Está en la página 1de 10

Marco teórico

Para abordar el tema de la identidad y el reconocimiento de los trabajadores artesanales


del bordado en Cartago, es necesario empezar por aclarar que se entiende por artesanos.
Para esta empresa Richard Sennett brinda una mirada amplia del concepto de artesano.
Cuando se habla de artesanos se piensa regularmente en oficios que surgen en la edad
media y que no es propio de la modernidad. Sennett nos sitúa en un contexto actual
cuando conceptualiza a los artesanos como todo aquel que desarrolla su oficio por el
gusto de hacerlo bien (2009).

Sennett al hacer un recorrido por el concepto de artesano, no sólo lo ve como un oficio


manual y rudimentario, sino que lo actualiza a la época moderna, argumentando que un
músico o un programador de software puede ser un artesano. Las características
principales de un artesano según Sennett es la cualidad con la que se hace un producto,
es decir, un artesano es dueño de todo su proceso, también aprende una técnica a partir
de la repetición manual de los movimientos para elaborar un objeto. Un artesano es el
que con la disciplina necesaria para aprender un arte logra internalizar un saber.

En este sentido un artesano posee un conocimiento tácito, aprendido por medio de su


experiencia vital y construida por un hábito. Esta conceptualización que hace Richard
Sennett de los artesanos es pertinente porque podemos encontrar que los artesanos o el
trabajo artesanal ha cambiado sus formas prácticas y en la actualidad se puede notar que
ha tomado forma de producciones diferentes, como por ejemplo herramientas mecánicas
y una producción a mayor escala, esto sin dejar de ser trabajo artesanal.

Pasando ahora de un concepto que tiene su desarrollo en la edad media, pasamos a dos
conceptos que tienen su debate en la contemporaneidad y sus inicios desde la
modernidad. La identidad, nos dice Bauman: “Efectivamente se trata de un
rompecabezas y de un desafío para la sociología, si se recuerda que sólo hace unas
décadas la “identidad” no ocupaba ni mucho menos un lugar destacado en nuestros
pensamientos, limitándose a ser objeto de meditación filosófica” [ CITATION Zyg051 \l
3082 ]. La identidad es un fenómeno que se convierte en un elemento importante en el
mundo contemporáneo.

La identidad pregunta por el ser de un individuo y el lugar que ocupa en el mundo, pero
Taylor complejiza la cuestión diciendo que la identidad es una construcción tanto
individual como colectiva. Taylor (1996) basando en Erik Erikson subraya que la
identidad es un concepto psicológico que refiere a la construcción de un individuo desde
su infancia hasta su madurez, siendo un proceso inacabado que se desenvuelve a lo
largo de la vida del ser humano. Por otra parte considera que la identidad está
estrechamente enlazada con la moral, en el sentido de lo que es bueno ser socialmente.
De allí parte algunos fundamentos morales de la teoría de Taylor, de los cuales llama la
atención la cuestión de la dignidad, haciendo alusión a la forma en que cada individuo
se piensa como merecedor de respeto ante los demás.

Se hace referencia entonces a unos horizontes de vida que es todo que: “aquello en
virtud de lo cual encontramos el sentido espiritual de nuestras vidas” [ CITATION Cha06 \l
3082 ]. Esto es importante porque marca la identidad como un elemento de especial
significado en la existencia tanto individual como social de los individuos. Por lo tanto,
no tener un marco referencial hace carecer la vida de sentido y no estarán presentes las
bases del pensar, el sentir y la facultad del juicio., impidiendo situar al individuo en el
mundo de la vida moral y social.

La identidad se puede enmarcar como un concepto interdisciplinario en la cual se ubica


la realidad social del individuo. La identidad ha servido como marco a diferentes
investigaciones relacionadas con la etnicidad, los movimientos sociales, el género, los
nacionalismos, etc., es por ello que la identidad es un elemento importante en los
debates contemporáneos, aunque algunos teóricos clásicos dieron algunas pistas sobre el
concepto de identidad, no se desarrolló de manera profunda o precisa la identidad.

Luckmann y Berger, nos dicen, que “la identidad constituye un elemento clave de la
realidad subjetiva y en cuanto tal, se halla en una relación dialéctica con la sociedad”,
así mismo advierten que la realidad es un proceso social, que a su vez es mantenido por
una estructura social. Las sociedades tienen historias de las que emergen identidades
específicas, pero a su vez son hechas por individuos con identidades específicas, es
decir es un proceso que se forma social e individualmente. Bien nos dicen estos autores
que la identidad es un fenómeno que surge de la relación entre individuo y sociedad.

