE LOS 3 A LOS 6 AÑOS.


Planea y lleva a cabo actividades y los
remordimients sobre lo que el niño quiere realizar.
Los que aprenden a regular los aspectos de la
personalidad y poder desarrollan el sentido de
responsabilidad y pueden disfrutar de la vida. El
sentido de culpa en cambio desarrolla el
autocontrol en exceso reprimiendo sus iniciativas y
la libre expresión de la personalidad.
CRISIS 4: LABORIOSIDAD FRENTE INFERIORIDAD. DE LOS 6 A
LOS 12 AÑOS.
Aprende las claves de su cultura a traves de su escuela y de los adultos y niños
mayores. La productividad y competencia moderada es importante para que
desarrolle más logros. Los niños que se sienten inferiores a sus compañeros
pueden refugiarse en su familia. Los absortos en la laboriosidad pueden
arrinconar las facetas emocionales de su personalidad.
Estas crisis son las que corresponden a la infancia, el resto corresponde a la adolescencia y a la
adultez que ya en otro post comentaré. Estas crisis de Erikson se han tratado de observar
científicamente en el desarrollo de los niños, en algunos  vemos que si se llegan a cumplir pero
en otros casos no se puede saber debido a que como ya dije anteriormente, los conceptos son
demasiado amplios y eso no permite una observación objetiva, sin embargo, se sigue trabajando
sobre esta teoria debido a que es la que hasta ahora ha considerado a todas las etapas de la vida
considerando la influencia social conocida por eso como teoría psicosocial.  En cuanto al
desarrollo emocional de los niños debemos tener presente como objetivo importante de la
educación prematura  es el  favorecer el desarrollo de personalidades sanas y valorar las
primeras experiencias y relaciones de la vida de los niño.

Por otra parte ahora veamos que sabemos en general sobre las  expresiones de sentimientos de
los niños:

 LLORAR: los niños que al llorar consiguen ayuda son capaces de obtener un


mayor grado de confianza en sí mismos a partir del conocimiento de que pueden
influir en sus propias vidas. Al final del primer año los niños que han sido
cuidados y atendidos cariñosamente a sus llantos lloraran menos. Cuanto mas
ignoren, golpee, ordene, regañe y restringa el cuidado del niño mas llorará y se
irritará y actuará agresivamente.
SONREIR: la sonrisa como un lazo
de unión entre los niños y las
personas que son importantes en sus
vidas. Los bebés sonríen a las 4
semanas de edad, haciéndolo más
frecuentemente al 6to mes y a los 3
meses sonríen más a rostros
familiares que a los desconocidos.
REIR: a los 3 meses el niño ríe ruidosamente al ser besado en el estomago, oír
ciertos sonidos o cuando ven a sus padres hacer cosas poco usuales. La risa en
una señal de desarrollo cognitivo ya que al reirse de lo inesperado los niños
muestran que saben que es lo esperado. Las expresiones emocionales son
síntomas del desarrollo cognitivo.

 DIFERENCIAS INDIVIDUALES EN EL TEMPERAMENTO.


Todos reaccionamos de distinta manera ante las personas y situaciones. Las
diferencias que aparecen desde el nacimiento muestran diversos temperamentos o
estilos característicos e individuales de aproximarse a las personas y situaciones.
Estas diferencias se clasifican y observan en nuestra manera en como  funcione
nuestros órganos biólogico en acciones como dormir, comer y evacuar, la
disposición para aceptar personas y situaciones nuevas, la adaptabilidad al
cambio,la sensibilidad al ruido y luz y otros estímulos sensoriales, el tipo de
humor, la intensidad en la respuesta, distracción y persistencia.
Las diferencias biológicas serán la base de esta diversidad temperamental. Ya
que los bebés con bajos niveles de la enzima monoamino-oxidasa son más
activos, excitables e irritables que aquellos de la tienen en altos niveles. A la
vez, la base genéticainfluye enormemente en esto tambien.
Por lo general los ninos tímidos siguen siéndolo meses más tarde y además, se ha
descubierto que estos chicos ya de adultos tienden a escoger carreras y aficciones
muy distintas de los que habían sido sociables durante su infancia. El estilo
temperamental en los inicios de la vida pueden influir de mucha maneras al elegir
la conducta y formas de comportarnos ya de adultos.
 También se ha estudiado la manera en
cómo la personalidad del niño influye
en los comportamientos de los padres,
por ejemplo, los niños que piden ayuda
a sus padres y son dependientes de ellos
los padres se vuelven más autoritarios y
restruictivos, cuando los niños son mas
independendientes los padres se
muestran menos propensos a intervenir.
El temperamento del niño es un
elemento importante en la forma en que
otras personas se comportarán con
ellos. Los padres que salen adelante
mejor con niños dificiles son los que han aprendido a adaptar la forma de educar
al niño a sus necesidades individuales. Algunos niños parecen cambiar su estilo
de conducta a través de los años reaccionado al tipo de educación familiar que
recibieron.

14 JULIO 2010 · MÓNICA SÁNCHEZ MATUTE · EDUCACIÓN · EMOCIONES

Desarrollo emocional en la infancia


  
El desarrollo emocional influye en la evolución intelectual del
niño y repercute en todos los ámbitos de la vida familiar, académico-
laboral y social.

Tener un correcto desarrollo emocional supone tanto ser


consciente de los propios sentimientos (estar en contacto con ellos y
ser capaz de proyectarlos en los demás), como poseer una capacidad
de empatía (habilidad de meterse en la piel del otro).

Los autores que abordan el tema del desarrollo emocional señalan


que nuestras acciones operan de forma entrelazada en la conciencia
cognitiva, afectiva y conductual, de manera que las emociones no
pueden quedar al margen de los valores que delimitan la conducta.

Recientes perspectivas actuales como la del psicólogo


norteamericano Daniel Goleman han puesto de manifiesto la
importancia que tiene el desarrollo emocional infantil y cómo
repercutirá en nuestro comportamiento adulto y en la consecución
del éxito en la vida y en nuestro trabajo.

El niño va construyendo el significado de sus experiencias


emocionales a partir de sus interacciones con las personas que lo
rodean y del entorno en el que vive y se desarrolla. De este modo
cada niño diseñando el concepto de sí mismo, la toma de conciencia
de una realidad externa a él, la idea de moralidad y su pensamiento.

La entrada en la escuela amplía en entorno social del niño y aún


así, la influencia familiar sigue siendo el factor básico en la
determinación de su madurez personal. Cada tipo de ambiente ayuda
al menor a descubrir diferentes aspectos de la vida que él asimila
inconscientemente. Es importante que los distintos ambientes
interactúen y que resulten constructivos.

Aquí te presentamos una selección de los aspectos que consideramos


más influyen en la evolución afectiva infantil.

1. Autoconcepto. Es el conjunto de sentimientos y representaciones


que se posee sobre uno mismo, sobre la propia apariencia y los
rasgos de carácter.

2. Autoestima. Es el conjunto de valoraciones que el niño ya tiene


sobre sí mismo. Así, una autoestima adecuada son sentimientos
positivos hacia sí mismo y confianza en sus capacidades para hacer
frente a los retos que se encuentre en la vida.
3. Autoconocimiento emocional. Es el conocimiento de nuestras
propias emociones y cómo éstas nos afectan. Conocer el modo en el
que nuestro estado de ánimo influye en nuestro comportamiento,
cuáles son nuestras virtudes y nuestros puntos débiles.

