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Como se ha señalado, la Comisión Reformadora se instaló oficialmente, con la concurrencia de

sus diez miembros, el 31 de marzo de 1965 en el despacho del Ministro de Justicia y Culto,
bajo la Presidencia de quien esto escribe e inició su labor durante el primer gobierno del
Arquitecto Fernando Belaunde Terry. La Comisión, al finalizar de manera intempestiva el
primer gobierno del Presidente Belaunde Terry, continuó su trabajo, de carácter técnico,
durante el gobierno militar presidido por el General Velasco Alvarado. Dicha continuidad se
debió a que los miembros del nuevo gobierno entendieron que su trabajo respondía a una
política de Estado, de actualización legislativa, al servicio de la comunidad nacional.
Consideraron que, en esta línea de acción, su labor era necesaria y que, además, la calidad de
los miembros que la integraban y la seriedad de su empeño garantizaban los resultados que se
proponían obtener. Dentro de tal entendimiento, el gobierno castrense no interfirió en dicha
labor, por lo que los juristas miembros de la Comisión perseveraron en su empeño de elaborar
un nuevo Código Civil para el país. Aún más, durante este período, se designaron nuevos
miembros de la Comisión en sustitución de aquellos que, lamentablemente, fueron falleciendo
en el curso de sus trabajos. Además, en dicho período de gobierno se entregaron a las
autoridades pertinentes los anteproyectos referentes al Título Preliminar, al Derecho de las
Personas, al Acto Jurídico, a las Obligaciones y a Fuentes de las Obligaciones (Contratos). En
Sesión de Sala Plena del 30 de diciembre de 1971, la Corte Suprema de la República designa
como su representante ante la Comisión Reformadora al doctor Felipe Osterling Parodi,
profesor de Derecho de las Obligaciones. Como se ha señalado, al fallecer alguno de los
miembros de la Comisión Reformadora fueron Código Civil Decreto Legislativo Nº 295
19PRÓLOGO siendo reemplazados por otros juristas especialistas en la materia que dominaba
el jurista desaparecido. Es así que, por Resolución Suprema del 14 de marzo de 1973, durante
el gobierno militar, se nombró al doctor Fernando Vidal Ramírez, profesor de Acto Jurídico,
como miembro de la Comisión. También fueron designados, por dicho gobierno castrense, el
doctor Fernando de Trazegnies Granda y la doctora Lucrecia Maisch von Humboldt, así como
los abogados Oscar Macedo López y Ezzio Parodi Marrone. También se habían incorporado a la
Comisión los doctores Manuel de la Puente y Lavalle, Felipe Osterling Parodi, ya referido, y
Jorge Avendaño Valdez. En 1975 ocurrió la sensible muerte del doctor Jorge Vega García y, al
año siguiente, la del doctor Félix Navarro Irvine. Por Resolución Suprema del 01 de mayo de
1978 se designó como miembros de la Comisión a la doctora Lucrecia Maisch Von Humboldt,
especialista en Derechos Reales, y al doctor Manuel de la Puente y Lavalle, profesor de
Contratos. Colaboró con los autores del proyecto de Código Civil un cuerpo de asesores
designados en la última etapa de la elaboración del proyecto. Nos referimos a la doctora Delia
Revoredo Marsano, a los doctores Carlos Cárdenas Quirós, Jack Bigio Chrem, Sergio León
Martínez, Jorge Muñiz Ziches, Rafael Rosselló, Jorge Vega Velasco y a la doctora Shoschana
Zusman Tinman. 7.- ¿Un nuevo Código o una ley de enmiendas? En la primera sesión de
trabajo de la Comisión Reformadora, efectuada el 12 de abril de 1965, en el local de la
Biblioteca de la Corte Suprema, el autor de esta obra, en su mencionada condición de
Presidente, propuso, como consta en el acta respectiva17, el que “se determinase el objetivo
de la Comisión, en la disyuntiva de concretarlo a la elaboración de una ley de enmiendas o de
encauzarlo a la formulación de un nuevo Código”. El planteamiento del Presidente de la
Comisión provocó un amplio, interesante y documentado debate, en el cual, como aparece del
acta de la correspondiente sesión, “los doctores León Barandiarán y Navarro Irvine sostuvieron
la conveniencia de proyectar un nuevo Código que se adecuase a las necesidades de la realidad
nacional”. Como consta también en dicha acta, los juristas antes nombrados, como
