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Un Hilo Parte 3
Un Hilo Parte 3
c,o)ns crcr)
Cuando abr( el porche para entrar el pequefro e insoportable
Tiberio empez1 aladrar para atemorizarrne, con tal furia que casi
1o consigue.
c,a)ne eu)
chiquitito, venga con mamâ. No se preocupe, es un
-Venga,
poquito celoso, ya se calmarâ. Ahora mismo preparo un té, o no sé
siustedprefiere café.
té estâmuy bien, gracias.
-No,
Me senté en uno de los dos sillones individuales que
completaban el tradicional juego de tres. No habia ni
lujo ni nada fuera de lugar. Los sillones, la mesita, la chimenea,
los cuadros claros, Ia televisiôn, y mâs alIâ el
comedor.
El perro se habia calmado un poco y venia delante de ella que
sostenfa una bandeja en las manos.
C,O)II7 eCr)
Se abri6 la puerta y apareciô Roberto, con su mameluco de
mecânico y el gesto manso de hombre que no ha crecido,
sonriente , agradable. También era muy alto, pero blando, debîa de
ser una buena persona, de esos tipos honestos a los que todo el
mundo les pide favores y é1 los hace. Me dio la mano, blanda
también, como de goma.
se preocupo, me las he lavado, ahora mismo me quito el
-No
traje y estoy como recién salido de la tintoreria dijo y
empezl a bajarse el cierre alli mismo. Ella se levantd -me
de un salto.
Cg)rrl eCr)
Maggi volvid de la cocina y se sent6 otravez en el mismo lugar.
Tiberio se acomodd en su falda, se acurru cô aIlîhasta dormirse.
pero amîme gustarîa,parami trabajo, como le decfa a
su
-Si,
esposa antes, que me dieran la versi6n, la imagen que tienen
ustedes de Julia, cdmo la conocieron, qué pasd con ella desde
entonces, cosas simples. Ustedes han sido sus suegros y los que
criaron a Federico desde los ocho meses segrin tengo entendido.
es verdad, Federico estuvo viviendo con nosotros desde
-Sî,
que a ella la trasladaron al sur, después de que intentô esa locura
de fugarse Maggi-. Eran un grupo de locos y ella en
-dijo
especial. El pobre niffo pas6 ocho meses en la c6trcel, y cuando la
llevaron al sur se lo quitaron.
cambi6, el niflo pasô a ser lo principal, el sentido de
-Todo
nuestra vida, nos ayudd a superar la tristeza que teniamos desde
que ellos cayeron presos. Nos alegrô Ia existencia, eso hay que
decirlo. Roberto intentd seguir hablando: poro ella lo
intemrmpid.
Javier es nuestro ûnico hijo y Federico era
-Imaginese,
nuestro rinico nieto en ese momento Maggi, y ernpezô a
-dijo
sacar un pafluelito que tenîadoblado en la manga.
C,O)IIe gCr)
Nos amenazô sin ninguna vergiienza y nos dijo que ni lo
-Si.
sofiâramos, que con nosotros no pensaba vivir ni un dîa, ite
acuerdas qué espanto, querido?
C,O)120 OCr)
del padre de Maggi, cuando criaba caballos. Bueno, estaba tan
mal de Lacabezaque nos prohibi6 acercarnos para ver a Federico y
exigid que pasaran dos meses antes de invitarnos por primeravez.
No estaba en $us cabales. Decfa que el niflo estaba muy mal
criado, que debia reconocerla primero y después volver a vernos,
una vez que tuviera los papeles familiares mâs claros. Era una
déspota.
te acuerdas, querido, la tarde que por primera vez fuimos
de-iY
visita a la casa? Fue espantoso, habîa como treinta personas en
una reunidn de gente muy tara. Casi todos jdvenes como ellos y
estaban sentados en el sal6n sin luz, como fantasmas.
c,o)r2t eor)
extraflaba. No era cierto, porque una vez que ella estaba alli,
nosotros llamamos para saludar al niffo y ni siquiera su madre se
habîaenterado del viaje. Mentia con total descaro.
sf, debo decir que era una buena madre. Federico la
-Eso
reconociô después de uno o dos meses, la querîa y ella se dedicaba
bastante al niflo, dentro de lo que su cabeza le permitfa. No salia
jamâs sin é1, ni querfa dejarlo con nosotros. Creo que mientras
vivieron aquî,lo dejô s61o un domingo por la tarde y porque era el
cumpleaflos de un sobrino que vive al lado.
después que se fueron de Buenos Aires, ilos volvieron a
-Y
ver?
un viaje aCatamarca, en las vacaciones de invierno.
-Hicimos
Por suerte ella no estaba, se habiaido a Tucumân, como siempre;
estuvimos con Javier y con Federico. Cuatro o cinco dias
agradables Roberto.
-dijo
ella también la que 1o arrastrd otravez al norte, cuando
-Fue
aqui éItenîaun estupendo trabajo. Pero como le digo, mi hijo es
tan bueno y tan débil de carâcter. Es como su padre, no sabe decir
que no.
c0)122 c,Cr)
todos. No respetaba a nadie y era mala, de fondo, creia que ella
teniasiempre Iarazôn.
