Está en la página 1de 8
CORTAZAR, Auguste Rail: Fotkiore y Literatura. Cuadernos 108. EUDEBA. B As, 1964. 106 cusveanos | FOLKLORE : /Y LITERATURA | Augusto Rail Cortazar | Editorial Universitaria de Buenos Ares Whe Ate ©) El método histérico-geogrético de Ia escuela finlandesa y su posible aplicacién a Ia literatura dos, con més brillante tradicion académica, si a través de centenares de monografias ejemplares, el Mamado hist6rico-geogréfico 0 finlandés, en homenaje Pee y Amét ice justifica que intente la dificil em- 1. El romanticismo y el nacimiento de ta escuela folktérica finlandesa ELromanticismo, segiin lo recordé en el capitulo IIL, introdujo en las corrientes del pensamiento occi- dental, como un fecundo infpulso, la valoracién de lo popular y tradicional. Nacionalismo, costumbrismo, autoctonismo fueron solo variantes. Finlandia fue te: Freno singulermente {értil, pues Ia dominacién suees, Sue: prolongada desde el siglo x1, resultaba paraddjicat mente el principal acicate de la reaceién lecalista fin Jandesa. El estudiar y conocer Ja lengua nativa era una definicién para un finés de aquella época, tl fus Meo idioma sueco contrastaba con el rudo de labrie. Ros y pescadores; pero no en vano éste evacaba la legendaria raza de los finnoi, los “hombres de los lec g03", que nombra Tolotneo y recuerda ‘Taeito, Johan Ludwig Runeberg buses ingpiracién en las leyenda nacientes y cultivando un género comparabie al que los roménticos popularizaron también en otros patces, tuvo el mérito de identificar su canto con el espiritu finlandés, Quizis esa misma tensién aparté al hijo de un sastre de aldea, Iuego dependiente de botica y mas tarde médieo de pueblo, de sus ocupaciones profesio- nales para Ianzarlo al estudio y recoleccién de las poesias populares de los labriegos fineses. Elias Lin- nrot, como un intuitivo y talentoso investigador mo- derno de campo, recorrié remotas aldeas recogiendo cantares tradicionales de Tal Taulajat, ancianos rapsodas que los conocfan por trasmision oral desde tiempos remotos. Agrupé aquellos cantos en torno de Jos principales héroes miticos y estructuré el conjunto, en una especie de epopeya de 32 cantos y cerca de 12.000 versos que publicé en 1836: es el Kalevala, poema de la “tierra de Kaleva”, padre mitolégico de los héroes. No obstante parecer este caso tan part cular, no es sino una{manifestacion del gran Frovis miento contemporaneo que lo homologa con Ta publi- eacién de_tantos-cancioneros, recopilaciones, antolo- ant jas y romanceros aparecidos en Europa y Amé Susie Hay tet nt aor “hasta mediados del xrx, Tos cuales tienen en los Cantos populare: las Retiquias de la antigua poesia ingle sus memorables precursores, El Kalev aureola de simbolo del movimiento de recuperacion espiritual_de Ia nacién_finlandesa. En 1840 Lonnrot aumenté a cincuenta las runas 0 cantos y-casi 6 el niimero de versos; pero 1835, fecha de la edicién primera, fue el afio clave que adquirié mas tarde sen- tido promisorio, pues el 19 de mayo de ese afio nacié en Viburgo Julius Krohn, quien, investigando luego sobre el texto del Kalevata, inicié el método que su hijo Kaarle_perfecciond y expuso en Die folklori tische Arbeitsmethode ["EL método de trabajo folkl rico" o, més coneisamente, “ELmétodo folklorieo" ~~ Los antiquisimos cantares y las narraciones en rosa despertaron en Kaarle Krohn parejo interés. Las monogratias sobre “El oso y el zorro” y “El hombre y el zorr0" son los primeros esboz0s del nuevo método. La tenacidad de st accién y las virtudes de'su carc- ter hicieron trascender la obra de este investigador mas allé de sus estudios personales; ejercid la presi- 93 Perey, ] i dencia de la Sociedad literaria finlandesa y fundé la Federacion de folkloristas (Folkloristischer