fundamento de su posición, “abundaron en consideraciones de orden jurídico, político, social y
económico, concordando sus puntos de vista en las deficiencias que conlleva una ley de
enmiendas, la que a juicio de ellos no habría de responder a las actuales exigencias”. Fue un
vibrante y razonado discurso el que ellos hicieron en favor del cambio, de la reestructuración
del Código Civil de 1936. 17 Las actas no se llegaron a publicar. Algunos de los miembros de la
Comisión Reformadora conservamos en nuestro poder versiones de ellas. Ministerio de
Justicia y derechos Humanos 20 Se unieron, así, en la convicción reformista, el sabio profesor
José León Barandiarán y, tal vez, el más brillante abogado en ejercicio en aquel entonces como
fue el doctor Félix Navarro Irvine. La teoría y la acción, la ciencia y la técnica, unían sus
experimentadas voces en pro de una reestructuración integral del Código Civil de 1936. Del
acta de la mencionada primera sesión de trabajo de la Comisión se desprende también que
“expresaron coincidentes opiniones los doctores Castañeda, Lanatta, Vega García y Biélich
Flórez, destacando cada uno en particular el hecho de que una ley de enmiendas no
armonizaría con la necesidad de un cuerpo orgánico y que era conveniente mantener en lo
posible las disposiciones del actual Código que hubiesen mostrado su bondad”. Por su parte, el
doctor Eguren Bresani “estimó inoportuno el debate suscitado y expresó su disconformidad
con el anticipo de resultados que estarían sujetos al trabajo mismo”. Coincidieron con este
último parecer los doctores Cornejo Chávez y Arias Schreiber, quienes, sin embargo,
“reconocieron el peso de las opiniones vertidas” por el profesor León Barandiarán y el
abogado Félix Navarro Irving, los que habían planteado la sustitución integral del Código. Al
poco tiempo de iniciados los trabajos de la Comisión Reformadora, los doctores Eguren,
Cornejo Chávez y Arias Schreiber se convirtieron en entusiastas y convencidos propulsores de
la reestructuración integral del Código Civil de 1936. Nuestro voto, obviamente, fue por la de
proceder a proyectar un nuevo Código Civil acorde con los tiempos y la realidad nacional.
Sostuvimos que para esta tarea deberíamos valernos, en que fuera del caso, la Teoría del
Derecho, el Derecho Comparado, la Historia del Derecho y la Antropología Jurídica. Cabe
destacar la paradigmática actitud asumida por el maestro José León Barandiarán y por los
profesores que coincidieron con su punto de vista referente a la necesidad de dictar un nuevo
Código Civil. No podemos olvidar la autoridad científica del renombrado maestro
sanmarquino, quien fuera el más completo comentarista y exégeta del Código Civil de 1936.
De ello da fe el valioso Tratado de Derecho Civil que nos legó y que nos sirviera como
instrumento inapreciable en nuestra formación como abogados y en el conocimiento del
Código Civil derogado. Cabe señalar que su autorizada opinión, y la de quienes coincidieron
con él, fue concretándose desde el inicio de los trabajos, por lo que todos los miembros de la
Comisión, como se ha apuntado, comprendieron la necesidad de reemplazar íntegramente el
Código Civil de 1936. Este unánime convencimiento surgió de los debates que se suscitaron en
el seno de la Comisión Reformadora los que fueron configurando un nuevo texto legal bajo
una inspiración personalista acorde con los tiempos. Código Civil Decreto Legislativo Nº 295
21PRÓLOGO 8.- Sistemática del nuevo Código En lo que se refiere a la estructura que debería
adoptar el nuevo Código, el doctor José León Barandiarán opinó “que se debía mantener la
actual sistemática del Código y que en cuanto al orden de las materias tratadas era preferible
pronunciarse después”. El doctor Jorge Eugenio Castañeda coincidió con lo expresado por el
doctor José León Barandiarán, proponiendo “que se distribuyera el trabajo por especialidades,
procediéndose a la elaboración del articulado del anteproyecto y de su exposición de motivos
para luego ser discutidos en el seno de la Comisión”. El doctor Castañeda se mostró, de este
modo, muy convencido y entusiasta con la idea de redactar un nuevo Código Civil. Cabe
