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ACERCA DE LA NATURALEZA DEL TIEMPO

TIEMPO LINEAL VS TIEMPO CIRCULAR


EL MITO DE LA PREDICCIÓN

La Astrología se ha ocupado de reflexionar en profundidad acerca de la naturaleza del tiempo. En


mi opinión es el aporte más importante de la mirada astrológica, de esta manera de percibir la
realidad. Ver el tiempo en términos astrológicos es muy complejo porque tenemos una idea
acerca del tiempo que es muy cultural (tiempo lineal vs tiempo circular).

Si digo “tiempo” se nos viene a la cabeza una imagen cultural conocida: una línea recta en la cual
hay tres zonas: pasado, presente y futuro. En principio esa línea recta es un vacío: para atrás está
llena de cosas y para adelante está vacío. Es una gran incógnita la naturaleza del tiempo para
nosotros.

Primer punto: los tránsitos de los planetas no son “a mi carta natal” sino que son “de mi carta
natal”. Es mi carta natal la que es como una semilla que tiene un “timing” adentro. En el
momento que nazco, yo se dónde está cada uno de mis planetas y también se cuándo van a
ocurrir los tránsitos a lo largo de toda mi vida. El pulso energético de mi vida está tabulado desde
el principio de mi vida. Esto quiere decir que mi carta es una estructura pero es un ritmo también,
tiene un ritmo interno, un pulso. Es decir ese “supuesto vacío” que es el tiempo para nosotros
está completamente lleno, no lleno de acontecimientos pero si lleno de cualidades.

El tiempo es una secuencia de cualidades para la Astrología, no es algo abstracto sino que siempre
hay alguna cualidad en juego. Como si el tiempo fuera a veces lento, a veces rápido, a veces
picante, a veces pesado, a veces fresco, delicado, a veces pegajoso, etc.

Entonces, la secuencia de cualidades está pre-programada. ¿Qué va a suceder? NO SE SABE.


Depende de cómo reaccione cada uno a esas cualidades. Si Urano pasa por mi Ascendente (cosa
que ya se sabe de antemano cuándo va a pasar), lo que va a suceder concretamente ¿de qué
depende? De mi juego de “luz y sombra” con Urano. Cuanto más Urano esté en sombra más ese
tiempo va a generar situaciones que me va a costar aceptar, voy a reaccionar. Cuanto más Urano
esté en luz más van a suceder cosas que siento directamente que las genero yo, no que “me
pasan” o “si me pasan” me doy cuenta en seguida que son coherentes.

Es decir, cuánto más en sombra está un planeta, más los acontecimientos que ocurren parecen
que “no tendrían que estar sucediendo”.

En realidad todo el arte de la Astrología es sintonizar el deseo con las cualidades del tiempo. El
tiempo tiene cualidades; si estoy sintonizado con ellas los problemas se minimizan, en el sentido
que no tiene que pasar algo a contramano, no tiene porqué haber “contratiempo”. En cambio, si
yo tengo planes muy definidos y no registro la secuencia del tiempo, va a haber contratiempos.
Sería la famosa “suerte” o “mala suerte” (la coincidencia del deseo o la no coincidencia del deseo
respectivamente).

Culturalmente, nosotros tendemos a pensar “a ver si los tiempos serán propicios para mi deseo o
no”. En realidad nuestra pregunta tendría que ser: “si mi deseo está sintonizado con mi SER”
porque si “yo tengo ganas de ir de vacaciones con un tránsito Saturno-Sol, no es que tengo mala
suerte sino que estoy desconectado de lo que soy” porque yo debería tener ganas de

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“contracción” no de “relajación”. Si estoy en un tiempo Saturno-Sol, y estoy conectado conmigo
mismo, mis ganas son de contracción, no de relajación. En principio tendría que tener ganas de
trabajar, de plasmar cosas, de construir, de estabilizar algo: esas son las ganas reales. El tema es
¿por qué no las siento? ¿Por qué no siento la cualidad del tiempo? Y en cambio siento ganas de
relajación por ejemplo. En principio, puede ser que yo tenga Saturno en sombra, entonces me
polarizo y quiero cualquier cosa menos obligaciones.

Continuamente mi carta natal se está moviendo porque siempre tengo algún tránsito, siempre hay
una cualidad en el tiempo particular, más fuerte que otras. Desde un punto de vista uno puede
mirar los ciclos y los tránsitos o el tiempo como si fuera el ecualizador de un equipo de música, en
cada pista del cd está leyendo la intensidad particular del sonido. Es como pensar la vida no como
una línea sino como un cd, donde tenemos una pauta energética a vivir en cada pista.
Metafóricamente, cada año es como una pista del cd. Va a haber una determinada estructura para
cada año, diferente a la del siguiente y a la del siguiente, etc. Es decir, la carta natal es una
estructura constante, pero tiene momentos con picos y valles. El ritmo de la carta es como el
metabolismo de una persona, no está siempre igual. Siempre estamos “en algún ritmo particular
de nuestro ritmo”. Desde un punto de vista, esto quiere decir que estamos “siempre en un nuevo
equilibrio” y constantemente por tránsito y por ciclos se altera un equilibrio anterior y aparece un
nueve equilibrio. Que visto desde el instante anterior es un desequilibrio.

