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LEPRA, LAZARETO Y LEPROSOS: MEMORIAS DE


UNA ENFERMEDAD OLVIDADA1
Dayana Lucía Lizcano Herrera2
Universidad Santo Tomás - Bucaramanga

Resumen:
Desde su aparición en el periodo colonial, en el territorio que hoy conforma Colombia,
la lepra fue una enfermedad que generó un fuerte impacto social y político, conllevando
a la implementación de políticas centralizadas de segregación, ostracismo y coerción de
los leprosos; constituyéndose los lazaretos a partir de 1905 en instituciones de aislamien-
to que posteriormente pretendieron transformarse en instituciones medico sanitarias,
conversión que en la práctica no logró materializarse, aún así en 1961 los lazaretos fue-
ron oficialmente abolidos. Este artículo, producto de investigación personal, presenta
la política del Estado frente a la lepra y los leprosos como problema para la higiene, la
salud pública y la sana convivencia; a su vez se estudia la emergencia y decadencia de
los lazaretos colombianos.

Palabras clave:
Lepra, Lazareto, Leproso.

LEPROSY, LAZARUS AND LEPERS:


MEMORIES OF A FORGETTABLE DISEASE

Abstract
Leprosy, since its starting in the Colonial period in the land that today is named Colombia,
was a disease that created a strong social and political impact leading to implementation
of segregation government policies, ostracism and lepers coercion, becoming the La-
zarus since 1905 in isolating institutions that pretended to be medical institutions lately;
such change could not come true, even the Lazarus were officially abolished in 1961.

Key words:
Leprosy, the Lazarus, lepers.

1 El presente artículo hace parte de una investigación histórica sobre la política del Estado frente a la lepra y los leprosos, y la comprobación de
su materialización a través del estudio interno del lazareto de Contratación; En el proyecto denominado: “ Lepra, Lazareto y Leprosos: Memorias
de una enfermedad olvidada”.Escuela de Historia de la Universidad Industrial de Santander. (UIS). 2005
2 Historiadora y Magíster en Historia de la Universidad Industrial de Santander, Docente del Departamentos de Humanidades de la Universidad
Santo Tomás Seccional Bucaramanga y de las Unidades Tecnológicas de Santander. Vinculado al Grupo de Investigaciones Históricas sobre el
Estado-Nacional Colombiano, registrado en COLCIENCIAS en categoría B. mhuisdaliz@hotmail.com
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Introducción plirse. Por consiguiente, se identificaron
los establecimientos asistenciales, mé-
Para muchas personas en Colombia ha- dicos, administrativos y religiosos que
blar de lepra en los albores del siglo XXI, laboraron al servicio del lazareto y el
es evocar la historia de las poblaciones papel de la Comunidad Salesiana, como
que subsistieron en este territorio bajo agente representativo en su desarrollo y
condiciones materiales bastante pre- operatividad. De igual forma, se realizó
carias, otras personas sólo saben de la un pequeño acercamiento a los enfermos
enfermedad por las menciones que en la de lepra que habitaron en el lazareto de
Biblia se hacen de ella, cuando se asimila Contratación, para construir su caracte-
su contagio al pecado. En la actualidad rización e identificar sus percepciones
la lepra parece ser una enfermedad de respecto a la lepra, el lazareto y a los
otros tiempos, de aquellos en que los funcionarios que los asistieron
individuos vivían en estado de mayor
pobreza, insalubridad e incivilidad. Agua Metodología
de Dios y Contratación en la concepción
de la población, en especial de la más Del cúmulo de enfermedades que la hues-
joven, son exclusivamente municipios, el te de conquistadores trajo a este país, la
primero ubicado en Cundinamarca y el se- lepra por su capacidad de deteriorar cor-
gundo en Santander, pero su catalogación poralmente a quienes la padecían y por lo
e historia como Lazaretos o Leprocomios inexplicable de su contagio, fue de las que
es desconocida. mayor terror infundió en la población. De
ahí, el interés de las autoridades guber-
En consecuencia, la investigación se hace namentales y de la sociedad en general
con la finalidad de rememorar a aquellos por adecuar los espacios destinados a la
que por infortunio enfermaron de lepra y proscripción de los leprosos. Aunque
fueron segregados, exiliados, cohibidos y los índices de mortalidad de la lepra son
humillados por padecer una enfermedad mínimos, fue la única enfermedad para la
que los deformó corporalmente y los que se decretó una legislación especial
incapacitó, y para recordar a la sociedad y se invirtió gran parte del presupuesto
que esta enfermedad continua manifiesta nacional destinado a la salud pública.
en el panorama nacional, durante el año Razones por las que creería que la His-
2010 el Sanatorio de Contratación reportó toria, ciencia encargada de construir los
cinco casos de personas que arribaron hechos acontecidos, se hubiese inclinado
allí para recibir tratamiento y el auxilio a escribir y a contar a las nuevas genera-
pecuniario que el Estado sigue dando a ciones todos los acontecimientos que se
los dolientes. propiciaron para contener la lepra. Sin
La primera parte del trabajo, es un reco- embargo, para el momento en que se
rrido histórico de la lepra y de los lugares realizó esta investigación, eran escasos
instaurados para la confinación de los los estudios historiográficos sobre este
leprosos, se inicia desde la aparición de tema, en especial investigaciones que
la enfermedad en el territorio que hoy intentaran comprobar el cumplimiento
conforma Colombia hasta la eliminación de las disposiciones estatales mediante
de los lazaretos en 1961. En la segunda el estudio de su aplicación en un lazareto,
parte del estudio, que se publicará en para este caso el lazareto de Contratación.
