A la mitad del siglo XX comenzaron a surgir nuevas teorías
administrativas para hacer frente a los nuevos tiempos que llegaban, luego de una Gran depresión causada por la Segunda Guerra mundial. Entre las más relevantes teorías tenemos la neoclásica, la de sistemas, la del comportamiento y la de contingencia, cada una con un modelo y enfoque particular, pero bajo un mismo origen el cual era sustituir la teoría Clásica de la administración que ya no satisfacía las necesidades de las organizaciones o empresas.
La Teoría Neoclásica comprende un enfoque económico y
administrativo, de mediados del siglo XX. Esta teoría se propuso reformar la teoría clásica de administración haciendo énfasis en la reducción de mano de obra y la automatización de los procesos para mejorar la eficiencia de una organización. Su tesis principal consiste en controlar y dirigir(administrar) a un conjunto de personas para que logren llevar a cabo un trabajo utilizando la menor cantidad de recursos.
La teoría general de sistemas (TGS) surgió con los trabajos del
biólogo alemán Ludwing Von Bertalanffy, publicados entre 1950 y 1968. La TGS no busca solucionar problemas ni proponer soluciones prácticas, pero si producir teorías y formulaciones conceptuales que puedan crear condiciones de aplicación en la realidad empírica.
La administración se benefició de la incorporación de la Teoría
General de Sistemas, especialmente durante los últimos tiempos, donde se utilizó esta teoría para refutar numerosas perspectivas de la administración clásica. Desde entonces, la comprensión de las empresas y organizaciones como sistemas describibles no ha cesado.
La teoría del comportamiento (o teoría behaviorista) de la
administración significó una nueva dirección y un nuevo enfoque en la teoría administrativa: el enfoque de las ciencias del comportamiento, el abandono de las posiciones normativas y prescriptivas de las teorías anteriores (teoría clásica, teoría de las relaciones humanas y teoría de la burocracia) y la adopción de posiciones explicativas y descriptivas. El énfasis permanece en las personas, pero dentro del contexto organizacional.
La teoría estructuralista surgió en la década de 1950, como una
derivación de los análisis de los autores orientados a equilibrar los recursos de la empresa, prestando atención tanto a su estructura como al recurso humano, abordando aspectos entre la organización formal e informal. La teoría estructuralista hace énfasis en la estructura, en las personas y en el ambiente. También fue un desdoblamiento de la teoría de la burocracia y una ligera aproximación hacia la teoría de las relaciones humanas.
La teoría de contingencia enfatiza que no hay nada absoluto en las
organizaciones o en la teoría administrativa, ya que todo depende del enfoque contingente, toda vez que existe una relación funcional entre las condiciones del ambiente y las técnicas administrativas apropiadas para el alcance eficaz de los objetivos de organización. Por tanto, el administrador identifica que técnica o herramientas son las mejores para alcanzar los objetivos, teniendo en cuenta ciertas circunstancias en momentos concretos.