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LA RELEVANCIA SOCIOHISTORICA Y HERMENEUTICA DEL EXODO

J. S. Croatto*

El éxodo es uno de los temas densos y fe- opresión y sufrimiento y de liberación y gozo. Su
cundos de la tradición bíblica judeo-cristiana. Su lectura, desde una óptica de fe, fue constituyendo
fecundidad está evidenciada en el interior de la un lenguaje religioso que se hizo tan central como
Biblia misma. Por otro lado, el texto bíblico del esas mismas vivencias históricas. Por concomi-
Exodo fue, debido a su importancia kerigmática y tancia, Israel fue afirmando una conciencia de
teológica, un foco iluminador de procesos históri- libertad como parte de su ser y reclamó la libera-
cos que se identificaron de alguna manera con la ción toda vez que se encontraba oprimido, lo que
experiencia de Israel. fue frecuente en su historia.

Se trata de hacer una valoración crítica de la Por otra parte, fue definiendo a su Dios, Yah-
relevancia perenne del paradigma del éxodo y de vé, como «salvador» y liberador. El nombre mismo
la significación hermenéutica para la interpre- del Dios de Israel, «yo soy el que estoy (contigo),
tación de la Biblia de los movimientos inspirados está indisolublemente ligado a la experiencia de
en el Exodo. opresión/ liberación del éxodo.

Lo importante es señalar como la «historia» del El éxodo está incorporado no sólo en los gran-
texto bíblico y de los movimientos que usan el des textos, reflejo de múltiples experiencias histó-
motivo del éxodo se convierte así en arquetipo de ricas, sino en el nombre mismo de «Yahvé». Y por
nuevos acontecimientos. La pregunta es: ¿existe eso toda expresión de fe y de culto es un recuerdo
una relevancia permanente del éxodo sobre todo implícito del éxodo.
en dirección al futuro? ¿Qué es lo que mantiene
en vigencia el kerigma del éxodo? La repetición creativa y multiforme del motivo
del éxodo en el interior de la Biblia muestra la
Interesa valorar al «éxodo» como suceso de li- preeminencia del sentido sobre el hecho del éxodo,
beración. En efecto, no es la facticidad externa del que, a su vez, se convierte en norma inter-
hecho arquetípico lo que perdura en las re- pretativa para nosotros.
lecturas, sino su sentido profundo, su capacidad
de activar las reservas humanas de esperanza en
nuevos procesos de liberación. 1.2. Preeminencia del éxodo

El suceso del éxodo –no importa cuánto de lo Aún cuando en la misma Biblia se relatan
narrado «sucedió»– liberó y libera sentido en la otros hechos de liberación, al éxodo le tocó la
medida en que entra en circularidad hermenéu- preeminencia porque:
tica con la praxis sociohistórica.
a) Fue un hecho originario, decisivo para la
Esta tesis fundamental implica tres datos: creación de Israel como pueblo libre.
a) hay un texto normativo, entendido como ke-
rigma de liberación, que no es sólo el relato de Ex b) La celebración Pascua era el «memorial» de
1-15, sino el motivo del éxodo en toda la Biblia; la salida de Egipto. Culto y praxis socio-histórica
b) como fue el caso de la historia de Israel, quedaban unidos y fortalecidos mutuamente.
también en la de los hombres de estos dos mi-
lenios se dio y sigue dándose un recurso a este c) La opción de Yahvé por los oprimidos. La li-
motivo en contextos de liberación; beración de la opresión y explotación del pueblo
c) «éxodo» y procesos de liberación se dan sen- no es genérica, tiene referencia a una situación
tido mutuamente. concreta que puede sintonizarse fácilmente con
otras.

1. LA RELEVANCIA PERMANENTE DEL PARADIGMA d) El exilio mismo no es descrito como lo es la


DEL ÉXODO permanencia de Israel en Egipto. Por eso, y por
no ser un suceso originario, es el exilio el que es
1.1. Conciencia de libertad y reclamo de libe- iluminado por el éxodo.
ración
e) El acontecimiento del éxodo tiene un claro
La conciencia nacional y religiosa de Israel es- contenido político y social. El aspecto político,
tuvo marcada originariamente por experiencias de dominación de los hebreos por un poder ajeno

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2 Relevancia sociohistórica y hermenéutica del éxodo

que los retiene para su servicio, adquiere un tono fundamente, y a hacer crecer, el sentido salvífico
trascendente, por el enfrentamiento de dos pode- de aquél.
res divinos: el de los dioses egipcios y el de Yahvé.
El aspecto social se refiere a la condición de es- Toda lectura, lejos de ser una extracción del
clavos que los hebreos padecían en suelo egipcio. sentido fijo, es una producción de sentido. Por
Las dos cosas están ligadas: «yo soy Yahvé, tu tanto, toda lectura del motivo bíblico del éxodo
Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de una hecha desde situaciones de opresión y desde pro-
casa de esclavos». cesos/ movimientos de liberación es una ex-
ploración de su reserva de sentido, de su fe-
f) En la memoria litúrgica e hímnica Yahvé es cundidad siempre inédita.
«el que saca» a Israel de Egipto. El éxodo es un
acontecimiento arquetípico. Por un lado su efi- Es una relectura, lo que implica redimensio-
cacia es sentida como presente y, por otro Yahvé nar el hecho arquetípico para que sintonice con
es definido como el Dios del «éxodo/liberación los sucesos nuevos. Los textos que tematizan so-
permanente». bre la liberación, y que se condensan tan bien en
el motivo del éxodo, no tienen mejor lector que el
1.3. Significación teológica oprimido que busca su liberación. El oprimido
nos da, desde su praxis de liberación, lo «no di-
Todos los datos coincidentes sobre la conti- cho» de lo dicho del texto, o sea, su valor kerig-
nuidad kerigmática del éxodo durante tres mil mático presente.
años de experiencias de opresión y procesos de
liberación tienen un significativo valor teológico. 2.2. Relectura recontextualizada del texto bíbli-
co
Muestran la identidad del Dios bíblico y de su
designio salvífico que tiene su primera expresión Toda lectura es una producción (y no repro-
en el plano sociohistórico. Asumir hoy la expe- ducción o repetición) del sentido de un texto. Es
riencia del Dios del éxodo es luchar en su nombre relectura. Ello implica también una recontextuali-
contra toda forma de injusticia y de opresión. zación. La lectura del texto desde otro horizonte
de comprensión, por otros receptores, sin la pre-
Por eso la relevancia histórica del éxodo no es- sencia reguladora del autor, es una relectura.
tá agotada. Al contrario, su carácter paradig-
mático y fundacional se acrecienta en la medida La Biblia es mensaje por lo que dice como tex-
en que es reapropiado como símbolo religioso en to, no por lo que «dijo» cuando se escribió. Esto
los procesos actuales de liberación. A mayor con- sucedió con el motivo del éxodo. El sentido del
ciencia actual sobre los mecanismos de domina- éxodo originario fue creciendo por las relecturas o
ción, dependencia y opresión, mayor intensidad apropiaciones de sentido que de él hizo Israel en
corresponde al foco luminoso del éxodo. sus experiencias de opresión y liberación; por las
reinterpretaciones surgidas de los movimientos
históricos que apelaron al éxodo sin reducirlo a lo
2. LA RELEVANCIA HERMENÉUTICA DE LOS MOVI- espiritual, y crece por su apropiación en las teo-
MIENTOS CONTEMPORÁNEOS DE LIBERACIÓN logías contemporáneas de liberación que no sur-
PARA LA INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA gen de los libros, sino de la praxis de liberación.
Estas nuevas lecturas amplían y actualizan el
Se trata de ver como los movimientos y pro- sentido del éxodo, y lo hacen más paradigmático
cesos históricos de liberación influyen en la in- para futuras generaciones, que a su vez se apro-
terpretación de la Biblia. Para que haya un cír- piarán de él en formas que no conocemos.
culo hermenéutico correcto, el kerigma bíblico del
éxodo/ liberación debe crecer en su significación, Los movimientos y procesos que apelan al
y este crecimiento incide también sobre otros tex- éxodo bíblico como motivo impulsor de la praxis
tos y sobre nuestra comprensión de toda la Bi- de liberación nos hacen tomar conciencia de que
blia. la Biblia es mensaje en la medida en que es re-
contextualizada y releída; de que no es una «pa-
2.1. Lectura del mensaje bíblico desde la praxis labra de Dios» estática y universal, depósito ar-
sociohistórica caico de revelación, sine una norma para enten-
der dónde se revela Dios hoy.
La auténtica lectura del mensaje bíblico se ha-
ce desde la praxis sociohistórica, donde la fe des- La función de la exégesis crítica debiera ser
cubre al Dios actuante. Por eso, en el caso del despejar el camino para un enriquecimiento her-
éxodo como paradigma de los movimientos de menéutico, para una lectura de ese texto desde la
liberación, son éstos los que ayudan a captar pro- realidad presente. Y esta lectura, para que res-
ponda a esa realidad, debe hacerse desde el inte-

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RELEVANCIA SOCIOHISTORICA Y HERMENEUTICA DEL EXODO. CROATTO 3

rior de los procesos humanos. Ahora bien: El mo- cimiento «religioso» liberador recuperando sus
tivo del éxodo es recreado desde los procesos y dimensiones sociales y políticas.
luchas de liberación de pueblos y grupos hu-
manos oprimidos o dominados. 3. La Pascua fue el «memorial» (ˆnrKzI = zikkaron)
de la salida de Egipto, culto y praxis socio históri-
Y si el valor paradigmático del éxodo ha sido ca quedaron unidos y fortalecidos mutuamente.
tan impactante en la vida de Israel y lo es en los
movimientos y procesos de liberación contempo- La ética social cristiana tiene que recuperar la
ráneos, no será menor su efecto retroactivo en la dimensión celebrativa de la praxis de liberación y
interpretación de la Biblia. De ahí su relevancia al mismo tiempo la dimensión política y social de
hermenéutica. la celebración sacramentaria.

4. El éxodo aparece como un hecho originario,


APORTES A LA ETICA SOCIAL CRISTIANA
decisivo para la creación de Israel como pueblo
libre.
1. El éxodo señala y hace memoria permanen-
te de la opción de Yahvé por los oprimidos. La ética social cristiana fundamentada e inspi-
rada en el «éxodo» debe proponer una utopía y
Este Dios liberador de la opresión en la histo- una normatividad al servicio de una justicia «re-
ria es el marco teo-lógico fundante de una ética creativa» que permita el surgimiento de hombres
social cristiana. y mujeres libres.
2. El acontecimiento del éxodo tiene un claro 5. El sentido del éxodo originario fue creciendo
contenido político (Egipto) y social (esclavos). Este por las «relecturas» o apropiaciones de sentido
acontecimiento tiene un carácter fundante que se que de él han hecho Israel, movimientos históri-
va profundizando por muchas re-lecturas. cos y teologías contemporáneas de liberación.
La ética social cristiana en América Latina de- El sentido del éxodo puede seguir creciendo
be elaborar una relectura del Exodo como aconte- por la «relectura» que de él vaya realizando una
ética social cristiana de liberación.

* CROATTO, J. S., La relevancia sociohistórica y herme-

néutica del Exodo, Conc 209 (1987) 155-164.

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CUESTIONARIO


CROATTO, S., «Éxodo: acontecimiento y palabra», en: Liberación libertad, CEP, Lima 1978, 25-52

1. ¿Por qué la narración del libro del Éxodo dice mucho más de lo sucedido entonces? (pg. 2)
2. ¿Qué es lo que expresa el motivo de la promesa? (pg. 2)
3. ¿De qué maneras el Acontecimiento es retrovertido en “promesa”? (pg. 2)
4. ¿Qué confirma el relato bíblico sobre lo que hicieron Ramsés II y otros faraones con Israel?
5. ¿Por qué la opresión de Egipto es orden político y por qué es de orden social? (pg. 4)
6. ¿Por qué el dato bíblico del «clamor» parece muy sugerente? (pg. 5)
7. ¿Por qué la palabra de Dios tiene también una función concientizadora? (p. 6)
8. ¿Qué significa el «endurecimiento» del alma del opresor? (pg. 6)
9. ¿Por qué es significativo el rito de la pascua plasmado como memorial? (pg. 7)
10. ¿Qué significado tiene la alabanza del canto triunfal de Ex 15? (pg. 8)
11. ¿Por qué las imágenes simbólicas y los mitos de Ex 1 a 15 no son una distorsión de la
realidad (pg. 8-9).
12. ¿Cómo enfatizó Israel su experiencia de Dios como salvador terrestre? (pg. 9)
13. ¿Qué captó Israel en la experiencia del acontecimiento más decisivo de su historia? (pg. 10)
14. ¿Por qué, según Croatto, el Dios del éxodo no respetó la vida de los egipcios? (pg. 11)

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EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA
S. Croatto*

1. EL EXODO COMO “RESERVA-DE-SENTIDO” éxodo. La historia desplaza a lo cósmico. Dios es


visualizado en los sucesos del hombre más que
Suponemos que el lector conoce el re]ato bí- en los fenómenos del mundo físico. Pero el éxodo
blico del éxodo, puesto entre las narraciones pa- como hecho histórico y salvífico es tan “origina-
triarcales (época de la Promesa) las gestas de la rio” que atrae hacia sí la experiencia de lo crea-
entrada en Canaán (época de la realización de cional, tal como lo dice el lenguaje de estructura
aquélla). La experiencia de Egipto es una tensión mítica del relato bíblico.
(el “Dios de los Padres” se ha olvidado de su pue-
blo) y una distensión (Yavé se acuerda de su Para nuestro caso significa que el éxodo se
Promesa, cf. Ex 6,4-5!). Las vicisitudes del de- constituye en un hecho radical, hondísimo, en el
sierto forman una unidad temática y significativa cual tanto Israel como nosotros debemos inter-
con la salida de Egipto1. De modo que las refle- pretar a Dios y a nosotros mismos. El éxodo se
xiones presentes abarcan los datos contenidos en convierte en una “reserva-de-sentido” inagotable.
los libros del Exodo, de los Números y la “memo- Por ello, su “donación-de-sentido,” es ilimitada;
ria” homilética de la primera parte del Deutero- de ahí sus posibilidades hermenéuticas, únicas
nomio (1-11). De cualquier manera, nos vamos a para la teología latinoamericana. En lo que sigue
concentrar en los primeros capítulos (1-15) del se aclararán estas afirmaciones.
Exodo.

Muchos biblistas o teólogos ya se han aden- 2. DEL ACONTECIMIENTO A LA PALABRA


trado en una exploración del éxodo en relación
con el nuevo camino de “liberación” de Latinoa- Vale la pena abrir desde ya una llave herme-
mérica2. Es un “lugar” kerigmático característico, néutica: toda experiencia humana engendra su
provocador, creativo inexhaurible, por tanto. “palabra”. ¿De qué manera? En cuanto su “signi-
Justamente para una teología de la liberación ficación” emerge a medida que el acontecimiento-
más que de la libertad, es un pasaje ejemplar; clave origina otra vivencias o situaciones, o en la
por ello es más explorado en un contexto teológi- medida en que el hombre se va interpretando a
co latinoamericano que europeo. sí mismo. a la luz de aquel suceso, el cual por
tanto va apareciendo coda vez más radical, y
No queremos tratar del éxodo porque está de más cargado de significación. En el “después” de
moda… Ni para repetir lo que ya está elaborado. su propia facticidad es captado como fundante
Nuestra intención es desentrañar otras virtuali- del presente Un acontecimiento no es vista como
dades de la Palabra del éxodo y perfilar sus pers- decisiva en la historia de una persona o de un
pectivas hermenéuticas para posiblitar al lector pueblo en el momento en que acontece sino des-
(grupal más que individual) el “decir su palabra”. pués de una mediación temporal, luego de haber
“donado” su. energía recreadora.
Vamos a comenzar situando el relato del éxo-
do en el conjunto del Antiguo Testamento y su Nuestra experiencia personal está llena de
sentido en el complejo de la cosmovisión bíblica: esas manifestaciones-de-sentido de aconteci-
en uno y otro caso el éxodo es el acontecimiento mientos que sólo más tarde, o poco a poco,
clave, que modela la fe de Israel. No se entiende a emergen desde su profundidad originariamente
esta última, ni la formación de tradiciones reli- oculta. En la historia de los pueblos pasa igual.
giosas y de los libros sagrados sino a partir de En los primeros años de la independencia de los
ese Acontecimiento central. A medida que Israel pueblos latinoamericanos las gestas de libera-
va formándose como pueblo, más se polariza en ción no tuvieron –a nivel de conciencia– la mis-
aquel suceso decisivo, que a su vez –y por eso– es ma trascendencia que fueron adquiriendo en la
representado en un lenguaje creacional (véase “memoria” subsiguiente. Más aún: hoy se nos
especialmente el Deutero-Isaías: 44,21-24; 5I;9- aparecen con una dimensión que no tenían hace
11, alusión a la creación como lucha contra las media siglo. Nuestros mayores las celebraban tal
fuerzas caóticas; 54,5, Dt 32,6, etc.). vez con la alegría de una independencia conquis-
tada.
En todas las religiones la cosmogonía ejerce
una fascinación dramática: es la epifanía del ser, Pero he aquí que –como resultado de una
el momento en que la sacralidad “penetra” en el nueva concientización– reconocemos que no so-
cosmos, es la plenitud de lo nuevo, de lo no ago- mos independientes sino que sólo hemos cam-
tado por el tiempo corrosivo de la finitud y la biado de amo. Por ende, nuestras fiestas patrias
muerte. Ahora bien, fuerte como es el prestigio se convierten en “programáticas” y vocacionales
de los orígenes, la cosmovisión hebrea lo traslada para los latinoamericanos; con otras palabras, se
a otro epicentro, el Acontecimiento salvífico del nos aparecen con otra dimensión, más profunda

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2 EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA. CROATTO

porque señala nuestro “proyecto” histórico de un (como el relato bíblico y la experiencia de Israel lo
modo más radical, al recordarnos lo que debe- revelan) y que aún está inconcluso.
mos ser y que no somos aun. Por eso, son cele-
bradas “en esperanza” porque anuncian más de Si nuestra lectura del kerigma bíblico es para
lo que fueron hasta ahora. No se recuerdan “en algo, la “memoria” del éxodo se convierte para
reposo” sino proféticamente. nosotros –pueblos oprimidos del Tercer Mundo–
en Palabra provocativa en anuncio de liberación.
Por eso comprendemos el acontecimiento sal- Nos toca a nosotros prolongar el Exodo porque
vífico del éxodo como lo hicieron los mismos he- no fue un suceso para los hebreos sino la mani-
breos, a saber, hermenéuticamente, “explorando” festación de un designio liberador de Dios para
su sentido a partir de situaciones nuevas que lo todos los pueblos. En una línea hermenéutica
iban completando (por ej. ]as victorias contra los cabe perfectamente que nos entendamos desde
reyes transjordanos que no les permitían el acce- el éxodo bíblico y sobre todo que a éste lo com-
so a la tierra prometida, cf. Nm 21,10-35, Sal prendamos desde nuestra situación de pueblos
135,10-12, etc.) o midiendo la magnitud de la li- “en esclavitud” económica, política, social o cul-
beración por lo que fueron después como pueblo tural.
libre en su propia tierra. El éxodo les significó
siempre el “origen” ontológico de su realidad pre-
sente, o se convertía en “memoria” interpelante 3. DEL ACONTECIMIENTO A LA PROMESA
cuando dejaban de ser libres.
Hace un momento dijimos que la lectura del
Ahora bien, ¿dónde y cuándo se daba testi- éxodo (como “relectura’’ existencial) se hacía
monio de aquella resignificación del éxodo? ¿Có- “promesa” para nosotros. El motivo de la prome-
mo fue más “intencionante” para los hebreos sa expresa la conciencia de un proyecto histórico
posteriores que para los antepasados que lo vi- inacabado y al propio tiempo la confianza de su
vieron? Respondemos: la desimplicación del sen- implementación. Por eso es la proyección hacia
tido latente del éxodo primero, se fue dando en la atrás de la esperanza hacia adelante. Lo que he-
prolongación lineal de aquella liberación y fue mos comentado del círculo hermenéutico por el
expresándose en una “palabra”. Esta se fue “re- cual el Acontecimiento se hace Palabra-sentido y
cargando” por sucesivas “relecturas” hermenéu- esta anuncia una nueva actuación de aquél, se
ticas hasta su fijación cosmovisional en el relato puede reconocer también en la dirección inversa
actual del éxodo. Este no es el hecho desnudo del acontecimiento hacia atrás. De esta manera:
que tuvo lugar allá por el siglo XIII a. C. sino en el suceso salvífico, una vez profundizado, es visto
cuanto reflexionado, profundizado, explorado por como designio, o sea, como preparado desde an-
la fe y captado en todas sus proyecciones. De allí tes de suceder.
que la narración del libro del Exodo “dice” mucho
más de lo sucedido entonces. En una cosmovisión mítica puede ser explica-
do antecedentemente como destino; mas en una
Por eso es mensaje. Lo profundo no consiste concepción del mundo teológica (orientada a una
en el fenómeno histórico como puede ser tomado meta) esa anticipación se expresa con el lenguaje
por una cámara o registrado en una crónica sino de la Promesa Esta no es históricamente anterior
en su “significación” que sólo es comprendida a al Acontecimiento, como no era contemporánea
distancia y es “dicha” en la palabra. Esto pasa la Palabra-relato Más bien lo sigue, y es una
con toda experiencia decisiva –según hemos indi- nueva forma de radicalización en el sentido.
cado (cuando “contamos” un hecho significativo Cuanto más hondo es éste, más abarcado es.
para nuestra vocación humana nos distanciamos Cuanto más significativo es el éxodo más aparece
de su exterioridad pasada e introyectamos en él como dispuesto en los planes de Dios Si una per-
lo que entendemos que somos desde tal aconte- sona ha tenido en su vida una función preponde-
cimiento)–. rante para la conciencia de un pueblo, se lo re-
presenta “llamado” desde antes de nacer (Jere-
Mas cuando el suceso es contemplado desde mías, el “Servidor” de Yavé, Cristo y luego Pablo
la fe y se reconoce en él la manifestación de Dios, fueron “designados” o elegidos desde el seno de
la palabra-relato que lo “resignifica” es interpre- su madre o antes aún)3. Importante es entender
tada como Palabra de Dios. Y como tal entra en que estas narraciones son posteriores a la fun-
un proceso rotativo por el cual es siempre "me- ción cumplida de tales personajes.
moria” y es siempre “anuncio”; al mismo tiempo
que va incorporando sus propias manifestaciones El valor de lo “originario” (como el prestigio de
nuevas, por su “relectura” (o “reescritura”!), va lo creacional) se proyecta a lo histórico. Así tam-
también interpelando como Palabra “abierta” a bién con el éxodo. De dos maneras el Aconteci-
una nueva actuación histórica. El pasado se ha- miento es retrovertido en “promesa”. Primero, en
ce “promesa” para el hombre que escucha esa los relatos de la vocación de Moisés (Ex 3 y 6) y
Palabra. No decimos todo esto para afirmar una en el anuncio de la liberación; segundo, en los de
teoría, o para satisfacción intelectual (el gozo de la Promesa arquetípica dirigida a Abraham y sus
descubrir algo) Sino porque todo ello sugiere que dos descendientes Isaac y Jacob (Gn l2,lss; etc.).
el éxodo es un Acontecimiento pleno de sentido Esta última es concebida en los términos claros

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EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA. CROATTO 3

de la “tierra” (como nación) y de la descendencia “pusieron pues sobre ellos (los hebreos) capata-
(como pueblo), que Israel fue sólo desde y por el ces que los oprimiesen con onerosos trabajos en
éxodo, mucho tiempo después de Abraham. la edificación de Pitom y Rameses, ciudades al-
macenes del faraón” (1 11).
No negamos que haya podido haber una expe-
riencia vocacional en los patriarcas o un llamado La Biblia señala estos episodios como una
a los hebreos esclavos en Egipto, pero la Prome- “opresión” (cf. v. 12 y más adelante n. 5,a). Era
sa, o la vocación, como están narradas, suponen una esclavitud, no sólo en cuanto los israelitas
la experiencia de la liberación y la existencia de “pertenecían” a un señor (como en la antigüedad
Israel como pueblo en su tierra. La Promesa ex- pagana y en muchas regiones del mundo, mo-
presa en forma de designio el acontecimiento derno, v. gr. en Arabia Saudita o en Brasil); más
que, en realidad, la engendra como palabra. Tal bien, la esclavitud se hacía opresión, trabajo for-
es la riqueza de la Promesa, o del lenguaje de la zado. Era una situación alienante hasta el ex-
“vocación”. Dice una profundidad que no era tremo, como puede ser actualmente la situación
captada en el momento de Abrahán o de Moisés. vergonzosa de los portorriqueños explotados en
¿Acaso no usamos un lenguaje semejante, cuan- todos los niveles por sus dominadores4. Toda ex-
do afirmamos o descubrimos una “vocación his- plotación va unida a una prepotencia ignominio-
tórica” en los pueblos latinoamericanos? ¿Por sa, sea del faraón o de los países imperialistas de
qué lo decimos ahora, o cuando está en un pro- la actualidad.
ceso, en lugar de tenerlo sabido desde antes?
Simplemente, porque el lenguaje de la vocación ¿Cómo no gemir en tal situación? Mas, ¿de
(o promesa, en un contexto religioso y expresado que sirve esa angustia impotente? La alienación
en lenguaje religioso) es una manera de “decir” el de los hebreos llega a tal límite que éstos son in-
sentido más hondo de un suceso, desde él. capaces de esperar la salvación. “Así habló Moi-
sés a los hijos de Israel pero ellos no le escucha-
Concluimos, por tanto, que el éxodo es el ron por lo angustioso de su dura servidumbre”
Acontecimiento programático de la experiencia (Ex 6,9). No se trata de una “infidelidad” a la gra-
religiosa de lsrael que establece el valor de la Pa- cia sino de un extrañamiento total del hombre
labra-relato y de la Promesa. Lo hemos enfatiza- que anula hasta la esperanza, última posibilidad
do por sus implicaciones hermenéuticas. Veamos deliberación. Es posible que esta frase –única en
ahora los contenidos del relato. explayándonos toda la Biblia– se nos haya pasado por alto en
en cinco parágrafos: sobre la situación de los he- tantas lecturas que habremos hecho de este ca-
breos en Egipto, la palabra-respuesta (de los pítulo.
oprimidos, del libertador, del opresor en fin), el
suceso mismo y sus episodios, el “relato” herme- Pero emerge en toda su violencia aniquiladora
néutico (en lenguaje mítico-simbólico), y el men- cuando la “redescubrimos” en tantos casos con-
saje de esta narración. cretos de los hombres oprimidos, sin ir más lejos,
en nuestro argentino marginado en las provin-
cias, en el criollo, en el trabajador explotado que
4. ANALISIS DE SITUACION nunca encuentra una “oportunidad” para reali-
zarse como ser humano digno e igual a otros. Es
Tribus hebreas se habían infiltrado en la zona lo que P. Freire aclara tan acertadamente, di-
fértil del Delta del Nilo, al Norte de Egipto, empu- ciendo que el oprimido “introyecta” de tal manera
jadas tal vez por una ola de migraciones de gru- al opresor –y por tanto su propia situación de
pos semitas procedentes de Siria y que los anales oprimido que no imagina otra posibilidad ni
jeroglíficos apellidan “Hicsos”. Dicho movimiento cambio alguno que lo “libere”5. Lejos de ser un
se enmarca inicialmente en el siglo XVIII a C. y dato secundario, la afirmación de Ex 6,9 es la
se prolonga hasta el XVI por lo menos. Esta hipó- señalización, en letras de fuego, del colmo de la
tesis es muy esquemática y oculta un gran nú- alienación del hombre, que ya ni espera siquiera
mero de problemas como ser el “vacío” de algu- en su propia liberación.
nos siglos que ocurre entre la época de los pa-
triarcas y la generación del éxodo en el siglo XIII. Peor aún es esa situación cuando se la “pro-
Sólo nos importa llamar la atención sobre hechos fundiza” hacia adentro mediante una interpreta-
históricos vividos por minúsculos grupos huma- ción de lo sagrado, como en el caso de los indios
nos, científicamente determinados, pero que ori- de Guatemala que celebran la Semana Santa sin
ginan el “descubrimiento” detrás de ellos de una Resurrección, internalizando de esa manera su
presencia de Dios. propia “identidad triturada”6 que necesitan ade-
cuar con la de un Cristo falsificado, sin duda que
La esclavitud concreta de los israelitas en el no por culpa de ellos sino por un triste proceso
país del Nilo obedecía a una actitud característi- hermenéutico que parte de su situación oprimi-
ca de los reyes de aquel tiempo, en este caso de da.
Ramsés II u otros faraones que usaron de los
prisioneros, esclavos y gente marginada o recién El alienado no solamente no tiene conciencia
llegada e inestable, para construir grandes ciu- de lo que puede ser o hacer sino que acepta que
dades. El mismo relato bíblico nos lo confirma: las cosas no pueden ser de otra manera. Incluso

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4 EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA. CROATTO

puede creer que su condición es buena, si no ]a Si esto es así, la liberación de los israelitas en
mejor. Esto no se aplica ya a la alienación eco- Egipto fue un acontecimiento de proyecciones
nómico-social sino a la religiosa (lo analizaremos políticas y sociales. Dios no comenzó salvando en
más adelante). Antes de la “concientización”, el el orden espiritual, ni siquiera del pecado. Salva
alienado acepta la realidad que vive como su al hombre total, cuya realización humana puede
condición natural. Aquélla adviene por la “pala- ser impedida no sólo por él mismo (pecado) sino
bra” (parágrafo siguiente) o por los hechos. también por los otros hombres que abusan de su
poder o de su “status” social.
El acontecimiento del éxodo engendrará la
conciencia-de-libertad del pueblo de Israel, que se Esta constatación es de graves consecuencias
profundizará en la palabra subsecuente, según hermenéuticas para una relectura latinoameri-
estudiamos ya. En cuanto a la “integración” del cana o tercermundista del mensaje del éxodo.
estado de opresión como condición propia no pa- ¿Pusimos alguna vez atención al hecho de que el
rece haberse dado en aquéllos, a juzgar por las Acontecimiento liberador primer, ejemplar, que
referencias bíblicas. En efecto. los israelitas “gi- “revela” al Dios de la salvación, fue político y so-
men” y “claman” ante Yavé, su Dios (Ex 3,7. 9; cial? Dejamos en suspenso esta reflexión para
6,5). retomarla al tratar del Nuevo Testamento.

Recordemos con todo que este relato es “in-


terpretación” del acontecimiento. Sirve para 5. LA PALABRA QUE ANTECEDE A LA LIBERACION
dramatizar la “presencia” del Dios liberador. Más
bien, la “novedad” inesperada de la manifesta- Tenemos la “situación”. Hay también una “pa-
ción de Yavé a Moisés (3,6ss) indica que el pue- labra”, del oprimido, del Dios liberador y también
blo estaba lejos de saber acerca de alguna “pro- del opresor. ¿Qué función y valor tiene cada
mesa” antigua o de una presencia de su Dios en una?
la historia. Por otra porte, el pasaje citado de 6,9
marca la realidad de una postración sin esperan- a) La palabra del pueblo oprimido
za. Así y todo, siempre es posible una “concienti-
zación” por la palabra o por los hechos. También Son los dos relatos de la vocación de Moisés
en esto el relato bíblico del éxodo es iluminador. los que contienen la voz del hombre oprimido,
expresada indirectamente en la propia palabra de
Antes de pasar al tema siguiente cabe una Yavé:
apreciación más sobre el estado del pueblo opri- “He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto, y
mido. Este es de orden político y social. La opre- he oído los clamores a causa de sus capataces...”
sión en Egipto es de orden político porque es la (3,7); “el clamor de los hijos de Israel ha llegado
autoridad del faraón la que explota a un grupo hasta mí…” (v. 9).
que está en su país, y más, a una minoría étnica
extranjera. La opresión es ejercida desde el poder En el relato más reciente, de cuño sacerdotal
político. Era también una manera de deshacerse (6,1-13):
de los odiados asiáticos, como sabemos por los “He escuchado los gemidos de los hijos de Is-
textos egipcios. rael, que tienen los egipcios en servidumbre…”
(v. 5).
La acusación de genocidio es exacta, pues no
se trataba solamente del aprovechamiento de la La palabra del oprimido es el “clamor” ¿Será
mano de obra por el trabajo forzado que aniqui- un mero lamento pasivo, expresión del dolor?
laba a multitudes, sino de un doble intento de ¿Sería para conmover a Dios, y esperar sólo de El
exterminar la raza, por el trabajo y por el infanti- la salvación?…
cidio (equivalente de la “esterilización” genocídica
que se practica en América Latina con el nombre El motivo del “clamor” es ilustrado sugestiva-
inocente de “planeamiento familiar” orquestado mente en algunos mitos mesopotamios, desta-
por los norteamericanos)7. Los hebreos, en efec- cándose el de Atrajasis, un poema sobre la con-
to, eran numerosos y eso constituía un peligro dición del hombre (con una tradición del Diluvio
político para la seguridad interna del reino (Ex distinta a la contenida en la epopeya de Guilga-
1,7 y 9: “tenemos que obrar astutamente con él més), escrito a principios del segundo milenio
[el pueblo hebreo] para impedir que siga crecien- a.C. Es un mito social. En una primera escena se
do y que si sobreviene una guerra, se una contra narra la rebelión de los dioses menores los que
nosotros a nuestros enemigos y logre salir de es- trabajan, contra los tres patrones, Anut, Enlil y
ta tierra”) Por ello pusieron capataces opresores Enki que gobiernan el mundo sin trabajar y se
(v. 11) y encargaron a las parteras que mataran alimentan con el esfuerzo de aquéllos.
a los niños varones (v. I5ss). Este panorama
connota a su vez una opresión social, por la con- La rebelión, manifestada en una “huelga” y en
dición en que los hebreos estaban y eran mante- un atentado contra el palacio de Enlil (símbolo
nidos. del poder y de la tiranía), tiene éxito. La amenaza
contra los dioses superiores lleva a éstos a exco-
gitar una solución: crear al hombre para que tra-

8
EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA. CROATTO 5

baje, y reposen de esa manera los dioses meno- interpretan literalmente el dato bíblico gustan
res. Hay una liberación de éstos, mas a costa de desaprobar la autenticidad de las iniciativas
otro oprimido, esta vez el hombre. También el re- “humanas” de liberación. Ignoran que el éxodo
lato babilonio de la Creación (el Enuma elis) mar- pudo ser, desde una primera perspectiva, un
ca el destino humano al trabajo para los dioses. propósito surgido de los mismos hebreos. Fue el
Eso parece aceptado en una especie de “concien- “Acontecimiento” el que, desde sus propias en-
cia cerrada”. por la cual, la imagen del mundo es trañas, fue manifestando una presencia divina,
como siempre se ha pensado y heredado. con las implicaciones (incluida la Alianza) que
tuvo.
El mito de Atrajasis, en cambio nos presenta
a un hombre más concientizado, ya que al multi- No es por nada que lo decimos, ya que hay
plicarse se rebela también él (a la manera de sus procesos de liberación en nuestro mundo que pa-
antecesores en el trabajo). Para rebelarse contra recen desconectados del Evangelio, pero que, po-
un orden no aceptado, se necesita la unión de co a poco, van configurando una presencia del
muchos (Ex l,9s), y el opresor no puede sino Cristo liberador, como pueden ser los ejemplos
disminuir su número (no destruirlos en una pri- de pueblos o de grupos que luchan por un cam-
mera instancia, para no dejar de ser amo) con el bio de las situaciones de opresión en nuestro
fin de impedir su ascensión. continente. Aquí surge nuevamente una implica-
ción hermenéutica
Así el dios Enlil, el capataz de las obras (cons-
trucción de diques y canales, tarea típica en el Para resumir, el dato bíblico del “clamor” de
suelo mesopotamo) intenta diezmar a la humani- los hebreos a primera vista pasivo, nos ha pare-
dad, primero por la peste, luego con la sequía, cido muy sugerente. Indica, además, que el
después –ya exasperado por la intervención de hombre comienza a estar concientizado –y por
otro dios amigo de la humanidad, Enki (un para- tanto a andar por el camino de la liberación–
lelo del Prometeo hesiódico y trágico)– por el di- cuando clama, eleva su voz, su grito de protesta
luvio. Pero aun ahora fracasa, ya que Atrajasis, y de denuncia. Tal es la palabra del oprimido en
el protagonista “muy inteligente” (pues tal signifi- el relato del éxodo.
ca su nombre) se salva por insinuación del mis-
mo Enki, y de tal manera la humanidad perdura
sobre la tierra. Enojado Enlil, persiste en sus b) La palabra del liberador
propósitos y manda la esterilidad u otras defi-
ciencias genéticas a las mujeres, siempre con el En los dos relatos vocacionales de Ex 3 y 6
objetivo de reducir a la humanidad “peligrosa”. Yavé es representado como sabedor de ]a opre-
sión del pueblo de Israel (“he visto..., he oído”,
Este mito extraordinario tiene algo de trágico, 3,7.9; 6,5), como revelador de un designio de
ya que el hombre fracasa en su propio intento de salvación inmediata (“he bajado para liberarle”,
liberarse. Esto no está dicho porque sí nada 3,8; “yo os libertaré de los trabajos forzados…”,
más… La historia se repite. Pero al menos se 6,6ss) que culmina en el don de la tierra (3,8;
enuncia el hecho de la rebelión (que incluso tiene 6,4. 8) y en la constitución de una nación libre
un arquetipo en la de los dioses menores). (6,7). Como es propio de su modo de obrar, elige
un intermediario como líder. en este case Moisés.
Esa sublevación se anticipa con el vocablo Al expresar este designio divino, el hombre de fe
“clamor” (rigmu en babilonio)8 que nos recuerda confiesa la conciencia de su propia vocación a la
el de los hebreos en los pasajes citados hace un libertad en un sentido trascendente. Vocación
momento. Por un lado la situación del mito me- inamisible, por tanto. Negarse a ella es borrar el
sopotamio parece más auténtica: el hombre se propio rostro, perder el “ser”. Tan significativa es
rebela y lucha; el “clamor” de los hijos de Israel, esta vocación, dicha como designio de Dios, que
en cambio, parece más pasivo. Gritan a su Dios el nombre mismo de Este la pronuncia.
en lugar de obrar. Por otro lado, la cosmovisión
mesopotamia no aporta ninguna salida liberado- El capítulo 3 del Exodo describe una humilde
ra para el hombre oprimido, ya que no se da un teofanía visual transformada en una espectacu-
Acontecimiento hermenéutico y concientizador lar teo-logía o epifanía de la Palabra, en la que
como el del éxodo… Por algo el mito culmina con Dios revela su Nombre de Yavé “el-que-hace-
la frustración del hombre. existir” (a Israel), el liberador que recrea a su
pueblo destruido. Es en el contexto de la “libera-
Más aún, como relato de un “suceso” arquetí- ción” de la esclavitud de Egipto cuando Dios da a
pico, retromentaliza en el sentido de esa frustra- conocer su nombre dinámico, nombre que queda
ción: el deseo de liberación queda truncado. Los marcado por la “memoria” del éxodo. Sólo cuan-
hebreos “claman” a Yavé, pues “esperan” la libe- do, más tarde, se dé una valoración metafísica
ración. El profundo sentido religioso de la cos- de la idea de Dios, Yavé será interpretado como
movisión bíblica enfatiza la iniciativa divina del “el que es”; los ídolos son “nada”.
proceso, pero esa es propio del lenguaje religioso;
no significa que históricamente haya sido así. Es Esta concepción, muy remarcada por el Déu-
oportuno indicarlo, ya que algunos teólogos que tero-Isaías (40,18ss, etc.), quedará consagrada