Este concepto se presenta como ambiguo y ambivalente por su amplitud; es por ello
que, para no caer en el error de construir una identidad desde un sentido meramente
psicológico o filosófico, es importante aclarar, que la identidad como unidad analítica
alude a dos realidades intrínsecas: por un lado, el individuo en la sociedad y por otro la
del agente social externo que lo observa. Partiendo de esta relación dialéctica se
discierne que es un proceso sociogenético, lo que conlleva a decir que la identidad de un
individuo que a su vez se constituye en una identidad colectiva, es un proceso que se
construye por medio del proceso de socialización del individuo, de acuerdo a la
sociedad en donde vive, donde adquiere valores, costumbres y tradiciones que permiten
configurar su identidad.

Para el observador que busca identificar elementos que den pista sobre los diferentes
momentos por los que un individuo construye identidad, es importante caracterizar,
cuáles individuos, instituciones, influyeron en el individuo o grupo a estudiar, en este
caso, de las bordadoras, es fundamental entender cómo llega una mujer a aprender las
diferentes formas del bordado y qué influye en que se reconozca como bordadora.

La identidad se construye en una dinámica doble, es decir, en las transformaciones de


una sociedad determinada donde se desenvuelve el individuo y por otra parte el proceso
de internalización, que, desde la perspectiva de Emile Durkheim, es el proceso mediante
el cual “el individuo convierte en parte integral de su vida los valores y normas que
socialmente dados”. Como se debe advertir, la identidad, es un proceso que se construye
a través del tiempo y los desarrollos sociales, también subrayando, que no es una
relación estática, sino, que por el contrario es un proceso dialéctico en el cual, ambas
partes, la sociedad y el individuo pueden generar cambios en la construcción de
identidad, por lo tanto, el individuo además de que internaliza valores y normas,
también está en la capacidad de rechazarlos y construir o adscribirse a nuevas
identidades o valores.

Así el proceso de construcción de identidad compete tanto a la propia identidad del


individuo como también la que reproduce en su círculo social; es un proceso
sociogenético que se da entonces en ambos sentidos, un sujeto que produce identidad y
a su vez la reproduce en su grupo social. En síntesis, es lo que hereda de su grupo social
y también lo que elaborará para transmitirla a sus sucesores.

La manera para la reproducción y la producción de identidad es la socialización, ya que


un individuo no puede reconocerse en soledad, siempre necesitará de un entorno social
en el cual buscar reconocimiento por una parte y por otra adquirir valores que devienen
de sus antepasados. Es un concepto entonces que involucra la socialización del
individuo en un grupo social determinado.
Para el trabajo que interesa hacer respecto a las bordadoras de Cartago, es importante
diferenciar los dos tipos de identidad que menciona Luis Várguez Pasos en Identidad,
Henequén y trabajo, entre identidad de origen, que hace alusión a los valores y normas
inducidos en las instituciones de socialización primarias como la familia, la iglesia y la
educación, que es una identidad que tiene que ver con el origen cultural y social de un
individuo y la identidad ampliada es el cambio que tienen los individuos al interactuar
con otros individuos y grupos sociales. En este sentido la identidad ampliada permite
conocer las vías por las cuales las bordadoras llegan a ejercer este trabajo, sus relaciones
y calificaciones laborales y su socialización en el trabajo del bordado. Mientras que en
la identidad de origen se puede identificar si el bordado llega por herencia familiar,
tradición cultural o por medio de la educación o la religión.

En este sentido se puede argüir que “la pertenencia a un grupo que constituye o refuerza
la identidad se construye por comparación y en oposición a otros grupos” tal como lo
expresa François Dubet. Por ello es de vital importancia reconocer que en el caso que
nos interesa los individuos a estudiar pertenecen al grupo de trabajadoras del bordado en
Cartago.

Estableciendo la importancia de la identidad en la vida de una persona, se hace


necesario introducir el concepto de Paul Ricoeur de Identidad narrativa. Uno de las
maneras de construir identidad es narrativizando, ya que esto le permite al individuo
construir un hilo conductor entre su pasado, el presente y las proyecciones a futuro. La
idea de narrar su propia historia le permite al individuo conocerse y reconocerse, en este
sentido nos dice Ricoeur: “Ni la definición de la persona en la perspectiva de la
referencia identificante, ni la del agente en el ámbito de la semántica de la acción, que,
presuntamente, enriquece la primera aproximación, han tenido en cuenta que la persona
de la que se habla, que el agente del cual depende la acción, tienen una historia, son su
propia historia.”[ CITATION Pau06 \l 3082 ].

