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Dulces Mentitas -Dreame

- ¿eres casada? - pregunta él furioso al descubrir su engaño. -


Puedo explicarlo - ella trata de defenderse por que no es lo
que parece. - ¿Qué vas a explicarme? - vuelve a preguntar pero
ahora su enojo es mezclado con el dolor al notar que ella lo
niega - que me has visto la cara de imbecil todo este tiempo.
Él un empresario reconocido. Su mundo siempre ha sido
perfecto, hijo único de un matrimonio feliz, aunque él piensa
que no siempre es igual la historia, pero todo cambia cuando
la ve, en ese momento todo aquello que él creia imposible en
el amor llega de golpe y entiende que es lo que mantenido el
matrimonio de sus padres. Pero ella tiene un secreto que
puede destruirlo todo. Aunque no todo es lo que parece.
Prologo-Dulces Mentitas - Dreame
5 años antes...

Camino por el campus de la universidad nerviosa porque


estoy por presentar mi proyecto final de graduación, solo
quiero pasar para comenzar a trabajar lo más pronto posible
ya que los préstamos estudiantiles no dan espera y necesito
empezar con mi vida laboral.

Al entrar al auditorio donde se llevará a cabo el evento siento


unas enormes ganas de vomitar, pero respiro profundamente
e ingreso, en ese momento hay uno de mis compañeros,
Christian Kepler presentando su proyecto.

Christian viene de una familia de abogados muy reconocidos


en el país y por ende una familia adinerada, pero como en
toda familia siempre está la oveja que se sale del camino y en
los Kepler fue Christian quien cambio el derecho por la
ingeniería civil.

Presto mucha atención a su presentación, es muy simple y


nada interesante, pero le sirve para pasar y poder graduarse.
Cuando termina me observa y viene a sentarse conmigo.

- Hola Jen – me saluda sentándose a mi lado mientras otro de


nuestros compañeros presenta el proyecto - ¿Qué te pareció?

- Bien – miento y él ríe

- Pero que mentirosa, no fue más que una basura – dice y yo


rio. Él y yo nos llevamos bien, no se puede decir que somos
los mejores amigos, pero si amigos. – tengo unos ahorros
para comenzar mi propio negocio, pero sé que con lo que
acabo de presentar perderé todo mi dinero.
- Sin importar como sea el proyecto y si tú crees en el,
resultara – digo guiñándole un ojo.

- Ahí está el problema, no le tengo confianza – responde y


cuando estoy por decir algo, escucho mi nombre.

- Jenefer Brown – abro los ojos como platos y veo que


Christian me da ánimos.

Al subir al atril tomo una gran bocarada de aire antes de


comenzar hablar. Mientras expongo mi proyecto veo que
Christian pone mucha más atención que el resto de los
presentes y cuando finalizo, algunos de mis profesores me
felicitan y yo solo sonrió mientras vuelvo junto a mi
compañero.

- Te invito a cenar – sus palabras me sorprenden – quiero


proponerte algo.

Unas horas más tarde me encontraba entrando a uno de los


mejores restaurantes de los ángeles, muy nerviosa por la cena
y la propuesta que Christian va hacerme. Un hombre muy bien
vestido me guía hasta la mesa donde se encuentra él
esperándome.

- Hola de nuevo Jen – me saluda besando mi mejilla para


luego correr la silla para que pueda sentarme.

- Bien, te escucho – suelto de golpe y él ríe.

- ¿no quieres que comamos primero?

- No, podemos hablar mientras comemos – respondo


mientras se acerca el mesero y nos entrega la carta.

- Quiero comprar tu proyecto – dice y yo río

- ¿Cuánto estas dispuesto a pagar? – pregunto pidiendo mi


cena
- Dos millones de dólares – responde y yo niego con la
cabeza.

- ¿crees que soy estúpida? – pregunto seria

- Jamás lo pensaría

- Sería una tonta si vendo mi proyecto, cuando lo ponga en


marcha esos dos millones que me ofreces en este momento
los estaré ganando cada cinco minutos.

- Seamos socios – vuelve a decir – tengo el dinero suficiente


para ponerlo en marcha.

- ¿Cómo piensas que podríamos hacerlo? – pregunto ya que


eso si me interesa

- Cincuenta para mí y treinta para mí – dice y yo lo observo, es


un trato justo ya que él pondrá el capital económico, pero no
pienso aceptarlo de forma permanente.

- Que tal así. – digo y él me observa curioso – puedes tener


ese cincuenta porciento hasta que recuperes lo que invertirás,
una vez lo hagas quedaremos en igualdad accionaria.
Cuarenta, cuarenta.

- Me parece una buena idea. Acepto 


¿ Accidente?-Dulces Mentitas - Dreame
Jenefer...

Estoy en mi oficina revisando algunos documentos de un


nuevo proyecto que nos acaba de llegar y el cual estamos
pensando si aceptarlo o no, porque no es a lo que
generalmente nos dedicamos. Ya han pasado cinco años
desde que Christian y yo fundamos el consorcio Kepler, tal y
como lo dijo Christian aquella noche, entre los dos hemos
hecho que el negocio crezca muy rápido, además de que
ganamos muchísimo reconocimiento. Comenzamos con una
constructora, pero de a poco fuimos integrando otro tipo de
negocios que nos han hecho crecer mucho más de lo que
pensaba.

Ahora los dos estamos frente a la empresa, pero el rostro


visible de esta es Christian ya que yo no quise sobresalir
mucho así que acordamos compartir la presidencia de la
empresa pero que todo el mundo creyera que solo era el
dueño de la misma. Así que para todos los demás yo soy su
asistente personal.

-          Hola Jen – me saluda Christian entrando a mi oficina


igual de grande que la suya.

-          Hola

-          ¿leíste la propuesta Sinclair? – pregunta sentándose


frente a mi

-          Eso estaba haciendo, aunque me sigue sin convencer –


digo mirándolo
-          Que te parece si agendamos una reunión con su CEO y
lo hablamos – me propone, pero me sigue sin gustar la
propuesta.

-          ¿Por qué nosotros si no es nuestra especialidad? –


pregunto y él se encoje de hombros.

-          Podemos intentarlo, una obra en la ciudad podría ser un


nuevo comienzo y más si la hacemos para Kilian Sinclair - 
trata de convencerme

-          Agenda la cita para mañana, pero si no me convence


dejaremos el proyecto – digo y él asiente - ¿Cómo vas con
Emma?

-          Bien, aunque por estos días ha estado hablando mucho


sobre matrimonio – me cuenta y nos vemos a los ojos un
instante – pero nada que no controlar.

-          Es bueno saberlo – respondo y los dos reímos.


Seguimos hablando por un rato más hasta que llega April su
asistente para avisarnos que llego nuestra cita de las cuatro.

Durante este tiempo vamos a todas las reuniones juntos, él no


me esconde nada, ni yo a él. Las decisiones las tomamos
juntos y cuando uno de los dos no está muy seguro y el otro
si, buscamos otras formas para aceptar o descartar la
decisión.  Christian y yo somos los socios mayoritarios con la
misma cantidad de acciones. 40%, el veinte restantes lo
vendimos a cuatro personas, que solo vemos una vez al año,
pero que nos sirvieron de mucho cuando los necesitamos y a
los que tenemos mucho agradecer.

Esa noche al llegar a mi apartamento estoy agotada


mentalmente, estoy trabajando en la conformación de un
nuevo proyecto para agregar al consorcio, pero es muy difícil.
Antes de irme a dormir, me llama Christian para informarme
que tenemos la reunión con Kilian Sinclair a primera hora. Así
que después de una ducha muy relajante, me visto con mi
pijama y me acuesto a dormir.

A la mañana siguiente me levanto muy temprano y como cada


día, troto en mi caminadora una hora antes de irme a bañar. Al
salir de la ducha voy a mi closet, un lujo que me di cuando
ganamos nuestros primeros diez millones. Compre un
apartamento en el último piso del edificio, lo mande
remodelar a mi gusto, pero a lo que más empeño le puse fue
al closet. Además, que con el pasar del tiempo lo he ido
llenando con prendas de las mejores marcas.

Decido ponerme un suéter blanco, pantalón del mismo color y


tacones color beige. Me hago unas delicadas hondas en el
cabello y me maquillo de forma sencilla, aunque resaltando el
color de mis ojos.

Una vez lista tomo mi bolso a juego con mis zapatos, mi


portafolio donde guardo mi portátil y salgo del apartamento
rumbo al estacionamiento. Antes de salir del ascensor llamo a
mi asistente Adán.

-          Buenos días señorita Brown – responde

-          Hola Adán, ¿ya está todo listo para la reunión? –


pregunto saliendo del ascensor caminado hacia mi auto. Un
hermoso Audi R8 n***o, regalo de cumpleaños de Christian.

-          Si señorita, hace rato April y yo llegamos para que todo


esté listo – responde y yo sonrío.

-          Podrías hacerme el favor de pedirme a Starbucks un


expreso muy cargado y un late de vainilla, - pido para mí – y
para Christian un americano, con un toque de canela.

-          Por supuesto señorita – responde él - ¿algo de comer?


-          No, así está bien – respondo subiéndome al auto – nos
vemos en unos veinte minutos, envíame un mensaje cuando
llegue Christian. – sin más cuelgo y pongo en marcha el auto
rumbo al edificio donde tenemos nuestra empresa.

Al llegar estaciono el auto en mi lugar, tomo mis cosas y salgo


de él, en ese momento me llega un mensaje de Adán
avisándome que Christian acaba de llegar. Cuando estoy por
subir al ascensor un exquisito aroma, el cual hace que la piel
se me erice, unos segundos después entran dos hombres al
ascensor, pero uno de ellos me deja sin aliento. Es realmente
atractivo, sus imponentes ojos cafés conectan un segundo
con los míos, veo que frunce el ceño y vuelve a su llamada, la
cual ni había notado.

 Es realmente atractivo, sus imponentes ojos cafés conectan


un segundo con los míos, veo que frunce el ceño y vuelve a su
llamada, la cual ni había notado

-          No sé, no me importa – dice y parece molesto – quiero


que esta empresa se haga cargo del proyecto – dice y
deduzco de quien se trata. Kilian Sinclair – sé que hay
empresas mejores, sobretodo especializadas en el área
urbana, pero quiero que ellos se hagan cargo de la nueva
sede, dicen que su ingeniera y arquitecta es un genio, aunque
nadie la conozca – dice y yo sonrío ya se está refiriendo a mí.
– solo quiero ponerlos a prueba, no creo que sean capaces de
estar frente a un proyecto como el que quiero plantearles.

-          Maldito engreído – susurro, el otro hombre se vuelve a


verme, pero lo ignoro tomando mi teléfono para enviarle un
mensaje a Christian de que ese imbécil está aquí.

Cuando el ascensor llega veo que Adán me espera con mis


cafés en la mano y por un segundo los observo tratando de
decidir cuál voy a sacrificar, así que tomo el latte mientras
caminamos hasta mi oficina. Consciente de que él viene tras
de mí, me doy la vuelta rápida y bruscamente tropezando con
él y regando todo mi latte sobre su pulcro traje.

-          Ahí, disculpe – digo fingiendo inocencia mientras él me


atraviesa con la mirada.

-          ¿Pero que ha hecho? – pregunta mientras el otro


hombre trata de limpiarlo con un pañuelo, por lo que deduzco
es su asistente.

-          Señor fue un accidente – digo parada frente a él


tratando de no reírme.

-          Si como no – dice sarcástico retándome con la mirada


y yo enarco una ceja de la misma forma. – avísele al señor
Kepler que tengo una cita con él.

-          Por supuesto – digo sarcástica - ¿y usted es?

-          No creo que le incumba – responde bruscamente –


vengo a una reunión con el dueño, no con los empleados. –
endurezco la mirada, pero me relajo. En ese momento sale
Christian y al ver lo que sucede corre hasta nosotros.

-          ¿pero qué ha pasado? – pregunta observándome y yo


solo me encojo de hombros.

-          Su empleada es una tonta – dice furioso y yo abro los


ojos como platos al escucharlo – acaba de arruinarme un
traje de veinte mil dólares.

-          Jenefer, acompaña al señor Sinclair a la lavandería para


que le ayuden con su traje – lo observo entrecerrando los ojos
y él se encoje de hombros.

-          Traidor – digo solo para que solo el entienda y reprime


una sonrisa – venga conmigo señor Sancler.
-          Es Sinclair – dice molesto y yo trato de no reírme. –
Max, quédate y ve arreglando todo lo de la reunión para
comenzar apenas volvamos.

Caminamos de nuevo hasta el ascensor y bajamos en este


hasta un piso que se encuentra entre el primero y el
estacionamiento, donde hay un pequeño apartamento que
usamos solo Christian y yo cuando tenemos mucho trabajo
como para volver a casa. Una vez allí Deisy la señora que se
encarga de mantenerlo en orden nos recibe.

-          Buen día señorita – me saluda con una hermosa


sonrisa como siempre – buenos días señor.

-          Venimos a que nos ayudes con esto – digo señalándolo


– se tropezó se hecho el café encima. – lo escucho gruñir y
sonrío.  Por suerte solo es la camisa la que se manchó.

-          Puede darme la camisa yo se la lavo muy rápido – le


dice Deisy, en ese momento suena el teléfono del
apartamento y voy a contestar mientras se quita el saco.

-          Dime – hablo en ruso para que Kilian no entienda.

-          ¿Qué demonios paso? – pregunta normal y parece


molesto.

-          Solo que es un imbécil – respondo volviéndome a verlo


justo en el momento que se quita la camisa. "madre santa"
pienso al verlo con la parte superior de su cuerpo desnudo.
Debería ser un pecado tener ese cuerpo.

-          Jenefer, que no quieras aceptar el proyecto no te da


derecho a portarte de esta forma – me regaña y sé que tiene
razón.

-          Fue un accidente – miento y él ríe sínico


-          Si como no – responde – te quedaras con él hasta que
su ropa esté lista.

-          Christian – hablo amenazante, pero él ya me ha


colgado. Odio cuando hace eso, pero sé que tiene razón.

-          ¿Se acuesta usted con su jefe? – pregunta de repente y


yo me vuelvo a verlo como si estuviera loco.

-          ¿perdón?

-          Como escucho, ¿se acuesta usted con su jefe? –


pregunta de nuevo acercándose a mí y yo retrocedo al sentir
su aroma.

-          No creo que sea de su incumbencia – respondo


quedando atrapada entre la barra del desayuno y él – pero se
lo voy a responder por que no quiero malos entendidos. – digo
mientras siento como mi pulso se acelera al ver la forma en
que me observa. – no, el señor Kepler es un jefe excepcional y
muy respetuoso.

-          No le creo – dice alejándose de mi al escuchar su


celular sonar, lo cual agradezco ya que respiro. Mierda, pienso
mientras veo su espalda ancha y fuerte. Debo salir de aquí.
Imbécil -Dulces Mentitas - Dreame
Mientras espero a que su camisa este lista, tomo el portátil
que compartimos Christian y yo en el apartamento cuando
olvidamos el nuestro, me siento en una de las silla de la barra
del desayuno mientras lo observo hablar por teléfono. Me
conecto con Adán quien me informa lo que tengo en la
agenda para ese día. Mi asistente me recuerda que mis
padres estarán en la ciudad en dos días.

- ¿Qué piensa sobre el proyecto? – escucho su voz lo que


hace que levante la cabeza para observarlo.

- No es algo que me incumba – miento volviendo la mirada a


la pantalla – pero al parecer usted solo quiere poner a prueba
este consorcio. – no lo observo por que leo lo que Adán me
escribió.

- Así que por eso me tiro el café encima – dice y yo me encojo


de hombros sin molestarme en verlo.

- No sé de qué habla – estoy escribiendo cuando veo como se


cierra el portátil de golpe.

- Es de mala educación no ver a la persona que le está


hablando – dice y parece molesto de que lo ignore.

- Mire señor Sancler – digo poniéndome de pie para


enfrentarlo – me importa muy poco lo que piense, no me
interesa hablar con usted y créame cuando le digo que en este
momento me gustaría estar rodeada de serpientes venenosas
que estar aquí con usted – sin más me alejo de él, por la
verdad es que su cercanía comienza a afectarme.
- Señorita – dice Deisy apareciendo a lo que le doy gracias y
más al ver que tiene la camisa en sus manos completamente
limpia – ya está lista la camisa.

Se la entrega a Kilian quien comienza a vestirse sin dejar de


observarme, yo ruedo los ojos y tomo mi celular para avisarle
a Christian que ya casi subimos.

- Gracias Deisy – digo caminando al ascensor que sirve como


puerta del apartamento

- Muchas gracias – dice Kilian viniendo tras de mí. Entramos


al ascensor y yo presiono el botón del último piso. - ¿no
contesto mi pregunta?

- ¿Por qué le importa tanto mi opinión? – me vuelvo a verlo


cruzándome de brazos

- Por que termine con un vaso de café sobre una de mis


camisas favoritas – responde sonriendo de medio lado lo que
deja perpleja por un instante. Necesito salir de aquí lo más
pronto posible ya que comienza hacer mucho calor dentro de
esta maldita caja.

- Solo soy una asistente, procuro solo saber lo necesario –


respondo y justo en ese momento se abren las puertas. Salgo
casi corriendo y me encuentro de frente con Christian que me
observa con reproche y un tenemos que hablar.

- Ya que todo se solucionó, podemos pasar a la sala de juntas


– dice Christian, pero cuando comienzo a caminar Kilian hace
detener con sus palabras.

- No del todo – dice y yo me vuelvo a verlo atravesándolo con


la mirada – la señorita...

- Brown, Jenefer Brown – digo a regañadientes.


- Jenefer, no me ha pedido disculpas – dice burlón. Será
imbécil.

Me vuelvo a ver a Christian en busca de ayuda, pero él se


encoje de hombros como diciendo, "tu solita te lo buscaste"
respiro profundamente y con una sonrisa cínica digo.

- Lo siento – sin más reanudo mi camino a la sala de juntas


donde unos instantes después entran ellos y el asistente de
Kilian.

Una vez todos nos sentamos, él se queda observándome y


luego desvía la mirada a la puerta.

- ¿la arquitecta?

- A ella no le gustan estas reuniones, por lo que el señor


Kepler se hace cargo por completo – digo lo que siempre
decimos en las reuniones al ver la ausencia de la "arquitecta"
aunque en realidad soy yo. – el señor Kepler es ingeniero, así
que está en la capacidad de hacerse cargo de estos temas,
además de que es el dueño del consorcio.

- Bueno, comencemos – dice sin apartar sus ojos de mi -


¿Cuál es la duda? – me vuelvo a ver a Christian y él asiente
sutilmente.

- El proyecto que usted nos está ofreciendo no es especialidad


de esta empresa, - comienza hablar Christian mientras yo
tomo notas – nuestra arquitecta es especialista en vías y
túneles, por lo que es en lo que la empresa se enfoca, además
de construcciones más grandes pero rurales, trabajamos
directamente con el estado de este y otros países, por lo que
usted nos propone, está fuera de nuestro alcance.

- ¿es el dinero? – pregunta, pero es más para mí que para


Christian. – puedo pagarles lo mismo o más que el estado les
paga por cualquier proyecto.
- No es el dinero, simplemente no es en lo que nos
especializamos – responde Christian y sonrió orgullosa.

- ¿o no están en la capacidad de realizar un proyecto de tal


magnitud? – mi sonrisa se borra de golpe al escucharlo y veo
que él me observa con superioridad – mi familia es una de las
más importantes en el comercio de piedras preciosas.
Diamantes, zafiros, esmeraldas... - dice como si fuéramos
idiotas – el proyecto del que quiero que se hagan cargo, no es
solo para construir un edificio, es para crear una inmensa
fortaleza. Si elegí este consorcio es porque ustedes tienen
todo lo que necesito para este proyecto. – Christian mueve su
dedo índice con nuestra señal secreta para preguntarme algo.
– tienen una constructora, con muy buena reputación, una
empresa de seguridad, como también un área de diseño de
interiores.

Lo que dice me halaga porque si es verdad, hemos tratado de


complementar todos nuestros negocios para ajustarnos a las
necesidades de nuestros clientes. Pero no creo ser capaz de
trabajar con él, pero por otro lado es una muy buena
oportunidad. Como Kilian lo dijo, su familia es muy reconocida
e influyente, tener su apellido relacionado a uno de nuestros
proyectos es muy bueno para que crecer aún más como
empresa. Así que dejando de lado lo que sucedió hace un rato,
pongo mi mano sobre la mesa y con mi pluma doy tres
golpecitos a la mesa lo que hace sonreír a Christian.

- Acepto – dice Christian y yo suspiro junto a él. – vamos a


estudiar el proyecto y realizar el acuerdo, podemos concretar
una cita dentro de... - se vuelve a verme y yo observo nuestra
agenda.

- Tres días – digo resignada

- Para que usted y sus abogados revisen el acuerdo, luego


procedemos a firmarlo – dice Christian dando por terminada
la reunión.
- Así será – responde Kilian dándole la mano, luego posa su
mirada en mí, pero lo ignoro y camino hasta la puerta – hasta
el viernes – me susurra cuando pasa por mi lado, pero yo
decido ignorarlo. Los acompañamos hasta el ascensor y una
vez allí, el pasa junto a mi rosando su mano con la mía
mientras entra al ascensor. – por cierto, escucharla hablar
ruso es todo un placer, Даже если я думаю, что я мудак
(aunque crea que soy un imbécil) – dice justo cuando se
cierran las puertas dejándome con la boca abierta al darme
cuenta que habla ruso. ¡maldición!

Camino hasta mi oficina donde al entrar veo que Christian se


encuentra allí. Suspiro porque se lo que viene, pero lo entiendo
yo misma me lo busque.

- ¿Qué fue lo que sucedió? – pregunta mientras me siento en


mi silla

- Ya te lo dije, es un imbécil – respondo como si nada, pero él


me conoce por lo que enarca una ceja – está bien – le cuento
lo que sucedió en el ascensor y él ríe al escucharme.

- Qué raro que no se puso como un ogro – dice el pensativo


entregándome la carpeta del proyecto.

- ¿raro? ¿Por qué?

- Había escuchado que tiene un carácter muy fuerte, además


su asistente me conto que ha hecho despedir a muchas
personas por menos de lo que hiciste – me cuenta y yo me
encojo de hombros.

- Lo dicho, un imbécil que se cree un Dios – digo revisando la


carpeta - ¿Qué habrías hecho, si te lo hubiera pedido?

- Rechazar de inmediato el proyecto – responde como si nada


- Por cierto, él cree que tú y yo somos amantes – digo y él ríe
– ahora vete que debo trabajar, mis Louboutin no se pagan
solos.

- ¿quieres que te ayude? – pregunta poniéndose de pie para


venir hasta mí.

- No, concéntrate en el proyecto que tenemos en argentina –


respondo elevando la mirada para observarlo ya que esta tras
de mí. Se agacha un poco para besar mi frente.

- Te quiero – dice y yo sonrió

- Y yo a ti.
Segunda Vista-Dulces Mentitas -
Dreame
KILIAN SINCLAIR...

Mientras bajamos en el ascensor hacia el estacionamiento


sonrió por la expresión de Jenefer cuando le hable en ruso.
No sé qué me paso con ella, cuando la vi en el ascensor por
un momento me perdí en sus hermosos ojos azules, pero salí
de mi ensoñación cuando Hansel mi abogado me hablo,
durante el tiempo que estuvimos allí, sentía su presencia, pero
sobretodo su delicioso aroma, como a canela y lavanda,
mezclados con el inconfundible aroma de chanel n°5. Lo que
jamás me imagine que pasaría cuando ella salió primero que
nosotros, un hombre la esperaba con dos vasos de Starbucks
en la mano, mientras me acercaba a ella, note que pensaba un
instante hasta que tomo uno de los vasos y de un rápido
movimiento quede bañado en café.

No me moleste por más que intente estarlo, ver el brillo de


alegría y malicia en esos increíbles ojos me hipnotizo un
instante, además de nuestra absurda discusión.

Verla interactuando con Kepler, no me gusto para nada por lo


que apenas tuve la oportunidad le pregunté si era su amante a
lo que ella negó. Pero lo que realmente me encanto, fue
escucharla hablar en ruso. Durante la reunión ella parecía tan
interesada como Kepler, pero no dijo nada por lo que
corroboré que solo es una asistente, por un segundo creí que
ella era la misteriosa arquitecta del consorcio.

Cuando nos subimos al auto recibo una llamada de Amara mi


prometida, lo cual me exaspera ya que hace un rato hable con
ella.
- ¿Qué pasa? – contesto mientras salimos del
estacionamiento

- ¿Quería saber si vamos a almorzar? – pregunta, pero en este


momento no quiero verla.

- Tengo trabajo que hacer – digo sin más para luego colgar.

No sé en qué estaba pensando cuando le pedí matrimonio. He


salido con ella durante un año y durante este tiempo me he
sentido a gusto con ella, nos vemos de vez en cuando,
salimos a cenar y luego tenemos sexo. Pero desde que le pedí
matrimonio se ha vuelto un poco intensa y eso me agobia. No
estoy enamorado de ella, solo me gustaba lo que teníamos,
cada uno tenía su espacio, ella como modelo no pasaba
mucho tiempo en la ciudad, pero ahora todo cambio y no me
gusta lo que está pasando.

- Max, quiero que investigues todo sobre Jenefer Brown – digo


y él solo asiente con la cabeza.

Cuando llegamos a la empresa voy directo a mi oficina donde


paso el resto del día trabajando, pero con una hermosa
castaña de ojos azules rondando en mi mente. Cuando estoy
por irme llega Max con una carpeta en la mano y me la
entrega.

- Todo lo que encontramos de la señorita Brown – dice


obteniendo toda mi atención.

- Puedes irte – digo sentándome de nuevo mientras abro la


carpeta. Lo primero que veo es una foto de ella muy hermosa.
Es una selfie, comienzo a leer el informe y veo que no tiene
formación profesional, solo unos cursos básicos lo cual se
me hace extraño ya que ella tiene el mismo cargo que mi
asistente Max y él es profesional, graduado de la universidad,
habla seis idiomas y muchas otras competencias. Jenefer
hablo muy bien en ruso y desde lejos se nota que es una
mujer brillante. Leo que vive en un sector de clase media,
aunque su atuendo demuestra lo contrario.

Dejo de pensar en ello y guardo la carpeta en lo más profundo


de uno de los cajones de mi escritorio, salgo de mi oficina y
de la empresa rumbo a mi apartamento donde me encuentro
a Amara esperándome completamente desnuda. Sin pensarlo
dos veces, me lanzo sobre ella y me la follo fuerte durante
gran parte de la noche, aunque unos ojos azules me
acompañan en todo momento.

Dos días después decido salir a cenar con Amara, así que
llegamos al restaurante y nos guían hasta nuestra mesa, pero
cuando me estoy sentando para una mujer por mi lado,
vestida completamente n***o, pero lo que me llama la
atención su aroma. La sigo con la mirada hasta la mesa
donde se sienta junto a dos señores que la observan con
autentico amor y es cuando la veo, es ella, Jenefer ríe por algo
que le ha dicho el hombre que supongo es su padre por la
forma en que la observa.

- Kilian – la voz de Amara hace que aparte la mirada, la


observo y parece molesta.

- Dime – respondo observándola

- ¿escuchaste lo que te dije? – pregunta molesta

- No, lo siento – respondo sincero desviando la mirada hacia


Jenefer quien ríe feliz, lo que hace que mi pulso se acelere. -
¿Qué decías?

- Creo que es hora de poner una fecha – me vuelvo a verla y


por un instante no sé qué responder.

- Creo que debemos esperar, dentro de poco comienza tu


gira...
- A la que quiero que me acompañes – dice y yo niego con la
cabeza

- No puedo, tengo demasiado trabajo, además estoy por


empezar un nuevo proyecto con Christian Kepler – digo y ella
endurece la mirada.

- ¿piensas casarte conmigo? – parece dolida pero no es algo


que me importe mucho.

- Por supuesto – digo no muy convencido – solo creo que


debemos esperar a tener tiempo. Porque en este momento no
lo tenemos, tu estas por comenzar temporada y yo tengo
varios proyectos por comenzar. – ella me observa no muy
convencida de mis palabras, pero asiente con la cabeza.

Mientras cenamos hablamos sobre algunos temas que no me


interesan en absoluto, me dice que su vestido de novia quiere
que lo diseñe y confeccione Alessandro Michele, director
creativo de Gucci.

- Ya hablé con él y está encantado de hacerlo, por ello quiero


que fijemos una fecha – dice emocionada.

- Cuando termines temporada lo hablaremos – digo zanjando


el tema lo que parece molestarla. Veo que Jenefer se levanta
de la mesa y se dirige al baño contestando el teléfono. – voy
al baño ya vuelvo. – me pongo de pie y la sigo, la encuentro en
el pasillo de entrada a los baños. Hablando por teléfono.

- Christian ya te dije que él contrato está bien, solo falta que la


reencarnación de Dios en la tierra lo revise mañana – dice y
trato de no reírme al darme cuenta que se refiere a mí. La
escaneo con la mirada y se ve hermosa. Esta enfundada en un
conjunto n***o de pantalón largo de bota ancha y una blusa
un poco corta que deja al descubierto sus hombros y
sandalias del mismo color. Tiene el cabello recogido en una
coleta alta y su rostro esta maquillado de forma discreta,
aunque resalta sus hermosos ojos.

- no sé, habla con Mike y entre los dos revisen que falta o que
sobra. – se queda callada – estoy con mis padres, pero en
cuanto llegue al apartamento lo reviso. – sin más cuelga y es
cuando hablo.

- Buenas noches señorita Brown – la veo tensarse y volver se


a verme.

- Esto tiene que ser una broma – dice acercándose a mi


inundándome las fosas nasales con su exquisito aroma. –
¿quiere otro baño de latte?

- Aceptas que lo hiciste a propósito – digo y ella rueda los


ojos

- Cada quien es libre de creer lo que se le antoje, si no es más


debo volver con mi acompañante – dice tratando de pasarme,
pero la tomo del brazo pegándola a mi cuerpo y dejando su
rostro muy cerca del mío.

- No sabes el placer que me dio verte – digo dejando un beso


en la cúspide de su boca. Ella me observa frunciendo el ceño,
la suelto y ella se va caminando con toda la sensualidad que
posee dejándome sonriendo como idiota.
Idiomas-Dulces Mentitas - Dreame
Conduzco ansioso hasta el edificio del consorcio Kepler
donde se llevará a cabo la reunión para revisión del contrato
redactado por ellos. Mis abogados y asistente ya se
encuentran en la empresa, yo me desvíe del camino para ir a
comprar algo para la castaña derramadora de café.

La noche anterior después de nuestro encuentro ella me


observo en la mesa con Amara, pero solo me dio una mirada y
luego me ignoro el resto de la cena que tuvo con sus padres.
Ella se fue antes que nosotros, pero no salió de mi mente en
ningún momento. Así que al llegar a la empresa subo
rápidamente al último piso donde encuentro a un chico
corriendo, pero lo detengo.

- Buenos días señor Sinclair – me saluda respetuoso

- ¿Dónde está Jenefer? – pregunto y él me observa


confundido

- La señorita Brown se encuentra en su oficina atendiendo una


llamada – responde

- ¿no estará en la reunión?

- Por supuesto señor, solo está atendiendo una llamada –


responde sin más.

- ¿Dónde está su oficina? – pregunto

- Debo anunciarlo primero – dice, pero yo lo fulmino con la


mirada.

- No voy a repetir la pregunta – digo amenazante


- Y él no tiene por qué contestar algo como eso – escucho su
voz en nuestro costado, me vuelvo a verla y sonrió. Esta
vestida con un conjunto gris, aunque esa falda está muy
corta. – buenos días señor Sancler – ruedo los ojos al
escucharla.

- Sabes perfectamente que así no es mi apellido – digo y ella


se encoge de hombros.

- Adán, ve hacer lo que te pedí. Yo me encargo del señor –


dice ella sonriéndome, el chico se va dejándonos solos – lo
acompaño a la sala de juntas – comienza a caminar, pero la
detengo.

- Espera – digo extendiéndole el vaso de Starbucks que


contiene latte de vainilla. Ella lo observa y luego a mí – te hice
derramar el tuyo antes – ella rueda los ojos y lo toma.

- ¿tiene veneno o alguna poción amorosa? – pregunta


llevándoselo a la boca.

- Matarte sería un sacrilegio además de un desperdicio y para


hacer que te enamores de mí no necesito una pócima –
respondo y ella se atraganta con el café – respira – digo y ella
me fulmina con la mirada.

- Nos esperan – dice caminando hacia la sala de juntas, pero


cuando estamos por entrar se acerca el chico de antes.

- Disculpe señorita – llama su atención – Martin Sarmiento al


teléfono – la veo fruncir el ceño mientras se vuelve a
observarme.

- Lleva al señor Sancler a la sala de juntas y avísale a Christian


lo que sucede – dice ella cambiando de dirección, pero antes
de que se aleje la tomo del brazo.
- ¿A dónde vas? – pregunto molesto y ella me observa de la
misma forma.

