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Walter Fregenal

Desde la mirada de un lego, se tiene la sensación que las palabras usadas en el


lenguaje cotidiano parecen ser naturales. O, simples términos que a alguien se le ocurrió
inocentemente para poder diferenciar los objetos reales y abstractos del mundo
circundante. Pero, esa mirada inocente queda de lado en el mundo científico, ya que en él
se sabe que las palabras no son inocentes, estas casi siempre están cargadas de
conceptos que describen y además forman el mundo circundante. A esto se le agrega
que, los cientistas sociales necesitan reflejar con la mayor exactitud posible sus nuevas o
viejas ideas. Por lo tanto, los conceptos que reflejan ciertos términos deben ser
constantemente examinados, pulidos o desechados, para que las ideas no se atasquen
por falta de materia prima y puedan ser reflejadas con la mayor exactitud posible. Tanto es
así que, en las últimas décadas del siglo pasado el término “social 1” fue puesto en
discusión entre los cientistas sociales.
Tim Ingold (1989) en la introducción de su texto dice que, no hay una palabra más
notoria para las ciencias sociales que la de “sociedad”. Aun así, como dijimos, igualmente
fue examinada para ver si había que “pulirla” o desecharla. Peel y Spencer parecen estar
más cerca de afinar el concepto de “sociedad. En cambio, para Marilyn Strathern y
Cristina Toren, dice Ingold, el término “sociedad” está teóricamente obsoleto.
Según Strathern la noción de sociedad con el correr de los años se empezó a tomar
como si fuera una entidad. Esto trajo el inconveniente de crear un pensamiento
dicotómico. Es decir, se empezó a entender lo social como un “algo” o “entidad” opuesto a
otras “entidades”, por ejemplo, sociedad vs individuo, sociedad vs estado o sociedad vs
mundo natural etc. Dejando de lado postulados como los de Leach que dice: “la sociedad
no es un objeto sino un modo de ordenar la experiencia”. Además, dice ella, esta
dicotomía trajo a su entender uno de los conceptos más problemático para la
antropología, que es el de individuo. Con lo cual, las diversas posturas giraron con los
años entre esta y el individuo, para basar sus teorías explicativas. Sin comprender que los
logros de ese concepto de sociedad ya estaban agotados, agrega Strathern. En una
palabra, este concepto de sociedad dicotómica hace que se deje de lado el sentido de
sociedad como un algo relacional, que está en el individuo y no por afuera, enfrentado a
este. Y, por lo tanto, sugiere Strathern, el concepto de “sociedad” debe quedar de lado. Ya
que, este concepto impone que los individuos pueden estar por fuera de lo “social”. Con el
riesgo que, los cientistas sociales dejemos de entender que cada ser humano debe ser
pensado en relación a otro en una matriz que él forma y es formado.

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Los términos social, sociedad son usadas indistintamente en este trabajo.
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Walter Fregenal

Por otro lado, Christina Toren en contra de las creencias de que hay una sociedad
externa a los individuos que de alguna manera los induce a socializar. Dice que, en
realidad no hay tal sociedad externa, sino que los seres humanos en el mismo acto de
nacer interactúan con los otros y consigo mismo. De está manera, dan pie a su propia
historia, demostrando a su vez que, no hay algo afuera que en un futuro se oponga al ser
humano.
La otra mirada, la que no está de acuerdo con que se deje de lado el concepto de
sociedad, esta encarnada por Peel y Spencer entre otros. Peel dice que, la noción de
sociedad es muy compleja y que obturarla sin analizar sus consecuencias no tiene
sentido. Y, que por el contrario está noción cobra sentido delante de sus antítesis
(sociedad vs individuos o sociedad vs estado etc.). Además, cuando “sociedad” va
acompañado de otra definición aclara al neófito el marco de la investigación. Como, por
ejemplo, sociedad industrial, sociedad colonial etc.
Por otra parte, Peel, descarta la problemática que el orientalismo ha puesto en
debate diciendo que, el pensamiento occidental no es como creen mucho algo
homogéneo. Y que, por lo tanto, clausurar la noción de sociedad solo por que nació en
occidente es solo complicar el debate. Por otra parte, arguye Peel, la antropología es una
ciencia reconocida por dar voz a los sin voz o como lo dice él “comprometerse con la
actualidad humana”. Es necesario entonces, que la noción de sociedad siga siendo la que
el mundo real conoce. Debido a que, está noción dicotómica ayudo a que muchos seres
humanos, de distintos puntos geográficos, pudieran situar al opresor (que no era
exactamente el occidental hegemónico) y así de esa manera enfrentar la dominación. Por
ejemplo, dice él, hablo de China y la plaza Tiananmen. En donde la “sociedad”, decimos
nosotros, pudo identificar al opresor de la sociedad en ese momento y en ese contexto
oriental con nociones occidentales.
Por otro lado, Jonathan Spencer dice que, “sociedad” es una noción polisémica y por
lo tanto hay que tener cuidado al usarla. Además, Spencer no concuerda con la idea de
una antropología de nuevas nociones. Ya que, al querer dejar de utilizar nociones
occidentales y remplazarlas por otras “no contaminadas de occidentalismo” igualmente lo
hacen desde occidente. Dado que, esos cientistas quieran o no son el producto de la
historia occidental y por lo tanto sus nociones son creadas igualmente desde occidente.
En síntesis, por un lado, tenemos a aquellos que rechazan la noción de sociedad al
considerarla obsoleta por seguir sumergida reproduciendo el pensamiento dicotómico de
sociedad vs “algo”. Además de crear una falsa creencia de que hay un individuo por fuera
de los social.
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Walter Fregenal

