Está en la página 1de 8

EJECCUCION DE LOS LAUDOS ARBITRALES

GUSTAVO ALONSO AMAYA G.

Docente
LILIANA MILLAN
Asignatura
ARBITAMIENTO

CORPORACION AMERICANA
FACULTAD DE DERECHO
BARRANQUILLA
2020
EJECCUCION DE LOS LAUDOS ARBITRALES

Los laudos arbitrales se consideran el resultado o la decisión a las que llegan los

tribunales de arbitraje nacional e internacionalmente a modo de sentencia, tiene dos

modalidades, la primera puede ser en derecho, otra en equidad o técnico, y como requisitos

que en las diferentes ocasiones donde una de las partes que estén dentro del proceso sea

entidad pública por motivo de la celebración de un contrato estal debe ser proferida en

derecho teniendo en cuenta el interés público de la entidad.

En el Arbitraje en Colombia, la Honorable Corte Constitucional, mediante Sentencia

C-330 de 2012 expresa: “Las características básicas han sido ampliamente examinadas en la

doctrina constitucional, en los términos que se sintetizan a continuación: (i) Es un mecanismo

alternativo de solución de conflictos, por medio del cual, las partes invisten a los particulares

de la función de administrar justicia. (ii) Se rige por el principio de voluntariedad o libre

habilitación. Por otro lado, el artículo 116 de la Constitución Política le da una definición

clara al arbitramiento teniendo como base en el acuerdo de las partes, que proporciona su

punto de partida y la habilitación para que los árbitros puedan impartir justicia en relación con

un conflicto concreto.” Sentencia C-330 de 2012)

Teniendo en cuenta lo anterior, el proceso arbitral tiene su nacimiento o su génesos a

través de un acuerdo de voluntades, por medio del cual las partes intervinientes de un

determinado negocio o a través de la relación contractual toman la decisión de dirigmir sus

diferencias y conflictos a través de un tribunal de arbitramiento, es decir; evitando el aparato

jurisdiccional, y sometiéndose voluntariamente a las decisiones de árbitros, quienes se

caracterizan por ser un tercero neutral e imparcial.


Por ello, se tiene que los árbitros son particulares que se invisten de manera transitoria

con las funciones que le son propias de la administración de justicia y sus decisiones poseen

la fuerza vinculante que es propia de las sentencias que se profieren por jueces de la

República y que tienen como principal característica de ser ejecutables. El proceso arbitral

tiene como su fuente primaria la Constitución Política y la Ley, lo cual se expresa en la

sentencia C-330 de 2012 expresa:

“El sustento de la justicia arbitral es el reconocimiento constitucional expreso


de la decisión libre y voluntaria de las partes contratantes de no acudir al
sistema estatal de administración de justicia sino al arbitraje para la decisión
de sus disputas, la habilitación voluntaria de los árbitros es, por lo tanto, un
requisito constitucional imperativo que determina la procedencia de este
mecanismo de resolución de controversias. También ha señalado que la
justificación constitucional de esta figura estriba no sólo en su contribución a
la descongestión, eficacia, celeridad y efectividad del aparato estatal de
administración de justicia, sino en que proporciona a los ciudadanos una
opción voluntaria de tomar parte activa en la resolución de sus propios
conflictos, materializando así el régimen democrático y participativo que
diseñó el Constituyente” (Sentencia C-330 de 2012)

Por otro lado, la Carta Magna da un reconocimiento al proceso arbitral como una

institución de orden Constitucional, ya que no solo es concebida como una forma de

administrar justicia, sino que tiene el gran de deber de ser el protector ya demás garantizar los

derechos fundamentales y alas libertades de las partes intervinientes de un determinado

proceso-.

La carta magna ha expresado que el arbitraje es un mecanismo que coadyuva a la

correcta administración de justicia en materia de descongestión, celeridad, imparcialidad y

que persigue como fin último la tutela jurisdiccional efectiva de los derechos sustanciales

objeto de controversia.
El proceso arbitral se considera un proceso el cual debe respetar los derechos

fundamentales de las partes como el debido proceso, el derecho a la igualdad, a la legalidad,

inter alia, los cuales permiten al proceso arbitral una correcta administración de justicia, en la

que se pretende adoptar una decisión de fondo, es decir; un denominado laudo arbitral, el cual

deberá garantizar la tutela judicial efectiva de los derechos sustanciales del contradictorio.

Por su parte en la Sentencia C-330 de 2012 la Corte Constitucional afirma:

“se trata de un proceso, puesto que los particulares, al administrar justicia como
árbitros, deben materializar, dentro de la lógica propia del arbitraje y atendiendo a
sus especificidades, los derechos fundamentales al debido proceso, de defensa y
de acceso a la administración de justicia, respetando el marco trazado por el
legislador. Por ello, el arbitramento se concibe como un proceso que garantiza los
derechos de las partes enfrentadas, mediante un conjunto de etapas y
oportunidades para discutir argumentos, valorar pruebas, controvertir la posición
de la otra parte e incluso controlar las decisiones de los árbitros” (Sentencia C-330
de 2012)

Se puede inferir que el arbitramiento no solo es reconocido como un simple proceso

jurisdiccional, sino como un proceso que conlleva al respeto y la garantía en todos los

aspectos procesales propios de cualquier tipo de proceso ventilado ante la administración de

justicia tradicional de Colombia.

