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Músculo Esquelético
Músculo Esquelético
Debajo del endomisio y rodeando a cada fibra muscular está el sarcolema. Esta delgada y
elástica membrana delimita el contenido de la fibra. Está compuesta de la membrana
plasmática plasmalema) y la membrana basal, entre estas dos membranas se encuentran las
células satélites cuya función es la regeneración celular y la recuperación de la fibra
muscular después de una lesión. El protoplasma de las fibras, o sarcoplasma, contiene
enzimas, partículas de lípidos y licógeno, los núcleos, mitocondrias y varios organelos
especializados. Embebida en el interior del sarcoplasma está una extensa red longitudinal
interconectada de túbulos y vesículas conocidas como retículo sarcoplásmico (McArdle y
cols, 1996).
Se han identificado otras proteínas que tienen una función estructural o que pueden afectar
la interacción de los filamentos de proteína durante la acción del músculo. Los porcentajes
reportados por diferentes autores difieren para cada proteína dependiendo de la técnica
utilizada para su aislamiento. Ellas son (a) tropomiosina, localizada a lo largo de los
filamentos de actina (5%); (b) troponina, localizada en los filamentos de actina (3%); (c) a-
actinina, distribuida en la región de la banda Z (7%); (d)-actinina, encontrada en los
filamentos de actina (1%); (e) proteína M, identificada en la región de las líneas M dentro
del sarcómero (menos del 1%); (f) proteína C (menos del 1%), la cual se cree que
contribuye a la integridad estructural del sarcómero (McArdle y cols, 1996); (g) nebulina,
localizada en los filamentos de actina, regula el tamaño del filamento delgado (5%); (h)
titina, regula el tamaño del filamento grueso y se extiende desde la línea M a los discos Z
(10%) (Robson y Huiatt, 1983).
La sarcómera. La observación a través de microscopio revela que cada fibra presenta una
serie de estriaciones alternantes claras y oscuras. Las bandas claras son las bandas I
(isotrópicas), y las bandas oscuras, con su elevado índice de refracción, son las bandas A;
ésta es la línea Z o Discos Z. En la parte central de la banda A se localiza la banda H, una
región de baja densidad óptica causada por la ausencia de filamentos de actina. En la mitad
de la zona H, existe una región oscura, la "línea M", la cual marca el centro del sarcómero.
La región M está formada por estructuras proteicas filamentosas que conectan de forma
cruzada a los filamentos de miosina, manteniendo su arreglo y dando un espaciamiento
regular entre ellos (Figura 2). También en la línea M se anclan los filamentos conectores.
La porción de una fibra comprendida entre dos líneas Z sucesivas es denominada
sarcómera. Esta entidad estructural es la unidad funcional de la fibra muscular. En el
estado de reposo, la longitud de cada sarcómero es de aproximadamente 2.5m (McArdle
y cols,1996).
Figura 2. Esquema de media sarcómera. Las líneas negras representan moléculas de titina que se
extiende desde la línea M hasta la línea Z formando los filamentos conectores. La línea azul
representa los filamentos delgados formados principalmente por actina. Las líneas rojas son los
filamentos gruesos formados principalmente por miosina. Las líneas punteadas verticales
representan las líneas N que Pollack (1992) propone que están formadas por troponina. Respecto a
la titina se detallan sus diferentes secciones y epítopes reconocidos.
Además de las conocidas líneas Z y M, existen unas líneas menos visibles llamadas N (del
Alemán "nebenscheibe": neben: adyacente y scheibe: sección) (Eisenberg, 1983). Existe
otro arreglo de ilamentos finos compuestos de titina, que estabilizan a los filamentos de
miosina en el eje longitudinal. Durante la contracción, los filamentos de miosina y de actina
se deslizan entre sí, cercando los discos Z y disminuyendo el ancho de la zona H.
La banda I es la región de la sarcómera que contiene los filamentos delgados y parte de los
filamentos conectores; la banda A contiene los filamentos gruesos, parte de los filamentos
delgados y el resto de los filamentos conectores. La zona H de la banda no contiene
filamentos delgados.
Contracción Muscular
Aún los más simples organismos unicelulares se desplazan. Además, en los organismos
multicelulares las células individuales pueden cambiar su forma y tamaño, dependiendo de
sus funciones y etapas de crecimiento. Esos movimientos son el resultado de la interacción
de estructuras proteicas complejas. Uno de los tipos de movimientos mejor estudiados son
los de la contracción y relajación de las fibras del músculo esquelético. Los movimientos
musculares son llevados a cabo por la interacción de los filamentos delgados con los
filamentos gruesos, los primeros están formados por actina, troponina, tropomiosina y
nebulina y los segundos principalmente por miosina además de proteínas reguladoras y
kinasas.
Mecanismo de los filamentos deslizantes.
Figura 3. Teoría del deslizamiento. Durante la contracción muscular los filamentos delgados
(actina) se deslizan sobre los filamentos gruesos (miosina) acortando la longitud de la sarcómera.
