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Ficha de Lectura - Curso Feminismos
Ficha de Lectura - Curso Feminismos
FICHA DE LECTURA
Federici, Silvia (2015) Calibán y la bruja: mujeres, cuerpo y acumulación originaria Cap. 2: “La
acumulación del trabajo y la degradación de las mujeres” 2ª ed. Buenos Aires: Tinta Limón
La acumulación originaria, por lo tanto, está signada por la expropiación de tierras de los
trabajadores europeos (es decir, de sus medios de subsistencia), la esclavización en las nuevas
colonias de África y América - en estos dos factores coincide con Marx -, pero a la vez por un
proceso de dominación y disciplinamiento del cuerpo para el trabajo y un sometimiento
radical de las mujeres a partir de la destrucción de su poder (explicitado en su forma más
literal por la caza de brujas) y su construcción como no trabajadoras y reproductoras naturales
de la fuerza de trabajo.
Esto implica una complejización del sujeto explotado que ya no es únicamente el trabajador
asalariado como en Marx sino también las mujeres que, imposibilitadas de ocupar una
posición asalariada, fueron recluidas en los hogares y cargadas con la reproducción de la
fuerza de trabajo, a la vez que, despojadas de los medios de subsistencia, se encontraron
dependientes del salario masculino (patriarcado del salario). La estrategia en la que se funda
el capitalismo, por lo tanto, no sólo implica la disposición de los trabajadores para ser
explotados (esto es, que la supervivencia solo pueda alcanzarse a través del salario) sino
también la construcción de diferencias dentro de la clase explotada, entre las cuales se torna
fundamental el vínculo de explotación de los varones hacia las mujeres mediante la división
sexual del trabajo.
La liberación que supuso el capitalismo, por lo tanto, fue la del capital de ser acumulado y no
la del trabajador que, lejos de encontrarse liberado se halló esclavo del salario, y las mujeres
esclavas del salario masculino, en un proceso que significó su derrota histórica y que las
convirtió en los nuevos bienes comunales. En sustitución del acceso directo de los
trabajadores a las tierras, las mujeres pasaron a ser el camino de estos a la subsistencia, un
recurso natural ubicado por fuera de las relaciones de mercado y por lo tanto apropiable y
explotable.
Es intención de la autora y por eso opta por un recorrido histórico detallado, documentado y
graficado, identificar esas “cosas horribles” - abyectas, obscenas, salvajes - generalmente
atribuidas a la época feudal como la esclavitud y la caza de brujas no como residuos de una
época oscura y pre-civilizada sino como cimientos, condiciones de existencia y estrategias de
consolidación del capital como modo de producción global. Y esto no solo para una
comprensión histórica cabal de las raíces de nuestra opresión sino para hacer identificables
esas avanzadas sangrientas de acumulación originaria en la contemporaneidad cada vez que se
avecina una crisis del capital.