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Tiposacuiferos 140
Tiposacuiferos 140
a) Acuíferos (del latín “aqua” = agua y “fero” = llevar), que son aquellas
formaciones geológicas capaces de almacenar y transmitir agua.
b) Acuitardos (del latín “tardare” = retardar), que son aquellas
formaciones semipermeables que, conteniendo agua incluso en
grandes cantidades, la transmiten muy lentamente.
c) Acuicludos (del latín “claudere” = cerrar), que consisten en aquellos
estratos o formaciones porosas pero impermeables y que, por lo
tanto, pueden almacenar agua pero no la transmiten a su través.
d) Acuífugos (del latín “fugere” = huir), que serían rocas con porosidad
nula y, por lo tanto, incapaces de almacenar y transmitir el agua.
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En realidad, no existen formaciones geológicas completamente
impermeables. Piénsese en materiales artificiales como el hormigón, por
ejemplo, que siempre presentan una cierta capacidad para transmitir agua,
aunque sea de manera extremadamente lenta. Por otra parte, tampoco existen
formaciones geológicas con porosidad nula, en todo caso será muy pequeña y,
además, todos los materiales son susceptibles de deformarse ante un campo
de esfuerzos determinado alcanzando una rotura frágil y, por lo tanto,
desarrollando sistemas de fisuras que conllevan un aumento en el volumen de
huecos (porosidad secundaria). Por lo tanto, es más correcto referirse a los
acuífugos y acuicludos como formaciones de baja o muy baja permeabilidad
en lugar de cómo formaciones impermeables.
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2. TIPOS DE ACUÍFEROS DESDE EL PUNTO DE VISTA HIDRÁULICO
a. Acuíferos libres
b. Acuíferos confinados
c. Acuíferos semiconfinados
Pozo no
surgente en Pozo
el acuífero artesiano en
confinado el acuífero
confinado
Acuífero Libre
Pozo en el
Acuífero libre acuífero libre
Techo del
Acuicludo
acuífero confinado Acuífero confinado o
Acuífugo
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Los acuíferos semiconfinados corresponden a situaciones similares a
las que presentan los acuíferos confinados pero con la particularidad de que el
estrato confinante corresponde a un acuitardo, en lugar de a un acuífugo o
acuicludo. Por lo tanto, los acuíferos semiconfinados pueden recibir una cierta
recarga, también llamada goteo, a través de la capa semipermeable que los
confina.
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2.1 Acuíferos libres
Acuífero libre
Zona totalmente
saturada
Agua del acuífero
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El ascenso capilar del agua se debe al fenómeno de la tensión
superficial, que sucede por los desequilibrios de fuerzas que se dan entre las
diferentes fases del suelo (sólido, líquido y gas). El ejemplo clásico para ilustrar
el ascenso capilar en un medio poroso es el del terrón de azúcar en contacto
con el café. Probablemente todos hemos experimentado cómo el terrón se
satura completamente sin necesidad de introducirlo físicamente dentro de la
taza.
T
α
d
hc
π
W = hc γ w d 2
4
F = T cos α π d
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Puesto que el sistema está en equilibrio, el sumatorio de fuerzas deberá
ser nulo o, lo que es lo mismo: W = F
π 2
hc γ w 4 d − [T cos α π d ] = 0
4T
hc = − cos α
γ wd
4T
hc = −
γ wd
3 x10 −5
hc (en m) = −
d (en m)
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Podemos extraer como conclusión que en el caso de acuíferos libres
formados por materiales granulares gruesos (gravas y arenas gruesas), la
zona de ascenso capilar tendrá un espesor de unos pocos centímetros o
incluso milímiteros, por lo que podemos asumir sin cometer demasiado error
que la superficie freática es el límite entre la zona totalmente saturada (por
debajo) y la zona parcialmente saturada (por encima). Sin embargo, en el caso
de materiales más finos (como arenas muy finas o limos), la zona de
ascenso capilar puede tener un espesor de varios decímetros y, por lo
tanto, por encima de la posición del nivel freático tendremos una espesor
considerable de terreno completamente saturado en agua, aunque dicha agua
no fluirá por el terreno (ni hacia los pozos). El agua que asciende por
capilaridad contiene sales disueltas que, debido a la evaporación o
evapotranspiración, pueden llegar a precipitar formando costras e, incluso,
llegando a salinizar completamente los suelos. Este proceso es
relativamente frecuente en zonas áridas y semiáridas en las que el nivel
freático se encuentra próximo a la superficie. La formación de caliches
responde también a un fenómeno similar.
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La magnitud de los descensos en el nivel freático producidos por el
bombeo de agua desde un pozo depende, fundamentalmente, del caudal de
agua extraído y de los parámetros hidráulicos del acuífero (permeabilidad y
coeficiente de almacenamiento). El cálculo del cono de descensos es
relativamente sencillo, aunque excede los objetivos del presente texto.
