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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
PROGRAMA DE FORMACIÓN DE GRADO EN RELACIONES INTERNACIONALES
UNIDAD CURRICULAR: FILOSOFÍA DE LA GUERRA
PROFESOR: CARLOS MACHADO
ESTUDIANTE: MARIANA COLINA 18536356
TRAYECTO 1 TRAMO 2 SECCIÓN 01 TURNO TARDE
FECHA: 16 DE ENERO DE 2021

3era asignación será realizar un análisis crítico sobre la visión de la guerra del imperio Sumerio y Elamita
tomando en cuenta su ubicación territorial, posturas de los monarcas y otros datos históricos que puedan ser
relevantes.
Dicho análisis debe ser de 3 a 5 páginas.

Imperio Elamita

Pueblo asiánico situado al este de Babilonia y del Tigris y al norte de Persia y del golfo Pérsico. Vivieron en las
actuales comarcas de Zagros, Luristán y Juzistán. Su principal capital fue Susa; y de ahí tomaron también el
nombre de "susianos". Las excavaciones arqueológicas revelan que la existencia de esta ciudad se remontaría a
comienzos del tercer milenio antes de nuestra era. Durante el III milenio, los elamitas se constituyeron en torno a
ciudades-estado como Susa, Madaktu o Khaidalu; organizadas y gobernadas según el modelo sumerio, ya que
estos centros se encontraban sometidos cultural y políticamente a la influencia de Sumer.

La palabra elamita procede del latín Elamītae, y este derivado del hebreo ‘ēlām, Elam y fur la lengua que se
habló en el antiguo Imperio Elamita.

La historia elamita se encuentra dividida convencionalmente en tres períodos. Debe considerarse que los restos y
artefactos de las primeras etapas continúan siendo descubiertos en el centro y sudeste de Irán. Expertos se
refieren a este período como Proto-Elamita.

Período Elamita Antiguo:Comienza con los reyes elamitas con mayor antigüedad, aproximadamente 2700 a. C.
Elam, designado por escribas sumerios simplemente como NIM ("Tierras montañosas"), no había sido unificado
étnica o culturalmente con anterioridad. Elam cayó bajo el control político de Acad en el siglo XXII a. C. por
acción de Sargón de Acad, el cual mantuvo las instituciones locales. La dinastía Awan reafirmó la independencia
de Elam. Shulgi de Ur (2049-2047 a. C.) conquistó Elam por un tiempo.

A mediados del siglo XIX a. C., el poder en Elam pasó a la dinastía Eparti. Hammurabi de Babilonia atacó Elam
en el siglo XVIII a. C. El rey Kutir-Nahhunte I de Elam contraatacó, y causó una seria damnificación, de la cual
se sabe poco, hacia 1160 a. C., y al mando de Shutruk-Nahhunte, Elam derrota a los casitas y establece el primer
Imperio Elamita, que duró poco. El rey Nabucodonosor I de Babilonia conquistó Elam hacia el 1120 a. C.,
llevando el imperio a su fin.

Hacia el 750 a.C, Elam reafirmó su independencia, causando el renacimiento cultural del Período Neo-Elamita.
Elam fue ocupada por los asirios en el 645 a. C., lo que supone el fin de Elam como estado independiente. Los
medos conquistaron Elam a los asirios, y la dinastía Aqueménidas, otra dinastía iraní que gobernó la anterior
tierra elamita de Anshan, tomó Susa y conquistó el Imperio Medo, para establecer el primer Imperio Persa.
Las historias tradicionales han acabado la historia elamita con su sumergimiento en los Aqueménidas, pero las
referencias griegas y latinas aún hacen referencia a una región autónoma dentro del Imperio Parto denominada
Elymaida, que atestigua una supervicencia cultural. Adicionalmente, el viajero árabe del siglo X Istakhrī
comentaba que la gente de Juzestán hablaba tres lenguas, el árabe, persa y algo que ellos llamaban Khuzī. No
está claro si esta lengua descendía del elamita o simplemente era un dialecto local persa. La lengua elamita
todavía no se ha podido relacionar con ninguna otra conocida.