La ley 1563 de 2012, en su artículo 111 es clara en establecer el proceso que se debe

seguir para el reconocimiento y ejecución de los laudos proferidos en el exterior de la

siguiente forma en su siguiente artículo:

“Artículo 111 Reconocimiento y ejecución. Los laudos arbitrales se reconocerán


y ejecutarán así:
1. Un laudo arbitral, cualquiera que sea el país en que se haya proferido, será
ejecutable ante la autoridad judicial competente, a solicitud de parte interesada.
2. La parte que invoque un laudo o pida su ejecución deberá presentar el laudo
original o copia de él. Si el laudo no estuviere redactado en idioma español, la
autoridad judicial competente podrá solicitar a la parte que presente una
traducción del laudo a este idioma.
2. Los laudos dictados en arbitrajes internacionales cuya sede sea Colombia se
considerarán laudos nacionales y, por ende, no estarán sujetos al procedimiento de
reconocimiento y podrán ser ejecutados directamente sin necesidad de este, salvo
cuando se haya renunciado al recurso de anulación, caso en el cual será necesario
su reconocimiento.
3. Para la ejecución de laudos extranjeros, esto es de aquellos proferidos por un
tribunal arbitral cuya sede se encuentre fuera de Colombia, será necesario su
reconocimiento previo por la autoridad judicial competente.” (Ley 1563 de 2012).

La Ley 1563 de 2012, también establece que para el reconocimiento de laudos

arbitrales en Colombia, se debe solicitar por las partes que están interesadas o la parte

favorecida en el proceso arbitral, en síntesis el reconocimiento de laudos arbitrales proferidos

en sede de arbitraje internacional no es automático, sino que la parte que desee su

reconocimiento debe desplegar su accionar y solicitar dicho reconocimiento.

La norma no contempla un reconocimiento automático, esto significa que aquellos

laudos que son proferidos en el exterior no tienen reconocimiento en Colombia como tampoco

son ejecutables hasta que las partes interesadas procedan a solicitar su debido reconocimiento

arbitral. (Londoño, 2010).

Los laudos arbitrales que Colombia son aquellos que se encuentren contenidos en la

ley, los tratados, convenciones, protocolos y actos de derecho internacional suscritos y

ratificados, entendiendo que, para su trámite, la parte interesada deberá presentar la solicitud

ante autoridad judicial competente, quien admitirá y correrá traslado por 10 días a las otras

partes; contando posteriormente con 20 días para decidir una vez vencido el traslado.

El proceso de su reconocimiento debe ser tramitado en única instancia y contra este

no procede recurso de reposición según los lineamientos que se expresan en el Artículo

115del estatuto de arbitramiento a nivel internacional (Ley Modelo de la CNUDMI, 1985)

Existe otro punto de singular importancia en la amplia relevancia con el

reconocimiento y ejecución de los laudos arbitrales se encuentra en que para que puedan estos
laudos ser ejecutados es requisito sine qua non y de forma previa, se haya logrado el

reconocimiento de los mismos, por la autoridad competente en Colombia.

En conclusión, para que sea posible la ejecución de un laudo arbitral, es menester

acreditar el requisito de su reconocimiento, pero este reconocimiento no es absoluto, ya que la

ley 1563 de 2012 ha establecido las causales o los motivos para denegar el reconocimiento de

de laudos arbitrales proferidos en sede de arbitraje internacional. (Londoño, 2010)

Por otro lado la legislación Colombiana ha previsto ciertos casos en los que deniega el

reconocimiento de dichos laudos, teniendo como punto de partida la petición de la parte

accionada al manifestar que el acuerdo de arbitraje estaba afectado por una incapacidad; por

ende la parte accionado no puede entrar a defender sus derechos por falta de notificaciones en

el actuar procesal del arbitraje

En conclusión, la autoridad competente debe realizar un riguroso examen de legalidad

y de constitucionalidad del laudo arbitral proferido en el exterior, a fin de determinar su

concordancia o contradicción con normas de derecho público internacional de Colombia.

Cuando se da el reconocimiento de los laudos arbitrales, la convención de Nueva York

se establece es el instrumento de gran importancia para el reconocimiento y ejecución de

dichos laudos arbitrales que profieren los diferentes estados que la conforman, siendo la

legislación Colombiana un desarrollo normativo basado en los principios de la convención, de

hecho simplificando ciertos requisitos y manteniendo los criterios para el rechazo de los

laudos extranjeros. (Organización de los Estados Americanos)

En Colombia, cuando el laudo fuere proferido en el extranjero y con un idioma

diferente al español es necesario que se solicite su traducción y luego e realizará su posterior

reconocimiento, cuando se trate de un caso de arbitramento internacional pero la sede fue

Colombia se considera como un laudo nacional no siendo necesario el proceso de


reconocimiento para ejecutarse directamente, con la excepción de casos donde se haya

renunciado al recurso de anulación donde sí será necesario el reconocimiento del mismo.

En el arbitraje internacional la Ley 1563 de 2012 teniendo en cuenta la normatividad

establecida en la Convención de Nueva York, ha establecido la posibilidad del

reconocimiento de laudos arbitrales internacionales a través de una solicitud de parte así el

aporte del laudo arbitral en original o copia.


REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Ley 1563. (12 de Julio de 2012). Congreso de la República . Bogotá, Colombia.

Londoño Arango, M. (2010). Reconocimiento y ejeución de laudos extranjeros anulados.

Organización de los Estados Americanos. (2016). Reconocimiento y ejecución de sentencias y


laudos arbitrales extranjeros. Obtenido de
http://www.oas.org/es/sla/ddi/docs/arbitraje_comercial_publicaciones_reconocimiento
_y_ejecucion_de_sentencias_y_laudos_arbitrales_extranjeros_2015.pdf

Sentencia C-330, C-330 (Corte Constitucional 2012).

Congreso de la Republica. (12 de Julio de 2012) Ley 1563 de 2012. Ley de Arbitraje. D.O.:
48.489

También podría gustarte