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2015
La materia Tecnología de Materiales Eléctricos abarca, como su nombre lo dice, todo sobre los
materiales eléctricos. Iniciando sobre la estructura del átomo, como unidad básica de la materia y los
enlaces de estos. Trataremos la conductividad y clasificaremos los materiales eléctricos en
Conductores, Semiconductores, No-conductores y Magnéticos. La mayor parte de esta materia será
para tratar las características de cada uno de estos.
1.22 Enlaces
Se llama enlace a las intensas fuerzas que mantienen unidos los átomos en las distintas sustancias.
También conocido como enlace químico. Esto se produce porque al estar unidos, adquieren una
situación más estable que cuando estaban separados. Esta situación se produce cuando en la última
capa del átomo el número de electrones es ocho (8). Por eso los gases nobles, que excepto el
Helio, tienen en su última capa ocho electrones tienen poca tendencia a formar compuestos y se
presentan como átomos libres. Las propiedades de las sustancias dependen en gran manera de la
naturaleza de los enlaces que unen sus átomos.
Existen tres tipos de enlaces químicos que son.- Iónicos, Covalentes y Metálicos.1
Enlaces Iónicos.- Este enlace se produce cuando átomos de elementos metálicos (especialmente los
situados más a la izquierda en la tabla periódica (períodos 1, 2 y 3) se encuentran con átomos no
1
(htt10)
1.3 Conductividad.
En sentido general es la capacidad que tienen algunos materiales para conducir. Ya sea calor, fluido o
en nuestro caso electricidad.
La Conductividad Eléctrica es la medida de la capacidad que presentan algunos materiales a dejar
pasar libremente la corriente eléctrica. Esto depende de la estructura atómica y molecular del material.
Los Metales son buenos conductores porque tienen muchos electrones con vínculos débiles y esto
permite su movimiento. La conductividad también depende de otros factores físicos del propio
material y de la temperatura.
Los mecanismos de conductividad difieren entre los tres estados de la materia, en los sólidos los
átomos como tal no son libres de moverse y la conductividad se debe a los electrones. En los metales
existen electrones cuasi-libres que se pueden mover muy libremente por todo el volumen, en cambio
en los aislantes, muchos de ellos son sólidos iónicos, apenas existen electrones libres y por esa razón
son muy malos conductores.
La conductividad en medios líquidos (Disolución) está relacionada con la presencia de sales
en solución, cuya disociación genera iones positivos y negativos capaces de transportar
IEM‐351‐Tecnología de los Materiales Eléctricos‐ Prof. Rafael A. Rojas G. Page 3
la energía eléctrica si se somete el líquido a un campo eléctrico. Estos conductores iónicos se
denominan electrolitos o conductores electrolíticos. Ejemplo de esto es la electrolisis del agua
y la electrodeposición de metales.
Los gases normalmente no son buenos conductores de la electricidad, en caso contrario los
conductores de media y alta tensión aéreos no podrían estar desnudos. Para que los medios
gaseosos conduzcan deben estar sometidas a alta tensiones eléctricas o a muy bajas
presiones. Ejemplo de esto son los rayos o descargas atmosféricas y los tubos fluorescentes y
de neón.
El aumento de la temperatura hace disminuir la conductividad de los materiales debido a que
aumenta las vibraciones de los átomos y con esto el choque con las cargas en movimientos.
En el cero (0) grado absoluto la conductividad eléctrica es máxima porque se hacen casi nula
las vibraciones de átomos y moléculas.
2.1. Naturaleza.
La historia de la electricidad se remonta al año 600 aC cuando Tales de Mileto estudió las propiedades y
comportamiento del Ámbar, resina de origen vegetal. A esto llamó Magnetismo. No fue hasta el año
471 aC Que un noble chino desarrolló la brújula que sería la primera aplicación del magnetismo y que
serviría para la navegación. Interminable lista de nombres y experimentos se sucedieron a lo largo de los
años hasta llegar al 1600 cuando el inglés William Gilbert escribió su libro sobre magnetismos “De
Magnete”, en un estudio para perfeccionar la brújula por orden de la Reina. En este libro se menciona
por primera vez la palabra electricidad. Stephen Gray en 1726 fue el primero en lograr conducir una
carga eléctrica a lo largo de un hilo de 266 Mt. de longitud. Siendo este el primero en clasificar los
materiales entre buenos conductores y malos conductores. A estos últimos denominó aisladores.
También descubrió que los metales son buenos conductores.
a) Las Eléctricas se refieren a la buena conductividad de los Materiales. Siendo estas 1024 veces
mayor que la de un material aislante.
b) Por estar sometidos a esfuerzos mecánicos presentan Coeficiente de trabajo a la tracción.
Coeficiente de trabajo a la compresión. Coeficiente de trabajo a la flexión. Coeficiente de trabajo a
la cortadura. Módulo de elasticidad. Dureza.
c) Las Físico-químicas son: Calor específico. Es la cantidad de calor necesaria para elevar la unidad
del cuerpo de la temperatura t1 a la temperatura t2 . Conductividad térmica. Facilidad que el
material presenta al paso de calor. Coeficiente de conductividad térmica. Es el número de calorías
gramos que atraviesan perpendicularmente, en un segundo, una superficie de un centímetro
cuadrado de una lámina que tenga un centímetro de espesor y cuyas caras se mantengan a
temperaturas que difieran entre sí, un grado centígrado. Coeficiente de dilatación lineal.
Coeficientes de temperatura
A cero (0) grado absoluto la resistividad en teoría debería ser nula, aunque en la práctica no es así.
Para ver esto analicemos un cubo de material con aristas de 1m, la conductividad entre las caras
opuestas dependerá directamente de tres factores:
σ=nqµ
Verificando las unidades, tenemos,
Es importante comprender esto porque estudiaremos cómo las propiedades eléctricas a gran escala se
deben al movimiento de los portadores elementales.
Hay cuatro tipos diferentes de portadores que producen el fenómeno de “flujo de corriente”.
Tipo 1. El electrón (carga = 1.6 x l0-19 cul). Recordemos que un amperio es un culombio por
segundo. Por lo tanto, un movimiento de 6.25 x 1018 electrones es el movimiento de un culombio de
carga, y si esto ocurre a través de una celda cada segundo, tenemos fluyendo una corriente de un
amperio.
Tipo 2. El hueco electrónico o vacancia electrónica (carga = 1.6 x l0-19 cul). Para entender
esto tratemos brevemente el concepto de un hueco electrónica en la red (Fe24, Fe3+) O2-. Asociado
con cada ion Fe3+ hay una vacancia electrónica, lugar al cual es atraído un electrón que viaja debido a
que el campo eléctrico de los iones O-2 alrededor de Fe3+ está ajustado por un Fe2+. Podemos
visualizar el movimiento de tres electrones, cada uno moviéndose una distancia unitaria hacia la
izquierda (Figura 14.1). Como resultado del movimiento del primer electrón, el Fe2+ indicado con
“A” se convierte en Fe3+ en el paso 1, luego el Fe2+ indicado con “B”, en el paso 2 y así
Tipos 3 y 4. Iones positivos y negativo; (carga = n x 1.6 x 10-19 Cul, donde n = valencia).
Puesto que la corriente es la carga neta transferida por segundo, si un ion positivo como Ca2+; se
mueve de izquierda a derecha, el efecto eléctrico es lo mismo que si dos electrones se movieran de la
derecha hacia la izquierda. De esta manera el movimiento de iones puede contribuir a la
conductividad. Desde luego, el movimiento de un O2- de derecha a izquierda sería equivalente (en
términos de carga) al movimiento de dos electrones hacia la izquierda. En un cristal perfecto el
movimiento de iones sería difícil, pero la presencia de vacancias en los cristales reales hace posible el
movimiento de los iones. Es importante distinguir entre el movimiento del hueco electrónico que se
produce mediante saltos del electrón de ion a ion, del movimiento de los iones que tiene lugar por
saltos del ion de una posición a otra en la red. Naturalmente, esperamos que la movilidad de los iones
sea mucho menor que la de los electrones debido a su mayor tamaño.