recordar, sin embargo, que el propio doctor Jorge Eugenio Castañeda, pese a participar en las
sesiones de la Comisión celebradas en los meses de abril, mayo y junio de 196518, y de haber
expresado opinión favorable a la redacción de un nuevo Código Civil, años más tarde cambiaría
extrañamente de posición oponiéndose públicamente a su promulgación. Este punto de vista
apareció en un artículo publicado en 1984 en el diario “La Prensa” de Lima. En este artículo, el
mencionado profesor sanmarquino explicaba, además, que su intempestivo alejamiento de los
trabajos de la Comisión obedecía, precisamente, a no estar de acuerdo con la integral
reestructuración del Código Civil de 1936. No creemos oportuno ni necesario comentar esta
actitud que, en su momento, nos produjera un explicable desconcierto. No obstante, cabe
señalar que el argumento que aparece en su declaración periodística de 1984, contraria a sus
primeras expresiones favorables al cambio integral del Código Civil de 1936, no fueron de
conocimiento formal de los miembros de la Comisión pues su alejamiento se produjo sin
renuncia alguna. Fue intempestivo, sorpresivo. 9.- Metodología del trabajo En lo que concierne
a la metodología que debería adoptarse para el trabajo de la Comisión, se acordó asignar la
redacción de ponencias, referentes a cada uno de los Libros del Código, a los profesores
especialistas en cada una de las ramas del Derecho Civil. Las ponencias, una vez concluidas,
serían debatidas por el pleno de la Comisión. Esta metodología se cumplió estrictamente
durante los primeros años de labores de la Comisión, en el período comprendido entre 1965 y
1976, aproximadamente. En la primera sesión de trabajo del 12 de abril de 1965 se procedió,
luego de un cambio de ideas, a la distribución de los trabajos entre los miembros de la 18 El
doctor Jorge Eugenio Castañeda aparece como presente en las sesiones de la Comisión
Reformadora de los días 27 de abril, 3, 17 y 24 de mayo y 14 de junio de 1965. A partir de esta
fecha dejó de concurrir a las sesiones sin explicación alguna, pues en ningún momento cursó
una carta de renuncia a seguir perteneciendo al seno de la Comisión. Fue un alejamiento de
facto luego de estar colaborando normalmente con la Comisión durante el período antes
señalado. Ministerio de Justicia y derechos Humanos 22 Comisión. La redacción de la ponencia
sobre el Título Preliminar se encomendó a los doctores José León Barandiarán y Jorge Vega
García. A éste último se le asignó la tarea de elaborar también la parte correspondiente al
Derecho Internacional Privado. Se encargó a los doctores José León Barandiarán y Carlos
Fernández Sessarego la ponencia sobre el Derecho de las Personas. La propuesta sobre el
Derecho de Familia le fue atribuida a los doctores Alberto Eguren Bresani y Héctor Cornejo
Chávez. La elaboración de la ponencia sobre Sucesiones se encomendó al doctor Rómulo
Lanatta, mientras que aquella sobre los Derechos Reales se encargó a los doctores Jorge
Eugenio Castañeda e Ismael Biélich Flórez. Correspondió formular la propuesta sobre el Acto
Jurídico al doctor José León Barandiarán y la de Obligaciones a los doctores Jorge Eugenio
Castañeda y Félix Navarro Irvine. La parte referente a contratos se asignó a los doctores Jorge
Vega García y Max Arias Schreiber. Sin embargo, como lo apreciaremos más adelante, esta
asignación de tareas varió, por diversas razones, en el curso de los años. De otro lado, algunos
de los maestros antes citados, lamentablemente, fallecieron durante el período que duró el
trabajo de la Comisión Reformadora, mientras que otros nuevos miembros se incorporaron, en
su sustitución, al seno de la Comisión. Durante nuestra ausencia, en la que permanecimos
fuera del país, fuimos informados que la metodología de trabajo acordada, que era la de que
las ponencias presentadas se deberían debatir y aprobar en el seno de la Comisión, fue
modificada en 1977 en razón de la lentitud con que se desarrollaban los trabajos. En efecto,
hasta aquel año algunas ponencias no se habían concluido de redactar. Era el caso, por
ejemplo, de la de Derechos Reales, del Derecho de Familia y el de Sucesiones. A partir de este