La Lengua Elamita fue una de las lenguas oficiales del Imperio Persa en tiempos antiguos, y Susa una de las
cuatro capitales del imperio. Susa también sirvió como capital de la Dinastía Sasánida desde el 224 a. C. y hasta
el 651 d. C. El último uso de la escritura elamita fecha del siglo IV d. C., y Elam es todavía conocido como la
actual provincia de Juzestán, donde se basa la inmensa industria petrolera de Irán.

Gloria del Imperio Elamita

La estancia de Kutir-Nakhunte en Babilonia no fue fácil. En el sur de Mesopotamia se formó un nuevo reino con
capital en Isin, luchando contra los elamitas durante tres años y causando grandes destrucciones que se saldaron
con la victoria de Elam y el “destierro” a Susa de las imágenes de culto a los dioses Marduk e Innana. A la
muerte de su padre, Kutir-Nakhunte volvió a Susa para ser coronado rey de Elam, dejando un gobernador en
Babilonia, que ha quedado reducida a un estado vasallo pero aun rebelde. En Susa, el nuevo rey se dedicó sobre
todo a labores arquitectónicas, mandando edificar y restaurar templos en la capital y en ciudades periféricas.

Luego toma el reinado su hermano Shilkhak-In-Shushinak (aprox. 1140-1120 a.C.), con el que Elam llegó a su
máximo explendor territorial y cultural. Este rey lleva a cabo una serie de campañas que son reconocidas en sus
inscripciones triunfales y aunque muchas de las ciudades citadas aun son desconocidas, lo que queda claro es
que su expansión se dirigía hacia el oeste. Conquistó toda la franja de territorio comprendida entre los montes
Zagros y el curso del Tigris, haciendo que Asiria se redujera a su mínima expansión. Esta era ahora la máxima
extensión territorial jamás alcanzada por el reino elamita, que también dominaba los territorios orientales, hasta
el litoral del golfo Pérsico y los desierto del centro de Irán. De hecho, sólo quedaron sin conquistar Asiria
producto de la resistencia en el sur de Mesopotamia, con la II Dinastía de Isin.

El apogeo con que gozaba Elam se refleja en la intensa actividad edificadora de Shilkhak-In-Shushinak, sobre
todo en Susa. Los templos de Ninkhursag e In-Shusinak fueron reconstruidos y ampliados, y lo mismo pasó con
otros templos de la capital y las demás ciudades elamitas.

Caída del Imperio Elamita

Este auge duró bien poco, ya que el hijo y sucesor del gran Shilkhak-In-Shushinak, Kutelutush-In-Shushinak,
vio cómo se reducía claramente su territorio, al menos por el lado mesopotámico, donde el panorama
internacional había cambiado radicalmente. Asiria con el rey Ashur-resh-ishi (aprox. 1132-1115 a.C.) y la II
dinastía de Isin con Nabucodonosor I (aprox. 1125-1104 a.C.) tomaron la iniciativa y recuperaron totalmente sus
antiguos territorios. El resurgimiento de Asiria y su reconquista territorial son aún desconocidos, pero sí afectó a
territorios marginales para Elam. En cambio, la revancha babilonia fue mucho peor, ya que llegó al corazón
mismo del estado Elamita.

Un primer ataque de Nabucodonosor provocó una reacción eficaz por parte de Elam, pero fue la señal de que
estaban en un momento de no retorno. Ya con su segundo ataque, Nabucodonosor llegó hasta la capital elamita,
Susa, glorificando aun más su victoria al recuperar las imágenes de culto y los demás botines robados. Las
principales consecuencias de esto fueron que se demostró el poder de la nueva dinastía de Babilonia, y que Elam
perdería la capacidad para influir en los acontecimientos políticos de Mesopotamia.

Imperio Sumerio
Sumeria fue un país ubicado en la actual Irak. Es una de las dos civilizaciones más antiguas del mundo (siendo la
otra Egipto), y el lugar donde se inventó por primera vez la escritura. Sus habitantes hablaban en idioma
sumerio. En este idioma, la región se denominaba Kengi o Ki, y en idioma acadio se llamaba Mat Sumeri (‘tierra
de Súmer’) o Senaar.

Parece posible que los sumerios fuesen una tribu proveniente de fuera, posiblemente de las estepas, pero su
origen concreto es desconocido. Esto es lo que se ha venido denominando desde el siglo XX como el "problema
sumerio". En cualquier caso, es durante el período del Obeid cuando se producen avances que cristalizan en
Uruk, y que sirven para considerar este momento como el inicio de la civilización sumeria.