4. Autocontrol emocional. La autorregulación nos permite no


dejarnos llevar por los sentimientos del momento.

5. Empatía. Es instalarnos en la situación de los demás, reconocer


aquello que siente el prójimo. Este reconocimiento de las emociones
ajenas nos puede ayudar a establecer lazos más reales y duraderos
con las personas de nuestro entorno.

Se describe el desarrollo del niño en su primera infancia, entre 0 a 7 años, y luego, desde el inicio
de la etapa escolar básica, entre 7 y 11 años.
Los datos que arrojan las investigaciones de J. Piaget son útiles y proyectivas, tanto para
profesores como para padres y apoderados: ayudan a comprender al niño y a exigirle sólo lo que
su etapa de desarrollo permite.

Primera infancia: de 0 a 7 años


Los bebés nacen con un limitado registro de emociones, que van haciéndose más complejas a
medida que crece y madura. Los recién nacidos son capaces de mostrar tres expresiones
emocionales: sorpresa, placer y malestar. Sin embargo, alrededor de los dos meses, muestran la
primera conducta verdaderamente social a las caras de las personas que los cuidan: sonríen. A los
cuatro meses, han añadido una cuarta emoción a su repertorio: el miedo. 

El repertorio emocional del bebé se amplía de nuevo entre los seis y nueve meses, cuando
aparecen la timidez, el miedo a los desconocidos y el miedo a ser separados de las personas que
se ocupan de él. Antes de este momento, los bebes están, por lo general, cómodos con cualquier
adulto que se ocupe de ellos, pero después ese momento es muy probable que tengan miedo de
estar con quien no sea su madre, su padre o cualquier otra persona que se haya ocupado de él. 

La aparición de la sonrisa social a los dos meses de edad supone una recompensa agradable para
los padres que cambian los pañales o se levantan por la noche, aunque la expresión del malestar y
el miedo entre los cuatro y los nueve meses no suele agradar a los padres. Sin embargo, ambos
son signos de un desarrollo normal y saludable de las emociones del bebé. 

A los dos años de edad, las emociones se hacen más complejas todavía. En este momento,
muchos bebés actúan de forma culpable cuando no se han portado bien y parecen sentir
vergüenza ante el fracaso. Los niños de dos años son criaturas muy sociales, que se han creado
fuerte apego con sus padres y con otras personas que los cuidan La fuerza del apego se
manifiesta de varias formas. Por ejemplo, ya hacia los seis meses de edad el niño se aferra y hace
lo que sea para estar cerca de sus padres. A veces, no le parece suficiente estar muy cerca de
ellos; pide que sólo le presten atención a él; en caso de ausencia de los padres muestran su
ansiedad con llanto, nerviosismo y gritos. 

A los dos años las emociones positivas y negativas, están bastante desarrolladas, pero se vuelven
más intensas en el periodo preoperatorio, entre los 2 y los 7 años. La elaboración de las emociones
en su mayor parte corresponde al desarrollo cognitivo. 

Los cambios sociales más notables durante este período se producen en las relaciones con sus
compañeros. A los dos años de edad ya se dedican al juego solitario. Es decir, juegan solos,
aunque haya otros niños delante. La frecuencia de este tipo de juego disminuye rápidamente entre
los dos y cinco años. 

Al final de la etapa preoperatoria el juego predominante es cooperativo, social, que supone un


intercambio cooperativo. El cambio en las pautas de juego parece tener un desarrollo paralelo al
cambio cognitivo. Al principio de la etapa preoperatoria, cuando el pensamiento es muy
egocéntrico, no es sorprendente que predominen el egoísmo y la falta de cooperación. Los niños
pequeños no son capaces de comprender otro tipo de juego. Sin embargo, cuando llegan al final
del período, el pensamiento egocéntrico disminuye y aumenta el juego cooperativo. 

Un cambio similar se produce en los arrebatos emocionales entre el comienzo y el final de la etapa
preoperatoria. Los niños de dos y tres años de edad normalmente tienen rabietas, sin que estén
dirigidas contra nadie en particular, mientras los niños de cuatro a siete años dirigen su agresividad
hacia otros. Aunque este tipo de comportamiento no parece sociable, se trata de una forma de
emoción compartida, más social, menos egocéntrica. 

Hacia los dos años la mayoría de los niños y niñas empiezan a actuar de forma sexualmente
tipificada. Los niños tienden a jugar con camiones, aviones y cubos de construcción: las niñas
juegan fundamentalmente con muñecas, peluches y ropas. A esta precoz edad parecen ser
conscientes de su propio sexo y entienden los estereotipos sexuales de su cultura respecto de la
ropa, las profesiones y las diversiones.

La etapa escolar: 7 a 11 años, niñez media


Son los años correspondientes a la primera etapa de la escuela básica. La educación reglada
comienza en esta etapa de la vida porque la mayoría de los niños está preparada intelectual y
socialmente para las exigencias escolares. 

El desarrollo físico tiene un ritmo bastante lento durante esta parte central de la niñez, pero se trata
de un período saludable donde la mayoría de los niños sufre muy pocas enfermedades. Los
avances más notorios se refieren al aumento constante de la fuerza física y la coordinación motriz. 

El psicólogo suizo Jean Piaget distingue cuatro etapas en el desarrollo cognitivo:


Etapa sensorio motora (Nacimiento hasta los dos años): 

El niño se relaciona con la realidad a través de las sensaciones y los movimientos motores. En esta
etapa, el niño es incapaz de razonar con símbolos mentales. 

Etapa preoperacional (2 a 7 años): 

Durante el período preoperacional, el niño es capaz de pensar simbólicamente y adquiere con


rapidez la capacidad de utilizar el lenguaje. Sin embargo, el pensamiento aún es bastante diferente
del de los adultos. A menudo es ilógico en muchos sentidos, lo que muestra la naturaleza única de
la cognición del niño en esta etapa. 

Etapa de las operaciones concretas (7 a 11 años): 

Durante la niñez media, el niño tiene la capacidad de razonar como un adulto en todos los
sentidos, excepto en lo que respecta a conceptos abstractos como la justicia, el infinito o el sentido
de la vida. 
Etapa de las operaciones formales (Desde los 11 años de edad): 

Al final de la niñez, la mayoría de las personas han llegado hasta un tipo de cognición adulta plena,
incluida la capacidad de razonar utilizando conceptos abstractos.
Al final de la etapa de las operaciones concretas el niño adquiere la capacidad para representar las
cosas mediante símbolos, como el lenguaje y las imágenes mentales. Además, adquiere las
operaciones del pensamiento, que aún se basan en sus propias acciones. Ya a partir de los 7 años
– etapa de las operaciones concretas – las operaciones del pensamiento se coordinan entre sí,
permitiendo, paulatinamente, un pensamiento más flexible y general. 

