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HISTORIA REFORMADA

CURSO BÁSICO DE CAPACITATIÓN


HISTORIA REFORMADA
Tomado de: http://www.reformiert-online.net/index_span.php

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HISTORIA REFORMADA
CURSO BÁSICO DE CAPACITATIÓN
HISTORIA REFORMADA

A Introducción a la 'Historia Reformada'

Lección 1 Movimientos prerreformistas


● Introducción
● La devoción moderna (devotio moderna)
● Juan Wyclif (John Wyclif)
● Juan Hus (Jan Hus)
● Los Valdenses

Lección 2 Ulrico Zuinglio (Ulrich Zwingli) y la reforma suizoaleman


● Ulrico Zuinglio
● Enrique Bullinger (Heinrich Bullinger)
● La reforma en Zurich, Berna, Basilea y Schaffhausen
● Otros reformadores
● Reforma y movimientos bautistas

Lección 3 Juan Calvino (Jean Calvin), la reforma en Ginebra y los inicios de la reforma en
Francia.
● Juan Calvino
● La reforma en Ginebra y la constitución de la Iglesia de Ginebra
● Otros reformadores
● Los inicios de la reforma en Francia y la evolución hasta 1598

Lección 4 La confesionalización reformada en Alemania y Alemania del Sur: historia de las


iglesias reformadas en Alemania y Alemania del Sur
● Introducción
● Martín Bucero (Martin Bucer) y Estrasburgo
● Juan a Lasco (Johannes a Lasco) y Frisia Oriental
● Bentheim, Tecklenburgo y Lingen
● Lippe
● Renania y Bajo Rin
● Siegerland, Hesse-Nassau y el Principado elector de Hesse
● Alemania del Este
● El Palatinado y Baden
● Los hugonotes en Alemania

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Lección 5 El origen y la historia de las iglesias reformadas en Europa
● Suiza
● Francia
● Europa del Oeste y Noroeste
● Europa del Sur, Este y Sudeste

Lección 6 Confesiones reformadas en los siglos XVI y XVII


● El concepto de confesionalismo reformado
● Confesiones de Suiza
● Confesiones de Francia
● Confesiones de Alemania
● Confesiones de Europa del Oeste y Noroeste
● Confesiones de Europa del Este y Sudeste
● Panorama de los orígenes del confesionalismo del siglo XVIII al siglo XX

Lección 7 Historia y teología reformada del siglo XVII al siglo XIX


● Introducción
● Ortodoxia reformada
● Teología del Pacto
● Pietismo reformado
● Ilustración reformada
● Formación de uniones y confesionalismo en el siglo XIX
● La pregunta por el nexo entre calvinismo y capitalismo
● Las consecuencias del protestantismo reformado para la cultura

Lección 8 El protestantismo reformado en América del Norte"


● Introducción
● De Inglaterra, Escocia y los Países Bajos a América del Norte
● Puritanismo
● Presbiterianismo
● Congregacionalismo
● Iglesias reformadas en América del Norte hoy

Lección 9 Iglesia y teología reformada en las regiones germano parlantes del siglo XX
● Introducción
● La formación de una nueva conciencia reformada
● Karl Barth y la teología dialéctica
● Los reformados en el conflicto entre iglesia oficialista e iglesia confesante en el Tercer
Reich
● La iglesia reformada en Alemania después de 1945

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Lección 10 Las iglesias reformadas y el movimiento ecuménico
● Introducción
● La confesión reformada en el siglo XX
● La Alianza Reformada Mundial y sus tareas
● Iglesias reformadas en Europa del Oeste: las iglesias reformadas en los Países Bajos y
los Valdenses en Italia
● Iglesias reformadas en Europa del Este: las iglesias reformadas de Hungría y Polonia
● Iglesias reformadas fuera de Europa: las iglesias reformadas de Sudáfrica, Ghana,
Corea e Indonesia
● El testimonio reformado hoy

Nota del equipo traductor:

En el leguaje evangélico castellano, la palabra "reformista" o "reformador" significa: lo que tiene


que ver o se deriva de las reformas protestantes del siglo XVI.

En cambio, el término "reformado" solo se aplica a aquellas iglesias protestantes cuyo origen era
en Suiza: "reformado" equivale lo que popularmente también se llama "calvinista" (aunque este
término es poco preciso). La iglesia luterana, en cambio, no es una iglesia "reformada", pero sí
reformadora.)

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LECCIÓN 1
Movimientos prerreformistas

1. La devoción moderna (devotio moderna)


2. Juan Wyclif
3. Juan Hus
4. Los Valdenses

Cada época se construye sobre las experiencias de épocas anteriores. Esto también es el caso de
la Reforma, que no surgió como el Fénix de las cenizas. Ya antes de la Reforma existían
personas y movimientos que anticiparon en algunos de sus postulados nociones reformadas. Por
eso presentamos aquí algunos de los así llamados "movimientos y personajes prerreformistas".

1. La devoción moderna (devotio moderna)

Geert Grote nació en octubre del año 1340 en Deventer en los Países Bajos como hijo de un
adinerado comerciante. A los treinta años - había estudiado mucho y por largo tiempo y hacía
poco había sido nombrado canónigo en el capítulo de la catedral de Aquisgrán - vivió una
conversión.
Como consecuencia de este gran cambio redacta algunas "decisiones e intenciones" para su vida
futura, aunque sin llamarlas "votos": renunciar a ingresos provenientes de la Iglesia, reducir sus
bienes; en el centro pone la salvación de su alma. Dona la mayor parte de sus posesiones, se
instala como huésped en un monasterio sin convertirse en monje, y lee numerosas obras
religiosas de la historia eclesiástica. Tres años después empieza a predicar, primero en los
alrededores del pueblo de Deventer, después también en otras regiones de Holanda. Predica el
arrepentimiento e invita a la oración y al ayuno. Sin embargo, enfatiza, éstos no deben ser meros
ejercicios, sino sinceros esfuerzos, de otro modo no servirán para nada. Geert Grote tiene llegada
a mucha gente.
Algunos comienzan a vivir en comunidad fuera de los muros monásticos. Este modelo de vida es
imitado: en Holanda se desarrollan las "Casas de Hermanos y Hermanas de la Vida Común".
Aunque Geert Grote siempre fue fiel a su iglesia, ésta le impuso, por su gran éxito, la prohibición
de seguir predicando. Grote se retiró, falleciendo en el año 1384.

El punto central para Grote es la búsqueda de la paz interior que tiene su origen en la negación
del propio yo, y que puede ser alcanzada a través de la "profundidad del sentimiento" y el
"silencio". Esto es el "corazón" de la "devoción moderna". Y estas ideas siembran semillas: por
un lado entre los laicos que forman los "Hermanos" (y Hermanas) "de la Vida Común".
Numerosas casas se instalan en los Países Bajos y en Alemania. Por otro lado, dan origen a un
movimiento reformista monacal: los discípulos de Geert Grote fundan un convento en
Windesheim cerca de Zwolle en Holanda; muchos otros conventos (p.ej. en Frenswegen cerca de
Nordhorn en Alemania) le siguen. Cien años más tarde existen 97 conventos que pertenecen a la
"Congregación de Windesheim".

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En estos monasterios no se hacen reflexiones teológicas profundas; en el centro se encuentra la
renovación de la práctica de la vida espiritual. Esta por su parte tiene como punto central la
inmersión profunda y la imitación de la vida de Jesús. La escritura más importante e influyente
que documenta esta actitud es la "Imitatio Christi", la "Imitación de Cristo", probablemente de la
mano de Tomás a Kempis (fallecido en 1471). Tomás pasó la mayor parte de su vida retirado en
el monasterio San Agnetenberg cerca de Zwolle y copiaba libros. El mismo también escribió
algunos. La "Imitatio Christi" es uno de los libros más difundidos en el mundo; hoy existen más
de tres mil ediciones.
Como señala E. Iserloh, este libro puede interpretarse como un "diario del alma en su camino
hacia la perfección": En muchas frases sabias se logra la imitación de Cristo renunciando al
mundo y orientándose por él: "Rechaza lo que es exterior, entrégate a lo interior, y verás que el
mundo de Dios crece en ti". (II, 1,1siguiente).

La "devotio moderna" no llegó a ser una preparación directa de la reforma. Quizás Lutero
conocía a algunos de sus representantes, pero esta información no está asegurada. La reforma
absorbió y remodeló este amplio movimiento reformista tanto como p.ej. al Humanismo. En la
reforma, la protesta contra todas las formas de devoción exterior se torna más fundamentalista
aún, y encuentra su conceptualización teológica. Sin embargo, la devoción moderna prepara el
camino para la reforma teológica. El hecho de que más tarde tantos clérigos en Alemania y los
Países Bajos se dejaran convencer por el mensaje reformado, hace de la devotio moderna un
movimiento prerreformistas.

Tomás a Kempis, Imitación de Cristo


(Escrito probablemente entre 1414 y 1425)
Libro segundo, capítulo XI: Cuán pocos son los que aman la cruz de Cristo

"Jesucristo tiene ahora muchos amadores de su reino celestial, mas muy pocos que lleven su
cruz. Tiene muchos que desean la consolación, y muy pocos que quieran la tribulación. Muchos
compañeros halla para la mesa, y pocos para la abstinencia. Todos quieren gozar con El, mas
pocos quieren sufrir algo por El. Muchos siguen a Jesús hasta el partir del pan, más pocos hasta
beber el cáliz de la pasión. Muchos honran sus milagros, mas pocos siguen el vituperio de la
cruz. Muchos aman a Jesús, cuando no hay adversidades. Muchos le alaban y bendicen en el
tiempo que reciben de El algunas consolaciones: más si Jesús se escondiese y los dejase un poco,
luego se quejarían o desesperarían mucho. Mas los que aman a Jesús, por el mismo Jesús, y no
por alguna propia consolación suya, bendícenle en toda la tribulación y angustia del corazón, tan
bien como en consolación."

Libro segundo, capítulo XII: Del camino real de la santa cruz

"Si de buena voluntad llevas la cruz, ella te llevará, y guiará al fin deseado, adonde será el fin del
padecer, aunque aquí no lo sea. Si contra tu voluntad la llevas, cargaste, y hácestela más pesada:
y sin embargo conviene que sufras. Si sacudes una cruz, sin duda hallarás otra, y puede ser que
más grave. ¿Piensas tú escapar de lo que ninguno de los mortales pudo? ¿Quién de los Santos fue
en el mundo sin cruz y tribulación? Nuestro Señor Jesucristo por cierto, en cuanto vivió en este
mundo, no estuvo una hora sin dolor de pasión. Porque convenía, dice, que Cristo padeciese, y

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resucitase de los muertos, y así entrase en su gloria. Pues ¿cómo buscas tú otro camino sino este
camino real, que es la vida de la santa cruz? Toda la vida de Cristo fue cruz y martirio, ¿y tú ?
¿Buscas para ti holganza y gozo? Ya verás, te engañas si buscas otra cosa sino sufrir
tribulaciones; porque toda esta vida mortal está llena de miserias, y de toda parte señalada de
cruces. Y cuanto más altamente alguno aprovechare en espíritu, tanto más graves cruces hallará
muchas veces, porque la pena de su destierro crece más por el amor".
Tomás a Kempis, Imitación de Cristo. Libro segundo capítulos XI y XII. En: URL: http://www.
xs4all.nl/~trinidad/imitación/37.html (accedida 15 de junio 2001)

***

Preguntas para seguir trabajando


1. La obra de Tomás a Kempis se llama "De imitatione Christi", Imitación de Cristo.
¿Qué manera de comprender a Cristo se puede apreciar, la cual habría que seguir?
2. ¿Quién es visto como fiel seguidor de Cristo?
3. ¿Qué es lo que entiende Tomás bajo el amor a Dios?
4. El punto central de la obra de Tomás a Kempis es la disposición a sufrir. La entrega al
sufrimiento como forma de seguir a Jesús, ¿es requisito para llegar a la gloria?

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II.- JUAN WYCLIF

Juan Wyclif, también conocido como "el Lucero del Alba de la Reforma", nace cerca de
Richmond en el condado inglés de Yorkshire, alrededor de 1325, en la misma época que Geert
Grote. Poco se sabe sobre su infancia.
A partir de 1345 empieza sus estudios en Oxford, y se queda allí durante 17 años. Se entrega
profundamente a la teología y la filosofía, interrumpe sus estudios por varias razones, pero se
gradúa finalmente en 1372 como doctor. Pero todo esto son detalles exteriores. Los tratados y
disertaciones legados de aquel tiempo a la posteridad muestran un teólogo muy culto que a
diferencia de la teología académica dominante recurre a los discernimientos más antiguos de
Agustino y los presenta en forma sofisticada. Ya en los años antes de su graduación, Wyclif tenía
la tarea de interpretar la Biblia para los estudiantes. De ahí se determina su futuro camino: la
Biblia cobra cada vez más importancia. Ella es - como reconoce - incomparable con cualquier
otra escritura, ella es para él "el espejo en el cual podemos reconocer las verdades eternas"
(citado de G.A. Benrath).
En el transcurso del tiempo, Wyclif se acerca cada vez más a opiniones que corresponden al
punto de vista reformado sobre el rol y la importancia de la Biblia.
Es él quien motiva en el año 1382 una traducción de la Biblia al inglés. Para Wyclif, la Biblia
asume el rol de los sacramentos que, según la doctrina Católico romana, transmiten la presencia
de Cristo: su lectura transforma al hombre. Tiene este poder porque, según Wyclif, Cristo mismo
es el aval de la verdad bíblica, porque cumplió la ley tanto en su vida como en sus enseñanzas.

Es Cristo quien dio los mandamientos y los cumplió, y es tarea de la iglesia y de todos los
cristianos seguir su ejemplo. Wyclif remarca especialmente la pobreza de Jesús, su humildad y
su paciencia en el sufrimiento.
La iglesia de la época, sin embargo, no corresponde a esta norma; se había tornado demasiado
laica, demasiado satisfecha. ¿Por qué? Según Wyclif es porque no toma en serio la Biblia. Su
propuesta terapéutica: expropiar la iglesia, y hacerlo con las medidas del poder secular.

Wyclif quiere cambiar el sistema existente, y es por eso que predica la lucha contra el patrimonio
del clero. Pero también se hace oír con escritos teóricos: Ahí Wyclif toma posición contra el
celibato forzado de los curas, el comercio de indulgencias, la extremaunción, la misa de difuntos
y también contra la veneración de los santos. Todo eso, dice Wyclif, no está prescrito en la
Biblia.
La reacción no se deja esperar: Wyclif es denunciado en Roma por el "clero secular" (o sea, los
clérigos que no viven en monasterios), y condenado en 1377. Pero simultáneamente, Wyclif es
protegido por el Estado inglés. Insiste cada vez con más fuerza en el derecho de los laicos y del
Estado a enderezar una iglesia que no actúa según el Evangelio.
Al Papa sólo se debe obediencia si éste ha optado por el buen camino: si vive en pobreza y
anuncia la ley de Cristo. Hay que obedecer, sin embargo, al Estado que fue instaurado por Dios
para gobernar al pueblo y velar por la paz

Wyclif también critica la tradicional comprensión católico romana de la eucaristía: Según él,
ningún pastor tiene el poder de transubstanciar los elementos de pan y vino en cuerpo y sangre
de Cristo: vino es vino, y pan es pan. Es más, los elementos se conservan y son, al mismo
tiempo, cuerpo y sangre de Cristo.

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Pero su efecto sólo se realiza si quienes los reparten y quienes los reciben tienen la actitud
correcta, o sea: sólo si verdaderamente viven siguiendo a Cristo.

La crítica frente a Juan Wyclif aumenta. Su doctrina sobre la Santa Cena es declarada herejía.
Pero Wyclif no cede. Fracasa un intento del duque que recomienda a Wyclif guardar silencio, lo
que causa roces entre éste y las autoridades. Wyclif incluye al monacato en sus críticas, alegando
que no es compatible con la Biblia. El conflicto culmina en 1382; las enseñanzas de Wyclif
respecto a la Santa Cena, los bienes de la iglesia y el monacato son rechazadas.

Los discípulos de Wyclif se ven metidos en problemas, mientras que el maestro mismo, quien se
había retirado para hacerse cargo de una parroquia, no es tocado. Sin embargo, Wyclif se vuelve
cada vez más agudo y amargado. Niega que la iglesia existente sea iglesia. Según Wyclif, la
verdadera iglesia la forman los creyentes pobres que siguen a Cristo. Las cruzadas sólo
comprobarían la actitud anticristiana de los obispos y órdenes. Juan Wyclif muere el 31 de
diciembre de 1384 después de sufrir dos derrames cerebrales.

Wyclif es un vehemente crítico de la iglesia de su época. Le reprocha su secularización y exige


reformas profundas que son inaceptables para la mayoría de sus contemporáneos. Su crítica de la
iglesia existente y su valorización de la Biblia ya son los mensajes de la Reforma.

En última consecuencia, la iglesia sólo puede ser salvada por el arrepentimiento de los fieles y de
ella misma, y el seguimiento a Jesucristo en pobreza, humildad y sufrimiento. Wyclif toma muy
en serio estas exigencias: para él, son un camino posible que exige, sin embargo, un cambio claro
en la constitución, la doctrina y los bienes de la iglesia. Esto hubiera significado darle una cara
completamente distinta.
En 1415, el Concilio de Constanza condena las enseñanzas de Juan Wyclif como heréticas.
En Inglaterra se cumple esta condena cuando se quemó sus restos mortales. Aunque la mayor
parte del complejo programa de reformas que postuló Wyclif fue olvidada en los años
posteriores, muchas iniciativas suyas sobrevivieron; por ejemplo la prédica sencilla de los
llamados "Lolardos", predicadores que Wyclif había comenzado a enviar en sus últimos años y
que más tarde influyeron la Reforma inglesa. Pero también más allá de las fronteras, Wyclif
inspiró a los hombres, por ejemplo a Juan Hus en Bohemia (ver siguiente capítulo).

Juan Wyclif - ¿un reformador anticipado? Sí y no. Sí en lo que se refiere a su crítica a la iglesia
medieval, sí en lo que significa una perspectiva reformada en muchos detalles de sus programas
de reforma, sí por su valorización de la Biblia.
Pero también existe un no. La justificación luterana por ejemplo, la idea de que Dios salva a los
hombres a través de Jesucristo - esta dimensión no se percibe en Wyclif.
Lo que le falta es - desde el punto de vista reformado - la posibilidad de relativizar el poder
humano. Juan Wyclif fue un reformador de la iglesia en el cual la Reforma pudo basarse y seguir
desarrollando sus ideas.

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Juan Wyclif, Sobre las verdades de la Biblia (escrito en 1378)

"Para que entonces la cristiandad tenga un fundamento autónomo, Dios puso la ley de la
Escritura como reglamento, en que los cristianos deben basarse en todo lo que se refiere a su
hablar y al significado de sus conceptos (...).
A pesar de que algunos profesores opinan que en tiempos del Anticristo y sus seguidores los
cristianos idearían muchas maneras para enfrentar sus intrigas, a mí me parece que la fe en la
Biblia es el mejor medio para discernir si un hombre enseña y vive en armonía con la ley de
Cristo (...).

Si el amor por la ley corresponde al amor por el legislador, ¿cómo entonces un hombre puede
amar a Cristo por sobre todas las cosas, si desprecia su ley o la abandona para seguir la ley de
los hombres? ¿Acaso no ama más el fruto de la ley que más adora, y por consecuencia, ama
más los bienes efímeros que los eternos? Es exactamente lo mismo con el estudio que el hombre
dedica a agrandar su conocimiento, porque éste significaría más amor por Dios si estuviera
dirigido a la ley de Cristo, y por ende, un bien mayor. Y lo mismo se puede decir de los que
multiplican las leyes de los hombres, con lo cual hacen pedazos el estudio de la teología. ¿Acaso
la ley de Cristo, como es legada a la posteridad en la Biblia, no es suficiente? (...)
¿Acaso hay que creer que aquéllos que estudian las leyes ajenas bajo el pretexto de conocer
mejor la ley de Cristo, para conservarla y protegerla, tendrán una disculpa creíble ante el
tribunal del máximo juez? ¿Acaso no son sus propias acciones las que los denuncian?
Deberían primero examinarse a sí mismos si entienden tanto de la ley de Cristo como deberían,
siempre que se esfuercen por el conocimiento práctico de los mandamientos del Señor en la
misma medida que conocen los reglamentos de los hombres.
Deberían examinar, segundo, si el objetivo de sus estudios es llevar la vida pobre y esforzada de
Cristo, o vivir en el goce y la pompa del mundo y quedarse con los ingresos y ganancias para sí
y sus familias.
Deberían examinar, tercero, si se esfuerzan para la realización y defensa de la ley de Cristo,
que es la que siempre los guía, ¡en la misma medida con la que defienden su propia ley!
Al contrario, ¿no es muy evidente en la política que los juristas se pelean sobre la superioridad
y el rango superior de su ley por encima de la ley de Cristo, y por ende, persiguen con más
severidad a los que fomentan la ley de Cristo? Y si uno les pregunta por los diez mandamientos,
¡generalmente no saben el número ni el orden de ellos!
De esto se deduce que los culpables son especialmente nuestros teólogos, nuestros monjes
adinerados y nuestras curas juristas, que cierran el camino a la ley de Cristo."

(Traducción: P. Albütz / L. Ludwig, Santiago de Chile 10/2001, según una edición alemana del
año 1967)
***
Preguntas para seguir trabajando
1. Llama la atención que Wyclif repetidamente usa la palabra "ley" para la Biblia. ¿Por qué lo
hará, y qué consecuencias tiene para su comprensión de la Biblia?
2. ¿Qué función tiene la Biblia en cuanto a la distinción de los espíritus?
3. ¿Cómo se demuestra, según Wyclif, el amor por Dios?
4. ¿Qué podría significar el hecho de que Wyclif habla de la Biblia insistentemente como la "Ley
de Cristo"?

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III Juan Hus
(Alrededor de 1371, 1415)

Juan Hus nace alrededor de 1371 como hijo de padres pobres en la pequeña aldea de Husinecz en
Bohemia, lugar que le dará su nombre. Alrededor de 1390 comienza en Praga el estudio de las
artes comunes, se recibe luego como magister y enseña a los nuevos alumnos. Después inicia sus
estudios teológicos.

En 1400 es ordenado sacerdote y apenas dos años después empieza a predicar en la iglesia
"Nueva Belén". Esta era una iglesia que ofrecía lugar para 3.000 personas y estaba destinada sólo
a la prédica. Es más, desde un comienzo no se predicaba en latín sino en checo, el idioma del
pueblo, en esta iglesia construida a fines del siglo XIV, hecho que la hizo expresión concreta de
un esfuerzo reformatorio de la iglesia checa. Muchas de las prédicas de Juan Hus en la iglesia
Nueva Belén han sido conservadas. Ellas nos presentan a un hombre que critica la inmoralidad
de la sociedad y, especialmente, los vicios del clero: codicia, usura y la simonía están al centro
de sus ataques con que llama al arrepentimiento. Y se le escucha y se le comprende - tanto el
pueblo como la realeza. Hus recibe importantes impulsos por las obras de Juan Wyclif sin
copiarlo simplemente.
Debido por ejemplo a la tradición de Wyclif, Hus exige una iglesia nueva, reformada. El punto
central de su prédica y norma para el culto es la palabra de Dios, la Biblia. El líder de la iglesia
es Cristo, no el papa (hay que señalar que en esa época había dos papas compitiendo, uno en
Roma, otro en Aviñón).
A parte de sus actividades en la iglesia Nueva Belén, Hus se desempeña en la facultad de
teología de la Universidad de Praga como profesor de exégesis bíblica.
Hus no era el único en Bohemia que estaba influenciado por Wyclif y buscaba reformas. Pero
dentro de poco tiempo se convierte en portavoz del movimiento que es mayoritario en la
universidad de Praga. En los años 1409/10, Hus incluso es rector de esta casa de estudios. Sin
embargo, en 1411/12 abandona sus planes de doctorarse en teología porque se encuentra con
resistencias.
Ya desde 1403 en adelante se habían generado conflictos sobre las enseñanzas de Juan Wyclif
que incluso fueron sospechadas como heréticas. A partir de 1407/08, la curia romana toma parte
en el asunto, y en 1409, el conflicto estalla. El año anterior, Hus había iniciado un proceso
canónico contra el arzobispo y el papa para lograr que revocaran la condenación de las
enseñanzas de Wyclif.
Tanto este proceso como las ideas reformistas de los "Wyclifistas" como se llama a Hus y otros
seguidores, llevan a que se dicte una prohibición de predicar en todas las capillas (incluida la
iglesia Nueva Belén). Hus no obedece la orden sino que protesta, lo que no le sirve de nada, al
contrario: En agosto del 1410 es excomulgado, y en marzo de 1411 se decreta su excomunión.

Poco más de un año después se publica la sentencia final: la excomunión mayor. Juan Hus debe
abandonar Praga. La nobleza bohemia toma partido por Hus y lo cobija hasta 1414 en sus fuertes
y castillos. En este tiempo, Hus escribe mucho, interpreta el Credo Apostólico, los Diez
Mandamientos y el Padre Nuestro. Además, redacta un estudio "Sobre la Iglesia". En éste se
reconoce la influencia de Wyclif, pero Hus en muchos aspectos es más moderado que Wyclif.
Juan Hus mantiene el contacto con la comunidad de Nueva Belén y sus compañeros a través de
una abundante correspondencia.

11
En 1414, se pide al rey de Bohemia aclarar la situación de su súbdito en el concilio que se reúne
en Constanza (Alemania).
Hus no puede negarse a asistir, toda vez que se le había dado un salvoconducto. Sin embargo, es
detenido pocas semanas después de su arribo a Constanza. Después de un proceso de varios
meses, diversos interrogatorios y la condenación pública y repetida de las enseñanzas de Juan
Wyclif, Hus es condenado a muerte, a pesar de las vehementes intervenciones de la nobleza
bohemia y morava. El 6 de julio de 1415 es quemado en público afuera de la ciudad. No había
abrogado.
En los años que siguieron, hubo intentos por eliminar la "herejía bohemia". Estos al final
fracasan. La nobleza bohemia protesta vehementemente contra la muerte de Juan Hus en la
hoguera. Sus pensamientos siguen vivos, es más: "Sólo después de la muerte de Hus, sus ideas se
convirtieron en vida" (Leopold von Ranke, historiador alemán).

Nace un movimiento husita. Entre otras cosas, sus seguidores exigen la celebración de la Santa
Cena en ambas formas; Juan Hus se había mostrado abierto pero cauteloso frente a esta pregunta.
Más tarde, el cáliz se convierte en el símbolo del movimiento, no obstante, persisten las
diferencias en cuanto a la pregunta cuan radical tenía que ser la protesta.
Los más radicales ganan terreno; en el año 1419 se levantan contra el rey Wenceslao y
conquistan Praga.
Durante 18 años reina la guerra en la Bohemia; se observan crueldades en los dos partidos.
También dentro de la iglesia, las fuerzas moderadas y radicales no logran un consenso, así que
nacen diversas iglesias husitas.

En los años de la Reforma, los husitas y los reformadores se acercan; en 1575 se publica la
Confesión de Bohemia (Confessio Bohemica), que tiene lazos estrechos con la Confesión de
Augsburgo (Confessio Augustana) de Felipe Melanchton. La historiografía de los husitas conoce
una primera Reforma (la husita), y una segunda Reforma (la alemana). La actual iglesia
evangélica de los Hermanos Moravos en Chequia se define conscientemente como heredera de
las dos corrientes reformistas.

No se puede responsabilizar a Juan Hus de lo que ocurrió después de su muerte, y menos de los
conflictos bélicos que estaban lejos de sus intenciones. Al contrario, su objetivo era la renovación
de la iglesia y de la sociedad.
En definitiva, reivindicaba la obediencia frente a Dios, porque este mandamiento de Dios tiene
validez absoluta. Su rigor ético impide que encontremos ya en él una enseñanza reformadora de la
justicia de Cristo.
En este sentido, Hus no puede ser identificado con la Reforma, ni siquiera como reformador
anticipado. Más bien representa claramente la necesidad de reformar la iglesia medieval. Su crítica
conmovió a Lutero que pudo llamar a Hus un "hombre santo".

Artículo del tratado contra el magister Estéban (Stephan) Paletsch


"1. Si un papa, obispo o prelado se encuentra en estado de pecado mortal, no sigue siendo papa,
obispo o prelado.
2. La gracia de la elección es el lazo que une indisolublemente al cuerpo de la iglesia y a cada
uno de sus miembros con la testa.

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3. Si un papa es malo o, incluso, abyecto, entonces es - igual que el apóstol Judas - un diablo,
un ladrón y un hijo de la podredumbre.
4.... y un pastor sólo por nombre.
5. Un papa no es y no puede ser llamado 'santísimo' a raíz de su ministerio, porque si así fuera,
también podrían llamar al rey 'santísimo' a raíz de su ministerio, y torturadores, guerreros y
diablos podrían ser llamados 'santos'.
6. Si un papa lleva una vida contraria a Cristo, ha llegado a su cargo no por Cristo sino por
otra vía, aunque, humanamente visto, su elección haya sido legítima, canónica y de acuerdo con
las normas.
7. La condena de los cuarenta y cinco artículos de Wyclif por los doctores no es razonable ni
justa, y el motivo citado por ellos - que ninguno de los artículos es católico, sino cada uno
herético, equivocado o molesto – es inventado.

Artículo del tratado contra el magister Estanislao de Znaim (Stanislav von Znaim)

8. No existe ni el más mínimo indicio de que tenga que haber una cabeza que oriente a la iglesia
en preguntas espirituales y esté siempre presente en la iglesia beligerante.
9. Sin esas cabezas extrañas, Cristo orientaría su iglesia mejor a través de sus discípulos en
todo el mundo.
10. Pedro no era el pastor general de las ovejas de Cristo, y tampoco era obispo romano.
11. Los apóstolos y curas fieles al Señor han dirigido eficientemente a la iglesia en todos los
asuntos importantes para la salvación antes de que se introdujera el ministerio papal. Y así lo
harían hasta el día del juicio, si el papado se acabara por alguna razón bien posible.

(Traducción: P. Albütz / L. Ludwig, Santiago de Chile 10/2001, según una edición alemana del
año 1968)
***
Preguntas para seguir trabajando

1. ¿Cuál es la exigencia que se tiene frente al papa, obispo o prelado?


2. Si existe la posibilidad de que alguien ejerza un ministerio, pero por su modo de vida poco
cristiano no lo cumple cabalmente, surge la pregunta:
¿El ministerio en sí tiene autoridad? ¿O sólo si la persona vive como corresponde? ¿Y de qué
tipo de autoridad se trata en definitiva?
3. En los párrafos 6, 9 y 11 se habla de una dirección de la iglesia por Cristo. ¿Cómo funciona
esta orientación?
4. ¿Por qué Hus relativiza el papado?

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II Los Valdenses

Cronológicamente, los valdenses no son posteriores ni a Juan Hus ni a la Devotio Moderna. Los
valdenses son más antiguos que todos los movimientos prerreformatorios hasta ahora
mencionados, y existen hasta el día de hoy.
En la historia, tienen su origen en Pedro (Petrus) Valdo. Poco se sabe de él, ni siquiera su
nombre está históricamente comprobado. Tampoco se sabe la fecha de su nacimiento. Vivía en
Lyon, en Francia, y probablemente era comerciante.

Un día, alrededor de 1170, Valdo decide llevar una vida renovada y mejor. Vende todos sus
bienes y entrega una parte de los ingresos a su familia para que se mantenga. Otra parte la
invierte en una traducción de la Biblia al idioma local, y el resto es para los pobres. Y comienza
a predicar en el lenguaje popular. En estas actividades ya se divisan los contenidos
fundamentales de la devoción valdense de los primeros días: la pobreza, la prédica en el lenguaje
popular, la Biblia.
Rápidamente, Valdo tiene seguidores que se autodenominan "Los Pobres de Lyon" (una parte
importante de los investigadores científicos se decidió por esta denominación para los valdenses
prerreformatorios). Hombres y mujeres (!) son enviados como predicadores ambulantes de la
Buena Nueva. El pueblo los llama "Barben" lo que significa "tíos". Estos tíos exigen del pueblo
que haga penitencia. Pero no son los únicos que predican la pobreza. Aparte de muchos otros
movimientos eclesiásticos, en el sur de Francia por ejemplo predican también los
"cátaros" (viene de la palabra griega katharoi = puro), un agrupamiento que apenas puede ser
llamado cristiano
.
Gran parte de la población simpatiza con los "Pobres de Lyon", incluso la iglesia católico
romana los apoya durante un tiempo y encarga a algunos predicadores de los "Pobres de Lyon"
de enfrentarse en sus prédicas a los cátaros. Sin embargo, no queda claro quién tiene el privilegio
de mandar a los predicadores.
La iglesia católico romana insiste en su monopolio, y finalmente el obispo de Lyon prohibe a
Valdo y sus discípulos seguir predicando. Valdo se dirige a Roma y pide una confirmación de su
ortodoxia: en vano. Sin embargo, él y sus compañeros siguen con su misión, invocando un
mandato divino superior. Junto a otros grupos heréticos, los valdenses son condenados en 1184
por el papa Lucio III. Pero este hecho no significa su declive; muy por el contrario surgen grupos
clandestinos en toda Europa.

En el centro de la religiosidad valdense está la Biblia. Sus textos son escuchados (ya que muchos
no sabían leer), y aplicados directamente a la vida personal. En este contexto, Valdo había
encargado una traducción de la Biblia al lenguaje popular. Los predicadores ambulantes por
encima de todas las cosas debían estudiar la Biblia. La enseñanza que sacan de ella es sencilla:
hay un camino correcto y un camino falso. El camino correcto es la armonía entre fe y vida y,
por ende, una vida según los fundamentos del sermón del monte.
Los valdenses no son para nada heréticos, salvo en su rechazo al purgatorio y a las súplicas por
los muertos. Ellos siempre enfatizan que no hay discrepancias entre ellos y la iglesia católica
romana en cuanto a la comprensión de los sacramentos, la ordenación sacerdotal, la fe y las
obras. A lo sumo, llama la atención el peso que dan a la confesión como lazo de unión de la
comunidad.

14
En el año 1218, los grupos divergentes dentro de los valdenses llegan a un consenso. Debido a su
persecución cada vez más severa, grandes partes del movimiento se refugia en los valles de los
Alpes italianos.
Allí, en regiones poco accesibles (al oeste de Torino, cerca de la actual frontera francesa y del
pueblo Torre Pellice), los valdenses lograron sobrevivir a pesar de las horribles persecuciones. A
veces estaban obligados a adaptarse de apariencias.

Alrededor de 1530, los valdenses entraron en contacto con el reformador Guillermo Farel, que en
aquel tiempo estaba en Ginebra. En 1532 adhirieron formalmente a la Reforma en el Sínodo de
Chanforan.
Los valdenses asumieron ideas reformadas (p.ej. no más de dos sacramentos, abolición del
celibato, iglesias propias etc.). En su propia perspectiva, los valdenses de hoy - que forman la
iglesia reformada de Italia - enfatizan mucho su continuidad con los inicios del movimiento y
con Pedro Valdo (véase también Lección 5, la situación actual de los valdenses en Italia).