El modo de vivir el tiempo en Astrología es muy distinto al modo en que nos hemos acostumbrado
a vivir el tiempo. Lo difícil es entrar en un paradigma que es mucho más propio de las sociedades
agrarias que de nuestro tipo de sociedad. Nuestro tipo de sociedad se caracteriza por vivir
desafiando al tiempo, por transgredir el tiempo, no por “hacer lo que el tiempo pide”. Vivimos
“desafiando” la cualidad del tiempo, entonces se nos hace muy difícil aceptar que según sea el
tiempo algunas cosas son posibles y otras no son posibles. Esta frase ya nos pone nerviosos, no así
a un agricultor: que le digan que en el tiempo algunas cosas son posibles y otras no, es normal.

En principio nosotros somos “como agricultores que plantan maíz en invierno, que hacen todo al
revés”. Si un agricultor planta maíz en invierno sabe que no va a cosechar nada porque está fuera
del tiempo, es imposible cosechar si se sembró a destiempo. Esto que para un agricultor es
instintivo no es nada fácil asumirlo: que hay ciertas cosas que tendrían que empezar en cierto
momento y que van a ser cosechables en otro momento, porque es propio de eso. En el ritmo
astrológico hay un sentido de la oportunidad que es completamente distinto al de nuestra
mentalidad cotidiana.

En términos astrológicos hay tiempos para enamorarse, tiempo para separarse, tiempo para lograr
cosas, tiempo para descansar, son distintos tipos de tiempo. Las culturas más ligadas a la
naturaleza tienen un registro del ritmo muy natural. Nosotros hemos perdido el registro del ritmo,
como si no tuviéramos ritmo.

Entonces, cuando estudiamos Astrología, en vez de comprender nuestro ritmo, nos preocupamos
de “qué me va a pasar”, si no nos preocupamos por el ritmo es lo mismo que un agricultor que
sembró maíz en invierno, ¿qué me va a pasar? Y no voy a cosechar nada. No es un tema de
predicciones “en el sentido mágico” sino que estas totalmente a destiempo. Tu deseo no tiene
nada que ver con tu ritmo, por ende los resultados nunca van a satisfacer tus “deseos”, es como si
tuvieras “mala suerte”. Todo este tema de la mala suerte o de la predicción es mucho mejor
enfocarlo en términos de RITMO.

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Ver las efemérides es como leer una partitura musical que me está marcando un bioritmo, un
ritmo existencial.

La Astrología predictiva: una ilusión

La Astrología tradicionalmente, en vez de enfocar el tema del tiempo como un ritmo ha tendido a
pensar que uno es siempre la misma persona y entonces tengo que saber qué me pasa “en el
destino” y me hace estar cada vez más pendiente de qué va a pasar, como si lo que pasara o no
depende de algo que está escrito. Es muy fuerte en la tradición astrológica (Astrología clásica)
dejar de creer que está escrito lo que va a pasar. Porque para dejar de creer esto yo tengo que
aceptar que no soy la misma persona siempre.

Toda la Astrología predictiva se basa en esta ilusión, en este malentendido: que las personas son
siempre las mismas y que les suceden cosas.

Ciclos y tránsitos nos están diciendo que estamos continuamente modificándonos a nosotros
mismos. Que siempre hay un movimiento que va a traer cambios. Siempre Saturno va a estar
transitando por una casa, Plutón por otra, Urano por otra. Y esto va a ir generando un clima
siempre diferente en la vida de cada uno. El clima de mi vida cambia continuamente, como el
clima durante el año: si yo quiero vestirme igual todo el año me voy a enfermar, es una predicción
lógica.

Existencialmente lo difícil para nosotros es poder aceptar que vamos a estar en cambio energético
continuo y pre-programado, esta es la paradoja. Cambio continuo y pre-programado no implica
saber de antemano los acontecimientos concretos que van a ocurrir, si el clima energético que
atravesaremos.

La clave para empezar a conectar con el TIEMPO, no de una manera lineal, sino circular, es pensar
en términos de CICLOS. Esta es la palabra clave.

¿Qué quiere decir CICLOS? Es que el tiempo tiene un patrón secuencial que es siempre el mismo.
La secuencia del tiempo es una constante, es una rueda, es una cierta pauta que gira y que se
repite. Pero que nuestra vida concreta está compuesta por la intersección de múltiples ruedas de
diferente tamaño. Con esto quiero decir que en nosotros están ocurriendo constantemente ciclos.
Es decir, Saturno cada 28 años da un ciclo, Júpiter cada 12 años, Urano cada 84 años, Marte cada 2
años. Es decir, las vueltas son todas iguales. Todos los planetas pasan por Aries, Tauro, etc., hacen
un movimiento que es similar, pero como lo hacen a diferente velocidad, eso compone diferentes
estructuras. Es como los engranajes de un reloj. Son diferentes rueditas relacionadas entre sí y los
distintos engranajes van dando una hora diferente. Nuestra incógnita es qué hora es en la vida de
la persona. Esto es lo que no sabemos. Los astrólogos somos como relojeros. Sabemos mirar un
conjunto de rueditas de distinto tamaño.

Todos los planetas hacen múltiples ciclos y el arte está en poder leer la resultante de todos esos
ciclos simultáneos, juntar múltiples ciclos y poder saber “qué hora es”.

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