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P o r M a r í a d e l o s Á n g e l e s C o r n e j o s C ava s
P r o f e s o r G u í a G o n z a l o C ác e r e s Q u i e r o
Marzo de 2012
Santiago, Chile
P o r M a r í a d e lo s Á n g e l e s C o r n e j o s C ava s
P r o f e s o r G u í a G o n z a l o C ác e r e s Q u i e r o
Marzo de 2012
Santiago, Chile
RESU M EN
0 . 0 P RESEN T A C I Ó N 9
1 . IN T RODU C C I Ó N 2 1
2 . M ONU M EN T O Y C IUDAD 2 4
3 . M E M ORIA Y LUGAR 3 4
4 . LUGAR Y C IUDAD 4 8
5 . C ON T RA M ONU M EN T O 6 2
6 . C ON C LUSIONES 8 0
7 . BIBLIOGRAFÍA 8 8
0| PRESENTACIÓN
9
nidad en que se determinó la lógica que define a la escultura para
desde ahí pensar su problematización en una serie de oposiciones en
las que opera.
2. Maderuelo, Javier. “La pérdida del pedestal” Madrid, Círculo de Bellas Artes, 1994
3. Krauss, Rosalind. Op. Cit. Pág. 64 y 65.
4. Musée dÓrsay. ”Auguste Rodin, Las puertas del infierno” [en línea] <http://
www.musee-orsay.fr/es/colecciones/obras-comentadas/busqueda/commentaire/
commentaire_id/puerta-del-infierno-9092.html?no_cache=1&cHash=3beadce3e0>
[consulta: octubre 2011]
10
a la relación con un lugar y transformándose en un objeto abstracto,
nómade y sin lugar.
11
las dimensiones de lo político y cultural ejercidas por la escultura du-
rante los años ochenta y noventa. Del mismo modo que Krauss, Brea
coloca al centro de cualquier análisis al monumento, y establece dos
principales coordenadas desde donde la escultura oscilará. El primer
eje horizontal ubicó al igual que Krauss, la tensión dada por la forma,
entre el paisaje y la arquitectura, la tierra y el mundo; en cambio en el
eje vertical trazó el uso que se hace de esas formas, la capacidad signi-
ficante y comunicativa de esas formas.
12
convención
paisaje arquitectura
Diagrama
Brea, José Luis. “Ornamento y Utopía. Evoluciones de la escultura de los años ochen-
ta y noventa”
Fuente: <http://www.personales.upv.es/fmarti/eii/brea%20ornamento%20y%20
utopia.rtf>
13
Duque6 sostiene que todo espacio público es por esencia un
espacio de carácter político, de manera que todo arte público debe
dominar y conjugar tres dispositivos: la tierra, como el estímulo que
le otorga sentido a las cosas y que se desarrolla a través de un alcan-
ce poético; la técnica y su vínculo con la tecnología como referencia
propia de su tiempo; y la puesta en crisis de la realidad, desde donde
el arte es capaz de lograr un quiebre para hacer ver lo que no está ex-
puesto. Al igual que Duque, Brea señala que el arte en la ciudad oscila
en un impulso utópico-crítico que opera desde un carácter que ya no
es sólo estético, sino igualmente ético y político.
14
Si nos preguntamos ¿cuáles son los fundamentos que pro-
pone la escultura pública hoy en la posible recuperación de un vínculo
real con la ciudad?, cabe interrogarse sobre si ¿ha sido el monumento
capaz de asimilar las distintas modificaciones de una ciudad en cons-
tante transformación, adquiriendo coherencia con el espacio público,
con sus significados y por sobre todo con las necesidades de una ciu-
dad?
15
“El aliento primero de una sociedad no viene dado por un proyecto
común, orientado hacia el futuro, sino por una pulsión que es resul-
tado de estar juntos (...) su realización se corresponde con principios
proxémicos que modelan durante un breve lapso la agitación de ele-
mentos moleculares: darse calor, gritar a coro, hablar en voz baja pero
provocando un murmullo, darse codazos o empujarse, sudar juntos,
rozarse, bailar al mismo ritmo, compartir una emoción.”
