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CASO EN CONCRETO:

ANTONIO PEREZ SEPULVEDA, vivió durante veinte años en el Municipio de


Montería, Córdoba, donde tenía su domicilio y asiento principal de sus
negocios, hasta que el 17 d mayo de 2016 se ausento o desapareció al parecer
definitivamente. Se ha realizado todas las investigaciones por parte de la
Fiscalía, Policía y de manera privada sobre el paradero del señor ANTONIO
PEREZ SEPULVEDA y no se ha podido dar con su paradero. Al tiempo de su
desaparecimiento tenia registrado a su nombre una vivienda ubicada en la calle
53 No 15-46 de la ciudad de Montería, con matricula inmobiliaria 346-00896de
la oficina de registro de instrumentos públicos, establecimiento de comercio
denominado “FERRETERIA EL MARTILLO”, debidamente registrado en el
registro mercantil. El señor ARMANDO PEREZ SEPULVEDA

Cuando una persona desaparece de su domicilio y se ignora su paradero, la ley


establece  dos mecanismos judiciales diferentes,  por medio de los cuales se
puede  declarar  la ausencia de la persona, los cuales deben utilizarse
dependiendo  la causa del desaparecimiento. Ahora bien, independiente de las
anteriores acciones, si la persona ha desaparecido por dos años o más, y se
han realizado las diligencias previas para averiguar por su paradero, tales
como presentar la denuncia por el desapareciendo en la Fiscalía, efectuar la
búsqueda en Medicina Legal,  realizar publicaciones en medios de
comunicación, sin que se obtenga resultado positivo alguno,   cualquier
interesado puede adelantar el proceso de muerte presunta por
desaparecimiento  ante el juez de familia del último domicilio del ausente.
Dentro de la acción judicial mencionada  se informa  de la existencia del
proceso al desaparecido y se advierte a las personas que tengan noticias de él,
para que lo comuniquen al juzgado. Lo anterior se realiza por medio de
publicaciones en el Diario Oficial,  en un periódico de amplia circulación
Nacional  y uno local, si lo hubiere y en una radiodifusora. Estas publicaciones
deben realizarse tres veces y con intervalos de cuatro meses entre la anterior y
la nueva.
Dentro del trámite, el juez le nombra un apoderado  al desaparecido, quien lo
representa en el curso del proceso. Luego de efectuadas las actuaciones
anteriores y de realizadas las pruebas que decrete el juez, si no se cuenta con
noticias del desaparecido, el juez emite una sentencia declarando la muerte de
la persona y estableciendo como fecha presunta de tal evento  la que
corresponde a  los dos años siguientes desde que se tuvo la última noticia del
desaparecido.
Posteriormente,  debe publicarse la sentencia que declaró la muerte presunta
por desaparecimiento en los mismos medios de comunicación mencionados en
parágrafos anteriores. 
Finalmente, el juez ordenará a la Notaría que él designe, la elaboración del
registro civil de defunción. 
Una vez efectuado lo anterior, se podrá iniciar por separado el proceso de
sucesión  y la liquidación de la sociedad conyugal. Igualmente, con la sentencia
que declara la muerte presunta por desaparecimiento, podrá iniciarse los
trámites para reclamar otros derechos  de los beneficiarios del causante, si los
hubiere, tales como la pensión de sustitución, seguros de vida, salarios y
prestaciones sociales, entre otros.

QUÉ ES LA MUERTE PRESUNTA?


