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Anatomía y Fisiología Sexual
Anatomía y Fisiología Sexual
1. Pene
2. Cuerpos cavernosos
(uno de un par)
3. Cuerpo esponjoso
4. Prepucio
5. Glande
6. Apertura de la uretra
7. Escroto
8. Testículo (uno de un
par)
9. Epidídimo (uno de un
par)
10. Conductos deferentes
(uno de un par)
11. Vesícula seminal (una
de un par)
12. Vejiga
13. Próstata
14. Uretra
15. Glándula bulbouretral
(de Cowper)(una de un
par)
Los órganos sexuales externos
Los órganos sexuales externos masculinos consisten en el pene y el escroto. Los
testículos y sus conexiones, que están contenidas en el escroto, generalmente se
consideran órganos internos, aunque se encuentran fuera de la cavidad
abdominal.
El pene
El pene (del latín penis: cola) es un órgano cilíndrico compuesto de tejido fino
eréctil. Para ser más preciso, hay tres cuerpos esponjosos alargados dentro del
pene los cuales se extienden a través del cuerpo entero del mismo, dos van
paralelos en la parte superior (los dos cuerpos cavernosos) y uno va a lo largo de
la parte inferior (el cuerpo esponjoso). Este último cuerpo contiene la uretra (el
conducto a través del cual son liberados la orina y el semen). Grandes arterias
pueden llenar de sangre rápidamente estos cuerpos esponjosos, causando así
rigidez. Consecuentemente, el pene se pone erecto. Por el contrario, cuando la
sangre sale del tejido fino esponjoso la erección decrece. Las erecciones del pene
son causadas generalmente por la excitación sexual, pero pueden también ocurrir
por otras razones. Durante una erección el pene aumenta de tamaño. Esto es
posible porque la piel que lo cubre es muy suelta. Hacia el extremo del pene la
última parte de esta piel forma un doblez cutáneo (conocido como prepucio) fijada
La producción de semen
Un testículo está compuesto de centenares de compartimentos pequeños que
contienen tubos finos, no más gruesos que un cabello, densamente apretados.
Dentro de estos tubos (túbulos seminíferos) tiene lugar el proceso de la
producción de espermatozoides (llamada espermatogénesis). Este proceso
comienza cuando el varón alcanza la pubertad y continúa sin interrupción durante
el curso de su vida. La producción de espermatozoides procede en tres pasos: 1.
El primer paso comienza con las células que constituyen el revestimiento interior
de los túbulos seminíferos. Estas células se llaman espermatogonios o
espermatozoides primitivos, y poseen, como cualquier otra célula del cuerpo
humano, 46 cromosomas incluyendo un cromosoma X y un cromosoma Y. Por
medio de la división celular, de estos espermatozoides primitivos surgen
respectivamente dos células hijas idénticas. Una de estas ocupa el lugar de la
célula primitiva, y la otra se mueve hacia el centro del tubo donde se llamará
"espermatocito primario". 2.Los espermatocitos primarios no se duplican por sí
mismos como lo hacen otras células, sino que se dividen de una manera única: se
dividen en dos mitades, adjudicando 22 cromosomas más un cromosoma X a una
de las nuevas células y 22 cromosomas más un cromosoma Y a la otra. Las dos
nuevas células que surgen, se llaman "espermatocitos secundarios", y cada uno
contiene solamente la mitad del juego de cromosomas de las otras células del
cuerpo, es decir, 23 cromosomas. 3. Los dos espermatocitos secundarios se
mueven entonces hasta el centro del tubo y realizan la división celular normal. Es
decir, se duplican a si mismos exactamente hasta producir cuatro células que se
llaman "espermatides". Estos espermatides ahora cambian su forma; generando
una cola larga se convierten en células maduras, llamadas espermatozoides. Las
tres etapas de este proceso de desarrollo requieren aproximadamente 64 días.
Obviamente, en cuanto a su origen y desarrollo, estos espermatozoides vienen en
dos variedades: aquellos que contienen un cromosoma X (y otros 22 cromosomas)
y los que contienen un cromosoma Y (y otros 22 cromosomas). En el caso de una
fertilización dada, el espermatozoide que porta el cromosoma X participa en la
producción de una niña, y el esparmatozoide que contiene un cromosoma Y
contribuye a la producción de un niño.