9
6 EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA. CROATTO

en la versión griega de la Biblia (“yo soy el que tantas veces ocurre. Lo grave está en que nace
soy”). Mas originariamente, “Yavé” es el nombre un miedo interior, el “miedo a la libertad”, a
del “Dios de los ejércitos”, de la guerra santa; un asumirla en todos sus riesgos10. En última ins-
nombre programático, portador de un designio tancia, es ponerse del lado del opresor y contra el
de lo alto y generador de una esperanza en el libertador…
hombre. Siendo “Yavé” el nombre característico
del Dios de los hebreos, su culto y su fe queda- Ex 5,20s ilustra notablemente este fenómeno:
ban centrados en el recuerdo y la invocación del tras el “endurecimiento” del faraón que tiene no-
Dios “liberador”. ticia del proyecto subversivo y tras la imposición
de nuevas cargas laborales, los representantes
La palabra de Dios tiene también una función del pueblo ante el palacio enrostran a Moisés y
concientizadora: primero, porque revela un de- Aarón con estas acusaciones: “vosotros habéis
signio salvífico, expresado aquí en términos cla- sido causa de que el faraón no pueda vernos y
ros de “liberación”. Segundo, por el diálogo con habéis puesto la espada en sus manos para que
Moisés, el líder del pueblo que “interpreta” aquel nos mate”. En cierto modo se ponen del lado del
designio en forma de vocación a conducir el pro- rey, prefiriendo que las cosas sigan como están;
ceso. Ese “entender” el nuevo compromiso es la “cause” del mal no está en él sino en quien
lento, cual aparece en la quíntuple objeción que concientiza y promueve para la liberación.
hace (3,11‘¿y quién soy para ir al faraón?; v. 13
‘pero si voy… y me preguntan…’; 4,1 ‘no van a Pero las cosas no acaban allí. Moisés también
creerme…’; v. 10 ‘pero Señor, yo no soy hombre “acumula” en sí ese miedo a la libertad y re-
de palabra fácil…’; v. 13 ‘manda tu mensaje, te lo transmite la acusación a Dios mismo, autor úl-
pido, por medio de otro’). timo del proyecto de liberación: “Señor, ¿por qué
castigas a este pueblo? ¿Por qué me has envia-
Las dudas y rechazos del líder se explican en do? Desde que fui al faraón a hablarle en tu
él, porque sabe que la misión encomendada es nombre, maltrata al pueblo, y tú no haces nada
de una difícil magnitud, mas también porque para librarle (5,22s). Como si el itinerario des-
son la proyección de las dudas y desconfianzas cendente de la Palabra concientizadora se invir-
del pueblo, sumido en su postración y vacío de tiera por una palabra ascendente que viene del
esperanza. Por eso el diálogo entre Yavé y Moisés opresor o de su sombra.
tiene la intención de “ablandar” el corazón del
pueblo para que inicie su proceso liberador.
c) La Palabra del opresor
Cabe observar que únicamente en este relato
(“yavista-elohista”) de Ex 3-5, el pueblo llega a La hemos comentado en parte. Es el “endure-
“creer” (cf. 4,31); porque se dio la palabra acla- cimiento” en su egoísmo y el enceguecimiento
radora que convence desde dentro. El único que frente a la realidad de los demás. El relato de las
no puede ser “concientizado” es el opresor. Sa- plagas enseña una actitud notable del opresor
bemos por otra porte que el opresor nunca libera egipcio: su corazón se “endurece” cuando Yavé lo
ni se libera a sí mismo. Más bien, cuando nace advierte con castigos (una forma “religiosa” de
un proceso de liberación que lo afecta, se cierra acción subversiva…) y también cuando le perdo-
herméticamente y oprime con más violencia. Es na y lo deja obrar desde él mismo: entonces se
lo que sucede en el éxodo: el faraón se “endure- revela su alma de opresor (cf. 8,11.27s; 9,34s;
ce” (un vocablo feliz para indicar la psicología del 10,20). No hay palabra de Dios (su conciencia) ni
opresor!. El largo relata de las plagas (7-11) de los oprimidos que lo conmueva. No puede
muestra el “crescendo” del egoísmo del poder fa- aportar ninguna solución desde sí mismo.
raónico.
El opresor no puede liberar nunca… las res-
Pero hay más: el opresor se “endurece” no só- puestas del faraón a los mensajeros del designio
lo en su interioridad al no aceptar el cambio y al divino –Moisés y Aarón– son de rechazo, o astu-
oponerse a la libertad de los oprimidos, sino tas (como en el caso de 10,11, en que permite sa-
también oprimiendo más. Al conocer el proyecto lir sólo a los hombres, forzándolos así al regreso
de liberación (5,1-5) los explota al máximo, exi- a sus familias) o falsas. La opresión está al servi-
giendo de ellos la misma cantidad diaria de ladri- cio de sus intereses o para engrandecer su poder.
llos pero añadiendo la obligación de proporcio- La oposición de Yavé con sus prodigios –
narse la paja ellos mismos (5,6-19). La historia mediante los gestos de Aarón con la vara– susci-
de la esclavitud y de la opresión está llena de pá- ta su propia voluntad de poder.
ginas como ésta. lo que sucede, por ejemplo, en
la Amazonía brasileña y en varios otros países no Este enfrentamiento de “poderes” es significa-
es sino el recrudecimiento de un viejo sistema9. tivo, ya que prepara el gran momento de la libe-
ración como un acto de fuerza de Dios (cf. más
La consecuencia de este método inhumano adelante). Los hebreos no tienen ningún poder, al
está a la vista: amedrentar al oprimido. Pero no estar esclavizados y desposeídos de los medios de
sería tanto si este miedo fuera exterior, fortifi- liberación. Sólo un poder superior puede soco-
cando en el fondo la decisión de liberarse, como rrerlos. De ahí la manifestación de las plagas y la

10
EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA. CROATTO 7

intervención salvífica de Yavé en favor de su pascua, al conmemorar a ésta, incluía a todas


pueblo. Volvamos a advertir que el relato es sus consecuencias.
esencialmente religioso y que por ello remonta
hasta Dios la iniciativa y las garantías, o el po- Como fenómeno religioso típico, cabe señalar
der, de la liberación. que lo que se fue haciendo a lo largo de los siglos
en la “memoria” pascual se tomaba como reali-
Ingenuo sería “esperar” que hoy suceda otro zado en la primera pascua. Todo círculo herme-
tanto, en forma literal Aquella “presencia” inme- néutico corre en dos direcciones: del suceso ar-
diata de Dios es mas representacional que un quetípico al presente existencial y de éste a
suceso literal; quiero decir que no se manifestó aquél, asimilando simultáneamente a todos los
de esa manera, sino que fue “reconocida” a partir momentos intermedios no ya como anillos enci-
del acontecimiento mismo y expresada luego en mados sino como fusionados en la última “relec-
el lenguaje mítico-simbólico que ahora leemos en tura”. Yo no puedo celebrar la pascua sino por-
el Exodo. Sabemos ya la riqueza que revela este que se dio el acontecimiento del éxodo, pero en
fenómeno de “profundización”. Nos interesa aho- esa “memoria” actualizo también los otros mo-
ra remarcar la manifestación de aquel poder de mentos de liberación del pueblo.
Yavé, superior al del faraón opresor. A éste solo
se lo supera con otro “poder”. Aun el reenfoque de la “Pascua” de Cristo está
en continuidad con la del éxodo: pero toda “me-
Ahora bien, hay una conciencia muy clara de moria” tiene sentido para mí si estoy de alguna
que no hay poder superior al del “pueblo” unido, manera metido en un proceso actual de libera-
comprometido. Cuando un pueblo entero rechaza ción. Un opresor no puede celebrar la “pascua”;
a un tirano crea un “vacío de poder” irremisible. sería una falsedad. A lo más, podría reeditar al-
Los hebreos no representaban a Egipto, pero fue guna festividad faraónica... La pascua no le sirve;
su decisión de rebelarse todos y de huir (no se por eso, y porque es una “memoria subversiva”.
trataba de una toma del poder!) la que les dio el
éxito. El faraón no pudo hacer nada contra el
grupo unido. Pero éste se organizó y no dudó en b) La salida de Egipto
marchar porque estaba “concientizado” y sabía lo
que tenía que hacer, a pesar de las resistencias y El momento mismo de la liberación está rela-
de las dudas iniciales. El enfoque religioso del re- tado en los capítulos 12-15 del Exodo. Todos sa-
lato no nos da ya elementos para juzgar la “estra- bemos los episodios de la salida del país de los
tegia” de la epopeya liberadora, pero eso mismo faraones. Queremos solamente anotar dos deta-
nos dice que un proceso de liberación que tiene lles: por un lado, el rey “afloja” cuando tiene la
todos los contornos de un echo político y social soga al cuello (la muerte de los primogénitos de
puede muy bien –o debe ser, para una conciencia todo su país, 12,29-33) Aún así, su decisión es
cristiana– interpretado como voluntad de Dios. forzada Su conciencia sigue siendo la de un
opresor, que no puede liberar a nadie desde sí
mismo.
6. EL SUCESO DE LA LIBERACION
En efecto, no bien se siente sin los oprimidos,
Lo escrito hasta ahora en el relato bíblico es le trastorna el vértigo del poder y exclama: “¿Qué
la preparación y toma de conciencia de una vo- es lo que hemos hecho dejando salir a Israel y
cación a la libertad. El hecho mismo de la libera- privándonos de sus servicios?” (14,5). Y sale a
ción se desarrolla en varios episodios, que nos perseguirlos para retenerlos aún como esclavos.
ponemos a meditar. Los necesita, como amo que es. Sin ellos, él no
“es”. Sin sus servicios, no es el gran faraón de
Egipto… Sólo deja de ser opresor cuando los he-
a) La Pascua breos se salvan de él. Pero en ese mismo momen-
to se destruye a sí mismo, él y todo su “poder”
Todo el capítulo 12 del Exodo establece el ri- (14,28).
tual de la Pascua interpretada como, "memorial”
del acontecimiento salvífico (vv. 14.17 .27 .42.5 Por otro lado, algo notable sucede también en
1). Se proyecta evidentemente a aquel momento el corazón de los hebreos, en la etapa culminante
un rito plasmado a través de muchos años y muy de su proceso liberador. A pesar de todas las ga-
posterior en cuanto al desarrollo descrito. Mas rantías (simbolizadas en la palabra y en la mano
eso mismo es significativo, ya que, de nuevo, es- orientadora de Dios, y en su presencia por media
tamos en presencia de una “desimplicación-del- de la nube y el fuego), el pueblo deja asomar una
sentido” de aquel suceso salvador: toda “pascua” última “duda” cuando el peligro es extremo y pa-
rememoraba esa presencia de Dios en la historia rece que todo fracasará (14,9s). De su boca sale
del pueblo (de hecho, todas las fiestas judías fue- esta “murmuración” contra su líder: “¿Es que no
ron siendo referidas al éxodo). Al hacerlo así, to- había sepulcros en Egipto, que nos has traído al
dos los hechos significativos posteriores se en- desierto a morir? ¿Qué es lo que nos has hecho
tendían a la luz de la liberación originaria, y la con sacarnos de Egipto? ¿No te decíamos noso-
tros en Egipto: deja que sirvamos a los egipcios,

11
8 EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA. CROATTO

que mejor nos es servir a ellos que morir en el tante mismo de la liberación. La libertad era la
desierto? ' (v. 1 1s). meta de la liberación, pero a su vez la resignifica.

Paradójico como es, el episodio tiene su hon- El “cántico del Mar” de Ex 15 celebra al Dios
da motivación: la “concientización” previa a un del éxodo en el momento mismo de la liberación
proceso liberador, y que lo pone en movimiento (cf. v. 1) pero desde el don pleno de la tierra,
nunca es plena. Sólo el acontecimiento mismo re- acumulando en la alabanza una larga experien-
vela todo su “sentido”. El ejemplo del éxodo es cia de la salvación entendida en continuidad con
por demás significativo al respecto. Por eso el re- el acontecimiento originario del éxodo. Para no-
dactor subraya el final: la actitud de seguridad a sotros: ¿qué puede “significar” hoy cantar un Te
partir del Acontecimiento: “Israel vio la mano po- Deum en una fiesta patria?
tente que mostró Yavé para con Egipto, y el pue-
blo temió a Yavé, y creyó en Yavé y en Moisés su
servidor” (14,31). 7. EL RELATO HERMENEUTICO

Hasta ahora hemos reflexionado a nivel de


c) El canto triunfal “acontecimiento”. Sin embargo, hemos supuesto
todo el tiempo el relato actual del libro del Exodo.
Del acontecimiento surge el “sentido” Es lo Uno y otro, sin embargo, no se recubren. El lec-
que venimos afirmando todo el tiempo como te- tor tendrá en cuenta lo meditado al comienzo de
ma central de este ensayo. La alabanza es una este capítulo, en el parágrafo intitulado: “del
forma de expresión del sentido. Es “interpreta- Acontecimiento, a la Palabra”.
ción”. Cómo tal, dice algo más de lo que sucedió.
La oración de acción de gracias es distinta, más Podemos ahora reducirnos a la palabra-relato,
profunda, que la de petición previa. apenas aludida en aquel lugar. La narración dice
más de lo que aconteció exteriormente en la ges-
Uno pide según el “deseo”, que a veces es ilu- ta de la liberación. Es “ interpretación”, la cual
sión. Pero agradece según lo acontecido, y el nunca deforma el acontecimiento sino que lo en-
acontecimiento se revela de inmediato como “do- riquece con una visión más honda.
nante-de-sentido” por las prolongaciones que
tiene en la existencia presente y el acontecimien- El lenguaje de nuestro relato es de estructura
to, porque corrige el deseo, se me aparece para- simbólica y mítica. No es mítico el acontecimien-
dójicamente como más profundo aún: la evoca- to, que nada tiene que ver con la historia primor-
ción del Dios salvador es más honda si la prece- dial de los dioses (cuya “intención”, por otra por-
dió la invocación. Pero aquélla, no ésta, es her- te, no deja de ser “verdadera”), sino con la expe-
menéutica. El magnífico “canto del Mar” (Ex 15) riencia histórica de esclavitud y de salvación que
evoca a Yavé como el gestor de la liberación: conocieron los hebreos en Egipto.

Cantaré a Yavé que se ha mostrado sobre Con todo, cuando un suceso es interpretado
modo glorioso; en su instancia trascendente, no puede ser rela-
El arrojó al mar al caballo y al caballero; tado como crónica o en su realidad externa. Por
Yavé es mi fortaleza y mi protección. El fue mi un proceso característico, fenomenológicamente
salvador. analizado, el nivel de trascendencia se “pasa” a
El es mi Dios, yo le alabaré. su exterioridad contingente, que súbitamente
Yavé es un fuerte guerrero, ‘Yavé’ es su nom- aparece integrando elementos “milagrosos” y ex-
bre. traordinarios. Es lo propio de la narración míti-
Precipitó en el mar los carros del faraón y su co-simbólica, que es fundamentalmente herme-
ejército). néutica. Mejor, porque es hermenéutica (descifra
el acontecimiento) necesita un lenguaje distinto
Pero tiene lugar en esta alabanza el mismo al de la historiografía profana.
fenómeno observado en el ritual de la pascua
(12,1ss): su redacción actual es muy posterior. Ahora bien, el símbolo es “remisor” a lo tras-
Supone, entre otras cosas, la instalación de Is- cendente, y el mito es “remisor” a lo arquetípico y
rael en la tierra de Canaán, país montañoso que creacional. De ahí ese lenguaje típico de la reli-
en el v. 17 es representado como el “santuario” gión y que no está ausente –no puede estarlo– de
hecho por las manos de Yavé. la Biblia, que habla constantemente de una pre-
sencia de Dios en los acontecimientos del hom-
En otras palabras, se interpreta el aconteci- bre. La historia bíblica es manifestadora de un
miento del éxodo desde su plenificación en la tie- “sentido” más que reproducción de hechos con-
rra de la promesa ; los dos mementos de la sali- tingentes. El relato de la liberación de Ex 1-15
da'(de Egipto) y de la “entrada” (en la tierra) son. está lleno de imágenes simbólicas y de hechos
correlativos. Aquél apunta a éste; la “entrada” no míticos (las plagas, la travesía fabulosa del mar,
sólo completa a aquél sino que ahonda el “senti- los diálogos de Dios con Moisés, el anegamiento
do” que no era totalmente perceptible en el ins- del faraón con sus huestes, la columna de humo
o de fuego, etc.).

12
EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA. CROATTO 9

Repetimos a los no iniciados en el estudio del El éxodo fue “la” experiencia salvífica de Is-
lenguaje religioso: no se trata de una distorsión rael. Quiere decir que este pueblo fue entendien-
histórica, sino de una exploración del “sentido” do la salvación (componente fundamental de to-
trascendente de las cosas o de los hechos. Una da cosmovisión religiosa) en términos de “libera-
“historia sagrada” no puede coincidir –a nivel de ción”. Los vocablos hebreos nasal y yasa. conno-
forma– con una crónica común, del mismo suce- tan los dos aspectos a la vez. Sucedió también
so. Pero no son dos historias, paralelas. La “his- que la propia historia de ese pueblo (sin escato-
toria sagrada” manifiesta el designio y la signifi- logía post-mortem y sin dualismo alma-cuerpo)
cación de la historia conocida de los hombres. La enfatizó una experiencia de Dios como salvador
perspectiva y el lenguaje son distintos. Y es más en el plano de lo terrestre. con una fuerte rela-
profundo que así sea. No nos extrañemos, por lo ción a lo político y social en que la “independen-
tanto, de encontrar este lenguaje tan peculiar en cia” era una expresión concreta y existencial de
el relato de la liberación del pueblo de Israel. la protección de su Dios.

Queremos que el lector quede pensando en En una teología de la historia, este hecho tie-
este fenómeno, que también se repite en nuestra ne su trascendencia: al Dios se lo comprende
propia historia. A pesar de la mentalidad científi- como salvador porque actúa en la historia de los
ca e historicista en que, como occidentales, vivi- hombres, no en primer lugar para una meta-
mos desde hace siglos, las gestas patrias nos son historia. En la fe de Israel, confesada en los “cre-
transmitidas a nosotros con no pocas modifica- dos” centrales (v. gr. Dt 6,2Oss; 26,5ss; Jos 24,2-
ciones. Los “héroes” son tales desde sus oríge- 13, etc.), “salvación” equivale a “liberación”, y a
nes; otras veces son “comprendidos” en esa cate- Dios se lo define por el éxodo, o sea, como “libe-
goría mucho tiempo después, por lo que signifi- rador”. Estamos diciendo que la “liberación” no
caron; otras en fin, pasan a primer plano algunos es un concepto advenedizo sino el centro del ke-
que no eran tan importantes en un comienzo o rigma bíblico.
para un grupo.
Desde entonces, ¿con qué derecho se puede
Un “revisionismo histórico” es justificable acusar a la actual “teología de la liberación” de
cuando denuncia la utilización de las figuras pa- ser una excrescencia de la teología bíblica? ¿Có-
trias para fines opuestos a los de la revolución li- mo hay “teólogos” que se atreven a negar los de-
bertadora original o el oscurecimiento de otras rechos de una “hermenéutica” del éxodo como
que no “convienen” a los intereses espurios de momento teológico latinoamericano? Allí está el
una nueva casta opresora. Un argentino bien in- acontecimiento del éxodo y la fe en un Dios que
formado sabe que hay “héroes” nacionales que algo hizo por la liberación histórica de un pue-
no han servido mucho al país… y otros que han blo…
sido “tapados” o de quienes se ha practicado una
“erasio memoriae”. Pero ya no resulta el “revisio-
nismo” cuando pretende despojar los elementos b) La mediación del líder
míticos crecidos en torno a las figuras patrias de
los orígenes. El pueblo fue “explicitando” en el re- ¿Por qué Dios no salva directamente a Israel,
lato mítico el sentido de tal o cual personaje para sin “llamar” a Moisés? En la historia de la salva-
toda la historia argentina, su dimensión meta- ción Dios se sirve de muchas mediaciones hu-
acontecimental. manas. En efecto, su presencia en nuestra histo-
ria pone de manifiesto los resortes de la misma y
Así también los hebreos no se contentaron los orienta a sus fines. A nivel de relato religioso,
con los datos escuetos del éxodo sobre Moisés, el Moisés es un líder porque fue “llamado” por Yavé
líder de la liberación (a pesar dé estar ya mitolo- y recibió la misión de sacar a Israel de la esclavi-
gizados) sino que acrecentaron su figura con in- tud. Pero en realidad fue llamado porque era un
numerables episodios apócrifos, a cada cual más líder. Sólo que la “interpretación” –que explora el
extraordinario. No hay allí un afán de fabulación “sentido”– invierte la relación, tal como aparece
sino una expresión hermenéutica de la “com- en el lenguaje kerigmático.
prensión” profunda del personaje-clave de su
historia. En segundo lugar, la mediación humana jue-
ga un papel relevante en el proceso de la fe. Moi-
sés en el enviado de Dios; sin su aceptación no
8. EL MENSAJE puede darse la liberación. Según 6,9 que hemos
comentado, los hebreos “no escucharon” a Moi-
Lo que llevamos expuesto nos está diciendo sés. Tal actitud significaba bloquear los planes
una y otra vez la riqueza kerigmática del éxodo. de Dios. No tenía sentido que Yavé eligiera a
Para completar, vamos a comentar otros cuatro otro, más “credible” para los israelitas. Dios se
aspectos de este mensaje, dejando cada vez una revela tanto a través del Acontecimiento, como a
línea de reflexión para el lector. través de una persona.

a) Salvación-liberación La figura de Moisés es clave no solo porque


fue el caudillo que realizó la salida de Egipto

13
10 EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA. CROATTO

(como mediador) sino también porque expresa dicen su palabra de concientización liberadora
una dimensión esencial de la fe. Era más fácil ¿Los seguimos, los “interpretamos”, o los recha-
para los hebreos creer en Yavé, directamente, zamos?
que en Moisés, ser humano como ellos. Mas ese
mismo Dios se expresaba por Moisés, y había
que asumir esa forma histórico y “personal” de la c) Una conciencia de libertad
vocación a la libertad. No era fácil.
Todo lo que fue el éxodo, quedó grabado pro-
Este tema de la fe en el enviado ha sido tan fundamente en el ser de Israel como una expe-
bien captado por la tradición bíblica que toda la riencia muy honda. Fue, en efecto el aconteci-
literatura profética lo vuelve a marcar (cf. la crí- miento más decisivo de su historia, en el que
tica de Jeremías 25,3ss). La fe en el profeta como captó un sentido liberador de Dios y un valor
enviado de Yavé es la clave para entender al Dios esencial en su vocación, la libertad. De ahí que la
de la historia, cuyo intérprete aquél es. El evan- conciencia fundamental de Israel sea una con-
gelio de Juan es otro lugar bíblico donde más se ciencia de libertad a nivel de comunidad de la
destaca el valor de la fe como reconocimiento del Alianza, de pueblo como decimos también, y a
enviado. Jesús es aquí el correlato tipológico de nivel de persona.
Moisés (cf. especialmente Juan 5,43ss y las mu-
chas discusiones con los judíos en que Jesús les Madurada en una larga reflexión y recogida
critica su incredulidad en El y, por tanto su en la tradición central y luego en la Palabra es-
“desconocimiento del Padre). crita, dicha a experiencia se eleva a la categoría
de un mensaje para todo hombre. Enunciación
La tradición rabínica había completado tam- del acontecimiento ejemplar anuncio de una vo-
bién en esto el dato bíblico y el discurso de Este- cación, denuncia de lo que no se es, tal es el va-
ban en el sanedrín de Jerusalén explota ese mo- lor de este kerigma de la libertad.
tivo: partiendo del hecho de que los hebreos no
creyeron en Moisés, a pesar de haber sido el Si la libertad es uno de los valores intrínsecos
caudillo elegido por Dios para salvar a Israel, del hombre, y si el mensaje del éxodo lo manifies-
acusa a los judíos que le están escuchando, di- ta como vocación esencial de un pueblo ¿de dón-
ciéndoles que ahora ellos no aceptan a Jesús de ciertas suspicacias contra la apertura a la li-
como el nuevo autor de la Vida (Hch 7,20ss, pero bertad? ¿De dónde la anulación de la misma en
sobre todo los vv. 35s y 51ss). Los judíos de aho- tantas formas tradicionales de vida cristiana? Y
ra, denuncia Esteban, repiten la actitud de sus la pregunta más dramática: ¿por qué en América
padres (v. 51 al final). Latina la Iglesia estuvo y en parte está aún, tan
alienada como para no ver los signos de los
La fe bíblica, que no es intelectual sino diná- tiempos que señalan claramente por donde pasa
mica y existencial, se expresa en varias dimen- la liberación? ¿Por qué tanto tiempo colaboró con
siones: como fe reconocimiento de Dios en el los factores de dependencia de los pueblos y tra-
Acontecimiento (teología del éxodo), como fe- tó de antievangélicos a muchos movimientos de
compromiso a la palabra dada (en la Alianza), liberación?
como fe-fuerza en el testimonio (teología del Es-
píritu en Lucas), como fe-apertura para al don de
Dios (frecuente en los evangelios sinópticos) co- d) La violencia
mo fe-aceptación del enviado. Cada aspecto tiene
su riqueza. Amor y violencia son dos polos opuestos pero
conectados. Otra es la oposición entre amor y
En este parágrafo estamos tratando de valorar odio, esta vez irreductible i El amor puede ser
la última forma mencionada, ligada a la presen- violento, cuando el objeto amado no puede ser
cia de Moisés en el relato de la liberación. Pode- retenido o recuperado sino por la fuerza. El amor
mos concluir con una reflexión para nosotros: traicionado también es terrible. El amor al otro
catequizados en una revelación “terminada” y en es “ paz” cuando está bien, pero es ”lucha” cuan-
una incapacidad hermenéutica para reconocer do media la injusticia. o se justifica el pacifismo
formas nuevas de la presencia de Dios en nues- a toda costa”11 cuando la ausencia de justicia lo
tra propia historia (confesar que El dirige la his- convierte en “espectáculo” de la miseria ajena.
toria y confiar en su providencia sin reconocer Esta actitud vale para el teatro trágico, no para
su paso en los acontecimientos de liberación es la praxis cristiana.
hacer una teología para la evasión de todo com-
promiso), no estamos preparados para interpre- La historia del éxodo es harto instructivo a es-
tar el papel de ciertos hombres en la historia de te respecto a Dios obra con energía: “os libraré de
nuestras pueblos. su servidumbre y os salvaré a brazo tendido y
por grandes juicios” (Ex 6,6); “bien se yo que el
En nombre de una fe mal concebida el cris- rey de Egipto no os permitirá ir sino en mano po-
tiano tantas veces ha rechazado a un “intérpre- derosa (3,19) Si la opresión es llevada al extremo
te?” de Dios. Nuestra historia latinoamericana ha de la represión, la acción liberadora no puede ser
tenido y tiene, sin embargo nuevos “Moisés” que sino violenta, como es la destrucción de toda la

14
EXODO: ACONTECIMIENTO Y PALABRA. CROATTO 11

armada faraónica, o ser preparada por medios Volvamos a la pregunta precedente: ¿Por qué
persuasivos nada suaves, cual fueron las plagas el Dios del éxodo actúa con violencia? ¿Por qué
(“el faraón no os escuchará, pero yo pondré mi no respetó la vida de los egipcios, cuyo rey y cu-
mano sobre Egipto…”, 7,4. yos primogénitos sacrificó? Porque la opresión
nunca se justifica. La justicia nunca puede tener
¿Cómo se explica que Dios (y no se diga que motivo. Tampoco es “pasable” por la resignación
El es “señor” de la vida de los hombres… porque cuando se agotan los medios legales o “pacíficos”
es proyectar en El la “sombra” del opresor que de erradicarla.
conocemos y que “juega” con la vida de los de-
más), cómo explicar entonces que Dios obre de La justicia es un bien radical, que reclama del
esa manera violenta? Pues que la “situación” de amor (aunque parezca paradójico) una actuación
los hebreos no admitía otro camino. Dios intenta violenta Es una verdad tan límpida que nos es-
en primera instancia la vía “pacífica” haciendo candaliza porque hemos desfigurado la imagen
que Moisés y Aarón pidieran al rey que los dejara del amor. A su vez, la libertad es un don tan ín-
salir (3,18; 5,1, etc.). Pero el opresor nunca libe- timo y exigente que, cuando está obnubilada o
ra. Dejaría de “ser” lo único que “es”. perdida, demanda la liberación a toda costa. El
Dios de la paz es antes el de la justicia y de la li-
Las innumerables respuestas del faraón están bertad, la paz es “pecado” cuando sirve para
aquí para convencernos de que todo camino de mantener la injusticia y la dependencia (es el
liberación se inicia desde abajo y va contra el po- colmo de lo paradójico que quienes proclaman la
der opresor Es de la esencia misma del juego paz-en-la-justicia a menudo son los autores o co-
“opresión-liberación” la lucha entre dos poderes laboradores de la violencia del poder…).
Así sucedió con todas nuestras gestas de inde-
pendencia que no pudieron ser pacíficas ni resul- Eso de la “violencia injustificada” es una for-
tado de un entendimiento. ma típica de “introyectar” al opresor en el opri-
mido. Y por ahí reaparece la religión “opio del
Toda liberación se realiza cuando se suprime pueblo”. Y cuando el Evangelio del auténtico
el poder del opresor y se instaura otro poder, es- Amor se degenera en “opio de los cristianos”,
ta vez salvífico. Es la ambivalencia del poder, sal- ¿qué esperanza queda para el mismo cristiano?
vífico por vocación, opresor por degeneración, la
que da razón de nuestra historia de dependencia ¿No es de una inmensa riqueza hermenéutica
y de los procesos de liberación12. el tema del éxodo?

8
Una nueva traducción del mito en W. G., LAMBERT-
* A.R. MILLARD, Atrahasis: the babylonian story of the
CROATO, S. Exodo: acontecimiento y palabra, en: Libe-
flood, Clarendon, Oxford, 1969.
ración y libertad, CEP, Lima 1978, 25-52.
9
Véase la denuncia en El grito del obispo, Vispera
1
Así lo henmos comprendido y estructurado en Histo- n.27 (1972) 17-19. E. GALEANO, o. c. p. 208ss, AA.VV.,
ria de la salvación, Paulinas, Buenos Aires 1970, c. II-III Ahora en Honduras, Contacto 12 n.6 (1975) 69-78, etc.
( esta obra está siendo revisada para una nueva edi-
10
ción). P. FREIRE, Pedagogía del oprimido, pp. 42-45.
2 11
G. GUTIERREZ, Teología de la liberación, Sígueme, Sa- 31) P RICOEUR, El conflicto ¿signo de contradicción y
lamanca, 1972, 203ss; AA.VV., Revista Bíblica 32 n.139 de unidad?, Criterio n. l668 (24/5/1973) 252-258, esp.
(1971); J. de SANTA ANA, Notas para una ética de la libe- p. 254 (la ideología de la conciliación a cualquler pre-
ración a partir de la Biblia, en: Pueblo oprimido, señor cio); J. L. SEGUNDO Conversâo e reconciliaçâo na pers-
de la historia (ver n.l4) 113-125, esp. p. 118 ss. pectlva da moderna Teologia da libertaçâo, Perspectiva
Teelogica 7 n.l3 (1975) 162-178. Id. Cristianismo y So-
3
Jer 1,4s; Is 49,1.5; Lc 1,26ss; Gál 1,15. ciedad 13 n. 45, 1975, 17-25; G RUIZ, Año jubilar hebreo
y año santo cristiano. Como se puede espiritualizar una
4
E. GALEANO, Las venas abiertas de América Latina, reconciliación y reforma social, Diálogo 22 (1975) 11-20.
Siglo XXI, México 1971, p.106, n.28.
12
Véase nuestro ensayo, La función del poder, salvífica
5
P. FREIRE, o. c.., p. 44ss; Id., La educación como u opresora?, Revista Bíblica 33 n. 144 (1972) 99-106. J.
practica de la libertad, Siglo XXI, Buenos Aires, 1972) GRACIARENA, Poder y clases sociales en el desarrollo de
37ss. América Latina, Paidós, Buenos Aires 1967.
6
E. GALEANO, o. c. p. 76s. S TRINIDAD, Cristología, con-
quista, colonización, Cristianismo y Sociedad 13 n.43-44
(1975) 12-28.
7
Recuérdese la "acusación" dramática simbolizada
por el filme "Sángre de Cóndor" del boliviano Jorge San-
jinés; AA.VV., Esterilización en vez de reforma agraria,
Diálogo (Guatemala) n.22 (1975) 25.

15
Decálogo 410 411 Decálogo
Harvey-J.M. Miller), Fortress Press, Filadelfia ticular, muy alejado de nosotros en el Partiendo de la observación atenta to en el santuario. La alianza se pre-
1977, 343-363; WHYBRAY R.N., The Succession tiempo y en la cultura? ¿No están las
Narrative. A study ofll Samuel 9-20 and I kings
de estas dos redacciones del decálo- sentaba como forma de contrato, y el
l and2, SCM Press, Londres 1968; WÜRTHWEIN normas éticas en continua y radical go, algunos autores han intentado decálogo es expresión de las obliga-
E., Die Erzáhlung von der Thronnachfolge Da- evolución? No intentamos recoger reconstruir hipotéticamente, sobre la ciones de la alianza. Así pues, fue la
vids, Theologischer Verlag, Zurich 1974. aquí los graves problemas que hoy se base de lo que es común y teniendo escuela deuteronómica la que cano-
discuten tanto por parte de la ética en cuenta la formulación apodíctica nizó el número 10 con la fórmula
S. Virgulin filosófica como por parte de la teolo- prohibitiva, un posible decálogo ori- "diez palabras".
gía moral. Nos basta haber aludido a ginal (Urdekalog), que se remontaría Algunos han intentado reconstruir
Bonora, A., Decálogo, en NDTB, ellos para traer a nuestra memoria a una época muy antigua, e incluso a un "dodecalogo", es decir, una serie
Paulinas, Madrid 1990, 410-425. toda una serie de interrogantes que Moisés. Pero semejante empresa se de doce mandamientos, ya que la ci-
justifican un estudio siempre renova- ha revelado privada de justificaciones fra 12 es símbolo de las tribus de
do del sentido de los diez manda- reales y no ha llevado a ninguna con- Israel. Pero se trata de una hipótesis
DECÁLOGO mientos bíblicos. No podemos con- clusión. Un "decálogo original" ideal poco probable.
tentarnos con aquella erudición ele- es para nosotros inalcanzable. En la tradición posbíblica la enu-
mental que nos dieron en nuestra Por otra parte, algunos antiguos meración de los mandamientos no es
SUMARIO: I. El decálogo hoy. II. Antiguo Tes- infancia. Por eso examinaremos pri- testimonios, como Os 4,2 y Sal 81, igual para todos. La tradición judía
tamento: I. Dos formas del decálogo; 2. Las diez mero el decálogo en el contexto del
palabras; 3. Origen del decálogo; 4. Los desti- 10-11, no nos llevan más allá del si- considera como primer mandamien-
natarios; 5. Liberados para ser libres (prólogo); AT, deteniéndonos en los pasajes clá- glo vin a.C. No existe ningún para- to Éx 20,2: "Yo soy el Señor, tu Dios,
6. "No tendrás otro Dios fuera de mí"; 7. "No te sicos del / Éxodo y del / Deuterono- lelismo verdadero extrabíblico del el que te sacó de Egipto, de la casa
harás escultura ni imagen"; 8. "No tomarás el mio. Luego veremos cómo el NT re-
nombre del Señor para la mentira"; 9. El sábado; decálogo que permita una compara- de la esclavitud". Luego, el segundo
10. "Honra a tu padre y a tu madre"; 11. "No coge e interpreta el decálogo. ción útil, al menos para las fechas. Ni está constituido por Éx 20,3-6; el ter-
matarás"; 12. "No cometerás adulterio"; 13. "No el contenido de cada mandamiento cero, por Éx 20,7, y así sucesivamen-
robarás"; 14. "No darás testimonio falso contra
tu prójimo"; 15. "No desearás la casa de tu pró- II. ANTIGUO TESTAMENTO. ni la estructura de los diez precep- te. La tradición católica y lutera-
jimo"; 16. Reflexión sobre el sentido del decálo- 1. D O S FORMAS DEL DECÁLOGO. E l tos ofrecen argumentos convincentes na consideran como primer manda-
go. III. Nuevo Testamento: 1. En los evangelios; para señalar una fecha concreta. miento Éx 20,3-6 ("No tendrás otro
2. En san Pablo. decálogo se presenta bajo dos formu-
laciones diferentes, en Éx 20,2-17 y Así pues, la exégesis del decálogo Dios fuera de mí"), mientras que las
Dt 5,6-21. Una lectura sinóptica hace no puede basarse en un hipotético tradiciones ortodoxa y reformada
I. EL DECÁLOGO HOY. En resaltar algunos añadidos de Dt res- "decálogo original", sino que ha de parten estos versículos en dos man-
1981 apareció la traducción france- pecto a Ex: partir de las dos redacciones de Éx damientos ("No tendrás otros dioses"
sa de un librito de Jan Milic Loch- — "como te lo ha ordenado el Se- y de Dt, que presentan una formu- - "No te harás ídolos"). Los católicos
man, teólogo checoslovaco pro/es- ñor, tu Dios", en el precepto sobre lación cronológicamente posterior y los luteranos parten en dos el últi-
tante que huyó a Suiza después de los los padres y sobre el sábado; —tal como la leemos hoy nosotros— mo mandamiento ("No desear la mu-
sucesos de 1968, titulado ¿Hemos de — "ni tu buey, ni tu asno..., de al siglo viu a.C. jer del prójimo" - "No codiciar la
seguir hablando aún de los manda- esta manera podrán descansar tu casa del prójimo"), mientras que los
mientos? Es la pregunta que surge de siervo y tu sierva lo mismo que tú", 2. LAS DIEZ PALABRAS. Decálogo otros lo consideran como un solo
la confrontación entre el evangelio y en el mandamiento sobre el sábado; significa "diez palabras"; pero el tex- precepto; esta división es posible so-
la ley del AT: ¿los mandamientos son — motivaciones del precepto sa- to bíblico no presenta ninguna enu- lamente siguiendo a Dt 5,21, mien-
realmente un mensaje de liberación?; bático con la referencia al descanso tras que es imposible para Éx 20,17.
¿nos guían de verdad hacia la liber- meración. El término "decálogo" se
de Dios después de la creación (tra- deriva del griego, pero tiene su co- Los "mandamientos" son "pala-
tad, como lo hace el evangelio de dición P) en Éx y a la liberación de bras", no "decretos", ni "leyes con-
Jesucristo? rrespondiente hebreo en 'aseret had-
Egipto en Dt; debarím de Dt 4,13; 10,4 (la versión suetudinarias", ni "prescripciones",
Pero la cultura moderna pone aún — "no desearás a la mujer de tu de los LXX en Dt 10,4 tiene oi déka ni "estipulaciones de alianza", ni "sen-
más radicalmente en cuestión el sen- prójimo" se distingue en Dt de la lógoi); Éx 34,28. De las dos tablas tencias oraculares de los sacerdotes"
tido de los mandamientos o, más en prohibición de desear la casa, el cam- solamente se habla en Dt 5,22. Los (tórót): el decálogo no es una "ley"
general, de una ley moral objetiva, po, etc., mientras que en Éx "la mu- preceptos no se dividen parte en una propia y verdadera en sentido jurí-
no construida por nuestra concien- jer" forma parte de los bienes del tabla y parte en otra (cf Dt 9,10- dico. La terminología empleada se
cia. ¿Los mandamientos correspon- prójimo que no hay que desear; 11,15.17); las dos tablas se refieren al orienta hacia las "palabras" proféti-
den a una concepción legalista de la — hay además algunas otras dife- cas. Deberíamos entonces entender
moral? ¿Puede existir una norma mo- contexto de la alianza-contrato, que
rencias menores, pero muy significa- se escribía en una doble copia para el decálogo como una proclamación
ral universal que se identifique con el
código legislativo de un pueblo par-
tivas, que señalaremos en el comen- 16 los dos contrayentes, cada uno de los profética de la voluntad de Dios,
como una enseñanza parecida a la
tario. cuales depositaba una copia del pac-
I
413 Decálogo
Decálogo 412
rro se añadieron los preceptos sobre ser un elemento central del pacto es-
que el padre da a sus hijos. La formu- eran producto de una institución re- el sábado y sobre el honor debido a tipulado en el Sinaí. Desde aquel mo-
lación es negativa, excepto para el ligiosa o política, sino emanaciones los padres. El precepto del sábado, mento el decálogo creció realmente
sábado y para el honor que hay que de la autoridad paterna. La vida de por su posición central y por su am- en ese contexto; y sería una necedad
rendir a los padres; pero no es la de las tribus tenía necesidad de algunas plitud, se convirtió en el mandamien- sustraerle algo de la autoridad que se
las prohibiciones jurídicas, a las que reglas elementales de conducta. Los to principal, cuya observancia a par- le atribuía en el pasado, cuando se
está vinculada la amenaza de un cas- miembros de la tribu se consideran tir del destierro tuvo que caracterizar creía que había sido dictado por el
tigo. En efecto, la partícula negativa "hermanos"; el "prójimo", término y distinguir al judío piadoso. El ho- cielo, en un acontecimiento místico y
no es la de una prohibición (al), sino que aparece también en el decálogo, nor de los padres se motiva de la colectivo, por parte de todas las doce
la de una negación ordinaria (lo'). sería en este caso equivalente a "her- siguiente manera: "(Así) vivirás lar- tribus de Israel".
No se trata de prohibiciones a las que mano": el que vive dentro de la mis- gos años y serás (feliz en la tierra que
sigue inmediatamente la sanción pe- ma comunidad. Dada la experiencia La reconstrucción, siempre hipo-
te da el Señor, tu Dios"(Dt 5,16). La tética, del origen del decálogo no le
nal en caso de que no sean respeta- secular de Israel como sociedad acé- promesa de una vida larga está sepa-
das. Se trata más bien de una especie fala en el período anterior a la mo- quita nada al carácter inspirado de
rada de la promesa de la tierra por- su texto, pero deja lugar a lo huma-
de constatación: "Dios os ha libera- narquía, no es improbable que ese que el pueblo se encontraba en el
do; por tanto, entre vosotros ya no se tipo de vida ciánica esté en el origen no, ya que Dios habló por medio de
destierro. También la prohibición de los hombres y a la manera humana.
da esto ni esto". También la fórmula de una serie de evidencias morales, hacer figuras esculpidas (Dt 5,8) se
"Yo soy Yhwh...", con que se intro- de preceptos que constituyeron un La atribución a Moisés, y por tanto
formula en los mismos términos de a Dios, de las leyes del Pentateuco es
duce el decálogo, es característica de patrimonio del que nunca se renegó. Dt 4, que es muy probablemente de
la enseñanza del sacerdote. El decá- Sobre todo, la adoración exclusiva la manera como expresó Israel la
la época del destierro. Si antes de Dt convicción de fe de que aquellos pre-
logo parece provenir del ambiente de Yhwh (monolatría: Éx 20,3) y la pudieron existir algunas pequeñas se-
profético-sacerdotal. No es cierta- prohibición de imágenes en el culto ceptos eran manifestación de la vo-
ries de prohibiciones, solamente con luntad salvífica de Dios.
mente un derecho emanado del Esta- (Éx 20,4) podrían remontarse a la Dt nació la primera redacción del
do. La asunción del decálogo dentro experiencia más antigua de Israel. El decálogo, tal como se encuentra
decálogo. actualmente en la Biblia, se formó
de la tórah, es decir, del / Pentateu- Pero ciertamente no es posible de-
co, pone de manifiesto que no se le mostrar que el decálogo, como serie El redactor del Pentateuco insertó alrededor de la época que va de la
entiende como una ley natural uni- fija de diez preceptos, se haya forma- Éx 20,2-17 en el contexto de la teo- caída del reino de Israel (722 a.C.) a
versal ni como un derecho estatal, do en una época tan antigua. Algu- fanía sinaítica, recurriendo a Dt, pero la reforma de Josías (622 a.C), como
sino que es precisamente la ordena- nos de los preceptos particulares po- también a la tradición sacerdotal (P), exigencia fundamental para superar
ción del pueblo de la / alianza con drían arraigarse en la antigua ética para el precepto sobre el sábado, la crisis religioso-político-social que
Yhwh. Solamente dentro de la co- ciánica, pero la "serie" del decálogo adaptando el decálogo a su teología. afligía a Israel. Tanto la versión deu-
munidad de la alianza es comprensi- es reciente. En el conjunto de Éx 19-24, el decá- teronómica como la del Éxodo remi-
ble y practicable el decálogo. logo es una inserción tardía. ten al ambiente deuteronómico como
Comparando la redacción de Éx y Así pues, el decálogo no es el sim- lugar de origen de la colección del
de Dt —excepto el añadido tardío de ple registro de una revelación comu- decálogo en cuanto tal. También la
3. ORIGEN DEL DECÁLOGO. NO es Dt 5,11-16 sobre el uso del nombre nicada por Dios en el Sinaí a Moisés, tendencia a las generalizaciones, evi-
posible escribir una "biografía" del de Yhwh, sobre el sábado y sobre el sino una elaboración que se fue dente, por ejemplo, en el uso de "pró-
decálogo. Podemos, sin embargo, in- honor que ha de rendirse a los padres, haciendo lentamente en diversas fa- jimo" en vez del término "hermano"
tentar una hipótesis de trabajo so- y la reelaboración tardía de Dt 5,8 ses. Ha dicho muy bien N. Lohfink: (aunque uno puede servir como sinó-
bre él. sobre la prohibición de imágenes "Para el historiador es mucha la nie- nimo del otro: cf Dt 15,2), hace pen-
El decálogo está constituido por (cf Dt 4,12b.l5-18, de la época del bla que rodea al monte Sinaí, y no sar en una época tardía [/ Cultu-
preceptos apodícticos, es decir, ex- destierro)—, parece ser que el tex- consigue ya distinguir exactamente ra/ Aculturación].
presados en la forma: "Tú debes - tú to más antiguo es el que se conserva entre lo que se verificó allí un día y
no debes", que tomados uno a uno, en Dt. Así pues, en Dt 5,6-10.17-21 lo que sólo más tarde se insertó en
tendríamos siete preceptos que pode- 4. Los DESTINATARIOS. El decá-
prescindiendo de la forma actual, po- aquel contexto para subrayar la im-
drían remontarse a la antigua exis- mos considerar como la redacción logo va dirigido a personas que tie-
portancia de aquel acontecimiento de- nen padres (Éx 20,12), pero también
tencia tribal de los israelitas (forma más antigua de los mandamientos, cisivo. Por eso la historia del decálo-
de vivir que no desapareció por com- de época preexílica. El Dt contenía, hijos (Éx 20,5.10) y que pueden sentir
go le parece mucho más compleja y la tentación de desear la mujer ajena
pleto ni siquiera en la época monár- ya en su redacción más antigua, el más rica de lo que pensaron las gene-
quica). El cabeza de familia daba a nexo entre el decálogo y la alianza (Éx 20,14.17). Los destinatarios tie-
raciones de otros tiempos. Fue sólo nen esclavos y esclavas (Éx 20,10),
los hijos ciertas normas de compor- divina en el Horeb; es decir, el decá- en un momento determinado de esta poseen un campo (Éx 20,12; Dt5,14)
tamiento, transmitidas luego de pa- logo formaba parte de la alianza-
tratado del Sinaí. Durante el destie-
17 historia cuando aquel texto pasó a y animales (Éx 20,10; Dt 5,14). Viven
dres a hijos. Estas normas de vida no
Decálogo 414 415 Decálogo

