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Coronavirus goza y se extiende ante

la falta de agua
Cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua con muchas noticias
relacionadas con el impacto positivo y/o negativo del agua dentro de las
poblaciones del mundo entero. Unos observaron y otros escucharon, pero
pocos actuaron: las medidas no fueron implementadas en su momento.

Con el tiempo llega nueva enfermedad “El COVID-19” que no solo visita de
manera pasajera sino circula entre nosotros infectando a más de 203.617
personas de 160 países, según estadísticas publicadas en periódicos (El país,
2020). No sabemos el tiempo de permanencia de la enfermedad en cada
país, lo que sí sabemos es que la misma se puede mitigar mediante el uso del
recurso agua.

Muchos presidentes se enfrentan a esta problemática mundial: la falta del


agua y el coronavirus. Países pobres como Venezuela apuntan hacia medidas
más rudimentarias: trasladar el agua por medio de camiones (cisternas) a las
zonas necesitadas.

La principal medida de prevención está dada por la Organización Mundial de


la Salud: “Lávese las manos a fondo y con frecuencia usando un
desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón”, pero ¿cómo lo hacemos
si no contamos con el recurso agua? Es la pregunta que nos hacemos algunos
venezolanos. La opción del agua es barata en comparación con el gel
(desinfectante).

Ante el brote del Coronavirus, el miedo, la ansiedad y la preocupación se


apodera de los habitantes de zonas que no cuentan con el vital líquido de
forma continua (por tuberías). “En los hospitales, dicen, no solo carecen de
medicamentos, equipos quirúrgicos y artículos de atención primaria, como
mascarillas, sueros y termómetros, o de una infraestructura medianamente
operativa. Les falta lo esencial: el agua” (VOAnoticias, 2020). El informe de
Bachelet, publicado en junio de 2019, mencionó el agua entre los “factores
subyacentes determinantes de la salud” que faltan en los hospitales de
Venezuela. Entonces, ante la ausencia del agua se ve difícil controlar
eficazmente la pandemia en nuestro país.

Hasta el día martes 17 de marzo de 2020, Venezuela contaba con 36 casos de


infectados. El presidente declara estos casos como importados (personas que
ingresaron al país después de realizar algún viaje hacia el exterior). Pero, con
la presencia de riesgos sanitarios (falta de agua), es lógico aumentar las
restricciones para la población venezolana: “cuarentena social en todo el
territorio nacional”. Si no contamos con el vital líquido tenemos que
restringir la circulación de las personas al máximo.
Mientras tanto, otros países europeos como Francia, optan por suspender el
pago del servicio del agua. En el caso de España implementa medidas para la
protección de infraestructuras críticas para asegurar el abastecimiento de la
población y los servicios esenciales.

Pero, ¡no todo es malo!


Al mismo tiempo que ocurre la situación anterior, el Coronavirus ha alejado
al ser humano (turistas) de los cuerpos de agua por medidas de cuarentena.
Se ha logrado recuperar parcialmente las aguas. Ahora son cada vez más
claras. Es el caso de Venecia se ven más cristalinas porque el sedimento se
deposita en el fondo debido a la disminución del tráfico de góndolas que
trasladan a turistas.

Por otro lado, los habitantes han valorado más el recurso agua.
Creativamente buscan la forma de cómo administrar eficientemente este
recurso natural. Es un lujo el despilfarro. Estamos aprendiendo a la fuerza
ante esta grave situación que nos afecta a todos. Unos más que otros por no
contar con el vital liquido.

No es tarde para comenzar a crear una verdadera cultura científica que


involucre a toda la sociedad y sus actores correspondientes en el manejo
eficiente del agua. Es importante que la población: las familias, personas de
los centros de trabajo y centros educativos estén informados e involucrados
en acciones claras desde sus contextos. No es el trabajo de uno sino de todos.

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