En el marco de este tiempo excepcional, como lo nombra Inés Dussel (historiadora de
la Educación, argentina aunque radicada en los últimos años en México, cuenta con un currículo que se divide entre el estudio de los espacios escolares desde la perspectiva histórica, hasta la irrupción de la cultura digital y su impacto en la educación) en el conversatorio “la clase en pantuflas” se propone a analizar 3 problemáticas centrales derivadas en tiempo y espacio, contenido y por último, el que resalta en este espacio curricular, el peso de las tecnologías. La primera problemática aborda sobre la diferenciación de los espacios, exponiendo al aula como estructura fundamental de la escuela, ya que esta es una institución creada para educar a través de una coreografía de los cuerpos, además aporta que a partir de este contexto se han visibilizado más las desigualdades y que ya no se trata solo de distribuir material digital sino que es fundamental un acompañamiento pedagógico para poder borrar la frontera entre la escuela y la casa que se impone y hace imposible el sostenimiento de un vínculo. Con respecto a la segunda problemática propone que el contexto modifica los contenidos y cómo son desarrollados destacando que todos y todas están aprendiendo de este proceso, sugiere acerca de la enseñanza, que menos es más y en relación a la evaluación, que no es urgente pero que no hay que dejar de hablar del curriculum ya que este organiza lo común. Por último, y no menos importante el peso de las tecnologías, para Dussel es fundamental que con la posibilidad que tenga cada docente se generen espacios que permitan sostener la idea de lo común, en donde se obligue a los y las estudiantes a comunicarse entre ellos, generar diálogos y trabajo en colectivo; invita a los docentes a planificar y pensar cuáles son los mejores recursos para lograrlo.
Personalmente, considero que el conversatorio fue rico en propuestas y análisis,
haciendo una crítica y construyendo sobre su base creo que este tiempo excepcional tiene que ser de inclusión y de la cultura. Pensando en la cultura común quiero defender el valor del currículum como documento público que organiza una cultura, trabajando un guión común que no amplíe las desigualdades sobre las tecnologías de la escuela. La escuela siempre se manejó con distintos soportes (pizarras, tablitas, cuadernos, pizarrones, pantallas) y fue adaptándose, mejor o peor, a los cambios tecnológicos dice Dussel, por ende propongo que el eje de las decisiones se centre en explotar todo los recursos que sean necesarios para construir "la clase en pantuflas”, porque desde mi punto de vista de eso de trata, de construir el vínculo no de – sostener- como apoya la historiadora. Para finalizar propongo que debería considerarse una “minoría” en el conversatorio, aquellas personas que no cuentan con conectividad, que sea un nuevo desafío discutir una pedagogía que realmente sea para todos y todas.