- Debo trabajar – responde soltándose mientras camina en


dirección contraria de la sala de juntas. Molesto de su actitud
camino al interior de la sala encontrándome con mi asistente,
mis abogados, Christian y sus abogados. Veo que el chico se
acerca su jefe y con discreción le habla. Kepler frunce el ceño,
lo veo tomar su celular y teclear mientras asiente para luego
ponerse en pie mientras guarda su celular.

- Podemos dar comienzo a la reunión – informa y nos


ponemos en ello.

Durante la reunión y la lectura del contrato, no aparto la


mirada de la puerta esperando a que por ella ingrese Jenefer,
pero no lo hace lo que por alguna razón eso me molesta.

Cuando la reunión termina es medio día por lo que le digo a


mi asistente que iré a almorzar. Mientras me dirijo al ascensor
observo a mi dolor de cabeza caminando mientras observa
algo en su celular, pasa por mi lado sin fijarse en mi presencia,
entra al ascensor y yo junto a ella. Me ubico a su lado
mientras escucho su celular sonar.

- Christian – habla en francés al contestar – voy almorzar,


hablamos cuando vuelva. – se queda callada mientras
escucho la voz de Kepler – cuando vuelva te digo. – la veo
colgar mientras suspira.

- ¿Cuántos idiomas hablas? – pregunto viéndola


sobresaltarse, se vuelve a verme.

- Comienzo a creer que me está acosando – dice enarcando


una ceja

- Son casualidades – respondo sonriendo y ella rueda los ojos


- no respondiste mi pregunta.
- Los suficientes, aunque no creo que hable uno que usted no
sepa – dice divertida

- ¿trata de ocultarme sus con conversaciones?

- No tendría por qué hacerlo, pero fue algo que acordamos con
Christian – dice y veo que se arrepiente de lo que dijo.

- Es una buena estrategia – pienso y es verdad - ¿Cómo


funciona?

- Es una historia muy larga

- Podemos almorzar y me cuentas – digo sorprendiéndola,


pero luego niega con la cabeza mientras sonríe – obvio

- ¿Qué?

- Habla francés – responde cuando las puertas del ascensor


se abren

- Voulez-vous me parler de vous? (¿quieres hablarme de tu?) –


pregunto y ella sonríe

- No sería adecuado – dice deteniéndose – ¿en el suyo o en el


mío? – pregunta y por dios que trato de no tomarlo como una
insinuación sexual, pero es imposible.

- Pero que rápida – respondo y ella rueda los ojos

- No tienes tanta suerte – responde haciéndome reír.

- Más pronto de lo que crees veras que si – respondo


caminando junto a ella hasta mi auto – vamos en el mío.

- Idiota – dice ella mientras llegamos al auto. Me sorprendo al


ver que ni se inmuta al verlo. Normalmente a las mujeres las
impresiona un McLaren, pero a ella parece darle igual. Le abro
la puerta para que suba para luego rápidamente hacerlo yo.
- ¿me dirás? – pregunto saliendo del estacionamiento y ella
me observa confundida - ¿Cuántos?

- Cuatro y en este momento estoy aprendiendo tres más –


responde sorprendiéndome ya que eso no lo decía el informe
que me dieron de ella.

- ¿Cuáles?

- español, francés, italiano y ruso – responde observando su


teléfono – además estoy aprendiendo griego, portugués y
alemán.

- Solo hablo uno que tu no y tu uno que no se – respondo


haciéndola levantar la mirada con interés – yo hablo mandarín
y tú no, tú hablas griego y yo no – digo y ella me regala una
hermosa sonrisa que me detiene la respiración un momento.

- Aun no lo hablo con fluidez – responde y yo me vuelvo a


verla – mandarín también debo aprender – suena sincera

- Pero lo hablas y con el tiempo lo perfeccionaras – digo


sorprendiéndonos a los dos – yo podría enseñarte.

- No lo creo – dice volviendo su mirada al celular y frunce el


ceño.

- Podrías enseñarme griego – digo y es verdad, tengo


negocios con Anker Katsaro y es bueno poder aprender
griego.

Llegamos al restaurante y veo que ella comienza a teclear en


su celular viéndose muy preocupada. Entramos al lugar y ella
ni siquiera se fija en lo que hay a su alrededor y lo entiendo,
trabaja para Kepler y debe acompañarlo a cenas o comidas de
negocios en lugares como este.
Nos guían hasta nuestra mesa y puedo notar que está
preocupada. Le corro la silla para que se siente y deja el bolso
en la silla junto a ella.

- Buenas tardes – nos saluda el mesero – me llamo Jason y


seré su mesero, ¿desean ordenar ahora o van a ver la carta?

- Yo quiero pollo a la plancha y ensalada – responde ella


sonriéndome

- yo rabioles de champiñones – respondo – ¿vino blanco? – le


pregunto y ella asiente

- ¿Cuánto llevas con tu novia? – pregunta de repente


dejándome perplejo y la muy cabrona sonríe maliciosa
retándome con la mirada.
Antonella y Víctor-Dulces Mentitas -
Dreame
La observo atentamente y ella mí, pero enarcando una de sus
perfectas cejas a modo de reto, una pequeña sonrisa aparece
en su rostro y yo me pierdo. ¿pero que me está haciendo esta
mujer?

- En realidad, es mi prometida – respondo sincero, no tengo


por qué mentir, odio las mentiras.

- Vaya, eso no me lo esperaba – responde sorprendida –


felicidades – dice como si nada, pero que ella lo diga no me
gusta. - ¿para cuándo?

- Aun no tenemos una fecha, nuestras agendas son un


pequeño impedimento – respondo mientras el mesero nos
trae nuestras copas de vino.

- Déjame adivinar – dice divertida bebiendo un poco de su


vino - ¿modelo? - la observo confundido por sus palabras.

- Si, Amara Thompson – respondo, pero ella no se sorprende

- Muy hermosa – no más que tú, pienso - tienes mucha suerte.

- ¿la conoces?

- He asistido en un par de desfile en los que ella ha estado –


responde viendo su teléfono, eso ya comienza a molestarme.

- ¿y tú? – ella me observa enarcando una ceja

- No, mi trabajo y una relación no son una buena combinación


– responde sorprendiéndome. Llega nuestra comida y
comenzamos hablar sobre temas triviales, pero me sorprendo
de lo inteligente que es y de lo fácil que es hablar con ella.
Durante nuestra conversación la pongo a prueba varias veces,
pero ella me sorprende. Hace mucho tiempo no me divertía
tanto con una mujer completamente vestida. El tiempo se
pasa volando mientras hablamos y reímos. No sé cuánto
tiempo estamos allí hasta que su celular suena.

- Mierda – dice contestando mientras pide la cuenta con la


mano – Christian - habla mientras la veo tomar su bolso – sí,
lo siento lo olvide, pero llego en unos minutos – veo que el
mesero trae la cuenta y ella la toma primero que yo.

- Oye – digo y ella me guiña un ojo. Saca su tarjeta y se la


entrega al mesero que se lleva la cuenta.

- No sé, lo que se demore el taxi hasta la empresa – dice


poniéndose de pie y entiendo que Kepler debe estarla
regañando, lo corroboro al ver la hora me pongo de pie frente
y sin pensarlo dos veces, tomo de mi saco las llaves de mi
auto y las pongo frente a ella. Me observa curiosa y yo le
sonrió. En ese momento llega el mesero devolviéndole su
tarjeta y luego que la toma, toma las llaves del auto, en un
rápido movimiento deja un delicado beso muy cerca de mi
boca para luego irse mientras continúa hablando por teléfono.

- Tráigame un whisky doble – le pido al mesero volviéndome a


sentar, tomo mi celular y llamo a Max – ven por mí – digo al
contestar, le digo donde estoy para después colgar. El mesero
vuelve con mi trago y un plato que contiene un trozo de tarta
de chocolate.

- No pedí la tarta – digo tomando el trago

- La señorita lo pidió para usted – responde el chico


poniéndola frente a mí. Sonrió como un idiota al ver la tarta.
Me niego analizar lo que acaba de suceder, nunca había
pasado tanto tiempo con una mujer vestidos, ni me había
divertido tanto y mucho menos prestar uno de mis preciados
autos, pero pensar que podría tener problemas por mi culpa
no me hizo sentir muy bien. Mientras me como la tarta pienso
en que ella no es lo que parece. Cuando llega Max, pago mi
trago y le doy una generosa propina al chico que nos atendió.

- Buenas tardes señor – dice abriéndome la puerta del auto.

- ¿Que tanto se acumuló? – pregunto refiriéndome al trabajo.

- Moví todas sus citas y las distribuí para la próxima semana –


me dice y yo asiento – la señorita Thompson lo ha llamado
varias veces y también su madre lo llamo – saco mi celular
para revisar las llamadas y allí hay dos de mi madre.

- ¿Qué dijo? – pregunto marcando su número, cuando Max


esta por hablar ella contesta el teléfono.

- Hijo, te estuve llamando – dice ella y yo sonrió

- Lo siento, estaba ocupado – respondo viendo que estamos


llegando a la empresa.

- Follarte a tu amiga Amara no cuenta – dice y yo estallo en


una carcajada, amo a mi madre.

- Mamá no estaba con Amara – digo aun riendo – ella está en


Milán, creo.

- ¿sigues con la absurda idea de casarte con ella? – pregunta


mientras me bajo del auto.

- ¿Por qué no te cae bien? – pregunto pasando por el Lobby


con Max a mi lado rumbo al ascensor.
- Hijo, no te mereces un trofeo – responde ella mientras voy
en el ascensor – te mereces una mujer de verdad. – de
repente Jenefer viene a mi mente.

- Ella lo es – pregunto viendo la ciudad, mi ascensor privado


es de vidrio ya que me encanta ver la ciudad.

- Para cualquier otro hombre – dice ella con ternura, escucho


que las puertas del ascensor se abren encontrándome de
frente con Antonella Sinclair, mi madre.

- Pero no para ti hijo – dice la hermosa sonrisa que siempre


permanece en su rostro

- Madre, necesito que la ayudes con la boda – digo


abrazándola y ella a mí.

- Si es lo que quieres, así lo hare, pero creo que te estas


equivocando – dice ella no muy convencida. En ese momento
escucho que el ascensor de visitantes se abre y de el sale una
hermosa castaña que al sonreírme hace que el pulso se me
acelere.

- Hola – dice tímidamente acercándose a nosotros – vine a


traerte el auto.

- Hola cariño – dice mi madre llamando su atención – soy


Antonella Sinclair – se presenta con su habitual sonrisa y ella
abre los ojos como platos aterrada.

- Jenefer Brown – responde aterrada lo que hace sonreír.

- Vamos a mi oficina – digo y ella trata de negarse, pero mi


madre la toma del brazo para guiarla.

- Que buena idea hijo – dice mientras caminamos - ¿quieres


un trago? – le pregunta a Jenefer.
- Vodka – dice ella sonriéndole a mi madre y ella estalla en
una sonora carcajada ya que es su trago favorito. Mientras las
veo caminar frente a mí, una rara sensación se apodera de mi
cuerpo, mi madre no se comporta así, siempre es amable pero
jamás como lo está haciendo con Jenefer. Con Amara es
cortes, pero con Jenefer parece que la conociera de toda la
vida.

Las veo entrar a la oficina y le pido a Max que nadie nos


interrumpa a excepción de mi padre que no tarda en aparecer.
Al entrar las veo en el minibar riendo, me recargo sobre una de
las columnas para observarlas. Hablan sobre el trabajo de
Jenefer y anécdotas divertidas de ella. Mi madre por su parte
le cuenta sobre las suyas en la universidad donde el Vodka
fue protagonista. Sonrió al verlas cuando siento una presencia
junto a mí.

- ¿tu madre compartiendo Vodka? – pregunta divertido Víctor


Sinclair, mi padre – no lo hace ni conmigo. ¿Quién es?

- La asistente de Christian Kepler – respondo sin dejar de


verlas – le preste mi auto y vino a entregármelo – me
sorprendo porque tardo menos de dos horas.

- Es muy hermosa – dice mi padre y yo me vuelvo a verlo


curioso, él me sonríe mientras camina hasta ella. Por poco me
da un ataque de risa al ver la expresión de Jenefer cuando mi
padre se acerca a ellas. - ¿Qué les parece si vamos a cenar
esta noche? – le dice sonriendo y ella me observa en busca de
ayuda.

- Hace poco comimos – digo acercándome a ellos

- Si, y yo debo volver al trabajo – responde bebiendo otro trago


de vodka que mi madre le sirve.

- Creí que te ibas a demorar más – digo y niega


- La reunión que tenía Christian es aquí en frente – responde
observándome con una hermosa sonrisa – cuando
estábamos saliendo te vi llegar y decidí venir a entregarte el
auto, no quiero chocarlo.

- El seguro cubriría los daños – respondo y ella me entrega las


llaves.

- ¿Qué auto? – pregunta mi madre curiosa

- Un McLaren azul – responde ella restándole importancia,


pero mi madre se vuelve a verme sorprendida ya que ese auto
me lo regalo ella hace dos años cuando gane un premio. El
auto es personalizado, valoro el esfuerzo de mi madre por lo
que no permito que cualquiera se acerque a él. – fue un gusto
conocerlos.

- Ven a cenar a nuestra casa el sábado – dice mi madre y


Jenefer se vuelve a verme.

- No creo que sea correcto – responde con amabilidad.

- No te estoy invitando a robar, es una simple cena – dice mi


madre sonriendo.

- Está bien – responde ella observándonos – debo irme.

- Vamos, te acompaño – digo, pero ella niega

- No, conozco el camino – responde y yo frunzo el ceño – fue


un placer conocerlos – dice antes de irse. Cuando sale de la
oficina mis padres comparten una extraña mirada mientras
sonríen.

- Estas en problemas – dice mi madre con una enorme


sonrisa en el rostro. 
Vodka-Dulces Mentitas - Dreame
JENEFER...

Salgo del edifico en busca de aire, ¿pero que acaba de pasar?


Me pregunto tratando de que el aire vuelva a mi cuerpo y mi
respiración se calme. Venía a entregarle el auto y termine
conociendo a sus padres, no solo eso también con una
invitación a cenar por parte de ellos. Camino hasta mi auto
donde se encuentra Adán. Era verdad, la reunión que teníamos
era frente a este edificio, porque al darme cuenta llame a mi
asistente para que me trajera mi auto y poder entregarle el de
Kilian cuando la reunión terminara. Pero me arrepiento una y
mil veces. ¡MIERDA!

-          El señor Kepler la espera en el ayuntamiento – me


recuerda Adán abriéndome la puerta del conductor, pero en
este momento no quiero conducir.

-          Conduce – digo caminando a la puerta del copiloto


mientras saco mi celular para llamar a Christian.

-          ¿Dónde estás? – pregunta al contestar

-          Ni me lo recuerdes – respondo viendo como Adán se


pone en marcha - ¿quieres que vayamos por un trago esta
noche?

-          Jen, es jueves – me dice divertido y yo ruedo los ojos -


¿paso algo?

-          Sí, pero no quiero pensar en eso – respondo sintiendo


un zumbido en mis oídos señal de que me dolerá la cabeza.

-          Mañana, me voy para Argentina – responde y yo me


presiono el puente de la nariz.
-          Lo sé – digo cerrando los ojos ya que estaré frente a la
empresa una semana - ¿Emma ira contigo?

-          Si, estos días ha estado molesta y quiero compensarlo


– responde y lo veo aparecer en mi campo de visión, Adán
aparca y yo abro la puerta antes que lo haga. Cuelgo la
llamada mientras camino hasta Christian.

-          ¿quieres casarte con ella? – pregunto mientras


entramos al ayuntamiento.

-          Sabes lo que conllevaría – responde observándome

-          ¿crees que nos apresuramos? – vuelvo a preguntar


mientras caminamos hacia la oficina en la que nos esperan.

-          No, es lo mejor – responde antes de entrar.

Pasamos el resto de la tarde en la reunión, pero en mi mente


rondan dos personas, una está junto a mí con una expresión
de concentración mientras un hombre nos explica un contrato
que nos estamos disputando con otras constructoras. La otra
un hombre prohibido para mí, me sorprendió muchísimo saber
quién es su prometida, una mujer realmente hermosa y era de
esperarse que un hombre como el estuviera con una mujer
como ella. Sacudo la cabeza dejando de pensar tonterías que
jamás van a suceder.

-          Estuviste muy distraída – me dice Christian cuando


salimos, veo que ya está oscureciendo.

-          Hoy me sucedió algo que me tiene pensando – digo y él


me abraza besando mi cien.

-          Sí que necesitas ese trago – dice riendo y yo asiento. –


voy a llamar a April para que cambie la hora del viaje.

-          Gracias, te amo – digo besándolo


-          Ve a cambiarte y en un rato paso por ti para que
vayamos a cenar – dice y yo sonrió mientras caminamos a
nuestros autos.

-          Invita a Emma – digo mientras Adán me abre la puerta


del auto.

-          No, quiero que salgamos los dos, hace mucho no lo


hacemos – dice y yo le lanzo un beso.

-          Llévame al apartamento y luego puedes irte – digo


cuando nos ponemos en marcha.

Al llegar a mi apartamento voy directo al cuarto de baño


donde decido relajarme un momento en la tina, así que la
pongo a llenar mientras me desnudo. Cuando el agua esta
lista decido sumergirme y mientras estoy allí cierro los ojos
tratando de olvidarme de todo. No sé cuánto tiempo pasa,
pero decido que es suficiente y más porque sé que pronto
llegara Christian, así que me pongo de pie y salgo de la
bañera. Me seco muy bien para luego ir a mi closet. Elijo un
sencillo vestido n***o, tacones del mismo color, decido
hacerme un moño desordenado en el cabello, elijo unos
discretos pendientes, me maquillo de forma discreta.

-          Pero que hermosa eres – dice Christian tras de mí. Él


cuenta con el código y llave de mi apartamento, así como yo
del suyo.

-          Creo que va a dolerme la cabeza – le digo yendo hasta


él para darle un beso en la mejilla, lo observo y sonrió al verlo
vestido de n***o, me guiña un ojo cuando paso por su lado,
sabe perfectamente que me fascina ver un hombre vestido de
n***o. – idiota – tomo uno de mis bolsos e introduzco lo
necesario allí, después salimos del apartamento.

-          ¿Qué perturba tu mente? – pregunta mientras vamos en


el ascensor
-          Tonterías – respondo y él me observa curioso – lo que
necesito es sexo, del fuerte. – estalla en una sonora
carcajada.

-          Consigue novio – dice sin más y yo ruedo los ojos – él


te daría todo el sexo rudo que quieras.

-          No tengo tiempo, tú tienes suerte de tener a Emma –


sonríe y yo con él – yo solo conozco imbéciles.

-          ¿incluyendo a Kilian Sinclair? – me estremezco al


escuchar su nombre.

-          Comenzando por él – respondo cuando las puertas del


ascensor se abren, caminamos hasta su auto y minutos
después estamos saliendo del aparcamiento. – tengo un
nuevo negocio en mente. – se vuelve a verme interesado.

-          ¿Qué? – pregunta muy interesado

-          ¿Qué crees que nos falte en el consorcio?

-          ¿en qué sentido?

-          Pongamos de ejemplo a Kilian – digo y él asiente


mientras observa la carretera – estamos por firmar un
contrato multimillonario, dentro de este hay tres de nuestras
empresas. La inmobiliaria, para adquirir el terreno, la
constructora, para desarrollar el proyecto y la empresa de
materiales. Una vez terminemos el edificio, tenemos otras dos
de nuestras empresas incluidas, la de seguridad y la de diseño
de interiores. – veo que se detiene en un semáforo en rojo –
¿Qué puede hacer ese paquete perfecto?

-          El recurso humano – responde y yo sonrío, el auto se


pone en marcha.
-          Exacto – respondo – nosotros como constructora
debemos contratar una empresa de contratación temporal
para todo el personal que vamos a necesitar.

-          El problema que estamos teniendo en Argentina – dice


mientras nos detenemos en el restaurante.

-          Quiero que crear nuestra propia empresa temporal – me


sonríe mientras niega con la cabeza.

-          ¿de dónde te salen? – pregunta mientras nos bajamos


del auto

-          No sé, solo analizo mucho las cosas – respondo


mientras entramos.

-          ¿Que necesitas?

-          Tu apoyo – respondo y él besa mi cien.

Durante la cena hablamos sobre los pros y contras de la idea


como siempre lo hemos hecho. Formulamos preguntas y
establecemos en que nos enfocaremos, el presupuesto que
destinaremos en un comienzo.

Cuando salimos él me observa divertido mientras nos


subimos al auto. Durante el camino al club del cual somos
socios. Al entrar nos guían directamente a la zona VIP, donde
nos ubican en una de las mesas que dan vista directa a la
zona publica en el primer piso.

-          ¿Qué quieres tomar? – pregunta Christian

-          Vodka – respondo observando a la gente bailar

-          Escoces doble y vodka igual – lo escucho decir a la


mesera - ¿me dirás que pasa? No es normal esto y solo haces
cuando estas agobiada. – me vuelvo a verlo y sonrió.
-          Hoy almorcé con Kilian Sinclair y descubrí que me gusta
más de lo que estoy dispuesta admitir – digo, pero él solo me
observa. La mesera llega con los tragos, yo tomo el mío y me
lo bebo de golpe, necesito esto si voy hablar de Kilian – trae la
botella – le digo y Christian me entrega su Whisky, bebo un
sorbo y siento como quema mi garganta.

-          ¿eso es malo? – pregunta bebiendo

-          Si, - respondo negando con la cabeza – es un imbécil


para comenzar

-          ¿Y para terminar? – pregunta divertido mientras nos


traen la botella de Beluga

-          Va a casarse – respondo sirviéndome un trago para


bebérmelo de golpe – va a casarse con Amara Thompson, ella
es una atentica belleza – me bebo otro trago – ¿Qué hago yo
junto a ella?

-          Wow, sí que te gusta – responde divertido – desde que


te conozco nunca te había visto insegura de ti misma.

-          ¡lo sé!! – grito frustrada – pero es verdad

-          Ahí te equivocas – responde haciendo que lo observe –


sí, es verdad que Amara es hermosa, pero tú la superas y con
creces, además tú eres brillante, eres mi gallina de los huevos
de oro, porque todo lo que tenemos es gracias a ti – dice y yo
lo observo -  sí, es verdad que estamos juntos en esto, pero el
rey midas, eres tú. Si Kilian Sinclair no puede verlo lo
extraordinaria que eres, él se lo pierde.

-          Eres el mejor – digo tomándolo de la mano

-          Solo digo la verdad – me sonríe


-          Lo que creamos y hemos hecho hasta ahora, lo hemos
hecho los dos – digo besando su mano – somos un equipo,
no lo olvides. – él rueda los ojos y yo rio, suelto sus manos
para servirme un trago mientras él bebe un poco de su whisky
– también conocí a sus padres – lo veo ahogarse con su trago
lo que me sorprende y me preocupa al ver que comienza a
toser.

-          ¿conociste a los Sinclair? – pregunta cuando recupera


el aliento, asiento con la cabeza.

-          Me invitaron a cenar a su casa el sábado – respondo y


él abre los ojos como platos - ¿Qué pasa?

-          Estas en problemas – dice riendo mientras lo observo


confundida.
¿Que hago?-Dulces Mentitas - Dreame

A la mañana siguiente me levanto con un fuerte dolor de


cabeza, cuando abro los ojos me doy cuenta de que estoy en
mi cama y en pijama. Amo a Christian, pienso mientras
observo que dejo junto a mi cama, un vaso con zumo de
naranja y dos pastillas para el dolor de cabeza. Junto al vaso
hay una nota.

"Tomate lo que te deje para que no te de tan duro ir a la


oficina, bebiste mucho anoche y espero que te haya ayudado
para aclarar la mente. Cuando llegues a la oficina me
escribes. Llame a tu asistente para que tenga mucho café,
recuerda que hoy van los abogados para hacerles las
correcciones al contrato Sinclair y cuando vuelva
agendaremos una cita para revisión, ¿a menos que quieras
hacerlo sola?

Te quiero y que tengas un buen día ... CK"

Como no tenerle cariño a un hombre como él, pienso mientras


tomo las pastillas y me las bebo antes de que la resaca me
pase factura. Me levanto rápidamente y voy a darme una
ducha con agua muy fría. Al salir voy al closet en busca de
ropa. Elijo una blusa rosa palo, manga larga y de cuello alto,
un pantalón a cuadros café, tacones beige. Me maquillo
centrándome en cubrir las enormes ojeras que tengo. Dejo
que el cabello me caiga en delicadas hondas sobre los
hombros. una vez lista elijo un bolso a juego con mi atuendo
al igual que unos lentes de sol.

Salgo del apartamento y voy hasta el estacionamiento me


decido por cambiar de auto, elijo mi amada Land Rover de
color n***o azabache. Me subo y salgo rápidamente del
estacionamiento rumbo a la empresa.
Al llegar subo rápidamente ya que en un rato tengo la reunión
con los abogados. Al llegar al piso donde se encuentran
nuestras oficinas veo a mi asistente frente a mí con un vaso
de café en la mano.

-          Expreso súper cargado – dice y yo sonrió

-          Te lo agradezco – respondo tomándolo mientras


caminamos a mi oficina. Al entrar observo un hermoso ramo
de rosas rosas sobre mi escritorio - ¿y esto? –me acerco
viendo el sobre n***o que hay en ellas.

-          Acabaron de traerlas señorita – responde mi asistente.


Tomo el sobre y lo abro creyendo que son de parte de
Christian, pero mi sorpresa es enorme cuando leo lo que dice.

"Paso por ti a las seis, este es mi numero... KS"

-          Avísame cuando lleguen los abogados – digo a mi


asistente, lo escucho salir mientras continúo observando el
sobre entre mis manos. ¡MIERDA!!

Decido olvidarme de esto porque si lo pienso un instante voy a


mandar mi genio a la mierda y tengo cosas que hacer. Unos
minutos más tarde llegan los abogados y el resto de la
mañana pasamos organizando el contrato. Cuando salgo de
la reunión siento que la cabeza va a estallarme. Camino hacia
mi oficina escuchando mi celular sonar, pero al ver que se
trata de un número desconocido rechazo la llamada.

-          Normalmente eso no me sucede – la piel se me eriza al


escuchar su voz tras de mí, respiro profundamente.

-          Pues te jodes – respondo continuando mi camino, pero


un fuerte mareo hace que me tambalee, pero él me sostiene.
-          ¿estás bien? – pregunta visiblemente preocupado y yo
asiento con la cabeza dándome cuenta de que no he comido
nada en toda la mañana.

-          Si, es solo debilidad – respondo sintiendo como me gira


en sus brazos para quedar frente a él. Sus ojos se encuentran
con los míos, mientras que su aroma llena el ambiente.

-          ¿ya almorzaste? – pregunta pegándome más a su


cuerpo

-          En realidad, ni siquiera he desayunado – respondo


tratando de alejarme, pero él me lo impide poniendo una de
sus manos en mi espalda y la otra en mi cintura.

-          ¿Dónde está tu oficina? – me suelta a regañadientes


endureciendo la mirada. Sin decir nada camino en dirección a
mi oficina consiente de que viene tras de mí.

Al entrar voy directo a mi escritorio donde se escucha mi


teléfono sonar, lo contesto rápidamente.

-          ¿Dónde estabas? – pregunta Christian molesto

-          Con los abogados – digo sentándome mientras observo


a Kilian hablar por teléfono visiblemente molesto.

-          Te pedí que me escribieras

-          Lo sé y lo siento, me ocupe en cuento llegue a la oficina


– respondo repasando con la mirada al magnifico hombre
frente a mí. Esta enfundado en un traje de tres piezas, azul
oscuro que casi podría pasar por n***o hecho a la medida.
Camisa blanca y corbata amarilla. Camina hasta quedar frente
al enorme ventanal que deja ver la ciudad.

-          ¿Qué te pareció lo que cambiamos y lo que Kilian


agrego?
-          Sí, aunque hubo una parte que no me pareció

-          ¿Cuál?

-          El porcentaje de ganancia, tiene un aumento del diez


porciento a favor de nosotros – respondo hablando un poco
más bajo.

-          Eso lo estableció Kilian, fue uno de los puntos que


cambio – me explica – espera un momento ¿desayunaste? –
pregunta molesto

-          No – respondo para luego colgar previendo que iba a


regañarme. Apoyo mi cabeza en el respaldo de mi silla y cierro
los ojos.

-          Mande a traer comida – dice Kilian sentándose frente a


mi

-          ¿Por qué haces esto? – digo observándolo molesta –


no es correcto, tienes prometida.

-          ¿Qué tiene de malo? – pregunta retándome con la


mirada.

-          Vas a casarte – respondo haciendo una mueca al sentir


el fuerte dolor de cabeza que tengo. – Adán, tráeme algo para
el dolor de cabeza por favor – digo por el teléfono a mi
asistente.

-          Me gustas – dice haciendo que yo lo observe con los


ojos como platos – y desde que te conocí, no puedo pasar
mucho tiempo lejos de ti.

-          No está bien – respondo poniéndome de pie


recordando las palabras de Christian la noche anterior, cuando
lo siento tras de mí.
-          Desde que te vi, hay algo en ti que es un imán para mí –
dice en mi oído haciéndome suspirar, mientras pienso en
Christian y Emma. – quiero saber si tú y yo tenemos algo más
que una conexión sexual, porque esa existe. – una de sus
manos se posa en mi vientre pegándome más a él, pero en
ese momento tocan la puerta.

-          Adelante – digo alejándome de él, veo aparecer a mi


asistente y al de Kilian con una bolsa de papel en una mano y
un celular en la otra.

-          Disculpe señor se presentó un problema en la mina de


Canadá – dice el chico observando a su jefe.

-          Que me llamen más tarde – responde Kilian molesto


observándome

-          No puede esperar señor – escucho gruñir a Kilian lo que


me hace sonreír. Se aleja de mí y camina hasta el chico que le
entrega la bolsa, vuelve a mi lado y me la entrega.

-          Come – dice observándome – no olvides que mis


padres te esperan – sin que me lo espere, me da un beso para
luego darse la vuelta y salir de la habitación con su asistente
detrás.  Me repongo de la sorpresa del repentino beso y
observo a mi asistente.

-          ¿viste eso? – pregunto y él me observa sonriente

-          Si usted gusta, no – responde y yo rio

-          ¿quieres almorzar conmigo? – pregunto sentándome

-          Si no le molesta – responde acercándose a mí con un


vaso de agua y una aspirina. me la tomo rápidamente
mientras él saca la comida de la bolsa. 
El resto de la tarde la paso de reunión en reunión, lo cual es
bueno, amo mi trabajo, pero en este momento es una excusa
para no pensar en Kilian y lo que paso en mi oficina. Pero al
llegar al apartamento todo es diferente, decido relajarme en la
bañera un rato lo que me permite pensar.

Me gusta Kilian, no voy a negarlo, pero él tiene una prometida


y aunque no la tuviera no puedo ofrecerle algo más que una
relación basada solo en sexo, pero me convertiría en la
amante de un hombre. ¿Qué hago? ¿puedo sostener una
relación de ese tipo? ¿Kilian lo aceptaría?

Preguntas como esas inundan mi cabeza hasta que me siento


más agotada de lo normal. Salgo de la bañera y voy al closet
después de secarme, elijo un pijama y cuando me visto me
acuesto en mi cama quedando dormida en un instante.
¿Matrimonio?-Dulces Mentitas -
Dreame
Estoy observando la ciudad desde el estudio que tengo en el
apartamento y en que me he pasado gran parte del día
planteando la propuesta para presentársela a nuestros socios,
aunque las decisiones que valen son las de Christian y las
mias, siempre los tenemos en cuenta ya que nos apoyaron
cuando lo necesitamos. Como hoy es sábado decidí
encerrarme en mi apartamento para terminar la propuesta y
otros pendientes de la empresa. Mientras observo la ciudad
escucho mi celular sonar, así que camino hasta él y contesto
sin fijarme de quien se trata.

-          Hola – respondo

-          Quería recordarte que a los seis voy por ti – su voz hace
que un escalofrio me atraviese el cuerpo. Cierro los ojos
respirando profundamente.

-          ¿Cómo conseguiste mi número? – pregunto observando


la ciudad

-          Tengo mis métodos – responde divertido haciéndome


reír mientras niego con la cabeza.

-          ¿Qué hora es? –pregunto caminando fuera de mi


estudio rumbo a mi habitación.

-          Las cinco – responde sorprendiéndome, aparto el


celular de mi oído para ver la hora y abro los ojos como platos
al darme cuenta que es verdad – solo llamaba para
recordarte.

-          Está bien – respondo entrado a mi habitación.


-          ¿Pensaste en lo que te dije en tu oficina? – más de lo
que quisiera, pienso mientras me desnudo.

-          Tendremos que hablarlo en persona – le digo sin más –


voy a darme una ducha, te espero en mi apartamento.

-          ¿no quieres ayuda? – pregunta y yo siento mi sexo


contraerse al imaginarlo desnudo frente a mi mientras el agua
cae por su cuerpo.

-          No tienes tanta suerte – respondo y lo escucho reír.

-          ¿segura? – pregunta en tono seductor y yo le cuelgo. Le


envió un mensaje de texto con la dirección del edificio

Rápidamente me pongo debajo del agua lluvia y dejo que mi


mente vuelva al momento en que Christian y yo fortalecimos
nuestra sociedad.