Manuel Delgado
1| INTRODUCCIÓN
19
de producir y de relacionar arte y ciudad.
11. Koolhaas, Rem. "The Bloke Alone" [En línea] < http://www.art-omma.org/
NEW/past_issues/theory/07.htm> [Consulta: 2011]
20
pación del espacio público en el sentido de apropiación12, de manera
de hacerlo y reconocerlo como propio, de apropiado, de adecuado,
enfrenta a la escultura pública en la emergencia de apropiación de
ese espacio, abandonando la contemplación experimentada por el
modernismo para ofrecer la posibilidad de articular un espacio social
tramándose con la ciudad y sus habitantes.
12. Delgado, Manuel. “Apropiaciones inapropiadas. Usos insolentes del espacio públi-
co en Barcelona” [En línea] <http://manueldelgadoruiz.blogspot.com/> [Consulta:
2010]
21
2| MONUMENTO Y CIUDAD | D E F I N I C I O N E S
22
utilizado como herramienta que ha permitido instruir a los ciudada-
nos sobre las distintas connotaciones y valores que el Estado ha re-
querido alzar, pudiendo incluso inscribir en el núcleo de una ciudad
la legitimación de un Estado. Esto explica cómo la imagen, por ejem-
plo, de la caída del monumento del Zar Alejandro III de Rusia en
la película October de Eisenstein14 o de Saddam Hussein en la Plaza
Firdos de Bagdad, son símbolos que pueden ser abatidos cuando los
discursos que glorifican ya no reflejan los nuevos contenidos. Por lo
general se trata de imágenes con tanto contenido simbólico que han
sido utilizadas como metáforas de la propia caída del poder.
14. Krauss, Rosalind. “Pasajes de la escultura moderna” Madrid, Akal, 2002. Pág. 15
15. Duque, Félix. Op. Cit. Pág. 112
23
La estatua ecuestre de Marco Aurelio es un monumento que se asienta en un lugar concreto y habla
una lengua simbólica acerca del significado o uso de ese lugar (…) erigida en el centro del Campidoglio
para representar con su presencia simbólica la relación entre la Roma antigua, imperial, y la sede del
gobierno de la Roma moderna, renacentista.
Krauss, Rosalind. Op. Cit. Pág. 63.
24
por el poder que podía adquirir reproduciendo ideas, revelando las
lógicas de las instituciones sociales y morales16. Pensando en Buenos
Aires, Gorelik sostiene: El Estado-Nación había ampliado el panteón
de héroes por fuera de la sacralidad religiosa y monárquica hacia los
hombres ordinarios, los hombres de ciencia, los hombres de política.
(…) se había creado una idea humanista de héroe que iba a producir
una multiplicación al infinito de los monumentos cívicos como mo-
numentos al progreso17.
25
cias –raciales, políticas, mafiosas etc.- ya lo hace el monumento por
ellos, impidiéndoles así tener conciencia de su situación en el mundo
como miembros de una comunidad, pertenecientes a una determina-
da raza y condición social19.
26
forma física distinta para la ciudad: el tejido urbano tradicional de
edificios alienados que fomentaba, a través de sus calles y plazas, la
vida cívica, fue reemplazado por bloques de viviendas; se segregaron
las funciones que hasta ese momento se procuraban integradas e in-
terrelacionadas, para ubicarlas en áreas específicas; y la revolución del
transporte provocó que las ciudades comenzaran a estructurarse en
relación al automóvil y la conexión que este permitía entre las distintas
zonas separadas de la ciudad. Así la funcionalidad como emblema del
urbanismo moderno obtuvo una ciudad con un resultado inhóspito e
inadecuado para las relaciones sociales22.
