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LOS NOMBRES DE LA LUNA PARA LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

En México, hay una diversidad cultural que hace florecer a su gente y a su


historia; conoce parte de ella con los distintos nombres de la luna.

La riqueza lingüística de México es parte del legado de


nuestros ancestros: aquí te traemos una probadita con los
distintos nombres de la luna que todavía se usan hoy en día.
La mitología y la cosmovisión de los pueblos siempre van de la mano con su
lengua; las palabras, en su origen, tienen significados rituales, que evocan todo un
modo de vida y pensamiento. El momento de hablar, de comunicarse, es un acto
de creación. La manera en que el ser humano pudo nombrar al mundo y, por ende,
modificarlo y entenderlo, fue a través de la palabra. Sin embargo, cada pueblo
pasa por su propio proceso de evolución, y su lengua cambia a la par.

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En la génesis de los idiomas, lo único que se podía nombrar era el medio natural.
El hombre estaba rodeado por un mundo extraño y a veces inexplicable; la única
manera de superar su miedo era tener alguna sensación de control, de poder sobre
las cosas que lo rodeaban. El primer método para hacer esto fue darles una
identidad. Para los pueblos prehispánicos, el nombre de todo lo que había a su
alrededor estaba profundamente conectado con su forma de vida, como los
nombres de la luna.

Una manera de congraciarse con la naturaleza salvaje e impredecible fue adorarla.


Los elementos, plantas y animales recibieron nombre, al igual que el cielo y los
astros. Estos últimos eran especialmente importantes, ya que solo se dejaban
aparecer en el firmamento de vez en cuando, y su origen era más misterioso. Por
ello es que los dioses astrales de Mesoamérica eran los más poderosos, etéreos y
con más historias a sus espaldas.

Imagen de: Más de México

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Uno de ellos es la luna. Para los mexicas, la luna nació cuando dos dioses
primigenios se arrojaron a una hoguera, sacrificando sus vidas para convertirse en
el sol y dar vida al mundo. Sin embargo, dos soles eran demasiados, por lo que
las demás deidades aventaron un conejo al segundo para aplacar su intensidad.
Otra de las diosas lunares mexicas principales es Coyolxauhqui, la hermana
de Huitzilopochtli. Este último está asociado con el sol, y los dos tienen cientos de
hermanos más, llamados los Centzonhuitznahuas (las estrellas). Huitzilopochtli
los tiene que matar a todos, junto con su hermana, para salvar a su
madre, Coatlicue.

Así como este, hay muchos más mitos de la creación del sol y de la luna, tanto en
las sociedades prehispánicas como en otros pueblos del mundo. No obstante, hay
ciertas propiedades que la mayoría de ellos comparten: el sol se asocia con
la energía masculina, luminosa, seca y penetrante. Es la energía de la guerra, de
lucha, de supervivencia. Su contrario es la luna, la cual representa la energía
femenina, oscura (en el buen sentido), húmeda, amorosa, suave y protectora.
Aquí algunos de los nombres de la luna para los pueblos originarios:

Bio´ (zapoteco)

Íizax (seri)

Chunéné (matlatzinca)

Ik´ (quiché)

Ixaw (tojolabal)

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Ja´la´ (kiliwa)

Kúkuti (purépecha) 

Malkuyú (tepehua)

Masadi (pima)

Matkuyu (totonaca)

Mecha (guarijío)

Meste (mexicanero)

Metztli (nahua)

Mhau (pame) 

Soona´ (otomí)

T´unana (tlahuica)

Tepegki (kikapú)

Ch´ujnia (chol)

Zdaná (mazahua)

Ixchel (maya)

Imagen de: Wikimedia Commons

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Representación del amor materno, el embarazo y la fertilidad. Se dice que tenía
una serpiente de mascota, la cual llevaba en su estómago el agua del cielo. Metztli
dominaba el agua del planeta con la serpiente, y tenía la facultad de mandar
tormentas o inundaciones. En sus advocaciones violentas, se le asociaba con las
tempestades y desastres naturales.

Imagen de: Pinterest

Esta deidad femenina era un ser multifacético. A veces se le representaba como


una mujer joven y a veces como una anciana, dependiendo de las fases lunares. Era
patrona de los oficios relacionados con la concepción, el embarazo y el parto.
También era diosa de la medicina, los textiles, la pintura, las aguas, el arcoíris, la
noche y la fertilidad de la tierra. Aparece pintada en varias vasijas, y también como
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figurilla de barro. También se le describe en los códices del Posclásico, bajo
múltiples advocaciones. 

Algunas variaciones:

Luna creciente ? poyasoka (lacandón) 

Luna hermosa ? quetzalmetztli (nahua)

Luna llena ? mechabili (yaqui)


 

Imagen de: neomexicanismos.com

Luna menguante ? poyaoko (lacandón)

Luna nueva ? mecha bemela (yaqui); yankuek meste (mexicanero)

Luna que "trae agua" ? kalik at meste (mexicanero)

Luna tierna ? poyamina (lacandón)

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