Forscher- bund, Folklore Fellows o Fédération des Foliloristes, segin el idioma), conocida universalmente por el va~ or de la copiosa’serie de monografias titulada Folk- lore Fellows Communications (FFC), cristalizacién perdurable de sus afanes cientificos y de su anhelo Ge vincular a los folkloristas del mundo. Tnvitado por el Instituto noruego de investigacio- nes culturales comparadas, diet6 un ciclo de conferen- tins que constituye la base del libro arriba citado, pri mer intento de resumida sistematizacién de 1a doctri na cientifica que una legién de discipulos y continua- dores contribuyeron a consolidar. 2 ’, de Kearle __Dejando de lado el capitulo 1, de inter térico y biografico sobre la obra y la figura de su p: dre, creo que con los restantes pueden formarse dos grupos, muy desiguales en extension y también en Valor: los capitulos II y III, donde el autor expone algunas ideas respecto problemas e interpretacidnes del Folklore general y los capitulos restantes, en los que'da cuenta de la técnica de la investigacién segiin el método histérico-geogrifico. El primer caso se relaciona con algunos temas has- ta hoy controvertidos en la teorfa internacional, como Ia demareacién del campo de estudio entre Etnogratia y Folklore; el concepto de participactén colectiva en Ta génesis de loa fenémenos y procesos de folkloriza- cién, ete. Por mi parte, omito reiterar aqui los pun- tos de vista expuestos en otras oportunidades. Solo me permito una observacién accesoria: el articulo determinante sdel titulo del libro (Die folkloristis- che..., “El método folklérico") produce, a mi jui- cio, influencia perturbadora. Pareceria aludir a un corsabido y, nico método de la ciencia folklérica, aun- que la obra se refiere exclusivame s_especies iterarias; por lo tanto, el método no pretende ser apto Para otros aspectos, como las costumbres, las téc- nnicas, las fiestas, la economia o las manifestaciones de cy \ a cultura /naterial) en cuyo estudio particular pueden jntervenir otros procedimientos de sndlisis y por con- siguiente métodos distintos. 3. El método historico-geogrdfico. ‘Técnica de la investigacion. La aplicacién concienzuda del“método exige en quienes Jo apliquen solida cultura, dominio de una afinada técnica y laboriosa dedicacién. Algunas mo- nografias, de mano maestra, prestigian el ‘método. La mayoria integran la serie de Folklore Fellows Com- vreications que prestigia la memoria de su creador y honra ala Academia ‘de Ciencias de Finlandia, que la ‘auspicia. Una ‘coleccién que acrecienta ano tras ‘ano su fama es la Folklore series (1939—), de la Universidad fo Tndiana, en los Estados Unidos, debida al imipulso ¥ direceién de Stith ‘Thompson, el gran maestro que Ha levado a su culminacién oe} método y los trabajos de Ja escuela finesa. Asi lo proclaman libros como Los tipos del cuento follldrico, catélogo. originariamente preparado por Antti Aarne y ampliado por Th in Y sobre todo el monumental Indice de motiv yatura popular de este Ultimo sabio nitrides volimenes, (enriquecidos en “contenido, con inclusién de material hispanoamericano, en Ja $r edicidn, de 1960 )constituyen el mas extraordinarlo Tegistro de temas, motivos.y episodios, sistemétien- serra elasifieados, que colma las aspiraciones de cual- quier folkdorista y sirve (o deberia servir) de fuente de consulta a los estudios de Ja literatura. ‘Otra notable coleccién que ‘cofrece volamenes orientados en el rumbo que aqui sefialo es la titulada Folklore Studies, de la Universidad de California, que se edita bajo la direccién de ‘Wayland D. Hand, wW. A. Lessa, Charles Speroni y M. A. Zeitlin (1953—). El cimulo realmente impresionante de labor que Jas obras citadas implican y ‘Ja misma abundancia de inaterial bibliogréfico aconsejan intentar un esque- metico resumen de los principales postulados, crite- rios y principios del método histérico-geografic 1 nonerson, S., Et cuento folklérico, Cr entre otros: 95, 3 19 Jniciado el estudio de un cuento, la preocupa- cin primera aaa reunir el mayor numero po- sible de versiones ?