27
Una nueva fase de la modernidad se iniciaba con un renovado ímpetu
de creatividad, a partir del conjunto de las categorías de complejidad,
inestabilidad, contingencia e interdependencia23.
28
Tilted Arc de Richard Serra
Fuente: http://www.shafe.co.uk/art/Richard_Serra-_Tilted_Arc_(1981-9)-.asp
29
un inmenso arco de acero de 30 metros de largo por tres metros de
altura y que complementaba la plaza con una fuente ya existente, se
ubicó de manera convexa con respecto a la fuente circular y transver-
sal con respecto a los edificios adyacentes y los trazados del pavimen-
to, provocando un desafío para los flujos de circulación de la plaza:
Cuando trabajo en un emplazamiento urbano tomo en consideración
el tráfico, las calles y la arquitectura circundante. Construyo una espe-
cie de disyunción por medio de una estructura destinada a individua-
lizar el espacio, la cual se relaciona y se separa al mismo tiempo de la
arquitectura25. Las constantes quejas y molestias que significaba para
los transeúntes modificar su recorrido cotidiano por el lugar, obligó a
que Serra, tras un largo período judicial, sacara la obra del lugar. Serra
se negó tajantemente a reubicarla en otro espacio aludiendo a que era
una obra concebida exclusivamente para dicha plaza, concebida no
sólo para ese lugar, sino con ese lugar determinado, de tal modo que
cualquier nueva colocación terminaría por desintegrarla26.
Por su parte, el urbanismo comenzó a visualizar y proyectar
la ciudad reconociendo como factor esencial los diversos componen-
tes de la ciudad ya existente. Se comenzó a considerar la diversidad y
las complejidades locales, y se emprendió un trabajo sobre la idea de
hilvanar lo existente con lo nuevo. Se proyecta sobre fragmentos de la
ciudad y se indaga en su memoria, la cotidianeidad y las diferencias de
cada lugar como único y particular27.
30
El cambio de paradigma en la planificación de las ciudades y
el cambio cultural hacia el postmodernismo concebirían la ciudad de
manera más orgánica y menos rígida. La ciudad y la sociedad urbana
están en constante movimiento, produciendo diversos cambios pro-
pios de la agitación, los que ahora estarán considerados en la proyec-
ción de la ciudad.
31
3 | MEMORIA Y LUGAR
32
La capacidad conmemorativa del monumento ha implicado
concentrar su mensaje en el objeto. Su lectura emerge unidireccio-
nalmente donde el traspaso de mensajes, desde el objeto al sujeto, se
mantiene casi intacto. A través de la abstracción de las imágenes, la
construcción de un discurso se entrega del objeto a la interpretación
y percepciones del sujeto, los mensajes transitan tramando sentidos,
experiencias e ideas, y a través de la memoria se es capaz de urdir
el pasado con el presente. Pero, sobreviven algunas de las preguntas
clave que plantea Ricoeur: ¿de qué hay recuerdo?, ¿de quién es la me-
moria?32
32. Ricoeur, Paul. “La memoria, la historia, el olvido” Madrid, Editorial Trotta, 2003.
Pág. 19
33. Halbwachs, Maurice. “La memoria colectiva” Zaragoza, Prensas Universitarias de
Zaragoza, 2004
34. Ibíd. Pág. 16
33
Halbwachs, también distingue la memoria autobiográfica de
la historiográfica. Mientras la primera requiere apoyarse en la segunda
para así precisar y reubicar determinados recuerdos, la memoria histo-
riográfica, que si bien envuelve las memorias individuales, no pertene-
ce a los recuerdos experimentados personalmente por un sujeto, esto
aún cuando leemos el medio social pasado no solamente a través de
sus datos, fechas y reseñas históricas como dura información externa,
sino por medio de una fricción que es capaz de hacerla penetrar en
la memoria individual: Me acuerdo de Reims porque allí viví durante
todo un año. Recuerdo también que Juana de Arco estuvo en Reims,
y que ahí coronaron a Carlos VII, porque lo he oído o lo he leído. En
el teatro, el cine, etc., se ha representado tanto a Juana de Arco que no
me cuesta nada imaginármela en Reims. Al mismo tiempo, sé perfec-
tamente que no he podido ser testigo del acontecimiento en sí y me
limito a las palabras que he leído u oído, signos reproducidos a través
del tiempo, que son todo lo que me llega del pasado35.
