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Todos concuerdan en que el nivel sin precedentes de infección de los pulmones hace que la
covid-19 sea una enfermedad muy diferente.
Cuando las paredes de los vasos sanguíneos se inflaman, es más probable que la sangre
forme coágulos. Y la covid-19 hace que la sangre se vuelva muy espesa y pegajosa en los
pacientes gravemente enfermos.
"Hemos hallado pequeños coágulos en los vasos sanguíneos pequeños de los pulmones,
pero también coágulos grandes en las mayores arterias", dice Hugh Montgomery.
Estos pacientes de covid-19 "son mucho más propensos a tener una trombosis venosa
profunda", la que se produce cuando se forma un coágulo de sangre (trombo) en una o más
venas profundas del cuerpo, generalmente en las piernas, explica Berverly Hunt.
"Y a sufrir de embolismo pulmonar si uno de estos trombos viaja por el cuerpo y bloquea el
suministro de sangre a los pulmones, sumándose al problema de la neumonía".
"Normalmente, tenemos entre dos y cuatro gramos por litro (...), pero con la covid-19, el
nivel aumenta a entre 10 y 14 gramos. Nunca vi algo así en todos mis años como médica",
dice Hunt.
Los médicos han visto fallas en otros órganos además de los pulmones debido a la
coagulación.
Otra forma de medir el riesgo de coágulos es a través de una proteína en la sangre conocida
como dímero D, cuyo nivel también aumenta de forma desmedida en pacientes con covid-
19 grave.
En otros, indica la existencia de una infección tan grave que puede dar lugar a una reacción
desproporcionada y potencialmente mortal del sistema inmune, conocida como "tormenta
de citoquinas" o citocinas.
Por otro lado, el número de linfocitos T -un tipo de células sanguíneas del sistema inmune-
se reducen dramáticamente durante una tormenta de citoquinas.
Por eso, investigadores esperan que aumentar la cantidad de células T pueda ayudar a los
pacientes a recuperarse.
Todos estos factores hacen que la covid-19 sea altamente impredecible: es lo que los
especialistas llaman una enfermedad multisistémico.
Esto es lo que hace más difícil saber cómo tratar a cada paciente individual. Y, por el
momento, no hay un manual que explique qué hacer.
"No son solo los pulmones los que se ven afectados", dice Hugh Montgomery. "También
daña los riñones, el corazón, el hígado".
Más de 2.000 pacientes admitidos en terapias intensivas en Reino Unido han sufrido
insuficiencia renal.
"Ahora sabemos que un gran número de pacientes (con covid-19) sufren una inflamación
significativa en el cerebro", dice Montgomery.
"Esta se presenta de varias formas, desde delirios y confusión, hasta convulsiones y lo que
llamamos encefalitis difusa", explica.
La falta de oxígeno y los vasos sanguíneos dañados son claramente parte de la ecuación.
Pero cada vez hay más evidencia de que muchos órganos son atacados directamente por el
virus y, sorprendentemente, las enfermedades preexistentes más comunes vinculadas a los
efectos de la covid-19 no son problemas respiratorios como el asma.
La obesidad incluso puede aumentar el tiempo en que una persona puede transmitir un virus
a otra, según varios estudios.
En cambio, las afecciones vasculares que afectan a las venas y las arterias, como la
presión alta, la diabetes y las enfermedades coronarias, además de otros factores asociados
como el género, la obesidad y sobre todo la edad, constituyen un factor de peso.
Según cifras oficiales, más del 70% de los pacientes admitidos en las UCI de Inglaterra,
Gales e Irlanda del Norte han sido hombres, y más del 70% tenían sobrepeso o eran obesos.
Más de dos tercios de quienes fueron ingresados en cuidados intensivos por covid-19 y
murieron tenían más de 60 años.
Desafíos
Sin embargo, esto no explica por qué tanta gente infectada es asintomática o tiene
síntomas leves, mientras que otros se enferman gravemente en un lapso de tiempo breve.
Muchos médicos creen es muy posible que la genética sea uno de los factores en algunos
pacientes que se enferman gravemente con covid-19, pero no pueden asegurarlo.
Es posible, por ejemplo, que la variación genética que te hace más susceptible a tener la
presión alta o diabetes también te haga más vulnerable ante virus".
Barbara Miles dice que lidiar con la covid-19 le ha supuesto el aprendizaje más grande de
su carrera.
"Nos gustaría saber más sobre cómo tratar y prevenir los coágulos de sangre en estos
pacientes, cuál es el tratamiento para evitarlos y cuál el tratamiento óptimo cuando se
producen", dice.
Pero otro de los grandes desafíos clínicos es cómo mejorar los resultados en los pacientes
ingresados en cuidados intensivos.
"Hemos aprendido un montón y el trabajo en equipo ha sido increíble, pero ha sido difícil",
confiesa Anthony Gordon, quien tiene más de 20 años de experiencia en la UCI.
"A veces he regresado a casa pensando: 'No sé si lo que hice hoy fue lo correcto'".