entre hombres y mujeres que tienen ronómica de Josías, en cuyo ámbito mediante la mención de su acción en aquella tierra. Habitar en la tierra
casas, campos y ganados (Éx 20,17; hemos colocado el decálogo [/ su- liberadora respecto a Israel, o sea, equivale a morar en la libertad dada
Dt 5,21); pueden verse tentados a ado- pra, 3], se proponía precisamente re- mediante la historia libre y misterio- por Dios. Pero esta libertad está
rar otros dioses (Éx 20,3.5) y a cons- construir el "Estado" sobre la base samente puesta en movimiento por él siempre amenazada y en peligro si no
truir imágenes idolátricas (Éx 20,4- del "derecho de fraternidad" dado mismo. Él decálogo no es expresión se convierte en libertad comunicativa
5). Los destinatarios pueden ser lla- por Yhwh, pero no obtuvo ningún de una ley natural universal elabora- y constructiva. Como si se dijera: esa
mados a ser testigos en los procesos éxito. El intento de Josías, reflejado da filosóficamene, aun cuando su ori- libertad que te ha dado el Dios del
(Éx 20,16) y corren el riesgo de hacer también en el Dt, fue el de conciliar gen en relación con cada precepto Éxodo se la debes dar tú a tu prójimo
juramentos falsos invocando el nom- el "Estado" y el "ideal ciánico"; pero tenga que colocarse en el ámbito de (mediante la observancia de los man-
bre de Yhwh (Éx 20,7). se reveló como una empresa impo- la "moral natural", insertada ya des- damientos), y de este modo tú mismo
sible. de siempre en el plan salvífico de garantizarás tu permanencia en la li-
El ambiente de vida de los destina- Dios. El decálogo se arraiga en la
tarios es el propio de los campesinos: bertad.
Así pues, originalmente el decálo- historia salvífica del pueblo de Dios,
son campesinos que tienen recursos, go no nació como ley umversalmente El campesino israelita, que presen-
liberado de la esclavitud de Egipto ta en el templo las primicias de los
que son libres, que tienen esclavos y válida, como norma ética atemporal por gracia divina. Para el pueblo is-
esclavas. Así pues, los destinatarios y abstracta dirigida a cualquier hom- frutos de la tierra, tiene que profesar
raelita que habitaba en Canaán, y su fe: "Yo declaro hoy en presencia
directos no son los niños, ni las mu- bre de cualquier época y lugar; tam- directamente para los campesinos is-
jeres, ni los esclavos. poco quiere ser una síntesis o una del Señor, mi Dios, haber entrado ya
raelitas, el recuerdo del artículo de fe en la tierra que el Señor había jurado
Ello está en perfecta coherencia suma de toda la ética veterotestamen- fundamental equivalía a una invita-
con el libro del Dt, cuyo "derecho" se taria. En el decálogo se enuncian las a nuestros padres que nos daría... Y
ción a considerar su condición socio- ahora aquí traigo las primicias de los
formula con vistas a los propietarios exigencias fundamentales que hay económica como un don del Dios
campesinos y a los que tienen una que respetar si se quiere garantizar a frutos de la tierra que el Señor me ha
liberador, que los había sacado de la dado" (Dt 26,3.10). La libertad dada
responsabilidad en un sector deter- la comunidad de los creyentes el mí- esclavitud; "Cuando el Señor, tu
minado de la sociedad (en la aldea, nimo vital de la libertad fraterna por Dios no es solamente para el
Dios, te haya conducido a la tierra alma, sino también para el cuerpo;
en la puerta de la ciudad o en el tri- dada por el Dios liberador. El decá- que juró dar a tus padres, Abrahán,
bunal, en la administración). El estilo logo no es toda la ética bíblica, sino no sólo para el individuo, sino para
Isaac y Jacob, y te haya entregado en todo el pueblo; hay que entenderla
o manera de pensar de Dt es proba- solamente la delimitación de los con- propiedad las grandes y prósperas
blemente el de la clase dirigente de fines, por encima de los cuales la co- no sólo como espiritual, sino como
ciudades que tú no levantaste, las ca- socio-económica.
Jerusalén, que se dirige a los campe- munidad del pueblo de Dios pondría sas llenas de toda suerte de bienes
sinos propietarios que constituyen la en peligro su identidad y su misma que tú no llenaste, las cisternas que El decálogo es la condición para
mayor parte de la población. existencia. tú no excavaste, las viñas y olivares permanecer en la libertad: "El Señor
Entre estos campesinos propie- Entendido de este modo, el decá- que tú no plantaste; cuando hayas nos ha ordenado poner en práctica
tarios había graves injusticias, como logo se prestó a un "uso" más amplio comido hasta saciarte, no te olvides todas estas leyes y temer al Señor,
lo atestigua la predicación de Amos, y general, fuera del contexto históri- del Señor que te sacó de Egipto, de nuestro Dios, para que seamos di-
de Miqueas y de Isaías: había ricos co preciso en que nació. Sirvió de la casa de la esclavitud" (Dt 6,10-12). chosos y vivamos, como nos ha con-
y pobres, opresores y oprimidos. A base, tanto al judaismo tras el destie- cedido hasta ahora" (Dt 6,24). El Se-
cada uno de esos campesinos se dirige rro como al cristianismo, para una Dios liberó de la esclavitud y con- ñor ha liberado a Israel de la esclavi-
el decálogo, que intenta establecer fórmula sintética, de tipo catequísti- cedió a su pueblo el don de la tierra; tud, y por tanto ha adquirido frente
un orden religioso y social justo den- co, de las exigencias éticas mínimas esto constituye la premisa, puesta li- a Israel el derecho de imponerle sus
tro de la comunidad del pueblo de e insoslayables, con vistas a la subsis- bre y gratuitamente por Dios, para la exigencias; si las obedece, Israel po-
Dios. La ética del decálogo se com- tencia misma del pueblo de Dios. ley de libertad que viene a continua- drá obtener la "vida" [/Libera-
prende solamente a partir de la ima- ción. El decálogo, por consiguiente, ción/Libertad].
gen de Dios que allí se propone, el 5. LIBERADOS PARA SER LIBRES no es la imposición de un "deber" de
Dios de la libertad; se dibuja de este (PRÓLOGO). El prólogo del decálogo obediencia, sino la concesión de un 6. "No TENDRÁS OTRO Dios FUE-
modo un proyecto de sociedad reli- traza el horizonte dentro del cual hay "poder" de obediencia agradecida al RA DE MÍ" (Dt 5,7; Éx 20,3). "Fuera
gioso-estatal, que se contrapone tan- que leer todas las diez palabras: no don salvífico de la tierra. de mí" (o, según otras versiones, "de-
to al de las ciudades-estado cananeas ya como preceptos aislados, sino El prólogo hace valer el decálogo lante de mí") es quizá una expresión
como a la colonialista de Egipto. como desarrollo del tema enunciado para todo el pueblo de Dios que ha- que remite al ambiente del culto, para
Pero el decálogo no se refiere al de- al principio. En Dt 5,6 se lee: "Yo soy bita en la tierra prometida y funda- decir que el piadoso israelita debe
recho estatal de la monarquía israeli- el Señor, tu Dios, que te ha sacado de menta el compromiso de la adora- tener ante los ojos en el santuario
ta, sino a la ética familiar y ciánica de Egipto, de la casa de la esclavitud" ción exclusiva a Yhwh, ya cfue sólo él solamente a Yhwh. Esta expresión
la época anterior. La reforma deute- (cf Ex 20,2). Dios se define a sí mismo 18 ha sido el que lo liberó y lo introdujo podría también aludir a la esfera po-
Decálogo 416 417 Decálogo

lítica y militar, en la que "no tener a hijos del Dios vivo, y en 13,4 dice: imagen de la divinidad se concebía el de Éx 34,6-7, no tiene que enten-
otros delante de mí" significa elegir "Yo, el Señor, soy tu Dios desde el como una especie de "encarnación" derse en el sentido de que Dios cas-
un jefe y seguirle sólo a él con reso- país de Egipto; no conoces otro Dios de la divinidad, que de esta forma tigue arbitrariamente a los hijos ino-
lución. También podría significar "en más que yo, no hay salvador fuera de caía en cierto modo bajo el poder del centes por el pecado de los padres.
oposición a mí", o bien "con desven- mí". Por consiguiente, es probable hombre. Pero Yhwh no soporta nin- Lo que aquí importa es el contraste
taja para mí" (cf Gen 16,12; 25,18). que ya en el siglo vm a.C. Israel es- guna delimitación de libertad y de entre mil y cuatro, entre la capacidad
En todo caso está claro que el Señor tuviese seguro de que había de adorar soberanía; por tanto, no admite nin- infinita de perdonar y las capacida-
no quiere que Israel siga a los dioses exclusivamente a Yhwh. Quizá in- guna posible representación de sí. des limitadas de castigar. Efectiva-
de los pueblos extranjeros, sino que cluso antes. El texto actual se inclina claramen- mente, en Dt 7,9-10 leemos: "Reco-
le adore sólo a él. Este mandamiento te hacia la prohibición de las imáge- noce, por tanto, que el Señor, tu
excluye toda posibilidad de tener 7. " N O TE HARÁS ESCULTURA NI nes de divinidades extranjeras, como Dios, es el verdadero Dios, el Dios
"otros" dioses, es decir, toda relación IMAGEN". Dt 5,8-10: "No harás ídolos hizo el rey Ezequías (por el 700 a.C), fiel, que guarda la alianza y la mise-
con cualquier otra divinidad. ni imagen tallada alguna de cuanto que suprimió las colinas, hizo peda- ricordia hasta mil generaciones a los
¿Se trata del monoteísmo? Hoy es hay arriba en los cielos, abajo en la zos las estelas, arrancó los cipos sa- que lo aman y cumplen sus manda-
opinión común entre los exegetas que tierra o en l¡is aguas subterráneas. grados e hizo añicos la serpiente de mientos, y que castiga en su propia
sólo a partir del destierro, sobre todo No te postrarás ante ellas ni les darás bronce que Moisés había hecho, pues persona a los que lo odian. Hace
con el Déutero-Isaías, comienza a culto, pues yo, el Señor, tu Dios, soy hasta entonces los israelitas le que- perecer sin tardanza a quien le odia,
afirmarse con claridad la convicción un Dios celoso, que castigo las faltas maban incienso y la llamaban Nejus- y lo hiere con castigo personal".
de que existe un solo Dios (mono- de los padres en los hijos hasta la tán(2Rel8,4).
teísmo teórico), mientras que ya an- tercera y cuarta generación de los También la fórmula "Yo soy un 8. " N O T O M A R Á S E L N O M B R E D E L
tes del destierro adoraba a un solo que me odian, y hago misericordia Dios celoso" expresa el amor vehe- SEÑOR PARA LA MENTIRA". Dt 5,11:
Dios (monoteísmo práctico), aun ad- por mil generaciones a los que me mente que siente Dios por Israel, del "No pronunciarás el nombre del Se-
mitiendo teóricamente la existencia aman y guardan mis mandamientos" que exige una adoración exclusiva, ñor en falso, pues el Señor no perdo-
de muchos dioses. Con un lenguaje (cf Éx 20,4-6). que no tolera el culto a los otros dio- na al que pronuncia su nombre en
politeísta, el mandamiento exige que Ni el cielo, ni la tierra, ni los abis- ses. El amor de Dios es absoluto y falso" (cf Ex 20,7).
la única relación de Israel con lo di- mos subterráneos pueden contribuir exigente. "Celoso" no tiene en hebreo Aquí se usa la tercera persona. Es
vino sea la relación con Yhwh. En la a hacer una imagen de Dios. La prohi- ninguna connotación negativa, como algo que suena bastante extraño en
mentalidad politeísta se le daba un bición se refería a representaciones en español; podríamos traducirlo por boca de Dios mismo; pero tratándose
rostro, un nombre, una figura a toda de divinidades extranjeras, como apa- "enamorado". Y en presencia de la de relaciones del hombre con los de-
experiencia religiosa de lo trascen- rece también en el versículo 9: "No te infidelidad de Israel, que se entrega más hombres, parece plausible.
dente. Puesto que se dan muchas ex- postrarás ante ellas ni les darás cul- al culto de dioses extranjeros, explo- La expresión "para la mentira" (las-
periencias religiosas, hay muchas "fi- to". Para los israelitas era obvio que tan los "celos" de Dios. Se intenta saw') es genérica; el hebreo puede
guras" divinas, que no hay que en- Yhwh no podía representarse, ni sin- expresar, como cuando se recurre al traducirse: "en vano", "en falso",
tender como seres consistentes en sí tieron nunca la tentación de hacer de término / "ira", la incompatibilidad "por una finalidad sin sentido". Se-
mismos, sino como otras tantas po- él imágenes talladas o fundidas. Dt de esa conducta con el amor de Dios. gún algunos críticos, el segundo man-
sibilidades de encontrar lo divino tras- 4,16-19 aclara la prohibición de las El amor de Yhwh es tan grande, damiento no se referiría a la blasfe-
cendente. Con elprimer mandamien- imágenes en el sentido explicado, ha- que no tolera el mal; si lo odian, cas- mia, ni a los falsos juramentos, ni a
to se le prohibe a Israel buscar otros ciendo un comentario al primer man- tiga hasta la cuarta generación, es las maldiciones, sino al uso del nom-
caminos de encuentro con lo divino damiento. decir, hasta una entera gran familia bre de Yhwh con fines mágicos. Me
fuera del que indica Yhwh. Ese único patriarcal, compuesta de padres, hi- parece que la formulación no se re-
camino es aquel por el que Yhwh Puesto que el culto a los dioses fiere tan sólo a un crimen determina-
extranjeros ya está prohibido en el los, nietos y bisnietos. Pero si lo
salió al encuentro de su pueblo, libe- aman y guardan sus mandamientos, do, sino que excluye cualquier mal
rándolo de la esclavitud de Egipto. versículo 7, algunos autores entien- uso, falso, mágico o engañoso, del
den la prohibición de las imágenes, al Dios tiene con ellos una misericordia
Al lado, en contra o fuera de esta sin límites, aunque se trate de una nombre de Yhwh. Este mandamiento
experiencia de liberación no hay menos en su formulación primiti- prohibe que el uso del nombre de
va, en relación con Yhwh. Como he- familia compuesta de mil generacio-
otros caminos de acceso a lo divino. nes. Su capacidad de perdonar es in- Yhwh sirva para esconder alguna
mos dicho en el prólogo [/ supra, 5], malicia humana. Queda excluido
Ya Éx 22,19 prohibía sacrificar a Yhwh es el Dios liberador, que fue finitamente superior a la de castigar;
mientras que su misericordia se ex- cualquier uso de la fuerza de ese nom-
otros dioses fuera de Yhwh; Éx 34,14 experimentado concreta e histórica- bre para perjudicar al prójimo o para
prohibía postrarse ante otros dioses, mente por Israel como el que le con- tiende durante mil generaciones, el
castigo llega solamente hasta la cuar- fomentar una relación equívoca con
ya que Yhwh es un Dios celoso; Os cedió la libertad; pues bien, este Dios
3,1 recuerda que los israelitas son no es manipulable por el hombre. La 19 ta generación. Este pasaje, así como Dios.
Decálogo 418
419 Decálogo
9. EL SÁBADO. Las redacciones mismo que el primero, también el
de Éx y Dt son muy diferentes; por tercer mandamiento remite a la libe- esto era una auténtica revolución ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo,
eso las consideraremos por sepa- ración de Egipto, formulada literal- para la sociedad antigua. Pero no ni tu sierva, ni tu ganado ni el extran-
rado. mente de manera idéntica. Evidente- por eso se olvida la dimensión reli- jero que habita contigo. Porque en
a) Dt 5,12-15: "Guarda y santifi- mente, sólo durante el destierro o giosa: se trata del "sábado para el seis días hizo el Señor los cielos y la
ca el día del sábado, como te ha man- después de él adquirió tanto relieve el Señor", del día que pertenece sola- tierra, el mar y cuanto hay en ellos,
dado el Señor, tu Dios. Seis días tra- mandamiento sobre el sábado. mente a Yhwh. El "descanso", como y el séptimo descansó. Por ello ben-
bajarás y harás tus obras. Pero el Tanto en Dt 5,12 como en Dt 5,16 expresión de liberación de la esclavi- dijo el Señor el día del sábado y lo
séptimo es descanso para el Señor, tu aparece la fórmula "como te ha man- tud económica y social, proviene del santificó".
Dios; no harás en él trabajo alguno, dado el Señor, tu Dios", que no se Dios liberador. Él día del sábado vuel- El día del sábado ha sido bendeci-
ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, encuentra en el texto paralelo de Éx ve a situar a toda la creación, inclui- do, es decir, ha sido hecho fecundo
ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni 20,8.12. De este hecho deducen algu- dos los animales, ante el Dios libera- por el Señor; está santificado, es de-
ninguna de tus bestias, ni el extran- nos autores que el decálogo del Éx es dor: el sábado tiene que restablecer cir, consagrado a Dios. Es el sábado
jero residente; de esta manera podrán anterior al del Dt, el cual remite a para todos la libertad que la organi- "para el Señor": en este día el hombre
descansar tu siervo y tu sierva lo mis- una formulación primitiva (no nece- zación humana de la sociedad tiende descubre el sentido de su vida y tam-
mo que tú. Acuérdate de que tú fuiste sariamente la actual de Éx). El decá- a suprimir. El "descanso" sabático es bién el de su trabajo. En una sociedad
siervo también en Egipto y de que el logo de Dt aparece como una cita de lo contrario de la "esclavitud" creada del trabajo, y por tanto esclavizante
Señor, tu Dios, te sacó de allí con un discurso de Yhwh, que, por otra por la sociedad; es, por tanto, un o alienante, el "descanso" religioso
mano fuerte y brazo poderoso. Por parte, no parece haber hablado antes. mensaje de protesta. da sentido al trabajo y no es simple-
eso el Señor, tu Dios, te manda guar- Probablemente el texto actual del Así pues, el sábado es el memorial mente tiempo libre. Él séptimo día
dar el sábado". mandamiento sobre el sábado es en semanal de la liberación de Egipto pone al hombre en contacto con la
el Dt una variante tardía, justificada (v. 15; cf Dt 15,15; 16,22; 24,18.22). bendición que viene de Dios; no es,
No sabemos nada cierto sobre el La libertad dada por Dios con su por tanto, sólo el trabajo humano lo
origen del sábado. El antiguo Egipto por el redactor del Pentateuco con la
fórmula de referencia. poder ("con mano fuerte y brazo po- que es fecundo y productivo; hay una
conocía un ritmo del tiempo en pe- deroso") tiene que ser comunicada a "productividad" o fecundidad que vie-
ríodos de diez días, pero esto no in- Este precepto inculca "guardar" toda la familia patriarcal, hasta llegar ne de Dios.
fluyó en los israelitas. En Babilonia, (Éx 20,8 dice "Acuérdate") y "santi- al forastero o refugiado político, al
shappatu era el día decimoquinto del ficar" el sábado. El verbo "guardar" La motivación, en Éx, hace refe-
esclavo y al jornalero emigrado, es rencia al mito de la creación de Gen
mes lunar, es decir, el día de la luna es característico del Dt, así como el decir, a los más pobres. Así se hace
llena, que se celebraba como día ne- "guardar" (= "celebrar") del versícu- 1,1-2,4a. El texto del Génesis está
nacer la sociedad de Dios. replanteado como / "mito", es decir,
fasto o tabú, en el que era peligroso lo 15 (literalmente "hacer", en hebreo
hacer cualquier trabajo. Es posible 'asah). Se percibe aquí la preocupa- ¿Para qué liberó Dios a Israel de no tanto como relato de unos hechos,
que los israelitas lo convirtieran en ción práctica del Dt, es decir, el inte- Egipto? Para hacer de Israel una so- sino más bien como representación
día no nefasto, festivo; pero no se rés por el "hacer" concreto, por el ciedad nueva, libre. El descanso sa- típica de lo que vale siempre y en
puede demostrar. El "sábado", como vivir en la praxis la ley de Dios. La bático es el memorial del éxodo como todas partes para todos. Según aquel
día de descanso semanal, entra a for- "santificación" del sábado consiste fundamento de una sociedad nueva, texto, Dios no es un "deus otiosus"
mar parte regularmente de la religión en reconocer con la conducta que el que no nace de la organización hu- como los dioses paganos, sino un
israelita sobre todo a partir de la épo- día séptimo está consagrado a Dios, mana, sino de la celebración de la Dios que trabaja y reposa. Al bende-
ca del destierro, cuando se convirtió que "el sábado es para el Señor" (la fiesta de Yhwh. La "sociedad justa" cir el sábado, Dios ha impreso en el
en un distintivo religioso de Israel. expresión "y santifica" quizá fuera nace realmente como don de Dios tiempo de su creación la capacidad
Sin embargo, en Éx 23,12 y 34,21, mejor traducirla por "santificando" donde el hombre no se preocupa so- de producir "días séptimos" siempre
pasajes fechados antes que el decálo- y decir: "guarda el día del sábado lamente de sí, mediante el trabajo, nuevos, días de descanso y de santi-
go, aparece el precepto del descanso santificándolo"). Pues bien, ningún sino que se abre a Dios, en la celebra- ficación. El hombre no ha sido crea-
"el día séptimo", pero sin la mención precepto del decálogo prescribe la ción de la fiesta. Una sociedad del do solamente para trabajar, como
del término "sábado". Así pues, ya observancia de ritos o de fiestas cul- trabajo, basada en el trabajo y no en pensaban los babilonios, sino que ha
antes del destierro existía un descan- tuales, ni tampoco el del sábado pre- la fiesta por Yhwh, es una sociedad sido creado a imagen de Dios, que
so periódico el séptimo día. vé que haya que cumplir ciertos actos que crea la esclavitud. trabaja y que descansa. El "ritmo"
cultuales para santificar dicho día sép- b) Éx 20,8-11: "Acuérdate del día divino de trabajo y de descanso, ex-
En el decálogo de Dt el precep- presión mitológica y simbólica, se in-
to sobre el sábado, tanto por su am- timo. Se insiste más bien en el aspecto del sábado para santificarlo. Seis días
social del mandamiento, o sea en el trabajarás y harás en ellos todas tus troduce también en el mundo huma-
plitud y su colocación estructural no, a fin de que el trabajo del hombre
como por su significado, tiene la fun- descanso para toda la gran familia faenas; pero el séptimo día es día de
ción de "mandamiento principal". Lo patriarcal (incluidos los esclavos): 20 descanso en honor del Señor, tu cree una habitación para Dios y su
Dios. No harás en él trabajo alguno descanso dé lugar a una santa comu-
Decálogo 420 421 Decálogo
nicación con él. Solamente así el mun- su función de guardianes de la tradi- bien las acciones sociales opresivas y necesidades de sus miembros. En se-
do del hombre puede convertirse en ción religiosa del pueblo de Dios, so- violentas podrían provocar la muerte mejante estructura social era funda-
una digna morada de Dios y en un bre todo en la difícil coyuntura del de los débiles y de los indefensos; este mental garantizar la legitimidad de
lugar de libertad y de gozo para el destierro. mandamiento es una denuncia de la los hijos, y por tanto de los herederos,
hombre. "El mandamiento sobre los padres violencia social, que puede causar la además del deber de cuidar de los
es solamente la punta de un iceberg. muerte de un individuo. padres ancianos por parte de los hijos
10. "HONRA A TU PADRE Y A TU La familia representa además otras La ley israelita contempla ciertos legítimos. El adulterio implicaba el
MADRE". Dt 5,16: "Honra a tu padre formas naturales de comunidad y de casos en los que estaba prevista la peligro de derrumbar una institución
y a tu madre como te lo ha ordenado autoridad, sobre todo la comunidad pena de muerte. El mandamiento fundamental de la vida social; por
el Señor, tu Dios; vivirás largos años del pueblo" (J. Becker). prohibe que un individuo, indepen- eso mismo era considerado como un
y serás feliz en la tierra que te da el A este mandamiento va unida una dientemente de la comunidad, y por delito capital.
Señor, tu Dios"(cf Éx 20,12). Como doble promesa: "una vida larga y una tanto de manera arbitraria y atentan- Algunos textos del AT prevén la
los demás, también el cuarto manda- existencia feliz en la tierra de Ca- do así contra la vida comunitaria del pena de muerte para los adúlteros:
miento va dirigido a los hijos adultos, naán. El honor que se les rinde a los pueblo, provoque la muerte del pró- "Si un hombre es sorprendido acos-
no a los niños. En una sociedad don- padres contribuye de manera funda- jimo con acciones violentas y por tan- tado con una mujer casada, los dos
de los / ancianos no gozan de seguros mental a edificar una sociedad sana, to injustas. Todos los demás casos, serán condenados a muerte. Así ex-
sociales ni de pensión, los hijos tienen que es la condición para un existencia por ejemplo, la guerra o el suicidio, tirparás la maldad de en medio de ti.
que dar los "honorarios" a sus ancia- prolongada y serena y para poder no se toman en consideración directa Si uno encuentra en la ciudad a una
nos padres, esto es, garantizarles el seguir habitando en la tierra prome- ni indirectamente en este precepto, al joven virgen prometida de otro y se
sustento, lo necesario para vivir y, tida y dada por Dios. menos en su sentido original. acuesta con ella, los dos serán sa-
cuando mueran, una honrosa sepul- En Ef 6,2, el NT recoge el AT co- cados a las puertas de la ciudad y
tura. El padre y la madre son consi- mentando: "Éste es el primer manda- 12. "No COMETERÁS ADULTE- matados a pedradas" (Dt 22,22-24;
derados en el mismo plano, a dife- miento". Probablemente se intenta RIO" (Dt 5,18; Éx 20,14). Este pre- cf Lev 20,10). Desgraciadamente, no
rencia de lo que sucede en el ambiente subrayar el papel de la familia para cepto no prohibía más que las rela- sabemos si esta ley se ponía en prác-
que rodea a Israel, por ejemplo en el la edificación de la sociedad. ciones sexuales de un hombre con tica y bajo qué condiciones, puesto
código de Hammurabi. una mujer casada u oficialmente des- que ningún texto bíblico nos da in-
Hay muchos textos bíblicos que 11. "No MATARÁS" (Dt 5,17; Éx posada con otro. Pero no se refiere ni formaciones a este propósito. En el
prohiben golpear (Ex 21,15), malde- 20,13). Los tres mandamientos que a la prostitución ni a la inmoralidad período posterior al destierro, la eje-
cir (Éx 21,17), despreciar (Ez 22,7), siguen van formulados sin limitacio- sexual en general. cución de la pena de muerte fue sus-
burlarse (Prov 30,17), robar (Prov nes. No se refieren únicamente a una La mujer casada estaba considera- tituida por la excomunión de la co-
28,24), insultar (Prov 19,26) a los pa- clase social o a un grupo determina- da como propiedad del marido, al munidad de culto.
dres. Esta manera de obrar iría en do, sino que valen para todos. Inten- que no se le prohibía tener varias
contra de lo que ordena este manda- tan proteger el derecho elemental a la mujeres ni mantener relaciones se- 13. "No ROBARÁS" (Dt 5,19; Éx
miento. propia vida y a la de la familia. Estos xuales con sus esclavas. El hombre 20,15). En 1949 A. Alt sostuvo que,
En la antigua sociedad correspon- tres preceptos aparecen unidos tam- no cometía adulterio más que cuando en su sentido original, el séptimo man-
día a los hijos cuidar de los padres bién en Os 4,2; Jer 7,9; Job 24,13-15. tenía relaciones con una mujer casa- damiento prohibía raptar a un hom-
ancianos. El hecho de que, aparte del El verbo hebreo utilizado (rsh) in- da, mientras que la mujer casada vio- bre libre para venderlo como esclavo.
precepto del sábado, éste sea el único dica "la muerte arbitraria de un hom- laba siempre su propio matrimonio Para ello se apoyaba en Éx 21,16: "El
mandamiento formulado de forma bre con una acción violenta"; no se si tenía relaciones con un hombre que robe una persona, la haya vendi-
positiva, indica su importancia en el utiliza nunca para la muerte de los que no fuese su marido. do o la retenga todavía consigo, mo-
centro del decálogo. Sobre todo en la animales, de los esclavos o de los El sexto mandamiento, como los rirá" (cf Dt 24,7). Desde entonces se
época posterior al destierro, tras del extranjeros, mientras que sirve para demás, se dirige sobre todo a los ha difundido ampliamente esta hipó-
derrumbamiento de las instituciones designar la venganza de sangre (Ñúm hombres (cf: "No desearás a la mujer tesis, que a nosotros nos parece in-
nacionales y los graves deterioros de 35,27) y también la pena de muerte de tu prójimo"); pero también a las sostenible. En efecto, el verbo "ro-
la vida social, la escuela deuteronó- (Núm 35,30). mujeres, ya que el verbo "cometer bar" sin mención del objeto no puede
mica busca la fidelidad a las tradicio- El quinto mandamiento, en su sig- adulterio" (en hebreo na'af) puede significar "raptar a una persona". Es
nes religiosas y sociales que puedan nificado original, tiene que entender- lener también como sujeto a las mu- verdad que la ampliación de la for-
restablecer una nueva red de relacio- se como la prohibición de cualquier jeres (cf Lev 20,10; Ez 16,38). mulación de este mandamiento pue-
nes en la sociedad. En el honor que comportamiento arbitrario y violen- La gran familia patriarcal antigua de llegar a comprender la prohibición
hay que rendir a los padres está tam- to que produzca directa o indirecta- 21 era una unidad económicamente del secuestro de una persona, pero
bién implícito el reconocimiento de mente la muerte de un hombre. Tam- autónoma, que proveía a todas las no puede limitarse a ello. El precepto
423 Decálogo
Decálogo 422
vo o sierva, buey o asno" sería un decirse que el "no robarás" se refiera
prohibe cualquier atentado contra téis adulterio, juráis en falso, ofre- añadido tardío. Los verbos emplea- sólo al secuestro de las personas y
los bienes del prójimo. céis sacrificios a Baal, corréis tras dos (desear, ambicionar) expresarían que aquí se trate únicamente de una
La libertad de la persona que quie- dioses que no conocéis...!" (cf tam- no solamente un deseo interior, sino interiorización del precepto con la
re garantizar el decálogo según el bién Os 4,2). también el acto externo, concreto, de prohibición del deseo, mientras que
prólogo ("Te saqué de la casa de la Hay que señalar que el octavo apropiación. el sexto y el séptimo mandamientos
esclavitud") está relacionada también mandamiento prohibe el falso testi- La redacción de Éx contiene un prohibirían más bien la acción efec-
con la propiedad o con los bienes que monio-acusación contra el "próji- solo mandamiento, con la repetición tiva.
se poseían, mediante los cuales el is- mo", no sólo contra el "hermano" de de un solo verbo (hamad— desear); El último mandamiento tiene que
raelita podía librarse del peligro de fe o connacional. El israelita no debe la "mujer" aparece entre los bienes de relacionarse con el anterior ("No da-
ser vendido como esclavo. El precep- jamás acusar injustamente a nadie, propiedad del prójimo, pero esto no rás testimonio falso"). Se intenta de-
to no es un duplicado del "no desear" sea quien sea. La manipulación del significaría una infravaloración de la fender el derecho y la propiedad de
(Dt 5,21; Éx 20,17), como se verá derecho no está nunca justificada en mujer; la falta del "campo" en el texto todo israelita, bien sea contra las fal-
más adelante [/ infra, 15]. ningún caso. De este modo el israelita del Éxodo sería irrelevante: quizá se sas acusaciones que tienden a despo-
se convierte en testigo, frente a cual- quiera extender el precepto a la casa seerlo, bien frente a los atentados efec-
quier hombre, de la voluntad de libe- de la ciudad, generalizándolo. tivos contra sus derechos y sus pro-
14. "NO DARÁS TESTIMONIO FAL-
SO CONTRA TU PRÓJIMO" ( D t 5,20; ÉX ración del hombre que le fue dada Sin querer obviamente resolver la piedades. Hay maneras ilegales de
20,16). No se trata de la mentira en por su Dios. La ley deuteronómica cuestión tan discutida de si se trata oprimir y de privar al prójimo de sus
general, sino del testimonio presta- añade siempre también "hermano", de uno o de dos mandamientos y de derechos y de sus bienes; pero tam-
do ante un tribunal, como se deduce sin usar nunca el término "prójimo" cuál es eventualmente la formulación bién hay lagunas y deficiencias en
también del término técnico hebreo solo; el uso del término "prójimo" es más antigua, dado que los argumen- todas las legislaciones, escapatorias
('anah = deponer). Dt 5,20 prohibe probablemente un indicio de que el tos en favor de una y de otra tesis son jurídicas con las que podría hacerse
un testimonio "vano" (saw), mientras mandamiento tiene un origen pre- más bien frágiles, creemos más inte- pasar como legal una acción o un
que Éx 20,16 prohibe un testimonio deuteronómico. Sin embargo, tanto resante señalar que, de diferentes ma- deseo injusto. El último mandamien-
"falso" (seqer); pero el sentido es el en Éx como en Dt "prójimo" equivale neras, se prohibe atentar contra lo to, recogiendo y recalcando el sexto
mismo. Quizá se trate de un indicio muchas veces a "hermano de fe" en que pertenece al prójimo para ser fie- y el séptimo, explicita también la
de reelaboración del precepto. los contextos legislativos. Es obvio les a la libertad de que se habla en el prohibición de los proyectos interio-
prólogo. Estructuralmente el último res malvados; pero no es un simple
El término hebreo 'ed puede signi- que el decálogo es ante todo la regla mandamiento es una unidad dual duplicado, sino una profundización
ficar tanto "testigo" como "acusa- de vida de la comunidad israelita, (mujer-casa), de forma paralela al y una radicalización: nada puede per-
dor". Efectivamente, el testigo en los pero el término "prójimo" permite primero (dioses extranjeros-imáge- mitir jamás pisotear los derechos del
tribunales era el que podía y debía entenderla también como exigencia nes de dioses): el primer mandamien- prójimo, violar su matrimonio y pri-
afirmar que había "visto" al imputa- moral respecto a cualquier ser hu- to se refiere a las relaciones con Dios varlo de su propiedad. También en
do traspasar la ley; por eso mismo mano. liberador; el último concierne a la este caso el mandamiento se refiere
era también el acusador. La ley pre- libertad dada que hay que guardar y ante todo al "prójimo", entendido
veía la presencia de dos testigos por 15. " N o DESEARÁS LA CASA DE hacer valer en las relaciones con el como hermano de fe, y pretende por
lo menos (Dt 17,6; 19,15; Núm 35,30) TU PRÓJIMO". Dt 5,21: "No desearás prójimo. En sustancia este manda- tanto proteger a la comunidad del
para evitar que la acusación fuera a la mujer de tu prójimo ni ambicio- miento prohibe lo que también de- pueblo de Dios. Sin embargo, se trata
falsa o interesada. Pero ni siquiera narás sus cosas: casas, campo, sier- nunciaba el profeta Miqueas: "Codi- de una comunidad disponible para
esta regla evitaba que dos testigos se vo o sierva, buey o asno, ni nada cian campos y los roban, casas y se hacer de cualquier hombre un "pró-
pusieran de acuerdo en decir la men- de cuanto a tu prójimo pertenece" apoderan de ellas; hacen violencia al jimo".
tira (recuérdese el caso de Susana en (cfÉx 20,17). hombre y a su casa, al dueño y a su
Dan 13); por eso estaba previsto que La formulación es diferente en Éx propiedad" (Miq 2,2).
los testigos falsos sufrieran la pena y en Dt. Algunos ven en el texto de 16. REFLEXIÓN SOBRE EL SENTI-
que intentaban hacer recaer sobre un Dt dos preceptos: "No desearás a la Probablemente en el contexto de DO DEL DECÁLOGO. El decálogo es
inocente: "Si (los jueces), después de mujer de tu prójimo" - "No desearás la predicación social de los profetas una palabra de Dios libre y liberador,
una buena investigación, averiguan la casa...". La verdad es que los dos del siglo vm a.C. (Amos, Oseas, dirigida al hombre libre y responsa-
que el testigo había declarado en enunciados se expresan con dos ver- Isaías, Miqueas) es donde se formó ble. No es una norma legal, jurídica,
falso contra su hermano, harán con bos distintos (hamad y 'awah). La este doble mandamiento relativo a la que haya que entender de forma "ma-
él lo mismo que él pensaba hacer con "casa", en esta hipótesis, no implica- familia y a la propiedad. Pero ¿no es terialista", prescindiendo de la inten-
su hermano" (Dt 19,18-19). En Jer ría a las personas, sino solamente las una repetición del "no robarás" y del ción libre del hombre. No quiere ser
7,9 se recuerdan este y otros precep- propiedades inmobiliarias del próji- "no cometerás adulterio"? No puede
tos: "¡Cómo! ¡Robáis, matáis, come- mo; la expresión "casas, campo, sier- 22 ni es un código completo, exhausti-
Decálogo 424 425 Decálogo

vo, de reglas de comportamiento. la libertad de Dios que se abre y se da el único Yhwh: la falta de adecuación Lev 19,18 ("Amarás a tu prójimo
Pero entonces, ¿por qué tan pocos a la libertad del hombre. Solamente material de cada uno de los manda- como a ti mismo"): cf Mt 22,34-40;
mandamientos? ¿Cubren los diez en la adhesión libre a la autoentrega mientos tomados en sí mismos con la Me 12,28-31; Le 10,25-28. En el ser-
mandamientos todo el ámbito de la libre de Dios llega el hombre a com- libertad total del hombre queda su- món de la montaña Jesús explica su
existencia humana? prender el sentido o la verdad moral perada en el acto moral que, al obser- relación con el AT: "No penséis que
Los diez mandamientos se refieren instituida por Dios para él. Pero la var el mandamiento, realiza todo su he venido a derogar la ley y los pro-
solamente a unos cuantos actos "típi- "verdad moral", simbólicamente ex- valor simbólico de apertura y de re- fetas; no he venido a derogarla, sino
cos", que tienen un valor simbólico, presada en el decálogo, no tiene la ferencia al término absoluto, Yhwh, a perfeccionarla" (Mt 5,17). Las seis
es decir, de revelar —y esto no sería evidencia ni de las ideas claras y dis- como término adecuado de la volun- antítesis ("Sabéis que se dijo a los
posible sin la referencia a unos actos tintas ni de los conceptos teóricos, tad moral libre del hombre. antiguos... Pero yo os digo...": Mt
ejemplares— el sentido y el valor de sino la evidencia de la revelación di- 5,21-48) no deben entenderse como
las disposiciones libres del hombre vina mediante la palabra. Por consi- III. NUEVO TESTAMENTO. contraposiciones entre el AT y el NT,
en sus relaciones con Dios y con el guiente, resulta significativo que el En un artículo publicado en 1982 en sino entre las interpretaciones rabí-
prójimo. Su misma formulación ne- decálogo no sea llamado "ley", en Bíblica, la prestigiosa revista del Pon- nicas y la interpretación de Jesús res-
gativa sugiere que no pretenden pre- cuanto que no representa una simple tificio Instituto Bíblico de Roma, el pecto a los mandamientos.
sentarse como "principios" de donde serie de normas materiales singula- teólogo moralista H. Wattiaux escri-
sea posible deducir cada una de las res, sino "palabra" de revelación, que bía: "Si es necesario, efectivamente, 2. EN SAN PABLO. En Rom 13,9-
normas particulares sobre cada acto encuentra su pleno cumplimiento en conocer el AT para comprender el
la palabra encarnada, Jesucristo. 10 leemos: "Porque: No cometerás
en particular, sino más bien como acontecimiento Cristo, este conoci- adulterio, no matarás, no robarás,
evidencias morales simbólicas que En cuanto que es palabra de reve- miento no es indispensable para la no codiciarás, y cualquier otro man-
delimitan un área de significados y lación, el decálogo es asumido y pro- existencia cristiana. Para los cristia- damiento, todo se reduce a esto: Ama-
de valores, dentro de los cuales es puesto de nuevo por Jesús (cf Mt 5; nos, vivir como hijos de Dios en el rás a tu prójimo como a ti mismo. El
posible solamente encontrar la nor- 19,1-9.16-26; etc.). El "Dios que te tiempo presente no implica de suyo que ama no hace mal al prójimo; así
ma material concreta y singular. En sacó de Egipto" es el Padre de Jesu- el recurso al AT; la conducta y la que la plenitud de la ley es el amor".
otras palabras, el decálogo no se pre- cristo, que libera mediante el Hijo y palabra de Jesús les bastan como cri- Los contenidos son los mandamien-
senta como evidencia racional o teó- que con él le da al hombre las diez terios morales últimos". Cualquier tos del AT, pero la novedad parece
rica; no se dirige solamente a la inte- palabras de la revelación, a través de lector avispado puede descubrir aquí ser el hecho de que todo tiene que
ligencia moral, sino que es más bien las cuales abre a la libertad humana una contradicción: para conocer el reducirse al amor del prójimo. Pero
una llamada a la libertad (conoci- el espacio de su misma libertad amo- acontecimiento Cristo es necesario el en Lev 19,15-18, después de una serie
miento-voluntad) humana bajo la for- rosa. Sólo se comprende la verdad de AT; pero para conocer la conducta y de preceptos como: "No haréis injus-
ma de una evidencia simbólica, que Dios cuando uno observa los man- la palabra de Jesús no es necesario el ticias en los juicios", "No andarás
no se manifiesta al hombre más que damientos: "Sabemos que le conoce- AT (!). En posiciones como ésta se difamando a los tuyos", "No guarda-
cuando éste se adhiere a él o consien- mos en que guardamos sus manda- apoya el prejuicio tan difundido de rás odio a tu hermano", se termina
te libremente en él. mientos" (Un 2,3). que la moral (¿y por eso mismo los así: "Amarás a tu prójimo como a ti
Puesto que se trata del mandamien- El mandamiento principal es for- mandamientos?) del AT ha quedado mismo".
to de Dios, la adhesión al mismo es mulado de este modo por el Dt 6,4- "superada" por la moral del NT. Se
trata de un "prejuicio", si se pretende Jesucristo no ha venido a propo-
expresión y ejercicio de la fe teologal. 5: "Escucha, Israel: El Señor, nuestro nernos un código moral distinto del
No es una casualidad, ni se debe so- Dios, es el único Señor. Ama al Se- decir que el NT contiene normas éti-
cas de un contenido más elevado. La código del AT. Tampoco el decálogo
lamente al deseo extrínseco de confe- ñor, tu Dios, con todo tu corazón, es un "mandato", sino una "invita-
rirle autoridad, el hecho de que el con toda tu alma y con todas tus "novedad" de Jesús no está en conte-
nidos éticos nuevos. ción" a vivir la alianza con Dios en la
decálogo sea colocado en el contexto fuerzas". No se trata de un manda- conducta real de la vida. Y el sermón
de la teofanía del Sinaí, esto es, de la miento al lado de los demás, sino de de la montaña no es tampoco un "có-
revelación de Dios. En el decálogo la "palabra" que incluye todas las 1. EN LOS EVANGELIOS. Al joven digo de preceptos", sino una exhor-
no se revelan solamente unas "verda- "diez palabras" y abre, por tanto, el rico le dice Jesús: "Si quieres entrar tación y una invitación a vivir de for-
des" o una "doctrina", sino la misma espacio —designado precisamente en la vida, guarda los mandamien- ma no egoísta, a vivir como Jesús. La
entrega de Dios al hombre. Y enton- como el ámbito de la entrega libre e tos" (Mt 19,16-22; Me 10,17-22; Le novedad traída por Jesús es el don
ces las diez palabras no son diez con- incondicionada a Dios— al que re- 18,18-23). Me añade: "No estafarás" del Espíritu Santo, que nos libera de
ceptos fundamentales, sino "pala- miten todas las diez palabras. El tér- (Me 10,19), sacado de Dt24,14. Tam- nuestro egoísmo y nos capacita para
bras" de revelación libre de Dios al mino último de la voluntad moral bién en la pregunta sobre cuál es el amar a Dios y al prójimo como lo
hombre. Son palabras dirigidas a la del hombre —urgida y movida por hizo Jesús [/ Bienaventuranza/ Bien-
libertad humana; son la "verdad" de cada uno de los mandamientos— es 23 primer mandamiento, Jesús cita a Dt
6,5 ("Amarás al Señor, tu Dios") y a aventuranzas].
PRESUPOSICIONES E INTENCIONES DE LA CRÍTICA SOCIAL DE LOS PROFETAS

WANKE, C.H., «Presuposiciones e intenciones de la crítica social de los profetas», en AA.VV.,


Misión profética de la Iglesia, Tierra Nueva –CUPSA, México 1981, 127-143 [cf. SelT 49 (1974)
29-41]

Con el fin de esclarecer el enfoque desde el punto de vista social, dos preguntas pueden
introducirnos en el tema, ¿Fue intención de los profetas, la elaboración de una doctrina social-
religiosa, con toda carga de abstracciones que esto supone? ¿Fueron los profetas, de hecho
revolucionarios o tan sólo reformadores?