34
se alimenta tanto de imprecisiones como de percepciones. Es emotiva
y latente. Y aunque sea vivida de manera individual, del mismo modo
que Halbwachs cree, es siempre un fenómeno colectivo. Por el contra-
rio, la historia como historiografía, es estable, permanente, y obedece
a un procedimiento intelectual que exige un análisis y un discurso
crítico, un discurso que celebra al estado-nación primero como pro-
yecto pedagógico al servicio de la nación, luego proyecto científico al
servicio de la sociedad36.
36. Nora, Pierre “Les lieux de mémorie” Santiago, LOM, 2009. Pág. 10
37. Ibíd.
35
Paradojalmente, aún cuando el monumento es una represen-
tación del pasado, una objetivación de lo acontecido, no es una cons-
trucción acabada. Para Sven Spieker38 un monumento requiere de un
proceso de asimilación y de lectura que se encuentra condicionado a
una cierta temporalidad y contingencia de su propio entorno. Este
proceso de significación y resignificación radica en la gran superficie
de contacto que poseen los monumentos con los distintos contextos
sociales, históricos y políticos, perdiendo por un momento su condi-
ción de proveedor de verdades simbólicas sobre el pasado, para super-
poner fragmentos subjetivos de sí mismo. El monumento se liberaría
del normal aislamiento en el que se encuentra para representar su
propia condición de totalidad, como configuraciones en permanente
construcción, como superficies de inscripción social.
38. Spieker, Sven. “Living Archives, Grafted Monuments: Memory in the Public
Sphere (Libera, Haacke, Wodiczko)” “ [En línea] < http://www.art-omma.org/
NEW/past_issues/theory/07.htm> [Consulta: 2010]
36
Fuente Alemana
Fuente imágenes: Zamora, Rafael. “Playa Santiago: paisaje balneario para armar” profesores guía Macarena Cortés y
Teodoro Fernández, Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, 2007.
37
ginariamente se especuló en la Plaza de Armas, donde reemplazaría
al deteriorado monumento a La Libertad Americana, pero su pública
discusión hizo que el intendente de la época decidiera situarla en la
entrada oriente al Parque Forestal, inaugurándose en 191239.
39. Voionmaa, Liisa. “Escultura Pública” V. 2, Santiago, Editores Ocho Libros, 2004.
Pág. 92
Fuente Alemana
Fuente: http://www.panoramio.com/photo/626748
38
A través de esta apropiación, la Fuente Alemana, es reinter-
pretada socialmente por medio de los propios usuarios quienes la re-
construyen con su interacción cotidiana, proponiendo una impensa-
ble funcionalidad colectiva que reubica al monumento ante el espacio
público en la construcción de un lugar, un lugar que otorga espacio a
la ciudad para la congregación.
39
ahí, porque de alguna manera el monumento se transformó en un
lugar? Parece inevitable traer la conocida frase de Robert Musil, no
hay nada en el mundo tan invisible como los monumentos40, porque
efectivamente el monumento de la Fuente Alemana desaparece cuan-
do deviene en lugar.
40
Y es que en la medida que algo es habitado, vivido y apro-
piado es posible levantar un lugar, el cual emerge en la posibilidad de
hacer espacio para albergar algún acontecimiento subjetivo que es ca-
paz de modificar el sentido de ese espacio. La apropiación que hacen
los veraneantes de la Fuente Alemana reduce la monumentalidad del
propio monumento, produciendo una acción que marca, afecta y que
construye espacialidad; un espacio que hace lugar y que transforma un
objeto en lugar.
