Está en la página 1de 11

Resumen

A lo largo de la historia de la ciencia, se ha observado que distintos son los elementos que
permean su desarrollo, uno de los más interesantes e importantes es el del contexto en el
que se desenvuelven. Para el fin del presente trabajo, me enfocaré en el contexto geográfico
y como éste ejerce una influencia importante al momento de hacer Ciencia Política,
específicamente su preponderancia en las emociones políticas. Para este fin, tomaré como
base algunos argumentos del libro Putting science in its place, Geographies of scientific
knowledge de David Livingstone, editado en papel por la University of Chicago Press en el
año 2013.
Si bien la expresión emocional puede darse en distintos momentos del acto político y a
través de diferentes actores, con el fin de exponer las ideas principales sobre este tema y no
extender demasiado los argumentos, me enfocaré en la configuración de las emociones
políticas en el imaginario colectivo a través de las redes sociales.
Palabras clave: contexto geográfico, emociones políticas, redes sociales.

Abstract
Along the history of science, many elements have been observed that permeate its
development, one of the most interesting and important its the context where it unwraps.
For this work, i will focus in the geographic context and how this perform an important
influence at the moment of making political science, specifically its preponderance in the
political emotions. For this theme, i will take as base some arguments from the book
Putting science in its place, Geographies of scientific knowledge of David Livingstone,
edited in paper for the University of Chicago Press in the year 2013.
While the emotional expression can be involved in distinct moments of the political act and
trough the different actors, with the end of exposing the principal ideas about this theme
and not to extend the arguments too much, i will focus in the configuration of the political
emotions in the imaginary colective trough the social media.
Keywords: geographical context, political emotions, social media.
Introducción
A partir de la revisión de distintos textos, he podido observar que, al momento de
construir el conocimiento científico, se ha abogado por el pensamiento racional, en donde
las emociones o pasiones e incluso afectos como lo conceptualizan algunos autores han
sido vistas como un obstáculo para la objetividad en el hecho científico. Desde el punto de
vista histórico, pensadores como Aristóteles, Spinoza o Hobbes, concebían a las pasiones
como una amenaza para la racionalidad (Vázquez & Manassero, 2007). Sin embargo, en
fechas recientes las emociones en la Ciencia, en este caso dentro de las ciencias sociales y
humanas han sido recuperadas, ya que se ha demostrado su trascendencia e inherencia al
ser humano.
Diversos hallazgos en el área de neurociencias han puesto de manifiesto que las
emociones son más que meras expresiones inmediatas e intempestivas, pues vienen
cargadas en una parte cognitiva, expresada mediante juicios, creencias e intenciones.
Existen varios ejemplos acerca de la importancia de las emociones en la construcción del
pensamiento científico. Por ejemplo, al momento de hacer investigación, es un hecho que,
desde el momento de concebir la idea del objeto a estudiar, dicha decisión viene cargada de
motivación, creencias y expectativas propias, las cuales están íntimamente relacionadas con
la emoción, de lo contrario sería complicado mantener el interés en el tema (Thagard,
2008).
De igual manera, la Psicología ha hecho importantes aportaciones en el ámbito
educativo, una de ellas es la relacionada con el papel de la emoción en la memoria, ya que
hay indicios de que al momento en que el sujeto se halla estresado hay una mayor
segregación de cortisol, sustancia que interfiere con la consolidación de la información e
incluso puede dañar el hipocampo , por lo que podría no llegarse a las metas de aprendizaje
esperadas y dañarse la memoria a largo plazo. Sin embargo, si se crea un ambiente de
confianza, interés y agrado, es decir a partir de emociones positivas, se puede propiciar el
escenario perfecto para lograr la consolidación de la información (García, 2012).
Aunado a ello y también dentro del área de la Psicología, hay evidencia que apunta a la
importancia de las emociones en la toma de decisiones, pues en el caso hipotético de poder
decidir de manera únicamente racional, las personas podrían inmiscuirse en dilemas éticos.
Por ejemplo, supongamos que en el conocido caso de Phineas Gage, el cual después de un

2
accidente de trabajo tuvo luna lesión en el lóbulo prefrontal, y en el que a pesar de que
sobrevivió, su personalidad cambió de forma abrupta; si Gage hubiera tomado decisiones
en las que pudiera decidir de manera únicamente racional, tal vez habría podido salvar a
muchos a cambio de uno o unos cuántos, lo que nos lleva a preguntarnos que tan pertinente
es que alguien tome decisiones sin la parte emocional implicada, pues podría desencadenar
graves dilemas éticos.
Por otro lado, un hecho constatado es que en la Ciencia Política las emociones no sólo se
dan en los actores políticos, sino también en el imaginario colectivo y son expresadas en el
espacio público. Debido a esto, se ha proliferado su uso y destacado su importancia en la
Ciencia Política aplicada. A continuación, trataré de hacer un esbozo breve respecto a cómo
se concibe a las emociones políticas y sus principales usos en algunos escenarios que son
de interés propio.

