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COLEGIO DE ESCRIBANOS DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA

REVISTA NOTARIAL 1996 - 2 Nro. 72

REGIMEN ECONOMICO DEL MATRIMONIO

REGIMEN LEGAL DE LOS BIENES MATRIMONIALES


EN VENEZUELA

Nieves Lemus de Rodríguez *

Se llama Régimen Patrimonial Matrimonial al conjunto de normas o reglas


jurídicas que determinan y delimitan los intereses pecuniarios o económico de
los cónyuges.

En razón de su origen, pueden clasificarse en dos grandes categorías:

a) Sistemas contractuales y

b) Sistemas legales.

Contractuales

Es aquel sistema en que los futuros contrayentes son quienes determinan


y reglamentan su régimen patrimonial matrimonial.

Legal

Es el que viene impuesto por la ley, cuando los futuros contrayentes no


determinan, no escojen, no reglamentan las normas que van a regir su relación
económica.

En nuestra legislación existe la más amplia libertad entre los futuros


cónyuges para que regulen sus relaciones patrimoniales durante el matrimonio.
Ellos pueden establecer las relaciones patrimoniales de sus bienes de la mane-
ra que más les convenga, salvo las limitaciones legales.

El art. 141 del Código Civil establece: "El matrimonio, en lo que se rela-
ciona con los bienes, se rige por las convenciones de las partes y por la ley.

Los futuros contrayentes tienen la facultad de determinar su régimen pa-

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Notario Público Primero de Valencia.

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trimonial (convención entre las partes). Si por el contrario, no ejercen esa facul-
tad, es decir, no celebran capitulaciones matrimoniales, la Ley, les impone el
sistema legal supletorio, denominado Comunidad Limitada de Gananciales,
consagrada en el art. 148 del Código Civil:

"Entre marido y mujer, si no hubiere convención en contrario, son comu-


nes, de por mitad, las ganancias o beneficios que se obtengan durante el ma-
trimonio".

CAPITULACIONES MATRIMONIALES

Son pactos o convenios perfeccionados por los futuros contrayentes con


el objeto de determinar el régimen económico patrimonial del matrimonio.

CARACTERISTICAS DE LAS CAPITULACIONES

1) Son contratos bilaterales:

Necesitan del consentimiento de ambas partes, los dos contrayentes de-


ben firmar las capitulaciones para que se pueda perfeccionar el acto y de él
derivan, derechos y obligaciones por los cónyuges.

2) Son contratos accesorios al matrimonio:

Las capitulaciones matrimoniales tienen conexión directa, con un matri-


monio futuro y dependen esencialmente de él; no puede concebirse una capitu-
lación matrimonial independiente de la celebración del matrimonio, están su-
bordinadas a él y sólo pueden surtir efecto, después de su celebración y mien-
tras subsista.

3) Son contratos Intuito Persona:

Sólo pueden existir entre los mismos contrayentes, entre los futuros
cónyuges única y exclusivamente. Son personalísimos.

4) Son contratos solemnes:

Porque la ley exige el cumplimiento de ciertas formalidades: a) Otorgar


ante un Registrador Subalterno y también ante un Registrador Mercantil si es

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comerciante de la jurisdicción del lugar donde se celebre el matrimonio, b) Re-


gistrar la Capitulación Matrimonial antes de la celebración del matrimonio so
pena de nulidad.

5) Sólo pueden celebrarse antes del matrimonio

Son contratos previos al matrimonio. Artículo 143 del Código Civil: "Las
capitulaciones matrimoniales deberán constituirse por instrumento otorgado
ante un Registrador Subalterno antes de la celebración del matrimonio; pero
podrán hacerse constar por documento auténtico que deberá ser inscrito en la
Oficina Subalterna de Registro de la jurisdicción del lugar donde se celebre el
matrimonio, antes de la celebración de éste, so pena de nulidad".

6) Son contratos inmutables:

Las capitulaciones matrimoniales no pueden ser modificadas después de


la celebración del matrimonio, solamente pueden modificarse antes de la cele-
bración del matrimonio y registrar esta modificación antes de la celebración del
mismo.