42. Zamora, Rafael. “Playa Santiago: paisaje balneario para armar” profesores guía
Macarena Cortés y Teodoro Fernández, Pontificia Universidad Católica de Chile, Fa-
cultad de Arquitectura y Urbanismo, 2007.
43. Datos entregados por Fundición Montes Becker, encargados de restaurar la
Fuente Alemana.
41
Entonces, ¿cómo el monumento logra conjugar la perma-
nencia de una historia a la que ha celebrado y situado con un lugar en
la ciudad, y al mismo tiempo apropiarse de las nuevas preocupaciones
y contradicciones de una ciudad en constante ejecución y donde los
consensos sobre significados colectivos son cada vez más insosteni-
bles?
42
Y es que la permeabilidad de los acontecimientos y su con-
tingencia provocan una resignificación de la memoria, situándola aún
más en tensión con el olvido e impulsando una alteración que sim-
boliza una resistencia a cualquier permanencia. Toda memoria oficial
debe ser vista críticamente, debe ser interpelada desde una memoria
subjetiva. Cuando acontece el traspaso de individuo a ciudadano, es-
toy dando un paso que implica una reflexión crítica sobre la situación
en que vivo, de lo contrario soy sólo individuo, nada más (…) La te-
rrible historia de la humanidad no es para relegarla y sentarse en ella,
es una propiedad que debe ser productivizada por nosotros a través
de una reflexión crítica46.
Del mismo modo, pero aún más radical fue la situación del
monumento al Che Guevara instalado en la comuna de San Miguel.
La localización escogida para el monumento, buscaba prolongar la
producción muralista que había brotado en San Miguel (…) La dispo-
sición urbana de la pieza buscó convertirla en una referencia para
43
las masas. Pero en vez de preferir un plinto contundente, pero inac-
cesible, la base, con forma de espiral, alojaba una rampa que permitía
a cualquier visitante acercarse a la expresiva representación47. El mo-
numento sufrió dos atentados con explosivos, siendo dinamitado por
uno de ellos, para terminar arrancado de su pedestal por una patrulla
militar que lo derribó con un cable de acero, trasladándolo a un lugar
no conocido48. Así, su destrozo significa tanto el deseo de detener e
inmovilizar la memoria, como el abatimiento de todos los símbolos
que representaba y contenía el monumento.
44
metodología que les permitiera comprender las distintas problemáti-
cas del espacio, a partir del lugar que contiene mayor dificultades: la
ciudad. Entendiendo la idea de vinculación a la ciudad, de revincular
el monumento a su entorno y de sacar al monumento del silencio
significativo en el que se sume, subyace la idea de apropiación no sola-
mente de la historia, sino también de un rescate de aquellos elementos
que permiten la apropiación tanto de la propia historia del arte como
de los signos que la componen, esto comprendiendo al monumento
como una capa, un estrato impuesto por esta institución oficializante
de la historia50.
50. Ibíd.
45
4| LUGAR Y CIUDAD
51. Rossi, Aldo. “Arquitectura de la ciudad” Barcelona, Gustavo Gili, 1971. Pág. 29
52. Ibíd. Pág. 13
46
impresiones y experiencias, que a ratos escapan de las cualidades del
espacio y la legibilidad de las formas.
47
catedrales y las iglesias esparcidas por el mundo y San Pedro no cons-
tituyen la universalidad de la Iglesia Católica?53
48
con otros hombres, lo arraiga a la historia de un lugar, lo hace parte de
un ritual de pertenencia.
57. Vial Larraín, Juan de Dios. “El espacio en las ciencias” En su “Concepción filo-
sófica del espacio” Santiago, Editorial Universitaria, 1982. Pág. 34
58. Heidegger, Martin. “Construir, habitar, pensar” [en línea] <http://www.heide-
ggeriana.com.ar/textos/construir_habitar_pensar.htm> [consulta: diciembre 2011]
59. Ibíd.
60. Ibíd.
49
El monumento al General Schneider construido en el año
1971, ubicado en la intersección de las avenidas Kennedy y Américo
Vespucio, instala ciertas problemáticas e interrogantes en torno a la
construcción de lugar, el espacio, el arte y su relación con el locus.