Emociones políticas, emociones en la política


Grandes empresas dedicadas al marketing político han hecho uso de los hallazgos en
neurociencias, para saber cómo se comportan las masas al momento de elegir a un
candidato e incluso al momento de tomar lealtad hacia alguno de los actores políticos
mediante los spots en épocas de campaña. Gracias a esos hallazgos, la decisión de la
población puede ser manipulable desde el ámbito emocional, tanto en medios de
comunicación masiva, redes sociales o incluso mediante el discurso político.
Aunado a ello, es un hecho que las pasiones en la política impregnan a grandes grupos
de la población, configuran su mentalidad y costumbres colectivas, por tanto, son decisivas
en el orden político. A partir de la noción de buen gobernante de Maquiavelo, diversos
autores, entre ellos Aurelio Arteta (2014) comentan, que el poder político debe suscitar
emociones de dependencia, culpa o gratitud que promuevan la sumisión, así se renuncia a
los propios deseos, sustituyéndolos por los deseos del grupo dominante, lo cual se realiza a
través de medios emocionantes, dichos medios emocionantes son: en primer lugar, la
palabra, ya que acude a la manipulación política pues persuade: “El uso apasionado del
lenguaje político, como se muestra cada día con creces, es capital para el arrastre de las
masas” (Arteta, 2014, p.52). En segundo lugar, las ideologías políticas y por último la
gestión de las emociones públicas.

3
Lo anterior es importante en la medida que algunos patrones de comportamiento
emocional se configuran en la primera infancia, sin embargo, éstos continúan
modificándose a lo largo de la vida a través de la observación de las emociones propias y
de los que nos rodean, es decir a partir del aprendizaje por imitación en la que el contexto
social juega un papel preponderante. Por ende, nuestras disposiciones emocionales están
destinadas a afectar a los demás, y también dependen en alguna medida del alcance de
nuestras acciones.
Cabe resaltar que debido al interés que se tiene por exponer cómo se configuran las
emociones políticas en los gobernados, habrá que hacer hincapié en cómo entendemos la
noción de liderazgo, ya que finalmente el líder será en gran medida, uno de los principales
actores implicados al momento de estimular buena parte de dichas emociones políticas. El
liderazgo debe ser comprendido como una posición de estado en la que se invierte el poder
(en términos de influencia) el cual hace que la conexión entre las disposiciones
emocionales y el cambio social / organizacional sea particularmente clara. Un líder debe
conocer sus sentimientos, de dónde vienen y cómo usarlos o transformarlos. En otras
palabras, la madurez emocional es responsabilidad del líder y la condición sine qua non del
liderazgo ejemplar como autoridad moral (Wettergren, 2016).
Por lo anterior, las emociones deben y son tomadas en cuenta en la práctica de la
Ciencia Política, por un lado, para intentar explicar como éstas ejercen gran influencia en la
toma de decisiones, la gobernanza, elecciones o candidaturas, o bien entre otros momentos
de la vida política. Por otro lado es menester tomar en cuenta que, la Política es considerada
el reino de las pasiones (Arteta, 2014), ya que éstas se manifiestan en la lucha por el poder
público, la cual es atribuida principalmente a los políticos y sus partidos. De esta manera se
puede entender, que al tratarse de relaciones humanas no hay emociones ausentes en la
escena política, tanto a nivel individual como colectivo.
No cabe duda de que las emociones políticas expresadas en el espacio público son
fácilmente identificables e incluso como se ha mencionado en líneas anteriores:
manipulables; sin embargo, en una sociedad de la información y el conocimiento, esta
interacción ya no se da solamente de manera presencial sino muchas veces a través de las
redes sociales.