próximo número, muestra cómo se esta- En algunas ocasiones la inexistencia de
bleció la conformación y funcionamiento fuentes de información distintas a la do-
del lazareto de Contratación para luego cumentación oficial, puede limitar la labor
observar hasta qué punto la constitución del historiador porque construye acaeci-
institucional de los lazaretos logró cum-
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mientos que sólo representan el ideal o el pio, debiéndose organizar la devastada,
deber ser, pero está en la capacidad que fragmentada y escasa información que
tiene el profesional de la historia de discri- se encuentra al respecto, ubicada en el
minar entre lo falso y lo verdadero, poder archivo del hospital San Juan Bosco; y
mostrar con objetividad un acercamiento entrevistar a los enfermos que vivieron
de lo acontecido. No obstante, para la bajo el régimen del lazareto. El resto de
realización de esta investigación, afortu- la información con la que se realizó la
nadamente, se contó con los documentos investigación se tomó del Archivo Gene-
oficiales emitidos por el Gobierno Nacio- ral del Departamento de Santander. La
nal y por la autoridad interna del lazareto organización de toda la información y la
de Contratación, al igual que con cartas, redacción del texto final, al igual que de
memorias, diarios y libros que escribieron este artículo, se hizo de manera cronoló-
algunos enfermos y el personal religioso gica y narrativa.
que los asistió durante el siglo XX y que
habitaron dentro de esta institución de La lepra y las políticas de Estado
aislamiento. Información que permitió para contener su propagación
determinar la consecución de las políti-
cas dictadas para menguar los alcances Si bien, es difícil determinar con exacti-
de la lepra a través de la segregación y tud el origen histórico de la lepra por la
sometimiento de los leprosos; a la par carencia de conocimientos adecuados
que permitió conocer las percepciones para diagnosticar y registrar las enferme-
de estas personas referente al trato dado dades en la antigüedad y por los exiguos
por la población exenta de la enfermedad vestigios que la enfermedad deja en es-
que convivió junto a ellos. El desconoci- queletos y en los cuerpos momificados,
miento de estos últimos factores permitió por haberse encontrado los casos más
a la investigación adquirir un alto grado antiguos de lepra en momias egipcias que
de originalidad, confiabilidad y aportar a datan del siglo II a.c, se situó el origen de
la historiografía. la este padecimiento en Egipto. Desde
allí fue llevada a Asia y Europa por los
Para efectuar una investigación que comerciantes, guerreros e inmigrantes,
correlacionara el deber ser con el ser y para luego desembarcar en las Indias Oc-
que lo hiciera mediante el estudio de un cidentales, hoy América, con las huestes
lazareto desestimado por la historiogra- de conquistadores europeos en el siglo
fía al no haber alcanzado oficialmente la XVI, en donde el Nuevo Reino de Granada
importancia que llegó a tener el lazareto (Colombia) no fue ajeno a su penetración,
de Agua de Dios, se acudió al método se propagó al igual que las enfermedades
heurístico y hermenéutico. El primero contagiosas por la rutas comerciales,
para localizar las fuentes de información especialmente a través de los valles y
básicas del historiador, es decir, las fuen- cuencas hidrográficas vinculadas con el
tes primarias, aquellas dadas en el tiempo rio Magdalena. La historiografía reportó
y el espacio que se estudia; y el segundo entre los primeros leprosos conocidos al
para hacer una crítica y contrastación de conquistador español Don Gonzalo Jimé-
la información recolectada y acercarse nez de Quesada, a quien sus congéneres
a una explicación fidedigna del hecho optaron por enviarlo de regreso a su país
histórico. y esconder su padecimiento para evitar
el escarnio y señalamiento público, de
En la obtención de la información inter- igual manera se comprobó que la falta de
na del antiguo lazareto de Contratación, defensas inmunológicas de los nativos los
fue necesario trasladarse y permanecer hizo más susceptibles al contagio.
por extensos periodos en este munici-

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Dando continuidad a las ancestrales del Socorro en 1784 acondicionaran una
prácticas de segregación que empleaban casa a las afueras del poblado, en el sitio
los israelitas para esconder al leproso, denominado Regadillo, para recluir a los
a quien llamaban impuro por sufrir una lazarinos, más la estreches de la misma
enfermedad reflejo del pecado, en Nueva y el aumento vertiginoso de enfermos,
Granada desde la aparición de la lepra en obligó a los Socórranos a reubicar a sus
el periodo colonial se adoptó una política paisanos leprosos en el Curo, al margen
centralizada de aislamiento en los hospi- del río Suárez, terreno más amplio y
tales de San Lázaro o lazaretos, lugares confortable.
destinados a la reclusión de los enfermos
pobres porque a los de mejor condición No obstante, las inundaciones, las epi-
socioeconómica se les permitió habitar en demias, el clima cálido y malsano pronto
espacios lejanos de los grandes poblados, propiciaron la emigración de los enfer-
en donde no representaran un peligro mos a otro lugar, llegando a establecerse
para la sana convivencia. en Contratación, un pequeño valle de la
cordillera de los Yariguies irrigado por
A comienzo del siglo XVII, se erigió un las quebradas Agua Fría y la Macaligua.
hospital de San Lázaro ubicado en el cen- Contratación, o “Contrata” como se le
tro de Cartagena de Indias, pero el temor conocía por el comercio de quina que
generalizado en los habitantes a convivir allí se realizaba, era un sitio recóndito,
cerca de los enfermos conllevó a trasla- de difícil acceso y de condiciones am-
darlo hacía las zonas periféricas, siendo bientales húmedas con corrientes frías
finalmente establecido en la isla de Tie- que propiciaban el desarrollo progresivo
rrabomba, en el sitio de Caño de Loro, en de la enfermedad, pero con abundantes
donde permaneció hasta la primera mitad fuentes hídricas y terrenos fértiles (Pérez,
del siglo XX cuando fue definitivamente 2004: p. 79).
