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El calentamiento global cambia al eje de la Tierra

El derretimiento de los glaciares debido al calentamiento global ha redistribuido el


agua del planeta lo suficiente como para acelerar el desplazamiento de los polos de la
Tierra, en una deriva repentina y rápida hacia el Este a una velocidad de 3,28
milímetros por año.

Según un estudio realizado por científicos del Instituto de Ciencias Geográficas e


Investigación de Recursos Naturales de la Academia de Ciencias de China, el
derretimiento de los glaciares provocado por el calentamiento global ha propiciado
una reubicación del agua en todo el planeta, desembocando en una peligrosa
aceleración en el desplazamiento de los polos de la Tierra. La deriva polar se concreta
hacia el Este, a un ritmo anual que llega a los 3,28 milímetros.

El impacto de la actividad humana sobre el ambiente ya no puede seguir ocultándose o


minimizándose. No es casual que algunos especialistas estén marcando la necesidad
de declarar la irrupción de una nueva era geológica denominada Antropoceno, que
evidenciaría el impacto humano sobre el planeta.

Las razones son más que evidentes: el incremento en las emisiones de dióxido de
carbono, la reducción de la biodiversidad, la deforestación acelerada y el aumento en
el nivel del mar, son algunas de las consecuencias del insostenible ritmo de
degradación ambiental que la humanidad ha potenciado desde mediados del siglo XX.
Aunque desde algunos sectores se siga insistiendo con que se trata un problema
menor o futuro, las evidencias marcan lo contrario. De acuerdo al nuevo estudio chino,
la velocidad media de la deriva polar de 1995 a 2020 aumentó unas 17 veces con
respecto al ritmo registrado entre 1981 y 1995. Según una nota de prensa, el
desplazamiento de los polos cambia el eje terrestre, pero en este caso no se debe a
causas naturales.

El mapa muestra los cambios en la ubicación geográfica de los polos norte y sur de la
Tierra, en el marco de la deriva polar generada por el calentamiento global. Crédito:
Victor C. Tsai.
El peso humano

Anteriormente, factores geológicos como las corrientes oceánicas o la transferencia de


calor desde rocas ubicadas en las profundidades de la Tierra habían generado el mismo
fenómeno de deriva de los polos y, como consecuencia de ese desplazamiento, la
modificación en el eje terrestre.

Sin embargo, en la actualidad el proceso es producto de la actividad humana: como lo


indican las cifras indicadas previamente, desde la década de 1990 cientos de miles de
millones de toneladas de hielo al año se diluyen en los océanos. Gracias al
calentamiento global, el derretimiento masivo de los glaciares genera violentos
cambios en la distribución del agua en la superficie terrestre.

Cuando la ubicación de las masas de agua se modifica, también varía la distribución del
peso de las mismas. Como la Tierra gira alrededor de un eje, al desplazarse el peso de
un área hacia otra se genera una inclinación y el eje de rotación cambia de la misma
forma. Este eje no es fijo, ya que la distribución de la masa de la Tierra alrededor del
planeta provoca periódicamente variaciones en la ubicación de los polos. Sin embargo,
en este caso los cambios son más abruptos y acelerados.
El agua y la agricultura

De acuerdo a la investigación de los científicos chinos, publicada en la revista


Geophysical Research Letters, otro factor ligado al impacto de la actividad humana
tiene una relación directa con este fenómeno: el bombeo de grandes cantidades de
agua subterránea para uso agrícola.

Los datos muestran importantes cambios en la masa de agua en áreas como California,
el norte de Texas, la región alrededor de Beijing, en China, y el norte de la India, entre
otras zonas del planeta, en las cuales se lleva adelante el bombeo de agua subterránea
para el desarrollo de la agricultura.

Una vez más, los datos científicos dejan en claro el gran impacto de una economía sin
criterios de sustentabilidad y meramente extractiva, que ha dominado las actividades
del ser humano en el planeta y ha intensificado peligrosamente su impacto en las
últimas décadas.

Referencia
Polar Drift in the 1990s Explained by Terrestrial Water Storage Changes. S. Deng, S.
Liu, X. Mo, L. Jiang and P. Bauer‐Gottwein. Geophysical Research Letters
(2021).DOI:https://doi.org/10.1029/2020GL092114

Foto de portada: Vince Gx en Unsplash.

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