"Estamos en el ayuntamiento sacando los permisos para


comenzar con nuestra empresa, mientras esperamos
Christian me observa y sé que hay algo que ronda su mente.

-          ¿Qué pasa? –pregunto observándolo.

-          No puedo creer que esto esté pasando – sonrió


observándolo - ¿confías en mí?

-          ¿a qué viene la pregunta? – pregunto curiosa.

-          Lo que vamos hacer es algo grande, con millones de


dólares de por medio – entonces lo entiendo, tienen miedo –
tú y yo nos convertiremos en uno.

-          ¿temes que te robe? – pregunto seria

-          O yo a ti – responde
-          Ya lo hubieras hecho – digo poniéndome de pie – jamás
te traicionaría, estas confiando en mí y en mi idea.

-          Pero es que aún no hemos comenzado nada, aun no


hay dinero real de por medio – dice y yo me molesto, piensa
que voy a robarlo – Cásate conmigo – abro los ojos como
platos.

-          Estás loco – digo la vuelta dispuesta a irme

-          Espera – me toma del brazo – piénsalo, es lo mejor que


podemos hacer todo lo que hagamos casados va al bien
mancomunado, podemos establecer acuerdos para proteger
nuestro patrimonio.

-          ¿y si quieres casarte en el futuro? – pregunto y él niega


con la cabeza

-          No sería para siempre, podemos establecer un plazo,


solo quiero cuidar nuestros intereses – dice y yo lo observo
decepcionada.

-          Si eso quieres, eso haremos – respondo y veo que un


hombre nos llama.

Dos días después y luego de establecer un acuerdo prenupcial


realmente complejo, nos casamos en el ayuntamiento en
secreto.

Durante la creación de la empresa estuvimos juntos como


Christian y Jenefer Kepler, de allí el nombre del consorcio,
conocimos muchísimas personas durante año y medio
mientras nos dábamos a conocer, pero después me di cuenta
que tanta atención, no me gustaba por lo que acordamos con
Christian que él seguiría siendo la imagen visible de la
empresa mientras yo volvía a utilizar mi apellido de soltera y
estaba con él desde la sombra ocultando el hecho de que
estábamos casados. En un comienzo le disgusto la idea, pero
luego conoció a Emma y fue lo mejor que pudo haberle
sucedido.

También acordamos mantener en secreto que yo soy la


arquitecta del consorcio, porque cuando nos casamos yo
cambie mi apellido en todos los documentos por lo que si
dijéramos que soy la arquitecta todos se darían cuenta que
estamos casados"

Sacudo la cabeza volviendo a la realidad. Cometimos un grave


error y más al ver como Christian va a perder una maravillosa
mujer, aunque a mí me sirve como un escudo para no
enamorarme de Kilian Sinclair. Salgo de la ducha y voy directo
al closet donde elijo un sencillo vestido n***o con detalles
plateados y tacones a juego. Me maquillo y peino con una
cola de cabello baja.

Una vez lista veo que faltan unos minutos para la seis, por lo
que vuelvo a mi estudio a revisar mi correo por que espero
información de Christian sobre cómo le está yendo. No sé
cuánto tiempo pasa hasta que suena mi celular, sonrío de
forma inconsciente al ver de quien se trata.

-              Bajo en un minuto – respondo y sin esperar


respuesta cuelgo. Apago el computador y voy por mi bolso.

Mientras bajo en el ascensor recibo una llamada de Christian,


lo que me hace resoplar.

-              Hola – respondo

-              Jen, creo que sería bueno que vinieras – sus palabras
me preocupen.

-              Acordamos no dejar la empresa sola – recuerdo


viendo los pisos que faltan para llegar.
-              Si, pero se está presentando un inconveniente, hubo
un accidente donde han muerto ya dos empleados – me
explica preocupado – y nadie conoce mejor este proyecto que
tú.

-              Christian – digo viendo que faltan dos pisos para


llegar -  te quiero aquí antes de que yo viaje.

-              Esta bien, viajaré en unas horas – sin más cuelgo


cuando las puertas del ascensor se abren, salgo y camino
hacia la salida encontrándome de frente con Kilian que me
observa sonriente.

-              Eres bellísima – dice mientras se acerca a besar mi


mejilla.

-              Adulador – digo viendo que se aleja un poco.

-              Solo digo la verdad – responde guiñándome un ojo


mientras abre la puerta del copiloto de su Ferrari.

-              ¿Por qué vamos tan temprano? – preguntó cuándo él


se sube.

-              Mis padres viven a una hora de aquí – responde


poniendo el coche en marcha.

Durante el camino hablamos de trivialidades, me pregunta


sobre mis gustos y él me cuenta sobre los suyos.
Escuchamos música mientras hablamos y nos reímos de
cosas sin sentido. Verlo tan relajado me encanta y más
cuando me regala una sonrisa traviesa.

-              ¿Cuándo hablaremos sobre nosotros? – pregunta de


repente

-              No hay un nosotros – respondo observándolo y él


endurece su expresión.
-              Podría haberlo

-              Vayamos a la cena y luego prometo que hablaremos


– digo y él a regañadientes acepta.

Al llegar a la mansión donde viven sus padres quedo


fascinada con el lugar, no por lo ostentoso o lujoso si no la
ubicación del lugar. No se escucha nada. Todo el ruido
constante de la ciudad no llega hasta este lugar. Cuando nos
bajamos del auto veo que la puerta se abre y por ella aparece
Antonella con una enorme sonrisa en su rostro, caminamos
hasta llegar a ella que me saluda eufóricamente.

-          Que gusto que estés aquí – dice abrazándome y yo a


ella. Pero me siendo una ladrona o usurpadora ya que este es
el lugar de Amara.

-          Gracias por la invitación – digo cuando nos separamos,


observo que a su lado se encuentra su esposo que me
observa con una sonrisa que se refleja en sus ojos.

-          Buenas noches señor Sinclair – saludo extendiendo mi


mano, pero él en lugar de tomarla me abraza.

-          Solo Víctor – dice divertido 

-          Hola, yo también acabo de llegar – dice Kilian en tono


divertido ganándose una palmadita en el hombro por parte de
sus padres.

Al entrar a la mansión puedo notar un ambiente muy


acogedor. El interior es lujoso, pero hay algo en el ambiente
que deja todo ese lujo en un segundo plano. Caminamos
hasta un salón donde nos sentamos a charlar de nada en
específico. Me entero que la señora Antonella es rusa y que
con el señor Víctor se conocieron a los quince años y desde
entonces jamás se han separado.
-          ¿tienen más hijos? – pregunto y ellos comparten una
mirada cómplice mientras niegan.

-          Siempre tuvimos claro que no queríamos hijos – dice


Víctor y veo que Kilian se lleva una mano al corazón de forma
dramática – pero Kilian fue un magnifico accidente que no
quisimos que se repitiera.

-          ¿tú quieres tener hijos? – me pregunta Antonella y yo


me pongo roja

-          No, lo que ha sido una completa decepción para mis


padres porque soy hija única y ellos aman los niños –
respondo y veo que asienten – yo pienso que un hijo no es
para todo el mundo, si bien hay mujeres que se mueren por
ser madres hay otras que no y solo por pensar de esa forma
las recriminan.

-          ¿Qué piensas del matrimonio? – me pregunta Víctor


realmente interesado.

-          Esa pregunta sería para Kilian que está próximo a


casarse – respondo divertida y ellos se vuelven a ver a su hijo.

-          ¿Qué? – pregunta confundido – no me gustan las


mentiras

-          Pero ¿tú que piensas? – pregunta de nuevo y yo los


observo a los tres, parecen realmente intereses en mi
respuesta.

-          Pienso que es un simple trámite y que el no garantiza el


amor entre dos personas – respondo y ellos asienten con la
cabeza – ojalá todo el mundo tuviera la suerte de ustedes dos
– los señalo y ellos me sonríen – solo hay que verlos para
darse cuenta la clase de amor que se tienen, pero no todo el
mundo tiene esa suerte y se casan enamorados, pero a
medida que avanza el tiempo, el amor se acaba. Y está el
matrimonio por conveniencia – hay entro yo. Pienso antes de
hablar.

-          ¿pero te casarías? – pregunta Kilian realmente


interesado y yo me pongo nerviosa.
Cena-Dulces Mentitas - Dreame
Kilian...

La observo enmudecer ante mi pregunta y eso me preocupa.


¿Qué tan difícil puede contestar una simple pregunta? No le
estoy proponiendo matrimonio. Aunque viéndola aquí, con mis
padres y llevándose tan bien con ellos, me hace preguntarme
si es correcto seguir con Amara.

- Disculpe señores – nos interrumpe Camelia el ama de llaves


de mis padres – la cena esta lista – veo Jenefer suspirar de
alivio mientras nos ponemos de pie.

Mi madre la toma del brazo y la guía hacia el comedor


dejándonos a nosotros tras ellas.

- Tu madre está encantada – comenta mientras las


observamos sonreír

- ¿Qué se supone que debo hacer? – pregunto y veo que se


detiene en la entrada del comedor.

- Eso solo lo sabes tú – responde mientras camina hacia su


lugar junto a mi madre.

Los observo mientras sonrió, si bien yo no estaba en los


planes de mis padres me dieron y me dan lo mejor de ellos.
Crecí en un hogar lleno de amor, viendo a mis padres
comportarse como uno. En la empresa los dos la dirigían de
una forma magnifica, en casa mi madre jamás se sentó a su
derecha en el comedor, el comedor y la mesa de juntas de la
empresa fue diseñado para que en la cabeza estuvieran los
dos.
Durante mi vida siempre los vi demostrándose el amor que se
sienten, mi padre siempre la buscaba de forma inconsciente y
ella siempre tenía una enorme sonrisa lista para él sin
importar lo que pasara. Siempre soñé con tener una vida
como la de ellos, pero sin importar cuantas mujeres tuve con
ninguna de ellas sentí lo mismo que sentí cuando Jenefer me
derramo un latte encima.

Vuelvo a la realidad cuando las escucho reír lo que me llena el


corazón de felicidad, ya que los únicos que hemos logrado
ese tipo de risas en Antonella Sinclair hemos sido mi padre y
yo.

- ¿Cuál es tu pasatiempo favorito? – pregunta mi madre


mientras nos sirven la comida.

- La repostería – responde Jenefer con aire soñador – amo el


dulce, pero mi trabajo no me permite hacerlo muy a menudo,
pero cuando tengo tiempo procuro hacerlo.

- La repostería es un arte – comenta mi madre observándola -


¿has viajado mucho?

- En los últimos años y gracias a mi trabajo, si he viajado


muchísimo a lugares que jamás imagine.

- ¿Cuál es tu favorito?

- Moscú, aunque tengo un vergonzoso recuerdo de la primera


vez que fui – su tono es divertido y mi madre la ínsita a que
continúe – luego de una reunión fuimos a un club con
Christian ya que yo quiera probar Vodka ruso y al segundo ya
estaba ebria – niega con la cabeza pero me molesta que en
su recuerdo aparezca Kepler – Christian tuvo que llevarme en
brazos y le vomite un hermoso traje de doce mil dólares que
acaba de comprar, al día siguiente descubrí que el vodka se
había convertido en una de mis cosas favoritas, incluso tengo
una pequeña colección de ellos.
- Suele suceder – dice mi madre riendo mientras observa a mi
padre que le guiña un ojo – además vomitar a un hombre a
veces puede ser bueno. – Jenefer la observa curiosa – yo
enamore a Víctor de esa forma.

- ¿enserio? – pregunta divertida

- Tenía quince años cuando eso sucedió, con unas amigas


compramos una botella de vodka, no recuerdo mucho lo que
sucedió, pero si recuerdo que unos hermosos ojos cafés me
observaban y luego lo vomite.

- Y aquí estamos muchos años después – responde mi padre


besando la mano de mi madre.

El resto de la velada la conversación se da naturalmente, mi


madre le hace algunas preguntas a Jenefer que ella responde
sin problema alguno. Cuando llega el momento del postre
observo sorprendido que sirven Medovik, el postre favorito de
mi madre y que solo se prepara para la familia. Observo a
Jenefer probarlo y jadear suavemente ocasionándome un
problema.

- Que delicia – dice ella tomando otro trozo

- Es Medovik, un pastel de miel – responde mi madre viéndola


comer.

- Esta delicioso – dice Jenefer

- Es un postre típico de Rusia, mi mamá lo preparaba para mí


cuando estaba triste.

- Esta delicioso – dice ella comiendo

- ¿podrías hacerme un postre? – río al ver la expresión de


Jenefer.

- ¿enserio?
- Sí, me dejaste intrigada – responde mi madre y Jenefer
asiente

- ¿te molesta que nos quedemos más tiempo? – me pregunta


y yo niego con la cabeza.

- Lléveme a la cocina y muéstreme que hay – dice ella


realmente emocionada.

- Tutéame – responde mi madre poniéndose de pie al igual


que Jenefer quien toma el plato donde está el postre y se van
juntas dejándonos solos.

- ¿Por qué la trata así? – pregunto a mi padre que se pone de


pie con su postre en la mano.

- Se llama conexión – responde él deteniéndose un momento


– sin importar que decidas, ella siempre va a estar en tu vida.
– me observa a los ojos – ha eso me refería cuando te dije
que estabas en problemas. ¿vienes?

Una vez en la cocina veo que mi madre le enseña toda la


distribución de la cocina a Jenefer y luego la lleva a despensa
de los postres donde ambas parecen unas niñas en una
dulcería, aunque eso es la despensa. Mi madre le entrega un
delantal a Jenefer que se lo pone rápidamente.

- Amo ver a tu madre así – comenta mi padre mientras nos


sentamos en la isla de la cocina a terminar de comer el
postre.

- ¿Qué debo hacer? – vuelvo a preguntar y él me observa.

- Piensa que sientes con Amara y con Jenefer – dice


observándolas – eso te dará la respuesta, solo te advierto que
esa castaña que está ahí – la señala con el tenedor – te va a
dar guerra.
No sé cuánto tiempo pasa mientras ella cocina, mi madre es
su ayudante y degustadora. Mi padre y yo nos dedicamos a
observarlas, ellas hablan de tipos de chocolates, fresas y
cosas como esas que me hacen sentir ignorante, pero al
verlas tan felices solo sonrió. En un momento mientras lo que
están haciendo se hornea, aparece Camelia con el bolso de
Jenefer en la mano.

- Disculpe señorita – dice llamando la atención de todos – su


celular está sonando – veo que Jenefer asiente mientras se
limpia las manos. Camina hasta Camelia quien le entrega el
bolso. Saca su celular y frunce el ceño al ver la pantalla.

- Disculpen – dice caminando hacia el comedor dejándome


con mis padres.

- ¿has hablado con Amara? – pregunta mi madre sirviéndonos


café.

- Debe de estar en Londres – respondo molesto

- Ella me agrada – comenta sonriendo

- Lo he notado – respondo tratando de sonreírle.

- ¿te gusta?

- No estaría aquí – respondo viéndola regresar.

- Una complicación del trabajo – dice metiendo el teléfono al


bolso y dejándolo sobre la isla junto a mí.

Unos minutos después un exquisito aroma llena el ambiente


haciendo que la boca se me vuelva agua, la veo sacar del
horno una torta que deja sobre la isla mientras alista otras
cosas. Unos minutos después pone frente a nosotros un trozo
de torta cubierta de chocolate, al probarla es mi turno de
jadear.
- Esto está delicioso – dice mi padre y yo asiento con la
cabeza de acuerdo con él.

Por un instante una imagen de ella en pijama y descalza,


mientras estamos en la cocina yo comiendo esta torta y ella
hablándome de su día, pasa por mi mente.

Un rato después nos despedimos de mis padres, luego de que


mi madre y Jenefer intercambiaran números. Al subirnos al
auto voy pensativo, ¿Qué debo hacer?

Con Amara tendría una vida normal, estable y aburrida. Por un


instante pasa por mi mente esa imagen y me aterra por un
instante imaginarlo, entonces desvió la mirada a la
impresionante castaña junto a mí y las palabras de mi padre
vuelven a mi mente.

"solo te advierto que esa castaña que está ahí – la señala con
el tenedor – te va a dar guerra"

Y puedo fácilmente imaginarme una vida junto a ella, será


como dijo mi padre. Una guerra constante pero una que estoy
dispuesto a pelear con tal de estar con ella. Durante el camino
no hablamos, ella se la pasa tecleando en su celular y parece
preocupada.

- ¿algo en lo que pueda ayudarte? – pregunto de repente y ella


levanta la mirada, pero lo que veo en sus ojos me deja sin
aliento.

- Detente – dice y yo la observo, pero lo hago. Me estaciono a


un lado de la carretera. Cuando me los lo espero ella se lanza
sobre mi uniendo mis labios con los suyos, de un rápido
movimiento la pongo sobre mi besándola como si no hubiera
un mañana.

- Quiero que me hagas tuya...


Cobarde-Dulces Mentitas - Dreame
Jenefer...

No sé en qué momento llegamos al apartamento de Kilian, a


penas atravesamos la puerta se lanza sobre mi besándome,
dejo que mi bolso caiga al suelo mientras lo abrazo por el
cuello y él me alza para que le abrace la cintura con mis
piernas. Mis labios están siendo devorados por los suyos
mientras sus manos me aprietan mis nalgas pegándome más
a él para que sienta su dura erección. Lo siento caminar, pero
no presto atención ya que mi corazón late tan fuerte que
puedo escucharlo en mis oídos.

Nos separamos por falta de aire y por un instante nos


miramos a los ojos mientras me desliza por su cuerpo con
lentitud hasta el suelo haciéndome sentir cada parte de él.
Noto rápidamente que estamos en lo que creo es su
habitación.

Vuelvo besarlo mientras mis manos desabrochan su camisa,


luego subo las manos por su torso desnudo hasta los
hombros sintiendo bajo ella la calidez de su piel. Quito su
camisa dejándolo desnudo de la parte superior de cuerpo, así
que me alejo de él unos centímetros para contemplarlo. Es
simplemente perfecto pienso sonriendo.

Una de sus manos va hasta mi cintura para pegarme a su


cuerpo mientras su boca busca mi cuello, mientras sus manos
quitan mi vestido dejándome en ropa interior frente a él.

- Perfecta – susurra besando mi hombro izquierdo que es


donde tengo el mismo tatuaje que Christian.
Vuelve a tomarme del trasero para que lo rodee con las
piernas mientras me lleva hasta la cama, donde me deja con
suma delicadez. Lo veo desnudarse por completo frente a mi
mientras su mirada se oscurece recorriendo mi cuerpo.
Decido jugar un poco con él así que me pongo de rodillas
sobre la cama aun con los tacones puestos y me quito el
sujetado para luego acariciar mis senos frente a él. Observo
con satisfacción como su miembro da un pequeño brinco lo
que me hace sonreír mientras me quito los cacheteros.

- Déjate los tacones – ordena observándome con los ojos muy


oscuros mientras quedo desnuda frente a él.

Sin que me dé cuenta lo tengo sobre mi besándome al tiempo


que sus manos recorren mi cuerpo y las mias el suyo, trato de
memorizar cada parte de él. Comienza a bajar por mi cuerpo
hasta que su boca se adueña de uno de mis pezones
provocándome un fuerte gemido, siento su otra mano en mi
pezón libre, sus caricias provocan que la humedad en mi sexo
aumente. Arqueo la espalda al sentir su mano libre bajar hasta
mi sexo e introducir dos dedos en mi sexo.

- Kilian – jadeo sintiendo mi cuerpo temblar bajo su tacto

- Dime lo que quieres – dice moviendo sus dedos en mi


interior

- A ti – jadeo

- Ya me tienes, la pregunta es ¿Dónde me quieres? – pregunta


subiendo hasta mi oído para morder mi lóbulo.

- Quiero que me folles – digo haciendo que me vea a los ojos


– eso es lo que quiero. – lo veo acomodarse sobre mi
mientras sonríe, separa mis piernas con sus rodillas. Siento
un fuerte escalofrio cuando siento la punta de su miembro en
mi entrada.
- No dejes de mirarme – pide mirándome a los ojos mientras
entraba en mi interior de forma lenta haciéndome sentir cada
parte de su sexo.

Pierdo la cabeza al sentirlo moverse dentro de mí, sus


hermosos ojos me observan atentos mientras sus manos
toman mis senos. Mis gemidos inundan la habitación, mis
uñas se entierran en sus brazos al sentir el aumento de sus
embestidas, siento su mirada arder y una pequeña capa de
sudor cubre nuestros cuerpos. Sin que se lo espere me
levanto y lo beso, mientras estamos sentados, yo sobre él me
muevo mientras sus manos sujetan fuertemente mi cadera.
Lo beso de forma intensa mientras las embestidas son más
profundas.

- Kilian – jadeo sobre sus labios sintiendo una presión


formarse en mi vientre.

- ¿te cuidas? – pregunta mordiendo mi cuello, asiento con la


cabeza. Comienza a moverse más brusco hasta que nos
corremos al tiempo.

- ¿Qué estamos haciendo? – pregunto viéndolo a los ojos sin


movernos

- No pienses en eso en este momento – responde acariciando


mi rostro – en este momento, en este lugar solo somos tu y yo
– vuelve a besarme y en pocos minutos estamos
perdiéndonos el uno en el otro.

No sé en qué momento nos quedamos dormidos, pero al abrir


los ojos lo veo a mi lado y de pronto todo lo que ha sucedido
estos días viene a mi mente perturbándome. Con sumo
cuidado me levanto y busco mi ropa, me visto rápidamente
para salir de la habitación. Cuando llego al ascensor que sirve
como puerta de entrada, me arrepiento por un instante, pero
es lo mejor.
Me adentro a la caja de aluminio mientras tomo mi celular
para llamar a Adán, sintiendo una presión en el pecho.

- Buenos días señorita – me saluda

- Hola, quiero que pases por mi maleta al apartamento y te


espero en el hangar – ordeno para después colgar.

Al salir del ascensor veo entrar a Amara al edificio y yo abro


los ojos como platos, camino como si nada mientras ella pasa
por mi lado escaneándome con la mirada para luego darme
una mirada de superioridad. Salgo rápidamente del edificio y
paro un taxi el cual me lleva al aeropuerto. Durante el camino
pienso en lo que debe de estar haciendo Kilian con Amara en
este momento y debo admitir que me muero de celos, pero mi
mente cruel me recuerda que ella es su prometida y yo la
amante.

Al llegar al aeropuerto mi celular suena y veo que se trata de


Kilian, pero decido apagarlo durante toda mi estadía en
Argentina. Cuando bajo del taxi camino hasta el hangar
presentando mi identificación, al llegar observo a Adán
esperándome.

- Buenos días – me saluda entregándome un vaso de café

- Gracias – digo mientras subimos al avión - ¿alguna razón de


Christian?

- Ya está en la ciudad y que se comunique con él en cuanto


llegue – me informa y yo asiento.

- Mi celular va a estar apagado todo el tiempo que estemos en


Argentina, así que avísale a Christian que me llame a tu
celular – digo mientras nos sentamos - ¿trajiste mi portátil?

- Por supuesto – dice mostrándome mi portafolio.


- ¿mi maleta?

- Esta abajo, pero me tome el atrevimiento de traerle un


cambio de ropa cómoda para el viaje y un cambio para
cuando lleguemos – dice y yo siento que lo amo – cuando
aterricemos el señor Sarmiento la estará esperando.

- Recuérdame de subirte el sueldo – digo y él sonríe – todo


durante el viaje lo manejaremos desde tus cuentas.

Lo se soy una cobarde, pero necesito tomar distancia, todo


está avanzando muy rápido y hay muchas cosas en juego,
como personas que pueden salir lastimados.

Durante el vuelo trabajamos en el proyecto de Kilian, ¿la vida


estará tratando de decirme algo?

Me comunico con Christian mediante correos electrónicos


desde la cuenta de Adán, le digo que en tres días le enviare el
plano con las indicaciones que especifico Kilian para que se
reúnan y que él lo apruebe o le haga modificaciones.
Acordamos entre los dos que todo debe de estar listo para
cuando regrese, en ese momento debemos comenzar a
construir el edificio.

- Quiero poner en marcha la temporal en argentina con el


proyecto Sarmiento – digo viéndolo por vídeo llamada. Lo veo
fruncir el ceño

- Si lo haces, tendrás que quedarte mucho más tiempo – dice


y yo soy consciente de ello, pero quiero estar lejos de Nueva
York por un tiempo - ¿Estas huyendo? 
Cielo e Infierno-Dulces Mentitas -
Dreame
Kilian...

Siento unas deliciosas caricias en mi cuello haciendo que mi


miembro despierte, entonces recuerdo quien se encuentra a
mi lado, así que abro los ojos cuando siento sus labios bajar
por mi cuerpo hasta mi miembro más que listo para ella, pero
de repente caigo en cuenta de algo. Su olor es diferente así
que abro los ojos rápidamente encontrándome con Amara
más que lista para hacerme una mamada.

-          ¿Qué haces aquí? – me separo de ella de golpe


buscando por la habitación a Jenefer.

-          Tengo un evento mañana aquí en la ciudad así que


decidí viajar un día antes para estar contigo – me explica
volviendo a lo que estaba haciendo.

-          Espera – digo observando que está muy tranquila lo


que no me da buena espina.

Me levanto rápidamente agradeciendo que mi erección se hay


esfumado, desnudo camino hasta mi vestidor buscando a
Jenefer, pero veo que no hay rastro alguno de ella. Su ropa no
se encuentra en ningún lado. Eso me molesta, así que me
pongo un chándal para luego salir y encontrar a Amara
visiblemente molesta.

-          ¿estabas aquí con otra mujer? – pregunta sentada en el


borde de mi cama. La observo un momento antes de
contestar y me doy cuenta de que es el momento perfecto
para dejar claras las cosas con ella. – no me respondas, los
rasguños en tus hombros y brazos lo dicen todo.
-          Amara lo siento, pero lo que está sucediendo se me
salió de las manos – comienzo a decir y ella se pone de pie de
un salto para enfrentarme.

-          no es una aventura, ¿verdad?  – pregunta visiblemente


dolida

-          no, ella me gusta de verdad – respondo y ella me


propina una bofetada. Me la merecía

-          ¿nunca fue tu intención casarte conmigo? – pregunta


con los ojos llenos de lágrimas.

-          Por supuesto, eso pensaba hasta que la conocí –


respondo con sinceridad

-          ¿vas a tirar a la basura un año por una aventura? – esa


pregunta me deja sin palabras un instante. Ella al anticipar mi
respuesta comienza a llorar – aún podemos casarnos, yo te
aceptare con tu amante.

-          No lo hagas, ninguna mujer merece eso – digo


abrazándola – ninguna mujer vale tan poco como para ser la
segunda opción de un hombre, ni un hombre vale tanto como
para que una mujer se humille de esa forma.

-          Podemos ser felices – dice enojada

-          Tu sabes que no – digo soltándola lentamente – no


puedo seguir con esto, ni tú y mucho menos ella, merecen
algo así.

-          Te arrepentirás de esto – la veo limpiarse las lágrimas


con rabia – volverás a buscarme – sin más toma su bolso y
sale dando un portazo.
Tomo rápidamente mi celular y llamo a Jenefer, pero me
manda directo al buzón. Vuelvo a llamarla, pero recibo la
misma respuesta, así que me voy una ducha rápida para ir a
buscarla a su apartamento.

Al llegar me vuelvo a sorprender que ella viva en un lugar


como este, es uno de los edificios más exclusivos de Nueva
York, me bajo del auto y voy al lobby donde se encuentra una
chica que al verme se sonroja.

-          Buenas tardes señor – saluda lo que me hace ver mi


reloj, son más de las dos de la tarde, jamás en mi vida adulta
había dormido hasta tan tarde.

-          Vengo buscando a la señorita Jenefer Brown – digo


mientras ella teclea en su computador algo nerviosa.

-          Disculpe señor, la señorita no ha estado aquí hoy – me


dice apenada, tomo mi celular para llamarla, pero me envía
directo al buzón.

-          Gracias – digo caminando de regreso a mi auto. ¿Dónde


puede estar?

Es domingo por lo que descarto que este en la empresa.


Frustrado y algo molesto vuelvo a mi apartamento, quizás
haya vuelto.  Conduzco de vuelta y antes de subir a mi
apartamento pregunto si ella ha vuelto, pero me dicen que no.

Subo molesto mientras continúo llamándola, pero no paso del


buzón de voz. Al entrar los recuerdos de la noche anterior
vuelven a mi mente y a pesar de mi enojo me hacen sonreír.

Sentirla fue como conocer mi propio paraíso e infierno juntos,


mi cuerpo temblaba con cada caricia, con cada beso,
mordida. Cuando estuve dentro de ella casi pierdo la cordura,
ella es perfecta para mí, nuestros cuerpos encajan a la
perfección. La hice mía varias veces durante la noche hasta
que cayo rendida en mis brazos. No sé cuánto tiempo estuve
observándola y descubrí que ese era mi lugar. Pero ahora ella
lo mando todo a la mierda, ¿pero no entiendo que pudo haber
sucedido? ¿Por qué se fue sin decir nada?

El resto de la tarde la paso en mi estudio adelantando trabajo


mientras espero que Jenefer aparezca, pero no lo hace.

A la mañana siguiente me levanto muy temprano, sintiendo


aun su olor en mi cama. Decido hacer ejercicio para relajar el
estrés que tengo antes de irla a buscar al consorcio. Al
terminar vuelvo a mi habitación donde me doy una ducha
rápida para luego elegir un traje completamente n***o y sin
corbata. Cuando estoy listo le envió un mensaje a Max para
que me pida desayuno mientras bajo en el ascensor.

El edifico donde vivo es propiedad de mi familia por lo que


cuento con un estacionamiento subterráneo privado donde
guardo mis autos los cuales son ni muchos, ni pocos. Elijo un
Aston Martin db 11 de color n***o.

Salgo del edificio rápidamente hacia el edifico Kepler, al llegar


me encuentro ansioso, aunque también molesto, así que subo
rápidamente hasta el último piso donde me encuentro una
recepción, busco con la mirada al asistente de Jenefer otra
cosa que no encaja. Se supone que ella es una asistente y
tiene un asistente.

-          Buenos días señor Sinclair – me saluda una chica muy


bonita de cabello cobrizo y ojos cafés.

-          Estoy buscando a Jenefer – ella me observa y cuando


esta por contestar aparece una rubia junto a nosotros.

-          Buenos días señor Sinclair – me saluda tomando el


control de la situación – soy April Wester.
-          Mucho gusto – respondo molesto – estoy buscando a
Jenefer

-          La señorita Brown no se encuentra en este momento –


responde muy seria – y no tenemos autorización para revelar
donde se encuentra.

-          Quiero hablar con Christian

-          El señor Kepler no ha llegado, pero si gusta lo espera o


yo le diré que usted vino a buscarlo – dice ella muy
profesional

-          Cuando Jenefer venga dígale que vaya a verme – sin


más me doy la vuelta y camino hacia el ascensor tomando mi
celular. – Max, necesito saber dónde demonios esta Jenefer.

Tres meses después...

Estoy sentado en una reunión observando fijamente a Kepler


que me enseña el proyecto ya completamente listo con su
respectiva maqueta a escala. Yo solo asiento ante el
magnífico trabajo que realizaron y estoy seguro que el edificio
quedara tal como mi padre y yo queremos que sea. Desde que
vi el plano quedé fascinado por el diseño del edificio, tan
tradicional como moderno, pero seguro a la vez. Tenían razón
las personas que me recomendaron el consorcio Kepler
porque son realmente brillantes, sobre todo la arquitecta.

Durante tres meses de buscar hasta el cansancio a Jenefer,


pareciera como si la tierra se la hubiera tragado. Así que
después de una fuerte discusión con Christian Kepler y de que
él me asegurara que ella se encuentra bien, deje de buscarla.
Aunque no del todo, hay momentos en los que marco su
número con la esperanza de que responda, pero no lo hace.
Durante estos meses la noticia de la ruptura de mi
compromiso con Amara se rego como la pólvora, pero luego
de una semana se había olvidado. Durante este tiempo he
vuelto a estar con Amara, pero no en una relación si no
sexualmente, me ha ayudado apaciguar la decepción que me
causo cierta morena de ojos azules.

Mi madre se enojó conmigo por haberla alejado, pero no lo


hice, ella se fue por que quiso, porque es una cobarde que fue
incapaz de rechazarme de frente y prefirió irse sin explicación
alguna.

-          Todo está correcto – respondo y escucho como tocan


la puerta, Christian frunce el ceño mientras la rubia va abrir la
puerta dejándonos ver al ¿asistente de Jenefer?  Veo aparecer
una enorme sonrisa en el rostro de Kepler para luego hacerle
una señal al chico y este vuelve a irse. Que extraño, creí que lo
habían despedido.

-          ¿Tiene alguna duda? – pregunta Kepler dándome toda


su atención

-          ¿Cuándo comenzaría la construcción?

-          El lunes, primero usted pidió que se realizará la fiesta


de presentación y como es este sábado, el lunes ya
comenzaríamos a trabajar – me explica

-          Me parece perfecto – digo dando por terminada la


reunión, en ese momento me llega un mensaje de mi madre
invitándome almorzar. – no siendo más, nos veremos el
sábado en la gala de presentación.