4
Las emociones políticas expresadas en redes sociales
En la actualidad existe una nueva estructura social, la cual está delimitada por el uso de
redes de información en masa, lo cual trae como consecuencia nuevas formas de
interacción social, con alcances tanto globales como locales. Las redes sociales por su parte
permiten que un sin número de personas generen, difundan, compartan o discutan
información en cualquier momento, lugar y hora (Fresno García, Daly, & Supovitz, 2015).
Aunado a ello, distintas investigaciones han demostrado que los estímulos emocionales
son determinantes en el comportamiento de la ‘viralidad’ de los contenidos de las redes
sociales, así como en el contagio emocional (Stieglitz, 2013). Esto quiere decir que la
respuesta emocional y difusión de la información en masa, vendrá determinado
particularmente por cómo se estén estimulando las emociones políticas, pues no solo se
comparten datos a través de las redes sociales sino por medio del contagio de las emociones
implicadas en ello.
Aunque el componente emocional siempre ha estado presente en el procesamiento que
hace el ciudadano de los diferentes mensajes mediáticos, ya sean informativos o de ficción,
lo novedoso es que hoy en día, en plataformas como Twitter, la conversación colectiva en
torno a determinados eventos de carácter político o social es una amalgama de información,
opinión, interpretación y emociones, repetidas y amplificadas por la propia red, dando
origen a un «flujo de noticias afectivas». En él «no se involucra al lector cognitivamente,
sino emocionalmente, sobre todo. Con frecuencia, la misma noticia se repite una y otra vez,
con poco o ningún input cognitivo nuevo, pero incrementando el input afectivo» (Serrano
Puche, 2016).
De este modo, el tema de las emociones políticas se desarrolla a partir del estudio del
lenguaje escrito, oral y corporal, podemos decir que éstos constituyen un carácter
instrumental del lenguaje y que son presumiblemente visibles en toda interacción
comunicativa. Así, resulta pertinente integrar el estudio de la emotividad al campo de la
Ciencia Política aplicada. Esto, proporciona al analista nuevos elementos para explicitar los
recursos de los que se valen los políticos en sus declaraciones (Unzueta Granados, 2009).
Es así, que el lenguaje se convierte en una herramienta tanto individual como colectiva,
que permite formarse ideas sobre como se ve, entiende y explica la realidad. Por ende, el
lenguaje jamás será neutral debido en gran parte al desarrollo tecnológico actual, ya que la

5
población está inmersa en amplias redes de interacción social las cuales sin duda tendrán
influencia en la formación de sus asociaciones cognitivas. El acceso al mundo de la
información a través de internet, así como su inmensidad, demarcan la manera en que las
personas piensan y actúan sobre la realidad del mundo en el que viven (del-Fresno García
& James Daly, 2019).
Por otro lado, hay un elemento más que me gustaría resaltar, el cual está involucrado en
como se desarrollan las emociones políticas en el imaginario colectivo. Tales elementos son
conocidos como marcos conceptuales. Los marcos conceptuales fueron incorporados a la
Política a partir de los estudios realizados por George Lakoff, (Camps, 2011) pues es a
partir de ellos que en la esfera pública se transmite el sentir común al ciudadano. En el
discurso político son primordiales, pues a través de ellos, los valores, símbolos y
emociones, enmarcan y dan sentido al lenguaje político.
De esta forma, los marcos conceptuales serán los encargados de dar estructura mental al
imaginario colectivo sobre la ideología y comportamiento político, determinando la lógica
interna tanto del espacio público como de las instituciones. La importancia de los afectos
radica en que por medio de los marcos conceptuales, el discurso político podrá coincidir
con los intereses del público, por ello algunas trampas que hay que evitar en el discurso
político según Camps (2011) son: los temas específicos, las encuestas, las listas de
propuestas, el lenguaje técnico, el menosprecio del otro, las descalificaciones mutuas y el
racionalismo extremo, por el contrario debe buscarse, la empatía para así “dominar el
mercado de las emociones” (p.284).
Ahora bien, vale la pena hacer énfasis en otro de los temas centrales que me atañen en el
presente trabajo, el cual refiere al contexto geográfico y como éste influye en la
configuración de las emociones políticas a partir del uso de redes sociales.