Como explicamos en los enlaces metálicos se conoce como modelo de la nube o del mar de
electrones. Por lo tanto, esperamos encontrar una gran movilidad de estos electrones portadores de
carga. Para aclarar esta idea un poco debemos explicar por qué un metal con dos electrones, por
ejemplo el magnesio (2.5 x l07 mho/m) tiene mejor conductividad que el cobre y la plata con un
electrón de valencia y porque el silicio con cuatro electrones tiene baja conductividad (4 x l0-
6mho/m).
La conductividad del magnesio con dos electrones de valencia se puede explicar aplicando el principio
de exclusión de Pauli, podríamos calcular que todos los sitios en la banda 3s, por ejemplo, podrían
llenarse porque tenemos dos electrones de valencia por átomo y como no hay sitios adyacentes vacíos,
el elemento sería un aislante. Sin embargo, los niveles de energía de la banda 3p traslapan la banda 3s
y hay una serie continua de estados posibles. Los electrones se pueden acelerar a niveles superiores de
la banda combinada y servir como conductores.
Aleaciones de cobre
Los metales que son solubles en cantidades moderadas en una solución de cobre, tales como el
manganeso, el níquel, el zinc, el estaño, el aluminio, etc., generalmente endurecen el cobre y
disminuyen su ductilidad, pero mejoran sus condiciones de laminado y de trabajo mecánico. Por otra
parte, los metales que son sólo ligeramente solubles en una solución sólida de cobre, como el bismuto
y el plomo, no lo endurecen, pero disminuyen su ductilidad y su tenacidad y reducen sus cualidades de
dejarse trabajar en caliente.
Se puede generalizar que las aleaciones de cobre mejoran algunas de las propiedades mecánicas o
térmicas de cobre puro, pero con menoscabo de las propiedades eléctricas.
Las aleaciones de cobre más empleadas en Electrotecnia son las siguientes:
a) Latones
Los latones son aleaciones de cobre y zinc con un 50 % de zinc como máximo, ya que a partir de
dicho porcentaje, las aleaciones resultan muy frágiles.
Se denominan latones binarios cuando en su composición entran solo el cobre y el zinc, latones
ternarios, si se añade además un tercer elemento (aluminio, hierro, manganeso, estaño, etc.) y latones
complejos si en su composición entran varios elementos, con base siempre de cobre y zinc.
b) Bronce
Es toda aleación metálica de cobre y estaño, además de otros metales, exceptuando el zinc, que da
lugar al latón, en la que el primero constituye su base y el segundo aparece en una proporción del 3 al
20 %. Las aleaciones constituidas por cobre y zinc se denominan propiamente latón; sin embargo,
dado que en la actualidad el cobre se suele alear con el estaño y el zinc al mismo tiempo, en el
lenguaje no especializado la diferencia entre bronce y latón es bastante imprecisa.
El bronce fue la primera aleación de importancia obtenida por el hombre y da su nombre al período
prehistórico conocido como Edad del Bronce. Durante milenios fue la aleación básica para la
fabricación de armas y utensilios, y orfebres de todas las épocas lo han utilizado
en joyería, medallas y escultura. Las monedas acuñadas con aleaciones de bronce tuvieron un
protagonismo relevante en el comercio y la economía mundial.
Cabe destacar entre sus aplicaciones actuales su uso en partes mecánicas resistentes al roce y a
la corrosión, en instrumentos musicales de buena calidad como campanas, gongs, platillos de
acompañamiento, saxofones, y en la fabricación de cuerdas de pianos, arpas y guitarras
2.42. El Aluminio
Este metal posee una combinación de propiedades que lo hacen muy útil en ingeniería de materiales,
tales como su baja densidad (2700 kg/m³) y su alta resistencia a la corrosión. Mediante aleaciones
adecuadas se puede aumentar sensiblemente su resistencia mecánica (hasta los 690 MPa). Es buen
conductor de la electricidad y del calor, se mecaniza con facilidad y es muy barato. Por todo ello es
desde mediados del siglo XX el metal que más se utiliza después del acero.
Reacciona con el oxígeno de la atmósfera formando con rapidez una fina capa gris mate de alúmina
Al2O3, que recubre el material, aislándolo de ulteriores corrosiones. Esta capa puede disolverse
con ácido cítrico. A pesar de ello es tan estable que se usa con frecuencia para extraer otros metales de
sus óxidos. Por ejemplo en la soldadura de Termita.
Principales compuestos
Serie Designación Aleante principal
en la aleación
.
2.43. El Oro
Es un metal blando, brillante, amarillo, pesado, maleable y dúctil. El oro no reacciona con la mayoría
de los productos químicos, pero es sensible y soluble al cianuro, al mercurio y al agua regia, cloro y a
la lejía. El oro es uno de los metales tradicionalmente empleados para acuñar monedas; se utiliza en
la joyería, la industria y la electrónica por su resistencia a la corrosión y su ductilidad. Aunque su
conductividad eléctrica es menor que la de la Plata y el Cobre se usa en micro electrónica por su gran
ductilidad lo cual hace posible hacer filamentos de este material del grosor del cabello humano.
Composición en % Punto de
Material Fusión
Bismuto Plomo Estaño Cadmio Mercurio °C
Aleación
20 20 - - 60 20
fusible
» » 50 27 13 10' - 72
» » 52 40 - 8 - 92
» » 53 32 15 - - 96
» » 54 26 - 20 - 103
» » 29 43 28 - - 132
» » - 32 50 18 - 145
» » 50 50 - - - 160
» » 15 41 44 - - 164
» » 33 - 67 - - 166
20 80 200
» » - - -
Estaño - - 100 - - 230
Bismuto 100 - - - - 271
Cadmio - - - 100 - 321
Plomo - 100 - - - 325
Zinc - - - - - 412
Aluminio - - - - - 600
Plata - - - - - 954
Níquel - - - - - 1400
Los materiales más utilizados en los cortacircuitos fusibles, son los siguientes:
1. La plata para circuitos de alta y baja tensión con corrientes de pequeña intensidad.
2. Las aleaciones plomo-estaño y plomo-bismuto-estaño para circuitos de baja tensión con
corrientes de intensidad nominal hasta 30 Amps.
3. El aluminio, convenientemente calibrado, para circuitos de baja tensión con corrientes de
elevada intensidad.
a. Clase de carbón.
b. Estado de división del polvo de carbón.
c. Diferencia de presión.
d. Materias extrañas que contiene.
El vacío es el único dieléctrico perfecto, ya que tiene conductancia nula. Los materiales aislantes
normalmente empleados, son dieléctricos imperfectos ya que, cuando están sometidos a una tensión
eléctrica tienen las siguientes características:
1. Corrientes de desplazamiento.
2. Absorción de corriente.
3. Paso de corriente de conducción.
Como hemos dicho, la finalidad de los materiales aislantes en las máquinas e instalaciones eléctricas,
es asegurar un aislamiento eléctrico, seguro y suficiente entre los conductores y entre éstos y las partes
metálicas del aparato o instalación. Para cumplir con éxito esta misión, es necesario que los materiales
utilizados como aislantes, cumplan ciertas propiedades o características, que se pueden clasificar de la
siguiente forma:
a) Propiedades eléctricas.
b) Propiedades mecánicas.
c) Propiedades físico-químicas.
Para elegir un material aislante deben tenerse en cuenta las siguientes propiedades eléctricas:
1. Resistencia de aislamiento.
2. Rigidez dieléctrica.
3. Constante dieléctrica.
4. Factor de pérdidas dieléctricas.
5. Factor de potencia.
6. Resistencia al arco.
Resistencia de aislamiento
En un mismo material aislante, la resistividad transversal no es un valor constante, sino que varía con
la temperatura, la tensión aplicada, el tiempo, la humedad, el espesor del material, etc.
Naturalmente, cuanto mayor sea la resistividad de un material, tanto mejor resultará como aislante.