eliminado. La vasta distancia de este cen-
tro con el resto del país y la insuficiencia y Superados los avatares de la lucha inde-
precariedad de las vías de comunicación pendentista, el nuevo Gobierno Republi-
hacían casi imposible la movilización de cano en 1833 nacionalizó y reorganizó los
los enfermos procedentes de regiones lazaretos de origen colonial, Caño de Loro
distantes a Cartagena, travesía en la que y Contratación, a la par que expresó su
en ocasiones fenecían antes de llegar a intención de erigir otros, pero nuevamen-
su destino final. te las limitaciones fiscales y las reformas
político administrativas que se presenta-
La dificultad para recluir a todos los le- ban por el nuevo orden, imposibilitaron la
prosos en el lazareto de Caño de Loro materialización de tan laudable proyecto,
y lo pernicioso que resultaba para el dado que los enfermos que eran remitos
comercio la proliferación de la lepra y a los lazaretos vivían en hacinamiento, los
la permanencia de los convalecientes demás deambulaban sometiéndose a los
en lugares fuera del control de las au- vejámenes de los indolentes o escondi-
toridades, generó que integrantes de dos para evitar esto.
las familias más prestantes, residentes
en localidades importantes por la pro- Cuando el proyecto del liberalismo radical
ducción o intercambio de mercancías, se concretó con la formación de Estados
solicitaran al virreinato la instauración de Soberanos vinculados a través de un
otros lazaretos, requerimiento rechazado modelo federal, fueron precisamente los
asiduamente por la inexistencia de recur- anteriores factores los que llevaron a los
sos. Aspecto que no fue impedimento leprosos a conformar otro lazareto en el
para que los habitantes de la Provincia Estado de Cundinamarca en 1867. Un
gran número de enfermos se concentró
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voluntariamente en Agua de Dios, pobla- dad, conocido como MYCOBACTERIUM
do cerca a las aguas termales de Tocaima, LEPRAE o bacilo de Hansen. La acepta-
preferidas por los dolientes porque sua- ción de la teoría que relacionaba la causa
vizaban los dolores físicos que la lepra de la lepra con un agente bacteriológico
les ocasionaba. Acontecimiento que fue especifico permitió pasar a relacionar la
aprovechado por el Gobierno para ascen- enfermedad con la insalubridad, pobreza
der a tres los establecimientos destinados e incivilidad propias de las naciones con
al aislamiento de los leprosos en el país, menor grado de desarrollo; a la par que
lugares desde los cuales se concentra- despertó entre la comunidad médica
ron las políticas gubernamentales que mundial un fervoroso optimismo, puesto
constantemente fueron apareciendo para que se desestimaba así la creencia de
evitar la propagación de una enfermedad la incurabilidad de la enfermedad y por
sobre la que pesó más el estigma y los el contrario se concebía la idea del des-
prejuicios que sus verdaderos alcan- cubrimiento de un tratamiento médico
ces. Si bien, la enfermedad era infecto- específico para erradicarla.
contagiosa no todas las personas eran
susceptibles a contraerla y sus índices La comunidad médica colombiana a pesar
de mortalidad eran mínimos, ya que los de sus limitadas condiciones técnicas se
leprosos no fenecían directamente de la lanzó a la búsqueda de un método tera-
enfermedad sino a causa de las compli- péutico basado en doctrinas científicas
caciones que de ésta se derivaban. que contuviese la enfermedad y que le
otorgara reconocimiento mundial, ya
El desconocimiento de la causalidad que afanosamente deseaban adquirir
y modo de transmisión de la lepra, la prestigio nacional y con mayor ímpetu in-
gravedad de sus manifestaciones y la ternacional. Sin desestimar el interés por
ausencia de un concepto unívoco que el estudio de la lepra que tuvieron algu-
la definiera, generó que la enfermedad nos médicos colombianos como Juan de
fuera en un comienzo asumida como un Dios Carrasquilla, el desconocimiento del
castigo enviado por Dios por acometer modo en que el vacilo se transmitía, la fal-
acciones pecaminosas que corrompían ta de recursos financieros y tecnológicos
el alma, en especial por la relación que para efectuar investigaciones científicas,
se estableció entre la lepra y las enferme- el poco compromiso de algunos médicos
dades venéreas al creerse que ella era el que continuaban viendo a la lepra con
resultado de una sífilis en su estado más estupor y recelo al no aceptar tener con-
avanzado; adelantado el periodo colonial tacto con los leprosos y la incapacidad
su contagio también se relacionó el con- estatal de ejecutar medidas profilácticas,
sumo de ciertos alimentos o a influencias provocaron que los intentos por obtener
climatológicas. un tratamiento efectivo para su erradica-
ción fueran fallidos, obligando al Estado a
Durante la segunda mitad del siglo XIX, continuar responsabilizarse de su control
ante la inexistencia de una explicación a través de políticas represivas, crueles y
convincente sobre la causa de esa do- poco efectivas.
lencia, la naciente comunidad médica
postuló diversas teorías, entre las que Una de las alternativas de las autoridades
estaban las miasmáticas, dietéticas, hi- gubernamentales para soterrar la inca-
giénicas, contagiosas, electromagnéticas pacidad de medicalizar los mecanismos
y hereditarias. Siendo esta última la que para enfrentar a la lepra y menguar sus
predominó hasta 1874 cuando el cientí- consecuencias, fue centralizar el con-
fico noruego G. A. Hansen descubre el trol de la enfermedad y a sus dolientes
microorganismo causante de la enferme- mediante la abolición de los lazaretos

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existentes, para en su remplazo construir desde el período colonial, la oposición
un “Gran Lazareto Nacional” en la isla de de las administraciones centrales, la re-
Coiba, ubicada en el Pacífico colombiano sistencia de la población sana a convivir
(Rabagliati, 1899: p. 5). Propósito respal- cerca de los enfermos y los numerosos
dado por un gran porcentaje de médicos gastos que ello demandaba no habían
y religiosos salesianos, quienes habían hecho posible la realización de este obje-
llegado al país en 1890 y desde enton- tivo; como ya se mencionó los lazaretos
ces habían inclinado su labor misional al se conformaron por la concentración de
servicio de los leprosos, pero rechazado los enfermos en un mismo espacio y por
rotundamente por los enfermos y por la colaboración poco desinteresada de
varios miembros de la élite dirigente y algunas personas de mejor condición so-
médica, al considerar que esto acarreaba cioeconómica, quienes voluntariamente
cuantiosos gastos para las empobrecidas daban donativos creyendo que al alejar a
arcas del país y porque su planeación se los leprosos la enfermedad desaparecía.
