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Las redes académicas de investigación ayudan a gestionar el trabajo realizado por los
investigadores, desde la comunicación hasta la colaboración en proyectos de
investigación. Estas redes académicas deben apoyarse en sistemas informáticos para
poder desempeñar su labor de manera eficiente y gestionar el conocimiento producido
por el grupo de investigadores. El trabajo en redes académicas es trascendental e
implica que los miembros de la comunidad de investigadores o comunidad universitaria
en general, en el caso de instituciones educativas de nivel superior, puedan enterarse
de los avances en materia de investigación que se observan en la institución, además
de participar activamente como investigadores. La difusión del conocimiento mediante
las publicaciones de los avances o resultados de investigación es otro de los elementos
que permiten las redes académicas respaldadas en sistemas informáticos.
[ABSTRACT FROM AUTHOR]
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1
Universidad Politécnica del Valle de México, Mexico
3854
ISSN:
16656180
Número de acceso:
102453370
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direct=true&db=eue&AN=102453370&lang=es&site=eds-live&scope=site
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direct=true&db=eue&AN=102453370&lang=es&site=eds-live&scope=site">Redes
académicas de investigación.</A>
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Asimismo, tenemos que considerar que la gestión del conocimiento para la reproducción de
éste no es sólo un capricho o una moda, sino una forma necesaria de realizar el trabajo. Los
miembros de las universidades, principalmente profesores, investigadores y alumnos, deben
constituir alianzas para comunicación y debate de ideas, como lo establece Giraux (citado en
Gadotti, 2008), y también para desarrollar proyectos científicos y de desarrollo tecnológico.
Peter Druker (referenciado en Parker, 2007) menciona que el conocimiento agregado a los
productos y servicios, así como a todo el proceso productivo para llegar a ellos, es, sin duda,
una ventaja frente a los competidores.
Las empresas que han llevado una gestión del conocimiento a lo largo de los años poseen una
ventaja sobre la competencia, de tal forma que seguirles el paso de desarrollo de productos y
de las formas de crearlos se vuelve cada día más complejo. Tenemos muchos ejemplos de
compañías que han tomado ventajas en la gestión del conocimiento, como las firmas de
software Microsoft u Oracle. Éstas han creado productos que han evolucionado durante años,
lo que representa cientos de miles de horas dedicadas a su elaboración por parte de gente
experta y talentosa. El valor de sus productos no se debe al producto físico que adquirimos, un
disco compacto por ejemplo, sino a todo el conocimiento que está dentro de ese disco
compacto. Esto es lo que simboliza el capital intelectual, como lo menciona Parker (2007). Este
capital intelectual está conformado por el conocimiento de la operación de la organización, los
procesos productivos, la experiencia de las personas que llevan a cabo los procesos, el
conocimiento sobre los clientes y sus preferencias, la capacidad de innovación y el
conocimiento del manejo del capital financiero.
REDES ACADÉMICAS
El conocimiento en las universidades debe ser tratado de una manera espacial y prioritaria,
pero esto no tendría sentido sin una forma de gestionar y explotar dicho conocimiento. La
información administrativa que se maneja cotidianamente es un ejemplo de la necesidad de
efectuar un control sobre la información. Esta información incluye el estatus de los alumnos en
cuanto a las calificaciones de las materias cursadas, el rendimiento actual, las cargas
académicas de los profesores, el cumplimiento de las responsabilidades docentes, el avance
en el contenido de los cursos, el logro de las competencias planeadas, etcétera. Una institución
educativa no puede prescindir de una administración sobre estos elementos, pero al parecer sí
puede cumplir sus tareas cotidianas, su funcionamiento, sin administrar su conocimiento, lo
cual es falso o, en su defecto, provoca un detrimento en la calidad de la institución.
En foros y revistas sobre educación se ha discutido el tema del aprendizaje a través de redes
informáticas, en especial en redes sociales. Este trabajo no aborda este aspecto del
aprendizaje, sino la importancia que representa la creación de redes académicas (Sloep y
Berlanga, 2011), así como el trabajo que debe ejecutarse para la formación de éstas y su
impacto en la generación de conocimiento.
Las redes académicas representan un medio de comunicación, con una estructura compleja,
en la que cada nodo de la red es un usuario del sistema. Estas redes permiten una interesante
sinergia mediante interacciones entre sus miembros, como expresa Reynaga y Farfán (2004):
"Comparten intereses, fuerzas y puntos de apoyo con el propósito de dialogar, encontrar
respuestas, construir conocimientos y unirse en la búsqueda o creación de soluciones respecto
a una temática o problema".