Rigidez dieléctrica
Se considera como rigidez eléctrica al máximo campo eléctrico que no ioniza las moléculas de un
aislante.
Cuando se aplica una tensión entre las dos caras de una pieza aislante, es atravesada por una pequeña
corriente de fuga El material aislante se calienta localmente y el calentamiento permite el paso de más
corriente. Este efecto es acumulativo y, si la tensión alcanza un valor suficientemente elevado, puede
producirse la perforación del aislamiento, con las consiguientes perturbaciones o averías si se trata de
un material en servicio. El fallo se manifiesta por una superficie quemada o por una perforación con
volatilización completa del material.
En los criterios técnicos de cualificación de los materiales aislantes está la magnitud rigidez dieléctrica
ER. Y esta expresa la resistencia de un material a ser perforado por una corriente cuando es sometido
a una tensión eléctrica.
d el espesor de dieléctrico, se desprende que ER es el máximo gradiente de potencial que resiste sin
que se genere en su interior un flujo eléctrico. Este indicador es inversamente proporcional al espesor,
por lo que materiales gruesos manifiestan menores valores de rigidez dieléctrica. Los materiales
aislantes industriales tienen una rigidez dieléctrica superior a 10 KV/cm, tomándose como muy
buenos a partir de 100 KV/cm.
Debe tenerse siempre en cuenta el espesor del material en que se ha efectuado el ensayo de
determinación de la rigidez dieléctrica, ya que ésta no es constante, sino que varía con el espesor del
material. Es muy frecuente utilizar erróneamente el concepto de rigidez dieléctrica, por no prestar la
debida atención al espesor. Si, por ejemplo, una lámina de un material dado de 2 mm de espesor se
perfora a 20 kV, una lámina del mismo material y de 1 mm de espesor, no se perforará a 10 kV, sino
C = capacidad en microfaradios
S = superficie total de una placa (dos caras), en cm²
n = número de placas
d = distancia entre placas o espesor del dieléctrico, en cm
E = constante dieléctrica
Se entiende por pérdidas dieléctricas, la potencia eléctrica perdida a través de los aislantes. Estas
pérdidas tienen valores reducidos por lo que, generalmente, pueden despreciarse en aplicaciones
industriales.
La corriente de fuga, al atravesar el material aislante, lo calienta.
El factor de pérdidas dieléctricas constituye un criterio para medir la pérdida de potencia por
calentamiento de los aislamientos. También se considera una medida de la capacidad de generación de
calor por unidad de volumen del material aislante.
Recuérdese que en los conductores, máquinas y aparatos eléctricos, el caso más favorable de
aprovechamiento de la potencia disponible es cuando la pérdida de potencia sea nula, es decir, cuando
la tensión y la intensidad de corriente están en fase.
En el caso de un aislante se comprende que, por idéntica razón, el caso más favorable será aquél en
que la potencia pérdida a través del aislamiento sea nula, es decir, cuando tal como se expresa en la
figura 8. Este sería el caso del aislamiento ideal. Pero en la práctica siempre se producen pérdidas
cuyo valor, generalmente muy reducido, es proporcional a la tangente del ángulo d, complementario
El ángulo d se denomina ángulo de pérdidas. Generalmente este ángulo es muy pequeño por lo tanto
podemos aproximar que el valor de tang d= sin d y de igual forma que tang d=cos f, es decir,
Se comprende fácilmente que, para que un material plástico sea un buen aislante, interesa que las
pérdidas dieléctricas sean mínimas. Por lo tanto, es preciso que el valor de tg d sea lo más pequeño
posible.
Conociendo el valor del ángulo d de pérdidas, pueden calcularse fácilmente las pérdidas dieléctricas,
aplicando la fórmula:
P= 2 p f C U2 tg d(Vatios)
P = pérdidas dieléctricas, en vatios
f = frecuencia del circuito, en Hz
C = capacidad, en faradios
U = tensión, en voltios.
Es posible clasificar los materiales aislantes por su ángulo de pérdidas. Con la frecuencia.
Ya nos hemos referido al factor de potencia en el parágrafo precedente, como el coseno del ángulo de
desfase entre la tensión y la componente de la corriente que atraviesa el aislante.
Muchas veces, se utiliza este concepto en lugar del ángulo de pérdidas, cuando se quiere expresar la
calidad de un aislante, en lo que se refiere a sus pérdidas dieléctricas.
Si se conocen las pérdidas dieléctricas de un material aislante, se puede calcular su factor de potencia,
mediante la fórmula:
Resistencia al arco
Algunos elementos que emplean materiales aislantes, por su función específica (interruptores,
conmutadores, tomas de corriente, etc.) están frecuentemente sometidos a la acción de arcos eléctricos,
que pueden llegar a inutilizar el aislamiento.
La resistencia al arco se mide, de por el tiempo que un material aislante es capaz de resistir los efectos
destructivos de un arco antes de inutilizarse por haber formado el arco un camino carbonizado, con-
ductor, sobre la superficie del aislante. Este tiempo depende, naturalmente de la tensión aplicada y de
la corriente del arco.
No todos los materiales aislantes se carbonizan pero sí casi todos pueden agrietarse por el intenso calor
que acompaña al arco. No obstante, algunos materiales resultan mejores que otros en lo que respecta a
la resistencia al arco, ya que las condiciones en que éste se produce, varían considerablemente. Debe
seleccionarse cuidadosamente el material más idóneo para cada caso, de acuerdo con las
recomendaciones de las firmas fabricantes.
Para disminuir la acción del arco, se incorporan a los aparatos eléctricos diversos dispositivos tales
como cámaras apaga chispas, bobinas de soplado, etc.
Para poder juzgar las propiedades eléctricas que tienen los materiales aislantes, es necesario someter
estos materiales a una serie de ensayos. Algunos de estos ensayos pueden realizarse con los medios y
aparatos más sencillos y más fácilmente disponibles, pero que proporcionan suficientes datos sobre las
propiedades eléctricas del material ensayado.
Probetas
Los ensayos eléctricos se realizan sobre trozos del material que se quiere probar, de forma y
dimensiones determinadas, a los que se da el nombre de probetas.
Como ya se ha dicho en parágrafos anteriores, las propiedades eléctricas de los aislantes están
considerablemente influidas por el valor de la tensión aplicada, la humedad, la temperatura, etc. Por
este motivo, antes de comenzar un ensayo es conveniente, someter las probetas a determinados
tratamientos previos, con objeto de regularizar las condiciones iniciales y reducir al mínimo la
influencia de aquéllas en el resultado obtenido.
En general, los tratamientos previos que deben aplicarse a las probetas antes del ensayo, son los
siguientes:
Térmicos: Calentamiento de las probetas a diferentes temperaturas, según el destino del
material.
Humedad: Puede mantenerse el aislante a temperatura ambiente y con una humedad relativa
no superior a 95%. O a temperatura ambiente y sumergida totalmente en agua. O a
temperaturas superiores a la ambiente y en las condiciones de humedad expresadas
anteriormente.
Electrodos.
Los electrodos son las piezas conductoras que se conectan, a una fuente de energía eléctrica
(generador o transformador) y que se ponen en contacto con la probeta de material aislante para
someterla a la tensión de prueba.
Fig. 16. - Electrodos de bola y disco para ensayos de rigidez dieléctrica (caso en que el
grueso del material es grande).
Fig. 18. - Electrodos de bolas para ensayos de rigidez dieléctrica (caso en que el grueso del
material es grande)
24 U + 100 V≥1,500 V
Ensayos de pérdidas dieléctricas. Las pérdidas dieléctricas están expresadas por el valor de la
tangente del ángulo de pérdidas d, complementario del ángulo de fase f. Dado el reducido valor del
delicada y difícil.
Suelen emplearse métodos análogos al puente de Wheatstone, por comparación entre condensadores
de características conocidas y un condensador cuyo dieléctrico es el material a probar. Uno de los
procedimientos más utilizados es el puente de Schering, cuyo esquema de conexiones se ha
representado en la figura siguiente.