(utilizando para ese fin, ya las fuentes bibliogrificas y los archivos de material fol- Adbrieo, ya las colécciones provenientes de Ia investi- igacién de campo, que las documenta directamente en Ja tradicién oral'del pueblo. Para citar solo un ejem- plo: la sefiorita Rooth, para su estudio sobre Cel Cienta, ha reunido, en su impecable monografia, ver- siones eslavas, bélticas, escandinavas, escocesas, irlan- desas, alemanas, francesas, italianas, espafolas, por- tuguesas, de diversas regiones de la Europa oriental, malayas, chinas, indias, ete. Cualquiera que sea la procedencia de. los textos, se reqitiere, en todos los ensos versiones comipletas y fieles 29 Cada anotacién representa un dato] que debe ser ordenado convenientemente, y para esto se requie- re el uso de un sistema de notacién que permita clasi- Hearlo y citarlo ton simbolos breves, claros y expre- sivos. '39Con las versiones documentadas_se_ordenan_ ae ae sn See cual cade Texto va acompatiado de Toxdatgs sobre lugar y fecha de reco. leceién, informante, els ‘otra cronolégica,(por fecha de publiencién, cuands se frata We Tucntes bibliogré- ficas. 49) Pasando luego al ani del cuento mismo, se Jodesglosa o desintegea en sus principales qotivos Esta palabra es un tecnicisino con el que se designa ¥is_reducida de_un_cuento, con poder stir en la tradicién", para lo cual “debe t > y Narr bien, para decir Tromrsow, S, The folktale, Four symposia on Fotktore. (Bloomington, 1953). 2 Cada cuento es documentado en una cantidad indefi- ida de formas conerelas, que son las versiones (puesto que fl tipo es une abstracclén metodolégica) ; cuando estas ver- Siones son referidas a una de entre ellas, elegida al efecto Dor razones téenicas, oa la forma considerada arquetipica, Toman el nombre de variantes, 96 Jo con palabras de Thompson, ‘es.el elemento ms pe- quefio en que el anilisis puede subdividir un tipo de cuento”. Es por consiguiente una verdadera unidad narrativa, con autonomia de sentido, susceptible te ser expresada de distintas maneras en diversos paises y épocas, Tomando como punto de referencia el cuen- to de Cenicienta, por ejemplo, serian motivos: la ma- rasta cruel; el zapato perdido; el zapato como medio de reconccimiento; el principe enamorado; el reen= cuentro y la boda, ete. Los motivos, eh general, inte- grantes elernos de multiples narraciones populares, pueden ser ubicuos y universales o, por el contrario, mostrarse modelados por el ambiente geografico y social. Por lo comin “son acontecimientos 0 sucesos sencillos, actores humanos, animales o seres sobrena- turales, 0 bien algin elemento en el fondo de la accién, como objetos magicos y toda clase de maravillas"s Para usar términos de actualidad, podrian ser compa- rados con los “atomos” que constituyen la “molécula” del cuento. 5: Identificados 1os motives, Nega el momento de elaeciee individualmente. La ordenacién geo; fica y eronolégica de las variantes a las cuales porte. necen permite a ve ién de la forma, normal o tipica ‘de cada frea y de cada época. Esta minuciosa operacion, Ievada a cabo con centenares de versiones del mismo cuento, se refleja en tabula ciones, cSmputos, estadisticas, porcentajes, etc. Se de- be tener en cuenta la variable formulacién y el orden que cada motivo ocupa en la cadena tradicional del relato: 1a misma ausencia debe computarse como dato significativo, ((@a primera gran conquista del método histéri- cb-geografico fue