Período de Uruk
Uruk, la Erec bíblica y la árabe Warka, es el escenario de descubrimientos fundamentales para la historia de la
humanidad: aparece la rueda en torno al 3500 a. n. e., y la escritura en el 3300 a. n. e., siendo ésta la datación
más antigua de tablillas de arcilla con escritura cuneiforme encontrada hasta la fecha. Estos registros escritos
confirman que los sumerios no eran un pueblo indoeuropeo, ni camitas, ni semita, ni tampoco elamo-drávida
(grupo, este último, al que pertenece el elamitas, por ejemplo). Así lo demuestra su lengua de tipo aglutinante.
Por tanto se especula, como se ha dicho, que los sumerios no fueron el primer pueblo en asentarse en la baja
Mesopotamia, en el curso bajo del Creciente fértil, sino que llegaron en un determinado momento de la Edad del
Cobre o Calcolítico, allá por el año 3500 a.C., durante el período ahora denominado U.

El dominio acadio
Hacia 2350 a. C., Sargón, un usurpador de origen acadio, se hizo con el poder en la ciudad de Kish. Fundó una
nueva capital, Agadé y conquistó el resto de ciudades sumerias, venciendo a Lugalzagesi, el rey de Umma hasta
entonces dominante. Este fue el primer gran imperio de la historia humana, y sería continuado por los sucesores
de Sargón, que se tendrían que enfrentar a constantes revueltas. Entre ellos destacó el nieto del conquistador,
Naram-Sin. Esta etapa marcó el inicio de la decadencia de la cultura e idioma sumerios en favor de los acadios.

El imperio se deshizo hacia el 2220 a. C., debido a las constantes revueltas y las invasiones de los nómadas
amorreos y, principalmente, gutis. Tras su caída, toda la región cayó bajo el dominio de estas tribus, quienes se
impusieron sobre las ciudades-estado de la región, especialmente en el entorno de la destruida Agadé. Las
crónicas sumerias los describen constantemente de forma negativa, como "horda de bárbaros" o "dragones de
montaña", pero es posible que la realidad no fuese tan negativa; en algunos centros se produjo un verdadero
florecimiento de las artes. Es el caso de la ciudad de Lagash, especialmente durante el gobierno del patesi
Gudea. Además de la calidad artística, en las obras de Lagash se utilizaron materiales provenientes de regiones
lejanas: madera de cedro del Líbano o diorita, oro y cornalina del valle del Indo; lo que parece indicar que el
comercio no se debió ver especialmente lastrado. Las ciudades meridionales, más alejadas del centro de poder
guti, compraban su libertad a cambio de importantes tributos; Uruk y Ur prosperaron durante sus IV y II
dinastías.

El Renacimiento sumerio

Según una tablilla conmemorativa fue Utu-hengal, rey de Uruk, quien en torno a 2100 a.C. derrotó y expulsó a
los gobernantes gutis de las tierras sumerias. Su éxito no le sería de mucho provecho ya que poco después el rey
de Ur, Ur-Nammu, consiguió la hegemonía en toda la región con la llamada III dinastía de Ur o Renacimiento
sumerio. El imperio surgido a raíz de esta hegemonía sería tan extenso o más que el de Sargón, del que tomaría
la idea de imperio unificador. Esta influencia se aprecia incluso en la denominación de los monarcas, que a
imitación de los acadios se harán llamar "reyes de Sumer y Acad".