Las redes sociales permiten crear las denominadas comunidades virtuales, las cuales están
formadas por usuarios que tienen intereses y characterísticas en común, como puede ser un
tema de investigación, o bien, el idioma o la idiosincrasia (Sotelo, 2009). Este concepto de
comunidad virtual encierra un mecanismo excelente para la compartición de recursos
académicos, ideas y experiencias de los usuarios, ya que permite colocar información que
pueda ser vista por todos los usuarios, o bien, por los que el propietario de la información
decida. En otras palabras, son modelos que favorecen el trabajo cooperativo entre los
miembros de un grupo de usuarios con intereses comunes (Sebastián, 2000); por ejemplo, las
restricciones de estos sistemas deben facilitar que la información colocada por uno de sus
miembros pueda ser compartida con un grupo en particular, como los miembros que comparten
una asignatura en la universidad, e incluso restringir a los miembros que el usuario decida.
Desde este enfoque, lo que se pretende lograr es la difusión del conocimiento a través de la
compartición de materiales didácticos o de apoyo al aprendizaje. Sin embargo, se deben
considerar también los factores relacionados con la autenticidad y los derechos de autor de los
materiales publicados en la red académica.
Las redes académicas pueden aprovechar la estructura de las redes sociales informáticas para
promover el trabajo en grupo, ya que uno de los objetivos fundamentales de las redes de
aprendizaje es la colaboración entre sus miembros para que, así, se genere conocimiento
(Maldonado Granados et al., 2008). Las redes sociales orientadas a la educación se han
utilizado para tratar de lograr la interacción entre estudiantes de temas similares y que
intercambien conocimientos, ideas y experiencias que complementen su aprendizaje. Además,
pueden intercambiar material didáctico y de apoyo para el aprendizaje con todos los usuarios
de la Red, incluso los que no están inscritos en un curso particular, pero que son usuarios del
sistema informático con estructura de red académica o social.
Estas redes académicas tienen un amplio margen de aplicación en las universidades por la
naturaleza misma de la institución como generadora de conocimiento. Así, podemos analizar
las posibilidades que se tienen en departamentos de instituciones educativas, como el de
vinculación, el cual normalmente se encarga de mantener contacto con empresas, gobierno e
instituciones a fin de propiciar la colaboración en proyectos de investigación, desarrollo
tecnológico y cultura. Una red de aprendizaje puede agrupar a todos los actores de estos
proyectos y hacer más fácil la interacción, el trabajo en equipo, la divulgación de avances o
resultados de investigación o proyectos académicos y la comunicación. Así como este ejemplo
se pueden citar numerosos casos en los que se podría aplicar el concepto de red de
aprendizaje colaborativo, incluso dentro de la misma institución, en cuerpos de investigadores o
en academias por área de especialidad. Por evolución natural, estos grupos de cuerpos
académicos trabajarán en un tiempo razonable, después de haber sido formados, en
colaboración con otros grupos de otras instituciones, ya sea del país al que pertenecen o del
extranjero, concepto que es compartido por Tejedor y García-Valcárcel (2012).
En cuanto a los reportes de investigación publicados por los miembros de una comunidad
académica, es necesario llevar a cabo su administración para tener acceso rápido y fácil a
estos documentos. Esto no sólo representa un principio de orden, por las necesidades
estadísticas de las instituciones, sino que es un modo de promover los trabajos que elaboran
los investigadores de dicha institución educativa para diversos fines, entre los que figura la
generación de apoyos e ideas nuevas de los demás miembros de la misma institución,
externos, o bien, a miembros de la red académica. Otra razón importante para llevar este
registro es el no repetir las investigaciones que ya se han desarrollado con anterioridad, sino
que éstas deben ser aprovechadas para la generación de más conocimiento. Asimismo, es
importante destacar que las redes académicas pueden presentar un formato completamente
digital para comunidades de aprendizaje en línea o en entonos virtuales, como se menciona en
Torres (2005).
Otro de los objetivos de conocer en detalle la labor de los investigadores de una comunidad es
promover la participación de otros investigadores, de la misma institución o externos, en los
trabajos que se desarrollan de acuerdo con las líneas de investigación o de generación de
conocimiento abordadas por los miembros de la red académica.