CAPACIDAD PARA CONTRATAR

La regla general es que toda persona capaz de contraer matrimonio es


capaz para celebrar Capitulaciones Matrimoniales. Existe una excepción a esta
regla general: El entredicho civil por condena penal, el cual puede contraer ma-
trimonio, pero no puede celebrar capitulaciones matrimoniales, artículo 23 de
nuestro Código Penal "la interdicción civil por causa criminal no podrá imponer-
se como pena principal, sino únicamente como accesoria de la de presidio.

Sus efectos son privar al reo de la disposición de sus bienes por actos en-
tre vivos y de la administración de los mismos, de la patria potestad y de la au-
toridad material.

A la administración de los bienes del entredicho se proveerá conforme lo


dispone el Código Civil respecto a los que se hallen en interdicción".

El menor que con arreglo de la Ley pueda casarse, puede celebrar tam-
bién capitulaciones matrimoniales con la asistencia y aprobación de su repre-

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sentante legal.

Cuando el futuro cónyuge esté inhabilitado o se le esté siguiendo juicio de


inhabilitación, se requiere para la validez de tales contratos la asistencia del
curador que tenga o del que se le nombre al efecto, además de ser aprobadas
por el juez de la causa. Artículo 146 del C.C. "el menor que con arreglo de la
Ley pueda casarse, puede celebrar capitulaciones matrimoniales, así como
hacer donaciones al otro contrayente, con la asistencia y aprobación de la per-
sona cuyo consentimiento es necesario para la celebración del matrimonio".

LIMITACIONES A LA LIBERTAD DE CONTRATACION EN LAS CAPITULA-


CIONES MATRIMONIALES

El artículo 142 del c.c. establece: "Serán nulos los pactos que los esposos
hicieren contra las leyes o las buenas costumbres, o en detrimento de los de-
rechos y obligaciones que respectivamente tienen en la familia y los contrarios
a las disposiciones prohibitivas de este Código y a las establecidas sobre di-
vorcio, separación de cuerpos, emancipación, tutela y sucesión hereditaria.

En las capitulaciones matrimoniales no se puede establecer:

a)Pactos contrarios a las leyes y las buenas costumbres.

b)Pactos que vayan en detrimento de la familia, es decir, contrario a los


deberes y derechos conyugales.

c) Pactos contrarios a las disposiciones prohibitivas del Código Civil (di-


vorcio, separación de cuerpos, emancipación, tutela, etc.).

d) Pactos contrarios a las disposiciones sobre sucesión hereditaria, ya


que serían contratos sobre sucesiones futuras, objeto ilícito en todo contrato.
Artículo 1156 del c.c.: "Las cosas futuras pueden ser objeto de los contratos,
salvo disposición especial en contrario.

Sin embargo, no se puede renunciar a una sucesión aún no abierta, ni ce-


lebrar ninguna estipulación sobre esta sucesión ni aún con el consentimiento
de aquél de cuya sucesión se trate".

e) El régimen de comunidad universal.

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FORMALIDADES DE LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES

Por la trascendencia de las capitulaciones, la generalidad de las legisla-


ciones exigen una serie de formalidades en su otorgamiento.

En Venezuela, deberán constituirse por documento otorgado ante un Re-


gistrador Subalterno de la jurisdicción del lugar donde vaya a celebrarse el ma-
trimonio. Puede otorgarse también por documento auténtico, pero deberá ser
inscrito en la Oficina Subalterna de Registro, so pena de nulidad.

Las capitulaciones no pueden ser modificadas antes de la celebración del


matrimonio, para que tengan validez es necesario que se registren antes de la
celebración del matrimonio. Para que produzcan efectos ante terceros el Re-
gistrador Subalterno deberá dejar constancia de la modificación al margen de
los protocolos que contengan la capitulación original (art. 145 del Código Civil:
"Toda modificación en las capitulaciones matrimoniales, aunque revestida de
las formalidades preceptuadas en el artículo anterior, quedan sin efecto res-
pecto a terceros si al margen de los protocolos del instrumento respectivo no
se ha anotado la existencia de la escritura que contenga la modificación.

No se dará copia del instrumento de capitulaciones matrimoniales sin la


inserción de la predicha nota, so pena para quien lo hiciere de pagar una mul-
ta, que le será impuesta por su superior, quedando a salvo las acciones civiles
o penales a que dicha omisión diere lugar".

