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XI

es un lugar curioso. Depende de quién seas y


T Jurlinghampronuncies
f-l cdmo lo suena como jarlingam o urlinga, y
.l- Iesa diferenciamarcagran parte de su vida. Allî los peffos
se llaman Jimmy, Tobi o Daisy y algunos niflos también. Pero el
perro de Maggi se llama Tiberio y es un chihuahua que mide 20
por 30 cm.
La casa, como todas las que se construyeron en la época de
Perdn en esa zona,copia a laperfeccidn los chalets de las peliculas
inglesas. El porche, el jardin adelante, los techos a dos aguas, las
dos pequefras plantas bien distribuidas, y el césped, sobre todo el
césped y los setos siempre bien cortados. Da la impresidn de que
en esas casas todos son felices, sonrfen a la hora del desayuno, no
se aburren, se quieren mucho, toman mermeladas y pasteles y se
1o pasan encantados, sin levantar nunca Ia voz. Pero la casa de
Maggi y Roberto era especial, mâs allâ del aspecto general de la
fachada, se comunicaba atrâs con un huerto .ômputiido por toda
la familia lleno de ârboles de ciruelos, duraznos y manzanas,
ademâs de los surcos con verduras y hierbas medicinales. Era el
territorio italiano y dabaal fondo de la casa de los otros hermanos
de Roberto, que 1o cultivaban. La familia Muratore estaba
orgullosa de sus plantas.
Los habia conocido en la boda de Julia y desde entonces no
habîa vuelto a verlos. Sabia sin embargo que nada que viniera de
Julia podia gustarles, para ellos su hijo Javier era un verdadero
mârtir que se habîasalvado de las gaffas de la bruja malvada.

c,o)ns crcr)
Cuando abr( el porche para entrar el pequefro e insoportable
Tiberio empez1 aladrar para atemorizarrne, con tal furia que casi
1o consigue.

Tiberio, ven precioso, venga con mamâ.


-Tibi,
Maggi se adelantô caminando paraagarrarlo y calmar a la fiera.
tenga miedo, no le va a hacer nada, es que no 1o conoce y
es-No
muy sensible intentando una sonrisa. Ni asf conseguia
-dijo,
perder la rigidez de su cara, soportada por casi 1 ,75 de altura
angulosamente trazados, toda una mujer elegante, impecable.
Sostuvo por fin a la bestia y se la apoyô cariflosamente sobre sus
dos enormes tetas.

dîas, parece que no le caigo muy bien.


-Buenos
Le di la mano con cierto temor a pincharme y me presenté.
Tenîa todo lo que en una mujer me produce un inmediato temor y
rechazo. La dweza de su mentdn apenas cedia abriéndose en
labios finîsimos, una boca que claramente decîa lo poco o nada
que habia besado.

no es eso, ya verâ cuando 1o conozca un poquito lo rico


-No,
que es, ôno es as(Tibi?

Me sorprendid ver que a pesar de 1o que estaba suponiendo besd


al pequefro monstruo en el hocico. Atravesamos el jardin y me
sefralô la entrada de la casa. Una puerta impoluta y blanca.

llegarâ en unos momentos, ha ido hasta el mecânico,


-Roberto arrnary
aélleencanta desarmar su coche y siempre anda atareado
en eso. Es su hobby. Pero gracias a que es tan habilidoso tenemos
el coche a punto a pesar de los aflos que tiene.

Dejô a Tiberio en el suelo, que ofta vez empez1 a ladrar


frenéticamente, pero hice como si no lo escuchara; me mostraba
y
los colmillos diminutos levantando el belfo avanzando y
retrocediendo sobre sus escuâlidas patas.

c,a)ne eu)
chiquitito, venga con mamâ. No se preocupe, es un
-Venga,
poquito celoso, ya se calmarâ. Ahora mismo preparo un té, o no sé
siustedprefiere café.
té estâmuy bien, gracias.
-No,
Me senté en uno de los dos sillones individuales que
completaban el tradicional juego de tres. No habia ni
lujo ni nada fuera de lugar. Los sillones, la mesita, la chimenea,
los cuadros claros, Ia televisiôn, y mâs alIâ el
comedor.
El perro se habia calmado un poco y venia delante de ella que
sostenfa una bandeja en las manos.

Linda casa, se nota que estâ hecha con cariflo.


-
son muchos afios y mucha dedicacidn, desde que nos
-Y,
casamos vivimos aqui,o sea que saque cuentas.

poder venir la semana pasada, cuando les llamé,


-Pensaba
pero he tenido mucho trabajo en Buenos Aires. Por eso he
preferido aprovechar el domingo.
ha hecho bien, es mâs relajado. De todas maneras no es
-Si, lo que yo puedo decir de Julia, nunca hemos tenido una
mucho
buena relaciôn, ni antes ni ahora me siento para nada culpable de
decirlo, amime resultd siempre bastante insoportable.
no pretendo que me cuente nada que usted no quiera, no
-Yogente que me hable maravillas, simplemente gente que la
busco
conocid por algunarazôny me pueda ayudar con el argumento de
mi pelicula
Se habia sentado en el si116n doble al frente y servia el té con
cuidado. Cerca de sus piernas, Tiberio me miraba desafîante.
sabe que yo no estuve nunca de acuerdo con esa boda, 1o
-Dios
acepté porque fue la decisidn de mi hijo, pero ella era una criatura
todavia y llena de malos hâbitos de crianza, claro. Hacia siempre
su voluntad, sin pensar en nadie.

C,O)II7 eCr)
Se abri6 la puerta y apareciô Roberto, con su mameluco de
mecânico y el gesto manso de hombre que no ha crecido,
sonriente , agradable. También era muy alto, pero blando, debîa de
ser una buena persona, de esos tipos honestos a los que todo el
mundo les pide favores y é1 los hace. Me dio la mano, blanda
también, como de goma.
se preocupo, me las he lavado, ahora mismo me quito el
-No
traje y estoy como recién salido de la tintoreria dijo y
empezl a bajarse el cierre alli mismo. Ella se levantd -me
de un salto.

querido, a ver, a ver, dame eso, que lo meto


-Pero
inmediatamente en la lavadora, iqué asco !

Agarrd el mameluco y saliô hacia la cocina, él se sentd


tranquilamente en el sillôn y empezd a servirse un té.
acuerdo ahora de tu cara, yo jamâs me olvido de alguien
-Me
que he visto, aunque pasen los aflos. Tengo una memoria
fotogrâfica.
Nos presentaron en la boda de Julia y Javier.
-Sf.
sf que has cambiado, claro, son casi 15 aflos. Nosotros,
-Vos
los viejos, cambiamos menos, por eso es mâs fâcilreconocernos.
Asi que estâs haciendo una pelicula mientras soplab a el té
y bebfa un trago. -dijo
somos varios, yo me ocupo de escribir el guiôn, por
-Bueno,
eso necesito algunos datos que me faltan.
digo, para qué hacen siempre pelfculas de cosas que hay
-Yo
que olvidar,hay que hablar de nuevos temas, cosas frescas, sanas.
se ha tratado un tema asi y pretendemos, ojalâ
-Nuncahacerlo fresco, aunque es evidente que la historia
podamos,
transcurre en tiempos un poco diffciles. No va a ser un
documental, hay personajes, mâs bien historias que siguen siendo
interesantes.
me vas a decir que la historia de Julia es interesante, no es
-No
propiamente Juana de Arco, perdôname.

Cg)rrl eCr)
Maggi volvid de la cocina y se sent6 otravez en el mismo lugar.
Tiberio se acomodd en su falda, se acurru cô aIlîhasta dormirse.
pero amîme gustarîa,parami trabajo, como le decfa a
su
-Si,
esposa antes, que me dieran la versi6n, la imagen que tienen
ustedes de Julia, cdmo la conocieron, qué pasd con ella desde
entonces, cosas simples. Ustedes han sido sus suegros y los que
criaron a Federico desde los ocho meses segrin tengo entendido.
es verdad, Federico estuvo viviendo con nosotros desde
-Sî,
que a ella la trasladaron al sur, después de que intentô esa locura
de fugarse Maggi-. Eran un grupo de locos y ella en
-dijo
especial. El pobre niffo pas6 ocho meses en la c6trcel, y cuando la
llevaron al sur se lo quitaron.
cambi6, el niflo pasô a ser lo principal, el sentido de
-Todo
nuestra vida, nos ayudd a superar la tristeza que teniamos desde
que ellos cayeron presos. Nos alegrô Ia existencia, eso hay que
decirlo. Roberto intentd seguir hablando: poro ella lo
intemrmpid.
Javier es nuestro ûnico hijo y Federico era
-Imaginese,
nuestro rinico nieto en ese momento Maggi, y ernpezô a
-dijo
sacar un pafluelito que tenîadoblado en la manga.

te alteres, querida, yaha pasado todo, no hay que


seguir
-No
mirando asf las cosas. Hay que ser positivos. Hemos descubierto
en las reuniones del grupo de terapia que ser positivos es la rinica
forma de salir adelante.

ôpor qué tuvieron tantos problemas para entenderse


-Pero,
conJulia?
a decir Roberto-, cuando sali6 de la c1rcel
en-Mire -empezô
el 73, deberian haberla metido directamente en el psiquiâtrico.
No estaba normal. Después de tres afios de no ver a su hijo, vino a
casa y el primer dîanos dijo que preparâramos su bolsa, que se lo
llevaba. Le explicamos que el niflo iba a sufrir mucho, que tenian
que venir a vivir con nosotros un tiempo, al menos un aflo para que
el pobre Federico se adaptaraalcambio.

C,O)IIe gCr)
Nos amenazô sin ninguna vergiienza y nos dijo que ni lo
-Si.
sofiâramos, que con nosotros no pensaba vivir ni un dîa, ite
acuerdas qué espanto, querido?

verdad, apareciô aldiasiguiente hecha una furia, y cuando


-Es
intentamos detenerla para que entrara en razones, me dio una
patada en los testîculos que todavia se me inflaman de vez en
cuando. Eso no se puede hacer. Por eso digo que estaba para
internarla.
todo teniendo en cuenta que Federico ni la reconocfa,
la -Sobre
pobre criatura nos adorùa, éramos sus padres, 1o habiamos
criado. Qué podîa saber ella sobre el ângel; la primeravez que la
vio empe zô allorar. Recuerdo que ella le decia,como si la criatura
pudiera entenderla: <Federico, no llores, acuérdate, soy mamâ,
mirame, recuerda>>, insisti a. Locacomo una cabra.
su hijo, Javier, ôqué decîade todo esto?
-Y
de é1, estaba todo eldiabuscando trabajo y aceptaba las
-Pobre
manias de Julia como si fueran sagradas.

Tampoco sali6 muy equilibrado que digamos, nos pidiô que la


comprendiéramos, que necesitaba tiempo para recuperar a
Federico. En ese momento también nos ofendimos con é1, aunque
después, como es l6gico, lo perdonamos. Es nuestro rinico hijo
Roberto, agitando sus dos papadas.
-dijo
desarmd esta familia, ella fue la que influyd en Javier,
-811a
que era un buen hijo. Imaginese, un chico formado en la
Universidad catôlica, con un doctorado en Harvard, caer en
manos de una mocosa arbitraria y tan loca, tan malvada. Para ella
no existfa la familia, ni el respeto por los mayores, era un desastre.
sacd definitivamente el paf,uelo y empezô a sollozar-.
-Maggi
Era un sol nuestro hijo, pero se dej6 arrastrar, qué le vamos a
hacer.
familia, que para eso estâ, intentd ayudarlos y les
-La una casa en las afueras de Hurlingham, que habfa sido
prestamos

C,O)120 OCr)
del padre de Maggi, cuando criaba caballos. Bueno, estaba tan
mal de Lacabezaque nos prohibi6 acercarnos para ver a Federico y
exigid que pasaran dos meses antes de invitarnos por primeravez.
No estaba en $us cabales. Decfa que el niflo estaba muy mal
criado, que debia reconocerla primero y después volver a vernos,
una vez que tuviera los papeles familiares mâs claros. Era una
déspota.
te acuerdas, querido, la tarde que por primera vez fuimos
de-iY
visita a la casa? Fue espantoso, habîa como treinta personas en
una reunidn de gente muy tara. Casi todos jdvenes como ellos y
estaban sentados en el sal6n sin luz, como fantasmas.

no exageres, no tenianluz porque erala época del


-Maggi,
boicot a Perôn, creo, y se cortab alaluz a cadarato.

pero no tenian ni una lâmparade gas, todos con velas y los


-Si,porque habîamuchos niflos, corriendo por la casa, llenos de
hijos,
mugre y despeinados. Daban asco.
entonces, después de esos meses empezaron a
-Pero
normalizarselas relaciones. iNo es cierto?

te creas, con ella hab(a que pedir cita, no podfamos ir


-No
normalmente a verla en cualquier momento, siempre estaba
ocupada. Se montd un taller de pintura en la casa, y cada vez que
llamâbamos decia que estaba dando clase. No queria vernos.
acordâs, querido, el dfa que no quiso abrirnos la puerta?
-ôTe
Después nos enteramos por comentarios del barrio de que estaba
metida en historias de la villa de emergencia de al lado. Javier se
iba a trabalar y ella se dedicaba a sus reuniones con todos esos
negros borrachos. Una vergûenza.Yo no sabia qué decirles a mis
amigas de toda la vida, todas contentas, paseando con sus nietos y
yo bregando con esta marciana.

me acuerdo de todo. Al poco tiempo empez1 a viajar cada


-Si,
vez mâs seguido a Tucum 6n, decia que a ver a su familia, que los

c,o)r2t eor)
extraflaba. No era cierto, porque una vez que ella estaba alli,
nosotros llamamos para saludar al niffo y ni siquiera su madre se
habîaenterado del viaje. Mentia con total descaro.
sf, debo decir que era una buena madre. Federico la
-Eso
reconociô después de uno o dos meses, la querîa y ella se dedicaba
bastante al niflo, dentro de lo que su cabeza le permitfa. No salia
jamâs sin é1, ni querfa dejarlo con nosotros. Creo que mientras
vivieron aquî,lo dejô s61o un domingo por la tarde y porque era el
cumpleaflos de un sobrino que vive al lado.
después que se fueron de Buenos Aires, ilos volvieron a
-Y
ver?
un viaje aCatamarca, en las vacaciones de invierno.
-Hicimos
Por suerte ella no estaba, se habiaido a Tucumân, como siempre;
estuvimos con Javier y con Federico. Cuatro o cinco dias
agradables Roberto.
-dijo
ella también la que 1o arrastrd otravez al norte, cuando
-Fue
aqui éItenîaun estupendo trabajo. Pero como le digo, mi hijo es
tan bueno y tan débil de carâcter. Es como su padre, no sabe decir
que no.

creo que estâs exagerando, ellos se querïan mucho y


el -Maggi,
trabajo de Catamarcatambién erabueno.
pero por fin en México, al final, se separaron. Ella no
-Si,quedarse con é1, fue una suerte...
quiso
digas eso, Maggi. No estâ bien hablar asi.
-No
quiero decir que fue mejor para Javier y pafa el nifro,
-Bueno,
han podido establecerse, rehacer su vida, olvidar tantaamargura.