basó más en la intención de alejar de la En consecuencia, las recomendaciones
vista pública a los temidos leprosos, em- dadas por Hansen al religioso, nueva-
pleando prácticas represivas y coercitivas mente quedaron en retórica, su materia-
que atentaban contra la integridad de los lización no logró concretarse.
enfermos y no a través de una política de
higiene tendiente a controlar la enferme- Los anteriores inconvenientes, la necesi-
dad con acciones médicas, asistenciales dad de evitar la proliferación de la enfer-
y salubres. medad y de alejar a los enfermos por el
temor que causaba la descomposición de
Sin embargo, el proyecto del “Gran La- sus cuerpos conllevó al Gobierno a dictar
zareto Nacional” se desecho después la Ley 104 de 1890, en la que se de decla-
del encuentro efectuado en el exterior raba la proscripción de los leprosos en los
entre Hansen y el padre Evasio Rabagliati, lazaretos como una “medida de urgente
quien era uno de los primeros salesianos necesidad pública”, se reafirmaba la con-
en llegar a Colombia y el encargado de cepción de la lepra como un “problema”
dirigir la misión de la orden destinada al que amenazaba el bien público, el orden
servicio de los enfermos de lepra. Para y la tranquilidad de la población (Ley 104,
el científico noruego la aglomeración diciembre 20-1890). No obstante, fue en
de todos los enfermos en un sólo punto 1905 cuando realmente se emprendió una
viciaba y corrompía la atmósfera de ese campaña costosa, cruel y poco efectiva
lugar, imposibilitaba la permanencia del contra la lepra, alcanzando las políticas
personal médico y asistencial, puesto que para controlarla el máximo de su rigidez.
los hacia más vulnerables a contagiarse,
además era inmanejable la permanencia Las nuevas medidas intensificaron el ase-
de los dolientes en un mismo recinto, cho de todos los enfermos sin distinción y
agudizando por consiguiente el mutuo la obligatoriedad de ser trasladados a los
sufrimiento (Rabagliati, 1899: p. 10). lazaretos (Ley 14, mayo 3-1907). Se orde-
nó a todo colombiano denunciar ante las
A su regresó al país Rabagliati reorientó autoridades a las personas sospechosas
su discurso hacía la construcción de la- de poseer esta enfermedad, eximiéndose
zaretos departamentales que debían ser a los médicos del secreto profesional en
establecidos bajo condiciones salubres el caso de lepra (Decreto Nº 14, enero
para que los enfermos vivieran sana y 26-1905). Asimismo, se ordenó a los
cómodamente. Aunque la conformación alcaldes y a los policías retener y llevar
de lazaretos regionales fue una aspiración por la fuerza a los leprosos hasta los laza-
manifiesta de algunos gobiernos locales retos, en donde los enfermos quedaban

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condenados a permanecer a perpetuidad No obstante, la reglamentación que
y a perder sus derechos civiles y políticos, trajo consigo la nueva centuria buscó
ya que se les decretaba la muerte social. modificar las múltiples problemáticas
generadas por esa dualidad guberna-
Los lazaretos al igual que las institucio- mental, por consiguiente se abolió el
nes carcelarias fueron custodiados por rango de municipalidad otorgadas a las
guarniciones militares o policivas en poblaciones-lazareto y se restringió el
ocasiones cercadas con alambres de número de individuos que podían vivir
púas denominado “cordón sanitario”, el junto a los enfermos, tan sólo se autori-
cual fue instaurado como un “dispositivo zó a aquellos que tuvieran algún vinculo
disciplinario” (Foucault, 1976: p, 25)3 para conyugal o estuvieran dentro del primer
mantener a sus residentes vigilados y grado de parentesco civil de consangui-
controlados, para procurar la docilidad nidad con los convalecientes, o algún
y obediencia de los internos, y para empleado o sirviente cuando demostrara
prevenir toda forma de inconformidad ser útil y necesario para un enfermo no
que se manifestara en levantamientos, hospitalizado. Estos individuos debieron
insurrecciones o la fuga de los enfermos, someterse a la misma reglamentación
falta que se castigaba drásticamente con de los leprosos, cuyo desacato acarreó
el encarcelamiento, privación de los pri- castigos como multas, la expulsión de
vilegios y la retención de la poca ayuda los lazaretos o la privación de la libertad
monetaria que el Gobierno les suminis- en un centro carcelario ubicado dentro
traba para subsistir, denominada “Ración” de éste o en el municipio más cercano,
(Resolución Nº 104, agosto 5-1910). Con según la magnitud del hecho (Ley 32,
esas medidas y al desviarse todos los octubre 29-1918). Para 1933, en procura
caminos públicos que comunicaban a los de controlar nuevamente la permanencia
lazaretos también se buscó alejar y hacer injustificada de personas sanas en los la-
más difícil el acceso de los familiares, los zaretos se les obligó a portar una cédula
comerciantes o los curiosos (Decreto Nº de identificación personal y se reiteraron
377, marzo 26-1907). las intenciones del Gobierno Nacional de
Hasta entonces los lazaretos se carac- descongestionar los lazaretos mediante la
terizaban por ser lugares en donde los expulsión o restricción de estos sujetos.
enfermos de lepra convivían libremente Fue así, como no se desaprovecharon las
con las personas exentas de la dolencia, oportunidades para sancionarlos y si era
las cuales no se regían por la legislación posible expulsarlos.
especial dictada para los leprosos, puesto De igual forma, los individuos exentos
que al finalizar el siglo XIX, el incremento de lepra para poder abandonar momen-
del número de ellos provocó el ascenso táneamente los lazaretos necesitaban de
político-administrativo de estos lugares un permiso que el administrador otorga-
a distritos municipales, aspecto que ba por tiempo restringido y someterse a
significó la separación de la autoridad los procesos de desinfección impuestos
hospitalaria del administrador del lazareto a las personas y objetos que deseaban
de la autoridad del alcalde; el primero go- salir de los perímetros que constituían los
bernaba exclusivamente a los enfermos lazaretos, hecho que reflejaba el temor al
y el segundo a las personas sanas que contagio y el estupor que provocaba la
residían en cada uno de los tres lazaretos. enfermedad y todo lo que procediera de
esos centros; es por esta misma razón
3 Michel Foucault Vigilar y Castigar: Nacimiento de la Prisión, define
los Dispositivos Disciplinarios como los mecanismos que permiten
que dentro de los poblados se prohibió la
imponer un orden, controlando y ordenando los cuerpos para que circulación de la moneda nacional, siendo
permanezcan quietos, dóciles e útiles por medio de la sujeción remplazado por una moneda especial
constate de sus fuerzas.