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2.2 Acuíferos confinados
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Este proceso de consolidación del acuífero debido a la reducción
de la presión intersticial es el responsable de las subsidencias que se
producen en la superficie del terreno cuando se bombean caudales de
agua muy elevados.
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2.3 Acuíferos semiconfinados
A pesar de que los flujos verticales a través de los acuitardos son muy
lentos éstos suelen contener grandes cantidades de agua, como ya se comentó
anteriormente. Si el acuífero semiconfinado tiene una gran extensión, la
magnitud total de los goteos provenientes del acuitardo puede resultar en un
volumen de agua no despreciable en absoluto, pudiendo llegar incluso a
plantear problemas a la hora de realizar los balances hídricos de una región.
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Además, estas filtraciones horizontales entre acuíferos semiconfinados
pueden llegar a ser muy importantes en algunas situaciones relacionadas con
problemas de contaminación de las aguas subterráneas, puesto que
constituyen conexiones hidráulicas entre diferentes formaciones acuíferas.
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Por lo general, los acuíferos en sedimentos no consolidados se
desarrollan en formaciones geológicas de edad reciente, normalmente
correspondientes a depósitos sedimentarios del cuaternario o del terciario que
no han sufrido procesos diagenéticos relevantes que hayan podido cementar el
espacio poroso existente entre el esqueleto de las partículas sólidas. Otra
característica importante de este tipo de formaciones es que suelen
corresponder a depósitos someros (cercanos a la superficie del terreno) que
se extienden en profundidad unas cuantas decenas de metros, aunque en
ocasiones pueden presentar espesores (potencias) muy superiores.
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actualidad. Además, las terrazas fluviales de los grandes ríos son zonas
donde han proliferado núcleos de población importantes y, por lo tanto,
constituyen zonas de gran demanda hídrica (tanto para usos urbanos, como
industriales y agrícolas), lo cual hace que sus acuíferos hayan tenido una
relevancia especial y presenten un mayor grado de estudio.
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sistema, junto con los cambios laterales de facies que pueden suceder dentro
de cada una de las tres partes bien diferenciadas que se han descrito. Por otra
parte, debido a los sucesivos cambios del nivel de base que se dan a lo largo
del tiempo, estos sistema aluviales sufren fases de progradación (o avance
hacia el centro de la cuenca) y retrogradación (o retroceso hacia el frente
montañoso). Los sucesivos avances y retrocesos son los responsables de que
la heterogeneidad lateral de las facies sedimentarias quede también reflejada
en la columna vertical de sedimentos.
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acuíferos. La Figura 10 muestra un ejemplo de un perfil transversal del acuífero
aluvial del río Miño, cerca de la localidad pontevedresa del Tui. La formación
acuífera está formada por depósitos de arenas con gravas y limos y se
encuentra confinada por depósitos de arcillas limosas. En condiciones
naturales, el acuífero se comporta prácticamente como un acuífero libre puesto
que el nivel freático se sitúa muy próximo al techo de las arenas. Un rasgo a
señalar es que el acuífero arenoso, que proporciona caudales importantes
(tanto como para abastecer a la ciudad de Tui) cambia lateralmente de manera
brusca a facies sedimentarias limosas y arcillosas. Los ensayos hidráulicos
realizados en los sondeos que cortan estas facies de limos arcillosos dan
valores de conductividad hidráulica 4 ordenes de magnitud menores que las
arenas.
Figura 10. Perfil geológico del acuífero aluvial del río Miño a la altura de la
localidad de Tui (Pontevedra). El acuífero está constituido por las facies
arenosas con gravas y limos. En algunos lugares, estas facies cambian
lateralmente de manera brusca a depósitos limosos y arcillosos de
conductividad hidráulica mucho menor que las arenas.
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manantiales
río
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DAKOTA Fm.
Deltaic,
Central Kansas
DAKOTA Fm.
Fluvial,
Central Kansas
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3.2 Acuíferos en formaciones rocosas
Debido a las especificidades que presentan cada uno de estos dos grandes
tipos de acuíferos en formaciones rocosas, pasaremos a tratar cada uno de
ellos por separado.
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españolas está fuertemente restringida a este tipo de acuíferos. Tal es el caso
de la Comunidad Autónoma de Galicia, donde prácticamente el 90% de su
territorio presenta acuíferos en medios fracturados (Molinero et al., 1998).
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Figura 13. Esquema de tridimensional de una formación rocosa fisurada y
detalle de un perfil vertical típico. El regolito de alteración superficial forma un
acuífero libre, que es permeable por porosidad intergranular. A mayor
profundidad se encuentra la roca no meteorizada donde se desarrolla un
acuífero profundo permeable por fisuración.
b 3γ
K eq =
12 µ L
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tanto, pequeñas variaciones en el valor de dicha apertura pueden resultar
en cambios apreciables de la conductividad hidráulica de la formación
rocosa.
