Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Introducción
Una definición de adoración dice así: “Adoración es comunión con Dios, en la cual los creyentes
por gracia centran la atención de sus mentes y el afecto de sus corazones en el Señor mismo,
humildemente, glorificando a Dios en respuesta a su grandeza y a su Palabra”.
La adoración es una vía de comunicación mutua establecida por la gracia de Dios. (Hebreos
10:19-22). El creyente tiene libre acceso al Padre Celestial gracias a la obra realizada por
Jesucristo en la cruz.
La adoración empieza con una actitud de humildad ante Dios; sigue con una confesión de nuestra
dependencia total, buscando su perdón; luego con una proclamación de su señorío y grandeza,
pidiendo su ayuda para saber y hacer su voluntad en nuestras vidas, según la guía de su Santo
Espíritu; y termina con un compromiso y consagración de parte del creyente para obedecer y
honrar a Dios con todo su ser.
El mejor modelo de adoración se encuentra en el “Padre Nuestro” (Mateo 6:9-13). La adoración
no es tan solo el segmento musical del culto, sino que está presente en todos los momentos del
diario vivir.
La Adoración
La adoración auténtica no es un acto religioso y no se limita a rituales o ceremonias.
La adoración no ocurre solamente dentro del templo, no depende de un lugar, sino que la
adoración debe impregnar todo lo que el cristiano piensa, dice, hace y siente, es decir que
la adoración envuelve todo nuestro ser.
La adoración incluye una actitud de gratitud a Dios por su bendición de dar vida y salud.
La adoración incluye palabras que expresan gozo por recuerdos de lo que hizo el Señor por
nosotros en tiempo pasados.
La adoración incluye los momentos de reflexión privada en los que el hombre y la mujer
aprecian la revelación de Dios por medio de su creación.
La adoración incluye el reconocimiento de la suficiencia de Dios y la dependencia nuestra
en el tiempo de oración.
Todo lo mencionado no es una actividad sólo del culto en el día domingo.
La adoración, es muchísimo más. Es un estilo de Vida.
La adoración junto al pueblo de Dios es también de suma importancia. Uno de los más
grandes acontecimientos en la vida del ser humano es experimentar la presencia de Dios
manifiesta en los cultos de la iglesia. Es una experiencia difícil de describir en palabras; es
un encuentro divino humano que trasciende cualquier otra experiencia de la vida diaria.
El rey David entendía esto, y por eso expresó su deseo de estar en el templo: “Yo me alegro
cuando me dicen: Vamos a la casa del SEÑOR” (Salmo 122:1).