De no hacerlo así, la modificación, aún cumplidas las formalidades de ins-


cripción será inoponible a terceros.

Si uno de los futuros contrayentes fuere comerciante, el Código de Co-


mercio impone, además de inscribir las capitulaciones matrimoniales en el Re-
gistro Subalterno, también deberá hacerlo en el Registro Mercantil con jurisdic-
ción en el domicilio respectivo. El incumplimiento de estas formalidades no
afecta la validez, sino una multa y responsabilidad por los daños que ocasione
a terceros.

EFECTOS

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Regulan las relaciones patrimoniales y comienzan a partir de la celebra-


ción del matrimonio y subsisten durante él, a menos que sean declaradas judi-
cialmente nulas, si la nulidad declarada es total, el régimen patrimonial acorda-
do queda sin efecto y es sustituido por régimen legal supletorio. Si la declarato-
ria es parcial, queda sin efecto sólo la parte de ellas afectada y la restante,
continúa rigiendo las relaciones patrimoniales matrimoniales

Estas declaraciones de nulidad no afectan los derechos de terceros de


buena fé, adquiridos con anterioridad a la declaración de nulidad y esa senten-
cia definitiva y firme debe ser registrada y además dejarse constancia de ella al
margen de los protocolos que contienen el convenio.

NULIDAD DE LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES

Las capitulaciones matrimoniales son nulas cuando existe una igualdad o


un vicio en el acto mismo de su celebración, que las hace ineficaces respecto a
los propios cónyuges y también en relación con terceros.

CLASES DE NULIDAD

Nulidad total

Es aquella en la cual la ilegalidad afecta todo el contrato o una parte


esencial del mismo, razón por la cual debe ser eliminada de la vida jurídica.

Nulidad parcial

Es aquella ilegalidad que afecta una o varias partes o cláusulas no esen-


ciales del contrato. En este caso sólo debe ser eliminada la parte o partes vi-
ciadas. El resto mantiene su vigencia.

Nulidad absoluta

Cuando en la capitulación matrimonial se han violado normas en cuya ob-


servancia están interesadas el orden público o las buenas costumbres.

Nulidad relativa

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Cuando se han violado normas legales imperativas o prohibitivas estipu-


ladas únicamente para proteger a uno de los contrayentes.

REGIMEN LEGAL ORDINARIO

Cuando los futuros cónyuges no determinan un régimen patrimonial con-


tractual, es decir, no constituyen capitulaciones matrimoniales, el legislador
nuestro es previsivo en cuanto se adelanta a establecer un régimen patrimonial
legal supletorio, el de la comunidad limitada de gananciales. Así lo dispone el
art. 148 de nuestro C.C.: "Entre marido y mujer, si no hubiere convención en
contrario, son comunes, de por mitad, las ganancias o beneficios que se ob-
tengan durante el matrimonio".

El régimen que consagra nuestra legislación, es de carácter supletorio,


sólo rige cuando los futuros contrayentes no celebran capitulaciones matrimo-
niales o cuando éstas han sido declaradas nulas.

La Comunidad Limitada de Gananciales, es una especia de comunidad


limitada en la cual integran la masa común de bienes, las adquisiciones a título
oneroso es decir, las ganancias obtenidas por los cónyuges durante el matri-
monio por su trabajo y las rentas o productos de los bienes propios o comunes,
conservando cada uno de los cónyuges la propiedad exclusiva de los bienes
que le pertenecían al tiempo del matrimonio, de los que adquieran durante él a
título gratuito o a título oneroso por subrogación de otros bienes propios, de los
derechos personalísimos y los enseres y objetos de uso personal.

CARACTERISTICAS

a) Es un régimen supletorio de la voluntad de los contrayentes.