-          El lunes si gusta puede ir con nosotros para que vea el


comienzo de la obra – me ofrece mientras estrechamos
nuestras manos, en ese momento su celular que esta sobre la
mesa se ilumina dejando ver un mensaje que llama mi
atención. El que envía el mensaje es "Jen" y al ver como
Christian lo toma rápidamente se de quien se trata.
-          Me parece una muy buena idea – respondo cuando mi
humor se va para la mierda al ver que ha Kepler si le
responde.  – nos vemos el sábado.

Sin más salgo de la sala de juntas acompañado por Kepler y la


rubia, pero en ese momento sale del ascensor la hermosa
castaña que me ha robado la calma los últimos tres meses.
Ella al verme se sorprende y pasa saliva, veo en sus ojos
sorpresa, emoción y terror al verme.

-          Buenos días – saluda sin más con una sonrisa que no
llega a sus ojos.

La observo, esta enfundada en un vestido n***o muy revelador


lo que me enfurece, ella abre los ojos como platos al ver que
en un par de zancadas quedo frente a ella.

-          ¿Dónde estabas? – pregunto furioso tomándola del


brazo

-          Kilian suéltala – ordena Christian a mi lado.

-          No te metas Kepler que esto es entre ella y yo – digo


sin dejar de verla

-          Yo arreglo esto Christian – dice ella volviéndose a verlo


y le regala una hermosa sonrisa. – vamos a mi oficina.
Discusión-Dulces Mentitas - Dreame
La tomo del brazo y la llevo hasta su oficina donde cierro con
llave para que nadie nos interrumpa. La observo un momento
y sonrió internamente al hacerlo, está mucho más hermosa
que la última vez que la vi. Tiene un delicado bronceado que
hace brillar su hermosa piel, además de que su cabello está
un poco más largo y su cuerpo mucho más definido, lo que
me enfurece porque ese maldito vestido se le pega al cuerpo
de una forma realmente magnifica.

-          ¿Dónde estabas? – pregunto enfrentándola y ella


enarca una ceja a modo de desafío.

-          Trabajando – es todo lo que responde y yo me molesto

-          Trabajas aquí – respondo viéndola caminar hacia su


escritorio donde se recarga de una forma muy sensual – en
tres meses no has estado aquí.

-          Kilian, este interrogatorio deberías hacérselo a tu


prometida, no a mí – la veo cruzarse de brazos. ¿no lo sabe?

-          Termine con ella el día que desapareciste – respondo y


veo la sorpresa en sus ojos

-          ¿Por qué lo hiciste? – dice y yo camino hasta ella

-          Por qué una mañana una hermosa castaña derramo


sobre mi un latte y desde ese día no la saco de mi mente –
respondo poniendo mis manos a lado y lado de su cuerpo
sobre el escritorio e inclinándome para que nuestros rostros
queden frente a frente – no hice las cosas bien contigo y
quise arreglarlo.
-          Puede que te arrepientas – dice ella y veo dolor en sus
hermosos ojos.

-          Quiero conocer todo de ti – digo y decido que es


momento de abrirme con ella – nunca creí que el amor a
primera vista fuera algo real, que lo que tienen mis padres
fuera a sucederme. – la veo a los ojos – creí que Amara era la
mujer perfecta para mí, hasta que me arrogaste ese latte, al
verte retarme con la mirada una parte de mi supo que eras la
mujer hecha para mí.

-          no conoces todo de mi

-          ni tú de mí, pero de eso se trata – respondo poniendo


mis manos en su cintura. – quiero conocer todo de ti, quiero
verte en todas y cada una de tus facetas. Quiero que te enojes
conmigo, que peleemos, que me digas "te jodes" – la veo reír
– todo, absolutamente todo lo quiero contigo.

-          ¿eres capaz de aceptar todo lo que te pudiera pedir? –


pregunta subiendo sus manos por mi cuerpo debajo del saco
del traje hasta los hombros quitándolo.

-          Lo que sea, si así puedo estar seguro que no volverás a


huir de mi – respondo mientras ella deshace el nudo de mi
corbata.

-          No quiero que me propongas matrimonio – dice


sorprendiéndome porque es justo lo que pensaba hacer, no en
este momento, pero si en un futuro cercano. – ¿recuerdas la
conversación en casa de tus padres? – asiento confundido –
un papel no es constancia del amor entre dos personas y yo a
ti te amo.

Sin darme tiempo de responder une sus labios a los míos con
auténtica necesidad, le correspondo de igual forma
tomándola de la cintura para sentarla sobre su escritorio.
Siento sus manos soltar cada uno de los botones de mi
camisa rápidamente. De un rápido y brusco movimiento
rompo su vestido que no me gusta para nada, ella abre los
ojos como platos y se aleja de mí.

-          ¡Oye!  – me riñe mientras le quito por completo el


vestido dándome cuenta que no llevaba nada bajo este, lo que
me enfurece – era un Givenchy – dice y yo lo lanzo lo más
lejos posible.

-          Te robaron – digo recorriendo su cuerpo con mis


manos mientras la veo a los ojos – le faltaba tela a ese
vestido.

-          Pero era Givenchy – vuelve a decir mientras sus manos


bajan a mi cinturón.

-          Te comprare otro – digo bajando mi pantalón lo


suficiente, la tomo de la parte baja de su espalda
empujándola hasta el borde de la mesa donde la penetro de
golpe. – lo siento amor, lo necesito.

-          Yo también – dice aferrándose a mi enterrando sus


uñas en mis hombros.

Comienzo a embestirla fuerte y profundamente mientras ella


muerde uno de mis hombros tratando de ahogar sus gemidos,
lo que me molesta por que se convirtieron en uno de mis
sonidos favoritos, pero recuerdo que estamos en su oficina.
Toda ella me embriaga en este momento tan íntimo, su
aroma, la suavidad de su piel, la humedad y calidez de su
interior, son la mezcla perfecta para hacerme enloquecer.

Subo una de mis manos hasta la parte de atrás de su cabeza


y la tomo del cabello con delicadez inclinando su cabeza para
que me observe.
-          Eres completamente mía – digo posesivo porque eso
es lo que ella provoca en mí. Ella se queda callada y yo la
penetro fuerte haciéndola gemir fuerte así que pongo la mano
que tenía en su cabello, en su boca. La imagen frente a mí me
enciende más si es posible. Ella desnuda sentada sobre su
escritorio, sus piernas abrazan fuertemente mi cintura, mi
mano en su boca y sus ojos suplicándome por más. – ¿lo
entiendes? – ella siente con la cabeza mientras sus ojos
suplicantes se llenan de deseo.

Continúo penetrándola fuertemente sintiendo el delicioso


dolor de sus uñas rasgándome la piel y su interior contraerse
alrededor de mi miembro lo que me indica que esta por
correrse. Unos instantes después siento su cuerpo tensarse
mientras su piel se eriza cuando la siento llegar al orgasmo
arrastrándome con ella. Apoya su cabeza en el hueco de mi
cuello mientras recuperamos el aliento.

-          ¿quieres ser mi novia? – pregunto y ella comienza a reír.

-          ¿enserio Kilian? – pregunta levantando la cabeza


observándome divertida. Sonrió al verla y desvió la mirada
hacia su tatuaje. "si hay voluntad, hay camino"

-          Nunca hay que dar las cosas por ello – respondo
mientras ella besa

-          Entonces lo haces mal – dice mirándome – te extrañe –


acaricia mi rostro con delicadeza.

-          Yo también te amo – respondo con sinceridad por es lo


que siento por ella. – no respondiste mi pregunta.

-          Si lo hice – la veo mirar alrededor mientras frunce el


ceño - ¿Qué me pondré ahora? – pregunta alejándome de ella,
lo que hace que salga de su interior. La ayudo a bajar viendo
que tiene los tacones aun puestos - ¿fetiche? – pregunta al
ver donde están mis ojos.
-          Nunca me había pasado, pero contigo es sumamente
excitante – la veo tomar mi camisa par luego ponérsela
mientras se da la vuelta dándome la espalda. La imagen que
me ofrece es magnífica y para inmortalizarla, tomo
rápidamente mi celular y que se dé cuenta le tomo una foto
mientras se inclina sobre el escritorio para tomar el teléfono
que hay sobre su escritorio.

-          Adán, baja al apartamento y tráeme un cambio de ropa


– la escucho hablar por teléfono, pero no puedo controlarme
al verla. Así que me le acerco poniendo una mano sobre su
espalda, la doblo sobre la mesa y la penetro, la veo morderse
el labio – cinco minutos está bien – dice tratando de sonar
normal para luego colgar de golpe. – tenemos cinco minutos
– dice acostándose por completo en el escritorio. – tengo una
junta en veinte minutos. – la tomo de la cintura moviéndome
más rápido mientras observo a la mujer con la que quiero una
vida llena de momentos como este.

Media hora más tarde la veo salir de su baño completamente


vestida y parece que como si nada hubiese pasado. Esta
enfundada en traje azul grisáceo, con una blusa blanca y
tacones negros. Se maquillo de forma sencilla lo que la hace
lucir hermosa.

-          ¿Qué? – pregunta sonriendo

-          ¿aceptas? – pregunto caminando hacia ella y la abrazo.

-          Ya te dije – responde y decido hacerlo muy especial,


ella lo merece.

En ese momento se abre la puerta de su oficina y veo que


entra Kepler, nos observa un instante y veo que sonríe, lo que
me molesta. No me gusta la relación de ellos dos.

-          Lo siento, pero debemos irnos – dice y Jenefer asiente


– por cierto, Kilian, tu madre está aquí.
-          Dame un minuto – dice ella guiñándole un ojo, lo veo
irse y ella me da toda su atención – debo trabajar

-          Nos vemos esta noche – digo besándola y ella asiente.

Al salir veo que Kepler la espera y ambos caminan hacia la


sala de juntas mientras él le explica algo. Pero no parece
enojado lo que me hace darme cuenta de algo, él no le habla
como su jefe y pareció darle igual lo que paso en la oficina de
Jenefer.

-          ¿Dónde está Jenefer? – escucho la voz de mi madre


tras de mí, lo que hace que me dé la vuelta.

-          En una junta – digo abrazándola mientras nos


adentramos al ascensor. Mientras bajamos mi mente da
muchas vueltas por el comportamiento de ellos dos.
Corazones y Flores-Dulces Mentitas -
Dreame
Jenefer...

Cuando termina la junta respiro aliviada ya que no podía


concentrarme debido a un delicioso dolor en mi entrepierna
que me recordar constantemente lo que sucedió en mi oficina
hace un rato. Observo como Christian acompaña a los
empresarios con los que estábamos reunidos hasta la puerta
de la sala de juntas, luego April y Adán los acompañan al
ascensor.

-          ¿dolorcito? – dice divertido mientras se acerca a mí.

-          Jodete – digo mientras lo veo sentarse junto a mí.

-          ¿te arreglaste con él? – pregunta sonriendo divertido

-          Digamos que si – respondo observándolo – debemos


divorciarnos – fue algo que pensé mucho durante mi estancia
en Argentina.

Yo de verdad quiero que las cosas con Kilian funcionen, como


también quiero que Christian sea feliz con Emma. Nuestro
matrimonio desde un inicio fue un error, nos ayudó
muchísimo, pero en este momento podemos darnos el lujo de
disolverlo.

-          ¿te gusta de verdad? – pregunta observándome serio

-          Estoy enamorada de él – respondo con sinceridad –


estos meses tuve tiempo para pensar en Kilian y Emma. Pero
la última decisión la tienes tu y yo te apoyare como siempre lo
he hecho.
-          Hay acuerdos

-          Que podemos romper si los dos estamos de acuerdo –


lo tomo de la mano –yo te adoro, me apoyaste como ninguna
otra persona lo ha hecho, pero cuando nos casamos,
aseguramos el presente y no pensamos en el futuro – me
observa atento – tu encontraste el tuyo hace casi un año, una
hermosa rubia. – sonríe al escucharme – y yo acabo de
encontrar el mío. No te voy a presionar, pero piénsalo

El resto de la tarde la pasamos en la sala de juntas hablando


de la empresa y los proyectos que tenemos en marcha, le
enseño las cifras que arrojo el proyecto de la temporal en
Argentina y los resultados de esta allí. Él me pone al día de lo
que ha sucedido en Nueva York durante mi ausencia.  Cuando
terminamos el me acompaña a mi oficina por mis cosas antes
de irme.

-          Me alegra que estés tan feliz – dice sonriente


levantando del suelo la corbata de Kilian, en ese momento
entra a mi oficina una hermosa rubia de ojos grises que brillan
al ver a Christian.

-          Hola amor – dice caminando hacia mi socio – hola Jen

-          Que gusto verte Emma – respondo caminando hacia


ella para abrazarla.

-          ¿pensabas quedarte a vivir en Argentina? – pregunta


besando mi mejilla

-          Para nada, solo que me tomo más tiempo resolver el


problema – respondo y ella sonríe. Emma es una de las pocas
personas que sabe que soy socia y fundadora del consorcio,
aunque no lo sabe todo.
-          Qué bueno que estas aquí – responde con una hermosa
sonrisa mientras recojo mis cosas – ¿vienes a cenar con
nosotros?

-          No, tengo una cita – respondo y ella sorprende

-          ¿Quién es el afortunado? – pregunta mientras salimos


de la oficina

-          Kilian Sinclair – respondo sonriendo

-          ¿el magnate de los diamantes? – pregunta sorprendida

-          Si – respondo y entonces recuerdo una idea que viene


rondándome la mente – ¿puedes venir a verme mañana?

-          ¿Debo preocuparme? – pregunta Christian divertido

-          No, aunque fue algo que se me paso comentarte –


respondo saliendo del ascensor en el estacionamiento. – nos
vemos mañana.

Me subo a mi auto y conduzco hasta mi apartamento,


necesito una ducha antes de ver a Kilian, así que al llegar paso
directo al cuarto de baño. Mientras me desnudo me llega un
mensaje de Kilian.

Acabo de terminar mi día, paso por ti en una hora. K

Yo ya me encuentro en casa, aquí te espero. J

Me termino de desnudar y me adentro a la ducha. Al salir voy


a mi closet y elijo un sencillo vestido blanco, no me maquillo
mucho, me aliso el cabello y por ultimo elijo unas sandalias a
juego. Cuando estoy buscando un bolso me llega un mensaje.

Te invito a desayunar. K

¿Desayunar? J
Si, aunque no me tires el café encima.

Estoy abajo. K

Sonrió ampliamente, guardo mi celular en el bolso y voy hacia


el ascensor. Mientras bajo pienso en lo que le dije a Christian,
quiero hacer las cosas bien con Kilian por lo que quiero
divorciarme antes de contarle la verdad, no me gustaría que
se enterara de otra forma, porque lo perdería.

Al salir a la calle lo veo recostado sobre su auto, un hermoso


mercedes n***o. Camino hasta él que me recibe con los
brazos abiertos.

-          Hola – digo para luego besarlo

-          ¿Cómo estuvo tu día? – pregunta mientras me abre la


puerta del copiloto para que suba.

-          Tuve un viaje un tanto largo, luego una mañana muy


agitada y luego una tarde tranquila – digo cuando él ya ha
subido. Durante el camino hablamos de todo un poco, me dice
que su madre quiere verme y me invita a cenar. Luego me
cuenta sobre la fiesta que habrá en dos días por la
presentación del proyecto. Al llegar al edificio entra directo al
estacionamiento, aparca junto a un hermoso Ferrari rojo
convertible.

-          ¿te gusta? – pregunta cuando abre mi puerta y me da la


mano para que salga.

-          Es bellísimo – digo acercándome, yo tengo un Ferrari,


pero este es hermoso. Observo el estacionamiento y me doy
cuenta que hay autos realmente hermosos. - ¿Cuántos son
tuyos? – pregunto al ver el McLaren.
-          Todos – dice sonriendo con orgullo y quien no al tener
una colección como esta. Caminamos hasta el ascensor
donde nos besamos de forma intensa, pero lo veo detenerse
lo que me sorprende. – antes que nada – desviar la mirada
hacia la pantalla del ascensor, veo que se mete la mano al
bolsillo y saca una corbata negra. – date vuelta – lo hago y
luego todo se oscurece – te amo – besa mi cuello mientras
escucho la llegada del ascensor.

Me sujeta con delicadeza mientras caminamos, un exquisito


aroma inunda el ambiente. Cuando nos detenemos lo siento
desatar la corbata y cuando abro los ojos jadeo de sorpresa.

-          ¿quieres ser mi novia? – pregunta en mi oído mientras


observo frente a mí.

Hay muchas rosas y globos en forma de corazón, me tapo la


boca con la mano observando el detalle frente a mí. De
repente lo siento tomar mi mano izquierda y deslizar algo en
mi dedo anular. Bajo la mirada y me encuentro con hermoso y
sencillo anillo.

-          Kilian – susurro volviéndome a verlo

-          No es lo que piensas – responde besándome – pero es


una promesa, de que voy amarte, cuidarte, apoyarte y estar
para ti. – los ojos se me llenan de lágrimas – quiero una vida
contigo y tienes razón, un documento no define lo que eres y
significas para mí. No me importa si eres mi amiga, mi novia o
esposa. Lo eres todo para mí y eso es lo que realmente
importa.
S e a R a-D ce Me i a
u l oj ul s nt t s - D ea e
r m

Abro los ojos lentamente acostumbrándome a la luz que entra


por los enormes ventanales de la habitación de Kilian. Me doy
cuenta de que me encuentro sobre su pecho desnudo que
duerme tranquilamente. Trato de levantarme, pero él aprieta el
agarre que tiene en mi cadera.

-          ¿piensas huir de nuevo? – pregunta abriendo los ojos


para observarme.

-          No, pero debo irme – respondo recordando que tengo


una reunión con Emma y Christian – tengo que trabajar.

-          Desayuna conmigo – pide tomándome de la cintura


para que suba a horcajadas sobre él.

-          Debo ir a mi apartamento a cambiarme antes de ir a la


empresa – digo sintiendo su sexo creer debajo de mí.

-          Confía en mi – dice levantándome un poco para poder


penetrarme haciéndonos jadear a los dos. Lo veo sentarse
para quedar frente mí, tomando mis labios mientras yo me
aferro a su espalda, hacemos el amor intensamente antes de
darnos un baño.

-          Me van a despedir por tu culpa – digo envolviéndome


en una toalla mientras camino hacia su closet segura de que
él viene tras de mí. Al entrar quedo sorprendida de ver unos
paquetes sobre el sofá de la marca Givenchy y una de la perla.

-          Puedes trabajar para mí – responde entrando mientras


sonríe – te pago el vestido – me guiña un ojo y yo le lanzo una
fea mirada.

-          No era necesario – respondo y él sonríe.


-          Te invité a desayunar y para ahorrarte tiempo decidí
comprar un cambio de ropa – dice tomando un traje n***o,
camisa blanca y corbata negra – aunque si quieres traer algo
de tu ropa por mí no hay problema.

-          ¿no crees que es muy pronto? – pregunto tomando el


paquete de la perla donde hay un hermoso conjunto de encaje
n***o.

-          Pasaras mucho tiempo aquí, como yo en tu casa – lo


veo ponerse un bóxer n***o – así que lo veo muy práctico, a
menos que no estés de acuerdo.

-          ¿Qué hiciste con sus cosas? – pregunto tomando otra


de las bolsas donde se encuentra un hermoso vestido n***o.
Él me observa confundido mientras se viste -  las de Amara. –
lo veo endurecer la mirada – no voy a enojarme, lo prometo.

-          Ella pocas veces se quedó aquí y aunque varias veces


sugirió que sería buena idea el tener algunas cosas aquí, no lo
permití – se encoje de hombros restándole importancia.

-          Tienes muy buen gusto – digo terminándome de vestir,


veo que también hay una gabardina del mismo color cosa que
agradezco porque está comenzando octubre y el frio
comienza a sentirse cada vez más.

-          Te faltan los zapatos – dice saliendo del closet para


volver un momento después con una bolsa que conozco a la
perfección.

-          Kilian – digo mientras me siento sobre el reposa brazo


del sofá para ponerme los tacones, pero lo impide y él me los
pone.

-          He notado que te gustan – dice sonriendo


-          Fui feliz cuando tuve el dinero suficiente para
comprarme el primer par – respondo cuando termina para
luego besarme. Lo veo caminar hasta donde están sus
zapatos y toma unos n***os.

-          Iremos a juego – dice mostrándome la suela y yo


sonrió.

Terminamos de vestirnos para luego ir a la cocina donde


desayunamos entre besos y risas, observo el anillo en mi
mano para luego verlo a él, entonces me doy cuenta que debo
ser honesta con él, no quiero guardarle este secreto durante
mucho tiempo y prefiero perderlo pero que se entere por mí a
que lo haga por otra persona.

-          Kilian – digo poniéndome seria – hay algo que debo


contarte y es importante que lo sepas. – cuando esta por
responder suena su celular, al ver la pantalla frunce el ceño.

-          Dame un minuto – me pide besándome para luego


contestar. A medida que habla su expresión de enojo aumenta
hasta que cuelga. – debo estar en la empresa lo más pronto
posible – dice poniéndose de pie - ¿podemos hablarlo por la
noche?

-          Si – respondo no muy convencida.

Volvemos a su habitación donde nos lavamos los dientes para


luego tomar nuestras cosas y bajar hasta el estacionamiento.
Mientras bajamos lo escucho hablar muy molesto por
teléfono, pero cuando me observa me sonríe. Al llegar cuelga
la llamada para darme toda su atención.

-          No puedo llevarte a la empresa – dice mientras


caminamos hasta una especie de vitrina en la que puedo ver
que se encuentran las llaves de los autos, lo veo poner su
dedo pulgar en la cerradura de esta.
-          Deberé tomar un taxi – digo pensativa ya que voy a
llegar muy tarde. Lo veo negar con la cabeza mientras toma
dos llaves y luego cerrar la vitrina.

-          Ven – me toma de la mano, me guía hasta el auto que vi


anoche cuando llegamos. – conduce con cuidado – dice
poniendo la llave en mi mano.

-          No puedo – digo sonriendo como niña pequeña con un


nuevo juguete – ¿Qué pasa si choco?

-          No pensabas eso cuando te llevaste el MacLaren – me


toma de la cintura para pegarme a su cuerpo mientras su
celular suena – si chocas procura no salir lastimada, eso
realmente me preocuparía. Porque lo que le suceda al auto, se
hará cargo el seguro – me besa para luego separarse de mí y
abrirme la puerta del conductor. – recuerda que esta noche
cenaremos con mis padres.

-          Envíame la dirección del restaurante – digo subiendo al


auto.

-          Hablaba en serio cuando te dije que puedes trabajar


para mí – dice inclinándose para besarme.

-          Ya tienes un asistente – respondo encendiendo el auto


– esto es muy emocionante – digo refiriéndome al auto.

-          Con cuidado – dice tomando mi mano para luego se


aleja del auto para que salga.

Conduzco rápidamente hasta la empresa donde al llegar y


salir del ascensor me espera Adán con mi café en su mano.

-          ¿ya están aquí? – pregunto caminando hacia mi oficina


-          Si señorita, están en su oficina – responde cuando
llegamos a la puerta, lo veo desviar su mirada hasta mi mano
con la que sostengo el café y yo sonrió porque es donde está
el anillo.

-          Buenos días – digo entrando encontrándome a


Christian y Emma besándose – por favor, díganme que no lo
hicieron en sobre mi escritorio.

-          Ya tienes buenos recuerdos en esa superficie, no


queremos dañarlos – dice Christian y yo le muestro mi dedo
medio. - ¿Qué haces aquí? – pregunto sentándome frente a
ellos en uno de los sofás que hay en mi oficina. – cite solo a
Emma.

-          ¿me estas echando? – pregunta fingiendo estar


ofendido

-          No, debes estar presente para lo que voy a decirle a


Emma – digo y veo que él queda perplejo y hay terror en sus
ojos, así que niego con la cabeza para hacerle saber que no
voy hablar de nuestro matrimonio, pero me observa prevenido.

-          ¿tan grave es? – pregunta Emma dándose cuenta de la


reacción de Christian.

-          Quiero ofrecerte trabajo – digo sorprendiéndolos a los


dos

-          ¿trabajo? – pregunta sorprendida

-          Sí, no sé si Christian ya te hablo del proyecto que hizo


que me quedara tanto tiempo en Argentina – ella asiente con
la cabeza – bueno, allí puse en marcha la creación de una
empresa de contratación temporal.

-          Si – dice mirando a Christian


-          Sabes que nuestra sede central, es esta – digo
haciendo referencia al edificio en el que estamos – pero nos
hemos extendido y yo quiero que tú seas la directora general
de la temporal Kepler. – veo que abre los ojos como platos
mientras Christian sonríe.

-          ¿Yo? – se señala – solo soy psicóloga

-          Y administradora de empresas – respondo tranquila –


que nunca has ejercido la carrera, no significa que no lo seas.
– observo a Christian que asiente con la cabeza – no necesito
que tengas experiencia, porque es algo que está comenzando
y quiero que estés con nosotros en esto.

-          No sé nada sobre el área del talento humano – dice


asustada

-          Ni nosotros – digo riendo – pero quiero que estés junto


a nosotros en este proyecto. – Christian asiente con la cabeza
agradeciéndome con la mirada.

-          ¿Puedo pensarlo? – pregunta Emma y yo sonrió.

-          Por supuesto – digo y ella observa a Christian que la


toma de la mano.

-          Debo irme – dice poniéndose de pie

-          Te acompaño – dice Christian poniéndose de pie junto


con ella, pero antes de que se dirijan a la puerta se vuelve
hacia mí y dice – Acepto
Dolor-Dulces Mentitas - Dreame
Dos semanas después...

Abro los ojos lentamente mientras observo mi entorno y


sonrió, estamos en Paris. Luego del día en el que le pedí a
Emma que trabajara con nosotros y que Christian aceptara el
divorcio, todo ha pasado muy rápido.

Esa misma tarde nos reunimos con nuestros abogados para


saber que implicaba nuestro divorcio, después de dejar todo
en claro se entablo la demanda de divorcio. La fiesta de
presentación del proyecto fue un éxito total, Christian brillo
junto a Kilian y cuando dio su discurso me agradeció infinidad
de veces, decía "esto no podría haberlo hecho sin mi socia y
arquitecta..."

Ese fin de semana Kilian y yo la pasamos con sus padres que


están más que feliz de que tengamos una relación. El
domingo por la noche luego de un día con sus padres le
presente a los míos quienes lo aceptaron enseguida a pesar
de ser conscientes de mi matrimonio con Christian.

el lunes luego de la inauguración del proyecto Sinclair, nos


reunimos con nuestros abogados para firmar el divorcio.
Luego de esa firma Christian me abrazo fuertemente
dándome una noticia que me dejo perpleja.

"– Gracias Jen, pero sobre todo por esto – me abraza fuerte –
si es niño dejare que elijas su nombre y si es niña se llamara
como tú. – abro los ojos al darme cuenta lo que trata de
decirme.

- ¿Enserio? – me aparto de él quien asiente con la cabeza.


- El sábado después de la fiesta me lo dijo – la sonrisa en su
rostro reafirma que lo que acabamos de hacer es lo correcto.

- ¿abra una nueva señora Kepler? – pregunto

- Sí, estoy pensando cómo hacerlo y quiero que me


acompañes a elegir el anillo – me dice y yo lo abrazo.

- Eres mi mejor amigo – beso tu mejilla – te amo y gracias por


todo"

Luego de ese día Kilian me pidió que lo acompañara a un viaje


de tres semanas que debía hacer a distintas ciudades por
temas de trabajo así que acepte y dos emanas después
estamos en parís luego de viajar a Singapur, Bangkok, Seúl y
Berlín.

Observo a mi lado una rosa blanca con una nota y sonrió.


Desde que comenzamos el viaje muy pocas veces despierto
junto a Kilian, ya que él trata de hacer todo el trabajo
pendiente en la mañana para pasar el resto del día conmigo.
Tomo la nota y leo.

"sigue las rosas... K"

Me siento sobre la cama para buscarlas y veo que el suelo hay


un camino, me pongo de pie y busco algo que ponerme. Hace
un día que llegamos y estoy agotada, pero estar junto a Kilian
hace que todo valga.

Me pongo de pie y sigo el camino que marcan las rosas hasta


un balcón donde hay tres enormes ramos de rosas blancas
pero lo más impresionante es la vista hacia la torre Eiffel. Veo
que hay una mesa junto a las rosas donde hay una nota.

"siento no poder desayunar contigo, pero en la tarde soy todo


tuyo.
Te amo... K"

Sonrió como tonta mientras vuelvo a la habitación para darme


un baño y salir a caminar un rato. Al entrar al cuarto de baño
decido tentar un poco a Kilian, por lo que me denudo y tomo
una toalla para rodearme la cintura. Me paro frente al espejo,
me cubro los senos con un brazo y con el otro tomo el celular
tomando una foto que envió al instante. Dejo el celular sobre
el lavado mientras me ducho.

Al salir voy al closet donde esta todas nuestras cosas ya


organizada. Decido ponerme una blusa blanca de cuello alto y
sin mangas, una falda negra con puntos blancos y tenis
blancos. Me hago un moño desordenado, me aplico
bloqueador, crema hidratante en el rostro y pestañina. Tomo
mi bolso y un abrigo porque está haciendo un poco de frio.

Decido desayunar fuera por lo que camino hasta una cafetería


que al entrar se me hace agua la boca al sentir el delicioso
aroma a café y pan recién hecho. Mientras como me doy
cuenta de que olvide el celular en el lavado, pero decido que
no es importante.

Al salir de la cafetería camino por no sé cuánto tiempo hasta


que observo algo que me enternece y decido comprarlo. Unos
hermosos tenis negros para bebe de suela roja, que se pueden
usar sin importar el género del bebé. Paso toda la mañana
caminando por las hermosas calles parisinas, hasta que
decido volver al apartamento pensando en que Kilian debe de
estar por llegar y no quiero que se preocupe si no me
encuentra.

Al llegar subo rápidamente al ver al chofer de Kilian en la


entrada del edificio. Al entrar al apartamento lo encuentro
sentado en uno de los sofás del salón con un vaso con whisky
en su mano. Al escucharme levanta la mirada y al ver sus ojos
sé que algo anda mal.
- Hola – digo acercándome a él, pero niega con la cabeza lo
que hace que me detenga.

- Sabes, cuando te conocí había algo en ti que me cautivo por


lo que te mande a investigar – comienza a decir poniéndose
de pie observándome con dolor en los ojos.

- Kilian...

- Lo que me entregaron, no concordaba con lo que eres – dice


riendo cínico mientras niega con la cabeza – ¿sabes por qué
la información estaba incompleta?

- Kilian... - digo suplicante al darme cuenta de que lo


descubrió.

- Por qué no eres Jenefer Brown, sino Jenefer Kepler – cierro


los ojos al escucharlo - ¿estas casada? – pregunta furioso lo
que hace que me duela el pecho al escucharlo.

- Puedo explicarlo – la voz se me quiebra

- ¿QUE VAS A EXPLICARME? – grita lanzando el vaso a la


pared quebrándolo – ¿Qué me has visto la cara de imbécil
todo este tiempo? – veo como una lagrima se escapa de sus
ojos. – ahora todo tiene sentido, tu comportamiento en el
consorcio, tu conocimiento, tu relación con Christian.

- Kilian, puedo explicarlo – digo, pero él niega con la cabeza.

- Eres Jenefer Kepler, fundadora y accionista a partes iguales


con Christian del consorcio Kepler, la brillante y muy talentosa
arquitecta e ingeniera del consorcio – dice furioso y veo que
trata de controlarse - ¿dime que quieres explicarme?

- Todo tiene una explicación – trato de decir


- Por eso no quieres casarte conmigo – dice y esas palabras
me duelen porque ya no es así - ¿Qué les paso? ¿quisieron
experimentar una relación abierta?

- No sabes lo que dices – digo dolida

- Deje a mi prometida por ti y al final ella tenía razón – sus


palabras son como puñaladas en mi pecho – me iba
arrepentir, porque eso hago en este momento, me arrepiento
de haberla dejado por una mentirosa como tú.

- Perfecto – digo antes de darme la vuelta y caminar hacia la


puerta.

- No te atrevas a irte – dice furioso lanzando un vaso a la


pared junto a mi haciéndome detener – Jenefer – su tono es
de advertencia, pero sin más continuo mi camino saliendo del
apartamento. Corro hasta la salida del edifico y me subo al
primer taxi que veo libre viéndolo salir a toda prisa tratando de
alcanzarme.

- Al aeropuerto por favor – digo quebrándome en ese


momento. 
Dolor 2-Dulces Mentitas - Dreame
Kilian...

Me estoy abotonando la camisa mientras la observo, esta


acostada bocabajo plácidamente dormida. Han pasado dos
semanas desde que estamos juntos de forma oficial, pero han
sido los mejores días de mi vida. Verla al llegar a mi
apartamento o el suyo, verla cocinar es maravilloso. Cuando
le propuse el viaje más que por trabajo fue por tenerla solo
para mí ya que en Nueva York debo compartir su atención.
Cuando me contó que la novia de Kepler está embarazada me
di cuenta de algo. No quiero hijos, soy demasiado egoísta y el
solo imaginarme tener que compartirla de forma permanente
con alguien mas no me gusta.