la determinacién de esas unidades narrativas, en cierto modo autdnomas, en la estruce tara de los cuentos. Los pord- eos, perfeccionando los conceptos y Ia técnica, parten de la realidad concreta del cuento, pero distinguen: 4) Los motivos principales, cuya ausencia dejaria el * Tompson, El cuento folklérico, pag, 24 97 | cuento desfigurado 0 trunco. b) Los_secundarins, 9 cue tales, que no Tlegan a tener significaclon sufi aevide para gubsistr aislados o independientes. ) Kos Complejos.de.motinos (motif-complex), ave or Gpazecer sueltos, desengranados del conjunte narrati- aparf jue pertenecen, constituyendo cuentecilos, Dre: yes can significacién auténoma) d), Por fin, en el de> ves, cin del guento integro y cofmpleta, pueden sea jarrollsartes, semejantes a los actos o jornadas de Me sre sFaramaticas, a las que propongo Hamar secver- ‘Gias, aplicando un neologismo que ‘ene equivalente cintido en Ia técnica cinematogratica. ‘Sor eierto esta gama de elementos no aparect completa en todos los casos de narraciones; come Oo fecies mas caracteristicas se mencionan 10s ‘cuentos, peers unas y los relatos miticos; por el contrartoy quedan excluidos los tipos paremiologicos, anécdotas, chistes, etcétera. FiiLas orientaciones mas inodemnas dentro de te eabntta fitcan distinguen también, en To que pods; estate inestyida” de los cuentos, por una parte 1a mos tia externa, hacia la cual han voleado sus Prefe” istegs los investigadores, aguzando los analisis ¥ Per Tensisando las conquistas tecnicas del método, ¥- Dot seeen que seria legitimo lamar vida interna, Inthe, otra Masito, considerado no como un mecanismo des- ce table, gstructurado'con piezas independienics, > oktibles de ser aisladas y sometidas a compores. $0 ceptelma creacién imaginativa y artistica, dotade Pot fo todo peculiar unidad organica, que no debe + Io veoyese en pro de una mecanica y miope desire ‘Bstos pueden carecer de signifi- v ggieos, y no obstante el cuento, cacien Yo como wn todo, en si mismo, responder consitfen logico y congruente, dentro de una cones tun orden tiza y de un elima feérico. En una palabro, clon fantiarnts, leyenda, etc.) es algo mas que Je SImple suma y eombinacign mecénica de los elementos que lo integran. 4, Para explicar los aspectos considerados en 10s puntos anteriores, me he referide « los cuentos, ©” 98 forma abstracta y general; pero el estudio de esa tnarime masa ha ido mostrando miicleos reconocibies J persistentes, narraciones caracteristicas, cuya exis- yoeele se manifiesta a través de los siglos, los paises, Tae culluras y_las lenguas-mis-diversas: sor Tos que BS ke convenido en lamar’ cuentos-tipo? Cuando 1a Jnvestigacién identificé un numero considerable de ities se hizo necesario ordenarlos, clasificarlos, para facilitar la labor en Jos distintos paises y homologar ‘i'material que incesantemente seguia ingresando fosmethivos de institutos folkléricos consagrados a es ta tarea, Antti Aarne fue el iniciador de esta empress Shgortosa y delicada. Basindose en Tos ricos reposl- tonios finlandeses y danoses y en colecclones famosas como la de los hermanos Grimm), bosquue}6 la pri= fnera clasificacién de_cuentos-tipo, Verzeichnis der a tblicada en 1910 (FFC, n? 3). Des- pués de la muerte de Aarne (1924), Stith ‘Thompson Peometié la empresa de traducir, ompliar y_mejorar ae todo sentido este primitivo catSlogo, invitado para ilo por Kaarle Krohn. Asi apareclé Los tipos, det Suento popular; clasificacién y biblingrajia (Helsinki, {ous FF, n? 74), Es el libro que sirve hasta hoy de punto de referencia en los estudios cientificos que Sobre el cuento se realizan en el mundo entero, 9? El objetivo final, cuando se aplica el método al estudio monogréfico de un cuento, es Ja determinacign SAritamado