año, a propuesta del doctor Felipe Osterling Parodi, se acordó una nueva metodología. Ella
consistiría en que el texto de las ponencias no se discutirían en el pleno de la Comisión, sino
que se repartirían entre sus miembros para su personal estudio y revisión. Éstos deberían
presentar sus sugerencias u observaciones en un determinado plazo, ya que, de lo contrario,
se presumiría su conformidad con el texto de la respectiva ponencia. Finalmente, tanto las
sugerencias como las observaciones se deberían discutir en el seno de la Comisión. Esta
posibilidad, por la premura del tiempo, no se llegó a concretar en relación con los
mencionados Libros del Código. También durante nuestra ausencia, fuimos notificados que el
cambio de metodología, en este último tramo de la elaboración del Código, obligó a que se
encargase la coordinación de los textos de los diversos Libros que no habían sido aprobados en
el seno de la Comisión Reformadora, como fue el caso del Derecho de las Personas o el Acto
Jurídico, al doctor Manuel de la Puente Lavalle, contando con la colaboración de los asesores
doctores Jorge Muñiz Ziches y Jack Bigio Chrem. No obstante haberse adoptado esta acertada
medida, al efecto de realizar la debida concordancia entre los Libros del Código, se
presentaron algunas pocas discordancias tratándose del Libro dedicado a los Derechos Reales,
las que no Código Civil Decreto Legislativo Nº 295 23PRÓLOGO lograron resolverse, por lo que
se intentarían superar en la oportunidad en la que, en un futuro, se procediera a la revisión
final de las enmiendas presentadas y aprobadas. El problema que se presentó, tal como nos
fue referido pues en aquel momento nos encontrábamos fuera del país, se centró en el Libro
de Derechos Reales, que fuera trabajado inicialmente por los doctores Ismael Biélich y Jorge
Eugenio Castañeda y continuara por el doctor Jorge Avendaño Valdez, quien los sucediera por
defunción del primero y por alejamiento del segundo. Al no ser presentada a tiempo la
correspondiente ponencia por el doctor Jorge Avendaño, la Comisión encargó la redacción de
la respectiva ponencia a la doctora Lucrecia Maisch von Humboldt. Resultó que, un cierto
momento, la Comisión tuvo en su poder el proyecto concluido, a destiempo, por el doctor
Avendaño y el que fuera encargado a la doctora Maisch von Humbold. En esta circunstancia, la
Comisión, según se nos informó, optó por no aprobar ninguno de ellos y presentar ambos al
Poder Legislativo. Posteriormente, la Comisión Revisora utilizó los dos proyectos para la
redacción final del Libro de los Derechos Reales, asumiendo, según el caso, el texto de los
proyectos en referencia, agregando o suprimiendo lo que consideraron oportuno. 10.-
Desarrollo de los trabajos de la Comisión Reformadora del Código de 1936 La Comisión
Reformadora fue presidida, en su calidad de Ministro de Justicia, por el que esto escribe desde
su instalación, el 31 de marzo de 1965, hasta el 15 de setiembre del mismo año, fecha en la
cual por renuncia –junto con la de todos los demás Ministros– cesó en sus funciones como
Ministro. Posteriormente, fue presidida, por muy corto tiempo, por el doctor Valentín
Paniagua Corazao, quien nos sucedió en el mencionado cargo ministerial. Luego fue el
Presidente de la Corte Suprema o su representante quien asumiría la presidencia de la
Comisión, siendo miembros natos los Ministros de Justicia. La Comisión Reformadora, durante
sus primeros años de trabajo, se reunió con regularidad, una vez a la semana, en el local de la
Corte Suprema de la República. Como era lógico, la labor de elaboración del nuevo Código Civil
siguió el orden de sus Libros, por lo que se comenzó por el Título Preliminar. El doctor José
León Barandiarán presentó, en la segunda sesión de trabajo, llevada a cabo el 20 de abril de
1965, su anteproyecto, en doce artículos, sobre el Título Preliminar, acompañado de su
correspondiente exposición de motivos. A partir de este momento, se comenzó de inmediato
su discusión en el seno Ministerio de Justicia y derechos Humanos 24 de la Comisión. Se
acordó, en principio y siguiendo la tradición, mantener la denominación de Título Preliminar.