Artículo 148: "Entre marido y mujer, si no hubiere convención en contrario,


son comunes, de por mitad, las ganancias o beneficios que se obtengan duran-
te el matrimonio".

b) Comienza el día de la celebración del matrimonio y cualquier pacto en


contrario es absolutamente nulo. Artículo 149: "Esta comunidad de los bienes
gananciales comienza precisamente el día de la celebración del matrimonio;

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cualquier estipulación contraria será nula".

c) Se disuelve única y exclusivamente por las causas taxativamente de-


terminadas por el Legislador. Artículo 173 del e.C.: "La comunidad de los bie-
nes en el matrimonio se extingue por el hecho de disolverse éste o cuando se
le declare nulo. En este último caso, el cónyuge que hubiere obrado con mala
fe no tendrá parte en los gananciales. Si hubiere mala fe de parte ambos
cónyuges, los gananciales corresponderán a los hijos y sólo en defecto de
éstos, a los contrayentes. También se disuelve la comunidad por ausencia de-
clarada y por la quiebra de uno de los cónyuges y por la separación judicial de
bienes, en los casos autorizados por este Código.

Toda disolución y liquidación voluntaria es nula, salvo lo dispuesto en el


artículo 190: "En todo caso de separación de cuerpos, cualquiera de los cónyu-
ges podrá pedir la separación de bienes, pero si aquella fuere por mutuo con-
sentimiento, la separación de bienes no producirá, efectos contra terceros, sino
después de los 3 meses de protocolizada la declaratoria en la Oficina Subalter-
na de Registro del domicilio conyugal”.

d) Dentro del régimen de comunidad de gananciales existen tres patrimo-


nios:

1- El de la comunidad

2- El del marido

3- El de la mujer

Esos bienes (los comunes) no constituyen un patrimonio independiente


de los respectivos bienes propios de cada cónyuge, sino que aparecen mez-
clados o confundidos con los bienes particulares. La única diferencia entre uno
y otro tipo de bien es que los propios pertenecen exclusivamente al respectivo
propietario, en cambio, los comunes corresponden de por mitad a ambos
cónyuges, independientemente de que aparezcan a nombre de sólo uno de
ellos o de ambos.

BIENES COMUNES

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Son aquellos bienes que adquieren los cónyuges durante el matrimonio,


por actos a título oneroso, a costa del caudal común.

El Legislador en el artículo 156 del Código Civil nos dice cuáles son los
bienes comunes de los cónyuges o bienes de la comunidad.

a) Los bienes adquiridos a título oneroso, durante el matrimonio a costa


del caudal común, bien se haga la adquisición a nombre de la comunidad o al
de uno de los cónyuges.

b) Los obtenidos por su industria, profesión, oficio, sueldo o trabajo de al-


guno de los cónyuges.

Cuando el ingreso lo percibe alguno de los cónyuges como consecuencia


de un contrato de trabajo, las prestaciones sociales e indemnizaciones deriva-
das de ese contrato, tales como utilidades anuales, los ahorros, etc.

Existe sólo un caso excepcional en el cual el producto del trabajo o arte


se hace propio y no corresponde al patrimonio común: Los derechos de autor
(artículos 34 y 35 de la ley sobre el derecho del autor).

c) Las donaciones con ocasión del matrimonio y sus accesorios. Los bie-
nes donados o prometidos a uno de los cónyuges con ocasión del matrimonio,
aún antes de su celebración son de la comunidad, salvo que el donante expre-
se su voluntad en contrario. Artículo 161 del Código Civil: "Los bienes donados
o prometidos a uno de los cónyuges, por razón del matrimonio, aún antes de su
celebración, son de la comunidad, a menos que el donante manifieste lo. con-
trario".

d) La plusvalía de bienes propios derivada de mejoras hechas a costa de


la comunidad. El aumento de valor por mejoras hechas en los bienes propios
de los cónyuges con dinero de la comunidad o por la industria de los esposos
se considera común, independientemente de que ese mayor valor sea igual,
superior o inferior a la inversión efectuada con el caudal común o representada
en el trabajo ejecutado. Artículo 136 del Código Civil: "Las sanciones a que se
refieren los artículos 131 y 133, prescriben a los tres años de la celebración del
matrimonio".

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e) Los frutos, rentas e intereses de los bienes propios y comunes. Son de


la comunidad los frutos, rentas e intereses devengados durante el matrimonio,
de adquisiciones onerosas habidas durante el matrimonio (artículos 156 y 158
del Código Civil), procedentes de los bienes comunes o de los particulares de
cada uno de los cónyuges.

Art. 156 "son bienes de la comunidad:

1. Los bienes adquiridos por título oneroso durante el matrimonio, a costa


del caudal común, bien se haga la adquisición a nombre de la comunidad o al
de uno de los cónyuges.