Cuando estoy listo salgo a ver que ya haya llegado lo que pedí
y veo que sí, tomo algunas rosas y marco un camino para
cuando ella despierte. Me siento a su lado y escribo dos
notas, dejo una a su lado con una rosa y después de darle un
beso me pongo de pie para irme a trabajar.

Durante el viaje he agendado todo lo que se trate de trabajo


por la mañana para estar con Jenefer recorriendo la ciudad en
la que estemos por las tardes. Observo la hora en mi celular y
una foto de ella aparece en mi fondo de pantalla, fue tomada
en Singapur mientras almorzábamos, antes de que nos
sirvieran la comida me levanté un momento a contestar una
llamada, pero preferí tomarle una foto a ella y ponerla de
fondo de pantalla.

- Buenos días señor – me saluda Max abriéndome la puerta


del auto
- Buenos días Max – saludo mientras subo y luego el junto a
mí – quiero que me consigas todo para hacer un picnic,
¿tienes las entradas para el ballet?

- Si señor – dice entregándomelas, Jenefer me contó que le


encanta el ballet. Que es una de las razones principales por
las que le gusta Rusia y aprovechando que hay temporada de
ballet ruso en parís voy a darle esa sorpresa. – el señor
Thompson quiere hablar con usted – lo observo confundido,
ya que Rick Thompson es el padre de Amara y aunque es
socio de una de nuestras empresas casi nunca nos vemos.

- ¿tiene cita? – pregunto

- Si, lo vera apenas lleguemos – responde y yo asiento con la


cabeza.

Cuando llegamos a la empresa nos guían hasta la sala de


juntas, al entrar veo a Rick allí esperándome.

- Hola Rick – lo saludo entrando y estrechando la mano que


me extiende.

- ¿Cómo estas Kilian? – pregunta mientras nos sentamos

- Bien, aunque intrigado por tu visita – digo pensando que se


trata de algo relacionado con la empresa – ¿me venderás por
fin las acciones? – digo ya que hace un par de meses mi
padre me pidió que lo sacara de la empresa porque no le daba
buena espina.

- No, es una de mis principales fuentes de ingresos – dice


riendo mientras niega con la cabeza – el tema a tratar es algo
más personal. – su expresión se vuelve más seria y sé que se
trata de Amara - humillaste a mi hija, aunque el cambio fue
muy bueno – al decir eso me provoca golpearlo, en ese
momento recibo un mensaje de Jenefer que hace que mi
miembro despierte. Lo que me calma.
- Jenefer Kepler, una mujer realmente impresionante, no solo
físicamente – eso llama mi atención por completo.

- ¿Kepler? – pregunto confundido – ella es Brown

- Su apellido de soltera si lo es – responde poniendo frente a


mí una carpeta azul que tomo enseguida, al abrirla me
encuentro una imagen de Jenefer. Comienzo a leer lo que
contiene esa carpeta y siento que el mundo se me viene
encima.

"Jenefer Kepler

Edad: 25 años

Fecha de cumpleaños: 26 de abril

Padre: Carol y Jared Brown

Fundadora y accionista mayoritaria a partes iguales con su


esposo el señor Christian Kepler, del consorcio Kepler Inc.

Estudios: ingeniería civil, arquitectura e idiomas en la


universidad de Nueva York. Especialización en vías y
túneles..."

Cierro la carpeta incapaz de seguir leyendo y todo en mi


mente cobra sentido, su forma de vestir, donde vive, que tenga
un asistente cuando se supone que ella es una asistente, la
forma de comportarse en la empresa y que haya estado tanto
tiempo fuera del país cuando el consorcio estaba en
problemas en argentina.

- Lo que le hiciste a mi hija fue algo bueno porque prefiero mil


veces que la hayas lastimado de esa forma a que la hubieses
engañado – dice Rick sonriendo – créeme que la expresión
que tienes en este momento en el rostro es el precio justo a
las lágrimas que ha derramado mi hija por ti – sin más se
pone de pie dejándome solo y con la vida hecha pedazos.

Tomo rápidamente mi celular y llamo a mi padre, solo él


puede corroborar esta información.

- Hijo...

- ¿sabías que Jenefer es casada? – pregunto de golpe, mi


padre siempre investiga a toda persona que se acerque a
nosotros, pero él paga por una investigación muy profunda y a
veces deben adentrarse en lo ilegal.

- Hijo, no es lo que piensas – responde y yo cierro los ojos al


darme cuenta de que ellos lo sabían. Cuelgo antes de que
continúe.

Me pongo de pie mientras entra Max, pero debo salir de aquí.

- Cancela todo – digo pasando por su lado, salgo de la


empresa y voy hasta el auto para que el chofer me lleve al
apartamento. Necesito que ella me lo diga con su boca,
necesito saberlo, enfrentarla y juro que si ella me dice que no
es así le creeré.

Al entrar al apartamento me dicen que ella salió hace un rato,


tomo mi celular y comienzo a llamarla, pero me doy cuenta
que dejo su celular. Veo que hay llamadas perdidas de mi
madre lo que me molesta, porque están tratando de
protegerla. Decido tomarme un trago mientras la espero. Pasa
toda la mañana y ella no vuelve lo que aumenta mi enojo y mi
mente trae a colación todas aquellas señales que habían de
que eso es cierto solo que no los vi. No sé cuánto he bebido
hasta que la escucho llegar. Se ve tan hermosa, como esta
vestida parece una joven, por un instante flaqueo, pero
recuerdo su mentira y hace mi pecho arder.
- Hola – dice observándome, veo que trata de acercarse, pero
se lo impido negando con la cabeza.

- Sabes, cuando te conocí había algo en ti que me cautivo por


lo que te mande a investigar – comienzo a decir poniéndome
para acercarme a ella.

- Kilian... – trata de hablar, pero el enojo, el sentimiento de


traición y el engaño toman control de mí.

- Lo que me entregaron, no concordaba  con quien eres – digo


recordando aquella burla de investigación – ¿sabes por qué la
información estaba incompleta?

- Kilian... – el tono de súplica en su voz me mata, pero no


puedo dejarme convencer.

- Por qué no eres Jenefer Brown, sino Jenefer Kepler – esas


palabras me duelen más de lo que esperaba, la veo cerrar los
ojos y eso me confirma lo que decía ese informe - ¿estas
casada? – pregunto rogando con todas mis fuerzas que sea
mentira.

- Puedo explicarlo – no lo niega y eso termina de matarme. El


pecho comienza a dolerme como jamás imagine que podría.
Ella ha estado jugando conmigo todo este tiempo de la
formas más vil y descarada.

- ¿QUE VAS A EXPLICARME? – grito furioso arrojando el puto


vaso que había olvidado tenía en la mano – ¿Qué me has visto
la cara de imbécil todo este tiempo? – lo que veo en sus ojos
me mata, pero ella me engaño y jamás voy a perdonárselo -
ahora todo tiene sentido, tu comportamiento en el consorcio,
tu conocimiento, tu relación con Christian.

- Kilian, puedo explicarlo –trata de explicarme, pero me niego,


no encuentro una razón válida para justificar este engaño.
- Eres Jenefer Kepler, la fundadora y accionista a partes
iguales del consorcio Kepler, la brillante y muy talentosa
arquitecta e ingeniera del consorcio –recuerdo lo que decía en
el informe y mi pulso se acelera aún más - ¿dime que quieres
explicarme?

- Todo tiene una explicación – recuerdo lo que hemos pasado


y las oportunidades que tuvo para hablar conmigo.

- Por eso no quieres casarte conmigo – las palabras que me


dijo cuando en su oficina, en ese momento no entendí, pero
ahora todo está más que claro - ¿Qué les paso? ¿quisieron
experimentar una relación abierta? – recuerdo que Christian
tiene novia y no solo eso, sino que están esperando un hijo.

- No sabes lo que dices – responde dolida mientras unas


lágrimas escapan de sus hermosos ojos.

- Deje a mi prometida por ti y al final ella tenía razón – digo,


aunque no es lo que siento en realidad – me iba arrepentir,
porque eso hago en este momento, me arrepiento de haberla
dejado por una mentirosa como tú.

- Perfecto – lo que veo en sus ojos creo que se refleja en los


míos, acabo de lastimarla y ella a mí. la veo darse la vuelta y
comienza a caminar hacia la puerta, por lo que tomo un vaso
el minibar para lazarlo a la pared junto a ella tratando de
detenerla.

- No te atrevas a irte – la veo detenerse al ver el vaso


estrellarse en la pared, pero in más reanuda su camino –
Jenefer – digo a modo de advertencia, no quiero que se vaya
porque cuando cruce esa puerta mi vida se quebrara en mil
pedazos.

Rápidamente sale del apartamento y cuando reacciono corro


tras ella, pero al llegar a la entrada ella se ha ido en un taxi. El
dolor en mi pecho aumenta a medida que el taxi avanza,
vuelvo al apartamento y comienzo a beber tratando de
adormecer el dolor que siento, pero nada parece funcionar.
Familia-Dulces Mentitas - Dreame
Jenefer...

Me adentro en el ascensor completamente destrozada, no


puedo creer que Kilian me juzgara de una forma tan cruel, que
no me permitiera explicarle cuando hasta el criminal más
peligro tiene la oportunidad. Pero lo que realmente me
destrozo el corazón fueron sus palabras y que le diera la razón
a Amara. Jamás la conocí, pero que me culpara por dañar su
maravillosa relación me dolió más de lo que estoy dispuesta
aceptar.

Hace poco aterrizamos en Nueva York, viaje en un vuelo


comercial, pero durante el viaje llore demasiado hasta el
punto que preocupe a las azafatas. Ahora me encontró en el
ascensor rumbo a ver a la persona que más necesito en este
momento. Cuando las puertas se abren lo veo esperándome y
sin más me arrojo a sus brazos rompiendo en llanto.

- Sácalo – dice abrazándolo mientras lloro en su hombro.

- Lo descubrió – digo en medio del llanto mientras él acaricia


mi cabello – y no sabes cuánto acaba de lastimarme. – nos
separamos y él me lleva hasta mi habitación en su
apartamento, vamos hasta el cuarto de baño y lo veo poner a
llenar la tina mientras agrega las mismas sales, jabones y
esencias que tengo en mi propio baño.

- Desnúdate – dice observándome con ternura

- Pero date la vuelta – digo y él lo hace mientras niega con la


cabeza divertido.
Recuerdo la única y desastrosa vez en la que tuvimos sexo.
Sucedió unos días después de firmar nuestro primer contrato
millonario, decidimos salir a celebrar y cuando volvimos al
apartamento en el que estábamos viviendo, él me beso y una
cosa llevo a la otra, terminamos los dos desnudos mirando
hacia el techo. Esa noche descubrimos que jamás habría nada
más que una maravillosa amistad entre los dos.

Me desnudo y rápidamente me adentro al agua que envuelve


de inmediato. Lo veo darse la vuelta y camina hasta el borde
de la tina y se sienta.

- ¿quieres hablarlo? – pregunta observándome y yo asiento


con la cabeza.

- Todo estaba bien, pasamos dos semanas increíbles –


comienzo hablar mientras las lágrimas salen de mis ojos – no
sé cómo se enteró y no sabes cómo me arrepiento de no
haber sido sincera con él. – la voz se me quiebra – sé que lo
que sucedió es mi culpa, pero él dijo algo que me lastimo más
que su reacción, pero no me permitió explicarle. Explicarle que
ya estamos divorciados y que nuestro matrimonio jamás fue
real, solo fue una forma de fortalecer nuestra sociedad. No
me permitió hablar por más que le suplique – abrazo mis
rodillas dejando que las lágrimas salgan libremente, es algo
que necesito antes de salir de nuevo al mundo. Mañana saldré
con una enorme sonrisa que sin que nadie se dé cuenta de
que llore toda la noche – me culpo de que haya terminado su
compromiso con Amara.

- Eso hizo – me responde Christian a mi lado

- Pero él lo dijo como si hubiese cometido el más grave de los


errores – al recordarlo siento que el pecho me duele como
jamás imagine que sería posible.
- Llora todo lo que quieras esta noche, yo estaré a tu lado
siempre – me toma de la mano mirándome a los ojos –
mañana quiero verte como todos los días durante los últimos
cinco años. Fuerte, imponente y segura. – veo en sus ojos
furia y ternura – si no quiso que le explicaras no te merece,
jamás le mentiste.

- Se lo oculte – respondo limpiándome las lagrimas.

- No importa, entre ustedes se puede ver la tensión sexual y el


amor que siente uno por el otro, pero ustedes llevan poco
tiempo saliendo – comienza acariciar mi cabello – si no es
capaz de solucionar esto contigo, no es para ti. En una
relación hay cosas muchos más importantes que el amor. –
me regala la mejor de sus sonrisas – créeme cuando te digo
que eres un tesoro del que no cualquiera es digno.

- Gracia, por todo – digo y él besa mi cabeza

- ¿Qué quieres que hagamos? – pregunta sonriéndome – hay


un nuevo proyecto en Ucrania, podemos manejarlo desde
aquí, pero si quieres puedes viajar y estar allí el tiempo que
creas necesario.

- No, no voy a huir – respondo poniéndome de pie mientras él


toma un albornoz para entregármelo – pero tampoco quiero
volver a esconderme.

- Me parece perfecto – dice abrazándome - siempre me


pareció una estupidez

Voy en busca de un pijama y al encontrarla me visto


rápidamente para luego ir a la cama donde me espera
Christian.

- ¿duermes conmigo? – pido y él asiente, nos acomodamos en


la cama – debes hablar con Emma, no quiero que paso lo
mismo y menos ahora que está embarazada.
- Ya lo hice y se enojó, pero no por que hubiéramos estado
casados sino porque no se lo dije antes – dice triste
observándome – aprovechando que estamos aquí los dos
quiero decirte algo.

- ¿grave?

- No, quiero dividir mi parte de las acciones – suelta de golpe


y yo me siento en la cama.

- ¿Qué?

- Si, Emma acepto lo que le propusiste – me informa – y mi


hijo viene en camino, así que quiero poner el veinte porciento
para mis hijos, diez porciento para Emma y el diez restante
para mí. – abro los ojos como platos al escucharlo

- ¿sabes lo que significa? – pregunto por qué si él hace eso, yo


sería la accionista mayoritaria y la empresa seria
completamente mía.

- La empresa siempre ha sido tuya – responde tomándome de


la mano – esta es lo que es ahora por ti, yo solo la he
administrado, pero todo absolutamente toda ella salió de aquí
– toca mi cabeza con su dedo índice – yo soy el que está
agradecido contigo por todo.

- Hagamos algo – digo observándolo – le añado diez


porciento al fondo de tus hijos, sabes que no quiero hijos y
quiero que mis sobrinos tengan un futuro asegurado.

- Hace tiempo lo tienen, pero si es lo que quieres así será –


responde y veo en sus ojos que hay más – quiero que esas
acciones estén a tu nombre, no quiero ponerlas en riesgo.

- Me estás dando control total de la empresa.


- No hay en el mundo otra persona en la que confié más para
hacerlo – responde y me abraza – ¿estas segura que no
quieres hijos?

- Sí, es más quiero operarme lo más pronto posible, no quiero


sorpresitas – respondo y él asiente.

No sé en qué momento nos quedamos dormidos, pero le


agradezco que me distrajera del dolor que siento. A la mañana
siguiente siento que la cama se mueve lo que me hace abrir
los ojos lentamente encontrándome con Emma que nos
observa con sorpresa.

- No es lo que piensas – digo abriendo los ojos al ver que


estoy abrazada a Christian quien duerme plácidamente.

- Lo sé, solo es impactante e irreal ver a tu prometido


abrazado de una bellísima castaña – dice riendo quitándose
los zapatos – Christian me escribió y me digo lo que estaba
pasando. – se acuesta junto a mi dejándome en medio –
somos una familia y puedes contar conmigo para lo que
necesites.

- Gracias – respondo mientras ella me abraza fuertemente y


en poco tiempo nos quedamos dormidas junto a Christian.
Praga-Dulces Mentitas - Dreame
Dos días después de mi llegada a Nueva York volvemos a la
empresa y a pesar del dolor que siento en el pecho tengo una
motivación para no dejarme derrumbar por algo como el
rechazo de un hombre, aunque sea el que amas. Al llegar a la
empresa como todos los días me espera Adán con mi café en
su mano y yo le sonrió, caminamos hasta mi oficina donde me
espera Emma más que lista para comenzar a trabajar.

- Hola – la saludo abrazándola - ¿Dónde está Christian?

- Esta con el señor Pankov – me responde Emma mientras me


siento frente a ella

- ¿y es?

- El dueño de la ensambladora de aviones ucraniana K&P inc.-


me dice y entonces recuerdo que es el proyecto del que
Christian me hablo. En ese momento tocan la puerta.

- Adelante – digo viendo a Emma sonreír, para luego ver entrar


a Christian acompañado de alguien que jamás espere volver.
Él al verme abre los ojos como platos para después regalarme
una sonrisa seductora y sus ojos brillan de deseo como
cuando nos conocimos – tú – digo perpleja y él sonríe

- ¿ustedes se conocen? – pregunta Christian al ver mi


reacción y la del hombre junto a él.

- Podríamos decir que si – responde con su habitual tono de


voz seductor e imponente. Camina hasta quedar del otro lado
de mi escritorio extendiendo su mano hacia mí. – Kozel Panko
– estrecho su mano mientras sonrió.

- ¿Kozel? – pregunto y él me sonríe – Jenefer Brown


- ¿Jenefer? – pregunta de vuelta – ahora entiendo por qué
jamás te encontré. – su voz hace que a mi mente vuelva el
recuerdo de hace dos años cuando lo conocí.

Flashback...

Salgo de la reunión más que ansiosa por ir al ballet. Estoy de


viaje en Praga para el cierre de un trato muy importante, tuve
que venir sola ya que con Christian acordamos que siempre
debía quedarse uno en la empresa, así que rara vez los dos
estamos en el mismo viaje. Salgo rápidamente de la empresa
y voy al hotel con el tiempo justo para darme una ducha y
alistarme antes de que comience la función. Elijo un sencillo
vestido blanco, sandalias plateadas, dejo que el cabello me
caiga por la espalda de forma natural, me maquillo de forma
sutil y una vez lista tomo mi abrigo para salir rumbo al teatro.

Al llegar dejo mi abrigo en el guarda ropa y voy a que me guíen


a mi lugar, me informan que mi palco es compartido, no le doy
mucha importancia, cuando me indican donde es, entro y veo
que la función está por comenzar.

Unos instantes después un exquisito aroma inunda el lugar


haciéndome elevar la mirada encontrándome con un hombre
realmente imponente y sumamente atractivo.

- Buenas noches – saluda en un perfecto inglés mientras se


sienta a mi lado.

- Buenas noches – le respondo regalándome una sonrisa y


sus ojos brillan de una forma que me calienta la piel antes de
que las luces se apaguen y el espectáculo de comienzo. Trato
de concentrarme en el espectáculo, pero la presencia de ese
hombre me tiene muy nerviosa.

- ¿le gusta este tipo de espectáculos? – me pregunta


suavemente haciendo que me vuelva a verlo.
- Soy nueva en esto, hace unos meses fui a Moscú y me dio
curiosidad ver un espectáculo como este, me cautivo de
inmediato – comento sonriendo y analiza lo que digo.

- Constantino – se presenta y por un instante voy a decirle mi


nombre, pero no lo hago.

- Valquiria – respondo estrechando la mano que me extiende,


pero me sorprende cuando baja su boca hasta esta para dejar
un cálido beso sobre ella.

- Un placer – dice para luego centrar nuestra atención en el


espectáculo, pero aun siento su intensa mirada sobre mi.

Un par de horas después el espectáculo acaba y yo quedo


más que encantada. Nos ponemos de pie y me vuelvo a verlo
ya que las luces vuelven a estar encendidas.

- Hermoso – digo con una enorme sonrisa.

- No se imagina cuanto – responde observándome - ¿la invito


a cenar?

- No puedo, mañana debo viajar muy temprano – respondo


sonriendo mientras nos acercamos.

- Le prometo que estará a tiempo para subir a ese avión – dice


y de un rápido movimiento toma mi rostro para juntar sus
labios a los míos robándome el aliento. Mientras nos
besamos pienso que es una muy mala idea, pero hace mucho
no salgo con alguien, me he enfocado tanto en la empresa, en
la carrera y la especialización que no me ha quedado tiempo.
Así que asumiendo las consecuencias le rodeo el cuello con
mis manos profundizando el beso hasta que nos separamos
por falta de aire.

- ¿no eres un asesino en serie? – pregunto haciéndolo reír


- Hoy no – vuelve a besarme, pero esta vez el beso es corto.

Salimos del palco y pasamos por nuestros abrigos, al salir del


teatro veo que un hombre nos abre la puerta de un hermoso
Cadillac n***o. Veo que me extiende la mano para ayudarme a
subir y por un instante dudo, pero subo al auto.

Durante el trayecto nos besamos de forma intensa, hace que


me ponga sobre él sintiendo lo duro que se encuentra. Me
muevo suavemente haciendo fricción lo que nos hace jadear a
los dos. En ese momento el auto se detiene frente a un
edificio. Bajamos tomados de la mano y subimos rápidamente
hasta un apartamento. Al entrar nos desnudamos el uno al
otro rápidamente. Constantino me toma de la cintura para
sentarme sobre una mesa y lo veo ponerse un preservativo
antes de penetrarme.

A la mañana siguiente y luego de una intensa noche de sexo,


me visto bajo su atenta mirada. Cuando estoy por irme me
toma de la cintura y me besa.

- Me encanto conocerte – me dice y yo sonrió

- Piensa en que solo fue un sueño – digo besándolo – porque


para siempre será solo eso. – sin más me doy la vuelta y
salgo de aquel apartamento con una enorme sonrisa en el
rostro.

Fin flashback...

Esa noche rondaba en mi mente unos días después hasta que


me convencí de que solo fue un sueño y con el tiempo la
olvide, pero viendo al impresionante hombre frente a mi hace
que vuelva. Le sonrió mientras los guio a los sofás que hay en
mi oficina luego de que Christian presente a Emma, para que
hablemos con tranquilidad.
- Bueno, los escucho – digo sintiendo su intensa mirada sobre
mí.

- Quiero comenzar un nuevo proyecto – comienza hablar


haciendo que pase saliva – quiero hacerle una ampliación a la
ensambladora que tengo en el país y me dieron muy buenas
referencias de este consorcio.

- ¿Dónde está la ensambladora? – pregunto poniéndome de


pie para ir por mi iPad, luego vuelvo a mi lugar.

- Pittsburgh – responde

- ¿ya compro el terreno? – pregunta Christian y veo que Kozel


hace una señal, en mi campo de visión aparece una chica en
la que no me había fijado.

- De hecho, lo adquirí ayer – la chica le entrega una carpeta


que el procede a entregarme a mí, acariciando mis dedos en
el proceso. – el terreno se adapta a todo lo que quiero
implementar. – Christian y Kozel comienzan hablar de lo que
quiere mientras yo reviso todas las características del terreno.

- ¿Qué opinas? – me pregunta Christian

- El proyecto podemos ponerlo en marcha a más tardar tres


meses, podemos ofrecerle hacernos cargo de materiales y
mano de obra, por supuesto eso aumenta el precio inicial... -
comienzo hablar y él me observa atento con una seductora
mirada. – antes que nada, debo revisar el terreno y verificar
que sea idóneo para el proyecto.

- Tengo un avión listo para cuando quieras – dice y yo ruedo


los ojos. - ¿eres la ingeniera o arquitecta?

- Las dos – responde Christian y Emma con orgullo


haciéndonos reír a todos. En ese momento suena mi celular y
al ver la pantalla mi pecho duele, mis ojos comienzan a
llenarse de lágrimas, pero pestañeo rápidamente para evitarlo.
Respiro profundamente antes de hablar y Kozel frunce el ceño
al darse cuenta de mi reacción.

- Hablo enserio, tengo un avión listo – vuelve a decir


mirándome a los ojos – podemos ir cuando quieras – mi
celular vuelve a sonar y veo que de nuevo quien llama es
Kilian Sinclair. 
Verdad-Dulces Mentitas - Dreame
Kilian...

Llego a Nueva York después de una semana en Paris, una


semana donde estuve ebrio la mayor parte del tiempo y donde
me di cuenta que sin importar lo que Jenefer hizo no soy
capaz de sacarla de mi vida. La amo demasiado y la idea de
perderla para siempre duele muchísimo más que la mentira
sobre su matrimonio.

En los últimos dos días he intentado llamarla a su celular, a su


apartamento y a la empresa, pero simplemente no he podido
hablar con ella y eso me duele. Mis padres están furiosos
conmigo, mi madre me advirtió que me iba arrepentir de lo
que hice y tiene toda la razón, ya lo hago. Pudimos arreglarlo
en Paris, pero me cegué y la lastimé. Lo que le dije fue
mentira, jamás me arrepentiría de una vida junto a ella y ahora
necesito que Jenefer me perdone por haber sido tan idiota.

Cuando salimos del aeropuerto le pido al chofer que nos lleve


al consorcio Kepler, necesito verla. Al llegar subimos
rápidamente y cuando llegamos al piso donde se encuentran
las oficinas de Christian y Jenefer me encuentro de frente con
Kepler.

Veo sus ojos llenarse de odio al verme mientras salgo del


ascensor. Sin que me lo espere me da un fuerte puñetazo que
me hace tambalear.

- No tienes nada que nada que hacer aquí – dice mientras


siento el sabor de la sangre en mi boca.

- Vengo a ver a Jenefer – digo viendo que trata de golpearme


de nuevo, pero lo impido – tenemos algo que arreglar.
- No tienes nada que arreglar con ella, aléjate de ella – la furia
en sus ojos y voz me confunde.

- ¿me lo pides como socio o como esposo? – pregunto y él ríe


burlón para volverme a golpear. Veo que Max intenta
detenerlo, pero se lo impido.

- Eres un imbécil, lastimaste a una mujer que te ama de


verdad – dice sorprendiéndome – no sabes cómo son las
cosas entre nosotros, pero en cuanto descubriste las cosas
fuiste tan cobarde de juzgarla sin darle la oportunidad de
explicarlo. – dice furioso, veo llegar junto a él a su novia.

- ¿Qué pasa? – pregunta, pero su asistente la detiene


alejándola de nosotros.

- La explicación es simple – respondo acercándome a él – se


cansaron de un matrimonio aburrido y los dos decidieron
darle un poco de chispa. -  Vuelve a golpearme, pero esta vez
me defiendo y los dos caemos al suelo golpeándonos.

- ¡CHRISTIAN!! – grita su novia mientras nos peleamos.

- No sabes lo que hiciste – dice golpeándome antes de


ponerse de pie – no tendría por qué decírtelo, pero lo hare –
me pongo de pie para enfrentarlo - ¿ves todo esto? – pregunta
mientras señala todo el lugar – todo esto salió de la mente de
Jenefer, la constructora Kepler fue el proyecto de grado de
Jenefer. Dicen por ahí que unos nacen con estrella y otros
estrellados, eso nos sucedió a ella y a mí. – lo observo atento
– estudiamos la misma carrera, mis padres son abogados, de
hecho, su firma es la encargada de llevar todos nuestros
asuntos legales, pero yo no quería ser abogado así que decidí
estudiar ingeniería, pero por más que me gustara jamás he
sido tan bueno en esto como Jenefer. – veo que su novia
vuelve junto a él – le propuse comprarle su proyecto, pero se
negó así que le ofrecí asociarnos y ella acepto.
- Cuando pusimos en marcha el proyecto me entere que otros
empresarios estaban haciéndole ofertas por muchísimo más
dinero del que yo le ofrecí y me asuste, no se me ocurrió una
mejor forma de fortalecer nuestra sociedad que el matrimonio
– eso me sorprende ya que no me lo esperaba – yo me case
con Jenefer por interés, durante el primer año todo marcho
sobre ruedas, pero si no fuera por ella nos hubiéramos
quedado como una constructora más. Ella es la cabeza tras
todo esto, ella es el genio detrás del consorcio Kepler, es ella
la de las ideas de oro. – sus palabras me hacen darme cuenta
del grave error que cometí – y tú la lastimaste, porque eres un
cobarde que no merece una mujer como Jenefer.

- ¿siguen casados? – pregunto respirando pesadamente que


ya no siento los golpes que me dio Kepler.

- No, cuando ella volvió de Argentina y ustedes se vieron, ella


me propuso divorciarnos – cierro los ojos recordando algunas
ocasiones en las que ella me dijo que tenía algo importante
que decirme, pero siempre era yo el que lo impedía. – y tenía
razón, yo estaba posponiendo mi matrimonio con Emma por
miedo, ella me hizo entrar en razón. Hay cosas más
importantes que el dinero y el día que comenzamos con tu
edificio firmamos el divorcio. – camino hacia atrás impactado
por sus palabras hasta que me recargo sobre la pared – no
sabes la suerte que tienes de que ella te amé, los primeros
años de nuestro "matrimonio" – hace comillas con los dedos
– deseé poder enamorarme de ella y que ella lo hiciera de mí,
pero descubrí que mi amor por ella es diferente. Porque yo la
amo – endurezco la mirada – yo admiro a Jenefer Brown,
porque solo hay una cosa que supera su belleza – puedo
notar el orgullo en su voz – su inteligencia y es una
combinación muy peligrosa, porque si a ti te cautivo solo su
belleza, - no lo pregunta, lo afirma – eres un completo imbécil,
aunque no te culpo no estas a acostumbrado a mujeres de
verdad como lo es Jenefer, pero para otros hombres esa
combinación es irresistible y créeme que deseo con todas mis
fuerzas que ella se olvide de ti y pueda continuar con su vida.

- No voy alejarme de ella – advierto llamando el ascensor

- Y créeme cuando te digo que voy a defenderla a capa y


espada de ti o cualquiera que trate de lastimarla – sin más se
da la vuelta para dirigirse a su oficina junto a su novia que
observa furiosa.

Cuando salimos de la empresa veo que las personas que


pasan por mi lado mientras me dirijo al auto me observan
curiosos, pero los ignoro y me subo al auto.

- Llévame a casa de mis padres – digo al chofer cuando Max


se sube al asiento del copiloto, cosa que le agradezco ya que
es lo que necesito. Necesito que mi padre me diga lo que
sabe por qué cuando la busque debo tener claro todo lo que
en realidad sucedió.

Al llegar a casa de mis padres bajo rápidamente diciéndole a


Max que puede irse. Al entrar me encuentro de frente a
Camelia que abre ojos como platos al verme.

- Por Dios señor ¿Qué le sucedió? – pregunta, pero la paso y


voy hasta el jardín donde deben estar mis padres.

El día esta como le gusta a mi madre, el cielo está despejado


y el sol brilla, pero hay un aire frio que indica que se acerca el
invierno. Efectivamente los encuentro allí hablando
animadamente mientras mi padre revisa algo en su portátil,
ellos me escuchan llegar y levantan la mirada.

- Por Dios ¿Qué te paso? – pregunta mi madre poniéndose de


pie – Camelia – la llama, pero esta viene llegando con un
botiquín en la mano – gracias
- Papá, necesito que me digas todo lo que sabes del
matrimonio entre Jenefer y Christian Kepler – digo
sentándome donde mi madre me indica.

- No existe – responde sin más mientras mi madre saca


algunas cosas del botiquín.

- ¿Cómo que no existe? – pregunto

- Ya están divorciados – responde dejando a un lado su


portátil – y antes ese matrimonio solo era como un acuerdo
de sociedad. Nosotros ya conocíamos a Jenefer. – abro los
ojos como platos – al menos yo, ella no lo recuerda, pero hace
dos años ella presento un proyecto en Praga que fue un éxito
total. Luego la vimos en el ballet esa misma noche.

- ¿Por qué no me lo habías dicho? – pregunto sorprendido

- No me correspondía a mi decírtelo – responde mientras mi


madre me limpia las heridas – cuando la vi con tu madre supe
quién era, me dio un poco de desconfianza, pero en la cena
despejo toda duda que pudiera tener y supe que ella era la
indicada para ti. – la jodi y feo. Pienso – hijo debes
recuperarla o la perderás para siempre, Jenefer es una mezcla
de belleza, sensualidad e inteligencia que pocas veces se
encuentra. Es una combinación muy peligrosa.

- Hay algo que no me estás diciendo – digo observándolo


curioso ya que fue lo mismo me dijo Christian, lo veo apretar
los labios hasta formar una línea mientras observa a mi
madre.

- Kozel Pankov – responde ella mirándome a los ojos y yo me


vuelvo a ver a mi padre.

- Es todo lo que debes saber.


Cena y Vodka-Dulces Mentitas -
Dreame
Jenefer...

Estamos caminando por el terreno de Kozel con mi equipo de


trabajo corroborando que el terreno sea idóneo para la
ampliación. El día esta hermoso y ya hace un día que estamos
aquí. Observo como mis topógrafos toman las medidas para
comenzar con el plano. Gracias a este proyecto he mantenido
la mente ocupada para no pensar y sentir el dolor en mi
pecho, aunque en la noche y en la privacidad de mi habitación
lloro hasta quedarme dormida.

- No dejas de sorprenderme – escucho a Kozel a mi lado lo


que hace que me vuelva a verlo.