Con seguridad, Pedro Valdo pertenece a los prerreformadores. Tempranamente subrayó la


posición central de la Biblia y el hecho de que "uno tiene que obedecer más a Dios que a los
hombres", dos postulados fundamentales de la Reforma.
Estas convicciones sobrevivieron los años, incluso en la clandestinidad, y facilitaron a los
valdenses aceptar la Reforma de orientación reformada como su propia enseñanza.

Del Liber Antihaeresis (alrededor de 1190)


"Ellos dicen entonces: 'Vuestra religión no nos agrada, porque es nueva y empezó hace poco
tiempo.' Nosotros empero respondemos: 'Lo que dicen no vale nada y es vanidoso, y nos parece
que no tienen apoyo alguno en la Escritura, aunque afirmen que nuestro camino es nuevo y el de
ustedes es antiguo porque han conservado la enseñanza de los Apóstoles por siglos....'

Hasta nuestro Señor, el Mesías, tuvo que escuchar tales palabras. Porque cuando el Señor hubo
liberado a un hombre de un demonio, sus enemigos dijeron: '¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina
es ésta?' (Marcos 1,27)
Creemos que de verdad es nueva porque tiene su afirmación en el Nuevo Testamento. Pues
podemos afirmar toda nuestra fe, que es el fundamento de nuestra dicha y el propósito de
nuestro camino, en el Nuevo Testamento y en otros testimonios divinos.
Este es el camino del cual el apóstol dice: 'Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en
el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió....'
(Hebreos 10, 19-20).
Pero ahora ellos dirán: '¿Dónde estaba la iglesia desde el Adviento del Señor hasta vuestra
llegada? ¿Y quién ha enseñado este camino a Valdo? No le fue entregado por un hombre bueno
y no ha tenido a ningún maestro en este camino?' Nosotros respondemos: 'La iglesia de Dios
siempre está ahí donde se reúnen sus fieles quienes tienen la fe correcta y la llenan con sus
obras. Si quieren saber quien le enseñó, entonces deben saber: Fue la gracia de Dios entregada
desde los cielos, y la voz del Evangelio que dijo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque
de ellos es el reino de los cielos (Mateo 5,3).
Yo les digo que era esa voz que le enseño y le guió. 'Toda buena dádiva y todo don perfecto
desciende de lo alto, del Padre de las luces' (Santiago 1,17). Creemos que todo lo bueno que
está dentro de nosotros, lo recibimos de él. Aunque la vida de los pastores a veces es

15
condenable, tenemos que hacer lo bueno que ellos predican. Así lo testifica nuestro Señor, que
se dirige a sus discípulos y, al mismo tiempo, a la multitud: 'Así que, todo lo que os digan que
guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen. -
En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos etc.’.

Así es que tenemos la orden de obedecer a aquéllos cuya forma de vida condenamos, siempre
que nos ordenen algo que corresponda a la Santa Escritura. Y es justamente por este motivo que
Valdo aceptó la palabra de Dios de ellos, y sus compañeros tratan de cumplirlas. Porque de las
palabras del que no miente percibieron: 'De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi
palabra, nunca verá muerte' (Juan 8, 51).

Confesamos que lo nuevo de nuestro camino es que se deja confirmar por el Nuevo Testamento.
Porque nuestra fe y nuestras obras se basan en motivos evangélicos. Si preguntan por qué
somos pobres, nosotros respondemos: 'Porque leemos que nuestro Mesías y sus apóstoles han
sido pobres."
(Traducción: P. Albütz / L. Ludwig, Santiago de Chile 10/2001, según una edición alemana del
año 1968)
***

Preguntas para seguir trabajando

1. ¿Cuál es la respuesta al reproche de la "novedad"? ¿Cuál es la medida para lo "nuevo", lo


distinto al camino tradicional de la iglesia? ¿Qué actitud frente a la tradición se deja percibir?
2. ¿Qué es considerado como autoridad?
3. Se define y entiende "Iglesia" como la reunión de los fieles. ¿Qué podría significar esto, y
cuáles son los límites que pone la Escritura?
4. ¿Cuáles son las "características" de los fieles?
5. ¿Por qué el hecho de llevar una vida pobre es tan importante para los valdenses?
¿Qué comprensión del seguimiento indica esto?

16
LECCIÓN 2
LA REFORMA

1. Informaciones de fondo
2. Zwinglio* (Zuinglio)
3. Bullinger
4. Más informaciones

*(Optamos por la forma más cerca al nombre original en alemán. No obstante en la literatura se
encuentra ambas formas del nombre del reformador suizo)
En la primera lección nos preocupamos de movimientos y personas singulares quienes - desde la
perspectiva de la Reforma - son considerados como sus precursores. Con la segunda lección
entramos al área de la Reforma misma. Antes de dirigirnos al primer reformador reformado,
Ulrico Zwinglio, trataremos de iluminar el contexto y su fondo.

I Condiciones e informaciones de fondo


La situación política en Europa y en la Confederación Helvética

Después de la muerte del emperador Maximiliano I., los príncipes electores coronan emperador
del Imperio Alemán a Carlos, el joven rey de España, y no al rey francés Francisco I., el favorito
de Roma.
Entre los dos monarcas estallan conflictos bélicos durante las siguientes décadas, porque el
nuevo emperador quiere restituir el imperio antiguo. La mayoría de las veces, Francia sufre
derrotas.
En el sudeste de Europa, los turcos conquistan grandes territorios, por lo que el emperador
Carlos V. está bastante más preocupado de sus tareas militares que de la Reforma, que está
dando sus primeros pasos en Alemania. Esto a su vez afirma el poder de los príncipes electores
quienes se consideran a sí mismos como los verdaderos señores, ya que el emperador fue
designado por ellos.
Por consecuencia, la Reforma alemana tiene "cara de príncipe": el débil poder central y la fuerza
de los soberanos territoriales llevan a que los últimos disponen sobre la confesión en sus países:
o mantienen la doctrina católico romana, o introducen la Reforma luterana. La Reforma alemana,
por ende, es una "Reforma territorial", porque cada reino o territorio tiene su propia confesión. El
término técnico para este hecho es "cuius regio, eius religio" - cada soberano regional determina
la religión de sus súbditos.

En la Confederación Helvética, en ese entonces aún no llamada Suiza, la situación se presenta


distinta. Allí no hay príncipes, sino ciudades independientes (en alemán "Orte") con su entorno
respectivo ("Landschaften"), que no aceptan ningún poder superior a ellas. Los gobiernos de las
ciudades son elegidos por los ciudadanos que poseen el derecho de ciudadanía. Las distintas
ciudades están organizadas en la Confederación Helvética, en la que ninguna de ellas tiene la
hegemonía. Las decisiones comunes son tomadas en una especie de parlamento ("Tagsatzung"),

17
pero no son vinculantes para las ciudades. Cada ciudad decide por sí misma, también en asuntos
religiosos.

La situación de la iglesia católica romana en la primera mitad del siglo XVI

Los movimientos prerreformistas que tratamos en la primera lección, por su mera existencia han
indicado una crisis latente en la iglesia católico romana. Los concilios de los siglos XIV y XV no
pudieron realizar reformas de verdad, a pesar de sus buenas intenciones. La práctica de la
simonía, carencias en la formación teológica, y sobre todo las indulgencias, son señales
alarmantes.
Crece la crítica frente la iglesia; la oposición apunta sobre todo a las costumbres morales dentro
del clero y en los monasterios, y en el manejo del dinero. Aparte de esto, sin embargo, se puede
observar una cara muy distinta: la espiritualidad popular y el anhelo religioso cobran muchísima
fuerza, especialmente en Alemania, palpable por ejemplo en los numerosos peregrinajes.
Aumenta la cantidad de misas por lo cual se necesitan más curas. Si bien la iglesia católica
romana demuestra hacia afuera una piedad inquebrantable, mirándola bien, se revela que existe
una gran necesidad de reformas. El tiempo para la Reforma ha llegado.

La Reforma no debe ser identificada con Lutero


En Alemania, cuando se habla de la Reforma, ésta suele asociarse directamente con la persona de
Martín Lutero, y es cierto, porque con él empezó. Las 95 tesis que fijó en la puerta exterior de la
iglesia del castillo den Wittenberg a el 31 de octubre de 1517 son el mejor testimonio.
Sin duda, Lutero es el reformador más importante. Pero no es el único, no en Alemania y mucho
menos en otros países. Hay que prestar atención a dos cosas: Por un lado, la Reforma no debe ser
identificada con Lutero; justamente la Iglesia Reformada se remonta a Zwinglio y Calvino sin
poder ni querer cuestionar los méritos de Lutero.
Por otro lado, Lutero no puede ser la medida absoluta para lo que se considera "reformado" o no.
Esto significaría estrechar nuestro horizonte y no poder valorar los conocimientos y
descubrimientos de otros reformadores.

II Ulrico Zwinglio (1484 -1531)


Desde su nacimiento hasta el llamado a Zurich

Ulrico Zwinglio nace el 1 de enero de 1484 en Wildhaus (unos 50 kilómetros al sur de San Gall,
en un valle del condado de Toggenburg). Tiene nueve o diez hermanos de los que por lo menos
dos mueren relativamente jóvenes; dos de sus hermanas toman el hábito.
Después de los años de colegio, entre otras ciudades en Basilea y Berna, a partir de 1499
Zwinglio realiza sus estudios superiores en Viena y Basilea (1502), donde se gradúa como
magister en 1506. Su maestro más importante en Basilea es Tomás Wyttenbach. Después de sus
estudios de las "artes liberales", Zwinglio sigue medio año de teología y, a partir del verano
1506, ocupa el cargo de pastor en Glaris, no lejos de su pueblo natal de Wildhaus.
Desde temprano, Zwinglio toma posición en un asunto político situado en el contexto de las
tropas mercenarias, comunes en esa época en la Confederación Helvética.

18
El negocio mercenario es lucrativo para las ciudades: Si ponen una parte de sus jóvenes a
disposición de estos ejércitos, reciben sumas considerables para las arcas municipales. Alrededor
de 1506, en la ciudad de Glaris se delibera sobre el destino de los mercenarios locales:
Habsburgo, Francia o el Papa son alternativas posibles.
Zwinglio toma partido por el Papa; para él, los soldados son el arma del crucificado contra los
enemigos de la iglesia - se trata de una especie de Guerra Santa. En 1513, Zwinglio acompaña
como capellán castrense a unos 500 soldados de Glaris que forman parte del ejército papal. Sin
embargo, la experiencia de la guerra lo hace reflexionar.
En 1515, el ejército papista sufre una derrota, y en Glaris las simpatías cambian hacia los
franceses victoriosos. Esto es un serio problema para Zwinglio, quien es leal al Papa. Abandona
su ciudad y se va a Einsiedeln, un antiguo lugar de peregrinaje con un gran monasterio. Allí, en
1516, empieza a trabajar como párroco. Durante los dos años en Einsiedeln, el carácter político
de su actividad, hasta ahí muy dominante, se suaviza. Las actividades en la iglesia y sus estudios
científicos y personales vuelven a ser lo principal en su vida.

Exactamente en 1516, Zwinglio experimenta una conversión reformatoria. Dice de sí mismo que
"desde ahora prediqué el Evangelio". Lee las obras escolásticas y las de los Padres de la Iglesia y
aprende griego como autodidacta para poder leer el Nuevo Testamento en su original. Zwinglio
llega a ser un teólogo docto.
Entre otros, conoce la filosofía del famosísimo Erasmo de Rotterdam, pero no adopta
sencillamente sus enseñanzas. Ahora bien, ¿en qué consiste su "Evangelio"? Aquí no se puede
preguntar por la doctrina de la justificación por la fe luterana, para reconocer la conversión
reformatoria de Zwinglio. El va por su propio camino. Su conversión reformatoria se basa en una
clara orientación bíblica, hacia la "sola scriptura" (sólo la Santa Escritura).
Esta decisión no es meramente racional, Zwinglio más bien enfatiza la autoridad de la Biblia
porque es ella - y no la iglesia con su poder clerical - la que transmite el Evangelio, la buena
nueva de un Dios humano. Este proceso de conocimiento reformatorio se ampliará y se
profundizará en sus contenidos durante los años siguientes
.
Los inicios de la Reforma en Zurich
En otoño del año 1518, Zwinglio es llamado a Zurich como primer predicador de la iglesia
principal.
Su tarea principal será la prédica. Y comienza con una novedad: para predicar, no se basa en el
orden vigente de las lecturas bíblicas (las perícopas), sino que interpreta las Santas Escrituras
cronológicamente. Con esto se rebela contra la dominancia del año litúrgico y sigue la secuencia
de la Biblia.

Vista panorámica de Zurich


Según la "Crónica Suiza" de J. Stumpf, Zurich 1547 Hasta 1522 Zwinglio ha profundizado
bastante su conocimiento de las escrituras. Un tenor de sus prédicas es la resistencia contra el
negocio mercenario. Y tiene éxito: en el mismo año, el Concejo de la Ciudad de Zurich lo
prohibe.
Igualmente en 1522 comienzan los enfrentamientos públicos. El 9 de marzo, se realiza una
demostrativa cena con longanizas en la casa del tipógrafo Cristóbal Froschauer, demostrativa
porque la cecina es consumida en tiempo de cuaresma. Durante esta cena, dos grandes
longanizas ahumadas son repartidas entre la gente. Zwinglio participa sin comer. A este primer

19
quebrantamiento del ayuno le siguen varios más en los días siguientes. Rápidamente se sabe lo
que está pasando; el Concejo de Zurich interviene y inicia pasos legales.
Sólo dos semanas después de la "cena de longanizas", Zwinglio tematiza el problema del ayuno
en un sermón que se publica en abril de 1522 bajo el título: Sobre la elección de los alimentos y
la libertad de tomarlos.
En este sermón, Zwinglio habla a favor de una comprensión evangélica de la libertad: Los
cristianos son libres de todas las órdenes dictadas por el hombre, no hay que ser
incondicionalmente obediente a estas órdenes. La orden de la abstinencia es justamente un
reglamento humano, eclesiástico.
Como no tiene autoridad divina, vale decir, no tiene la autoridad de la Biblia, no es necesario
obedecer esta orden. Al mismo tiempo, los cristianos tienen la libertad de no usarla
excesivamente, porque no es la libertad de que viven.

La comprensión de la libertad según Zwinglio


(U. Zwinglio, Sobre la elección de los alimentos (1522), citado de:
Ulrico Zwinglio, Escritos, tomo 1, 37-39.62)

"Su fe en Dios ya no era tan fuerte que sólo confiaban en él y ponían su esperanza en él y
escuchaban su voluntad. Estúpidamente empezaron de nuevo seguir el dictado de los hombres.
Como si Dios hubiese olvidado algo que tendrían que completar y perfeccionar ahora, se decían:
en este día, en este mes, en éste y aquel momento no debes hacer tal y tal cosa. (Sin embargo, no
tengo nada en contra si alguien se abstiene voluntariamente por su salud y la disciplina de su
cuerpo, siempre que no sobreestime este ayuno y se ponga soberbio; siempre entonces que el
ayuno nazca de la humildad.)
Pero si se hace de esto un mandamiento y se convence a sí mismo que es pecado no seguirlo,
significa ensuciar y estigmatizar la conciencia, significa seducir a la verdadera idolatría. (...)
En breves palabras: Si quieres ayunar, ¡hazlo! Si quieres abstenerte de la carne, ¡no comas carne!
¡Pero deja al cristiano su libre decisión! (...)

Pero si tu prójimo se escandaliza cuando ejerces tu libertad, no lo pongas sin motivos en


dificultades, no lo seduzcas. Sólo cuando comprenda el fundamento de tu libertad, no se
escandalizará más, a no ser que te quiera mal. (...)
Más bien, tienes que explicarle la fe de manera amable y decirle que él también es libre de elegir
y comer de todo."
Del tratado Sobre la elección de los alimentos y la libertad de tomarlos (1522)
(Traducción: P. Albütz / L. Ludwig, Santiago de Chile 01/2002, según la edición alemana
Huldrych Zwingli, "Schriften" Vol. 1, 37-39.62)

La situación en Zurich se hace cada vez más complicada y polémica. El Concejo se adjudica la
competencia decisiva en el conflicto, eludiendo así al obispo de Constanza. Tras una audiencia y
una prohibición temporal de la violación del mandamiento de ayuno, la disputación es postergada
para el inicio del año 1523: ahí el concejo municipal quiere tomar su decisión sobre la base de la
Santa Escritura. Con esto, las ideas de Zwinglio definitivamente han ganado terreno en Zurich.
Aparte del ayuno existen otros puntos conflictivos. Zwinglio critica la veneración de los Santos
provocando enfrentamientos con las órdenes mendicantes. El, por su parte, exige a las órdenes

20
mendicantes que en el futuro basen sus prédicas únicamente en la Biblia. Además, Zwinglio
exige terminar con el celibato y proteger a Martín Lutero quien se encuentra bajo proscripción
imperial.
Todavía en 1522, Zwinglio se opone al rol de María como mediadora de la salvación.
En agosto de 1522, Zwinglio renuncia a su membrecía en la iglesia católica, porque, como dice,
ésta se fundamenta solamente en leyes humanas. Erasmo está consternado frente a palabras tan
tajantes.
Zwinglio cada vez más cumple con el rol del predicador que da el tono en Zurich. Desde 1522
convive con su mujer Anna Reinhart, pero sólo dos años más tarde se casan oficialmente. Los
dos tienen cuatro hijos.
El 29 de enero de 1523 se realiza la Primera Disputa de Zurich. Básicamente se trata de ver si
hay argumentos en contra de la prédica de Zwinglio; el consejo mismo quiere decidir sobre la
base de la Biblia. 600 participantes llegan a la municipalidad de Zurich.
Desde Constanza llega una delegación guiada por Juan Faber. Se supone que éste no participe en
el debate, sino que viene a protestar y a observar. El punto central del debate es el problema de la
autoridad: ¿Quién tiene la autoridad máxima en la tierra? Ya al mediodía, el Consejo ha
escuchado lo suficiente y razona que nadie puede condenar a Zwinglio por herejía.
Y más aún: Todos los demás predicadores deberán guiarse de ahora en adelante por la Santa
Escritura. Para el debate, Zwinglio ha formulado 67 artículos o "conclusiones" para los cuales se
consideran los siguientes lemas como resumen: solus Christus, sólo Cristo, y sola scriptura, sólo
la Biblia.

En los artículos dos y tres de los 67 artículos o conclusiones dice:


"He aquí resumido el Evangelio: Nuestro Señor Cristo Jesús, el verdadero Hijo de Dios, nos ha
dado a conocer la voluntad de su Padre celestial y con su muerte inocente nos ha redimido y
reconciliado con Dios.
Por eso es Cristo el único camino de salvación para todos los hombres que fueron, son y serán."
De: Ulrico Zwinglio, Interpretación y fundamento de las conclusiones, 1523
Citado de Zwinglio, "Antología", Producciones Editoriales del Nordeste, Barcelona 1973, p.
45,46

Profundización teológica y controversias


Para Ulrico Zwinglio, el año 1523 está marcado por una profundización teológica de sus
pensamientos. Estos se refieren, entre otro, a la distinción precisa entre Dios y la criatura, la
comprensión del pecado, la doctrina de la iglesia, la importancia de la justicia y, por ende, la
relación entre Estado e iglesia.
Se deja entrever un nuevo entendimiento de la Eucaristía - Zwinglio ya no la considera como un
medio salvífico. En resumen, reconocemos que Zwinglio está optando por un camino propio de
la reforma. No es ni Lutero ni Erasmo, sino alguien que desarrolla una teología autónoma, capaz
de integrar elementos de los dos reformadores.

Sobre la fe y el perdón de los pecados


"Pero yo he dicho que los pecados son perdonados por la fe; y no quería decir otra cosa que tan
sólo la fe puede asegurar al hombre de que sus pecados son perdonados. Quien confía en
Cristo, cuyos pecados son perdonados.

21
Como nadie sabe del otro si éste es creyente, así nadie sabe si le fueron perdonados los pecados,
aparte de uno mismo, ya que gracias a la luz y la firmeza de su fe está seguro del perdón,
sabiendo que Dios le ha perdonado en Cristo; y está tan seguro de este perdón que no duda nunca
del perdón por la gracia porque sabe que Dios no puede engañar o mentir."
De: Ulrico Zwinglio, Exposición de la fe, 1531
(Traducción: P. Albütz / L. Ludwig, Santiago de Chile 01/2002, según la edición alemana
Huldrych Zwingli, "Schriften" Vol. 4, 294,295)

Aparte de la profundización teológica, la Reforma gana terreno también en la vida cotidiana. Los
monasterios se vacían. Muchos sacerdotes se casan. La liturgia en el culto es fuertemente
cambiada y simplificada. En septiembre de 1523, los actos iconoclásticos aumentan, lo que causa
serios enfrentamientos. En octubre del mismo año una Segunda Disputa tiene lugar en Zurich,
esta vez con referencia a la reforma del culto y las imágenes en las iglesias. Como resultado, se
recomienda abandonar la violencia y convencer mediante argumentos. Sin embargo, el debate
deja en evidencia que todo el clero en la región está teológicamente mal formado. Y se deja ver
también que Zwinglio y sus compañeros se encuentran entre dos alas: por un lado están los
católicos romanos o conservadores, por el otro los radicales.
Entre 1523 y 1524, la posición de Zwinglio se consolida en Zurich. La oposición conservadora o
más bien católica se divide y pierde respaldo. En Pentecostés de 1524, el Concejo decide
eliminar las imágenes, crucifijos, estátuas y relieves de las iglesias, pero vacila con la reforma
del culto. Este hecho provoca a los radicales de tal forma que el quiebre con ellos parece cerca.

El quiebre (entre Zwinglio y los radicales) se realiza definitivamente en 1525, cuando los
radicales fundan bajo la autoridad de Conrado Grebel una pequeña congregación en el pueblo de
Zollikon en las afueras de Zurich. El ideal de Conrado Grebel es una comunidad de creyentes - el
bautismo de infantes, por ende, constituye un problema.
Desde 1524 había personas que se negaban a bautizar sus hijos, en contra de la voluntad del
Consejo que había dispuesto el bautismo de todos los recién nacidos. Un debate en 1524 no
había dado ningún resultado, por lo cual la fundación de una nueva comunidad que sólo se
bautiza a creyentes adultos (o sea: se practica el re-bautismo), es consecuente.

El mismo Zwinglio tenía en ciertos momentos dudas frente al bautismo infantil. Pero con
referencia a los "anabaptistas", para los que el bautismo significa la pertenencia a una comunidad
esotérica, que se aparta del mundo, Zwinglio desarrolla una teología del bautismo muy propia.
Ésta se opone a la doctrina romana a la que incluso Lutero adhiere parcialmente. El bautismo,
según Zwinglio, no es un medio de gracia, por sí sólo no provoca nada. El perdón de los pecados
se puede conocer en la promesa divina que se nos asegura en la prédica. El bautismo no perdona
los pecados, tampoco lo hace el agua bendita; no tiene un significado sobrenatural. Esta idea es
común para Zwinglio y los anabaptistas. Zwinglio, sin embargo, mantiene el bautismo de niños,
aunque no puede demostrar su carácter obligatorio. Argumenta que la Biblia muestra que
también los hijos de cristianos son de Dios y que en el Antiguo Testamento existe la circuncisión
de los lactantes.
El bautismo es visto como una paralela a la circuncisión. Además, afirma Zwinglio, la práctica
del bautismo de adultos lleva al exclusivismo de una comunidad que se considera a sí misma
como libre del pecado.

22
Lo que en los años siguientes, aparte de la discusión teológica, hizo la autoridad con los anabaptistas,
no constituye ninguna página de gloria de la Reforma: fueron perseguidos, expulsados y hasta
asesinados.
Nacen las demás escrituras de Zwinglio, por ejemplo "El Pastor" en 1524, donde Zwinglio pinta
al predicador evangélico como fiel pastor, contrastándolo con malos ejemplos. Un año después,
escribe el "Commentarius de vera et falsa religione" (Comentario sobre la verdadera y la falsa
religión), que contiene los principios de la doctrina evangélica en 29 capítulos. Este comentario
es considerado como la obra fundamental de Zwinglio.
En primavera de 1525, inicia su "Profecía", un curso de exégesis en que se interpreta de la
Biblia, obligatorio para los pastores evangélicos. En 1531 se publica, como resultado de estos
estudios, la Biblia de Zurich. Para la Pascua de Resurrección de 1525, en Zurich se introduce un
nuevo reglamento para la liturgia del culto, marcado por claridad y sencillez: En el centro está el
sermón. El canto litúrgico y el órgano desaparecen, y los utensilios para la Santa Cena están
hechos de madera.

Dentro de la Confederación Helvética, Zurich tiene una posición bastante aislada: Ni siquiera es
invitada para las sesiones del parlamento. Sin embargo, la Reforma gana terreno en varias
ciudades: San Gall, Schaffhausen, Basilea y Berna, entre otras. También en Constanza
predomina la Reforma. Zurich se une con las ciudades mencionadas en una alianza llamada
"Burgrecht Cristiana". Esto amenaza a las regiones católicas vecinas, que por su parte forman
una "Asociación Cristiana", que da pasos hacia una alianza con Carlos V, y a través de él con la
odiada casa de los Habsburgo.
Después de un tiempo de crisis estalla la guerra: 30.000 soldados de la alianza evangélica se
enfrentan a tan sólo 9.000 de las regiones católicas asociadas de Centrosuiza. Pero como no son
muchos los que llevan esta guerra con un compromiso profundo, y como los católicos son una
minoría desesperada, se llega rápidamente a un consenso: la llamada "Paz de Kappel" de 1529.

Desde la perspectiva de los reformadores y de Zwinglio, este consenso significa un resultado


más que moderado, porque no impide el negocio mercenario en las regiones céntricas de Suiza.
Sin embargo, el acuerdo de paz establece la Reforma en vastas partes del territorio suizo.
Aparte de los conflictos exteriores, también existe oposición política y eclesiástica dentro de
Zurich.
Políticamente, son sobre todo los comerciantes, la nobleza y otros grupos que tienen un fuerte
interés en el negocio mercenario y en un flujo comercial sin trabas. En lo que concierne a la
iglesia, son los conservadores católicos quienes exigen que se introduzca de nuevo la misa diaria.

Ya desde 1523, Zwinglio viene desarrollando una comprensión propia de la Santa Cena.
Mientras Lutero parte de la base de que, para los creyentes, pan y vino se convierten en cuerpo y
sangre de Cristo, Zwinglio subraya que pan y vino sólo simbolizan cuerpo y sangre de Jesucristo
quien fue entregado en la cruz una vez por todas, y quien está presente con los fieles en el
Espíritu Santo.
Los elementos pan y vino no garantizan el perdón de los pecados, sino que recuerdan estos
hechos; quien celebra la Santa Cena, confiesa: Nuestro presente se ha convertido por la fuerza de
la reconciliación en la cruz.

23
La comprensión de la Santa Cena según Zwinglio
"Séptimo, creo, mejor: sé que todos los sacramentos están lejos de conceder la gracia, es más, ni
siquiera la traen o la administran. (...) Como la gracia es concedida o regalada por el Espíritu
divino - uso la palabra con su significado en latín, aplicando el término 'gracia' para perdón,
indulgencia, libre beneficio - este regalo es únicamente del Espíritu.
El espíritu, sin embargo, no necesita ni guía ni medio, él mismo es la fuerza y el portador que
trae todo, no tiene necesidad que algo lo traiga a él. En la Biblia no leemos en ningún lugar que
lo visible - que son los sacramentos - trae al Espíritu consigo. Más bien, si alguna vez lo visible
estuvo unido al Espíritu, era éste el portador, y no lo visible."
De: Ulrico Zwinglio, Justificación de la fe, 1523
(Traducción: P. Albütz / L. Ludwig, Santiago de Chile 01/2002, según la edición alemana
Huldrych Zwingli, "Schriften" Vol. 4, 113)

"Y porque este recuerdo es una acción de gracias y un júbilo sobre el Todopoderoso por la buena
obra que hizo en nosotros a través de su hijo, quienes participan en esta celebración, cena o
acción de gracias, testifican que forman parte de los que creen que fueron redimidos por la
muerte y sangre de nuestro Señor Jesucristo."
De: Ulrico Zwinglio, Acción o uso de la Eucaristía, 1523
(Traducción: P. Albütz / L. Ludwig, Santiago de Chile 01/2002, según la edición alemana de
1927 "Huldreich Zwinglis sämtliche Werke", Vol. 4, 1-24,15)

Lutero y Zwinglio no se pueden encontrar porque su comprensión de las cosas es demasiado


distinta: Lutero considera que Zwinglio es un renegado de la Reforma, un exaltado. Y Zwinglio
tiene la impresión de que Lutero se ha quedado a mitad del camino.
Ambos redactan una serie de escritos opuestos sobre la Santa Cena, en parte conscientemente
uno contra el otro, p.ej.
Lutero: Contra profetas divinos, sobre imágenes y sacramentos (1525)
Zwinglio: Una aclaración acerca de la Cena de Cristo (1526)
Lutero: Que las palabras de Cristo "Esto es mi cuerpo" etc. se mantengan firmes contra los
espíritus exaltados (1527)
Zwinglio: Que las palabras "Esto es mi cuerpo" etc. mantengan eternamente su sentido antiguo
(1527).
Convocados por el príncipe Felipe de Hesse, en octubre de 1529 Lutero y Zwinglio se
encuentran en una discusión sobre religión en Marburgo, la que finalmente fracasa: los dos
reformadores logran consenso en todos los puntos menos en el de la Eucaristía. Pero se puede
decir incluso que el disenso sobre la Santa Cena revela otros disensos ocultos.

En 1530 se celebra la Dieta Imperial de Augsburgo, en la que el emperador busca la


reconstrucción de la unidad de la iglesia. Se da lectura a la "Confessio Augustana" (Confesión de
Augsburgo), redactada por Felipe Melanchthon, y que llegaría a ser la confesión determinante de
la iglesia luterana.
Zwinglio también propone una confesión, la llamada "Fidei ratio" (Razonamiento de nuestra Fe).
Al contrario de la Confesión de Augsburgo que apunta a consenso y reconciliación, Zwinglio
explica ofensivamente su interpretación del Evangelio, y no evita mostrarle al emperador cuáles
son sus responsabilidades, defectos y límites determinados por la palabra de Dios. Zwinglio
sigue comprometido en la política de Zurich.

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Muchas de sus ideas, sobre todo en la política exterior, son tomadas en cuenta después del
Acuerdo de Paz de Kappel. Pero Zwinglio no tiene verdadera influencia en la realización
concreta de sus pensamientos. Siente que su posición política en Zurich pierde cada vez más en
importancia. Se siente abandonado, y en 1531 amenaza con su renuncia, lo que puede ser
impedido sólo con muchos esfuerzos.
Siguen los conflictos entre Zurich y las ciudades asociadas del Burgrecht con las regiones
centrales de Suiza. Hasta fines de 1530, la Reforma ha logrado imponerse sólo en algunas partes
de Suiza central, por lo que Zurich decide ejercer presión con un bloqueo de alimentos que
fracasa miserablemente.
Hay que añadir que Zwinglio estaba en contra de esta idea desde el principio. Como reacción, los
cinco cantones de Centrosuiza declaran la guerra a Zurich y se concentran en Kappel.

El 11 de octubre de 1531, unos 3.500 ciudadanos de Zurich que no tienen armas son derrotados
por el doble de Centrosuizos. En menos de una hora caen 500 Zuriqueses, entre ellos Zwinglio,
pero sólo 100 Centrosuizos.

III Enrique Bullinger

El 9 de diciembre de 1531, el Concejo de Zurich elige a Enrique Bullinger como sucesor de


Zwinglio. Sobre él sabemos mucho menos.
Pertenece a los reformadores que más se subestiman y cuya obra no ha sido investigada con la
necesaria profundidad en cuanto a su esencia teológica.
Bullinger nace el 4 de julio de 1504 en Bremgarten (hoy en el cantón de Argovia). Con doce
años es alumno del colegio de la iglesia de Emmerich en la Baja Renania, es influida fuertemente
por la corriente de la Devotio Moderna (vs. lección 1).
Desde 1519 en adelante, Bullinger estudia en Colonia y se gradúa en 1522 como magister. Se
empieza a interesar por la Reforma, sobre todo a través de los escritos de Lutero y Melanchthon.
Desde 1523, Bullinger se desempeña como profesor en el monasterio de los Cistercienses en
Kappel / Alemania.

Aparte de las clases normales también dicta conferencias públicas, en las que en forma autónoma
elabora la reforma de la exégesis y la sistemática. En 1523 se hace amigo de Zwinglio. Bullinger
adopta algunos pensamientos de Zwinglios y los profundiza, pero también Zwinglio saca
provecho del trabajo de Bullinger.
De 1529 a 1531 Bullinger es predicador en Bremgarten, antes de ser nombrado "antistes"
(director) de la iglesia de Zurich, cargo que ejercerá hasta su muerte.

La actividad principal de Bullinger en Zurich es la consolidación de la Reforma. Se gana la


confianza del Concejo, y logra durante más de 40 años mantener el equilibrio entre la
reivindicación política del Evangelio y la autoridad de su cargo que se basa únicamente en la
palabra. Se entrelaza con muchísimos actores del territorio suizo y del mundo internacional
(a través del intercambio de más de 12000 cartas), procura que se realicen reformas sociales y
eclesiásticas y se empeña, además, como autor de escritos teológicos e históricos.
Entre sus obras más importantes figuran el resumen teológico Suma de la Religión cristiana y la
Confessio Helvética posterior (Segunda Confesión Helvética) de 1562.

25
Cabe destacar su colaboración en el Consensus Tigurinos (Consenso de Zurich) de 1549, donde
se logra un acuerdo entre Ginebra y Zurich y con eso una doctrina única reformada de la
Eucaristía.
Desde el punto de vista teológico, Bullinger no es principalmente original, sino un multiplicador
de las nuevas ideas. En lo que se refiere al contenido, en el centro de su teología está el concepto
del Pacto que había tomado de Zwinglio, pero que elaboró de manera esencial. En el transcurso
posterior de la Reforma, este concepto tendrá una importancia que no puede ser sobreestimada
(para la comprensión del concepto del Pacto en la teología reformada vs. la futura lección 15 de
este curso de capacitación). Bullinger muere el 27 de septiembre de 1575.

IV Reforma y reformadores en otras ciudades suizas

La Reforma había ganado terreno en algunas otras ciudades suizas, como mencionamos con
respecto a los conflictos de Zurich con las regiones católicas. En el Este de Suiza (Appenzell,
Glaris y en el cantón de los Grisones) las ciudades pueden decidir autónomamente si quieren
introducir la Reforma.