61. El pedestal levanta tanto la obra del suelo como determina una distancia hierática
que la desmarca de los movimientos cotidianos de la ciudad y lo defiende de otros
discursos contenidos en otros monumentos. Esta fragmentación realizada por el pe-
destal simbolizará a través de su propia pérdida el gran conflicto de la escultura y el
monumento en su traspaso al periodo de producción modernista: La pérdida del pe-
destal en la escultura moderna refleja la ausencia de voluntad conmemorativa y, como
consecuencia, evidencia el carácter efímero que se opone a la noción de permanencia
que caracterizaba a la escultura tradicional. Maderuelo, Javier. “La pérdida del pedes-
tal” Madrid, Círculo de Bellas Artes, 1994.
50
to logra desplazar el centro del monolito a través de la inclusión de
la horizontal del suelo como parte del monumento, incorporando el
espacio y proyectándose en él. El espacio de desplazamiento de los
prismas busca el reflejo del sol. La estructura funciona con el recorri-
do solar, diseña la emisión de la energía, propone su geometría como
estructura de paisaje62.
51
Monumento al General Schneider
Fuente: Ivelic, Milán y Galáz, Gaspar. “Chile arte actual” Valparaíso, Ediciones Universi-
tarias de Valparaíso 1988.
52
El crecimiento de Santiago en los años setenta, muestra las
intenciones de prolongar la ciudad hacia el oriente por la avenida Ken-
nedy, donde incluso en los planos elaborados por Juan Parrochia se
puede advertir en la intersección de Kennedy y Vespucio, los espacios
destinados a las salidas del metro, lo que permite especular que en el
levantamiento del monumento también se estaba pensando en un es-
pacio de confluencia y de movimientos. Además, se había contempla-
do construir detrás del monumento un gran parque que albergaría los
juegos olímpicos juveniles, proyectado una disposición urbana donde
el monumento y su representación, eran parte de la proyección de la
ciudad63.
53
Si bien, el monumento al General Schneider comprende su
monumentalidad en una rigurosa unidad de las formas y de éstas con
el espacio, es por lo menos discutible si el monumento logró o no
apropiarse de su propio espacio y construir en el tiempo un lugar.
54
Proyecto original del trébol Américo Vespucio – Kennedy 1970-1974
Fuente: Parrochia, Juan. “El futuro de ayer y el futuro de hoy” Santiago, Univ. de Chile, Fac. de Arqui-
tectura y Urbanismo 1987.
55
entonces, ¿cómo un monumento o una escultura pública, podrá ser
apropiado si no conquista el pulso de un lugar?
56
Así, para Augé, los espacios se vuelven uniformes transfor-
mándose en lugares universales que han perdido su identidad y la
capacidad de resaltar ciertos signos de la ciudad, disolviendo en la
homogenización toda posibilidad de referencia. Entonces, el paisaje
urbano se transforma en un conjunto de no lugares, volviendo los
espacios contemporáneos en espacios carentes de identidad, impo-
niendo el tránsito por sobre la permanencia y prescindiendo de la
capacidad de los lugares de crear un vínculo con la ciudad.
57
le otorgan sentido a cualquier proceso de trabajo: la tecnología supe-
ditada a la cultura, entendiendo por cultura tanto la expresión de lo
humano, como un sistema de símbolos y significados compartidos
socialmente.
58
los orígenes, la gente, el trabajo, y las formas de vida, deben ser re-
visados bajo la intuición, ya que sólo a través de la percepción de un
lugar es posible entender todas sus potencialidades, apelando aún al
pensamiento, a la comprensión y a la experiencia artística.