Se llama la atención entonces en la necesidad de contextualizar la identidad personal en


una dimensión temporal de la existencia humana. Existe allí un movimiento dialéctico
entro lo que Ricoeur denomina la ipseidad y la mismidad, conceptos que reflejan la
tensión entre la identidad que se da de forma individual y los elementos externos que
conforman la identidad. Esta dialéctica genera un movimiento entre el sí mismo y el ser
en cuanto al otro, es decir, ser distinto al otro, pero reflejarse en el otro para afirmar mi
propio ser.

La identidad narrativa busca así lo que Ricoeur (2006) llama la concordancia


disruptiva, que es buscar la coherencia de los hechos de las acciones y los momentos
inconsistentes en la historia del sujeto, ya que el tiempo en el ser humano no es algo
lineal, hace parte del azar de la vida y de la historia, estas disrupciones que hacen parte
del relato y que encuentran un sentido a medida que la historia va terminando un ciclo.
Configuramos una identidad a partir del personaje narrado por medio de las narraciones
de su propia historia; el relato construye por lo tanto la identidad narrativa del sujeto.

Teniendo en cuenta entonces, que la identidad tiene una configuración interna y otra
externa, es menester, hablar del reconocimiento, tal como lo menciona Charles Taylor
(2009) la identidad se moldea a partir del reconocimiento por parte de los otros o por la
falta de este reconocimiento o por un falso reconocimiento. El acto del reconocimiento
está estrechamente ligado con la identidad, formando parte sustancial en la construcción
de identidad.

Siguiendo el planteamiento de la importancia del reconocimiento, Axel Honneth brinda


una mirada conflictiva en la lucha por el reconocimiento (1997), retomando las
conceptualizaciones que hacen Hegel y Margaret Mead sobre el reconocimiento. Según
Honneth, Hegel y Mead, se complementan en su teoría sobre el reconocimiento, en el
sentido de que es una lucha en un plano materialista. Viéndose reflejada en una
comprensión de carácter práctico en las relaciones intersubjetivas. Hegel plantea en su
dialéctica del siervo y el señor que la lucha por el reconocimiento hace que uno sepa
cuál es su lugar en el mundo y el otro dependa de este para existir. La lucha por este
reconocimiento genera la posibilidad de poder y dominio sobre el otro.

A partir de esta idea se puede inferir que es de vital importancia el reconocimiento en la


construcción recíproca de identidad y a su vez de la sociedad. Ya que si cada individuo
logra un reconocimiento, la sociedad puede obtener un equilibrio en la vida social,
entendiendo esto como equidad entre los individuos de una sociedad. En este entendido,
Honneth propone tres esferas fundamentales en la lucha por el reconocimiento
recíproco: la dedicación emocional, el reconocimiento jurídico y la adhesión solidaria.
En el primero se desarrolla un lazo afectivo íntimo que nos lleva a plantearnos la
necesidad del otro, se habla del amor, los afectos familiares, que son fundamentales para
el ser humano.

En el reconocimiento jurídico, el reconocimiento se desarrolla a partir de otro


generalizado, es decir no tenemos una relación tan íntima como en el estado anterior,
sino que el sujeto se entiende como un sujeto de derecho. Lográndose esto a partir del
conocimiento de las obligaciones morales y normativas para con el otro. Siendo así, los
sujetos se reconocen como seres libres e iguales, yendo más allá del carácter particular
del amor o de los lazos familiares. Se construye así una identidad de carácter general o
colectiva.

Frente a la adhesión solidaria, Honneth nos dice, que no es suficiente la dedicación


emocional y el reconocimiento jurídico, sino que es necesario una tercera forma que
incluye la valoración social que les permite a los individuos referirse de manera positiva
a sus cualidades y facultades concretas. Desde Hegel es lo que se define como la
eticidad, que es ese estado espiritual en el cual el espíritu logra ser consciente de sí
mismo y además se reconoce en el otro, actuando de manera positiva en la sociedad.

Es importante entonces dibujar la línea existente entre identidad y reconocimiento y la


lucha que existe entre ambas, Bauman (2005) nos dice que la lucha no solo se da en
términos de identidad, sino que existe otra por el reconocimiento y que esta está dada en
el terreno de defender la identidad personal, construida o elegida por los individuos y
otra la identidad que los otros quieren imponer. Por ello la identidad se sale de un
terreno meramente psicológico y toma connotaciones sociales, ya que la identidad se
construye por medio del reconocimiento en los otros.

Es a partir de estas teorías sobre las cuales se puede examinar la identidad y el


reconocimiento de un grupo social y a la vez individual, como las bordadoras de
Cartago, haciendo una exploración entre la identidad personal y el reconocimiento,
teniendo en cuenta los posibles conflictos existentes entre ambas y la reciprocidad que
existe en la construcción de la identidad.