I. LA IMPUGNACIÓN DE LAS ESTRUCTURAS

1. Descripción general

Las personas o grupos de personas a quienes los profetas dirigen sus críticas están
perfectamente tipificados.
• Amos habla contra la clase dominante de Samaría (3,9-10;4,1-3;6,1-8)
• Isaías contra la clase dominante de Judá (1,10-17; 1,21-28...)
• Jeremías contra la clase dominante (5,26-29; 6,13-15; 34,8-22)
• Ezequiel contra la clase dirigente, aquellos que él llama “los pastores”, que identifica con el
rey y la clase económicamente dominante (cap. 34).
En rarísimas ocasiones y más que nada de manera retórica, la crítica profética se dirige contra
el pueblo.

2. La explotación económica

Concretamente, la polémica crítica y la acción profética son dirigidas contra la acumulación


del capital en pocas manos en la forma de propiedad inmobiliaria (Is 1,29-31; 5,8-10). Las clases
dominantes se comportaban con una dureza sin escrúpulos , empleando, sin ningún límite todos
los recursos del poder. Las víctimas de este proceder eran los pobres y estaban sometidas al
destino de la clase dominante.

3. El aparato jurídico-legal

Donde la crítica se torna más aguda y radical es en el ataque que se hace a la utilización del
derecho por parte de los poderosos, sirviéndose de la ley para practicar sus abusos. Los jueces y
los servidores se encuentran de tal manera vendidos que absuelven al culpable y condenan al
inocente (Amós 5,12; Isaías 1,23; 5,23; Jeremías 5,27-28). Este tema del derecho como aparato
represivo al servicio de las clases dominantes, culmina en la aguda crítica de Isaías. El profeta
ataca a aquellos que promulgan nuevas leyes y normas con el fin de tornar inválidas las antiguas
y dejar a los pobres sin ninguna protección. La gran mayoría de la población, en virtud de esos
mecanismos legales terminaba en una completa dependencia política, económica y religiosa (Is
5,8-10).

4. El aparato político e ideológico

También hacen los profetas una crítica severa al aparato político y religioso. Oseas y
Jeremías son buenas exponentes del tema. Oseas 13,9-12 y Jeremías 7, 1-15, en su célebre
sermón del templo critica al culto. El ritualismo se hace responsable de los males sociales cuando
da cobertura ideológica y los justifica. El juicio de Dios condena no sólo la conducta particular de
los hombres sino también a la institución del templo y del culto como estructura objetiva que
ampara esa coducta.

24
II. LA FORMACIÓN SOCIAL DE ISRAEL EN EL PERÍODO PROFÉTICO

1. La primitiva formación social


El punto de partida del desarrollo socio-económico de Israel debe ser ubicado en las
diversas circunstancias y hechos que rodean la ocupación de Canaán. De lo pastoril se pasa a lo
agrícola; en este proceso surge un aparato jurídico condicionado por las relaciones sociales
propias de la una comunidad de familias y que trataba de reglamentar la propiedad y el uso de la
tierra en beneficio de las mismas. El orden económico tenía una justificación religiosa-
ideológica, ya que existía la creencia de que Dios era el verdadero propietario y había donado la
tierra a los Israelitas; de ahí que cada israelita libre le sería concedida una fracción de la tierra de
Dios, con la cual debería asegurarse el sustento y su vida, sin llegar a la necesidad de depender de
alguien o venderse a otros.

2. El nacimiento de un nuevo tipo de relaciones económico-sociales


La formación social que se acaba de mencionar, pronto cambia sobre todo influenciada
por circunstancias externas, principalmente cananeas. Hay una nueva forma de concebir el
derecho sobre la tierra como adquisición mercantil, permitiendo la acumulación de grandes
propiedades en las manos de unos pocos, lo que se convertía en acumulación en las manos de los
nobles y personas ricas de las ciudades.

3. El papel del estado en la creación de los aparatos de domino y en la acumulación de


capital
En un principio el Estado de Israel se basaba en un orden económico de pequeños
campesinos, pero esta estructura ya no se adecuaba a la creación de un Estado fuerte tal como lo
concebía David. Las ambiciones territoriales del nuevo Estado exigían de una organización
militar y administrativa con todas sus consecuencias. El Estado estaba necesitado de fondos para
pagar la naciente burocracia por eso adquiría o expropiaba territorios que pertenecían a las
primitivas tribus ocupantes.

4. La práctica del poder en las clases dominantes


David y sus sucesores, al conquistar las ciudades cananeas, no invalidaron su sistema
socio-económico ni sus mecanismos de poder sino que fueron asimilándoselo a través de los
funcionarios cananeos que emplearon, primero en Jerusalén y luego en las ciudades de Samaría.
Lo característico de esos mecanismos de poder era el hecho de que se podía incrementar la
riqueza con la adquisición de nuevas tierras. La capacidad adquisitiva acumulada en estos
negocios proporcionaba la oportunidad de formar grandes latifundios. El pueblo se empobrecía
cada vez más en las ciudades, sobre todo en Jerusalén y en las principales ciudades de Samaría.

5. La imagen social de los profetas


La crítica profética aparecía en el momento histórico preciso. Los profetas se dirigen a
personas particulares y atacan la conducta antisocial, pero antes que nada dirigen su mensaje
contra las estructuras socio-económicas y contra los representantes de una determinada clase que
actúa como sustentadores de las mismas.

En toda crítica profética se exige de la sociedad que manifieste la voluntad de Dios


basando su acción en la «mishpat» (derecho) de Dios, expresándose en el establecimiento de
relaciones sociales justas «tsedaqá» (justicia). Derecho y justicia son pues, los principios que
guían el ataque y la crítica a la sociedad establecida.

La misión de los profetas es anunciar el juicio de Dios, y su crítica social pretendería


solamente aclarar el por qué de este juicio destructor. Sin embargo, también la palabra de los
profetas lleva consigo muchos consejos y advertencias, con ello pretendían la realización de
cambios sociales concretos.

25
LA ETICA PROFETICA. FRENTE A LA POBREZA DESDE LA JUSTICIA
G. Ruiz*

Si algo caracteriza radicalmente a los profetas causa directa que aparece es la explotación sis-
es su etizicación (sit venia verbo) de la religión. temática de los pobres por los poderosos.
Max Weber escribió que lo que de verdad diferen-
ciaba la concepción de Occidente de la de Oriente Históricamente en Israel no comienza a haber
era la influencia recibida de los profetas de Israel, pobres hasta que no hay ricos. Estos surgen con
para los cuales la religión era fundamentalmente la monarquía. Desaparecida la estructura inter-
comportamiento ético. tribal de la época de los jueces o de las autono-
mías con la llegada de la monarquía, se producirá
Esa ética tiene en la expresión del profeta un un crecimiento de los bienes de la Corona. Lo
carácter crítico amonestador, en defensa de los conquistado por los reyes ya no es una tierra pro-
pobres. Estos y las cualidades de esa crítica mar- piedad de Dios, autor de la conquista inicial, y,
carán los apartados de este estudio1. por tanto, ha dejado de tener el carácter de in-
transferible para pasar a ser algo negociable y
aumentable. A este latifundismo creciente se aña-
1. ¿QUIENES SON LOS POBRES QUE LOS PROFE- dirá el aumento de industriales, oficiales y gente
TAS DEFIENDEN? de la corte que tienen que vivir de impuestos
también crecientes11.
a) Su existencia

Los pobres de solemnidad abundaban en el Is- c) Tipos de pobres: ¿pobreza espiritual?12


rael de los profetas. Aparte de las breves alusio-
nes a datos concretos de la miseria existente en La defensa de los profetas se extiende a todos
textos de la ley (si hay que devolverle el manto los casos de marginación, desamparo o indefen-
antes del anochecer, es porque –como en algunos sión. Al pobre le falta el apoyo del dinero, pero a
países hispanoamericanos hoy– no tienen más las viudas el del marido, a los huérfanos el del
que un poncho que hace de manto y manta; si padre y al emigrante el de los amigos13.
hay que dejarles respigar en tierra ajena, es por-
que no tienen ni un pañuelo de tierra propia que La opresión injusta explica que ya desde Amós
sembrar; si hay que dejarlos libres, el año sabáti- vaya produciéndose una identificación entre «po-
co o jubilar, es porque la acumulación de deudas bre» y «justo»14. Son los pobres los que tienen la
les ha obligado a hacerse esclavos del poderoso razón en este pleito a escala universal. Aparte de
que les prestó el dinero)2, o de la miseria implícita esto, la reivindicación de sus derechos entra en el
en las amenazas proféticas a los ricos y respon- culto pidiéndole a Dios que muestre su justicia, y
sables (no tienen la más mínima posibilidad de paralelamente se amplían esas aflicciones, que no
contrapesar un soborno de un par de zapatos; se serán ya exclusivamente las derivadas de la po-
han quedado sin un solo campo; no reciben ni el breza material, sino de enfermedades, persecu-
propio salario de albañil)3, son especialmente ins- ciones, murmuraciones, adversidades, y en todos
tructivos textos más concentrados y extensos co- los casos se seguirá hablando de pobre (eso sí,
mo Dt 15,1-11 y sobre todo Job 24,1-24,en que 'anaw; no 'ebión o dal, más restringidos a la po-
se describe con detalle la situación del campesi- breza material) y el enemigo es el malvado-
nado pobre, que no debía de haber variado mu- opresor (rasa')15.
cho de la del tiempo profético.
Sin embargo, aún en el tiempo posterior segui-
rán emparejándose 'anî y 'anaw con términos de
b) Sus causas pobreza real16, y da la impresión de que esos po-
bres confiados en Yahvé pertenecen a una capa
Sólo en el libro de los Proverbios (colección de social baja determinada17.
refranes, fruto principalmente de la sabiduría pa-
laciega, destinados a modelar el comportamiento Finalmente, nunca se podrá decir que los pro-
del joven de clase alta) se achaca la pobreza a la fetas ven en la pobreza material un bien. Es algo
pereza, a la indiscipllna4. Y aún aquí se habla que está en contra del proyecto positivo de Dios18.
también de pobres sin culpas5, odiados por los ri- La meta de los esenios era el ideal de pobreza es-
cos6 y explotados por ellos7. catológica. La de los profetas fue la abundancia
de los bienes mesiánicos19. Si los pobres van a
En el resto de la Biblia (no sólo en los profe- ocupar un puesto de honor en los tiempos mesiá-
tas8, sino también en la Ley9 y en los Salmos10 ) la nicos es porque van a recibir la buena noticia de
su liberación definitiva20.

26
2 LA ETICA POFETICA. RUIZ

2. LA CRITICA PROFETICA 5. El préstamo abusivo. Israel no debió de ser


una excepción de las condiciones del Antiguo
Me fijaré primero en los contenidos de su críti- Oriente, en donde llegaban hasta el 80 por 100
ca (n. 1 al 7) señalando después algunas caracte- muchos préstamos. En las acusaciones proféticas
rísticas de ésta (n. 8 al 11). menudea el caso límite que quita al deudor hasta
el manto que le sirve de lecho y manta27.
1. El lujo de las clases altas subleva a Amós,
el primero de los profetas clásicos, porque es fru- 6. Los tribunales injustos. Ninguna salvación
to de la opresión (el vino que beben es fruto de le queda al pobre si a la fuerza de los hechos no
multas -2, 8-, y lo que amontonan en sus pala- puede oponer la fuerza del derecho. Los jueces,
cios es fruto de robos y saqueos -3,1-), lo realizan sobornados por los que tienen con qué, no sólo
con un olvido total de los que nada tienen (ban- no atienden al pobre, sino que lo detestan y lle-
quetean y se ungen con los mejores perfumes, nan de miedo. Lo mejor, para el que se ha dado
cuando debían entristecerse por la ruina del pue- cuenta, es callar28.
blo: 6,46) y no sirven más que para una ostenta-
ción y jactancia, privadas totalmente de razón21. 7. El culto enmascarador. Falla el último car-
tucho. Podría esperarse que el encuentro con su
Isaías describirá con detalle (como aristócrata Dios en el culto provocara en los injustos opreso-
que era, conocía bien el paño) los infinitos tipos res una conversión que no habían logrado impo-
de adornos de las mujeres (3,16-24). No es un ner desde fuera unos tribunales amañados. Pero
misógino ataque a los adornos de las mujeres en amañan también el culto. Se hartan de rezar (eso
general que tenga a la vista primordialmente su quiere indicar el amontonamiento intencional de
orientación lasciva. En el verso anterior ha arre- prácticas piadosas en Am 4,4-5) invirtiendo y
metido contra el lujo en la misma línea de Amós: convirtiendo el culto en un hobby, pues están ha-
«lo robado al pobre se halla en vuestras casa». ciendo lo que les gusta a ellos (Am 4,5), no lo que
También para Jr 22,15 los artesanados y amplios le gusta a Dios (Am 5,4.14), finalidad de todo cul-
ventanales del palacio real se han logrado a base to o servicio divino. De tal modo lo han perverti-
de no pagar su salario a los albañiles22. do, que no sólo van al templo con el cuerpo lleno
de injusticias cometidas, sino que las siguen ha-
2. La explotación y opresión, ya indicadas con ciendo en él, y «beben vino de multados en el
motivo del lujo, recorren los libros proféticos con templo de su Dios» (Am 2,8). Se tranquilizan pen-
unas expresiones sangrantes que a más de uno sando que han construido un templo a su Dios29
podrían parecer demagógicas (aplastan la cabeza y que dicen en él «Domlnus vobiscum»30, pero sólo
de los pobres contra el suelo», «sangran a mi pue- estará el Señor con ellos si obran el bien, como
blo», «les arrancáis la piel y la carne de sus hue- hicieron al principio en el desierto, pues es justi-
sos»)23. Hace tiempo así lo decía Renan: «No fue cia lo que Dios quiere antes y a la vez que (no ne-
en Roma donde aparecieron los primeros tribunos cesariamente en vez de) el culto31 .
de la plebe ni en Europa el primer periodista in-
transigente, sino en Israel, ocho siglos antes de Las interesantes observaciones de J. P. Mi-
Cristo, con Amós de Tecoa». randa32 van demasiado lejos cuando suponen que
los profetas no admiten el culto «hasta que» se
3. El latifundismo, posibilitado -como ya diji- haya eliminado «totalmente» la injusticia y que
mos- con la monarquía que conquista nuevas tie- cualquier otra posición sería peligrosamente
rras24 y las reparte a funcionarios, además de po- «tambienista». Eso es olvidar que los profetas ad-
sibilitar el negociar con ellas, va creando en algu- miten una tensión entre utopía y realidad, que
nos un deseo de seguir coleccionando campos («se ellos participan también del culto (Isaías recibe
acuestan pensando qué nuevos campos podrán en el templo su vocación; los «rib» proféticos de Jr
adquirir, y lo malo es que a la mañana lo logran», 2,2-37; Miq 6, 1-8, etc., tienen bastante proba-
van juntando casa a casa y campo a campo, pero blemente un marco cultual33; Am 4,4-12 supone
se va a acabar el terreno, y os quedaréis solos en una renovación de la alianza34 y toda la predica-
todo el país»)25 hasta convertir la nación en un ción del profeta se desarrolla en la romería de Be-
pueblo de peones sin un cuadro propio donde po- tel; se les reconoce una capacidad y oficio de in-
ner el pie. tercesores)35 , y que Mt 23,23 («convenía hacer es-
tas cosas sin olvidar lo otro» –que corona las ma-
4. El comercio fraudulento, que comenzará a yores diatribas de Jesús contra el culto–) conver-
realizarse en gran escala desde que, con Salo- tiría a Jesús en el primer «tambienista» de la
món, se empiecen a construir grandes graneros dogmática cristiana. Otra conclusión, bien distin-
que harán posible seguir negociando con ese ta, es que los profetas y Jesús (que también pre-
grano tras años prolongados de sequía, y que sus dica en los aledaños del templo y no se pierde
propietarios se pasen el sábado deseando que una Pascua) aprovechen ese culto para pedir y
acabe pronto el día del Señor para abrir otra vez exigir la justicia. Pero si ha acudido la gente al
un almacén en el que manejan balanzas trasto- toque de campanas, allí se podrá y deberá predi-
cadas y pesas falsas26. car la justicia36.

27
LA ETICA POFETICA. RUIZ 3

8. No es indiscriminada la crítica profética. Só- 3. LOS MOTIVOS ULTIMOS DE SU CRITICA: DIOS Y


lo alguna que otra vez, y de un modo general que SU JUSTICIA
no permite conclusiones37, se enfrentan con la in-
justicia de todo el pueblo. Los atacados son los a) No es la extracción social (una especie de
responsables, a comenzar por el rey, que aparece resquemor innato, proveniente de su bajo origen,
con frecuencia junto con los otros estamentos frente a los ricos del país) una posible explica-
opresores (príncipes, sacerdotes, notables y terra- ción. La crítica social no se da solamente en
tenientes)38 . Doblegan la justicia aquellos más Amós y Miqueas, sin patronímico alguno, con el
llamados a velar por ella, como es el caso extremo solo nombre de su lugar como apellido, pastor el
del rey39. Por eso ataca especialmente Jr 22,1 5ss unos51 y posible privado de tierras el otro. Tam-
al rey Joaquín y por eso cae David más fácilmente bién en el sacerdote Ezequiel, en el hijo de sacer-
en la trampa que le tiende Natán en 2 Sm 12: dotes, Jeremías, y en el aristócrata sobrino del
¿Dónde está ese hombre tan injusto, pues tengo rey, Isaías.
que velar porque en mi reino no se dé tal injusti-
cia? b) Tampoco la nostalgia nómada y el antipro-
greso que hubiera hecho de ellos unos retrógra-
9. Las actitudes de confianza total, amor y ser- dos, partidarios del ideal nómada (como parece
vicio-culto a la riqueza y al poder están en la base reflejar Jr 35 en su alabanza de los rekabitas) y
de las acciones injustas condenadas por los pro- enemigos del progreso comercial expansivo que
fetas; constituyen una idolatría de total entrega a trajo la monarquía. El que añoren valores perdi-
lo que no es absoluto, que sólo en el II Isaías ad- dos de propiedad justa y bien repartida de la tie-
quirirá la imagen de ídolos concretos40. rra de Yahvé no significa que fueran retrógrados
ni restauradores impenitentes, sino todo lo más
10. El castigo que estas injusticias van a tener revolucionarios que desean la vuelta completa de
será su justa consecuencia. En el pecado va la la rueda, que es otra forma de revolución52. «A tus
penitencia. Los conceptos radicales del Antiguo tiendas, Israel!» no era necesariamente un grito
Testamento responden a una «concepción sintéti- de repliegue, sino la vuelta al origen primigenio
ca de la existencia»41 y designan a la vez el hecho que había dado sentido y fuerza al pueblo, bajo el
y sus consecuencias: ra' es la acción mala y la ca- único mando aceptado del Dios de las justicias.
lamidad; 'awon, pesa' y hata'at designan el peca-
do y sus fatales consecuencias; hamas la violen- c) El verdadero motivo es la experiencia de
cia y la destrucción; rasa' el despiadado en su Dios que viven, como un Dios de justicia, de dere-
conducta y desgraciado en su vida. cho y de amor leal53.

Esa es la línea que subrayan los profetas en 1. La justicia (sedaqah) tiene, originalmente,
sus acusaciones: los constructores de grandes un sentido de precisión, exactitud («justeza»)
apartamentos los verán vacíos42 . Los palacios que propia, por ejemplo, de una balanza54 y consi-
amontonaban el fruto de saqueos serán saquea- guientemente también responde a una concep-
dos43. Los que construyeron casas de dos pisos ción, común con otros pueblos del Antiguo Orien-
verán cómo se desploma el uno sobre el otro44. te, de la justicia como un orden interior al mundo
Los que se ungían con el primero de los perfumes y a la creación55 . Pero en Israel recibirá esta con-
irán los primeros al desierto45. A las obesas first- cepción una fuerte reorientación cuando experi-
ladies del reino, que oprimen a los pobres cuando menten las justicias de Dios56, el poder salvador
piden a sus maridos más de beber, las cogerán de un Dios que libera y funda un orden nuevo.
con garfios por el trasero46. Los que proyectaron
quedarse con más campos verán cómo el Señor En ese orden nuevo Dios no se comporta como
proyecta que se queden sin ninguno47. Los nobles un juez moderno que sigue equitativamente un
que banqueteaban y bebían, morirán de hambre y código, sino como Rey soberano que quiere ver
de sed48. Al rey que se preocupó de la justicia le universalmente vigente su propio modo de obrar,
fue bien; al que no trató al pueblo como rey, tam- hecho de bondad, justicia y fidelidad.
poco le tratará el pueblo como tal49. «Contra ti
mismo pecas. De expoliador pasarás a expoliado. Justicia y fidelidad –verdad– son la base de su
Es todavía visión a largo plazo, pero se cumplirá trono. Bondad y justicia son tan intercambiables
sin remedio», exclama Habacuc (2,10.8.3) en per- que el autor del Sal 143,11-12 pide que su justi-
fecto resumen. cia libere y que su bondad destruya a los enemi-
gos. La justicia, como orden querido por Dios, no
11. El propio ejemplo es para el profeta, una se manifiesta solamente en la salvación del opri-
vez más, capital. Mensajero de una palabra sin mido, sino en el juicio del injusto, pues ese orden
firma legible tiene que esforzarse por mostrar la lleva consigo que perezca el malvado que se ha
coherencia de su vida con su crítica. Amós le ase- colocado fuera del orden salvador.
gura a Amasías que nada gana con su profetizar;
Jeremías a Dios que nunca entró en el juego de La justicia no es una norma Jurídica, sino al-
los préstamos; Samuel a todo el pueblo que nun- go vital (se trata de la vida de los israelitas entre
ca robó ni oprimió a nadie, ni de nadie aceptó so- ellos y con Dios) y relacional (la fidelidad comuni-
borno50. taria, derivada de la Alianza: la fidelidad de Dios

28
4 LA ETICA POFETICA. RUIZ

en ella funda la que debe guardar el hombre con monografía sobre el tema, K. D. Sakenfeld matiza
Dios y con los demás hombres) que constituye un esa reciprocidad de obligaciones, aunque eso no
espacio casi físico en el que se entra («entrar en la signifique la pura gratuidad. Dios actúa por
justicia»: Sal 69,28); entras en un reino en el que hesed desde su posición de poder en orden a libe-
vives y obras según él; no está la justicia en ti, rar y perdonar, pero lo hace con una cierta res-
sino tú en la justicia. ponsabilidad dado el compromiso de la alianza66.

«Actuar justamente no es actuar de acuerdo 4. El actuar de Dios se convierte en arquetipo


con normas que le fuerzan al hombre desde fue- del actuar del hombre. El rey debe actuar con la
ra. El hombre bueno actúa con justicia porque justicia con que actúa Dios, salvando a los pobres
actúa enteramente de acuerdo con la naturaleza y aplastando al opresor, dice el Sal 72. La socie-
de su ánimo. Pero esa alma existe solamente co- dad se basa, lo mismo que el trono de Dios, en
mo un lazo en una alianza. Mantiene su natura- derecho y en Justicia67. El resquebrajamiento de
leza manteniendo la alianza. Dios es justo y fiel ese orden interrelacional, querido por Dios, dama
porque tiene poder y fuerza para mantenerla»57. al cielo. No sólo clamaron al Señor los israelitas
esclavos en Egipto68 . La ciudad sede de injusticia
Esa fuerza explica la dinámica Implícita en dama entera desde sus mismas piedras (ese es el
tantas frases proféticas sobre la justicia que la clamor de las piedras del día de Ramos, a que Je-
muestran muy distante de la fría balanza equili- sús alude en Lc 19,40 en una Jerusalén que no
brada (Que brote como agua el derecho y fluya la ha conocido la justicia, único camino que lleva a
justicia como río incontenible»: Am 5,24). Por otra la paz69, ni aceptado el Reino de Buena Noticia
parte, su carácter relacional explica que no se para los pobres que acaban de aclamar los dis-
11mite a conducirse conforme a una ley. Jacob cípulos) como claman las piedras y vigas de la ca-
aduce prestaciones más allá d lo obligatorio rara sa construida con sangre en Hab 2,11-12 o el pa-
demostrar a Labán que ha sido justo con él58. lacio construido por Joaquín sin pagar el salario
a los albañiles en Jr 22, l5ss. («el jornal no paga-
2. El derecho (mispat) se distingue de la justi- do a los braceros está clamando, y los gritos de
cia59 aunque termine identificándose con ella en los segadores han llegado a los oídos del Señor»:
hendíadis sin cuento. Safat (juzgar) es actuar pa- Sant 5,4-5). Las contraposiciones, en aliteración,
ra mantener la alianza y el mispat (derecho) es de Is 5,7 son de antología: «El Señor esperaba de
toda manifestación de ese juzgar, de modo que vosotros mispat y ahí tenéis: mlspah (asesinatos);
cada uno tiene su mispat, proveniente de su con- esperaba sedaqah y ahí tenéis: se'aqah (clamor).
dición en cuanto miembro de la alianza60 . Como
sucederá desde un principio que los poderosos A ese clamor de derecho lesionado, que exige
son injustos, rompen la ley de la alianza, no cum- ser satisfecho y reparado, responde Dios apasio-
plen su mispat de salvar al necesitado, el derecho nadamente con justicia, derecho y amor leal, exi-
de éste sigue clamando por esa salvación y libe- giendo ese ejercicio a los otros miembros de la
ración61 y Dios se convertirá en su sofet. alianza. El amor de Dios al hombre funda el amor
de los hombres entre sí. La alianza tiene la doble
3. El amor leal (hesed): dadas las tremendas dimensión vertical (Dios-pueblo) y horizontal (los
injusticias existentes, la conculcación del derecho miembros de esa alianza)70. También en los pac-
de los pobres, justicia y derecho llegan a signifi- tos hititas el soberano debía velar por la paz de
car, habitual y casi exclusivamente, la acción li- los pueblos vasallos entre sí.
beradora en favor del perjudicado. Esto explica
que «Justicia» terminase significando peligrosa- La respuesta que quiere el Dios de la Alianza
mente limosna62. Y explica también la continua no puede ser el mero culto vertical sin la práctica
unión en la predicación profética de mispat y se- horizontal. En la definición de justo que da Eze-
daqah con hesed63, una palabra que no es fácil quiel 18,5-9 cinco sextas partes lo constituyen
traducir con otra equivalente en castellano. elementos de justicia interhumana. Nadie puede
conocer a Dios de otro modo a como El quiere ser
Ni piedad (que ha pasado casi al ámbito estric- conocido: con la práctica del derecho, la justicia y
tamente cúltico), ni amor o compasión64 (que son el amor leal. «Conocerme –dice Dios– es hacer jus-
demasiado unilaterales y sugieren la pura acción ticia al que la está necesitando», dice Jr 22,1771;
libre y de supererogación). Se trata de un «amor Os 6,6 coloca el conocimiento de Dios en paralelo
leal». Está hecha libremente y con amor, pero es sinonímico con la hesed. Es sabido que el verbo
fruto de unas relaciones adquiridas en virtud del hebreo para conocer (yada') implica el conoci-
contrato de la alianza, que obligan a Dios a ac- miento total sexual. Si lo usa Oseas con insisten-
tuar amorosamente con su pueblo y a los fuertes cia (en 2,21 vuelven a aparecer todas las palabras
con los débiles. En su monografía de 1927, Nel- del campo semántico de justicia en contexto del
son Glueck ve la hesed como una relación mutua desposamiento de Dios con Israel) es porque co-
de derechos y deberes entre las partes en el con- nocer a Dios de verdad, es 'penetrarse' de El72,
texto de la alianza. (El mejor ejemplo lo ofrecería identificarse plenamente con Su modo de ser.
el matrimonio donde la promesa contractual es- Conocer, «enterarse» es «integrarse»73 .
tablece un derecho y obligación mutuos que no
tienen por qué ahogar el amor65) En una nueva

29
LA ETICA POFETICA. RUIZ 5

5. La identificación con Dios y sus proyectos catológico de los tiempos, bajo el horizonte esca-
(su Voluntad, su Palabra) es en el profeta tan in- tológico del ser y de su motivación, y solamente
tensa que constituye su nuevo mundo de senti- puede ser considerado aún como parábola80.
mientos, su nuevo horizonte para entender y ac-
tuar. Es la «alterité» de que habla A. Neher74, la 3. Las críticas se concentran, sobre todo, en el
experiencia de que Otro más fuerte y justo que el uso del Exodo, el cual es mostrado «como particu-
propio profeta conforma su vida y habla en él y larmente ejemplar para el pueblo cristiano, a pe-
por él. A. Heschel lo describe como el «pathos de sar de ser un tiempo en que fueron rebeldes y ca-
Dios» que sacude al profeta y hace vibrar su vida yeron en serios defectos como el becerro de oro o
y sus palabras con esos mismos sentimientos de la sexualidad»81, olvidando, además, que «el Exo-
Dios75. do es una metáfora demasiado compleja y rica-
mente comentada en la tradición del Antiguo Tes-
Así se explica que las expresiones proféticas tamento (y más aún del Nuevo Testamento) para
lleguen al paroxismo ante lo que cualquiera no que pueda reducirse al paso de las circunstancias
invadido de esa vivencia pensaría que no era para opresoras a la libertad»82.
tanto. El más pequeño fraude en la balanza de un
pequeño comerciante le saca al profeta de sus ca- 4. Pero la crítica se extiende también al uso de
sillas, porque esa acción es una infracción del or- los libros proféticos, que no tiene en cuenta la di-
den que Dios quiere, una perversión de esa espe- versidad de ámbitos ni la diversidad de esperan-
cie de ecosistema que constituye la justicia, como zas. El profeta actúa en Israel, un pueblo en sen-
un estado interrelacional cuyo progresivo deterio- tido teológico y étnico. Pero la Iglesia no es así. Y
ro ocasionará la ruina desde dentro. en cuanto a la esperanza veterotestamentaria,
dado que «se halla referida a un reino de paz fu-
turo y no otra cosa, tiene que disolverse como al-
4. ¿ENCIERRAN LOS LIBROS PROFETICOS UNA go provisional en beneficio de un reino de Dios
INSTANCIA MORAL? que se sitúa en la dirección que penetra la histo-
ria, ocultamente presente en ella y ya centellean-
a) Las frecuentes objeciones te»83. «Los profetas buscan una salvación y libera-
ción realizada aquí en la tierra. En su actuación
1. J. Coppens ha insistido (y es un ejemplo en- no ha aparecido aún hasta la apocalíptica judía
tre muchos, pero relevante por lo breve y preciso ningún tipo de escatología auténtica, que pone fin
de su artículo)76 en la poca importancia que da al cosmos y a la historia y que se pueda entender
Pablo a la Escritura en orden al comportamiento como trascendente»84.
moral. Hace poco caso de los Evangelios en lo que
tienen de logia y hechos del Jesús histórico (por
eso no habla de imitación ni seguimiento) y se fija b) Intentando responder
casi exclusivamente en los sentimientos y actitu-
des del Jesús del kerygma, no existiendo para el El Antiguo Testamento
cristiano más ley que la de Cristo y la del Espíri-
tu, las cuales coinciden y no provienen de fuera, 1. Si no queremos caer en la arbitraria disec-
sino de dentro77 . ción protestante dentro del Canon, de escritos
prematuramente católicos, hay que reconocer el
2. Respecto al Antiguo Testamento será Pablo puesto que 2 Tim 3,15 ss. y Sant 1,21-27 conce-
más tajante aún. Rehúye apoyarse en él. Basta den a la Palabra y a «toda Escritura» (el Antiguo
ver sus ataques a la circuncisión y sus silencios Testamento) para instruir en la justicia, ser per-
sobre el sábado. Pide que conservemos la letra (el fecto y vivir la verdadera religión que es volcarse
Antiguo Testamento) en tanto en cuanto descu- con los que nos necesitan85. Los hermanos de
bramos en ella espíritu78. El desvelamiento del Epulón no tienen necesidad de ningún muerto re-
doble velo (2 Cor 3,1-18: el del lector –v. 15– y el sucitado para practicar la justicia a diferencia de
del texto –v. 14–) se opera por la conversión al su hermano condenado. Les bastará atender a
Señor Jesús, que nos invita y nos ayuda a tras- Moisés y a los profetas («la Ley y los profetas», di-
cender la letra y nos permite acceder a una lectu- ce en otras ocasiones Jesús para referirse al Anti-
ra espiritual, pneumática. guo Testamento).
Esta desestimación del Antiguo Testamento es 2. La fuerza paradigmática y aleccionadora del
moneda común entre los que critican su uso por Antiguo Testamento se debe a su radicación histó-
los teólogos de la liberación. Se les acusa a éstos, rica. Desde sus primeros escritos (cántico de Dé-
en general, de «biblicismo» (estos biblicistas como bora o bendiciones patriarcales, previas a la mo-
los antiguos alegóricos 'traducen' con impacto y narquía) hasta los últimos (libros de Ben Sira, en
fantasía textos y conceptos sin tener ninguna el siglo II) pasan diez siglos mientras que el Nuevo
consideración con su espectro bíblico-teológico»)79 Testamento se compone (desde el año 52 de Tesa-
o bien de «Interrogar las formas de comporta- lonicenses hasta el 140 del II Pedro) en menos de
miento viejotestamentarias de manera directa- un siglo.
mente nomística… olvidando que todo comporta-
miento moral ha sido puesto, mediante el giro es-

30
6 LA ETICA POFETICA. RUIZ

En tan corto espacio de tiempo sólo puede re- tar –como en el Exodo– que también el tiempo de
flejar el Nuevo Testamento el Impulso, el ideal, la los profetas está lleno de desórdenes, pues lo típi-
utopía. En cambio, el Antiguo Testamento ofrece- co profético es la pureza con que tratan de mo-
rá toda la complejidad de la historia: respuestas verse contra esos desórdenes.
buenas y malas y a medias, gracias y castigos, la
carne y la sangre (no sólo el espíritu), las imbri- Jesús es la última, definitiva y completa en-
caciones y el tejido de reyes, gobernantes, sacer- carnación de la Palabra de Dios, la cual se había
dotes, pueblo llano ante la Palabra de Dios. ido encarnando y haciendo realidad en los profe-
tas que le precedieron89. La asunción tan comple-
Los modelos de comportamiento surgen allí ta por Jesús de la Palabra de los profetas (de su
con una capacidad aleccionadora desde el realis- expresión en hechos y dichos, que eso es la Pala-
mo que no puede darse en el Nuevo Testamento. bra hebrea) avala el mensaje de aquéllos, y hace
Las motivaciones desde la crítica y la exhortación que puedan seguir constituyendo para nuestra
se ofrecen en el Antiguo Testamento con unos moral una interpelación estricta. Nada extraño, si
matices y aplicabilidad, impensables desde el atendemos a sus características, expuestas a
Nuevo Testamento. Será fácil trasladar sin más continuación.
las situaciones y ello constituye un riesgo siempre
4cechante, pero será aleccionador descubrir tanto 3. Dios como arquetipo en su obrar, para noso-
los peligros que se deben evitar86 como lo perma- tros. Ese es, según vimos (cf. p. 91, n. 4), el moti-
nentemente válido que nos sigue interpelando en vo último de la ética crítica profética. El «sed per-
nuevas análogas situaciones. Y la Interpelación es fectos (llenos de hesed y sedaqh) como vuestro
más acuciante porque va rodeada de circunstan- Padre lo es» de la Ley90, que Jesús recoge, lo re-
cias y matices que sugieren analogía de situacio- sumiría bien. No podemos conocer a Dios en su
nes y consiguientemente también analogía de esencia y atributos estáticos, sino en su obrar. Y
respuesta. no podemos decir que le conocemos si no obra-
mos como El. «El mensaje fundamental del ju-
daísmo es que la ética es una óptica de lo divino.
Los libros proféticos La realización de la sociedad justa es ipso facto
elevación del hombre a la sociedad con Dios. Nin-
Aventajan en este punto al resto del Antiguo guna relación con Dios es más directa o más in-
Testamento. No en vano Pascal llamaba a los pro- mediata. Lo divino no puede manifestarse de otra
fetas «los cristianos del Antiguo Testamento». forma que no sea a través del prójimo. La encar-
nación para el judío 'no es ni posible ni necesa-
1. La Iglesia primitiva prefirió el orden canóni- ria»91.
co de LXX al orden de la Tanak del sínodo de
Jamnia probablemente porque aquél colocaba los 4. Dios y sus justicias, memoria motivante. El
libros proféticos posteriores87 al final del Antiguo Ser activo de Dios promueve nuestra identifica-
Testamento y constituían así el anillo de oro con ción con su obrar, no sólo por imitación, sino por
los del Nuevo Testamento. Seguramente pensa- agradecimiento. En Is 5,1.9 Dios ha esperado en
ban sobre todo, en el carácter que tenían de pro- vano que la viña de Israel responda agradecida a
fecía anticipada de Cristo. Pero, de hecho, hay las justicias y cuidados de Dios con la práctica de
mucho más. la justicia. También en Miq 6,1-6 espera Dios del
pueblo hesed y sedaqah y no holocaustos, como
2. La predicación profética, a diferencia de la respuesta a sus justicias a lo largo de su historia
Ley (con los «sí pero no» de Mt 5-7 y otros muchos desde Egipto. En Am 2,6-12 el orden es inverso.
textos de los evangelios) es asumida en su inte- Han pervertido la justicia a pesar de las justicias
gridad nuclear en la predicación y práctica de Je- de Dios para con ellos en el éxodo y en la con-
sús. Este aparece plenamente como profeta88 y se quista. Por eso las exhortaciones de los profetas
identifica no sólo con el Siervo en particular sino (como la de Jr 34,10-22 sobre la liberación de los
con todos los profetas a quienes mataron vues- esclavos) no apelan a la pura Ley sino al marco
tros padres por interpelarlos, como vais a hacer de la Alianza entre Dios y el pueblo92.
con el último Enviado del Padre. Se presenta en
Nazaret como el anunciado en Is 65. Con razón resume Llmburg93 la ética profética
en las tres erres: recordar lo que Dios hizo (desde
Su actitud contra prescripciones minuciosas Egipto); relación con Dios (Yo soy tu Dios); res-
de la Ley no sólo coincide con la actitud de los puesta que espera.
antiguos profetas, sino que se rubrica con sus
mismas citas: Lc 11,42 termina su controversia 5. Actitudes más que contenidos y normas
antilegal: «cumplís minuciosamente hasta lo del constituyen la ática subyacente a la crítica y pa-
diezmo de la menta y del comino, y olvidáis la renesis proféticas. Recorriendo el anterior aparta-
justicia y el amor leal de Dios»; en análogos con- do 2 se ve que las críticas no son abstractas, pero
textos anticúlticos citará una y otra vez el «amor tampoco minuciosas. Son globales (cuando des-
leal quiero y no holocaustos» de Os 6,6, o la cueva cienden a casos concretos, como en el lujo, Insis-
de ladrones de Jr en el momento de la expulsión tirán en las actitudes que lo acompañan de idola-
de mercaderes del templo. No se puede argumen- tría a esa riqueza y de olvido de los pobres) y co-