Entre los 2 y los 7 años – cuando el niño ve las cosas sólo desde su propio punto de vista – se va
haciendo cada vez más consciente de sí mismo como persona, lo que lleva a conflictos y
problemas con los demás. Para comprender los puntos de vista ajenos necesita las estructuras de
las operaciones concretas. En el nivel de pensamiento preoperativo el niño se ve obligado a
obedecer las reglas establecidas por quienes tienen autoridad sobre él, fundamentalmente sus
padres. Los valores y las obligaciones morales se vinculan con la obediencia a las reglas y no tanto
con las propias intenciones. En la etapa de las operaciones concretas, entre los 7 a 11 años, el
pensamiento es más flexible y general y los niños se comportan de acuerdo con las convenciones
y expectativas de los demás. Está claro que muy pocos pensamientos o acciones con netamente
intelectuales; casi todos tienen un contenido emocional. 

Cuando se hace referencia al aspecto afectivo emocional se incluyen actitudes, sentimientos,


valores y motivaciones. Todos ellos influyen en lo que aprenderá una persona, en el uso que hará
de su aprendizaje, en sus actitudes y en su comportamiento. No se puede separar el desarrollo
social emocional del desarrollo intelectual: toda persona es una como entidad biológica y
psicológica y en ella residen y tienen lugar, en un sustrato biológico, los ámbitos intelectual, social y
afectivo, como un conjunto interactuante. 

(Documento base: EL DESARROLLO SOCIAL Y AFECTIVO EN LOS NIÑOS DE PRIMER CICLO


BÁSICO. Tesis, Universidad Mayor, Facultad de Educación. Mónica Álvarez F., María M. Becerra
V., Fabiola E. Meneses S. Profesor Guía: Bartolomé Yankovic N., Santiago, 2004) 

Freud crea una teoría en la que considera que la sexualidad no es


exclusiva de la psicología de los adultos, sino que que la infancia
también posee pusiones sexuales
Debemos tener en cuenta que la visión que tiene Sigmund Freud sobre la sexualidad es
mucho más amplia de la que se suele creer de usualmente. Sexualidad, según Freud,
será todo aquello que tiene que ver con el placer y sus fuentes. Por eso diferenciará
claramente entre sexualidad y genitalidad (lo que nosostros llamaríamos pulsión sexual).
Una de las novedades más destacadas de la teoría delPsicoanálisis de Freud es la
afirmación de la existencia de instintos sexuales en la infancia siguiendo las siguientes
fases de desarrollo.
Fase Oral

La fuente de placer es la boca, relacionada con el hecho de comer (concretamente


mamar). El niño obtiene placer por el hecho de chupar, y eso le permite alimentarse
inconscientemente. Esta es la razón de la necesidad del uso del chupete.

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Fase Anal
El placer está relacionado con el control y el descontrol de las necesidades fisiológicas. El
niño empieza a controlar sus esfínteres, y empieza a entender el Principio de Realidad
(aplazar la satisfacción de las necesidades por razones sociales). Aparece un cierto
instinto sádico (se despiertan las pulsiones de Thanatos).
Fase Fálica
En esta fase se descubren los órganos genitales y la idealización de estos centrarán la
obtención del placer. En este periodo se produce el Complejo de Edipo: relación que el
niño / a establece con sus progenitores, existiendo una relación ambivalente, ya que el
niño siente odio y amor al mismo tiempo por el progenitor de su mismo sexo. El
descubrimiento de los órganos sexuales adultos, así como la diferenciación entre lo
masculino y lo femenino será la responsable de este sentimiento de ambivalencia.
Fase de latencia y genital
La fase de latencia coincide con la resolución del Complejo de Edipo y es un período de
tranquilidad pulsional que debe conducir a la maduración física. En este periodo
podríamos situar el origen del Super-Yo, es decir, la aceptación de las normas morales
del padre o la madre. En la fase siguiente (fase genital) La sexualidad empieza a
centrarse, debido a la maduración física, en la genitalidad.
El Complejo de Edipo

Un aspecto fundamental a la hora de entender el psiquismo humano es el Complejo de


Edipo. En este proceso el niño o ñiña siente una atracción natural hacia el progenitor de
sexo diferente, determinando un sentimiento de rechazo hacia el progenitor del mismo
sexo. El niño, por ejemplo, odia a su padre ya que es quien realmente posee a la madre.
Dentro de este proceso intervienen, sin embargo, otros factores importantes, como por
ejemplo, el descubrimiento de los órganos sexuales adultos. El niño cree que la ausencia
de pene en las niñas es debida a una castración, lo que determina un miedo muy grande
a su padre, ya que es quien puede castigarlo.
Sentimiento de ambivalencia con el padre
Así el niño tiene un sentimiento de ambivalencia respecto a su padre ya que lo odia, lo
ama y tiene miedo de él, hecho que determina la fase de latencia, posterior a la fase
fálica, y el nacimiento de los sentimientos morales con el Super-Yo.

Sigmund Freud
EL PSICOANÁLISIS Y EL HOMBRE COMO INCONSCIENTE
Freud (1856-1939), ingresó al mundo de la psicología siendo médico. Inicialmente este
vienés compartió la preocupación por la cura de la histeria a través de la hipnosis, tal y
como la practicaba la escuela de Charcot en París. Posteriormente establecería otro
universo de experiencias que lo llevarían a la formulación del inconsciente y del
método psicoanalítico. Sus obras más famosas son La interpretación de los sueños
(1899) e Introducción al psicoanálisis (1917). Para Freud, el hombre está sometido a la
determinación de su evolución psíquica, pero peor aún, está dominado por el
inconsciente, fuerza imprevisible, incontrolable, causa de nuestros numerosos errores
y también de nuestros –aparentemente- más honestos deseos y realizaciones. Se
presentan las pistas de definición conceptual más obvias del análisis freudiano, resta
examinar las complejas consecuencias que de ahí se derivan.

1. Niveles del psiquismo humano


El nivel más importante, según Freud, es el inconsciente. Por eso, presentamos
brevemente los niveles conscientes y preconscientes y nos detendremos más en el
inconsciente, describiendo sus rasgos fundamentales:
Nivel consciente: Es el nivel admitido por la psicología tradicional y se refiere a todo lo
que el hombre sabe y conoce.
Nivel pre-consciente: Se refiere a todo lo que está latente en la persona humana y
puede pasar al nivel consciente en cualquier momento. Hay una buena cantidad de
realidades mentales, por ejemplo: memorias de experiencias particulares o de hechos
particulares, de los cuales no somos continuamente conscientes, pero a lo que
podemos evocar en la mente siempre que sea necesario.
Su existencia se manifiesta a través de los actos fallidos (hablar, escribir o hacer una
cosa por otra, olvidos temporales de algo...). No resulta difícil descubrir detrás de ellos
la existencia de otra intención, deseo, repulsa, etc.
Nivel inconsciente: Freud constató que la mayoría de las enfermedades nerviosas,
como la histeria, son consecuencia de conflictos psíquicos inconscientes. En el fondo
de estos conflictos hay casi siempre un deseo o recuerdo reprimido, que permanece
activo en el inconsciente. Todo esto pone de relieve la existencia de una actividad de la
que no somos conscientes, que influye en el psiquismo humano. El inconsciente es por
naturaleza dinámico, esto es, ejerce activamente presiones e influencias sobre lo que la
persona es y hace. Por ejemplo: hay deseos inconscientes que pueden inducir a alguien
a hacer cosas que no puede explicar racionalmente a otras personas ni siquiera a sí
mismo. La impermeabilidad es lo que diferencia al nivel inconsciente de los otros
niveles. Este nivel es como una cámara cerrada herméticamente, que impide el paso de
sus contenidos al pre-consciente y a la conciencia. Lo que impide el paso de los
contenidos del inconsciente a los otros niveles es lo que Freud llama censura. Esta
“censura” impide que salgan los contenidos del inconsciente prohibidos para la propia
imagen o intolerables para la conciencia. Sólo el psicoanálisis, método descubierto por
Freud, puede lograr que esos contenidos traspasen la barrera de la censura. Los sueños
son expresión de esa actividad del inconsciente. En los sueños se expresan de forma
simbólica algunas problemáticas psicológicas del inconsciente. Una actividad de la
terapia psicoanalítica consiste en la paciente interpretación de los sueños con el fin de
elaborar los contenidos inconscientes que más influyen en la vida del paciente.

