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DOCUMENTO

CAPACITACION No. : I-PG-PE-01-A-05-101


CHARLA DIARIA REVISION: 0
FECHA SEPTIEMBRE 2002

TABAQUISMO
Corazones llenos de humo
Ser fumador pasivo aumenta claramente el riesgo de arteriosclerosis
La difusión de los resultados de un reciente trabajo sobre el tabaco podría desencadenar una auténtica
rebelión entre los fumadores pasivos. Un nuevo estudio acaba de demostrar que tanto los adictos a la
nicotina como los fumadores involuntarios tienen más riesgo de sufrir una aceleración en el desarrollo
de la arteriosclerosis (DEGENERACION PROGRESIVA DE LAS ARTERIAS.). El trabajo demuestra,
además, que los efectos negativos de la adicción a la nicotina pueden ser acumulativos e irreversibles
en los grandes fumadores.
"Esta es la primera investigación", destacan los autores del trabajo, "basada en un
amplio número de personas que analiza el impacto de ser fumador activo y pasivo en
la progresión de la arteriosclerosis".
El trabajo, publicado en el último JAMA, ha sido realizado por científicos de la
Universidad Wake Forest en Winston-Salem. Un total de 10.914 adultos, de entre 45 a
65 años, fueron estudiados durante tres años. La salud de todos los participantes se
monitorizó regularmente: estilo de vida, hábitos, dieta, condición física y se midió,
además, la progresión de la arteriosclerosis de todos los participantes mediante ultrasonido.
El perfil de los mismos: el 27% era fumador; el 17%, ex fumadores expuestos al humo del ambiente);
un 12%, ex fumadores que no respiraban humo ambiental; un 22% no fumaba, pero convivía con
fumadores y un 21% no era adicto a la nicotina y nunca había respirado humo ambiental.
Y estos son los resultados. Comparados con las personas que nunca han fumado, los adictos al tabaco
tienen un 50% más de riesgo de que se produzca una aceleración en el desarrollo de arteriosclerosis,
mientras que este mismo riesgo es de un 25% para los ex fumadores.
Asimismo -y en comparación con las personas que nunca han estado expuestas al humo ambiental-,
ser fumador pasivo (estar en contacto íntimo con fumadores durante más de una hora a la semana)
está asociado a un 20% más de riesgo en la progresión del daño arterial.
"No puedo determinar", ha asegurado George Howard, líder del trabajo, a EL MUNDO, "si los datos de
este trabajo son suficientes para sustentar o no nuevas normas acerca del humo en el ambiente. Pero
lo que demuestra el estudio es que los efectos de la exposición regular al humo del cigarrillo en la
progresión de la arteriosclerosis suponen, aproximadamente, un tercio del riesgo que poseen los
fumadores activos. Fumar es el mayor factor de riesgo de la arteriosclerosis y, sorprendentemente, ser
fumador pasivo también es un gran factor de riesgo". Los datos revelan, también, "que los efectos de
ser fumador activo y pasivo son aún mayores entre los diabéticos e hipertensos".
En un editorial que acompaña al trabajo, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Rochester,
respaldan las conclusiones de la investigación al destacar que ésta es la primera vez que se demuestra
que la exposición al humo del tabaco contribuye a que la progresión de la arteriosclerosis se acelere en
los fumadores pasivos.

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