- No comprendo – respondo tomando el vaso de café que me


extiende y al probarlo descubro que es justo lo que quería.
Latte de vainilla – ¿sobornando a mi asistente? – pregunto
refiriendo a mi café

- Supuse que necesitabas uno, te he observado todo el día –


responde señalando tras nosotros el edificio administrativo.

- Pero que acosador – digo divertida

- Me encantan tus ojos, aun con la tristeza reflejada en ellos –


dice acariciando mi rostro – es un imbécil quien la provoca –
sonrió bajando la mirada, pero él lo impide levantando mi
rostro con su mano delicadamente.  – nunca bajes la mirada y
menos por un imbécil.

- Es difícil de explicar – respondo y él besa mi mejilla


- Eres peligrosa - responde alejándose de mí y yo sonrió. -
¿quieres ir a cenar esta noche?

- Tengo que abordar un avión a primera hora mañana – digo y


ambos reímos ya que fue lo mismo que dije hace dos años.

- Paso por ti a las ocho – dice para luego irse dejándome sola
mientras observo a los trabajadores.

Cuando llego al hotel es temprano así que aprovechando el


hermoso día que hace decido salir a caminar un rato antes de
vestirme para ir a cenar con Kozel. Cerca del hotel hay un
parque así que decido caminar hasta allí, pero antes de llegar
me compro un café para luego sentarme en un banco viendo a
los niños jugar.

Mientras los observo pienso en Christian y Emma, en que


pronto serán padres y lo feliz que se ven ante la noticia.
Pienso en Kilian, aunque en este momento este muy dolida
con él por lo que dijo sé que mi amor por él es mucho más
fuerte y espero volver a estar a su lado, pero de repente siento
miedo.

Hay algo que siempre he tenido claro. No quiero ser madre,


veo frente a mi algunas mujeres que supongo que son madres
y pienso que no es la vida para mí. Amo la vida que tengo en
este momento, el consorcio es como mi hijo, aunque es una
fea comparación he dado todo de mi desde que pasaba
noches enteras en la universidad creando el proyecto, hasta
ahora. Durante este proceso he descubierto lo mucho que
amo lo que hago y el estilo de vida que puedo darme gracias a
él.

Puede que algunas personas piensen que es una vida fría y


vacía, pero en mi opinión no hay que seguir los estereotipos
de la sociedad. ¿Quién puede asegurar que una mujer no es
plena sin hijos? ¿Quién puede asegurar que una mujer
realizada solo son las que tienen hijos? Que ese es el único
motivo por que las mujeres nacemos. Pero ahora siento
miedo. Miedo a que Kilian pueda rechazarme por el hecho de
que no quiero tener hijos, porque es verdad que lo amo
muchísimo, pero no más que a mí misma y yo jamás me
traicionaría. ¿y si me acepta y después se arrepiente?, no
hemos sacado el tiempo para hablar sobre eso.

Escucho mi celular sonar devolviéndome a la realidad y veo


que se trata de Adán recordándome la cena. Me sorprendo al
ver la hora y que el parque se esté quedando vacío. Me pongo
de pie rápidamente y vuelvo al hotel donde me doy una ducha
rápida y busco que ponerme.

Elijo un vestido un vestido n***o que deja al descubierto los


hombros y largo hasta un poco debajo de las rodillas,
sandalias del mismo color, me hago una coleta alta y me
maquillo. Cuando me estoy aplicando el labial escucho que
tocan la puerta. Tomo mi abrigo y sobre antes de abrir.

- Hola – dice Kozel observándome

- Hola – lo saludo mientras beso su mejilla.

- Estas hermosa – toma mi mano para besarla, pero se


detiene un momento observando el anillo que me dio Kilian.

- Una larga historia – digo cuando me observa

- Espero escucharla – responde mientras caminamos hacia el


ascensor.

Al llegar al restaurante nos guían hasta nuestra mesa y


después de pedir él me observa sonriendo.

- Sabes – comienza a decir – aquella noche hace dos años en


Praga te convertiste en uno de los mejores recuerdos de mi
vida y por una noche me hiciste olvidar. – lo observo
confundida – una semana después de aquella maravillosa
noche me case – lo veo sacar de su saco una argolla que se
pone en el dedo. – sonrió y él también – aunque no me creas,
durante unos días creí que me había enamorado de ti, mi
matrimonio fue arreglado, pero ahora amo a mi esposa,
aunque por un instante se me paso por la mente engañarla
contigo. – abro los ojos como platos

- Eres un imbécil – digo poniéndome de pie con la intención


de irme, pero él me detiene.

- Espera – pide haciendo que vuelva a sentarme – te lo dije,


eres un peligro – me toma de la mano – pero desde el primer
día que te vi en tu oficina, supe que no había la más mínima
posibilidad de que eso sucediera.

- ¿si amas a tu esposa, como paso por tu mente engañarla? –


pregunto calmándome

- Porque tú eres como una ninfa para mí, eres algo que, así
como llego se fue, pero ver la tristeza en tus ojos despertó en
mi un instinto asesino – dice divertido haciéndome reír – pero
me di cuenta de que tu corazón está ocupado y que tus
sentimientos por su ocupante son muy fuertes. Además, mi
esposa no se lo merece.

- Cometí un error y ahora pago el precio – digo mientras mis


ojos se llenan de lágrimas y un nudo se forma en mi garganta,
veo que el mesero llega con nuestra comida y pido
rápidamente un vodka con Red Bull.

- Puedes confiar en mi – dice y yo asiento

-  para eso necesito un trago – respondo y comenzamos a


comer.

Durante la cena hablamos de trivialidades y él me cuenta un


poco más de su vida, hablamos de nosotros conociéndonos
como amigos. Cuando volvemos al hotel él me pide que me
adelante al ascensor y eso hago, cuando entro lo veo llegar
con una botella de Adsolut en la mano y sonrió.

- Aquí está tu trago – dice encogiéndose de hombros

- Pero antes debes esperarme a que me dé una ducha y me


ponga más cómoda – digo y él pone cara de sufrimiento.

- No me tortures de era forma, me dañas la mente – dice y yo


estallo en una sonora carcajada.

Al entrar a mi habitación, lo veo quitarse el saco del traje y la


corbata. Yo voy directo al cuarto de baño donde me doy una
ducha rápida luego de desmaquillarme y me pongo un pijama
de seda negra, de pantalón largo y blusa de tiras con borde de
encaje, aunque me pongo un suéter sobre esta. Me dejo la
cola de caballo y cuando salgo veo que Kozel está en chándal
y camisera.

- ¿En qué momento te cambiaste? – pregunto sentándome a


su lado en el suelo junto a la chimenea.

- También quería estar cómodo – responde sirviendo los


tragos – te escucho.

Comienzo a contarle todo que ha sucedido con Christian,


como comenzamos nuestra empresa, el matrimonio, como
conoció a Emma y alguna que otra anécdota. Él me cuenta de
su esposa y todo lo que ha pasado en su matrimonio, por todo
lo que ha pasado con ella hasta que se dio cuenta que se
enamoró. Pedimos otra botella cuando comienzo a contarle
mi corta, pero muy intensa relación con Kilian y lo que
sucedió.

- ¿Kilian Sinclair? – pregunta sorprendido - ¿el magnate de los


diamantes?

- El mismo
- Creí que se iba a casar con Amara Thompson

- ¿la conoces? –pregunto bebiendo otra copa de vodka.

- Si, ella es modelo igual que mi hermana – responde y yo abro


los ojos como platos.

- ¿tu hermana es Lesya Pankov? – pregunto perpleja ya que es


una mujer bellísima.

- Sip – dice divertido

- Esa mujer es bellísima – recuerdo que fui invitada hace un


año a la semana de la moda en Milán y ella fue la modelo
principal de uno de los desfiles a los que fui.

- Eres maravillosa – dice observándome a los ojos mientras


se acerca a mí – si él no puede perdonarte una mentira que
jamás dijiste, es un imbécil que no te merece – acerca sus
labios a los míos, pero niego.

- No podemos, tu amas a tu esposa y yo a Kilian – digo


alejándome un poco de él.

- Solo un beso – me observa a los ojos – te lo juro – sonrió –


si mañana lo recordamos culparemos al vodka y guardamos
el recuerdo con llave en lo más profundo de nuestra mente. –
sin más junta sus labios a los míos besándome de forma
lenta, cuando nos separamos junta nuestras frentes mientras
nos vemos a los ojos. – Puedes contar conmigo siempre
como amigos, jamás te volveré a ver de otra forma, lo juro. –
tomo su rostro en mis manos y beso su mejilla.

- Gracias – lo abrazo y no se en que momento nos quedamos


dormidos, por primera vez desde mi discusión con Kilian en
Paris duermo tranquilamente. Hasta que escucho.
- Jenefer – abro los ojos de golpe al escuchar a Kilian. Lo veo
de pie junto a nosotros con los ojos llenos furia. Veo a Kozel
junto a mí que se levanta sin inmutarse de que Kilian esté a
punto de golpearlo. Pero cuando esta junto a él le da un fuerte
puñetazo en el estómago.

- Cuídala – le dice enfrentándolo – no sabes la suerte que


tienes – sin más se va dejándome a solas con Kilian que
parece realmente furioso. 
Amor en estado puro-Dulces Mentitas
KILIAN...

Estoy en casa de mis padres sentado en el borde de la piscina


con los pies dentro del agua. Mientras observo mis pies
moverse dentro del agua pienso en el daño que le hice a
Jenefer, cada vez que recuerdo lo que le dije y ver el dolor en
sus hermosos ojos hace que quiera golpearme con un bate de
aluminio en la cabeza.

- Vuelves a ser mi niño – escucho la voz de mi madre junto a


mí. levanto la mirada justo a tiempo para verla sentarse junto
a mí con sus pies dentro del agua. – hace muchísimo tiempo
no hacías esto – dice observándome con una preciosa
sonrisa.

Cuando estaba pequeño metía los pies en el agua de la


piscina o de la bañera de mi habitación cuando algo rondaba
mucho en mi cabeza o mis padres me castigan. Aun cuando
estaba en la universidad lo hacía, pero una vez tome las
riendas de las empresas de mis padres nada perturbaba mi
mente hasta ahora.

- Necesitaba pensar – respondo observando el agua – no sé


qué hacer

- Darle tiempo – responde mi madre - ¿Qué hiciste?

- Cuando termine con Amara, ella dijo que me iba arrepentir e


iba a volver con ella – recuerdo esa mañana en la que Jenefer
huyo, pero ese día decidí que ella sería la mujer con la que
despertaría el resto de mi vida. – le recrimine haber terminado
mi compromiso por ella, le dije que Amara había tenido razón
por que justo en ese momento me estaba arrepentido de
haberla elegido. – me vuelvo a ver a mi madre y veo en sus
ojos que está molesta.

- ¿Qué te respondió? – pregunta tratando de controlarse


porque es evidente que está molesta conmigo.

- Perfecto, luego se dio la vuelta y salió del apartamento, traté


de alcanzarla, pero no pude – al ver sus ojos supe que la
había lastimado, pero cuando quise arreglarlo ella se había
ido.

- ¿te arrepientes? – pregunta mi madre y yo sonrió mientras


niego con la cabeza.

- Jamás, desde el primer instante en que la vi supe que ella


sería la chispa que necesito en mi vida – digo recordando el
día que nos conocimos y sus hermosos ojos retándome – en
menos de una semana Jenefer me dio todo lo que en un año
Amara jamás pudo.

- La lastimaste, he hablado con Emma, la prometida de


Christian y me ha dicho que ella se encuentra muy mal, que el
día que volvió estaba muy mal – comenta mi madre – lo que
le dijo Rick a tu padre fue muy cierto...

- ¿papá hablo con Rick? – pregunto sorprendido

- Si, después de que colgaras él supo de inmediato quien lo


había hecho – me cuenta – lo llamo a reclamarle y Rick dijo
que era eso o un golpe – la observo curioso – eligió lo que
más te dolería.

- Pues si quería cobrarme el sufrimiento de Amara, lo hico con


creces – digo volviendo la mirada al agua – los golpes que me
dio Kepler no son nada en comparación con sus pablaras. –
ella me abraza - ¿Cuándo se vuelve fácil? – la escucho reír.
- Nunca – responde y yo me vuelvo a verla

- Papá y tú no tiene nunca tuvieron problemas – comento y


ella niega.

- Siempre procuramos darte un entorno cargado de amor y


eso hicimos, no nos parecía bien que presenciaras nuestras
discusiones, pero los tuvimos, fuertes discusiones, pero
cuando nos tranquilizábamos solíamos arreglarlo.

- ¿Cómo lo hacían?

- Antes de que nacieras, tu padre y yo tuvimos una fuerte


discusión – siento su cuerpo estremecerse – dijimos cosas
horribles y él se subió al auto para irse. Una hora después me
llamaron de la clínica, tu padre había tenido un accidente. Yo
sentí que me moría cuando lo vi acostado sobre esa cama y
más cuando duro un mes en coma – sus ojos se llenan de
lágrimas lo que me conmueve – ese día entendí que nada era
más doloso que perderlo y que nunca sabes cuáles serán las
últimas palabras que la persona que amas escuchara de ti.
Cuando se recuperó nos llevamos una inesperada, pero
magnifica sorpresa. – besa mi mejilla.

- ¿les arruine la vida?

- Nunca, solo la modificaste un poco, pero sin importar cuales


fueran nuestros planes eres lo mejor que nos pasó en la vida
– sonríe – debes hablar con ella, pídele disculpas y dale
tiempo a que ella sane. No puedo decirte que será más fácil y
menos con una mujer con ella, pero eso es lo que le da la
chispa. – la escucho atento – no se trata de hacer feliz a esa
persona, se trata de ser feliz con esa persona, que disfruten
de cada momento, feliz, triste, abrumador, ajetreado, tranquilo.
No es tener el momento perfecto, es hacer el momento
perfecto sin importar por lo que estén pasando.

- ¿te has arrepentido de algo?


- Si, de aquella discusión – responde ella y veo en sus ojos el
reflejo de sus palabras.

- ¿crees que seré feliz con ella?

- Ya lo eres, no importa que ahora estén distanciados y


heridos. Verte con ella me encanta, porque eres feliz, se nota
en tus ojos al verla, en tu actitud al tenerla cerca, siempre
busca tocarla aun sin que te des cuenta y en tu voz al hablar
de ella o con ella. – me sorprendo de sus palabras porque
jamás me había fijado – con ella pasa lo mismo, ella te busca
inconscientemente con la mirada o con la mano.

- Gracias mamá – digo mientras nos ponemos de pie y la


abrazo.

- No es nada mi amor, solo quiero pedirte algo – me observa a


los ojos – no quiero nietos.

- Qué bueno porque yo no quiero compartirla – respondo y ella


sonríe mientras caminamos hacia el interior de la casa.

- Está en Pittsburgh, revisando un terreno para el nuevo


proyecto con Kozel Pankov – me dice besándome en la mejilla
cuando entramos a casa – te veo el domingo hijo.

Sin más la veo caminar hacia la habitación de ella y mi padre


mientras yo me dirijo a la mía a darme una ducha. Cuando
salgo me doy cuenta de que es más de media noche así que
llamo Max para que se comunique con nuestro piloto. Cuando
me informa que el avión estará listo apenas llegue al hangar,
cuelgo y me visto. Un instante después llega a mi celular un
mensaje de Max con él nombre del hotel y numero de
habitación en que se hospeda Jenefer. Al salir de casa de mis
padres dejo una nota y elijo uno de los autos de mi padre.
Conduzco rápidamente hasta el aeropuerto aprovechando que
las calles están un poco vacías. Al llegar pido que devuelvan
el auto a casa de mis padres antes subir al avión.
Cinco horas después y ya con el sol iluminando tenuemente la
ciudad, aterrizamos en la ciudad y unos minutos después
estoy subiendo a un Taxi rumbo al hotel. Cuando llego voy
directo a la recepción a conseguir una llave.

- Buenos días – saludo a la chica frente a mí que al verme se


sonroja. – podría por favor facilitarme una llave del cuarto de
la señorita Jenefer Brown.

- Disculpe señor, no es posible... – saco mi chequera y firmo


un cheque en blanco.

- Hagamos una cosa, yo le doy este cheque y usted me da la


llave – digo deslizando el cheque por el mostrador – puede
poner en él, la cifra que usted considere. – ella observa el
cheque y luego a mí, un instante después me entrega la tarjeta
al tiempo que toma el cheque. sonrió mientras me dirijo a los
ascensores.

Al llegar al piso, busco la habitación que resulta ser una suite,


en completo silencio deslizo la tarjeta por la cerradura para
después entrar a la habitación, entro directo en busca de la
habitación, pero Jenefer no se encuentra allí, aunque veo
sobre la cama un vestido n***o. Vuelvo al salón, pero al entrar
lo que veo frente a mí me deja frio.

Jenefer se encuentra dormida en el suelo abrazada a un tipo


que desde aquí no logro observar bien, el enojo me inunda el
cuerpo mientras los observo, aunque los dos están
completamente vestidos, junto a ellos hay dos botellas de
vodka vacías.

- Jenefer – digo haciendo que ella abra los ojos de golpe, la


veo sentarse y el hombre junto a ella despierta al darse cuenta
de mi presencia, sonríe y se pone de pie. Se acerca a mí y sin
que me lo espere me da un fuerte golpe en el estómago.
- Cuídala – dice retándome con la mirada – no sabes la suerte
que tienes – sin más se va de la habitación dejándonos solos.
Me doy cuenta de que entre ellos no pasó nada lo que me
tranquiliza un poco, me vuelvo a la hermosa castaña sentada
en el suelo y le sonrió.

- Tenemos que hablar. 


¿Podemos Hablar?-Dulces Mentitas -
Dreame
Jenefer…

Cuando nos quedamos solos lo observo detenidamente y veo


que se encuentra golpeado, me preocupo, pero no se lo
demuestro. Puedo ver en sus ojos que está nervioso, pero me
doy cuenta de que en este momento no puedo hacerlo. Me
pongo de pie quedando frente a él.

-          Debemos hablar – repite, pero yo niego con la cabeza.

-          No puedo, no aquí, no ahora – respondo cruzándome de


brazos ya que de repente siento mucho frio.

-          Necesitamos hacerlo – dice tratando de acercarse a mí,


pero retrocedo un paso.

-          Pues te jodes, porque el momento de hablar era ese día


en Paris – trato de que la voz no se me quiebre. – pero no
quisiste, no permitiste que te explicara, me trataste como lo
peor...

-          Jamás me dijiste – trata de justificarse y yo rio


cínicamente.

-          Lo intente, te juro que lo intente, pero hubo cosas más


importantes – respondo de no quebrarme.

-          ¿es mi culpa que me escondieras algo tan importante?


– pregunta ofendido

-          En ningún momento dije que fuera tu culpa – lo observo


sintiendo como las lágrimas se acumulan en mis ojos.
-          ¿me amas? – pregunta acercándose a mí, pero vuelvo a
retroceder

-          Más de lo que te podrías imaginar – respondo poniendo


distancia – pero a veces el amor no basta y tú me
demostraste que las palabras duelen más de lo jamás
imagine.

-          Hablemos, solucionemos esto – dice en tono suplicante


– entre los dos podemos arreglarlo.

-          Lo sé, pero no es el momento – me abrazo a misma


como protección – aun no me he dado tiempo de pensar las
cosas.

-          Para lo único que no tienes tiempo – desvía la mirada


hacia las botellas vacías en el suelo.

-          Kozel es solo un amigo que me acompaño en un


momento difícil – respondo molesta – desde que volví de
Paris me he concentrado tanto en el trabajo, porque lo único
que quiero es adormecer el dolor. Por qué me lastimaste

-          Lo que dije no es verdad

-          ¿y cómo puedo estar tan segura? – pregunto mientras


el pecho me duele porque es a lo que más le temo  - ¿Cómo
puedo estar segura de que si quieres estar conmigo?

-          Porque yo te amo más que a mi vida entera – responde


y veo la sinceridad en sus ojos.

-          No me basta, no me basta porque hace semana con la


misma boca que hoy me dices que me amas, me dijiste que
fui el error más grande que pudiste cometer – decir eso me
duele, recordar sus palabras me duelen. – yo te amo, pero
quiero estar segura a tu lado. Segura de que vas a estar para
mi sin importar que suceda. Segura que me vas a escuchar
sin importar que tan molesto estés. Segura de que soy la
mujer de tu vida y con quien estas dispuesto a pasar lo resta
de tu vida.

-          Perdóname, haré lo que me digas... - veo una lagrima


rodar por su mejilla al tiempo que lo interrumpo.

-          No tendría por qué hacerlo – respondo limpiándome


una lagrima – tu solo debes descubrirlo y sí, tenemos que
hablar, pero no ahora. Tengo que pensar y recuperarme. Vete

-          ¿Qué? – pregunta sorprendido

-          Vete, en este momento no quiero hablar contigo –


respondo caminando a la puerta abriéndola para él, pero no se
mueve – por favor – veo que se da la vuelta y camina hacia
mí, pero ante de irse me toma del cuello y junta nuestros
labios.

-          Te amo y no quiero perderte – dice haciendo que rompa


en llanto, él me abraza fuerte. – no sabes cómo me odio por
hacerte sufrir de esta forma – dice y noto su voz quebrada –
perdóname.

-          Vete por favor – suplico y él besa mi cabeza mientras


me suelta.

Sin más sale de la habitación y yo cierro la puerta


recostándome en ella mientras rompo en llanto, me deslizo
suavemente hasta el suelo mientras lloro. Necesito alejarme,
necesito estar sola, necesito pensar sobre lo que voy hacer, si
en realidad podemos superar esto o no. Me levanto y voy por
mi celular para llamar a Christian.

-          ¿ya despegaste? – pregunta apenas contesta


-          No voy a volver aun – digo y lo escucho suspirar –
necesito alejarme, aclarar mi mente, pero no te preocupes que
trabajare en el proyecto de Kozel mientras tú te encargas del
de Kilian mientras vuelvo.

-          El trabajo es lo de menos, solo quiero que estés bien –


dice haciendo que sonría - ¿A dónde vas?

-          No lo sé, cuando llegue a mi destino te aviso – digo


enviándole un mensaje a Adán para que venga a mi
habitación.

-          ¿envió el avión? – pregunta preocupado.

-          No, me voy en un vuelo comercial – digo, pero él se


queda en silencio

-          ¿estás bien?

-          No – me siento en la cama mientras rompo en llanto –


Kilian estuvo aquí, pidiéndome perdón, pero no sé qué debo
hacer, no sé si podremos superar esto.

-          ¿quieres que vaya contigo?

-          No, ya no soy tu prioridad ¿recuerdas? – digo


limpiándome las lágrimas – ahora tienes a Emma, que está
embarazada y te necesita mucho más que yo.

-          Tu siempre serás una de mis prioridades – responde


molesto

-          ¿Qué debo hacer? – pregunto porque realmente no sé


qué hacer.

-          No huir, afronta las cosas como son – dice con cariño –
hablen, griten si es necesario. Si te vas o dejas pasar más
tiempo la brecha que hay entre los dos se abrirá aún más. De
eso se tratan las relaciones, de hablar, discutir. Durante cinco
años te dedicaste de lleno a la empresa que te olvidaste de ti,
ahora llega Kilian y esta tratando de ganarse un lugar en tu
vida. Ten presente que para él tuvo que ser muy duro
enterarse de nuestro matrimonio.

-          No sé qué hacer

-          Decidas lo que decidas yo siempre voy a estar aquí para


ti – dice y sé que es verdad.  Sin más cuelgo y voy directo al
cuarto de baño donde me doy una ducha rápida y elijo que
ponerme. Una vez lista arreglo mi maleta y cuando Adán toca
la puerta yo ya estoy lista.

-          ¿estarías dispuesto a irte de viaje conmigo? – pregunto


mientras bajamos en el ascensor, lo veo pensativo un
instante.

-          Por supuesto señorita – responde cuando las puertas


del ascensor se abren en el lobby.

Adán se encarga de todo mientras yo solo debo subirme al


auto que envió Kozel por nosotros.

-          Disculpe señorita – me dice el chofer – el señor Pankov


le envía esto. – me entrega una pequeña caja turquesa   y una
tarjeta.

"sin compromiso" - es todo lo que dice la tarjeta, abro la caja.


Veo un hermoso juego de collar y pendientes. Son sencillos
pero hermosos, en oro y diamantes.

Cuando nos ponemos en marcha pienso en las palabras de


Christian y también en lo que sucedió en Paris. Cuando
llegamos al aeropuerto me detengo frente a la enorme
pantalla que muestra todos los vuelos disponibles y es
cuando tomo mi decisión.

KILIAN...
Salgo de la habitación sintiéndome la peor mierda sobre la faz
de la tierra. Ver sus ojos llenos de dolor me mato, ella lo es
todo para mí y la lastime hasta el punto que no se si quiera
volver conmigo. Salgo del hotel y vuelvo al aeropuerto donde
me espera el piloto con el avión listo para regresar a Nueva
York. Durante el vuelo solo pienso en ella y no puedo borrar de
mi mente su imagen, la tristeza en sus ojos y en su voz, como
huía de mi cuando intentaba acercarme. Fui muy cruel con
ella y no lo merecía, ella jamás me mintió e incluso trato de
decírmelo, pero como ella dijo siempre ocurría algo.

-          Disculpe señor – me llama la azafata, me vuelvo a verla


y veo que tiene un iPad en la mano – tiene una llamada.

-          Gracias – digo tomándola – por favor me traes un


escoces doble.

-          Por supuesto – se va y yo veo de quien se trata.

-          Buenos días señor – me saluda Max

-          Hola Max, ¿Qué pasa?

-          Acaban de llegar tres encargados de la mina de Angola


– me informa y yo lo observo curioso porque no sabía que
tenía reunión con ellos – quieren hablar con usted.

-          No estoy en Nueva york, pero puedo atenderlos por este


medio – respondo mientras la azafata me entrega mi trago.

-          Deme un momento ya lo conecto con ellos – responde


y yo asiento con la cabeza. Unos instantes después aparecen
los tres hombres en la pantalla.

-          Buenos días – saludo y ellos a mí – los escucho.


-          Señor tal como su padre y usted lo han hecho siempre,
vinimos a entregarle tres diamantes que encontramos en la
mina.

Mi padre siempre ha pedido que los diamantes raros se los


lleven personalmente a él. Cuando los mandaba a revisar y
darles la certificación decidía que hacer con ellos. Por lo
general los dimanantes raros que fueron encontrados durante
su tiempo en la empresa los tiene mi madre. Siempre decía
que algo tan exclusivo y hermoso debía lucir con una persona
igual. Y para Víctor Sinclair, mi madre es eso, una joya única y
exclusiva solo para él.

Desde que asumí el control de las empresas solo se han


encontrado dos, aparte de estas. Como no había encontrado
mi joya simplemente las vendí en subastas, aumentando con
ellas la enorme fortuna de mi familia.

-          Quiero verlos – digo y veo que uno de ellos abre el


maletín, observo tres diamantes, de buen tamaño, no muy
grandes ni muy pequeños. De tres colores, azul intenso, casi
podría pasar por un zafiro, el segundo es violeta de una
tonalidad realmente hermoso y el ultimo es rojo, de un rojo
intenso, mucho más intenso que un rubí. – llego en cinco
horas, llévelos a revisar y a certificar, cuando llegue a mi
apartamento los quiero allí.

-          Por supuesto señor – dice Max luego cuelgo la llamada.

Al llegar a Nueva York voy directo a mi apartamento, pero el


solo estar allí me duele, asumiendo mi error voy a mi
habitación donde decido darme una ducha. Me meto al cuarto
de baño después de enviarle un mensaje a Max de que ya
estoy en mi apartamento. Cuando salgo abro los ojos como
platos al verla sentada en el borde de la cama.

-          ¿podemos hablar?


Cásate Conmigo-Dulces Mentitas -
Dreame
- ¿podemos hablar? – dice ella poniéndose de pie, pero yo no
soy capaz de reaccionar porque hace unas horas no tuvimos
una muy buena conversación.

- Déjame ponerme algo – ella asiente y yo camino hacia el


closet donde elijo un chándal n***o para volver con ella. La
veo parada frente al ventanal que da una vista extraordinaria
de la ciudad.

- Pronto la ciudad se verá como me gusta – dice sin apartar la


mirada

- Invierno – respondo y ella sonríe

- Amo el invierno, aunque a veces es molesto – responde con


una hermosa sonrisa en los labios mientras se vuelve a
verme. – nunca quise ocultártelo, solo fue algo que Christian y
yo teníamos acordado, cuando hui la primera vez me asusté
por que sentí que no teníamos futuro, tú estabas
comprometido y yo casada, aun así, tuvimos sexo. Por un
momento pensé que podría convertirme en tu amante, pero no
sería correcto. Por qué me enamoré de ti desde el instante en
que te vi entrar al ascensor.

- ¿Cómo terminaron casados? – aunque ya lo sé, quiero


escucharlo de su boca.

- Christian se asustó, muchos empresarios después que


patentamos el proyecto se interesaron en él y como yo lo cree
en mí. – ella me observa a los ojos – Christian nunca me lo
dijo, pero lo vi en sus ojos, entonces él me propuso
matrimonio y yo acepté para que él se sintiera seguro. Pero
siempre lo he visto como mi mejor amigo, aunque una vez si
tuvimos sexo – dice haciendo que el monstro de los celos
aparezca – no te molestes, quiero ser completamente sincera
contigo sin importar de que se trate.

- Lo siento – digo y ella asiente

- Nada funciono – dice divertida – pero nos convertimos en un


gran equipo.

- ¿Por qué te escondes?

- No me gusta tanta atención, los dos primeros años me


agobie y decidimos que él fuera el rostro visible – responde y
yo sonrió.

- ¿sientes algo por él?

- Amor – la observo frunciendo el ceño – yo lo amo, como mi


mejor amigo, como mi hermano y como socio. Él ha estado
ahí cuando más lo he necesitado, él me ha hecho su prioridad
durante mucho tiempo. – me quedo mudo, pero es que no hay
nada que quiera saber, confió en ella y sé que sin importar que
tan cruel o doloroso me lo dirá. – ¿algo más que quieras
saber?

- Confió plenamente en ti, lo que sucedió fue en un momento


de enojo y sorpresa, me sentí engañado – respondo y es
verdad – pero cuando tuve tiempo de pensarlo, me di cuenta
que nunca me mentiste, intentaste decirme, pero como dijiste
no tuvimos oportunidad.

- Lo nuestro ha sido muy rápido, muy apresurado, pero eso no


significa que no te amé, solo que no hemos tenido tiempo de
hablar, de sincerarnos – tiene toda la razón, lo nuestro a sido
todo demasiado rápido, pero no cambiaría un solo momento
con ella. – mírame – me pide y yo lo hago – soy Jenefer
Brown, aunque me falta arreglar algunas cosas que tengo en
el apellido Kepler, amo el invierno, el chocolate y el café, le
tengo miedo a las arañas. Amo la vida que construimos con
Christian, amo mi trabajo más de lo que te imaginas. Cuando
rechace tu propuesta de matrimonio lo decía enserio, no creo
que tenga que haber un documento que demuestre amor, no
por que estuviera casada, pero si quieres que nos casemos lo
hare. – eso ultimo me hace sonreír – pero hay algo en lo que
no voy a cambiar de opinión nunca, porque sería traicionarme
a mí misma, te amo con locura para no más que a mí misma y
si lo hiciera me traicionaría. – sé de qué se trata y estoy de
acuerdo con ella – no quiero tener hijos, es más quiero
operarme lo más pronto posible.

- No estoy dispuesto a compartirte – respondo tomándola de


la cintura para pegarla a m – pero si quiero casarme contigo,
quiero que lleves mi apellido.

-  Quiero que lo pienses – dice abrazándome por el cuello –


quiero que pienses muy bien en ese punto, ahora todo es fácil
porque estamos comenzando, pero quiero que pienses que
querrás dentro de unos años, porque no voy a cambiar de
opinión y no soportaría que volvieras a decirme que soy un
error en tu vida.

-  Mírame y tú escúchame bien – digo viéndola a los ojos – fui


un imbécil, jamás debí dejarme llevar por el enojo que sentía
en ese momento y me arrepiento porque te lastime. – veo
como sus ojos se llenan de lágrimas – yo te amo, con mi vida
y estoy completamente seguro que quiero una vida contigo,
eres la mujer de mi vida. Quiero que seas lo primero que vea
al despertarme y lo último antes de dormir, quiero verte en
todas tus facetas. En tacones, en tenis, descalza. Maquillada
o sin una gota de él. Vestida de fiesta o en pijama. Verte
cocinando, comiendo, leyendo, trabajando – ella me sonríe –
descubrí mi pasatiempo favorito, observarte, ya sea molesta,
concentrada, feliz, excitada pero jamás quiero volver a ver la
tristeza que vi en tus ojos esta mañana en el hotel. Quiero que
me grites, que discutamos, pero jamás que me vuelvas a dejar
sin decirme nada. - Sin dejar que responda la beso con ternura
y pasión a la vez. En ese momento tocan el timbre
interrumpiéndonos.