La teoría dominante para explicar el deslizamiento de los filamentos es la que propone que
los puentes cruzados de la miosina se fijan a los filamentos de actina formando el complejo
actomiosina, mediante cambios conformacionales en los puentes cruzados, inducidos por la
hidrólisis del ATP fijado en el puente cruzado y por la liberación de los productos de la
hidrólisis, el filamento delgado es jalado en dirección de la línea M (Huxley y Niedergerke,
1954; Huxley y Hanson, 1954) (Fig. 3.1). Sin embargo, existen dudas razonables para
suponer que este puede no ser el mecanismo molecular implicado.
Fig. 3.1.Teoría del puente cruzado.
Pollack (1996, 2001) plantea la transición de fase como un posible mecanismo, consiste en
la transición de una estructura helicoidal ordenada en cierta región inestable de la molécula
de miosina, a una estructura en espiral desordenada ("random coil") que acorta el filamento
grueso, estando los puentes cruzado unidos a la actina de los filamentos delgados estos son
jalados en dir ección de la línea M (Fig. 3.2).
Otra teoría propuesta por Muñiz y cols. (1996) es la de repulsión electrostática entre los
filamentos gruesos y delgados, la repulsión se produce por la generación de centros de
carga similares entre la miosina y la actina. En la miosina se genera un centro de carga
positivo por la hidrólisis del ATP y la liberación de sus productos y en los filamentos
delgados por la unión de los iones de Calcio. Al coincidir temporal y espacialmente estas
cargas se repelan entre sí. El vector de la repulsión sumado a los vectores de fuerza
originados en los filamentos conectores y la inercia de los discos Z favorecen el
deslizamiento de los filamentos delgados en dirección de la línea M (Fig 3.3).
Así, tenemos que el acortamiento se explica de acuerdo con la primera y la tercera teorías
por el deslizamiento de los filamentos entre sí, manteniéndose el tamaño de los filamentos
constante, mientras que en la segunda, el acortamiento ocurre por una disminución de la
longitud al menos de los filamentos gruesos, sin que requiera del deslizamiento de los
filamentos.
Acople excitación-contracción.
Es el mecanismo fisiológico por medio del cual un potencial de acción en el músculo inicia
los eventos químicos en la superficie celular que llevan a la liberación del Calcio
intracelular y causan la actividad muscular. El Ca2+ intracelular está involucrado
íntimamente en la regulación de la actividad contráctil y metabólica celular. En la fibra
muscular inactiva la concentración de Ca2+ es relativamente baja comparada con la
concentración existente en el fluido que baña a la célula. Cuando la fibra es estimulada,
ocurre un incremento del Ca2+ intracelular, que antecede la iniciación de la contracción
muscular. Este incremento de Ca2+ es iniciado por el potencial de acción que propaga por
los túbulos transversos provocando la liberación de Ca2+ desde los sacos laterales del
retículo sarcoplásmico.
Relajación.
Cuando un músculo deja de ser estimulado, la liberación de Ca2+ cesa y los filamentos
pierden su capacidad para interaccionar y producir el acortamiento muscular. El Calcio
liberado por la estimulación es recapturado por el retículo sarcoplásmico a través de
bombas de Calcio. En estas condiciones los filamentos regresan a sus posiciones previas a
la estimulación y el músculo recupera su longitud de reposo.
Paso 1: La acetilcolina (ACh) es liberada por las pequeñas vesículas localizadas dentro de
las terminales del axón. La ACh difunde a la hendidura sináptica y se une a receptores
especializados en el sarcolema. Existe una simetría casi perfecta entre el "impreso" de las
vesículas presinápticas que contienen la ACh y el "impreso" de los receptores
postsinápticos que ligan la ACh.
Paso 2: El potencial de acción del músculo depolariza los túbulos T en la unión de las
bandas A-I del sarcómero.
Paso 3: La depolarización del sistema de túbulos T ocasiona que el Ca 2+ se libere desde los
sacos laterales (cisternas terminales) del retículo sarcoplásmico.
Figura 4. Esquema de los principales eventos que ocurren durante la contracción y relajación de un
músculo (McArdle y cols, 1996).
Estado activo
Cuando los puentes cruzados de miosina se unen con los filamentos de actina, se dice que
la fibra muscular ha ent rado en estado activo; la duración e intensidad del estado activo
depende de la concentración de Ca2+ alrededor de los filamentos contráctiles.
Una propiedad adicional observada en los músculos, es que segundos después de un tétanos
la respuesta de una sacudida simple es mayor, éste comportamiento ha sido llamado
potenciación postetánica y es debido probablemente a una alteración temporal en la
intensidad o duración del estado activo. También la potenciación se ha atribuido a una
fosforilación de las cadenas ligeras sobre las cabezas de miosina (Moore y Stull, 1984).
Otro posible mecanismo es la elevación de Ca2+ en el citosol por un corto periodo después
de finalizado el tétanos o activación voluntaria (Allen, Lee y Westerblad, 1989). Otro
fenómeno es el llamado escalera positiva observado originalmente en músculo
gastrocnemio de rana (Slomic, Rosenfalck y Buchthal, 1968), el cual onsiste en un
incremento progresivo en las sacudidas isométricas cuando se aplican estímulos de baja
frecuencia, como de 2Hz.