2. Los obtenidos por la industria, profesión, oficio, sueldo o trabajo de al-


guno de los cónyuges.

3. Los frutos, rentas o intereses devengados durante el matrimonio, proce-


dentes de los bienes comunes o del peculiares de cada uno de los cónyuges".

Art. 158: "El derecho de usufructo o de pensión, forma parte de los bienes
propios del cónyuge a quien pertenece; pero las pensiones y frutos corres-
pondientes a los primeros veinte años del matrimonio, corresponden a la co-
munidad en los cuatro quintos. De los veinte años en adelante, todos los frutos
y pensiones corresponden a la comunidad" .

f) El usufructo legal sobre los bienes de los hijos.

El usufructo que corresponde a los cónyuges en los bienes de sus hijos,


aunque éstos sean de anterior matrimonio pertenece a la comunidad (art. 159
del Código Civil)

BIENES PROPIOS DE LOS CONYUGES

Art. 151 del Código Civil: "Son bienes propios de los cónyuges los que
pertenecen al marido y a la mujer al tiempo de contraer matrimonio, y los que
durante éste adquieran por donación, herencia, legado o por cualquier otro títu-
lo lucrativo. Son también propios los bienes derivados de las accesiones natu-
rales y la plusvalía de dichos bienes, los tesoros y bienes muebles abandona-
dos que hallare alguno de los cónyuges, así como los vestidos, joyas y otros

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enseres u objetos de uso personal o exclusivo de la mujer a el marido.

Art. 152 del Código Civil: "Se hacen propios del respectivo cónyuge los
bienes adquiridos durante el matrimonio:

1. Por permuta con otros bienes propios del cónyuge.

2. Por derecho de retracto ejercido sobre los bienes propios por el respec-
tivo cónyuge y con dinero de su patrimonio.

3. Por dación en pago hecha al respectivo cónyuge por obligaciones pro-


venientes de bienes propios.

4. Los que adquiera durante el matrimonio a título oneroso, cuando la


causa de adquisición ha precedido al casamiento.

5. La indemnización por accidentes o por seguro de vida, de daños per-


sonales o de enfermedades, deducidas las primas pagadas por la comunidad.

6. Por compra hecha con dinero proveniente de la enajenación de otros


bienes propios del cónyuge adquirente.

7. Por compra hecha con dinero propio del cónyuge adquirente, siempre
que haga constar la procedencia del dinero y que la adquisición la hace para
sí.

En caso de fraude, quedan a salvo las acciones de los perjudicados para


hacer declarar judicialmente a quién corresponde la propiedad adquirida”.

Art. 153 del Código Civil: "Los bienes donados o dejados en testamento
conjuntamente a los cónyuges con designación de partes determinadas les
pertenecen como bienes propios en la proporción determinada por el donante o
por el testador, y, a falta de designación por mitad".

Como el régimen de comunidad de gananciales es un sistema de comu-


nidad limitada, a cada uno de los cónyuges, dentro del mismo sistema, le co-
rresponde la exclusiva titularidad de determinados bienes; estos son los bienes
propios de los cónyuges.

Son propios:

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A) Todos los bienes habidos antes del matrimonio.

En nuestra legislación cada cónyuge conserva la titularidad sobre los bie-


nes que le pertenecían antes del matrimonio, tanto muebles como inmuebles.

Sólo existe una excepción, los bienes donados a uno de los cónyuges por
razón del matrimonio, aún antes de la celebración de éste son de la comuni-
dad.

B) Ciertos bienes habidos durante el matrimonio.

1. Bienes adquiridos durante el matrimonio a título lucrativo por herencia,


donación y cualquier otra causa lucrativa.

2. Los adquiridos a título oneroso por subrogación de otros bienes propios


(por permuta, retracto, dación en pago, etc.).

3. Los bienes o derechos personalísimos (indemnizaciones por hecho ilí-


cito, por seguros, derecho de uso y habitación, etc.)

C) El usufructo legal del cónyuge sobre bienes de hijos bajo su patria po-
testad habidos antes del matrimonio.

D) Los realizados por compra hecha con dinero propio del cónyuge adqui-
rente, siempre que haga constar en el documento: a) la procedencia del dinero;
b) que la adquisición la hace para sÍ.