Tiberio despertd, saltd de su falda, fue hasta el fondo del sal6n y
otravezempezl a ladrar agudamente. Era insoportable.
muchos aflos nos preguntamos, como padres, en qué
-Durante
habfamos fallado, no entendiamos que nuestro hijo pudiera haber
seguido un camino tan equivocado. Maggi se culpaba de haberlo
educado mal, con demasiado sentimiento cristiano.
no supimos darle la dweza necesaria para vivir en este
-Si, Gracias a varios aflos de terapia pudimos comprenderlo y
mundo.
liberarnos de la culpa. Ahora sabemos manejar mejor nuestros
asuntos. Ven, Tibi, él si que es bueno, mi pobrecito. volvi6 a
-Lo
alzar como si fuera un espantoso bebé enano y el monstruo call6.
padre de Julia, sin embargo, no superd nunca mâs su
-El fue la madre la que tuvo que afrontar todo sola. Una
depresi6n,
mujer con carâcter. Curiosa familia esa, las mujeres son
verdaderos monumentos de energia. Los hombres siempre van un
poco atrâs. La abuela, por ejemplo, tres veces viuda y hasta su
muerte luchando por oncontrar a la nieta Roberto con gesto
comprensivo. -dijo
totalmente loca, la abuela era otro caso para
-Estaba
intemamiento. Gritando en la plazaa los noventa afros, ;a quién se
le puede ocurrir semejante idea? Maggi y volvid a besar al
peffo. -dijo
no nos hace bien hablar asf de los muertos. De una
-Maggi,
forma o de otra, es la bisabuela de tu nieto.
c,o)123 oor)
que es un poco tarde. Voy a ir acercândome a la
-Creohe visto que hay un tren a las ocho los domingos y no 1o
estaci6n,
quiero perder.
quieres te acompaflo y te llevo en el coche.
-Si
gracias, no hace falta, prefiero caminar y estirar las
-No,
piemas. Si llego a tener mâs preguntas los llamo, y los molesto
nuevamente.
es molestia, también escuchando se' aclaran algunas
-Nonunca estâ mal hablar
cosas, Roberto.
-dijo
Tiberio saltd y empez6 aladrar con ferocidad, los saludé y sali
1o mâs râpido posible, por esas calles arboladas donde vivîagente
tan estupenda, tan pacificay feliz.
c0)124 c,Cr)
xu
T riltima vez que nos vimos supe que emp ezâbamos a jugar
a
C,O)12s OOr)
conPedro aBolivia, pero te llevabas todas las viejas certezas. Arin
no te habîas quedado desnuda, no habias dado el salto y el viaje
eruhaciaaftâs, a un territorio que ya no existfa.
No tendrfa que haberlos dejado. No pude frenarte, no
escuchabas al idiota que hablaba, venia a verte, te pedia una
prudencia de la que eras absolutamente incapaz. Otro gran
abandono, el mâs grave. Mi rinico mes de vacaciones en dos aflos
y vos.decidida a llevarme a conocer la ciudad, sin pensar que
habîa venido solamente para estar cerca y pedirte que no te
aproximaras a Tucumân, eue no fueras a Bolivia. Estân apostados
en todas las fronteras cazando gente, te dije. Me crefste, pero la
huida era tu elemento y no podfas cambiar.
Recuerdo cuando entramos en la casa de Trotski, cuando me
mostraste sus pequeflos anteojos sobre el escritorio, su biblioteca,
el riltimo papel escrito antes de que el piolet le destrozara eI
crâneo. Era una maflana llena de sol, y le dimos de comer a los
conejos que todavîacrîasu nieto en las jaulas del patio. <Debe de
ser terrible morir en manos de los que alguna vez supusiste que
eran compafleros>>, me dijiste mientras caminâbamos rumbo a su
dormitorio. Salimos de la casa a las calles de Coyoacân y nos
fuimos al mercado.
Pasamos la tarde entre las frutas y las verduras oliendo hasta
atontarnos el cilantro, la albahaca, el me16n, el mango, volviamos
a la vida en esa selva dormida bajo las pifiatas que colgaban del
techo como planetas, y en la puerta compramos el cucurucho con
los insectos vivos para aprender a comerlos, aunque no pudimos
mâs que con unos cuantos. La vendedora zapoteca nos miraba
riendo, y varias veces intentd mostrarnos cdmo hacer pafaque no
escapen de la boca. Habia que hacer crujir râpidamente el cuerpo
entre los dientes, pero huian, como nosotros de nuestras propias
palabras.
Me siento tan inritil. Te ofrecî otravezlaespalda paraque mires
en redondo el mundo y te sostengas. No nos dio tiempo a poner
vértebras contra vértebras.
C0)126 C,Cr)
<<La muerte sin cue{po nos retrotrae a estadios que ni nosotros
mismos somos capaces de descifrar. Roto ese limite,labarbarie es
una espiral que te devora y te arrastra mâs aLIâde 1o que crefamos
humano. Reconstruirse es muy dificil, por eso digo que ésta es una
gueffa de exterminio que completa la conquista. Hace poco he
visto velar un par de zapatillas, eso era todo 1o que habiaquedado
de un hombre.> Sin darte cuenta volvias a anticiparte. Y fuimos
hasta el final, a Monte Albân, subimos los escalones de la gran
pirâmide paraver la puesta de sol tomados de las manos. Supe que
empezabas a recordarme antes de un viaje largo.
C,O)127 eCr)
tranquilo>>, siento que la cebolla estâ viva y que soy quien la corta
y la mastica hasta limpiarse los pulmones, hasta que los ojos se
derraman.
Es probable que habiendo perdido tanto nos dé vergûenza decir
que el mundo puede ser distinto, suena a tonteria de inmaduros
crdnicos y aunque lo siga pensando 1o escondo, renacuaja, el agua
podrida parece ser nuestro medio , todavia flotamos entre eI pez y
el reptil, invertebrados.
c,o)128 C,Cr)
;Cômo vamos a estar pasando de una situaciôn
prerrevolucionaria a una revolucionaria, si todo el mundo se
ha vuelto ciego, sordo y mudo, cuando se estân [evando a la
gente a plena luz del diay nadie puede decir nada, o no quiere
decirnada?
Pensarâs que estoy quebrada, que he perdido el sentido. No.
Simplemente estoy harta de frases gloriosas y mandos
militares. No entiendo c6mo pudimos creer que podiamos
resistir a semejante ofensiva del ejército, nadie estaba
preparado. Era impensable.