creo que para algo nos debe servir la terapia, no se


-Maggi,
puede seguir acumulando tantos rencores y culpas, hay que ser
positivos, amplios.
verdad, pero a veces, cuando estoy sola y pienso las cosas
-Es
que han pasado, me da mucha rabia, mucha. Gente como ella ha
tenido la culpa de que esta escalada de violencia nos perjudicaraa

c0)122 c,Cr)
todos. No respetaba a nadie y era mala, de fondo, creia que ella
teniasiempre Iarazôn.
Tiberio despertd, saltd de su falda, fue hasta el fondo del sal6n y
otravezempezl a ladrar agudamente. Era insoportable.
muchos aflos nos preguntamos, como padres, en qué
-Durante
habfamos fallado, no entendiamos que nuestro hijo pudiera haber
seguido un camino tan equivocado. Maggi se culpaba de haberlo
educado mal, con demasiado sentimiento cristiano.
no supimos darle la dweza necesaria para vivir en este
-Si, Gracias a varios aflos de terapia pudimos comprenderlo y
mundo.
liberarnos de la culpa. Ahora sabemos manejar mejor nuestros
asuntos. Ven, Tibi, él si que es bueno, mi pobrecito. volvi6 a
-Lo
alzar como si fuera un espantoso bebé enano y el monstruo call6.
padre de Julia, sin embargo, no superd nunca mâs su
-El fue la madre la que tuvo que afrontar todo sola. Una
depresi6n,
mujer con carâcter. Curiosa familia esa, las mujeres son
verdaderos monumentos de energia. Los hombres siempre van un
poco atrâs. La abuela, por ejemplo, tres veces viuda y hasta su
muerte luchando por oncontrar a la nieta Roberto con gesto
comprensivo. -dijo
totalmente loca, la abuela era otro caso para
-Estaba
intemamiento. Gritando en la plazaa los noventa afros, ;a quién se
le puede ocurrir semejante idea? Maggi y volvid a besar al
peffo. -dijo
no nos hace bien hablar asf de los muertos. De una
-Maggi,
forma o de otra, es la bisabuela de tu nieto.

se parece mâs a Javier, por suerte. Pero la nif,a,


-Federico
Natalia, es la viva imagen de su madre, casi no ha venido a vernos.
561o unavez aceptd visitarnos, siempre fuimos nosotros los que
insistimos en acercarnos, antes de que se fuera a Espafla. Ése
"s
otro asunto tipico de los Berenstein, la nifla decide estar con ellos
y es la que manda, desobedeciendo a su padre, el pobre, siempre
tan bueno.

c,o)123 oor)
que es un poco tarde. Voy a ir acercândome a la
-Creohe visto que hay un tren a las ocho los domingos y no 1o
estaci6n,
quiero perder.
quieres te acompaflo y te llevo en el coche.
-Si
gracias, no hace falta, prefiero caminar y estirar las
-No,
piemas. Si llego a tener mâs preguntas los llamo, y los molesto
nuevamente.
es molestia, también escuchando se' aclaran algunas
-Nonunca estâ mal hablar
cosas, Roberto.
-dijo
Tiberio saltd y empez6 aladrar con ferocidad, los saludé y sali
1o mâs râpido posible, por esas calles arboladas donde vivîagente
tan estupenda, tan pacificay feliz.

El aire oIîaaeucaliptus y mâs allâ se veian las instalaciones del


golf club iluminadas, el césped y los setos perfectos, los coches y
la gente conversando en el bar. En las cuatro esquinas del
alambrado del campo los patrulleros iluminaban la oscuridad de
la noche.

Cuando llegué, la estacidn estaba casi desierta, sôlo dos


mendigos sentados que miraban las vîas del tren y las luces rojas
parpadeando alo lejos.

c0)124 c,Cr)
xu

T riltima vez que nos vimos supe que emp ezâbamos a jugar
a

I otra vez a las cuatro esquinas, poro con el sur imantado.


l,-lHabîas decidido volver a acercarte a la frontera, aun
sabiendo que en ese lugar el riesgo era enorïne.
México no te bastaba y huias de Javier, de tu trabajo, de
Federico, de la pintura, no eras vos misma la que hablaba, como si
otra persona se te hubiera instalado en el cuerpo y ni con seis
tequilas te abandonara. Todavia no sé por qué evitaste mi
encuentro con Javier y mantuviste mi viaje en secreto. Noté una
especial aversi6n a 1o que llamabas <<el gueto>> de los argentinos,
mientras hacias enormes esfuerzos para explicarte la forma de
vida mexicana. No te fue fâcLL.
<<Se comen las calaveras de azûcar,La muerte tiene un cuerpo
dulce y el circulo nunca se cierra>>, fue 1o primero que me dijiste
mirândome a los ojos, cuando te pregunté simplemente por tu
vida. Exagerabas, como siempre, la vida cotidiana te resultaba
insoportable.
No hubo costumbre indfgena, <<aunque no podamos hablar sdlo
de indfgenas sino de la mayorîa del campesinado>>, en la que no
hubieras metido tt nariz âvida de razones para poder seguir
inventando el prdximo proyecto.
Tanto hablar de la intemperie y vos insistiendo en buscar ddnde
anclar tedricamente cuando tendrias que haber puesto todo a
navegar, aun en medio de la tormenta, para después recién
empezar a ver la orilla. En unos meses mâs tenias pensado viajar

C,O)12s OOr)
conPedro aBolivia, pero te llevabas todas las viejas certezas. Arin
no te habîas quedado desnuda, no habias dado el salto y el viaje
eruhaciaaftâs, a un territorio que ya no existfa.
No tendrfa que haberlos dejado. No pude frenarte, no
escuchabas al idiota que hablaba, venia a verte, te pedia una
prudencia de la que eras absolutamente incapaz. Otro gran
abandono, el mâs grave. Mi rinico mes de vacaciones en dos aflos
y vos.decidida a llevarme a conocer la ciudad, sin pensar que
habîa venido solamente para estar cerca y pedirte que no te
aproximaras a Tucumân, eue no fueras a Bolivia. Estân apostados
en todas las fronteras cazando gente, te dije. Me crefste, pero la
huida era tu elemento y no podfas cambiar.
Recuerdo cuando entramos en la casa de Trotski, cuando me
mostraste sus pequeflos anteojos sobre el escritorio, su biblioteca,
el riltimo papel escrito antes de que el piolet le destrozara eI
crâneo. Era una maflana llena de sol, y le dimos de comer a los
conejos que todavîacrîasu nieto en las jaulas del patio. <Debe de
ser terrible morir en manos de los que alguna vez supusiste que
eran compafleros>>, me dijiste mientras caminâbamos rumbo a su
dormitorio. Salimos de la casa a las calles de Coyoacân y nos
fuimos al mercado.
Pasamos la tarde entre las frutas y las verduras oliendo hasta
atontarnos el cilantro, la albahaca, el me16n, el mango, volviamos
a la vida en esa selva dormida bajo las pifiatas que colgaban del
techo como planetas, y en la puerta compramos el cucurucho con
los insectos vivos para aprender a comerlos, aunque no pudimos
mâs que con unos cuantos. La vendedora zapoteca nos miraba
riendo, y varias veces intentd mostrarnos cdmo hacer pafaque no
escapen de la boca. Habia que hacer crujir râpidamente el cuerpo
entre los dientes, pero huian, como nosotros de nuestras propias
palabras.
Me siento tan inritil. Te ofrecî otravezlaespalda paraque mires
en redondo el mundo y te sostengas. No nos dio tiempo a poner
vértebras contra vértebras.

C0)126 C,Cr)
<<La muerte sin cue{po nos retrotrae a estadios que ni nosotros
mismos somos capaces de descifrar. Roto ese limite,labarbarie es
una espiral que te devora y te arrastra mâs aLIâde 1o que crefamos
humano. Reconstruirse es muy dificil, por eso digo que ésta es una
gueffa de exterminio que completa la conquista. Hace poco he
visto velar un par de zapatillas, eso era todo 1o que habiaquedado
de un hombre.> Sin darte cuenta volvias a anticiparte. Y fuimos
hasta el final, a Monte Albân, subimos los escalones de la gran
pirâmide paraver la puesta de sol tomados de las manos. Supe que
empezabas a recordarme antes de un viaje largo.

Volvi de México y cumpli uno a uno tus encargos, todos los


amates y calaveras de az(tcar han sido entregados, también las
tarjetas y las cartas. Saludé a Trinidad, besé a Isafas, llevé al teatro
a Aîda, envié el paquete a Luciano. A Catamarca no pude ir sino
mucho mâs tarde, hace poco, y todos los otros destinos los he
elegido yo mismo en tu nombre.
Tus textos estân a salvo, siguen en el libro de tapas duras que
encuadernaste, Historia natural. Vida de los animales, de las
plantas y de la tierra, ni se notan entre las pâginas llenas de
descripciones y fotografias. Nunca vi a nadie que fuera tan feliz
como vos cuando hacias este tipo de trampas, todo lo que fuera
papeles falsificados u ocultos te iluminab alacara.
Entre los invertebrados y los lemuroideos, los <<noctumos
lémures>> como les llamaba Ovidio, hay veinte pâginas entre las
que has disimulado por fragmentos estas cartas. Cada vez que
abro el libro y encuentro tus notas no sé si lo has escrito para
guardarun secreto o para que algrin dia yo 1o descubra.
Nunca he sabido quién eras de verdad detrâs de todas estas
pâginas que se abren como capas de una cebolla, y cuando
subrayas <<los lémures son animales nocturnos, que viven
generalmente en lugares selvâticos>> y después, <<en la mitologfa
de la antigua Roma los lémures eran las almas de los difuntos que
vagaban en medio de las tinieblas de la noche , y à las que era
preciso conjurar con ciertas ceremonias para tener un suefro

C,O)127 eCr)
tranquilo>>, siento que la cebolla estâ viva y que soy quien la corta
y la mastica hasta limpiarse los pulmones, hasta que los ojos se
derraman.
Es probable que habiendo perdido tanto nos dé vergûenza decir
que el mundo puede ser distinto, suena a tonteria de inmaduros
crdnicos y aunque lo siga pensando 1o escondo, renacuaja, el agua
podrida parece ser nuestro medio , todavia flotamos entre eI pez y
el reptil, invertebrados.

Es una locura, pero siento aveces que tu viaje no haterminado y


que en algûn lugar del planeta te voy a volver a encontrar. De
cocinera en Clzco o de botera en el Titicaca, o de bailarina en
Lima, dîas en los que espero una llamada por teléfono en la que
me digas que tome el primer tren de las nubes y vaya a buscarte.
Mientras tanto, casi todo lo que hago son mis pobres formas de
tentarte.
r****rt
Los Lemriridos
México, abril del976

M., coraz6n, hermano de mi alma, recién ayer he tenido


noticias de vos, via Rita la Colorada, aquf en México.
He pasado los meses mâs terribles de mi vida pensando que te
podia haber sucedido algo. Parece mentira alegrarme sôlo de
saber que respiramos, que sobrevivimos. Creo que
paradôjicamente es lo que mâs me preocupa y lo que mâs
deploro, estoy confundida, revuelta, llena de rabia y de dolor.
Necesito creer que la derrota no es definitiva, p€ro no me creo
nada, sôlo me irnporta saber que no estân todos muertos, que
las cifras no pueden serverdad, que no es tan total la catâstrofe.

No tengo espacio adentro para tanta muerte y no me sirve mâs


la vieja mistica revolucionaria con su loca idea sacrificial del
mundo. Las cosas se han vuelto mucho mâs tangibles,
inmediatasycreo que mâs claras.

c,o)128 C,Cr)
;Cômo vamos a estar pasando de una situaciôn
prerrevolucionaria a una revolucionaria, si todo el mundo se
ha vuelto ciego, sordo y mudo, cuando se estân [evando a la
gente a plena luz del diay nadie puede decir nada, o no quiere
decirnada?
Pensarâs que estoy quebrada, que he perdido el sentido. No.
Simplemente estoy harta de frases gloriosas y mandos
militares. No entiendo c6mo pudimos creer que podiamos
resistir a semejante ofensiva del ejército, nadie estaba
preparado. Era impensable.
Divago, sé que divago; ahora que todo estâ perdido y somos la
carne que alimenta a la mâquina y ya ni siquiera hay como
defendernos, mueren y mueren, uno a uno, y SOBRE TODO
SOLOS. Lo importante no fue que los militares se
desenmascarasen y dieran el golpe. Eso es obvio. Lo
importante es saber claramente que amplias capas de la clase
media, del sindicalismo y sectores populares tâcitamente los
han apoyado y los apoyan. Argentina clamando otra vez por
orden y sangre. àEs contrarrevolucionario pensar que las
masas son a veces peores que rebaflos? Lo siento, lo siento de
verdad.
Pero lo esencial ahora es no saber para qué seguir vivos. No hay
vuelta atrâs y es asi de definitivo. No sé qué hacer conmigo,
tengo el automâtico puesto y sigo cumpliendo con todo, como
si no me pasara nada. Ganarme la vida en lo que puedo,
atender a Federico y a ]avier que cada dia me tiene mâs harta
con sus depresiones y sus ataques de asma. No soyni unabuena
esposa ni una buena madre, no soy ni siquiera una buena
pintora ni una buena militante. Me he quedado pataleando en
el aire. iEN EL MÂS TOTAL DE LOS ESTADOS AÉREOS TE
RECLAMO!

C,U)t2e eor)
He encontrado trabajo como redactora de enciclopedias, no
hago mâs que traducir la Britânica para hacer unos libros
espantosos que sirven de regalo alos politicos. Gano bien, pero
me cansa. |avier tiene empleo en otra editorial como corrector
de libros cientificos y estâ muy contento con su trabajo y la
posibilidad de entrar en la universidad mâs adelante, cuando
convalide eltitulo.
Federico, hermoso como siempre, ha empezado preescolar y
no cesa de preguntar cuândo volveremos y dônde estâ cada
uno de los amigos, se acuerda mucho de vos, y me ha dicho que
te va a mandar undibujo con esta carta.No acepta que no hayas
venido con nosotros, me cuenta con detalle las historias que le
has contado para ahuyentar el miedo, pero no es fâcil y lleva
mâs de una semana con insomnio ypesadillas; sigue dibujando
infinidad de monstruos y peleas de encapuchados. Nunca sé

qué hacer con é1,trato de no mentir, pero es imposible decirle


que no podremos volver a casa nunca mâs. Su tiempo es
distinto al nuestro y es muy frâgil.
En fin, que salvado el pellejo, (como las ratas que abandonan el
barco>, me transformo en testigo del naufragio. Te necesito
tanto. Aqui no tengo con quién hablar, algrin que otro amigo
nuevo, algunos compafleros, pero no es lo mismo. Sôlo estoy
bien, de amiga a amiga, con <América>, 2te acuerdas de ella?
El resto del tiempo, y de manera casi alienante, hago
solidaridad. EL CUARTO PILAR, compaflero. Escribo las
listas, viajo, hablo con la Crtz Roja, con cuanta ONG hay en el
planeta, me encuentro con los gobernantes y licenciados de
todo pelaje para que nos ayuden. A veces me he sentido muy
mal; sé que es necesario y urgente, pero no puedo
desprenderme del sentimiento de hacer algo parecido a lo que
hacian conmigo las asquerosas asistentas sociales de la cârcel.

C0)130 eCr)
Lacarabuena de la omnipotencia del Estado, yo voy, les limpio
las babas y ellos pueden seguir sintiéndose uhumanitarios>.

He estado en Montreal y en Nueva York el mes pasado, dando


conferencias pavorosas, citando los casos mâs escalofriantes, y
he conseguido un poco de dinero para los familiares y mucha
buenavoluntad.
Me he entrevistado con los dirigentes de las centrales
sindicales y con diputados y alguna gente interesante de las
iglesias unidas. Me visto de seffora por la maffana y voy a
mendigar solidaridad, viajes de politicos y sacerdotes a Ia
Argentina, para ver a cuântos, concretos, podemos todavia
salvarles lavida.