Art. 152 ordinal 7, del Código Civil:

7: "Por compra hecha con dinero propio del cónyuge adquirente, siempre
que haga constar la procedencia del dinero y que la adquisición la hace para
sí".

La jurisprudencia nuestra ha sostenido que la omisión del cónyuge com-


prador, de las menciones allí exigidas no pueden subsanarse a posteriori por
declaración adicional del otro cónyuge, o sea que éste reconozca que el bien
adquirido previamente es propio y exclusivo de quien lo compró y por lo tanto
eso para ser parte de la comunidad conyugal

Se requiere el consentimiento de ambos cónyuges para enajenar a título


gratuito u oneroso o para gravar los bienes gananciales, cuando se trata de

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inmuebles, derechos o bienes muebles sometidos a régimen de publicidad,


acciones, obligaciones y cuotas de compañías, fondos de comercios así como
aportes de dichos bienes a sociedades.

El art. 168 del C. c., contempla la posibilidad de que uno de los cónyu-
ges, efectúe por sí solo, sobre bienes de la comunidad, alguno de los actos
para cuya validez se requiere el consentimiento del otro. Esto puede ocurrir en
la siguiente circunstancia:

a) Que exista autoridad judicial.

b) Que el otro cónyuge esté imposibilitado para manifestar su voluntad.

c) Que los intereses del matrimonio y de la familia así lo imponga.

Igualmente, el juez podrá acordar que al acto lo realice uno de los cónyu-
ges cuando el otro se niegue injustificadamente y los mismos intereses del ma-
trimonio y de la familia así lo exijan.

El juez competente para conceder la autorización, es el juez de Primera


Instancia en lo Civil del dominio conyugal, quien para decidir debe:

a) Tener el pleno conocimiento de causa.

b) Oír previamente al otro cónyuge, cuando no estuviere imposibilitado.

3) Tomar en consideración la inversión que haya de darse a los fondos


provenientes de dichos actos.

El art. 170 de nuestro C. C. establece: "Los actos cumplidos por el


cónyuge sin el necesario consentimiento del otro y no convalidado por éste,
son anulables, cuando quien haya participado en algún acto de disposición con
el cónyuge actuante tuviere motivo para conocer que los bienes afectados por
dichos actos pertenecían a la comunidad conyugal.

Quedan a salvo los derechos de terceros de buena fe que, no habiendo


participado en el acto realizado con el cónyuge, hubiere registrado su título con
anterioridad al registro de la demanda de nulidad.

En caso de bienes muebles se procederá a estampar en el protocolo co-


rrespondiente la nota marginal referente a la demanda de nulidad; en otros ca-

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sos, se tomarán las providencias que garanticen la protección de los terceros


de buena fe.

La acción corresponde al cónyuge cuyo consentimiento era necesario y


caducaría a los cinco años de la inscripción del acto en los registros corres-
pondientes o en los libros de las sociedades si se trata de acciones, obligacio-
nes o cuotas de participación. Esta acción se transmitirá a los herederos del
cónyuge legitimado si este fallece dentro del lapso útil para intentarla.

Cuando no procede la nulidad, el cónyuge afectado sólo tendrá acción


contra el otro por los daños y perjuicios que le hubiere causado. Esta acción
caducará al año de la fecha en que ha tenido conocimiento del acto y, en todo
caso, al año después de la disolución de la comunidad conyugal".

Del contenido del artículo anteriomente transcripto concluimos lo siguien-


te:

a) Son anulable s los actos de disposición efectuados por uno de los


cónyuges, sin el necesario consentimiento del otro y no convalidados por éste,
cuando quien haya participado en algún acto de disposición con el cónyuge
actuante, tuviere motivo para conocer que los bienes afectados por dichos ac-
tos pertenecen a la comunidad conyugal y no al cónyuge contratante.

b) El Juez competente para conocer en estos casos es el Juez de Primera


Instancia en lo Civil del domicilio conyugal.

c) El titular de la acción es el cónyuge cuyo consentimiento era necesario.

d) Hay un lapso de cinco años para intentar la acción de nulidad, conta-


dos desde la inscripción del acto en los registros correspondientes o en los li-
bros de las sociedades si se trata de acciones, obligaciones o cuotas de parti-
cipación.