En Chur y en el cantón de los Grisones (Graubünden) tenemos la herencia de Juan Comander


(1482 - 1557), quien es considerado el padre de la Reforma de Bünden.
Berna se decide por la Reforma en 1528. Responsable de esto es Berchtold Haller (1492 - 1536)
con su manera de ser cauteloso pero decidido.
La formación de la iglesia reformada en Berna se remonta a él. En 1529 siguen Basilea,
Schaffhausen y San Gall.
En Basilea, primero que nada destaca Juan Oekolampad (1482 - 1531). Desde 1523 se
desempeña como profesor de teología bíblica, y a partir de 1529 es párroco de la catedral de
Basilea y vocero de los sacerdotes. Su obra teológica con estudios detallados sobre la Eucaristía
y el culto aún no ha sido lo suficientemente investigada. El sucesor de Oekolampad es Osvaldo
Myconio (1488 - 1522), mediador y autor principal de las dos Confesiones de Basilea (1534 y
1536; la última es, al mismo tiempo, la Primera Confesión Helvética).
Es Myconio quien redacta la primera biografía de Zwinglio bajo el título De domini Huldrichi
Zuinglii fortissimi herois ac theologi doctissimi vita et obitu (Vida y muerte del héroe valiente y
teólogo docto Ulrico Zwinglio).

En Schaffhausen son ante todo Sebastián Hofmeister (1476 - 1533), quien tiene que abandonar la
ciudad en 1526, y Erasmo Ritter (muerto en 1546), quien más tarde se traslada a Berna.
En San Gall es el alcalde Joaquín Vadian (1483/84 - 1551) quien fomenta a la Reforma. Es
apoyado por Juan Kessler (1502/03 - 1574) quien asume la dirección de la Reforma después de
la muerte del primero.

En todas estas ciudades la Reforma se remonta a vinculaciones directas con Zwinglio. No se


puede decir directamente que Zwinglio fue el único reformador de la Confederación helvética,
pero sí que toda la Reforma suiza se empapó de los conceptos básicos de Zwinglio (p.e. en la
comprensión de la Eucaristía).
Fuera del territorio de la Suiza actual, las iglesias reformadas, con excepción de dos ciudades
cerca de Memmingen (Herbishofen y Grönenbach, pertenecientes entonces al condado de
Pappenheim), no se remontan directamente a la reforma de Zwinglio.

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LECCIÓN 3:
Juan Calvino, la reforma en Ginebra y los Inicios de la reforma en Francia

1. Juan Calvino, ¿el déspota de Ginebra?


2. Infancia y años de estudio (1509-1535)
3. ¿Cuándo se convirtió Calvino a la Reforma?
4. De la primera a la segunda estadía en Ginebra (1536-1541)
5. Estructura de la Iglesia de Ginebra
6. Algunos acentos teológicos
7. El proceso a Miguel Servet
8. Los últimos años de Calvino
9. Teodoro Beza, el sucesor de Calvino
10. La evolución de la iglesia reformada en Francia hasta 1598

1. Juan Calvino, ¿el déspota de Ginebra?


Sobre la persona de Juan Calvino sabemos algo más que sobre la persona de Ulrico Zwinglio.
Esto es entendible, ya que Calvino tuvo muchísimo más impacto que Zwinglio; prácticamente la
totalidad de las iglesias reformadas en el mundo se remontan a él.
Los reformados frecuentemente son llamados también “calvinistas“, aunque ellos mismos no se
autodenominan así. Al mismo tiempo, lo que ocurre es que sobre todo en Alemania todavía se
encuentran connotaciones muy negativas sobre Calvino: se lo llama "el déspota de Ginebra“,
quien habría sido demasiado riguroso y dispuesto a sacrificar a todos los que no eran de su
corriente; se dice que ordenó la ejecución de Miguel Servet; se dice que representaba la llamada
"doctrina de la doble predestinación“, según la cual Dios eligió unos para la salvación y otros
para el infierno etc.
En 1936, en pleno auge del régimen Nazi en Alemania, el literato Stefan Zweig escribió un
ensayo con el título "Una conciencia contra la violencia. Castellio contra Calvino". Con ingenio
literario, decía Calvino pero en realidad se refería al déspota Hitler. Esto también contribuyó en
las últimas décadas a dibujar la imagen de Calvino en tonos lóbregos.

Seguramente algunas características de Calvino siempre serán extrañas para el hombre moderno.
Calvino fue un asceta que dedicó su vida a la Reforma y podía proceder de una manera muy
estricta. Pero tenemos que esforzarnos por diferenciar más, porque la imagen tan distorsionada
de Calvino se debe también a las grandes luchas confesionales que duraron hasta el siglo XX.
Sobre todo el siglo XVII estuvo marcado por conflictos y peleas interconfesionales, justamente
entre los cristianos luteranos y reformados: ambos bandos difamaban, imputaban, presentaban
sus asuntos de forma injusta. De todas partes se pecaba, también de parte de los reformados. En
este contexto cristalizó sobre todo en Alemania – y debido a muchas publicaciones de la
corriente más influyente que era la luterana – la imagen de Calvino que domina desde hace
siglos.
Esta imagen subsiste hasta el día de hoy, aunque menos marcada, en algunas monografías de la
historia de la iglesia y en libros populares. Por eso hace falta no quedarse con los prejuicios sino
observar mejor y preguntar cómo Calvino vivió, enseñó y qué huellas dejó.

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2. Infancia y años de estudio (1509-1535)
Juan Calvino nace el 10 de julio de 1509 en Noyon en el norte de Francia (a unos 100 kilómetros
al norte de París), y recibe el nombre de Jean Cauvin. Su padre era notario del cabildo de la
catedral, un laico en medio del clérigo, por lo tanto tenía un cargo elevado. Ya a la corta edad de
12 años, Juan Calvino recibe sus primeras prebendas, o sea, una parte de los ingresos de una
determinada parroquia (la capilla de la Gésine). Hasta 1523 Calvino asiste a la escuela de su
pueblo natal; con 14 años lo envían al Collège de la Marche, un famoso internado en
París, cuyo profesor de latín y director era Mathurin Cordier.

Cordier se hizo conocido como fundador de una pedagogía renovada, y aunque Calvino gozó
sólo poco tiempo de sus clases de latín, lo veneró durante toda su vida. Mucho más tarde, lo
llamó para organizar la educación escolar en Ginebra y Lausana.

Después de un breve tiempo, Calvino cambia – por razones desconocidas – a otro internado, el
Collège de Mantaigu. Este es un baluarte de la ortodoxia católicorromana y un espantajo para los
alumnos. Sin embargo, Calvino no parece haber sufrido demasiado allí; más bien recibió una
buena y profunda formación en gramática, filosofía y teología.
Uno de sus profesores, John Major, incluso redactó un conocido comentario acerca de los
Evangelios y defendió las doctrinas romanas contra Wyclif, Hus y, especialmente, contra Lutero.

Las enseñanzas de aquél ya habían sido difundidas ampliamente, y existía una gran necesidad de
defenderse contra ellas. Probablemente, fue en este colegio donde Calvino conoció la teología
católica a través de las sentencias de Pedro Lombardo (1100 -1160), los Padres de la Iglesia y
Agustino (354 - 430).
Calvino se hace de amigos, entre ellos algunos simpatizantes e incluso seguidores de la Reforma.
Calvino mismo todavía no ha llegado a este punto; la polémica luterana contra Zwinglio le
parece demasiado fuerte. Ni siquiera sabemos con certeza si Calvino en esa época ya conocía los
escritos de Lutero.
En todo caso, no adhiere a la Reforma sino que permanece fiel a la doctrina romana. Podemos
caracterizar al Calvino de ese tiempo como un humanista católico que se urgía por una
renovación de las ciencias, pero no por la Reforma en el sentido luterano.

En 1527, y mientras Calvino todavía frecuenta el Collège de Mantaigu, recibe los ingresos de
una segunda prebenda. En un principio, el padre de Calvino quería que su hijo estudiara teología.
Pero cambia sus planes, quizás debido a conflictos con los capitulares de la catedral de Noyon,
quizás porque esperaba que otra ciencia diera mejores oportunidades a su hijo, y le aconseja
estudiar Leyes. Calvino inicia sus estudios jurídicos probablemente en 1528 en Orléans, la
facultad más famosa en ese entonces. Es muy estudioso, trabajador y perseverante. En pocos
meses aprende el griego, y se deja influir cada vez más por los ideales humanistas. En 1529
abandona Orléans, y sigue su carrera en Bourges con el famoso jurista Alciat.

En 1531 Calvino se entera de que su padre está seriamente enfermo. Viaja a Noyon y acompaña
a su padre en sus últimas horas. Los enfrentamientos entre el cabildo y el notario se habían
agudizado tanto que este último había sido excomunicado, hecho que le pesaba muchísimo.

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Después de la muerte de su padre, Calvino va a París. Ahora es independiente, y se dedica –
aparte de su carrera como jurista – sobre todo a los estudios literarios. El rey Francisco I había
fundado en París una nueva universidad con orientación humanista, donde se matricula Calvino.

En el invierno 1531/32, Calvino redacta un comentario sobre el tratado de Séneca "De


clementia“. Este libro lo hace conocido y lo integra a las filas de los humanistas más famosos de
Francia. Finalmente, Calvino retorna a Orléans, donde termina su carrera con el título de
licenciado en leyes.

3. ¿Cuándo Calvino se convirtió a la Reforma?


Esta pregunta es objeto de numerosas investigaciones, aunque las pruebas siempre han sido más
bien raras. Calvino mismo señala que vivenció una "conversio subita“. En su Comentario de los
Salmos de 1557, Calvino recuerda mirando hacia atrás: "Primero estaba tan porfiadamente
entregado a la superstición papista que difícilmente me podía liberar de tanta mugre. Pero de
repente Dios volvió mi corazón dócil y suave por una conversión súbita, aunque a mi edad yo ya
estaba bastante endurecido frente a este tipo de asuntos. Sin embargo, cuando tuve algo de
conocimiento sobre la piedad verdadera, inmediatamente me invadió un tremendo anhelo de
sacar provecho de ello. No dejé mis diversos estudios completamente, pero los dejé cada vez más
de lado.
Grande fue mi sorpresa cuando, antes del término del año, todos los que sentían el anhelo por la
doctrina pura se habían reunido en torno a mí para aprender, aunque yo mismo era casi un
principiante. “(Citado según una biografía sobre Calvino del año 1968).

Calvino escribe estas palabras en retrospectiva, pero no menciona ninguna fecha. Calvino no
menciona una fecha, no obstante es seguro que la conversión se produjo antes del 4 de mayo de
1534, porque en esa fecha Calvino viaja a Noyon para renunciar a sus prebendas como
consecuencia de su alejamiento del catolicismo.
La conversión puede haberse producido ya en 1533, si es que Calvino fue coautor del llamado
"Discurso de Cop“, pero este dato no está asegurado. El médico Nicolás Cop, rector de la
Universidad de París, en la que está matriculado Calvino, inaugura el 1 de noviembre de 1533 el
semestre universitario con un discurso en una iglesia parisina.
Su interpretación de las bienaventuranzas del sermón del monte es una alabanza del Evangelio,
con lo que Cop se profesa reformado. Los franciscanos, en cuya iglesia se dicta la conferencia,
acusan a Cop de herejía, y después de algunas semanas, Cop huye a Basilea, su ciudad natal. Los
investigadores de Calvino debaten muy controvertidamente si este discurso se debe por lo menos
en parte a la pluma de Calvino. Si así fuese, éste se habría convertido a la Reforma ya en otoño
de 1533.

En octubre de 1534, París se altera sobre el llamado "caso de los afiches“. Afiches con
afirmaciones contra la misa son colgados en lugares públicos y los "luteranos“(como son
llamados todos los que adhieren al pensamiento reformado) son acusados como autores de una
conspiración contra el orden público y la religión. Calvino ya había causado rumores en las
avanzadas de esta acción confesando públicamente su fe evangélica y haciendo proselitismo.

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Sea como sea: también Calvino tiene que huir de la gran urbe y buscar un lugar tranquilo donde
seguir con sus estudios. Quiere redactar un catecismo para los evangélicos francófonos. Así es
como pasa las primeras semanas del año 1535 en Basilea.

En resumen, hay que ser cuidadoso con la fecha precisa de la conversión de Calvino. Aunque
Calvino habla de un acontecimiento singular, puede haber sido un proceso largo.
Lo que vale es el resultado: hacia 1534, Calvino experimentó una "conversio“que lo acercó al
Evangelio, lo que tuvo grandes consecuencias.

4. De la primera a la segunda estadía en Ginebra (1536-1541)

En Basilea Calvino toma el seudónimo de "Lucianus“, un anagrama de la forma latina de su


nombre, Calvinus. Sigue trabajando en su catecismo para los reformados de habla francesa.
Termina la obra en agosto de 1535, y se imprime en marzo del año siguiente. Aparte de la
redacción este catecismo que titula "Institutio christianae religionis“(Institución de la Religión
Cristiana), sigue estudiando la Biblia, las obras de Martín Lutero, Felipe Melanchthon y Martín
Bucero. A más tardar ahora aprende hebreo y lee los escolásticos. Debe haber trabajado
muchísimo.

En abril de 1536, justo después de la publicación de su "Institutio“, Calvino viaja a París para ver
a sus hermanos. De ahí quiere seguir a Estrasburgo donde espera encontrarse con Bucero y otros
correligionarios. Sin embargo, no puede tomar el camino más directo porque una vez más el rey
Francisco I. de Francia y el emperador Carlos V. estaban en guerra. Así es que va por Lyon y
Ginebra – con consecuencias considerables. Porque justamente ahí en Ginebra se produce el
famoso encuentro entre Guillermo Farel y Juan Calvino. Este último lo describe así: El camino
más corto a Estrasburgo, adonde me quería retirar, estaba cerrado por la guerra. Por eso pensaba
estar aquí (en Ginebra) sólo de paso, sin quedarme más que una noche. Aquí, poco antes el
papado había sido abolido por este hombre recto que mencioné antes (Farel), y por el magister
Pierre Viret. Pero las cosas todavía no evolucionaban como correspondía, y entre los ciudadanos
existían feas disidencias y partidismos.
En ese momento me descubrió un hombre [du Tillet] y me presentó a los otros. En consecuencia,
Farel, quien estaba iluminado por un maravilloso celo de fomentar el Evangelio, hizo
muchísimos esfuerzos por retenerme. Y cuando supo que yo quería mantenerme libre para mis
estudios privados, y cuando vio que con ruegos no lograba nada, empezó a maldecirme: que Dios
condene mis estudios y mi tranquilidad si yo me retiraba en una emergencia tan grande y no
apoyaba la Reforma.
Estas palabras me perturbaron y asustaron profundamente, tanto que renuncié a mi viaje
planificado. Pero consciente de mis temores y mi timidez, no quería por ningún motivo ser
obligado a asumir un cargo determinado. “(Juan Calvino, Prólogo al Comentario de los Salmos,
citado según la biografía arriba mencionada).

La Reforma había sido introducida en Ginebra en 1535. Farel ya había logrado muchos cambios.
Pero como la Reforma había sido impuesta por el Consejo de la ciudad también para lograr una
mayor independencia de los obispos, faltaba arraigar sus contenidos. El partido católicorromano
seguía con mucha influencia, y Farel solo estaba sobrepasado. Así es como Calvino se queda en

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Ginebra, ni como pastor o predicador, sino como "lector de la Santa Escritura en la iglesia de
Ginebra“. Muy luego, sin embargo, es invitado a predicar y a apoyar la formación de la iglesia.

En 1537, Calvino envía una propuesta para la reorganización de la iglesia al Consejo de la


ciudad. Aquí se puede observar una característica básica de la Teología de Calvino: su prioridad
es siempre la forma que tiene la iglesia, y por lo tanto, cómo vive.
No adhiere al concepto de los bautistas que consideran la iglesia como una comunidad exclusiva
de los elegidos. La iglesia es más bien, según Calvino, la comunidad de los fieles que se
comprometen con ella libremente.
Calvino y Farel redactan una confesión en francés (Confession de Foi) que debe ser firmada por
todos los habitantes de Ginebra, "para determinar quién quiere profesar el Evangelio y quién
prefiere pertenecer al reinado del Papa en vez del reinado de Cristo“.

Calvino introduce más cambios: A partir de ahora, en los cultos se cantan salmos, hasta el día de
hoy día una característica de las comunidades reformadas en todo el mundo.
Se introduce la catequesis, y se redacta un catecismo, mucho más corto que la "Institutio” y muy
parecido al Catecismo Menor de Lutero. Pero las propuestas reformatorias de Calvino son
difíciles de aceptar para el Consejo, y las aprueba sólo después de muchas vacilaciones. El
conflicto estalla cuando se solicita a los ciudadanos de Ginebra firmar la confesión preparada.
Muchos no lo quieren hacer, y las tensiones entre católicos y evangélicos aumentan a raíz de este
experimento fracasado. Fue un error de Calvino insistir tanto en las firmas.
Crece la resistencia hacia él. En 1538, los partidos de oposición de tendencia más bien católica
ganan terreno. Aparte de la inquietud generalizada en la población, los anabaptistas causan otros
problemas más. Surgen acusaciones graves contra Calvino y Farel, p.ej. que Calvino sería un
adherente a la antigua secta de los arrianos, que niega la naturaleza divina de Cristo.

Esta afirmación no puede tocar a Calvino que es un teólogo lejano al arrianismo. Ni siquiera
responde a los reproches, por lo cual el asunto es llevado a Berna (con la cual Ginebra ha
firmado un contrato de ayuda mutua) donde la actitud de Calvino es vista como sospechosa. No
hay consecuencias, pero la posición de Calvino en Ginebra se debilita por las imputaciones.
En las elecciones de 1538 gana la oposición, y el nuevo Consejo prohíbe que Calvino y Farel
prediquen el domingo de Resurrección.

Calvino y Farel predican igual, y son destituidos de sus cargos. Dentro de tres días tienen que
abandonar la ciudad. El tiempo en Ginebra parece un episodio corto; fueron apenas dos años que
Calvino pasó en la urbe.
Calvino desea retornar a Basilea y seguir con sus estudios, mientras Farel es llamado a Neuchâtel
en julio del mismo año. Los amigos critican a Calvino por ser muy obstinado. El mismo admite
haber actuado demasiado voluntarista. Decide, por ende, no aparecer más en público sino optar
por la vida retirada de un científico. Durante un buen tiempo, rehúsa acceder a la solicitud de la
ciudad de Estrasburgo de ocuparse allá de los refugiados franceses.
Por fin decide ir, especialmente debido a la insistencia de Martín Bucero y Wolfgang Capito.

En 1538, Estrasburgo es uno de los centros más importantes del protestantismo alemán. Bucero y
Capito se mantuvieron teológicamente independientes aunque se habían adherido, en 1536, a la

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Reforma de Wittenberg. Bucero es considerado como el líder más imprescindible de las
negociaciones del partido evangélico.
Entonces Calvino se convierte en pastor de la comunidad de refugiados franceses y la forma
según el modelo de Estrasburgo. Adopta el orden de culto de Estrasburgo, introduciéndole sólo
algunos pequeños cambios. Aparte de este trabajo tiene una cátedra para exégesis en la recién
fundada universidad, donde interpreta el Evangelio según Juan y algunas de las epístolas de
Pablo. Estos comentarios también aparecen impresos. Sobre todo trabaja en una nueva edición
de su "Institutio“que se publica en 1539. Esta al inicio había sido un catecismo detallado, muy
orientado por la teología luterana; ahora es una gran obra de dogmática independiente.

El tiempo de Calvino en Estrasburgo es bien empleado: Cada semana dicta sus conferencias,
predica cuatro sermones, elabora sus libros; viaja varias veces para participar en los Diálogos
sobre la Religión (p.ej. 1539 en Frankfurt/Meno). Allí es donde Calvino conoce a Melanchthon,
y nace una profunda amistad. El compañero más cercano de Lutero se convierte en amigo de
Calvino. Durante toda su vida, Calvino muestra gran respeto frente a Lutero (y éste también
encuentra palabras gentiles para Calvino), pero en los últimos años de vida de Lutero, Calvino
tiene cada vez más dificultades con la testarudez de éste.

En la opinión de Calvino, las comunidades luteranas en Alemania no ponen el acento necesario


en la vida al interior de la iglesia, y siguen todavía muy apegados a las liturgias y rituales del
culto católicorromano. Igualmente problemática le parece su dependencia de los príncipes
territoriales.
La situación en Estrasburgo, sin embargo, se presenta más promisoria para Calvino, así que
durante un tiempo parece que ha encontrado su lugar definitivo. En 1539 solicita y obtiene los
derechos ciudadanos de la pequeña república. También mejora su situación económica, después
de que inicialmente había tenido que vender parte de sus libros para sobrevivir.
En su entorno, se busca incluso casar al reformador; él mismo no parece haberse acercado
demasiado a la idea. Dos intentos de cupido fracasan, pero finalmente Calvino se deja convencer
de casarse con Idelette de Bure, viuda de un anabaptista a quien él mismo había convertido. En
1540 llega Farel de Neuchâtel para celebrar la boda.

Mientras, en Ginebra las cosas no han evolucionado bien. Después de la partida de Calvino y
Farel, la vida eclesiástica se ha desordenado. Algunos amigos de Calvino intentan desconocer a
sus sucesores. Calvino interviene, exigiendo el reconocimiento de los nuevos pastores. Las cosas
se calman, pero la situación sigue incierta. Berna intenta controlar a Ginebra. Los sucesores
también son expulsados de la ciudad. Se teme un conflicto armado. Los reformados logran
convencer a una parte de los adversarios que el orden sólo puede ser repuesto si Calvino retorna
lo antes posible.

El 20 de octubre de 1540, una delegación viaja a Estrasburgo para pedirle a Juan Calvino que
vuelva a Ginebra. Calvino duda, pero finalmente rehúsa. Farel apoya a los mensajeros de
Ginebra para convencer a Calvino de que tiene que volver, Bucero, en cambio, quiere que
permanezca en Estrasburgo. El esfuerzo por reclutar a Calvino toma más de medio año, hasta
que éste accede a volver por unas semanas a Ginebra. Finalmente, el 13 de septiembre de 1541,
Calvino llega a Ginebra: en contra de sus planes, no se quedará tan sólo algunas semanas, sino
que el resto de su vida.

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5. Estructura de la Iglesia de Ginebra
Cuando Calvino vuelve a Ginebra, su primera prédica continúa el tema de la última: actúa como
si no hubiese habido ningún quiebre, retomando el hilo que se había cortado en 1538. Sin
embargo, ahora tiene mucho más poder, ya que lo buscaron explícitamente para ordenar la
ciudad y la iglesia pero Calvino no logra todo lo que quiere, por ejemplo, no se celebra la Santa
Cena todas las semanas. Más bien rige la costumbre de Berna donde se comulga cada tres meses.
También surgen conflictos en otras áreas. Calvino quiere ampliar la disciplina eclesiástica y
practicarla. Según él, el consistorio debe tener la posibilidad de citar, interrogar y en caso dado
sancionar - hasta excomulgar - a aquellos miembros de la comunidad a los que considera haber
cometido infracciones contra la doctrina o la moral.
El Consejo de la ciudad rechaza esta idea porque teme la implementación de tribunales paralelos
a la jurisdicción oficial del gobierno. Después de algunas vueltas, Calvino logra imponerse;
primero con concesiones, pero en 1555 consigue lo que quiere.

Hoy día tenemos problemas con esto de la "disciplina eclesiástica“, porque parece limitar los
derechos del individuo. Pero no es ésta la intención de Calvino. Él piensa que una comunidad
cristiana tiene que velar por la conducta de sus miembros, y que frente a situaciones serias cabe
preguntarse si los infractores realmente pueden seguir perteneciendo a la comunidad.
En este punto, Calvino encuentra apoyo y orientación por Mateo 18, donde se habla de cómo
tratar las faltas de los miembros de la comunidad.

La pregunta de la disciplina eclesiástica es el punto más conflictivo en relación con el Consejo de


Ginebra. Sin embargo, más importante dentro del Orden Eclesiástica es la dirección de la
comunidad misma. Aquí, el orden cuádruple de Calvino ha marcado el camino de la iglesia
reformada, vale decir, un régimen que se divide en cuatro cargos: pastores, profesores,
presbíteros y diáconos.

a. Los pastores tienen que predicar y enseñar, administrar los sacramentos (Bautismo y Santa
Cena) y visitar a los enfermos. Una vez a la semana se reúne el convento de pastores de la ciudad
y sus alrededores, interpreta la Biblia en comunidad y se evalúa mutuamente.

b. Los profesores tienen la tarea de "enseñarles a los fieles la doctrina de la salvación“. En el


sentido estricto, esto significa interpretar el Antiguo y Nuevo Testamento. Ya que "para que esta
enseñanza dé frutos", se requieren conocimientos de idiomas y una formación general, la tarea de
los profesores también incluye estas materias.

c. Cada año, los distintos consejos de la ciudad eligen a doce presbíteros. En conjunto con seis
pastores (elegidos por sus pares) forman el consistorio. El consistorio cuida la Ley Eclesiástica
dentro de la comunidad.
Los miembros del consistorio deben "advertir amablemente a los que ven fallar o vivir en
condiciones desordenadas“. Por lo tanto, el consistorio se preocupa por la conducta de la
comunidad, la participación en los cultos y la doctrina. Si constata desconsideración o abuso,
tiene que advertir los miembros primero amistosamente. Si esto no basta, puede excomunicarlos
o denunciarlos ante los tribunales laicos. Las dos cosas ocurren muy raramente. Lo que más
preocupa al consistorio es mediar en conflictos, muchas veces entre marido y mujer.

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Las reuniones semanales son los jueves. La Ley Eclesiástica define el espíritu del consistorio con
las siguientes palabras: "Todo esto debe ser siempre tan moderado que no haya lugar para una
rigidez aplastante, y las advertencias sólo tienen el fin de guiar a los pecadores hacia nuestro
Señor. “ El consistorio no debe intervenir en el área del poder laico ni en el trabajo de los
tribunales de la jurisdicción oficial.

d. Los diáconos tienen dos tareas: el apoyo a los pobres y la preocupación por los enfermos. La
primera consiste en conseguir limosnas y distribuirlas entre los necesitados; aquí también entra la
alimentación de los pobres.
La segunda tarea concierne a la organización de los hospitales y de los albergues para forasteros.
Los pobres son atendidos en forma gratuita, y para los niños hay un profesor que trabaja dentro
del hospital. (Todas las citas son tomadas de la Ley Eclesiástica).

Sobre los cargos eclesiásticos


"Nuestro Señor creó cuatro áreas de tareas o tipos de cargos para la orientación de su iglesia: por
un lado los pastores, por otro los doctores, después los presbíteros y cuarto los diáconos. Si
queremos una iglesia ordenada y sana, tenemos cumplir con esta forma de su régimen. “
La tarea de los pastores es "anunciar la palabra de Dios tanto en público como frente al
individuo: enseñar, corregir, reprender y amonestar. Pero también tienen que administrar los
sacramentos y ejecutar en conjunto con los presbíteros o los encargados del Consejo las
correcciones fraternales. “La tarea especial de los doctores consiste en enseñarles a los fieles la
doctrina de la salvación, para que la pureza del Evangelio no sea enturbiada ni por ignorancia ni
por ideologías falsas. “
La tarea de los presbíteros "consiste en cuidar la conducta de cada uno y amonestar
amistosamente a los que fallan o viven en condiciones desordenadas. “ Los diáconos son "los
encargados de recibir las donaciones para los pobres, de distribuirlas y de administrarlas (....), de
preocuparse de los enfermos y cuidarlos, como también alimentar a los pobres. “ (De la Ley
Eclesiástica de 1561)
Por lo tanto, queda claro que hay ciertas tareas por cumplir en cada comunidad local. Algunas
pertenecen más bien al ámbito de la enseñanza y formación, otras tocan dimensiones diacónicas.

Los cargos en una comunidad tienen que ser entendidas desde las tareas específicas, o sea, son
funcionales. Esta comprensión funcional distingue a Calvino de toda comprensión sacramental
de un oficio.
Esto es muy visible en el hecho de que alguien sólo tiene un cargo mientras cumple las tareas
correspondientes. El cargo no es parte de la persona sino de la comunidad: una diferencia
marcada con el luteranismo.
Los luteranos conocen la concentración en el ministerio ordenado de la anunciación y
administración de los sacramentos ligado a la persona del pastor y no a la comunidad. Farel,
Beza, Viret y Calvin.

Aparte de sus actividades en Ginebra, Calvino hace esfuerzos por reunir las diferentes corrientes
evangélicas. En 1549 logra un consenso con los zuriqueses en lo concerniente a la Santa Cena
("Consensus Tigurinus“, Consenso de Zurich): En el fondo es aquí donde nace la "comprensión
reformada” de la eucaristía.

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Sobre la comprensión de la Santa Cena
"Dios nos regaló una prenda para asegurarnos de su constante benevolencia. Por tal motivo les
dio a sus hijos el segundo sacramento a través de la mano de su hijo unigénito: la Santa Cena en
la que Cristo da testimonio de que es el pan que da vida, el pan por el cual nuestras almas son
alimentadas hasta la verdadera y dichosa inmortalidad. (Juan 6, 51).

Primero: Los símbolos de este sacramento son el pan y el vino: Ellos son el alimento invisible
que recibimos del cuerpo y de la sangre de Jesucristo.

Segundo: el único alimento de nuestra alma es Cristo, y por eso el Padre celestial nos invita para
que seamos parte de él, para que seamos refrescados y podamos reunir fuerzas hasta que
lleguemos a la inmortalidad celestial. El misterio de la unión secreta de Cristo con los fieles, sin
embargo, es incomprensible por naturaleza; por eso es que Dios nos revela una imagen o
representación del misterio en señas visibles, adaptadas maravillosamente a nuestro bajo nivel.

En cierto modo nos da prendas e indicios que nos dan la misma certeza como si lo viéramos con
nuestros propios ojos.
Porque es una parábola conocida que incluso penetra la mente sencilla: Nuestras almas son
alimentadas por Cristo de la misma forma como el pan y el vino mantienen la vida del cuerpo.
Con eso queda claro cuál es el objetivo de la bendición secreta: Ella nos asegura que el cuerpo
del Señor fue sacrificado para nosotros, para que ahora lo gocemos como alimento celestial y
para que en este gozo vivenciemos la fuerza de este sacrificio único. Y que su sangre fue
derramada por nosotros, de manera que sea por siempre nuestra bebida.
Por eso llama al cáliz la "alianza de mi sangre“(Lucas 22,20; 1 Corintios 11,25). Porque cada vez
que nos da de beber su santa sangre es como si renovara la alianza que confirmó con ella, mejor
dicho: es como si la continuara para reforzar la fe.

Las almas piadosas pueden recibir numerosos frutos de confianza y amor de este sacramento,
porque tienen el testimonio de que somos un solo cuerpo con Cristo, y de que todo lo que es
suyo, podemos llamarlo nuestro también. “(Párrafo citado de Institutio IV, 17, 1 y 2)

6. Algunos acentos teológicos


La teología de Calvino tiene muchos matices y es muy detallada; su Institutio (la versión final
data del año 1559) es la primera dogmática evangélica extensa. La renovación reformatoria llega
en ella a su auge enfrentándose a la tradición escolástica y dialogando permanentemente con los
escritos completos del Antiguo y Nuevo Testamento.
La Institutio demuestra que el pensamiento calvinista está marcado por dos polos
complementarios: Por un lado, se enfatiza la gloria, la majestuosidad y la omnipotencia de Dios
encarnado en Cristo.
Por el otro lado (no inferior al primero) se trata de la salvación de los hombres. Aquí Calvino se
muestra como discípulo (independiente) de Lutero. Las dos cosas, la gloria de Dios y la
salvación del hombre, están bien unidas. Son justamente la salvación del hombre y la
encarnación donde se manifiesta la gloria de Dios.

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Conocimiento de Dios y conocimiento de si mismo
"Toda nuestra sabiduría – si es que merece este nombre, si es verdadera y confiable – comprende
en el fondo dos cosas: el conocimiento de Dios y el de nosotros mismos. Estos dos, sin embargo,
están vinculados de múltiples maneras, y por eso no es tan fácil constatar cuál es superior y
origen del otro.

Primero, ningún hombre puede contemplarse a sí mismo sin contemplar a Dios con todos sus
sentidos, al Dios en "el que vivimos, y nos movemos, y somos“(Hechos 17,28). Porque todos los
dones que constituyen nuestros bienes, aparentemente no los tenemos de nosotros mismos.
Incluso nuestra existencia como humanos consiste en tener nuestra esencia en el Dios único.
Y, segundo, estos dones llegan a nosotros como caen las gotas de lluvia del cielo, y nos guían
como el riachuelo a la fuente.
Pero justamente en nuestra pobreza se reconoce más claramente la riqueza inimaginable de todos
los dones que viven en Dios. Especialmente la decadencia miserable en que caímos porque el
primer hombre perdió la fe, nos obliga a levantar los ojos: hambrientos y sedientos debemos
implorar que Dios nos dé lo que nos falta, pero al mismo tiempo debemos aprender llenos de
espanto y terror, a ser humildes (...). Sentimos nuestra ignorancia, vanidad, pobreza, debilidad,
nuestra maldad y depravación, y así llegamos a comprender que sólo en Dios se hallan la
verdadera luz de la sabiduría, la verdadera fuerza y virtud, una riqueza inmensa de todos los
bienes y la verdadera justicia.

Es justamente nuestra miseria la que nos hace contemplar los dones de Dios, y sólo cuando
hemos empezado a ver nuestros defectos, tratamos seriamente de alcanzarlo a Él. Porque
(naturalmente) cada hombre prefiere confiar en sí mismo, y generalmente lo logra mientras no se
conoce a sí mismo, mientras está conforme con sus habilidades y no sabe ni quiere saber de su
miseria. Quien se conoce a sí mismo, no sólo tiene la motivación de buscar a Dios, sino que de
cierta manera es llevado de la mano a su encuentro.
Por otro lado, ningún hombre puede hallarse a sí mismo sin antes haber contemplado el rostro de
Dios, y de esta contemplación pasa a mirarse a sí mismo. Porque una soberbia enorme nos es
innata, siempre encontramos que somos muy impecables, sabios y santos, a no ser que nos
enfrentemos con pruebas palpables de nuestra injusticia, maculación, estupidez e impureza, y nos
convenzamos de esta manera. Pero esto no sucederá mientras sólo nos miremos a nosotros
mismos y no al Señor, porque Él es el único parámetro que nos permite autojuzgarnos. Por
naturaleza tendemos todos a la hipocresía, y por eso cualquier apariencia hueca de justicia nos
satisface tanto como en el fondo sólo podría hacerlo la verdadera justicia. “
(Párrafo citado de Institutio I, 1, 1 y 2)

La doctrina calvinista de la doble predestinación – hoy en día por cierto muy problemática para
nosotros – se explica desde su interés por la salvación y la certeza de la salvación.
Decisiva para la salvación no es la confianza del hombre, porque entonces éste estaría todo el
tiempo preocupado por la calidad de su fe. Únicamente Dios elige y rechaza. La doctrina de la
predestinación mantiene la exclusividad de Dios en los asuntos de la salvación y fe.
El Antiguo y Nuevo Testamento nos hablan del mismo Dios.