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denominada “coscoja” (Decreto Nº 903, edificaciones que se comercializaron más
octubre 13-1910). adelante cuando los lazaretos ya estaban
superpoblados.
Los enfermos de lepra al arribar a los laza-
retos eran examinados por médicos para El incremento acelerado de los leprosos
corroborar la posesión de la enfermedad llevó a las autoridades nacionales y de
y poder decretarles la “alta”, denomina- los lazaretos a buscar un mejor apro-
ción dada al proceso que certificaba el vechamiento del espacio a través de la
contagio y la obligación de habitar en ubicación de un mayor número de enfer-
esos lugares hasta el momento de su mos dentro de una misma edificación y
deceso, es decir, la alta condenaba al la no concesión de alojamiento en casas
ostracismo del que no había posibilidad particulares mientras en los hospitales o
de eludir sin transgredir la normatividad. asilos existiera espacio disponible (Reso-
Durante el momento de ingreso se les lución Nº 26, mayo 15-1925). Quienes se
abría la historia clínica, en donde, ade- resistían a estas disposiciones eran san-
más del estado del salud del leproso se cionados con la restricción de su ración
consignaban datos personales, familiares y no tenían derecho a exigir alojamiento
y el organismo que los había remitido, por cuenta del Gobierno (Resolución Nº
anexándose una fotografía tomada en ese 23, febrero 9-1932).
instante; a continuación se les entregaba
la boleta de ración y se les ubicaba dentro Las viviendas o habitaciones concedidas
del lazareto. Si el enfermo ya vivía o tenía eran temporales y sujetas a cualquier
familiares residiendo en ese lugar, el Jefe modificación o disposición que las au-
de alojamiento, encargado de ubicarlos, toridades creyeran convenientes. Sin
les permitía residir con ellos para com- embargo, hubo enfermos que se negaban
partieran su penuria. a devolverlas ocasionado gastos desme-
surados, ante todo cuando las edifica-
Si el estado de salud del enfermo era gra- ciones eran alquiladas. Fue así, como se
ve, se recluía en los hospitales de acuerdo hizo necesario reglamentar esa práctica,
a su género y se negaba a los familiares ordenándose a los enfermos de lepra que
sanos que lo acompañaban, la posibilidad se les hubiera suministrado alojamiento
de quedarse en el lazareto. Lo mismo su- gratis, a ocuparlas y desocuparlas en las
cedía con los menores que eran enfermos fechas que determinaban las oficinas o
y cuyos padres no lo eran (Resolución Nº entidades oficiales, porque su incumpli-
29, marzo 14/1921). Los demás enfermos miento ocasionaba el desalojo forzado,
eran ubicados en viviendas o habitacio- del cual debía encargarse el corregidor
nes de propiedad del Estado o alquila- del lazareto junto con la policía interna
das por el mismo, incluso los enfermos (Resolución Nº 38, Abril 28-1931). Las
de mejor condición económica podían causas más comunes de desalojo fueron
comprar las viviendas a los particulares. entre otras, la necesidad de entregar a los
En 1919 el Gobierno Nacional autorizó particulares el predio arrendado, proble-
a los administradores de los lazaretos mas de orden público que presentaban
otorgar permisos a los enfermos para que los enfermos, desacato o incumplimiento
construyeran casas, cuyos perímetros a las normas establecidas, o cuando era
eran previamente delimitados, las cuales ineludible la hospitalización de la persona
podía el leproso ocuparlas de por vida y a quien se le había concedido la vivienda.
heredarlas a sus familiares enfermos, de
lo contrario debían venderlas al Gobierno Pese a la reglamentación determinada y a
o a otros convalecientes (Resolución Nº las constantes prohibiciones del Gobierno
113, diciembre 31-1919). Estas fueron las Nacional y de las autoridades internas de
los lazaretos, los enfermos ingresaron a
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estos lugares con sus familias y se ubica- pero si el padre del infante era un enfer-
ban con ellos muchas veces en alojamien- mo debían dar a luz dentro del lazareto y
tos del o costeados por el Estado. Siendo entregar al pequeño para ser internado en
esto una de las causas que motivaron al el respectivo asilo, según su género. El
Gobierno a restringir incesantemente la incumplimiento de esta medida fue causal
permanencia de individuos exentos de suficiente para la cancelación de la cédula
lepra, personas que no sólo abarcaban de residencia respectiva de la mujer sana
espacios que podían ser ocupados por y la perdida de la ración y de alojamiento
los convalecientes, en algunas ocasio- de la persona enferma.
