Está en la página 1de 4

Carrera: Matemáticas

Asignatura: Computación

Actividad Complementaria

Alumna: Elda Josefina Vázquez Calderón

Grupo: MT-MCOM1-2001-B2-001

Docente: José Luis Mondragón Diego


Actividad Complementaria
Generalidades de optimización
Indicaciones de la actividad:
El alumno realiza un análisis del en relación a la computación cuántica
respondiendo a las preguntas ¿Qué es? ¿Para qué se utilizará? ¿Qué falta para
qué sea usada?

Computación cuántica

1.- ¿Que es la computación cuántica?


La computación cuántica no va a servir de momento para que tengas más FPS en
tu tarjeta gráfica. Tampoco será todo tan fácil como cambiar la CPU de tu
ordenador por una cuántica para que se vuelva hiperrápido. La computación
cuántica es fundamentalmente distinta a la computación a la que estamos
acostumbrados, y en este artículo vamos a tratar de arrojar algo de luz sobre el
asunto.
En la computación clásica sabemos cómo crear soluciones a problemas gracias al
lenguaje de computación ('AND, OR NOT') con el que se escribe programación.
Con un computador cuántico se pueden hacer operaciones que no están
disponibles en la computación de 'bits
A la hora de aproximarnos a un ordenador cuántico, nos sirve tanto conocer cómo
funciona como cuáles son las diferencias con un ordenador tradicional. Lo primero
que debemos tener en cuenta es que usan unidades mínimas de información
diferentes: ‘bits’ y ‘cúbits’. Cualquier elemento de un ordenador clásico está escrito
en un código binario (1 o 0), que se traduce en electricidad: si el voltaje es alto se
representa en 1, si es más bajo se representa en 0. En la computación cuántica el
valor son los ‘cúbits’ que pueden ser 1, 0 o 1 y 0 a la vez, superponerse y
entrelazarse según las leyes físicas. Esto hace que los ‘cúbits’, a diferencia de los
‘bits’, puedan tomar varios valores a la vez y puedan desarrollar cálculos que no
puede hacer un ordenador convencional. (bbva, 2020)

2.- ¿Para que se utiliza la computación cuántica?


Hasta ahora, la computación cuántica es un campo que no se ha aplicado mucho
en el mundo real. Para que nos hagamos una idea, con los veinte qubits del
ordenador cuántico comercial que anunciaba IBM, podríamos aplicar el algoritmo
de factorización de Shor sólo a números menores que 1048576, que como os
podéis imaginar no es muy impresionante.
Aun así, el campo tiene una evolución prometedora. En 1998 se presentó el primer
ordenador cuántico (sólo dos qubits, y necesitaba una máquina de resonancia
magnética nuclear para resolver un problema "de juguete" (el llamado problema de
Deutsch-Jozsa). En 2001 se ejecutó por primera vez el algorimo de Shor. Sólo 6
años más tarde, en 2007, D-Wave presentaba su primer ordenador capaz de
ejecutar el temple cuántico con 16 qubits. Este año, la misma compañía anunciaba
un ordenador de temple cuántico de 2000 qubits. Por otra parte, los nuevos
computadores de IBM, aunque con menos qubits, son capaces de implementar
algoritmos genéricos y no sólo el del temple cuántico. En resumidas cuentas,
parece que el empuje es fuerte y que la computación cuántica cada vez será más
aplicable a problemas reales.
¿Cuáles pueden ser esas aplicaciones? Como comentábamos antes, el algoritmo
del temple cuántico es muy apropiado para problemas de aprendizaje automático,
lo cual hace de los ordenadores que lo implementen sean extremadamente útiles,
aunque lo único que puedan hacer sea ejecutar ese único algoritmo. Si se pueden
desarrollar sistemas que, por ejemplo, sean capaces de transcribir conversaciones
o identificar objetos en imágenes y se puedan "traducir" para entrenarlos en
ordenadores cuánticos, los resultados podrían ser órdenes de magnitud mejores
que los ya existentes. El mismo algoritmo también se podría usar para encontrar
soluciones a problemas en medicina o química, como encontrar los métodos
óptimos de tratamiento para un paciente o estudiar las posibles estructuras de
moléculas complejas.
Los ordenadores cuánticos genéricos, que aunque ahora mismo disponen de
menos qubits, sí podrían ejecutar más algoritmos. Por ejemplo, podrían usarse
para romper gran parte de la criptografía usada ahora mismo como
comentábamos antes (lo cual explica por qué la NSA quería tener un ordenador
cuántico). También servirían como buscadores supperrápidos si se consigue
implementar el algoritmo de búsqueda de Grover, y para la física y química
pueden ser muy útiles como simuladores eficientes de sistemas cuánticos.
(xataca, 2020)

3.- ¿Qué falta para que sea usada?


De momento, parece que la computación cuántica se va a limitar a empresas
grandes que puedan aplicarla a problemas complejos y costosos
computacionalmente, un poco de forma similar a los inicios de la computación
clásica. Probablemente cada vez habrá ordenadores cuánticos más potentes,
llegando a lo que Google decía sobre la supremacía cuántica a partir de la cual los
ordenadores cuánticos podría resolver problemas para los que ni el
supercomputador más grande tiene suficientes recursos.

Empresas como Google, Microsoft o IBM podrían usar los ordenadores cuánticos
para entrenar de manera más eficiente sistemas de aprendizaje automático, o
para fines científicos simulando proteínas o sistemas cuánticos. En cualquiera de
los casos, serán avances que no probablemente no notaremos mucho como
usuarios más allá de la nota de prensa de turno. Y más a largo plazo, ¿qué
podemos esperar? A priori y con los materiales que se están construyendo ahora
mismo los ordenadores cuánticos, no parece que la miniaturización sea
demasiado factible. Pero ya hay investigaciones sobre nuevos materiales que
podrían servir para crear ordenadores cuánticos más accesibles. Quién sabe si de
aquí a cincuenta años podamos comprar "CPUS cuánticas" para mejorar la
velocidad de nuestros ordenadores. (xataca, 2020)
Bibliografía
bbva. (31 de Mayo de 2020). Obtenido de bbva: https://www.bbva.com/es/computacion-
cuantica-en-que-se-diferencia-de-la-computacion-clasica/

xataca. (31 de Mayo de 2020). Obtenido de xataca:


https://www.xataka.com/ordenadores/computacion-cuantica-que-es-de-donde-viene-y-
que-ha-conseguido

También podría gustarte