Mi cabeza es un lio y no puedo mâs. Contradicciones


inevitables, me dirias mirândome, vos, Iarguirucho pedante.
De verdad no sé qué estâs haciendo alli en vez de estar a mi lado
y ayudarme a hacer todas estas cosas, mimarme un poco, como
enlosviejos tiempos. Te extraflo.
En medio de todo este lio estoy mal con |avier y creo que
necesito separarme, hacer mi propia vida, parecemos
hermanos, unidos por inercia y nada mâs. Lo aprecio, no
peleamos, pero es como si estuviera muy lejos de mi y no soy
capaz de hacer ningirn esfuerzo por acercarme, oscilo entre la
culpabilidad y el malestar por no ser lo suficientemente
valiente para decir (me he equivocado también en esto>. Pero
1o haré, aunque duelamucho.
He conocido a un compaflero chileno, me gusta y creo que me
estoy enamorando. Ya sé Io que vas a decirme, no alargues Ia
cata, no pienso crear ningirn tipo de problemas entre
<<organizaciones hermanas>), no te hablo de un asunto politico
sino de amor. AMOR. lMe estâs entendiendo?

àQué otra cosa aparte del amor podria ahora salvarme del

c0)131. c,Cr)
horror que me produce de pronto estar instalada y levantarme
todos los dias por razones para nada deseadas? Por prime ravez
en mi vida tengolacerteza de no ser necesaria, de no significar
nada para nadie. Campeo como puedo este sentimiento, pero
es asi de claro. No me engaflo.

Hago unavida insignificanteyestoyen crisis, mâs triste que un


zapato viejo. Basta. Hasta aqui mis penas, antes de empezar a
darme asco.
México sigue hermosisimo, cuando tengo un poco de tiempo
me gusta ir a perderme en el zôcalo después de los talleres en
San Carlos; he vuelto a la universidad, no tengo otro lugar
donde pintar tranquila, p€ro voy poco, dos o tres veces a la
semana. Es una ciudad infernal y extrafla, te va devorando sin
que te des cuenta. Lamento que no te hayas quedado mâs
tiempo conmigo, ahora recién empiezo a entender esto y
seguramente la recorreriamos de otra manera. Una vez que
entras en el barrio antiguo cercano al zôca\o, es dificil salir, el
caos te va perdiendo como en un laberinto inmenso y hay tanta
gente que desaparece, la calle se oculta, mientras te arrastran
hacia adentro.
Hace una semana nos hemos escapado con Federico y unos
amigos al mar. He conocido el Pacifico, no hay océano mâs
imprevisible ymâs tremendo, cambia de ritmo acadainstante
y las olas son enormes, nunca habia estado en playas con
palmeras, donde al fondo se ven pasar las aletas de los
tiburones o de las toninas si una tiene suerte. He intentado
nadar, pero es tan fuerte el oleaje y tan cambiante, que no se
puede ir mar adentro. Si vienes, iremos juntos a un pequeflo
pueblo a dos horas de Acapulco, pero sin gente, donde hay un
solo hotel antiguo sobre la playa. Las hamacas colgadas de las
columnas del patio se mueven segrin el ritmo de las olas al

C0)l32 (Cr)
romper. Creo que algrin dia, cuando sea por fin persona' me
quedaré a vivir en un lugar asi. El mar me hace feliz. No
necesito nada mâs que mirarlo y caminar para sentirme bien,
toda la absurda actividad humana es secundaria y se puede
vivir con muypoco.
Pero de verdad éste es un tiempo infame y oscuro, nado en el
miedo y en la desespera nza,trato de ubicar nuestra historia y se
me retuercen las tripas. Parece como si todo hubiera estado
desde el principio del siglo ahi, sôlo que sobredeterminado por
procesos nuevos (los pueblazos, el nuevo sindicalismo, etc.),
cuya victoria hubiera podido modificar algo. Pero cuya derrota
nos regresa a ese atavismo argentino, autoritario, clerical,
genocida del indio, de los obreros del sur, del noroeste, bajo
Mitre o bajo Yrigoyen, anticomunista siempre, desde el
asesinato de Moreno hasta Per6n. Estoy harta de las fantasias
narcisistas y me hundo en un mar de muertos, no sabemos
pensar un FUTURO HISTÔRICO, en el que pasado y presente
estén contenidos hacia adelante; damos vueltas en torno de un
futuro mitico, ilusorio, sin historia, demirirgico Y
fantasmagôrico, porque los argentinos <la tienen mâs grande>,
o porque, como nosotros, estamos llamados a una misiôn tan
trascendente que toda observaciôn politica o histôrica
elemental resulta una nimiedad pequefl oburguesa.
Ya ves, estoy con el agua hasta el cuello y fuera de las tonterias
que me invento para sobrevivirme no tengo nada. Anoche
soflé con vos, lluviecita, y estâbamos todos juntos hablando,
creo que era en la casa de Mate de Luna. Me desperté helada de
sudoryde olvido del sueflo.
Creo que pronto me voy a ir de México, otra vez a Bolivia,
durante seis meses, con el compafr,ero que te conté, a trabajar
en otro proyecto cerca de La Paz.TaI vez sea mâs fâcil que

c,u)133 OOf)
vengas a verme alli, mâs barato, pero necesito verte, hablar,
escupir toda esta especie de basura sangrienta que llevo dentro.
No puedo mâs. Ya ni siquiera tengo ganas de dibujar, como si
estuviera paralitica o muerta también.

... enmi existencia juntas sobreviven


victorias y derrotas que el recuerdo hizo amigas.
;Quién venciô a quién? a veces me pregunto.
Nada quedahoy por hacer, acotadala tierra,
que ahora eltraficantereclama como suya...
Del viento naciô eI dios y volviô al viento
que hizo de m{ una pluma de sus alas.
Oh tierra de Ia muerte, ;dônde estâ tu victoria?

Es uno de los poemas mâs hermosos que he leido en este


riltimo tiempo. Ë,1 que habla es un guerrero de Cortés, 1o
escribiô Luis Cernuda y se llama <Quetzalcoatl>. Te lo regalo
para celebrar tu vida, regar tus campos y duplicar tus cosechas.
Cuando nos vimos no me atrevi comentarlo por miedo a que
a
creyeras que habia caido en la mâs atroz de las ndegradaciones
pequefloburguesas>, mezclando realidad y ficciôn, pero a
medida que te escribo me voy animando a decirlo. Mi lugar de
perdedora me pone alas como paravolver a equivocarme: creo
que no devuelven los cadâveres porque estos hijos de puta
estân traficando con 6rganos de gente sana. Pienso, tengo
verdaderas pesadillas con este tema, que hay una industria
macabra. He recogido alguna informaci6n en Canadâ y en
USA sobre el asunto, pero me faltan pruebas. Sôlo sé que en las
tierras del norte se paga mucho por los ôrganos frescos. La
mâquina del horror hace negocios. Voy a seguir investigando
esto, por eso, si te fuera posible volar hasta Bolivia, yo estaré alli
seguramente dentro de cuatro o cinco meses. Te avisaré de mi

c,u)134 oCr)
llegadaydel lugar donde podrâs encontrarme.
Ya sabes que el boletin informativo Para Latinoamérica va
viento en popa, sale regularmente y se distribuye bien. Ya
tenemos casi 10.000 suscriptores y se espera crecer en estos
meses que vienen. Al menos eso funciona. No sé si te ha
llegado. La Colorada tiene todos los datos, o sea que imagino
que te los pasarâ cuando te vea; me ha comentado que viaia a
Baires en poco tiempo mâs, pero como no la aguanto no voy a
darle esta carta, prefiero que te llegue por correo.
No le creas cuando te diga que no estoy bien y me he
lumpenizado. No es cierto, simplemente no soporto mâs todos
sus discursos simultâneos, creyendo que hacer solidaridad es
hacer algo muy pero muy importante. Discursos van,
discursos vienen, y las tareas urgentes se empantanan. Aqui
todo el mundo quiere vnavezmâs ser comandante de la nada.
No he dado el portazo todavia porque estoy trabajando con
grupos locales, gente bastante mâs sana. Y porque voy a
investigar, aunque nadie me lo ha pedido, el asunto de los
trasplantes. Es un secreto entre vos yyo.
Bueno mi larguirucho hermano, mi yuyo tucumano y del
alma, qué ganas tengo de abrazarte. Corto aqui para ir a
trabajar, son recién las siete y media de la maflana, y te he
escrito en otra de mis noches de insomnio. Ahora voy a
despertar a Federico, 1o llevaré al colegio y empezarâ otro dia.
Digamos: maldiciôn. Todavia es temprano. Dentro de un rato
el olor a gasolina entrarâ por las ventanas, en esta urbanizaciôn
de <zonaverdeu azteca.

Otra cosa que he aprendido aqui es que la tierra de verdad


tiembla. Hace dos semanas hubo un temblor fuerte, se movian
los ârboles y los postes de la luz. Nos despertamos con la cama
golpeando en la pared; no son como en Ttrcumân, cuando en

c,o) lss c,cr)


Chile temblaba, los muebles se desplazan y dura eternamente,
como si la tierra se quebrara antes de un silencio que te hunde
el alma. No podrâs negar que tengo un buen fondo para mi
estado de ânimo, pero no te preocupes, a pesar de los tiempos
sombrios intento cantar por las mafranas.
Te acuerdas,
;te acuerdas de Baal?
Cuando BaaI uecia en eI albo seno de su madre
ya era el cielo tanl{vido, tan sereno y tan grande,
tan joven y desnudo, tan raro y singular
cômo Io amô Baal, cuando naciô Baal.

Seguir amand.o, no sé de otra resistencia, te beso las manos, te


mando una lluvia, mejor un aguacero de verano en cada letra,
espero que me escribas pronto,

TE QUIERO SIEMPRE, siempre.

Julia

P.D.: Vuelvo a besarte las manos.

*t****i.
Buenos Aires, 15.5.76

|ulia, |uliushka de lejos, de adentro, de hacia tantas partes que


me toco sôlo cuando te toco. Desde dônde vengo cuando
ibamos, esperanza ilimitada, naranjas agrias y margaritas
amarillas. Todos esos soles
De tantas cosas metidas adentro los milagros de afuera
tiemblan de opacidad. Tiempos de caida estos que vinieron,
que nos tocan hoy. Nornbras la vacieclad,la clesesperaciôn y el
miedo. Y estâs nombrando el mundo que quedô, después de
todas las derrotas de nuestro siglo. Derrotas parciales, historia
abierta, y sin embargo la grieta entre la dimensiôn individual y
la histôrica en la vida. El trago amargo que nos toca, mientras

oo)ne gQs
empujamos cada instante, hoy como nunca hacia futuros
inacertables. Que nadie logra delinear. Vos en esa América
Central. Central. Y sin embargo. Ahi todo se mueve. México
lento, lo vimos, pirâmide truncada, piedra y piedra, mâs
piedra, ojo de jade.

Mâs allâ el torbellino de la sangré, Ia heroicidad ardiente, la


locura inmensa de la muerte y el horror, los ojos claros del
<nada que perder>. Me sobrecoge cuando pienso en América
Central,la ilimitada altura de la humanidad en marcha. Si por
algirn lugar jadea la historia hacia adelante, es por ahi, México,
Guatemala, El Salvador, Nicaragua. El futuro del futuro. Al sur,
los vientos. Vientos de ceniza, pero también ese polen en el aire
(;lo sentis?).

Aqui también todos andamos un poco perdidos. Fue dificil


volver a este Buenos Aires mâs sombrio que nunca. Un pasado
ido, incandescente y sin embargo ya inasible, alma en pena,
visitaciôn de tristeza, curda y entrevero. Utopid frente a una
realidad que ha cambiado los significados, los valores, la
densidad del destino y los caminos del futuro. Y en medio de
todo sentir que tenés que seguir empujando, desentraf,ar el
tiempo y encontrar de nuevo el lugar de tu corazôn en la
maleza, los trigales y las consignas. Y sin embargo, )ulia
querida, cuânta vejez en el parto. Atisbar los rincones, el
zumbido del polvo. La complejidad del rumbo también me
sobrecoge. Miedo a no poder dar lo mejor de mi, miedo hacia
adentro y hacia afuera, pisotear los discursos, necesitarlos, no
poder encontrarte con los otros, hoy si con algo crucial por
descubrit todos en un punto parecido.

Qué lugar confuso, oscuro e imprevisible. Ahf estoy. Con una


voluntad a pesar de todo en gran medida intacta. Parado ahi,
hablândo te, cor azôn. Interro gando. Acariciândote. D udando

c,o)n7 ecr)
con vos, tanto de lo que hago como de Io que no, de 1o que hice y
1o por hacer. Queriéndote de la rinica manera. Necesitamos
seguir hablando de todo esto. Mi viaje a Bolivia depende de un
dinero que necesito ganar, pero creo que conseguiré juntarlo
para dentro de unos meses, entre julio y agosto. En cuanto lo
tenga claro te llamo por teléfono o te escribo. Confio en que
allâ nos arreglaremos con poco. Como ya sabes no sôlo te
quiero sino que me resultas imprescindible. Asi que esa
c o ntun d e n c i a g ar an tizala r e alizaciln d e I d e s e o.

Sé también que si vuelvo a decirte que Bolivia no es un buen


lugar para instalarte ahora, pensarâs que sigo
sobreprotegiéndote. Pero no es un buen lugar, estâ demasiado
cerca, deb erias entenderlo.

En cuanto al amor digamos que sobre la base de una situaciôn


clara, he entrado en una relaciôn definida por el
compafierismo, la mutua expansiôn, ciertas distancias, la
ternura. Los monstruos estân, no obstante, siempre al acecho
(el odio,la destrucci6n). Pero mâs vale arriesgar que perder de
antemano. Esos serianlos ejes.
Con mis papelotes literarios a las patadas, deberia ser el lugar
de las pasiones ahora, pero sobrevivir me ocupa muchas horas.
Los encuentros y los desencuentros brutales, la bronca y el
detalle donde se juegan un mont6n de compromisos con la
vida. Siempre con la sensaciôn de que no salgo de la
introducciôn, siempre con la duda de que sea soberanamente
pelotudo lo que hago. Y, sin embargo, al final de todos los
balances le sigo metiendo pata. Serâ eso lo que vale.

El cine, el teatro, definitivamente aban<lonados, no tengo


fuerza ni ganas. Sô1o dibujo planos, para ganarme la vida, el
resto 1ohe parado. No me decaigas. funtaré 1o necesario para ir
a verte, estoy haciendo horas extras en un estudio de

gO)1.38 C,Cr)
arquitectura y creo que podré ahorrarlo. Bolivia y nosotros.

|uliushka rabiosa, te tengo en el medio del alma, nos veremos


pronto, trata de cortar las pesadillas de los trasplantes,
mientras tanto voyhaciavos con lo mejor de mi,luciérnaga de
mi verano, te quiero, ni un instante dejo de pensarte. Tuyo, tu
espalda que te af,ora. Con todo mi amor, hasta pronto.
Escribeme râpido, necesito leerte, tenerte entre las manos.

Tebeso, teabrazo.

Miguel

P.D.: No es momento para pelear con todos, creo que no vale la


pena, es energia malgastada,y eso siempre se nos vuelve en
contra. Yo mevoyabriendo, no discuto mâs.
A la Colorada la veo poco, o sea que no te persigas con sus
historias. Siempre le ha gustado mandar, cada quien tiene
derecho a elegir su vicio preferido, y en estas épocas es cuando
mâs se nota lo que cada uno llevaba dentro desde siempre. Es
trâgico comprobar que hay algunos a los que les llena de
orgullo que les digan <teniente>, otro lenguaje, hijo de la locura
de estos tiempos, del absurdo estado de ceguera que produce la
avalancha de errores, <el ârbol tapando el bosque>. Ya
hablaremos.

;Es verdad, como me dijo, que parece que estâs otra vez
embarazada? Contradicciones: las' tuyas, hermana del alma,
una maestra en el arte de tomar decisiones complicadas en los
momentos mâs inesperados. De todas maneras, si es asi, te
deseo felicidades y lo celebro.

