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“El regreso”

Libro.

Suceso principal: el regreso de Dios a la tierra.

Estructura.
Introducción.

Ten cuidado, pues, no sabes a qué hora ha de venir nuestro Señor. Esas
fueron las palabras de aquel cura en la plática con su gran amigo, quien
con un aspecto robusto y sus lentes que resaltan su mirada, trabaja a
diario en un centro de telefonía. Luego de un pesado día había se había
decido dirigirse a un amigo para contar al una gran pesadilla que tuvo.
Desperté de un gran salto de cama, con una gran presión sobre mi pecho
y con un mensaje para el mundo. Luego de haber tenido una difícil noche
con pesadillas y trastornos, me agobio el miedo al día siguiente. Pero, al
amanecer no recordaba con claridad las pesadillas emitidos, así que no
preste gran importancia, me fui a dar un baño con agua fría y a preparar
mi desayuno, vivía solo en casa, mi mujer me había dejado hace ya tres
años cuando supo que en realidad no era yo aquel hombre que ella
quería. Desde aquel entonces inicie una vida solitaria con la cual vivo a
gusto, desarrolle rutinas de trabajos y hábitos que mejoraron mi
cotidianidad, el punto es que a pesar de todo eso, siento a veces la
necesidad de una persona a mi lado, que me dé su amor, aun así, me he
acostumbrado a cualquier cosa.
Después de desayunar, salí a mi oficina de trabajo donde me esperaban
las labores que debía realizar, mientras caminaba rumbo a ella, trate de
recordar que era lo que había soñado la noche anterior y aunque no lo
lograba, continúe mi camino sin perturbación alguna, pero, con un poco
de intriga. Respecto mi trabajo es algo entretenido, tiene momentos algo
tediosos, mantengo el ritmo sin alterar mis emociones. Mis compañeros
son muy amistosos con los que tengo relaciones muy buenas y con los
que a menudo comparto buenos ratos, es agradable el ambiente aquí y
vivo a gusto. Después de una larga mañana, salí de mi oficina por mi
almuerzo el cual compartí solitariamente en una cafetería, al finalizar
continúe la labor para concluir este día. Al llegar de nuevo a casa en el
anochecer empecé a preparar la cena. Mientras se cocinaban las patatas
leía un libro sobre mitología griega, es de mi gran gusto, los sucesos que
transcurrían anteriormente tiene un gran significado. Al terminar la
comida me dirigí a cama para descansar de nuevo, la noche era muy
guapa, la luna era delgada como la cintura de una mujer, el cielo era
oscuro, tal vez había posibilidades de llover, la noche era apuesta, aun
así, decidí dormir.
Amanecía de nuevo, era un sábado, la luz del día iluminaba mi rostro a
través de la ventana, caminé a ver el cielo, es un día bello, pensé.
Mientras observaba el cielo una fuerte corazonada me invadió, recordé
una pesadilla que de nuevo volví a tener, claramente era aquella, la
misma que ya había pasado por mí en la noche anterior. Todos los
sucesos vistos iniciaron a dar una secuencia que me dejo un poco
anonadado, mi mente reflejaba, ángeles bajando del cielo, entonando
trompetas, una gran luz que brillaba por todo el mundo, una luz hermosa
y sagrada, aquella luz conducía cada persona a un destino desconocido.
Nuevamente quede asombrado, no sabía que significado tenía este
acontecimiento, sin embargo, analice muy bien las escenas, lo sabía, era
la venida de un superior a nuestro mundo. Desde que era pequeño
siempre creí en un Dios, un ser supremo creador del mundo, al mismo
tiempo no seguía ninguna creencia, ningún dogma, como lo era la iglesia
y entre otras. Hace un tiempo atrás tuve un buen amigo con el que
compartí gran parte de mi juventud, al separar nuestros caminos, supe
que había elegido el camino de la religión, sabía que podía contar con él
y confesarle aquellos mensajes emitidos, así que decidí llamarle y
prolongar una cita con él, quedamos de vernos el día siguiente, el
domingo. El sábado al atardecer, recibí una llamada de mis compañeros
de trabajo, quienes me invitaron a salir a beber en la noche, les dije que
sí, ya que no tenía nada que realizar en mi casa, pensé en contarles lo
que me había pasado en estos días, pero tuve un poco de desconsuelo
al creer que se burlarían de mí, por tener imaginaciones salidas de
cualquier contexto. Mientras bebíamos una cerveza y hablábamos de
temas laborales me arriesgue a contar mi anécdota, no me sorprendió
sus reacciones, ya que me lo esperaba, se burlaron de mí, haciendo
alusión que ya me estaba empezando a hacer un poco de daño la
soledad, otro aludió a que estaba pasado de cervezas, mi reacción fue
de resignación, pues era algo que me esperaba. Al volver de nuevo a
casa de la madrugada, abrí la puerta, entre, iba en un estado consiente y
normal, tomé la cama y caí en un profundo sueño.

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