RATIOS EN EDUCACIÓN INFANTIL: “Cualquiera que me diga que no importan las ratios, que

se pare al frente de 30 chicos de 3 y 4 años y me diga que no”

MARÍA IRENE CAÑADAS CARRACEDO

Años y años lleva peleando todo implicado en el sector de educación por conseguir más recursos
y financiación, y como resultado, entre ellos, bajar las ratios y conseguir una educación de
calidad de verdad. La educación infantil, tan olvidada e infravalorada en muchos casos, es de
hecho una de las etapas más importantes de la vida escolar de un alumno, y se ha demostrado
que invertir en una buena educación infantil promueve la continuación de los estudios incluso
hasta la universidad, disminuye las actitudes y comportamientos nocivos del alumnado, y demás
situaciones conflictivas en las que se piensa a menudo. Por lo tanto, puede ser cara a corto plazo,
pero probablemente sea más caro no cursarla, a largo plazo.

La separación de esta etapa en dos ciclos es más bien institucional, aunque realmente el
alumnado lo sufre, ya que les afecta en gran medida el hecho de que el último curso del primer
ciclo no continúe con el primer curso del segundo, y puede resultar traumático o complicado
dicho cambio.

Por otro lado, la educación de calidad de la que hablamos a menudo, no se refiere únicamente
a que los recursos implicados lo sean, si no que se trata de la forma de educar. En infantil,
debemos hacer a los niños no solo partícipes de su propia educación, si no los protagonistas de
esta, dejándoles explorar, equivocarse, pensar por sí mismos, etc. Por supuesto para que todo
esto sea efectivo es muy importante la formación docente, y todos deberíamos contar con la
misma educación para ejercer, y más aún en la primera infancia. Actualmente las escuelas
infantiles se llaman así porque lo son; antes, eran guarderías. Por ello, la formación que se
ofrecía hace 30 o 50 años ya no es la necesaria.

Volviendo al tema en cuestión, las ratios, lógicamente influyen en el proceso de enseñanza-

aprendizaje y estamos cansados de oírlo. Es insostenible, como afirma Milagros Nores,
mantener una conversación u ofrecer la atención necesaria en clases de 30 alumnos. Es
necesario más control debido a la gran cantidad de niños y niñas, y cuanto más controlada está
la actividad, menos probabilidades de aprendizaje hay.

Otro tema importante es la presión que se ejerce desde los cursos superiores, porque cada vez
más, se intuye que los alumnos que han cursado infantil saben leer y escribir (o al menos un
poco más), que cuando acabas primaria estás totalmente preparado para iniciar la secundaria,
y no es así. Como ocurre con los pañales, que se exige que dejen de usarse cuando se comienza
el segundo ciclo de infantil. Quizá, teniendo más en cuenta la diversidad y respetando el ciclo
habitual del desarrollo de cada niño, apoyándole, las cosas irían mejor.

Si bien es cierto que quedan muchas cosas por trabajar, cada día se engrandece la educación, y
sobre todo en las primeras etapas, y es algo que nos debería llenar de orgullo. A todos.