nes también vivían de sus raciones, pero
sobre todo eran personas que por estar Una vez se producía el nacimiento se obli-
en contacto directo y constante con los gaba a los padres a bautizar a los infantes,
leprosos podían contraer la enfermedad, sacramento indispensable para trasladar-
propagándose cada vez más la lepra y con los a las sala-cunas instauradas en los
ello aumentado el gasto nacional. asilos, allí permanecían hasta la edad de
dos años y medio, momento en el que
Otra forma de descongestionar los laza- eran llevados al jardín infantil ubicado en
retos y de impedir que se convirtieran en el mismo establecimiento, a los seis años
focos de infección fue apartar a los infan- empezaban a recibir la educación primaria
tes que no padecían de lepra y confinarlos y técnica que la Comunidad Salesiana
en asilos destinado exclusivamente para ofrecía a los menores hasta los 18 años,
esto. Desde el 1 de mayo de 1907 me- edad en la que debían abandonar los
diante la Ley 14, el Gobierno Nacional se asilos. En principio se estableció la edad
comprometió a sostener y educar a los de 15 años para decretar la “baja” o retiro
infantes enfermos de lepra y a los hijos de los asilos, pero para los años cuarenta
sanos de leprosos, por ser posibles por- ésta aumento tres años más (Resolución
tadores de la dolencia era indispensable Nº 1207, octubre 28-1944). Al igual que
tenerlos bajo control en lugares apartados en los asilos para niños enfermos de lepra
de los lazaretos. ubicados dentro del lazareto, los asilos
para quienes no lo eran, también estu-
Para asegurar el cumplimiento pleno de vieron encomendados a la Comunidad
esta disposición se ordenó instaurar en Salesiana. Las condiciones que impuso el
los lazaretos un servicio prenatal para Gobierno para su funcionamiento fueron
vigilar la salud de las futuras madres du- que se erigieran en lugares cuya distancia
rante el tiempo que durara el embarazo, impidiera el trato fácil con los enfermos
convenciéndolas para que acudieran a y la obligación de proporcionarles a los
la sala de maternidad en el momento del asilados la instrucción requerida para
parto y exhortándolas a aceptar la sepa- que en adelante pudieran subvenir por si
ración voluntaria de sus hijos después del mismos a sus necesidades, dejando claro
nacimiento. De forma paralela se decretó la imposibilidad de volver a residir en los
la obligación de denunciar ante el médico lazaretos luego de ser dados de baja (Ley
director del lazareto a toda mujer enferma 20, septiembre 26-1927).
o sana que se encontrara en estado de
embarazo. Si bien, el Gobierno Nacional en su inte-
rés por medicalizar los lazaretos dispuso
A las mujeres sanas provistas de cédula organizar médica y sanitariamente los
de residencia se les permitió abandonar asilos para niños y niñas sanos de lepra
esos lugares en un tiempo oportuno (Resolución Nº 60, junio 14-1933), dicho
para que el parto se efectuara fuera de proyecto, por lo menos en el lazareto
allí; si deseaban volver a la institución de de Contratación, no fue ejecutado por-
aislamiento debían hacerlo sin sus hijos,
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Revista Temas
que entre el personal a cargo de estos La severidad del sistema disciplinario ins-
establecimientos no se encontraban taurado dentro de los lazaretos conllevó
profesionales de la salud y los que allí a que el aislamiento de los enfermos en
llegaban periódicamente a prestar sus esos lugares se viera obstruido por la
servicios eran destinados a trabajar en renuencia de algunos a ser forzosamen-
el lazareto. Los médicos que visitaban te exiliados y cohibidos. Para este fin
los asilos lo hacían para detectar casos las autoridades gubernamentales igual-
nuevos de lepra y llevarlos de regreso al mente debieron instaurar políticas mo-
lazareto junto con sus familiares cuando tivacionales, entre ellas la decimonónica
aún vivían, cuando no, eran asilados en subvención y la prestación de servicios
el establecimiento respectivo de acuerdo medico asistenciales. La “ración” era el
a su sexo. dinero otorgado a los enfermos de lepra
residentes en los lazaretos como ayuda
Los asilos más allá de proteger a los hijos para subsistir o como forma de pago por
sanos de enfermos de lepra del contagio aceptar ser segregados; fue un recurso
y del estigma social que dificultaba su adoptado desde épocas anteriores, pero
incorporación a la comunidad, como lo fue desde inicios del siglo XX cuando la
manifestaba el Gobierno Nacional (De- administración central se comprometió
creto Nº 2980, diciembre 26/1944), fueron a suministrarla de sus arcas y de manera
preventorios, lugares para mantener con- constante. En la actualidad los leprosos
trolados y vigilados a posibles portadores continúan recibiendo este subsidio que
de la enfermedad, a la vez que fueron equivale a un salario mínimo, aunque los
mecanismos útiles para descongestionar lazaretos se abolieron oficialmente desde
los lazaretos, ya que se esperaba que los 1961, los sujetos contagiados de esta en-
menores al ser dados de baja nunca más fermedad deben remitirse a Contratación,
regresaran a ellos, motivo por el que se Agua de Dios o unos Centros especiales
les enseñaba un oficio para subsistir lejos en Bogotá, para que les decreten la en-
de sus padres racionados. fermedad, inicien tratamiento y puedan
Sin embargo, la resolución nacional que recibir este auxilio.
estipulaba las anteriores disposiciones, La falta de personal medico y la imposi-
también concedía permiso a los enfermos bilidad de encontrar curación científica
de lepra para que continuaran teniendo a la enfermedad fue fundamentalmente
a sus hijos sanos bajo su cuidado, para la causa que provocó que la medicina
lo cual debían someterse a una serie de practicada en los lazaretos estuviera
condiciones, entre ellas mantener a los encaminada a atender las necesidades
menores completamente separados de generales de la población antes que tratar
los enfermos y ubicarlos en viviendas que la lepra misma, al ser considerada como
cumplieran las normas básicas de sanidad incurable (Obregón, 2002: p.72). De ahí
(Resolución Nº 151, diciembre 7-1933). que muchos leprosos fueron reacios a
Teniendo en cuento la estrechez de los proscribirse en estos lugares, en donde
lazaretos y la carencia permanente de los sólo recibían consuelo para su alma por-
servicios sanitarios y de infraestructuras que el alivio a sus padecimientos físicos
adecuadas para vivir cómodamente, difí- era casi imposible. Razones por las que la
cilmente se logró conseguir este permiso. prestación de los servicios medico- asis-
Por consiguiente, los padres para evitar tenciales en los lazaretos fue una estrate-
la separación de sus hijos debían escon- gia estatal para controlar la lepra, ayudar
derlos cuando las autoridades recorrían a quienes la padecían a poder sobrellevar
el lazareto buscado menores para ser las dolencias que los aquejaban y para
asilados.