Por el otro lado, se reconoce lo dificultoso de la noción de sociedad, pero que esta
está tan enraizada entre las personas que lo social ayuda a que puedan reconocerse en
algo. Y que, sacarla del tapete sin medir las consecuencias traería más problemas que
soluciones.
Bruno Latour (2008; [2005]) en la introducción de su texto planteo ambas miradas del
término social que comúnmente se utilizan. La primera es la que todos conocemos la de
emplear el termino social como si fuera una foto o mapa, que nos guiará en el trabajo
explicativo. La segunda es que el termino se volvió como si fuera un adjetivo descriptivo 2,
como si fuera “de madera” o “de metal”. Con el primero dice él no tiene problema, siempre
que describa algo ensamblado. El problema surge con el segundo concepto de sociedad,
se habla de algo que no está ensamblado y que marca a “lo social” con algo que en si no
es. Con lo que, debido a esto último, él cree que, se debe crear una nueva noción de
“social” que no describa un lugar específico o un dominio, sino que la nueva noción
represente “un movimiento muy peculiar de reasociación y ensamblado” (Latour, 2008;
[2005]).
Entonces, nosotros siguiendo lo dicho en el anterior párrafo decimos que, no vemos
la necesidad de obliterar el término “social” en las ciencias sociales. Ya que,
consideramos que como dice Latour, que el término social es una foto de un momento
que funciona como un ordenador de información del mundo circundante. Además, la
dicotomía de la que habla Strathern puede ser usada para comprender que es lo otro. Es
correcto desde un punto de vista metafísico que ciertos conceptos no existen por su
multiversidad de entenderlos (uno de ellos es “libertad”), pero son necesarios en el
sentido de anclar el mundo circundante para poder estudiarlo. A esto se le agregaría la
idea de Spencer que dice que, en la práctica existen conceptos en antropología que ya no
se utilizan. Entonces, agregamos nosotros, antes de cancelar un concepto de manera
política, porque no dejamos al tiempo actuar y que la noción polisémica de sociedad
desaparezca por sí sola. En conclusión, el debate por el termino “social” parece ser una
paradoja difícil de resolver. Decimos esto porque, si bien creemos que “sociedad” no
capta en sí mismo la diacronía de está, si lo hace de manera sincrónica facilitando el
trabajo teórico. Por otro lado, si pensamos una sociedad continuamente en proceso de
ensamblaje entonces cabe pensar que, lo escrito no responderá nunca al trabajo
antropológico realizado ya que, al escribir congelamos la dinámica que tiene la sociedad y
por lo tanto ese nuevo trabajo nacerá obsoleto.
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En el sentido, por ejemplo, cuando decimos sociedad industrial le adjudicamos a esa sociedad lo industrial cuando esa
sociedad no es en sí industrial ya que en ella hay muchos factores y no solo ese. Con el agravante de que las sociedades
son dinámicas y están en continuo estado de reensamblaje, entiende Latour.
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