Divago, sé que divago; ahora que todo estâ perdido y somos la
carne que alimenta a la mâquina y ya ni siquiera hay como
defendernos, mueren y mueren, uno a uno, y SOBRE TODO
SOLOS. Lo importante no fue que los militares se
desenmascarasen y dieran el golpe. Eso es obvio. Lo
importante es saber claramente que amplias capas de la clase
media, del sindicalismo y sectores populares tâcitamente los
han apoyado y los apoyan. Argentina clamando otra vez por
orden y sangre. àEs contrarrevolucionario pensar que las
masas son a veces peores que rebaflos? Lo siento, lo siento de
verdad.
Pero lo esencial ahora es no saber para qué seguir vivos. No hay
vuelta atrâs y es asi de definitivo. No sé qué hacer conmigo,
tengo el automâtico puesto y sigo cumpliendo con todo, como
si no me pasara nada. Ganarme la vida en lo que puedo,
atender a Federico y a ]avier que cada dia me tiene mâs harta
con sus depresiones y sus ataques de asma. No soyni unabuena
esposa ni una buena madre, no soy ni siquiera una buena
pintora ni una buena militante. Me he quedado pataleando en
el aire. iEN EL MÂS TOTAL DE LOS ESTADOS AÉREOS TE
RECLAMO!
C,U)t2e eor)
He encontrado trabajo como redactora de enciclopedias, no
hago mâs que traducir la Britânica para hacer unos libros
espantosos que sirven de regalo alos politicos. Gano bien, pero
me cansa. |avier tiene empleo en otra editorial como corrector
de libros cientificos y estâ muy contento con su trabajo y la
posibilidad de entrar en la universidad mâs adelante, cuando
convalide eltitulo.
Federico, hermoso como siempre, ha empezado preescolar y
no cesa de preguntar cuândo volveremos y dônde estâ cada
uno de los amigos, se acuerda mucho de vos, y me ha dicho que
te va a mandar undibujo con esta carta.No acepta que no hayas
venido con nosotros, me cuenta con detalle las historias que le
has contado para ahuyentar el miedo, pero no es fâcil y lleva
mâs de una semana con insomnio ypesadillas; sigue dibujando
infinidad de monstruos y peleas de encapuchados. Nunca sé
C0)130 eCr)
Lacarabuena de la omnipotencia del Estado, yo voy, les limpio
las babas y ellos pueden seguir sintiéndose uhumanitarios>.
àQué otra cosa aparte del amor podria ahora salvarme del
c0)131. c,Cr)
horror que me produce de pronto estar instalada y levantarme
todos los dias por razones para nada deseadas? Por prime ravez
en mi vida tengolacerteza de no ser necesaria, de no significar
nada para nadie. Campeo como puedo este sentimiento, pero
es asi de claro. No me engaflo.
C0)l32 (Cr)
romper. Creo que algrin dia, cuando sea por fin persona' me
quedaré a vivir en un lugar asi. El mar me hace feliz. No
necesito nada mâs que mirarlo y caminar para sentirme bien,
toda la absurda actividad humana es secundaria y se puede
vivir con muypoco.
Pero de verdad éste es un tiempo infame y oscuro, nado en el
miedo y en la desespera nza,trato de ubicar nuestra historia y se
me retuercen las tripas. Parece como si todo hubiera estado
desde el principio del siglo ahi, sôlo que sobredeterminado por
procesos nuevos (los pueblazos, el nuevo sindicalismo, etc.),
cuya victoria hubiera podido modificar algo. Pero cuya derrota
nos regresa a ese atavismo argentino, autoritario, clerical,
genocida del indio, de los obreros del sur, del noroeste, bajo
Mitre o bajo Yrigoyen, anticomunista siempre, desde el
asesinato de Moreno hasta Per6n. Estoy harta de las fantasias
narcisistas y me hundo en un mar de muertos, no sabemos
pensar un FUTURO HISTÔRICO, en el que pasado y presente
estén contenidos hacia adelante; damos vueltas en torno de un
futuro mitico, ilusorio, sin historia, demirirgico Y
fantasmagôrico, porque los argentinos <la tienen mâs grande>,
o porque, como nosotros, estamos llamados a una misiôn tan
trascendente que toda observaciôn politica o histôrica
elemental resulta una nimiedad pequefl oburguesa.
Ya ves, estoy con el agua hasta el cuello y fuera de las tonterias
que me invento para sobrevivirme no tengo nada. Anoche
soflé con vos, lluviecita, y estâbamos todos juntos hablando,
creo que era en la casa de Mate de Luna. Me desperté helada de
sudoryde olvido del sueflo.
Creo que pronto me voy a ir de México, otra vez a Bolivia,
durante seis meses, con el compafr,ero que te conté, a trabajar
en otro proyecto cerca de La Paz.TaI vez sea mâs fâcil que
c,u)133 OOf)
vengas a verme alli, mâs barato, pero necesito verte, hablar,
escupir toda esta especie de basura sangrienta que llevo dentro.
No puedo mâs. Ya ni siquiera tengo ganas de dibujar, como si
estuviera paralitica o muerta también.
c,u)134 oCr)
llegadaydel lugar donde podrâs encontrarme.
Ya sabes que el boletin informativo Para Latinoamérica va
viento en popa, sale regularmente y se distribuye bien. Ya
tenemos casi 10.000 suscriptores y se espera crecer en estos
meses que vienen. Al menos eso funciona. No sé si te ha
llegado. La Colorada tiene todos los datos, o sea que imagino
que te los pasarâ cuando te vea; me ha comentado que viaia a
Baires en poco tiempo mâs, pero como no la aguanto no voy a
darle esta carta, prefiero que te llegue por correo.
No le creas cuando te diga que no estoy bien y me he
lumpenizado. No es cierto, simplemente no soporto mâs todos
sus discursos simultâneos, creyendo que hacer solidaridad es
hacer algo muy pero muy importante. Discursos van,
discursos vienen, y las tareas urgentes se empantanan. Aqui
todo el mundo quiere vnavezmâs ser comandante de la nada.
No he dado el portazo todavia porque estoy trabajando con
grupos locales, gente bastante mâs sana. Y porque voy a
investigar, aunque nadie me lo ha pedido, el asunto de los
trasplantes. Es un secreto entre vos yyo.