El contexto geográfico y las emociones políticas


Como se mencionó al inicio del documento, la práctica científica está influenciada por
los espacios geográficos en los que se desarrolla, ya que éstos brindan un contexto y
diversas maneras de percibir la información ya sea de manera olfativa, visual, auditiva
(Livingstone, 2013) e incluso emocional, lo cual he intentado resaltar en el presente trabajo.
Si bien las emociones son parte inherente al ser humano, en ocasiones se ha optado por

6
desdeñarlas. Sin embargo, en líneas anteriores también he expuesto que, en algunas
ciencias sociales como la Política, se han retomado para hacer uso de ellas en su práctica y
en diversos niveles.
Ahora que se ha hecho un esbozo de la concepción de las emociones en la política, es
momento de hacer una pequeña aproximación a la manera en que son configuradas en la
colectividad a través de los espacios geográficos, ya que éstos determinan en distintos
momentos las trayectorias a seguir cuando se requiere difundir información, pero sobre
todo cuando se vuelve necesario contagiarla emocionalmente para que cause el impacto
deseado.
Si bien actualmente se vive en una época de globalización y por ende fuerzas integrales
actúan para homogeneizar el planeta, también es cierto que la tierra se diferencia
topográfica, climática, política, cultural y comercialmente. Sin embargo, se vuelve
importante resaltar que esas regiones no son simplemente segmentos de tierra. Para poder
diferenciarlos hay básicamente dos aspectos que los caracterizan. En primer lugar, cada
región contiene su propia Psicología regional, la cual a su vez ayudará a formar la identidad
regional de una zona (Livingstone, 2013).
Esta idea es pertinente para el presente trabajo debido a que, en la vida democrática
contemporánea se requiere que los ciudadanos compartan ciertos valores. De esta forma, las
pasiones en la política son tomadas en cuenta como una dimensión afectiva del valor, a
través de la cual se captarán sentimientos de otros, a lo que el autor denomina: simpatía.
Esto es indispensable pues en la actualidad se observa apatía y desinterés hacia lo público y
común, poniendo énfasis en lo íntimo y privado. Es debido a ello que las pasiones en la
política condicionan a las emociones y a los sentimientos en donde se hallan hábitos
mentales y afectivos, de la misma manera que estructuran la forma de estar y relacionarse
afectivamente con el mundo (Peñamarín, 2016).
Por otro lado, el segundo aspecto que caracteriza a las regiones geográficas de simples
espacios de tierra es que al hablar del concepto de región se conlleva inmediatamente a la
idea de geografías de la mente, las cuales se componen de pensamientos principalmente.
Dichas diferencias regionales son de gran importancia pues ejercerán su influencia tanto en
la conducta de los individuos, como en la construcción del conocimiento científico
(Livingstone, 2013).

7
De este modo, es evidente la incidencia de las condiciones del contexto externo en la
dinámica de los grupos. En el caso latinoamericano, por ejemplo, es posible afirmar que las
condiciones de polarización política que vivió́ gran parte del continente se reflejan en los
grupos que las reproducen. Esto es más evidente en aquellos proyectos individuales que se
vinculan a las variantes del modo de apropiación del escenario de participación social y
política. Es así, que debido a las condiciones que definen la situación de comunicación en
las redes sociales, particularmente en lo que tiene que ver con la identidad de los
participantes, hace más fácil la manipulación de la información que se sube a las redes
sociales (Acosta, 2012).
En efecto, en diferentes ambientes regionales, las empresas científicas desenmarañan las
diferentes políticas culturales. Los estilos cognitivos toman diferentes formas de lugar en
lugar, así́ como los proyectos a los cuales los científicos abocan sus energías. De esta
manera la Ciencia ha servido en diferentes agendas y por ende en diferentes espacios
ideológicos. Como consecuencia se vuelve necesario tomar en cuenta las particularidades
regionales para poder entender la enorme influencia que ejercen en la sociedad
(Livingstone, 2013).