31
LA ETICA POFETICA. RUIZ 7

mo manifestaciones diversas de un tema mono- 7. Carácter utópico de la justicia profética. La


corde. proyección en el futuro de un reino de justicia
acerca la moral profética a la del Sermón del
Por otra parte, a pesar de no ser los profetas Monte, donde lo utópico, crítico y paradójico fun-
legalistas, es difícil encontrar en sus exhortacio- da una ética imposible de formular en términos
nes o acusaciones algún punto que no se encuen- legalistas. La inalcanzabiidad de la plena justicia
tre ya en el Código de la Alianza94. Pero recogerán no es sólo típica de textos como el Sal 143,22. En
de la Ley casi exclusivamente lo que concierne a las utopías proféticas juega siempre un papel
la práctica de la justicia. Y sus exhortaciones son esencial la justicia98. Lo que sí es típico de los
tan breves y tan genéricas como «Buscad el bien y profetas, a diferencia de los apocalípticos (pero
no el mal, y así viviréis. Odiad el mal y amad el eso no deberá descartarse del horizonte cristiano,
bien y haced justicia en. el tribunal» (Am 5,14 s). demasiado pegado desde su nacimiento a la apo-
calíptica)99 es que esa utopía no desplaza el inte-
Se parecen mucho más a Jesús que a Juan el rés por ir realizándola en la tierra.
Bautista en su no contestar puntualmente al
«Qué debemos hacer?», sino con exhortaciones de
principio. Un principio (ser-de-Dios-para-los c) También la ética al margen de la religión
hombres; Dios como arquetipo y memoria, que
lleva a la justicia y amor leal) que rige toda su vi- Una última palabra sobre el alcance ético de la
da y actuación desde el momento de la vocación, actitud profética al margen de sus motivos de fe.
y que. coincide con lo que define H. Schürmann, Los frecuentes oráculos de los profetas contra las
cuando parecería que iba a sentenciar el naciones demuestran que para aquéllos estas na-
desacuerdo: «Las normas políticas o socio- ciones, a pesar de que no crean en el Dios Yahve
económicas no pueden deducirse directamente de (y por eso no funcionarán como motivación natu-
los escritos neotestamentarios ni veterotestamen- ralmente los recuerdos del Dios de la Alianza), se
tarios, sino ser iluminadas a partir del principio deben sentir obligadas al comportamiento de jus-
de un amor personal, que se embarcará sólo en ticia con los más débiles que ellos.
formas de actividad y trabajo con medios que
mantienen abierta la relación vertical del hombre El mejor ejemplo lo ofrecen los dos primeros
por una parte, y por otra a nivel horizontal, el capítulos de Amós. A todos los vecinos de Israel
ámbito de nosotros en el mundo»95. (Los dos sub- (es un recorrido que sirve de paso para dar una
rayados son míos, y son para indicar que estoy clase de geografía política del país del Antiguo
plenamente de acuerdo con el primero, pero de la Testamento, pues menos el mar se mencionan
más difícil distinción entre las dos partes del se- todos, uno a uno: Tiro, Siria, Amón, Moab, Edom,
gundo ya he hablado antes.) Filistea y Judá, de izquierda a derecha, siguiendo
las agujas del reloj) les echa en cara sus crímenes
Tampoco en la actuación pasan de la denun- de usurpación, de crueldad, de traición a fideli-
cia verbal (por más que ésta fuera valiente y les dades contraídas.
costara en muchos casos la vida) a los hechos, a
las propuestas positivas y programáticas de re- Es en ello consecuente con su idea de una jus-
vuelta. Piensan como Jr 12,1-4 (y en esto se pa- ticia que no necesita de una confesión explícita
recen algo 'a autores del Nuevo Testamento) que en Yahve para que se la reconozca como esencial
el estado de opresión es para poco tiempo y que al orden del mundo. La justicia es para Amós algo
Dios va a actuar. Lo que nos puede parecer de- tan connatural y necesario para la marcha de la
silusionante es, sin embargo, positivo. Su crítica sociedad como lo es el terreno blando para los
resulta así mucho más total e independiente96. caballos, y los bueyes para arar. «,Corren los ca-
ballos por peñascos, o se puede arar sin bueyes?
6. La cruz no es ajena a su ética. Por propia Pues vosotros habéis convertido en veneno el de-
experiencia saben los profetas que sin el propio recho y en ajenjo la justicia»100. En vez de realizar
dolor y hasta sin la propia muerte no se consigue la justicia, que endulza las relaciones humanas
el avance de la justicia en el mundo. El canto del (sólo pensando en lo que tiene de nuestro «amor»
Siervo será el resumen culminado de tanto sacri- la justicia profética, se entiende bien este papel a
ficio. La pedagogía de Freyre puede usar tranqui- ella atribuido), habéis llenado de amargura a los
lamente los textos proféticos. No son los tronos y más pobres que vosotros. Un mundo al revés.
la riqueza algo deseable. Por eso no es fácil ver en
los profetas posteriores exclamaciones como la de Pero si a las naciones les reprocha sus críme-
1 Sm 2,8 (ver también Sal 113,7-8): «para hacer nes basado en el orden natural de la justicia, a
sentar a los pobres entre príncipes y heredar un Israel se los reprochará (Am 2,6-8) añadiéndole la
trono glorioso», un texto que sintomáticamente es memoria del Dios liberador (Am 2,9-12), motivo
el único de este canto ausente en el Magnfficat97. último de su moral101.

*
RUIZ, G., La ética profética. Frente a la pobres desde
la justicia, AA.VV., Perspectivas de moral bíblica, P. S.,
Madrid 1984, 79-101.

32
8 LA ETICA POFETICA. RUIZ

embargo, afirma que nunca en la Escritura se dice que


1
Por destacar algunos títulos más relevantes (tarea la pobreza venga por pereza del pobre. Véase antes la
bien difícil, y fácilmente «injusta») entre la inmensa pro- nota 4).
ducción en español de los últimos años, citaría J. P.
19
MIRANDA, Marx y la Biblia, Salamanca 1972; J. ALONSO- Cf. Is 41,17-20; 42,14-17.
J. I. G. FAUS-V. CODINA-J. M. CASTILLO-J. VIVES, Fe y
20
justicia, Salamanca 1981 (n. 203 de Estudios Eclesiásti- Ver Is 11,4; Sof 3,12; Is 2,22; 7,9.
cos 1977); J. L. SICRE Los dioses olvidados. Madrid
21
1979; J. I. G. FAUS-J. VIVES-J. M. RAMBLA-X. ALEGRE- Ver Am 6,1.8.13.
R. SIVATE-V. Codina, La Justicia que brota de la fe, San-
22
tander 1982. Otros títulos irán saliendo en las notas. Otros textos sobre el lujo, en Am 5,11; Is 5,11-13;
Jr 6,20; 48,7; Ez 23,40; Ag 1.4; Sol 1,8.13.18; Zac 9,3
2
Ver Ex 23,10 ss.; Dt 12 ss.; 14,28 5.; 23,25s.; 24,19 5.
SS.; Lv 19,9 5.; 25…
23
Am 2,6-8; Miq. 3,2-3. En Am 4,1 se advierte que las
3
Am 2,6; Jr 22,15 ss. primeras damas del reino oprimen también a los pobres
cuando piden más y más a sus maridos (los cuales de
4
Prov 6,6-11; 10,4; 13,18; 14,4.23; 19,15; 20,4.13; algún modo tendrán que sacarlo para dárselo). Otros
21,17.20. Cf. Sir 21,21 ss. textos sobre la opresión en Am 3.9 5.; Is 9,18; 32,6-8;
59,3-14; Jr 2,34; 6,6-8.13; 7,5 5:; 8,10; 9,4 s. 34,8-22;
5
Prov 19,1.22; 28; 6. Cf. Ecl 4,13. 50,7; Ez 11,6; 18,7.12.16; 22,7.12.29; 23,24b.29; 35,6;
45,9; Hab 1,2-4; 2,4-12; Sol 3,1-3; Mal 3,5; Zac 8,16.
6
Prov 10,15; 14,20; 15,15; 19,7.
24
Las nuevas tierras tomadas por el rey (1 Re 21; 2 Re
7
Prov 17.5; 30,14. 8,3.6; Am 1,13; 2 Cr 26,10; Ez 45,8; 46,16-17) o repar-
tidas a funcionarios, o como recompensa a personal del
8
Is 5,8; 10,14; 32,6-8; Jr 2,34; 5,28; 22,16; Ez 16,49; ejército (ver Jr 8,10; 1 Sm 8,14) harán que se pierda la
22,29 y otros textos de las notas 23 a 28. mística de la tierra que es propiedad de Dios por dere-
cho de conquista, que fue obra suya (en 1 Re 21 apare-
9
Ex 23,6.11;Dt 15,1-11; 24,14. ce bien contrapuesta la antigua concepción israelita de
la tierra inajenable con la moderna monárquica influida
10
Sal 35, 10; 49; 109, 11… por la contaminación fenicia, bien representada en Je-
zabel). Dios era el único Dueño verdadero de la tierra,
11
Una explicación ceñida y lograda de estas causas, de la que son los israelitas meros administradores (Jr 2,
en S. HERRMANN, Historia de Israel, Salamanca 1978- 7; cf. Lv 25,23) en régimen familiar o tribal (Jr 37,12; Ez
79, 306-312. 45,8; 46,18; 47, 1.23; cf. 2 Sm 14,7; 1 Re 21,3; 2 Re 4,
13). dificultando así que se quedaran sin propiedad (Ez
12
Cf. H. M. NUÑEZ, Tipos de pobre en el A. T., Madrid 47,14; cf. 1 Re 5,5).
1966.
25
Miq 2,1-2; Is 5,8.
13
El trío primero aparece frecuentemente (Is
26
1,10.17.23; 10.1-2) en los profetas. El cuarto elemento, Cf. Am 8,5; Os 12,7-8; Miq 6,10 ss,; Ez 45,10-12;
en la Ley (Ex 22,21 s.; Dt 24,19-22). Sof 1,11; Hab 2,7.9.12.
14 27
Ver Am 2.6; 5,12; Is 5,23; 29,21; Sof 2.3; cf. Sal Cf. Am 2,6-8; 8,5 s.; Ez 18,8.13.17; 22,12. Pueden
37,14. verse los textos correspondientes en la Ley, en Ex 22,13
s., 24,5.; Lv 25,36-39; Dt 15,2.6.8; 23, 20s.;
15
En Jr 20,13 el pobre es el profeta perseguido. Lo 24,6.10.13.17.
mismo sucede en Is 26,5-6 y ampliamente en los sal-
28
mos: 9; 10,17; 18,28; 37,11; 22 (sufrimientos); 25; 69 Am 5,13 (ver Cult Bibl 30 (1973) 347-352. Otros tex-
(soledad); 40,13 (adversidades); 88,4 ss. (enfermedad de tos proféticos, en Am 2,6; 5, 7.10-12; Os 12,8 5.; Miq
muerte); 109,22 (enfermedad); 109,2 ss. y 35,l ss. (per- 3,1-4.9 55.; 7,3; Is 5,23; 1.23; 10,l s.; 28,6; 33,15; 61,8;
secución). En estos casos los resa’im no son opresores 5,26-29; 21,12; Ez 18,8; 23,24b; 34,21.
materiales, aunque sigan existiendo en los mismos sali-
29
nos muchos casos en que ciertamente sí se trata de la- Jr 7,22 y el paralelo en cap. 26.
drones (35,106). saqueadores y usureros (109,11). Por
30
eso tiene razón J. ALONSO DIAZ, Términos bíblicos de Am 5,14.
«Justicia social» y traducción en equivalencia dinámica:
31
Est Ecl 51 (1976) 95-128, al pedir que se traduzca por Otras manifestaciones anticúlticas en Am 4,4;
opresores, pero no lo son siempre en el sentido de apro- 5,5.21-25; 7,9-13; 8,5; Os 6,6; Miq 5.12-14; 6,6-8; Is
vecharse económicamente. 1,11-18; 58,2-12; Jr 6,20; 12,1-2; 7,1-15; 26; Ez 18,30;
36,26; Mal 1,6-14; 2,13 55.; Zac 7,5.12.
16
Ver Sof 3,12 o Sal 22,27.
32
Cf. J. P. MIRANDA, o.c.. 77-93: «El porqué del anti-
17
Cf. J. J. STAMM: Th. Rundschau 1955, 55 ss. (cita- culto profético.»
do por G. v. RAD, Teología AT 1, 489).
33
Ver en castellano A. GONZALEZ NUÑEZ, Naturaleza,
18
Ver E. GALLEGO. «Vosotros los pobres». La pobreza historia y revelación, Madrid 1969, 155-184: «Liturgias
en la experiencia político-religiosa de Israel: BibFe 5 proféticas»; sobre otros datos del problema, Id., Profe-
(1979) 117-132, esp. 129. En la misma línea, G. FOH- tismo y sacerdocio, Madrid 1969, 283-308: «Los profetas
RER, Theologische Grundstrukturen des Alten Testa- y el culto». Habría que añadir que el contenido de esas
ments, Berlin 1972, 242 s. (demasiado alegremente, sin liturgias proféticas es invariablemente la exhortación a

33
LA ETICA POFETICA. RUIZ 9

la justicia. Así en Miq 6, 1-8, pero más claramente aún


50
en el libro de Habacuc, que es fundamentalmente una Cf. Am 7,14-15; Jr 15,10b (en Jr 32 la compra del
liturgia, y se abre con el grito y clamor de Injusticia!, campo del primo, en condiciones desventajosas econó-
siendo la justicia el hilo conductor de todo el libro: la micamente -la cercanía del enemigo ha desencadenado
justicia es salvación (paralelismo de 1,2), y la finalidad un desinterés total por adquirir posesiones- es una con-
de Israel («establecido para la justicia»: 1,12); la injusti- secuencia tanto de interés de Jeremías por suscitar es-
cia es la violencia opresora (1,3; 1,9; 2,8.12.17) y el peranza en su pueblo a cualquier precio –«dirán: 'Toda-
opuesto al justo es el malvado opresor (1,4b.13b). Sobre vía se compran campos en esta tierra»– como de su
la relación más general culto-justicia, ver G. V. RAD, cumplimiento de mantener la propiedad dentro del
Teología AT I, 351 462. clan). 1 Sm 12,3-5; Miq 1,8 y otros textos paralelos que
hablan del andar de los profetas en suma pobreza (des-
34
Cf. W. BRUEGEMANN, Amos 4,4-13 and Israel's Co- calzos y desnudos) no entran en consideración por tra-
venant Worship: VT 15 (1965) 1-15. tarse de la simple expresión de duelo ante la desgracia
inminente.
35
Elías en 1 Re 17,20 5.; Eliseo en 2 Re 4,33; 5,11;
51
Amós en Am 7,2-5; Isaías en 2 Re 19 e Is 37,4; Jere- Aunque no haya que extremar la pobreza que supo-
mías en Jr 42,1-2.20 (cf. 7,16; 11,14; 10,23 ss.; ne el oficio de pastor de Amós (son miles los israelitas
14,112.19-22; 15,11; 18,20; 27,18; Ezequiel en Ez 9,8; de su tiempo, tan pobres que están fijos a la tierra y no
11,13; 13,4 S.; 22,30 s. (cf. Sal 106,23); 37,3. pueden moverse como Amós a otro reino), menos con-
vincentes aún son los últimos estudios que quieren
36
«Sobre el tema de «ayuno eucarístico» que tuvo su probar la riqueza de Amós, ganadero como el rey Mesa
polémica en torno a los 70 (Isolotto, Vallecas, etc.), (cf. 2 Re 4) o encargado del ganado que habría de sacri-
véase M. UNCITI, Nuevas formas de denuncia profética: ficarse en el culto, y por tanto con puesto dentro del
Igl Viva 27 (1970) 223-236. culto. La idea es antigua y ya el Talmud (Nedarim 38a)
usaba el caso de Amós (que tenía rebaños y posesiones
37
Como Is 5, 7. Ver el estudio de G. WANKE, Presu- de sicomoros en la Sefelah) para demostrar que una de
puestos e intenciones de la crítica socia! de los profetas las cualidades que ha de tener el profeta es la de ser ri-
resumido en castellano en Sel Teol 49 (1974) 29-41. co. (Ver G. Ruiz, Don Isaac Abrabanel y su comentario al
libro de Amós, Madrid 1983, 19-21).
38
Véase Is 3,1.3.13-15; Jr 1,18; 34,8-11; 44,21; Ez
52
22,29 (Lv 4 ofrece la lista encabezando cada estamento Ver A. CAUSSE, Les prophétes et la crise sociologique
un apartado: vv. 3.13.22.27). Para la equivalencia de te- de la religión d'Israel: Rev Hist Phil Rel (1932), 97-140, y
rratenientes y «pueblo del país», véase La relación profe- más recientemente, P. L. BERGER, Charisma and reli-
ta-pueblo en la acción política: Est Ecl 48 (1973) 491500, gious innovation: the social location of the Israelite Prop-
esp. 497. Los falsos profetas (Miq 3, 5-8; Jr 23, 1317), hecy: Amer Soc Rev 28 (1963) 940-950.
líderes religiosos que desvían al pueblo, entran también
53
frecuentemente en la lista. Cf. Jr 9,23.
39 54
Justicia en su deber capital: Ver Is 11,4; Sal 72; Is Cf. Lv 19,36; Job 31,6.
9,7.
55
Esta es la tesis de H. H. SCHMID, Gerechtigkeit als
40
Ver J. L. SICRE, o. c. Weltordnung, Tübingen 1968.
41 56
Cf. FAHLGREN, sedaqah, nahestehende and entge- Ya desde el canto de Débora (Jue 5,11). Ver tam-
gengesetzte Begriffe im Alten Testament, Uppsala 1932. bién 1 Sm 12,7; Miq 6,5; Sal 103,6; Dn 9,6.
También en castellano se puede apreciar esa polisemia:
57
El mal designa la acción mala y la calamidad; corrup- J. PEDERSEN, Israel. Its Life and Culture, Oxford
ción puede indicar tanto la condición mala como el es- 1973 (reimpr. de 1926). 337-338. Pueden verse textos
tado físico; un desgraciado puede ser uno aquejado por de la relación entre la justicia y la fuerza de Dios en Is
desgracias o un sujeto de mala conducta… 45,23; 41,10; 45, 24; Sal 71,16-19.
42 58
Am 5,11; Sof 1,13. Gn 38, 26. Otros textos confirmativos en G. V. RAD,
Teología del AT I, 456-458.
43
Am 3,9-11.
59
Ver Job 34,5: «Soy justo, pero Dios ha descartado
44
Am 3,15. mi derecho».
45 60
Am 6,6-7. Tiene su mispat el rey (1 Sm 8,9; cf. 10,25), los sa-
cerdotes (1 Sm 2.13). el primogénito (Dt 21,17)… Ver J.
46
° Am 4,1-3. 'aharit en su condición de quasi hapax PEDERSEN, o. c., 350.
legómenon necesita aclaración. Como derivado de 'aher
61
(detrás) puede ser tanto lo que viene detrás (la posteri- La abrumadora evidencia ofrecida por J. P. MIRAN-
dad, traducción habitual) como lo que está detrás. La DA (o. c., 137-165) no está exenta de alguna exagera-
conexión entre el pecado (gordas como vacas de Basán ción: los jueces sí aparecen alguna vez juzgando (caso
que no se hartan de beber y comer) y el castigo, que de Débora) contra lo dicho en p. 139; el paralelo de al-
comentamos, recomienda la traducción propuesta. tanero en Sal 18,28 no es el pobre material que indica
en p. 147.
47
Miq 2.1-4. Sobre Miq 3,4, véase la nota 68.
62
Así en Job 31.16-23; Edo 3,30; 4,1-10; 35,3 5.; Tob
48
Is 5,11- 13. 12,88.; 14,9ss.
49
Jr 22,l5ss.

34
10 LA ETICA POFETICA. RUIZ

63 75
Todos los términos juntos en 0s 2,21; en Sal 89,15 A. HESCHEL, Los profetas, Buenos Aires 1973, I 30-
y en Is 16,5. Varios de los términos en Zac 7,9; Jr 9,23; 31,1III 114-134.
Os 12,7; Miq 6,8.
76
J, COPPENS, La reff'erence aux livres saints dans
64
Ver J. ALONSO DIAZ, a. c., 109. El «leal love» pro- l'agir moral: ETL 53 (1977) 495-500.
puesto por H. Maine aparece bien fundamentado en W.
77
F. LOFTHOUSE, Hen and hesed in the OT: ZAW 51 (1933) En este último punto el consenso sería casi unáni-
29-35. me. Ver, por ejemplo, E. SCHILLEBEECKX, Cristo y los
cristianos, Madrid 1982, 576: «el don de la gracia fructi-
65
Ver Dios arquetipo del amor esponsal: Communio 1 fica en un saber concreto experiencial y de praxis, la
(1979) 6-13, que basa fundamentalmente en la hesed nueva mentalidad (cf. Rom 12,2) va trasformando al
esa función arquetípica. cristiano».
66 78
K. D. SAKENFELD, The Meaning of hesed in the he- 2 Cor 3,1-18: cf. J. COPPENS, a. c., 496-497.
brew Bible, Missoula MT 1978. A sus matices añade L.
79
BOADT en su recensión de CBQ 41 (1979) 472-473 otros G. SAUTER, Exodus and Befreiung als theologische
nuevos: 1 Re 2,7 muestra a David practicando la hesed Metaphern. Em Beispiel zur Kritik der Allegorese und
por pura gratitud no para responder a necesidades… (el missverstandenen Allegorien in der Ethik: Ev Th 38
otro argumento de Is 40,6-7 no es tan fuerte, por la (1978) 538-559, esp. 540.
gran posibilidad de tratarse de un texto corrupto).
80
H. SCHÜRMANN, La salvación escatológica de Dios y
67
Ver Is 1,26; Sal 89,15; 97,2. la responsabilidad del hombre frente al mundo (Anota-
ciones hermenéuticas sobre la relevancia de las expre-
68
El clamor comienza ya (con la lectura hacia atrás siones bíblicas): Salmant 24 (1977) 465-494.
que hará Israel) con la sangre de Abel en Gn 4,10, y si-
81
gue con el de Sodoma y Gomorra en Gn 18,20. En Miq Cf. Ex 32,1-35; Nm 25,1-18; la frase es de J. COP-
3,4 los que claman son los ricos después de la desgra- PENS, a. c., 498.
cia. Es el anticlamor que se merecen los que hicieron
82
clamar a los pobres, en la línea indicada antes en p. 86, G. SAUTER, a. c., 541-545. Los otros elementos alu-
n. 9. didos son la llegada a la tierra como meta y horizonte
esencial; la educación y el nacimiento () de Israel en el
69
Esa es la exclamación de Jesús, que siguen inme- desierto, aludidas en Os 9,10; Jr 31,2 s.-, y en el N. T.,
diatamente en el texto de Lucas. Para la exégesis más la fe de Heb 11,22.27; 11,8; 13,13, el Bautismo de I Cor
minuciosa de toda esta perícopa, véase El clamor de las 10,1 ss., la Eucaristía en los relatos de la Pascua.
piedras (Hab 2, 11 y Lc 19,40) (El Reino choca con la
83
ciudad injusta el día de Ramos): Est Ecl 59 (1984). H. U. VON BALTHASAR, Consideraciones histórico-
salvíflcas sobre la teología de la liberación: Salmant 24
70
Ya va para quince años que me comentaba Don (1977) 511-524, 515-520.
Mazzi, el controvertido párroco del Isolotto: «No me ex-
84
plico por qué nos critican tanto que practicamos una re- H. SCHÜRMANN, a. c., 482.
ligión horizontal, si nuestro lema es precisamente la
85
vertical. Eso sí: en vertical hacia abajo, hacia el último, Lo mismo vale del Evangelio de Lucas: cf. H.-J. DE-
porque sabemos y creemos que en él está Dios.» GENHARDT, Lukas. Evangelist der Armen, Stuttgart
1955, 17s.
71
Ver también Jr 9,23: «De esto sólo debéis gloriaros:
86
de conocerme, pues Yo soy Yahvé, que ejerzo derecho, Ese es para Kierkegaard el principal papel que
justicia y amor leal en la tierra, pues en estas cosas me desempeña el A. T. para el cristiano: un contraste nega-
complazco». tivo, que sirve para ver los fallos y defectos en que cayó
Israel y no debe caer la Iglesia (S. Kierkegaard, Papieren
72
Así traducía audazmente L. ALONSO SCHOEKEL, Pro- 11/1 A, 151).
fetas menores, Madrid 1966. En la NBE ha abandonado
87
la traducción, quizá por influjo de H. W. WOLFF, «Wis- El canon judío tiene como proféticos (no históricos)
sen um Gott» bei Hosea als Urform von Theologie, en tanto los profetas primeros (Jos, Jue, Sm, Re, en los
Gesammelte Studien zum AT. Munich 1964, 182-205, en cuales aparecen las figuras proféticas de Débora, Sa-
donde muestra que el conocimiento de Dios oseano se muel, Natán, Gad, etc.) como los posteriores o clásicos
refiere al recuerdo actualizado de la historia salvadora (los book-prophets, que tienen su nombre a la cabecera
de Dios con Israel entonces y ahora (la unión matrimo- del libro). La separación operada por LXX disoció ambos
nial para Os no se indica con yada', sino con ahab). bloques además de perturbar el orden histórico de todo
el Canon (los profetas posteriores ya no están junto a
73
Con todo lo sugerente que sea la interpretación, re- los libros de los Reyes en cuyo tiempo actuaron, sino
conozco que no responde a la etimología. Enterarse sí detrás de Nehemías y Esdras y aun los Macabeos).
procede de integrarse pero por la vía de informar, resti-
88
tuyendo algo en su integridad (cf. J. COROMINAS, Dic- El que tendrá que hacer grandes peripecias teológi-
cionario etimológico de la lengua castellana, Madrid cas es el autor de Heb para poder demostrar que Jesús
1973, ad voc. es sacerdote. Lo de profeta es lo que pensaban todos
(ver Mt 16,12 55.: «Unos que jeremías, otros que Elías,
74
A. NEHER, L'essence du prophétisme, pp. 341 ss., otros que un profeta…») y así le aclaman, como el gran
que en la traducción castellana (Salamanca 1975) no ha profeta que ha surgido entre nosotros, poderoso en he-
quedado muy bien reflejada con «alteración», que parece chos y en palabras.
referirse solamente al cambio obrado en el profeta.
89
Así propone con acierto MOWINCKEL traducir la ex-
presión wayehî debar Yhwh, bien vista en la Vulgata

35
LA ETICA POFETICA. RUIZ 11

(factum est verbum Dei apud…): Se hizo activa realidad


en el profeta la palabra de Yahvé.
90
También en la Ley se espera que la disposición de
justicia con el pobre, propia de Dios (Ex 22,20; 23,9; 20,
21-23; 23,3.6) sea imitada por el hombre (Ex 22, 5 S.;
Dt 15,7 5.; 19,14; 23,20; 24,2.10 ss. 14). Ver G. FOH-
RER, o. c., 245.

91
U. VAZQUEZ, El discurso sobre Dios en la obra de E.
Levinas, Madrid 1982, 213 s., 221 s. Sobre la necesidad
de que la conducta humana refleje el carácter de Dios,
ver H. H. ROWLEY, The faith of Israel, Londres 1977, 60,
62-64.
92
Ver J. L’HOUR, La moral de l’Alliance, Paris 1966.
93
. LIMBURG, Los derechos humanos en el AT: Conc
15/2, n. 144 (1971) 33-40, 34 s.
94
Lo que E. WUERTHWEIN, Amos-Studien: ZAW 62
(1949-50) 10-52 ha demostrado exhaustivamente para
Amós puede hacerse igualmente con los otros profetas.
95
H. SCHÜRMANN, a. c., 492-493.
96
Ver G. WANKE, a. c.
97
También quitará Lucas la mención guerrera. Es
tanto más Importante esta ausencia de revanchismo
cuanto el canto de 1 Sm es base casi completa del Mag-
nificat. Véase El Magniflcat: Dios está por los que pier-
den: Sal Terrae 68 (1980) 781-790.
98
Ver Is 11,1 ss.; 41,2 ss.; 45,8; 46,12 5.; 51,1-8;
28,17; 9,7.
99
Esta esperanza ultraterrena, típica de la apocalípti-
ca, lastrará durante siglos al cristianismo, como ha
apuntado certeramente E. FROMM en diversos momen-
tos de sus obras La revolución de la esperanza y Seréis
como dioses.
100
Am 6,12. Para la Interpretación nueva de la prepo-
sición be como «sin en este contexto, véase M. DAHOOD,
Can One Plow without Oxen?, en RENDSBURG-ADLER
(ed.), The Bible World: Essays in Honor of Cyrus H. Gor-
don, New York 1980, 13-23.
101
Podría todavía hablarse de la espiritualización fi-
nal, de la época deuteronomística, del último oráculo de
duda (Am 2,4-5) añadido a los siete (I) existentes antes
de la reunión de los dos reinos después del exilio, que
pedía ver pecadores a ambos reinos. La discusión ha-
bría que centrarla en si la mención de los ídolos en este
momento es para insistir en el mismo tipo de pecados,
que tiene carácter idolátrico, o bien las mentiras aludi-
das son los ídolos-imagen.

36
BIENAVENTURANZAS Y ETICA DE LA LIBERACION
J. Domínguez*

I. INTRODUCCION implantación del derecho de los pobres8. Por sus


actos y sus palabras, Jesús proclama la buena
1.1. El tema propuesto se sitúa dentro de una nueva del reino de Dios a los pobres. Si Jesús de-
problemática fundamental para la teología moral, clara dichosos a los pobres, es porque el reino de
la especificidad de la ética cristiana1. En esta Dios va a actuar en su favor; la llegada del reino
problemática se entiende por cristiana la ética va a traer el final de sus sufrimientos; los empo-
que proviene del mismo Jesús y la interpretación brecidos son dichosos porque el reino de Dios va
de esta ética por las comunidades cristianas sub- a traerles vida y dignidad, los hambrientos son
apostólicas2. El tema se plantea dentro del es- dichosos porque el reino de Dios va a traerles pan
fuerzo por elaborar una teología moral latinoame- y alimento, los afligidos son dichosos porque el
ricana en clave de liberación integral3. reino de Dios va a traerles consuelo.

1.2. En la reflexión teológica latinoamericana, 1.2. La relación que existe entre la buena noti-
y en especial dentro de la cristología, se ha pro- cia del reino anunciada por Jesús y la profecía de
puesto una «moral fundamental cristiana» como Isaías (Is 61,1-6; 49,9-13), permite reconstruir el
una moral del «seguimiento de Jesús»4. Dentro de tenor que tendrían las bienaventuranzas en la
esta perspectiva es importante para la teología predicación de Jesús9:
moral fundamental preguntarse sobre el signifi- Dichosos los pobres,
cado de las bienaventuranzas en la predicación porque el reino de Dios es suyo.
de Jesús y su diversa interpretación tal como Dichosos los que tienen hambre,
aparecen en los evangelios de Mateo y Lucas. porque serán saciados.
Dichosos los afligidos,
1.3. ¿Cuál es el significado de las bienaventu- porque serán consolados.
ranzas de Jesús en su misión de anunciar y
hacer presente el reino de Dios?, ¿qué significado 1.3. En estas bienaventuranzas no se trata de
y valor normativo tienen las bienaventuranzas en tres diferentes grupos de personas, sino de un
la presentación ético-religiosa que hace de ellas el mismo grupo visto desde diferentes perspectivas.
evangelio de Mateo?, ¿qué significado social y re- Los pobres son los necesitados y los oprimidos
ligioso tienen las bienaventuranzas en la interpre- que tienen hambre y están afligidos por su situa-
tación que hace de ellas el evangelio de Lucas?. ción. Se trata de israelitas que carecen de lo ne-
La respuesta a estas preguntas evitará el referirse cesario, que ven atropellados sus derechos, o que
al «espíritu de las bienaventuranzas» de una ma- son marginados y despreciados social y religio-
nera genérica y poco precisa5, y permitirá a una samente. A estos desventurados es a los que
ética cristiana de liberación recuperar los diver- Jesús declara que son dichosos. Y esa dicha que
sos sentidos y exigencias de las bienaventuranzas les corresponde es una consecuencia de la llegada
a nivel del Jesús histórico y de las iglesias primi- del reino de Dios. Al decidir establecer su reino,
tivas6. Dios quiere proporcionarles la felicidad de que
están privados. El reinar de Dios en la historia
1.4. En este trabajo intentamos una primera implica la misericordia de Dios para con los que
aproximación al tema propuesto apoyándonos en están sometidos a la desgracia, a la penuria, al
los trabajos exegéticos que ya se han realizado hambre y al dolor.
7
sobre las bienaventuranzas evangélicas . En un
primer momento presentamos el significado de 1.4. Para Jesús los pobres son dichosos por-
las bienaventuranzas de Jesús en la perspectiva que Dios es un rey para los pobres, porque su
de su misión al servicio del reino de Dios. En un reinado, su designio de vida para todo Israel, exi-
segundo momento, proponemos el significado de ge privilegiada y urgentemente que los que son
las bienaventuranzas en la predicación y práctica privados de la vida tengan vida. Los pobres son
de Jesús y en la interpretación que de ellas hicie- dichosos no por su cumplimiento de la Ley, ni por
ron el evangelio de Lucas y el evangelio de Mateo. sus obras de piedad, ni por la pureza de su culto.
Finalmente relacionamos el triple significado de Los pobres son dichosos porque el Dios del reino
las bienaventuranzas con el compromiso ético por ejercerá su poder en favor de los pobres y de los
una liberación integral. pequeños. Los pobres, los oprimidos, los aplasta-
dos pueden sentirse felices porque Dios es su
protector y defensor.
II. LAS BIENAVENTURANZAS DE JESUS
1.5. Para Jesús el reino de Dios no está ahora
1.1. El sentido y el objetivo último de la vida y sólo en el umbral de la puerta, sino que irrumpe
misión de Jesús es el reino de Dios. El anuncio y ya. Jesús ha entendido, evidentemente, su activi-
la presencia de ese reino implica para Jesús la dad a través de sus palabras y de sus acciones

37
2 BIENAVENTURANZAS Y ETICA DE LIBERACION

como una manifestación y una señal de esta religiosos14. El reino de Dios erradica la pobreza,
irrupción e incluso como una presencia anticipa- el hambre y la aflicción y esto implica una trans-
da del futuro. Por eso puede anunciarles dicha a formación de la sociedad y de la historia. Los ma-
los pobres que lloran y tienen hambre. Lo carac- carismos de Jesús tienen dimensión social y polí-
terístico del reino de Dios en la práctica de Jesús tica precisamente por ser religiosos, porque son
es la simultaneidad de presente y de futuro. El don y presencia del reino de Dios en la historia.
«más allá» penetra en el «más acá» y quiere hacer Las bienaventuranzas son socio-políticas por ser
la liberación y plantear sus exigencias aquí en la religiosas.
tierra10.

1.6. Jesús aporta la proximidad y la presencia III. LAS BIENAVENTURANZAS DE LUCAS


del reino de Dios. A través de su práctica por el
reino de Dios, el Dios del reino proporciona a los 1.1. Las tres bienaventuranzas en la versión
hombres esclavizados la salvación y la liberación. de Lucas forman un todo con una cuarta biena-
Jesús hace suyos los problemas y sufrimientos de venturanza que se refiere a las vejaciones de los
los pobres y de los extraviados, de los deshereda- discípulos. En la interpretación que hace Lucas
dos y de los humillados. Y al tomar Jesús partido de estas bienaventuranzas los destinatarios no
por los desclasados y los despojados, la llegada son ya los oyentes de Jesús sino los cristianos de
del reino de Dios adquiere credibilidad, como la su comunidad15. Las bienaventuranzas ya no
venida del amor de Dios y de la justicia. están dirigidas a los pobres de Israel como tales,
privilegiados de Dios, sino a los cristianos odia-
1.7. De hecho las bienaventuranzas muestran dos, difamados, perseguidos, proscritos, expues-
en qué consiste el reino de Dios que llega con tos a toda clase de afrentas «por causa del Hijo
Jesús. La primera bienaventuranza no sólo decla- del hombre» (Lc 6,20b-23):
ra felices a los pobres sino que aduce el por qué «Dichosos los pobres,
de tal declaración. Los pobres son felices, nada porque vuestro es el reino de Dios.
11 Dichosos los que lloráis ahora,
menos «porque de ellos es el reino de Dios» . El
reino viene para cambiar la situación de los po- porque reiréis.
Dichosos los que tenéis hambre ahora,
bres y ponerle fin. Que los pobres posean el reino
porque seréis saciados
de Dios, no es un mérito de ellos, ni menos aún la
Dichosos sois, cuando os odien los hombres, y
consecuencia de un valor que tendría la pobreza.
Al contrario, lo inhumano de su situación de po- cuando os expulsen y vituperen y rechacen
vuestro nombre como malo.
bres es lo que hace que ellos posean el reino. El
Alegraos ese día y saltad de gozo que vuestra
reino de Dios viene porque Dios es «humano»,
recompensa (es) grande en el cielo; pues del
porque no puede sufrir esa situación y viene a
hacer cumplir su voluntad sobre la tierra destru- mismo modo sus padres hacían a los profetas».
yendo la obra destructora de la pobreza. El reinar
1.2. Lucas ha realizado una aplicación cate-
de Dios hará que los hambrientos queden sacia-
quética de las promesas consoladoras e interpe-
dos y que los afligidos sean consolados.
lantes de Jesús a los cristianos de su tiempo que
se encuentran perseguidos, marginados, empo-
1.8. Cuando se afirma que la ética de Jesús es
brecidos, para confortarlos en sus privaciones. La
escatológica esto quiere decir que Jesús anuncia
felicidad prometida a esos cristianos, que de
el reinado de Dios como presente y futuro, como
don y tarea12. Las bienaventuranzas de Jesús se hecho son pobres, no está fundamentada en su
situación de pobreza como tal, sino en su situa-
sitúan en la perspectiva de presencia y de don.
ción de discípulos de Jesús Cristo.
Las bienaventuranzas muestran que Jesús ofrece
la vida del reino como don gratuito de Dios que se
realiza en el presente de la historia y entre los 1.3. La existencia de que hablan las bienaven-
turanzas de Lucas es la existencia presente («aho-
pobres de la tierra. En las bienaventuranzas
ra») de los cristianos («vosotros») en oposición a la
Jesús no propone, exige o premia un comporta-
miento ético de los pobres, sino que les ofrece la que le aguarda al cristiano después de su muerte
vida del reino de Dios. Desde esta perspectiva las (cf. Hch 14,22). Para Lucas las tribulaciones que
deben afrontar los cristianos en el seguimiento de
exigencias éticas de Jesús presuponen el don gra-
Jesús son las pruebas de la vida presente y coti-
tuito de Dios, la experiencia de su amor y de su
misericordia13 . diana sin ninguna dimensión apocalíptica16. En la
vida del cristiano la cruz no es algo excepcional,
forma parte del seguimiento de Jesús17.
1.9. El don y la presencia del reino revelados
por las bienaventuranzas de Jesús implican un
cambio en la sociedad y en la historia. Cuanto 1.4. En el evangelio de Lucas las bienaventu-
ranzas de Jesús van dirigidos a pobres reales que
más aluden las bienaventuranzas a la simple si-
sufren toda clase de privaciones y vejámenes. Los
tuación angustiosa de los pobres, hambrientos y
destinatarios de las bienaventuranzas son los
afligidos tanto más políticos se revelan; y en la
medida en que se desligan de toda relación cristianos perseguidos y que por esto mismo, vi-
ven en condiciones penosas. En consecuencia es-
intrínseca con disposiciones morales, espirituales
tos perseguidos han sido empobrecidos y son
o religiosas de grupos humanos, se vuelven más

38
BIENAVENTURANZAS Y ETICA DE LIBERACION 3

también los que sufren hambre y expresan con el todos los miembros de la comunidad cristiana y
llanto la aflicción que tal situación les hace pade- referente a la forma de vida del verdadero discípu-
cer18 . Que los destinatarios de las bienaventuran- lo. Por tanto será necesario tener presente la sig-
zas lucanas son pobres reales, aparece nítida- nificación ético-religiosa y la orientación parenéti-
mente en la contraposición tan marcada entre las ca, tanto de las tres bienaventuranzas propias de
bienaventuranzas y los «ayes» dirigidos a los ricos, Mateo, como la de las bienaventuranzas que
a los saciados, a los gozosos y a los bien trata- comparte con Lucas cuyo significado modificó
dos19. mediante adiciones o cambios redaccionales.