Mâs besos y abrazos.

MigueI

C,O)t3e CCr)
c.o)740 oor)
xru

T os domingos siempre me han abrumado, hay algo en ellos


I que me entristece sin motivo, las calles estân vacfas por la
-Ll mafiana,las caras resultan mucho mâs despojadas y no dan
ganas de mirar a la gente como los otros dias, es como si a una
tortuga la vieras de pronto sin el caparazln.
La sôlida geometrîa exagonal dejando lugar a la piel fuîa y
arrugada.
No tener ni hijos, ni familia, ni perro se vuelve en contra. En
domingo la soledad son cristales empaflados en bares
tempraneros.
Me 'desperté temprano, me vest( y salf a la calle. El Parque
Lezama estaba vacîo, sdlo los peffos fanâticos y algrin que otro
vendedor adelantado. Crucé en diagonal y entré al Britânico.
Era el rinico lugar donde el domingo no se despegaba del
sâbado. Estaban desayunando los noctâmbulos, en grupos, con
sus copas de alcohol ya vacias y el café recién servido, y del otro
lado los viejos jubilados acostumbrados a levantarse temprano,
para abrir los peri6dicos de otro dia mâs con sus mriltiples
catâstrofes mundiales.
Javier debia llegar sobre las diez y media, o sea que tenia tiempo
para leer un poco mis notas, tomar un primer caté y mirar por la
ventana el despertar de la ciudad.
Apareciô en la puerta, como siempre bien vestido, con ese aire
de ejecutivo maduro y aplomado que escondia muy bien su

c,o) 141 C,Or)


absoluta incapacidad para ser éI mismo, todo un modelo
deportivo, pintando las primeras canas en el bigote tupido y en las
sienes. Pero hay que decirlo, seguia siendo un tipo muy atractivo.

tal pibe,
ihace mucho que llegaste? mientras nos
-Qué
dâbamos las manos.
-dijo
pero es que no pude dormir bien anoche.
-Sî,
preocupado por algo?
-6Estâs
No pasa nada.
-No.
dos cafés por favor-le dijo al camarero.
-Manolo,
tal te va en Baires?
-iQué
voy a quedarme cuatro meses y después vuelvo a
-Bien,
México, a seguir trabajando.
que tenias idea de quedarte.
-Pensaba
hermano, este pais ya no es paramî.
-No
-6Porqué?
sé, no debo tener fuerzaparaerrrpezar desde cero otravez.
-No estoy viviendo con una mexicana y no le puedo ni hablar
Ademâs,
de venir a vivir aquf. Por otro lado, Federico tiene que terminar la
secundaria y estâ mâs o menos adaptado a aquello.
gustaria volver a viajar por México. La otra vez no
-Me vernos. ;No estabas en el D.F.?
pudimos
de Julia, no quiso compartirte con nadie. Pero de
-Cosas
verdad es una maravilla, sobre todo el interior, en el D.F. cada dîa
es mâs dificil sobrevivir. El aire se corta con cuchillo.
El camarero dejô los cafés sobre lamesa.
parece que nos quedemos aqui, o prefer(s que vayamos a
mi-Te
casa parahablarmâs tranquilos, estâ ados cuadras.

estamos bien, mejor nos quedamos.


-Aquf

c,o)142 c,or)
entonces empiezo con mis preguntas, son dos o tres
-Bueno
temas qus me faltaredondear, no es mucho
dejas que te pregunte primero por qué decidiste hacer
-ôMe
una pelicula sobre Julia?
es una pelicula sobre Julia. Es una manera de pensarrne a
mi-No
mismo, si fueralacaniano te diriaque estoy ubicando el cuerpo
de mis fantasmas. Julia es una excusa para eso.

has buscado, pibe.


-Buenaexcusate
no es fâcil,pero por primeraveztengo un contrato que me
-Sf, hacer lo que yo quiero. Veremos
permite
cdmo sale.
te has planteado la pelicula?
-iC6mo
reflexionar sobre la memoria. 561o los que recuerdan
-Intento
hablan. O mâs bien s61o podemos hablar de lo que hemos vivido.
Algo asi. La voz es siempre colectiva, la recuperaciôn de una
historia de todos, que tiene a Julia como eje, o mâs bien como
detonante.
sea que es un poco documental.
-O
Trato de construir personajes, no quiero que la gente se
-No.y largue el texto frente ala câmara, es como si el personaje
siente
apareciera desde la huella, desde el rastro, nunca en primer plano.
interesante. Y yo, 6tengo que contarte mi huella?
-Es
podes, es 1o que me gustaria.
-Si
son los caminos del amor, dijo alguien por ahi, en
el -Intrincados
fondo pienso que vos siempre has estado un poco enamorado de
Julia. 60 me equivoco?
que no. Fuimos muy amigos desde la adolescencia y eso
-Creo
marca. El amor adulto es otracosa.

OU)143 C,Or)
me habl6 mucho de vos, te querfa de verdad, como si
-Ellaun cable a tierra, a la tierra del origen, decia. Tucumân y
fueras
Miguel estaban siempre ahi, cadadia, en cada conversaciôn.
es cierto, !o me quedé atado y mâs que atado. Estaba
-Sî,polvo.
hecho
has salido adelante, por lo que veo.
-Pero
después de muchos aflos he vuelto a hacer teatro y un poco
de-Si,
cine, cuando logro reunir un poco de dinero.
se fue a Bolivia pensando que en algrin momento iba a
-Julia
poder entrar en Tucumân. Estaba muy mal de lacabeza.
creés que se fue por eso?
-iVos
no sé si lo eligid conscientemente. Cuando supo que
-Bueno,
estaba embarazada, decidid separarse. No pude hacer nada. No
entendî lo que le estaba pasando, no supe verlo.

Natalia, 6es hijatuya?


-Pero
Sô1o Julia 1o sabfa en ese momento. Yo ahora 1o sé.
-Sî.
sea que cuando se fue vos sabias que se iba estando
-O
embaruzada.
me escribiô desde Bolivia contândome que habîa
-No, tenerla. Querfa hacerse cargo sola, decîa que yo me
decidido
habiatransformado en su padre.
vos qué hiciste?
-iY
pedi que volviera, pensaba que podfamos estar separados
-Le
pero en la misma ciudad, paraque estuviera cerca de Federico.

qué te contestô?
-iY
si, que volverîa en unos meses, antes del parto.
-Que
fue a Bolivia con el chileno, ôno es cierto?
-Se

C,A)1,44 (Cr)
Pedro era muy amigo nuestro, un antiguo sacerdote que
-Si.clases en la UNAM, un especialista en historia de las
daba
religiones. Un tipo fantâstico. Yo supe enseguida que Julia se
habîa enamorado de é1. Vos sabes que a ella esas cosas se le
notaban inmediatamente. Las mostraba.
qué hiciste?
-6Y
Vivimos en una especie de triângulo con algrin que
-Nada.
otro problema, hasta que Julia empez1 a alejarse mâs y mâs de mi.
Pedro se iba a Bolivia para hacer una investigaci6n sobre
religiones andinas, un trabajo de campo. Querian trabajat juntos y
se fueron.
sea que Julia estaba en otra historia, yo pensé que habia
-O
baj ado por razones politicas.

Habia abandonado ese tipo de militancia. Empezô a


-No.
pintar mucho y volvid a meterse en la facultad, estaba contenta,
conproyectos nuevos.
mala suerte.
-Qué
fue todo a destiempo.
-Sî,
al comienzo, 6cômo la conociste?
-Volvamos
Tucumân. Recuerdo que ese dfa llovia con una fierza
-En
impresionante. Habia llegado hacia tres dias y si el asma no me
mataba antes, debia encontrarme con los compafleros de Ia
izquierda trotskista, empezar a tener conversaciones en funcidn
de acuerdos polfticos que eran necesarios en lazona.

vos venias delperonismo, ôno es asî?


-Pero
venia de una mezcla rara, peronismo, cristianismo y
-Yo Hac(a un afro que habia vuelto de Chile, coll toda la
revolucidn.
experiencia de Paulo F'reire en la cabeza, y pensaba que era
posible trabajar en las zonas rurales aplicando la metodologia que
habfa aprendido con la alfabetizaci1n de adultos. Pero Tucumân
era imprevisible, todo iba demasiado râpido.

C,U)t4s OCr)
tr6pico no es fâcilparaunportefro.
-El
verdad, mi asma empeord con la humedad y el calor, y mis
-Es naufragaron râpidamente en medio de la aceleracidn
proyectos
general que sevivfa.

me acuerdo de esos aflos. Estaba todo Tucumân en la


-Si,Pero icômo encontraste aJulia?
calle.
fue mi contacto. Lo ûnico que sabîa es que iba a llegar al
-Ella
bar con un periôdico bajo eI brazo, se iba a hacer cargo de mi
instalaciôn y de mostrarrne mi lugar de trabajo. Que era una mujer
y se llamaba Ana. Siempre tan peliculeros, los troskos eran
increibles.
era ella entonces?
-iCdmo
esa época vos la conocias bien. Imagfnate. Cuando entrd
no-En
lo dudé ni un instante, venia empapada, las sandalias en la
mano, una mochila colgando al hombro y el periddico hecho una
pelota en la otra mano. Mird alrededor durante unos minutos y
vino directo a mi mesa.
debes ser Gabriel, me dijo. Y ahf empez1 toda la historia.
-Vos se secaba los pies con el periôdico.
Mientras
historia, ila polftica o la amorosa?
-Cuâl
estuvo desde entonces muy mezclado. Estâbamos en
-Todo
dos grupos distintos. Pero me enamoré como un estripido, aun
sabiendo que era muy joven. Me mintid la edad, me dijo que tenia
veinte aflos y con la seguridad apabullante con que hablaba me
convenci6. Es evidente que yo también deseaba creerlo.
hasta esa época nos veiamos con cierta frecuencia. Me
-Si, de vos, me acuerdo de la casa de la avenida Mate de Luna.
acuerdo
tenés razôn,yo ya me habia olvidado.
-Claro,
sea que vos crefas que tenia veinte aflos y que se llamaba
-O
Ana.

C,U) 146 C,Or)


Pensé que era alemana, o por 1o menos de formacidn
-Si. hasta un mes antes de casarnos, cuando tuve que ir a
protestante
ver a su padre, que se puso furioso y dijo que yo estaba loco. Tal
veztenîarazôn. Hicieron 1o posibleparaque no nos casâramos.
Ella estaba decidida, 1o vivia como la posibilidad de ser mayor de
edad y poder irse de su casa.

que Julia estaba desesperada por irse de la casa? Si


no-6Sabias
se casaba ten(a que esperar cuatro aflos mâs. Hasta los
veintiuno.
Lo sabia, pero no dudaba de que ademâs también me
-Si.
querfa.

seguro, todo se mezcla.


-Si,
s61o sabia que el matrimonio le estaba sirviendo para
-No
volar fuera del nido, sabia todo. No hubo compaflero mayor al que
no le pidiera la firma para el registro civil, creaba unos problemas
terribles, decîa que era una tarea militante ayudarla a salir de su
casa. Yo la asumi, y me hice cargo de ella. Qué le vamos a hacer...

una politica de alianzas.


-Toda
Reir o reventar, pedimos dos cafés mâs, en el bar se habia
producido el relevo del mediodia, y ahora estaba lleno de gente
que entrabay salfa, madres, nif,os y paseantes. EI domingo en su
mâximo esplendor. Con el tufo familiar invadiendo poco a poco
todos los lugares.
apafie de sus locuras, yo la queria mucho.
-No,
imagino, vos sos bastante mayor, cuando la conociste ya
-Me
eras un tipo formado.

aunque creo que todos estâbamos un poco desfasados.


-Si,diez aflos de anâlisis y todavia no he conseguido aclarw ni
Llevo
la mitad de mis asuntos.

aflos de anâlisis? Es una locura, eso si que es una


-iDiez
locura.

C,O)147 C,Cr)
mi me hace bien, me permite seguir adelante con un poco
-A
mâs de control sobre mi propia vida. 1,Vos no te has analizado?

Debo de ser de los pocos argentinos de clase media que


no-No.
ha pasado nunca por un divân. Todo un récord.

te vendrianadamal. Yo intenté que Julia hiciera conmigo


-No de pareja, antes de separamos, y no hubo forma de
terapia
convencerla. Decfa que 1o rinico que la ayudaba era pintar. Yo
tengo en casa sus cuadros, es una especie de herencia.
pintaba en esa época?
-aQué
varias series, pero la que mâs me gusta son unos que ella
-Hay
llamaba <Nidos>>. Son como grandes estructuras de barro
apiladas, de las que siempre sale una casa apunto de derrumbarse.
Los hizo también en barro, pero estân un poco desarmados.
te casaste con ella dejaste tu grupo, io cdmo fue que
-Cuando
cayeronpresos los dos juntos?
yo me fui acercando a su grupo. Estâbamos al comienzo.
-Sf, en que caimos fue la primera acciôn armadadel ERP en
Laacci1n
Tucumân, aunque habîa muchos peronistas integrados. Fue un
desastre, pero también el precio del aprendizqe. Después de eso,
yo no volvî a militar.

-6Porqué?
que primero tenfa que saber quién era. Estaba muy
-Pensé
mal, desde que salimos de la c6+rcel empecé a dudar y a no
encontrar respuestas.
la relacidn con Julia?
-6Y
Julia y yo fuimos felices antes de estar presos. Cuando
-Mirâ,después de no habernos visto durante tres aflos, cada
salimos,
quien habîa crecido como habia podido, y ya no éramos los
mismos. Nuestra relaciôn se habîa resquebrajado
definitivamente.
siguieron juntos.
-Pero
c,u) 148 oCr)
Teniamos a Federico y no fuimos capaces de separarnos,
se-Si.
transformd en una relacidn necesaria, de proteccidn. La
situacidn era tan dura que no tuvimos tiempo de pensar en los
problemas de pareja. Recién en Bolivia, después de salir, nos
dimos cuenta de que no hablâbamos el mismo idioma.
fue a causa de Pedro?
-ôNo
Estâbamos prâcticamente separados antes de que se
-No. Sobre todo ella. A mi me costô mucho mâs aceptarlo.
enamorara.
Me puse muy pesado y hoy de verdad 1o lamento.
qué pesado, 6cdmo es eso?
-Por
no quise dejar que se fuera a vivir sola con Federico,
-Si,en salvar la pareja, esas cosas. Me resultaba imposible
insisti
aceptar una s ep a r aci6n.

ella qué hizo?


-iY
fue a vivir sola, alquil6 un estudio cerca de casa y venfa
-Selos dias a ver a Federico. Yo pensé que volverfa en algrin
todos
momento, pero me equivoqué. Ya estaba muy lejos. Seguiamos
haciendo el amor devezen cuando, no tenîamos grandes broncas,
éramos buenos amigos.

-6Amigos?
principio si. Después, las cosas se fueron pudriendo. No
-Alsuperar los celos y empecé a intervenir en su vida. Pensaba
pude
que con veinticuatro aflos que tenîa entonces no sabia nada y quise
ser definitivamente su padre. Un fracaso.

vez por eso necesitd poner distancia y se fueron a tsolivia.


-Tal
posible, pensarlo me da todavia mucha culpa, mucha
-Es
rabia.
con Natalia, quétal?
-;Y
aunque nos vemos poco. Ella quiso quedarse con su
-Bien,
abuela en Espafra. Es terca como su madre, un retrato.

c,u) 14e c,cr)


raro.
-Qué
Viajé a verla y atratar de convencerla, pero no hubo caso.
-Si.
Para ella la familia de Julia es fundamental. La psicoanalista me
ha aconsej ado que espe re, y a madur ar â.

mantienes un contacto con ella, le escribes.