En la que C corresponde al dieléctrico ensayado y Ca al aire, nos da otra constante dieléctrica cuyo
valor se pretende averiguar.
Y que:
Q=It
Las principales propiedades mecánicas que deben considerarse en los materiales aislantes son las
siguientes:
a) Resistencia a la tracción.
b) Resistencia a la compresión.
c) Resistencia a la flexión.
d) Resistencia a la cortadura.
e) Resistencia al choque.
f) Dureza.
g) Límite elástico.
h) Maquinabilidad
Para determinar o comprobar las características mecánicas que se acaban de exponer, los materiales
aislantes han de ser sometidos a los correspondientes ensayos. Por consiguiente, los ensayos
mecánicos tienen por objeto comprobar la resistencia de los aislantes a que puedan estar sometidos en
servicio, para procurar que tales esfuerzos no excedan de su capacidad de resistencia mecánica. A
continuación se estudian, de forma resumida, los más importantes ensayos mecánicos a que se
someten estos materiales.
Ensayo de resistencia a la tracción. Este ensayo se realiza para determinar la resistencia y el límite
elástico a la tracción, así como también el alargamiento específico, que vamos a definir seguidamente.
El ensayo se realiza con probetas del material a ensayar, cuya forma y dimensiones se indican en la
figura 23. Uno de los extremos de la probeta se sujeta fuertemente y en el otro se aplica una fuerza de
tracción hasta que se rompe la probeta. Esta operación se realiza en máquinas especiales, similares a
las utilizadas para efectuar los ensayos a la tracción de los metales (figura 24).
El esfuerzo de tracción se expresa por la relación entre la fuerza aplicada F, expresada en kg, y la
sección s de la probeta, expresada en cm2, es decir, por:
El esfuerzo irá aumentando a medida que aumente también F y la probeta, antes de romperse se
alargará, de manera que, si sobre ella se han marcado previamente dos trazos transversales a una
distancia “L”, en el instante de producirse la rotura, esta distancia será L1. La diferencia L1 - L entre la
y la relación entre el alargamiento y la distancia inicial, expresado en tanto por ciento de esta
distancia, se denomina alargamiento específico o alargamiento de rotura, y está expresado de la
siguiente forma:
Un procedimiento práctico para la realización de este ensayo, es el que se muestra en la figura 29.
Consiste en una barra, articulada por un extremo y que se apoya sobre el otro, por medio del
correspondiente listón de presión, sobre el centro de la probeta. Sobre la barra, que constituye una
palanca de segundo grado, desliza una carga C, con lo cual puede incrementarse de forma continua la
carga aplicada a la probeta, sin más que acercarla cada vez más al botón de presión, es decir, al centro
de la probeta. Según se expresa en la citada figura 29, la carga de rotura quedará determinada por la
posición del peso C en el momento en que aquélla se produce, y se calcula mediante la fórmula
P = C.d
resistentes.
Para el ensayo de materiales de gran resistencia a la flexión, se utilizan máquinas mayores, provistas
de dispositivos adecuados. Puede ser la misma máquina empleada para el ensayo de resistencia a la
tracción aplicando un dispositivo semejante al representado en la figura 30, que convierte el esfuerzo
de tracción en esfuerzo de compresión para flexar la probeta.
Los esfuerzos de flexión son los que más frecuentemente se presentan en los aislamientos de aparatos
eléctricos por lo que debe darse a este ensayo la importancia que realmente tiene.
Flexibilidad y plegabilidad. Se incluye aquí la descripción de estas dos características porque están
muy directamente relacionadas con la resistencia a la flexión y conviene tenerlas en cuenta en los
aislantes de poco espesor.
La flexibilidad se mide por el número de veces que una tira del material ensayado puede doblarse en
uno u otro sentido, antes de que aparezcan las primeras grietas.
Para el ensayo de flexibilidad, se fija la probeta en un tornillo de banco con los cantos redondeados
(figura 31) y se somete a sucesivas dobleces en ambos sentidos, hasta su rotura.
En cuanto a la plegabilidad, indica el número de plegados consecutivos que puede resistir una tira del
material sometido a ensayo, antes de romperse.
Para determinar la plegabilidad de una lámina de material aislante, suele utilizarse un aparato especial
(figura 32), constituido por dos pares de rodillos y una plancha ranurada, animada de un movimiento
alternativo. La tira del material a ensayar, se pasa entre los rodillos y la ranura, tal como puede
Las probetas pueden ser de sección rectangular, igual que las utilizadas para los ensayos de flexión,
con sus' caras completamente lisas, o bien de esta misma forma, pero con una entalla transversal en
una de sus caras, según se expresa en la figura 33.
El ensayo de resistencia al choque se realiza en máquinas especiales, semejantes a las empleadas para
este mismo ensayo con los metales.
D = Dureza (kg/cm2)
P = fuerza de compresiones (kg)
d = diámetro de la huella (cm)
h = profundidad de la huella (cm)
El ensayo de dureza debe realizarse diez veces, con dos probetas, es decir, cinco ensayos con cada
probeta, a la temperatura ambiente. Se considerará como valor definitivo de la dureza, el valor medio
de los obtenidos en los diez ensayos.
El aparato empleado para la determinación de la dureza de los materiales aislantes puede ser uno de
los que se emplean para los metales. En la figura 36 se muestra uno de estos aparatos.
Es interesante la medida de la dureza en muchos materiales aislantes, ya que esta propiedad está
relacionada con otras como por ejemplo, de forma directa, la resistencia al desgaste. En muchas apli-
caciones eléctricas, en aparatos donde los aislantes están en constante movimiento o sometidos a
golpes, compresiones y roces, el escoger un material con buena dureza superficial representa ya una
garantía para el buen funcionamiento del aparato o máquina en cuestión.
Estudiaremos las propiedades físicas y químicas que deben exigirse a los materiales aislantes para su
buen servicio en máquinas e instalaciones eléctricas. Para el mejor estudio de estas propiedades, las
clasificaremos de la forma siguiente:
1. Propiedades físicas.
2. Propiedades térmicas.
3. Propiedades químicas.
Peso específico. Recordaremos que peso específico de un material es el peso de la unidad de volumen
de dicho material. El peso específico suele expresarse en gramos por centímetro cúbico (gr/cm3).
Porosidad. Es la propiedad que tienen todos los cuerpos de dejar espacios vacíos, o poros, entre sus
moléculas, gracias a lo cual pueden ser comprimidos o dilatados y hacerse permeable a los gases y aun
a los líquidos.
La porosidad constituye un gran inconveniente de la buena calidad de los materiales aislantes, pues en
los poros se acumula humedad y el polvo del ambiente en que se encuentran. Pero aún en el caso de
que el ambiente no sea húmedo ni polvoriento, el aire que llena los poros, por la acción del campo
eléctrico, se ioniza, perdiendo el material sus propiedades aislantes y ocasionando su pronta
destrucción.
Higroscopicidad. Se denomina higroscopicidad o poder higroscópico a la capacidad de absorción de
la humedad que tiene un material.
Casi todos los aislantes absorben humedad, algunos en proporciones elevadas, otros en cantidades
Interesa considerar, principalmente, en las aplicaciones eléctricas de los aislantes, las siguientes
propiedades térmicas:
a) Calor específico.
b) Conductividad térmica.
c) Inflamabilidad.
d) Temperatura de seguridad.
Calor específico. El calor específico de un material, es la cantidad de calor necesaria para elevar un
grado centígrado, la temperatura de un gramo de dicho material.
Se comprenderá fácilmente que en los materiales destinados para su aplicación corno aislantes,
interesa siempre que el calor específico sea lo más elevado posible, con objeto de que al estar
sometido el material a la acción del calor, su elevación de temperatura sea pequeña puesto que, como
se verá más adelante, las altas temperaturas ocasionan graves daños en estos materiales.