arquetipo. Este concepto promueve hasta hoy numerosas discusiones. Me limito @ exponer i ney Jamente To que considero fecundo y constructive en aquel planteamiento. ‘Ta investigacién puede llegar a determiner en al- gin caso, indubitablemente, que el cuento en estudio gin cascyinado en una fuente escrita (literaria, reli; fiosa, juridica, ete.). La forma arquetipica tiene aqui siost. Mido determinado y singular. Hecha la compro- bnufen conereta, ésta no solo tiene ese valor spect PaS, sino que contribuye también a esclarecer @) BTS” fico, sinmniversal de Ia relacion entre literatura y fol Pieme gntre les formas escritas y les orales y anoni- mas que Ja tradicién conserva 99 Pero cuando esto no ocurre, cuando solo se cuenta con versiones de este iltimo tipo, no atribuibles a una fuente dada, el objetivo no puede consistir env afanar- se en el hallazgo de una forma original, primigenta, euyo nacimiento sea precisable en un lugar definido y en una fecha cierta, acaso centenares de aftos atras. En estos casos creo que debe interpretarse el arque- tipo como una verdadera sintests teérica, basada en el endlisis; como una reconstruccién, cientificamente fundada; como una abstraccidn surgida del estudio comparado de miles de versiones y variantes. Puede hhacerse esto con la misma legitimidad con que el pa- Jeontdlogo reconstruye la forma total de un animal prehistoric, aunque no haya encontrado nunca el Esqueleto integro; con fundamento semejante al que invoea el linguista cuando da por cierta la existencia de tal o cual palabra no documentada, pero cuya exls- tencia se reputa necesaria para justificar la concate- nacién de sucesivas formas, inexplicables si no se pos- {ula la vigeneia, en un perfodo determinado, de aquel Neslabén perdido”. Casos semejantes ocurren en los campos de las més diversas’ ciencias. Nunca se trata Ge creaciones fantasiosas y antojadizas, sino del resul- tado de la aplicacién de criterios, métodos y técnicas_ rigurosas. Asi en este caso, el arquetipo resultaria de Ja reconstruccién hipolética, pero fundamentada, de un cuento, cuya historia se ha documentado cientifiea- mente, mediante la aplicacién de un método riguroso, La investigacién contemporénea no aspira tanto fa identificar la forma original del cuento (Urform), como a cefirse a la reconstruccién de una forma que se podria llamar normalizada (Normelform), resul- tante de la comparacién de una serie de variantes de tina zona circunscripta. Como observa R. Pinon, es sproximarse a la nocién del oicotipo. Ecole po 10 Algunos interpretaron el concepto de arque- tipo en sentido literal y propugnaron la bisqueda de la forma original, concreta, localizada e historica de cada cuento estudiado. De alli las objeciones y las criticas, Carlos Guillermo von Sydow, una de las mas 100 ceminentes figuras de la ciencia folklérica contempo- Finca, propusy entonces Ta determinacién del que Jamé vicotipo,* es decir la forma originaria, pero ferida ecoldgicamente @ oa ragiin wun ate et un ambito, Ami entender no varia el concepto funda reital, sino que To hace mas flexible y relativo, al Tenunelar a ja determinacién de una forma originaria {iniea y loealizada para cada cuento. __ U1? La experiencia y el rigor acumulados a tra- vvés de muchas monografias y ensayos magistrales han permitido insinuar algunas generalizaciones que, solo gonvencionalmente y en homenaje a la brevedad, son Jamadas leyes folkldricas. Unas se refieren a los ti- por dv dames productos en fos cuentos, durante su deambiilar a través del espacio y en el curso de los si- glos. Entre ellas, se pueden emimerar sintéticamente: 4a) Olvido de un detalle. b) Adaptacién o aclimatacién de Tasgos, episodios o cosas extrafias. c) Moderniza- cién de lo inusitado y arcaico, d) Generalizacién_de _un aspecto particular y particularizacion de un ele- mento de cardcter genérico (uni rma € se manifiesta la influencia localista). e) Alteraciones en el orden relativo de los episodios integrantes. f) Agregado de un pasaje, especialmente al comienzo 0 al fin del relato. 