La producción de hormonas
Según lo anteriormente descrito , las gónadas del hombre y de la mujer (los
testículos y los ovarios) también producen determinadas hormonas. Estas
hormonas gonadales se dividen en hormonas masculinas (andrógenos) y
hormonas femeninas (estrógenos). Sin embargo, estos términos son un poco
engañosos ya que ambos tipos, tanto hormonas femeninas como masculinas se
encuentran en cualquier cuerpo masculino o femenino. Es únicamente la cantidad
de estas hormonas la que varía. Antes de la pubertad, los niveles de andrógeno y
de él. Los espermatozoides necesitan algunas semanas para atravesar este tubo
colector. Durante este tiempo desarrollan una capacidad limitada de moverse por
sí mismos.
Los vasos deferentes
Una vez que los espermatozoides han emergido del tubo colector, entran en un
tubo más corto y bastante recto que se llama vaso deferente. Partiendo del
escroto, este tubo conduce hacia el interior del abdomen. La parte más inferior de
los vasos deferentes se puede palpar a través de la piel del escroto. Como se
localiza tan fácil, también puede ser fácilmente cortada en una operación de
esterilización conocida con el nombre de vasectomía. Dentro del abdomen, los
vasos deferentes (uno asociado con cada testículo) están situados de tal manera
que trazan una gran curva y llegan hasta un punto detrás de la vejiga; donde se
amplian formando un tipo de bolsa o compartimento de almacenaje que se llama
ampolla (del latín: ampulla, pl. ampullae). Los espermatozoides se mueven hacia
estos compartimentos de almacenaje con el fin de esperar ahí su eyaculación. Las
ampollas unen los conductos de otros dos órganos que se asemejan a bolsas, las
vesículas seminales, con los tubos cortos y rectos, llamados conductos
eyaculatorios. Estos conductos eyaculatorios atraviesan la parte interior de la
próstata donde se unen con la uretra. Antes de entrar en los conductos
eyaculatorios, los espermatozoides disponen solamente de limitadas capacidades
de automovilización. Son transportados sobre todo por el movimiento de los cilios
vibrátiles ubicados en las paredes internas de los conductos eyaculatorios, y por
contracciones musculares de estos. No obstante, inmediatamente después de la
eyaculación comienzan a moverse vigorosamente. Este cambio brusco se produce
debido a las secreciones de las diversas glándulas que en conjunto pueden
hacerlos mover por sí mismos. Nadando en el semen, los espermatozoides
alcanzan su energía completa.
La uretra
La uretra es un solo tubo que va partiendo de la vejiga y conduce hasta el extremo
del pene. La uretra no se debe confundir con los dos uréteres que conducen de los
riñones a la vejiga. En el hombre, la uretra cumple dos funciones importantes: la
liberación de orina o semen que nunca sucede a la vez ya que un determinado
mecanismo muscular lo hace imposible. Mientras que la orina entra en la uretra
viniendo directamente de la vejiga, el semen se compone de diversos fluidos que
entran por orificios especiales en la pared uretral en su mayoría cerca de la
próstata.
Organos accesorios
Para sobrevivir después de su eyaculación, los espermatozoides necesitan nadar
en un líquido grueso, alimentador y protector llamado semen. En realidad, el
semen se compone de varios fluidos diferentes que se mezclan en varios puntos
de la uretra. Los más importantes de estos fluidos son producidos por los órganos
descritos más adelante.
Las vesículas seminales
Las vesículas seminales son dos sacos ubicados al lado de las ampollas (los
extremos agrandados de los vasos deferentes) detrás de la vejiga y cerca de la
punta de la próstata. Antes se creía que estas sirven como espacio de almacenaje
de los nuevos espermatozoides recién producidos. Sin embargo, hoy en día
predomina la opinión de que su función principal consiste en proporcionar un
líquido que, junto con la secreción de la próstata, garantiza la movilidad vigorosa
de los espermatozoides después de la eyaculación.
La próstata
La próstata es un cuerpo firme, redondo, del tamaño de una castaña ubicado
directamente debajo de la vejiga. Es atravesada por la uretra y dos conductos
eyaculatorios descritos anteriormente. La próstata produce constantemente
secreciones que en parte se excretan con la orina. Además forman la mayor parte
del semen. En algunos hombres viejos, la próstata se agranda causando presión
sobre la parte de la uretra encerrada por ella lo que hace difícil el orinar. En estos
casos, la extirpación parcial de la próstata puede llegar a ser necesaria.