Conductividad térmica. Se llama así a la facilidad que un material, presenta al paso del calor. Cuanto
menor sea la conductibilidad térmica de un aislante, con mayor dificultad permitirá la transmisión del
calor, generado en el conductor eléctrico por efecto Joule, alas cuerpos vecinos y al ambiente que le
rodea. Por esta razón, las piezas aislantes de los aparatos eléctricos interesa que estén construidas con
materiales de baja conductividad térmica para que puedan tomarse con las manos sin que sea
apreciable el efecto del calor.
Inflamabilidad. Es la facilidad que tiene un material para inflamarse. Algunos aislantes son muy
inflamables mientras que otros sólo lo son ligeramente y otros son completamente ininflamables.
Siempre que sea posible se ha de preferir el menos inflamable, el cual ofrecerá en todo momento una
mayor seguridad de funcionamiento, sobre todo si ha de trabajar a altas temperaturas, o en lugares con
peligro de incendios, chispas, etc.
Temperatura de seguridad. La gran mayoría de materiales aislantes empleados en máquinas e
instalaciones eléctricas, trabajan a temperaturas superiores a la del ambiente, debido a las pérdidas de
energía que se producen, y que se manifiestan en forma de energía calorífica. La elevación de la
temperatura de los aislantes altera sus características, disminuyendo su resistencia de aislamiento, su
rigidez dieléctrica y, también, su resistencia mecánica, además que aumenta su facilidad para ser
Los materiales que constituyen los aislamientos de las máquinas, aparatos e instalaciones eléctricas
están frecuentemente sometidos a la acción de ambientes que contienen líquidos, gases y vapores
corrosivos, que ocasionan su lento pero continuo envejecimiento, acabando por su destrucción. A la
acción destructiva de los agentes químicos, se une la del campo eléctrico, que actúa desfavorablemente
sobre los aislamientos por medio de las descargas que se producen con las elevadas tensiones,
descargas muchas veces visibles en la oscuridad, especialmente cuando la tensión aumenta, en cuyo
caso llegan a hacerse bien visibles en forma de penachos luminosos. El campo eléctrico transforma
parte del oxígeno del aire en ozono, de gran poder oxidante, y que actúa nociva e intensamente sobre
los materiales aislantes. Por estas razones, se hace necesario que los materiales que se han de utilizar
como aislantes, tengan buenas propiedades químicas.
a. Resistencia al ozono.
b. Resistencia a la luz solar.
c. Resistencia a: los ácidos y a los álcalis.
d. Resistencia a los aceites.
Resistencia al ozono. El ozono es una forma alotrópica del oxígeno, cuya fórmula química es 03, es
decir, que tiene una molécula constituida por tres átomos de oxígeno (la fórmula del oxígeno
molecular ordinario es O2, o sea que está constituida por dos átomos de oxígeno). El ozono se produce
al ionizarse el aire por acción del campo eléctrico; es mucho más oxidante que el oxígeno ordinario y
fácilmente reconocible por su olor a marisco
Los materiales empleados para aislamiento de cables están a veces sometidos a la acción del ozono
desprendido, sobre todo cuando las tensiones de servicio son elevadas. Como hemos dicho
anteriormente, el ozono es un poderoso oxidante y es la causa del fuerte olor que se aprecia después de
las tormentas o cuando se producen descargas eléctrica. Para contrarrestar, en lo posible, sus efectos,
se utilizan sustancias especiales denominadas antioxidantes.
Resistencia a la luz solar. Debido a su contenido de radiaciones ultravioletas, la luz solar provoca
reacciones químicas, especialmente en verano. Las quemaduras producidas por el sol es uno de sus
efectos y otros, son los cambios químicos provocados en muchos materiales aislantes.
Los efectos de la luz solar sobre los aislantes son: su decoloración y transformación en un material
frágil, que puede resultar inadecuado para la misión que debía cumplir. En los aislantes que ya son
incoloros no se produce, naturalmente, la decoloración sino que, por el contrario, se observa una
tonalidad amarillenta que se acentúa con el tiempo.
Resistencia a los ácidos y a los álcalis. Una de las más ventajosas propiedades de muchos aislantes es
su conocida resistencia a los efectos destructivos de los ácidos y de los álcalis. Aunque el grado de
resistencia a estas sustancias es variable, por lo general, el ataque es lento y aumenta con la
temperatura.
El efecto de los ácidos y de los álcalis sobre los materiales aislantes difiere de su efecto sobre los
metales, pues éstos se disuelven por la acción de los ácidos, mientras que por lo general, los aislantes
se descomponen por la acción de los ácidos fuertes y de los álcalis. Esta descomposición se manifiesta
primero por un ablandamiento y, a veces, por un aumento de volumen del material afectado,
resultando notablemente disminuidas sus propiedades mecánicas y eléctricas.
No obstante, como ya se ha indicado anteriormente, la acción perjudicial de estos agentes químicos
sobre casi todos los aislantes, es lenta. Puede decirse, que en general, la resistencia química de los
materiales aislante es buena y han resuelto casi todos los problemas de corrosión que tenía planteados
Un criterio muy interesante para clasificar los materiales aislantes, y que ha sido adoptado
universalmente, es el que hace referencia a la temperatura máxima de funcionamiento continuo que
puede alcanzar un material aislante determinado.
Esta clasificación fue iniciada en Estados Unidos por la A.I.E.E. (American Institute of Electrical
Engineers) y adoptada posteriormente por la C.E.L (Comisión Electrotécnica Internacional),
estableciendo varias clases térmicas que, posteriormente han tenido que ampliarse y completarse para
obtener el máximo provecho de los nuevos materiales que la investigación científica ha ido
desarrollando, especialmente en el campo de las siliconas y otros altos polímeros.
Los siguientes conceptos generales pueden resultar útiles en la elección de los valores adecuados de
elevación de temperatura, para condiciones particulares de funcionamiento:
1° El fallo de un material aislante no se produce de una manera brusca, con perforación
inmediata al llegar a la zona de temperatura crítica, sino por deterioro mecánico gradual con el
tiempo. Por esta razón, a la pregunta de cuál es la temperatura que puede soportar un material aislante,
solamente puede responderse sobre la base de cuánto tiempo ha de estar sometido a dicha temperatura.
El tiempo y la temperatura, actuando conjuntamente, disminuyen la resistencia mecánica de los
aislantes de estructura orgánica, haciéndolos más quebradizos y provocando, a la larga, su
desintegración bajo la acción de vibraciones o de esfuerzos mecánicos importantes.
4° La vida de un material aislante depende también en buen grado del tiempo que
trabaja y de la carga que soporta realmente durante su funcionamiento. Estos factores de
utilización intermitente y de carga variable son especialmente importantes en los aparatos de pequeña
potencia.
2da Elección de un valor adecuado de temperatura ambiente límite que, al ser restado
de las temperaturas límites anteriores, proporcionan los valores límites de aumento de
temperatura.
De acuerdo con lo expuesto, los materiales aislantes se agrupan en las clases siguientes:
Aislamiento compuesto de materiales o asociaciones de materiales tales como algodón, seda y papel
sin impregnación. Otros materiales o asociaciones de materiales pueden estar comprendidos en esta
clase, si la experiencia o ensayos de reconocida garantía muestran que son capaces de funcionar a la
temperatura de 900 C, señalada anteriormente (se incluyen en esta clase, el polietileno reticulado,
papeles y cartones aislantes sin impregnar, fibra vulcanizada, madera, etc.).
Aislamiento compuesto de materiales o asociaciones de materiales tales como algodón, seda y papel,
cuando están convenientemente impregnados o bien cuando están sumergidos en un dieléctrico, como
el aceite. Un aislante se considera impregnado cuando el aire entre sus fibras, está reemplazado por
una sustancia adecuada, aun cuando ésta no rellene completamente los espacios entre los conductores
aislados. Las sustancias impregnantes se considerarán adecuadas cuando tengan buenas propiedades
En cada una de las clases térmicas citadas, pueden incorporarse, por razones de fabricación, cierta
cantidad de materiales de clase térmica inferior. Para ello, se requiere que las propiedades eléctricas y
mecánicas se mantengan con valores adecuados, cuando se utilicen a la temperatura máxima admitida.