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Por eso tampoco se puede establecer una diferencia esencial entre las dos partes de la Biblia.
Más bien es así que las profecías del Antiguo Testamento ya son realidad en el Nuevo
Testamento. En el Antiguo Testamento se vislumbra el Evangelio; el Nuevo Testamento presenta
la luz misma. Las similitudes son numerosas, sin negar las diferencias. Porque es la misma
Alianza de Dios con los hombres que se manifiesta en toda la Biblia. Por esta razón, la Ley no
está hecha principalmente para que el hombre reconozca sus pecados (como en Lutero), sino que
su objetivo fundamental es orientar su vida según los mandamientos de Dios. Esto vale tanto
para el Antiguo como para el Nuevo Testamento. Es cierto que con los mandamientos
reconocemos nuestra propia pecaminosidad, pero esto no suspende su verdadero sentido:
mostrarnos la buena voluntad de Dios.

La comprensión de la Ley
"La tercera aplicación de la Ley es la más importante porque se refiere a su objetivo de fondo: Se
realiza en los fieles, en cuyos corazones el Espíritu de Dios se ha desplegado y los domina.
Ellos tienen la Ley inscrita, incluso esculpida en su corazón por el dedo de Dios, lo que significa
que orientados por el Espíritu tienen tal disposición interior que gustosamente quieren obedecer a
Dios. Sin embargo, pueden sacar un doble provecho de la Ley.

Primero: Es el mejor instrumento que les enseña día a día más cuál es la voluntad de Dios que
buscan cumplir, y que los afirma en tal conocimiento. Por más que un sirviente anhele de todo
corazón cumplir las expectativas de su amo, siempre tendrá la necesidad de explorar y observar
la particularidad de su patrón, a la que busca ajustarse. Lo mismo vale para los fieles. Nadie se
puede liberar de esta necesidad, porque nadie ha profundizado tanto la sabiduría que no pudiera
progresar hacia un conocimiento más puro de la voluntad de Dios, a través de la diaria educación
en la Ley.

Segundo: No necesitamos solamente la enseñanza, sino también la amonestación. Este es otro


provecho que el sirviente saca de la Ley: Su observación constante refuerza su obediencia y lo
salva del resbaloso camino del pecado y de la desobediencia. Los santos necesitan sin duda de tal
estímulo, porque aunque su espíritu se afana por buscar la justicia de Dios, la debilidad de la
carne pesa sobre ellos, y no van por su camino con la necesaria y alegre disposición“
(Párrafo citado de Institutio II, 7,12)

En el centro de la comprensión de los sacramentos según Calvino está el concepto de la profecía.


No son los elementos en sí los que portan la salvación. En la Santa Cena, con ayuda de los
elementos se expresa la palabra profética, y la celebración sirve para dar certeza a los fieles y
afirmar su fe. La profecía se refiere al Espíritu Santo que "sella“ las profecías de Dios en el
corazón de los hombres. En el Catecismo de Ginebra, redactado en forma de preguntas y
respuestas, Calvino dice: "¿Estás convencido entonces de que la fuerza y la eficacia de los
sacramentos no son inherentes a los elementos sino nacen completamente del Espíritu de Dios?
Sí. Dios quiere revelar su fuerza a través de los medios de salvación destinados para este fin. Lo
hace de tal forma que no resta importancia a su Espíritu. “

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7. El proceso de Miguel Servet
La polémica sobre Miguel Servet es la más importante que sostiene Calvino en Ginebra. Algunas
publicaciones afirman que Calvino, apoyado por el Consejo de la ciudad, aprovechó de
deshacerse de un adversario incómodo, y que esto revelaría su crueldad y rigidez. Sería
demasiado simplista pensar así, y por lo mismo analizaremos el conflicto aquí con más detalle.

Miguel Servet nace en Aragón, en 1511. En 1531, en Basilea y Estrasburgo, se enfrenta a los
reformadores acerca de la pregunta si la palabra de Dios se hizo carne o no. También tiene
conflictos con las autoridades en cuanto a las persecuciones de los heréticos. Publica al mismo
tiempo dos escritos contra la doctrina tradicional de la trinidad, en las que sólo reconoce al Dios
creador como Dios. El Hijo y el Espíritu Santo serían expresiones de la acción divina, pero no
serían Dios (monarquianismo). Los dos escritos son muy conflictivos, y el Consejo de
Estrasburgo prohíbe su venta. Servet va a París y estudia medicina; ahí es que llama la atención
de Calvino. Después trabaja un tiempo como corrector en Lyon, luego es médico del arzobispo
de Vienne en la provincia francesa La Dauphine. Dicho sea de paso, probablemente fue Servet
quien descubrió la circulación de la sangre por lo que es famoso en la historia de la medicina.
Pero también se dedica a la teología y redacta una obra mayor en la que exige a la cristiandad
volver a sus raíces: los Padres de la Iglesia, la Iglesia Romana y también los Reformadores
habrían falsificado el Evangelio.
Todas las criaturas serían emanaciones de lo divino, los pecados sólo se cometerían a partir de
los veinte años de edad, y con ciertos instrumentos (bautismo, eucaristía, buenas obras) serían
borrados. Nadie en Vienne quiere imprimir este trabajo. Así es que Servet pide ayuda a un
impresor evangélico en Lyon, pero éste exige el visto bueno de Calvino. Servet se lo pide a
Calvino, y éste rebate su argumentación, aconsejándole leer determinados párrafos de la
Institutio.
Servet sin embargo no acepta consejos. En su respuesta a Calvino incluye un ejemplar de la
Institutio con sus comentarios al margen, acompañado de una carta ofensiva. Pasan los años, y en
1553 Servet logra la impresión de su libro. Llega a manos de Calvino y algunos de sus amigos,
entre ellos Guillermo de Trie quien se había convertido a la Reforma y roto con la mayoría de su
familia que vivía en Lyon.
En una carta a sus parientes, Guillermo de Trie escribe que ellos no tenían ningún derecho de
acusarle de herejía tolerando en sus muros un herético del porte de Servet. Como consecuencia
de esta carta, se descubre que el autor del libro es el médico del arzobispo.
Hay una denuncia, Servet es arrestado y amenazado con un proceso, pero no hay pruebas
suficientes. Guillermo de Trie envía documentos a sus parientes, entre otros, algunas cartas del
intercambio epistolar entre Servet y Calvino que había recibido de éste último. Con esto, Calvino
indirectamente está incentivando el proceso. Servet huye y es quemado en ausencia, vale decir,
se queman sus obras. Quiere llegar hasta Nápoles, pero neciamente toma el camino por Ginebra.
Apenas llegado a la ciudad es arrestado a petición de Calvino el 13 de agosto de 1555.
El magistrado inmediatamente se opone a Servet – lo que Calvino no había esperado – e incluso
se apropia de la acusación. Se busca la opinión de los demás cantones helvéticos, pero antes de
que éstos puedan pronunciarse, el Consejo redacta su propia acusación a través de un adversario
de Calvino. Desde Vienne se exige la extradición de Servet. Pero los jueces de Ginebra quieren
dictar su propia sentencia y se niegan hacer la extradición.
Servet no se da cuenta de la gravedad de su situación, y espera que la oposición en el Consejo
intervenga por él. Calvino en cambio propicia la muerte de Servet, aunque no en la hoguera,

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como es el destino de los herejes, sino una muerte menos espectacular y dolorosa. En los
interrogatorios, Servet provoca el odio de sus enemigos, acusando a Calvino de herejía y
exigiendo que se le entreguen todos los bienes de éste como compensación de sus sufrimientos.

Los dictámenes de Basilea, Berna, Schaffhausen y Zurich anuncian unánimemente que hay que
deshacerse de Servet. El 26 de octubre de 1555 es condenado a morir en la hoguera. El juicio es
ejecutado al día siguiente, a pesar de que Calvino y algunos otros pastores habían pedido una
ejecución menos cruel.
Calvino es uno de los responsables indirectos de la muerte de Servet, y negar este hecho
significaría sancionar la injusticia. Calvino deseaba la muerte de Servet, y poniendo sus cartas a
disposición del tribunal participó en el proceso. No trató de detener al Consejo, pero en realidad
tampoco tenía muchas posibilidades de hacerlo. Claramente, tiene parte de la culpa en la muerte
de Servet. Pero no más.

No se puede decir que se trató de un proceso de Calvino contra Servet. Ninguna ciudad habría
actuado de otra forma. Antes y después de Servet, fueron miles los heréticos ejecutados en esa
época, tanto por regímenes católicos como evangélicos. Incluso Melanchthon felicita a Calvino
por su rol en el proceso. "Como todos los reformadores, Calvino estaba convencido de que era la
obligación de las autoridades cristianas matar a los réprobos que asesinan el alma, tal como los
asesinos comunes matan el cuerpo. “ (Citado de una biografía alemana de Calvino).
Hoy día es fácil condenar a Calvino. Pero no podemos aplicar nuestras medidas modernas a él.
Su actuar sólo refleja el espíritu del siglo XVI.

8. Los últimos años de Calvino


La esposa de Calvino muere en 1549. El matrimonio tuvo un hijo; sin embargo éste murió poco
después de haber nacido.

En 1559, Calvino funda en Ginebra una academia con tres cátedras: griego, hebreo y filosofía.
Esta academia se transforma en la escuela de formación de muchos teólogos que se convierten a
la Reforma y se vuelven grandes reformadores en sus países. No se puede sobreestimar el
impacto de esta institución. Por ejemplo, Juan Knox de Escocia es uno de los estudiantes en
Ginebra, y con él muchos más de otros países. La academia es el punto cúlmine de la obra de
Calvino: aquí la interpretación bíblica - la motivación calvinista central - gana un espacio
organizado.
En el mismo año se publica la última versión de la Institutio. A estas alturas es un manual
importante con cuatro volúmenes y 24 capítulos, y pertenece ya a las grandes obras dogmáticas
de la teología evangélica.
Debido al exceso de trabajo durante toda su vida, Calvino, quien había superado muchas
enfermedades, se debilita. El 2 de febrero de 1564 dicta su última conferencia en la academia; el
6 de febrero es la fecha de su último sermón. El 27 de mayo de 1564, Calvino muere en Ginebra.

El día después es sepultado sin ningún tipo de pretensiones, y su tumba no tiene lápida, como él
mismo había pedido. Así es que hoy nadie sabe dónde exactamente yacen los restos del
reformador.
En su discurso de despedida del 28 de febrero de 1564, Calvino dice lo siguiente: „Yo tuve en mi
vida muchas debilidades que ustedes tuvieron que soportar, e incluso todo lo que he hecho, en el

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fondo no vale nada. Ahora, los hombres malos seguramente sacarán provecho de estas palabras.
Pero repito: Todo mis hechos no valen nada, y yo soy una criatura miserable. Sin embargo,
puedo decir de mí con todo derecho que mis defectos siempre me desagradaron, que he deseado
hacer el bien y que el temor de Dios se ha arraigado en mi corazón. Ustedes pueden afirmar que
mi afán fue bueno, y por eso les pido que me perdonen lo malo. Y si hubo algo de bueno,
¡entonces tómenlo como medida y sigan haciendo lo mismo!“ (Citado según una edición de
estudios calvinistas alemana del año 1997)

Calvino era originario de Francia, y toda su vida se orientó por este país. Quería fortalecer las
comunidades evangélicas en Francia que eran perseguidas. Servirles a ellas fue uno de los
grandes objetivos en su vida. Logró unir las iglesias reformadas por una doctrina y una ley
eclesiástica común.
Pero su muerte llegó demasiado temprano para orientar a las comunidades franceses y apoyarlas
activamente en las guerras por la religión posteriores.
Su correspondencia con toda Europa es impresionante. Se conservan alrededor de 2.000 cartas.
Entre ellas hay mensajes tanto a las autoridades políticas como a otros reformadores dentro y
fuera de la Confederación Helvética. Muchas de ellas tratan de la situación de los evangélicos en
Francia, pero también más allá. Además encontramos muchos testimonios que muestran a
Calvino como pastor de almas que sabe dar consejos útiles y profundos también a los miembros
más sencillos de la comunidad, en sus dudas respecto a la fe y la vida.

9. Teodoro Beza, el sucesor de Calvino


Después de la muerte de Calvino, Teodoro Beza es elegido su sucesor como moderador de los
pastores de Ginebra. Beza nació en 1519 en la Borgoña. En su infancia se convierte a la fe
evangélica, sin embargo, en sus inicios no lo hace de pleno corazón. Sólo después de una grave
enfermedad se inclina cien por ciento a la Reforma.
De profesión jurista, se desempeña durante diez años como profesor de griego en la academia de
Lausana en Suiza. En 1558 va a Ginebra. Un año después es director de la academia de esa
ciudad.
Ya en sus primeros años en Ginebra, Beza es consultor teológico de la iglesia francesa y dialoga
con las autoridades políticas de los hugonotes en el contexto de las guerras por la religión.
Después de 1564, Beza sigue en estrecho contacto con las comunidades francesas. Una vez,
incluso, es elegido presidente del sínodo de la ciudad atlántica de La Rochelle. Al final es testigo
como muchos de sus correligionarios son expulsados de Francia.

Beza fue considerado en muchas ocasiones como discípulo de Calvino. Aunque esto es correcto,
sus méritos van más allá. A diferencia de Calvino, sus raíces están en la filosofía aristotélica. Por
eso trata de sistematizar piezas particulares de la obra teológica (especialmente la doctrina de la
predestinación y la comprensión de la eucaristía) a través de Aristóteles.
Otra de sus características es su trabajo con el Nuevo Testamento y con la ciencia bíblica. Su
edición del Nuevo Testamento en la que descubrió, analizó e interpretó numerosos manuscritos
nuevos, ha sido reimpresa más de 150 veces hasta 1965.
Teodoro Beza muere a la edad de 86 años el 13 de octubre de 1605.

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10. La evolución de la iglesia reformada en Francia hasta 1598
En 1598, el rey Enrique IV de Francia proclama el Edicto de Nantes que asegura igualdad de
derechos a los cristianos reformados franceses, y les permite celebrar el culto en la mayoría de
las ciudades. Desde 1562, ocho guerras por la religión precedieron el Edicto de Nantes.

La doctrina reformada se difunde en Francia a partir de 1535. Surgen comunidades que agrupan
a los fieles. La existencia de la Iglesia Reformada de Ginebra bajo la tutela del francés Calvino
es el motivo por el cual los evangélicos de Francia se orientan cada vez más hacia Ginebra. En
1559, el sínodo nacional se reúne en París y aprueba un credo (Confession de Foi) y una ley
eclesiástica (Discipline Ecclésiastique). Con esto, se da forma a la iglesia reformada. Hasta 1562,
un tercio de la población francesa se ha convertido a la fe evangélica.

Las comunidades evangélicas, sin embargo, viven desde el principio en condiciones difíciles
porque están involucradas en conflictos políticos. La rivalidad entre los duques católicos de
Guise y los príncipes evangélicos de Condé domina la escena durante más de medio siglo; los
enfrentamientos bélicos entre los católicos y los Hugonotes, como son denominados los
evangélicos franceses (el origen de este nombre es muy incierto), no son sólo de naturaleza
religiosa.
Los reyes se ponen en estos conflictos generalmente del lado de los más fuertes. Hasta 1585,
éstos son los católicos, recién después la suerte cambia un poco. Aparte de algunos pequeños
intentos por lograr una convivencia pacífica entre las confesiones, destacan las crueldades y
numerosos masacres, especialmente la "Noche de Bartolomé“de 1572, en la que una gran
mayoría de la nobleza evangélica muere asesinada. Resumiendo se puede decir que la mayoría
católica es responsable de una cantidad de injusticias bastante más grande que los defensores de
la fe evangélica, aunque también hay que decir que éstos muchas veces tampoco evitaron la
violencia.

En 1589, Enrique de Navarra es coronado como el nuevo rey Enrique IV. Sus orígenes son
hugonotes, pero en 1593 se había convertido al catolicismo por razones políticas. Con su astucia
diplomática y militar reúne a los partidos adversarios detrás de sí y pone fin a las guerras por la
religión en Francia. El 13 de abril de 1598, proclama el Edicto de Nantes que forma el
fundamento jurídico de la existencia de la iglesia reformada francesa, y que es abolido recién 87
años después por Luis XIV mediante el Edicto de Fontainebleau (vs. detalles en Lección 5 del
Curso Básico).

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Lección 4
La Confesionalización Reformada en Alemania y Alemania del Sur

1. Introducción
2. Martín Bucero (Martin Bucero) y Estrasburgo
3. Juan a Lasco (Johannes a Lasco) y Frisia Oriental
4. El condado de Bentheim, Steinfurt y Tecklenburgo
5. Lingen
6. Lippe
7. Renania y Baja Renania
8. La Unión de los condados de Wetterau
(Wittgenstein/Nassau – Dillenburgo - Siegen/Wied)
9. Hesse - Kassel
10. El Palatinado Elector y Baden
11. Alemania del Este
12. Los hugonotes en Alemania

1. Introducción
Los grandes temas de las lecciones 2 y 3 de este curso básico han sido los inicios de la Reforma
calvinista en Suiza y Ginebra, con un pequeño excurso a Francia.
En esta lección se revisará la pregunta de cómo se ha establecida la Reforma de cuño reformado
en diversas regiones alemanas, y veremos que no fue un proceso homogéneo. Por un lado, están
las regiones que inicialmente se inclinaron a la Reforma luterana, y que fueron reformadas a lo
largo del siglo XVI (p.ej. los condados de Bentheim y Lippe o el Palatinado Elector).

Además, existen las regiones que desde el principio tuvieron una Reforma calvinista (p.ej.
Alemania del sur), y las que inicialmente estuvieron influenciadas tanto por Lutero como
Calvino (p.ej. el Palatinado). Y están, por último, las numerosas comunidades de refugiados
(sobre todo hugonotes y valdenses). Todos estos indicadores dificultan la denominación del
asunto con un término común.
Alrededor de 1985 se discutió mucho la propuesta de llamarlo “segunda Reforma” (después de la
primera, luterana). Esta propuesta no prosperó debido a que presupone una cronología de
confesionalización (primero luterana, después calvinista) que sólo se dio en algunas regiones.
Para Alemania, es mejor usar el concepto, menos categórico, de una “confesionalización
reformada” y hablar de la historia de las iglesias y comunidades reformadas en los siglos XVI y
XVII.
Debido al origen múltiple de las comunidades reformadas en Alemania, esta lección presenta
muchos pequeños párrafos aislados que reflejan la diversidad, pero también la complejidad de la
evolución histórica.

Sólo en 1648 se reconoció oficialmente la Reforma calvinista en Alemania en la famosa Paz de


Westfalia, firmada en Munster y Osnabruck, que puso fin a la Guerra de los Treinta Años. Antes
de eso, resalta un hecho del año 1555: se trata de dos disposiciones de la Paz Religiosa de
Augsburgo.

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Por un lado, se garantiza la paz pública para los adherentes de la Confesión de Augsburgo. Por
otro lado, se confirma el llamado “ius reformandi”. Con ello, los príncipes, condes y ciudades del
reino obtienen la facultad de imponer su confesión en su territorio (más tarde se usará la fórmula
“cuius regio eius religio” – quien gobierna determina la religión). El hecho de que los
reformados pertenecen al grupo de iglesias no luteranas que comparten la Confesión de
Augsburgo, concede la libertad a los príncipes de introducir la confesión reformada en sus
territorios. Esto se realiza entre 1563 (confesionalización del Palatinado Elector) y 1648 (Paz de
Westfalia). En este último tratado, no sólo se concede los mismos derechos a reformados,
luteranos y católicos. También se restringe el “ius reformandi”: si el soberano cambia de
confesión, no necesariamente deben hacerlo sus súbditos.

2. Martín Bucero y Estrasburgo


Martín Bucero y Estrasburgo pertenecen sólo en grado menor a la historia reformada: La
Reforma en el Sur de Alemania representa, en el fondo, un tipo aparte de la luterana y la
reformada.

Martín Bucero (el apellido originalmente se escribe “Butzer”) nace el 11 de noviembre de 1491
en Schlettstadt, un pueblito alsaciano. A los 15 años, ingresa al orden dominicana como novicio.
Estudia teología en Heidelberg, abandona el monasterio en 1521, y se desempeña primero como
sacerdote secular.
Su participación en la disputa luterana de Heidelberg (1518) lo marca profundamente.
Desde entonces su teología muestra la huella del mensaje de la justificación. Entre 1521 y 1523,
Bucero está cerca del caballero humanista Francisco de Sickingen. Trabaja como párroco en las
ciudades alemanas de Landstuhl y Weissenburg (hoy francesas), se casa con la ex monja Isabel
Silbereisen, y en 1524 es excomulgado por el obispo de Speyer debido a su matrimonio y
algunas prédicas con mensaje reformatorio.
Vuelve a su tierra natal, Estrasburgo, donde es elegido párroco en 1524. En Estrasburgo, la
Reforma ya ha había sido introducida (entre otros por Wolfgang Capito), y Bucero sigue por este
camino marcando paso. Desarrolla una teología propia que al mismo tiempo lo une con Lutero y
lo separa de él.
Los fundamentos de la doctrina de la justificación se encuentran también en Bucero: El hombre
no puede salvarse por sí mismo, es profundamente pecador. Sin embargo (aquí Bucero pone otro
énfasis que Lutero) esto no significa que el hombre creyente, quien reconozca que sólo puede ser
salvado por la gracia de Dios, pueda descansar ociosamente.
El Espíritu de Dios habilita al hombre para servir al prójimo, y esto conduce a diversas reformas
en la sociedad y la iglesia.

Poco después del inicio de sus actividades, ya a comienzos de los años 1530, Bucero es
considerado el reformador más importante de las ciudades del sur de Alemania. Se convierte en
asesor del príncipe Felipe de Hesse, uno de los soberanos que preparan el camino a la Reforma
en Alemania.
El profundo interés de Bucero está en la unificación de las diversas corrientes protestantes.
Trabaja intensamente para lograr un consenso entre los protestantes de Wittenberg y los de
Zurich (a los que se siente más cercano) en lo que se refiere a la comprensión de la Santa
Cena. Pero sus intentos fracasan. Lutero no acepta la postura intermedia de Bucero, y después de
la muerte de Zwinglio, los zuriguenses también rechazan sus esfuerzos de unificación

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protestante. Al final, Lutero logra un acuerdo (más bien formal) en cuanto a la Santa Cena
(Concordia de Wittenberg de 1536) entre Wittenberg y los territorios evangélicos alemanes, que
están en peligro de quedar aislados. La consecuencia es que los protestantes de Alemania del sur
se inclinan mayoritariamente al luteranismo.

Aparte de sus esfuerzos por lograr un consenso dentro del mundo evangélico, Bucero se
compromete en los llamados Diálogos sobre la Religión en Hagenau, Worms y Regensburgo
(1540/41). Estos diálogos apuntan a una reconciliación, o por lo menos a un arreglo, entre las
iglesias evangélica y católica. Sin embargo, fracasan.

Entretanto, las actividades reformatorias de Bucero en Estrasburgo avanzan; demasiado rápido


para el gusto de algunos estrasburgueses. En 1548, Bucero es obligado a abandonar la ciudad.
Emigra a Inglaterra, donde recibe el grado de doctor en teología en Cambridge e intenta impulsar
la Reforma en el Reino Unido. Sin embargo, nunca logra adaptarse bien en Inglaterra.

Muere en 1551. En 1557, sus osamentas son quemadas públicamente en el mercado de


Cambridge en el contexto de la recatolización transitoria bajo la reina María, pero es rehabilitado
solemnemente dos años más tarde por la reina Isabel I.
Tres años después, Conrado Hubert, quien fuera colaborador estrecho de Bucero por muchos
años, escribe: “(...) entre los fieles servidores de Cristo (...) Bucero no era el menor.” Los
incansables esfuerzos de Bucero por lograr la reconciliación entre los evangélicos y su incesante
actividad surten efecto mucho más allá de su época. Su importancia teológica ha sido
redescubierta en el siglo XX.

3. Juan a Lasco y Frisia Oriental


Alrededor de 1520, en Frisia Oriental surgen las primeras actividades reformatorias influenciadas
por la “devotio moderna”. Las mentes reformatorias son apoyadas en las ciudades más grandes
(Emden, Norden, Aurich y Leer) y por algunos miembros de la nobleza cabecilla (en Frisia
Oriental, en esa época los príncipes eran llamados cabecillas). Sobre todo Ulrico de Dornum, con
el llamado “Diálogo sobre la Religión de Oldersum”, motiva la desavenencia de enfoques
reformatorios con la teología católicorromana (los temas del diálogo son la mediación de Cristo,
la función de María y la doctrina de la justificación). Además, el diálogo logra perfilar mejor las
posiciones evangélicas en Frisia Oriental. Llama la atención que estas posiciones al comienzo
hacen pensar en Zwinglio, mientras que la doctrina de Lutero es considerada deficiente, sobre
todo en sus aspectos eclesiásticos.

En 1528 se redacta la “Confesión de los Predicantes”, en la cual se niega que los sacramentos
sean de la salvación. Los redactores de la confesión se distancian aquí de Lutero, a quien
reprochan ser inconsecuente.
De la Confesión de los Predicantes de la Frisia Oriental (1528)

El artículo 30 La Santa Cena del Señor no le regala a un cristiano la certeza de ser un cristiano y
poseer la fe. Más bien él, antes de participar en la Santa Cena, debe que tener esa seguridad, si no
sería un estafador o un cínico.

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El artículo 31 Quien no recibe espiritualmente la sangre y el cuerpo de Cristo, o sea: quien no
está satisfecho con Cristo y tiene en él todo lo que necesita para su beatitud, aquél bebe del cáliz
y come el pan del Señor, conmemoración de su sangre y su cuerpo, para su propia perdición.

El artículo 32 Si tú, pobre hombre, quieres encontrar con esto un poco de seguridad y consuelo,
entonces no tienes la fe que es la certeza misma. Y si no tienes fe, no bebes ni comes la sangre y
el cuerpo de Jesús, sino tomas los signos como un cínico para tu propia condenación. Los que
más pretenden venerar el sacramento son los que más lo desprecian.

>> Preguntas para seguir trabajando <<

Pregunta 1:
¿Qué conceptos se contraponen aquí?
Respuesta 1:
Aquí se habla por un lado de la fe, y por el otro de una Santa Cena que “funcionaría” sin fe. Esto
es teología reformatoria: Es la fe que da la certeza, y no una acción exterior.

Pregunta 2:
¿Qué es lo que únicamente la fe puede dar, más no la Santa Cena?
Respuesta 2:
Sólo la fe da la “certeza”. Este término central de la Reforma, enfatizado sobre todo por Lutero,
apunta a la pregunta sobre si el hombre puede estar seguro de su salvación. Dicho de otra
manera: si el hombre puede partir de la base que Dios le concede su gracia. Si la Santa Cena
misma fuera lo que da esta certeza, entonces sería una acción exterior, serían los elementos
mismos, serían pan y vino los que “garantizan” que Dios se inclina hacia el hombre. Por ende, el
hombre mismo podría causar la inclinación de Dios a través de su participación en la Santa Cena.
En ese caso, la Santa Cena sería una obra meritoria. Pero tan sólo la fe da certeza.

Pregunta 3:
¿Qué es la Santa Cena entonces?
Respuesta 3:
En esta confesión de Frisia Oriental, la Santa Cena es un “signo de conmemoración”. Sólo si se
aprecia como tal, se venera de la manera correcta. Quien la sobrestima y la sobreexige, la
desprecia.
Este concepto de la Santa Cena es, de todas maneras, precalvinista. Aunque alude a Zwinglio,
tampoco llega a la profundidad de éste en cuanto a la conmemoración. Y aunque tal comprensión
de la Santa Cena se opone vehementemente a Lutero, la influencia de éste en cuanto al término
central de la “certeza” es inequívoca.

Pregunta 4:
¿Contra quién podrían estar dirigidos estos artículos?
Respuesta 4:

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Están dirigidos de todas maneras contra la comprensión católicorromana de los sacramentos,
según la cual la participación en la Santa Cena, y no la fe, es decisiva para su validez y eficacia.
Pero quizás también se dirigen contra la comprensión luterana de la Santa Cena, porque excluyen
tajantemente cualquier eficacia de la comulgación como tal.
***
A raíz de estas diferencias, en el interior de Frisia Oriental surgen conflictos entre el soberano
Enno II, quien por consideraciones políticas prefiere las posiciones luteranas, y los círculos no-
luteranos, los cuales en ese momento aún no pueden ser llamados “reformados”.
En 1540, la condesa Ana asume el gobierno. Entonces ya es evidente que habían nacido dos
líneas reformatorias paralelas en Frisia Oriental: la luterana, y otra que más tarde se llamará
reformada.
En el mismo año 1540, un tal Juan a Lasco (1499-1560) había llegado a Emden. Pertenecía a la
alta nobleza polaca, era discípulo de Erasmo de Rotterdam y estaba marcado teológicamente por
Zurich y Estrasburgo.

En 1542, la condesa llama justamente a ese extranjero humanista y evangélico como


superintendente de los evangélicos en Frisia Oriental. Juan a Lasco funda el llamado “Coetus” en
Emden, una reunión semanal de todos los predicadores de la región, y además el
Consejo Eclesiástico de Emden.
Se preocupa del retiro parcial de las imágenes de los templos, además de otras reformas
eclesiásticas. Su preocupación central es la introducción de una doctrina común en Frisia
Oriental. Para este fin, redacta junto a un colega el Catecismo de Emden (1546). Pero ya surge
oposición contra el reformador: desde las congregaciones vecinas, que sienten que a Lasco es
demasiado radical, y desde las congregaciones luteranas que lo consideran demasiado reformado.
En 1549, Juan a Lasco es destituido a instancias del conde Juan.
Juan a Lasco va a Londres y se desempeña como pastor de los reformados exiliados de los Países
Bajos. Pero también es expulsado de allá, y en 1553 vuelve con su congregación sin poder
acceder de nuevo a su antiguo cargo. Junto al predicador Gelio Faber (Gellius Faber), quien
teológicamente tiende a ser más calvinista, elabora el Pequeño Catecismo de Emden, publicado
en 1554 y usado en Frisia Oriental hasta 1888.
En 1555, a Lasco es expulsado definitivamente del país porque desde la perspectiva de los
gobernantes no hace suficientes concesiones. Vuelve a Polonia con un intermedio en Frankfurt.
En su país natal trata de unificar los evangélicos que estaban enemistados con ellos mismos – sin
éxito. Juan a Lasco muere en 1560.

En 1571, se celebra el sínodo de la iglesia reformada de los Países Bajos en Emden. La elección
del lugar fuera del territorio holandés se debe a las sangrientas persecuciones a los reformados en
los Países Bajos. Sin embargo, en el sínodo no participan las congregaciones frisias.
Las dos confesiones evangélicas en Frisia Oriental se distancian en la segunda mitad del siglo
XVI.
Desde 1575, Menso Alting, un hombre muy influenciado por Calvino, es pastor en Emden. Con
su reglamento de los “Coetus” de 1576 organiza a las comunidades frisias en el sentido
reformado, apoyado por el conde Juan.
Los ciudadanos de Emden logran, contra la resistencia de Edzardo II, hermano luterano del
conde Juan, una posición privilegiada de Emden como ciudad libre en la llamada Revolución de
Emden (1595).

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En 1599 nace el Concordato de Emden que reglamenta explícitamente la existencia paralela de
las confesiones luterana y reformada en Frisia Oriental: En cada ciudad hay una sola iglesia,
luterana o reformada, y ciudadanos luteranos como reformados pertenecen a esta iglesia aunque
conserven su propia confesión (el llamado “privilegio de Frisia Oriental”). En las ciudades más
grandes como Emden, Aurich o Leer, este reglamento no se puede mantener por mucho tiempo,
pero hay poblados pequeños en los que existe hasta el día de hoy.

En la mayoría de las congregaciones reformadas se impone hasta el siglo XVII un calvinismo


más bien rígido. En algunos lugares es relevado por corrientes pietistas. La hasta hoy conocida
“timidez de la Santa Cena” (quiere decir, que sólo algunas personas comulgan por temor a no ser
suficientemente dignas) se remonta a esta influencia pietista. El idioma oficial de la iglesia sigue
siendo el holandés hasta el siglo XIX.

Una fuente muy apreciada para conocer la evolución de la confesión reformada en Emden y sus
alrededores son los singulares protocolos del Consejo Eclesiástico de Emden. Estos fueron
editados por Jan Weerda y son, por ende, accesibles en forma impresa.
La Gran Iglesia de Emden fue destruida en la Segunda Guerra Mundial. Después de su
restauración, hoy alberga a la biblioteca “Juan a Lasco” y es tanto un centro de investigación del
protestantismo reformado como lugar de múltiples actividades.

Las congregaciones reformadas en Frisia Oriental hoy día pertenecen a la “Iglesia Evangélico-
Reformada; Sínodo de las Iglesias Evangélico- Reformadas en Baviera y el Noroeste de
Alemania”. La sede oficial del consejo sinodal está en Leer, Frisia Oriental.

4. El condado de Bentheim, Steinfurt y Tecklenburgo


El condado de Tecklenburgo se vuelve luterano bajo el soberano Conrado de Tecklenburgo, en
1541. Después de su muerte en 1557, el condado es traspasado a la Casa Bentheim, soberana
entre otros del condado de Steinfurt, donde la Reforma luterana había sido introducida ya en
1544.
Después de fallecer el conde evangélico Arnoldo en el año 1553, su hijo Everwin III le sigue en
el trono. Everwin, más bien distanciado de los asuntos de la iglesia, muere en 1562 con tan sólo
26 años de edad. Su esposa, la condesa Ana de Tecklenburgo, asume el gobierno en
representación de su pequeño hijo Arnoldo. Ana es luterana. Once años después, en 1573, el
conde Arnoldo II se casa con la reformada Magdalena de Neuenahr, y asume como soberano en
Tecklenburgo, Bentheim y Steinfurt en el año 1577.
A más tardar a partir de 1576 (probablemente ya desde 1573), la joven familia del conde se
puede considerar reformada. Otras ciudades del condado de Bentheim también muestran
características evangélicas reformadas.
En el otoño de 1587, el conde Arnoldo II invita a predicadores reformados de su condado y de
algunas otras regiones a Tecklenburgo, para consultar un nuevo reglamento eclesiástico según el
modelo del reglamento eclesiástico reformado de Moers en Baja Renania. El reglamento es
decidido y promulgado oficialmente en Tecklenburgo y Bentheim en 1588; desde 1591 en
adelante, también es válido para Steinfurt. Su contenido se refiere, entre otros, a la eliminación
de las imágenes y altares de las iglesias, a la eliminación del bautismo de emergencia y el uso de
pan blanco en vez de hostias para la Santa Cena. Ésta se realizará de ahora en adelante en

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sencillas mesas. Efectivamente, de a poco fueron sacados los altares de las iglesias en los años
siguientes.
Desde 1588 el cambio de la corriente luterana a la reformada, lentamente se realiza en Bentheim
y Tecklenburgo. En algunos casos se espera un tiempo preparando a las comunidades para los
cambios; recién diez años después, el cambio de las confesiones ha concluido. También en 1588,
Arnoldo II se convierte en fundador de una escuela de latín en el poblado de Schuttorf.
En 1591, la traslada a Steinfurt y la amplifica a una universidad con facultades de derecho,
teología, filosofía y, desde 1607, también medicina. Aquí enseñan entre otros Conrado Vorstius,
Juan Althusius y Juan Enrique Heidegger.