Bueno mi larguirucho hermano, mi yuyo tucumano y del
alma, qué ganas tengo de abrazarte. Corto aqui para ir a
trabajar, son recién las siete y media de la maflana, y te he
escrito en otra de mis noches de insomnio. Ahora voy a
despertar a Federico, 1o llevaré al colegio y empezarâ otro dia.
Digamos: maldiciôn. Todavia es temprano. Dentro de un rato
el olor a gasolina entrarâ por las ventanas, en esta urbanizaciôn
de <zonaverdeu azteca.
Julia
*t****i.
Buenos Aires, 15.5.76
oo)ne gQs
empujamos cada instante, hoy como nunca hacia futuros
inacertables. Que nadie logra delinear. Vos en esa América
Central. Central. Y sin embargo. Ahi todo se mueve. México
lento, lo vimos, pirâmide truncada, piedra y piedra, mâs
piedra, ojo de jade.
c,o)n7 ecr)
con vos, tanto de lo que hago como de Io que no, de 1o que hice y
1o por hacer. Queriéndote de la rinica manera. Necesitamos
seguir hablando de todo esto. Mi viaje a Bolivia depende de un
dinero que necesito ganar, pero creo que conseguiré juntarlo
para dentro de unos meses, entre julio y agosto. En cuanto lo
tenga claro te llamo por teléfono o te escribo. Confio en que
allâ nos arreglaremos con poco. Como ya sabes no sôlo te
quiero sino que me resultas imprescindible. Asi que esa
c o ntun d e n c i a g ar an tizala r e alizaciln d e I d e s e o.
gO)1.38 C,Cr)
arquitectura y creo que podré ahorrarlo. Bolivia y nosotros.
Tebeso, teabrazo.
Miguel
;Es verdad, como me dijo, que parece que estâs otra vez
embarazada? Contradicciones: las' tuyas, hermana del alma,
una maestra en el arte de tomar decisiones complicadas en los
momentos mâs inesperados. De todas maneras, si es asi, te
deseo felicidades y lo celebro.
MigueI
C,O)t3e CCr)
c.o)740 oor)
xru
tal pibe,
ihace mucho que llegaste? mientras nos
-Qué
dâbamos las manos.
-dijo
pero es que no pude dormir bien anoche.
-Sî,
preocupado por algo?
-6Estâs
No pasa nada.
-No.
dos cafés por favor-le dijo al camarero.
-Manolo,
tal te va en Baires?
-iQué
voy a quedarme cuatro meses y después vuelvo a
-Bien,
México, a seguir trabajando.
que tenias idea de quedarte.
-Pensaba
hermano, este pais ya no es paramî.
-No
-6Porqué?
sé, no debo tener fuerzaparaerrrpezar desde cero otravez.
-No estoy viviendo con una mexicana y no le puedo ni hablar
Ademâs,
de venir a vivir aquf. Por otro lado, Federico tiene que terminar la
secundaria y estâ mâs o menos adaptado a aquello.
gustaria volver a viajar por México. La otra vez no
-Me vernos. ;No estabas en el D.F.?
pudimos
de Julia, no quiso compartirte con nadie. Pero de
-Cosas
verdad es una maravilla, sobre todo el interior, en el D.F. cada dîa
es mâs dificil sobrevivir. El aire se corta con cuchillo.
El camarero dejô los cafés sobre lamesa.
parece que nos quedemos aqui, o prefer(s que vayamos a
mi-Te
casa parahablarmâs tranquilos, estâ ados cuadras.
c,o)142 c,or)
entonces empiezo con mis preguntas, son dos o tres
-Bueno
temas qus me faltaredondear, no es mucho
dejas que te pregunte primero por qué decidiste hacer
-ôMe
una pelicula sobre Julia?
es una pelicula sobre Julia. Es una manera de pensarrne a
mi-No
mismo, si fueralacaniano te diriaque estoy ubicando el cuerpo
de mis fantasmas. Julia es una excusa para eso.
OU)143 C,Or)
me habl6 mucho de vos, te querfa de verdad, como si
-Ellaun cable a tierra, a la tierra del origen, decia. Tucumân y
fueras
Miguel estaban siempre ahi, cadadia, en cada conversaciôn.
es cierto, !o me quedé atado y mâs que atado. Estaba
-Sî,polvo.
hecho
has salido adelante, por lo que veo.
-Pero
después de muchos aflos he vuelto a hacer teatro y un poco
de-Si,
cine, cuando logro reunir un poco de dinero.
se fue a Bolivia pensando que en algrin momento iba a
-Julia
poder entrar en Tucumân. Estaba muy mal de lacabeza.
creés que se fue por eso?
-iVos
no sé si lo eligid conscientemente. Cuando supo que
-Bueno,
estaba embarazada, decidid separarse. No pude hacer nada. No
entendî lo que le estaba pasando, no supe verlo.
qué te contestô?
-iY
si, que volverîa en unos meses, antes del parto.
-Que
fue a Bolivia con el chileno, ôno es cierto?
-Se
C,A)1,44 (Cr)
Pedro era muy amigo nuestro, un antiguo sacerdote que
-Si.clases en la UNAM, un especialista en historia de las
daba
religiones. Un tipo fantâstico. Yo supe enseguida que Julia se
habîa enamorado de é1. Vos sabes que a ella esas cosas se le
notaban inmediatamente. Las mostraba.
qué hiciste?
-6Y
Vivimos en una especie de triângulo con algrin que
-Nada.
otro problema, hasta que Julia empez1 a alejarse mâs y mâs de mi.
Pedro se iba a Bolivia para hacer una investigaci6n sobre
religiones andinas, un trabajo de campo. Querian trabajat juntos y
se fueron.
sea que Julia estaba en otra historia, yo pensé que habia
-O
baj ado por razones politicas.
C,U)t4s OCr)
tr6pico no es fâcilparaunportefro.
-El
verdad, mi asma empeord con la humedad y el calor, y mis
-Es naufragaron râpidamente en medio de la aceleracidn
proyectos
general que sevivfa.