59
5| CONTRAMONUMENTO
72. Barthes, Roland. “La Torre Eiffel: Textos sobre la Imagen” Barcelona, Paidós,
1993. Pág. 61
73. Ibíd. Pág. 79
60
ria oficial y la desmitificación de los acontecimientos memorables del
pasado, pero que implica por sobre todo un deseo de democratización
de la memoria. Porque lo que hace Barthes es cuestionar la perdura-
bilidad simbólica del monumento a través del tiempo, es cuestionar la
permanencia de una imagen colectiva que, como señala Hal Foster,
hoy día es una imagen problemática e insegura74, pero que a la vez se
despeja para relocalizar el significado en la experiencia espacial, reem-
plazando el valor del objeto por el espectador.
61
Cuando Gerard Wajcman76 se pregunta sobre cuál sería elegi-
do el objeto del siglo veinte, y escoge tres, uno de ellos el documental
Shoah de Claude Lanzmann que trata sobre el holocausto judío, lo
que hace Wajcman es replantear las nuevas maneras de representa-
ción de los objetos del arte. Para Wajcman, el valor de Shoah, está
en que muestra lo que nadie ha visto, lo que no se ve, y lo muestra
sin imágenes. En Shoah no hay desgarro ni violencia, sino testigos y
relatos como únicos lugares de la memoria, y que producen un tenso
diálogo con lo que falta, con la ausencia y con lo que no está.
Monumento Invisible
Fuente:http://art-history.concordia.ca/cujah/essay7.html
62
2146 piedras – Monumento contra el racismo, realizado en
el año 90 por Jochen Gerz en Sarrebruck Alemania, no sólo busca
y encuentra la ausencia, sino que además la transforma para volver a
hacerla invisible.
76. Wajcman, Gerard. “El objeto del siglo” Buenos Aires, Amorrortu, 2001.
77. Ibíd. Pág. 196
63
gar de origen, con las inscripciones hacia el suelo, de modo que la calle
compuesta por 8.000 adoquines no se viera alterada en su superficie.
Finalmente, la única visibilidad del monumento son unos carteles que
indican Plaza del Monumento invisible, ya que Gerz incluso desapa-
rece los planos del proyecto, y así no sólo no se puede ver nada, sino
además nadie sabe dónde están los adoquines grabados78.
64
tectura de la Universidad de Yale. Maya Lin, proyectó un memorial
que contraviene a todas las nociones del monumento público neoclá-
sico y modernista, pero no renuncia a la idea de conmemorar, por el
contrario, al tiempo que conmemora otorga argumentos suficientes
que confirman la crisis del monumento conmemorativo tradicional,
construyendo una obra que, a través de un recorrido, permite tanto el
ingreso como su experimentación, abriendo un lugar habitado por la
memoria hasta donde ir para recordar.
El memorial que recuerda a las víctimas de la guerra de Viet-
nam, se emplaza en el relevante National Mall, una gran zona de par-
que que une, desde el Monumento a Washington hasta el Capitolio, las
construcciones y monumentos más relevantes de identidad nacional.
Allí, el monumento realizado en 1982, se articula con los emblemas
nacionales y ofrece una relación física y política con el entorno en
tanto apuntan por un lado hacia el obelisco levantado en honor de
Washington, y por el otro extremo al Memorial de Lincoln, desplazán-
dose horizontalmente sobre y en el suelo como una gran V que entra
y sale de la tierra.
65
Vietnam Veterans Memorial
Fuente: www.mayalin.com
66
Tanto la falta de pedestal o de plataformas, como la imposi-
bilidad de ver el monumento desde lejos, proporcionan una cercanía
que obliga a comprometerse e introducirse en esas dos largas pare-
des de granito negro, otorgando espacio para ocupar, recorrer, dejar
ofrendas y tocar los muros con los nombres grabados de los familia-
res y amigos caídos, permitiendo apropiarse de ellos en cuanto son
frotados sobre un papel para llevarlos como recuerdo de este home-
naje82.