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Revista Temas
incentivar a los enfermos renuentes a de un medicamento y/o de unas políticas
aislarse en los lazaretos. higienistas y asistenciales acordes a las
necesidades de los enfermos la lepra des-
No obstante, la falta de un mayor com- apareciera del panorama nacional. Acon-
promiso de algunos médicos que con- tecimiento que efectivamente no sucedió,
tinuaban percibiendo la lepra con una el proscribir a todos los enfermos de lepra
mentalidad colonial, la ausencia de un en los diversos lazaretos no garantizaba la
mecanismo médico e higiénico realmen- erradicación de la enfermedad, más aún
te capaz de menguar los alcances de la cuando vivían los leprosos con personas
enfermedad, sumado a la insuficiencia de sanas y en condiciones deficientes.
fondos y la inexistencia de una estructura
sanitaria para llevar a cabo las políticas En 1930 los anteriores aspectos conlle-
propuestas, no permitieron durante la varon al Gobierno Nacional a concluir,
existencia oficial de los lazaretos concre- que no se justificaba gastar gran parte
tar su conversión en instituciones médi- del presupuesto nacional destinado a
cas, tan sólo se dio el paso de estableci- garantizar la salud de la población, en una
mientos “hospitalarios” a instituciones lucha infructuosa contra la lepra; acep-
de aislamiento, conformadas por varios tando planear una campaña que arrojara
establecimientos asistenciales como mayores resultados a un menor costo
hospitales y asilos internos y externos material y humano. La nueva campaña
para albergar a los niñas y niños sanos teóricamente redefinió al leproso como
o enfermos hijos de leprosos; es decir, un enfermo al que había que tratar con
la conversión de los lazaretos en institu- medicamentos y medidas asistencialistas
ciones médicas no logró materializarse. y no como un individuo peligroso que
necesitaba ser controlado por métodos
Con la ardua campaña antileprosa que se violentos y represivos.
inició en los primeros años del siglo XX y
se consolidó en las dos décadas siguien- Propósito que se pretendió efectuar me-
tes, los enfermos de lepra además de diante la conversión de los “hospitales”
padecer las terribles y dolorosas manifes- en sanatorios entendidos como estableci-
taciones de la enfermedad, debieron so- mientos para la estancia transitoria de los
portar los señalamientos de la sociedad, enfermos de lepra, cuya función principal
quien los rechazaba y menospreciaba era buscar la curabilidad de los leprosos.
por padecer una enfermedad de la cual Medida apoyada en el descubrimiento de
no sabían por qué ni cómo la habían con- científicos alemanes y estadounidenses
traído. Si bien, la lepra fue asimilada con sobre la efectividad de los derivados
el pecado, la pobreza e incivilización, ella sulfonicos para sanar la enfermedad en
no tuvo distinción social, política, cultural, algunos leprosos. Aún así, en Colombia
económica y de género. Todos debieron para 1949 por el costo excesivo de las
sufrir el rechazo de la población y los pa- sulfotas y a la dificultad para conseguirlas
decimientos de la enfermedad, aunque en suficiente cantidad, el Chaulmugra
las personas de mejor condición socio todavía ocupaba un lugar predominante
económica pudieron gozar de mayores en el tratamiento de la lepra.
beneficios dentro de los lazaretos, incluso
se les asignó cargos administrativos. Con la reorientación de la campaña antile-
prosa declinaron paulatinamente las drás-
La intolerancia, la represión y la indife- ticas medidas constituidas para contener
rencia se constituyeron en la respuesta a esa enfermedad, modificándose la forma
la enfermedad por parte de la población en que debía realizarse el aislamiento. Es
ajena a ella, quienes esperaban que de así, como en 1929 el Estado y la comuni-
un momento a otro, sin la compensación dad médica colombiana contemplaron la
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Revista Temas
posibilidad de liberar enfermos después los enfermos y a la posibilidad que los
de períodos de observación entre los leprosos tuvieran de contar con recursos
seis y doce meses, durante los cuales se suficientes para hacer efectiva esa me-
sometían a diversos exámenes y prácticas dida. Los enfermos debían permanecer
para establecer si el bacilo de Hansen siempre en su domicilio, no visitar ni
había desaparecido de sus cuerpos y hacer uso de establecimientos públicos,
poder ser decretados como personas no no compartir sus utensilios o ropaje, no
peligrosas para vivir en sociedad, llama- ejercer profesión u oficio que tuviera
dos luego “curados sociales” (Resolución un contacto directo o indirecto con las
Nº 34, mayo 27-1929). personas exentas de la enfermedad, so-
meterse a los tratamientos establecidos
Para 1932 por el incumplimiento a la pre- y a exámenes periódicos (Resolución Nº
sente disposición, nuevamente se decretó 60, mayo 19-1933) .
la liberación de los enfermos, replanteán-
dose la forma en que debía realizarse. Se Considerando las estrictas condiciones
estableció que sólo los casos contagiosos para conceder el aislamiento a domicilio
debían aislarse por ser altamente peligro- era de esperarse que pocas personas
sos para la sociedad, mientras que los in- hicieran uso de él, prefiriendo gozar de
dividuos que no presentaban el bacilo de las “libertades” otorgadas en los lazare-
Hansen al momento de ser examinados tos, ya que dentro de esas instituciones
bacteriológicamente, así la enfermedad convivían entre iguales, con personas
hubiese dejado en ellos consecuencias que compartían la misma enfermedad y
graves como discapacidades o deforma- el mismo ostracismo, y les eran devueltos
ciones, debían dejarse en libertad pero los derechos civiles que por su condición
sometidos a la vigilancia de las autorida- fuera de los lazaretos les eran negados,
des (Ley 32, noviembre 18 -1932). el único derecho al que no tenían acceso
los enfermos era al de elegir y ser elegido
De igual manera, en 1933 se concedió para ocupar algún cargo público, derecho
permiso a los enfermos de efectuar su que les devolvió hasta la eliminación de
aislamiento en lugares distintos a los laza- los lazaretos en 1961, momento en el
retos. Fue así como se planteó que todos que se derogó la condición que le daba
los enfermos infectantes, es decir, aque- sentido a su funcionamiento como era el
llos que presentaran lesiones abiertas y aislamiento obligatorio. Con su abolición
signos bacteriológicos positivos debían declinó la estructura institucional que
ser proscriptos, procedimiento que podía segregaba, proscribía y coartaba a los
ejecutarse en los lazaretos o a domicilio. enfermos de lepra, aspectos que enmar-
Incluso se contempló la posibilidad que caron su decadencia institucional.