Las clases térmicas de los materiales aislantes, indican la temperatura máxima de servicio de estos
materiales. Para completar esta cuestión, deben definirse otros conceptos, relacionados con la
temperatura ambiente considerada como máxima y de la temperatura en el punto más caliente de una
máquina o aparato, ya que en todos los dispositivos eléctricos hay un calentamiento desigual en sus
partes constituyentes. A continuación, se definen estos conceptos:
Temperatura del punto más caliente. Es la temperatura que, como máximo, puede alcanzarse en
cualquier punto de una máquina o de un aparato eléctrico. Constituye, por lo tanto, el punto principal
de referencia para proyectar los aislamientos de una máquina o de un dispositivo eléctrico.
Temperatura ambiente máxima. Para los efectos de calentamiento de máquinas y aparatos, se tomara
como base una temperatura ambiente de 400ºC.
Valores máximos de aumento de temperatura. Estos valores se obtienen restando los 400 ºC
correspondientes al valor de la temperatura ambiente máxima, de la temperatura del punto más
caliente.
4.1 Generalidades
1. Los materiales metálicos en los cuales los adelantos se han presentado en años recientes, desde
las aleaciones convencionales a base de hierro hasta el Alnico y, más recientemente, los imanes
de samario-cobalto.
2. Los materiales cerámicos llamados ferritas, que son espínelas y estructuras relacionadas. El
crecimiento de este campo es comparable con el de los semiconductores en los materiales
eléctricos.
Matemáticamente,
Donde (I/A) es la densidad de corriente cuyas unidades son (A/m2) y (E/l) es el gradiente de voltaje,
cuyas unidades son (volt/m). Entonces
De manera semejante (Figura 15.1), si aplicamos un campo magnético a través de un espacio, el flujo
en el espacio es proporcional a la permeabilidad µ del material que está en el espacio. Si
representamos la intensidad del campo o gradiente por H y la densidad del flujo por B, entonces:
Figura 15.1 Analogía entre circuitos (a) eléctricos y (b) magnéticos. (Supongamos la
longitud y el área transversal unitarios).
Las unidades usuales en el sistema (mks) para las variables de esta ecuación, se derivan en la física
como:
Para un vacío
Figura 15.2 B (densidad de flujo) vs. H (intensidad del campo) ciclo de histéresis para un
material ferromagnético
(por ejemplo, variando la corriente en un electroimán que tiene sus polos a los lados del espacio) y
medimos la densidad del flujo magnético B y trazamos la curva B-H (Fig. 15.2). En una curva típica
virgen, el valor de B sube muy rápido y luego prácticamente se pone a nivel con B, denominada
inducción de saturación. (La curva obtenida la primera vez que el material se magnetiza, la curva
virgen, es aquella con líneas punteadas en la figura). A medida que la intensidad del campo se reduce a
cero, queda todavía una densidad de flujo magnético B, denominada inducción remanente o
inducción residual. Para bajar el flujo a cero, necesitamos una intensidad de campo definida He en la
dirección opuesta a la original; esto se denomina fuerza magnética coercitiva (o campo coercitivo).
Ya que la gráfica nunca vuelve a trazar la curva virgen sino que traza un circuito cerrado, esto se
denomina ciclo de histéresis y es un índice de la pérdida de energía en un ciclo completo de
magnetización.
La forma de la curva B-H varía con diversos materiales magnéticos; existen varios tipos de curva
con diversos usos. Para ilustrar esto consideremos las curvas B-H para un núcleo de transformador
(imán blando), una unidad de memoria de computador (imán de ciclo cuadrado) y un imán
permanente (imán duro), como se muestra en la (Fig. 15.3). En la Curva para el núcleo de un
transformador hay únicamente una pequeña área encerrada por el ciclo de histéresis (Fig. 15.3a). Esta
representa el trabajo efectuado por ciclo. Está relacionada con la pérdida de potencia y se mantiene tan
pequeña como es posible. Por contraste, en la unidad de memoria queremos magnetizar fácilmente a
un valor regular de B y entonces retener la mayoría de su densidad de flujo cuando se corta la
potencia, de modo que esta puede utilizarse como "memoria" para accionar los controles cuando se
requiere nuevamente. Para esto se desea tener un "cielo cuadrado" de manera que aún con un campo
inverso todavía se obtiene un flujo fuerte para "lectura" (Fig. 15.3b). En el imán permanente la
"potencia" del imán está relacionada, con el producto B*H. Observamos que en esta gráfica el eje x, la
µr = µ / µ0
Estos tres fenómenos están relacionados con la estructura del material. El diamagnetismo,
que es despreciable desde el punto de vista de ingeniería, puede explicarse así: cuando se
aplica un campo magnético a un material, los movimientos de todos los electrones cambian.
Esto produce un campo local alrededor de cada electrón. Por una ley de física conocida como
ley de Lenz, este campo está en dirección opuesta al campo aplicado y da una pequeña
disminución en el magnetismo total. El paramagnetismo también es un pequeño efecto que se
nota en todos los átomos y moléculas que poseen un número impar de electrones. Aquí los
electrones se alinean con el campo aplicado, reforzando así el campo y dando un valor de
permeabilidad ligeramente mayor que l.
El ferromagnetismo tiene mucha importancia en la ingeniería porque una alta permeabilidad
conduce a una gran densidad de flujo B para una fuerza magnetizante determinada H
comparada con el vacío o con materiales normales. Sin esta densidad de f1ujo alta y la
facultad de cambiarla o invertirla (como en los materiales magnéticos blandos, como los
De esta tabla podríamos predecir que un bloque de metal manganeso tendrá el mayor momento
magnético porque sus átomos tienen él momento más alto. Pero este no es el caso puesto que cuando
los átomos se colocan juntos en un bloque, se presenta un alineamiento complejo denominado
interacción de intercambio. En el caso del manganeso metálico los átomos se alinean de modo que las
direcciones de los campos magnéticos en los átomos en particular son anti-paralelas y los campos se
cancelan entre sí. Esto se denomina anti-ferromagnetismo. (Posteriormente encontraremos que este
no es el caso para el manganeso en los imanes cerámicos, donde los iones están aislados). Sin
embargo, en el caso del hierro, cobalto y níquel, una fracción de los átomos se alinean para producir
ferromagnetismo.
Durante muchos años los físicos especulaban al afirmar que un bloque de hierro contenía
muchos imanes pequeñitos que podrían alinearse bajo la influencia de un campo magnético. En 1992
Pierre Weiss fue más allá y postulo que había dominios (regiones) donde los átomos estaban alineados
para producir un campo magnético en una dirección y que éstos estaban equilibrados por dominios de
alineamiento opuesto, de modo que no había flujo magnético fuera de la muestra. Finalmente, en 1931
Francis Bitter decidió observar estos dominios con el microscopio. Espolvoreó polvo magnético en la
muestra pulida y encontró algo parecido a límites de granos pero dentro de los granos individuales del
material. Por cierto, estos son los dominios de Weiss y la estructura es la siguiente:
En la muestra no magnetizada los dominios no están alineados y se supone que hay orientación
equilibrada, con un momento magnético resultante de cero. Sin embargo, si se aplica un campo
magnético, aquellos dominios con sus direcciones magnéticas paralelas al campo crecerán a expensas
de los opuestos. Si la micro estructura es tal que la nueva estructura de dominio se retiene, tenemos un
imán permanente; si el material regresa a su estado original, tenemos un imán blando.
A medida que un dominio crece a expensas de otro (Fig. 15.6), se produce un cambio en el
alineamiento de los imanes atómicos en particular. El límite del dominio se denomina pared de Bloch
y es muy importante porque ayuda a comprender las razones de la magnitud del campo magnético
necesario para magnetizar un material. Primero debemos explicar que la facilidad de magnetización
varía con la dirección en un cristal, así corno la facilidad de deformación elástica varía en un cristal
sencillo, como lo muestra el módulo de elasticidad.