9) Fusiin de dos cuentos. h) Conta- minacién de ciertos episodios, caracteres o temas:que transmigran de un cuento a otro semejante o paralelo. in de un episodio o multiplicacién de los personajes hasta alcanzar niimeros de significacion sacramental o magica (3, 7, 12, ete.). j) Cambio de Ja persona gramatical del_relato (tercera por primera y ala inversa). k) Modificaciones obligadas una vez introdueido el primer cambio, a fin de mantener la coherencia en Ja narracién; 1) Polizofsmo, remplazo de un solo animal por varios. 1) Antropomorfismo, + humanizacién de personajes animales. m) Zoomorfis- mo, representacién del hombre, 0 bien de tipos 0 ca- ‘ rrérmino tomado de Tas ciencias naturales que denota tuna variedad de plantas eclimatadas en un elerto embiente Al cual se adaptn por selecelgn natural diferenctindose de Straz de In misma expecio. to racteres humanos, por medio de animales. n) Egomor- firmo, impulso que lleva al propio narrador a conver- tirse en héroe del relato. fi) En general, adaptaci6n al medio, ya tenlendo en ‘cuenta el desplezamiento geo grafico, ya la modernizacién de rasgos arcaicos, ya Jas peculiares condiciones del ambiente fisico, huma- no y cultural. ‘Walter Anderson, por su parte, ha formulado la Mamada ley de autocorreccién, Se basa en que, por lo comiin, quien narra un cuento o entona un cantar los ha oido algunas o innumerables veces, y otro tanto pasa a los que escuchan. Las versiones que se apartan Gel cauce tradicional ‘por equivocacién, fallas de me- moria o excentricidad son contrarrestadas por Ja fuer- ‘m reguladora, tanto de los oyentes como de Jos nue- Vos narradores, apegados a la forma conocida y pres- tigiosa, y prontos por lo tanto a desdefiar Jas altera- clones ocasionales ¢ indeseables. Es claro que a la inversa, esa iniciativa individual revolucionaria puede ser en algiin caso acertada y feliz, complaciendo mas que la forma consabida, La comunidad se siente bien fhterpretada en sus intenciones y en sus gustos. Nace asi una nueva versién, con vida propia, sujeta a idén- ticas vicisitudes que la forma originaria, que, deaso caiga en el olvido a poco dé nacer o tal vez subsista paralelamente con la que le dlo vide y, por fin, quiz Atraiga las preferencias colectivas y, quedando duene ‘del campo, haga que se esfume y desaparezca la ver- sién progenitora. 129 El estudio concienzudo y completo de un cuento implica el conocimiento de los varios criterios que deben aplicarse y el andlisis de numerosos aspec- tos, No se tratd/-desde luego, de operaciones de sim- ple recuento, estadistica y tabulacién de motives, ¢] Sodios y variantes. Por el contrario, se procura Hegar a conelusiones maduradas mediante acuciosos analisis. Presupone la aplicacién de extraordinaria cultura lit raria e histérica, de ponderado criterio y hasta de in- tuicién folklériea. Asi, por ejemplo, debe examinarse Ja frecuencia con que aparécen los motivos integrantes fen las numerosas versiones; el area de distribucién 102 ¥ geogrifica; 1a px relativa de los episodios en la congatenacién del relato; 1a calidad de los textos utl lzados,: segiin resulte-del andlisis critico“correspon- diente; Ja estructura total del cuento, en si misma y ex relacién con los motivos integrantes, etcétera. _ ‘Toda Ja sagacidad del critico literario, del histo- riador de Ja cultura, del antropogedgrafo, no basta a veces al folklorista para determinar el arquetipo y precisar qué obras de autores