éste se hiciera en salones especiales ubi-
cados en los hospitales oficiales, lo cual Al realizar el estudio interno del lazareto
no sucedió porque los hospitales del país de Contratación se pudo establecer que
no contaban con el personal, la infraes- las políticas nacionales enfocadas a la
tructura y demás medios requeridos para represión de los enfermos tuvieron un
la adecuación de un lugar destinado a la acatamiento inmediato, pero no sucedió
atención y sostenimiento de los leprosos, lo mismo con aquellas que buscaban el
sumado a la aversión de los enfermos beneficio de los enfermos y el progreso
endémicos y los pacientes ambulantes a material de los lazaretos, como era la
convivir de cerca con los leprosos. de hacer de ellos instituciones médicas.
Aunque esa conversión institucional fue la
El aislamiento a domicilio se condicionó a panacea de la moderna campaña sanitaria
la posibilidad que tenían las autoridades adelantada por el Gobierno Nacional para
sanitarias de vigilar constantemente a
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Revista Temas
combatir la lepra desde 1931. El lazareto dad medicalizada hace varias décadas
Colombiano fue hasta su eliminación ofi- y propia de países con menor grado de
cial una institución de aislamiento. desarrollo.
A pesar que paulatinamente las ciencias Conclusiones
médicas penetraron a los lazaretos, no
se puede decir que su abolición como Las nefastas e irreversibles consecuen-
lo presentaron las autoridades guberna- cias que dejaba la lepra en las personas
mentales y médicas se debió a su trans- que la padecía, la dificultad para dilucidar
formación, esto fue la convergencia de su modo de trasmisión y de contenerla
diversos factores, entre ellos el hallazgo mediante tratamientos médicos, conllevó
de medicamentos con mayores capacida- al Gobierno Nacional a catalogarla como
des de controlar la lepra, la planeación de una calamidad pública y a responsabili-
una lucha contra la enfermedad por fuera zarse de su control a través de una enérgi-
de los lazaretos mediante la creación de ca campaña fundada en la persecución y
campañas preventivas y la ampliación de represión de los enfermos, obligándolos a
la asistencia hospitalaria, y la moderniza- proscribirse en los lazaretos, lugares que
ción de la estructura sanitaria del país y buscaron adecuarse y modificarse para
de la concepción de salud pública que se hacer más efectivas las políticas contra
estaba adoptando, jalonada amplia e in- la lepra y más llevadero la permanencia
tensamente por países como los Estados de los enfermos dentro de éstos.
Unidos y organizaciones sanitarias inter-
nacionales. Asimismo, su eliminación En consecuencia, se pudo establecer que
fue producto del interés desmesurado del los lazaretos en ese país sufrieron oficial-
Gobierno Nacional por disminuir los cos- mente dos transformaciones, desde co-
tos de una batalla emprendida contra una mienzos del siglo XX pasaron de estable-
enfermedad sobre la que pesaban más los cimientos hospitalarios de beneficencia a
escrúpulos y las creencias coloniales que instituciones de aislamiento y posterior-
su verdadera magnitud o peligrosidad. mente a instituciones médicas, proceso
que se adelantó enfáticamente a partir de
En 1961 la eliminación oficial del lazareto 1940. No obstante, en la práctica sólo se
de Contratación y de Agua de Dios, pues- vio manifiesta la primera transformación,
to que el de Caño de Loro fue abolido dé- pese a que se produjeron notables cam-
cadas antes, no significó la erradicación bios en las drásticas políticas utilizadas
total de la lepra. Su control con acción para disminuir los índices de lepra en el
bactericida fue transcendental en la lucha país, percibiéndose su inclinación a adop-
con una enfermedad que no mata pero tar un carácter médico-hospitalario, estos
deforma e incapacita a quien la padece. aspectos no pueden ser utilizados para
Sin embargo, en el siglo XXI continúan plantear que los lazaretos en su práctica
apareciendo casos de lepra en estado fueron instituciones médicas.
avanzado, el olvido o desconocimiento de
la enfermedad ha dificultado su diagnós- Referencias
tico temprano; el recorte del presupues- Actos legislativos y leyes de Colombia. (1931-
1961).
to necesario para combatirla mediante Diario Oficial. (1931-1961).
campañas preventivas y tratamientos Foucault, M. (1976). Vigilar y Castigar: Nacimiento de
la Prisión. Francia: Siglo XXI.
farmacéuticos, y la priorización de otras Gaceta de Santander. (1931-1961).
enfermedades de origen reciente, han Legislación colombiana sobre la lepra. (1937).
generado que el sistema de salud pública Colombia: La LIT.
Obregón, D. (2002). Batallas contra la lepra: Estado,
colombiano no haya podido desaparecer medicina y ciencia en Colombia. Colombia:
del panorama nacional a una enferme- Banco de la República- EAFIT.
Ordenanzas de Santander. (1931-1961).

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Revista Temas
Pérez, L. (2004). Regenerar la Muerte: la política
sanitaria en el Estado Soberano de Santander.
Instituciones de beneficencia, organizaciones
de caridad y establecimientos de salubridad
(lazaretos, hospitales y cementerios), 1857-1886.
Tesis de maestría no publicada, Universidad
Industrial de Santander, Bucaramanga, Colombia.
Rabagliati, E. (1899). El doctor Hansen y los lazaretos
en Colombia: Informe a la junta de la sociedad
de San Lázaro. Colombia: Escuela tipográfica
salesiana.
Reglamento de los lazaretos de la República.
(1914). Colombia: Imprenta Nacional.

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