C,O)147 C,Cr)
mi me hace bien, me permite seguir adelante con un poco
-A
mâs de control sobre mi propia vida. 1,Vos no te has analizado?
-6Porqué?
que primero tenfa que saber quién era. Estaba muy
-Pensé
mal, desde que salimos de la c6+rcel empecé a dudar y a no
encontrar respuestas.
la relacidn con Julia?
-6Y
Julia y yo fuimos felices antes de estar presos. Cuando
-Mirâ,después de no habernos visto durante tres aflos, cada
salimos,
quien habîa crecido como habia podido, y ya no éramos los
mismos. Nuestra relaciôn se habîa resquebrajado
definitivamente.
siguieron juntos.
-Pero
c,u) 148 oCr)
Teniamos a Federico y no fuimos capaces de separarnos,
se-Si.
transformd en una relacidn necesaria, de proteccidn. La
situacidn era tan dura que no tuvimos tiempo de pensar en los
problemas de pareja. Recién en Bolivia, después de salir, nos
dimos cuenta de que no hablâbamos el mismo idioma.
fue a causa de Pedro?
-ôNo
Estâbamos prâcticamente separados antes de que se
-No. Sobre todo ella. A mi me costô mucho mâs aceptarlo.
enamorara.
Me puse muy pesado y hoy de verdad 1o lamento.
qué pesado, 6cdmo es eso?
-Por
no quise dejar que se fuera a vivir sola con Federico,
-Si,en salvar la pareja, esas cosas. Me resultaba imposible
insisti
aceptar una s ep a r aci6n.
-6Amigos?
principio si. Después, las cosas se fueron pudriendo. No
-Alsuperar los celos y empecé a intervenir en su vida. Pensaba
pude
que con veinticuatro aflos que tenîa entonces no sabia nada y quise
ser definitivamente su padre. Un fracaso.
c0)1s0 (d7)
vos,ôseguis trabajando en lo de antes?
-Y
pero yo estoy desinflado. Sigo en la universidad como
-Si,
forma de supervivencia, ] rrle repito todos los aflos; he perdido el
interés, he ido abandonando la investigaciôn y estoy esperando a
que se me pase, a ver qué hago.
C,U)$I C,Cr)
c,o)1s2 c,cr)
xrv
Y aqui estoy, dentro cle este cielo negro, con un cuchillo entre
las orejas y recién llegado.
ct)ts4 cnr)
nuca con un elâstico. Los amigos de Julia van entrando
tranquilamente al cuadro. Me abraza cariflosamente y me da un
beso, mientras saluda a dos que estân por ahi. Tiene un cue{po
delgado y huesudo, pero muy câlido.
qué tal, ipudiste ver el cuadro?
-Y
Si, claro, he ido directo de tu casa al Prado y me he quedado
allf toda la maflana. Es una joya. Hace muchos afros que soflaba
con ver algrin diaeloriginal.
talvezesa sea toda una clave. Ya te irâs dando cuenta, es fâcil. Mis
amigos no son muy diferentes de los de allâ, y yo también sigo
siendo la misma.
es probable.
-Si,
vos, ;cômo la pasaste, cômo pudiste aguantar esos aflos?
-Y
supongo que fue parecido. Nos perdimos los unos a
los-Bueno,
otros en un montdn de gente atenoizada, de sâlvese quien
pueda.
sabes que Julia y yo nos hicimos muy amigas en el penal
de-Vos
Rawson. Ella me hablaba de vos, de su amigo de la infancia, su
compaflero de la escuela de teatro, el destinatario de sus cartas
desde lacârceL
-Gracias.
una broma, no queria molestarte.
-Era
me molesta, al contrario. Vos y Julia estaban en dos
-No
organizaciones distintas, ôno es cierto?
con tu documental a cuestas y no das tregua. Sf, yo
-seguis
estaba en los Montos, pero éramos muy amigas. Nunca, ni ella ni
yo pudimos aceptar ese espiritu tan militarista que se fue colando;
veiamos que era como si la cata, los métodos del enemigo
hubieran impregnado nuestras formas de actuar. Ella hablaba de
burocracia, yo cle verticalismo. En los Montos sobre todo fue
impresionante, fierreros aultranza, como el pafs mismo, enfermo
de autoritarismo y odio soterrado. Por eso no me extrafla que la
dictadurahaya conseguido transformar a la gente en ganado, no
hubo tiempo de crear nada que nos permitiera romper con esas
formas y ser solidarios de verdad.
C,O)1s7 OCr)
no se puede achacar a Ia misma causa. Estâs
-Todo
exagerando.
voy a exagerar. Si me revuelve el alma pensar en los
-Cômorepugnantes
discursos de Firmenich, en su <<contraofensivo> para
mandar a todo el mundo al matadero, para terminar entregândose
en Brasil y negociar el punto final con los militares.
C,A)ÉB C,Cr)
me digas, y ademâs sf que es guapetôn. Tri si que tienes
-Nohija, siempre con visitas majas. A ver si un dia con tiempo
suerte,
tomamos un café enlaplaza.
Dolores, 1o haremos antes de que se vaya, se estâ
-Sf, en mi casa.
quedando
ver si me saca amitambién en la televisidn, yo sé cantar o
si -A
no, también puedo hablar de muchas cosas. Fui el aflo pasado a
un concurso, de priblico, y me pagaron mil duros.
Cg)rse eCr)
crueldad particular la de esta forma de vida, la gente estâ muy
sola, y cuando ya no haces falta paratrabqar, dejas de caber y te
archivan.
allî es igual. Con Ia diferencia de que se mueren
-Eso de hambre.
literalmente
Aqui el progreso ha llegado a todo vapor, 1o
Es probable.
-Sî.
que llaman la reconversidn, que es inevitable, tiene a todo el
mundo contra las cuerdas, aterrorizados de quedarse en la calle.
Es a mordiscos, salvaje.
aguantas vivir tan sola?
-6Cdmo
algunos amigos, conocidos, como casi todo el mundo.
