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Venezuela y el agua
En Venezuela existen dos escenarios relacionadas con la gestión del recurso
agua. Uno más pesimista asume el problema con la no garantía del derecho
al agua ni en cantidad ni calidad causante de enfermedades hídricas
principalmente en los niños. El otro parece ignorar el problema global, de
forma superficial atacando los efectos o consecuencias con el programa
educativo ambiental “Agua en nuestras vidas” más no la causa que lo origina.
Está orientado a promover un cambio de actitud en el plano educativo y
comunitario en cuanto al uso racional, responsable, adecuado y sustentable del
agua potable; a simple vista pareciera no llegar a toda la población
venezolana.
Seguiremos impactando negativamente el ambiente: interviniendo las
cuencas hídricas con la disminución de la capacidad de generar agua a raíz
de construcciones y tala indiscriminada. Los objetivos de desarrollo
sostenible (ODS 6 y ODS 3) quedarían en segundo plano. No se estaría
garantizado el saneamiento, limpieza del agua y por consiguiente, la salud de
la poblaciónsiendo afectada aun más por la degradación de la tierra
(desertificación), sequía e inundaciones.
En Venezuela no existe aún un estudio sobre las personas afectadas por el
problema de sequía e inundaciones. Presuntamente, no es por sequía. El año
2017 fue un año lluvioso. Venezuela con 916.445 kilómetros cuadrados
cuenta con 108 embalses.
Propuesta
Se debe partir del marco legal venezolano (Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela) en la cual el agua es dominio púbico y debe ser
garantizada como derecho humano fundamental. Así como cumplir los
compromisos internacionales incluidos en la Agenda 2030 de las Naciones
Unidas, el Acuerdo de París y otros instrumentos internacionales que
permitirían conectar integralmente los componentes económicos, sociales y
ambientales del desarrollo sostenible. Estos objetivos permitirán adoptar las
siguientes acciones:
Restablecer la institucionalidad ambiental de Venezuela con la
inclusión de todos los actores públicos y privados en materia de agua.
Atender la emergencia hídrica nacional de manera de garantizar el
derecho al agua.
Recuperar la capacidad del Estado para garantizar el acceso universal
y de calidad a los servicios públicos ambientales. Pero, se deberá recuperar
la capacidad instalada, operativa, técnica y financiera de los organismos
competentes en materia de agua.
Diseñar e implementar políticas públicas integrales de gestión del
agua. Incluye el diseño e implementación de políticas de protección y
recuperación de cuencas hidrográficas (producción de agua y energía) y sus
ecosistemas asociados.
Diseñar e implementar programas de saneamiento ambiental y de
gestión hídrica que garantice la calidad del agua que se suministre a la
población o se devuelva a la naturaleza. Esto implica construir plantas de
tratamiento de agua potable y residual. En los cálculos se debería incluir a
los grupos más vulnerables así como los sectores relacionados con la salud,
educación y producción alimentaria.
Reforestar las áreas afectadas cercanas a las cuencas hidrográficas
Combinar una serie de medidas locales a nivel local como el ahorro del
agua: establecimiento de medidores para las viviendas, comunidades y
edificios.
Trabajar desde los Objetivos del Desarrollo Sostenible.
Cobrar el recurso del agua. Aunque el agua es un derecho humano esto
no debe confundirse con lo gratis (Pochar, 2019). Estos fondos deberían ser
destinados para recuperar la red de potabilización y sistemas de agua.
Diseñar un programa educativo dirigido a los estudiantes de los
diferentes niveles de educación. Es importante que los niños y niñas
formen parte de esta iniciativa desde temprana edad escolar para crear
conciencia.