Las glándulas bulbouretrales (Glándulas de Cowper)
Debajo de la próstata hay dos glándulas pequeñas del tamaño de un guisante que
durante la excitación sexual segregan un líquido transparente y alcalino en la
uretra. Muchas veces una pequeña gota de este líquido ya puede ser visible en la
apertura del pene antes de producirse la eyaculación. No se puede excluir
totalmente que esta gota no contenga algunos espermatozoides sueltos. Así se
explicarían, aunque son raros, los casos de embarazo sin eyaculación de semen.
El semen eyaculado (normalmente no es más de la capacidad de una cucharita de
té) se compone de espermatozoides y de las secreciones de los epidídimos, de las
vesículas seminales, de la próstata y de las glándulas bulbouretrales (glándulas de
Cowper). Ninguno de estos líquidos contiene alguna sustancia dañosa. Por
consiguiente, en el caso de haber tragado semen, accidentalmente o a propósito
nadie debe temer algun efecto perjudicial (excepto, por supuesto, cuando el
semen contiene bacterias o virus responsables de ETS). El semen, por lo general,
es espeso y de color blanco grisáceo. Sin embargo, ocasionalmente puede ser
también mas líquido. Su cantidad, consistencia y composición dependen de la
frecuencia de eyaculaciones.
vulva. Su superficie exterior también está cubierta de vello púbico. Como los dos
labios mayores se encuentran directamente adyacentes, parecen cubrir las demás
partes de la vulva.
Los labios menores
Debajo de los labios mayores se encuentran los labios menores. Formados por
dos dobleces cutáneos más finos, poseen una malla compacta de vasos
sanguíneos y terminaciones nerviosas lo que los hace muy sensibles al tacto. Los
labios menores se unen en la parte superior formando un pliegue simple de piel
cubriendo el clítoris. Este pliegue es también llamado el prepucio del clítoris.
El clítoris
La punta o el glande del clítoris (griego: kleitoris) está situado debajo del monte de
Venus, en el punto donde se unen los dos labios menores. El clítoris es un órgano
cilíndrico corto compuesto principalmente de tejido eréctil, es decir, de dos
cuerpos esponjosos (corpora cavernosa) que se pueden llenar rápidamente de
sangre lo que lo hace crecer y ponerse duro. Siguiéndolo más adentro, el cuerpo
del clítoris se divide en dos bulbos que pasan por los dos lados de la vagina. En
estado de excitación sexual se hincha toda esta estructura al igual que el tejido
esponjoso que encierra la uretra. En resumen, el clítoris en realidad, es más un
órgano sexual interno que externo, y aquí está mencionado entre los órganos
externos, de acuerdo a la tradición, hoy en día obsoleta, de libros de texto.
El glande del clítoris está parcialmente cubierto por el prepucio del clítoris. Debajo
del prepucio se producen secreciones genitales (esmegma) que, a veces, pueden
causar irritaciones y otros problemas. La longitud promedio del cuerpo del clítoris
no excitado es de menos de 2,5 cms; en su mayor parte está cubierto. En estado
excitado puede duplicar su diámetro normal al igual que las demás partes del
clítoris. De alguna manera el sistema del clítoris, es comparable con el pene,
incluso en su tamaño total, si se toman en cuenta todas sus partes como formando
un órgano femenino que proporciona gran placer. Su glande, que normalmente se
encuentra expuesto, es extremadamente sensible al tacto pues presenta
inumerables terminaciones nerviosas. Al contrario del pene, la cabeza del clítoris
excitado no emerge sino que se contrae bajo su prepucio. El clítoris es fácilmente
(los ovarios y los testículos) también producen ciertas hormonas. Estas hormonas
gonadales se han dividido en hormonas femeninas (estrógenos) y hormonas
masculinas (andrógenos). Sin embargo, estos términos son algo engañosos
porque ambas hormonas femeninas y masculinas se pueden encontrar tanto en el
cuerpo femenino como en el masculino. Solamente difiere la cantidad de estas
hormonas. Antes de la pubertad, los niveles de estrógeno y andrógeno en niñas y
niños son casi iguales. Luego, durante la adolescencia, este equilibrio comienza a
perderse. En el cuerpo femenino los estrógenos aumentan a un nivel mucho más
alto que el de los andrógenos, y en el cuerpo masculino los andrógenos aumentan
a un nivel ligeramente más alto que el de los estrógenos. En la mujer, el aumento
de estrógenos durante la pubertad ayuda a producir las características sexuales
secundarias femeninas (en el hombre, el aumento de andrógenos ayuda a
producir las características sexuales secundarias masculinas). Además de los
estrógenos (y andrógenos), los ovarios de una mujer sexualmente madura
también producen una hormona llamada progesterona. La producción de la
progesterona ocurre principalmente en asociación con el cuerpo amarillo (del latín:
corpus luteum) el cuál se forma de la pared del folículo roto después de la
ovulación. Durante los años fértiles de la mujer, los estrógenos así como la
progesterona desempeñan un papel importante en su ciclo reproductivo. Todavía
hay mucho que aprender sobre la naturaleza y la función de las hormonas en el
cuerpo humano. Sin embargo, algunos hechos básicos se han establecido ya:
mientras que las hormonas gonadales son necesarias para la maduración física de
una persona joven, no son esenciales para la actividad sexual continuada en
adultos. Es decir, tanto la mujer como el hombre necesitan sus hormonas
gonadales durante la adolescencia para desarrollar su potencial sexual completo.