Hipótesis

 La identidad de las bordadoras cartagüeñas deviene de la tradición y las


costumbres coloniales
 Existe una diferencia entre la identidad de las bordadoras y el reconocimiento
por parte de la sociedad cartagüeña, debido al desconocimiento de la historia
regional.
 Una de los elementos más importantes que conforman la identidad es la
cuestión de género, que a su vez tiene como connotación que el trabajo
artesanal del bordado es un trabajo relacionado con el ámbito doméstico y poco
reconocido por ser un trabajo de mujeres.

Metodología

Para abordar el problema de la identidad y el reconocimiento de las bordadoras en


Cartago, Valle, es importante tener en cuenta la dialéctica de la identidad entre
individuo y sociedad; es por ello que para lograr hacer un análisis lo más abierto
posible, es necesario tener en cuenta los dos sentidos en que se construye la identidad.
Siendo así se hace necesario plantear la necesidad de conocer la historia del bordado en
la ciudad de Cartago y cómo se conforma a través del tiempo, ya que la identidad de un
individuo o grupo social viene dada por la estructura social en que se encuentra, para el
caso que nos interesa, las bordadoras de Cartago, se hace necesario conocer la historia
de la sociedad cartagüeña y las relaciones sociales que se desenvuelven a partir de la
historia del bordado.y como específicamente: pasos y procedimientos de esta
indagación

Conocer la estructura de la sociedad en Cartago se hace fundamental para lograr


comprender como la tradición del bordado desde la colonia ha dado identidad o a
generado identidad a partir de la enseñanza en las escuelas impartidas por comunidades
religiosas. De allí se puede advertir entonces la condición de género que tiene el
bordado, ya que se enseñaba a las mujeres desde niñas y se convertía en un oficio en el
ámbito doméstico; como la identidad se conforma por los valores y normas
internalizadas por el individuo en una sociedad determinada, se hace necesario conocer
el tipo de sociedad en el que surgen las bordadoras de Cartago, Valle.

Para ello se acudirá a información en los archivos históricos de la ciudad y también a


artículos que desarrollen el tema de la conformación del bordado en la sociedad de
Cartago. El análisis de documentos se entiende entonces como: “la investigación social
basada en documentos que se dedica a reunir, seleccionar y analizar datos que están en
forma de documentos producidos por la sociedad para estudiar un fenómeno
determinado” (Javier Gómez Ferri).

Por otra parte entonces, hay que tener en cuenta la historia de los individuos, ya que
ellos a su vez construyen la identidad y los procesos sociales. En este sentido se hará
una exploración en las historias de vida de los individuos en relación a su trabajo
como bordadoras y cómo llegan a trabajar en ello. Para este fin se hará la historia de
vida de tres bordadoras, teniendo en cuenta el concepto de identidad narrativa que nos
dice que “Ni la definición de la persona en la perspectiva de la referencia identificante,
ni la del agente en el ámbito de la semántica de la acción, que, presuntamente, enriquece
la primera aproximación, han tenido en cuenta que la persona de la que se habla, que el
agente del cual depende la acción, tienen una historia, son su propia historia.” [ CITATION
Pau06 \l 3082 ].

Para tener una percepción sobre el reconocimiento de la sociedad cartagüeña del


bordado, se tomará información de periódicos locales sobre la manera en que la
sociedad percibe el trabajo artesanal hecho por las bordadoras, también se acudirá a
fuentes de información como el museo del bordado y la casa de la cultura de Cartago,
para tener un acercamiento de la percepción general de los habitantes de Cartago.

Incluya modelo de las historias de vida y como las procesará, asi sea como anexo
Referencias

Bauman, Z. (2005). Identidad . Buenos Aires : Losada .

Ricoeur, P. (2006). Si mismo como otro. Ciudad de México: Siglo xxi editores .

Taylor, C. (2006). Fuentes del yo. Barcelona: Paídos .

Honneth, A. (1997). La lucha por el reconocimiento. Barcelona: Crítica.

Javier Gómez Ferri, A. G. (s.f.). Open Course Ware, Universidad de Valencia. Obtenido de

http://ocw.uv.es/ciencias-sociales-y-juridicas/tecnicas-cualitativas-de-investigacion-

social/tema_6_investigacion_documental.pdf.

François, D. (1989). De la sociología de la identidad a la sociología del sujeto. Revista estudios


sociológicos, Vol. 7. 21 de 1989.

Berger, P y Luckmann, T. (2003). La construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorrortu


editores.

Várguez Pasos, Luis A. (1999). Identidad, henequén y trabajo: los desfibradores de Yucatán/
México: El Colegio de México, Centro de Estudios Sociológicos, 1999.

También podría gustarte