-  Ya vuelvo, quédate aquí – digo sabiendo que se trata de


Max. Voy hasta el ascensor y le permito el acceso. Cuando
llega apenas se abren las puertas veo a Max y dos hombres
de nuestra seguridad.

-  Buenas tardes señor – me saluda y yo asiento mientras él


me entrega el pequeño portafolio junto a una carpeta negra –
ya están certificados y registrados.

-  Gracias – sin más veo que las puertas se cierran y vuelvo a


la habitación con mi hermosa castaña. – ven, quiero darte
algo. – me siento en el borde de la cama y ella me observa
curiosa mientras camina hasta sentarse junto a mi – ya te di
un anillo, pero para mí no es suficiente ya que tú eres mi joya
más rara.

-  ¿eso es malo? – pregunta divertida

-  Es un cumplido que suena mal – respondo haciéndola reír –


pero tú eres lo más valioso en mi vida y quiero darte esto –
digo poniendo en sus manos el pequeño portafolio con los
diamantes. Ella lo abre y al ver lo que contiene ábrelos los
ojos como platos.

- Que belleza – dice tomando el diamante violeta - ¿Qué son?

-  Diamantes, la naturaleza en ocasiones es una gran artista,


en las minas rara vez se encuentras diamantes como estos –
digo sonriendo.

-  Es demasiado – dice observando el diamante.

-  Es un regalo de compromiso – digo y ella sonríe.


- Piensa en lo que te dije – dice poniendo el diamante en el
portafolio.

- No tengo nada que pensar – digo observándola – quiero que


me perdones, jamás debí decirte lo que dije, eres lo mejor que
me ha pasado en la vida, jamás cambiaría ni un segundo a tú
lado y no quiero hijos, soy demasiado egoísta, no quiero
compartirte. – veo que se pone sobre mi y junta sus labios
con los míos de forma intensa acariciando mi espalda. La
desnudó rápidamente dejándola solo en tacones como tanto
me gusta. Sin bajarla me quito él chancla y de un movimiento
la penetro haciéndonos gemir.

-  Móntate – digo poniendo una de mis manos en su cuello y


la otra en la parte baja de su espalda haciendo presión hacia
abajo mientras ella se mueve sobre mí – quiero follarte duro
sobre el escritorio de mi oficina – digo mordiendo su barbilla
sintiendo su interior contraerse.

-  Me parece justo – responde jadeante – quizás pueda darte


una sorpresa.

-  Te casas conmigo – preguntó sintiendo sus dientes


mordiendo mi hombro.

-  Si – responde aumentando los movimientos hasta que


juntos nos corremos – Kilian – jadea arqueando la espalda.

-  Quiero que nos casemos en una semana – digo y ella se


vuelve a verme sorprendida mientras me pongo de pie aún
dentro de ella.

-  ¿Por qué el afán?- Pregunta mientras la empotró a la pared


comenzando a penetrarla fuertemente mientras beso su
cuello. -  Hablaré con nuestras madres – dice ella y nos
concentramos de lleno a nuestra reconciliación el resto del
día. 
Tiempo-Dulces Mentitas - Dreame
Jenefer...

Dos noches después de nuestra reconciliación y de que


hayamos aclarado todas las cosas que creíamos
convenientes en ese momento, lo demás lo iremos viendo con
el tiempo como dijo Kilian. Que mejor forma de conocernos
que estando casados. No hemos dicho nada aun a nadie,
porque queremos dar la noticia a nuestra familia toda junta.
Así que aquí estoy arreglándome para irnos al restaurante
donde esperaremos a nuestra familia. Observo al
impresionante hombre que se está poniendo la camisa
entonces recuerdo que le compre un regalo.

- Espera – le digo viendo que está eligiendo unos gemelos, él


me observa curioso y divertido, voy hasta la parte del closet
donde se encuentran mis bolsos ya que estamos en mi
apartamento mientras remodelan el suyo que es donde vamos
a vivir. Tomo la caja donde está su regalo y vuelvo con él. – te
amo – lo beso antes de irme a terminar de alistar. Atreves del
espejo observo que se sienta en el borde de la cama y abre la
caja. Toma el reloj y lo observa, le da la vuelta para leer la
inscripción.

"Amarte es una palabra muy débil para lo que realmente


siento por ti. K&J"

Lo veo sonreír y levanta la mirada, lo que veo en ella hace que


la piel se me erice. Lo veo ponerse el reloj y luego toma los
gemelos.

- Me ayudad a ponérmelos – dice y yo asiento, camino hasta


él para ponerle los gemelos – te amo – me besa y yo sonrió. –
me encanta como estas vestida.
- Perecemos el Yin y Yang – digo topando su saco y para
ayudárselo a poner. Él esta vestido completamente de n***o y
yo de blanco.

Cuando estamos listos salimos del apartamento rumbo al


restaurante, Adán y Max se han encargado de la cena, al llegar
los vemos en la entrada del lugar. Veo que Max le entrega algo
a Kilian, pero no logro ver de qué se trata.

- ¿ha llegado alguien? – pregunto a mi asistente mientras


entramos al restaurante que mandamos a cerrar solo para
nosotros.

- No, pero sus padres me acaban de enviar un mensaje y están


por llegar – me informa mientras llegamos a la mesa donde
vamos a cenar.

- ¿Y los demás? – pregunto dejando mi bolso sobre una de las


sillas.

- El señor Christian y la señorita Emma acaban de llegar – me


vuelvo a ver a la entrada y los veo hablando con Kilian.
Camino hasta ellos y saludo a Emma.

- ¿Cómo estás? – pregunto abrazándola

- No tan bien como tú, estas hermosa – dice besándome la


mejilla

- Y a ti el embarazo te sienta fenomenal, estas mucho más


hermosa que antes - digo volviéndome a ver a Christian.

- Hola esposa – dice a modo de broma ganándose una fuerte


mirada de Kilian

- Déjalo – digo golpeándolo justo cuando llegan Víctor y


Antonella.
- Hola cariño – dice ella abrazándome fuertemente – no sabes
cómo te extrañe.

- Y yo a ti – beso su mejilla y me vuelvo a ver a Víctor quien


me abraza.

En ese momento llegan mis padres y los veo saludar a los


Sinclair, sonrió al ver lo bien que congenian los cuatro, vamos
a sentarnos a la mesa y observo que comienzan a felicitar a
Christian y Emma por su compromiso y embarazo. Mientras
hablamos sonrió al ver a las personas frente a mí, son las
personas más importantes en mi vida. Veo que Adán y Max
están en un rincón observándonos, por lo que me levanto y
voy hasta ellos.

- ¿Qué hacen ustedes aquí? – pregunto frente a ellos

- Estábamos por irnos – responde Adán sonriendo – estamos


esperando que les sirvieran la cena.

- Nada de eso, vengan – digo tomándolos de la mano para


llevarlos a la mesa. – bueno no es necesidad de presentarlos,
pero para los que no los conocen Adán, mi magnifico
asistente – digo más para Víctor y Antonella – y Max el
magnífico asistente de Kilian – digo a mis padres y Emma. –
siéntense – digo viendo como Kilian se pone de pie junto a mí.

- Se preguntarán porque están aquí – comienza a decir Kilian


– ustedes son las personas más importantes en nuestras
vidas y queremos informarles que en una semana nos
casaremos. – todos abren los ojos como platos a excepción
de Max y Adán.

- ¿enserio? – pregunta Antonella poniéndose de pie

- Si – respondo sonriendo y ella me abraza.


- ¿Cómo vamos a organizar todo en una semana? – pregunta
mi madre abrazándome

- Solo seremos los que estamos aquí presente - digo


abrazando a mi padre – quiero algo sencillo e íntimo, solo las
personas que amamos y esos son ustedes – digo abrazando
a Víctor. Veo que Antonella se tapa la poca con las manos y
sus ojos se llenan de lágrimas, me vuelvo a ver a Kilian que se
encuentra hincado con un hermoso anillo que reconozco uno
de los diamantes que me regalo.

- Jenefer Brown, dicen que cuando conoces al amor de tu vida,


el tiempo se detiene – comienza a decir y yo sonrió mientras
mis ojos se llenan de lágrimas – y es verdad, cuando te vi por
primera vez todo mi mundo se detuvo y ahora tengo miedo
porque lo que no dicen es, que cuando el tiempo vuelve a
ponerse en marcha, se mueve aún más rápido y tengo miedo
de que no sea suficiente pero el tiempo que tengamos voy a
demostrarte que soy el hombre más afortunado al tenerte a
mi lado. ¿quieres casarte conmigo?

- Si – respondo mientras quita el primer anillo que me regalo y


pone él nuevo. – te amo – lo abrazo cuando se pone de pie.

El resto de la noche la pasamos sonriendo y yo me siento


feliz, por estar rodeada de las personas que me rodean. Amo
mi vida pienso observándolos, ellos son todo lo que realmente
importa, este momento quedara grabado en mi mente
siempre.

Al día siguiente después de una mañana algo agitada con mi


madre, Antonella y Emma organizando la boda. Cuando llego
al apartamento se me ocurre una idea, voy al closet a
cambiarme. Unos minutos después salgo del apartamento
enviándole un mensaje a Max para saber que está haciendo
Kilian. Me subo a mi Ferrari y salgo rumbo a la empresa
Sinclair. Al llegar Max me sonríe y me indica que siga a la
oficina que Kilian está por llegar. Entro al lugar y voy al baño
privado que hay en la oficina, dejo la pequeña maleta que traje
y me quito el sobretodo, salgo de nuevo y voy al minibar que
hay en la oficina, sirvo un trago justo cuando se abre la puerta
dejando ver a mi prometido que al verme puedo ver en sus
ojos brilla el deseo al verme en ropa interior negra. Veo que
cierra la puerta con seguro mientras camino hasta el con el
trago en mano.

- Se me antoja que cumplas tu palabra – digo acercándome a


él entregándole el trago que se bebe de golpe para luego
besarme mientras nos desnudamos y hacemos el amor en su
oficina gran parte de la tarde.
Boda-Dulces Mentitas - Dreame
UN MES DESPUES...

Observo por la ventana de la habitación en la que me


encuentro al jardín. Veo como los invitados están llegando
mientras mi madre y Antonella los reciben con una enorme
sonrisa en sus rostros. Decidimos con Kilian darle gusto a
nuestras madres de realizar una boda como ellas querían y
como solo tendremos una sola boda en la vida decidimos
dejarlas.

Ellas organizaron absolutamente todo, como en Nueva York ya


está haciendo mucho frio decidimos casarnos en los ángeles
donde Antonella y Víctor tienen una hermosa mansión en la
que se llevara a cabo la boda en unos instantes. Observo lo
hermoso que ha quedado el jardín, mi madre y suegra se
lucieron. Escucho que tocan la puerta haciendo que me aparte
de la ventana para abrirla encontrándome con Víctor.

- Pero que hermosa estas – me dice entrando cerrando tras él.

El vestido que elegí es hermoso, de seda y encaje, con escote


en V y estilo princesa, pero no extravagante, con un velo muy
sencillo. me peinaron con una coleta baja ya que no quería un
peinado muy elaborado. Mi madre me regalo unos pendientes
muy hermosos que eran de ella, Antonella me regalo una
peinilla para el cabello realmente hermosa llena de diamantes,
mi padre me regalo una pulsera de platino hermosa.

Kilian me regalo unos tacones dorados opacos, muy


hermosos con incrustaciones de diamantes y lo bueno es que
me los puedo poner cualquier otro día. Tuvimos una discusión
por ello porque yo no quería los mandara hacer y menos con
diamantes, pero él me dijo que era el dueño de varias minas
alrededor del mundo y eso no era nada para él.

"- Pero que presumido y arrogante – le digo molesta y él viene


abrazarme por la cintura.

- Solo digo la verdad y debes acostumbrarte por qué voy a


llenarte de ellos – dice besándome haciendo que la molestia
se esfume y más cuando terminamos haciendo el amor sobre
el escritorio de su oficina."

- ¿Estas nerviosa? – pregunta y veo que en sus manos traje


una cajita de terciopelo con las iniciales de la compañía
Sinclair.

- muchísimo – respondo mientras caminamos hacia la


ventana viendo a los invitados. - ¿crees que se excedieron?

- Kilian es nuestro único hijo y tú eres la única hija de tus


padres – dice mirándome con ternura – esto no es nada a
comparación a lo que en realidad ellas querían. - sonríe – vine
a darte esto

- ¿más diamantes? – pregunto riendo mientras me entrega la


cajita.

¿te molesta? – pregunta preocupado, niego con la cabeza

- Solo no estoy acostumbrada y hoy llevo encima demasiados


– rio y él igual.

- Debes acostumbrarte porque es nuestra principal fuente de


ingreso y ellos estará presentes el resto de tu vida – responde
y yo abro la cajita dejando ver un hermoso y sencillo collar
con un diamante en forma de lagrima, pero el diamante es
realmente hermoso. – te faltaba esto te faltaba para que dar
perfecta. Bienvenida a la familia.
- Víctor – digo conmovida y él me abraza.

- Estoy tan feliz de que estés junto a mi único hijo – lo abrazo


con fuerza – serán muy felices.

- Gracias – digo besando su mejilla - ¿me ayudas? – le


entrego el collar para que me ayude a ponérmelo. Cuando
termina tocan la puerta dejando ver a mi padre entrar y al
verme sus ojos se llenan de lágrimas.

- Mi niña, estas hermosa – dice viniendo hasta mí y yo sonrió


– es hora de bajar – asiento sonriendo.

Los tres bajamos y a medida que bajamos al jardín mis manos


tiemblan, respiro profundamente al llegar a la puerta de
entrada al jardín, veo a Víctor salir y me quedo con mi padre
que me besa la mejilla antes de que comiencen las primeras
notas de Thinking Out Loud de Ed Sheeran tocado en piano al
tiempo que las puertas para que salgamos. Comenzamos a
caminar por el pasillo y entonces lo veo. Kilian Sinclair está de
pie observándome con los ojos llenos de lágrimas, sonrió
mientras caminamos. Veo a Christian junto a mi esposo en su
papel de padrino.

Al llegar hasta el altar mi padre me entrega a Kilian


palmeando suavemente nuestras manos. Me ayuda a subir
hasta quedar frente al sacerdote. Observo a Kilian a los ojos y
puedo ver en ellos todos sus sentimientos hacia mí.

- Te amo – susurra besando mi mano

- Y yo a ti.

La ceremonia da comienzo, pero no presto atención a ella


porque lo único en lo que pienso es en hombre junto a mí y la
maravillosa vida que sé que tendremos. Mientras el sacerdote
habla imagino nuestra vida juntos, él me da un suave
apretoncito en la mano dándome a entender que está
pensando lo mismo que yo. Cuando llega el momento de los
votos, nos ponemos frente a frente tomados de la mano y
comienza él.

- Jenefer Sinclair, porque eso eres desde el momento que te


conocí – comienza a decir y siento como el corazón me da un
vuelco – dicen que el amor a primera vista es muy difícil de
encontrar y doy gracias a Dios por haberte puesto en mi
camino a pesar de que me arrogaste encima un latte un poco
caliente – dice haciéndonos reír a todos – pero desde ese
momento supe que eras la mujer de mi vida, sin importar el
tiempo que llevemos o los problemas que podamos haber
tenido yo siempre voy a elegirte. – me limpia una lagrima –
quiero que sepas que te amo y que hoy comenzamos una
aventura que solo quiero vivir a tu lado, quiero compartir
contigo mis alegrías y consolarte cuando estés triste,
apoyarte en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la
enfermedad. Contigo a mi lado, nunca más estaré sólo. Este
día, este momento, elijo compartir el resto de mi vida contigo.
– pone la alianza en mi dedo.

- Me has dejado sin palabras – digo sonriendo con los ojos


llenos de lágrimas - Prometo escucharte y aprender de ti cada
día, apoyándote y apoyándome en ti. Celebraré tus triunfos
como si fuesen míos y lloraré tus perdidas como si también lo
fuesen. Te amaré por siempre y tendré fe en tu amor por mí, a
través de los años y todo lo que la vida nos traiga. – pongo la
alianza en su dedo - Hoy, te prometo esto: reiré contigo en los
momentos de felicidad, y te reconfortaré en los momentos de
dolor. Compartiré tus sueños y te alentaré a que los alcances,
estando siempre a tu lado en cada paso del camino. Te
escucharé con compasión, atención y comprensión, y te
hablaré con honestidad y sinceridad. Juntos construiremos y
compartiremos un hogar, que compartiremos con todos
aquellos a los que queremos. Seré tu esposa, tu amiga y
compañera, desde hoy y hasta el final de nuestros días. - en
sus ojos hay felicidad y creo que es la que se refleja en mis
ojos.

- Que lo que Dios ha unido el hombre no lo separe – dice el


sacerdote – yo los declaro marido y mujer, puede besar a la
novia – Kilian me toma de la cintura pegándome a su cuerpo y
yo junto nuestros labios sellando con ello nuestra unión.

Kilian...

La observo caminar por la playa y me siento muy afortunado


de mi hermosa esposa. Estamos en Dubái de luna de miel,
aunque es nuestra última parada antes de volver a casa donde
le tengo una sorpresa. La observo caminar unos pasos
delante de mi deleitándome con su hermosa figura enfundada
en un vestido corto azul claro y descalza.

El día de nuestra boda se veía preciosa, era mi sueño hecho


realidad. La boda fue muy hermosa y la recepción también, mi
madre y mi suegra se lucieron. Me encanto ver a Jenefer feliz,
sonriendo y hablando con los invitados. Sus palabras me
llenaron el alma y sé que todo lo que dijo es verdad. Mientras
la estoy observando hay algo que llama mi atención cuando
estamos llegando al hotel, observo en una mesa a Amara que
al vernos se sorprende y rápidamente se pone de pie para irse
dejándome sorprendido ya que no sabía de ella desde hacía
mucho y verla ahora me sorprende aún más su reacción al
vernos. 
Visita Inesperada-Dulces Mentitas -
Dreame
Jenefer...

Meses después...

Abro los ojos lentamente encontrándome con mi flamante


esposo profundamente dormido y yo sonrió. Ya han pasado
algunos meses desde que nos casamos y no puedo creer que
esto esté pasando. Kilian y yo estamos en nuestro mejor
momento, no nos ha costado mucho acostumbrarnos al otro.
Cuando volvimos de la luna de miel mi esposo me tenía una
sorpresa y fue que compro una casa en la zona en la que sus
padres viven.

Cuando la vi quede enamorada. Es realmente hermosa de dos


plantas, con un hermoso jardín. Decidimos remodelarla y un
mes después nos mudamos a nuestro hogar. Todo de nuestra
casa me gusto, pero hubo lugares que me gustaron más. La
cocina quedo maravillosa, amplia, blanca con toques
plateados, n***os y de acero inoxidable. En medio de esta hay
una isla que yo misma diseñe.

Nuestra habitación está diseñada a nuestro gusto, elegimos


blanco con plateado, el cuarto de baño por completo blanco y
nuestro closet blanco con n***o. Amo nuestra casa por
completo.

Decido levantarme y voy al cuarto de baño a darme una ducha


antes de irme a la empresa ya que Christian se encuentra
ausente ya que es padre. Hace un mes nació mi hermoso
sobrino Elian Kepler, un hermoso bebé viva imagen de
Christian. Así que acordamos con Emma y Christian que se
tomarían unos meses de licencia para estar con Elian. Así que
me puse frente al consorcio sola.

Durante estos meses hemos estado muy ocupados por que


Christian quiso que durante su ausencia no estuviera tan
cargada de trabajo. Además de que estamos planeando su
boda para cuando Elian cumpla un año.

- Señora Sinclair, ¿Por qué no me ha despertado? – dice mi


esposo abrazándome por la espalda besándome el cuello.

Desde que nos casamos y arreglamos mis papeles para tener


su apellido él no para de recordármelo, se lo feliz que le hace
que ahora sea Jenefer Sinclair, su esposa. Hace un par de
meses los dos nos operamos para no tener hijos y estamos
más que feliz.

Me vuelvo a verlo y lo beso, acariciando su cuerpo y él mío,


hacemos el amor bajo el agua y contra la pared.

- Te amo – digo cuando llegamos al orgasmo.

- Y yo a ti esposa mía – dice besándome mientras nos


lavamos mutuamente – hoy tenemos reunión.

- Lo sé, tenemos que visitar el proyecto – le recuerdo y él


asiente con la cabeza.

- Has avanzado mucho estos meses – comenta mientras


salimos de la ducha.

- Quiero entregarte el proyecto en menos tiempo del acortado,


además el de Kozel está igual – comento mientras
caminamos al closet. Elijo un pantalón n***o con sandalias de
tacón a juego y blusa morada de puntos rojos. Me hago una
coleta alta y me maquillo, mientras él se pone un traje de tres
piezas n***o, camisa blanca y corbata a juego con mi blusa.
- Esta noche te tengo una sorpresa – me dice mientras
bajamos a la cocina donde nos encontramos a Gabriela a
quien contratamos para que se haga cargo de la casa.

- Buenos días señores – nos saluda poniendo frente a


nosotros nuestro desayuno. – hoy debo hacer la compra,
¿necesitan algo en especial?

- Déjalo para mañana, si hay algo que debes comprar, pero


espera hasta mañana – dice Kilian. Mientras desayunamos
hablamos de cosas triviales antes de irnos a la empresa.

Durante el camino mientras él conduce yo hablo con nuestros


asistentes que nos ponen al día de nuestra agenda de hoy. Al
llegar a la ciudad el me deja en la empresa antes de que me
baje del auto me pregunta.

- ¿has pensado en lo que te propuse?

- Debo hablarlo con Christian – respondo antes de besarlo –


como ya escuchaste a Adán y April, hoy viene a verme.

- Cuando quieras podemos reunirnos con él y yo se lo


propongo – dice y yo asiento – que tengas un buen día
esposa.

- Recuerda que por la tarde debemos ir a la construcción – le


recuerdo y él me sonríe. – te amo.

- Y yo a ti esposa mía – sin más bajo del auto y entro a la


empresa, en el lobby me encuentro a Adán como siempre, con
mis cafés listos.

Mientras subimos en el ascensor me dice que Kozel acaba de


llamar y quiere reunirse conmigo hoy mismo.
- Pero no puedo, a no ser que canceles una de las reuniones
que tengo en la mañana – digo caminando hacia mi oficina
cuando las puertas se abren en piso donde se encuentra mi
oficina. Pero al entrar me encuentro de frente con alguien que
jamás me hubiera imaginado. – déjanos a solas. – escucho a
mi asistente salir de la oficina dejándome con Amara que me
observa con los ojos llenos de dolor y enojo.

- Por fin puedo verte a solas – dice poniéndose de pie para


enfrentarme.

- No sabía que me estabas buscando – camino hasta mi


escritorio para dejar mi bolso y abrigo.

- Cuando Kilian decidió romper nuestro compromiso y


noviazgo – dice enfrentándome – no entendía porque hasta
que mi padre me mostro una foto tuya y entonces lo recordé.
Tu salías del edificio donde vivía Kilian el día que rompió
conmigo. Ustedes habían pasado la noche juntos.

- ¿Qué es lo que quieres?

- Verte, ver a los ojos a la mujer que arruino la vida – dice


furiosa

- ¿Yo arruine tu vida? – pregunto observándola – es verdad


que lo que Kilian y yo te hicimos estuvo mal, pero mírate, eres
hermosa, exitosa y famosa. No tienes por qué estar
mendigando amor.

- No sabes lo que dices – responde sarcástica – todo lo que


acabas decir no me sirvió para tener lo que tienes ahora.
Kilian solo me dio un anillo y vi en sus ojos que jamás iba a
ser feliz conmigo, mientras más pasaba el tiempo jamás
quiso fijar una fecha, en comparación contigo, él estaba
ansioso por casarse contigo.
- Lamento muchísimo lo que sucedió, soy consciente del daño
que te hicimos – comienzo a decir porque es verdad – aquella
mañana yo desaparecí, no quería lastimarte, pero cuando
regrese me entere de que habían terminado y nosotros nos
enamoramos de verdad.

- ¿lo amas?

- Es todo en mi vida – respondo y ella sonríe negando con la


cabeza.

- Jamás podría compararme contigo – responde con los ojos


llenos de lágrimas.

- No digas eso – me acerco a ella – no es una competencia.

- Solo mírate, eres bellísima e inteligente – responde


mirándome a los ojos – lo que veo en los ojos de Kilian
cuando esta junto a ti, jamás lo vi cuando estaba conmigo. Te
admiro, porque te hiciste a ti misma, todo esto lo hiciste tú.
Todo lo que tengo es porque me lo dieron jamás me he
esforzado y sé que todo estará bien si estas con Kilian. – sus
palabras no me gustan y más cuando veo sus ojos.

Sin más se da la vuelta y sale de mi oficina dejándome


confundida por su visita. Me siento tratándome de recuperar
de la impresión, pero entiendo que es lo que necesitaba, es su
forma de cerrar un ciclo. Cuando me recupero de la impresión
decido comenzar con mi día, pero durante la mañana las
palabras de Amara rondan mi mente.

Unas horas después llega Kozel para que revisemos como se


está desarrollando su proyecto en Pittsburgh.

- ¿estás bien? – me pregunta preocupado y yo me vuelvo a


verlo.
- Hoy tuve una extraña e inesperada visita que me dejo un
poco inquieta – respondo viéndolo a los ojos.

- ¿puedo saber de quién se trata?

- Amara Thompson

- ¿La ex de tu esposo?

- Si, vino a verme después de todo lo que sucedió, jamás


habíamos hablado y ella simplemente apareció aquí.

- ¿Qué quería?

- No lo sé con exactitud – respondo con sinceridad – pero


siento que su visita va a darme muchos dolores de cabeza.

- ¿buenos o malos?

- No lo sé
Inesperada Noticia-Dulces Mentitas -
Dreame
Kilian...

Conduzco rápidamente hasta la obra donde tendré la reunión


con mi esposa. La mañana paso muy rápido, pero se me hizo
raro que Jenefer no se haya comunicado conmigo, los
mensajes que le envié no me los respondió, llame a su
asistente, pero me dijo que estaba ocupada pero aún asi se
me hizo raro porque ella siempre me contesta. Al llegar a la
obra bajo rápidamente encontrándola en la oficina que se
dispuso en la obra y la encuentro allí, se cambió las sandalias
de tacón por unos tacones de punta n***os. La veo
discutiendo algo del plano con el topógrafo y el encargado de
la obra.

- Buenas tardes – digo y ella se vuelve a verme.

- Hola – dice viniendo hacia mí y me besa rápidamente, pero


noto algo extraño en su actitud. – lamento no haberte
contestado, pero estaba un poco ocupada.

- No te preocupes amor – digo riendo, pero noto que algo le


inquieta.

- Antes de comenzar hay algo que debo decirle – dice viendo a


los demás – pueden dejarnos solos un momento. – pide y
ellos salen quedando solo los dos.

- ¿Qué pasa?

- Hoy tuve una visita inesperada que me dejo algo inquieta –


comienza a decirme lo que me preocupa – Amara estuvo esta
mañana en mi oficina.
- ¿Amara? ¿Qué quería?

- Conocerme, o eso creo, pero algo en esa visita no me gusto


– añade preocupada – tengo un mal presentimiento.

- Hace mucho no la veía, aunque cuando estuvimos en Dubái


en nuestra luna de miel – recuerdo lo que paso aquel día y
que se me olvido contarle – la vi, pero no le preste atención.

- Por lo que supe, lleva más de un año lejos del ojo público –
comenta y yo asiento con la cabeza.

- No le prestes atención amor, no hay nada que pueda hacer


para separarnos – la abrazo y beso – esta noche te tengo una
sorpresa – recordando el regalo que le tengo el cual debo
recoger antes de irnos a casa.

- Tienes razón – me besa para luego regalarme una hermosa


sonrisa – vamos a trabajar.

Pasamos más de dos horas recorriendo la obra mientras ella


me explica de todo lo que tiene que ver con el proyecto, lo que
falta y el tiempo que falta para la entrega. La observo
mientras habla y sonrió, a leguas se nota que ama su trabajo.
Las personas bajo su mando la observan con respeto y
admiración. La pasión que mi esposa le pone a su trabajo es
digna de ver, explica las cosas de forma clara y concisa, la
forma de tratar a las personas deja ver la gran líder que es.
Les habla con autoridad, pero sin sonar ruda, escucha atenta
las observaciones que los trabajadores le hacen y admite su
error si comete alguno.

Cuando terminamos el recorrido y estamos entrando a la


oficina veo a Christian allí esperándonos, cuando la observa
viene abrazarla dejándome ver que él ya sabe lo que sucedió
con Amara.

- ¿Cómo estás? – pregunta él y ella asiente.


- ¿Qué haces aquí? – pregunta sentándose en la silla junto a
ella – creí que nos veríamos en la oficina.

- Esta es la oficina – responde divertido – además aquí esta


Kilian y por lo que dijiste él tiene una propuesta que hacerme,
espero que no quieran un trio. – mi esposa estalla en una
sonora carcajada.

- Idiota – responde ella acercándose a mí.

- Vamos por un café – digo y ellos asienten.

Salimos de la obra y vamos a Tiffany & Co. Donde luego de


ordenar ellos me observan atentos.

- Te escucho – dice Kepler

- Quiero que unamos las empresas – digo y él se sorprende,


se vuelve a ver a mi esposa.

- ¿fusionarnos? – le pregunta a mi esposa.

- No, aunque podríamos hacerlo – digo porque fue lo primero


que se me ocurrió – como sabes Jenefer y yo no firmamos
separación de bienes. Por lo que no sería problema.

- ¿Tú qué piensas? – vuelve a pregúntale a mi esposa.

- Quiero lo mejor para Elian y tus hijos – responde ella


tomándolo de la mano mientras le sonríe. ¿cuándo me
acostumbrare a la cercanía que hay entre ellos?

- ¿unirnos cómo?

- Que muden la empresa al edificio que estamos construyendo


– respondo, quiero tener a mi esposa cerca – ahora somos
una familia. Si quieren que nos fusionemos, nos
fusionaremos, si quieren mudar la empresa junto a la mía, lo
haremos, si no están de acuerdo, no hay problema. - Kepler se
vuelve a ver a mi esposa mientras nos traen nuestro pedido.

- ¿hay algo que no me han dicho? – pregunta y mi esposa me


observa.

- Me regalo veinte porciento de la corporación Sinclair –


responde mi esposa apenada y él abre la boca sorprendido.

- Dime la verdad, ¿Qué piensas de esto?

- Esa decisión te la dejo a ti, piensa que es lo mejor para tu


familia – responde mi esposa bebiendo un poco de su café -
por mi está bien fusionarnos. Pero Kilian y yo quedaríamos
como dueños de las dos corporaciones y no quiero eso para
ti.

- ¿tú eres dueño absoluto de la corporación Sinclair?

- Del setenta porciento – respondo y él se sorprende – mis


padres 20 porciento. Diez cada uno y el porcentaje restante es
de tres personas, pero si ustedes aceptan, comprare ese
porcentaje para que los Sinclair y los Kepler sean dueños
absolutos de la corporación, podemos cambiar el nombre si
así lo desean.

- ¿tus padres que opinan?

- De ellos fue la idea – respondo porque es verdad, fue de


ellos la idea.

- ¿puedo pensarlo? – pregunta Christian haciéndonos reír.

- Por supuesto – dice mi hermosa esposa – los invito a cenar,


mañana.

- ¿en su casa? – pregunta y mi esposa asiente con la cabeza.


- Yo cocino – en ese momento suena mi celular y veo que se
trata de Max.

- Debo irme, tengo una reunión – digo besando a mi esposa –


nos vemos en un rato.

- Te amo – dice ella mientras me pongo de pie.

- Y yo a ti – me vuelvo a ver a Christian – piénsalo, estaré de


acuerdo con la decisión que decidas tomar.

- Lo haré – responde dándome la mano.

Salgo del lugar y me subo al auto para ir a la empresa donde


tengo una importante reunión. Al llegar a mi oficina veo a Max
nervioso esperándome.

- ¿Qué pasa? – pregunto entrando a mi oficina encontrándome


con Amara observando por la ventana, cuando me escucha
entrar se vuelve a verme.

- ¿Qué haces aquí? – pregunto molesto y ella baja la mirada.

- Vengo porque necesito tu ayuda – dice ella observando tras


de mi – dile que se vaya – se refiere a Max, me vuelvo a verlo
y él asiente para luego salir de la oficina.

- ¿Por qué fuiste a ver a mi esposa? – pregunto sujetándola de


un brazo.

- Necesitaba verla y estar segura de lo que voy hacer – dice


observándome con los ojos llenos de lágrimas – necesitaba
estar segura de que ella iba apoyarte en todo sin importar lo
que fuera.

- No podrás separarnos – digo furioso observándola a los


ojos.
- No quiero hacerlo, por el contrario, lo que más deseo es que
sigan juntos – responde y escucho un gorgoteo – suéltame
por favor – lo hago y ella camina hasta uno de los sofás que
hay en mi oficina y toma en brazos un hermoso bebé vestido
de n***o.

Viene hasta mi de nuevo y lo veo, es bellísimo pero lo más


fascinante es que se parece muchísimo a mí, a excepción de
sus ojos, son grises como los de Amara.

- El día que rompiste nuestro compromiso iba a decirte que


estaba embarazada – dice tomándome por sorpresa y
comienzo a negar con la cabeza.