e) Esta acción se transmite a los herederos del cónyuge legitimado,


cuando éste muere dentro del lapso útil para intentarlo (es decir dentro del lap-
so de caducidad de la acción, o sea, cinco años).

f) Quedan a salvo los derechos de terceros de buena fe, que no hayan


tomado parte en el acto y que hayan registrado su título antes del registro de la

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demanda de nulidad.

g) Si se trata de bienes inmuebles, se debe estampar en el protocolo co-


rrespondiente la nota marginal referente a la demanda de nulidad.

h) En los casos de bienes muebles u otros derechos no inmobiliarios, el


Juez ordenará las providencias necesarias para garantizar la protección de los
derechos de los terceros de buena fe.

i) Cuando la nulidad sea improcedente, el cónyuge afectado tendrá una


acción contra el otro cónyuge por los daños y perjuicios que le hubiere causa-
do.

j) Esta acción caduca al año de la fecha en que tuvo conocimiento del ac-
to o bien, al año después de la disolución de la comunidad conyugal.

Artículo 171: "En el caso en que alguno de los cónyuges exceda de los
límites de una administración regular arriesgue con imprudencia los bienes co-
munes que está administrando, el Juez podrá a solicitud del otro cónyuge, dic-
tar las providencias que estime conducentes a evitar aquel peligro, previo co-
nocimiento de causa. De lo decidido se oirá apelación en un solo efecto, si se
acordaren las medidas y libremente en caso contrario.

Si las medidas tomadas no bastaren, el cónyuge perjudicado podrá pedir


separación de bienes".

Se considera que existe administración irregular, cuando se arriesgan im-


prudentemente los bienes de la comunidad. El cónyuge perjudicado por este
tipo de administración, podrá solicitar ante el Juez de Primera Instancia en lo
Civil con competencia en materia de Familia o ante el Juez de Familia de la
Jurisdicción, el decreto de las medidas que estime conducentes a fin de evitar
el peligro que la administración irregular representa para los bienes de la co-
munidad.

Dentro de las medidas que normalmente dicta el Juez podemos señalar:

1. Prohibiciones de enajenar y gravar bienes inmuebles.

2. Embargo de bienes muebles.

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3. Movilización conjunta por ambos cónyuges de las cuentas bancarias


que aparezcan a nombre del administrador irregular.

4. Controlar la recaudación de las rentas comunes que corresponden ad-


ministrar al cónyuge que arriesga los bienes comunes.

Estas medidas sólo pueden ser dictadas por el Juez, en base a las expli-
caciones y probanzas que le sean presentadas.

Si a pesar de haberse dictadas estas medidas, estas resultaren insu-


ficientes para impedir la administración irregular de los bienes comunes, el
cónyuge perjudicado puede solicitar la separación de bienes, o lo que es lo
mismo, la disolución de la comunidad de gananciales y reemplazarla por un
régimen de separación absoluta.

Si alguno de los esposos estuviere sometido al régimen de tutela o cura-


tela, el otro cónyuge administrará por sí solo los bienes comunes.

ADMINISTRACION DE LOS BIENES PROPIOS DE LOS CONYUGES

Tanto el marido como la mujer tiene la libre administración y disposición


de sus bienes propios, pero no pueden disponer de ellos, a título gratuito, ni
renunciar a herencias o legados, sin tener el consentimiento del otro. Es decir,
la mujer no pude disponer en forma gratuita de sus bienes propios, ni puede
renunciar a herencias o legados sin el consentimiento de su marido. En la
misma forma el marido requiere el consentimiento de su mujer para disponer
en forma gratuita de sus bienes propios y para renunciar a herencias o lega-
dos.

Los actos de administración que uno de los cónyuges efectúe por el otro,
con la tolerancia de éste, son válidos. Es decir, si uno de los cónyuges realiza
un acto de administración que corresponde al otro y éste lo permite o tolera, el
acto es perfectamente válido.

DISOLUCION DE LA COMUNIDAD DE GANANCIALES

La disolución de la comunidad de gananciales consiste en la terminación

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o extinción de este régimen patrimonial.