Figura 15.6 Representación en dos dimensiones del crecimiento de dominios. (a) No hay
campo magnético (la orientación de los dominios se muestra con las (fechas). (b) La
aplicación de un campo produce el crecimiento de aquellos dominios con la orientación
correcta. (e) Al aplicar campos con intensidades aún mayores. se produce un crecimiento
selectivo de los dominios orientados correctamente a expensas de aquellos con la
orientación incorrecta
En la (Figura 15.7) se indican los datos típicos de magnetización para el hierro y níquel obsérvese que
la orientación preferida en el hierro es [100] (magnetización inducida más alta para intensidades más
bajas de campo magnético). Esperaríamos encontrar un dominio polarizado en la dirección [001] a un
lado de la pared de Bloch y otros en la dirección [00] al otro lado.
Figura 15.8 Pared de dominio que muestra el cambio gradual en la dirección del campo
entre dominios adyacentes.
Algunos dominios magnéticos se muestran claramente en la Fig. 15.9. Estos fueron revelados por
medio de una técnica, utilizando la interacción de los dominios con la luz polarizada. La Figura 15.9
muestra el efecto de una sonda magnética en el crecimiento de dominios.
Todo material ferromagnético perderá sus propiedades magnéticas en algún intervalo de temperatura
al calentarse y el ferromagnetismo finalmente desaparecerá, a una temperatura denominada
temperatura Curie. Por ejemplo, la temperatura Curie para el hierro es de 770°C. A esta temperatura
las oscilaciones térmicas vencen la orientación debido a la interacción por intercambio, originándose
entonces una agrupación al azar de los imanes atómicos. Los dominios se forman nuevamente al
enfriarse de modo que la aplicación de un campo magnético desde la temperatura Curie hasta la
temperatura ambiente puede ayudar a producir un imán permanente.
Ahora, para repasar, consideremos las características de la curva B-H en términos de la teoría del
dominio,
Para explicar estructuralmente este fenómeno es necesario observar los efectos de la estructura de los
metales en retener la estructura de dominio existente cuando se imponen altas intensidades de campo.
En una barra de hierro puro, un material magnético blando, los dominios vuelven al equilibrio original
cuando se quita el campo. Sin embargo, en un material magnético con obstáculos para un movimiento
de dominio uniforme, como las inclusiones, material altamente trabajado en frío, o regiones
deformadas, quedará retenida una considerable porción del magnetismo (Br). Por ejemplo, una barra
templada o trabajada en frío de acero de alto contenido de carbono producirá un buen imán
permanente. Otros métodos para observar estos efectos incluyen el aislamiento de dominios utilizando
polvos suspendidos en un aislador de modo que cada partícula es un dominio, y como en los imanes
Alnico, el desarrollo de un precipitado fino en el cual los dominios están aislados uno del otro.
Comparemos las propiedades de algunos materiales de ingeniería con sus estructuras. Hay dos grupos
principales: materiales magnéticos blandos y materiales magnéticos permanentes o duros.
Se emplean muchas técnicas interesantes para mejorar las características de los imanes, tales como la
solidificación controlada para desarrollar orientación preferida y tratamiento térmico en un campo
magnético.
Más recientemente, se han desarrollado imanes permanentes de samario-cobalto y platino-cobalto con
energía máxima muy alta (BH), tal como se muestra en la Tabla 15.1.
En los imanes de platino-cobalto, una transformación de fases (orden a desorden) genera dominios
aislados como ocurre en el Alnico. Este material es maquinable pero costoso. (Los precios fluctúan
con los precios del platino).
Durante varios años se han buscado materiales magnéticos con alta resistencia eléctrica. Como
ejemplo de una utilización importante de dicho material, sabemos que un transformador se calienta
debido a que un campo eléctrico alterno genera una corriente secundaria en el núcleo que produce
calentamiento (corrientes de Eddy). En equipos de alta frecuencia este calentamiento es muy fuerte, de
manera que era necesario buscar un material magnético de alta resistencia. Se encontró que el mineral
magnetita, Fe3O4, es un imán cerámico natural de alta resistencia, por lo que la búsqueda se orientó a
los imanes cerámicos sintéticos de estructura semejante, generalmente denominados ferritas, aunque
muchos de ellos no contienen hierro. (¡Es importante evitar la confusión en el empleo de la palabra
"ferrita" para estos óxidos magnéticos y para el hierro µ!).
Del mismo modo que en el hierro ferromagnético, el magnetismo de un imán cerámico se debe a los
momentos magnéticos de los iones. Estos se calculan de la misma manera que los momentos
magnéticos de los átomos, pero no son iguales si los electrones 3d se desprenden durante la ionización.
Los ocho iones Fe3+ en los sitios tetraédricos están siempre opuestos en alineamiento magnético a los
ocho iones Fe3+ en los sitios octaédricos y, en consecuencia, no se produce momento magnético por
los iones Fe3+. Esto recibe el nombre de anti-ferromagnetismo como en el manganeso metálico. Sin
embargo, los momentos de los ocho iones Fe2+ que también ocupan sitios octaédricos, están alineados
en la misma dirección en la celda unitaria y son los responsables del momento magnético neto
(condición ferrimagnética) (Fig. 15.12). Comprobemos esta disposición mediante un cálculo.
Tabla 2 - MOMENTOS MAGNETICOS PARA IONES QUE SE ENCUENTRAN EN ESPINELAS
Total de Magnetones
Ion Electrones Electrones 3d Nohr
3+ 5
Fe 23 3d 5
2+ 5
Mn 23 3d 5
6
Fe2+ 24 3d 4
2+ 7
Co 25 3d 3
Ni2+ 26 3d8 2
2+ 9
Cu 27 3d 1
Zn2+ 28 3d10 0
Para los imanes blandos utilizados en comunicaciones de radio y electrónica, se emplean las
siguientes sustituciones de los iones Fe2+: Mn2+ +Zn2++, Ni2+ + Zn2+, Ni2+ + Cu2++ Zn2+, cuando un
ciclo de histéresis semejante al de la Fig. 15.3a. Los iones Mn2+, Ni2+ y Cu2+ tienen momentos
magnéticos, pero la función de los iones Zn es interesante porque éstos no tienen momento magnético
por sí mismos pero sí elevan el momento total de la siguiente manera. Mencionamos que en la
estructura espinela normal los iones bivalentes ocupan los sitios tetraédricos. Los iones Zn2+ continúan
con esta tendencia cuando se agregan a la espinela inversa y, por ello, obligan a algún Fe3+ a salir de
sus sitios tetraédricos "improductivos" hacia los sitios octaédricos, donde se alinean para aumentar el
momento magnético. Es importante comprobar que así como mezclamos elementos aleantes en
solución sólida para cambiar propiedades mecánicas, en este caso mezclamos iones en solución sólida
para modificar propiedades magnéticas. Para suministrar los imanes con ciclos cuadrados (Fig. 14.3b),
los iones de sustitución son Mn2+, Mg2+ y Co2+. Estos son importantes para operaciones de cómputo.
El campo de los imanes cerámicos permanentes o duros es especialmente interesante. Ya han
encontrado estos materiales varios usos, tales como las inserciones magnéticas en puertas de
refrigeradores y en motores pequeños. Anteriormente en estos motores se requería un electroimán,
pero con la aparición de los imanes permanentes pequeños y potentes para dar un campo, el diseño se
simplificó grandemente. Dichos motores accionan limpiaparabrisas, sopladores de calentadores,
acondicionadores de aire y elevadores de vidrios en automóviles modernos. En el acelerador de 30 mil
billones de eV del Brookhaven National Laboratory se utilizan más de siete toneladas de ferritas. Para
ilustrar su posible empleo futuro, en la Fig. 15.13 se muestra el dibujo de un tren magnético
suspendido, en el cual el vagón flotaría por repulsión magnética.