2. Componentes de la personalidad
Freud introdujo en sus últimas exposiciones la teoría de la estructura tripartita de la
personalidad: el Ello, el Yo y el Súper yo. Dicha estructura no se identifica con la
división del inconsciente, preconsciente e inconsciente. Sin embargo, toma el nivel
inconsciente como punto de partida para el desarrollo de esta teoría. Estos tres
componentes tienen en común las siguientes características:
Son autónomas: Cada una tiene su propio objetivo y funcionamiento.
Son antagónicas: Tienen objetivos distintos y en conflicto.
Son interdependientes: Necesitan relacionarse unas con otras para no destruir la
personalidad y funcionar “económicamente” de cara a la solución de los problemas
reales.

EL ELLO
Este primer componente se caracteriza por ser la parte instintiva o pulsional de
nuestra personalidad.
Los instintos son las fuerzas motivantes en el psiquismo humano tal; toda su “energía”
proviene solamente de ellos. El ello funciona buscando el placer, es decir, la
satisfacción inmediata y total de las pulsiones y tendencias que lo componen y
descarga los impulsos ciegamente.

“El Ello no conoce juicio de valor alguno, no conoce el bien y el mal ni moral alguna. El
factor económico o cuantitativo, íntimamente enlazado al principio del placer, rige
todos los procesos... todo lo que el Ello contiene son cargas de instinto que demandan
descarga” (S. Freud).

Freud sostuvo que puede distinguirse un número indeterminado de instintos. Sin


embargo pensó que todos ellos podrían ser derivados de dos instintos básicos. Veamos
someramente cada uno de estas pulsiones:

Sexualidad y agresividad (EROS Y TÁNATOS)


Sexualidad: abarca las tendencias constructivas y unitivas del hombre originadas por la
energía sexual o instintos de vida, también denominados Eros (amor). Estos son las
fuentes de desarrollo humano. Estos instintos sexuales pueden ser expansivos (un
enamorado), o narcisistas (un esquizofrénico que se crea su propio mundo de
autogratificación), o de conservación (seguridad, autoestima, perspectiva de protección
para desarrollarse).
Agresividad: abarca las tendencias destructivas y disgregadoras del hombre, llamadas
también instintos de muerte, o Thanatos. Tienden a la destrucción del mundo exterior
y del propio Yo.

Por consiguiente, la presencia de estos dos instintos genera en el hombre, una división
interna conflictiva. Esta conflictividad ayuda al hombre a su realización personal. La
riqueza de instintos, al mismo tiempo crea una tensión, enriquece la personalidad, si se
encauzan adecuadamente. La pobreza instintiva crea menos conflictos pero disminuye
la posibilidad de realización personal.

“Uno de estos instintos, que trabaja silenciosamente en el fondo, perseguirá el fin de


conducir a la muerte del ser vivo (como vuelta al estado inorgánico original);
merecerían, por tanto, el nombre de instintos de muerte... Los otros serían los instintos
sexuales o instintos de vida libidinosos (el Eros), mejor conocidos analíticamente, cuya
intención sería formar con la sustancia viva unidades cada vez más amplias, conservar
así la perduración de la vida y llevarla a unidades superiores”.

EL SÚPER YO
Este segundo componente se opone a lo instintivo, al ello, y se caracteriza por ser la
instancia más propiamente humana; nos mueve hacia la superación y el deber, y
representa la exigencia ética y el derecho de los demás. El súper yo tiene dos funciones:
Indica a nuestro Yo las metas a conseguir y nos exige su cumplimiento. Nos prueba o
nos reprueba según nos acerquemos a nos alejemos de la meta. Suele ser la instancia
que censura, que califica bondad o maldad de algo.

“El súper yo es para nosotros la representación de todas las restricciones morales, el


abogado de toda aspiración a un perfeccionamiento en suma: aquello que llamamos
más elevado en la vida del hombre, se nos ha hecho psicológicamente aprehensible.
Siendo en sí procedente de la influencia de los padres, educadores, etc...” (S. Freud).

El desacuerdo entre el ideal moral (súper yo) y la realidad (yo) genera en el hombre un
sentimiento de culpabilidad, que aumentará en proporción a la rigidez del súper yo.

EL YO
La característica de este tercer componente es adaptar el psiquismo humano a la
realidad, teniendo en cuenta los instintos (ello) y las exigencias morales. Desarrolla dos
funciones: percibe la realidad a través de los sentidos. Responde, adaptándose a ella.
Su producto es la acción eficaz en una situación convencional. El Yo funciona buscando
lo posible y lo conveniente, lo útil y lo necesario, lo realista y lo lógico, intentando así
conseguir el equilibrio y la racionalidad de la persona.

La persona sería la actividad en la cotidianidad de estas tres instancias:


Súper yo: Contiene las normas morales
Ello: Contiene los instintos
Yo: Está en contacto con la realidad

3. El desarrollo de la personalidad
El desarrollo y madurez de la personalidad depende de la evolución de los tres
componentes psíquicos y de la maduración sexual-relacional del individuo. Veamos
primero lo pertinente a las instancias de la personalidad:
DESARROLLO DEL ELLO
El Ello se basa en la herencia biológica y psíquica del niño. Se origina en el seno
materno. El niño, cuando nace, es puro instinto. Su dinámica será la de satisfacerse y
huir de lo restrictivo.

La evolución del Ello va a depender de la expresión espontánea del instinto, de las


posibilidades familiares y culturales para satisfacer los impulsos y de los cauces
capaces de sublimarlo y trasformarlo en fuerza creadora, artística, deportiva, etc.
Cuando la cultura y la educación son muy represivas para el desarrollo del instinto, el
Ello se atrofia, formándose una personalidad pobre sin emociones, sin afectos, sin
ilusiones ni deseos profundos. De otra parte, la falta de cauces para los impulsos puede
también generar una personalidad voluble y esclava del instinto, que puede degenerar
en conductas perversas, antisociales o auto-destructivas.

EL DESARROLLO DEL YO
El yo se forma en los dos primeros años, mediante un proceso de adaptación a la
realidad. El niño se acerca a su entorno guiado sólo por el Ello, es decir, de una forma
incontrolada. Es la madre, con sus avisos y reprimendas y la misma realidad, con su
propio límite, las que frenan su ávida impulsividad y le ayudan a adaptarse al mundo
que le rodea.