Después de la muerte de Arnoldo II en 1606, su hijo Arnoldo Iob asume como conde de
Bentheim. El introduce en 1613 el Consejo Eclesiástico Superior como institución supervisora en
lo espiritual, directamente subordinada al conde. El Consejo es compuesto de un teólogo quien lo
preside, un jurista y dos funcionarios administrativos.
En el mismo año se redacta una breve confesión propia de la iglesia reformada de Bentheim, los
llamados “Doce Artículos” que resumen la doctrina reformada ortodoxa.
De la Confesión de Bentheim (1613)

VIII. La eficacia por el mérito de Cristo


Tú crees que aparte de Cristo no existe ni se puede tener salvación.
Tal como en el Antiguo Testamento los padres encontraron la justificación y salvación por su fe
en el Cristo venidero, así en el Nuevo Testamento somos ahora nosotros justificados y salvados
por nuestra fe en el Cristo entregado.

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Aparte de la afirmación clásica (reformatoria y reformada) de que sólo podemos ser salvados por
Cristo, llama la atención la relación que se indica en este artículo entre Antiguo y Nuevo
Testamento.

Pregunta 1:
¿El Antiguo Testamento aquí es desvalorizado o visto negativamente frente al Nuevo
Testamento?
Respuesta 1:
No, no se puede percibir ningún desprecio, ninguna estimación negativa del Antiguo
Testamento. Es visto como una paralela al Nuevo Testamento, y más que eso: es visto como la
base de partida, la condición para que nosotros comprendamos el Nuevo Testamento. Lo que
pasó en el Antiguo Testamento, también existe hoy. Llama la atención que no se trata de una
comprensión aislada del Antiguo Testamento: la Confesión de Bentheim lo comprende desde el
Cristo venido. Él es la bisagra que une a los cristianos con el Antiguo Testamento. Aquí se
reconoce la gran estima por el Antiguo Testamento, típica para la tradición reformada. Ésta
también se puede ver en la denominación “padres”.

Pregunta 2:
La salvación ¿sólo existe para los cristianos?

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Respuesta 2: Llama la atención que “los padres del Antiguo Testamento” sí fueron salvados – y
ellos eran por supuesto judíos. Los judíos fueron salvados porque creían en el Cristo venidero: se
podría incluso decir, porque esperaban al Mesías.
Pregunta 3:
¿Cuál es la relación de Jesucristo con el Antiguo Testamento?
Respuesta 3:
Jesucristo es quien lleva la dimensión de la salvación del Antiguo Testamento a los cristianos. La
Confesión de Bentheim lo interpreta muy naturalmente desde Cristo. Con esto, no quiere probar
que históricamente los testigos del Antiguo Testamento tenían un presentimiento de Cristo. Es
más bien así que todo el Antiguo Testamento debe ser interpretado por los cristianos desde la
venida de Jesucristo.
***
En el año 1668, el conde Ernesto Guillermo, hijo y sucesor de Arnoldo Iob, se convierte al
catolicismo romano, después de haber sido cada vez más marcado por la influencia del obispo de
Munster, Bernardo de Galen. La iglesia del condado experimenta una grave crisis debido a
grandes esfuerzos contrarreformatorio (entre otros, reemplazo del predicador de la corte,
expulsión de pastores, retención de dineros).
Recién durante las negociaciones de sucesión después de la muerte de Ernesto Guillermo en
1693, se produce la revisión. En 1701, el condado de Bentheim vuelve a ser reformado. Sin
embargo, el soberano Mauricio Guillermo - un sobrino de Ernesto Guillermo – permanece
católicorromano, de modo que es que la iglesia reformada tiene a un gobernante católico.

Ya en 1709 se dicta el nuevo “Reglamento Eclesiástico de Bentheim” (según el modelo del


reglamento eclesiástico del condado de Lingen de 1678), oficialmente válido hasta el año 1971.
Este reglamento contiene indicaciones detalladas para la enseñanza y la vida de las
congregaciones, de las que la visita domiciliaria y la liturgia catequista, por ejemplo, son
practicadas hasta la segunda mitad del siglo XX.

Las congregaciones reformadas del condado de Bentheim hoy se organizan en una asociación
sinodal dentro de la “Iglesia Evangélico- Reformada; Sínodo de las Iglesias Evangélico-
Reformadas en Baviera y el Noroeste de Alemania”.

En el siglo XIX se formaron como movimiento contrario a la teología racionalista (marcada por
teólogos holandeses) comunidades reformadas libres en el condado de Bentheim. Estas
comunidades se llaman “los aislados” o “los reformados antiguos” (en los Países Bajos, se da
una evolución paralela, más profunda y amplia).

En 1838 se funda una primera congregación en Uelsen; otras nacen. Esta evolución lleva a
fuertes tensiones, conflictos y problemas que recién son superados hacia fines del siglo XX,
cuando las iglesias se acercan. La “Iglesia Evangélica Reformada Antigua”, con un total de 14
congregaciones, tiene su núcleo fuerte con ocho congregaciones en el condado de Bentheim. En
Frisia Oriental existen cinco congregaciones reformadas antiguas, y en Wuppertal una.

5. Lingen
El condado de Lingen está desde el año 1496 bajo la soberanía del conde de Tecklenburgo.
Conrado de Tecklenburgo introduce en 1541 la Reforma luterana. Se instalan nuevos

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predicadores y se establece un reglamento eclesiástico propio. Pero esta fase encuentra su fin ya
cinco años después porque Conrado pierde la soberanía sobre Lingen.
La fecha decisiva para el inicio de la Reforma reformada en Lingen es el año 1578: aquí se
traspasa el condado a la casa reformada de la Orania. El príncipe Mauricio de Nassau-Orania
reforma las comunidades desde 1597 ordenando predicar el Evangelio. La mayoría de los
habitantes se convierten a la confesión reformada, aunque aparentemente no se ejerce ni una
fuerza sobre ellos.

En 1605, el general Spinola, quien sirve a los españoles, conquista a Lingen, y el condado es
recatolizado con éxito debido a que el joven movimiento de la confesión reformado aún no había
podido echar raíces. En 1524, el predicador reformado Melchior Balthasar es ejecutado en
Meppen.

En 1633, la soberanía de nuevo cambia: Orania vuelve a asumir el condado de Lingen. A partir
de 1634, en Lingen hay de nuevo cultos reformados. También en algunas otras congregaciones
se instalan predicadores reformados, pero la división persiste: La gran mayoría de la población es
y será católica, mientras una pequeña minoría es reformada.
Un intermedio corto en 1673/74, en el cual el obispo de Munster conquista y gobierna el
condado de Lingen, lleva a la iglesia católicorromana a un auge. Pero ya en 1674, los Oranios
vuelven a asumir la soberanía en el condado.
Debido a los numerosos cambios en los últimos años, la población está cansada y se niega a
cambiar de confesión otra vez: los predicadores reformados son rechazados, los prohibidos
cultos católicos son celebrados en iglesias de emergencia fuera del territorio.

En 1678 se concibe un reglamento eclesiástico propio según modelos holandeses (más tarde, éste
será el modelo del reglamento eclesiástico de Bentheim). En él se enfatizan los fundamentos
reformados del Catecismo de Heidelberg; los consejeros de la iglesia son encargados de orientar
a la congregación y se deja explícitamente indicado de que ninguna comunidad puede dominar
sobre otra.

En 1693 se funda la universidad de Lingen con las carreras de teología, derecho, medicina y
filosofía. Es cerrada en 1820, pero hasta hoy día se encuentran algunos edificios de esta escuela
superior.
A partir de 1702, el condado de Lingen es prusiano. Esto no tiene gran implicancia para las
congregaciones: hasta el siglo XIX quedan marcadas por el idioma y el conjunto de canciones
holandeses.
Recién en 1815 hay un nuevo cambio: el Bajo condado de Lingen es atribuido al reino de
Hanover, mientras el Alto condado permanece en la Prusia.
Las congregaciones reformadas en la actual región de la Ems pertenecen a la “Iglesia
Evangélico-Reformada; Sínodo de las Iglesias Evangélico-Reformadas en Bavaria y el Noroeste
de Alemania”.

6. Lippe
La evolución reformatoria en Lippe comienza temprano, ya a inicios de los años veinte del siglo
XVI. Sobre todo en la ciudad de Lemgo (también en Salzuflen y Blomberg) nace un movimiento
de ciudadanos que en 1533 se vuelve evangélico: se introduce el reglamento eclesiástico del

50
reformador Juan Bugenhagen de Braunschweig. Sin embargo, el movimiento protestante no
puede echar raíces en toda la ciudad, ya que el conde Simón V pertenece a la confesión
católicorromana. Después de su muerte en 1536, le sigue en el trono su hijo menor de edad
Bernardo VIII.
Entonces, dos fuerzas compiten por la influencia sobre Lippe: la ciudad católica de Paderborn y
el condado evangélico de Hesse. El tutor de Bernardo, el landgrave Felipe de Hesse, se impone,
y así es como en 1538 Lippe se convierte oficialmente a la Reforma.

En el mismo año, un nuevo reglamento eclesiástico es elaborado por los teólogos de Bremen,
Adrián Buxschoten y Juan (Johann) Tiemann. Este reglamento es visto positivamente por
Melanchthon. Al mismo tiempo, sin embargo, el revisor de Baja Sajonia, Antonius Corvinus,
constata que la Reforma en muchos pueblos todavía no se ha arraigado bien (1542).

En el “Intermedio de Augsburgo” (1548) hay un fracasado intento de recatolizar Lippe desde


Paderborn. Sólo a partir del Acuerdo de Paz Imperial de Augsburgo (1555) se puede decir que la
reforma luterana ha ganado terreno en Lippe.
En 1571 se redacta un nuevo reglamento eclesiástico que completa la primera versión de 1538,
basado en la Confesión de Augsburgo de 1530. Este reglamento contiene tanto indicaciones para
el culto como para la vida contemporánea.

Entretanto, Bernardo VIII ha muerto en 1563. Su hijo y sucesor Simón, nacido en el año 1554, se
inclina hacia las convicciones reformado melanchthonistas (quizás por los vínculos que mantiene
con su familia materna, pero sobre todo por sus estudios con Juan Sturm en Estrasburgo).
Durante un viaje de formación que le lleva, entre otros, a los Países Bajos, conoce a los teólogos
reformados que le causan gran impresión.

Cuando Simón VI asume el gobierno en 1579, empieza con un cambio paulatino hacia la
Reforma reformada. Para él, no se trata de hacer una Reforma brusca, sino de continuar los
esfuerzos reformatorios de los últimos 60 años en Lippe. No quiere imponer un calvinismo
rígido en su territorio, sino busca el consenso entre las distintas corrientes evangélicas.
En el año 1600, el superintendente general de Detmold, Dreckmeier, elabora por encargo de
Simón VI un reglamento consistorial que es orientado por el reglamento eclesiástico reformado
del Palatinado Elector.

Recién en 1605, el conde Simón VI y su familia pueden recibir la Santa Cena según el rito
reformado en la iglesia principal de Detmold. Hasta 1612, todos los pueblos del condado de
Lippe, salvo Lemgo, han sido reformados. A pesar de la actitud recelosa de muchos fieles, la
mayoría de los pastores apoyan a la confesionalización reformada. Sólo la negación de Lemgo de
convertirse a la Reforma reformada es exitosa: la ciudad mantiene su derecho de permanecer
luterana (el llamado “Receso de Röhrentrup” de 1617).

En 1613 muere Simón VI. Sus sucesores se siguen rápidamente y sin poner grandes acentos. El
infierno de la Guerra de los Treinta Años es predominante por sobre todas las cosas. Sólo en
1684 se publica el “Reglamento Eclesiástico Cristiano del condado de Lippe”, redactado por el
superintendente general Juan Jacobo Zeller, en el cual se describen las tareas y funciones de la
vida en las congregaciones reformadas.

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El carácter de este reglamento es muy edificante; hay una huella pietista bien clara en este texto
que hasta nuestros días es oficialmente válido en la iglesia de Lippe. La iglesia provincial de
Lippe hoy en día es una iglesia principalmente reformada con una clase luterana.

Del Reglamento Eclesiástico Cristiano del condado de Lippe (1684)


Del Prólogo
Así es que tal reglamento eclesiástico nuevo es publicado por un patente abierto / y es para
cualquiera de nuestros ciudadanos el mismo, no considerando su estatus ni su condición / y es
así, porque nosotros / el soberano que gobierna a tiempo y obispo / somos los encargados de
ordenar el culto en las iglesias de nuestro condado y reglamentarlo / de manera que sea lo más
fiel a la palabra de Dios.

Del artículo 24
La vida ejemplar de los predicadores y miembros de la congregación
Un predicador que enseña que todos tenemos que mirar a Dios con santidad, un predicador que
advierte a todos que se preocupen de su beatitud con temor y temblanza, este predicador tiene
que demostrar primero que él mismo no tiene ninguna preocupación más urgente que el honor de
Dios (...) que complete su santidad en el temor del Señor limpiándose de todas las manchas
carnales y espirituales (...). Ha de abstenerse de todo tipo de jarros, de las tabernas llenas de
cerveza, vino o aguardiente. No puede sentarse junto con los que sólo se burlan y toman, debe
mostrar siempre que es sobrio y moderado cuando lo invitan, no debe ir con los que bailan, ni
involucrarse en negocios mundanos, de cupido o de disposiciones testamentarias.

>> Preguntas para seguir trabajando <<

Pregunta 1:
El reglamento eclesiástico de Lippe es promulgado por el conde Simón Enrique el 9 de junio de
1684. Su forma es típica y representa la “Reforma de los Príncipes” en Alemania. ¿Cómo define
el Prólogo la función del conde en relación a la iglesia?

Respuesta 1:
El Prólogo habla del conde como “soberano y obispo”. El soberano tenía hasta 1648 el derecho
de determinar la confesión de sus súbditos (cuius regio eius religio). Al mismo tiempo, desde los
tiempos de la Reforma hasta 1918, el soberano es al mismo tiempo el obispo.
Como tal dirige la iglesia y tiene el derecho de dictar autoritariamente un reglamento
eclesiástico. Pero la práctica es otra, también en el caso del reglamento de Lippe: éste fue
elaborado por teólogos (sobre todo por Juan Jacobo Zeller) y consultado con los miembros de la
iglesia. Sin embargo, el conde es la autoridad máxima de la iglesia, y como tal facultado para
dictar un nuevo reglamento eclesiástico.

Pregunta 2:
¿Cuál es la función del predicador descrita en el Artículo 24?
Respuesta 2:
Se reconoce muy claramente que el predicador no es sólo testigo de la palabra del Evangelio
(esto era el acento principal de la Reforma). Ahora también tiene que dar testimonio con su

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conducta de vida: el predicador es modelo. Con su vida, debe honrar a Dios y ser un ejemplo
para los miembros de la iglesia. Con esto, la fe cristiana se torna más moralista.
Se reconoce, además, que el reglamento eclesiástico de Lippe va más allá de los reglamentos que
existían alrededor de 1650: Si aquellos se concentraban mayormente en la 21 doctrina y el orden
del culto, éste da también reglas para la vida. El reglamento eclesiástico ahora quiere formar
tanto la vida de los predicadores, sacristanes y organistas como la de los simples miembros de las
congregaciones.

7. Renania y Baja Renania


La confesionalización reformada en Renania se realiza de otra manera que en las regiones ya
descritas. Una razón es que los duques de Renania en esa época tenían sus territorios divididos
en muchas aristocracias pequeñas, gobernadas por condes de otras regiones alemanas.

Desde temprano existen influencias luteranas en Renania; a partir de 1519, por ejemplo, muchos
renanos estudian en Wittenberg. Diversas aristocracias se convierten a la Reforma. El destino de
Adolfo Clarenbach, un fiel a la doctrina luterana muerto en 1529 por la hoguera en Colonia,
demuestra que la Reforma no se pudo imponer en todas partes.

En 1543, el arzobispo Hernán von Wied fracasa con un intento de reforma en Colonia y
renuncia. La existencia paralela de congregaciones católicas y evangélicas predomina en
Renania. Las comunidades reformadas nacen de dos formas: unas surgen “desde la base”, otras
“desde arriba”.

La Reforma “desde la base” parte principalmente con las congregaciones de exiliados. A partir
de 1545, refugiados religiosos llegan desde Inglaterra, Francia y Holanda a Wesel, Aquisgrán,
Duisburgo y Colonia. Ellos forman iglesias confesantes, “reformadas según la palabra de Dios”,
activas y bien organizadas, las cuales atraen a mucha gente de la población local.
Surgen muchas “congregaciones secretas”. Pero a pesar de estos éxitos, existen resistencias y
represalias; sobre todo las congregaciones de la Baja Renania son involucradas en la lucha por la
libertad de los Países Bajos y sufren la persecución española (de esa época data la
autodenominación “Comunidades bajo la Cruz”).

En 1568, se reúnen delegados de las comunidades de refugiados de Wesel, Emden y Londres en


un convento de Wesel para buscar vías cómo mantener vigente el reglamento sinodal-
presbiterial, concebido y organizado por ellos.

El sínodo de Emden, que reúne “las iglesias holandeses que están bajo la cruz y esparcidas en
Alemania y Frisia Oriental” (así se autodenominan), decide promulgar un reglamento que ordena
tanto la independencia de las distintas congregaciones como su unión.
Este reglamento sinodal-presbiterial determina hasta hoy día la estructura de la iglesia evangélica
de Renania.

Aparte de la Reforma “desde la base” existe la – más bien típica – introducción oficial de la
confesión reformada en las distintas aristocracias. Algunas aristocracias actúan como
“protectores” (vs. Klueting, anexo bibliográfico) para la confesión reformada tanto en los
territorios de la Baja Renania como en la región contigua Bergisches Land, en Hohensolms-

53
Braunfels, Wittgenstein, Sayn-Altenkirchen y Zweibrucken (Palatinado). Tranquilamente se
puede hablar de una “ofensiva del calvinismo” (vs. Mülhaupt, anexo bibliográfico). El primer
sínodo reformado (1589 en Neviges) se celebra bajo la protección de los aristócratas de Bernsau.

En 1610 se celebra el primer sínodo general reformado de Renania en Duisburgo. Aquí se


promulga el reglamento sinodal-presbiterial para las congregaciones refomadas y sínodos
provinciales de las cuatro regiones Julich, Kleve, Berg y el condado de Mark.
En 1671 se formula un reglamento eclesiástico detallado. Estos sínodos demostraron durante
todo el siglo XVII y mayormente también en el siglo XVIII que eran capaces de dirigir el destino
de las comunidades de la iglesia reformada. En esa época asume el príncipe elector Juan
Sigismundo de Brandeburgo, un reformado, el gobierno como sucesor del último duque de
Kleve. Juan Sigismundo fortalece a los reformados con la refundación de la universidad
reformada de Duisburgo en 1655.
Entre luteranos y reformados – también dentro del círculo reformado – se producen
enfrentamientos vehementes acerca de preguntas dogmáticas (p.ej., sobre la libertad de la
voluntad, sobre la doctrina de la predestinación etc.). El pietismo del siglo XVII atrae tanto en su
forma moderada como en la más carismática a muchos reformados, seguramente debido al
énfasis que da a la doctrina ortodoxa.
Entre ellos cuenta, por ejemplo, un grupo de personas alrededor de Elías Eller (la llamada
“Ronsdorfer Rotte” o “tropa de Ronsdorf”), que intenta edificar el reino de Dios en un cerro
cerca de Elberfeld. Por otro lado, hay que mencionar a Gerardo Tersteegen (1697-1769), un
pietista que se inclina hacia el misticismo sin perderse en él, cuyo impacto es profundo y
duradero.
Hoy las comunidades reformadas pertenecen a la “Iglesia Evangélica de la Renania”. Una parte
de ellas se mantiene reformada, otra parte se asoció con las comunidades luteranas y forma las
llamadas “comunidades unidas”.

8. La Unión de los condados de Wetterau


(Wittgenstein / Nassau-Dillenburgo-Siegen / Wied)
Los condados unidos desde el principio del siglo XVI en la llamada “Unión de los condados de
Wetterau”, introdujeron la Reforma tempranamente en sus territorios. Guillermo I se preocupó
de ello en el condado de Wittgenstein desde 1534; Guillermo el Rico desde 1533 en el condado
de Nassau-Siegen-Dillenburgo. Después de 1566, las posiciones de los condes tienden
paulatinamente a la confesión reformada, debido a diversos contactos con el Palatinado Elector,
la Confederación Helvética y los Países Bajos. En primera fila se destaca el conde Juan VI de
Nassau-Katzenelnbogen. En 1576, el profesor Cristóbal Pezel, anteriormente docente en
Wittenberg, es nombrado predicador en Dillenburgo. En 1577, el conde Juan acepta oficialmente
la confesión reformada. Sólo un año después se promulga la “Confesión de Nassau”, redactada
por Cristóbal Pezel. La población demuestra claramente su desconfianza, y el conde no la fuerza
a convertirse a la Reforma reformada.
En 1584, Juan VI funda la escuela superior de Herborn.
Ésta se convierte, entre otros por el jurista Juan Althusius, en un modelo para muchas
universidades (p.ej. para la universidad de Steinfurt), y gana una fama que va mucho más allá de
las fronteras del territorio de Nassau.

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En Wittgenstein, la transición a la Reforma reformada se lleva a cabo de la misma manera
tranquila. Gana más dinámica cuando el teólogo Caspar Olevian de Heidelberg se convierte en el
predicador de la corte de Berleburg. A partir de 1584 se desempeña como profesor en
Herborn.
En 1586, se celebra el sínodo general reformado de los condados Nassau-Siegen-Dillenburgo,
Wittgenstein, Solms y Wied. Es promulgado un nuevo reglamento eclesiástico, redactado según el
modelo del reglamento eclesiástico de Middelburg de 1581. Dos hechos llaman la atención: la
característica de este reglamento es haber formulado una combinación del orden sinodal-presbiterial,
según el cual la iglesia se forma desde la base (concretamente: desde las congregaciones), con el
régimen soberano que expresa más bien una la iglesia desde arriba. Domina el elemento sinodal-
presbiterial. Otra característica es la unión de las distintas iglesias de los condados en una iglesia
supraterritorial. Llama mucho la atención que los condes aceptaron este reglamento eclesiástico. En
1626, el intento de recatolizar una parte de Nassau-Siegen (el condado fue separado después de la
muerte de Juan VI) fracasa.
Las comunidades reformadas hoy pertenecen a la “Iglesia Evangélica de Westfalia” o a la
“Iglesia Evangélica de Hesse y Nassau”. Una parte de ellas se mantiene reformada, otra parte se
asoció con las comunidades luteranas en las comunidades unidas.

Del reglamento eclesiástico, redactado por Caspar Olevian y aprobado por el sínodo general de
Herborn (1586):
El sínodo general se celebrará por turnos en los distintos condados cuyos soberanos han aceptado
nuestro reglamento; esto tanto para evitar la apariencia de una primacía como para lograr una
impresión más inmediata de la forma y el estado de las iglesias (...).
Los cuatro grupos siguientes celebrarán conventos regulares: a) el presbiterio, b) las clases, c)
sínodos parciales o provinciales, d) sínodos generales (...).
En todos ellos se discutirán los asuntos de la iglesia, los que serán tratados según procedimientos
eclesiásticos.
En los conventos superiores sólo se tratará lo que no haya podido ser resuelto en los menores, o
que tenga que ver con una iglesia completa o varias iglesias. (Citado según una traducción de las
confesiones reformadas y los reglamentos eclesiásticos al alemán moderno, ed. de Paul Jacobs,
Neukirchen-Vluyn, 1950)

>> Preguntas para seguir trabajando <<

El reglamento de 1586 se basa en un modelo holandés y demuestra una organización sinodal-


presbiterial típica para muchas congregaciones reformadas en Alemania.
Pregunta 1:
¿Qué rol tienen los soberanos en la vida eclesiástica?
Respuesta:
En el reglamento, los soberanos sólo cumplen un rol considerando su derecho de permitir o
encaminar ciertos asuntos, por ejemplo la introducción de la Reforma. Apenas un condado es
reformado, desde la perspectiva del reglamento, los respectivos soberanos dejan de cumplir un
rol activo en la auto-organización de la iglesia. Los conventos son organizados de tal manera,
que las decisiones son desarrolladas cuasi “desde la base”. Aquí se vislumbra (en una época en
que las iglesias dependían del soberano) un movimiento contrario que bien podría prescindir de
los soberanos.

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Pregunta 2:
¿Qué significa el hecho que el sínodo general pueda celebrarse en distintos condados?
Respuesta:
Que el sínodo general pueda celebrarse en distintos condados significa que la iglesia unida en el
sínodo general existe por encima de las fronteras territoriales. La regla que limita la iglesia al
territorio de un condado (como era usual en la mayor parte de Alemania) no es válida en este
caso. Lo que hay aquí es una ampliación de la iglesia – y, al mismo tiempo, una reducción de la
influencia del soberano.

Pregunta 3:
¿Cómo es la relación entre conventos mayores y menores?
Respuesta:
El convento mayor sólo decide lo que el menor no puede resolver. Ésta es la característica más
clara de que aquí la iglesia no se desarrolla desde su institucionalidad mundial, sino desde sus
comunidades. El parámetro menor es la congregación dirigida por su presbiterio, competente
para todo lo que sólo le concierne a ella. Al convento mayor se recurre solamente si el asunto
concierne a varias congregaciones o si es tan complejo que se necesita ayuda desde afuera
(principio de la subsidariedad). La iglesia no es dirigida por un obispo desde arriba hacia abajo,
sino se forma desde la base y busca la cercanía fraternal con otras comunidades e iglesias.
***

9. Hesse-Kassel
El landgrave de Hesse, Felipe el Generoso (1504-1567) es uno de los protagonistas de la
Reforma en Alemania. Gracias a su búsqueda de un consenso se realiza la Disputa sobre
Religión de Marburgo (1529) entre Lutero y Zwinglio. También dentro de su iglesia del condado
de Hesse-Kassel promueve un consenso entre la diversas corrientes evangélicas. Es por eso que
la iglesia de Hesse no puede ser denominada ni luterana ni reformada.

Después de su muerte, su territorio es distribuido entre sus hijos. Ahora se demuestra que sólo
Guillermo IV en Hesse-Kassel sigue las ideas de su padre Felipe. Los otros hermanos emprenden
una confesionalización luterana bajo el liderazgo de Luis IV de Marburgo.

Después de la muerte de Guillermo IV, le sigue su hijo Mauricio en 1592. Este mantiene
contactos estrechos con los condes de Nassau, y con los llamados “Apuntes de Reforma
Mauricianos” logra que su territorio acepte la confesión reformada. Estos apuntes se refieren
principalmente al culto: En cuanto a la doctrina de las dos naturalezas de Cristo, habrá que evitar
cualquier especulación y ergotismo. La prohibición de las imágenes no podrá pasarse por alto
(como sucede en la tradición católicorromana y luterana). En la Santa Cena habrá que usar pan
corriente en vez de hostias.

Existe una clara resistencia contra los “Apuntes” por parte de los teólogos luteranos. Hasta 1607,
tres profesores de teología de Marburgo y 54 pastores son despedidos (pero gentilmente
recibidos por el landgrave luterano de Hesse-Darmstadt).
Maurico de Hesse no acepta – a diferencia de los territorios de Nassau – el elemento sinodal-
presbiterial; en cambio, él mismo dirige su iglesia desde arriba. Esto es otro motivo por qué la
Reforma reformada no se establece orgánicamente en algunas partes de Hesse Elector.

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Después de extinguirse la línea soberana de Hesse-Marburgo, se produce un conflicto entre
Hesse-Kassel (reformada) y Hesse- Darmstadt (luterana) por la posesión de Alta Hesse. En esta
época, la universidad de Marburgo, fundada por Felipe y convertida al luteranismo bajo Luis IV,
es ampliada por Mauricio como universidad regional reformada. En consecuencia, la universidad
luterana de Giessen es refundada por Hesse-Darmstadt. A partir de 1648, existen paralelamente
dos iglesias evangélicas en Hesse, una reformada y una luterana.

Hoy las comunidades reformadas pertenecen a la “Iglesia Evangélica de Hesse Elector


Waldeck”. Una parte de ellas se mantiene reformada, y otra se asoció con las comunidades
luteranas en las comunidades unidas.

10. El Palatinado Elector y Baden


Al terminar el siglo XVI, el Palatinado Elector es considerado como un territorio enteramente
reformado y sirve como un ejemplo para otras regiones y soberanos de Alemania. En algunas
ciudades del Palatinado, la Reforma luterana ha sido introducida tempranamente (a partir de
1526); así también en la región Zweibrucken (1533). En Heidelberg, Lutero pudo ganar con la
disputa de 1518 a algunos adeptos (por ejemplo a Martín Bucero). El caballero humanista
Franciso de Sickingen se desempeñó como protector de más de un movimiento evangélico.

En el Palatinado como conjunto, sin embargo, la Reforma luterana fue introducida recién bajo el
príncipe elector Federico II (quien gobernó desde 1544 hasta 1556) y su sucesor y sobrino
Ottheinrich (1556 - 1559). El Palatinado Elector presenta un luteranismo con diversos matices:
hay luteranos estrictos, discípulos de Melanchthon (Felipe Melanchthon era originario de Bretten
en el Palatinado) e incluso algunos que adhieren a las convicciones reformadas.

Después del corto gobierno de Ottheinrich asume Federico III, llamado el Devoto. Su gobierna
dura desde 1559 hasta 1576. Las dispersas corrientes evangélicas le exigen expresar claramente
su pertenencia a una de las confesiones. Entretanto, la confesión reformada es considerada como
una dimensión importante, no tanto en Alemania, pero sí, en Europa. Su formación teológica y la
discusión de Heidelberg sobre la Santa Cena (1560), llevan a Federico a la Reforma. Otros
factores que contribuyen a esta decisión son su inclinación por la comprensión reformada de la
Santa Cena, su creciente crítica teológica a Lutero y algunos “luteranos” polémicos de
Heidelberg. El Palatinado Elector se convierte como el primer territorio alemán a la Reforma
evangélica reformada. El Catecismo de Heidelberg es, en el marco del nuevo reglamento
eclesiástico del Palatinado, un documento que expresa esta nueva orientación. Fue terminado en
1563. En su redacción colabora el mismo Federico III, pero el autor principal es el profesor de
teología Zacarías Ursinus.
Aunque el Catecismo de Heidelberg es considerado mundialmente como una de las escrituras
confesionales más importantes, hay que decir que es un texto reformado que intenta integrar
mayormente preguntas luteranas. Ciertas preocupaciones calvinistas faltan. (Como por ejemplo
la doctrina de la predestinación)

En muchos momentos, el Catecismo de Heidelberg muestra influencias del Pequeño Catecismo


de Lutero y del Catecismo de Ginebra de Calvino. Después de su introducción en el Palatinado,
el documento se convierte poco a poco en la confesión más importante y conjuntiva de los

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territorios alemanes, pero se establece también fuera de Alemania (por ejemplo, en los Países
Bajos).
Bajo el gobierno de Federico III, la universidad de Heidelberg se convierte en uno de los centros
más importantes de la teología reformada. Numerosos estudiantes extranjeros demuestran el
atractivo de Heidelberg.
Después de la muerte de Federico en 1576, su hijo Luis II (quien gobierna desde 1576 hasta
1583) inicia un cambio hacia el luteranismo. Por estos siete años, los profesores reformados
emigran a Neustadt en el Haardt, donde gobierna Juan Casimiro, un hermano de Luis II. Allí
trabaja, al lado de Ursinus, Girolamo Zanchi, un italiano con mucha influencia. Este episodio
luterano, sin embargo, encuentra su fin con la temprana muerte de Luis II. Ahora Juan Casimiro
también es soberano de Heidelberg, y el Palatinado Elector vuelve a ser territorio reformado.
Este hecho atrae a refugiados religiosos de Francia y Bélgica (valones); tanto bajo Federico III
como bajo Juan Casimiro surgen comunidades de refugiados.
Distinto a la evolución en el Palatinado, en Baden hay sólo un intermezzo reformado, pero éste sí
es importante. Su protagonista es el margrave Ernesto Federico, hombre muy capacitado en la
teología.
El margraviato de Baden-Durlach se había adherido tardíamente a la Reforma, igual que el
Palatinado Elector. En 1584, el margraviato fue separado primero en tres, después (1590) en dos
territorios. Ernesto Federico recibe el margraviato bajo (Pforzheim y Durlach), Jorge Federico el
margraviato alto. Mientras Jorge Federico es luterano convencido como su padre, Ernesto
Federico se convierte al Calvinismo por su convicción teológica intrínseca. Ésta se expresa en el
llamado “Libro de Staffort”, publicado en 1599 por el mismo Ernesto Federico. En él, el
soberano demuestra por un lado su aceptación de la Confesión de Augsburgo (Confessio
Augustana). Por el otro lado, analiza los más importantes contenidos reformados de la fe (el libre
albedrío, la divina providencia, la predestinación, la persona de Cristo, los sacramentos). En su
interpretación, sigue principalmente a Calvino, al mismo tiempo que los ve en la línea de la
Confessio Augustana (aunque no de la Fórmula de Concordia luterana). Con el Libro de
Staffort – llamado así por el castillo donde fue redactado y impreso – en el margraviato de
Baden-Durlach surge una inclinación hacia el Calvinismo, sin que legalmente hubiese cambiado
algo, porque la Confessio Augustana mantiene su vigencia. En Pforzheim, sin embargo, el hecho
genera protestas vehementes. Los intentos de mediación por parte de Ernesto Federico terminan
antes de haber empezado, porque fallece súbitamente. Asume su hermano Jorge
Federico, y queda claro que la confesión reformada en el margraviato de Baden-Durlach no sido
más que un intermezzo.
Las comunidades antiguamente reformadas del Palatinado hoy forman las congregaciones
evangélicas de la “Iglesia Evangélica del Palatinado (Iglesia Provincial Protestante)”.

11. Alemania del Este


En la actual Alemania del Este se dan dos evoluciones distintas.
La del Principado de Anhalt se parece de alguna manera a la confesionalización reformada
descrita más arriba. Hasta 1545, la Reforma es introducida en varias etapas pequeñas. Dentro del
contexto de las polémicas acerca de la doctrina luterana después de la muerte de Lutero, Anhalt
tiende hacia la corriente melanchthónica.
A partir de 1580, la casa real, vinculada entre otros con el Palatinado y la casa de Orania, impone
la transición hacia el calvinismo. Su teólogo más importante es Wolfgang Amling, redactor de la

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Confesión de Anhalt (1579). En 1603, el principado es dividido. A partir de 1644, el príncipe de
Anhalt-Zerbst impone una reluteranización en su parte del territorio.