El sistema que permite contener la información relacionada con la investigación desarrollada en
una institución educativa también debe permitir la integración de miembros invitados, quienes,
a pesar de que no pertenezcan a la institución, son personas o instituciones que contribuyen
con los proyectos de investigación de la comunidad de investigadores. Así, podríamos
referirnos a la colaboración entre cuerpos académicos de distintas universidades en México o
extranjeras o incluir en el sistema el trabajo colaborativo de otras redes académicas y de
investigación, como las redes temáticas del Conacyt, por citar un ejemplo.
El sistema de información debe ser accedido por cualquiera de los miembros de la red
académica y, además, podría aprovechar las characterísticas de los clusters para el trabajo
colaborativo en el aprendizaje, como se menciona en Steiner y Hartmann (2006).
Otro uso del sistema es la comunicación a través de foros asíncronos y síncronos, así como los
debates en vivo por medio de videoconferencias.
Para ello, se han de asignar funciones en un proyecto de investigación; cada actividad definida
dentro de estas funciones debe contener una fecha de cumplimiento para que los
investigadores que necesiten utilizar los resultados preliminares puedan hacerlo sin retraso. Por
otra parte, el control de juntas de investigadores, minutas y seguimiento de acuerdos se debe
llevar a cabo de manera automatizada como parte del sistema de información que soporta a la
red de investigación.
El sistema informático que gestione una red académica debe aprovechar las ventajas que
ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación actuales. Entre éstas se
encuentran los lenguajes para desarrollo de software para internet, especialmente para web,
que facilitan la interacción entre usuarios debido a que la comunicación por este medio es algo
común hoy. También permite la colaboración de personas en los centros de investigación en
cualquier parte del mundo. Además, las tecnologías para desarrollo de sistemas en web
contienen lo necesario para poder crear una infraestructura de red social, desde la parte
correspondiente a la implementación de los algoritmos que construyen la red de usuarios a
partir del registro de éstos en el sistema hasta la parte de la interfaz con los miembros.
Existen diversas tecnologías para el desarrollo de un sistema con las characterísticas antes
descritas; como ejemplo podemos mencionar los lenguajes Java, PHP (preprocesador de
hipertexto) y AJAX (Asyncronous JavaScript and XML), concepto que agrupa a tres lenguajes
de programación: JavaScript, XML y un lenguaje del lado del servidor.
La tecnología ideal para la base de datos de un sistema para implementar una red académica
de investigación debería contar con tipos de datos que permitan almacenar documentos y
archivos de cualquier clase en su estructura. Por ello, consideramos que una buena decisión es
la base de datos Oracle, porque cuenta con la posibilidad de gestionar documentos y archivos
digitalizados.
CONCLUSIONES
Hay que destacar que las redes académicas de investigación no son lo mismo que las redes
sociales informáticas; más bien, este concepto es independiente de las redes tecnológicas y
tiene como objeto la generación de conocimiento. También es necesario mencionar que el
apoyo a la labor en las redes académicas a través de los sistemas informáticos, a veces con
estructuras de redes sociales, permite el desarrollo de trabajo en grupo de parte de los
investigadores. Los sistemas de información pueden ser implementados para las necesidades
de una red académica de investigación en particular. Lo importante en la creación de este tipo
de redes es definir procedimientos -y llevarlos a cabo- que favorezcan la colaboración entre los
investigadores para que se obtengan resultados oportunos y de un alcance mayor.
Para lograr los objetivos de las redes académicas de investigación e incluso de otros tipos de
redes colaborativas y de aprendizaje, existen herramientas de software libre capaces de llevar
un control en la comunicación de usuarios, archivos y trabajo colaborativo.
En este trabajo comentamos los elementos relevantes que deben contener las redes
académicas de investigación. El desarrollo de una red académica contiene aspectos que
pueden ser abordados desde distintas perspectivas, como trabajo colaborativo, aprendizaje,
difusión del conocimiento, desarrollo de software, ciencias computacionales y educación.
Además, los sistemas informáticos para redes académicas hacen posible gestionar el
conocimiento almacenado, contar con información detallada de proyectos, llevar un control de
las citas y referencias de los investigadores, tener catálogos de proyectos e investigadores,
lograr el trabajo colaborativo entre investigadores, compartir información y divulgar los
resultados obtenidos en los proyectos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Tejedor, F. y García-Valcárcel, A. (2012). Sociedad tecnológica e investigación educativa.
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Torres, Á. (2005). Redes académicas en entornos virtuales. Apertura, pp. 83-91.
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By Salvador Contreras Hernández; Julio César Ruiz Martínez; Elizabeth Nanllely Vázquez
Mejía and Fernando Adolfo Salazar Vázquez