1.5. En base a lo expuesto se puede afirmar


que la interpretación lucana de las bienaventu- B. Interpretación de las bienaventuranzas
ranzas está en una perspectiva ética y encuentra
su fundamento en la práctica evangelizadora de 1. Los pobres de espíritu
Jesús y en la comprensión pos-pascual de la con-
flictividad de su vida y de los sufrimientos de su 1a. BIENAVENTURANZA:
pasión y de su muerte. Las bienaventuranzas son «Dichosos los pobres de espíritu
una exhortación y un consuelo a cristianos de las porque de ellos es el reino de los cielos» (Mt 5,3).
comunidades sub-apostólicas para continuar
comprometidamente la misión de Jesús en medio 1.1. En esta primera bienaventuranza Mateo
de los sufrimientos y la persecución. Si bien la precisa mediante una adición que el «reino de los
perspectiva ética no está en primer plano, la fide- cielos» es para los pobres «en/de espíritu» (tw
lidad al seguimiento implica el cumplimiento de pneumati). El sentido de esta determinación es de
una exigencia moral fundamental. suma importancia pues condiciona la compren-
sión misma de la bienaventuranza e impide cual-
quier «espiritualización» ajena al mensaje de
IV. LAS BIENAVENTURANZAS DE MATEO Jesús y a su comprensión por la iglesia primitiva.
El determinativo «en espíritu» indica que no se
A. Presentación trata en primer plano de la dimensión socio-
económica de la pobreza, sino de una actitud y
1.1. La versión de las bienaventuranzas que una fuerza para un comportamiento ético-
presenta Mateo es también una interpretación de religioso. Ya en el Antiguo Testamento se hace re-
las bienaventuranzas primitivas. Para Mateo las ferencia a la actitud ético-religiosa de los que tie-
bienaventuranzas se dirigen a cristianos venidos nen una condición social de pobres23.
de los judíos y de los gentiles para que respondan
con su comportamiento a las exigencias del reino 1.2. En hebreo existe una relación entre po-
de Dios20. La redacción de las cuatro bienaventu- breza y «humildad». En efecto, en los textos de
ranzas que Mateo tiene en común con Lucas y la Qumrán se encuentra la expresión «espíritu de
adición de otras nuevas, obedece también a su pobre» (anwey ruah) equivalente hebraico de la
preocupación parenética y catequética. Las nueve expresión griega de Mateo «pobres de espíritu»
bienaventuranzas de Mateo tienen una perspecti- (ptwcoi to pneumati)24. Es posible que Mateo haya
va ético-religiosa, se convierten en la expresión de usado esta expresión griega en el sentido que ten-
exigencias de una vida conforme a las enseñanzas ía en hebreo. En este sentido el «pobre de espíri-
de Jesús Cristo21. La buena nueva del reino no tu» es un hombre que se sitúa humildemente ante
puede ser simplemente escuchada y aceptada, Dios, que tiene ante él una disposición moral y
también tiene que ser obedecida y realizada, ella religiosa de obediencia y de confianza.
tiene que transformar el corazón y la conducta de
los creyentes. 1.3. La expresión «pobres de espíritu» se refiere
entonces a los que tienen un espíritu característi-
1.2. Las bienaventuranzas de Mateo constitu- co de muchos pobres, es decir, un espíritu de
yen el gran exordio de la instrucción sobre la ver- confianza y obediencia a Dios. Por tanto, la ex-
dadera justicia que Jesús dirige a la comunidad presión «pobre de espíritu» o «espíritu de pobre»,
cristiana. En esta instrucción Jesús contrapone no es otra cosa que la explicitación terminológica
la justicia que deben realizar los discípulos con la de la actitud ético-religiosa propia del oprimido.
falsa justicia de los escribas y fariseos22 . Mateo Mateo tiene que emplear el término griego ptwcoç
propone a los cristianos un programa de vida que (pobre) determinado por pneumati (en/de espíritu)
está guiado por la «nueva justicia» proclamada para traducir la expresión semita h…wr ywno (anwey
por Jesús en el «sermón de la montaña». El dis- ruah =espíritu de pobre). De hecho la segunda
curso de Mateo se interesa sobre todo en la ma- bienaventuranza con su ofrecimiento de dicha a
nera en que las exigencias del evangelio constitu- los praeiç (humildes), es una reduplicación de la
yen una superación respecto a la Ley judía tal primera y una confirmación sobre la identidad de
como era interpretada y vivida en el siglo primero. su destinatario.

1.3. Al formar un conjunto de nueve bienaven- 1.4. Por tanto, la pobreza de espíritu no puede
turanzas Mateo tiene la intención de lograr un comprenderse como una pobreza «afectiva», como
cuerpo de enseñanzas ético-religiosas válido para un desapego interior de las riquezas; pero tampo-

39
LAS BIENAVENTURANZAS (M T 5,3-12)
W. Carter*

La visión de Jesús de la vida en el imperio de de la población. Delinean las terribles consecuen-


Dios empieza con nueve bienaventuranzas. Este cias de la dominación romana10.
tipo de dicho fue ampliamente usado en el mundo
grecorromano y en la literatura judía sapiencial y Las cuatro bienaventuranzas del segundo gru-
apocalíptica, con varias funciones y en diversos po, junto con la ampliación efectuada en los vv.
contextos5. Las bienaventuranzas conciernen no 11-12, conciernen a acciones humanas que, inspi-
sólo a emociones (a pesar del impreciso «dichosos radas por la experiencia del reinado de Dios en los
[son]»), ni sólo a cualidades personales), sino prin- vv. 3-6, son dignas de honra o estimación porque
cipalmente al favor de Dios por ciertas acciones y expresan ese reinado transformador hasta su rea-
situaciones humanas (Sal 1,1-2). En las obras lización total por Dios. Fundamental en todas las
apocalípticas, declaran la transformación o inver- bienaventuranzas es el establecimiento de la justi-
sión de circunstancias presentes negativas, que cia o rectitud divina mediante la eliminación de
Dios llevará a cabo en un futuro (1 Hen 58,2-3; las relaciones sociales opresivas y la distribución
SalSl 17,44). Las bienaventuranzas apuntan a la inadecuada de los recursos.
edad futura desde realidades presentes.

K. C. Hanson relaciona las bienaventuranzas 5,3


con los importantes sentimientos del honor y la
vergüenza. Afirman «situaciones y conductas» que Dichosos los pobres de espíritu. La palabra
Dios considera honorables o estimables y que el dichosos expresa favor y bendición. Pero Dios no
público debe hacer realidad6. Aunque son declara- favorece y bendice la pobreza, sino a los pobres.
ciones de favor, funcionan también como exhorta- Éstos no deben ser espiritualizados atenuando el
ciones -al identificar la conducta favorecida— y término («los voluntariamente pobres») o dándole
como promesas de acciones futuras de Dios7. Mos- un sentido figurado («los pusilánimes», «los humil-
trar misericordia o promover la paz (5,7.9) son des»). La referencia es a los física, literalmente po-
comportamientos preconizados, a los que se ex- bres, a los indigentes, a los que viven en duras
horta (5,7.9), mientras que la aflicción (5,4) no es condiciones sociales y económicas, sin los recur-
una conducta que imitar, pero sí una situación sos necesarios, explotados y oprimidos por los po-
susceptible de trocarse en gozo. Las bienaventu- derosos (Lv 19,10.15; Prov 14,31; 28,15) y despre-
ranzas dan seguridad a quienes experimentan las ciados por la élite11. Entre ellos está el extranjero,
circunstancias o manifiestan los tipos de conducta el huérfano, la viuda, el necesitado, el discapaci-
favorecidos por Dios. Precisamente por indicar tado físico (cojo, ciego) y el desvalido (cf. Dt 24,19;
realidades y comportamientos que cuentan con la Job 29,12-16). Esas personas, que se hallan inde-
gracia divina, definen los rasgos de un grupo fiel y fensas frente al impío, el malvado, el codicioso, el
favorecido o bendito y honorable. Además configu- pecador y el opresor y sufren su iniquidad (Sal
ran, afirman y contrastan la identidad y las prác-
12), se encuentran en el mundo romano (y en to-
ticas distintivas de una comunidad8.
dos los mundos), incluidas ciudades como Antio-
quía.
Las bienaventuranzas están organizadas en
dos grupos. El primero consta de cuatro bienaven-
Ser pobre de espíritu no significa mostrar «pa-
turanzas (5,3-6). En griego tiene un total de trein-
ciencia» o «humildad» en aceptar piadosamente la
ta y seis palabras, como el segundo grupo (sin los
pobreza. Esta frecuente interpretación (la piedad
vv. 5,11-12). Estos dichos están unidos mediante
de los anavAni) es incompatible con la idea de que
aliteración de la letra «pi» (dichosos: los pobres de
Dios salvará a los pobres (cf. Is 61,1-2)I2. Más cer-
espíritu [ptwcoi« twˆ◊ pneu/mati], los que lloran [penqou-
ca del significado verdadero nos llevan expresiones
vnteß], los mansos [oi˚ praei√ß], los que tienen hambre
como «de corazón puro» (Sal 24,4) o «de espíritu
y sed de justicia [oi˚ peinw◊nteß kai« diyw◊nteß th\n
abatido» (Sal 34,18). El «corazón» es el lugar de la
dikaiosu/nhn9).
pobreza o del abatimiento. Cuando hay pobreza en
el espíritu humano se produce una situación si-
Influidas por Is 61, las cuatro primeras biena-
milar a la de la pobreza económica: sin recursos ni
venturanzas describen no cualidades personales,
esperanza, uno queda sometido a los embates de
sino situaciones opresivas de angustia o mala for-
fuerzas mayores.
tuna, merecedoras de honra o de estima porque el
reinado de Dios las cambia radicalmente. Ese
Los pobres de espíritu son, pues, los económi-
cambio ocurre ya en el ministerio de Jesús, pero
camente pobres cuyo ser o espíritu está abatido,
no de manera plena. Los dichos de este primer
aplastado por la injusticia económica. No tienen
grupo critican la zozobra política, económica, so-
ningún atisbo de esperanza, pero conocen el efecto
cial, religiosa y personal a que da lugar la podero-
corrosivo de vivir sin ella su pobreza. Son descri-
sa élite con su enriquecimiento a costa del resto
tos en varios salmos como los oprimidos por los

40
2 MATEO.5. LAS BIENAVENTURANZAS.CARTER

inicuos. Incluso Dios parece haberlos olvidado (Sal frenar el dolor por la muerte de la hija de ambos a
10,1-13 [la esperanza llega en el v. 14]; 34,17.22- la edad de dos años (608C, F-609A, 609F-610A,
23; 68,1-2; 82; Job 24). No se benefician de la 612A-B) y a aceptar lo deparado por la Fortuna
prometida salvación por obra divina, sino que vi- (610D-611AF)14. Pero, en Mt 5,4, el gobierno opre-
ven «preocupados» a causa de los malvados (37,1). sor es percibido «desde abajo», por los que sufren
Son exhortados a esperar «todavía un poco más», las relaciones sociales injustas, y no «desde arri-
porque acabará llegando de Dios la salvación ba», por la élite que se beneficia de ese estado de
(37,10). cosas15. La opresión no es normativa: hay que la-
mentarse de ella.
¿Con quién identificar a esas personas? Son
los nombrados en 4,18-22, que se encuentran Jesús asegura que la opresión y el llanto no
atrapados (mediante impuestos y deudas) en un tienen la última palabra. Serán consolados. La
sistema económico de explotación y que no con- voz pasiva del verbo indica una acción divina que
trolan su propio destino. Son los enfermos, los po- acabará con la opresión, establecerá la justicia en
sesos y los lunáticos de 4,24, cuya enfermedad cuanto a los recursos y las relaciones, hará inne-
indica que acarrean los perniciosos efectos del sis- cesario el llanto y trocará la tristeza en alegría (Is
tema imperial. Habiéndoles sido negada la justi- 60,20; 61,1-3; 66,10). El tiempo futuro (serán), en
cia, unos recursos adecuados y el acceso a la sa- lugar del presente (es) del v. 3, apunta a la com-
lud, y estando sometidos al poder de la élite, no pleción futura del imperio de Dios.
hay para ellos esperanza de cambio.

A menos que se produzca una intervención di- 5,5


vina13. La predicación por Jesús del imperio de
Dios (véase acerca de 3,2; 4,17) y su demostración Aquí se evoca una tercera situación de falta de
de él en curaciones (cf. 4,23 y cap. 8) inician un esperanza. Dichosos los mansos. Jesús cita par-
cambio radical incluso ahora, como indica el em- cialmente Sal 37,11.22.29. La poco afortunada pa-
pleo del presente en la segunda parte de la biena- labra mansos no significa «apocado», «blando»,
venturanza (de ellos es). El poder de Jesús sobre «sumiso» ni «pasivo». En Sal 37 se hace referencia
los demonios, el pecado y el infortunio revela que a los carentes de poder y a quienes sufren humi-
el statu quo no es definitivo y anticipa la realiza- llación y se les pide que confíen en que Dios los
ción completa de los planes de Dios. Jesús alienta salvará de «los malvados» (vv. 1, 9, 10, 12, 13, 14,
a una comunidad con la esperanza de un cielo fu- 16, 17, 20, 21, 28, 32, 34, 35, 38, 40). Los malva-
turo y una tierra en la que se hace la voluntad di- dos toman prestado pero no devuelven (v. 21), son
vina (6,10; 19,28). Cuando el reinado de Dios, violentos contra el pobre y el humilde (vv. 14, 32),
ahora iniciado en Jesús, llegue a ser completo, no los oprimen (v. 35). Sus víctimas no deben tomar-
habrá pobres de espíritu. La bienaventuranza se la justicia por su mano (37,6). Aunque abatidos
señala la dicha de que la acción de Dios ponga fin por prácticas económicas injustas, su estrategia
a las estructuras imperiales aún vigentes. es llevar un estilo de vida justo, alternativo y espe-
rar la respuesta divina, aun cuando Dios parezca
lento en actuar. Ser manso es renunciar a la ven-
5,4 ganza y vivir de manera fiel y expectante. Jesús se
cuenta entre los mansos (11,29; 21,5)16.
La declaración de que los pobres son dichosos
(cf. 5,3) porque Dios está en proceso de liberarlos La promesa de Dios es que heredarán la tie-
resulta tan sorprendente que necesita ser repeti- rra. De esto no debe hacerse una lectura espiri-
da. Dichosos los que lloran. Éstos no se afligen tualizada. Dios, no los mansos, derrocará a la élite
por sus pecados, sino que, sobre la base de Is para que la tierra quede a disposición de todos
61,1-3 (en que también se nombra a los pobres), (Sal 37,10-11). El presente acceso a ella, basado
lloran o lamentan el efecto destructor de poten- en relaciones sociales injustas de explotación, ha-
cias imperiales como Babilonia (y Roma) que brá de acabar. La tierra y sus recursos pertenecen
oprimen al pueblo de Dios. Lloran por culpa de a Dios (Gn 1; Sal 24,1). En su calidad de adminis-
los que hacen el mal (Sal 34,11), como la poderosa tradores de ella, los seres humanos han de cuidar-
élite (Is 3,26; Jr 4,28; 14,2), otras naciones (Is la (Gn 1,28-31) como base para una comunidad
16,9; 19,8) o el tirano Antíoco Epífanes (1 Mac en la que todos tengan acceso a los recursos nece-
1,27; 2,14.39). Nótese el efecto de Asiría, Babilo- sarios. Contra la explotación económica desmedi-
nia y Herodes en 2,18, donde Raquel llora a causa da, el precepto del año sabático permitía que la
de sus devastadoras acciones. Lloran porque tierra quedase en barbecho cada siete años17.
agentes del diablo gobiernan el mundo de Dios Contra la acumulación masiva de tierra a través
(véase 4,8). de impuestos e impagos en préstamos a interés
muy elevado, que impedía a la gente el acceso a
La literatura consolatoria grecorromana suele los recursos necesarios para vivir, el año jubilar,
desaprobar las muestras de dolor como propia de cada cincuenta años devolvía la propiedad de la
las masas incultas. Plutarco emplea temas tradi- tierra a los grupos familiares que la habían perdi-
cionales en la «Consolación de su [propia] esposa» do (Lv 25). La tierra pertenece a Dios, los hombres
{Obras morales 608-612B). Insta a su mujer a re- son simples usufructuarios (25,23). La cuestión es

41
MATEO.5.LAS BIENAVENTURANZAS.CARTER 3

de soberanía y de la naturaleza justa de la comu- ya está en marcha el imperio de Dios, así como del
nidad humana. correspondiente resultado. Dicha visión configura
una comunidad que vive en el «ahora y todavía no»
Cuando llegue su reinado, Dios redistribuirá de ese imperio, basada en la realización plena del
este recurso fundamental (Is 60,1-2; / Hen 5,7). perturbador y transformador reinado de Dios y
La falta de equidad en la disposición de la tierra orientada hacia tal compleción.
acabará por fin, una vez que hayan pasado el cielo
y la tierra presentes (5,18; 24,35) y Dios produzca
una nueva creación (19,28). Así pues, tierra hace 5,7-12
referencia no sólo a la de Israel, sino a toda la del
mundo (así también Mt 5,13.18; 6,10; etc.). La En el segundo grupo de bienaventuranzas, el
bienaventuranza apunta al imperio de Dios puesto centro de atención no lo constituyen ya circuns-
a cambiar el statu quo. Con ello expresa rechazo al tancias que Dios va a cambiar, sino acciones hu-
sistema afianzado por el poder romano, que favo- manas que manifiestan el imperio de Dios. Estas y
recía los intereses de la élite hacendada en detri- otras acciones similares (no estamos ante una lis-
mento de los campesinos, forzados a llevar una ta completa) llevan a efecto los planes divinos para
vida de subsistencia. Los caminos de Roma no son que las relaciones sociales y el acceso a los bienes
los de Dios. sean conformes a la justicia. Por eso Dios las ben-
dice ahora y las premiará en un futuro, cuando
sus planes alcancen la realización plena. En otras
5,6
palabras: aunque el «imperio de los cielos» es el
reinado de Dios, el énfasis en las acciones indica
Dichosos los que tienen hambre y sed de
una asociación entre Dios y los que viven de
justicia/rectitud. La gente tiene literalmente
acuerdo con sus designios.
hambre y sed a consecuencia de prácticas injus-
tas concernientes a la propiedad de la tierra y de
los recursos, a los impuestos, a los préstamos, 5,7
etc. Descontentos con el statu quo de relaciones
sociales marcadas por la explotación y el abuso, Dichosos (véase 5,3) los misericordiosos.
los que tienen hambre y sed saben que en la tie- Tradicionalmente se resalta la necesidad de ser
rra no se hace la voluntad divina (6,10). Claman misericordioso (Prov 14,21; Os 6,6; Tob 4,5-7). El
por la ayuda del cielo (Sal 107,5-6), por la libera- imperio de Dios no es opresivo, sino transforma-
ción a través de la presencia y el imperio de Dios dor y vivificante (cf. Ex 34,6). Quienes lo encuen-
(Sal 42,1-2.9). tran tienen que ser misericordiosos. Han de pro-
veer a los pobres de los recursos económicos ne-
Desean con ansia justicia/rectitud, una ac- cesarios (Mt 5,42; 6,2-4; 25,31-46). La misericor-
ción de Dios que ponga todas las cosas en una re- dia perdona (6,12.14-15) y extiende el amor a los
lación justa (véase 3,15). La justicia de Dios casti- enemigos (5,38-48), a otros marginales, a los ex-
ga a quienes privan a las personas del pan y de la tranjeros; atiende a las súplicas de las mujeres
vida (en 1 Hen 62-63, los que poseen la tierra y los (15,22). La misericordia caracteriza el imperio de
poderosos). Hay justicia o rectitud cuando las re- Dios. Las curaciones de Jesús (9,27; 17,15; 20,30-
laciones sociales son equitativas y permiten a to- 31) y sus exorcismos (15,22) muestran misericor-
dos el acceso a los recursos necesarios para vivir dia (cf. 4,23-25 y 9,36), como también sus comi-
(5,5, tierra; 6,11, pan). Isaías 61,3 ve la justicia das con parias sociales (9,13) y su permiso para
como resultado de una acción de Dios que esta- que coman los que tienen hambre (12,7), frente a
blece un estado de cosas conforme a su voluntad la intransigencia de los fariseos.
(cf. Is 61,8.11). Esa acción implica un juicio esca-
tológico contra los opresores y los impíos que se Ser misericordioso no es deseable, en opinión
oponen a los planes de Dios y a su reinado, tarea de los dirigentes religiosos del evangelio y según
confiada a Jesús (3,11-12; 25,31-45). La acción de algunas tradiciones filosóficas grecorromanas19.
Dios configura la actividad humana de acuerdo Pero es voluntad divina (9,13; 12,7) y un punto
con el reinado de Dios (acción justa o recta). Sobre importante en la Ley de Dios, el cual no hay que
justicia/rectitud, véase 1,19; 3,15; también descuidar (23,23). Imitando a Jesús, los discípu-
5,10.20; 6,1.33. La frase en pasiva y futuro «serán los viven de un modo no valorado por la cultura
saciados» promete el reinado de Dios sobre todos dominante.
(como en 5,4).
A los misericordiosos se les promete que alcan-
«Entre los que tienen hambre y sed de una jus- zarán misericordia. La mayor parte de los intér-
ticia que les ha sido negada figuran quienes no pretes opinan que el futuro pasivo con que esta
tienen motivo para la esperanza, ni causa para la frase aparece en griego y las prominentes visiones
alegría, ni acceso a los bienes de este mundo. Ta- escatológicas de 5,3-6 indican una promesa de
les necesidades encontrarán satisfacción gracias misericordia divina en el juicio futuro. Pero el im-
al cambio radical escatológico traído por el reinado perio de Dios está ya activo. La bienaventuranza
de Dios»18. Estas bienaventuranzas ofrecen una se refiere a un modo de vivir mientras llega ese
visión de personas y circunstancias entre las que

42
4 MATEO.5. LAS BIENAVENTURANZAS.CARTER

acontecimiento, al de una comunidad de miseri- de los dioses» (HN2.117; 27,3; también Plinio el
cordia práctica y activa. Joven, Panegírico, pássim; Plutarco, «Arte de go-
bernar», en Obras morales 824C-D)2Z. Vespasiano
(69-79) construyó un templo de la Paz, en Roma,
5,8 junto al foro (Suetonio, Vespasiano 9; Josefo, GJ
7.158-62; cf. el «Ara Pacis Augustae», dedicada en
Dichosos los limpios de corazón. En Sal 24,4, 9 a.C). Vespasiano, Tito y Domiciano representa-
los de corazón limpio o puro son los que adoran ron en monedas la epifanía de la divina Paz en sus
a Dios con manos limpias y que, desvinculados de reinados23. Varios poetas celebran al emperador
lo que es falso, no juran engañosamente20. El nexo Domiciano (81-86) como el restaurador de la paz
entre lo externo (adoración y «manos limpias») y lo (Estacio, Silv. 4.1.11-16; 4.3.134; Silio Itálico, Pú-
interno (corazón puro y desvinculación de lo que nicas 14.684-85; Marcial, Epig. 9.70.7-8;
es falso) indica que aquí se trata de integridad, es 9.101.21)24. Filón llama a Augusto y a Tiberio,
decir, de la coherencia entre la disposición de respectivamente, portador y guardián de la paz
ánimo y la acción. El corazón es el núcleo o cen- (Gaium 141, 144-47).
tro de la voluntad, del pensamiento, del conoci-
miento, de la decisión y de la acción de una per- K. Wengst entiende que las declaraciones sobre
sona y puede tender hacia Dios o hacia otras los beneficios de la paz romana reflejan los puntos
realidades (Dt 6,4-19), como el dinero (Mt 6,21). de vista de la élite, no las perspectivas de «los de
En el corazón puede residir la lujuria (5,27-28) o abajo». Y señala el gran coste militar, político, so-
el amor (22,37). Los discípulos son limpios de co- cial, económico, cultural y religioso basado en la
razón. Habiendo encontrado el imperio de Dios en fuerza y sancionado por la voluntad de los dioses,
Jesús, llevan una vida que lo manifiesta en obras que asegura la dominación social y cultural, y la
como las de misericordia, justicia y fomento de la disposición de la tierra y de los demás recursos.
paz. No saben de hipocresía (7,5; 15,7; cap. 23). Paz «¿para quién?», es la cuestión25. Zampaglione
Las acciones externas no deben esconder intere- se queja de que, a pesar de la aversión hacia la
ses espurios (6,1-18) sino ser coherentes con las guerra expresada por Séneca (Ep. 95.30-31) y del
propias convicciones y motivaciones (7,16-20). valor que los Punios, Dión Crisóstomo, Plutarco y
Arístides parecen otorgar a la paz, «la guerra, co-
La segunda parte de la bienaventuranza está mo medio brutal de expansión y subyugación de
constituida por la promesa de que verán a Dios. otras naciones, no era objeto de adecuada crítica
Esto no es posible para los humanos en la era por las nuevas clases gobernantes»26. No tenían
presente, y así lo atestigua Moisés (Ex 3,6; 19,21; interés en desmantelar la ideología y prácticas que
33,20.23). Pero la visión de Dios, prometida tam- sostenían su existencia elitista.
bién a los justos (Sal 17,7; 17,15), supuestamente
se hará realidad cuando los planes divinos lleguen A ese mundo, el reinado de Dios trae una paz
a su compleción (13,43). Es una imagen de en- diferente. Para Filón, Dios es «pacificador y man-
cuentro íntimo, cara a cara, con Dios. tenedor de la paz ... que crea abundancia y fertili-
dad y profusión de otras cosas buenas» (Spec. leg.
2.192). El salmo 72 describe a un rey que estable-
5,9
ce la rectitud y moralidad de Dios aplastando al
opresor y defendiendo a los pobres y a los humil-
Dichosos los que trabajan por la paz. Esta des (72,12-14). La justicia (voluntad salvífica de
paz no es el tranquilo desentenderse de lo que su- Dios) y la paz (integridad) derivan de ello (72,7).
cede alrededor preconizado por Epicteto (Disc. Paz es el bienestar que resulta de la voluntad de
3.13.9-10) ni, por supuesto, la «paz pero con de- Dios respecto a la tierra y de su reinado sobre ella.
rramamiento de sangre» de que habla Tácito (Anl. No se trata de un estado natural. Es don y obra de
1.10.4) refiriéndose a la impuesta por los roma- Dios y tendrá una compleción escatológica. Algu-
nos. Se trata de la paz cósmica de Dios, en la que nas tradiciones judías admiten el recurso a la gue-
cada las cosa está en justa relación con las demás rra y la violencia para acabar con la dominación
y con su Creador. romana y establecer la «paz eterna» del imperio de
Dios (2 Bar 39,5; 40,1-2; 72,2-6, 73,1-5), mientras
La paz de Roma (Pax Romana) consistía en el que otras celebran el fin de la guerra (4Esd 13,30-
establecimiento de orden, seguridad y prosperi- 35; véase el sacerdote escatológico de TestLev
dad, garantizados por el emperador como jefe su- 18,4). La paz no consiste en explotación, sino en
premo del poder militar romano (cf. Séneca, De la situación de todas las cosas cósmicamente en la
clem. 1.4.1-3). G. Zampaglione observa que «casi debida relación con Dios. En vez de hacer la vo-
todos los escritores romanos coinciden en que ex- luntad del imperio opresor, los que trabajan por
tender la paz ... significa someter a otros pueblos la paz realizan el misericordioso reinado de Dios,
al dominio de Roma», lo cual manifiesta la «orgu- mostrándose en su vida a favor de esa integridad y
llosa convicción» de que Roma estaba «investida de bienestar y en contra de todo poder que obstaculi-
la misión de imponer [sus] leyes y modo de vida al za el reinado de Dios o le presenta abierta resis-
resto del mundo» (véase Introducción, sección 9; tencia.
Mt 27,11)21. Inscripciones de Priene y de Halicar-
naso celebran esta paz. Plinio la califica de «regalo

43
MATEO.5.LAS BIENAVENTURANZAS.CARTER 5

Serán llamados (por Dios: futuro pasivo) hijos significar agravio físico, incluso la muerte, como
de Dios. Sobre el uso del verbo llamar para la ac- indica su asociación en 23,34 con «matar», «cruci-
ción de elegir y la obra salvífica divina, cf. 4,21. ficar» y «azotar». La violencia verbal (digan) busca
Trabajar por la paz es procurar imitar a Dios en destruir el honor y la integridad (cf. 5,8) mediante
la vida (5,48) y a Jesús, su Hijo, en el anuncio y la calumnia y la difamación.
realización de su imperio. Hacer como Dios signi-
fica ser ahora uno de sus hijos (5,45; 6,9) y gozar La respuesta de los discípulos a la persecución
de su intimidad en el futuro, cuando sus planes no es ceder o acomodarse, ni tampoco buscar el
alcancen la realización plena. Se llega a ser hijo de desquite: alegraos y regocijaos. ¿Por qué deben
Dios imitándolo (cf. Mt 3,9), no por el origen étnico hacer esto? Lo explica la frase siguiente: porque
(cf. Dt 14,1). vuestra recompensa será grande en el cielo. No
se trata de una recompensa ganada, sino de la
justa respuesta de Dios a la fidelidad mostrada
5,10-12 por los discípulos. Ellos participarán en la realiza-
ción total de sus planes, disfrutando de la pleni-
Dichosos los perseguidos por causa de la tud de su presencia e imperio. La recompensa no
justicia. El modo de vivir justo apuntado en 5,3-9 es de categoría diferente: continúa e intensifica la
pone en tela de juicio el statu quo con sus intere- comunión con Dios ya experimentada en su fiel
ses, poder, estructuras y beneficiarios. El reinado servicio27. Esa meta escatológica pone el presente
o justicia/rectitud de Dios busca relaciones so- en perspectiva y lo hace soportable.
ciales diferentes y distribución de los bienes y ac-
ceso a ellos con arreglo a la equidad. El imperio Tal persecución no es tampoco nueva ni sor-
ciertamente contraatacará, como en el cap. 2 (y en prendente. Es la acostumbrada reacción del mun-
5,44; 10,16-23), así como en la tradición de los do frente a los que viven la palabra y el don de
justos perseguidos que «nos son incómodos» (Sal Dios, porque de la misma manera persiguieron
35; 37; Sab 2,12-24). Jesús crucificado pertenece a los profetas anteriores a vosotros. La persecu-
a esta tradición. El participio perfecto pasivo indi- ción de los profetas está bien atestiguada (Neh
ca persecución pasada que continúa. 9,26; 1 Re 18,4.13; 19,10.14; 2 Cr 36,15-21; Vi-
das de los Profetas 1,1; 2,1; 3,2; 6.2; 7,2; etc.; As-
La persecución es por causa de la justicia, es censión de Isaías 1.9; 5,1-16). Además, el evange-
decir, el imperio salvífico de Dios, manifestado lio vuelve repetidamente sobre el tema (13,57-58;
por Jesús (5,3-6; por causa mía, 5,11), y las ac- 21,35-36; 22,6; 23,29-32.34-37). Sobre Juan,
ciones que representan ese reinado (5,7-9). Véase véase 3,1-12; 4,12, y 14,1-12.
3,15; 5,6 (sobre la justicia/rectitud); 3,2;
4,17.23; 5,3 (sobre el reinado /imperio de los Aunque ese parangón no convierte a los discí-
cielos). pulos en profetas, los acerca a ellos en la difícil
tarea de explicar y poner por obra la palabra de
La persecución no es una política que se utilice Dios en una sociedad que hace oídos sordos a la
en todo el imperio. Más bien, como explica 5,11- voz divina. Los discípulos, como los profetas, ocu-
12 abandonando el discurso en tercera persona pan una posición liminar (Introducción, sección
para hablar directamente al público, tiene carácter 10). Viven dentro de la cultura dominante, aunque
local. Pero no hay que tomarla a la ligera. Dicho- sin integrarse; pero sin poder tampoco abandonar-
sos seréis cuando os injurien y os persigan y la, porque han recibido de Dios la misión de ac-
digan falsamente toda clase de mal contra vo- tuar en ella.
sotros por causa mía. El verbo injuriar puede

Notas 8. Pobee, Who are the Poor?, 14-31; Gallardo,


«Matthew: Good News for the Per-secuted Poor», 181-92.
5. Véase Betz, Sermón, 92-110; Guelich, Sermon, 63- 9. Garland, Reading Matthew, 54.
66. 10. Wengst, PAX ROMANA, 64-65; Gabriel, «Jesus'
6. Hanson, «How Honorable! How Shameful!», 100-1. Economic Perspective», 201-6.
Yo modificaría levemente el argumento de Hanson. Dice 11. MacMullen, Roman Social Relations, pássim.
que las bienaventuranzas presentan «las condiciones y 12. Roth, The Blind, the Lame, and the Poor, 115-25,
conductas que la comunidad considera honorables». 132-41.
Quizá, pero esta declaración supone hacer abstracción 13. Dios interviene en favor de los pobres, por ejem-
del texto mateano y de la comunidad de discípulos real. plo, con leyes especiales (Ex 21-23), atendiendo de ma-
Yo preferiría decir que las bienaventuranzas presentan nera no especificada a sus lamentos (Sal 12,5), encar-
condiciones y conductas que Dios valora o encuentra gando de su protección a reyes justos (Sal 72,1-14), me-
honorables y que, por tanto, los miembros de esa comu- diante las amonestaciones de los profetas (Is 3,14-15;
nidad tienen también que valorar y estimar. Algunos, 10,1-2; Am 2,7; 4,1; 5,11), con la destrucción punitiva
naturalmente, podrían no hacerlo. Véase asimismo Ney- de los ricos y los poderosos (Am 5,11-27), con las mise-
rey, Honor and Shame (trad. esp.: Honor y vergüenza, Sí- ricordiosas acciones de los hombres justos (Prov 19,17;
gueme, Salamanca 2005), 164-211. 28,27; Eclo 4,1-4.8).
7. Véase al respecto Guelich, «Matthean Beatitudes»; 14. Véase Martin/Phillips, «Consolatio ad Uxorem»,
Powell, «Matthew's Beatitudes». Generalmente sigo a Po- 397-412.
well. Véase también Garland, ReadingMatíhew, 52-58. 15. Betz, Sermon, 121-23.

44
6 MATEO.5. LAS BIENAVENTURANZAS.CARTER

16. Véase, p. ej., Good, Jesus the Meek King, pássim, nas (12.481-518) en el que tienen acogida todos los des-
72-74. dichados: «un refugio común para los seres en apuros»,
17. Ringe, Jesus, Liberation and the Biblical Jubilee. lejos de «la cólera y las amenazas de los reyes» y de For-
18. Powell, «Mallhew's Beatitudes», 468. tuna (12.503-5). Pero mientras que la misericordia pro-
19. Betz (Sermon, 133) señala que si bien la miseri- porciona un refugio, no hay oposición contra esas fuer-
cordia era valorada en la piedad popular, no ocurría así zas destructivas ni corrección de ellas. Véase Harris,
entre los filósofos y menos aún entre los estoicos. Séne- «Idea of Mercy», 89-105.
ca resume una tradición de desprecio de la misericordia 20. Para nociones helenísticas, cf. Betz, Sermon, 135.
en su interpretación política de la clemencia. Argumenta 21. Zampaglione, Idea of Peace, 135; Wengst, PAX
que mientras que un gobernante, como representante de ROMANA, 11-26.
los dioses, «se refrena de actuar movido por la venganza» 22. Wengst, ibíd., 7-11, 11-54.
(De clem. 2.3.1) o la crueldad, usa la clemencia si con- 23. Scott, Imperial Cult, 25-26, 43, 51, 94-95.
viene al bien del Estado, que coincide con la protección 24. Windisch, «Friedensbringer-Gottessöhne», 251-
de los intereses y el poder del gobernante (!). Obrando 57.
así, él imita a los dioses (1.7.1). Pero la clemencia no es 25. Wengst, PAXROMANA, 10; véase también Intro-
misericordia, que consiste en pena o angustia ante la ducción,
desgracia de otros (2.5.4), si bien el sabio (el estoico) 26. Zampaglione, Idea of Peace, 157.
puede mostrarse benévolo hacia esas personas. Estacio, 27. Reicke, «New Testament Conception of Reward»,
en La Tebaida, describe el Altar de Misericordia, de Ate- 196, 205.

*
CARTER, W., J., Las bienaventuranzas, en Mateo y los
márgenes. Una lectura sociopolítica y religiosa, Verbo
Divino, Estella 2077, 208-218.

45
LA APOCALÍPTICA Y LOS APOCALIPSIS

1. Aclaración de términos b) Trozos apocalípticos del Nuevo Testamento


Apocalipsis es un término griego que significa Apocalípsis de Juan (Ap)
Apocalipsis Sinóptico (Mc 13; Mt 24; Lc 21,5-36)
«revelación». Con él se designa tanto al últi- Apocalipsis paulino (1Tes 4,16-17; 2Tes 2,1-12)
mo libro de la Biblia, como a un género litera- Pedro (2Pe 3,1-3)
rio y a un movimiento socioreligioso.
c) Apocalíptica judía contemporánea y posterior al NT
La apocalíptica es una cosmovisión, que se Ascensión de Isaías (comprende El martirio de Isaías)
Vida de Adán y Eva
expresa en un género literario con motivos li- Apocalipsis de Abrahán
terarios característicos y llega a constituir un Testamento de Abrahán
verdadero movimiento denominado «apoca- Libro de los Secretos de Enoc (=IIEnoc o Enoc eslavo)
lipticismo». Libro IV de los oráculos sibilinos
IV Libro de Esdras (=Apocalipsis de Esdras)
El II libro de Baruc (=Apocalipsis de Baruc)
Como género literario común a un conjunto El III libro de Baruc (Apocalipsis griego de Baruc)
de escritos, la Apocalíptica surge y se conso- Libro de los oráculos sibilinos (s. II d.C.)
lida en tiempos de peligro y persecución como
una fe en el triunfo de Dios y con el propósito d) Apocalíptica cristiana
de alimentar la esperanza del pueblo. Didaché 16
La asunción de Isaías
El Apocalipsis de Pedro
Como movimiento socio-religioso, el apoca- El Pastor de Hermas
lipticismo es una corriente o modo de pensar El IV libro de Esdras
y de creer judío y cristiano que utilizó el géne- Oráculos sibilinos (I,II,VI,VII,VIII)
ro literario apocalíptico (s. II a.C. al s. II Apocalipsis de Pablo
d.C.). e) Apocalipsis cristianos tardíos:
Ap de Tomás (antes del s.V),
Toda la comunicación está hecha por medio Ap de Sofonías (± 400)
de canales y sobre todo de formas cuya orga- Ap de Elías (fin s. IV)
nización o estructura señala una dirección al Ap de Zacarías
Tres Ap de Juan (s. V, VI-VII, XI)
mensaje; la forma es así una clave de lectura. Dos Ap de María (s. VII y IX)
El género literario apocalíptico funciona como Ap de Esteban (s.V).
un «código» de identificación de un texto en
cuanto «apocalíptico».
3. Forma, contenido e intención
2. «El corpus apocalipticum»
3.1 Forma
Existe un acuerdo general de que el corpus
principal de la literatura apocalíptica judeo- La característica formal más importante de la
cristiana se produjo entre los años 200 a.C. y apocalíptica es el recurso a revelaciones que
100 d.C. son comunicadas a los destinatarios mediante
visiones, a veces audiciones, nocturnas o extá-
a) Apocalipsis judía antes del NT
Ezequiel 38-39 ticas, o también mediante raptos con su co-
Gran apocalipsis de Isaías (Is 24-27) rrespondiente viaje celeste o la recepción de
Pequeño apocalipsis de Isaías (Is 34-35) una escrituras.
Segundo Zacarías (Zac 9-14)
Daniel Suele existir un mediador trascendente, ej. un
Libro de Henoc
Libro de los jubileos (=Pequeño Génesis o Ap de Moi- ángel. También se requiere un receptor de la
sés) revelación, generalmente un pseudónimo
Tercer libro de los Oráculos Sibilinos (Henoc, Moisés, Juan). Se escoge un persona-
Testamento de los 12 Patriarcas je representativo para que legitime al texto y
Salmos de Salomón pueda crear seguridad sobre el desenlace de la
Asunción de Moisés
Qumrán (QMyst; 1.2.5QJN; 4QPrN; 1QPsDn; historia.
1QMelq)

1
46
El receptor de la revelación se coloca en un 6. La salvación escatológica. Transformación
tiempo que se remonta a los orígenes, allí cósmica o salvación personal (resurrección,
aprende todo lo que sucederá al final de los rapto y exaltación al cielo).
tiempos, pero el lector del texto está en el úl-
timo tramo previo al fin escatológico. El texto Otras características:
es dado a conocer en el momento de crisis en
que vive el lector (grupo/comunidad). De esta 1. Tendencia al exclusivismo soteriológico.
manera, el lector sabe que ya se ha cumplido Esperan la salvación para ellos (los elegidos,
toda la historia presente y por eso se cumplirá justos, santos), no para la humanidad o todo
la que falta, que es el desenlace donde se pasa Israel.
de la crisis a la salvación definitiva.
2. Cierto esoterismo. No se presentan como li-
3.2 Contenido teratura pública, sino reservada para un grupo,
para los iniciados que pueden descifrar los
1. Los sucesos primoridales. Una teogonía o símbolos.
cosmogonía, pecado de los ángeles, revela-
ción de la Toráh, etc. 3. Polarización del espacio. Cielo y tierra,
arriba y abajo como lugares diferenciados
2. La historia del mundo o de Israel. Puede ser donde actúan los seres trasmundanos.
una relectura del pasado o una “profetia ex
eventu”, esto es, la historia pasada ya conoci- 4. Conclusión narrativa. Se narra el despertar,
da se anuncia como futura para dar seguridad el regreso a la tierra o la partida del receptor;
respecto al cumplimiento de la obra. también que escribe o esconde la revelación.