-Tengo
Por el momento, la rinica cuestidn importante para mî es terminar
mi carrera mientras trabajo, y que me dejen circular y expresarme.
no podrîa vivir en Europa, no soporto el sentimiento de
-Yo
que todo estâ hecho, acabado.
parte es asi, pero tampoco aguanto la Argentina. Es un
-En de fantasmas y lleno de fachas. Seguramente cuando
pasillo
termine me vaya a vivir al sur, me gusta Granada.
conmigo maf,ana a ver a Natalia?
-iVendrâs
claro, seguro que se alegra de vernos. Nos hemos hecho
-Sf, soy una referencia importante
amigas, para ella, una de las pocas
amigas vivas de su madre. Cuando llegd hace dos aflos, le costaba
hablar, estaba muy bloqueada. El riltimo aflo, cuando empezaron
los juicios a los militares y ya se sabia adonde podfa estar, los
cretinos la cambiaban de lugar todos los dfas. La metian en el
coche, al estilo de siempre, cubierta con mantas y escondida. Ella
se dio cuenta, vio la foto de su madre cuando las abuelas las
mostraban en la Plazade Mayo y se reconocid. Es impresionante.
cdmo es, cômo estâ ahora?
-6Y
una claridad increible, no cesa de preguntarme todo 1o
-Tiene
que sé sobre su madre. Yo le cuento, cômo caminaba, cdmo se
C,U)r69 C,O)
reîa,lo que pensaba, y siempre le digo que ella es idéntica a Julia,
se le parece hasta en los gestos. Es muy dulce y estâ bien, estudia,
aprende râpidamente, se adapta
-6Quién?
a Espafia hA venido mucho ganado, mucha mano de
-Mirâ,
obra desocupada de los servicios argentinos. Algunos trabajan de
guardaespaldas de gente importante. La embajada tiene a todo el
mundo controlado. Mano de obra fina, especializada, no como
nosotros.
(0)162 OCr)
XY
C,O)164 C,Cr)
saben bien, puede ser un principio de Parkinson o algo
-No
asi, me estân estudiando. sin cesar la punta del mantel
-Tocaba
de plâstico, 1o enrollaba y 1o desenrollaba una y otravez, como si
pudiera colgarse de él paradetener el temblor que sobrevenîacada
tanto en sus manos.
Rosita volvid con el mate y se sentô con nosotros, risuefla,
siempre pendiente de las palabras de su marido.
no hacen mâs que darle remedios, pero é1 sigue
-Si -drjo-,
temblando y hay dias que ni come ni duerme, yo no creo que le
vengan bien esos tratamientos, pero qué le vamos a hacer. Dicen
que son buenos médicos, espero que 1o curen.
ct)76s Ocr)
nosotros mismos es distinto, no nos van a perdonar. Vos sabés
bien que todos ellos siguen en los puestos de mando y hasta los
van a ascender dentro de poco tiempo. Pero, y nosotros, ilos que
fuimos usados y ahora no tenemos nada que ver con el ejército?
que cuando fuimos al consulado por nuestros
-Imaginense
papeles, la cédula y esas cosas, nos atendiô el cônsul militar y nos
dijo que nuestros papeles iban atardar segrin ôrdenes de Buenos
Aires; nos sac6 una carpeta grande y sabfa que José era un
colaborador arrepentido. Nos mird como si fuéramos marcianos,
y no nos trat6 nada bien, te acordâs, ôno es cierto José?
c,u)r66 ocr)
mujer, puedes estar tranquila, mucha gente ha
-No
testimoniado y no salen sus nombres. No te preocupes.
C,O)I6T eCr)
rabia y asco, todo mezclado, por momentos hubiera querido
pegarle y al mismo tiempo me daba lâstima.
c,u)170 ocr)
eso saltd en los juicios, no voy a negarlo. El ejército sabia
-Si,
que yo y otro mâs de Tucumân conociamos a los que estaban en
Bolivia. Nos tuvieron dos semanas en la frontera, reconociendo
gente. A finales del 76, nos dejaban de custodia en los puestos
fronterizos, con el equipo de gendarmerîa y los oficiales mâs
especializados. Teniamos la colaboraci6n del ejército boliviano.
a ellos no los detuvieron en la frontera.
-Pero
fue mâs adelante. Cuando empezaron a llevarnos a La
-No,
Paz, en operativos de caza. Y cazaron a muchos, usândonos a
nosotros y a <<los dedos>> que seflalâbamos a la gente. Allf los
subfan al aviôn y los llevaban encadenados y amontonados como
ganado hasta los centros de detenci6n, en Argentina. En
Tucumân ,habiamâs de siete, por toda la provincia
Volvid a temblar de tal forma que las manos parecieron resortes
sobre sus piernas.
que pas6?
-iY
cuando se acercd a saludarme, cuatro oficiales se
-Bueno, y antes de que pudiera darse cuenta tenîauna pistola
adelantaron
en la espalda. Ernpez1 a gritar, <<ime estân secuestrando, es la
policîa argentina!>>. Pero quién iba a escucharla, iquién se iba a
meter a enfrentar a un comando organizado? La gente que habîa
en el aeropuerto puso râpidamente distancia. La metieron a golpes
en el avi6n y la llevaron directo a Tucumân.
después?
-ôY,
Julia le perdonaron la vida hasta que naci6 la pibita, o sea
-Adebe haber sobrevivido unos cinco meses mâs, que es cuando
que
la conociô Rosita. No puedo hablar mâs, no puedo volver a
contarlo, me enfeflno, no duermo.
José, estamos hablando del pasado con
-Vamos
esfuerzo. -dije
lo rinico que sé es que ella llegd medio viva hasta el dîa
-Mirâ,
del parto; supe después que a la nifia se la habia quedado el
comandante del operativo, Giuglini. Poco tiempo antes del parto
la trasladaron, talvel a Buenos Aires, eso no lo supe con certeza.