Sin embargo, una vez logrado dicho potencial, ellos pueden funcionar
sexualmente sin estas hormonas. Por lo tanto, una mujer que se acerca a la
menopausia no tiene que temer la pérdida de su sensibilidad sexual. Incluso
cuando sus ovarios han cesado la producción de hormonas, ella puede continuar
su actividad sexual como antes. Esto es igualmente válido para una mujer cuyos
ovarios han sido extirpados quirúrgicamente debido a alguna enfermedad.
Las trompas de Falopio
Las trompas de Falopio (nombradas así por el anatomista Gabriele Fallopio)
conducen de los ovarios al útero. También a veces se llaman los oviductos (del
latín: camino del óvulo), un término que describe exactamente su función.
Proporcionan un camino para que el óvulo baje al área donde podría implantarse
en caso de ser fertilizado (también proporcionan un camino para los
espermatozoides que nadan hacia arriba del útero intentando alcanzar el óvulo).
En su extremo ancho las trompas de Falopio tiene extensiones a manera de dedos
las cuales se mueven por la superficie del ovario; el otro extremo conduce
Mujer Hombre
Ovarios Testículos
Uretra Uretra prostática
Labios menores (lat: Labia
Tubo uretral del pene
minora)
Labios mayores (lat: Labia
Escroto
maiora)
Clítoris Pene
Glándulas de Bartolino Glándulas de Cowper
Glándulas parauretrales
Próstata
("próstata femenina")
El ciclo menstrual
Una mujer alcanza su capacidad de reproducirse durante la pubertad y después
pierde esta capacidad a principios de los 50. Sin embargo, justamente en sus años
fértiles ella puede concebir solamente durante cierto lapso de tiempo una vez al
mes en que uno de sus ovarios libera un óvulo. La repetición mensual de este
acontecimiento, junto con otros cambios corporales regulares, constituye el ciclo
reproductivo femenino. Su signo externo más obvio es la menstruación (sangrado
mensual). Por esta razón, el ciclo reproductivo se puede llamar también ciclo
menstrual. De hecho, este último término tiene la ventaja de referirse a una
experiencia concreta que les resulta familiar a prácticamente todas las mujeres,
incluyendo aquellas que no se reproducen. La primera menstruación de una niña
(también llamada menarca) ocurre generalmente entre las edades de 11 a 13
años. Sin embargo, la segunda menstruación puede muy bien ausentarse mucho
más de un mes. Durante la adolescencia, los ciclos menstruales son algo
irregulares. Solamente más adelante se establece un ritmo regular. En una mujer
madura, los ciclos menstruales duran generalmente entre 28 y 35 días. No
obstante, una cierta irregularidad es siempre posible y absolutamente normal. La
irregularidad se incrementa nuevamente a medida que la mujer envejece.
Finalmente, después de la menopausia, sus menstruaciones cesan
completamente. En libros de texto científicos el ciclo menstrual se divide
generalmente en dos, tres, cuatro, o más fases diferentes. Tales divisiones suelen
ser un poco arbitrarias, no obstante, pueden ayudar a entender los procesos
biológicos implicados. Para los propósitos de este texto, una división en tres fases
parece adecuada.
I. Las tres fases del ciclo menstrual
(véase como comienza después del último día de la menstruación)
3. Menstruación
Si no ocurre la implantación, el endometrio se desprende y es expulsado por
medio de la menstruación.
En la figura:
A. Endometrio B. Tapón de moco cervical C. Desprendimiento del endometrio y su
expulsión D. Area destaponada.