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agua ácida, al infiltrarse por el terreno es capaz de disolver los minerales
carbonatados de la formación geológica, ensanchando los poros y fisuras,
llegando incluso a formar grandes conductos y cavernas, característicos de los
sistema endokársticos. A medida que este proceso progresa, la disolución
alcanzará el equilibrio termodinámico (llegando al límite de saturación). Cuando
los fluidos saturados en carbonato cálcico llegan a una zona con bajas
presiones parciales de anhídrido carbónico (por ejemplo una caverna en
contacto con la atmósfera), el equilibrio se desplaza hacia la izquierda de la
ecuación, produciéndose la exolución de anhídrido carbónico gaseoso y la
precipitación de carbonato cálcico, hasta alcanzar un nuevo equilibrio químico.
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Desde el punto de vista hidrogeológico, las estructuras kársticas más
relevantes son las de disolución, puesto que pueden llegar a formar una red de
canalículos y conductos conectados que incrementen de manera
espectacular la capacidad de la formación carbonatada para almacenar y
conducir el agua subterránea. La Figura 15 muestra un esquema en el que
se representan los rasgos kársticos más relevantes desde el punto de vista
hidrogeológico.
A B
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Figura 15 se han señalado dos puntos en la superficie del terreno (A y B), que
representan la localización de dos pozos hipotéticos. Es posible observar que
ambos pozos están muy próximos y, si se realizaran dichas perforaciones,
obtendríamos que el pozo del punto A sería productivo, mientras que el pozo
del punto B quedaría “en seco” o sería un pozo “fallido”, como se denominan en
el argot técnico a las perforaciones que no captan agua. En este sentido, cabe
resaltar que los acuíferos kársticos, a pesar de que se comporten como
acuíferos libres, no presentan una superficie freática continua sino que,
más bien, se trata de una serie de zonas discretas que deberán coincidir
necesariamente con la red interconectada de “canales subterráneos”. Ciertos
criterios geológicos pueden ser de gran ayuda a la hora de situar los puntos en
los que perforar pozos para la extracción de agua en acuíferos kársticos. Uno
de los criterios más conocidos (Custodio y Llamas, 1983) es el de intentar
hacer coincidir las perforaciones con las zonas de las charnelas de los
pliegues, puesto que, en principio, es en estos lugares donde se produce un
mayor grado de fracturación de la roca (en comparación con los flancos de los
pliegues). Sin embargo, este tipo de criterios generales, aunque muy útiles
como punto de partida, conviene aplicarlos con mucha cautela puesto que cada
formación geológica tiene sus características particulares que, en muchas
ocasiones, condicionan en gran medida el funcionamiento hidrogeológico.
Aquellos lectores interesados en saber más acerca de los “criterios geológicos”
para la localización de pozos en acuíferos carbonatados, pueden consultar los
libros de Custodio y Llamas (1983; página 1504) y de Davis y De Wiest (1966;
página 363).
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Figura 17. Fotografía tomada en la Península de Florida, en la que se puede
observar el sistema de conductos que conecta la superficie del terreno con el
acuífero en profundidad. (Fuente: USGS; www.usgs.gov)
Para finalizar con el presente tema cabe señalar el hecho de que cuando
se realizan explotaciones intensivas de aguas subterráneas en acuíferos
kársticos se pueden inducir colapsos en la superficie del terreno, que
pueden llegar a provocar daños en las estructuras existentes en superficie
(obras de ingeniería civil, viviendas, etc). Esto forma parte de una nueva rama
de la geología ambiental (que cada vez está alcanzando un mayor auge) y que
se conoce como “geotécnia ambiental”. Este tipo de colapsos se deben al
hecho de que, al bombear el agua subterránea, se despresurizan las cavernas
subterráneas que originalmente estaban ocupadas por agua a presión. Por lo
tanto, si existen estructuras construidas sobre el terreno con anterioridad al
establecimiento de los bombeos, es posible que, tras la despresurización de las
cavidades kársticas, el terreno no aguante las cargas de dichas estructuras y
llegue a colapsar, provocando daños que son atribuibles al impacto ambiental
provocado por los bombeos de las aguas subterráneas. La Figura 18 muestra
un ejemplo de un colapso producido por el bombeo intensivo de aguas
subterráneas en el acuífero carbonatado de la Península de Florida, en la que
se puede apreciar claramente el impacto provocado en superficie.
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Figura 18. Fotografía de un colapso superficial (en la ciudad de Orlando,
Florida) provocado por el bombeo intensivo de aguas subterráneas en el
acuífero kárstico de la Península de Florida. Se puede apreciar claramente el
impacto producido en las estructuras existentes en superficie.
(Fuente: USGS; www.usgs.gov)
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Molinero, J.; Soriano, G. y Samper, J. (1998). “Calidad y contaminación de las
aguas subterráneas en Galicia: Situación actual y estudio de detalle en la
cuenca del Valiñas”. En: La Contaminación de las Aguas Subterráneas:
Un Problema Pendiente. ITGE. Madrid.
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