-Pero
claro. Natalia es la que lo ha pasado peor. Diez aflos
-Hombre,
criada por el asesino de su madre, no es fâci1r Cuando Ia
encontraron temblando en la cabina telefdnica después de aflos de
brisqueda, estaba destrozada. Ademâs, vos sabes que los
torturadores negaron todo y pelearon por reconquistarla. Tuvo
que pasar un juicio tenible, pruebas de ADN y un largo proceso
hasta que pudimos demostrar que era ella, nuestra hija.

debe de haber sido terrible.


-Sî,
eso he aceptado que pase mâs tiempo con su abuela, con
-Por
su tfo y sus primos, mientras se va reconstruyendo por dentro. Si
no viene a vivir con nosotros a México, tendremos que
trasladarnos a Madrid, yo quiero estar cerca. Nos necesitamos.
un Fernet?,yava siendo hora.
-6Tomamos
buena idea.
-Sf,
de Pedro, 6supiste algo después?
-Y
se 1o tragaron los Andes. Se qued6 a vivir alli, pero devez
en-Sî,
cuando nos escribimos, nos hemos transformado en dos viudos
melancôlicos, insoportables. Somos amigos.
he leido uno de sus libros sobre las formas animales en la
-Yo andina.
mitologia
ha escrito varios.
-Si,
muy buenos, estâ haciendo un trabajo de documentaciôn
-Son que no habfa hecho nadie.
y anâlisis
un trabajador impresionante, es serio.
-Es

c0)1s0 (d7)
vos,ôseguis trabajando en lo de antes?
-Y
pero yo estoy desinflado. Sigo en la universidad como
-Si,
forma de supervivencia, ] rrle repito todos los aflos; he perdido el
interés, he ido abandonando la investigaciôn y estoy esperando a
que se me pase, a ver qué hago.

termine el guiôn, me gustarîaquelo leyeras.


-Cuando
claro. Ya no estaré en Buenos Aires, ffie 1o mandas a
-Sf, ésta es mi direccidn.
México,
Sacd una tarjetita de la libreta y me la entregô. Siempre tan
cuidadoso, tan deportivo, pensé y senti muchisima lâstima. La
tristeza de domingo invadiéndome definitivamente, lenta y
pesada. Sabia que en el fondo lo que me pasaba era que estaba
sumergido en un ataque de celos totalmente intempestivo, sin
sentido alguno y sin salida, era un absurdo mâs. Otra capa de
cebolla mâs del libro de Historia natural.
Sonriô y me mir6 de reojo como midiéndome.
también has crecido, estâs cambiado.
-Vos
El tiempo pasa.
-Evidente.
también has decidido pasar al club de los damnificados,
de-iY
los viudos melancdlicos?
loco, mi privilegio es haber sido su amigo de la infancia,
-Ni
vos sabes que ese tiempo nuncapasa.

Hizo una sefla al camarero para pedir los fernets. Tâcitamente


habiamos decidido emborracharnos.

C,U)$I C,Cr)
c,o)1s2 c,cr)
xrv

T Jabfan girado montados en sus animales ,hùianentrado y


la sahdo de los frutos abiertos, habian nadado en el agua
I Itibia del lago, mirando Ia rata que caminaba por el tubo
de cristal, le habian confiado los secretos al briho, habîanbailado
y vuelto a acarici ar al pez. Habîan cargado sus pesos rumbo al
agua, habian probado las frutas maduras y habfan comido de
todos los ârboles, habian amado con los primeros brotes y
también en las heladas. Habian sido todos los animales.
En el libro el cuadro teniamenos color y parecîamâs grande.
Ellos estaban dentro de la burbuja, sobre el fruto y la flor,
acariciândose suavemente, él le decia algo al oido y ella apoyaba
la mano sobre su rodilla mientras é1 le tocaba el vientre. Estaban
juntos, muy juntos, aislados del aire por el aire.
Mâs alIâ, el tiempo, el humano rapaz, devoraba al hombre que
expulsaba golondrinas negras a un cielo oscurecido por otros.
Estaba en todas partes, de la mano del padre, bailando en el
agua, comiendo frutas, poniéndose flores en la cabeza, atrapada
por el demonio de las ramas, besada por el cerdo, desaparecida en
la multiplicidad de los espejos.

Y aqui estoy, dentro cle este cielo negro, con un cuchillo entre
las orejas y recién llegado.

Entrar en Madrid no fue fâcil. Tardaron en darme el permiso de


estancia de tres meses, tuve que mostrar los 1.500 dôlares que
traia, dejar que me revolvieran la valija hasta cansarse, y fue una

c,o) 1s3 c,cr)


suerte que Cristina me estuviera esperando para poder dar una
direccidn adonde encontrarme. El pasaporte argentino es una
alhaja.
Salgo del museo a las calles dç esta ciudad roja y cruzoel Paseo
del Prado. Estoy en la ciudad de Antonio, el zapatero de mi barrio.
<Nada ni nadie podrâ borrar la experiencia de las brigadas
internacionales, ni la resistencia impresionante del pueblo de
Madrid. Fallamos, el POUM no supo pasar a la vanguardia y a Nin
se lo llevaron un dîa y 1o fusilaron. Fue la debacle.>> Decfa
mientras clavaba las suelas de los zapatos sentado en su taller, sin
su pierna, debajo de la vieja foto de Cappa. A é1 también se 1o
llevaron, pobre Antonio.
*******
Épocas de human o rapazbien consolidado. Época de penuria y
felicidad de supermercado, vidrieras llenas de productos
idénticos, en masa. En los rincones de las fachadas limpias
duermen acuffucados los pequeflos bultos errantes, esas marcas
oscuras de todas las ciudades.

Argumosa sube en medio de los ârboles, las barras llenas de


gente hablando y riendo, haciendo mucho ruido. En la plaza, eL
Âfrica, los yonquis, los vecinos y los jubilados. Nada que ver con
los cuentos de Antonio ni con nuestra memoria libresca de
Madrid; la calle se vive de una manera muy diferente que en
Buenos Aires, es como la prolongaciôn de la casa, un lugar donde
la gente estâ, no sôlo circula. Con dos dîas en Madrid he aprendido
a acodarme, a mirar y pedir una cafla, no es mucho, pero es algo,
una primera forma de hacer lo que todos hacen con una soltura que
a mî me resulta impensable. Me gusta el rito, el desparpajo, la
naturalidad con que los carozos de aceituna ruedan al suelo, se
pisan los restos, se bebe sin sentido de pecado.

Cristina llega a buscarme, puntual, como debe de haber sido


siempre, con esa energfa rara que la hace sonreir a cada tato,
moviéndose con rupidez, el pelo negro y ensortijado sujeto a la

ct)ts4 cnr)
nuca con un elâstico. Los amigos de Julia van entrando
tranquilamente al cuadro. Me abraza cariflosamente y me da un
beso, mientras saluda a dos que estân por ahi. Tiene un cue{po
delgado y huesudo, pero muy câlido.
qué tal, ipudiste ver el cuadro?
-Y
Si, claro, he ido directo de tu casa al Prado y me he quedado
allf toda la maflana. Es una joya. Hace muchos afros que soflaba
con ver algrin diaeloriginal.

Pedimos otras caflas, dispuestos a perder unas horas antes de


nuestro largo viaje al extrarradio. Nos pusieron un platito con
paella.
esto de las tapas es una costumbre que sôlo existe
-Sabés,
aqui, en Espafra. Herencia ânabe. Se <tapo> el alcohol. Me gusta
esta ciudad, he aprendido a quererla y no sé si algrin dia podré
marcharme. Salud, por los nuevos amigos acercando su
vaso al mio. -dijo
Salud. Y a Argentina, ôno te gustaria volver?
-
principio, cuando no podiamos entrar, deseaba todo el
-Al
tiempo estar alli. Pero ahora que he vuelto, no he podido aguantar
mâs de tres meses. Caigo indefectiblemente en la enfermedad
nacional, ffie pongo melancdlica y no me aguanto; me siento una
juntacadâveres.

qué elegiste Madrid?


-;Por
eLegi, volviamos de Libia y nos quedamos aqui colgados.
-No
Una historia Iarga.
de haber sido duro al principio.
-Debe
fue mucho mâs pesado que ahora. Cuando
-Bueno,con la época de los comités de solidaridad, se nos
terminamos
acab6 la cuerda y todos salimos medio quemados. Muchos se
fueron perdiendo y no consiguieron salir a flote mâs. El alcohol,
las drogas, los suicidios fueron la forma de abandonarnos y no

c,o) Iss oor)


mirarnos mâs a Ia cara. No éramos capaces de reflexionar.
Estâbamos agotados de sobrevivir. Adentro debe haber sido peor.
Yo s ali en el 7 8 , y era terrible .
sé, jamâs me he exiliado. Soy de los que aguantô adentro
-No
y son otras taras, culpas y complicidades.

olvido es la principal. Yo aprendî a olvidanne, antes de


-Elme ocupaba de la documentaciôn. Llegué a ser muy buena,
salir
por mis manos pasaron casi todas las caras y los nombres de los
qùe se salvaron y de los que estân muertos. Yo hacîa los
pasaportes, o sea que mientras sellaba, borraba, pegaba, iba
olvidândome instantâneamente de las caras, apenas miraba la foto
Ia suprimfa de mi memoria. Quedarme con algo era muy
peligroso. Toda Ia documentacidn que hice fue de primera
calidad, pasd las fronteras, pero micùeza no daba mâs de borrar y
borrar. Me costd muchisimo recuperar la memoria, me habia
habituado a mirar y suprimir. Fue un trabajo largo. Un espanto. Y
sin memoria estaba como muerta. Pasé aflos olvidando 1o que
hacia,escondiéndome las cosas.
hiciste parasalir de eso?
-6Cdmo
ayudd mucho poder hablar con los amigos. Debimos
-Meencontrando muy lentamente,
irnos desde muy abajo,
reconstruyendo 1o que éramos, cambiando, rêcuperando los
deseos, los pocos deseos que arin quedaban en pie.

ya no se puede decir <<morir de pie o vivir de rodillas>>,


-Sf, ahora decimos de rodillas pero tratando de no olvidar. Y
adentro
con la gente de aqui, iquétal?
hay cosas que se quieren y hay cosas que no vas a llegar
a -Mira,
querer jamâs. He aprendido a disfrutar de cierta inmediatez,
cicrto agarre con la vida que a mf me faltaba. No vivo en la Espafra
<<de exportaciôn>> que se han montado, ya ves, vivo en este barrio y

talvezesa sea toda una clave. Ya te irâs dando cuenta, es fâcil. Mis
amigos no son muy diferentes de los de allâ, y yo también sigo
siendo la misma.

C,U) rs6 C,Cr)


que hoy he empezado a darme cuenta de algunas cosas.
-Creo
Es raro cômo entienden la calle en este barrio.

hay un sentido del placer en lo pequefro que a nosotros nos


-Si,mâs. Somos mâs densos, mâs solemnes, ùno crees?
cuesta

es probable.
-Si,
vos, ;cômo la pasaste, cômo pudiste aguantar esos aflos?
-Y
supongo que fue parecido. Nos perdimos los unos a
los-Bueno,
otros en un montdn de gente atenoizada, de sâlvese quien
pueda.
sabes que Julia y yo nos hicimos muy amigas en el penal
de-Vos
Rawson. Ella me hablaba de vos, de su amigo de la infancia, su
compaflero de la escuela de teatro, el destinatario de sus cartas
desde lacârceL

ése soy yo, qué le vamos ahacer.


-Si,
no fueras ése no hubiera ido a esperarte, llega tanto boludo
-Si
por aqu(...

-Gracias.
una broma, no queria molestarte.
-Era
me molesta, al contrario. Vos y Julia estaban en dos
-No
organizaciones distintas, ôno es cierto?
con tu documental a cuestas y no das tregua. Sf, yo
-seguis
estaba en los Montos, pero éramos muy amigas. Nunca, ni ella ni
yo pudimos aceptar ese espiritu tan militarista que se fue colando;
veiamos que era como si la cata, los métodos del enemigo
hubieran impregnado nuestras formas de actuar. Ella hablaba de
burocracia, yo cle verticalismo. En los Montos sobre todo fue
impresionante, fierreros aultranza, como el pafs mismo, enfermo
de autoritarismo y odio soterrado. Por eso no me extrafla que la
dictadurahaya conseguido transformar a la gente en ganado, no
hubo tiempo de crear nada que nos permitiera romper con esas
formas y ser solidarios de verdad.

C,O)1s7 OCr)
no se puede achacar a Ia misma causa. Estâs
-Todo
exagerando.
voy a exagerar. Si me revuelve el alma pensar en los
-Cômorepugnantes
discursos de Firmenich, en su <<contraofensivo> para
mandar a todo el mundo al matadero, para terminar entregândose
en Brasil y negociar el punto final con los militares.

es cierto, nadie se lopodfacreer.


-Eso
vos te creés que todos los muertos son casuales? Gente
-60ésa, todos ellos jefecitos, estuvieron siempre enganchados
como
en el carro del poder, los que han muerto no podîan ni suponerlo.

puede ser, ahora casi todos estân trabajando para el


-Si,
gobierno...
los del ERP, a ninguno le
dieron tiempo ni a desenfundar,
-A
no eran reconvertibles, murieron con los sueflos intactos. A1
menos eso es salvable en una historia tan podrida como la nuestra.
Nosotros ya seremos viejos cuando estas cosas se entiendan, pero
memoriosos, como Funes. Los detalles son importantes.
es posible que sea la rinica salida mâs o menos sana, todo
un-Sî,
pais no puede acostarse en el sillôn del analista para
encontrarse.
Salimos a la calle, llena de sol, y la cruzamos lentamente rumbo
al Rastro. Cristina saludando, como si fuera la mâs vieja de las
vecinas delaplaza.
La mujer tenîaun rodete negro muy ceflido a las sienes y estaba
repintada. Los ojos parecîanlos de las mâscaras griegas de teatro.
Dolores Cristina, y nos paramos.
-Hola -dijo
-Holahija.
es Miguel, ha venido hace unos dias de Argentina y estâ
-Éste
haciendo una pelfcula para la tele.

C,A)ÉB C,Cr)
me digas, y ademâs sf que es guapetôn. Tri si que tienes
-Nohija, siempre con visitas majas. A ver si un dia con tiempo
suerte,
tomamos un café enlaplaza.
Dolores, 1o haremos antes de que se vaya, se estâ
-Sf, en mi casa.
quedando
ver si me saca amitambién en la televisidn, yo sé cantar o
si -A
no, también puedo hablar de muchas cosas. Fui el aflo pasado a
un concurso, de priblico, y me pagaron mil duros.

encantarfa, pero esto que hago es un documental, si


-Me algo le aviso através de Cristina.
surgiera
cômo hablan los argentinos. A mi me gustafia ir a
-Ay,
Buenos Aires, tengo una prima aIIi, hija de la hermana de mi
madre. Se fueron hace aflos, tienen dinero y a veces nos escriben,
a ver si algrin dia me mandan parael pasaje, digo yo.

Dolores, nos vemos, es que llevamos un poco de prisa.


-Bueno
hijos, que tengâis suerte.
-Adi6s
es Dolores, es increîble lo que te puede contar en media
-Ésta
hora de charla. Es la prostituta mâs antigua del barrio, tiene sus
clientes fijos, casi todos mayores. A mi siempre me ha cuidado
mucho, y es la que sabe cuâles son las casas que se alquilan, quién
ha muerto, quién nace, a quién o quién ha robado; una especie de
periddico oral del barrio.
esamujertiene mâs de sesentaaflos.
-Pero
Pero sigue trabajando.
-Si.
bârbaro.
-Qué
es Lavapiés. Tienes que hablar con los viejos del barrio,
-Asi
se ponen a recordar el siglo, pero no tienen a quién contarlo.

que no tienen a quién contarlo?