La Ley señala de manera taxativa las causas de disolución de dicha co-


munidad y, por tratarse de una materia de orden público, cualquier pacto o
convenio en contrario es absolutamente nulo, como bien lo establece el art.
173 de nuestro C. C.

La Comunidad de Gananciales se disuelve por las causas siguientes:

1. Disolución del matrimonio: Siendo la comunidad de gananciales un


régimen accesorio del matrimonio, si éste se extingue, ella también de-
ja de existir.

2. Nulidad de matrimonio: La sentencia de nulidad del matrimonio deter-


mina la disolución de la comunidad de gananciales.

3. Ausencia declarada de uno de los cónyuges.

4. Quiebra de uno de los cónyuges.

5. Separación judicial de bienes.

EFECTOS DE LA DISOLUCION DE LA COMUNIDAD

1) Pertenece a cada uno de los cónyuges o ex-cónyuges el producto de


su trabajo, profesión, industria, oficio o arte a partir de la fecha de la disolución
de la comunidad, es decir ya no se trata de bienes comunes.

2) Desaparece la comunidad sobre los frutos, rentas e intereses proce-


dentes de los bienes propios de cada cónyuge o ex-cónyuges, devengados o
producidos desde la fecha de extinción del régimen de comunidad.

3) Extinguida la comunidad, cada cónyuge o ex-cónyuge se hace único


propietario de los bienes que adquiera.

4) Cesan los derechos del marido y de la mujer, respectivamente de ad-


ministrar los bienes comunes que antes se encontraban confiados a su gestión.

5) La situación de comunidad ordinaria que surge entre los cónyuges o


ex-cónyuges (o sus herederos) al disolverse la comunidad de gananciales, no
puede afectar a terceros extraños.

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LIQUIDACION DE LA COMUNIDAD DE GANANCIALES

Por liquidación de la extinguida comunidad de gananciales, debemos en-


tender el conjunto de operaciones necesarias para determinar primero, y luego
satisfacer, los derechos y obligaciones de los respectivos cónyuges o ex-
cónyuges (o sus herederos) resultantes de dicha comunidad. La liquidación
culmina con la participación o división de los bienes comunes que no es más
,que la atribución en propiedad exclusiva, a cada una de las partes, de ciertos
y determinados bienes comunes que representan el equivalente de su corres-
pondiente mitad sobre la masa total de bienes.

ETAPAS DE LA LIQUIDACION

1) Determinación y avalúo del activo común: las partes deben ponerse de


acuerdo respecto de cuáles son los bienes sobre los que ha de versar la parti-
cipación.

El inventario del activo a ser dividido, comprende las siguientes partidas:


a) todos los bienes comunes, muebles e inmuebles, b) todos los frutos de los
bienes comunes, c) todas las prestaciones que deban los cónyuges o ex-
cónyuges a la comunidad.

2) Determinación del pasivo común: se trata de investigar las cargas de la


comunidad que no hayan sido satisfechas para el momento de la participación.

3) Formación de los lotes de participación: es la más delicada de todas


las operaciones de liquidación de la comunidad de gananciales.

El principio general que rige esta etapa de la división, ya se trate de co-


munidad conyugal, de comunidad ordinaria o de comunidad hereditaria, es el
de la igualdad entre los coparticipantes, consagrado en el artículo 1075 del
Código Civil.

Cada lote debe formarse o constituirse teniendo en cuenta cuál es el de-


recho de cada copartícipe sobre las masas de bienes comunes: en materia de
comunidad de gananciales, tal derecho equivale a la mitad de esa masa de
bienes para cada uno. En la composición de cada lote debe procederse de

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manera tal que, en lo posible corresponda a cada parte igual cantidad de bie-
nes muebles, de inmuebles, de derechos y créditos de la misma naturaleza y
valor.

4) Adjudicación de los lotes: es la culminación del proceso de la participa-


ción de la comunidad de gananciales. Consiste en la transferencia a cada
partícipe de los derechos exclusivos sobre los bienes que comprenden su res-
pectivo lote.

Si se trata de una división amistosa, la aprobación definitiva de ella por


sus partes, determina el traspaso de la propiedad de cada porción a su respec-
tivo adjudicatario. Si la participación es judicial, la transferencia de la propiedad
de los lotes ocurre cuando el Tribunal declara terminada y sellada la división.

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