3. La salvación presente. Sólo en el caso de la


apocalíptica gnóstica. 3.3 Intención literaria

4. Una crisis escatológica. Persecución de los La apocalíptica tiene una intención parenética.
justos, desastres naturales o históricos, sufri- Se propone consolar al lector y animarle a
mientos escatológicos. perseverar. Trata de exhortar, generar espe-
ranza y seguridad de la salvación, en función
5. El juicio o destrucción de los malos. Caen de un contexto socio-político y cultural de su-
los poderes malvados de la historia o del otro frimiento.
mundo: satán, belial, etc.

3.4 Apocalíptica y profecía


APOCALÍPTICA PROFECÍA
Lenguaje • escrito • oral y luego escrito
Forma literaria • prosa • poesía
Estilo • extenso y ampuloso • oracular. Breve, sentencioso
Autor • pseudónimo. Personaje del pasado. • personaje real del presente
Destinatarios • los elegidos, ya convertidos, los fieles • todos, los pecadores
Receptor de la revela- • un personaje arquetípico, originario, ale- • personaje contemporáneo, real
ción jado en el tiempo
La Historia • la del futuro, se periodiza la pasada para • la de Israel, recordada como salvífica (el
distinguir justos e infieles éxodo) para exaltar la acción de Yahvéh
Intención • consolar y exhortar al grupo fiel • interpelar, exigir conversión y fidelidad a
la alianza
Escatología • suprahistórica • intrahistórica

2
47
CUESTIONARIO

CROATTO, J. S., Apocalipsis y esperanza de los oprimidos. Contexto sociopolítico y cultural


del género apocalíptico, Ribla 7 (1990) 9-24.

1. ¿Cuáles eran los cuatro grupos que emergieron 7. ¿En qué sectores sociales se expresa la resisten-
en Judá durante el post-exilio, II.1? cia a la invasión cultural II.4?

2. ¿Por qué los fariseos y los teocráticos se opo- 8. ¿En qué consiste la fuerza kerigmática de la
nían a los visionarios, II.2? apocalíptica III?

3. ¿Por qué los grupos apocalípticos se aproximan 9. ¿Por qué la intención de la literatura apocalíp-
a la condición de los pobres periféricos II.2? tica es parenética o de exhortación IV.2c y
IV.2ch?
4. ¿Por qué la revelación imaginada por los apo-
calípticos es nueva y antigua a la vez II.3? 10. ¿Cuál es la finalidad del mensaje apocalíptico
al anunciar el futuro de la historia? (V.5)
5. ¿Por qué los apocalípticos le dan tanto peso a la
esperanza en el futuro II.3? 11. Por qué en la representación apocalíptica lo
que realmente importa no es el «cómo» del futuro?
6. ¿Por qué los textos apocalípticos son literatura (V.8)
de resistencia y no son evasivos II.3?

Aportes para la fundamentación


de una Etica Social Cristiana [ESC]

1. Una ESC que tome en cuenta las condi-


ciones socio–políticas que dieron origen a la 4. La ESC congruente con la tradición apo-
apocalíptica, debe aportar a la comunidad su- calíptica debe exponer críticamente el derecho
ficientes motivaciones y directivas, para man- de los pueblos, naciones y comunidades a pro-
tenerse en fidelidad al Dios de la vida y pre- mover y preservar su identidad cultural frente
servar su identidad frente a un sistema alie- a procesos de imposición cultural devastadora,
nante y devastador, sin caer en la tentación de sirviéndose para ello de prácticas (usos, cos-
dejarse absorber por su cultura de muerte. tumbres) y de los múltiples recursos (idioma,
literatura, etc.) de su propio patrimonio cultu-
2. La ESC inspirada en la apocalíptica está ral.
llamada a incorporar en sus desarrollos el es-
píritu de resistencia de los marginados y, por 5. La ESC está llamada a considerar críti-
lo mismo, a elaborar una reflexión crítica so- camente y a valorar las posibles consecuencias
bre las formas legítimas de la resistencia polí- que tiene una actitud de resistencia ante el sis-
tico–social, y a fundamentar el derecho de los tema opresor: la marginación, la persecución
grupos marginados de la sociedad a expresar social y el martirio.
su propia palabra.
6. La ESC debe integrar en su proceso de
3. La ESC inspirada en la apocalíptica de- formulación la dimensión kerigmática de la
bería elaborar una valoración crítica sobre la apocalíptica, de tal manera que contribuya a
validez y legitimidad de usar expresiones pro- que la comunidad se mantenga fiel a la volun-
pias del universo religioso simbólico (escritos, tad de Dios ante situaciones sociopolíticas
ritos, oráculos, maldiciones, promesas, etc.) desesperanzadoras.
como formas de resistencia, destinadas a des-
calificar a los sistemas simbólicos hegemóni-
cos y a subvertir, por lo menos ideológica-
mente, los órdenes establecidos que los sus-
tentan.

48
Apocalíptica y esperanza de los oprimidos
(Contexto socio-político y cultural del género
apocalíptico)
Severino Croatto

I. La literatura apocalíptica se desarrolló notablemente en


los últimos siglos antes de Cristo y en los primeros de
nuestra era. No muchos de sus textos ingresaron en el
“canon” de Escrituras sagradas. Los fariseos no eran afectos
a la apocalíptica, porque expresaba un canal revelatorio no
manejable por la Torá. El libro de Daniel, sin embargo se
recomienda a sí mismo por su primera parte (1-6), en la que
se perfila la figura de un judío modélico, observante fiel de
las leyes y de las costumbres del pueblo hebreo. Hay textos
en el AT de fuerte tono escatológico (que no es lo mismo que “apocalíptico”) pero que no
configuran propiamente una obra apocalíptica (Joel 3-4, Zacarías 9-14, Isaías 24-27, etc).
Estos ofrecen imágenes y representaciones teológicas que serán ampliamente explotadas
por los apocalipsis. Eso es verdad. El NT contiene más material apocalíptico que el AT:
además de una obra completa como el Apocalipsis, tenemos pasajes reconocidos como
apocalípticos dentro de otras obras, como el discurso sobre el fin en los tres sinópticos
(Mt 24; Mc 13; Lc 21), los pasajes paulinos de 1 Ts 5,13-18; 1 Cor 15,35-53 (¿y Rom 8,18-
25?), o una relectura como la de 2 Ts 2,1-12. Las dos cartas a los Tesalonicenses están
escritas en perspectiva apocalíptica en su totalidad por estar teñidas de los temas del Día
del Señor y de la parusía: lo mismo pasa con la carta de Judas o con la 2 P. Pero en sentido
propio, “apocalipsis” (cuyo rasgo describiremos después) es solamente el último libro del
NT. El discurso escatológico de Jesús (Mt 24 y par.) es eminentemente apocalíptico por su
forma y su contenido, pero está inserto en una obra (el evangelio) que no es apocalíptica y
tiene un elemento esencial “desapocaliptizador” como es el reclamo de misionar (Mt
24,14; Mc 13,10; Lc 21,12ss.).

Más numerosos que los que ingresaron en el canon del AT (hebreo o griego)y en el del NT
son los textos apocalípticos que quedaron fuera, pero que no por eso son menos
importante. Al menos lo fueron para los grupos que lo transmitieron. El volumen y el
proceso de formación de alguno de ellos son indicadores de su enorme gravitación en
ciertos círculos. Tal es el caso del ENOC etiópico (así llamado por haberse conocido a
través de la versión etiópica), formado por cinco libros de diferentes épocas y que tiene en
total de 108 capítulos. Señal de una larga gestación de la tradición “enóquica” (apenas
recogida en Gén 5,21-24), cuyo ciclo literario culmina en una composición (con cinco
libros) que hace competencia al Pentateuco, ya en el siglo II aC reflexiones parecidas
merecen los grandes apocalipsis que llamamos “4 de Esdras” y Apocalipsis siríaco de Baruc
(ambos de fines del siglo I o II dC)que tienen una motivación político-religiosa.

49
II.1. Toda esta proliferación apocalíptica debe tener una explicación. Y ésta no está en la
que suele indicarse en la literatura especializada, en la que se discute si la apocalíptica
deriva de la profecía (opinión más común actualmente) o de la sabiduría (Cf. Von Rad y
Otros). Hay que tener en cuenta, respecto de esta discusión, que la literatura profética ya
había incorporado muchos temas y motivos sapienciales cuando se desprendió de ella la
apocalíptica. Pero más relevante es el origen social de esta literatura. Leída desde una
perspectiva lejana como la nuestra, o como texto dentro de un canon de Escrituras que
nivela todo como “palabra de Dios” sin mayores distinciones, no representa lo mismo que
cuando se la sitúa en su contexto cultural e ideológico.

Ante todo, hay un contexto socio-político y cultural. Por un lado, el dominio extranjero
sobre Judá, que generaba muchas frustraciones políticas y económicas desde el exilio
hasta después de formado el NT. Una de sus expresiones está en la elocuente oración de
Nch. 9,36s.:

“Míranos hoy a nosotros esclavos, y en el país que habías dado a nuestros padres para
gozar de sus frutos y bienes; mira que aquí en servidumbre nos sumimos: sus muchos
frutos son para los reyes...”.

Estos reyes no eran propios sino persas. Para los judíos de la diáspora, el problema era
principalmente cultural y religioso: su religión monoteísta los regrababa de la sociedad,
sus costumbres los hacían “diferentes”. Cabían tres consecuencias posibles: ser
marginados de la sociedad, ser absorbidos por ella (con la pérdida de su propia identidad),
o ser perseguidos como desestabilizadores. Esta última era también la situación de los
primeros cristianos en el contexto del imperio romano. La acusación de los comerciantes
romanos de Filipos contra Pablo y Silas muestra lo que se respiraba en aquella atmósfera:

“Estos hombres alborotan nuestra ciudad; son judíos y predican unas costumbres que
nosotros, por ser romanos, no podemos aceptar, ni practicar”(Hechos 16,21).

En el contexto socio-político interno de Judá emergen ya desde el post-exilio temprano


distintos grupos en torno a la proximidad del poder, político y religioso. Los persas usan a
los judíos para su propio proyecto político-económico; los que regresan del exilio traen su
propio proyecto religioso y no quieren la colaboración de la población mixta de Judá (el
“pueblo de la tierra”) (Esdras 4,1-5). Está también el proyecto de los samaritanos, a cuya
satrapía pertenece Judá. Los que retornan del exilio continúan el espíritu de la antigua
élite jerosolimitana deportada por Nabucodonosor (2 Re 24,14-16; 25,11s.). Su proyecto
se manifiesta en el control del templo y sus instituciones y es sostenido por los profetas
Ageo y 1 Zacarías (Zac 1-8), por Esdras y Nehemías (ver los libros homónimos). En la etapa
exílica, generadora de tradiciones en esa línea, hay que enumerar a Ezequiel 40-48 y a los
círculos que plasmaron la tradición S (sacerdotal) del Pentateuco. La figura más antigua
que los representa es la de Sadoc , sumo sacerdote de Jerusalén desde los tiempos de
David/Salomón. En la oposición estuvo siempre el sacerdocio de Ebiatar, de orígenes
israelitas más antiguos, en cuya línea hay que contar a los levitas, símbolo del sacerdocio

50
marginado, pero que después del exilio levanta su voz en los oráculos del 3 Isaías (cf. Is
66,21), cuyo espíritu abierto es contrario a lo que será la reforma de Esdras y Nehemías
(cf. Is 56,3-8).

II.2. Más adelante, el proyecto teocrático de los regresados de Babilonia genera a su vez
otro grupo contestatario, el de los “visionarios” representados por el 2 Zacarías (Zac 9-14)
y (según P.D. Hanson) también el 3 Isaías, aunque hay demasiada distancia, entre ambas
obras. Detrás de estos “visionarios” comenzaría a perfilarse la tendencia apocalíptica ,
cuyo primer rasgo sociológico es el ser marginados del “establishment” religioso-político.
Si esta reconstrucción es fiable, nos daría otra coincidencia con lo ya advertido al
comienzo respecto de que la apocalíptica no era del agrado de quienes (como los
fariseos)controlaban el origen religioso (la Ley). Los “visionarios” se escapaban de ese
control central; tenían “otra” palabra de Dios complementaria. Que esto sea un hecho a
tener en cuenta en toda valoración de la apocalíptica, se confirma por la indicación
notable, pero no justamente apreciada sociológicamente, del 4 de Esdras , cuando en la
séptima visión (cap. 14,1-48, la “leyenda de Esdras”) el personaje de Esdras es
representado como un nuevo Moisés. Una voz que le habla le ordena escribir sobre tablas
“todo lo que ha ocurrido en el mundo desde el comienzo, y todo lo que estaba escrito en
la ley (violada por los israelitas) “(14,22). Ayudado por cinco hábiles escribientes, escribió
94 libros (14,44). El AT contiene 24 “libros” (a veces conjuntos) según la enumeración
antigua; !quedan 70! (número simbólico, además, que indica plenitud/totalidad). En éstos
está escrita la historia del mundo (según 14,22), un tema eminentemente apocalíptico
como veremos. Aquí nos interesa destacar que para la comunidad donde surge esta obra
hay una revelación divina, que triplica la del AT o Torá, que no pasa por ésta y que por
tanto no es controlable por los grupos de poder que se rigen por ella. Los grupos
marginados necesita crear su propia “palabra”.

Por eso la literatura apocalíptica delata a cada paso la división dentro de la comunidad
judía. A la oposición “teocráticos/visionarios” recién señalada, equivalente a la de
“poderoso/marginados” en el plano político-social, se añade- y recibe la más enfática
expresión en los textos apocalípticos- la oposición “justos/impíos”. Esta no es propia de la
apocalíptica pues aparece en los libros sapienciales (sobre todo en su forma redaccional
más reciente) y en la oración litúrgica (Salmos). En la literatura apocalíptica, sin embargo,
dicha oposición es central en la cosmovisión de los grupos de base. Los “temas”
apocalípticos del juicio, del reino escatológico, de la “visita” última de Dios, de la
resurrección, etc; están marcados por esa polarización religiosa, que muchas veces quiere
invertir una polarización social de efectos opuestos. Hablar de “elegidos” es corriente en
esta literatura. Estos, y no todo Israel, son los destinatarios de las revelaciones (de ahí el
vocablo “apocalipsis”) mediadas por el personaje protagónico (Moisés, Enoc, Jesús, Juan,
o el que sea). De esto volveremos a hablar.

51
En resumen, los grupos “apocalípticos” surgen como una forma de protesta, y a veces de
resistencia, frente a un sistema opresor centralizador del poder, ideológicamente
discriminador religiosamente monopólico, etc; que de echo los margina. Esto los aproxima
a la condición de pobres y periféricos, al menos en una primera instancia.

II.3. Hay también otro aspecto, poco contemplado, que explica el nacimiento de la
apocalíptica, en especial en su cristalización conceptual. La misma situación socio-política
y religiosa ante señalada, generaba una crisis de fe en relación con las promesas . Las
frustraciones históricas de Israel, o de grupos dentro de él suscitaban la pregunta por el
valor de las promesas de bendición tan marcadas en los textos sagrados, en particular en
la Ley y en los Profetas. Dejémonos expresar por el autor del ya mencionado 4 de Esdras :

“Digo esto ante ti, Señor, porque has dicho: “es a causa de vosotros que he creado el
mundo”. La otras naciones que descienden de Adán son como la nada; se asemejan a la
saliva, o a las gotas de agua de un cubo, ellas y sus alegrías. Y ahora he aquí que estas
mismas naciones que son como la nada nos dominan y nos pisotean. Y nosotros, tu pueblo
al que decías: “Sois mi primogénito mi hijo único al que amo”, estamos en sus manos. Si
has creado el mundo para nosotros, ¿por qué no lo poseemos como herencia?”(6,55-59).

Esta “sorpresa”, si no escándalo, por la situación presente de quienes fueron objeto de las
promesas más excitantes, genera la típica pregunta “¿hasta cuándo? de los apocalípticos
(Dn 8,13; Ap 6,10 ‘¿hasta cuándo-claman los mártires cristianos- vas a estar sin hacer
justicia y sin tomar venganza por nuestra sangre?'; 4 de Esdras 4,35 ‘¿hasta cuándo
estaremos aquí? ¿cuándo vendrá la cosecha de nuestra recompensa?'). Estas preguntas se
hizo el pueblo de Israel también en otras situaciones (cf. Ps 74,10; 89,47, dos salmos que
constatan, y por eso protestan, la discontinuidad entre realizaciones o promesas del
pasado y la realidad ruinosa del presente).

Pero mientras en la fe tradicional de Israel se esperaba que Yavé reiterara las promesas
del pasado (creación, éxodo, etc.) (cf. Ps 74,2; Is 51,9-11, o la maravillosa oración de Is
63,7-64,11) o que realizara las promesas ya conocidas (oráculos proféticos de salvación),
en los apocalípticos se imagina una nueva revelación . Nueva respecto de los libros que
recoge la tradición pasada; pero antigua en cuanto no acontece ahora sino que ya fue
manifestada a un personaje especial al comienzo del mundo o de Israel, o de una etapa
clave de su historia; se trata por tanto de una revelación “originaria” (a Adán, a Enoc, a
Set, a Abrahán, a Moisés, a Daniel, a Jesús [Mt 11,25 s.], a cuatro discípulos privilegiados
(Mc 13,3), a Juan, etc.). Veremos más adelante que este modelo tiene que ver con el
mensaje de los textos apocalípticos; ahora basta señalar que se trata siempre de un
material revelatorio diferente del tradicional. Y que su contenido “anticipa” la historia del
mundo desde el momento de la revelación hasta el fin . Sobre pasa, por tanto, los límites
de la historia de Israel. Los apocalípticos aparecen, en efecto, cuando Israel ya no es un
pueblo aparte sino que está totalmente arrojado al torbellino de los sucesos mundiales, lo

52
que sucede con el advenimiento de los grandes “imperios” como el de los griegos
(seléucidas) y el de los romanos. Pero como las promesas históricas a Israel no se ven
realizadas en el presente y el tremendo poder opresor de los imperios, o la prosperidad y
prepotencia de los impíos y perseguidores no se condicen con la justicia de Dios, los
grupos apocalípticos ponen todo el peso de su esperanza en el futuro salvífico , un futuro
ya diseñado por Dios y que se cumplirá según él lo ha fijado. De ahí el angustiante “¿
cuándo sucederá todo esto (ya revelado)?” que se lee muchas veces (Dn 12,6b ‘¿cuándo
será el cumplimiento de estas maravillas?'; Mt 24,3b; 4 de Esdras 8,63 “Señor, acabas de
indicarme la multitud de signos que harás en los días últimos pero no me has indicado
cuándo tendrán lugar'“.

No se da entonces solamente una relectura de las promesas (como en otros contextos)


sino la revelación de OTRAS promesas que tiene que ver con el fin de este mundo o
historia y el advenimiento de un nuevo mundo/historia en que los grupos ahora
marginados, oprimidos, perseguidos, únicos “fieles” a Dios, serán los salvados y
disfrutadores. Esta “revelación” de todo lo que sucederá implica seguridad en que
efectivamente las promesas se cumplirán. Para el que nada tiene (de bienes, felicidad,
libertad) esta seguridad del fin favorable es generadora de esperanza y contribuye
fuertemente a la constancia en la fe en medio de los sufrimientos. ¿Era esto un escapismo
futurista? En las situaciones en que nacen, los textos apocalípticos no son evasivos, sino
que conforman una literatura de resistencia de los oprimidos; no crean conflictos de lucha
ofensiva contra los poderosos, pero sí una confrontación contra hegemónica en el plano
ideológico que cohesiona al grupo, debilita al opresor, y ocasionalmente puede generar
una defensa violenta. Otra respuesta a la situación es el retiro de la sociedad (la
comunidad de Qumrán, por ejemplo) pero no para realizarse fuera de ésta sino para
esperar el tiempo del fin y ocupar el lugar de los opresores, enemigos o transgresores de
las leyes de Dios (lo último es el caso de Qumrán).

II.4. Las situaciones de crisis no son solamente económicas y políticas; son también
culturales. En la época helenista, en que empieza a proliferar la literatura apocalíptica (no
solo dentro de Israel), se da una invasión de formas de vida helénicas, magníficamente
descritas en 1 Mc 1,10-15. 41-51. Sirva de muestra este pasaje:

“Algunos del pueblo, más decididos, acudieron al rey (Antíoco Epifanes!) y obtuvieron de
él autorización para seguir las costumbres de los gentiles . En consecuencia, levantaron en
Jerusalén un gimnasio al uso de los paganos, rehicieron sus prepucios, renegaron de la
alianza santa para atarse al yugo de los gentiles, y se vendieron para obrar el mal” (vv. 13-
15). Esto significaba una pérdida de la identidad religiosa en la praxis, y cultural en lo
ideológico. A las “costumbres” paganas (=griegas en el caso) se sumaban seguramente los
“modelos” griegos a través de mitos y leyendas heroicas. La resistencia a esta invasión
cultural se expresa (en un ámbito no apocalíptico) en la revaloración de los héroes y
personajes famosos de la tradición de Israel , como lo hace el autor de Sirac 44-50,

53
utilizando precisamente un lenguaje griego de celebración de hombres famosos (el
género del “De viris illustribus”): cf. 44,1-15. Así se contraataca el poder infiltrador de los
“modelos” del invasor. Tarea admirable. Otros grupos eligen la lucha armada, la
resistencia activa (los macabeos), mientras que los apocalípticos se afirman en la
resistencia ideológica y contracultural –frente al martirio mismo– con la seguridad de un
cambio radical y próximo que los salvará mediante una intervención transcendente de
Dios (Daniel, partes del libro de Enoc, etc.).

III. Ahora bien, en un contexto concreto como el de la invasión (cultural, religiosa, política,
económica) helenística o romana, los textos apocalípticos no alimentaban solo una
esperanza futura para aletargar a sus adeptos sino también una praxis de preservación de
la identidad frente a otra praxis alienante y devastadora. La consecuencia de esta actitud
era el martirio, o por lo menos la persecución y la marginación social. Si las ideas
apocalípticas hubieran sido inocuas, sus adherentes lo habrían pasado mejor... Pero es
cierto que se volvieron inocuas tantas veces cuando fueron sacadas de su contexto socio-
político y adoptadas simplemente como “doctrina” o como simbólica religiosa
fundamental. La apocalíptica no puede convertirse en una doctrina que dure dos mil años
de tal modo que sus textos se hacen irrelevantes aun en los momentos que debieran
resurgir. Sucede en efecto que la simbólica apocalíptica queda “prisionera” dentro de un
sistema eclesiástico que ya no representa al pueblo. En el uso popular actual de lo
apocalíptico puede primar la preocupación individualista por el más allá más que la
confrontación alternativa con el mundo y el poder político actuales. Lo ha marcado muy
bien Elisabeth Schüssler-Fiorenza al final de los dos recientes estudios sobre la
apocalíptica cristiana temprana 1 y sobre el contexto sociológico del Apocalipsis 2. La
mejor manera de releer los textos apocalípticos es cuando se dan situaciones socio-
políticas equivalentes (no iguales, pues sería buscar un concordismo superficial) al de su
producción.

La apocalíptica tiene por tanto, desde su nacimiento, una gran potencia querigmática:
proclama una esperanza cuando todo parece perdido; sostiene la fidelidad a Dios cuando
lo recibido —y generalmente codificado en normas y leyes— no responde adecuadamente
a las crisis presentes.

IV. Ahora bien, esta problemática que hemos situado en los niveles socio-político, religioso
y cultural, se expresa en la apocalíptica a) en una cosmovisión con temas propios; b) en un
género literario determinado que funciona como “código” de identificación de un texto
como “apocalíptico”; c) en el recurso a motivos literarios característicos, sobre todo
cuando aparecen en conjunto; ch) en una tendencia generalizada que permite hablar de
un movimiento . Se ha llegado a un consenso actualmente en que a) se denomina
“apocalíptica “, b) determina que un texto sea un “apocalipsis” y c) se llama

54
“apocalipticismo”; ch) complementa el género literario. Vamos a considerar brevemente
cada uno de estos puntos. Conviene tener en cuenta previamente que los textos
apocalípticos son esencialmente simbólicos (y en algunas partes también alegóricos). Este
es un rasgo del lenguaje religioso que expresa la experiencia de lo trascendente a través
de las cosas de la experiencia común elevadas a la categorías de “remisoras” a un segundo
sentido 3. Pero se puede decir que en lo apocalíptico el simbolismo está en todos los
niveles.

IV.1. La cosmovisión apocalíptica . Si el punto de partida de la experiencia apocalíptica son


las situaciones de extrema crisis socio-política, religiosa y cultural, y la sensación de
impotencia para cambiar las cosas, no es de extrañar que el futuro salvífico sea puesto en
un orden o un “mundo” totalmente diferente del orden o del mundo actuales. La simple
imagen literaria de “los cielos nuevos y la tierra nueva” de Is 65,17; 66,22 se convierte en
los apocalipsis clásicos en una representación conceptual básica. Se habla entonces de
“este mundo” y del “mundo que viene”. En el 4 de Esdras se dice que “el altísimo no ha
hecho un mundo sino dos” (7,50), “ha hecho este mundo para muchos y el mundo que
viene para pocos” (8,1). El Apocalipsis siríaco de Baruc hace de la doctrina de los dos
mundos un argumento esencial de su visión religiosa: “así como por un breve tiempo, en
este mundo que pasa y donde vivís habéis soportado numerosos sufrimientos, de la
misma manera en el mundo que no tiene fin recibiréis una gran luz” (48,50), “verán un
mundo ahora invisible” (51,3 y cf. 14,13; 40,3, etc.). Esta concepción revela un cierto
pesimismo sobre “este mundo”/esta historia. A diferencia de la escatología profética (en
la que el futuro ideal es preparado por la fidelidad a la alianza) en la apocalíptica se espera
un cambio tan radical que solo Dios puede hacerlo, con un cambio no del hombre sino del
“mundo”. Respecto del presente la apocalíptica es pesimista (porque sus adherentes
siente el peso del mal y del sufrimiento) pero es esencialmente optimista en la esperanza
de salvación, que sitúan en “el mundo que viene”, que no significa un mundo espiritual y
celestial sino el que viene “después”. En algunos textos se lo trascendentaliza para
remarcar mejor su diferencia y sacralidad, no para espiritualizarlo.

La inauguración del “mundo que viene” va acompañada de un juicio divino sobre los justos
e impíos (tema muy desarrollado en algunos apocalipsis) y de la resurrección de todos los
hombres (cf. Dn 12,2)4 o de los justos al menos (1 Ts 4,16). Este último es un tema común,
aunque no esencial, y tiene su importancia antropológico-social, por cuanto se indica que
los muertos oprimidos, marginados ó mártires reciben una rehabilitación en su persona
total. Esta reflexión la hacía también el autor de un libro sapiencial como Sad. 1-5 al hablar
de la suerte de perseguidores y justos (cf. especialmente la síntesis de 2,21-24). El “mundo
que viene” es descrito también con la imagen del Reino (no necesariamente “mesiánico”,
esto varía según los apocalipsis), y el juicio escatológico es hecho coincidir a menudo con
la visita de Dios o el Día del Señor , dos imágenes que no son apocalípticas en su origen.

Bajo otro aspecto, la apocalíptica trascendentaliza tanto a Dios, que lo distancia de los
hombres. En los textos apocalípticos pocas veces habla Dios mismo. La distancia es
cubierta por seres intermedios, los “mensajeros” o ángeles (y su degeneración, los

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demonios que representan la sombra o lado negativo de la realidad). Los ángeles son
además quienes interpretan las visiones o los sueños del personaje protagonista. La
demonología se explica (como en el Enoc etiópico 56,3-16 O 6-8) a partir de una relectura
del mito de Gn 6,1-4.

Otro tema relevante en la apocalíptica es el de la periodización de la historia. Una


tradición sumeria (!del tercer milenio aC!) divide la historia entre antes y después del
diluvio; la composición del pentateuco revela también una división de la historia entre
antes del Sinaí/Moisés (diez períodos) y después del acontecimiento revelatorio de la Ley
5. En la apocalíptica la periodización de la historia es una forma de expresar una
evaluación de la misma a través de los momentos más significativos y señalar el control
soberano de Dios sobre toda la historia: así las doce aguas, negras y luminosas
alternativamente, en el Apocalipsis siríaco de Baruc 53-74; las diez semanas de la historia
del mundo en el Enoc etiópico 93-y 91,12-17 o la visión de los animales en 85-90
(“Apocalipsis de los animales”); la historia dividida en cincuenta “jubileos” en el libro de
los Jubileos . En un sentido más político se divide la historia en cuatro períodos
representados por otros tantos reino (Dn 2; 7; 8; 10-12; Enoc etiópico 89,65-90,17). En
estos últimos ejemplos no se abarca toda la historia del mundo sino el período que corre
desde el exilio babilónico hasta el fin. Se parte, en efecto, de una experiencia
fundamental, “originaria”, de crisis sucesivas del pueblo del Israel. Hasta que aparece y se
despliega del reinado final de Israel. La concatenación de este “fin” con la historia
precedente sirve justamente para dar seguridad al grupo perseguido: la historia no
termina ni en el vacío, ni con la victoria de los impíos, sino con la salvación de los
“elegidos” y fieles a Dios.

Lo dicho sobre la cosmovisión apocalíptica muestra cuánto se valora el mundo


trascendente, en sentido espacial (el “arriba”) y temporal (el “después”). La trascendencia
es uno de los núcleos de sentido de la apocalíptica: “este mundo” es el reflejo de
realidades “de arriba”(cf. Dn 10,13ss; Ap 12, etc.); el sufrimiento de ahora se compensa en
el “otro” mundo, lo que no significa en otro lugar sino un mundo cualitativamente
diferente. No hay por lo tanto una doble forma de trascender esta realidad: mirándola
como reflejo de un mundo superior actual donde se suceden arquetípicamente los
acontecimientos, o se “saben” (referencias a mundos o esferas celestiales, a luchas y
signos “en el cielo “, a ángeles y demonios y, por supuesto, a un Dios alejado e
inaccesible), o tratando de pasarla para entrar en el “después” soteriológico; la misma
muerte es trascendida de esta manera ya en esta vida (integrándose en el “arriba”) o
resucitando en el nuevo mundo (escatología individual), o también entrando en el “reino”
escatológico (escatología colectiva) como pueblo liberado (cf. Dn 7,15ss; 1 Ts 4,13-18; Ap
19ss). Si observamos el siguiente esquema vemos que gráfico el apocalíptico interpreta su
situación presente desde una trascendencia espacial (el “arriba”) y espera trascenderla
temporalmente entrando en el “fin” que inaugura la salvación definitiva.

IV.2. El género literario “apocalipsis”. ¿Qué hace que un texto contenga temas
apocalípticos sin ser todavía un “apocalipsis”? En otras palabras, ¿qué constituye en

56
“apocalipsis” un texto determinado? ¿Cómo lo reconocemos? Es importante la distinción,
porque el género literario añade algo al sentido/mensaje del texto, y por tanto orienta su
lectura. Toda comunicación es hecha por medio de canales y sobre todo de formas cuya
organización o estructura señala una dirección del mensaje; la forma es así una clave de
lectura. La “forma” de una pieza musical indica inmediatamente (ya con un solo compás)
qué género musical es, y dirige así a una correcta captación del “sentido”. Is 24-27 no dice
lo mismo si es un “apocalipsis” como erróneamente se intitula esa sección que solo
contiene temas y motivos usados más adelante por la apocalíptica. En cambio, Mc 13 que
es un texto mucho más breve, tiene más elementos del género apocalíptico y se puede
llamarlo “pequeño apocalipsis”. Y así sucesivamente.

La revista Semeia , en su número 14 (de 1979) recoge los elementos formales que
constituyen un “apocalipsis” en sentido propio. Señalamos aquí los principales:

a) En cuanto a la manera cómo se transmite la revelación, puede ser una visión , una
audición (discurso, diálogo), un viaje a otro mundo, o la recepción de la escritura (como
las “tabletas celestiales” del Enoc etiópico 93,2 u 81,1-26). Junto al medio por el que se da
la revelación, hay también un mediador trascendente (ángel en la mayoría de los
apocalipsis; Cristo en el NT) y, por supuesto, un receptor . Este generalmente es
pseudónimo (Enoc, Moisés, Juan. etc.), lo que no responde al intento de legitimar un texto
recurriendo a un personaje significativo y aceptado (lo que se da en otros contextos) sino
a una intención básica de estos textos cual es la de crear seguridad en el desenlace de la
historia. Esto tiene que ver con la periodización de la historia; el receptor de la revelación
aprende todo lo que sucederá en el mundo hasta el fin de los tiempos, pero el lector del
texto que la contiene está en el último tramo previo al fin escatológico. En un esquema:

El texto es producido en el momento de crisis en que vive el lector (grupo/comunidad),


pero la “revelación” es proyectada aun momento arquetípico (orígenes, exilio, etc.). De
modo que el lector sabe que ya se cumplió toda la historia presente; así también se
cumplirá lo que falta, que es el desenlace que lleva de la crisis a la salvación definitiva. El
libro de Daniel es producido en el siglo II aC durante las persecuciones de Antíoco
Epifanes, pero los “sucesos” ( revelación a Daniel de la secuencia de los imperios hasta la
llegada del reino de los santos/Israel) tienen lugar durante el exilio. El Apocalipsis siríaco
de Baruc interpreta la destrucción de Jerusalén en el 70 dC pero el texto solo habla de la
destrucción del 586 aC ; por eso el personaje receptor de la revelación es Baruc, aunque
en este libro la periodización de la historia no va de la época de la revelación hasta el fin
(Daniel, y otros apocalipsis) sino desde Adán. Hay entonces también un repaso de la
historia del mundo. Baruc está en el período undécimo (las aguas negras de la destrucción
de Sión, 67,1). Se le anuncia como futura la reconstrucción de Sión (período 12, aguas
luminosas: 68,1-8). Esta historia es una síntesis de la de Israel. Pero luego vendrán todavía
unas aguas negras más oscuras que atañen a la historia de todo el mundo: “(esto) es el
fin” (69,5), cuando el tiempo del mundo llegue a su madurez (70,2), tiempo de confusión y
sufrimiento. Este es el tiempo en el que están los lectores/destinatarios del mensaje
apocalíptico de este libro. Frente a ellos se aparece o revela el tiempo mesiánico como

57
inminente, las últimas aguas, más luminosas que las anteriores (72-74): “este tiempo
marcará el fin de la corrupción y el comienzo de la incorruptibilidad (74,2).

b) En cuanto al contenido , suele referirse a los seis temas siguientes:

1. sucesos primordiales: teogonía y/o cosmogonía ( Enoc eslavo 11; 4 de Esdras 6,38-55;
en la apocalíptica gnóstica: origen del Pleroma), pecado de los ángeles, revelación de la
Torá, etc;

2. la historia del mundo o de Israel, sea en la forma de una relectura del pasado o de una
prophetia ex eventu (la historia pasada y reconocida es “anunciada” como futura, lo que,
como señalamos, da seguridad respecto del cumplimiento de lo que falta);

3. salvación presente (este contenido se da solamente en la apocalíptica gnóstica, como es


evidente);

4. una crisis escatológica: persecución de los justos (Daniel; Enoc etiópico ; Jubileos 23; 4
de Esdras ; Apocalipsis de Abrahán ; Apocalipsis; discurso escatológico de Jesús en los
sinópticos) u otros desastres o sufrimientos escatológicos, naturales o históricos (en la
mayoría de los apocalipsis);

5. juicio o destrucción de los malos (en todos los textos propiamente apocalípticos, lo que
era de aguardar por la cosmovisión explícita), del mundo (Enoc etiópico; Enoc eslavo) o de
seres de otro mundo (Satán, Belial, Poderes, etc.):

6. la salvación escatológica , como transformación cósmica o como salvación personal


(con resurrección o con otras formas de otra vida, por ejemplo, la exaltación en el cielo).

c) En relación con el espacio , suelen aparecer elementos trascendentes como regiones


celestiales (o esferas), relacionadas muchas veces con los viajes de receptor de la
revelación (en la mayoría de los apocalipsis) o seres transmundanos (ángeles y demonios,
elemento infaltable). Desde el mundo superior se escucha algunas veces una parenesis del
mediador de la revelación a su receptor (Apocalipsis; 4 de Esdras).

ch) Hay una conclusión narrativa (despertar; regreso a la tierra; partida; etc.) o algunas
conclusiones (escribir o esconder la revelación).

58
Hemos observado que la distribución de estos rasgos formales en las distintas obras es
dispar; pero la conjunción de una cantidad ponderable de los mismos hace que se pueda
hablar de un “apocalipsis” desde el punto de vista del género y contenido. Por eso Is 24-27
no es un apocalipsis, ni Zac 9-14, ni Joel 3-4. El rasgo anotado en b/2 explica por su parte
que el Apocalipsis “de Juan” pueda ser una obra pseudónima, o que el discurso de Mc 13
pueda haber sido pensado a partir de la experiencia del 70 dC (que aparezca como “de
Jesús”, obedece al modelo apocalíptico, al menos en su forma actual). Los apocalipsis son,
en definitiva, literatura de revelación en que ésta es mediada por un ser trascendente
temporal (salvación escatológica) y espacial (otro mundo). 7 Hay que tener en cuenta
también la intención de los apocalipsis de exhortar, generar esperanza y seguridad en la
salvación, en función de un contexto socio-político y cultural de sufrimiento 8.

IV.3. Motivos literarios . La apocalíptica utiliza un arsenal de imágenes y representaciones


literarias que, tomadas en conjunto, constituyen algo característico. A veces, los motivos
literarios son al mismo tiempo temas religiosos, como el léxico de “vida/muerte” tan
frecuente en estos textos.

Enumeramos algunos motivos/temas literarios:

- los números : en todos los apocalipsis ocupan lugar destacado sea por su simbolismo, o
por que permite “medir” el tiempo;

- los colores (aguas negras o luminosas; caballos blancos rojos, etc.): también tienen un
valor simbólico; el blanco indica luminosidad y trascendencia, el rojo, los sanguinarios, y
así sucesivamente;

- los animales : en diversos apocalipsis participan leones, caballos, langostas, leopardos,


osos,” bestias” simplemente (Ap 13ss) para indicar personas, imperios, poderes
extraordinarios. Es un modo de remitir a aspectos diferentes, o extraordinarios, de
realidades históricas. Como en los mitos (v. gr. mesopotamios, sirios, latinoamericanos,
etc.) los animales pueden revelar o simbolizar valores divinos, especialmente cuando son
combinaciones de dos o más animales conocidos, como el Quetzalcoatl nahuatl o el
“dragón” babilonio. La apocalíptica aprovecha esta simbólica, justamente por necesitar
referirse enfáticamente a los trascendente y eficaz;

- las ciudades conocidas en la historia bíblica, para indicar nuevas ciudades o imperios
actuales: “Babilonia” es el paradigma de todo imperio opresor, especialmente Roma
(Apocalipsis de Juan 17-18); los kittim (gentilicio de Kition, una ciudad de Chipre) sirve en
los rollos del Mar Muerto para aludir a los romanos, que están al oeste; Recuérdese
también la “nueva Jerusalén” de Ap 21-22;

59
- las nubes , los cielos múltiples, las estrellas, el sol y la luna, todo relacionado con lo
trascendente;

- luz y tinieblas , como símbolos del bien y del mal, de la verdad y de la mentira (un
simbolismo universal, por otra parte, pero muy aprovechado en la apocalíptica);

- señales (Ap 12,1ss), visiones/audiciones , sueños , como medios de revelación, no propios


de la apocalíptica pero muy explotados en ella a causa de la “trascendencia” de Dios que
no habla en presencia.

- estereotipos místicos , como la lucha suprema entre el dragón/serpiente y ángeles o


arcángeles; indican el nivel extramundano en que se deciden los acontecimientos
históricos;

- los ángeles como intérpretes de las experiencias visionarias, auditivas u oníricas del
protagonista, o como interlocutores de éste;

- motivos como la destrucción del mundo, que no es esencial pero tiene su relevancia en
relación con la cosmovisión apocalíptica, como ya se vio. Es otro de los tantos símbolos
mal interpretados después como anuncio literal.

Estos y otros rasgos literarios, a veces motivos, a veces temas, ayudan a “sentir” más
profundamente la cosmovisión y el género literario de los apocalipsis. Como resultado
queda una imagen específica de la apocalíptica. Al final completaremos este retrato
sacando algunas conclusiones.

IV.4. Apocalipticismo : para los fines introductorios de este artículo, basta con entender
bajo este vocablo el movimiento o tendencia –con su enraizamiento socio-político visto al
comienzo– que recibe forma y contenido literarios en los apocalipsis o en otros textos
como testamentos, profecías, epístolas, evangelios, o lo que fuere.