Los materiales en ciclo cuadrado retienen su magnetización total remanente mientras el campo se
revierte hasta alcanzar un corte drástico (Fig.15.3b). Por lo tanto, al utilizar el imán como un
instrumento para dar información, podemos obtener la fuerza total sin que se debilite hasta llegar al
punto de corte.
Si queremos sacar la información, ello se logra sin problema y el instrumento queda listo para
magnetizarse nuevamente. Para estos imanes se emplean óxidos de manganeso magnesio-hierro y
óxidos de cobalto-hierro.
Para la comunicación por microondas es importante que haya pocas perdidas en cada ciclo debido a
las altas frecuencias. En los transformadores con núcleos de hierro podemos tolerar las perdidas por
histéresis a 60 Hz, pero a 106 Hz serian prohibitivas. Aquí son muy importantes la alta resistencia y
los ciclos muy angostos de ciertas ferritas. Los óxidos típicos son del tipo (Al, Ni, Zn)O.
5.1 Generalidades
Llegamos ahora a un grupo de materiales los cuales, aunque son de menor conductividad eléctrica que
los metales, son esenciales en un buen número de los aparatos desarrollados recientemente, desde los
Para comprender los conductores, como el silicio y el germanio, es una buena ayuda comenzar con un
aislador, el diamante © el cual está en la misma columna en la Tabla Periódica. Mientras que la
estructura electrónica del átomo de carbono es 1s2 2s2 2p2, en el cristal de diamante el segundo nivel
cuántico de electrones forma enlaces covalentes y éstos tienen niveles de energía semejantes. (La
explicación de esto es bastante compleja y el proceso se conoce como hibridización). En otras
palabras, en los intervalos de temperatura y presión en los cuales se forma el diamante, este tipo de
enlace está en estado de equilibrio. Esta desviación no debe preocupar mucho cuando recordamos que
en otros casos, existen pequeños conflictos entre los niveles cuánticos, como la capa 4s que no está
llena en el cobre, lo cual permite la formación de un grupo 3s más fuerte. Este tipo de enlace covalente
también se forma en el silicio y el germanio, y es necesario introducir una modificación de la gráfica
de banda utilizada para los metales. En lugar de mostrar los electrones en una banda, traslapados por
los electrones p, como en el aluminio, los cuatro electrones (s más p) se consideran iguales y forman
una banda de valencia. Por encima de esta se encuentra una banda para electrones a un nivel de
energía superior, llamada la banda de conducción. En el caso del diamante (del silicio y del germanio)
la banda de valencia está llena. La razón por la cual el diamante es un aislador es que el nivel de
energía de su banda de conducción esta considerablemente por encima de su banda de valencia y
únicamente unos pocos electrones logran entrar en la banda de conducción. (La distribución de los
niveles de energía entre los electrones, como dentro de los átomos, sigue una curva estadística y
siempre están presentes algunos electrones de alta energía). Los modelos de las bandas de energía para
los metales semiconductores y aisladores se muestran en la Fig. 14.7, donde Eg es la brecha de
energía.
En el caso del silicio, la brecha de energía entre bandas es más pequeña y los electrones obtienen la
suficiente energía para alejarse de sus posiciones de enlace covalente ocupando posiciones en la banda
de conducción. Una consecuencia importante de un electrón que sale de su posición covalente es la
creación de un hueco electrónico, frecuentemente llamado un hueco simplemente, en la banda de
valencia. (Figura 14.8).
Es importante cuantificar el valor de la brecha de energía utilizando el electronvoltio (eV) como una
unidad conveniente de energía. Cuando un electrón cae bajo la acción de un potencial de un voltio, su
energía aumentará en un electrón-voltio.
El aumento en la energía cinética será el producto de la carga q y del voltaje Vo
Se debe notar que el electrón-voltio es un término general de energía que se puede utilizar en cualquier
tipo de problema, y no necesariamente en los cuales se involucran electrones.
La diferencia en la brecha de energía entre el diamante y los semiconductores se muestra a
continuación:
El estaño es otro elemento con cuatro electrones en su capa exterior. Sin embargo, la brecha de energía
es únicamente 0.06 eV, la cual es lo suficientemente pequeña para hacer el elemento conductor. Se
debe observar que la brecha de energía disminuye con el aumento del número atómico.
Además de los elementos del grupo IV, se han producido semiconductores al combinar elementos con
tres electrones en la última capa con elementos con cinco electrones también en la última capa para
dar un promedio de cuatro, como por ejemplo, el AlP y el InAs. Estos se denominan compuestos III-
V. La estructura de banda es semejante a la de los elementos del grupo IV, obteniéndose una gama de
brechas de energía para diversas combinaciones.
Hasta este punto hemos analizado únicamente los semiconductores con un promedio de cuatro
electrones por átomo, o sea semiconductores intrínsecos. Si este equilibrio varía al doparlo con
impurezas, obtenemos semiconductores extrínsecos de dos tipos: n y p. Para poder comprender estos
materiales importantes, consideremos el efecto de adicionar las diversas impurezas o dopantes a un
semiconductor intrínseco como el silicio. Si adicionamos una pequeña cantidad de fósforo, estos
átomos formaran una solución sólida de sustitución con el silicio, produciendo la estructura que se
muestra en la Fig. 14.9.
Figura 14.9 (a) Estructura del silicio con un átomo de fósforo como material dopante,
dando lugar a un electrón adicional, formando así un semiconductor del tipo n
(extrínseco). (b) El electrón del fósforo indicado en (a) se encuentra justamente debajo de
la banda de conducción. El nivel de Fermi, Ef es mayor que en la Fig. 14.8 debido a la
adición de un electrón por encima del antiguo nivel de Fermi y no hay aumento en los
huecos electrónicos que están debajo.
Hemos mostrado los electrones de valencia con que contribuyen los cuatro átomos de silicio
adyacentes a un átomo de fósforo mediante el símbolo x. Sin embargo, el fósforo tiene cinco
El aluminio es un elemento aceptor, y la estructura se denomina semiconductor del tipo p (los huecos
electrónicos son positivos). En la Fig. 14.10 también se muestra la estructura de banda con los huecos
justamente adyacentes a la banda de valencia. En este caso la conducción se hace principalmente
desde los huecos electrónicos y el nivel ocupado en un 50% (Ef) está más cercano a la banda de
valencia, debido a que agregamos huecos sin agregar electrones.
Otra relación cuantitativa que se mantiene en los semiconductores intrínsecos y extrínseco es:
n x p = una constante para un elemento y una temperatura dados, donde n es el número de electrones
por volumen y p el número de hueco por volumen. Por ejemplo, los siguientes valores se obtienen para
el germanio tipo n a 300 ºK (n x p = 6.2 x 1038 portador2/m6):
La unión p-n, la interfase entre los materiales tipo p y tipo n, es la región critica de diversos aparatos
electrónicos que incluyen los rectificadores, transistores, celdas solares, semiconductores láser y
circuitos integrados.
Aunque las uniones típicas p-n se hacen comenzando con el silicio tipo p y difundiéndolo en un
donante para hacer un material tipo n hasta un espesor determinado, tomemos como ilustración el caso
más sencillo, el cual tenemos un bloque de material tipo p en contacto íntimo con un material tipo n
La Figura 14.12 muestra el resultado neto de estos efectos. Si se aplica un pequeño voltaje en la
dirección directa se obtiene una corriente grande, mientras que hay muy poca corriente como resultado
de un intervalo normal de voltaje en la dirección contraria. Por lo tanto, si colocamos la salida de un
transformador de corriente alterna, ésta se rectifica a una serie de pulsos de corriente directa dc.
La movilidad de los iones en un sólido es de varios órdenes de magnitud menor que la de los
electrones o huecos debidos a su gran tamaño. El movimiento de los iones ocurre por saltos, utilizando
vacancias. En las sales líquidas la conductividad es mayor debido a la facilidad del movimiento de los
iones en el estado líquido.