La existencia legal termina con la muerte, así lo señala el art. 94 del C.C., lo
que significa que el ser humano deja de tener derechos.
El efecto que ocasiona la muerte es el hecho que el ser humano deja de
respirar y su corazón deja de latir. Pero, el Decreto 1546 de 1998 exige que se
trate de una muerte encefálica, es decir, cuando irreversiblemente hay
ausencia de las funciones del tallo encefálico, previo examen clínico,
certificado por uno o más médicos, dentro de los cuales debe haber un
neurólogo.
La muerte es ineludible, constituye la etapa final de la vida y es fácilmente
demostrable. Su prueba legal es el Registro Civil de Defunción. Pero,
especialmente en países como Colombia donde ha habido tantos conflictos
armados, se origina la inquietud acerca de las personas de las cuales no se
vuelven a tener noticias: Secuestrados y desaparecidos (como en el caso del
Palacio de Justicia  de Bogotá, en 1985); lo que ocasionó que el ordenamiento
jurídico instituyera  la figura de la muerte presunta,  reuniéndose unas
condiciones especiales que hacen suponer que la persona, en las situaciones
antes mencionadas, ha fallecido.
La muerte presunta es un proceso que se tramita ante un Juez con el fin que
declare que, luego de una ausencia prolongada, la persona ha muerto a
pesar de no existir el cuerpo. Lo que se pretende es provocar  iguales
efectos que la muerte real para el tema de extinción de obligaciones y
sucesiones.
Para ello, el art. 97 del C.C. establece un periodo de tiempo de 2 años o más.
El Juez dictará sentencia de declaración de muerte presunta (que se inscribe
en Notaría),  fijando como día hipotético de la muerte el último del primer
bienio, calculado desde el momento en que se tuvieron las últimas noticias.
¿Cuáles son los efectos de la declaración de muerte presunta?
Son iguales a los de la muerte real como por ej., la sociedad conyugal se
disuelve y se liquida, se disuelve el matrimonio (pero en el evento que la
viuda del muerto presunto contraiga un segundo matrimonio, éste será válido, a
pesar que aparezca el ausente declarado muerto, porque la Ley así lo dispone
(Ley 25 de 1992), cesa la patria potestad sobre los hijos. Una vez realizados
los trámites para obtener el Registro Civil de Defunción, se inicia el juicio de 
sucesión. Sus herederos serán las mismas personas que tenían tal carácter
antes del día declarado como el de muerte presunta.
¿Qué sucede si el desaparecido declarado como muerto aparece y
reclama sus bienes?
En estos casos, se revoca (rescinde) la sentencia que declaró la muerte  y  el
Juez ordena a la Registraduría del Estado Civil  el trámite correspondiente para
que se le otorgue la Cédula de Ciudadanía y ordena a la Notaría la
cancelación del Registro Civil de Defunción y la cancelación de la sentencia
que decretó la muerte presunta en el Registro Civil de Nacimiento del supuesto
fallecido, y habiendo rescisión de la sentencia, el reaparecido pide la anulación
de los actos jurídicos que lo perjudicaron patrimonialmente para que se le
devuelven sus bienes.

La declaratoria de muerte presunta de una persona tiene como principal efecto


patrimonial el habilitar a los herederos de este para iniciar el proceso de
sucesión para que le sean adjudicados los bienes que le pertenecían al
declarado muerto.
Se denomina muerte presunta ya que no se tiene la certeza de la muerte de la
persona sino que esta se presume por ende se admite prueba en contrario al
respecto.
Los herederos de una persona declara muerta presuntivamente se denominan
por el derecho civil herederos presuntos.

Con la declaración de muerte presunta se abre la posibilidad para que los


herederos inicien el correspondiente proceso de sucesión y de esta forma se
evita que los bienes corran el peligro de ser adquiridos por terceros, por no
encontrarse en posesión del propietario, lo cual es muy probable que suceda.
Para que se declare la muerte presunta de una persona deben concurrir los
siguientes requisitos:

 Deben haber transcurrido dos años a partir de la ausencia de la persona


sin que se separa nada de ella.

 Quien solicita la declaratoria debe demostrar el interés directo que tiene


al respecto.
 El juez del último domicilio que haya tenido el desaparecido es quien
debe declarar la muerte presunta.

 Antes de la declaratoria se debe efectuar una serie de citaciones al


desaparecido las cuales deben realizarse por medio de edictos en un
periódico de amplia circulación nacional.

 Se debe demostrar que se han efectuado todas las diligencias


necesarias para dar con el paradero del desaparecido sin obtener resultado
alguno.

Una vez cumplidos los requisitos y declarada la muerte presunta,  la sentencia
en la que se establece dicha declaración debe ser pública lo cual es un aspecto
indispensable para que se entienda que esta causa efectos patrimoniales
respecto a los bienes del muerto presento, es decir, que solo hasta dicha
publicación los herederos pueden iniciar el proceso de sucesión.
La Corte Constitucional en sentencia T – 1124 de 2002 destaco la importancia
de la publicación de la sentencia por medio de la cual se declara la muerte
presunta de una persona, un extracto de la mencionada sentencia señala lo
siguiente:
“La publicación de la sentencia que declara una muerte presunta, entonces,
pretende i) que el conocimiento de la decisión, por parte de todos, impida la
consolidación de los efectos patrimoniales de una declaración fraudulenta, ii)
alertar al ausente, a sus posibles legitimarios y a su cónyuge respecto de la
declaratoria y de una eventual liquidación patrimonial, y iii) prevenir a
adjudicatarios y a terceros sobre la posible rescisión del acto de partición y
adjudicación de los bienes del desaparecido, y de las negociaciones que los
involucren, durante el lapso previsto en la ley. 
Por ello, en tanto no se publique el mandato proferido en la sentencia, el
registro civil que prueba la muerte presunta no puede extenderse, ni el proceso
que liquida el patrimonio del causante iniciarse, porque la inscripción en el
registro civil y el proceso de sucesión afectan, necesariamente, todas las
situaciones jurídicas relacionadas con el desaparecido”.

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