En Brandeburgo, la confesionalización reformada toma un rumbo distinto. El príncipe elector


Juan Sigismundo de Brandeburgo realiza su conversión a la confesión reformada en Navidad de
1613. Pero a diferencia de casi todas las demás regiones, esta conversión no es obligatoria para
toda la población, sino sólo para la casa real y sus cercanos. El principado elector de
Brandeburgo se mantiene luterano, lo que quiebra la fórmula del “cuius regio eius religio”. Los
motivos para esta actitud no están muy claros. Unos enfatizan la tolerancia del soberano Juan
Sigismundo, otros, sin embargo, suponen más bien cálculos políticos.

En 1614 se publica la Confessio Sigismundi. Ella destaca algunos acentos reformados y se


convierte en la confesión obligatoria para los reformados de Brandeburgo. Hasta la muerte de
Sigismundo nacen unas veinte “comunidades de la corte” en el territorio luterano de
Brandeburgo, reformadas y con sus propios predicadores de la corte (p.ej. en Crossen, Köpenick,
Landsberg y Kolberg). Debido a estas comunidades y la casa real reformada, después de 1648
llegan numerosos refugiados religiosos, sobre todo hugonotes, a Brandeburgo.
Las comunidades antiguamente reformadas existen hasta hoy; una parte de ellas como
comunidades reformadas, otra parte unida a comunidades luteranas en la “Iglesia Evangélica de
Berlin- Brandeburgo”.

12. Los hugonotes en Alemania


Gracias al Edicto de Nantes de 1598, los cristianos evangélicos de Francia tuvieron la posibilidad
de estabilizarse después de las guerras de los hugonotes. Pero el rey Luis XIV, del cual una gran
mayoría de los hugonotes tiene la esperanza que podría convertirse porque es adversario del
Papa, no tiene ninguna comprensión por ellos a pesar de sus demostraciones de devoción. Para
él, la coexistencia de dos confesiones en Francia amenaza la unidad del país. Así es que bajo su
gobierno empieza la persecución de los hugonotes que culmina en el Edicto de Fontainebleau
(1685). Éste anula el Edicto de Nantes y prohíbe el protestantismo bajo amenaza de muerte.

El resultado es un enorme movimiento de refugiados. Más de 250.000 personas huyen de Francia


hacia el oriente y el norte. El lugar principal de paso es Francfort del Meno. Muchos reformados
franceses llegan a la Confederación Helvética, a Gran Bretaña, Holanda e incluso a los
Estados Unidos.
En Alemania se disponen sobre todo Brandeburgo-Prusia, Hesse- Kassel, la región de Rhin y
Meno, el Palatinado Elector y Franconia para recibir a los exiliados religiosos. La motivación es
compleja: por un lado, se debe a la solidaridad con los parientes de confesión. Por el otro lado,
sin embargo, se agrega el interés económico por revitalizar una región desangrada por la Guerra
de los Treinta Años. Los refugiados hugonotes son, en su gran mayoría, maestros y
comerciantes. Ya en otoño 1685, el príncipe elector Federico Guillermo promulga el Edicto de
Potsdam que garantiza la libertad de asentamiento y privilegios para los hugonotes. Unas 20.000
personas siguen la invitación y se avecindan en Potsdam, Berlín y el margraviato de la Ucker.
En Hesse-Kassel, unos 3.500 “réfugiés” (como se autodenominan los hugonotes) encuentran un
nuevo hogar, sobre todo en Kassel y en sus alrededores hacia el norte.
La ciudad de Bad Karlshafen, por ejemplo, es fundada por los hugonotes. Allí hoy se puede
visitar el museo hugonote, y tiene su sede la asociación alemana de hugonotes. En Franconia, el

59
margrave Cristián Ernesto promueve el asentamiento de los hugonotes, y con eso un
fortalecimiento de la economía (Erlangen fue prácticamente refundada por los hugonotes en
1686). Como consecuencia de esta recepción, en numerosas ciudades de distintos territorios
surgen congregaciones reformadas como por ejemplo en Hamburgo, Celle, Hanover, Hamelín,
Leipzig y Stuttgart.
Muchas comunidades de varias iglesias provinciales en Alemania pueden remontarse a la
tradición hugonota: por ejemplo en la Iglesia Evangélica-Reformada (Sínodo de las Iglesias
Evangélico-Reformadas en Bavaria y el Noroeste de Alemania), en la Iglesia Evangélica de
Berlín-Brandeburgo, en la Iglesia Evangélica de Hesse Elector- Waldeck y en la Iglesia
Evangélica del Palatinado.

Bibliografía:

Harm Klueting, Das konfessionelle Zeitalter 1525-1648, Stuttgart 1989


Rudolf von Thadden / Michelle Magdelaine, Die Hugenotten 1685-1985
Die Lippische Landeskirche 1684-1984. Ihre Geschichte in
Darstellungen, Bildern und Dokumenten, Detmold 1984
Robert Stupperich, Westfälische Reformationsgeschichte.
Historischer Überblick und theologische Einordnung, Bielefeld 1993
Erwin Mülhaupt, Rheinische Kirchengeschichte. Von den Anfängen bis 1945, Düsseldorf 1970
Hein Schilling (Hg.), Die reformierte Konfessionalisierung in Deutschland - Das Problem der
"Zweiten Reformation", Gütersloh 1986
Friedemann Merkel, Geschichte des Evangelischen
Bekenntnisses in Baden von der Reformation bis zur Union, Baden 1960
Martin Gabriel, Die reformierten Gemeinden in Mitteldeutschland, Witten 1972
Historisches Lexikon der deutschen Länder, hg. v. Gerhard Köbler, München1992, 4. Auflage

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Lección 5
Origen e historia de las Iglesias reformadas en Europa

1. Suiza
2. La historia de la Iglesia reformada en Francia después de 1598
3. Los Países Bajos
4. Escocia
5. Italia (Los Valdenses)
6. La Iglesia evangélica de los Hermanos Moravos
7. Hungría
8. Rumania (Transilvania)

Esta lección tiene como objetivo aclarar la evolución de las restantes Iglesias reformadas en
Europa, aparte de Alemania. Como demostró la visión panorámica que dimos en la lección 4, la
Iglesia reformada alemana se desarrolló – a diferencia de lo sucedido en otros países europeos –
muy heterogéneamente. Esto se debe a una situación geopolítica que en Alemania se presentaba
poco uniformada, incluso desgarrada (la llamada “alfombra de mosaico”).

1. Suiza
Como vimos detalladamente en las lecciones 2 y 3, la Reforma reformada se originó en el
territorio de la Suiza actual; primero en Zurich (recordemos a Ulrico Zwinglio), después, en su
culminación, en Ginebra (Juan Calvino). Ginebra, sin embargo, en ese entonces no pertenecía
todavía a la Confederación Helvética. Hasta hoy día, la Confederación Suiza se destaca por la
autonomía de sus ciudades y estados (cantones). Zurich se convirtió en 1523, seguida por otras
ciudades como p.ej. Berna en 1528 y Basilea en 1529. En otros cantones, las comunas podían
decidir independientemente si querían o no aceptar la Reforma (como por ejemplo en Appenzell,
Cantón de los Grisones o Glaris). Otras ciudades de la Confederación se mantuvieron
católicorromanas.
Conflictos bélicos se produjeron entre los estados evangélicos y católicos, que culminó sin gloria
con la derrota de los evangélicos en Kappel cerca de Zurich, en 1531 (es aquí donde murió el
gran reformador Ulrico Zwinglio).
De los 13 estados helvéticos, en 1531 siete eran católicorromanos, cuatro reformados, y en dos
existían las dos confesiones paralelamente. Enrique Bullinger, sucesor de Zwinglio, y Juan
Calvino lograron que las distintas corrientes de la Reforma reformada en Suiza no se siguieran
distanciando, lo que evitó que se desarrollaran dos tipos de Reforma, uno calvinista y otro
zwingliano. El documento de consenso más importante en la cuestión de la Santa Cena es el
“Consensus Tigurinus” (Consenso de Zurich), redactado en 1549.
Recién a partir de entonces se puede hablar con propiedad de la existencia de la Iglesia
reformada suiza.
En 1566, Enrique Bullinger redactó la Confessio Helvética Posterior (Segunda Confesión
Helvética), una confesión que fue aceptada por la gran mayoría de las Iglesias en la Suiza de
habla alemana (vs. más detalles en la lección 6). Además, se intensificó el trabajo de catequesis.
En Zurich, el reformador Leo Jud elaboró un catecismo que se usó durante varios siglos. En otras
ciudades se introdujo el Catecismo de Heidelberg. En 1531 se publicó, también en Zurich, una
traducción completa de la Biblia, la llamada “Biblia de Zurich” que actualmente está siendo
reeditada en una nueva traducción.

61
Durante varios siglos, apenas hubo variaciones en la estructura de las Iglesias suizas. Las
antiguas funciones del episcopado fueron asumidas por la autoridad estatal. Las Iglesias
reformadas se mantuvieron como entidades autónomas que existían paralelamente, hasta que en
1920 se unieron - sin dejar su autonomía - en la Federación de las Iglesias Protestantes de Suiza;
(“SEK” por su sigla en alemán). En el siglo XIX, sin embargo, hubo separaciones en algunas
iglesias cantonales. La Iglesia estuvo marcada principalmente por corrientes teológicas liberales,
cercanas a la Ilustración.
Una consecuencia de este liberalismo fue, entre otras, que las Iglesias reformadas de Suiza se
desvincularon de las confesiones (por ejemplo, el Credo Apostólico o la Segunda Confesión
Helvética). Este desarrollo llevó en unas Iglesias casi, en otras verdaderamente al cisma, en parte
también debido a los movimientos de avivamiento, como por ejemplo en los cantones de Vaud y
Neuchatel (donde en 1966 y 1943 hubo reunificaciones), o también en el cantón de Ginebra,
donde hasta hoy día existe una pequeña Iglesia reformada independiente de la Iglesia cantonal.
En los años 70 del siglo XX, las Iglesias suizas iniciaron un proceso de disolución de la hasta
entonces muy estrecha relación entre Estado e Iglesia, tendencia que se observa primero y más
marcadamente en la Suiza francófona.

2. La historia de la Iglesia reformada en Francia después de 1598


En el año 1598 (para el tiempo anterior de esta fecha, vs. lección 3), el rey francés Enrique IV
proclamó el Edicto de Nantes. Este decreto de tolerancia fundamentó una época de relativa paz
para los reformados franceses. Enrique IV, que para ascender al trono había tenido que renunciar
a su confesión reformada, de cierto modo puede ser considerado un protector de los reformados.
Con el Edicto de Nantes fue quebrantado por primera vez el principio del “cuius regio eius
religio” (el soberano de un territorio determina la religión de sus súbditos). Por primera vez, otra
confesión aparte de la católicorromana recibió el derecho de existencia;
Francia se había convertido en un Estado multiconfesional
.
Del “Edicto de Nantes” de 1598
18. También prohibimos a todos nuestros súbditos.... secuestrar a los niños de la aludida religión
por medio de la violencia y la seducción y en contra de la voluntad de sus padres, para hacerlos
bautizar o confirmar en la Iglesia católica apostólica romana....

19. Los de la mencionada, presuntamente reformada religión no deben ser obligados a nada.
Tampoco estarán comprometidos por haber abjurado, o por promesas o juramentos que hayan
podido hacer con anterioridad. No deben ser molestados o castigados por eso de ninguna manera.

21. Los libros que se refieren a la mencionada, presuntamente reformada religión sólo pueden ser
impresos y vendidos públicamente en aquéllos lugares y ciudades, donde el ejercicio público de
la aludida religión está permitido.

>> Preguntas para seguir trabajando <<

Pregunta 1:
¿Cuáles son las exigencias del Edicto de Nantes para los fieles de la Iglesia católicorromana?
Respuesta 1:

62
El Edicto de Nantes espera de los fieles de la Iglesia católicorromana que se abstengan de
prácticas hasta entonces muy usadas. Éstas consistían, entre otras, en el secuestro de niños de
padres reformados para bautizarlos o confirmarlos para proveerlos de la “religión correcta”. Se
trata, por ende, no sólo de un edicto que da más libertades a los evangélicos franceses, sino que
obliga a los cristianos católicorromanos a aceptar la otra confesión.

El rey incluso amenaza con castigos en el caso de que no se respeten las nuevas reglas. Con eso,
el rey asume el rol de protector de una minoría frente a la mayoría – aquí se deja entrever una
comprensión muy moderna del Estado.

Pregunta 2:
¿Qué dice el Edicto de Nantes acerca de los que abjuraron su confesión evangélica debido a la
Contrarreforma?
Respuesta 2:
Las reconversiones forzadas de la Iglesia evangélica a la católica ya no son vinculantes. Según el
rey, ni siquiera juramentos o promesas pueden atar a los evangélicos. Con esta actitud, el rey
interviene en preguntas de conciencia, incluso definitivamente en asuntos de fe. Promesas
anteriores hechas a la Iglesia católica son declaradas nulas si se han dado bajo coerción. Esto es
un rasgo muy moderno del Edicto de Nantes que corresponde a actitudes más contemporáneas –
por ejemplo, que confesiones obligadas no son válidas.

Pregunta 3:
¿Se puede hablar de igualdad de derechos de la Iglesia reformada y la Iglesia católicorromana?
Respuesta 3:
No se puede hablar exactamente de igualdad de derechos. Es evidente que el rey toma a la Iglesia
católica como su punto de referencia desde el cual los reformados son tolerados. Esto se
confirma por ejemplo en el hecho que los reformados no obtuvieron el derecho de formar
congregaciones o celebrar el culto en cualquier lugar. La ciudad de Toulouse fue excluida
explícitamente del permiso de celebrar cultos u otras reuniones. Se trata de un edicto de
“tolerancia” que concede ciertos espacios de sobrevivencia a la Iglesia reformada. Sin embargo,
no se puede hablar de una comprensión contemporánea según la cual el Estado debe ser
imparcial frente a las religiones.
Hay que decir, sin embargo, que las dos confesiones no tenían los mismos derechos. Fue más
bien así que los reformados recibieron diversas autorizaciones: en muchos lugares podían
celebrar el culto; podían construir iglesias, colegios e incluso academias (por ejemplo en
Montauban, Sedan y Saumur). Tampoco tuvieron que entregar inmediatamente sus antiguas
guarniciones, sino que pudieron mantenerlas por algunos años más. En la primera mitad del siglo
XVII había alrededor de 850.000 reformados en Francia, aproximadamente un cuatro por ciento
de la población total. Las nuevas comunidades reformadas se concentraban en la Normandía, en
los alrededores de La Rochelle en la costa atlántica, en el departamento de Languedoc y en las
montañas Cevennes en el sur del país. La nobleza estuvo representada por sobre el promedio: un
motivo para la tolerancia estatal que no debe ser subestimado.
A estas concesiones del Estado se oponía la desconfianza de muchos franceses frente a la nueva
religión, que repetidamente se tradujo en agresiones y persecuciones. Además existían grandes
grupos dentro del gobierno francés que rechazaban la política de Enrique IV; y después de su
asesinato en 1610, el ambiente cambió a desfavor de los reformados. Luis XIII, sucesor de

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Enrique IV, quien debido a su corta edad asumió el poder recién en 1617, trabajó por apaciguar
la situación política en Francia, pero jamás dejó duda acerca de su interés en eliminar la
confesión reformada. Su ministro Richelieu se encargó en
1629 de reconfirmar las libertades religiosas del Edicto de Nantes, esto, sin embargo, ya ante el
telón de fondo de un aumento de las persecuciones aisladas.

Después de la muerte de Luis XIII, ascendió al trono francés el “Rey Sol” Luis XIV.
Por ser menor de edad, gobernó recién a partir de 1661. Ya desde 1659 la política religiosa sufrió
un marcado cambio.
Primero se prohibieron los sínodos generales. Lo que siguió, fueron hostigamientos: supervisión
de los cultos, limitación de la autoridad de los padres para decidir la religión de sus hijos,
privilegios para quienes se convertían al catolicismo, restricciones para los reformados en las
profesiones que podían ejercer. Aumentaron los ataques violentos contra familias reformadas,
que el poder estatal muchas veces ignoraba o toleraba.

Finalmente, en el año 1685, se proclamó el Edicto de Fontainebleau que abolió el


Edicto de Nantes. Con él, los reformados franceses perdieron todas las concesiones anteriores.
Todos los niños tenían que participar en la catequesis católicorromana; las iglesias reformadas
fueron destruidas, los pastores expulsados. A los fieles, sin embargo, les estaba prohibido
emigrar, también por intereses económicos del Estado. Si lo intentaban igual, arriesgaban el
castigo de las galeras.

Del “Edicto de Fontainebleau” de 1685


2. Prohibimos a nuestros mencionados súbditos de la presuntamente reformada religión reunirse
en el futuro para celebrar el culto según la aludida religión, incluso si fuera en una casa particular
y bajo cualquier pretexto.

3. A todos los predicadores de la aludida, presuntamente reformada religión que no quieran


convertirse a la religión católica, apostólica y romana, ordenamos dejar nuestro reino y los países
de nuestro señorío dentro de quince días después de la publicación del presente edicto... bajo
amenaza de pena de galeras.

9. Prohibimos explícitamente a todos nuestros súbditos de la aludida presuntamente reformada


religión, a ellos, sus esposas e hijos, emigrar de nuestro reino o de los países y territorios de
nuestro señorío, o sacar sus bienes y propiedades de ellos, bajo amenaza de pena de galeras para
los hombres y la detención y confiscación de sus bienes para las mujeres.

>> Preguntas para seguir trabajando <<


Pregunta 1:
¿La Iglesia reformada tiene una chance de sobrevivir en Francia?
Respuesta 1:
Oficialmente no hay ninguna probabilidad de sobrevivir para la Iglesia reformada francesa. Sus
reuniones y cultos están prohibidos; han dejado de existir como congregación, por lo menos
oficialmente. Muchos miembros emigran, pero en la clandestinidad se forman comunidades, a
menudo encubiertas. El versículo “Hay que obedecer más a Dios que a los hombres”
(Hechos 4) es para los hugonotes en Francia una cuestión desobrevivencia.

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Pregunta 2:
Los predicadores deben abandonar el país, sus fieles son impedidos de emigrar. ¿Por qué se hace
esta diferencia?
Respuesta 2:
Predicadores son “multiplicadores”. Ellos significaban, según Luis XIV, un peligro mayor que
los demás miembros de la Iglesia. Además, la profesión de los pastores no era importante para el
desarrollo económico de Francia, a diferencia de los trabajadores de muchos oficios. Por eso, el
Edicto de Fontainebleau no sólo muestra el odio del rey frente a los reformados, sino también su
rol como un político económico que calcula fríamente.
Los decretos de Luis XIV tuvieron consecuencias fatales para los reformados en Francia. Se
produjeron numerosas conversiones, incluso entre los pastores, muchas de ellas, sin embargo,
sólo fingidas. Otros reformados se opusieron, en parte también con las armas. Más de 1.500
reformados fueron condenados a las galeras. Después de 1685 hubo una fuga masiva de
hugonotes reformados: Unas 200.000 personas emigraron clandestinamente, sobre todo a Suiza,
a los Países Bajos, a Inglaterra y a distintos Estados alemanes (sobre todo a Brandeburgo; vs.
también lección 4).
La Iglesia reformada en Francia quedó debilitada, pero no destruida. En los primeros años
después de 1685, siguió viviendo en la clandestinidad como la llamada “Iglesia en el desierto”.
Sobre todo en las Cevennes, los hugonotes se reunían para celebrar el culto. La esperanza que el
Edicto de Fontainebleau pudiese ser suspendido no se cumplió, lo que en el sur de Francia llevó
a un gran levantamiento entre 1702 y 1704, conocido como la Guerra de los Camisardos (o de las
Cevennes). Fue evidente que el Estado francés no había logrado su objetivo de exterminar a los
protestantes.
En la primera mitad del siglo XVIII, las persecuciones ya no fueron tan sistemáticas o
generalizadas. Fases de relativa calma alternaron con persecución y represión. En las ciudades,
escasamente había reformados, pero en el campo las congregaciones seguían existiendo, muchas
veces celebrando sus cultos en los castillos de los nobles reformados. A partir de 1750 se inició
un proceso de reorganización de la Iglesia reformada; se realizaron sínodos. En 1787 finalmente,
unos cien años después de la suspensión del Edicto de Nantes, los reformados recibieron los
derechos ciudadanos.
Hasta la Revolución Francesa de 1789, la Iglesia reformada en Francia había aumentado a un
millón de miembros. La Revolución Francesa estableció la libertad de cultos en su constitución,
pero su radicalización significó la represión de la Iglesia reformada a partir de 1793. Fue un
período muy corto, pero debilitó mucho a la Iglesia reformada. De los 205 pastores anteriores a
1789, en 1794 (cuando comenzó la reconstrucción de la Iglesia reformada) sólo quedaban 120.
La situación cambió con el inicio del imperio de Napoleón I en 1799. Napoleón admitió el
derecho de existencia de los protestantes, pero al mismo tiempo rechazó la autonomía de la
Iglesia. No autorizó los sínodos nacionales. El Estado francés subdividió la Iglesia reformada en
distritos de 80 Iglesias consistoriales con 6.000 miembros cada una. La consecuencia fue que
muchas congregaciones antes independientes fueron integradas en unidades mayores, porque
como parroquias ya no tenían personalidad jurídica. Los pastores recibían su sueldo del
Estado; las conversiones estaban prohibidas: el Estado reglamentaba la vida eclesiástica. A partir
de 1817 surgió una corriente contraria a la fuerte influencia estatal, el movimiento de
avivamiento (“reveil” en francés) que motivó la fundación de nuevas congregaciones. Después
de 1848, fueron sobre todo asociaciones independientes de la Iglesia o Iglesias libres que se

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apropiaron de este movimiento de avivamiento o evangelización. Una integración de las nuevas
congregaciones a la Iglesia reformada francesa sólo resultó en pocos casos.
La falta de un sínodo nacional contribuyó en el siglo XIX a que diferentes corrientes dentro de la
Iglesia evangélica se independizasen. Hubo voces que pedían la unión, y en 1872 se llamó al
primer sínodo nacional francés posterior a 1559. Este, sin embargo, no produjo un acuerdo, sino
la división oficial de la Iglesia evangélica: La Iglesia reformada evangélica, más bien ortodoxa,
(“église reformée évangélique”) y la Iglesia reformada, liberal, (“église réformée”) proclamaron
su existencia paralela con sínodos independientes.
En 1905 se funda la Federación de las Iglesias Protestantes de Francia (“Fédération Protestante
de France”), a la cual pertenecen todas las Iglesias reformadas del país. El acercamiento de las
distintas Iglesias reformadas lleva en 1938 a la unión y refundación de la Iglesia reformada
francesa.
En esta Iglesia reformada, hoy en día participan unos 180.000 miembros en 350 congregaciones.
Además, existe la Iglesia reformada de Alsacia y Lorena con 33.000 miembros en 52
congregaciones. Debido a que Alsacia y Lorena fueron integradas a Francia mucho más tarde, la
Iglesia reformada allí se desarrolló de manera algo distinta, con una Iglesia evangélica luterana
más fuerte que coopera estrechamente con la Iglesia reformada de Alsacia y Lorena.

3. Los Países Bajos


El territorio actual de los Países Bajos no es idéntico con el de la época de la
Reforma; éste último incluía lo que hoy son Bélgica y Luxemburgo. Los primeros mártires
evangélicos en Bruselas murieron en la hoguera en 1523. Hasta 1560 existieron diversas
corrientes y grupos reformados, fuertemente perseguidos sobre todo en el sur de Holanda.

Había muchos clérigos y cultos influenciados por corrientes erásmicas y también luteranas.
Además, a partir de 1530 se formaron diversos grupos de los llamados anabaptistas que
contribuyeron decisivamente a la fundación del “reino de los anabaptistas” de Munster en
1534/1535. Después de la destrucción de éste, los anabaptistas fueron cruelmente perseguidos, y
recién a partir de 1550 se formaron en segunda generación, entre otros con Menno Simons
- de ahí los Menonitas -, nuevos círculos anabaptistas que volvieron a fundar congregaciones.
A partir de 1550, los reformados hicieron su propia Iglesia clandestina en el sur de los Países
Bajos.
Siguiendo el modelo de los hugonotes, se autodenominaron “Iglesia bajo la cruz”. Para los
pastores que viajaban constantemente por el país, la iglesia de Emden era fundamental, por lo
que la llamaban "moederkerk" (iglesia madre en holandés). En 1561, Guido de Brés redactó la
Confessio Bélgica (Confesión Holandesa), que en parte se remonta a la Confessio Gallica. El
Catecismo de Heidelberg es traducido al holandés en el mismo año de su redacción, en 1563. Los
dos documentos constituyen el fundamento de la doctrina reformada holandesa.

La división de los Países Bajos se inicia en 1566. Por encargado de su soberano, el rey español
Felipe II, el duque de Alba invade los Países Bajos para someter a los reformados. Bajo la batuta
de Guillermo de Orania (1533-1584) se forma una fuerte oposición; la consecuencia es la
llamada Guerra de Ochenta Años (1568- 1648). En 1648, el sur del territorio (la actual Bélgica y
Luxemburgo) quedó en manos de los españoles y, por ende, se tornó católicorromano. El Norte
(la actual Holanda), permitía varias confesiones, privilegiando a los reformados.

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Las congregaciones reformadas se reunieron por primera vez en 1568 en el llamado Convento de
Wesel (en la Baja Renania, fuera de las fronteras holandeses). En 1571 tuvo lugar el primer
sínodo en Emden; ésta es la fecha desde la cual se puede hablar de la existencia de una Iglesia
reformada en los Países Bajos. En el sínodo de Emden se decidió un reglamento eclesiástico que
sirvió como modelo para las posteriores congregaciones reformadas en los Países
Bajos.

Del “Reglamento Eclesiástico de Emden” de 1571


1. Ninguna congregación debe prevalecer sobre o dominar sobre otra, ningún pastor sobre otros
pastores, ningún anciano sobre otros ancianos, ningún diácono sobre otros diáconos. Más vale
que eviten cualquier sospecha u oportunidad para hacerlo.

6. En las congregaciones individuales debe haber sesiones o consistorios de pastores, ancianos y


diáconos por lo menos una vez a la semana, en el horario y lugar que sean más propicios para las
congregaciones.

7. Aparte de estas reuniones, debe haber cada tres o seis meses asambleas conjuntas de varias
congregaciones vecinas, de la forma que éstas lo estimen útil o necesario.

8. Además debe realizarse una vez al año una asamblea especial de todas las congregaciones
esparcidas en Alemania y la Frisia Oriental, lo mismo que una asamblea de las congregaciones
en Inglaterra, y de aquéllos que están bajo la Cruz.

9. Finalmente, debe haber una asamblea cada dos años que convoque a todas las congregaciones
holandesas.

>> Preguntas para seguir trabajando <<

Pregunta 1:
¿Qué modelo de comunidad y congregación se deja entrever aquí?

Respuesta 1:
Es evidente que el Reglamento Eclesiástico de Emden tiene un mismo concepto para la vida
dentro de una comunidad como para la vida del conjunto de las congregaciones. Ningún oficial,
sea pastor, anciano o diácono puede prevalecer sobre otro o dominarlo (esto se fundamenta en la
doctrina de los cargos de Calvino). Este principio vale también para el conjunto de las
congregaciones: ninguna prevalece sobre otra. Aquí se reconoce que todos los hombres son
iguales ante Dios, ninguno está más cerca de Él que otro; ningún miembro de una comunidad, ni
ninguna congregación.
La consecuencia es que en todos los asuntos es necesario buscar el diálogo – y esto es
exactamente lo que se ordena: debe haber por lo menos una reunión semanal. El Reglamento
Eclesiástico de Emden parte de una gran necesidad de consultación. El Reglamento sabe que los
seres humanos siempre peligran de buscar el poder, y advierte de este peligro.

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Pregunta 2:
¿El Reglamento Eclesiástico de Emden representa más bien un modelo presbiterial que fortalece
a las congregaciones particulares, o un modelo sinodal que fortalece al conjunto de las
congregaciones?
Respuesta 2:
No es fácil responder esta pregunta. La perspectiva del Reglamento Eclesiástico de Emden parte
de la congregación particular, no de la Iglesia global. Por ende, se enfatiza muy fuertemente el
elemento presbiterial. Se dirige a cada congregación en particular que tiene que seguir ciertas
reglas; ninguna congregación prevalece sobre otra, no hay poderes fuera de la congregación.
Cada congregación vale por sí sola.
Por el otro lado, la dimensión sinodal, la vida del conjunto de las congregaciones particulares,
queda igualmente clara. Si bien la comunidad sinodal no debe predominar, está claro que una
congregación sola no es autosuficiente, no puede estar satisfecha consigo misma. Necesita las
otras congregaciones para hacer consultaciones en hermandad. Así es que dos a cuatro veces al
año se realiza un sínodo, y por lo menos una vez al año hay un sínodo general.

En lo que se refiere a la frecuencia, esta práctica corresponde a la de hoy día.


Es evidente, por el otro lado, que el sínodo solamente tiene una función consultativa, no de
poder. Esto hoy en día es distinto en muchas estructuras eclesiásticas.
Según el Reglamento Eclesiástico de Emden, la Iglesia se construye estrictamente a partir de la
congregación particular, y por eso es que prevalece el elemento presbiterial.
Esto vale hasta hoy día para la autodefinición de las congregaciones reformadas de la Frisia
Oriental, así como para la estructura de las Iglesias reformadas holandesas.

Poco tiempo después de 1571, las congregaciones lograron organizarse. Se formaron sínodos
provinciales, y en 1578 tuvo lugar el primer sínodo general holandés. Tempranamente quedó en
evidencia que los reformados holandeses no compartían un origen común, sino que más bien se
orientaban por varios personajes, sobre todo Calvino, pero también Zwinglio y Erasmo. Entre las
distintas corrientes surgieron conflictos vehementes. El profesor Jacobo Arminius de la ciudad
de Leiden afirmaba que la predestinación de los hombres se debía al hecho de que Dios había
presentido su fe. Su rival Francisco Gomarus, también profesor en Leiden, defendía la idea de
que la fe sólo se concedía a los que habían sido predestinados por Dios. El fondo teológico del
conflicto era la pregunta por la relación entre del actuar divino (predestinación) y humano (fe),
considerados competitivos. Ambos teólogos tenían muchos seguidores.
Tanto los “remonstrantes” (discípulos de Arminius) como los “contra-remonstrantes” (discípulos
de Gomarus) entregaron peticiones al Estado holandés. En 1618/1619, el sínodo general de
Dordrecht decidió a favor de los contra-remonstrantes.
A consecuencia de esta decisión se formó, aparte de la Iglesia reformada, otra Iglesia más
pequeña, la Iglesia remonstrante (“Remonstrantsche Broederschap” en holandés), que existe
hasta hoy día.
En el siglo XVII, también llamado “edad de oro” de los Países Bajos, la Iglesia reformada
paulatinamente se desarrolló como Iglesia estatal. Se publicó la traducción holandesa de la Biblia
(“Statenvertaling”), cuya influencia sobre la cultura e idioma del país es comparable con de la
traducción bíblica de Lutero en Alemania. Dentro de la teología surgió, con la recepción de la
filosofía aristotélica, una corriente ortodoja, interesada en la conservación de la doctrina correcta.
Luego, sin embargo, se originaron dos corrientes contrarias a la ortodoxia.

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Por un lado se trató de la llamada “Nadere Reformatie”, orientada hacia la “praxis pietatis”, la
renovación de la vida. Su padre es Gisbert Voetius, fundador de la universidad de Utrecht. Y por
el otro lado está la teología federal de Juan Coccejus de Bremen. Esta se centra en la idea de la
alianza y enseña una revelación continua de las alianzas de Dios con los hombres. En el
transcurso del siglo XVIII, la ilustración ganó terreno en la teología. Después de 1830, en
Groningen surgió un movimiento que se orientó por la presencia del amor a Dios de Jesús,
siendo Jesús el modelo para todos los seres humanos.

A partir de 1834, bajo la batuta del pastor Hendrik de Cock, se desarrolló la llamada
“Afscheiding” (separación, en holandés), un movimiento de protesta contra el influyente modelo
de Groningen. Esta contracorriente fue perseguida hasta 1840, pero luego logró formar una
pequeña Iglesia propia con varios miles de fieles y un sínodo.

A partir de 1870, la presencia de Abrahám Kuyper (1837-1920) causa revuelo. Kuyper edita su
propio diario, funda su propia universidad (“Vrije Universiteit Ámsterdam” o Universidad Libre
de Ámsterdam) y su propio partido. Su objetivo es despertar a la Iglesia reformada de su
letárgica y superar al liberalismo; pero luego se enfrenta a la oposición de la Iglesia oficial (?)
(“Hervormden Kerk”). Cuando quedó claro que un consenso no era posible, Kuyper quebró con
la Hervormden Kerk y empezó a formar sus propias congregaciones. El movimiento es llamado
“Doleantie”, del latín dolere, estar de luto. Más de 200.000 personas le siguen. En
1892, la Afscheiding y la Doleantie se reúnen en las Iglesias reformadas de los
Países Bajos (“Gereformeerde Kerken in Nederland”), que alrededor de 1900 agrupa a alrededor
del ocho por ciento de la población holandesa. Otros cismas en el siglo XX llevaron a la
existencia de actualmente 17 diferentes Iglesias reformadas en los Países Bajos; muchas de ellas,
sin embargo, muy pequeñas.
Desde los años sesenta del siglo XX se está dando una corriente contraria: La Hervormde Kerk y
las Gereformeerde Kerken in Nederland comienzan, junto con la pequeña Iglesia evangélica
luterana de Holanda, un camino de acercamiento que todavía está en desarrollo. Este proceso es
llamado “Samen op weg” = caminando juntos.
Hoy en día, en los Países Bajos cerca del 20% de la población pertenece a una
Iglesia evangélica, un poco más son católicorromanos, y más de 40 por ciento no pertenecen a
ninguna Iglesia. Con estas cifras, Holanda es el país más secularizado en Europa del Oeste.
Muchos templos hoy día son usados para otros fines que los eclesiásticos.