-6Cdmo
en Europa hay mâs viejos que nifros, pero no tienen
-Mira,
lugar, son improductivos, sobran, y ademâs comen. Es una

Cg)rse eCr)
crueldad particular la de esta forma de vida, la gente estâ muy
sola, y cuando ya no haces falta paratrabqar, dejas de caber y te
archivan.
allî es igual. Con Ia diferencia de que se mueren
-Eso de hambre.
literalmente
Aqui el progreso ha llegado a todo vapor, 1o
Es probable.
-Sî.
que llaman la reconversidn, que es inevitable, tiene a todo el
mundo contra las cuerdas, aterrorizados de quedarse en la calle.
Es a mordiscos, salvaje.
aguantas vivir tan sola?
-6Cdmo
algunos amigos, conocidos, como casi todo el mundo.
-Tengo
Por el momento, la rinica cuestidn importante para mî es terminar
mi carrera mientras trabajo, y que me dejen circular y expresarme.
no podrîa vivir en Europa, no soporto el sentimiento de
-Yo
que todo estâ hecho, acabado.
parte es asi, pero tampoco aguanto la Argentina. Es un
-En de fantasmas y lleno de fachas. Seguramente cuando
pasillo
termine me vaya a vivir al sur, me gusta Granada.
conmigo maf,ana a ver a Natalia?
-iVendrâs
claro, seguro que se alegra de vernos. Nos hemos hecho
-Sf, soy una referencia importante
amigas, para ella, una de las pocas
amigas vivas de su madre. Cuando llegd hace dos aflos, le costaba
hablar, estaba muy bloqueada. El riltimo aflo, cuando empezaron
los juicios a los militares y ya se sabia adonde podfa estar, los
cretinos la cambiaban de lugar todos los dfas. La metian en el
coche, al estilo de siempre, cubierta con mantas y escondida. Ella
se dio cuenta, vio la foto de su madre cuando las abuelas las
mostraban en la Plazade Mayo y se reconocid. Es impresionante.
cdmo es, cômo estâ ahora?
-6Y
una claridad increible, no cesa de preguntarme todo 1o
-Tiene
que sé sobre su madre. Yo le cuento, cômo caminaba, cdmo se

C,U)r69 C,O)
reîa,lo que pensaba, y siempre le digo que ella es idéntica a Julia,
se le parece hasta en los gestos. Es muy dulce y estâ bien, estudia,
aprende râpidamente, se adapta

es que se ha quedado en Madrid y no con Javier y su


-6Cdmo
hermano en México?

preferido estar con la familia de la madre por ahora,


-Ha a su abuelay asu tio, se estâ rearrnando. Aunque Javier y
necesita
Federico vinieron a verla, ella dice que no le gusta México, que es
muy grande. Seguramente vendrân ellos a vivir aquî en cuanto
puedan. La educacidn que recibid durante aflos fue terrible,
monjas, ocultamiento, violencia. Lo curioso es que mantuvieron
el nombre que Julia llegd a ponerle, aunque le cambiaron los
apellidos. Era una pareja de enfermos, psicôpatas asesinos.
Llegamos a la paradadel autobris a Môstoles, y nos pusimos en
la cola, detrâs de un montôn de gente con cara de cansancio.

he llamado a José paraconfirmarle que ibamos a verlos,


-Ayer
vos sabes que son gente bastante extrafla. Creo que tienes que
hablarles con mucho cuidado, para que no se asusten y acepten
contar algo. El se ha vuelto totalmente paranoico; con ella es mâs
fâciI,pero es tremendamente bruta lapobre.
no te preocupes, ademâs les voy a ofrecer un poco de
-Si, Ellos te tienen confianza, ôno es cierto?
dinero.
Sf, en el comité de solidaridad les ayudamos a encontrar casa
-
y trabajo cuando llegaron; al principio hubo gente que se quej6,
decian que no debiamos acercarnos a un traidor, pero el tipo
declard en los juicios, ayudd a identificar personas y lugares, y
ahora estâ muy asustado, ffiuy quebrado.
necesito pocos datos, me faltan los del secuestro en
-Yo y é1 es el rinico que puede hablar de eso. Aunque ha
Bolivia
pasado mucho tiempo y es dificil que me reconozca, seria mejor
que no me presentes comoLarcaîn.

Dile que me llamo Miguel Aguirre, que soy de Buenos Aires.

c,u) t6t c,cr)


--De acuerdo, pero no es tonto, por eso te digo que vayas con
cuidado. Lo importante es que en el fondo desea vengarse, sobre
todo de su jefe y del primo rico de Julia, los tiene cruzados.
Subimos aI autobris y entramos a un paisaje de edificios
infinitos alos costados de laruta.
-Les he dicho que estâs haciendo un documental para Ia
televisidn francesa, y que no saldrân en ningrln caso sus nombres,
ni nada que pueda comprometerlos.
ni siquiera voy a grabarlos.
-Perfecto,
pero es bueno que sepas que a éstos los han amenazado, en
-Sf,
serio.

-6Quién?
a Espafia hA venido mucho ganado, mucha mano de
-Mirâ,
obra desocupada de los servicios argentinos. Algunos trabajan de
guardaespaldas de gente importante. La embajada tiene a todo el
mundo controlado. Mano de obra fina, especializada, no como
nosotros.

(0)162 OCr)
XY

Tf s dificil ubicarse en una zonaque tiene todas las calles y


H los edificios iguales, un
"nor*"
laberinto sin esquinas que
-LJ se puedan recordar, s61o lineas rectas, ladrillo y ventanas
cerradas. Arquitectura moderna, espantosa uniformidad de
cemento y plazas de siertas, inhabitable s.
es otro Madrid, el de los trabajadores, que se dejan la
-Éste
vida paracomprar el piso y el coche dice Cristina mientras
-me
intentamos cruzar el puente sobre la autopista en medio de un
viento helado.
arquitectos a los que habria que cortarles las manos.
-Hay
En esta geografia del desamparo el rinico rastro humano son las
pintadas de los jdvenes, gritos en los muros altos. No me extrafla
que José haya venido a vivir a un lugar asî.

o al menos prohibirles cobrar o mandarlos a vivir en sus


-Si, construcciones, es terrible.
propias
Buscamos durante media hora y por fin encontramos a alguien
que pudo indicarnos por dônde llegar a la casa de José.

Rosita nos abri 6 la puerta. El


departamento era pequeflo y
ordenado, en el sillôn dormian una siesta eterna un montôn de
ositos de trapo, de peluche, de plâstico, todo un osario de colores
brillantes, juguetes de una dueflaregordeta con gesto de <<yo no he
sido>.
pasen, los estâbamos esperando.
-Pasen,
Nos indicd las sillas alrededor de la mesa y se llevô alacocina
una cesta enorme llena de frutas de plâstico.

c,o) 163 c,or)


van a estar mâs cômodos, siéntense, ahora viene José,
-Asi
estâ en el baflo. sentamos mientras iba y venia de la cocina.
-Nos
Cristina-dijo José apareciendo desde el pasillo.
-Hola
qué tal estâs. Éste es Miguel, el amigo del que te hablé.
-Hola,
Aguirre, cômo estâ usted. me reconociô. En
-Miguel -No
aquellos tiempos yo tenia barba y bigotes y no usaba anteojos.
Cristina me presentô con toda naturalidad, ademâs, una
borrachera fortuitahacîa afros no era suficiente para un hombre
que seguramente no deseaba ser recordado ni recordar a nadie.
Nos dimos las manos, las tenia heladas y le temblaban de vez en
cuando.
un mate?
-6Hago
gracias Rosita, pero ven a sentarte con nosotros. No te
-Si, en la cocina-dijo
quedes Cristina.
el termo y me siento.
-Traigo
José seguia siendo el hombre moreno y flaco que recordé
vagamente, pero tenîalos ojos mâs opacos y huidizos que yo haya
mirado jamâs, detrâs de unos grandes anteojos de montura
cuadrada y negra. Probablemente en la calle tampoco yo lo
hubierareconocido.
tal estâs, supe que por fin les han dado la nacionalidad
-Que
Cristina haciendo el esfuerzo deentrar en tema.
-dijo
hace ya tres meses.
-Si,
contentos, ôvos seguis trabajando de albafril?
-Estarân
cuando la salud me deja, pero como estoy muy medicado
-Si,
hay cosas que yano puedo hacer.

es 1o que tiene? haciéndome el


-ôQué pero no me saliô bien,-pregunté,
preocupado, sentfa mivozcomo si no fuera
mia,helada.

C,O)164 C,Cr)
saben bien, puede ser un principio de Parkinson o algo
-No
asi, me estân estudiando. sin cesar la punta del mantel
-Tocaba
de plâstico, 1o enrollaba y 1o desenrollaba una y otravez, como si
pudiera colgarse de él paradetener el temblor que sobrevenîacada
tanto en sus manos.
Rosita volvid con el mate y se sentô con nosotros, risuefla,
siempre pendiente de las palabras de su marido.
no hacen mâs que darle remedios, pero é1 sigue
-Si -drjo-,
temblando y hay dias que ni come ni duerme, yo no creo que le
vengan bien esos tratamientos, pero qué le vamos a hacer. Dicen
que son buenos médicos, espero que 1o curen.

a Espafla , Lyase han adaptado? paraaflojar un


-Y
poco la tensi6n que flotaba en el aire. -pregunté,
e11a-, amîno me gusta y extraflo mucho, pero
-Bueno
vamos -dijo que José se cure de los nervios; poco a poco
a esperar
queremos ir ahorrando algo paravolver a Tucumân, mâs adelante.
Yo tengo a toda mi familia allî. Pero todavia José tiene muchos
enemigos, ôno es asi, José?
todavîafaltan aflos patapensar en volver. Yo puedo tener
-Sf, y estoy bastante cansado de los cambios. Necesito
problemas
tranquilidad estrujando la punta del mantel.
-dijo
con este gobierno democrâtico no creo que le vaya a
-Pero
pasar nada con seriedad
-dije
lo de democrâtico es de la boca para afuera, vos sabes
-Mira,son de verdad los que siguen mandando. Y, te habrâ
quiénes
contado Cristina que yo declaré algunas cosas cuando los juicios a
los militares, o sea que me la tienen jurada. Mi lugar no es fâcil.
Le temblaron las manos y los mrisculos del mentdn.
por fin no los condenalsn-fnsistf.
-Pero
claro, cdmo van a condenar a los militares, ese
-Hombre,
juicio fue una farsa, pero paru los que declaramos en contra de

ct)76s Ocr)
nosotros mismos es distinto, no nos van a perdonar. Vos sabés
bien que todos ellos siguen en los puestos de mando y hasta los
van a ascender dentro de poco tiempo. Pero, y nosotros, ilos que
fuimos usados y ahora no tenemos nada que ver con el ejército?
que cuando fuimos al consulado por nuestros
-Imaginense
papeles, la cédula y esas cosas, nos atendiô el cônsul militar y nos
dijo que nuestros papeles iban atardar segrin ôrdenes de Buenos
Aires; nos sac6 una carpeta grande y sabfa que José era un
colaborador arrepentido. Nos mird como si fuéramos marcianos,
y no nos trat6 nada bien, te acordâs, ôno es cierto José?

Rosa, ya basta, i siempre te gusta hablar de lo mismo !


-Ay,
José, si es verdad, anosotros no nos quiere nadie, ni los
-Pero exiliados que nos desconfian,
argentinos ni los del otro lado.
Rosa, callate un ratito, siempre te estâs quejando.
-Ya
si vos querés me callo, pero no me digas que no es
-Bueno,
verdad.
Cebô otro mate, me mir6 buscando complicidad o apoyo. Tenia
la falsa inocencia de los que han vivido la vida como pura
casualidad.
vos sabés que Miguel, como te comenté por teléfono,
-José,
estâ haciendo un documental paru la televisidn francesa, por eso
hemos querido hablar con ustedes.
lo sé, pero no sé que quieren saber de mi, no tengo gran
-Sî,
cosa que contar. Ya 1o he dicho todo, estâ en los legajos.

tratade narrar la vida de alguna gente que desapareciô por


-Se
esos aflos. No va a haber nombres de los testigos ni caras, sdlo me
interesa el testimonio oral de todo 1o que recuerden. Con ese
material, estoy escribiendo un gui6n.
seguro de que los nombres no van a aparecer?
-6Estâs
gunt6 Ro s i ta, mir ândome c on de s c onfianza.
-pre

c,u)r66 ocr)
mujer, puedes estar tranquila, mucha gente ha
-No
testimoniado y no salen sus nombres. No te preocupes.

creo, pero es que estamos unpoco asustados.


-Te
hay motivo, ademâs se les va apagar por la informaci6n.
No-No
es mucho, pero contamos con un presupuesto de cincuenta mil
pesetas paraestos gastos. Es lo quepuedo ofrecerles.

mil pesetas Rosita y se le iluminô lacata-,


-Cincuenta
con -dijo para un cochecito, aunque sea
eso podemos dar la entrada
usado, ôno es cierto, José?
mujer, si. Pero necesito que me garantices que no saldrâ
mi-Sf,
nombre, ya he pasado bastante miedo y por cincuenta mil
pesetas tampoco quiero meterme en lios.

No te preocupes, José Cristina-, Miguel es un amigo


- te vamos a compli car paranada.
y no -dijo En la televisiôn francesa son
serios.
todo el mundo es serio hasta que les ponen un buen toco de
-Sî, por delante, después se olvidan y a otra cosa. Si 1o sabré
dinero
yo...
José, si quiere, antes de irme le muestro los textos y los
-No,
revisamos.
no hace falta. Me dijo Cristina que te interesaba
-No,
especialmente 1o que yo sé de la historia de Julia, ôno es asi?
a temblar y se agarrô al borde de la silla.
-Volvi6
-si.
eso le dije a Cristina que estaba dispuesto a hablar con
-Por
vos. Yo a Julia la conocî muy bien, y ademâs la quise mucho. Pero
llegd un momento en que nos tocô estar en veredas contrarias. Ni
ella ni yo tuvimos la culpa, es la vida y hay que saber aceptarlo.
no ha sido nada fâcll y me quedé callado, el
-Si, era mâs imprevisible de-dije
personaje 1o que yo pensaba. Sentia por él

C,O)I6T eCr)
rabia y asco, todo mezclado, por momentos hubiera querido
pegarle y al mismo tiempo me daba lâstima.

la conocf cuando tenîa quince


o dieciséis aflos, apenas
-Yo
entr6 en el partido; pero aparte la conocia porquehabîa hecho
algunoq trabajos parula empresa de
fu padre, la que se ha quedado
ahora Marcos, que es un gângster. El sf hubiera podido usar sus
influencias en el ejército para ayudar a Julia, pero nunca hizo
nada.
1o conozco. He hablado con é1.
-Sf,
vida me fue llevando a estar en 1o que estuve, y cada
mf la
-A
vez se me hizo mâs dificil sobrevivir a las presiones de los
militares; empecé pasando informacidn y terminé metido hasta el
cuello en la mâquina. Imposible escaparse.
Temblô mucho otra vez, cambid de lugar la silla para
disimularlo, pero el mentdn seguîa moviéndose solo, como
desbocado.

trâeme las pastillas del bote amarillo. ahora


-Rosi,
mismo -Sf,
te las alcanzo,no te pongas mal, José, ya ha pasado.

