EL CONOCIMIENTO NO SE ADQUIERE, SE CONSTRUYE.

No es la primera vez en la historia que una pandemia descarga todos sus males en el mundo, y cada
una ha dejado una marca dolorosa, y han sido no solo las tecnologías desarrolladas las que
aportaron sus soluciones en todos los campos, sino también la increíble capacidad de resiliencia de
las personas.

Pero, qué impacto tuvo en nuestro campo de acción, ¿Alguien, en algún día del futuro podrá leer…:
“En medio de la pandemia que nos asoló en el año 20, del siglo XXI, se generó un cambio profundo
en los sistemas de educación, en todos los niveles…”

Por lo pronto, podrá leerlo, porque ha sido escrito, nuestros sistemas de escritura y la vigencia de la
tipografía hacen posible el registro de los acontecimientos históricos más trascendentes en la
historia de la humanidad.

No podemos olvidar que el corte más preciso que se ha establecido, para el adecuado estudio del
desarrollo y evolución del hombre en la tierra, fue la referencia de la aparición de la escritura, es
decir que la escritura, marca el hito definitivo entre la prehistoria y la historia, en el año 3.500 antes
de la era cristiana. Y para reforzar la idea cito a Heráclito: “La verdadera manifestación de la vida
comienza con la escritura”.

¿Qué es la educación?

La didáctica, es la disciplina pedagógica, de carácter práctico y normativo, que tiene por objeto
específico, la técnica de la enseñanza, esto es la técnica de dirigir y orientar eficazmente a los
alumnos en su aprendizaje.

La realidad pandémica nos ha dejado en claro que no existe una mejor técnica de enseñanza en
términos absolutos y determinables a priori, pero dentro de las circunstancias inmediatas de la
realidad, es siempre posible determinar cuál es, en cada caso, la técnica de enseñanza más factible y
aconsejable, para eso se exige comprender y discernir todos los datos de la situación real inmediata
sobre la que se va a actuar.

El resultado de nuestro análisis, nos permitió definir que era fundamental el repensar el dictado de
la asignatura, que no se trata de una adecuación de lo presencial a lo remoto, de lo personal a lo
virtual, sino que debíamos redefinir el alcance, el programa, las didácticas y las metodologías.

El tiempo dirá si tomamos la mejor decisión, pero partimos de un convencimiento primordial y

fundante, que la educación es un acto de amor, por lo tanto es un acto de valor de todos los
involucrados, sin ningún tipo de temor a los debates, al análisis de la realidad y a los cambios.

Un abrazo remoto, pero sentido.

Jorge Gaitto
Profesor Titular Regular
Tipografía 1 + 2 / Carrera de Diseño Gráfico
FADU / UBA