V. Consideraciones finales

Hemos hecho una descripción general de la apocalíptica; luego hay que analizar cada uno
de los apocalipsis, en su totalidad o bajo algunos aspectos que interesan para nuestra
relectura. Lo ya expuesto nos lleva ahora a algunas conclusiones globales:

1. Los grupos apocalípticos, y por tanto el movimiento apocalíptico, revelan una tendencia
al exclusivismo soteriológico; esperan la salvación/liberación para ellos , no para la
humanidad o Israel; “ellos” son el grupo fiel dentro de otra totalidad más abarcadora (son
los elegidos, los santos, los justos);

60
2. de ahí también cierto esoterismo en el uso de símbolos y en la reserva de la
“revelación” solo para el grupo para el que se produce el texto. Los apocalipsis no son
literatura universal, y nunca deberían serlo sin modificar su razón de ser;

3. el rasgo señalado en el n. 1 marca una diferencia notable con la literatura profética,


más dirigida a la interpelación, al cambio, exigente de conversión y de fidelidad a la
alianza. Los destinatarios de los apocalipsis son los elegidos, en todo caso ya convertidos
(como los sabê Yisra' el de los rollos del Mar Muerto 9). Los “otros” no son posibles
integrantes del mundo futuro sino los excluidos, los impíos (sociopolíticamente, los
perseguidores/opresores);

4. en la profecía, el profeta es un contemporáneo real (aunque el texto actual refleja


horizontes posteriores de relectura); en la apocalíptica el receptor de la revelación y
comunicador al grupo es un personaje arquetípico, alejado en el tiempo, “originario”
como ya se remarcó;

5. en la profecía se hace una memoria frecuente de la historia salvífica pasada de `,


especialmente del éxodo, para exaltar la acción de Yavé o reclamar fidelidad. En los
apocalipsis hay algunas referencias a la historia de Israel10 pero más bien para
“periodizar” la historia, o para marcar la división entre elegidos e infieles (cf. el
Documento de Damasco del Mar Muerto 1,3ss que no es propiamente un apocalipsis). Los
textos apocalípticos se detienen en anunciar el futuro de la historia, su diagramación
desde los orígenes. Los sucesos históricos tienen un sello de trascendencia y son
anticipados al receptor, y mediados por él (=por el texto) al grupo. La finalidad del
mensaje apocalíptico entonces es más la consolación, la paraclesis (nótese este lenguaje
en 1 Ts!): los elegidos deben aguantar el sufrimiento, pues SABEN que serán salvados
cuando llegue el Fin de la crisis. Los puntos 3-5 pueden esquematizarse de esta manera:

profecía : historia ---------fidelidad ------- orden de justicia

salvífica conversión renovación de la

pueblo/reyes... alianza

apocal .: hist. futura ---- consolación ---- nuevo mundo para

revelada en al grupo los elegidos

los orígenes: fiel

61
destinos

6. el grupo apocalíptico aguarda su liberación; está en las postrimerías de la historia. En


Dn 2; 7; 8; 10-12 los judíos que sufren la persecución de Antíoco IV o están sofocados por
la invasión cultural y religiosa de los modelos helenísticos viven en el cuarto período de la
historia, el más terrible pero también el último: después , será el Fin y el reino para ellos ;
este esquema es, creemos, esencial en la cosmovisión apocalíptica de contenido
marcadamente socio-político. En la apocalíptica de escatología más individualista (que es
más tardía) es posible un desprendimiento del Fin respecto al momento histórico del texto
(esta evolución se observa, por ejemplo, en la esperanza de la parusía del cristianismo
originario)11;

7. el motivo de la destrucción/fin del mundo (que no aparece siempre) no define lo


apocalíptico como frecuentemente se piensa al usar o escuchar este adjetivo;
“apocalíptico” no significa desastroso o catastrófico sino que remite a la “revelación
trascendente al personaje elegido (Enoc, Moisés, Baruc, Elías, Juan) (cf. Ap 1,1)12;

8. el futuro de las representaciones apocalípticas no es el contenido del mensaje sino el


medio para exhortar/consolar y mantener la esperanza para el momento presente de
crisis y sufrimiento. En otras palabras, importa la respuesta en el presente, no el “cómo”
del futuro. En una buena relectura de los textos apocalípticos, el lenguaje de futuro (como
en la profecía) es funcional, retórico-persuasivo, mostrador del misterio de la historia,
nunca una filmación adelantada. El literalismo historizador de este lenguaje mal
comprendido ha llevado a transformar la apocalíptica de mensaje puntual a doctrina
abstracta y evasiva;

9. por último, se recupera lo apocalíptico cuando se está en un contexto semejante (y eso


no es concordismo que busca coincidencias exteriores en los hechos) que permite “releer”
los textos mediante la apropiación de su reserva-de-sentido. Ser “apocalíptico” de por sí, o
por tradición/confesión, es evacuar la potencia querigmática del mensaje de esta
literatura, que es eminentemente coyuntural, sobre todo por su mordiente socio-político.

Severino Croatto , Camacúa 282 1406 Buenos Aires Argentina

1 E. Schüssler-Fiorenza, “The phenomenon of early Christian apocalyptic. Some reflections


on method”, en D. Hellholm (ed.), Apocalypticism in the mediterranean world and the
Near East (J. C. B. Mohr, Tubinga 1989, 2. ed.) 295-316.

2 Id., “The followers of the Lamb: visionary rhetoric and social-political situation”: Semeia
36 (1986) 123-146.

62
3 Las malas lecturas del símbolo obedecen a no reconocer este hecho tan simple y tomar
el significante (primer sentido) como significado y no como vehículo que lleva a éste (que
siempre es un segundo sentido).

4 El texto de Dn 12,2 habla de que resucitarán “muchos”, no todos, pero la siguiente


alternativa (“ unos para la vida eterna, otros para el orpodio”) sugiere que rabbim es aquí
un vocablo englobador.

5 Cf. nuestro ensayo, “De la creación al Sinaí: periodización de la historia en el


Pentateuco”: Revista Bíblica 47, 1-2n. 17-18 (1985) 43-51.

6 “Mira, Enoc, las tablas celestiales y lee lo que está escrito en ellas, entérate de cada
cosa. Miré las tablas celestiales, leí todo lo escrito y supe todo; y leí el libro de todas las
acciones de los hombres y todos los seres carnales que hay sobre la tierra, hasta la
eternidad” (81, 1b-2).

7 Para mayores detalles, cf. JJ. Collins (ed.), Apocalypse: the morphology of a genre:
Semeia 14 (1979), con diversos estudios sobre el esquema literario apocalíptico.

8 Esto ha sido especialmente complementado en los trabajos recogidos en Semeia 36, de


1986, cf. arriba, nota 2.

9 Cf. el Documento de Damasco 4: 2; 20: 17 y cf. 2: 5; 1QS 8: 16 (y cf. 2: 4s; 16: 1-5, etc.)

10) Ver Apocalipsis siríaco de Baruc 53-77;4 de Esdras 3, 4-27, un repaso de Adán a la
caída de Jerusalén en el 586 como queja ante Dios por el avance del mal en el mundo;
como se observa, en un sentido inverso al uso profético de la historia de la salvación (cf.
Jer 2,1ss).

11 Cf. O. Vena, La parusía: un estudio de la evolución de la conciencia escatológica de la


iglesia neotestamentaria (tesis, 1989, ISEDET, Bs. As., no publicada); para un capítulo de la
misma, cf. “La lucha por la ortodoxia en las comunidades cristianas del II siglo”: Revista
Bíblica 52n. 37 (1990) 1-28. Le quita relevancia a la esperanza de la “próxima salvación”
con el cálculo cronológico sobre la misma; ya que cita al 4 de Esdras , podría recordar esta
frase: “el mundo está dividido en diez partes, y ha llegado a la décima ” (14, 11).

12 El título “apocalipsis” aplicado a estas obras aparece solo a fines del siglo I o inicios de
II d. C., cf. M. Smith, “On the history of apokalupto and apokalupsis ”, en la misma obra
(nota 1), p. 9-19. Pero el concepto de revelación (que no es la contenida en los escritos
bíblicos) permea toda esta literatura.

63
LA GUERRA DE MITOS ENTRE EL APOCALIPSIS Y ROMA
Howard-Brook*

El imperio romano se legitimaba por una red ce la herencia bíblica como «arma» con la cual ras-
de mitos que, colectivamente, apoyaban la idea de gar el velo que protegía la desnudez del imperio
que Augusto había inaugurado una «edad de oro». delante de Dios.
Todos los emperadores que sucedieron a Augusto
proclamaban que ellos personificaban en su go- 1.1 Mito: imperio
bierno la realización augustana. Examinaremos
ahora cinco mitos en particular —imperio, paz, Una inscripción en el templo dedicado a Roma
victoria, fe y eternidad— y cómo el Apocalipsis «los y a Augusto en Galacia, provincia vecina de Asia,
vence». Esos mitos forman parte de una «bóveda tiene como prefacio estas palabras: «las realizacio-
sagrada» que cubría a la antigua Roma. El propó- nes del dios Augusto, por las cuales él sometió to-
sito del relato visionario de Juan es «revelar» la da la tierra al imperium del pueblo romano…».
realidad que esos mitos escondían. Ese combate
entre los relatos de legitimación romana y la ver- Esas palabras celebran el imperium del poder
dad divina es llamado «guerra de mitos». extranjero sobre el pueblo de Asia Menor. Los res-
ponsables del templo imperial y su inscripción
La expresión «guerra de mitos» fue usada por acogieron el poder imperial y al dios Augusto, que
Amos Wilder para describir cómo los textos cris- lo inauguró. Mientras algunas personas en Judea,
tianos primitivos fueron escritos para contestar Galia, Gran Bretaña y en otros lugares resistieron
los mitos que legitimaban el judaísmo y también el al imperio romano exponiendo la vida, los habitan-
helenismo romano. Ched Myers explica: «Wilder tes de Asia Menor lo celebraban.
consideró lo que se acostumbra describir como
‘teología’ de los autores neotestamentarios el desa- El mito del imperium era esencial a la com-
fío de ellos a los sistemas de símbolos dominantes prensión romana de su papel en el mundo. Basi-
de la Roma imperial y del judaísmo palestinense». leia, el equivalente griego del imperium latino,
Esos mitos estaban primordialmente destinados a tradicionalmente se traduce como «reino» o «reina-
subvertir la visión imperial de la realidad a favor do». En el mundo de habla griega del s. I, la pala-
de la realidad alternativa de Jesús. bra tenía un significado primordial: el imperio ro-
mano.
Los mitos del imperio romano servían para le-
gitimar las estructuras y los actores imperiales. «Ese era el término que Roma usaba para des-
También funcionaban para negar la posibilidad de cribirse a sí misma. Cuando la encontramos en
alternativas al imperio. Al difundir sus mitos por textos seculares antiguos o en inscripciones de ese
una serie de vehículos de comunicación, el impe- período, siempre la traducimos “imperio”. Sólo
rio romano instruía al pueblo colectivamente en el había un imperio en la cuenca del Mediterráneo
modo como debían entender «la realidad» de en el siglo I, o Imperio romano».
acuerdo con los intereses imperiales. Es por eso
que metanoeo (convertirse) era una cuestión tan En pocas palabras, basileia era como el Impe-
decisiva para cinco de las siete ekklesiai que no rio romano se presentaba en su mitad oriental del
resistían con fe al imperio. Las cinco iglesias eran lengua griega.
llamadas al «entendimiento transformado» repre-
sentado por la expresión griega metanoeo (meta + 1.2 Contra-mito: el reino de nuestro Dios
noeo = cambio + entender, percibir, imaginar, ver
Ap 2,5.16.22; 3,3.19). Aunque tradicionalmente se Al apropiarse de ese término groseramente po-
traduce por «conversión», la palabra griega sugiera lítico de Roma, el movimiento cristiano primitivo
una percepción o imaginación cambiada radical- actuó de modo bastante deliberado. Como argu-
mente. menta Stephen Patterson: «no es por azar que los
cristianos más primitivos tomaran ese vocabulario
Los mitos utilizados en el Apocalipsis fueron, [el de la política romana] y lo adoptaran en los
en gran parte, tomados de la tradición hebrea pro- años que siguieron a la muerte de Jesús. Fue algo
fética y apocalíptica. Muchas de esas tradiciones hostil. No deja de hacer notar la intención polémi-
fueron, ellas mismas, derivadas de tradiciones ca de ese paralelismo».
más antiguas. Pero Juan moldeó esa tradición mí-
tica heredada a la luz del acontecimiento de la Una cuestión crucial para el movimiento cris-
muerte y resurrección de Jesús que transformó la tiano primitivo era: ¿quién estaba cualificado para
historia. Así como reveló a Saulo de Tarso las gobernar el imperio? ¿Era el dios César o el Dios
mentiras que envolvían al imperio (Hch 9,4-22, de Jesús? Sobre ese aspecto se libraba una guerra
Gal 1,11-16), Jesús, el que fue digno de abrir el de mitos desde la primera vez que Jesús anunció
primer libro, reveló la falsedad del imperio a Juan. el «evangelio» (otro término imperial) de que el
Fue ese evento el que focalizó el uso que Juan ha- «reino de Dios» estaba próximo (Mc 1,1.15). Basi-

64
2 HOWARD-BROOK.GUERRA DE MITOS

leia y otras palabras semejantes aparecen diecisie- do. En los Hechos del divino Augusto, escritos por
te veces en el libro del Apocalipsis. el propio Augusto y destinado a ser su epitafio,
leemos:
La primera referencia parece en 1,6 donde se
afirma que Jesús había constituido a sus seguido- «Cuando volví de España y de las Galias… el
res como una «realeza». Tres versículos adelante, Senado decidió que un altar de la Paz augustana
Juan informa sus lectores que él es su «hermano y fuese consagrado al lado del campo de Marte [o
compañero en la tribulación, la realeza y la resis- Dios de la guerra], en honra de mi regreso, y or-
tencia» (1,9). Ese uso se oponía frontalmente a las deno que los magistrados, los sacerdotes y las ves-
reivindicaciones romanas de imperium. Como se tales realizaran allí un sacrificio anual» (Hechos
sobreentiende la palabra «soberanía» y como la del divino Augusto 12).
historia demuestra, es prácticamente imposible
para los grupos que compiten por soberanía com- Y además:
partir el poder. Imperium / basileia era una propo-
sición de opción inevitable. Donde y cuando Roma «Era deseo de nuestros antepasados que la
ejercía el imperium, nadie más lo hacía. puerta de Jano Quirino fuese cerrada cuando las
victorias hubieses asegurado la paz [victoriis pax]
En la afirmación de Juan de que la realeza per- por tierra y por mar en todo el imperio del pueblo
tenece a los seguidores de Jesús se sobreentiende romano. Desde la fundación de la ciudad hasta mi
otra afirmación: el imperio no pertenece a Roma. nacimiento, la tradición señala que ella sólo fue
Esa afirmación, por alguien que era profeta en un cerrada dos veces, pero cuando fui primer ciuda-
círculo de diminutas ekklesiai era, como se ve, ri- dano, el Senado decidió que se cerrara en tres
dícula, si el oyente aceptaba la mitología de Roma. ocasiones» (Hechos del divino Augusto).
Con todo, el Apocalipsis afirma que el imperium de
Roma cesará en las ekklesiai que resistieran a él. Augusto tenía la esperanza de ser recordado
Si se hacía en voz alta y públicamente, esa afir- por el pueblo romano como el mensajero de una
mación equivalía a traición, no obstante se repite era de paz incomparable. Al escribir a mediados
en todo el texto: del siglo I d.C., Plinio, el viejo, alabó los beneficios
de la Pax romana:
«De ellos hiciste, para nuestro Dios, una reale-
za y sacerdotes; y ellos reinarán (basileuousin) so- «La vasta grandiosidad de la Paz romana, que
bre la tierra» (Ap 5,10). revela a su vez no sólo a los hombres con sus tie-
rras y tribus diversas, sino también montañas y
«La realeza (basileia) del mundo ya pasó para picos que se elevan hasta las nubes, su prole y
nuestro Señor y su Cristo, y él reinará (basileusei) también sus plantas. ¡Suplico que esa dádiva de
por los siglos de los siglos» (Ap 11,15) los dioses dure para siempre! Verdaderamente pa-
rece que los romanos dieron a la raza humana un
«Ahora ha llegado la salvación, el poder y la segundo sol, por así decir» (Historia natural 28,3).
realeza (basileia) de nuestro Dios, y la potestad de
su Cristo» (Ap 12,10). Esa era la opinión de muchos en las provin-
cias. Una inscripción fechada en el 9 d.C., en
«Ellos [los ciudadanos de la nueva Jerusalén] y Priene, localizada cerca de Éfeso, describe a Au-
reinarán (basileusousin) por los siglos de los si- gusto como el autor de la paz. La inscripción afir-
glos» (Ap 22,5) maba que Augusto «puso fin a la guerra y ordenó
la paz… para el mundo, el aniversario del dios [o
La mayoría de las interpretaciones del «reino de emperador Augusto] marca el inicio de su buena
Dios» no valoran la profundidad de este desafío nueva de paz».
mítico al poder imperial. Esas interpretaciones o
privatizan el desafío (p. ej. el “reino de Dios” está Una vez más, las palabras de Aélio Arístides en
dentro del corazón humano), o lo colocan fuera del Elogio a Roma son reveladoras:
dominio de la acción humana (p. ej. después de la
muerte, después del fin del mundo). Esos dos ca- «Las personas ya no creen en las guerras, en
minos no enfatizan el carácter radical que la vi- verdad dudan que ellas hayan sucedido algún día;
sión de Juan tiene del imperio que pone el mundo se acostumbra que los relatos sobre ellas sean
patas arriba. considerados como mitos. Pero si las guerras esta-
llasen en las fronteras… esas guerras rápidamente
2.1 Mito: la pax romana volverían a desaparecer, del mismo modo que los
mitos, como acontece con los relatos a ese respec-
La afirmación fundamental que hizo Augusto to. Tan grande es la paz que ahora tenéis, que
fue que él acabó con el conflicto civil y, de ese mo- emprender una guerra sería una traición entre vo-
do, trajo la paz al mundo. En el imperio romano, sotros (70).
inclusive en la provincia de Asia, se debía conside-
rar la Pax como señal de la benevolencia del impe- Esa variedad de textos expresan el mito de la
rio y de sus emperadores. Se creía que el imperio Pax romana, una creencia según la cual el imperio
confería paz y estabilidad a todo el mundo habita- romano era el proveedor benéfico de la paz, segu-

65
HOWARD-BROOK.GUERRA DE MITOS 3

ridad y orden. Ese mito se propagó por más de «Vi debajo del altar las almas de los degollados
cien años y fue muy convincente en la Asia roma- a causa de la Palabra de Dios » (Ap 6,9).
na.
«Se le concedió [a la segunda bestia]… hacer
De igual manera la entendían los que la apo- que fueran exterminados cuantos no adoraran la
yaban, la Pax romana era una paz construida so- imagen de la Bestia» (Ap 13,15).
bre la conquista militar:
«Porque ellos derramaron la sangre de los san-
«El “altar de la paz de Augusto” se ubicaba en tos y de los profetas y tú les has dado a beber
la colina de Marte, dios de la guerra. Monedas sangre; lo tienen merecido» (Ap 16,6).
acuñadas bajo Augusto relacionaban al primer
ciudadano amarado y protegido con armadura «Y vi que la mujer [Babilonia] se embriagaba
precisamente con Pax, la diosa de la paz, que pi- con la sangre de los santos y con la sangre de los
saba las armas de los enemigos sometidos, y con mártires de Jesús» (Ap 17,6).
Victoria, la diosa de la conquista, que pisaba en el
propio globo». «Y en ella [Babilonia] fue hallada la sangre de
los profetas y de los santos y de todos los degolla-
Si Roma era o no vista como la aurora de la dos de la tierra» (Ap 18,24).
paz dependía de los ojos de quien la veía. La Pax
romana era expresión de orden y seguridad expe- La visión de Juan reveló que el imperio no era
rimentada por los que estaban en el centro del otra que un genocida. Asesinaba rutinariamente a
imperio: los miembros de la élite y sus amigos en todos los que se le oponían. El auditorio del Apo-
las provincias. De hecho, esa «paz», era el orden calipsis quedaba, así, desafiado a ver a Roma de
mantenido por las legiones armadas en las fronte- esa manera contra el imperio.
ras del imperio. Muchos de los que testimoniaban
el derramamiento de sangre en las fronteras o en Más allá de eso, el Apocalipsis responde al mi-
las provincia rebeldes, o la ejecución de los disi- to de la Pax romana ofreciendo la Pax divina como
dentes, estaban en desacuerdo con la «paz» uni- fuente de verdadera armonía social. En el saludo
versal anunciada por Roma. Tácito, por ejemplo, inicial de Juan, oímos:
escribe con relación a Calgaco, que describió a
Roma desde su perspectiva como líder de un pue- «Gracia y paz a vosotros de parte de “Aquel
blo que resistió al ejército romano en el norte de la que es, que era y que va a venir”, de parte de los
Gran Bretaña: «saquear, masacrar, robar, esas co- siete Espíritus que están ante su trono, y de parte
sas ellos las llaman por el nombre equivocado de de Jesucristo, el Testigo fiel, el Primogénito de en-
imperio: hacen una devastación y la llaman paz» tre los muertos, el Príncipe de los reyes de la tie-
(Agricola 30). Como Calgaco, el autor del Apocalip- rra» (Ap 1,4-5a)
sis tenía una comprensión diferente de lo que re-
presentaban emperadores, poetas y propagandis- Aunque Juan no haya elaborado esa forma de
tas. contradicción al mito, colocándolo al principio del
texto, él forma parte de la estructura que encierra
2.2 Contra-mito: Babilonia, la derramadora todo el libro. La verdadera paz no viene del go-
de sangre bierno imperial, sino del gobierno de «Jesús, el
testigo fiel».
El Apocalipsis contradice el mito de la Pax ro-
mana con las imágenes de la bestias y de las pros- 3.1 Mito: victoria.
titutas como homicidas. El propósito de esas imá-
genes es claro. El imperio no es benigno sino ho- El mito de la «Victoria» era la base del imperio
micida. No es ordenado sino caótico. Impone su romano. El imperio fue fundado y mantenido co-
voluntad, no por la gracia, sino por la fuerza. Los mo Victoria. Eso es verdad en su sentido material
partidarios de Roma alegaban que la Pax romana más incipiente: el imperio existía por la fuerza de
era apoyada por los dioses. El Apocalipsis argu- las armas y por el derramamiento de sangre.
menta que el Dios verdadero y único reveló que Mientras tanto, no menos importante, victoria se
ese alegato era falso. materializaba de una forma viva, única y perma-
nente en la persona ininterrumpida del empera-
El modo más obvio por el cual la Pax romana dor. Así, victoria se relacionaba estrechamente con
es contestada en la aserción de que las Bestias y la Pax romana. La victoria del imperio consistía en
Babilonia están envueltas en el asesinato. Es re- la subyugación de los que vivían en las provincias
frán constante del libro: de las fronteras. Esa «victoria» era la que posibili-
taba la supuesta paz.
«No has renegado de mi fe, ni siquiera en los
días de Antipas, mi testigo fiel, que fue muerto La victoria estaba asociada inevitablemente con
entre vosotros, ahí donde habita Satanás» (Ap la conquista militar, lo que se nota prontamente
2,13). en la metáfora usada para describirla, como lo di-
ce Klaus Wengst:

66
4 HOWARD-BROOK.GUERRA DE MITOS

«Los indicios de las monedas son muy elocuen- Cada una de las siete ekklesiai de Asia aborda
tes: Marte, el dios de la guerra, viste armadura en el texto fue llamada a ser el «vencedor» (Ap
completa: en el hombro izquierdo un estandarte y 2,7.11.17.26; 3,5.12.21). Esmirna y Filadelfia de-
en el brazo derecho extendido la diosa de la victo- bían conseguir eso permaneciendo fieles. Para que
ria, al lado de la inscripción Mars Victor. Otra mo- las otras iglesias alcanzaran la «victoria», era ne-
neda retrata a Victoria en la mano de la diosa Ro- cesario que se dedicasen a metanoeo (= convertir-
ma, que está, ella misma, sentada sobre las armas se). Dios, no el imperio, recompensaría a los que
de los adversarios vencidos. Las descripciones de saliesen victoriosos. Esas recompensas son cita-
Victoria son frecuentes: ella tiene el pie derecho das cada una de las siete cartas (Ap 2 y 3) y se
sobre el globo y escribe en un escudo la victoria concretizan en la Nueva Jerusalén (Ap 21 y 22).
acabada de conquistar; de pié atrás de la cabeza
de Augusto, ella coloca una corona de laurel en su
frente». LAS PROMESAS A LAS EKKLESIAI Y SU CUMPLIMIENTO EN
LA NUEVA JERUSALÉN
Victoria era un mito que daba legitimidad a los
emperadores. Así, Julio César (designado Victoria Ciudad Promesa Cumplimiento en la
Caesaris), Augusto (Victoria Caesaris Augusti Im- en el mensaje Nueva Jerusalén
peratoris) y Vespaciano (Victoria Caesaris Vespa- Éfeso Comer del árbol de la El árbol de la vida da
siani Augusti) recibían todos el título de Victoria. vida que está en el pa- fruto y hojas medici-
raíso de Dios (2,7). nales (22,2).
Esmirna No se dejado para la Los que practican los
El título era atribuido a los emperadores cuyos segunda muerte (2,11). vicios imperiales reci-
ejércitos conquistaba los pueblos de las provin- ben la segunda muer-
cias: te (21,8).
Pérgamo Recibir una piedrita Los siervos reciben el
«las hazañas de esos emperadores eran epifa- blanca … en la cual está afrente el nombre de
nías de victorias específicas … Galia capta, Ae- escrito un nombre nuevo Dios y del Cordero
gyptus Capta y Judea Capta, eran, cada una a su (2,17). (22,4).
vez, miracula que atestiguaban una manifestación Tiatira Tener autoridad sobre Los siervos reinarán
específica de Victoria y su poder que operaba en la las naciones (2,26). para siempre (22,5).
esfera de las actividades bélicas del emperador. Sardes No tener su nombre bo- Los que practican vi-
rrado del libro de la vida cios no están en el li-
y tener el nombre pro- bro de la vida (2,17) y
De acuerdo con el mito, los emperadores al- clamado delante de Dios los vencedores son
canzaron éxitos militares en la ocupación (latin (3,5). proclamados hijos de
capta) de Galia, Egipto y Judea porque la victoria Dios (21,7).
los bendijo. La bendición de victoria era la garan- Filadelfia Ser transformado en La Nueva Jerusalén
tía del éxito de roma. Con todo, Juan no lo veía de una columna del templo desciende del cielo
esa manera. de Dios; tener el nombre (21,2.10); Dios el Cor-
de Dios y el nombre de dero son su templo
3.2 Contra-mito: la victoria del Cordero y de la Ciudad de Dios —la (21,22).
sus seguidores Nueva Jerusalén escrito
sobre ellos (3,12).
Laodicea Sentarse en el trono con Los siervos reinarán
Si el Apocalipsis redefinió la «paz» tenía tam- Jesús (3,21). para siempre (22,5).
bién que redefinir la «victoria». El equivalente grie-
go del latín victoria es niké (que traducimos como
«victoria» o «conquista», dependiendo del contexto) La nueva Jerusalén es donde «el vencedor reci-
aparece diecisiete veces en el Apocalipsis. El Apo- birá esta herencia» (Ap 21,7). Es donde crece el
calipsis aborda la cuestión de lo que contribuye árbol de la vida, donde ya no existe la muerte y
para la «victoria»: ¿es ésta el fruto de la conquista donde Jesús tiene un trono. Esas recompensas
imperial o es el fiel rechazo del imperio y la adop- pueden parecer menos tangibles que las ofrecidas
ción del camino de Dios? La respuesta del Apoca- por Roma, pero, para los que tienen «ojos para
lipsis es bastante clara: la victoria sólo se alcanza ver», la victoria del Cordero y sus seguidores es
con el rechazo del imperio y el mantener la lealtad más real que las reivindicaciones espurias del im-
a Dios y al Cordero. perio:

Más que la simple exhortación al auditorio a «Ellos lo vencieron gracias a la sangre del Cor-
rechazar la mentira de la Pax romana, el Apocalip- dero y a la palabra de testimonio que dieron, por-
sis exhorta al auditorio a practicar el testimonio que despreciaron su vida ante la muerte» (12,11).
no violento de la realidad de la victoria de Dios so-
bre el imperio. Ese llamado se basaba en el dis- «Y vi … a los que habían triunfado de la Bestia
cernimiento apocalíptico de que la verdadera «vic- y de su imagen y de la cifra de su nombre, de pie
toria» se fundamenta en «la sangre del Cordero» junto al mar de cristal» (15,2).
(12,11: cf. 5,6; 7,14; 17,14). La disposición de Je-
sús para ser ejecutado en vez de matar constituyó «Estos harán la guerra al Cordero, pero el Cor-
la «victoria». dero los vencerá, porque él es Señor de Señores y
Rey de Reyes, y en unión con él vencerán también

67
HOWARD-BROOK.GUERRA DE MITOS 5

los suyos, los llamados y elegidos, los fieles» de la fe en tiempo de sanción social. La ekklesia
(17,14). de Esmirna, por ejemplo, es advertida de que al-
gunos de sus miembros serán apresados. Se les
La guerra del Apocalipsis contra el mito de la promete la victoria si llegan a ser fieles «hasta la
victoria incluye un cambio radical en la compren- muerte» (2,10). Para los que están en Pérgamo,
sión cultural de la victoria. En el mito del imperio, Antipas es elogiado como «mi testigo fiel» (2,13).
el éxito militar y supresión de la disidencia contri- Esto es en reconocimiento por su ejecución por
buían a la victoria. El discernimiento apocalíptico causa de su testimonio de Dios. Los miembros
del Apocalipsis descubrió la victoria como la pre- restantes de su comunidad son alabados porque
paración para ofrecer la vida en la resistencia al no renegaron la fe, a pesar del trauma comunita-
imperio y la disposición de vivir en el camino de rio asociado a la ejecución de un miembro de su
Dios para un largo recorrido. comunidad.

4.1 Mito: la fe En tiempos como estos, una lealtad que perse-


vera es esencial, o todo se arruinará. Como lo de-
La Fides (en griego pistis) era otro mito ro- clara el Apocalipsis:
mano. La palabra es tradicionalmente traducida
como «fe», pero en el mundo antiguo significaba «el «Aquí se requiere la resistencia y la fe de los
valor de las relaciones sociales duraderas». Esas santos» (Ap 13,10).
relaciones sociales eran «el pegamento social que
liga una persona con otra». En el mundo antiguo «Aquí se requiere la resistencia de los santos,
fides/pistis era sinónimo de lealtad recíproca. El de los que guardan los mandamientos de Dios y
César personificaba a la fides en su fidelidad a las la fe [pistis] de Jesús» (Ap 14,12).
obligaciones de los tratados, su justicia y su preo-
cupación por el bienestar del pueblo. Naturalmen- La primera cita aparece después de una des-
te era una expectativa social que el pueblo corres- cripción del poder de la bestia para combatir y de-
pondiese a la fe en la forma de su lealtad al César. rrotar a los seguidores de Jesús. Don de las ekkle-
En el mundo antiguo ese lazo de lealtad recíproca siai se levantan contra ese poder, hay resistencia y
contenía cierta exclusividad. También contenía la fe. La segunda cita sigue a una descripción de las
sumisión de la parte más flaca a la más fuerte, de consecuencias de seguir a la bestia: el furor de
acuerdo con las relaciones entre el patrón y el Dios es una participación en la destrucción eterna
cliente. Los pueblos vencidos ofrecían su fides a de la bestia. Los que tienen fe duradera evitan el
Roma, lo cual implicaba la total sumisión al arbi- tormento eterno que es consecuente al seguimien-
trio del emperador. La fe no podía ser dividida. O to de la bestia.
era o no era dada al César. No darla al César era
un acto de grande insolencia. Hasta podía ser el En la sociedad romana, los que cooperaban
equivalente de una declaración de guerra. con el imperio eran considerados leales, poseedo-
res de «fe». El Apocalipsis, en cambio, asegura que
4.2 Contra-mito: Guardar la fe en Jesús los que colaboraban con el imperio eran, de he-
cho, «infieles» (21,8) y que los que rechazaban al
Si el imperium de Roma era falso ¿sería posible imperio eran «fieles». El Apocalipsis penetra en el
tener fe en él? La respuesta del Apocalipsis es el verdadero sentido de la lealtad a Roma y declara
inequívoco no. Por el contrario, el Apocalipsis en- que es deslealtad.
tiende la fe como relaciones sociales duraderas
que eran necesarias para criar y mantener un 5.1 Mito: eternidad
círculo de ekklesiai contrarias al imperio. Para ini-
ciar el difícil proceso de disociarse del imperio, las El mito de aeterna era otra parte del edificio
ekklesiai necesitaban tener relaciones internas ideológico de Roma. En el mundo romano y griego,
fuertes, unas con las otras y con Dios. aeterna (y su equivalente griego aion) significaba
un estado de «durabilidad en vez de eternidad
En el Apocalipsis es Jesús el que establece el trascendental en el sentido cristiano». En el perío-
modelo de «fiel». El manifestó su lealtad por medio do republicano, Cicerón afirmó que Roma era la
del «testimonio» de la verdad de Dios (1.5; 3,14; cf. concretización del orden cósmico en la tierra. Para
19,11). La «fe» de Jesús se entienden en dos direc- Cicerón, el estado romano perduraría si estuviera
ciones. Él es leal a Dios y lo demostró por su tes- libre de la discordia civil.
timonio y ejecución. Él es también leal a sus se-
guidores en las ekklesiai, lo que se comprueba por Con la ascensión de Augusto fue proclamada
su preocupación con la comunidad y por la victo- una nueva era. La victoria de Augusto terminó el
ria que él consigue sobre el imperio por amor a desorden civil. Virgilio describe a Júpiter prome-
ellas. tiendo a Venus que Roma no terminaría. El latín
de Virgilio contiene una ambigüedad que permite
La «fe» también se propone como medio de vida el doble sentido: el dominio físico de Roma se ex-
para los miembros de las ekklesiai. Los que están tendería indefinidamente y su continuación en el
en Pérfamo (2,13) y Tiatira (2,19) son elogiados tiempo persistiría. Los constructores del mito re-
por su «fe». De grande importancia es la cuestión montaron típicamente la eternidad de Roma al re-

68
6 HOWARD-BROOK.GUERRA DE MITOS

lato de sus orígenes. Así, la frase «urbs aeterna»


(«ciudad eterna») le fue aplicada a Roma desde su • de Jesús:
fundación por Rómulo. Se creía que la posición « a él la gloria y el poder por los siglos de los
eterna de Roma fue concedida en la fundación de siglos» (Ap 1,6).
la ciudad. «Cristo … reinará por los siglos de los siglos»
(Ap 11,15)
En el siglo I, el mito de la eternidad se le aplicó
a la figura de Augusto, a los emperadores más • de Dios y Jesús:
tardíos, a la ciudad, al pueblo romano y al propio «Al que está sentado en el trono y al Cordero,
imperio. Las expresiones de aquel tiempo — pax alabanza, honor, gloria y potencia por los siglos de
aeterna, Roma aeterna y urbs (ciudad) aeterna— los siglos» (Ap 5, 13).
evocaban ese mito. A los sucesores de Augusto les
interesaba asociarse a la potencia mítica de Au- • de los seguidores de Dios y de Jesús:
gusto y lo hacían con entusiasmo. «y reinarán por los siglos de los siglos» (Ap
22,5).
Con el sometimiento del conflicto civil por parte
de Vespaciano que vio a tres emperadores entrar y Existen tanto proclamaciones positivas respec-
salir en el curso de un año, las monedas eran to de la eternidad de los que resisten al imperio,
acuñadas con el mensaje Pax Augusti (Paz de Au- como proclamaciones negativas sobre la eternidad
gusto) y Aeternitas populi romani (el pueblo deroga de los son conniventes con el imperio:
eternamente). Por este medio, como su grande
predecesor Augusto, Vespaciano proclamaba ha- «Y la humareda de su tormento [de los adora-
ber traído paz a una Roma beligerante y haber ga- dores de la bestia] se eleva por los siglos de los si-
rantizado el imperio para siempre. Tito y Domi- glos» (Ap 14,11).
ciano también afirmaron personificar la paz au-
gustana. En sus monedas, la diosa Aeternitas era «De [Babilonia] sube una humareda por los si-
retratada sujetando al sol y a la luna, los elemen- glos de los siglos» (Ap 19,3).
tos propios de la eternidad. Durante todo el siglo I,
entonces, los emperadores se presentaban a los «Y el Diablo… la Bestia y el falso profeta serán
súbditos como garantes de la eternidad del estado atormentados día y noche por los siglos de los si-
romano y del pueblo romano. glos» (Ap 20,10).

5.2 Contra-mito: ellos reinarán por los si- En ningún lugar el mito romano de la «ciudad
glos de los siglos eterna» tiene oposición más eficiente que en la vi-
sión reveladora de Juan que vio «la humareda» de
El mito de que el imperio dura para siempre es, destrucción de Roma que sube «por los siglos de
en verdad, un mito imperial arquetípico. A final de los siglos» (19,3). Describir la «ciudad eterna» co-
cuentas, ¿quién va a admitir que la aventura en la mo una ruina eternamente humeante es clara-
cual invertimos todo va a llegar a su fin? En mu- mente subversivo en relación con el mito de la ae-
chas épocas y lugares, imaginar el fin del imperio terna. La única eternidad que la urbas aeterna
es considerado acto de traición. Es exactamente lo puede reivindicar es la humareda que señala la
que hace el Apocalipsis. destrucción del imperio y sube por los siglos de los
siglos. Juan ve que la verdadera eternidad perte-
El griego aion aparece veintisiete veces en el nece a los que fielmente resisten al imperio, al
Apocalipsis. Veintiséis referencias se dan como Cordero que fue inmolado por el imperio y al Dios
parte de aionon, que se encuentra trece veces. Esa del Cordero. Ellos poseen «la gloria y el dominio y
expresión suele ser traducida «por los siglos de los reinado» por los siglos de los siglos.
siglos».
El lenguaje y las imágenes del Apocalipsis pro-
El uso del mito de la eternidad en el Apocalip- curan usar el idioma mítico del Asia romana del
sis apunta en dos direcciones. La dirección domi- siglo I para evocar una transformación radical de
nante es que son Dios, el Cordero o los seguidores la manera como se debería ver al imperio. Al mos-
del Cordero quienes poseen eternidad. Así, Dios es trar cómo los mitos omnipresentes del mundo ro-
descrito como «el que vive por los siglos de los si- mano habían sido derrotados, el Apocalipsis de-
glos» (4,9.10; 10,6; 15,7). La proclamación de vivir rribó la legitimidad del imperio y animó a las
los siglos de los siglos también se aplica al Hijo del ekklesiai de Asia a confiar en la victoria de Dios.
hombre (1,18). Además de esas afirmaciones, se La división entre el camino de Dios y el camino del
hace la aserción de que Dios, el Cordero y sus se- imperio renovó el rígido contraste entre Dios como
guidores reinarán por los siglos de los siglos. Esas rey y el César como rey. Ya vimos que la lucha en-
afirmaciones se hace: tre los caminos de Dios y los caminos del imperio
es decisiva en la historia del pueblo de Dios. El
• de Dios: conflicto que se inició entre Yahvéh y Babel y en-
«Alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, tabló combate contra el Faraón, los reyes cana-
honor, poder y fuerza, a nuestro Dios por los si- neos, Babilonia, los persas y los seléucidas se
glos de los siglos» (Ap 7,12).

69
HOWARD-BROOK.GUERRA DE MITOS 7

convierte ahora en una lucha contra Roma. Esa 2. Reflexiona en algún mito al cual resististe de
lucha también continúa en nuestro tiempo. algún modo. Por ejemplo, «los hombres son agresi-
vos y las mujeres son dulces», «los ricos son ricos
Preguntas para reflexionar porque, de algún modo, se lo merecen»,«a veces la
guerra es una tragedia necesaria», etc. ¿Qué ayu-
1. ¿Qué mitos influyeron más en la formación dó estorbó tus esfuerzos para resistir a un mito
de tu vida? Considera los mitos de los orígenes específico?
familiares o religiosos, mitos nacionales y étnicos,
o los mitos de la cultura moderna. ¿Cómo fueron 3. ¿Qué elementos de tu vida apoyan tu capa-
transmitidos y reforzados esos mitos para ti, esto cidad para mantener un mito alternativo frente al
es, por medio de relatos, propaganda, educación? poder del imperio que apoya sus propios mitos?

*
HOWARD-BROOK, W. – GWYTHER, A., «A guerra de mi-
tos entre o Apocalipse e Roma», en Desmascarando o im-
perialismo. Interpretação do Apocalipse ontem e hoje, Lo-
yola-Paulus, São Paulo 2003, 266-279 [Traducción de A.
Noguez].

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INDICE



1. CROATTO, J. S., La relevancia socio-histórica y hermenéutica del Éxodo, 1-4
Conc 209 (1987) 155-164.

2. CROATTO, S., «Exodo: acontecimiento y palabra», en: Liberación libertad, 5-15


CEP, Lima 1978, 25-52.

3. BONORA, A., «Decálogo», en Nuevo Diccionario de Teología Bíblica, Paulinas, 16-23


Madrid 1990, 410-425.

4. WANKE, G., Presupuestos e intenciones de la crítica social de los profetas, 24-25


SelT 49 (1974) 29-41.

5. RUIZ, G., «La ética profética. Frente a la pobreza desde la injusticia», en: 26-36
AA.VV., Perspectivas de moral bíblica, P.S., Madrid 1984, pp. 79-101.

6. DOMÍNGUEZ, J., Bienaventuranzas y ética de la liberación, CAM, México 37-39


1992. Cf. «Bem-aventuranças e ética da libertaçao», en: FABRI DOS ANJOS,
M. (coord.) Temas latino-americanos de ética, Santuario, Aparecida
1988,175-193.

7. CARTER, W., J., «Las bienaventuranzas», en Mateo y los márgenes. Una 40-45
lectura sociopolítica y religiosa, Verbo Divino, Estella 2007, 208-218.

8. CROATTO, J. S., Apocalipsis y esperanza de los oprimidos. Contexto 49-63


sociopolítico y cultural del género apocalíptico, Ribla 7 (1990) 9-24.

9. HOWARD-BROOK, W. – GWYTHER, A., «A guerra de mitos entre o Apocalipse e 64-70


Roma», en Desmascarando o imperialismo. Interpretação do Apocalipse
ontem e hoje, Loyola-Paulus, São Paulo 2003, 266-279 [Traducción de A.
Noguez].

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