- No, imposible – digo y negando con la cabeza – siempre me


protegí

- Con una aguja le hice agujeros a los preservativos, - abro los


ojos como platos – no querías fijar una fecha para boda, así
que se me ocurrió forzarte, pero lo que no tuve en cuenta fue
a la hermosa castaña de la que te enamoraste.

- No, es imposible – digo sin poder creerlo mientras os


observo.

- Nadie sabe de él, ni siquiera mi familia – me dice con los


ojos llenos de lágrimas – cuando rompiste nuestro
compromiso no quise pasar por esta vergüenza y mucho
menos obligarte a estar conmigo por lo que decidí
desaparecer durante el embarazo. Pensé abortar, pero fui
incapaz, así que vine aquí, quiero que te hagas cargo de él yo
no puedo y no quiero una responsabilidad como esta.

- No puedo, Amara – digo negando con la cabeza – mi esposa


y yo acordamos no tener hijos.

- No voy a obligarte a nada – responde ella besando la


cabecita del bebé – tendré que darlo en adopción.
- No puedes hacerlo – digo y ella me observa – yo voy
apoyarte en todo.

- No voy hacer la madre del hijo de Kilian Sinclair, no voy a


pasar por esa humillación – dice llorando – lo siento, pero no
puedo hacerlo, si tú no vas a hacerte cargo de él, otra familia
lo hará, pero tu jamás vas hablar de esto.

La veo caminar hacia donde se encuentra el porta bebes del


cual no me había fijado. La veo tomar una pequeña maleta,
pone al bebe en el porta bebes, luego lo toma dispuesta a irse.

Mientras los observo me doy cuenta de que no soy capaz de


dejar a mi hijo a la deriva, si bien amo a Jenefer con mi vida,
estaría dispuesto a renunciar a ella por proteger a mi hijo. Lo
tengo todo, tengo muchísimo dinero y jamás permitiría que mi
hijo pase necesidades cuando puedo evitarlo.

- Espera – digo antes de que habrá la puerta, camino hasta mi


escritorio y le marco a Max – quiero que venga uno de
nuestros abogados.

- En un momento señor – responde y yo me vuelvo a ver a


Amara.

- Ven – digo guiándola hasta los sofás – si hago esto, debes


jurarme que jamás, escúchame bien, jamás dirás algo, ni te
acercaras a él.

- Te lo juro – dice con los ojos llenos de lágrimas.

- Jamás diré de donde lo saque. Aunque los medios harán sus


cuentas cuando se enteren y te apuntaran, sin embargo tu
siempre lo negaras – ella asiente con la cabeza. En ese
momento tocan la puerta, me pongo de pie y voy abrir la
puerta encontrándome a Max junto a uno de nuestros
abogados. – adelante - Los guio hasta donde se encuentra
Amara con el bebé, Max y el abogado se sorprenden al ver al
bebé. - Lo que pasa aquí, jamás saldrá d aquí – digo y ellos
asienten – quiero que redactes un documento en el que
Amara rechace por completo la custodia del bebé y su
promesa que jamás se acercara a él.

Media hora después el documento está listo y legalizado,


Amara se pone de pie y viene hasta mi escritorio donde le
presto una pluma para que firme.

- ¿estas segura? – pregunto antes de que firme y ella asiente


con la cabeza mientras firma el documento. Veo un par de
lágrimas bajar por sus mejillas mientras firma.

- ¿Cómo es su nombre? – pregunto mientras caminamos


hasta donde se encuentra el bebé dormido.

- No tiene nombre – responde tomándolo en brazos – tiene


cinco meses. – lo abraza fuertemente para luego besar su
cabecita. – lo siento – le susurra para luego entregármelo, sin
más se da la vuelta para salir de la oficina dejándome con el
bebé.

- Déjenme solo – digo a Max y al abogado que salen en un


instante – hola campeón - tomo mi celular para llamar a mi
esposa.

- Hola amor – responde ella riendo y sé que aún se encuentra


con Christian.

- Necesito que vengas a la empresa, es muy importante – digo


observando los hermosos ojos de mi hijo dándome cuenta de
que mi vida acaba de cambiar.
Decisión-Dulces Mentitas - Dreame
Jenefer...

La llamada de Kilian me pareció muy extraña ya que hace


poco estamos bien y hasta donde se tenía una reunión y
debería estar en ella. Pienso mientras conduzco hasta la
empresa, al llegar aparco el auto en el estacionamiento
subterráneo que me dio para cuando viniera, bajo rápidamente
y camino hacia el ascensor preocupada. Al llegar al último
piso me encuentro con Max quien me observa nervioso.

- Buenas tardes señora Sinclair – me saluda con su habitual


amabilidad.

- Kilian me espera – digo pasando de largo a su oficina, al


entrar lo veo de pie junto a la ventana observando la ciudad. –
amor – digo y cuando se da la vuelta quedo perpleja al ver lo
que tiene en sus brazos. Cierro la puerta tras de mí y
parpadeo un par de veces verificando que lo que esté viendo
sea real. Camino lentamente hasta donde están. – ¿Kilian?

- Necesito que hablemos – dice caminando con el bebé hasta


los sofás que hay en su oficina y lo pone con suma delicadeza
en un porta bebé.

- ¿me quieres explicar? – pregunto señalando el bebé.

- Es mi hijo – abro los ojos como platos al escucharlo, abro la


boca y la vuelvo a cerrar tratado de articular palabra. – el día
que rompí con Amara ella iba a decirme que estaba
embarazada.

- ¿Por qué lo tienes tú? – pregunto sin salir de mi sorpresa.


- Ella no lo quiso y vino a entregármelo – dice y yo frunzo el
ceño.

- ¿y no se te ocurrió contarme antes de aceptar? – pregunto


molesta

- No me dio tiempo ella...- comienza a decir, pero lo


interrumpo

- Llámala y que venga por él bebe, sabes perfectamente lo que


pienso de tener hijos – tenemos una vida perfecta, ese niño
solo lo arruinara.

- No – dice de forma contundente – ella no lo quiere, si yo no


hubiera aceptado quedarme con él, seria llevado para que lo
dieran en adopción - dice y yo solo camino de un lado a otro
sosteniéndome la cabeza.

- No quiero Kilian, no quiero esto y lo sabes – digo molesta


por que hubiera hecho esto sin consultarme.

- Necesito tu apoyo en este momento Jenefer – pide


acercándose a mí – no puedo hacerlo solo, no quiero hacerlo
solo – me toma de los hombros para que me detenga y lo vea
a los ojos.

- No puedo, - respondo observándolo – lo siento, no puedo


llámala y que vuelva con ella.

- ¡no es un objeto que puede pasarse de mano en mano! –


dice molesto y yo lo observo – es solo un bebé, no tiene la
culpa de lo que está sucediendo, no es culpable de lo que
hicimos Amara y yo. Él se merece una familia que tú y yo
podemos darle – veo en sus ojos el anhelo y la súplica para
que acepte. – ni siquiera le puso un nombre y te juro que ella
jamás se acercará a nosotros o intervendrá en nuestras vidas.
- Lo siento, pero no puedo, no puedo hacerlo – respondo y es
verdad, nunca quise ser madre, no tengo ese instinto, no
sabría cómo hacerlo.

- No me hagas esto amor – dice abrazándome pegando su


frente a la mía mirándome a los ojos – no me hagas elegir
entre tú y él.  porque, aunque te amo con locura voy a elegirlo
a él. Me necesita y si tengo que dejarte ir, eso haré, aunque no
quiera. – veo sus ojos llenos de lágrimas – ahora estamos en
tus manos, puede hacerlo conmigo o sin ti.

- ¿es tu decisión final? – pregunto con el corazón doliéndome,


pero simplemente no puedo hacer esto, nunca lo quise y no lo
haré.

- Lo elijo a él – responde haciendo que mi corazón se rompa,


asiento con la cabeza separándome de él.

- No tenemos nada mas de que hablar – digo con los ojos


llenos de lágrimas dándome la vuelta para salir de allí –
Amaris es un lindo nombre, significa dado por Dios – sin más
salgo de la oficina tratando de no quebrarme – una vez en el
ascensor llamo a Christian.

- Jen, ¿Qué pasa?

- Necesito verte – digo mientras la voz se me quiebra

- ¿Dónde estás?

- En la empresa de Kilian – tratando de no llorar

- Estoy por pasar frente a ella, te espero fuera – responde al


tiempo que las puertas se abren en el lobby. Salgo lo más
rápido que puedo y justo como dijo, veo su auto aparcarse
frente a la empresa. Lo veo bajar del auto y yo corro hasta él. -
¿Qué pasa? – dice abrazándome
- Puedes llevarme a la empresa – digo y él asiente mientras
me lleva hasta el auto.

Rápidamente nos subimos al auto y una vez dentro me tapo el


rostro con las manos rompiendo en llanto, al sentir como el
pecho me duele. Pero por más que lo pienso sé que no sería
capaz de hacerlo. Cuando llegamos a la empresa entramos
subimos hasta mi oficina y al entrar me siento en los sofás
que hay allí y rompo aún más en llanto.

- Jen, me estas asustando – dice el hincándose frente a mí


para verme - ¿Kilian te hizo algo?

- Mi vida acaba de arruinarse – digo en medio del llanto – mi


vida con Kilian era demasiado perfecta para que esa felicidad
fuera permanente. Pero no, mi mundo acaba de derrumbarse
a mi alrededor.

- ¿Qué pasa? – pregunta preocupado

- Amara reapareció – comienzo a decir – y con una sorpresa,


un bebé, de unos meses de nacido y se lo entrego a Kilian. –
abre los ojos como platos mientras mi corazón palpita
rápidamente.

- ¿Kilian te engaño? – pregunta molesto

- No creo, él me dijo que el día que rompió el compromiso, ella


fue a verlo para decirle que estaba embarazada, pero Kilian
termino con ella así que no se lo dijo – explico entre lágrimas
– hoy estuvo aquí en mi oficina, pero jamás sospeche que se
tratara de eso.

- ¿Kilian es padre? – pregunta y yo paso saliva mientras


asiento con la cabeza – ¿y eso tiene algo de malo?
- Por supuesto, sabes lo que pienso sobre los hijos y no quiero
criar un niño – digo y él parece molesto. - Kilian dijo que si
tenía que elegir entre él y yo lo elegía.

- Eso es lo que los padres hacen – me dice observándome –


él acaba de conocerlo y ya demostró que será un excelente
padre.

- No quiero hacerlo – respondo llorando

- Si no piensas apoyarlo en esto, es mejor que se separen –


dice Christian y yo rompo en llanto – Kilian es un buen hombre
y ese bebé merece una familia, sino estas dispuesta a ser
parte de esa familia, deberías permitir que ellos tengan una. –
eso me duele más de lo que jamás imagine, pero sé que tiene
razón. - ¿estas segura de que no quieres hacerlo? – lo observo
a los ojos – pueden ser felices, no quisiste un hijo, no lo
tendrás pero la vida les dio esa linda sorpresa que deberías
aprovechar.

- No sé qué pensar – digo cubriéndome el rostro con las


manos.

- ¿Así de débil es tu amor hacia Kilian? – pregunta haciendo


que lo vea – cuando se casaron, prometiste ante Dios
apoyarlo siempre y créeme que en estos momentos es cuanto
más apoyo necesita de ti.  
15 de Mayo-Dulces Mentitas - Dreame
Kilian...

La veo salir de la oficina y siento como el corazón se me


parte, pero ese bebé me necesita más que nadie en el mundo
y aunque no cuente con su apoyo voy hacerlo. Lo observo
dormido en el porta bebés y sonrió, es bellísimo. Amaris
Sinclair, Sonrió y decido buscar ayuda porque en este
momento no sé qué hacer y no quiero volver a casa. Tomo mi
celular y llamo a mi madre.

- Hola cariño – me saluda cariñosa como siempre.

- Hola mamá – respiro profundamente – necesito que me


ayudes con algo. ¿Dónde estás?

- En casa amor, ¿en qué puedo ayudarte?

- No puedo decirte, es mejor que lo veas – respondo tomando


mis cosas y las de Amaris. – estaré lo más pronto posible allí.

- Aquí te espero – cuelgo antes de ir por mi hijo. Aun no puedo


creerlo.

Salgo de la oficina, le digo a Max que cancele todas mis


reuniones y le digo que agende una cita con mis abogados
para darle nombre y apellido a mi hijo. Me adentro en el
ascensor y presiono el botón del estacionamiento
subterráneo. Al llegar voy hasta el auto y veo que vine en un
auto deportivo, bajo la mirada a Amaris quien me sonríe.

- Prometo ir despacio – digo poniéndolo en el asiento del


copiloto y poniéndole el cinturón al porta bebés – y solo será
por esta vez.
Me subo al auto y salgo de la empresa rápidamente, conduzco
despacio lo que me toma más tiempo de lo normal llegar a
casa de mis padres. Al aparcar el auto en la entrada veo a mi
madre salir a recibirme, veo que está anocheciendo y siento
que este día ha sido muy largo.

- ¿Hijo que pasa? – se acerca a mi mientras rodeo el auto a la


puerta del copiloto.

- ¿podrías ayudarme con él? – pregunto abriendo la puerta


para que vea a mi hijo.

- Hay por Dios – dice tapándose la boca con sus manos –


pero que hermoso bebé – dice acercándose para tomarlo en
brazos. – es igual a ti.

- Es mi hijo – digo tomando su maleta mientras entramos a la


casa donde mi padre viene a recibirnos.

- pero ¿qué pasa?  – pregunta viendo a mi madre con el bebé


en brazos.

- Una larga historia - digo sentándonos en el salón principal

- ¿Dónde está Jenefer? – pregunta mi madre

- Vamos a separarnos – respondo, aunque me duela debo


hacerme a la idea – ella nunca ha querido hijos y esto es
demasiado para ella.

- Cuentas con todo nuestro apoyo – dicen ellos al unísono.

- ¿Qué sucedió? – pregunta mi madre

- Amara estaba embarazada cuando rompí el compromiso –


respondo viendo como mi madre revisa al bebé – en un
principio iba abortar, pero se arrepintió, así que se alejó
durante el embarazo y los primeros meses del bebé.
- Eso explica muchas cosas – dice mi padre – ¿a qué acuerdo
llegaron?

- Ella creyó que el bebé seria prueba de su humillación por lo


que hoy llego a mi oficina con él, me lo entrego y se fue. –
respondo y ellos asientes – antes de que se fuera me asegure
que jamás vuelva, la hice firmar un documento en el que
renuncia a la custodia y niega por completo que el bebé sea
suyo,

- ¿Cómo se llama? – pregunta mi madre

- No tiene nombre aun – me observan horrorizados – pero


Jenefer se lo puso. Amaris Sinclair. Mañana lo haré oficial,
pero deben prometerme que jamás dirán de donde viene.

- Nos ofendes hijo – responde mi madre ofendida – nunca


diremos nada, ahora vamos a darle un baño y que descanse. –
veo a mi madre llevárselo luego de tomar sus cosas.

- ¿Cómo están las cosas con Jenefer? – pregunta mi padre


sentándose a mi lado.

- Ella nunca ha querido ser madre y yo no voy a obligarla –


respondo con un gran nudo en la garganta – mañana cuando
me reúna con mis abogados luego de arreglar los
documentos de Amaris, tramitare el divorcio.

- ¿Por qué no se sientan hablarlo? – aconseja mi padre – esto


debe ser una fuerte impresión para ella tanto como para ti,
deja que lo asimile, hablen más calmados.

- Ella no va aceptar, en sus planes no estaba, esta o estará la


crianza de un niño.

- Pero es algo que no van hacer solos – me abraza dándome


la fuerza y apoyo que necesito en ese momento – hay
estaremos tu madre y yo, los padres de Jenefer y hasta el
mismo Christian.

- Pero si ella no quiere, no voy a obligarla – lo observo – me


duele en el alma, pero respetare su decisión.

Esa noche decido quedarme con mis padres, observo a mi


madre feliz con Amaris. Me causa muchísima ternura verla
hablando con su nieto, lo lleva hasta una habitación que esta
junto a la de ellos y le dijo "esta será tu habitación y mañana
comenzaremos a decorarla". Esa noche mi madre duerme
conmigo y mi hijo.

- Es bellísimo – dice ella viéndolo dormir

- Vete a dormir con papá – le digo cubriéndolo con su manta.

- Él lo entiende – dice sonriendo

- ¿estas feliz? – pregunto observándola

- No me moría por ser abuela, pero él está aquí y solo verlo me


muero de amor – responde sonriendo – es como estarte
viendo bebé de nuevo, excepto sus ojos.

- ¿Qué voy hacer con él? – pregunto asustando

- Amarlo – responde ella – junto a él vas a vivir momentos


únicos. Puede que no lo esperaras, pero está aquí y va a estar
el resto de tu vida. – responde acariciando mi rostro – si
Jenefer no quiere ser parte de esto, siempre nos tendrás, pero
sobre todo lo tendrás a él.

- Gracias mamá – digo y unos instantes después me quedo


dormido, aunque durante la noche me despierto varias veces
observando a mi hijo.

A la mañana siguiente me despierta fuerte llanto a mi lado,


abro los ojos rápidamente y lo veo a mi lado. Me siento en la
cama y lo tomo en brazos.
- ¿Qué pasa campeón? – me levanto con él en brazos justo
cuando mi madre entra a la habitación. Veo que trae un
biberón en la mano.

- Tiene hambre – dice entregándome el biberón.

- ¿Qué debo hacer? – pregunto asustado y ella ríe.

- Ven, siéntate y acomódalo en brazos – lo hace para que yo lo


vea – luego tomas el biberón y lo pones en su boquita y dejas
que él haga el resto.

Lo observamos comer todo lo que había en el biberón luego


mi madre me explica cómo sacarle los gases. Bajamos los
tres a la cocina donde nos espera mi padre que al verlo viene
a cargarlo.

- Hoy iremos a comprarle las cosas que necesite, además


mandaremos adaptar una habitación para él – dice mi padre
sonriéndole.

- Voy por la tarjeta – digo, pero mi madre niega con la cabeza

- Como crees hijo – dice mi madre.

- Hijo, debes hablar con Amara, - dice mi padre mientras


Amaris ríe con su abuelo que juega con él – debemos saber
todo sobre, cuando nació, tipo de sangre y principalmente, si
hay algún registro de su nacimiento.

- No había pensado en eso – respondo bebiendo café

- Quiero acompañarte a verla y estar presente cuando arregles


sus documentos.

- Por mi está bien – respondo – aunque puedo llamarla. No


quiero que me vuelven a ver con ella y la relación con mi hijo.
- En eso estoy de acuerdo contigo – dice mi madre – llámala
ahora y grabamos su conversación.

Voy por mi celular a la habitación y vuelvo a la cocina


mientras busco su contacto. Cuando me siento la llamo.

- Quedamos en que no volverías hablarme – dice al contestar


mientras la pongo en altavoz.

- Solo quiero que respondas un par de preguntas muy


importantes – digo viendo a mi hijo.

- Te escucho, pero después no quiero que me vuelvas a llamar


– dice molesta y veo a mis padres fruncir el ceño

- ¿hay algún registro?

- No, pague mucho dinero para que eliminaran todo registro de


que estuvimos en aquel lugar – dice refiriéndose al hospital.

- ¿Cuándo fue?

- El quince de mayo – responde y mis padres me hacen señale


para que cuelga.

- Es todo – sin más cuelgo.

- ¿seguro que ella jamás va a intervenir? – pregunta mi madre

- Completamente seguro.

Luego de que desayunamos, nos alistamos para salir. Mi


madre e hijo se van por su lado, mientras que mi padre y yo
vamos a la empresa donde ya nos esperan nuestros
abogados. Durante toda la mañana arreglamos los
documentos, tenemos que pagar mucho dinero en sobornos
para que nadie haga preguntas así que para medio día Amaris
Sinclair es legalmente mi hijo, aunque tenga que esperar unos
días antes de tener los documentos en mis manos.
- Dejando de lado el asunto de mi hijo – digo respirando
profundamente antes decir – quiero que inicien mi proceso de
divorcio.
Final -Dulces Mentitas - Dreame
Jenefer...

Observo el techo blanco de la habitación en mi apartamento.


Recuerdo cuando con Kilian acordamos, no venderlo porque
nuestra casa está a una hora de la ciudad y el apartamento
podría sernos de gran ayuda, así que él vendió el suyo, con el
dinero que le dieron por la compra y un poco que puse yo,
remodelamos la casa. Pasé toda la noche sin poder dormir,
esperaba la llamada de Kilian diciéndome que había cambiado
de opinión, pero jamás ocurrió, también durante horas pensé
en lo que podríamos hacer con un niño y lo único que veía era
muchas noches de desvelo, gritos y lloriqueos, adiós a
nuestros momentos a solas, nuestros momentos sexuales y
muchas otras cosas. Pero pensé ¿todo ello supera el amor
que siento por mi esposo? ¿Puedo hacer esto con mi esposo?

Los primeros rayos del sol iluminan por completo el


apartamento indicándome que debo tomar una decisión. Vivir
una vida plena con mi esposo, pero compartiéndolo con ese
niño o una vida sin él a mi lado.

Me pongo de pie y voy a darme una ducha, pero antes llamo a


Adán para que cancele todos mis compromisos, no estoy de
ánimo para ir a la empresa. Me doy una ducha y voy al closet,
elijo una falda negra, blusa blanca con cuello alto, gabardina
de cuadros negra y blanca, tacones negros. Dejo mi cabello
suelto y me maquillo tratando de ocultar mis ojeras.

Cuando estoy lista tomo mi bolso y salgo del apartamento


rumbo a la empresa de Kilian, pero me sorprendo cuando Max
me dice que no puedo pasar a ver a mi esposo porque está en
una reunión.
- ¿hasta a qué horas? – pregunto un poco molesta por que
Kilian jamás me ha hecho algo como esto.

- No sabría decirle señora Sinclair, pero cuando termine


prometo informarle – me dice y yo asiento, salgo de la
empresa y decido ir a caminar, necesito despejar mi mente.
Decido ir a central park para tomar un poco de aire.  compro
un café en Starbucks antes de comenzar a caminar.

Pero al salir de la cafetería me encuentro de frente con


Antonella quien tiene en sus brazos al bebé, lo que hace que
mis ojos se llenen de lágrimas. me acerco a ellos, pero la
mirada que me da Antonella es de enojo total.

- Hola – la saludo sonriendo

- Jamás creí que fueras capaz de algo como esto – dice


molesta y el tono de su voz me duele.

- Deben entenderme, no es algo que quiero en mi vida –


respondo y ella ríe cínica.

- Se mejor que nadie por lo que estás pasando, pero yo


siempre conté con el apoyo de Víctor, lamentablemente mi
hijo no cuenta con una persona que realmente lo amé, pero
nos tiene a nosotros que es lo que realmente importa.

- Antonella...

- Si no estás dispuesta a estar en esta aventura es mejor que


te alejes de nosotros – dice antes de darse la vuelta e irse
dejándome perpleja con lo que me acaba de decir.

Comienzo a caminar tratando de no derramar lágrimas, no sé


cuánto tiempo pasa mientras camino, pero ya he tomado una
decisión. mi celular suena y veo que se trata de un mensaje de
Max donde me informa que Kilian acaba de terminar su
reunión. Voy hasta la calle donde abordo un taxi y pido que me
lleve hasta la empresa de mi esposo.

Al llegar subo rápidamente encontrándome con Víctor que


espera el ascensor junto a los abogados de la empresa.

- Hola Jenefer – me saluda, pero en cuanto salgo del ascensor


él entra sin decir más.

Camino hasta la oficina de mi esposo y cuando Max intenta


detenerme lo paso de largo para entrar a la oficina
encontrándome con Kilian masajeándose las cienes. Observo
que levanta la cabeza viéndome.

- Qué bueno que estas aquí – dice, pero veo que su forma de
tratarme en un poco más brusca.

- Vine hablar contigo sobre lo que está sucediendo –


comienzo a decir acercándome a él, pero me detiene con una
mirada.

- Perfecto – dice tomando una carpeta negra y la pone frente


a mí, dejo mi bolso en una de las sillas junto a mí y tomo la
carpeta. Comienzo a leer su contenido mientras el camino
hasta el minibar y se sirve un trago.

- ¿Qué? – pregunto sintiendo una fuerte presión en el pecho –


Kilian... - me vuelvo a verlo con los ojos llenos de lágrimas.

- No voy a obligarte y anoche tuve la oportunidad de pensar –


dice sin verme – no quiero estar junto a mujer que solo me
apoya cuando ella lo cree conveniente – la voz se le quiebra.

- Kilian, se que ayer reaccione muy mal, pero vengo a decirte si


quiero, - digo acercándome a él – quiero hacer esto contigo.
- Pero yo no – responde volviéndose a verme – no quiero que
seas infeliz a mi lado, quiero que tengas la vida feliz que tanto
has deseado, yo te amo como a nadie, pero Amaris me
necesita y aunque no me creas yo amo a ese bebé y estoy
dispuesto a renunciar a ti por él. – quedo perpleja al escuchar
el nombre que del bebé.

- Kilian, no hagas esto por favor – digo abrazándolo

- No puedo Jenefer, me acabas de demostrar que no tengo


estabilidad a tu lado y ahora no soy solo yo, tengo un hijo y él
se convirtió en mi prioridad desde el primer instante que lo
tuve en mis brazos.

- Perdóname por favor – digo y él me abraza fuertemente.

- necesito estar completamente seguro que siempre estarás a


mi lado sin importar que suceda.

- No te abandone, solo necesitaba pensar todo sucedió muy


rápido – digo mirándolo a los ojos – te lo juro, quiero esta vida
contigo, quiero hacer esto contigo. – un par de lágrimas
ruedan por mis ojos – pero tengo miedo, muchísimo miedo,
no sé cómo voy hacerlo, jamás me imagine que esto me
pudiera suceder, pero quiero hacerlo.

- Mírame – dice sujetándome el rostro con sus manos – si vas


a estar a mi lado debes tener en cuenta que esto es para
siempre, tendremos que hacer sacrificios, que nuestra vida
cambiara, toda nuestra vida, ya no seremos tu y yo.

- Soy consciente de ello – respondo – por favor – cierro los


ojos mientras él se aparta de mí. lo veo caminar hasta el
escritorio para tomar su celular.

- Madre, podrías venir a la oficina – dice observándome para


luego colgar. Me siento en uno de los sofás y él hace lo
mismo a mi lado.
- ¿Amara? – pregunto

- Ella no será un problema, no hay registro del nacimiento de


Amaris ni de su embarazo, mi hijo es una vergüenza y
humillación para ella. – asiento con la cabeza molesta por lo
que él me dice.

- ¿y si regresa?

- No lo hará, le hice firmar la renuncia de la custodia y una


promesa de que jamás hablará sobre mi hijo...

- Nuestro – corrijo tomándolo de la mano

- O se acercara a él

- ¿Quiénes saben? –

- Nuestra familia – responde observándome – excepto tus


padres.

- Debemos asegurarnos que nadie sabrá de él – digo y él se


acerca más a mí – es nuestro es todo lo que las demás
personas deben saber.

En ese momento se abre la puerta de la oficina y por ella


entran mis suegros junto a mi hijo, sonrió al pensarlo, pero
eso es lo que es. Antonella y Víctor se sorprenden de verme
aquí mientras Kilian se pone de pie y camina hasta su madre
quien tiene en brazos a Amaris. Camina de vuelta hasta donde
estoy mientras me pongo de pie. Lo observo y él a mí, es tan
igual a mi esposo, excepto por sus ojos. De repente siento un
torrente de amor en mi pecho hacia ese hermoso bebé.
Amaris me observa y sonríe logrando que mis ojos se llenen
de lágrimas, pero son de felicidad. Kilian se pone frente a mí y
me observa.
- Puedo hacerlo solo, pero sería el hombre más feliz del
mundo si haces esto conmigo – dice extendiendo su mano
hacia mi mientras con la otra sostiene a nuestro hijo.

- Haremos esto juntos – digo mientras él nos abraza – te lo


juro.

Fin.
Epilogo-Dulces Mentitas - Dreame
MUCHOS AÑOS DESPUÉS...

Abro los ojos al sentir cosquillas en mi cuello y sonrió al


encontrarme con los ojos más hermosos que alguna vez pude
ver. Kilian está frente a mí con una enorme sonrisa en los
labios como cada mañana en los últimos veinte años.

- Buenos días esposa – dice sonriendo y yo me pego más a su


cuerpo. - ¿lista para hoy?

- Por supuesto, es algo que estábamos esperando – respondo


sonriendo.

Hace un par de días llegamos a Boston, ya que hoy es la


graduación de nuestro hijo Amaris. Él se convirtió en la luz de
nuestros ojos, nos convertimos en una auténtica familia,
cuando mis padres se enteraron de Amaris se volvieron locos
de felicidad y se peleaban con los Sinclair por cuidarlo.
Nuestra vida no cambio, por el contrario, mejoro. Elian y
Amaris se convirtieron en mejores amigos. Junto a Christian y
Emma los criamos como hermanos. Les dimos todo por igual,
cuando hacían travesuras los castigábamos por igual y
aunque Amaris no haya nacido de mi lo amo más que nada en
el mundo.

Cuando el mundo se enteró de que Kilian y yo lo teníamos,


todos apuntaron hacia Amara como suponíamos que iban
hacer, pero ella c*mplió con su palabra, siempre negó a mi hijo
y jamás se acercó a él.

Emma y Christian decidieron no tener más hijos por lo que la


cercanía entre mi hijo y el de ellos creció. Ellos se convirtieron
en hombres muy atractivos. Elian es la viva imagen de
Christian con los ojos de Emma, un hombre imponente y
atrayente, con una mirada que enloquece a las mujeres,
mientras que mi hijo, Amaris es un auténtico Dios nórdico a
pesar de su corta edad. Es igual que Kilian y Víctor, sus rasgos
están muy marcados y varoniles, heredo el porte imponente,
atrayente y seductor de su padre y abuelo, como también la
inteligencia. Eligió estudiar administración de negocios y está
más que ansioso por asumir el mando de nuestra empresa
junto a Elian.

Nuestro matrimonio no cambio por el contrario se volvió más


intenso, Kilian jamás dejo de ser romántico o especial
conmigo. Siempre tenía alguna sorpresa para mí, nos íbamos
de viaje a solas o en familia. Jamás fuimos padres ausentes.
El consorcio Kepler y la corporación Sinclair se fusiono
convirtiéndose en el imperio que es ahora. S&K Enterprise inc.
Es una corporación gigantesca que manejamos los cuatro.
Kilian, Christian, Emma y yo. Aunque ahora lo harán solo
Amaris y Elian. Dividimos las acciones en partes iguales
quedando la empresa en familia.

Después de hacer el amor, nos ponemos de pie y vamos a


darnos una ducha antes de ir a desayunar. La ceremonia de
graduación es por la tarde, pero como toda la familia está
aquí queremos pasar tiempo juntos. Nos vestimos y salimos
al jardín donde ya se encuentra nuestra familia.

- Buenos días – saludamos Kilian y yo llegando hasta la mesa


donde ya se encuentran todos, camino hasta mi hijo y beso su
mejilla haciéndolo reír.

- Mamá – me riñe divertido

- Te amo y lo haré siempre - digo volviéndolo a besar. - ¿están


nerviosos?

- No – responde mi hijo como si nada.


- Aunque Amaris debe de dar un discurso – comenta Elian con
orgullo – ya que él es el c*m laude de nuestra generación.

- No sabes cómo me llena de orgullo – digo tomando su mano


y él rueda los ojos.

- Madre dime eso cuando gane mi primer premio como


empresario del año – responde mi hijo comiendo haciéndonos
reír.

Durante el desayuno hablamos de la universidad y la empresa,


mientras observo a las personas sentadas a la mesa me doy
cuenta cuan afortunada soy, puede que en un principio la idea
de tener un hijo no fue muy llamativa, la vida me dio uno mejor
del que pude alguna vez pude soñar. Verlo sonreír es lo que
más me llena de felicidad. Lo observo y viene a mi mente
cada etapa de su vida y todo lo que sentí al vivirlo.

Cuando gateo por primera vez, nos llenó de alegría, cuando


comenzó a caminar, estábamos preocupados por qué fuera a
lastimarse. Lo feliz que fui cuando me llamo mamá por
primera vez. Lo asustada que estaba la primera vez que
enfermó, lo mucho que llore cuando lo dejamos en su primer
día de escuela. Cuando aprendió a montar bicicleta, cuando
aprendió a tocar piano. Todos aquellos momentos los disfrute
y ame como ningún.

Por la tarde vamos todos a la graduación y aplaudimos fuerte


cuando llaman a nuestros niños, cuando Amaris da su
discurso nos lo dedica a su padre y a mí. esa noche después
de la cena voy a la habitación de mi hijo donde al entrar veo a
Amaris dormir, camino hasta su cama y me acuesto a su lado,
abrazándolo.

- ¿Qué pasa mamá? – pregunta dándose la vuelta medio


dormido.
- Nada, solo que ya estás tan grande – digo besando su frente
y siento la cama hundir haciéndome saber que Kilian está con
nosotros. - te amo mi amor. – digo e instantes después
abrazados nos quedamos dormidos. 

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