4. Escocia
Al principio, la Reforma en Escocia gana terreno muy lentamente. Algunas escrituras aisladas de
Lutero fueron introducidas en el país de contrabando. En 1528, Patrick Hamilton de St. Andrés
sufrió el martirio en la hoguera por haber predicado ideas reformadas, pero en general, al
comienzo la Reforma no ganaba terreno. Una razón es que algunos de los pensadores reformados
esperaban unirse a la Iglesia anglicana que se había separado de Roma bajo el rey Enrique
VIII. La política escocesa, sin embargo, era hostil hacia Inglaterra, y por ende, pro catolicismo
romano. Después de la muerte del rey escocés Jacobo V en 1542, su hija María Estuardo es
coronada reina a los pocos días de nacer, por lo que su madre María de Guise asume la regencia.
Juan Knox (alrededor de 1514-1572) era predicador. Después de su conversión evangélica,
trabajó como notario e instructor particular. En 1547 fue condenado a las galeras. Pasó un año y
medio en las galeras, y después fue clérigo en las ciudades inglesas de Berwick y Newcastle-

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upon-Tyne. Cuando María Tudor ascendió al trono inglés en 1554, Knox fue a Ginebra como
colaborador de Calvino. Volvió definitivamente a su patria en 1559 para introducir la Reforma.
En Escocia había estallado un profundo conflicto entre la soberana María de Guise y algunos
lores proclives al protestantismo. Accediendo a peticiones francesas a la reina inglesa Isabel I,
que gobernaba desde 1558, Inglaterra suspendió el movimiento de barcos entre Escocia y
Francia, porque Francia buscaba impedir la Reforma en Escocia. Este hecho originó la victoria
de la Reforma, la que fue ratificada por el parlamento escocés en el Contrato de Edimburgo en
1560. En el mismo año, el sínodo general de la Iglesia escocesa ratificó la Confessio Scotica
(Confesión Escocesa), redactada, entre otros, por Juan Knox. También fue ratificado el “First
Book of Discipline” (el Primer Libro de la Disciplina, en inglés), que tenía como objetivo una
reforma integral, incluyendo la vida cotidiana de los ciudadanos. El “First Book of Discipline”,
sin embargo, nunca fue ratificado por el parlamento, y, por ende, no entró en vigor. En 1561,
María Estuardo asumió el gobierno en Escocia. Trató en vano de abolir la Reforma. En 1568,
huyó a Inglaterra.
Después de la muerte de Juan Knox en 1572, fue Andrew Melville quien ganó influencia en la
Iglesia escocesa. Fue el autor del “Second Book of Discipline” (Segundo Libro de la Disciplina,
1578) que promueve una Iglesia independiente del Estado. En este libro se aborda un tema que
marca a la Iglesia escocesa por cerca de un siglo: ¿A qué distancia del Estado debería ubicarse la
Iglesia? Melville opina que la Iglesia debería ser independiente. Bajo control estatal, exigen en
cambio los obispos designados por el Estado.

Del “Second Book of Discipline” de 1578


1. El término “Iglesia de Dios” es ampliamente entendido como denominación de todos los que
dan testimonio del Evangelio de Jesucristo – y al final resulta ser una comunidad y compañía no
sólo de los temerosos de Dios, sino también de los hipócritas que siempre confiesan fuera de la
religión verdadera. En otros lugares, el término de Iglesia de Dios sólo se aplica a los devotos y
elegidos, y a veces incluso sólo a aquéllos que ejercen una función espiritual dentro de la
comunidad de los fieles.

2. La Iglesia en este último sentido obtiene un poder concedido por Dios, que debe ejercer como
una correcta jurisdicción y gobierno para el bien de toda la Iglesia. Este poder eclesiástico es una
autoridad conferida por Dios
Padre a través de su hijo Jesucristo, para que su Iglesia se reúna; tiene su fundamento en la
palabra de Dios, y ha de ser ejercido por aquéllos que recibieron el llamado legítimo para
gobernar espiritualmente la Iglesia.

3. El comportamiento de la Iglesia que se nutre de esta fuerza, es una estructura o forma de


régimen espiritual ejercido por sus miembros que fueron determinados para esto por la palabra
de Dios. Este régimen ha sido entregado directamente a los que tienen un cargo oficial, y lo
ejercen para el bien de todo el cuerpo. El poder se ejerce de distintas maneras: a veces
severamente, sobre todo por los maestros, otras veces, por consenso mutuo entre los que revisten
el cargo y la misión, en forma de jurisdicción.
Así es que llamamos a la primera la “potestas ordinis”, y a la segunda “potestas iurisdictionis”.
Las dos formas de poder tienen una misma autoridad, un solo fundamento, una última razón,
pero son distintas en su manera de ejecución como se puede ver en las palabras de nuestro Señor
(Mateo 16 y 18).

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4. Esta fuerza y este comportamiento de la Iglesia son, según su propia naturaleza, distintos y se
diferencian de la fuerza y el comportamiento del poder civil que compite al gobierno del Estado.
Sin embargo, los dos vienen de Dios y tienen el mismo objetivo, si es que se utilizan
correctamente: dar testimonio y aumentar la gloria de Dios, y tener a sujetos buenos y temerosos
de Dios.

5. La autoridad eclesiástica viene inmediatamente de Dios y su mediador Jesucristo, y es


espiritual. No tiene otro líder temporal en la tierra más que Jesucristo quien es el único rey
espiritual y regente de su Iglesia.

>> Preguntas para seguir trabajando <<

Pregunta 1:
En el “Second Book of Discipline” se enfatiza la distinción entre Estado e Iglesia y por ende la
independencia de Estado e Iglesia. ¿Dónde se expresa este elemento en el párrafo seleccionado?

Respuesta 1:
Se expresa en el énfasis que se pone en la autoridad eclesiástica. Ella puede y debe tener y
ejercer autoridad propia en determinados casos. Se menciona la autoridad de los maestros, pero
también el juicio en asuntos de doctrina (véase punto 3), o sea, aquí se trata de que el Estado no
debe meterse en ámbitos que son de la Iglesia. Los que fueron elegidos para un cargo, ejercen
este poder encargados por toda la comunidad. Aquí se expresa un concepto cuasi democrático de
la delegación del poder.

Pregunta 2:
¿Qué significa el hecho de que la Iglesia tenga autoridad y poder?

Respuesta 2:
Significa que la Iglesia tiene la tarea y el derecho de ordenar sus propios asuntos en su propio
ámbito, independientemente del Estado y sin su influencia. Con esto se le impide al Estado
meterse en asunto espirituales, incluso en el área de la educación: aquí son los maestros que
concentran el poder de la enseñanza. Tampoco en cuanto a juicios sobre la doctrina correcta le
cabe una función al Estado; más bien, éste debe limitarse a sus propias tareas.

Pregunta 3:
¿En qué coinciden Iglesia y Estado?

Respuesta 3:
Hay una coincidencia en el objetivo de sus actividades: éstas apuntan a anunciar la gloria de Dios y a
promover “sujetos cristianos”. Evidentemente, aquí se trata de un Estado cristiano. Llama la
atención, sin embargo, que no haya una sublimación teológica de las distintas tareas como en la
tradición luterana que divide el actuar de Dios en dos ámbitos (Dios actúa a la derecha con el amor, a
la izquierda con la razón). Iglesia y Estado son dos cosas distintas; pero la distinción no se traslada al
interior de Dios. Más bien los dos ámbitos tienen funciones distintas. Para la discusión más reciente
sobre Iglesia y Estado es importante que el “Second Book of Discipline” enfatiza elementos
funcionales, y no está interesado en el ser o la esencia de la Iglesia o el Estado.

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Pregunta 4:
¿Cómo fundamenta el “Second Book of Discipline” su posición?

Respuesta 4:
La fundamenta con su origen en la palabra de Dios. En el párrafo elegido se alude dos veces al
origen del poder: fue entregado por Dios Padre a través de su hijo y mediador Jesucristo. Esta
posición se deriva directamente de la palabra de Dios; aunque no se mencionen explícitamente
versos bíblicos, la reivindicación es evidente.
Es evidente también que el poder no le ha sido conferido a la Iglesia por el Estado. Muy por el
contrario, más alto y más importante que el Estado es Dios, y por eso el Estado debe responder
frente a la autoridad de Dios (y no frente a la autoridad eclesiástica).

En 1592, los independentistas obtuvieron una victoria, pero que tuvo su costo: Se podía
constituir el sínodo general, pero necesitaba ser convocado por el rey o un comisario estatal. En
1638 se realizó un sínodo en el que fueron destituidos los obispos. Si bien el rey Carlos I había
hecho la convocatoria, después ordenó disolver la reunión. Este sínodo, realizado a pesar de la
prohibición, es conocido en Escocia como la “Segunda Reforma Escocesa”. En los años
siguientes, el gobierno inglés se fue debilitando, y en 1644 el ejército escocés invadió Inglaterra.
El parlamento inglés había decidido establecer la Reforma en Inglaterra, y en el mismo año fue
promulgada la “Westminster Confession” (Confesión de Westminster), influenciada, entre otras,
por la reforma escocesa. Esta confesión se ha convertido en la confesión más importante del
calvinismo anglosajón.
En Escocia reemplazó a la Confessio Scotica.
En el año 1662, la presión del rey Carlos II logró reinstaurar el sistema de los obispos con él a la
cabeza. En Escocia se prescribió el modelo eclesiástico anglicano sin modificaciones de la
confesión ni del culto tradicional. La resistencia en Escocia fue vehemente: más de 300 pastores
se negaron a aceptar las nuevas reglas, siendo destituidos. La consecuencia fueron reuniones al
aire libre o en graneros. Sólo seis años más tarde, esta "pesadilla" acabó debido a la invasión de
Guillermo de Orania en Inglaterra y la huida del sucesor de Carlos II, Jacobo II.

Al interior de la Iglesia escocesa, sin embargo, había diferencias teológicas que finalmente
llevaron a una separación orgánica de la institución. Los moderados (“moderates”, en inglés)
influenciados por la Ilustración, el Deísmo y en parte también el Unitarismo, adoptaron algunos
pensamientos racionalistas, equiparando la identidad cristiana mayormente con un
comportamiento ético y enfrentándose, consecuentemente, con la doctrina calvinista ortodoxa.

En el otro extremo estaban los llamados evangelicales (“evangelicals”, en inglés) que pueden ser
considerados los herederos de la ortodoxia reformada, pero que a veces identificaban "cultura"
con decadencia mundana.
Después de vehementes enfrentamientos, a comienzos del siglo XVIII se produjeron cismas,
provocados cada vez por el tema de la relación Iglesia-Estado.
Durante el siglo XVIII se formaron la “Secession Church” (Iglesia de la Secesión) y la “Relief
Church” (Iglesia del Alivio), las que en 1847 se unieron en la “United
Presbyterian Church” (Iglesia Presbiteriana Unida). Pero el gran quiebre sucedió en 1843: Los
evangelicales abandonaron el sínodo general, constituyéndose alrededor de un tercio de la Iglesia
en la nueva “Free Church” (Iglesia Libre).

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En sus primeros dos años se construyeron más de 500 iglesias y varios colegios.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, la importancia de la Confesión de Westminster decayó
también en las Iglesias más bien ortodoxas. En 1879, primero la Iglesia Presbiteriana Unida
decidió relativizar la confesión, permitiendo la libertad de opinión en todos los puntos que no
tocaran la esencia de la fe. En 1892 le siguió la Iglesia Libre con una declaración similar. Las dos
Iglesias finalmente se unieron en 1900, y en 1929 se produjo la gran unión de éstas con la hasta
entonces Iglesia estatal “Church of Scotland” (Iglesia de Escocia). Al mismo tiempo siguen
existiendo varias Iglesias presbiterianas libres que se separaron en los siglos XIX e incluso XX,
en señal de protesta contra la unión. Hoy ellas forman la mayor parte de la “United Free Church
of Scotland” (Iglesia Libre Unida de Escocia), con unos 20.000 miembros en 115
congregaciones. La Iglesia de Escocia hoy en día cuenta con 630.000 miembros en 1.555
congregaciones.

5. Italia (Los Valdenses)


El movimiento prerreformistas de los Valdenses se unió – después de una profunda reflexión – a
la Reforma reformada en 1532 (vs. lección 1). Con esto, cambió su rostro: Un movimiento no
muy organizado se convirtió en una Iglesia constituida con una clara estructura. Los Valdenses
tenían carisma, y, por ende, crecieron.
En el año 1555 se edificaron las primeras iglesias propias, lo que expresa la orientación del
movimiento hacia la vida pública. También es una expresión de autoestima. Sin embargo, esta
fase de expansión duró poco. La Contrarreforma destruyó todas las congregaciones salvo un
pequeño resto en los valles del Piamonte y redujo a los Valdenses a sus antiguas regiones
alrededor de Torre Pelice.
En este gueto alpino, las comunidades valdenses sobrevivieron cerca de 150 años – no siempre
perseguidas, pero siempre reprimidas. Sólo el extremo aislamiento de la región y la intervención
a su favor de algunos cantones suizos y ciudades ingleses las salvó de un destino peor.

Al principio del siglo XVIII se inició una fuerte recatolización, por lo que una parte de los
Valdenses abandonó el Valle de Piamonte, trasladándose a Wurttemberg en Alemania y
fundando nuevas congregaciones allí. En este contexto aparece Henri Arnaud (1641-1721). En
1685, Arnaud huyó del Piamonte a Ginebra, desde donde volvió algún tiempo después. En 1699,
después de su segunda expulsión, se convirtió en pastor de la colonia valdense de Dürrmenz
Schönenberg en Wurttemberg.
Después de 1848, los Valdenses italianos recibieron todos los derechos ciudadanos. En el
contexto de la piedad del avivamiento y las actividades misioneras que conlleva, nacen en toda
Italia pequeñas congregaciones valdenses (por ejemplo en Torino, Florencia, Roma y Sicilia).
Muchos emigran, sobre todo a la región del Río de la Plata en Argentina y Uruguay. En 1905, las
antiguas y nuevas congregaciones se reúnen en la “Chiesa Evangelica Valdese” (Iglesia
Evangélica Valdense). Hoy en día, ésta tiene en Italia 135 congregaciones con unos 28.000
miembros (11.000 viviendo en los valles del Piamonte). El trabajo de la Iglesia Evangélica
Valdense pone un claro énfasis en la diaconía. La Iglesia Valdense tiene una facultad propia en
Roma.

73
6. La Iglesia evangélica de los Hermanos Moravos
En Bohemia y Moravia existía en los tiempos de la Reforma la “Comunidad de los Hermanos
Moravos”. Esta se remonta sobre todo a raíces husitas, integrando también tradiciones valdenses
y otras costumbres. El hermano Lucas, quien marcó la comunidad al inicio del siglo XVI, tenía
contacto con Martín Lutero. En los conflictos confesionales, sin embargo, la comunidad de los
Hermanos Moravos se desarrolló más hacia la Iglesia reformada.

Después de la derrota del ejército corporativo frente a las tropas imperiales de Habsburgo en
1618, Bohemia y Moravia fueron recatolizadas por la fuerza. 27 líderes espirituales fueron
ejecutados y descuartizados. Más de 1.200 clérigos tuvieron que abandonar el país. Con ellos
emigraron más de 36.000 familias, lo que redujo la población a un tercio y destruyó la antigua
prosperidad y bienestar del país. Los polos de la emigración fueron Sajonia, Silesia y Polonia.

Otros entraron a la clandestinidad. En la Polonia del siglo XVII, Juan Amos Comenio se
convirtió en el teólogo y decano más importante. La “Patente de Tolerancia” del emperador José
II de Habsburgo (1781) volvió a permitir la confesión evangélica, y en el tiempo que siguió, unos
66.000 checos se unieron a la Iglesia reformada formando 73 congregaciones hasta 1789.

De la “Patente de Tolerancia” del emperador José II de1781


Convencidos por un lado de la nocividad de toda obligación de la conciencia, y, por otro lado,
del gran provecho que pueden sacar religión y Estado de una verdadera tolerancia cristiana, nos
hemos decidido solemnemente a permitir a los fieles de la Confesión de Augsburgo y de la
Helvética.... el ejercicio de su religión por doquier. ... La religión católicorromana, sin embargo,
mantiene el privilegio del ejercicio público de la religión.

1.... Respecto de la casa de culto ordenamos explícitamente que ésta – salvo donde ya exista – no
tenga ni repique de campanas, ni torres, ni una entrada pública desde la calle para que no parezca
Iglesia ....

7. Los no católicos pueden ser admitidos a la compra de casas y bienes, a los derechos civiles y
de maestros de oficios, a los honores académicos y servicios civiles. .... No deben ser obligados a
jurar fórmulas que no sean congruentes con sus fundamentos religiosos; tampoco deben ser
obligados a asistir a las procesiones o funciones de la religión dominante.

>> Preguntas para seguir trabajando <<

Pregunta 1:
¿Qué concepto de tolerancia se puede derivar de esta “Patente de Tolerancia”? ¿Es idéntica con
la comprensión actual de la tolerancia o difiere de ella?
Respuesta 1:
La comprensión de tolerancia en el siglo XVIII no es idéntica a la comprensión actual que
tenemos de esta virtud, porque la característica decisiva de esa tolerancia es que es concedida – y
puede, por ende, ser quitada. En el Edicto de Nantes se permitió el libre ejercicio de su religión a
los hugonotes antes de prohibírselo nuevamente 87 años más tarde. El emperador de Habsburgo
concede tolerancia, entre otros porque le parece útil para la paz en su propio reino. Tal
comprensión de la tolerancia hace que ésta tenga ciertos límites – por ejemplo, las Iglesias

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evangélicas no deben ser reconocibles como tales. Estas huellas se encuentran hasta hoy día en
muchas Iglesias evangélicas.

Pregunta 2:
¿Por qué las Iglesias evangélicas (augsburguianas = luteranas por la Confesión de Augsburgo de
1530; helvéticas = reformadas por la Segunda Confesión Helvética de 1566) reciben el derecho
de existencia y de ejercicio de su religión, pero se les concede solamente un espacio público
limitado?

Respuesta 2:
Esto tiene varios motivos. Por un lado, no se le quiere quitar completamente su posición
privilegiada a la Iglesia católicorromana; esto sirve a la paz interior del país. Por otro lado, se
enfatiza que las Iglesias evangélicas no tienen por qué tener un rol importante en la vida pública
y, por ende, ser soportes del Estado. Ellas viven al margen de la sociedad, no en medio de ella.
Pueden participar, pero no dominar. En tercer lugar, así también disminuye el atractivo de la
Iglesia evangélica. Por el lado evangélico, la combinación de aceptación estatal y eclesiástica
resulta bastante más difícil – en el fondo, es imposible.

Pregunta 3:
¿Existen diferencias en los derechos civiles para católicos y evangélicos?

Respuesta 3:
Oficialmente al menos no existen. Cada ciudadano puede ejercer, independientemente de su
confesión, todos los cargos y funciones cívicos.
No hay discriminación de la persona. Por mucho tiempo, sin embargo, teoría y práctica no se
correspondieron en este ámbito, pero esto tiene más bien razones sociológicas: los miembros de
la mayoría siempre tienen otras posibilidades que los de una minoría.
Sin embargo, no había igualdad de derechos para las dos confesiones: Los evangélicos por
ejemplo tenían que aportar al financiamiento de los curas católicorromanos. El Estado permitía la
existencia de los evangélicos, pero no los veía con buenos ojos. Hasta 1861, la Iglesia reformada
creció bastante más lento que la población; sólo se formaron cinco congregaciones. En ese año,
sin embargo, el emperador Francisco José I promulgó la llamada “Patente de los
Protestantes”: Esta concedió la igualdad de derechos a los evangélicos, y tanto la
Iglesia luterana como la reformada crecieron fuertemente. En 1919, las Iglesias luterana y
reformada se reunieron en la “Iglesia Evangélica de los Hermanos
Moravos”, un nombre que expresa la continuidad de la historia de Bohemia. En los años
siguientes, muchos antiguos católicos se unieron a esta Iglesia; después de
1945, sin embargo, su importancia disminuyó. Hoy día, la Iglesia de los Hermanos
Moravos cuenta con 13.000 miembros en 264 congregaciones. Una institución importante para la
Iglesia es la facultad de Comenio en Praga.
7. Hungría
Probablemente ya alrededor de 1520, la Reforma fue transmitida a Hungría, sobre todo por
jóvenes que habían estudiado en las universidades de Europa occidental.
A partir de 1526, Hungría estuvo dominada por los turcos y luego dividida en tres partes: el oeste
de Habsburgo, la parte central de los turcos, y Transilvania, que al comienzo mantuvo su
independencia, luego se convirtió en protectorado turco.

75
Este dominio extranjero, incomprensible para la mayoría de la población, fue interpretado por los
reformadores como una consecuencia de la decadencia de la Iglesia, por lo que llamaban al
arrepentimiento y a la conversión. Sus prédicas tuvieron éxito: Después de los inicios luteranos,
la corriente reformada gana mucha influencia a partir de los años cuarenta del siglo XVI. En este
contexto cabe destacar a los predicadores Mihály Sztárai (muerto en 1578) e István Szegedi Kis
(1506-1572). En 1567, se reúne el primer sínodo en Debrecen que adopta la Segunda Confesión
Helvética (Confessio Helvética Posterior). Sin embargo no se forma una Iglesia unitaria, ya que
las iglesias se ubicaban en distintos territorios.

En el siglo XVII, y como reacción a la ortodoxia que se rigidizaba cada vez más, en Hungría se
desarrolló un movimiento pietista puritano que tiene importancia hasta el presente, con énfasis en
la “práctica piadosa” de la vida cotidiana. En las partes habsburguesas del territorio húngaro
arrasó a partir de 1671 la contrarreforma: más de 40 pastores y profesores que se negaron a
convertir fueron mandados como esclavos a las galeras.
Al final del siglo XVII, Habsburgo conquistó también el centro turco de Hungría, imponiendo su
opresión contra los evangélicos. Entre 1711 y 1718 hay una leve mejoría de la situación con
respecto a la sangre derramada: la contrarreforma ya no es sangrienta.
El efecto de la contrarreforma en la Iglesia reformada húngara, la que a fines del siglo XVI había
aglutinado a la mayoría de la población, fue un fuerte retroceso hasta el final del siglo XVIII.
Con la “Patente de Tolerancia” del emperador habsburgués José II de 1781, la Iglesia reformada
obtuvo libertades formales.
Se proyectó una primera estructura de organización para toda Hungría, y se edificaron muchas
nuevas casas de culto y oración. En 1881 fue fundada oficialmente la Iglesia Reformada de
Hungría en el marco del sínodo general de Debrecen. Sin embargo, este fortalecimiento exterior
y autonomía se daban al mismo tiempo que una creciente pérdida de sentido interior debido a las
corrientes liberales de la época.
Recién después de la Primera Guerra Mundial se inició una etapa de reorientación. La dirección
superior de la Iglesia trató de reforzar su influencia sobre el Estado adoptando posiciones
nacionalistas, por lo que prácticamente no fue capaz de criticar la política pro-fascista del
gobierno húngaro durante la Segunda Guerra Mundial.
También en el tiempo después de 1945, en ocasiones hubo una cercanía problemática con el
entonces Estado socialista.

En la actualidad, hay alrededor de dos millones reformados húngaros que viven según el
principio sinodal-presbiterial en cuatro distritos eclesiásticos. La Iglesia reformada dispone de
dos facultades en Budapest y Debrecen.

8. Rumania (Transilvania)
Hasta 1541, Transilvania formó parte del reino húngaro. Hacia fines del siglo XVII se convirtió
en protectorado autónomo de los turcos. El reformador destacado de Transilvania es Juan Ontero
(Honterus), quien introdujo la reforma luterana en Kronstadt en el año 1542. Hasta 1550, la
Iglesia completa de Transilvania se había convertido bajo la batuta del clérigo, respetando en sus
inicios el luteranismo moderado en la tradición de Felipe Melanchthon. A partir de 1550, sin
embargo, la mayoría de la Iglesia de Transilvania tendió hacia la corriente reformada. Muy
importante resultan los dos pastores Gregor Szegedi y Pedro Méliusz Juhasz. En el conflicto
sobre la naturaleza de la presencia de Cristo en la Santa Cena representan una comprensión que

76
parte de la vida de Jesucristo: No hay comunidad con el cuerpo de Cristo sin la fe en él; el
“cuerpo vive de la mente”.
Esta posición cercana al calvinismo paulatinamente convenció a la Iglesia transilvana. El año
1564 es considerado como el año uno de la institución en Transilvania, y hasta 1567 la gran
mayoría de los pastores había optado por la Reforma reformada.

En 1565 fue introducido el Catecismo de Heidelberg en Klausenburgo (hoy la ciudad se llama


Cluj Napoca / Kolosvar). El Estado, sin embargo, entre 1566 y
1571 apoyó más bien el unitarismo (o antitrinitarismo). Hasta hoy existen congregaciones
unitarias en Transilvania. Alrededor de 1571, el católico Stephan Báthori se convirtió en príncipe
de Transilvania. Apoyó a la Iglesia católicorromana y ayudó además sobre todo a los luteranos.
No tocó el principio de la libre elección de la confesión por parte de las ciudades. Los príncipes
de Transilvania estaban al servicio de Habsburgo, por lo que amenazaba una recatolización. Sin
embargo, en la así llamada “Guerra Larga” (1593 - 1606) la alta nobleza reformada logró
conquistar el poder en Transilvania. Al mismo tiempo, la soberanía de los turcos favoreció a los
reformados porque éstos, más la nobleza, formaban un frente común anti-habsburgo.

A partir de 1692, la situación favorable para la Iglesia reformada cambió con la ocupación de
Transilvania por el imperio de Habsburgo: se confiscaron iglesias, incluso se prohibió el uso del
Catecismo de Heidelberg; una recatolización completa, sin embargo, no fue posible debido a la
rebelión contra Habsburgo entre los años 1705 a 1711.

Recién la “Patente de Tolerancia” de 1781 trajo un cierto alivio; al mismo tiempo se produjo –
como en otros lugares – un vaciamiento de sentido en la vida eclesiástica. Recién en la segunda
mitad del siglo XIX hubo innovaciones en distintos niveles: por ejemplo se construyeron nuevos
colegios, iglesias y casas parroquiales, y se reorganizó la facultad de Klausenburgo.
Después de la Primera Guerra Mundial, Transilvania quedó como parte de Rumania. Después de
la Segunda Guerra Mundial fue fundada la Iglesia Reformada de la República Popular de
Rumania cuyo radio de acción va más allá de Transilvania. Hoy más de 725.000 reformados
viven en dos distritos eclesiásticos con cerca de 800 congregaciones.

77
Lección 6
Las confesiones reformadas en los siglos XVI y
XVII

Introducción
1. Acerca de la comprensión de la confesión reformada
2. Confesiones del territorio de la Reforma suizo-alemana
3. Confesiones de la Reforma calvinista
4. Confesiones de los territorios alemanes
5. Confesiones de Europa del Oeste y Noroeste
6. Confesiones de Europa del Este y Sudeste
7. Panorama de los orígenes del confesionalismo del siglo XVIII al siglo XX

Toda la Reforma de los siglos XVI y XVII se caracteriza por las confesiones escritas, tanto en la
Reforma luterana como en la reformada. A través de las confesiones, las respectivas iglesias
anunciaban su doctrina y su conocimiento de los contenidos esenciales de la fe cristiana a sus
miembros y a toda la comunidad.

Las confesiones se remontan a la crítica de los reformadores y de las comunidades evangélicas


no sólo hacia la práctica, sino también hacia la doctrina de la iglesia católica romana del siglo
XVI. Ellos consideraban que detrás de ciertas prácticas dominaban doctrinas falsas: por ejemplo,
en el tema de las indulgencias, en el papado, en la comprensión de obra y gracia y, sobre todo, en
la comprensión de la Biblia.
Los evangélicos, como creían que ningún oficio y ninguna persona tenían la autoridad de tomar
una decisión definitiva respecto a una doctrina sobre un determinado objeto de fe, se veían
obligados a justificar su posición. Por un lado, estas declaraciones se dirigían hacia afuera como,
por ejemplo las confesiones que se entregaron al Emperador durante la Dieta Imperial de
Augsburgo en el año 1530.
Entre ellas se encuentran la Confesión de Augsburgo (en latín, Confessio Augustana) por parte
de los luteranos, y la Fidei Ratio por parte de Ulrico Zuinglio. Más importante aún era la función
que tenían estas confesiones internamente, sirviendo primordialmente para la enseñanza y la
educación de los miembros de las propias comunidades. Estas escrituras incluyen los catecismos.
Un tercer objetivo de las confesiones es la delimitación de la propia doctrina de las falsas
enseñanzas.

En el año 1580, la iglesia luterana divulgó una colección de escrituras confesionales luteranas
que sigue válida hasta nuestros días. Entre sus obras esenciales están el Catecismo Mayor y el
Catecismo Menor de Martín Lutero y la Confessio Augustana. Esta colección de siete
confesiones luteranas une a todas las iglesias luteranas que se remontan a ellas en sus doctrinas.
En el año 1580, no se excluía la posibilidad de que, en el transcurso del tiempo, hubiese otras
confesiones; sin embargo, hasta el siglo XX no hubo ninguna nueva confesión luterana.
La Declaración Teológica de Barmen del año 1934 causó una polémica en las iglesias luteranas
que persiste hasta hoy, cuestionándose hasta hoy día su validez como confesión luterana.

78
Las confesiones reformadas son distintas de las confesiones luteranas en cuanto a su existencia y
validez. Es por eso que en el primer capítulo trataremos la comprensión de la confesión
reformada.
En los siguientes párrafos se dará una visión global de las confesiones reformadas en las distintas
regiones, tanto en Suiza, Francia, Alemania, Europa del Oeste y Noroeste como en Europa del
Este y Sudeste. Los textos intercalados contienen extractos de las distintas confesiones y
presentan preguntas para profundizar en el tema. En todos ellos se trata el tema de la iglesia.

1. Acerca de la comprensión de la confesión reformada


El punto de vista reformado acerca de las confesiones se caracteriza por varias dimensiones
distintas:
a) En un primer plano, se enfatiza la particularidad en cuanto a los territorios y las épocas. Las
iglesias reformadas – al contrario de aquéllas luteranas – no se basan en una sola confesión
válida.
Para Alemania, la confesión decisiva es el Catecismo de Heidelberg; para los Países Bajos, lo
son la Confessio Bélga, el Catecismo de Heidelberg y, con algunas concesiones, las Doctrinas de
Dordrecht.
Los países anglosajones se basan en la Confesión de Westminster, en Hungría prevalece la
Confesión de Erlauthal y en los Estados Unidos, las iglesias reformadas generalmente se orientan
por confesiones distintas. Esta lista podría ampliarse sin problema alguno. Las confesiones no
constituyen un lazo que une a todos los miembros de la familia reformada, pero sí vinculan
algunas iglesias con otras y son válidas más allá de las fronteras nacionales.
Además de estas limitaciones territoriales, las confesiones siempre tenían limitaciones
temporales, siendo no todas las confesiones reformadas válidas durante todos los siglos. Existen
confesiones que fueron muy actuales en su época como, por ejemplo, las Doctrinas de Dordrecht
del año 1648 o también la Confesión Escocesa. Después de un tiempo, perdieron su importancia.

Es esta diversidad lo que caracteriza el protestantismo reformado.


Las colecciones de escrituras confesionales reformadas que datan de tiempos anteriores deben
entenderse como documentaciones más que normas. En la época de la Reforma, no había
intentos de formular una unidad confesional, ni existía, en tiempos posteriores, un consenso
general de que una fórmula única fuera posible o incluso necesaria. Siempre había, sin embargo,
colectores de escrituras confesionales; por ejemplo, existe una amplia edición del año 1903 que
estuvo a cargo del profesor de teología reformada E.F.K. Müller en Erlangen, Alemania. Recién
en el año 2002, se publicó el primer volumen de una nueva edición de las confesiones
reformadas que contará con cinco volúmenes.

b) En un segundo plano, hay otro hecho importante: Todos los enunciados confesionales
reformados pueden ser enmendados, es decir, siempre puede haber un mejor discernimiento de la
Biblia.
Un buen ejemplo para esta actitud es el prólogo de la Confessio Helvética Posterior que data del
año 1566: “Testificamos, por sobre todas las cosas, que siempre estamos totalmente dispuestos a
detallar nuestras exposiciones en general y en específico si alguien lo desea.
Finalmente cederemos a los que nos abran los ojos respecto de la palabra de Dios con una
profunda gratitud hacia ellos, siguiendo a nuestro Señor a quien debemos todo honor y toda
gloria.” Palabras similares encontramos en la “Confessio Scotica” de 1560: “Si en esta nuestra

79
confesión alguien encuentra algún artículo o alguna frase que no coincida con la santa palabra de
Dios, le rogamos que nos lo indique por escrito por el amor cristiano. Le prometemos en
conciencia y honor que, o bien refutaremos sus reparos por la misma palabra de Dios, esto es,
por la Escritura, o bien rectificaremos lo que resulte ser equivocado.” Los autores de las
confesiones dicen explícitamente que su confesión es reversible, que depende de su modesto
entendimiento y que en principio puede ser cambiada. De este modo, los autores declaran en
forma muy clara sus limitaciones y su dependencia del contexto. Sin esta limitación, la confesión
se malinterpretaría porque se podría entender como una sublimación. Se enfatiza la brecha
principal, por un lado entre el conocimiento de los autores, esto es, el texto de las confesiones, y
la Biblia por el otro lado.

c) Además de estas dos dimensiones que enfatizan la particularidad, hay un tercer aspecto que
conscientemente resulta en una tensión con las primeras: la universalidad. La confesión no tiene
sólo la intención de formular un discernimiento subjetivo. Si bien respeta esta particularidad, esta
declaración de fe tiene otra intención más profunda que supera sus limitaciones: la reivindicación
de la verdad universal que no sólo concierne a la propia iglesia. La referida Confesión Escocesa
dice: “Y es nuestra decisión determinada aferrarnos a la confesión de nuestra fe enunciada en los
siguientes artículos, inspirados por el poderoso espíritu de nuestro Señor Jesucristo.” Esta
reivindicación es tan explícita como la relatividad anteriormente expresada. Se deja en claro que
las confesiones no son enunciados meramente privados, sino que ellas tienen como objetivo
denominar la verdad en sí, no una verdad particular para una u otra iglesia regional o local. La
confesión es una expresión universal y católica (=general) que concentra la verdad de la iglesia
entera. La confesión habla en forma universal, consciente de su propia particularidad.

2. Confesiones del territorio de la Reforma suizo-alemana


Las 67 Tesis o Artículos de Ulrico Zwinglio frecuentemente se consideran como la primera
confesión reformada del año 1523, constituyendo la contribución de Zwinglio a la llamada
Primera Disputación de Zurich en enero 1523 (v. Lección 2).

En estas Tesis se tratan todos los temas teológicos de interés por medio de una interpretación de
la Biblia; la explicación detallada de las Tesis en julio 1523 es considerada como una de las
obras más importantes de Zwinglio.

En 1523, Zwinglio redactó su Introducción de Zurich como consecuencia de la Segunda


Disputación de Zurich. En ella se había criticado, entre otros, la escasa educación del clérigo, lo
que llevó a Zwinglio a redactar una especie de “instrucción de trabajo” (según Karl Barth) para
los pastores, en el que trata la doctrina de pecado y gracia, la ley, el Evangelio y la nueva vida,
exigiendo reformas eclesiásticas en cuanto a las imágenes y el culto. En noviembre de 1523, el
Consejo de Zurich declaró esta escritura documento obligatorio.