67
después de la inauguración del Memorial, en 1984, y la segunda El
Muro que sana en 1996, ambas pertenecientes a Vietnam Veterans
Memorial Fundation.
68
rativas que se realizarán durante la exposición, y promueven que los
establecimientos educacionales locales inserten dentro de sus progra-
mas distintas actividades, como ensayos o dibujos, que permitan a los
más jóvenes acercarse e informarse, en un contexto histórico y cultu-
ral, a las distintas experiencias provocadas por la guerra de Vietnam.
69
DIAGRA M A NA T IONAL M ALL W AS H ING T ON
Monumento a Washington
Monumento a la Segunda Guerra Mundial
Capitolio
Casa Blanca
Museo Nacional
de Historia Natural
National Gallery of Art
Museo Nacional
de Historia
Lincoln Memorial
Museo del Holocausto
National Museum of
American History Monumento a Ulysses
S. Grant
Monumento a Delano Roosevelt
70
V i e t n a m V e t e r a n s M e m o r i a l
Fuente: www.mayalin.com
71
SI M ULA C I Ó N DEL DES P LAZA M IEN T O H A C IA EL M E M ORIAL
72
S T O P M O T ION
73
74
Fuente: Google Earth. Elaboración propia.
75
THE W ALL . RE P RODU C C I Ó N DEL M E M ORIAL Y M USEO I T INERAN T E
Fuente: http://www.vvmf.org/twth
76
THE W ALL . M USEO VIR T UAL
Fuente: http://www.vvmf.org/twth
77
6| CONCLUSIONES
78
experiencia, personal o ajena, pero siempre de manera colectiva.
79
La apropiación y habitabilidad de un monumento se pre-
sentan en esta tesis de manera ineludible, y frente a esto el proyecto
urbano tiene un rol crucial siendo capaz de comprender e hilvanar
todos los componentes en movimiento, trabajando en alianza la espe-
cificidad del arte en la ciudad y las relaciones ajenas que la componen,
relaciones entre los individuos y los grupos, entre el arte y el mundo.
80
mediatiza la obra, y que es capaz de restaurar el valor de lo simbólico
en lo más profundo de su comunidad.
81
construcción de la memoria. Ya que si bien, es posible que haya logra-
do sus objetivos tramando lo local con la escala de la ciudad a través
de su monumentalidad, e incluso haber impulsando la experiencia de
la obra, bajo el parecer de esta investigación la obra aún requiere de
un proceso de fricción que permita alcanzar la construcción de un
lugar simbólico. Esto sobre todo pensando en que esta escultura no
se levanta en el recuerdo, y sus planteamientos formales no se anclan
a ninguna memoria.
82
público realizada por el Estado durante los años de vigencia, presen-
ta a esta obra sin título, a través de una imagen en la que una de
las estructuras vegetales es ocupada por cinco jóvenes que se ubican
compartiendo animadamente sentadas en un borde de la obra. En el
fondo, detrás de cinco estructuras más, se ve muy lejanamente a una
persona que se desplaza por la plaza.
83
la imagen ya que su emplazamiento está realizado en un espacio de
tránsito, entre medio de la carretera y que permite conectar la entrada
de la comuna con el gran prestador de servicios cívicos que es el mall.
¿Será que esta imagen, más que representar una realidad practicada re-
presenta los deseos y necesidad de articular un espacio social a partir
de la inscripción del arte en su contexto?
86. Entrevista a Pablo Rivera, parte del grupo autor de la obra Sin Título.
84
logran asentarse como instrumentos de identidad, vestigios capaces
de delatar la memoria, incidiendo en la capacidad de reconocer y re-
conocernos como parte de una totalidad, identificando nuestro sitio y
el de otros.
85
7| BIBLIOGRAFÍA
86
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lo%20Sztulwark&f=false
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Esta tesis fue apoyada por los Fondos
de Cultura del Consejo Nacional de
la Cultura y las Artes | Área becas y
pasantías