Se comprende, por esto, que el Yo no pueda desarrollarse sin frustraciones. Es una


tarea difícil que sólo será posible si se cumplen estas dos condiciones:
Que el yo acepte sus limitaciones, es decir, que comprenda que para vivir en relación
con la realidad no puede realizar todo lo que le es posible. El yo crece no por la
perpetua satisfacción de lo mismo, sino por afrontar y elaborar las frustraciones.
Que acepte y experimente vivamente lo gratificante de una buena relación con la
realidad a pesar de la limitación que le impone.

EL DESARROLLO DEL SÚPER YO


Comienza su desarrollo al final del segundo año y se va configurando en sucesivas
etapas, relacionadas con interiorización de las figuras paternas. Al final de este proceso
el súper yo ha “internalizado” la moral, los ideales y las normas de los padres y de la
sociedad, y continuamente anhela la perfección. El súper yo, desde esta situación trata
de obligar al yo a lograr metas morales y no sólo metas realistas también obliga al Ello
a reprimir o inhibir sus impulsos animales o instintivos.

1ª. fase (2 años): figura materna. El niño empieza a desplazarse y a recibir


reprensiones, principalmente de la madre, que desatan su agresividad. El temor al
castigo y el miedo a perder el afecto materno producen en el niño un conflicto interno.
La salida de este conflicto estará en hacer suyas las prohibiciones: “No me lo prohíbe
mi mamá, me lo prohíbo yo”, interiorizando así la figura materna.

2ª fase (4-5 años): figura paterna. La unión total madre - hijo de los dos primeros años
es perturbada por la presencia del padre. En sus relaciones con la madre, el niño ve en
el padre un rival (triángulo edípico), que le despierta celos y agresividad. Por otro lado,
ve al padre como alguien más fuerte que él, pilar de la casa, a quien desea parecerse y
de quien teme su castigo. Está tensión se resuelve, cuando el niño mismo se prohíbe a
la madre. La figura paterna sale fortalecida, interiorizada como ley y como censura
hasta de los deseos. Esto último reaviva el sentimiento de culpabilidad.

3ª fase (13 - 17 años): pubertad. El adolescente revive con fuerza los conflictos de la
infancia; pero ya con el matiz de la identificación sexual y sociocultural; el adolescente
se identifica con la figura paterna (con los profesores etc...) y la adolescente con la
materna, a la vez que va asumiendo todas las funciones propias de su sexo y de su
cultura. La falta de identificación con el propio sexo por no aceptar los papeles que le
son propios, puede ser el origen de la homosexualidad. Un súper yo rígido da lugar a la
culpabilidad neurótica, de la misma forma que la falta de la exigencia o de los modelos
de identificación desmoronan la personalidad. El súper yo es maduro cuando, a la vez
que censura, aprueba las metas alcanzadas.

ETAPAS PSICOSEXUALES
Freud afirmaba que los tres componentes de la personalidad se iban configurando con
las primeras experiencias de la infancia, a medida que la persona atravesaba por una
serie de etapas psicosexuales. Desarrollo también es en Freud, evolución en la
experiencia sexual como experiencia relacional global, no simplemente genital,
auncuando esta es la fundante. Durante estas etapas la energía del Ello se fija en
determinadas zonas corporales: la boca, el ano, los genitales. Si en cualquiera de las
etapas, se mima en demasía a los niños, o se les priva de afecto, el desarrollo se detiene
en esa etapa y la personalidad adulta queda estancada allí donde la dificultad se fijó.
Según Freud, la personalidad del adulto queda configurada primordialmente durante
estas cuatro etapas:

Etapa oral: Durante esta etapa, que abarca aproximadamente los primeros 18 meses de
vida, el niño fija principalmente su conducta en la boca: al comer, chupar y morder.
Los niños súpermimados o frustrados en esta etapa, al llegar a adultos, pueden
presentar rasgos de la personalidad oral: dependencia, pasividad y avidez.

Etapa anal: A lo largo del segundo año empieza el entrenamiento de esfínteres o el


aprendizaje de “ir al baño”: los niños deben aprender a controlar por primera vez, sus
impulsos naturales. Este hecho marca el inicio de la etapa anal. Si este entrenamiento
es bastante severo y conflictivo, o si la eliminación de las heces fecales y orina es
demasiado placentera, el individuo puede quedar fijado en la etapa anal, y
posteriormente presentará una personalidad “anal”: desconfianza, terquedad,
desorden y sadismo, o excesiva docilidad, excesivo orden y limpieza, demasiados
escrúpulos.

Etapa fálica: En la etapa fálica (del tercero al quinto año de la vida) los niños
descubren los genitales y se recrean en ellos. Sus fantasías se orientan en torno a los
complejos de Edipo y de Electra (nombres de los personajes de la literatura griega que
amaban en exceso al progenitor del sexo contrario y sentían gran rivalidad hacia el
progenitor del mismo sexo). Freud creía que la resolución de estos complejos era
fundamental para el desarrollo de la moralidad y la conducta apropiada a su papel
sexual. Si no se resuelven adecuadamente, la persona puede rechazar el papel sexual
socialmente sancionado y tornarse homosexual o lesbiana, o bien presentar conducta
antisocial, perversa o inmoral.
Etapa genital: Al terminar la etapa fálica, Freud pensaba que ya estaba esencialmente
formada la personalidad de los niños. Para él, lo siguientes siete años de vida no
constituyen una etapa de grandes necesidades, ni cambios fundamentales en la
personalidad. Al presentarse la pubertad, vuelven a presentarse los intereses sexuales
como una renovación de la propia percepción corporal dado que el desarrollo
hormonal ha favorecido la diferenciación de los rasgos de feminidad y virilidad.
Durante la adolescencia y los primeros años de la vida adulta, que en términos
generales coinciden con el período genital o etapa genital, los individuos se orientan
hacia las relaciones interpersonales y empiezan a participar en las actividades de su
cultura. Hasta este período han estado absortos en sus propios cuerpos y en la
satisfacción de sus necesidades. En esta etapa nueva, como adolescentes, aprenden a
establecer relaciones satisfactorias con las demás personas. Según Freud, una relación
heterosexual madura es el punto que marca el comienzo de la madurez.

Erickson y las 8 etapas del


desarrollo humano
Erik Erikson en 1956 presentó al mundo su teoría de las ocho etapas del
desarrollo social y emocional del individuo.
Erikson fue un psiquiatra que se dedicó a investigar las ocho fases o etapas
que la persona atraviesa desde que nace hasta que se convierte en un anciano
en su aspecto social y emocional los cuales están altamente ligados de
acuerdo a su teoría.
Basado en sus estudios del ser humano, el proceso de la socialización consiste
en ocho etapas principales.
Erikson basó su teoría después de haber realizado un estudio intenso con
niños y adolescentes de diferentes clases sociales.
Cada una de estas etapas de acuerdo a Erikson envuelve una crisis social
psicológica la cual debe ser resuelta satisfactoriamente antes de que el
individuo avance a la próxima etapa.