Ya sabes que ahora la familia la ha recuperado, es 1o poco que yo
pude hacer por Julia. Avisar que la niffa estaba viva. Mandé una
cartaandnima. Estaba vigilado.
Su cara se habîa ido poniendo mâs hueca, como si se le cayera a
pedazos después de cada temblor.
Pensé que era una lâstima que estuviera vivo, para ciertos
hombres la muerte debe de ser una liberaci6n.
ella la deben haber dejado, como a las otras, sin atenci6n y
se-A
habrâ muerto; eso con suerte, si no la usaron paru 1o que ellos
C,O)IT2 (,C/)
llamaban <<experimentos>>. Yo sdlo la vi los primeros tiempos, no
puedo asegurarlo, pero supe por otros que la nena habia nacido
bien y la habîan entregado al comandante. A Giuglini, el mismo
que comandô el operativo en el que la secuestraron. El y su mujer
lacriaron.
Nos quedamos los cuatro en silencio, solos, buceando en una
oscuridad tremenda. No supe cdmo seguir preguntando, Rosita se
acerc1 a Cristina, le puso elbrazo alrededor de los hombros y le
alcanzôun mate.
que sobreponernos, Cristina, a todos nos ha tocado
-Tenemos
aguantar mucha basura. Yo, por ejemplo, he quedado para
siempre con la rilcera y la columna desviada de los palos que me
dieron al comienzo. Qué le vamos a hacer, mirâ cômo estâ el
pobre José; y solos, los argentinos del barrio ni nos saludan, es
como si tuviéramos la peste. No se dan cuenta de que José se ha
arrepentido, me ha salvado a mi.
porfavor.
-BastaRosa,
José, si es verdad, iaquién no le ha tocado?
-Pero
que con este material podrâs escribir algo dijo
-Creo podriamos irnos y si
Cristina-, -me
necesitas mâs informaciôn
volvemos otro dia o les llamas por teléfono.
yo creo que estâtodo, cualquier cosa,les llamo.
-Si,
Empecé a hacer el chequ eparadejârselo.
cobrarlo maflana mismo, 1o he hecho al portador, esta
-Pueden
bien asi,6no es cierto?
claro Rosita alegrândose.
-Si, -dijo
y espero que consiga curarse dije mientras le
daba la mano. La tenîa hrimeda y blanda.-le
-Adi6s, Le di un beso en la
mejilla a Rosita y salimos.
Bajamos callados, afuera haciamucho frio. Cruzamos la calle y
(D)173 oor)
Cristina se metiô detrâs de unos setos a hacer pis, y probablemente
a vomitar. Cuando terminô, Ia abracé y pensé que era una suerte
poder estar con ella, yo no sabia ni podia derramar una lâgrima.
Aflos de sequfa.
Volvimos casi sin hablar a Madrid, mientras caia la tarde. Nos
metimos en la
bodega, ya en Lavapiés, dispuestos a
emborracharnos, a limpiarnos por dentro, como dos animales
buscando plantas fermentadas para purgarse.
A mf me harîan falta tres r(os de alcohol. Mâs que tu,muerte
golpea en mi memoria tu cara al mirar y reconocer a José. Esa es la
imagen central de este cuadro, tu protector y tu cazador, ahi
sentado en su casa, viviendo paranada.
c,o)174 cnr)
xvr
Cinta N.o 7
(Grabada en la cor-nparecencia de Natalia a la Comisiôn de
Derechos Humanos. Buenos Aires, abril de 1 9SB)
veces me hago un 1(o. Trato de recordar lo mâs que
puedo, voy aftâs, atrâs y mi primer recuerdo es mi perro,
se llamaba Puco y tenia el pelo muy negro con las orejas
grandes. Yo estaba en un jardfn, ffie caîa,lloraba pero no habfa
nadie. Después estâ la casa, en San Isidro, el rio, mi madre, la que
decia que era mi madre, que siempre estaba tomando pastillas y
preocupada por mi, no me dejaba casi nunca salir a la calle.
c,u)17s ccr)
de monjas. Nos hacîanrezat, amî siempre me daban un poco de
miedo esos trajes oscuros. Ellos decîan que era un colegio caro,
que alli s61o iba gente como <<nosotros>>.
c,o)176 c,cr)
Desde esa casa en Palermo empezaron a llevarme en coche todos
los dfas, tapada con una manta en el asiento de atrâs. Yo sabfa que
algo estaba pasando. No me dejaron ver mâs la televisidn, pero yo
consegui hacerme amiga de una vecina y ella me dejaba verla,
cuando podïa escaparme de la casa a jugar un rato. Fue un aflo de
constantes mudanzas.Y gritaban mâs que nunca.
Sabia que estaban por ju zgara los militares, por la televisidn la
gente hablaba de los muertos, alcancé a ver un programa donde
unas mujeres con pafruelo hablaban de sus hijos desaparecidos.
Yo entonces ya habia cumplido once aflos. No podfa decir nada,
una vez pregunté sobre los militares y él empezd a decirme que
iban a tener que defenderse, que habia gente que los atacùa.
Siempre tuvo los ojos saltones, por eso, a veces, parecia como si
fueran a salir de su cara. Me asustaba mucho.
Por suerte, en Palermo, aunque no me dejaban salir a la calle, no
podian impedir que fuera al departamento de al lado. Jugaba por la
tarde con Silvia, su madre se pasabaeldîaviendo la televisidn, y
yo no sabia bien por qué tenia mucha necesidad de saber lo que
estabapasando.
Pero volvieron a llevarme tapada a otra casa, y à otra, y hasta
casi un mes después no volvimos a la casa de Palermo. Cuando
volvimos, yâ sabia que me estaban ocultando de algo, que yo era
un problema, les habia escuchado hablar de un médico y de
historias de papeles, de los juicios, y a cada rato sonaba mi
nombre, que si Natalia esto o si aquello. Ella siempre terminaba
llorando y él gritando mâs fuerte.