Las tres fases del ciclo menstrual
La función básica del ciclo menstrual es, en resumen, preparar el revestimiento del
útero para la posible implantación de un óvulo fertilizado. Si no ocurre ninguna
implantación, el revestimiento se desprende y se expulsa a traves de la vagina.
Esta expulsión es conocida como sangrado menstrual o simplemente
menstruación. Cuando el sangrado ha cesado, la preparación del recubrimiento
uterino así como el ciclo entero comienzan nuevamente. Teóricamente, la
descripción del ciclo mentrual podría comenzar con cualquiera de sus fases. Para
los propósitos del cálculo médico, por ejemplo, se supone que el ciclo menstrual
comienza con el primer día de la menstruación y termina con el último día antes de
la menstruación siguiente. Sin embargo, en el actual contexto parece más útil
comenzar con el crecimiento del óvulo (ovum) y el recubrimiento uterino gradual
(endometrio).
1. Preparación para la ovulación
Cuando cesa el flujo menstrual, el revestimiento uterino es muy fino. Bajo la
influencia del estrógeno, una hormona producida por los ovarios y secreta en la
circulación sanguínea, el endometrio comienzada a engrosarse paulatinamente. El
aumento del nivel de estrógeno también estimula el crecimiento de algunos
folículos de Graaf que encierran los óvulos immaduros. De hecho, solamente uno
de estos folículos sigue desarrollándose mientras los demás se desvanecen. Al
cabo de aproximadamente dos semanas, el folículo se revienta y suelta el óvulo, lo
que se conoce como ovulación. En el tiempo de la ovulación, el revestimiento
uterino ha crecido considerablemente y casi llega a estar preparado para una
posible implantación. La ovulación tiene lugar cerca de 14 días antes del inicio de
la menstruación siguiente. Es decir, si el óvulo no está fertilizado e implantado, el
revestimiento uterino se desprende y será expulsado dos semanas más tarde. Así,
contando al revés, en un ciclo menstrual de 28 días, la ovulación ocurre en el
décimocuarto día; en un ciclo de 35 días, ocurre en el vigésimoprimer día, en otras
palabras, mientras el lapso de tiempo que hay entre la ovulación y la siguiente
menstruación es bastante estable, puede variar considerablemente aquel que hay
entre la menstruación y la ovulación siguiente. Las parejas que utilizan como
anticonceptivo el método de ritmo deben tener muy presente este hecho.
2. Preparación para la implantación
Un poco antes de la ovulación, el folículo que envuelve el óvulo, comienza a
nacido. En este sentido, se puede decir que los pechos tienen tanto una función
erótica como una función reproductiva. Los pechos de una mujer madura son dos
cojines de grasa y tejido conectivo que rodean sus glándulas mamarias. Siempre
que ella da a luz un niño, estas glándulas comienzan a secretar leche en los
conductos especiales que conducen a los pezones. Los pezones, que se
componen de fibra mucular lisa, y que contienen muchas terminaciones nerviosas,
son muy sensibles al tacto y pueden ponerse erectos durante la excitación sexual.
El área alrededor de los pezones es rosácea, pero como resultado del embarazo
se vuelve más oscura. Los pechos femeninos comienzan a desarrollarse
completamente durante la pubertad como resultado del estímulo hormonal. Su
forma y tamaño final están determinados por herencia. Para muchos hombres y
mujeres, los pechos tienen un significado sexual especial. Sin embargo, como en
todas las cuestiones sexuales, las preferencias varían extensamente. En ciertas
sociedades, los pechos largos pendulares se consideran superiores; en otras,
gustan los redondos y firmes. En algunas culturas, los pechos pequeños son
elogiados como los más hermosos, mientras que en otras los pechos ideales son
grandes. Incluso dentro de la misma cultura, el concepto de la belleza femenina
puede cambiar de una generación a la siguiente, y de un individuo a otro. Los
hombres también tiene pechos, aunque menos desarrollados. Sin embargo, los
pezones masculinos pueden ser también muy sensibles al tacto. Pueden también
ponerse erectos, y ser una parte importante de la excitación sexual. Hay una
diferencia importante sin embargo: los pechos masculinos contienen únicamente
glándulas mamarias rudimentarias. De hecho, un hombre puede "dar leche" sólo
una vez en su vida: al nacer. Un bebé recién nacido todavía comparte ciertas
hormonas con la madre, incluyendo las que estimulan la producción de leche. Por
esta razón, los pechos del bebé tanto femenino como masculino también
contienen calostro, una sustancia preláctea (la llamada leche de las brujas).
Naturalmente, esta condición dura muy poco.