Desarrollo:
Cada etapa hace referencia a dos resultados opuestos, uno adaptativo y otro
desadaptativo. Estos dos resultados no son alternativas, sino complementarios,
una buena resolución significa que la cualidad adaptativa supere a la
desaptativa.
Existen momentos óptimos para lograr cada cualidad, sin embargo es posible
compensar insatisfacciones tempranas en una etapa posterior, aunque se
vuelve más difícil hacerlo. 

1.- CONFIANZA / DESCONFIANZA 


- Desde 0 a 1 año 
- Depende de la relación con la madre 

2.- AUTONOMIA / VERGUENZA Y DUDA 


- Desde 1 a 3 años 
- Consciencia de sí como ser independiente de los padres 
- Se basa en el desarrollo cognitivo y músculo motor 
- Deseo de hacer todo por sí mismo 
- Los fracasos y el ridículo al que otros lo someten puede generar duda y
vergüenza 
- Las exigencias excesivas también pueden generar dicho sentimiento, o bien
un voluntarismo extremo 

3.- INICIATIVA / CULPA 


- De los 3 a los 5-6 años 
- El rápido desarrollo físico, intelectual y social motivan a probar sus
habilidades y capacidades
- Es favorable estimular la actividad y la curiosidad 
- Si los padres reaccionan negativamente a las preguntas de los niños,
generaran culpabilidad

4.- INDUSTRIOSIDAD / INFERIORIDAD 


- De los 7 a los 12 años 
- Consiste en el interés por el funcionamiento de las cosas y de los propios
esfuerzos para hacerlo 
- Importante el estímulo de la escuela y del grupo de iguales 
- Las comparaciones desfavorables, los fracasos, contribuyen a la inferioridad. 

5. Identidad frente a confusión de papeles.


Durante la adolescencia, la transición de la niñez a la edad adulta es
sumamente importante. Los niños se están volviendo más independientes, y
comienzan a mirar el futuro en términos de carrera, relaciones, familias,
vivienda, etc. Durante este período, exploran las posibilidades y comienzan a
formar su propia identidad basándose en el resultado de sus exploraciones.
Este sentido de quiénes son puede verse obstaculizado, lo que da lugar a una
sensación de confusión sobre sí mismos y su papel en el mundo.

6. Intimidad frente a aislamiento.


En la adultez temprana, aproximadamente desde los 20 a los 25 años, las
personas comenzamos a relacionarnos más íntimamente con los demás.
Exploramos las relaciones que conducen hacia compromisos más largos con
alguien que no es un miembro de la familia. Completar con acierto esta etapa
puede conducir a relaciones satisfactorias y aportar una sensación de
compromiso, seguridad, y preocupación por el otro dentro de una relación.
Erikson atribuye dos virtudes importantes a la persona que se ha enfrentado
con éxito al problema de la intimidad: afiliación (formación de amistades) y
amor (interés profundo en otra persona).Evitar la intimidad, temiendo el
compromiso y las relaciones, puede conducir al aislamiento, a la soledad, y a
veces a la depresión.

7. Generatividad frente a estancamiento.


Durante la edad adulta media, en una etapa que dura desde los 25 hasta los
60 años aproximadamente, establecemos nuestras carreras, establecemos una
relación, comenzamos nuestras propias familias y desarrollamos una
sensación de ser parte de algo más amplio. Aportamos algo a la sociedad al
criar a nuestros hijos, ser productivos en el trabajo, y participar en las
actividades y organización de la comunidad. Si no alcanzamos estos objetivos,
nos quedamos estancados y con la sensación de no ser productivos.
No alcanzar satisfactoriamente la etapa de generatividad da lugar a un
empobrecimiento personal. El individuo puede sentir que la vida es monótona y
vacía, que simplemente transcurre el tiempo y envejece sin cumplir sus
expectativas. Son personas que han fracasado en las habilidades personales
para hacer de la vida un flujo siempre creativo de experiencia y se sienten
apáticos y cansados.

Las personas generativas encuentran significado en el empleo de sus


conocimientos y habilidades para su propio bien y el de los demás; por lo
general, les gusta su trabajo y lo hacen bien.

8. Integridad del yo frente a desesperación.


Mientras envejecemos y nos jubilamos, tendemos a disminuir nuestra
productividad, y exploramos la vida como personas jubiladas. Durante este
periodo contemplamos nuestros logros y podemos desarrollar integridad si
consideramos que hemos llevado una vida acertada

- TEORIA DEL APRENDIZAJE DE ALBERT BANDURA


   Albert Bandura es creador de la teoría social del aprendizaje, que se centra en los conceptos de
refuerzo y observación. Sostiene que los humanos adquieren destrezas y conductas de modo
operante e instrumental y que entre la observación y la imitación intervienen factores cognitivos
que ayudan al sujeto a decidir si lo observado se imita o no. En los niños, afirma Bandura, la
observación e imitación se da a través de modelos que pueden ser los padres, educadores, amigos
y hasta los héroes de la televisión.

La imitación puede darse por los siguientes factores:


Por instinto: Las acciones observadas despiertan un impulso instintivo por copiarlas.
Por el desarrollo: Los niños imitan las acciones que se ajustan a sus estructuras cognoscitivas.
Por condicionamiento: Las conductas se imitan y refuerzan por moldeamiento.
Conducta instrumental: La imitación de vuelve un impulso secundario, por medio de refuerzo
repetido de las respuestas que igualan las de los modelos. La imitación reduce los impulsos.

Los factores cognitivos se refieren concretamente a la capacidad de reflexión y simbolización, así


como a la prevención de consecuencias basadas en procesos de comparación, generalización y
autoevaluación. En definitiva, el comportamiento depende del ambiente, así como de los factores
personales (motivación, retención y producción motora).

2.1.- Interacciones recíprocas

   Bandura analiza la conducta dentro del marco teórico de la reciprocidad triádica, las interacciones
recíprocas de conductas, variables ambientales y factores personales como las cogniciones. Según
la postura cognoscitiva social, la gente no se impulsa por fuerzas internas ni es controlada y
moldeada automáticamente por estímulos externos. El funcionamiento humano se explica en
términos de un modelo de reciprocidad triádica en el que la conducta, los factores personales
cognoscitivos y acontecimientos del entorno son determinantes que interactúan con otros.
 
2.2.- Aprendizaje en acto y vicario

   En la teoría cognoscitiva social, el aprendizaje es con mucho una actividad de procesamiento de


la información en la que los datos acerca de la estructura de la conducta y de los acontecimientos
de entorno se transforman en representaciones simbólicas que sirven como lineamientos para la
acción (Bandura, 1986).
El aprendizaje ocurre en acto, consistente en aprender de las consecuencias de las propias
acciones, o en modo vicario, por la observación del desempeño de modelos.

 
2.3.- Aprendizaje y desempeño
El tercer supuesto de la teoría cognoscitiva social se refiere a la distinción entre el aprendizaje y la
ejecución de las conductas aprendidas. Al observar a los modelos, el individuo adquiere
conocimientos que quizá no exhiba en el momento de aprenderlos. Los estudiantes adquieren
conocimientos declarativos (acontecimientos históricos) y fragmentos organizados (poemas,
canciones), conocimientos de procedimiento (conceptos, reglas, algoritmos); así como
conocimientos condicionales (cuando emplear las formas de los conocimientos declarativos o de
procedimiento y porque hacerlo así). Cualquiera de estas formas son conocimientos adquiridos no
demostrados en el momento

2.4.- Principios de la teoría cognitivo social

Algunos principios a tenerse en cuenta derivados de la teoría cognoscitiva social son:


Ofrece a los pequeños modelos adecuados que obtengan consecuencias positivas por las
conductas deseables. En el área de las comunicaciones, se podría analizar la vida de algunos
periodistas destacados y compararlos con los de ahora.

