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La piedad es Dios manifestado en la vida de Cristo y nuestro deseo debe

ser vivir piadosamente, es decir, llevar una vida que exprese a Dios.
Si no estamos en Cristo, no podremos tener un vivir piadoso, sin Cristo
viviremos o tendremos un vivir religioso, necesitamos del Señor para poder
vivir conforme a la economía de Dios, por esta razón es necesario que
tengamos una visión de Cristo y su economía. En Pr. 29:18 expresa que
donde no hay visión, el pueblo se desenfrena. Por tal motivo necesito ir a la
palabra para hallar la luz que hay en ella y poco a poco como se nos
muestra en Isaías, vayan siendo quitados los velos que hay en mí, hasta
llegar a ver lo mismo que Cristo ve.
Un hombre piadoso tiene una revelación, una visión de lo que Dios quiere
y lo único de valor delante de los ojos de Dios es su hijo amado, revelado,
expresado y manifestado en nosotros. Esta visión nos vigoriza, nos regula,
nos motiva, nos energiza y nos sostiene.
Por otro lado vemos que a fin de llevar una vida piadosa necesitamos
comprar la verdad y ver la luz que hay en ella para que esta sea una
realidad en mí, si en la verdad no veo la luz que el Señor desea mostrarme,
al ministrarla no traeré la luz a otros hermanos, por esto es necesario tener
un hambre, un deseo por comprar, comprender y hallar la luz que se
encuentra en la verdad.

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