Rosita se levant6 y fue a buscar el frasco, volvid con un vaso de


agvay se las dio. Él las tomd y se quedd con la bombilla del mate
apoyadaen los labios.
la conocî
también Rosa, aprovechando el
-Yo -dijo
silencio-, pero ya era mâs grande, entonces ya tenîa entre
veinticuatro o veinticinco aflos. Estuvo presa conmigo hasta que
se la llevaron, cuando iba anacer la nifla. Yo habîa caido por nada,
allanamientos que hacian en los ingenios y nos llevaban asf, en
montdn, para dejarte ahi pudriéndote o matarte. Si, yo la conoci y
me acuerdo bien de ella. Hasta le alcancé varias veces agua,
aunque ya no podîa tragar bien. A mi no me tenian con los ojos
vendados.
vamos porpartes, habla cuando te pregunten, si no esto
-Rôsa,
es un lio y yo me canso interrumpid José.
-la
gO) 168 C,Cr)
Rosita, disculpa, pero asf yo voy tomando notas,
-Si, a cuando usted la conoci6, José, si no le importa.
volvamos
nosotros si que nos la hicieron bien. Era el tiempo de las
-A azrrcareras, en los setenta. Me presionaron con dinero y
huelgas
con amenazas de cârcel. Yo pensé que podf a aguantar asi y ganar
algo de plata.
después,
ûquepasô?
-Y,
la época de la guerrilla la cosa se puso mucho mâs
-En
jorobada. Nos obligaban a pafiicipar en los allanamientos, a
quemar las casas, a repartir el botin. Estuvimos obligados a
torturar y matar sin asco. Fue cuando empecé a enfermarme.
Hasta ese momento yo no habia denunciado jamâs a Julia. Con
ella tenia una relacidn muy especial. Hab(amos sido mâs que
amigos, 6me entendés?
claro, lo entiendo. unas profundas ganas de
-Sf, me asustd pensar lo -Senti
flatarlo, fâcil que me resultaria tirarlo por el
balcôn.
de Ia matanza de los Gutiétrez, esa familia a la que
se-Después
les matd hasta al bebé de ocho meses, en Famaillâ, me dio un
bajdn y me internaron tres meses en el hospital militar. A veces
pienso que hubiera sido mejor pasar de largo ahf, pero no tuve
suerte.
no hables asf, estabas obligado, si no lo hacias te
-José,
hubieran matado a vos también, y no hubieras podido salvarme a
mi, que gracias aeso estoy aquî.
Rosita, sf.
-Si,
Se qued6 callado, ella le agarr|las manos, que temblaban y se
las friccionô entre las suyas ,acariciândolo.

conoci a José en la cârcel, en realidad era una antigua


-Yo que funcionaba como cârcel, me habian llevado detenida
escuela
con quince personas mâs, que a todas las mataron. Todos de mi

C0) I6e C,Cr)


pueblo, gente humilde. Decian que en averiguacidn de
antecedentes, pero ninguno volvi6. La verdad es que contra mi no
tenian nada, parece que buscaban a mi vecino y ese dia no estaba,
fue gracias a José que me pasaron atrabajar en la cocina para los
oficiales. Éramos â ue"es 200, a veces 300 presos, tirados como
animales, destrozados, daban ganas de morirse para no verlo. Los
sacaban en grupo y no volvfan.

Cebô otro mate, y con el mismo gesto, sin alterarse, como si su


propia vida le fuera ajena continuô diciendo:
mf me salvo José, que se casd después conmigo, decfa que
-A
le daba lâstima dio un beso en la mejilla mientras continuaba
-le
friccionândole las manos.
Rosa,lâstima tenîade todos, incluido yo mismo.
-Bueno
*Era horrible, viviamos muertos de miedo, todos los dias se
escuchaban disparos, hacîan cavar las fosas a la gente y le daban
un tiro en la cùezadespués de torturarla como bestias semanas y
semanas. Me dan escalofrfos, no quiero recordarlo. Hemos visto
demasiado.,
estaba con vos entonces?
-6Julia
ella estaba embarazaday tiradaen el suelo con otros; por
-Si,
eso no la mataron enseguida, esperaron a que naciera la nifla, pero
estaba muy enferma, a ella la interrogaron durante mucho tiempo
y la hicieron polvo, estaba como perdida, ni hablaba. Una vezle
saqué la venda y teniala miradaida, me acuerdo bien de los ojos,
ella misma se la volvi6 a poner, no querîa ver 1o que habia
alrededor.
Rosa, callate un ratito, a mî. esta mujer a veces me
-Basta
marea,habla y habla sin parar.

que usted, José, era uno de los que viajaba en el


-Supimos
avi6n con el grupo que secuestrd a Julia en La Paz,
ies verdad?

c,u)170 ocr)
eso saltd en los juicios, no voy a negarlo. El ejército sabia
-Si,
que yo y otro mâs de Tucumân conociamos a los que estaban en
Bolivia. Nos tuvieron dos semanas en la frontera, reconociendo
gente. A finales del 76, nos dejaban de custodia en los puestos
fronterizos, con el equipo de gendarmerîa y los oficiales mâs
especializados. Teniamos la colaboraci6n del ejército boliviano.
a ellos no los detuvieron en la frontera.
-Pero
fue mâs adelante. Cuando empezaron a llevarnos a La
-No,
Paz, en operativos de caza. Y cazaron a muchos, usândonos a
nosotros y a <<los dedos>> que seflalâbamos a la gente. Allf los
subfan al aviôn y los llevaban encadenados y amontonados como
ganado hasta los centros de detenci6n, en Argentina. En
Tucumân ,habiamâs de siete, por toda la provincia
Volvid a temblar de tal forma que las manos parecieron resortes
sobre sus piernas.

no ha contado el cuento. A veces, después de un


-Lamayoria
tiempo, decian que los iban a trasladar y se los llevaban en avi6n,
esos de guerra con todo el fuselaje al descubierto, y los tiraban
desde 1o alto al fondo del lago.

fue que encontraron a Julia? pregunté y empecé


-le temblaba. Cristina
-6C6mo en el terror, creo que yo también
a hundirme
estaba pâIiday callada a mi lado.
sabia que Julia estaba en La Paz. Se habia interceptado su
-Se
correspondencia y se la tenfa localizada; ella le escribiô varias
cartas a su marido, que estaba viviendo en México. Sabfan que é1
iriaavisitarla. Esperaron el dia en que iba a llegar al aeropuerto de
LaPaz, Julia fue a esperarlo y alliestaba yo también. Cuando me
vio se acercô sorprendida a abrazarme. Fue un error que me
reconociera, pero es probable que los militares ni se preocuparan.
Tenian pocos problemas a la hora de ocultar quiénes actuaban.
Se equivocaba o estabamintiendo. Julia habîaido a esperarme a
m| éI podia no saberlo o confundia ahora todo. Lo cierto es que

C,O) IzI eCr)


Julia nunca dijo qué estaba haciendo en ese aeropuerto, porque rni
nombre jamâs se conociô ni la policfa me busc6 después de su
detencidn. No s61o habian interceptado las cartas a México, sino
las que ella mandd a mi casilla de correos en Buenos Aires.

que pas6?
-iY
cuando se acercd a saludarme, cuatro oficiales se
-Bueno, y antes de que pudiera darse cuenta tenîauna pistola
adelantaron
en la espalda. Ernpez1 a gritar, <<ime estân secuestrando, es la
policîa argentina!>>. Pero quién iba a escucharla, iquién se iba a
meter a enfrentar a un comando organizado? La gente que habîa
en el aeropuerto puso râpidamente distancia. La metieron a golpes
en el avi6n y la llevaron directo a Tucumân.

después?
-ôY,
Julia le perdonaron la vida hasta que naci6 la pibita, o sea
-Adebe haber sobrevivido unos cinco meses mâs, que es cuando
que
la conociô Rosita. No puedo hablar mâs, no puedo volver a
contarlo, me enfeflno, no duermo.
José, estamos hablando del pasado con
-Vamos
esfuerzo. -dije
lo rinico que sé es que ella llegd medio viva hasta el dîa
-Mirâ,
del parto; supe después que a la nifia se la habia quedado el
comandante del operativo, Giuglini. Poco tiempo antes del parto
la trasladaron, talvel a Buenos Aires, eso no lo supe con certeza.
Ya sabes que ahora la familia la ha recuperado, es 1o poco que yo
pude hacer por Julia. Avisar que la niffa estaba viva. Mandé una
cartaandnima. Estaba vigilado.
Su cara se habîa ido poniendo mâs hueca, como si se le cayera a
pedazos después de cada temblor.

Pensé que era una lâstima que estuviera vivo, para ciertos
hombres la muerte debe de ser una liberaci6n.
ella la deben haber dejado, como a las otras, sin atenci6n y
se-A
habrâ muerto; eso con suerte, si no la usaron paru 1o que ellos

C,O)IT2 (,C/)
llamaban <<experimentos>>. Yo sdlo la vi los primeros tiempos, no
puedo asegurarlo, pero supe por otros que la nena habia nacido
bien y la habîan entregado al comandante. A Giuglini, el mismo
que comandô el operativo en el que la secuestraron. El y su mujer
lacriaron.
Nos quedamos los cuatro en silencio, solos, buceando en una
oscuridad tremenda. No supe cdmo seguir preguntando, Rosita se
acerc1 a Cristina, le puso elbrazo alrededor de los hombros y le
alcanzôun mate.
que sobreponernos, Cristina, a todos nos ha tocado
-Tenemos
aguantar mucha basura. Yo, por ejemplo, he quedado para
siempre con la rilcera y la columna desviada de los palos que me
dieron al comienzo. Qué le vamos a hacer, mirâ cômo estâ el
pobre José; y solos, los argentinos del barrio ni nos saludan, es
como si tuviéramos la peste. No se dan cuenta de que José se ha
arrepentido, me ha salvado a mi.
porfavor.
-BastaRosa,
José, si es verdad, iaquién no le ha tocado?
-Pero
que con este material podrâs escribir algo dijo
-Creo podriamos irnos y si
Cristina-, -me
necesitas mâs informaciôn
volvemos otro dia o les llamas por teléfono.
yo creo que estâtodo, cualquier cosa,les llamo.
-Si,
Empecé a hacer el chequ eparadejârselo.
cobrarlo maflana mismo, 1o he hecho al portador, esta
-Pueden
bien asi,6no es cierto?
claro Rosita alegrândose.
-Si, -dijo
y espero que consiga curarse dije mientras le
daba la mano. La tenîa hrimeda y blanda.-le
-Adi6s, Le di un beso en la
mejilla a Rosita y salimos.
Bajamos callados, afuera haciamucho frio. Cruzamos la calle y

(D)173 oor)
Cristina se metiô detrâs de unos setos a hacer pis, y probablemente
a vomitar. Cuando terminô, Ia abracé y pensé que era una suerte
poder estar con ella, yo no sabia ni podia derramar una lâgrima.
Aflos de sequfa.
Volvimos casi sin hablar a Madrid, mientras caia la tarde. Nos
metimos en la
bodega, ya en Lavapiés, dispuestos a
emborracharnos, a limpiarnos por dentro, como dos animales
buscando plantas fermentadas para purgarse.
A mf me harîan falta tres r(os de alcohol. Mâs que tu,muerte
golpea en mi memoria tu cara al mirar y reconocer a José. Esa es la
imagen central de este cuadro, tu protector y tu cazador, ahi
sentado en su casa, viviendo paranada.

Y vos corazona, abriendo mucho los ojos, estirando los brazos


para aprender algo mâs del humano rapaz, aquel que nos gustaba
mirar juntos en el libro del Bosco, sentados bajo el limonero de tu
casa.

Te llevaste mi nombre guardado.

Retumba el tambor y estoy traspasado por los cuchillos sobre la


tabla, ni el escudo mâs grande puede protegerme, desnudo, las
cartas esparcidas por el suelo, colgando de la llave que apunta
directamente al hueco de ese crâneo, pendôn de una campana
negra, caigo una y otravez alpozo oscuro.
Y vos, no puedes verme caer, estâs de espalda, el lobo que te
abraza me mira de reojo ,la tana duerme sobre tu pecho , tal vez
estâs dormida, no ves tu cara grabada para siempre en el espejo
convexo.

c,o)174 cnr)
xvr
Cinta N.o 7
(Grabada en la cor-nparecencia de Natalia a la Comisiôn de
Derechos Humanos. Buenos Aires, abril de 1 9SB)
veces me hago un 1(o. Trato de recordar lo mâs que
puedo, voy aftâs, atrâs y mi primer recuerdo es mi perro,
se llamaba Puco y tenia el pelo muy negro con las orejas
grandes. Yo estaba en un jardfn, ffie caîa,lloraba pero no habfa
nadie. Después estâ la casa, en San Isidro, el rio, mi madre, la que
decia que era mi madre, que siempre estaba tomando pastillas y
preocupada por mi, no me dejaba casi nunca salir a la calle.

Siempre tenîa mucho miedo. También estaba Roberto, el que


deciaque era mi padre, pero venîapoco a la casa.
Gritaban mucho y yo tenîa siempre miedo cuando discutian,
debia de tener cinco o seis afros entonces.
En esa época fuimos al mar, fue la primera vez que lo vi y me
acuerdo claramente de la playa. Era Necochea, la arena era muy
fina y las olas grandes. Me compraron un balde y dos palas y me
puse a hacer pocitos, adonde llegaba el agua, se llenaban y
después desapare cianhasta la prdxima ola.

Al aflo siguiente volvimos a ir aI mar, a ofta playa, mâs frfa,


habîa mucho viento. Me encanta el mar, me gusta ver las olas
cuando se van levantando y se hacen casi transparentes antes de
romper. Yo esperaba todo el aflo el verano parcque me llevaran al
mar.
Ese afro empecé afu ala escuela. Me compraron un uniforme, un
jumper'antly dos camisas blancas. Ella me llevaba en su coche y
venia a buscarme. Alli me hice amiga de Fabi y de Mdnica, dos
compafleras, pero nunca me dejaron ir a sus casas. Era un colegio

c,u)17s ccr)
de monjas. Nos hacîanrezat, amî siempre me daban un poco de
miedo esos trajes oscuros. Ellos decîan que era un colegio caro,
que alli s61o iba gente como <<nosotros>>.

Sin querer romp( el tocadiscos y é1 se puso furioso, gritaba,


recuerdo que dijo que me iba a devolver a los sôtanos, yo no
entendî nada, no sabfa 1o que eran los s6tanos pero tuve mucho
miedo. Era muy violento, sol(a romper los platos, tirândolos al
suelo cuando se enojaba en la mesa. Ella se ponfa a llorar y é1
entonces gritaba mâs fuerte. Varias veces salf corriendo al patio
muerta de susto, pensando que iba a pegarme a mî también. Me
daba lâstima verla. Cuando é1 se iba dando un portazo, yo entraba
y tratabade consolarla. Los riltimos aflos fueron peores, cadavez
que aparecîaeranescândalos, por la comida, por la ropa, gritaba y
tiraba las cosas por cualquier motivo. Le pegaba o Ie lanzaba
cosâs alacabeza.
****{.**
Una vez tuvo que ir al médico a que le cosieran la frente,
después de que le tirara una taza. Luego pedfa perdôn, pero
cuando se enojaba parecia que nos iba a matar a las dos. Era
honible. Yo hubierà qu"rido que me pusieran interna en algrin
colegio con tal de no verlo. Cuando se 1o dije me insultô y me dijo
que yo estaba loca, que esos colegios estaban infectados de
comunistas y que ninguna hija suya iba a acercarse, eue seguirîa
yendo al colegio de monjas.
*****{.*
Ella se fue enfermando de los nervios. Tomaba cada dia mâs
pastillas y parecia siempre mareada. Yo volvia de clase y la
encontraba acostada en el si116n, como dormida, menos mal que
estaba la seflora Francisca, la sirvienta que la atendia.