El profesor es un modelo que sirve de aprendizaje al educando.


También aportan información al alumno, las actuaciones de sus compañeros.
Uno de los objetivos es el desarrollo de autoevaluación y autorefuerzo.

Por ejemplo, para dictar en clase el contenido referente a Rol del Periodista, habría que motivar a
los alumnos a descubrir por iniciativa propia cuáles son los roles que el comunicador debería
asumir ante la sociedad y no recitar de memoria lo que está en los textos.

2.5.- Procesos de modelamiento

El modelamiento, componente crucial de la teoría cognoscitiva social, consistente en un término


general que se refiere a los cambios conductuales, cognoscitivos y afectivos que derivan de
observar a uno o más modelos.

2.5.1.- Funciones de modelamiento


Bandura distingue varias funciones de modelamiento, de las que tres importantes son:
 
Facilitación de la respuesta Los impulsos sociales crean alicientes para que los observadores
reproduzcan acciones (seguir a la masa)
Inhibición y desinhibición Las conductas modeladas crean en los observadores expectativas de que
ocurrirán las mismas consecuencias, siempre que imiten las acciones, sean estas positivas o
negativas.
Aprendizaje por observación Se divide en los procesos de atención, retención, reproducción y
motivación.

ETAPAS DE DESARROLLO DE PIAGET

Piaget divide el desarrollo psíquico de las personas desde su nacimiento hasta la


vida adulta. Postula que el niño nace con la necesidad y con la capacidad de adaptarse al
medio. La adaptación consta en dos subprocesos: asimilación y acomodación. La mayor
parte del tiempo los niños asimilan información adecuada a su desarrollo mental y la
clasifican de acuerdo con lo que ya saben. A veces se enfrentan a problemas que no pueden
resolver y deben hacer acomodos, crear nuevas estrategias o modificarlas para enfrentar la
nueva situación. Esta teoría se puede relacionar con el aprendizaje significativo de Ausubel.
El niño tiene conocimientos previos y al recibir la nueva información modifica sus
esquemas de conocimiento.

Este autor propone una serie de etapas de desarrollo en los seres humanos, donde
cada periodo se caracteriza por la presencia de ciertos procesos y estructuras mentales, que
maduran y se fortalecen para permitir el paso a la siguiente etapa. Las etapas que diferencia
son las siguientes:

Etapa sensoriomotora. Abarca desde el nacimiento hasta los 2 años


aproximadamente. Al nacer, el mundo del niño se enfoca a sus acciones motrices y a su
percepción sensorial. Cuando termina el primer año ha cambiado su concepción del mundo,
reconoce la permanencia de los objetos cuando se encuentran fuera de su propia
percepción. Otros signos de inteligencia incluyen la iniciación de la conducta dirigida a un
objetivo y la invención de nuevas soluciones. El niño no es capaz de elaborar
representaciones internas, lo que se supone como pensamiento; no ha desarrollado el
lenguaje, su inteligencia se considera como preverbal. En la última etapa de este periodo se
refleja una especie de "lógica de las acciones", es decir, que la actividad está motivada por
la experimentación.

Etapa preoperacional. De los 2 a los 7 años, aproximadamente. En la transición a este


periodo, el niño descubre que algunas cosas pueden tomar el lugar de otras. El pensamiento
infantil ya no está sujeto a acciones externas, comienza a interiorizarse. Las
representaciones internas proporcionan el vehículo de más movilidad para su creciente
inteligencia. Las formas de representación internas que emergen simultáneamente al
principio de este periodo son: la imitación, el juego simbólico, la imagen mental y un
rápido desarrollo del lenguaje hablado. A pesar de importantes adelantos en el
funcionamiento simbólico, la habilidad infantil para pensar lógicamente está marcada con
cierta inflexibilidad, es altamente egocentrista.

Etapa de operaciones concretas. Esta fase que se desarrolla entre los 7 y 11 años
aproximadamente, el niño se hace más capaz de mostrar el pensamiento lógico ante los
objetos físicos. Una facultad recién adquirida, la reversibilidad, le permite invertir o
regresar mentalmente sobre el proceso que acaba de realizar, una acción que antes sólo
había llevado a cabo físicamente.

El niño también es capaz de retener mentalmente dos o más variables, cuando estudia los
objetos y reconcilia datos aparentemente contradictorios. Estas nuevas capacidades
mentales se muestran mediante un rápido incremento en sus habilidades para conservar
ciertas propiedades de los objetos, número y cantidad, a través de los cambios de otras
propiedades, para realizar una clasificación y ordenamiento de los objetos.

Las operaciones matemáticas surgen en este periodo. El niño se convierte en un ser cada
vez más capaz de pensar en objetos físicamente ausentes, apoyado en imágenes vivas de
experiencias pasadas.
Frente a los objetos, los niños pueden formar jerarquías y entender la inclusión de clase en
los diferentes niveles de una estructura. Para hacer comparaciones, pueden manejar
mentalmente y al mismo tiempo: la parte o subclase, y el todo o clase superior.

Los niños de 7 a 8 años muestran una marcada disminución de su egocentrismo, se vuelven


más sociocéntricos. A medida que muestran una mayor habilidad para aceptar opiniones
ajenas, también se hacen más concientes de las necesidades del que escucha, la información
que tiene y de sus intereses. Entonces las explicaciones que elaboran los niños están más a
tono con el que escucha. Cualquier discusión implica ahora un intercambio de ideas. Al
estar consciente de los puntos devista ajenos, el niño busca justificar sus ideas y coordinar
las de otros. Sus explicaciones son cada vez más lógicas.

Etapa de las operaciones formales. Este periodo que abarca de los 11 a los 15 años
aproximadamente, se caracteriza por la habilidad para pensar más allá de la realidad
concreta. La realidad es ahora sólo un subconjunto de las posibilidades para pensar. En la
etapa anterior desarrolló relaciones con interacción y materiales concretos; ahora puede
pensar en relación de relaciones y otras ideas abstractas, como proporciones y conceptos de
segundo orden.

El niño de pensamiento formal tiene la capacidad de manejar, a nivel lógico, enunciados


verbales y proposiciones, en vez de objetos concretos únicamente. Es capaz ahora de
entender plenamente y apreciar las abstracciones simbólicas del álgebra y la crítica literaria,
así como el uso de metáforas en la literatura. A menudo se ve involucrado en discusiones
espontáneas sobre filosofía, creencias, comportamientos sociales y valores, en las que son
tratados conceptos abstractos, tales como justicia y libertad.