determinados, algunos famosisimos, han influido en su trama o en su forma; qué acontecimientos han originado ciertas variantes; cuales condiciones geogrdficas y regionales matizaron el relato con referencias localistas; qué ambientes hu- manos, géneros de vida, modos de convivencia, han ido imprimiendo su impronta en el texto del cuente- cito que siguié su camino, secular o milenario, Hevan- do en su ser esos testimonios, con frecuencia sutiles, de sucesivas époras de la historia de la cultura, Por Ia combinacién de todos los criterios se Hega a veces a precisar In fecha mis 0 menos exacta de Ia primera versién del cuento; a determinar la regién donde tuvo su origen. Se cumple asi uno de los pro- Hl pnginey el ettoe toner i "og fel cuento, reconstruir su “historia”; por To tanto, no. Taterase at "prohistoria", cs decir, In explicacton de “emo pilio-Megara concebirse por vez p' en ‘Por mi parte, creo que mas qué Ta determinactén del nacimiento mismo del cuento, con todas las elr- cunstancias de tiempo, lugar y modo, interesa esa bio~ grafia, ese desarrollo a través de la historia, de las miSs diversas lenguas, de civilizaciones disimiles,.de anta~ gonicos Ambitos sociales, de ambientes geograficos que pueden ser antipodas entre si, Esta dispersion esta intimamente ligada con la de la cultura misma, y de este modo, el rastreo del itinerario de un-cuento en- tronca con los mas arduos problemas planteados por la investigacién sobre In génesis, madurez y vielsitu- ‘des del pensamiento humano. La forma de esa diseminacién parece ser Ia del movimiento ondulatorio, que evoca la imagen de las ondas‘concéntricas que se forman al menor contacto en la superficie del agua sosegada, Esto implica 1a 103 ‘existencia de centros activos’ de irradiacién, lo cual entronca una vez més con la historia cultural de los Gistintos pueblos. Es claro que la concreta realidad no ofrece Ia uniforme perspectiva del estanque aquie- tado, Factores histéricos, lingiilsticos, geogrificos, so- clales, religiosos, etc., alteran el curso regular y simé- trico de la dispersion y explican en cada caso el por- qué de rumbos aparentemente caprichosos seguldos por un cuento en sui peregrinaje milenario, 19@ Estas conclusiones refirman una vex més lo que he sostenido siempre, con fervorosa conviccié fas Investigaciones folkléricas, cualquiera sea su cam- po, adquieren su pleno sentido cuando se encaran en Juncién del cuadro integral de la cultura, ya se 1a con- pidere en la expresién localizada de una comunidad humana, ya en las alternativas de sa desarrollo his- térico, A la inversa, el estudio de is fenémenos fol- Jdéricos ilumina con sus comprobaci-nes el sector que Je es privativo dentro del gran panorama cultural. Bs- th de mas reiterar que esto presupone, por una parte, Ja exclusion terminante y absoluta de la improvisa- cién y el prejuicio, y. por otra, el imperio, pleno y sin Tetaceos, de impecable probidad, sistemética forme ccién intelectual, sélida especjalizacién clentifies, Cien- cla implica método. El folklore cuenta con varios, ade- Cuados a las distintas etapas 0 aspectos de,la investi- gacién; pero ninguno como el histérico-geogréfico {aplicable a Ja investigacién de las especies narratl- ves) ha alcanzado el grado de perfeccionamiento y Ta mundial difusién que he tratado de sefialar en este sintético bosqueje. 4, Aplicacién a 1a literatura. Algunos ejemplos argentinos. El éxito creciente del método histérico-geogratico en el mundo ha tenido, entre otras, Ia consecuencia feliz de proporcionar un verdadero arsenal de téci cas, indices, catdlogos, archivos, monografias, referen- clad bibliograficas, etc. Se trata de un formidable ins- trumento de trabajo que representa, una Vez supe- tos

También podría gustarte