Figura 5. Desarrollo de tensión por el músculo extensor brevis hallucis de humano cuando es
estimulado a diferentes frecuencias hasta llegar a la formación de un tétanos. CT = tiempo de
contracción (Mc Comas, 1996).
Tipos de contracciones
Acción excéntrica. Esta ocurre cuando la resistencia externa excede la fuerza que es capaz
de desarrollar el músculo, en consecuencia este se estira mientras está desarrollando
tensión, como se ilustra en la figura 6B. En levantadores de pesas los músculos actúan
excéntricamente cuando el peso es regresado a la posición inicial para iniciar la siguiente
acción concéntrica (acortamiento). La combinación de acciones musculares concéntricas y
excéntricas aumenta la eficiencia del ejercicio, aumentando la fuerza y tamaño de las fibras.
Otros datos también sugieren que la fuerza adquirida por entrenamiento se mantiene cuando
el entrenamiento es alternado con periodos de reposos e incluye acciones excéntricas
(McArdle y cols, 1996).
Acción isométrica. Esta ocurre cuando un músculo genera fuerza y tiende a acortarse, pero
no puede superar la resistencia externa. Como resultado, no se desarrolla trabajo externo.
Se genera una fuerza considerable, sin embargo, durante la acción isométrica (estática) no
es evidente el estiramiento o acortamiento del músculo y no hay movimiento de la
articulación. La figura 7 ilustra una acción isométrica.
Tipos de fibras musculares.
Una técnica común para establecer el tipo específico de fibra en los músculos se basa en la
ensibilidad diferencial a los cambios de pH de la enzima miosina ATPasa (Klug y Tibbits,
1988; Pette y Staron, 1990).
Se ha propuesto que las características de esta enzima son las que determinan la velocidad
de acortamiento del sarcómero. Además, estudios de músculo completo y fibras
musculares aisladas (Edman, Reggiani, Schiaffino y Tekronnie, 1988) han mostrado que la
velocidad de acortamiento muscular es proporcional a la actividad de la miosina ATPasa.
De acuerdo a la tinción histoquímica de la ATPasa, las fibras musculares han sido
identificadas como fibras tipo I, IIa, IIb y IIc (Brooke y Kaiser, 1970). La separación está
en función de la diferente labilidad en álcalis o ácidos de las cadenas ligeras de miosina. La
tinción de la ATPasa permite así monitorear los cambios en las propiedades moleculares
del aparato contráctil ante diversos estímulos. La actividad de la miosina ATPasa específica
de las fibras de sacudida rápida es inactivada con un pH ácido pero es regularmente estable
en un rango de pH alcalino; la presencia de la enzima tiñe de oscuro las fibras. En las
fibras de sacudida lenta, la actividad de su miosina ATPasa específica se mantiene alta en
un pH ácido pero es inactivada en medio alcalino (McArdle y cols 1996).
Las diferentes propiedades fisiológicas y bioquímicas de los tipos de fibras que han sido
clasificadas histoquímicamente las podemos resumir como sigue:
Estas fibras se encuentran inervadas por motoneuronas que pueden disparar a altas
frecuencias y tienen rápidas velocidades de conducción. Las fibras musculares desarrollan
tensión rápidamente pero pueden mantenerla sólo por cortos periodos de tiempo. Además,
(Donozo e Hidalgo 1989; Huerta y cols, 1991). Este mecanismo intercambia el Ca 2+ del
citoplasma por Na+ extracelular. En el caso de las fibras tónicas juega un papel más
importante que en las fibras rápidas, como lo demuestra el hecho de que la sustitución del
Na+ extracelular por otro catión monovalente induce la acumulación intracelular de Ca 2+,
generando desarrollo de tensión (Huerta y cols, 1991).
En diferencia s membranales, los músculos que son requeridos para responder rápidamente
(fibras rápidas) tienen un sistema de activación membranal más desarrollado. El sistema T y
el RS de las fibras rápidas podrían ocupar de dos a tres veces más volumen en las fibras
rápidas que en las fibras lentas. Así, las diferencias en la velocidad entre las fibras rápidas
y lentas resultan de las diferencias en las velocidades enzimáticas de la miosina ATPasa y
de las diferencias en la velocidad de propagación de la activación (Go nzález-Serratos, 1983).
Otra diferencia estructural entre los tipos de fibras que es poco entendida, es el grosor de
los discos Z. Eisenberg (1983) mostró que las fibras FG tienen discos Z de 60 nm de
ancho, mientras que las fibras SO tienen discos más anc hos de 150 nm. El grosor de los
discos Z en las fibras FOG es intermedio (80 nm). Es interesante notar que en la
contracción excéntrica, los discos Z parecen ser las uniones más susceptibles a las lesiones
(Lieber, 1992). Se han demostrado diferencias en la estructura de la banda M entre los tipos
de fibras. La banda M de las fibras tipo I tienen cinco puentes distintos, mientras que las
fibras IIb tienen sólo tres puentes. Las bandas M de las fibras IIa tienen tres puentes
centrales prominentes y dos puentes externos tenues (Lieber, 1992).