Con respecto a la organización social, la sociedad sumeria era jerárquica y estratificada, al igual que las de todas
las civilizaciones. En la cúspide de la pirámide social se encontraba el rey, a quien seguía en importancia una
elite de sacerdotes, jefes militares y funcionarios de alto nivel. A continuación se ubican los comerciantes,
funcionarios menores, artesanos especializados y, luego, los campesinos y artesanos. En el nivel más bajo de la
sociedad correspondía a los esclavos.
A fines del IV milenio a.C., Sumeria se dividió en una docena de ciudades estado independientes cuyos límites
fueron definidos por medio de canales y mojones. estas ciudades eran grandes centros mercantiles. Cada una
estaba centrada en un templo dedicado al dios patrono particular de la ciudad y gobernado por un patesi (ennsi),
o en ocasiones por un rey (lugal). Los patesi eran sacerdotes supremos y jefes militares absolutos, auxiliados por
una aristocracia constituida por burócratas y sacerdotes. El patesi controlaba la construcción de diques, canales
de riego, templos y silos, imponiendo y administrando los tributos a los que toda la población estaba sujeta. Las
ciudades estado sumerias tradicionalmente eran ciudades-templos, ya que los sumerios consideraban que los
dioses fundaban las ciudades para que fuesen centros de culto. Los templos (entre los cuales se destacaban los
piramidales zigurats) estaban ligados al poder estatal, y sus riquezas eran usufructuadas por los soberanos,
considerados intermediarios entre los dioses y los hombres. Junto con los templos de las ciudades,
homenajeando a su dios patrono, no era infrecuente que se erigiesen zigurats; pirámides de ladrillos macizos
cocidos al sol que servían de santuarios y acceso a los dioses cuando éstos descendían hasta su pueblo.

Con el desarrollo de las ciudades, la tentativa de supremacía de unas sobre otras se tornó inevitable. El resultado
fue un milenio de embates casi incesantes sobre el derecho de uso de agua, rutas de comercio y tributos a tribus
nómadas.

Se denomina tell a la colina producida por el montículo de ruinas que han dejado cada una de estas ciudades
sepultadas durante siglos bajo la arena y el lodo.

Los sumerios tal vez sean más recordados debido a sus muchas invenciones. Algunos especialistas les dan el
crédito por la invención de la rueda y el torno alfarero. Su sistema de escritura cuneiforme fue el primer sistema
de escritura del que se tenga evidencia, adelantándose a los jeroglíficos egipcios en, por lo menos, 75 años. La
invención de la escritura posibilitó a los sumerios el almacenamiento del conocimiento y la posibilidad de
transferirlo a otros. Eso llevó a la creación de las escuelas, a la educación y oficialización de la matemática, la
religión, la burocracia, la división del trabajo y las clases sociales.

Sumer y Elam

Numerosos relatos e inscripciones del período anterior al 2300 a. C. Proceden de diversas ciudades de Sumeria,
concretamente de Uruk, y de los antiguos emplazamientos de Lagash y Shuruppak. Cada una de las ciudades y
pueblos de Sumeria tenía el gobierno propio de una pequeña ciudad-estado, similar al que adoptarian más tarde
las ciudades de la Grecia clásica. Se producían continuas escaramuzas como consecuencia de las rivalidades
entre ciudades vecinas. Una ciudad-estado podía conseguir el control sobre otras momentáneamente más débiles,
y entonces su dirigente podía optar por el título de rey.

Las pequeñas rencillas entre las ciudades sumerias desaparecieron cuando Sargón I, fundador de la dinastía
Akad, conquistó Sumeria aproximadamente entre los años 2400 y 2350 a. C. Sargón era probablemente de raza
semítica e impuso dicha lengua en Sumeria.

También fundó su propia capital, Akad y controlo toda Sumeria. El y sus sucesores extendieron sus dominios
desde Tell Brak, en las fuentes del río Habur, hacia el sur, hasta Elam; y llegaron a aventurarse hasta el
Mediterráneo. A pesar de su hegemonía, el imperio Acadio sufrió grandes disensiones internas debido a la
abolición de las dinastías locales y al desvío del comercio del cobre y piedras preciosas que supuso el
empobrecimiento de Sumeria.

El imperio Acadio tuvo su colapso final hacia el año 2270 a. C. Debido a la invasión de los guti, aunque algunas
ciudades, como Uruk, Lagash, Umma y Ur consiguieron resistir a dichas invasiones y conservaron su
independencia.

Utuhegal, tras de hacerse del Poder guti, se hizo súbdito del señor de Ur, Urnamu. Este rey estableció la
colección de leyes más antigua que se conoce y puso unas sólidas bases para su imperio. Otra característica
destacable de esta civilización fue el registro de los movimientos comerciales y el control de la organización del
trabajo.

Hacia fines del tercer milenio una banda de Elam arrasó las ciudades de Sumeria y ocupó Ur. La caída fue algo
más que el colapso de una estructura política.

El objetivo de estas constantes disputas entres las civilizaciones de ese mundo antiguo era el de alcanzar una
posición hegemoníca para satisfacer necesidades económicas-sociales.

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