8
Conclusiones
Tomar en cuenta el papel que ejercen las emociones en la construcción del conocimiento
se ha vuelto necesario en la actualidad debido a los descubrimientos recientes en
neurociencias, Psicología y Ciencia Política, los cuales han podido aportar interesantes
elementos al trabajo práctico que se realiza dentro de dichas disciplinas. Como se mencionó
en líneas anteriores, algunos ejemplos aplicados se observan en: toma de decisiones,
aprendizaje, motivación, marketing político, elecciones políticas, campañas políticas y
gobernanza.
A raíz de lo indagado y de acuerdo con lo anterior, las emociones en la política se
encuentran presentes en toda escena pública, por ende, se vuelve necesario realizar más
estudios pertinentes para su compresión, desarrollo y contextualización. De igual manera
las emociones políticas sirven para configurar afectos en el imaginario colectivo, pueden
ser un recurso sumamente útil para transmitir el sentir del líder, consolidar lealtades y
propagar información. También cabe resaltar que la transmisión de dichas emociones no se
da sólo de manera presencial sino en el contexto tecnológico actual a través de las redes
sociales.
Por su parte las redes sociales se han vuelto herramientas indispensables para la
propagación de información, debido a ello se ha puesto en evidencia que distintas personas,
en distintos lugares e incluso en diferentes zonas horarias pueden compartir información
por medio de dichas plataformas. Aunado a lo anterior y vinculado con el tema que se optó
por desarrollar, se ha puesto de manifiesto que para que la información se viralice es
indispensable hacer uso de las emociones, ya que de esta forma se más sencilla su difusión.
De hecho, por esta vía es como se utilizan las emociones dentro de los discursos políticos,
para hacer llegar el mensaje a más personas.
Finalmente cabe resaltar, que otro factor influyente en la configuración de las emociones
políticas por medio de las redes sociales y en eventos masivos, es el contexto geográfico, el
cual aportará elementos a la Psicología regional y a la Geografía de las mentalidades. Como
se abordó anteriormente, estos elementos influirán directamente en la disposición del
imaginario colectivo, originando distintas conductas y maneras de pensar. Además, se
podrá observar un impacto directo en la dinámica de los grupos.

9
Bibliografía
Acosta, G. (2012). Gestión de pasiones y polarización en las redes sociales. Un análisis del
aplicativo Grupos en Facebook. Discurso & Sociedad, 6(4), 684–719.
Arteta, A. (2014). PASIONES POLITICAS. In Teoría política: Poder, moral y democracia
(pp. 49–63). Retrieved from https://books.google.com.mx/books?
id=UUSUBQAAQBAJ&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&ca
d=0#v=onepage&q&f=false
Camps, V. (2011). El Gobierno de las emociones. In Pensamiento Herder.
del-Fresno García, M., & James Daly, A. (2019). Límites para la comunicación política
desde las grandes plataformas sociales de Internet. Un caso de estudio: de la casta a la
trama / Limits for the Political Communication Through Large Online Platforms: from
The caste to The plot. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, (March), 65–
82. https://doi.org/10.5477/cis/reis.165.65
Fresno García, M., Daly, A., & Supovitz, J. (2015). Desvelando climas de opinión por
medio del Social Media Mining y Análisis de Redes Sociales en Twitter: el caso de los
Common Core State Standards. Redes: Revista Hispana Para El Análisis de Redes
Sociales, 26(1), 3.
García, J. Á. (2012). La educación emocional, su importancia en el proceso de aprendizaje.
Revista Educación, 36(1). https://doi.org/10.15517/revedu.v36i1.455
Livingstone, D. N. (2013). Putting Science in Its Place. In Putting Science in Its Place.
https://doi.org/10.7208/chicago/9780226487243.001.0001
Peñamarín, C. (2016). Emociones en la nueva esfera pública. Emotions in the New Public
Sphere.
Serrano Puche, J. (2016). Internet y emociones: nuevas tendencias en un campo de
investigación emergente. Comunicar: Revista Científica Iberoamericana de
Comunicación y Educación, (46), 19–26.
Thagard, P. (2008). How Cognition Meets Emotion: Beliefs, Desires and Feelings as
Neural Activity. In G. BRUN, U. DOĞUOĞLU, & D. KUENZLE (Eds.),
Epistemology and Emotions (p. 211). England: Ashgate.
Unzueta Granados, H. A. (2009). El lenguaje de las emociones en los dispositivos de la

10
comunicación política contemporánea. Veredas, 10, 99–111. Retrieved from
https://biblat.unam.mx/es/revista/veredas/articulo/el-lenguaje-de-las-emociones-en-
los-dispositivos-de-la-comunicacion-politica-contemporanea
Vázquez, A., & Manassero, M. A. (2007). EN DEFENSA DE LAS ACTITUDES Y
EMOCIONES EN LA EDUCACIÓN CIENTÍFICA (I): EVIDENCIAS Y
ARGUMENTOS GENERALES. Revista Eureka Sobre Enseñanza y Divulgación de
Las Ciencias, 4 (2), 247–271.

11

También podría gustarte