Las diez Tesis de Berna del año 1528, que apenas llenan una página y se deben a la autoría de los
predicadores bernenses Berthold Haller y Francisco Kolb, son el fundamento de la conversión de
Berna a la Reforma. También tenían influencia directa en St. Gallen, Mühlhausen, Biel y Lindau.
Esta confesión se destaca especialmente por su primera tesis: “La santa iglesia cristiana cuya
única cabeza es Cristo, nació de la palabra de Dios; ella permanecerá en su palabra y no
escuchará la voz de un extraño.”

80
De las “Tesis de Berna” de 1528
Tesis 1
La santa iglesia cristiana cuya única cabeza es Cristo, nació de la palabra de Dios; ella
permanecerá en su palabra y no escuchará la voz de un extraño.

Preguntas para profundizar

Pregunta 1: ¿Qué cosa se excluye con esta afirmación de la iglesia que Jesucristo es su “única
cabeza”?
Respuesta 1:
Si Jesucristo es la única cabeza de la iglesia, no lo puede ser ningún hombre, y, por ende,
tampoco lo puede ser el Papa. Éste es el mensaje fundamental. En los tiempos de la Reforma, la
iglesia católica romana se definía por el papado; según la doctrina romana, el Papa como
cabeza de la iglesia no podía ser separado de la cabeza que era Jesucristo. Las Tesis de Berna
se niegan a adoptar esta identificación: El Papa sigue siendo sólo un hombre, y la dirección
verdadera de la iglesia pasa por Jesucristo y su espíritu.

Pregunta 2:
¿Qué podría significar “la iglesia nació de la palabra de Dios”?

Respuesta 2:
Según la visión de las Tesis de Berna, la iglesia nacida de la palabra de Dios es la alternativa a
la iglesia dirigida por el papa. No es la organización o institución que garantiza la existencia de
la iglesia, sino solamente la palabra de Dios.

En su palabra, Dios se acercó al mundo, y en ella se fundó la iglesia. Esta actitud obliga a los
fieles a orientarse nuevamente cada vez hacia lo que realmente es la palabra de Dios. Según las
Tesis de Berna, la palabra de Dios está estrechamente vinculada con la Biblia: Sólo en ella se
reconoce la voluntad de Dios; a través de ella hay que examinar lo que es o no es válido para la
iglesia.
Si la iglesia nació de la palabra de Dios, no depende de ninguna otra cosa. Por lo menos, no
depende de ningún hombre, ni de una autoridad clerical ni de un príncipe. Como sabemos, sin
embargo, la realidad mundana siempre y en todos lados es distinta.

Pregunta 3:
“La santa iglesia cristiana” es una cita de la Confesión Apostólica; sin embargo frente a la
versión antigua católica romana algo ha cambiado. ¿Sabe usted lo que es?
Respuesta 3:
La fórmula católica romana de la Confesión Apostólica en latín es: “Credo in (…) unam
sanctam catholicam ecclesiam”. En la traducción al español, las palabras significan: unam –
una, sanctam – santa, catholicam – universal, ecclesiam – iglesia. El problema se produce
cuando no se traduce la palabra “catholicam” y, por lo tanto, equivale a la institución de la
iglesia católica romana (así lo pronuncian hoy en día los fieles católicos: “santa iglesia
católica”). Para evitar esta equivalencia, las Tesis de Berna reemplazan la palabra “católica”
por “cristiana”, hecho que se remonta a Martín Lutero. En el transcurso del tiempo, en las

81
iglesias reformadas se ha impuesto la fórmula “santa iglesia cristiana y universal”, con el afán
de incluir ambos sentidos de la palabra.

En 1530, con ocasión de la Dieta Imperial de Augsburgo, Zwinglio entregó su Fidei Ratio (razón
o justificación de la fe) como confesión; sin embargo, esta confesión probablemente no fue
tratada en esa oportunidad. Zwinglio argumenta claramente en oposición tanto al catolicismo
como al luteranismo, dando un resumen de su doctrina cristiana basada en la Confesión de Fe
Apostólica. La doctrina de los sacramentos que era el punto central de las polémicas, es tratada
en todos sus detalles.

El Sínodo de Berna del año 1532 se remonta esencialmente a la autoría del reformador alsaciano
Wolfgang Capito (Estrasburgo). Con este documento, Capito calmó los disturbios que azotaban
Berna, debidos a una fuerte oposición romana y una radicalización parcial de la Reforma. En sus
44 capítulos, se esclarecen los aspectos teológicos fundamentales y las preguntas acerca del
reglamento de vida en las congregaciones y de la cura de almas. La posición equilibrada y
ecuménica de Wolfgang Capito fue decisiva para su éxito.

La Confesión de Basilea del año 1534, también de sólo algunas pocas páginas, se remonta a
Oecolampad, quien la preparó, y su sucesor, Osvaldo Myconius. Ella sirvió para consolidar la
Reforma en Basilea. Lo especial en este caso es que el Consejo de Basilea que promulgó la
confesión invitó a todos los ciudadanos a ratificarla. La Confesión de Basilea estuvo en vigor
hasta el año 1872, en el que se derogó la obligatoriedad legal de todas las confesiones en Basilea.
La confesión más importante de la Reforma suizo-alemana fue, durante treinta años, la Primera
Confesión Helvética o Confessio Helvética Prior del año 1536. Planificada y promulgada en un
esfuerzo común por las ciudades de Zurich, Berna, Basilea, Schaffhausen, St. Gallen,
Mühlhausen y Biel, y redactada por Leo Jud, esta confesión demuestra en un lenguaje claro y sin
adornos los principios de la temprana Reforma suiza. Sólo fue superada en su impacto hacia
afuera por la Segunda Confesión Helvética o Confessio Helvética Posterior.

Esta última se remonta a una confesión personal de fe de Enrique Bullinger del año 1562,
transformándose en 1566 en la confesión común de las iglesias reformadas helvéticas (salvo
Basilea). Más tarde ganó importancia más allá de las fronteras suizas, sobre todo en Hungría y
Polonia, pero también en Escocia.
La Confessio Helvética Posterior se considera, en un primer momento, como el documento
definitivo de la Reforma suizo-alemana. Sus treinta artículos se basan principalmente en la
Confesión de Fe Apostólica. Sus argumentos, que se remontan a la Santa Escritura (aquí también
sus autores explícitamente conceden la posibilidad de un mayor conocimiento), tratan de
consolidar y conservar la doctrina reformada internamente y defenderla hacia afuera. En el curso
del liberalismo, que abolió cualquier obligación confesional, la Segunda Confesión Helvética
perdió importancia en Suiza. Sin embargo, hoy en día todavía es considerada como una de las
confesiones reformadas más importantes.

3. Confesiones de la Reforma calvinista


Juan Calvino redactó su primer Catecismo de Ginebra inmediatamente después de su llegada a
esta ciudad libre (que en ese entonces no pertenecía a la Confederación Helvética) en 1536

82
(v. Lección 3). Este catecismo básicamente es un extracto de la primera edición de la Institutio
Christianae Religionis (Institución de la Religión Cristiana), también publicada en 1536. La
Confesión de Ginebra de 1537, sin embargo, no fue redactada por Calvino, como suponían los
investigadores durante mucho tiempo, sino por Guillermo Farel que fue la persona que invitó a
Calvino a quedarse en Ginebra.
Esta confesión de 21 artículos constituye el fundamento de la doctrina reformada en Ginebra; los
ciudadanos hombres (no así las mujeres) tenían que ratificarla según una decisión del Consejo de
la ciudad, procedimiento similar al que se aplicó en Basilea. La obligación de ratificar la
confesión, sin embargo, causó más de una molestia en Ginebra.
En 1538, Calvino fue expulsado de Ginebra, pero sólo tres años después lo llamaron para
completar la conversión de la ciudad a la Reforma.
En 1542, Calvino reemplazó su primer catecismo por el Catecismo de Ginebra, redactado en
idioma francés. En 1545 este catecismo se publicó también en latín. Con sus 55 párrafos, 373
preguntas y respuestas, en primer lugar sirve para la enseñanza de los jóvenes, pero es además un
resumen de la doctrina reformada vigente en Ginebra. Este catecismo de 1542/45 llegó a ser el
catecismo dominante de las comunidades reformadas de lengua francesa. Fue traducido a varios
idiomas y sirvió como modelo para el Catecismo de Heidelberg. En Ginebra, los fieles lo usaron
hasta el año 1788.

Text 2
Del “Catecismo de Ginebra” de Juan Calvino de 1542/45
96º ¿En qué sentido la iglesia es “santa” para ti?
En el sentido de que Dios hace justos a los que ha escogido, formándolos de nuevo para
santificarlos y hacerlos inocentes, para que en ellos resplandezca su gloria. Esto es lo que dijo
Pablo cuando declaró que Jesucristo había santificado la iglesia redimida por él para que ella
fuera resplandeciente, pura y libre de cualquier mancha (Romanos 8,30; Efesios 5,25-27).

97º ¿Qué significa el término “universal”?


Con esta palabra enseñamos que, tal como hay una sola cabeza de todos los fieles, ellos tienen
que unirse en un solo cuerpo, para que exista una sola iglesia que abarca toda la tierra, y no
muchas iglesias.

98º ¿Por qué se añade entonces “la comunidad de los santos”?


Esta palabra sirve para ilustrar que hay unidad entre los distintos miembros de la iglesia.
También indica que todos juntos deben aprovechar los beneficios que Dios dona a su iglesia,
porque todos son una sola comunidad.

99º Esta santidad que tú le atribuyes a la iglesia, ¿es perfecta?


Todavía no, porque la iglesia aún está luchando en este mundo. Siempre sufre de sus defectos,
nunca está totalmente libre de los males que la afectan, hasta que se una cien por ciento con
Cristo, su cabeza, quien la santifica.

83
Preguntas para profundizar
Pregunta 1:
En sus artículos sobre la iglesia, Calvino interpreta la Confesión Apostólica. ¿Qué cosa le llama
la atención de su redacción en el artículo 97, en comparación con la versión de las Tesis de
Berna de 1528?
Respuesta 1:
Calvino traduce la palabra latina “catholicam” por la palabra española “universal”, mientras
que en las Tesis de Berna se reemplaza por la palabra “cristiana”. En su respuesta demuestra
por qué no quiere renunciar a la palabra “universal”: Dice que nunca una sola iglesia
particular debe identificarse con la iglesia mundial de
Jesucristo. Sólo existe una iglesia mundial – este argumento es prueba de la envergadura
ecuménica que es característica en el pensamiento de Calvino. Quien argumenta de esta forma,
está lejos de idealizar la propia iglesia o colocarla en un puesto intocable.

Pregunta 2:
¿Por qué es tan importante para Calvino que se le atribuya la palabra “santa” a la iglesia?

Respuesta 2:
El concepto de la santificación es importante para Calvino; con él se expresa que el poder de
Jesucristo tiene impacto en todos los ámbitos de nuestra vida. Esto significa para la iglesia que
no da lo mismo en qué forma se desarrolla. Se le exige lucir el resplandor de la gloria de Dios.
Es más que una mera reunión de fieles particulares; es un lugar puro. La iglesia tiene que
orientarse por la pregunta si la forma en que se desarrolla y vive le complace a Dios.

Pregunta 3:
Según el artículo 98 del Catecismo de Ginebra, el objetivo de todos los beneficios divinos (y esto
incluye los dones y talentos que existen en una comunidad) es la unidad de los hombres. ¿Qué
podría significar esto?

Respuesta 3:
Lo que llama la atención en Calvino es que la iglesia no es sólo un medio para lograr la meta.
El objetivo de la vida en iglesia es más bien que surja la unidad entre los miembros de la
institución. Calvino incluso afirma que el beneficio divino, esto es, lo que Dios le ha donado a
cada uno en particular, sólo tiene sentido en la comunidad, o sea, tiene como objetivo la
comunidad. Los dones y talentos de los cristianos no existen por sí solos, sino por el beneficio y
provecho de toda la comunidad – ésta es su razón de ser. Aquí se deja entrever que Calvino no
pregunta – como algunos pensadores de la Edad Moderna – cómo la comunidad le puede servir
al individuo, sino que pregunta cómo el individuo le puede servir a la comunidad. Calvino no
conoce un cristianismo sin la comunidad concreta y vivida.

Las comunidades evangélicas en Francia, en los primeros años de su existencia, no se


organizaban jerárquicamente; además no tenían una doctrina común. Al surgir la polémica sobre
la doctrina de la predestinación en el año 1558, nació el deseo de una confesión común. En el
sínodo nacional de París, organizado clandestinamente en 1559, en el que se reunieron los
delegados de 50 congregaciones, se promulgó el texto de la Confessio Gallicana (en francés,

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Confession de Foy y, en español, Confesión de Fe) y el correspondiente reglamento eclesiástico
(en francés, Discipline Ecclésiastique). Estos textos se remontan principalmente a Juan Calvino.

En 1569, la confesión se ratificó en el sínodo de La Rochelle (una pequeña ciudad en la costa


atlántica de Francia), por lo que se denomina también la Confesión de La Rochelle o Confesión
Francesa.
La Confessio Gallicana tuvo mucha influencia en Francia y, después de la huida de los
hugonotes, también en otras regiones europeas.

4. Confesiones de los territorios alemanes


La primera confesión en el territorio alemán era la Confesión de la Frisia Oriental de 1528,
también llamada Confesión de Predicantes. A partir de 1528 había actividades reformistas en la
Frisia Oriental que estaban influenciadas más bien por Zwinglio que por Lutero. La posición de
Zwinglio, sobre todo su doctrina de la Santa Cena, entra claramente a la Confesión de la Frisia
Oriental cuyos 33 artículos contienen una “suma de la enseñanza cristiana de los predicantes en
la Frisia Oriental”. La confesión nunca se estableció oficialmente por las autoridades debido a
que los predicantes en esa época eran libres en cuanto a su enseñanza.

Esta confesión adquirió una importancia más allá de las comunidades locales; sin embargo,
estuvo limitada a la región.
En 1530 se elaboró la Confessio Tetrapolitana (Confesión de las Cuatro Ciudades) para la Dieta
Imperial de Augsburgo, con el fin de desarrollar la posición evangélica de las regiones del Sur de
Alemania. Paralelamente se redactaron la Confessio Augustana, esto es, la confesión luterana
más importante, y la Fidei Ratio de Zwinglio. La Confessio Tetrapolitana fue influenciada tanto
por Lutero como por Zwinglio, buscando una intermediación entre los dos reformadores en la
doctrina de los sacramentos. Martín Bucero y Wolfgang Capito formularon un texto encargado
por la ciudad de Estrasburgo, seguida por Memmingen, Lindau y Constanza. Este texto, sin
embargo, no fue presentado públicamente en la Dieta Imperial.

En 1554 se publicó el Catecismo Menor de Emden, precedido por una versión más amplia del
año 1546. Ambos textos fueron elaborados por Juan a Lasco quien era superintendente en la
Frisia Oriental de 1543 a 1549 y vivió nuevamente en Emden en los años 1554/1555. Mientras la
versión más antigua sólo tuvo una vigencia breve, debido a su amplia extensión, la versión más
nueva con sus 94 párrafos cortos, tuvo un impacto “en beneficio de la juventud en la Frisia
Oriental”, como dice el título del catecismo. El Catecismo Menor de Emden se usó en la
Frisia Oriental hasta los inicios del siglo XX.

La escritura confesional reformada más importante de origen alemán es el Catecismo de


Heidelberg, redactado en esta misma ciudad en el año 1563. La Reforma luterana había sido
introducida en el Palatinado Electoral en etapas hasta 1560. Paralelamente existían luteranos
rigurosos, discípulos de Melanchthon y reformados convencidos, lo que originó serias tensiones.
El príncipe elector Federico III (soberano desde 1559 hasta 1576) profesó su fe en una sola
posición para lograr la unidad; esta posición era la reformada, sobre todo debido a su
comprensión de la Santa Cena, pero intentó integrar también los objetivos de los luteranos y de
los seguidores de Melanchthon. El Catecismo de Heidelberg documenta estos esfuerzos
reformistas.

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Hasta hoy en día no se sabe exactamente quién redactó el catecismo. Es muy probable que su
autor principal haya sido el profesor de teología y discípulo de Melanchthon, Zacarías Ursinus
(1534-1584); sin embargo, siguen generando polémicas aquellas posiciones que hasta la
actualidad sostienen la co-autoría de Caspar Olevians (1536-1587), El Catecismo de Heidelberg
intenta unir las divergentes corrientes evangélicas en el Palatinado Electoral. Es por eso que esta
confesión deja entrever enfoques luteranos y reformados en muchos de sus párrafos. Podemos
reconocer estos enfoques en la pregunta 1 y su correspondiente respuesta acerca del texto del
Catecismo de Heidelberg. Aquí se pregunta cuál sería el “único consuelo” en la vida y en la
muerte, estando esta pregunta inspirada en la teología luterana que mira hacia el hombre que
busca consuelo.
La respuesta tiene características más bien reformistas, no hablando directamente de la
justificación sino aludiendo a quien justifica y en cuya mano está el buscador: “…que yo no
pertenezco a mi mismo sino a mi fiel Salvador Jesucristo.” Los demás enunciados de la primera
pregunta y respuesta detallan el actuar de Jesucristo. Este ejemplo, que podría ser ilustrado por
muchos otros textos, demuestra que frecuentemente los objetivos luteranos son integrados en un
esquema básico reformado.
Sin embargo, muchas declaraciones teológicas importantes de Juan Calvino (por ejemplo, su
doctrina de la predestinación) no se integraron en este Catecismo.

Text 3
Pregunta y respuesta 54 del Catecismo de Heidelberg
¿Qué es lo que crees de la “santa iglesia universal cristiana?”

Creo que el Hijo de Dios escoge una comunidad predestinada de toda la humanidad para la
vida eterna, por su Espíritu y su Palabra y en la unidad de la fe verdadera, desde el inicio del
mundo hasta su final; él la protege y la conserva, y yo también soy un miembro vivo de esta
comunidad y lo seré por los siglos de los siglos.

Preguntas para profundizar


Pregunta 1:
Como muchos documentos de la época de la Reforma (y no sólo de esa época), este texto habla
de la “predestinación”. ¿Cómo se aplica el concepto de la predestinación en la respuesta N° 54
del Catecismo de Heidelberg?

Respuesta 1:
La comunidad, palabra que se usa en singular, es una alusión a la iglesia mundial.
Es una clara alusión de que ninguna congregación o iglesia particular debe considerarse
predestinada frente a otras congregaciones o iglesias. Llama la atención el hecho que aquí la
predestinación se entiende como medio, no como objetivo: Dios escoge una comunidad para
reunirla, protegerla y conservarla.
No se trata, por un lado, de una predestinación que excluya a otros. Lo especial del
Catecismo de Heidelberg, por otro lado, es que Jesucristo es el sujeto de la predestinación, esto
es, es él que transmite la gracia de Dios a los hombres, es él la cabeza de la iglesia, es él que
escoge. Tercero, se constata que definitivamente hay una diferencia entre el mundo y la iglesia.
No son los mismos ámbitos, no todos los hombres pertenecen a la iglesia de Jesucristo – en esto,
el Catecismo deHeidelberg demuestra un gran realismo.

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Pregunta 2:
Según del Catecismo de Heidelberg, ¿desde cuándo existe la iglesia? ¿Y hasta cuándo? ¿Qué
podría significar esto?

Respuesta 2:
Desde el inicio del mundo. No está muy claro, sin embargo, qué debe entenderse como este
inicio. Podría ser que la predestinación de la iglesia, el plan de Dios, existía desde el inicio del
mundo. Al iniciarse la creación, todavía no existían hombres que pudieran haber formado una
comunidad.
Probablemente, el Catecismo de Heidelberg va más lejos: El hecho que la iglesia es
predestinada desde el inicio del mundo hasta su final puede interpretarse de tal forma que no
existe ningún poder en el mundo que pueda corromperla y que no hay iniciativa humana en la
formación de la iglesia.
Podemos decir que una iglesia se remonta, por ejemplo, a Martín Lutero o a Ulrico Zwinglio.
Pero ellos no fundamentaron la iglesia; tampoco lo hicieron los padres de la iglesia o los
apóstoles o San Pedro. El fundamento de la iglesia es el mismo Dios.
Es él quien es el inicio y el final de la iglesia. Finalmente, la iglesia puede fundamentar su
supervivencia sólo en este hecho, y en ninguna otra estrategia. Esto no significa, sin embargo,
que las reflexiones acerca de la mejoría de la iglesia pierdan su vigencia; en ningún caso es así.
Pero ellas no pueden garantizar la supervivencia de la institución.
En última instancia, sólo la mirada al fundamento y a la cabeza de la iglesia, Jesucristo, ayudan
a alcanzarla.

Pregunta 3:
¿Cómo define el Catecismo de Heidelberg la relación entre la comunidad y los miembros de la
comunidad?

Respuesta 3:
“(…) y yo también soy un miembro vivo de esta comunidad y lo seré por los siglos de los siglos”
– esta frase alude al hecho que la comunidad ni nace ni muere con “uno”. El pensamiento
central es el siguiente: “Yo tengo la oportunidad de pertenecer a ella, y esto es bueno”. Aquí
hay varias cosas que llaman la atención.
Por un lado, se deja entrever que la persona particular es sólo una parte de toda la comunidad.
La fe cristiana no existe sin la comunidad, pareciéndose en esto el
Catecismo de Heidelberg a Calvino y al Catecismo de Ginebra. Al mismo tiempo, sin embargo,
se trata de una comunidad que llega más allá de una mera reunión de hombres en su tiempo;
esto se ilustra muy bien en la frase “y lo seré por los siglos de los siglos”. En la iglesia, estoy
unida a toda la comunidad eclesiástica más allá de todas las épocas. La comunidad en la iglesia
no está limitada a la vivencia del espacio o del tiempo; ella se remite más allá del presente, a
tiempos pasados y futuros. Finalmente, el hecho que “lo seré por los siglos de los siglos” es una
dimensión que transmite esperanza a cada hombre, la esperanza de vivir más allá de la propia
muerte carnal.

En realidad, los tres párrafos de esta primera pregunta y su respuesta contienen en su esencia
todo el fundamento reformado: 1. De la miseria del hombre (3-11);

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2. De la salvación del hombre (12-85); y 3. De la gratitud del hombre (86-129). Es por eso que el
Catecismo de Heidelberg también se llama el catecismo analítico.
El objetivo central del Catecismo de Heidelberg en toda su extensión es la descripción del actuar
de Dios en Jesucristo con y por los hombres que constituye el único consuelo del hombre en la
vida y en la muerte.

En el Palatinado Electoral, el Catecismo de Heidelberg cumplía varias funciones.


En los cultos del domingo, antes de la prédica, se leía un párrafo del catecismo, dándose a
conocer de esta manera todo el texto durante del año. En la enseñanza servía para la instrucción
elemental de la fe. Para los pastores, era la doctrina subordinada a la Santa Escritura y, para las
familias, era un devocionario. Poco tiempo después de su publicación, el Catecismo de
Heidelberg se difundió en toda Alemania y más allá de sus fronteras. Le seguían traducciones al
holandés, polaco y húngaro; en total, a más de 40 idiomas. En el Sínodo de Dordrecht 1618/19,
este catecismo se instituyó explícitamente como una escritura confesional.
El Catecismo de Heidelberg es lejos la confesión reformada más importante de
Alemania. Otras confesiones reformadas alemanas sólo tuvieron importancia restringida en el
tiempo y en su difusión territorial. Entre ellas se encuentran la Confesión de Nassau de 1578, la
Confesión de Bremen de 1595, el Libro de Staffort de 1599, la Confesión del Sínodo General de
Kassel y el Catecismo de Hesse del año 1607 (éste último se usó en Hesse hasta el siglo XX), la
Confesión de Bentheim de 1613 y la Confessio Sigismundi de 1614.

5. Confesiones de Europa del Oeste y Noroeste


A partir de mediados del siglo XVI, las congregaciones reformadas del sur francófono de
Holanda formaron una propia iglesia en la clandestinidad. Esta iglesia se llamaba, según el
ejemplo hugonote, la “Iglesia bajo la Cruz”. En el año 1561, Guy de Bres elaboró para esta
iglesia perseguida la Confessio Bélga (Confesión de los Países Bajos) que, en parte, se remonta a
la Confessio Gallicana. La Confessio Bélga cuyo original en idioma francés se llama la
“Confession du Foy”, se tradujo al holandés un año más tarde. Originalmente esta confesión
estaba dirigida al emperador Felipe II y se abstenía de cualquier apologética. Dentro de poco
tiempo, este texto se convirtió en la confesión decisiva para las congregaciones francófonas
valones y, pocos años después, también para las congregaciones flamencas, estableciéndose
como confesión primero en el Convento de Wesel en 1568 y después en el Sínodo de Emden en
1571. Fue ratificada otra vez en el Sínodo de Dordrecht en 1618/19.

Los Cánones de Dort (Dordrecht) del año 1619 son, aparte del Catecismo de Heidelberg y de la
Confessio Bélga, una de las escrituras confesionales más importantes de la iglesia reformada
holandesa, marcando ya el camino hacia la época de la ortodoxia.
Su origen se debe a la polémica entre los llamados “remonstrantes” (también denominados
“arminianos” según su vocero Arminius) y los “contra-remonstrantes” (también denominados
“gomaristas” según su vocero Gomarus).
La pregunta de fondo era si Dios elige al hombre porque éste cree (así argumentaban los
remonstrantes o arminianos), o si concede la fe solamente a los que él escoge (así argumentaban
los adversarios). Esta perspectiva distingue el actuar de Dios (la elección) del actuar del hombre
(la fe), poniendo a ambos en una situación competitiva. Con los Cánones de Dort, el Sínodo
rechaza claramente la posición arminiana, afirmando que Dios les concede la fe sólo a aquellas
personas que él ha escogido anteriormente.

88
En el año 1560, cuando la Reforma se estableció definitivamente en Escocia, el parlamento
nacional escocés encargó la elaboración de una confesión. Un grupo de autores la redactó bajo la
orientación de Juan Knox dentro de cuatro días y el parlamento la ratificó (no así, en todo caso,
la reina María Estuardo). En sus 25 artículos, esta Confesión Escocesa o Confessio Scotica
representa la doctrina reformada, constituyendo así el punto de partida de la Iglesia Reformada
Escocesa (Church of Scotland). La confesión se basa en la teología calvinista, distanciándose con
frecuencia y claridad de la teología e iglesia católica romana.

Text 4
De la Confesión Escocesa
No rechazamos arbitraria y precipitadamente lo que fue presentado por hombres piadosos, que
fueron llamados debidamente a un concilio general,. Pero tampoco nos atrevemos a aceptar sin
revisión seria lo que se nos impone con referencia a un concilio general. Porque claro está que
eran hombres que cayeron en errores evidentes, incluso en preguntas importantes. Donde un
concilio fundamenta sus decisiones en el testimonio nítido de la palabra divina, las honramos y
las aceptamos sin mayores dudas. Sin embargo, si estos hombres presentan nuevos dogmas de fe
y reglas que están en contra de la palabra de Dios, encubriéndolas en el nombre del concilio,
las rechazamos rotundamente y las reprobamos como una enseñanza diabólica que desvía
nuestras almas de la palabra de Dios hacia los inventos y preceptos humanos. Cada vez que se
llamaba a un concilio, esto no se hacía con el fin de establecer leyes – que no habían sido
ordenadas por Dios – por toda la eternidad. Tampoco se hacía para inventar nuevos dogmas de
fe o para afirmar la palabra de Dios por la autoridad conciliar o, incluso, para imponernos
algo (en lugar de la palabra divina o su interpretación) que Dios jamás quiso ni indicó en sus
escrituras. Los concilios, si es que merecen esta denominación, se llamaban, por un lado, para
defender la iglesia contra las herejías y, por otro lado, para legar a la posteridad la confesión
pública de su fe.
Ambos objetivos se fundamentaban en la autoridad de la palabra divina de las escrituras y no
en la opinión de los hombres que su reunión tuviese el privilegio de la infalibilidad. Según
nuestra convicción, éste era el motivo más importante de las reuniones conciliares públicas.
Además, existía la necesidad de establecer un reglamento disciplinario estricto para que en la
iglesia como casa de Dios todo tuviera su debido orden. Sin embargo, tampoco creemos – y no
deseamos que se nos entienda de esta forma – que es posible prescribir leyes particulares o
determinadas ceremonias que tengan validez para todos los tiempos y lugares.
Como todas las ceremonias son un invento del hombre y, por ende, son de este mundo, pueden
ser cambiadas en el transcurso del tiempo. Incluso tienen que ser cambiadas, sobre todo cuando
fomentan la superstición en vez de edificar la iglesia.

Preguntas para profundizar


Pregunta 1:
En la Confesión Escocesa, los concilios son considerados como la autoridad de la iglesia. ¿Qué
tipo de autoridad es ésta?

Respuesta 1:
El texto deja muy claro que se trata de una autoridad limitada. Los concilios, como ya había
dicho Martín Lutero, pueden equivocarse, por lo que no se les atribuye una autoridad absoluta.
Sólo si las decisiones del concilio se fundamentan en la escritura, son respetadas y atendidas.

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Esta condición, sin embargo, siempre da motivos para preguntarse cómo puede ser verificado
dicho fundamento. Dicho de otra manera: ¿Cuándo las decisiones del concilio son
verdaderamente fundamentadas en la Biblia? No hay una respuesta determinada a esta
pregunta y, por ende, la tarea primordial de la iglesia es revisar permanentemente las
decisiones del concilio. Aquí la Confesión Escocesa se opone al concepto católico romano que
considera la tradición eclesiástica como una segunda fuente de verdad al lado de la Santa
Escritura.

Pregunta 2:
¿Cuál es la tarea de los concilios?
Respuesta 2:
Los concilios tienen tareas específicas, válidas para su respectiva época. Estas tareas sirven
para la conservación de la doctrina pura hacia afuera (rechazo de herejías) como hacia adentro
(legación de la fe a la posteridad), así como para el reglamento interno de la comunidad. Los
concilios tienen autoridad en su época, una autoridad que debe ser verificada en esta misma
época y que, en ningún caso, tiene una vigencia inherente más allá de ésta.

Pregunta 3:
¿Cuál es el rol de las ceremonias eclesiásticas?
Respuesta 3:
La argumentación de la Confesión Escocesa es muy pragmática: Las ceremonias son válidas
mientras sirvan, mejor dicho: mientras no fomenten la superstición. Si las ceremonias
reivindicaran una vigencia absoluta por sí mismas, estarían exigiendo de los hombres más de lo
que está permitido y, por ende, tendrían que ser abolidas. Sin embargo, mientras tengan una
función útil dentro de la vida comunitaria, las ceremonias son válidas. Por eso, pueden ser
cambiadas y adaptadas en cualquier momento. Más precisamente, tienen que ser cambiadas y
adaptadas. La Confesión Escocesa entiende la vida al interior de la iglesia como un camino, en
el cual siempre hay que preguntarse de nuevo dónde y cómo la iglesia con su vida y su
enseñanza puede responder a la palabra divina.

En el siglo XVII, la Confessio Scotica fue reemplazada por la Confesión de Westminster


(Westminster Confession). Esta confesión del año 1647 tiene su origen en el conflicto entre los
anglicanos y los presbiterianos en Inglaterra. En 1643, se había celebrado una alianza entre las
naciones inglesa y escocesa.
El Sínodo de Westminster originalmente tenía por objeto reformar el anglicanismo reinante, pero
los presbiterianos (mayormente escoceses), que tenían la mayoría en el sínodo, lo usaron para
promulgar una confesión presbiteriana, la ya mencionada Confesión de Westminster. La
oposición de los anglicanos consagró definitivamente la división entre anglicanos y
presbiterianos.
La Confesión de Westminster se caracteriza por la teología de la alianza orientada a la historia de
la salvación, representando una forma no muy rigurosa de la ortodoxia reformada. En muchas
partes, predominaba la reflexión puritana sobre la santificación de cada fiel. La Confesión de
Westminster, junto al Catecismo de
Heidelberg, se transformó en la confesión matriz del mundo reformado y en muchas iglesias
reformadas anglosajones sigue siendo hoy día la confesión dominante.

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6. Confesiones de Europa del Este y Sudeste
La iglesia húngara – después de sus inicios luteranos – se orientó cada vez más hacia Ginebra y
Calvino. Paralelamente, a partir de la mitad del siglo XVI, la Contrarreforma empezó a ganar
terreno; una de las reacciones resultantes fue la redacción de la primera confesión húngara, la
Confesión de Erlauthal en 1562. Se trata de una defensa contra las denuncias del obispo de la
ciudad húngara Erlau, escrita por Pedro Melius y Gregor Szegedy.
Contrario a la mayoría de las confesiones, este texto tiene un concepto amplio que no intenta ser
un resumen conciso para la comunidad. Esencialmente consiste de una combinación poco clara
de teología reformada, teología de Melanchthon e ideas informales, integrando incluso
pensamientos escolásticos.

La inmadurez del texto llevó a los autores y a otros teólogos húngaros a empezar de nuevo. La
Confesión Húngara de 1562 sigue una escritura de Teodoro Beza, un reformador de Ginebra,
dejando al lado sobre todo los enunciados sobre la iglesia que no calzaban con la situación de
Hungría. Esta confesión fue ratificada – con algunos cambios menores – por el sínodo de
Hungría en 1562; en 1563 le siguió el sínodo de Transilvania. Esta confesión era válida para la
iglesia húngara hasta su reemplazo por la Segunda Confesión Helvética, un proceso que se inició
ya en el año 1567.

7. Panorama de los orígenes del confesionalismo del siglo XVIII al siglo XX


La mayoría de las confesiones reformadas se originaron, como pudimos ver, en el siglo XVI; con
algunas excepciones, el proceso del confesionalismo terminó alrededor de 1580. En el siglo
XVII, en el contexto de la ortodoxia reformada protestante nacieron dos nuevos textos muy
influyentes: los Cánones de Dort en los Países Bajos y la Confesión de Westminster en Inglaterra
y Escocia.

En el siglo XVIII no se elaboraron nuevas confesiones, pero en el siglo XIX fueron promulgadas
varias.
La mayoría de ellas nació debido a las divisiones existentes dentro de la iglesia reformada: por
ejemplo, se fundaron las iglesias reformadas libres a partir de los movimientos de avivamiento,
para distanciarse de la iglesia oficial que a muchos les parecía demasiado liberal.
Este proceso tuvo lugar en Suiza y Francia, pero también en los Estados Unidos de América.
Durante el siglo XX, se elaboró un número creciente de nuevas confesiones en las iglesias
reformadas, principalmente debido a tres razones: Por un lado, muchas iglesias reformadas
jóvenes en el Nuevo Mundo buscaban independizarse de Europa y formular su fe enmarcada en
su propio contexto.
Por otro lado, las unificaciones con las iglesias de otras confesiones llevaban a la elaboración de
nuevas escrituras confesionales.

En un tercer momento, los nuevos desafíos llevaban a los hombres a redescubrir los mensajes
evangélicos, sobre todo en Alemania (Declaración Teológica de Barmen), en los Estados Unidos
de América y en Sudáfrica (Confesión de Velar). En las Lecciones 9 y 10 se tratará esta temática
de forma más profunda.

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