El riltimo aflo, cuando yo tenfa diez aflos y ya estaba en sexto


grado, no me dejaron ir mâs a la escuela. Dijeron que me iban a
cambiar de colegio pero no 1o hicieron. Nos cambiamos de casa,
al centro de Buenos Aires. Y después a otra casa en Palermo.

c,o)176 c,cr)
Desde esa casa en Palermo empezaron a llevarme en coche todos
los dfas, tapada con una manta en el asiento de atrâs. Yo sabfa que
algo estaba pasando. No me dejaron ver mâs la televisidn, pero yo
consegui hacerme amiga de una vecina y ella me dejaba verla,
cuando podïa escaparme de la casa a jugar un rato. Fue un aflo de
constantes mudanzas.Y gritaban mâs que nunca.
Sabia que estaban por ju zgara los militares, por la televisidn la
gente hablaba de los muertos, alcancé a ver un programa donde
unas mujeres con pafruelo hablaban de sus hijos desaparecidos.
Yo entonces ya habia cumplido once aflos. No podfa decir nada,
una vez pregunté sobre los militares y él empezd a decirme que
iban a tener que defenderse, que habia gente que los atacùa.
Siempre tuvo los ojos saltones, por eso, a veces, parecia como si
fueran a salir de su cara. Me asustaba mucho.
Por suerte, en Palermo, aunque no me dejaban salir a la calle, no
podian impedir que fuera al departamento de al lado. Jugaba por la
tarde con Silvia, su madre se pasabaeldîaviendo la televisidn, y
yo no sabia bien por qué tenia mucha necesidad de saber lo que
estabapasando.
Pero volvieron a llevarme tapada a otra casa, y à otra, y hasta
casi un mes después no volvimos a la casa de Palermo. Cuando
volvimos, yâ sabia que me estaban ocultando de algo, que yo era
un problema, les habia escuchado hablar de un médico y de
historias de papeles, de los juicios, y a cada rato sonaba mi
nombre, que si Natalia esto o si aquello. Ella siempre terminaba
llorando y él gritando mâs fuerte.
Hasta que por fin escuché claramente cuando le dijo: <Ni asi te
has conformado, te traje a la chica paraque te sientas mejor, pero
ni eso te ha servido, no has dejado de drogarte, no sabes educarla,
ni organi zar lacasa, sos una basura. >>
La chica era yo, y entonces empecé a pensar de dônde me podia
haber traido si é1 era militar. Fue como un golpe en mi cabeza, ya
habîa escuchado los informativos cuando me escapaba a la casa

C,O)ITT eCr)
de al lado. Ella me daba lâstima, pero tenîaque saber lo que estaba
pasando. Cuando a las dos semanas conseguî leer en el diario las
denuncias de las madres y las abuelas, sentf que me desmoronaba.
Tenfa que hablar con alguien, pero la vecina no era de confianza.
Les hubiera contado mis secretos.
Volv( a la casa de al lado, y en los informativos pasaban las
fotos de las denuncias por los desaparecidos. Fue entonces
cuando vi a mi abuela con la foto de mi madre. La foto salia muy
cIara, y yo supe que era muy parecida a mi cara. Decidi llamar al
teléfono que dab an y me escapé de la casa. Sabia que si me
pillaban é1 me ibaadar una paliza.
Pero me fui al teléfono priblico de la vuelta y llamé, y
me
atendieron, y me dijo una sef,ora que no me moviera de allf, que si
habia algrin café cerca, yo le dije que no, s6lo una panaderia. Me
dijo que fuera alapanaderîa, comprara un pastel, que si no tenîa
parapagff que dijera que en diez minutos llegaban a buscarme y
esperara. Tuve mucho miedo, pero tenîaque irme de esa casa. No
podfa aguantar mâs.
Eso hice, pero no pedî ningrin pastel; me daba vergiienza, yo
estaba muy poco acostumbrada a moverme en la calle. Habia
vivido el riltimo tiempo siempre encerrada. Por eso hacia un aflo
que habfa empezado a sospechar de ellos, y al escuchar sus
conversaciones, cada vez mâs violentas, comprendi que peleaban
pormf.
A los diez o quince minutos llegaron en un coche dos sefloras,
otra mâs joven y un seflor que era abogado. Yo estaba temblando,
y cuando los vi empecé a llorar sin querer. Tenia mucho miedo. Lo
rinico que sentîa era que la mujer joven de la foto y yo éramos
iclénticas, y que debfa pedir ayuda antes de que volvieran a
trasladarme de casa.
Subimos al coche y les conté 1o que me pasaba. Me llevaron
directamente a una casa y a los pocos minutos llegd mi abuela.
Cuando me vio corrid a abrazarrne, como si me conociera desde

CôL7B eCr)
siempre. Fue la primera vez que alguien me abrazaba asi. Eso si lo
recuerdo mucho. Después, todo es confuso, se que llorâbamos y
llorâbamos.
Tuvimos el juicio, fue muy duro encontrarme con ellos otravez.
Ella me pedia que dijera que era su hija y amîme daba un miedo
terrible. Creo que nunca temblé tanto como en esos dfas. Menos
mal que mi abuela siempre estuvo a mi lado. Alli me enteré de
todos los casos como el mfo. Me explicaron 1o que estaba
pasando, y empec é air a una psicdloga que me ayudd bastante.

No fue fâciI defenderme, mi abuela me cuidd mucho, si me


devolvian yo no hubiera podido seguir viviendo, después de saber
quiénes eran ellos.

No puedo hablar mâs, estoy cansada. Muy cansada.*u,,

He conocido a Natalia. Tu hija se rie como vos, y hace circulos


con las manos cuando habla, como si alguna vezte hubiera visto
hacerlos. Hemos paseado por los parques y las calles y me ha
preguntado todo 1o que sé. Yo he intentado ser 1o mâs exacto
posible, tratando que la emoci6n no distorsione mis recuerdos.
Después, bien escondido, he llorado todo 1o que durante aflos me
habia guardado, antes de despedirme y cruzar el océano para
volver a este pais del sur, tan arrasado por la melancolia como yo
mismo. Sin embargo, es posible percibir el ruido (6el polen?) y la
grieta que se abre poco a poco, y reclama desde los lugares mâs
imprevisibles el derecho a perder el miedo. No serâ fâcil.
Atravieso la selvapara llegar al desierto, y el temblor vuelve a
instalarse en mi costado. Sé que es un viaje que terminarâcuando
lo abandone, si alguna vez ap)ïendo a convivir sin andar hurgando
el sentido de tanta crueldad, pero todavia es temprano para mi y
paravos, mi sola de micoraz1n.
Recompongo el cuerpo. El canto de las chichalras y las ranas
mezclado con el olor a humedad me lleva hasta tu mano, veo tus
dedos, subo por el brazohasta tu sonrisa.

(Q)tze (Cr)
El ojo no estâ entero, voy de la ceja a la pupila, y cuando me ves,
te vas. Desapareces.

Insisto. Bajo el ârbol tu boca se mueve, pero las palabras son


sdlo ruidos entre las hojas.
Sdlo en los sueflos te veo completa. Sin embargo, en las riltimas
noches yo no estaba, habia mâs gente a tu lado, se alejaban
cruzando una calle,y aldespertar he sentido el aire como si fuera
de cristal. Ajeno.

Huir agota y, sobre todo, humilla. La muerte me ha rozado


muchas veces y si he podido eludirla ha sido mâs por azar que por
conocimiento. Es verdad también que en dîas de cansancio he
deseado su llegada, Ia he esperado sin moverme de la casa,
decidido a liberarme de ser la presa de tanto cazador impune. Los
sentidos se desgastan y agota cavar tantas galerias paraproteger
un instante de paz,unrincdn donde escuchar tu propio corazôn, o
1o que queda de él después del esfuerzo. Y es poco: entre la
palabra y la acciôn hay un espacio desierto donde el horror ha
construido su nido como un pâjaro que busca mi pecho. Picotea
algrin hueso que no termina de soldar y hace que camine por la
calle un tanto torcido, como si fuera a perder et equilibrio. Busco
su alimento, durante largos dias lo preparo y 1o tiento, dejando la
puerta abierta y en la memoria guardo su veneno.
Fui yo quien te ensefr1 a trepar al ârbol en silencio para mirar
cdmo dormîan otros pâjaros, iluminando el nido con los frascos
llenos de luciémagas.
No es lo mismo, nada es lo mismo y Ia \uz permite ver cada
detalle. En el nido del horror, en cambio, habita 1o igual y alli la
oscuridad devora el imperceptible temblor de las manos al tocarse
o la amrga que nace de tu pârpado akeir y sube hasta la sien. Esas
pequeflas cosas son ahora mâs importantes paru mf que la
inmensidad de esta selva.
Cruzo el puente del r(o que sigue corriendo al fondo del
precipicio con el agua espesa, y me hundo paraencontrar tus ojos

c,u)180 ocr)
vagando en una gota oscura, entre los mârgenes que la selva
carcome. No es tiempo de lluvias.
Por qué yo. Por qué, Juliushka, mi avi6n no saliô a tiempo y
después hizo esa escala que nos separô, dejando el abtazo
suspenso para siempre en el aire seco de la Puna. Es probable que
nos cruzâramos a esa misma hora en el viento, sobre Ia cabeza de
algûn diablo de Oruro. No deberias haber ido a esperarme, no
tendrias que haberte acercado al aeropuerto de LaPaz. Maldigo
ese viento capaz de levantar piedras, maldigo ese cielo y me
maldigo justo cuando mi vicuflahabiaroto el hilo rojo y corrîa a
buscarte ottavez.
Rio sucio ,pozo de silencio, oscuro territorio de lanada.
Éramos tan hermosos y potentes, piensa el narcisista, y tan
sabios y claros, dice el mistico, y tan nuevos y arriesgados,
responde el aventurero, y tan necesarios como posibles, afirma eI
militante, y tan amorosos y amantes, susurra el apasionado, y tan
ingenuos como inocentes, responde el experimentado. Ahora que
he aprendido a saber rnuy pocas cosas, vos estâs en ese lugar que
hace de imân y no deja que me muera por un paro de tristeza en
cualquier esquina. Vuelvo a ernpezar.
<Es simple y cercano, es el reino de la libertad y no el de la
necesidad>>, decias mientras pedaleabas a mi lado cruzando el
parque florecido de lapachos violetas y acotabas, seria: <<pero
cuidado con los que quieren ser jefes y burdcratas, ellos traicionan
siempre>>. Olias a animal de axilas encantadas.

Los limites se han roto y el asesinato parece natural. Un ganado


ciego pierde sus ojos en salas de cirugfa estéticapar:a contarnos
desde el televisor que eso es una cara, y las cosas mâs elementales
siguen siendo dificiles, aftapadas por una crueldad hija de la
estupidez mâs absoluta. La enfermedad es tan profunda que
todavia no se ve ni el desconsuelo como sintoma. Ni la vergtienza.
Entre mi vida y tu vida se desteje un map à,y &esta altura no sé si
voy o si vengo. Los puntos cardinales se hanperdido en una suerte

C,O)IBI C,Cr)
de bordado superpuesto como un circulo que no se ha cerrado ni se
cenarânunca.
Acaso la experiencia nos sirve para volvernos mâs cretinos,
mâs astutos, mâs capaces de sobrevivir sin cambiar nada. O de
verdad serâ posible algunavez integrar con mayor riqueza cada
uno de los acontecimientos de nuestra vida a una accidn mâs clara
y colectiva.

No 1o sé. Ahora que voy a terminar el guiôn, me faltan ganas de


poner un punto final. Lo rinico que tengo claro es que te llevo en
los bolsillos pesando, como esas piedrecitas blancas que soliamos
crvzamos en el camino ,.y de las que nadie, nadie, podfa saber el
nombre a menos de tocarlas>>. Las preguntas estân envejeciendo
conmigo y espero que al menos ellas no me abandonen.
Y en algrin libro de historia, diez lfneas hablarân de un intento
de grupos estudiantiles, marginales, para explicar que no se puede
arrnar un foco y pretender que incendie una pradera cuyas raices
estân muertas desde siempre, desde antes de la primera lluvia. Y
entonces, al pasar Ia pâgina, leeremos confiadamente que mâs
tarde hubo elecciones y votaron a los asesinos que ganaron por
mayoria, y cuando en el norte, cerca de América Central, por
ejemplo, otras voces pidan justicia y tierra de cultivo, sabremos
pensar: otravez,qué inritil el gesto, nuevamente una lucha que no
irâ a ninguna parte y nos quedaremos achacosos, envejeciendo,
con nietos, si por casualidad los tuvimos o nuestros hijos los
tuvieron, y armaremos una larga fâbula para decir que hemos
aprendido algo que tenga sentido mâs allâ de tender la cama todas
las mafranas y asomarnos a la ventana a mirar el cielo, a veces
cubierto, aveces claro. Cadadîa.
También en el camino nos iremos inventando motivos,
campanas de las que tocar, pendones oscuros de un tiempo
miserable. iCrees que aprenderemos a amar otravez?
Mi piedrecita blanca. Mi campana.

c{nffi2 eor)
Sin embargo, quisiera ser feliz, algrin dia, por eso el olvido no
me cabe, es curioso constatar que yo tampoco quepo en este
reflujo viscoso, y no sé siquiera ctântos aflos mâs deban pasar
antes de que la ola rompa.

Hojita verde de helecho, de jacarandâ, de molles: el agua sigue


corriendo hacia las rafces de una selva aûn no explorada, donde
siguen creciendo, enormes, las preguntas.
*n{.{.**..i.
Casi en la riltima pâginadel libro, escrito conlâpizrojo sobre la
copa del ârbol leo:

2,9.76
AHORA
Cinco fuegos apunto de apagarse.
Ymâs abajo, en el inmenso tronco del jacarandâ florecido:
MEMORIA - MEMORfA.

C,U)t$ eQr)
Esta obra fue producida por el Taller Creativo de Crecer Juntos
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Tucumâh -Argentina - 2012

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de Atencién de Adolescentes y . Eventos(Capacitaciones,Talleres,
J6venes en situaci6n de alta Animaciôn de Eventos de nifios/as, etc)

vulnerabilidad social de barrios . Utilitarios (Agendas, Anotadores, Diarios,


populosos de la Provincia de etc)

Tucumén. . Presentes institucionales


La producci6n de los libros en su
. Libros Objeto
modalidad cartonera es realizada en . Cartillas y Material Didâctico
los talleres de Formaci6n Sociolaboral
que desarrollamos en el marco del eIGRUGEcartonero busca
Programa Vida que impulsa la instalarse como herramienta para la
Asociaciôn Civil Crecer Juntos en difusiôn de las letras y las artes
coordinaci6n con el Ministerio de visuales en la Regi6n, con un especial
énfasis en los/as autores/as y artistas
Desarrollo Social de la Provincia y
el Ente Cultural de Tucumân. tucumanos/as. De esta manera vamos
concretando un suefro, en forma de
Cada ejemplar de libro cartonero es proyecto editorial, desde donde
producido artesanalmente, con un poder promover y proponer modos
cuidado estético y un modo de de articulaciôn entre arte y Cultura
producci6ri, que lo transforman en de la Vida que nos permita dar
pieza ûnica y cargada de los sustentabilidad al sueôo colectivo del
mûltiples sentidos que se ponen en Otro Mundo Posible que sofiamos y
juego en el proyecto de inclusi6n necesitamos. Promovemos, tam bién,
social plena que impulsamos junto a las particulares miradas, muchas
los niôos, adolescentes y j6venes y veces ocultas, de las infancias, las
sus familias en nuestros barrios. mujeres, las juventudes y de todos
aquellos colectivos con los que
Los tipos de productos y servicios
compartimos nuestra vida y destino.
que brindamos se definen en una
l6gica abierta y dinâmica, con la El proyecto va adquiriendo
participaci6n de todos los actores sustentabilidad mediado por el
que intervienen en el proceso de trabajo articulado y en reciprocidad
llegar a concretar el "suefro-libro" que entre Estado y Organizaciôn de la
categorizamos como: Sociedad Civil en el compromiso
cotidiano y el suefro compartido.
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