No obstante, en la tercera sesión de trabajo, realizada el día 27 del mismo mes y año, el doctor
Jorge Vega García presentó un anteproyecto sustitutorio al propuesto por el doctor José León
Barandiarán, bajo la denominación de “Disposiciones Preliminares”. De esta manera se
enriqueció el debate. La presentación del proyecto del doctor Vega García reabrió la discusión
sobre la denominación de la parte introductoria del Código. En la sesión del 3 de mayo de
1965, los doctores Jorge Eugenio Castañeda y Alberto Eguren Bresani insistieron en mantener
la denominación de Título Preliminar. En esta oportunidad se acordó diferir un acuerdo sobre
el particular. Finalmente, en el curso de los trabajos, se reiteró la decisión de conservar la
tradicional denominación de Título Preliminar en vez de aquella otra presentada por el doctor
Jorge Vega García. En materia de Título Preliminar, la Comisión aprobó un texto elaborado
sobre la base del anteproyecto preparado inicialmente por el doctor José León Barandiarán,
incorporándose en él diversas iniciativas contenidas en el presentado por el doctor Jorge Vega
García. En cuanto al Derecho Internacional Privado, la Comisión adoptó, luego del
correspondiente debate, el texto proyectado por el doctor Jorge Vega García. La Asesora de la
Comisión, doctora Delia Revoredo Marsano, elaboró también un proyecto de articulado en la
parte referente al Derecho Internacional Privado. Como consta en actas19, en la décimo
primera sesión de trabajo de la Comisión, realizada el día 9 de agosto de 1965, se inició la
discusión del anteproyecto sobre el Derecho de las Personas. El debate, en un primer
momento, se efectuó sobre la base de la ponencia presentada por el doctor José León
Barandiarán20. Una vez concluida su gestión como Ministro de Justicia y Culto, el que esto
escribe presentó, en la sesión del 20 de septiembre de dicho año, un anteproyecto sustitutorio
al del doctor José León Barandiarán, el que, por acuerdo de la Comisión, sirvió de nueva base
para el debate correspondiente a este Libro Primero del Código. El anteproyecto referente al
Derecho de las Personas mereció una segunda lectura, habiendo finalizado su discusión en la
sesión del 4 de mayo de 1972. Fue, sin duda, 19 Las actas que reflejan los debates de la
Comisión Reformadora se llevaron durante algunos años, hasta que se produjo el cambio en la
metodología de trabajo de la Comisión. Si bien estas actas nunca fueron publicadas, existen,
como se ha señalado en precedencia, copias en poder de los miembros que la integraron
desde el inicio de sus trabajos en marzo de 1965, entre los que se encuentra el que esto
escribe. 20 El autor de este trabajo no pudo colaborar con el maestro León Barandiarán en la
elaboración de la ponencia sobre el Derecho de las Personas por estar desempeñando, en esos
momentos –febrero a septiembre de 1965–, el cargo de Ministro de Justicia y Culto, tarea por
lo demás absorbente frente a las reformas que se habían planteado en diversos programas y
que era necesario implementar con la mayor rapidez. Código Civil Decreto Legislativo Nº 295
25PRÓLOGO el Libro al cual la Comisión prestó su mayor atención, tal vez por ser el segundo
anteproyecto por ella revisado luego del Título Preliminar. Finalmente, se aprobó el texto
originalmente presentado por el autor de este libro, con las adiciones surgidas en el curso del
debate. El anteproyecto de Libro Primero fue enriquecido por nosotros con nuevas iniciativas
presentadas entre los años de 1983 y 1984 ante el seno de la Comisión Revisora. Ello se
produjo a nuestro retorno de un viaje a Europa donde radicamos por razones de trabajo. El
doctor León Barandiarán, años más tarde, evocó la vehemencia con que el autor de este
trabajo sostuvo sus puntos de vista y sus nuevas sugerencias en el seno de la Comisión
Revisora. En este sentido hace especial referencia al intenso debate sostenido en torno a la
ubicación sistemática del Libro dedicado al Derecho de las Personas. En efecto, durante
nuestra ausencia del país, la Comisión Revisora había considerado al Acto Jurídico como el
Primer Libro, relegando el del Derecho de las Personas al segundo lugar. Felizmente, se
rectificó esta decisión y se volvió a la antigua sistemática en la que el Derecho de las Personas
se constituía como el Libro Primero del Código Civil21. Como aparece en actas, en la sesión de
la Comisión Reformadora del 22 de junio de 1972, se dio inicio al debate del anteproyecto de
Libro Segundo sobre el Acto Jurídico. Para ello se tuvo en cuenta la ponencia redactada por el
doctor José León Barandiarán. El doctor Jorge Vega García presentó un texto sustitutorio.
Posteriormente, el doctor Manuel de la Puente y Lavalle, que se había incorporado a la
Comisión, y la doctora Soshana Zusman Tinman, en calidad de Asesora, elaboraron a su vez
una nueva ponencia. El texto aprobado, con las modificaciones que fueron acordadas en el
curso de los debates, fue el correspondiente a la ponencia del doctor José León Barandiarán.
21 A este propósito el maestro León Barandiarán recuerda que “yo intervine en la primera
ponencia conjuntamente con el doctor Vega García. Luego Fernández Sessarego la retomó y
renovó completamente. Por lo tanto, durante el proceso de elaboración del proyecto del
Código Civil, he seguido de cerca los progresos en lo que se refiere a esta ponencia que
respecta al Derecho de las Personas. Cuando el doctor Fernández Sessarego regresó de Italia,
después de haber intervenido precisamente en la redacción de dicha ponencia y también en
los otros Libros del Código Civil, fue consultado por la Comisión Revisora del Código Civil. Tomó
el asunto con esa típica vehemencia propia de él. Se ocupó del tema vivamente, intensamente,
vehementemente. Concurrió a las sesiones de la Comisión Revisora, mandó varios memoránd

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