Cada uno de dichos estadios se caracteriza, pues, por la aparición de estructuras originales,
cuya construcción le distingue de los estadios anteriores. Lo esencial de esas construcciones
sucesivas subsiste en el curso de los estadios ulteriores en forma de subestructuras, sobre
las cuales habrán de edificarse los nuevos caracteres. De ello se deduce que, en el adulto,
cada uno de los estadios pasados corresponde a un nivel más o menos elemental o elevado
de la jerarquía de las conductas.
APLICACIÓN DE LOS ESTADIOS DE PIAGET AL TRABAJO

Para llevar a cabo un aprendizaje significativo con los alumnos, además de tener en cuenta
sus experiencias vividas y los conocimientos que ya han adquirido hay que conocer las capacidades
que tienen. Dependiendo de la edad que tienen los alumnos el maestro tendrá que preparar unas
actividades u otras que se adecuen a sus capacidades, para que no sean ni muy difíciles ni muy
sencillas.

Por esto, en este trabajo hemos tenido en cuenta las capacidades que tienen los niños a
esta edad y nos hemos basado en los estadios de Piaget. Este trabajo esta dirigido a niños de 11 a
12 años. Estarán al final del estadio de las operaciones concretas y comenzando el estadio de las
formales. Teniendo en cuenta las características de estos estadios hemos llevado a cabo una serie
de actividades. Hemos combinado actividades donde los alumnos trabajan observando
directamente los monumentos que hemos estudiado y en otras actividades hacen comparaciones
y estudian características sobre textos que leen en clase de una manera más abstracta.

Los alumnos de 6º de primaria están capacitados para resolver todas las actividades
planteadas en el trabajo apoyándose en la ayuda del profesor cuando encuentren alguna
dificultad.

Teoría del apego del bowlby

“Un niño que sabe que su figura de apego es accesible y sensible a sus
demandas les da un fuerte y penetrante sentimiento de seguridad, y la
alimenta a valorar y continuar la relación” (John Bowlby).

             La Teoría del Apego, esta es una teoría iniciada en los años cincuenta que parte de
una perspectiva etológica, bien a tono con los derroteros epistemológicos de su tiempo. Sus
principales exponentes, J. Bolwby y M. Aisworth plantean que la separación producida
entre un niño pequeño y una figura de apego es de por sí perturbadora y suministra las
condiciones necesarias para que se experimente con facilidad un miedo muy intenso. Como
resultado, cuando el niño visualiza ulteriores perspectivas de separación, surge en él cierto
grado de ansiedad. El propio Bolwby cree que su planteo es una combinación de la Teoría
de las señales y de la Teoría del apego frustrado (Bolwby, 1985).
         Bolwby pensaba que la relación entre lo que provoca temor y lo que realmente puede
dañarnos es indirecta. Sin embargo compartimos con los animales ciertos temores: el
desconocimiento del otro ser o de un objeto; el temor a objetos que aumentan de tamaño o
se aproximan rápidamente; el temor  a los ruidos intensos y el temor  a la oscuridad y el
aislamiento. Nada de esto es peligroso en sí mismo pero desde el punto de vista evolutivo 
tiene explicación: son señales de peligro, por ejemplo, la presencia de depredadores que se
perciben como seres extraños y que se aproximan comúnmente durante la noche y la
cercanía de un desastre natural (Bolwby, 1985).

            La tesis fundamental de la Teoría del Apego es que el estado de seguridad, ansiedad
o zozobra de un niño o un adulto es determinado en gran medida por la accesibilidad y
capacidad de respuesta de su principal figura de afecto. Cuando Bowlby se refiere a
presencia de la figura de apego quiere decir no tanto presencia real inmediata sino
accesibilidad inmediata. La figura de apego no sólo debe estar accesible sino responder de
manera apropiada dando protección y consuelo. 

             Su teoría defiende tres postulados básicos:

Cuando un individuo confía en contar con la presencia o apoyo de la figura de apego


siempre que la necesite, será mucho menos propenso a experimentar miedos intensos o
crónicos que otra persona que no albergue tal grado de confianza.
La confianza se va adquiriendo gradualmente durante los años de inmadurez y tiende  a
subsistir por el resto de la vida.
Las diversas expectativas referentes a la accesibilidad y capacidad de respuesta de la
figura de apego forjados por diferentes individuos durante sus años inmaduros
constituyen un reflejo relativamente fiel de sus experiencias reales.

            Relevancia de la Teoría del Apego

             Es una teoría que a pesar de su declarada filiación etológica, de


adaptación, maneja muchos conceptos propiamente psicológicos y de
cualificación de la relación. Se destaca además por investigar la perspectiva
evolutiva del apego, lo cual no es común en otros modelos.

              Bolwby parte de una perspectiva evolutiva de sesgo darwiniano, sin


embargo, a pesar de mostrar una indudable orientación etológica al considerar el
apego entre madre e hijo como una conducta instintiva con un claro valor
adaptativo de sobrevivencia, su concepción de la conducta instintiva iba más allá
de las explicaciones que habían ofrecido etólogos como Lorenz, con un modelo
energético-hidraúlico muy en consonancia con los antiguos postulados de la
física mecánica. Basándose en la teoría de los sistemas de control, Bolwlby
planteó que la conducta instintiva no es una pauta fija de comportamiento que se
reproduce siempre de la misma forma ante una determinada estimulación, sino un
plan programado con corrección de objetivos en función de la retroalimentación,
que se adapta, modificándose, a las condiciones ambientales (Oliva, s/a)
                Es interesante señalar que la Teoría del Apego investiga la ontogenia de las
respuestas  a la separación e incluye referencias a Piaget al hablar de la interacción del
apego con el desarrollo cognitivo del bebé  en la segunda mitad del primer año de vida,
cuando este logra permanencia del objeto. En las 28-30 semanas de vida se da el punto de
viraje es decir aparecen las respuestas a la separación como evidentes; el bebé ha
empezado  a percibir el objeto como algo que existe independientemente de sí mismo, aún
cuando no lo perciba directamente por lo cual puede iniciar su búsqueda. Hay experimentos
de los 70 que demuestran que la permanencia de las personas se produce primero que la
permanencia de los objetos inanimados (Oliva, s/a).

                La tendencia a reaccionar con temor a la presencia de extraños, la oscuridad, los


ruidos fuertes, etc, son interpretados por Bolwby como el desarrollo de tendencias
genéticamente determinadas que redundan en una predisposición a enfrentar peligros reales
de la especie y que existen en el hombre durante toda la vida. Aunque inicialmente esta
postura podría evaluarse como demasiado sesgada hacia la carga biológica, en realidad,
Bolwby completa su postura refiriéndose a una serie de circunstancias psicológicas y
culturales que dan lugar a estas reacciones. En este sentido hace referencia a los peligros
imaginarios, los indicios culturales aprendidos de otras personas sobre el peligro, la
racionalización, la atribución de significado a las conductas de los niños por parte de los
padres, la proyección y el contexto familiar (Bolwby, 1985).

                A.  La teoría formulada por John Bowlby y Mary Ainsworth sobre


el                 vínculo afectivo que se establece entre madre e hijo es un planteo teórico
de mucha fuerza en el área del desarrollo socio-emocional. Con el paso del tiempo esta
teoría se ha fortalecido y enriquecido gracias a una gran cantidad de investigaciones
realizadas en los últimos años que la han convertido en una de las principales áreas de
investigación evolutiva (Oliva, s/a).

               Esta teoría está basada en observaciones naturalistas y en una extensa


investigación empírica.

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