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Relajación aplicada al enfado

Implementación paso a paso de la técnica

Practicar la relajación a diario no es suficiente para mejorar el enfado. No se trata de estar “más
relajado” en general y, por lo tanto, sufrir menos enfado. El objetivo de la técnica es distinto.
Aprender a relajarse rápido y bien, y usar esa habilidad tan pronto como la persona note que se está
enfadando.

Para conseguir ese nivel de destreza, mucho más complejo que simplemente saber relajarse,
necesitamos seguir un proceso gradual, que incluye los siguientes pasos:
1. Entrenamiento en Relajación Muscular Profunda completo. Tiene que se una herramienta
transportable y usable en situaciones reales
2. Practicar Relajación en situaciones cotidianas. Cuando la persona ya sabe relajarse, debe
hacerlo en situaciones cotidianas. Por ejemplo, mientras está caminando, sentado en la
guagua o trabajando delante del ordenador. Es decir, al realizar una actividad habitual, la
tarea consiste en localizar los puntos de su cuerpo en que nota tensión y relajarlos con las
estrategias aprendidas.
3. Practicar Relajación en situaciones de estrés. Usarla ante pequeños estresores diarios a los
que inevitablemente nos enfrentamos. Ej. Tener prisa, dolor de cabeza, ir al dentista. Es un
nivel mayor de dominio de la técnica. Como en la fase anterior, la tarea consiste en localizar
los puntos de su cuerpo en que nota tensión y relajarlos con las estrategias aprendidas.
4. Practicar la Relajación en afrontamiento imaginado de situaciones de enfado. Partiendo de
un listado de situaciones disparadoras de enfado, recopiladas durante la fase de evaluación,
se establece una jerarquía según el grado de enfado que provoca. Realizar en consulta
5. Practicar la relajación en afrontamiento en situaciones reales.

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