Hasta que por fin escuché claramente cuando le dijo: <Ni asi te
has conformado, te traje a la chica paraque te sientas mejor, pero
ni eso te ha servido, no has dejado de drogarte, no sabes educarla,
ni organi zar lacasa, sos una basura. >>
La chica era yo, y entonces empecé a pensar de dônde me podia
haber traido si é1 era militar. Fue como un golpe en mi cabeza, ya
habîa escuchado los informativos cuando me escapaba a la casa
C,O)ITT eCr)
de al lado. Ella me daba lâstima, pero tenîaque saber lo que estaba
pasando. Cuando a las dos semanas conseguî leer en el diario las
denuncias de las madres y las abuelas, sentf que me desmoronaba.
Tenfa que hablar con alguien, pero la vecina no era de confianza.
Les hubiera contado mis secretos.
Volv( a la casa de al lado, y en los informativos pasaban las
fotos de las denuncias por los desaparecidos. Fue entonces
cuando vi a mi abuela con la foto de mi madre. La foto salia muy
cIara, y yo supe que era muy parecida a mi cara. Decidi llamar al
teléfono que dab an y me escapé de la casa. Sabia que si me
pillaban é1 me ibaadar una paliza.
Pero me fui al teléfono priblico de la vuelta y llamé, y
me
atendieron, y me dijo una sef,ora que no me moviera de allf, que si
habia algrin café cerca, yo le dije que no, s6lo una panaderia. Me
dijo que fuera alapanaderîa, comprara un pastel, que si no tenîa
parapagff que dijera que en diez minutos llegaban a buscarme y
esperara. Tuve mucho miedo, pero tenîaque irme de esa casa. No
podfa aguantar mâs.
Eso hice, pero no pedî ningrin pastel; me daba vergiienza, yo
estaba muy poco acostumbrada a moverme en la calle. Habia
vivido el riltimo tiempo siempre encerrada. Por eso hacia un aflo
que habfa empezado a sospechar de ellos, y al escuchar sus
conversaciones, cada vez mâs violentas, comprendi que peleaban
pormf.
A los diez o quince minutos llegaron en un coche dos sefloras,
otra mâs joven y un seflor que era abogado. Yo estaba temblando,
y cuando los vi empecé a llorar sin querer. Tenia mucho miedo. Lo
rinico que sentîa era que la mujer joven de la foto y yo éramos
iclénticas, y que debfa pedir ayuda antes de que volvieran a
trasladarme de casa.
Subimos al coche y les conté 1o que me pasaba. Me llevaron
directamente a una casa y a los pocos minutos llegd mi abuela.
Cuando me vio corrid a abrazarrne, como si me conociera desde
CôL7B eCr)
siempre. Fue la primera vez que alguien me abrazaba asi. Eso si lo
recuerdo mucho. Después, todo es confuso, se que llorâbamos y
llorâbamos.
Tuvimos el juicio, fue muy duro encontrarme con ellos otravez.
Ella me pedia que dijera que era su hija y amîme daba un miedo
terrible. Creo que nunca temblé tanto como en esos dfas. Menos
mal que mi abuela siempre estuvo a mi lado. Alli me enteré de
todos los casos como el mfo. Me explicaron 1o que estaba
pasando, y empec é air a una psicdloga que me ayudd bastante.
(Q)tze (Cr)
El ojo no estâ entero, voy de la ceja a la pupila, y cuando me ves,
te vas. Desapareces.
c,u)180 ocr)
vagando en una gota oscura, entre los mârgenes que la selva
carcome. No es tiempo de lluvias.
Por qué yo. Por qué, Juliushka, mi avi6n no saliô a tiempo y
después hizo esa escala que nos separô, dejando el abtazo
suspenso para siempre en el aire seco de la Puna. Es probable que
nos cruzâramos a esa misma hora en el viento, sobre Ia cabeza de
algûn diablo de Oruro. No deberias haber ido a esperarme, no
tendrias que haberte acercado al aeropuerto de LaPaz. Maldigo
ese viento capaz de levantar piedras, maldigo ese cielo y me
maldigo justo cuando mi vicuflahabiaroto el hilo rojo y corrîa a
buscarte ottavez.
Rio sucio ,pozo de silencio, oscuro territorio de lanada.
Éramos tan hermosos y potentes, piensa el narcisista, y tan
sabios y claros, dice el mistico, y tan nuevos y arriesgados,
responde el aventurero, y tan necesarios como posibles, afirma eI
militante, y tan amorosos y amantes, susurra el apasionado, y tan
ingenuos como inocentes, responde el experimentado. Ahora que
he aprendido a saber rnuy pocas cosas, vos estâs en ese lugar que
hace de imân y no deja que me muera por un paro de tristeza en
cualquier esquina. Vuelvo a ernpezar.
<Es simple y cercano, es el reino de la libertad y no el de la
necesidad>>, decias mientras pedaleabas a mi lado cruzando el
parque florecido de lapachos violetas y acotabas, seria: <<pero
cuidado con los que quieren ser jefes y burdcratas, ellos traicionan
siempre>>. Olias a animal de axilas encantadas.
C,O)IBI C,Cr)
de bordado superpuesto como un circulo que no se ha cerrado ni se
cenarânunca.
Acaso la experiencia nos sirve para volvernos mâs cretinos,
mâs astutos, mâs capaces de sobrevivir sin cambiar nada. O de
verdad serâ posible algunavez integrar con mayor riqueza cada
uno de los acontecimientos de nuestra vida a una accidn mâs clara
y colectiva.
c{nffi2 eor)
Sin embargo, quisiera ser feliz, algrin dia, por eso el olvido no
me cabe, es curioso constatar que yo tampoco quepo en este
reflujo viscoso, y no sé siquiera ctântos aflos mâs deban pasar
antes de que la ola rompa.
2,9.76
AHORA
Cinco fuegos apunto de apagarse.
Ymâs abajo, en el inmenso tronco del jacarandâ florecido:
MEMORIA - MEMORfA.
C,U)t$ eQr)
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Tucumâh -Argentina - 2012
c,o)r84 e,cr)
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